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APUNTES DE LA ASIGNATURA DE
TÉCNICAS DE INVESTIGACIÓN SOCIAL I
1.1. Introducción
No se responde aquí a la cuestión de cómo investigar en cada situación concreta o
nivel metodológico; el de los diseños y proyectos de investigación, en el que se articulan unas
técnicas o prácticas de investigación con otras. Se ha optado por desplegar el muestrario de las
técnicas y prácticas más utilizadas en la investigación social, con una descripción de las
características más relevantes de cada una de estas formas de aproximarse a la realidad social.
Nivel del Pregunta
conocimiento
Ontológico ¿Qué es la realidad social?
Epistemológico ¿Qué puede conocerse de la realidad social?
Metodológico ¿Qué medio o camino ha de utilizarse para conocer la realidad social que
puede conocerse?
Tecnológico ¿Cómo se utilizan las técnicas de observación para desarrollar el camino que
conduce a conocer la realidad social que puede conocerse?
Como prácticas reductoras, las técnicas funcionan como una red. Hay técnicas-redes
muy reductoras, que sólo dejan entrar, con gran precisión, las partículas más pequeñas de
realidad social, como algunas propiedades de los individuos: opiniones, actitudes, posesiones,
ingresos, enfermedades, etc. Es lo que ocurre con las encuestas. Después, estas partículas se
amplían con las relaciones que establece el análisis. La reducción en la recolección de realidad
social se compensa con la ampliación en el análisis, como pone de relieve el uso de análisis
estadístico multivariable. Otras técnicas-red son menos reductoras en el contacto con la
realidad inmediata. Lo intentan coger todo, como ocurre con la observación participante, los
estudios de comunidad o la investigación-acción participativa (IAP).
Observar y controlar la reducción es una labor metodológica. En cuanto observación
de la observación, la reflexión metodológica de la investigación también es una reducción de la
reducción. El investigador de primer orden queda reducido a objeto de observación y, por lo
tanto, realidad social observada. Al contrario de lo que propugna la cibernética de segundo
orden, la observación de la observación no supone sólo una progresiva ampliación del campo
de la observación: ver lo que no puede ver el que ha visto (observador de primer orden). Al
observar la reducción del primer observador se practica una reducción sobre éste: tal vez se
pueda ver lo que no ha visto el primer observador y se vea más; pero no se puede ver, en
cuanto experiencia, todo lo que ha visto, y, por lo tanto, se ve menos.
Si no es porque tiende a refugiarse en la asunción de paradojas, la lógica de la teoría
cibernética de segundo orden se parece a la del mapa borgiano: se podría ampliar la
observación de la observación hasta tener las mismas dimensiones que el territorio. Incluso la
ampliación podría ir a tamaños superiores a los del propio territorio. Pero, en la medida que se
va ampliando el mapa, deja de verse todo el mapa, llegándose a hacer inútil. Todo intento de
ampliación conlleva una reducción. Todo intento de reducción conlleva una ampliación.
1.3.2. Técnicas de la complejidad
La complejidad de lo social hace referencia a una definición ontológica de la realidad
social. Por lo tanto, en cuanto definición, convierte lo social en sociológico. Lo complejo no es
sólo una manera de definir la realidad. También implica a la relación empírica. Reconocer la
complejidad en lo social, lejos de promover la distancia del esfuerzo empírico, lo impulsa.
Desde tal marco, la complejidad impulsa recursivamente el esfuerzo empírico: si nada puede
darse por cierto, de una vez por todas, hay que seguir volviendo a la realidad.
La complejidad se convierte en sinónimo de multidimensionalidad de la realidad y de
incompletitud de la relación empírica. Toda observación es pobre, en la medida que no puede
completar la realidad. Siempre hay una reducción. Precisamente porque la relación empírica
nunca agota la realidad, se hace constantemente necesaria. El no agotamiento de la realidad
impide el agotamiento del esfuerzo empírico.
La conciencia de multidimensionalidad incompletable de lo social hace que la
observación de lo social se convierta en reflexión sobre la observación. Una reflexión que
incorpora la incertidumbre, pues se unen la conciencia de multidimensionalidad inabarcable
con la de ejercicio de reducción.
De cara a las técnicas y, sobre todo, al proceso de investigación en su conjunto, supone
precisamente eso, asumir la investigación como un proceso, un constante ir y venir en los
procedimientos y las etapas. Pero también un constante ir y venir del investigador, poniendo
los resultados en permanente estado de impermanencia, de parcialidad y relatividad.
1.3.3. Las técnicas en la investigación
Sólo cabe hablar de técnicas de investigación en el contexto 8inmediato de una
investigación. Las técnicas están para aportar información a la investigación. No cabe
presentarlas como prácticas autónomas, capaces de resolver la investigación. El trabajo de las
técnicas es subordinado. Instrumental, con respecto a otros fines, aunque no sean
instrumentos. Las técnicas aportan referencias de la experiencia, especialmente de la
referencia inmediata de relación con el otro.
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Las referencias de la experiencia que aportan las técnicas pueden ser vicarias, como
hace la observación documental, de textos o registros, o la encuesta a partir del encargo a
unos encuestadores. En el primer tipo de observación, el carácter vicario se tiende a ocultar
bajo la denominación de técnicas no intrusivas. En la mayor parte de estos casos, la intrusión
se hizo en un estudio no relacionado con el actual. También pueden ser referencias de la
inmediata experiencia del observador en la relación con lo observado. Es lo que procuran
habitualmente técnicas como la observación participante o, en menor grado, la entrevista
abierta o el grupo de discusión, cuando el observador es el entrevistador o el moderador,
respectivamente.
Hay técnicas que ofrecen referencias discursivas, como la entrevista o el grupo de
discusión. En el informe se inscriben como fragmentos discursivos. Entonces, se refiere la
experiencia para generar la experiencia del habla del sujeto observado. Sin embargo, es
siempre el observador el que habla, incrustando el discurso ajeno en el propio. Hay técnicas
que ofrecen referencias de comportamiento, como la observación participante o el
socioanálisis. Se inscriben descriptivamente en el informe. Se refiere la experiencia para
generar la experiencia de repetición (rituales, ceremonias, hábitos) o de cambio de los
observados. En toda descripción hay interpretación. Hay técnicas que ofrecen referencias
numéricas: distribuciones (frecuencias), condensaciones (estadísticos) o relaciones de
dimensiones (índices). Es el caso de las técnicas cuantitativas. En el informe se inscriben en
tablas. Entre las paredes de las tablas se ofrecen como hechos.
1.3.4. La construcción técnica de la experiencia
La experiencia no es algo que viene. Está construido de forma procedimental.
Construcción por la que las técnicas tienden a ser consideradas sólo como procedimientos. Se
toma una parte por el todo. El carácter procedimental de la experiencia de relación co0n la
complejidad social es la base para la observación de la observación y, por lo tanto, para la
refutación, constituyendo la lógica de la ciencia, como concreción de pensamiento crítico.
La experiencia de la observación empírica a la que se aplican las técnicas es una
experiencia construida. Frente a la idea de espontaneidad hay que hablar de subordinación.
Incluso en aquellas observaciones en las que supuestamente el observador pasa
desapercibido, en las observaciones no intrusivas. Las observaciones no obstrusivas se
construyen como no obstrusivas. Es el observador el que pone los soportes para la observación
y, así, la construye.
La reflexión sobre lo social crea distorsión en lo social, capacidad reflexiva de los
objetos de la investigación social que radicalmente la separan de las disciplinas físico-
naturales. De aquí que la reflexión producida por la observación intente parecerse a la
reflexión que se produciría sin haber mediado la presencia y preguntas del investigador. Como
si el observador y la situación de observación fuesen capaces de desaparecer. Sin embargo, el
observador está ahí para recoger los materiales producidos por la reflexión. Paradójica
circunstancia que condena la necesaria construcción de la situación de investigación como
reconstrucción de la realidad investigada a la condición de simulacro.
La desaparición de la situación de investigación es tendencial y no sale de la lógica del
simulacro, estableciéndose diversas estrategias para alcanzarla: 1) Simulacro de la
desaparición del investigador en la utilización de las encuestas formalizadas, como si fuese el
cuestionario el que preguntase y produjese los datos; 2) Simulacro de la desaparición del
investigador e instrumentos de investigación en la observación participante; 3) Simulación de
la desaparición del investigador e instrumentos de investigación en el análisis de textos y
discursos; 4) Simulación parcial de la desaparición del investigador e instrumentos de
investigación cuando la discusión de grupo fluye sin intervención explícita del moderador.
Una de las estrategias de simulación de la desaparición de la situación de investigación
consiste en lograr cierta analogía entre ésta y las relaciones sociales en la situación habitual de
actividad objeto de investigación. Analogía entre la situación de selección electoral y la
situación de la encuesta ante las preguntas cerradas; analogía entre la situación de
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movimiento asambleario y la situación del socioanálisis; analogía entre los consumos grupales
y la situación propiciada por la reunión de grupo.
1.3.5. Las técnicas y los procedimientos
Las técnicas construyen la experiencia de una forma procedimental. Las técnicas no
son el procedimiento, pero contienen una parte procedimental que ha de considerarse
ineludible para seguir pensando en términos científicos. La forma procedimental de la
experiencia construida fundamenta la observación, de aquí que esta forma procedimental
tenga bastante de ceremonial. Pero es un ceremonial de la redundancia que asegura que lo
que se hace puede ser refutado. Los procedimientos son dispositivos de seguridad de las
prácticas, lo que les lleva a convertirse en elementos de control: de autocontrol
(distanciamiento) o de heterocontrol (metodológico).
Los procedimientos proceden del trabajo metodológico de abstracción de experiencias
anteriores y constitución de normas para la actuación. Desde la abstracción de la práctica
anterior, los procedimientos pueden terminar constituyéndose en modelo, que, asumido por
la comunidad científica, adquiere un carácter lógico. Entonces, el procedimiento se convierte
en norma. Así, pueden considerarse los procedimientos como reglas desde la regularidad, que
consiguen el efecto de regularidad desde las reglas. Los procedimientos tienen de lógico su
carácter sistemático. Por ello, desde la observación participante a la técnica menos
participativa, todas las técnicas tienen un carácter procedimental: hay un orden generador de
la observación que las ordena.
Si los procedimientos se imponen a la técnica, ésta se rutiniza. La relación entre
procedimientos lógicos y práctica es de subordinación de los primeros a la segunda. La técnica,
en cuanto práctica, se recrea en función del objeto y la situación inmediata a la que se aplica.
Lo contrario significa reducir el objeto a lo procedimental. Hay técnicas que son más
procedimentales que prácticas: los experimentos y la aplicación de tests en general. En la
medida que lo procedimental se impone a la práctica, son técnicas que pueden adquirir una
notable validez interna; pero consiguen poca validez externa. Es decir, son muy lógicas, pero
con escasa proyección en la realidad. Hay técnicas que son prácticas con escasos elementos
procedimentales: la observación participante o las entrevistas abiertas. No se puede hablar de
ellas en términos de validez interna. Sin embargo, al insertar la observación en la realidad
observada, se les supone una relevante validez externa.
Hay técnicas que han requerido justificación teórica, después de haber estado
funcionando. Casi siempre son técnicas que han derivado de prácticas en otros campos, la
entrevista de la confesión, o de otras técnicas, como el grupo deriva de la entrevista. La
justificación teórica de estas técnicas tiende a su vez a establecer modificaciones en los
procedimientos de las mismas. Justificaciones que, en algunas técnicas, son objeto de los
vaivenes de las propias modas teóricas, como ocurre con el grupo de discusión, que ha pasado
del psicoanálisis a la teoría de sistemas de la cibernética de segundo orden, o con la
observación antropológica. Las técnicas más abiertas en la práctica son también las más
abiertas a la recepción teórica.
Ahora bien, mantener la dependencia de las técnicas de la teoría lleva la contrapartida
de la dependencia de la teoría de la investigación empírica. Aportaciones de la investigación
empírica a la teoría que, a su vez, se aportan a la concepción de la técnica, ya sea aplicándola
sobre otra concepción de lo social, ya reformulando la propia técnica, lo que refuerza nuestra
sunción de las técnicas de investigación social como praxis.
observador un medio fiable a partir del cual ampliar y conservar la limitada memoria al
investigador. Por ello, debe ser utilizado lo antes posible durante o después de la observación
realizada, dejando bien patente la distinción del material registrado. Evidentemente, otros
medios de registro pueden ser utilizados, como los medios de grabación audiovisual.
En cuanto a la manera más natural de acceder a los escenarios e información objeto de
las observaciones, la diferenciación principal viene determinada por la “puerta de entrada” y
los “lugares preferentes para la observación”. En algunos casos se pueden hacer observaciones
sin declarar las intenciones del observador. Sin embargo, estas oportunidades son en muchos
casos improcedentes por razones éticas u organizativas. Por eso, “porteros” e “informantes”
son clave en la observación participante. Los primeros porque legitiman al observador ante el
grupo o comunidad a la vez que le introducen en la escena común objeto de sus
observaciones. Los segundos porque permiten al investigador situarse de la mejor manera
para la observación, ofreciéndole interpretaciones sobre los escenarios más convenientes o
sobre el significado de las imágenes observadas. Tanto porteros como informantes son
personas que forman parte de la comunidad o grupo objeto de las observaciones.
Por último, el análisis de las observaciones es una parte muy compleja y delicada en la
observación participante, no sólo por la importante acumulación de información, sino porque
no hay unas pautas muy definidas a partir de las cuales mostrar el proceso analítico. Cualquier
observación participante produce un material que en sí mismo es ya un reto para la labor de
ordenar y categorizar contenidos. Al margen de ello, el análisis de las observaciones tiene
como finalidad destacar una norma a partir de un conjunto diverso de observaciones. En este
sentido, analizar significa en este caso discernir y poner de manifiesto las imágenes más
pertinentes y compartidas por el grupo o comunidad objeto de estudio. De ahí la necesidad de
analizar contrastando información, dilucidando y prescindiendo de aquella que contenga un
carácter marcadamente singular o exótico y que no esté en consonancia con los valores y
creencias del grupo, etc.
es también su virtud, especialmente para una observación que busca la comprensión de las
acciones observadas a partir de la interpretación que hacen los otros y del lugar que ocupa el
observador en dicha estructura relacional.
Usos de la imagen visual con fines observacionales
Interpretación de las imágenes
Observador Observado
Producción Investigador observador Uso autobiográfico Uso normativo
de Actor observado Uso estructural o sistémico Uso normativo convencional
imágenes Relación entre observador Uso documental y periodístico Uso experimental de confrontación
y observados
Un primer uso viene marcado por un observador que produce imágenes en exclusiva
para su propio reconocimiento o interpretación. Por un lado, tenemos observaciones
autobiográficas donde el sujeto observador reconoce, al hilo de las imágenes que considera
más significativas, los contextos y circunstancias sociales objeto de su observación. Por otro
lado, las imágenes elaboradas son utilizadas por el observador con el fin de reenviarlas a
observadores ajenos para su interpretación. El análisis cualitativo de publicidad o
determinados experimentos con imágenes fotográficas ponen de relieve esta utilidad práctica.
Un segundo uso parte de la utilización de imágenes elaboradas por los mismos sujetos
observados, sometidas éstas a las interpretaciones de un observador cualificado y/o de los
mismos sujetos que las elaboraron. En el primer caso, la imagen es utilizada con una finalidad
re-ordenadora a partir de la cual observar amplias estructuras o sistemas determinantes de lo
que conocemos o interpretamos. Un ejemplo de este uso es el análisis estético e histórico de
la obra de arte o el análisis estructuralista de corte antropológico. De manera similar, las
imágenes también pueden ser sometidas a la interpretación de los mismos sujetos que las
produjeron. En este caso, la finalidad de la imagen es doblemente normativa, mostrando la
conveniencia y la convención social que trae consigo el uso e interpretación de las imágenes
elaboradas. La presentación y comentario del álbum familiar con fines investigadores son
ejemplos que han aprovechado la sociología y la antropología.
Por último, existe también la posibilidad de utilizar imágenes elaboradas por el
observador junto con los observados, de manera que el resultado pueda ser interpretado por
el observador para mostrar aspectos relevantes o significativos que parecen afectar la vida o
existencia de los sujetos. Se trata, por ejemplo, del uso documental y periodístico de la imagen
con fines más divulgativos que científicos. Por el contrario, la posibilidad de ceder la parte de
producción de imágenes a los sujetos observados, para que reflejen las conveniencias o
necesidades informativas del observador, es una práctica de corte experimental orientada a
confrontar y tensionar distintos modos de percepción y posiciones entre observadores.
Tema 3. La entrevista
3.1. Introducción
A pesar de las diferencias formales que existen entre las concreciones que adquiere el
concepto de entrevista, hay aspectos teóricos y metodológicos comunes, que permiten hablar
de la entrevista. Las principales prácticas de entrevista creadas desde la perspectiva cualitativa
de investigación son: la entrevista abierta, también llamada en profundidad o cualitativa, y la
entrevista histórica. A través de ellas nos hacemos una idea de las diferencias que produce la
apertura y los distintos objetivos en la producción de información mediante entrevista.
que los demás experimentan, interpretan y conciben el mundo del que hablamos. Como
contrapartida, les ofrecemos una información similar durante el proceso comunicativo que se
produce en la conversación. Aun cuando en apariencia la conversación puede parecer simple
interrogación y respuesta, sus efectos sociales van mucho más allá del acto del habla que la
identifica. La conversación no es sólo un modo de acceder a la comprensión de la realidad
social, sino también una situación social en la que la misma sociedad se produce y reproduce.
Aunque la simula, la entrevista crea una situación comunicativa distinta a la
conversación. La interrogación y la respuesta, como en la conversación, son la base práctica de
su proceso comunicativo. A través de la entrevista también podemos obtener información
sobre el modo en que otros experimentan, interpretan y conciben el mundo. Sin embargo, hay
una distinción importante entre ambas: en la entrevista, quien formula las preguntas busca lo
desconocido y quien las responde expone lo que hasta ese momento sólo él conoce. Esta
asimetría hace que la situación de entrevista adquiera un sentido más próximo a la lógica del
descubrimiento que a la de la reproducción social.
Pero las diferencias no se quedan sólo en los efectos de dicha asimetría; otras
cuestiones de fondo como la interrogación desde la norma social o la búsqueda de la confesión
hacen que la entrevista se diferencie aún más de la conversación. Vemos muchas entrevistas
periodísticas en las que estas posiciones se marcan con claridad. Asimismo, las entrevistas
clínicas y terapéuticas, más próximas a la investigación social, muestran también el potencial
aporte de la confesión para descubrir actitudes y comportamientos fuera de la norma. Cuando
el tipo de conocimiento que se quiere producir con la entrevista debe ceñirse a los
planteamientos formales de la investigación social, la entrevista de investigación social se aleja
aún más de la conversación y de la entrevista en general.
El motivo fundamental del alejamiento se debe a la diferencia entre los objetivos que
rigen la producción de conocimiento científico y los que lo hacen en la producción de
conocimiento popular. Acumulación, búsqueda de explicaciones generales, utilización de
procedimientos empíricos conocidos y publicación de los resultados son las condiciones
básicas que impone el modo de proceder de la ciencia. Flexibilidad, particularidad y ámbito
privado son las condiciones del conocimiento cotidiano. Además, la entrevista de investigación
social sirve para producir un registro que tanto previa como posteriormente ha sido planeado
para ser analizado a la luz de una posición teórica o con la intención de crearla.
3.2.2. Tipos de entrevista
Las entrevistas se ubican en dos grandes grupos: a) las que producen registros
codificados con la intención de ser transformados en datos numéricos, susceptibles de análisis
estadístico; y b) las que producen registros verbales para ser examinados a través del análisis
sociológico del discurso. Ambos tipos son complementarios en la investigación social.
Tipos de entrevista
Registro codificado (perspectiva cuantitativa)
Encuesta con cuestionario estandarizado
Registro verbal (perspectiva cualitativa)
Entrevistas estructuradas
Entrevistas semiestructuradas
Entrevistas abiertas
Entrevistas focales a grupos
Entrevistas no estructuradas
Entrevistas históricas
La entrevista con cuestionario estandarizado es la forma más común de producir
registros codificados. Su denominación más difundida es la de encuesta por muestreo. Sus
rasgos principales son: a) recogida de información a través de entrevistas cara a cara o vía
telefónica; b) utilización de cuestionario estandarizado en el que se incluyen distintos tipos de
preguntas y respuestas cerradas o con niveles de apertura muy pequeños; y c) aplicación de la
entrevista a un grupo de personas, suficiente como para que sean estadísticamente
representativas del conjunto de la población de estudio (muestra).
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abordar con calma los temas de interés. e) Controlar situaciones con alta emotividad. A veces
se producen situaciones en las que el entrevistado sufre, se enfada, llora o muestra su ira. Si la
situación cuestiona la entrevista, el investigador debe dejar al entrevistado que decida si
quiere continuar o no. Parar la grabación, descansar y dar tiempo para que decida.
2) Orientando las intervenciones: a) No asumir el discurso del entrevistado como
propio cuando no se comprende integro. En muchas ocasiones, asumir el discurso como algo
claro impide que el entrevistador profundice en la explicación. Es esencial comprender los
distintos significados que el entrevistado puede ofrecer. b) Pausa o silencio. Permite al
entrevistado la reflexión, la búsqueda en su memoria, la evocación. Es una manera de mostrar
respeto y reducir la directividad. Por el contrario, a veces el silencio es incómodo. Hay que
tener cuidado para que esta estrategia no rompa el ritmo discursivo. c) Elaboración. Se
pretende que el individuo profundice en las respuestas, aportando más detalles y matices que
pueden resultar relevantes. Las invitaciones del entrevistador se hacen al finalizar la
intervención del sujeto (“comprendo”, “continúe”, “¿y después?”). De esta forma se
manifiesta verbalmente interés y se deja fluir el discurso del entrevistado. d) Evitar frases o
comentarios que indiquen al entrevistado que el tema está cerrado y que lo dicho es suficiente.
Por ejemplo, “ya sé”, “está bien”. e) Repetición. Esta táctica muestra dos opciones: repetir una
pregunta formulándola de manera distinta, y repetir alguna expresión o palabra de la
respuesta del entrevistado: “Si he escuchado bien, usted me ha dicho que...”. La segunda
alternativa es más deseable que la primera y suele proponerse unos minutos más tarde que lo
haya hecho el entrevistado. f) Recapitulación. Se pone en práctica mucho después de que se
haya manifestado en entrevistado con alguna expresión que resulte de interés para el
investigador. Se le pide al sujeto que haga una reelaboración de lo que ha dicho. g) Aclaración.
A veces es preciso solicitar al entrevistado que aclare algún punto de su intervención. Esta
solicitud se hace pidiendo algún detalle cronológico o mediante preguntas directas, tales como
“¿por qué creyó que...?”, “¿qué ocurrió entre el momento en que... y?”, etc.
3.3.2.5. El análisis
Veamos algunas indicaciones acerca del proceso de análisis de las entrevistas en
profundidad: 1) Se transcribe la información grabada y las notas que haya tomado el
investigador durante las situaciones de entrevista. Con esto ya tenemos el material básico para
proceder al análisis. 2) Se procede a realizar una primera lectura de las transcripciones. En el
caso de que haya múltiples entrevistadores es conveniente que cada uno haga la lectura de las
que realizó. Se anotarán códigos tentativos para ir agrupando expresiones que irán surgiendo
en las entrevistas. 3) Una vez señalados diferentes fragmentos del texto que pueden ser
relevantes, éstos deben ser evaluados a la luz de la posible influencia que haya tenido en ellos
la propia situación de entrevista. 4) Finalizadas las lecturas, se deberán situar bajo una misma
rúbrica los fragmentos discursivos que correspondan a un mismo código o tema de interés.
Esta clasificación puede hacerse de forma manual o electrónica. 5) Después se realiza un
análisis de los intracódigos, centrado en los distintos fragmentos incluidos en cada código. 6)
Se ponen en conexión las diferentes interpretaciones en torno a las distintas dimensiones y
temas reflejados. Es el momento de sustentar los distintos perfiles sociales que se han
sometido a estudio. Integrando las distintas partes y el conjunto de la investigación. 7) Se
impone una revisión final de las entrevistas a fin de no olvidar el hilo discursivo de los
entrevistados a la hora de afianzar las posiciones fijadas en el informe. Se organizan las
distintas secciones de una manera congruente, de acuerdo a una línea argumental definitiva.
3.3.3. Entrevistas históricas
Bajo el título de entrevistas históricas se incluye una serie de prácticas cualitativas de
entrevista que comparten la perspectiva diacrónica como eje de la observación de los sujetos
estudiados. Aunque el modo de observar la temporalidad es un primer elemento de
diferenciación importante, esta característica no es suficiente para distinguir a este conjunto
de prácticas; al fin y al cabo, la dimensión temporal impregna toda la investigación sociológica.
Entonces, ¿qué uso propio de la dimensión temporal caracteriza a las entrevistas históricas?:
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Autobiografías
Diarios
Confesiones
Epistolarios
Memorias
Cuando la entrevista es el medio de producción de información verbal utilizado para
observar la biografía de los sujetos es cuando podemos comenzar a hablar de entrevistas
históricas. En este caso, la entrevista se plantea como una aproximación abierta y muy flexible
en la producción; es decir, es una entrevista sin estructura previa en la que el papel del
investigador se remite a ayudar a producir el discurso según lo que el entrevistado considere.
Esta manera de producción de información a través de testimonios biográficos orales
ha tenido un largo recorrido hasta que su uso se ha extendido en la sociología. Santamarina
expone tres etapas por las que ha pasado esta práctica hasta adquirir suficiente relevancia
como para ser planteada como una nueva perspectiva de investigación. Las tres etapas se
corresponden respectivamente con el antropologismo conservacionista, los estudios de
marginación y el estudio de las sociedades complejas.
como en el caso de la diada, una desaparición de la situación grupal ni de las acciones que
desempeña; y 2) que esta permanencia en el tiempo es lo que afianza el vínculo social más allá
del interés particular de los sujetos, dando paso a una estructura u organización que les
trasciende y a la que pasan a formar parte.
De este análisis se concluye que el grupo de dos puede ser visto como un grupo social,
pero que es necesaria la tercera persona para formar un grupo donde tengan presencia las
estructuras y organizaciones sociales. En este sentido, la función del grupo es imprescindible y
básica, ya que sostiene y amplía el vínculo social a la idea de una formación social que
transciende y está por encima de los sujetos. El sujeto inscrito en el grupo entra a formar parte
de las instituciones y la estructura social, pero a la vez esta participación numérica superior a
dos (la tríada) permite que las acciones de los sujetos se conviertan en algo definitivamente
social y que rinda cuenta de todo lo que está fuera de los límites íntimos o personales.
En los grupos las personas se socializan, interiorizan una realidad que es externa a ellas
y dan lugar a lo social. La cuestión es que también los grupos son utilizados con fines diversos
por la sociedad. La utilidad de la grupalidad pone de manifiesto que las personas no actuamos
como individuos autónomos. Nuestros comportamientos, aparentemente individuales, son
también respuestas a situaciones que nos envuelven y vinculan con otras personas. A raíz de
esta constatación surge la necesidad de investigar una totalidad mayor y de enorme influencia
que es el grupo social. Una buena parte de la investigación actual utiliza grupos para hacer sus
observaciones e informarse de la realidad objeto de estudio.
El grupo social es un medio de observación e información fundamental para el
investigador social. Su aparición en la escena científica ha permitido acceder y estudiar el
conjunto de la realidad social a un bajo coste. Dado que el ámbito de las acciones
investigadoras alcanza generalmente organizaciones, instituciones y a veces comunidades
enteras, la manera más económica y eficiente de aproximarse a estas situaciones
macrosociales es a través de grupos que forman parte de estos conjuntos más amplios.
Esta equivalencia entre el grupo (nivel micro) y la totalidad o contexto social (nivel
macro) permite a su vez emprender al menos tres orientaciones prácticas en el ámbito del
trabajo con grupos: transformar, informar y controlar. La primera orientación pretende influir
e intervenir en el comportamiento social a través del grupo. En este sentido, la técnica grupal
considera al grupo como un fin en sí mismo para transformar a los sujetos participantes. De ahí
la importancia de la dinámica grupal como medio para desarrollar y organizar las actividades
del grupo. La misma técnica grupal se considera un proceso que facilita y estimula la acción del
grupo en aras a alcanzar unos determinados objetivos que revierten en los mismos sujetos, lo
que a su vez permite intervenir directa o indirectamente en la realidad donde operan los
distinto0s grupos sociales. Estas técnicas grupales requieren contar de partida con grupos
consistentes, constituidos con anterioridad al trabajo que se pretende realizar.
La segunda orientación práctica considera la técnica grupal como medio para
comprender mejor la realidad social donde se inscriben los grupos. Dicha realidad
contextualiza al grupo y lo inserta en la estructura social, por lo que estas técnicas grupales
trabajan con el propósito de observar lo que el grupo conoce de su propia realidad y de la
realidad que conocen otros grupos sociales. El trabajo con estas técnicas no pretende
modificar internamente al grupo, sino más bien acceder a lo que el grupo dice como práctica
social. La situación inicial es siempre una reunión de individuos que tienen que constituirse
como grupo al tiempo que alcanzan los objetivos propuestos por el investigador. No hay, por
tanto, grupos ya formados para su observación, sino más bien situaciones o espacios propicios
para su formación. Esta situación de grupo inconsistente es lo que la técnica aprovecha y utiliza
para justificar su existencia como grupo en proceso de formación orientado a la investigación.
La tercera orientación práctica pretende utilizar la técnica grupal para controlar y
reflexionar sobre las prácticas grupales y su inclusión técnica en la realidad social donde se
aplican. La idea rectora en este caso es la que considera las técnicas grupales como parte de
las situaciones sociales donde éstas operan e influyen voluntaria o involuntariamente. La
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relación del investigador con los sujetos investigados se desarrolla en un contexto social, y a su
vez forma parte de dicho contexto. Por tanto, esta orientación modifica la actitud del
investigador con respecto a la manera de comprender y aplicar el grupo como instrumento
técnico orientado a la intervención o la observación. Pero, por otro lado, también informa del
contexto social al que estos grupos se encuentran anclados. El objetivo final es dar un amplio
marco de actuación que tenga en cuenta la realidad social desde el punto de vista de las
técnicas que se van a aplicar y la manera de aplicarlas. El conocido “grupo de control” en
diseños experimentales es un claro ejemplo de esta tercera orientación práctica.
Las técnicas son prácticas grupales porque su formulación y puesta en funcionamiento
dependen de la situación donde se aplican. Ninguna técnica grupal se muestra polivalente para
toda situación. La adecuación previa presupone tener en cuenta diversas cuestiones como: a)
Los objetivos que justifican la actuación con técnicas grupales. Una problemática social no
tiene que ser estudiada necesariamente a través de grupos, ni toda utilización de la grupalidad
se orienta a los mismos fines y en exclusividad. b) Las características de los miembros que
componen los grupos, el grado de madurez, disponibilidad de tiempo, status, etc. Las diversas
técnicas grupales exigen a los participantes distintos requerimientos que no siempre se
adecúan a las características de las personas. c) La capacidad del conductor o moderador de los
grupos, su pericia y conocimiento de la técnica que pretende utilizar, que requiere unas
determinadas exigencias y destrezas, etc. d) El contexto espacial y temporal donde se realiza la
aplicación, ya que el espacio y el tiempo son también factores conformadores del grupo y del
comportamiento social. e) Los recursos disponibles, tanto económicos como humanos. A pesar
de la economía de esfuerzos, determinadas técnicas grupales son costosas y difíciles de poner
en práctica si no se cuenta con los medios necesarios.
observar el discurso grupal para el que está diseñado. Su cometido técnico va más allá porque
su atención se centra en trabajar con los impedimentos o inconvenientes que imposibilita el
discurso grupal. Por eso el FG es un grupo que observa el discurso como un dato más y no
como intercambio verbal que da sentido a lo que se dice. Tanto es así que al GD le interesa
más abrir espacios para el habla que hacer hablar al grupo. El FG tiene una finalidad económica
e ideológica, que es hacer hablar al grupo eficientemente sobre las cuestiones concretas que
son de interés para la investigación, mientras que el GD deja a éste hablar sobre dichas
cuestiones y de esta forma prioriza y refuerza la relevancia del grupo y su discurso sobre el
discurso del investigador y su demanda.
A pesar de la distancia que los separa, tanto el GD como el FG son técnicas que se
utilizan para obtener representaciones sociales sobre diversos temas donde el investigador
tiene poco o escaso conocimiento previo sobre qué es relevante o significativo, y muy
especialmente para aquellos temas que están sometidos a importantes cambios en la
sociedad. Esta finalidad conjunta no invalida la idea de que ambos tipos de grupos entienden y
afrontan de muy distinta manera la utilidad práctica para la que están diseñados. Es su
concepción global la que permite entender que un GD puede ser aparentemente idéntico a un
FG y sin embargo operar de manera totalmente distinta. Teniendo en cuenta esta advertencia,
ambos tipos de grupos pretenden constituirse como una técnica a través de la cual conseguir
dos objetivos principales: a) Que prevalezca el nosotros grupal por encima del predominio del
yo individual. b) Que el diálogo que sostienen las personas de la reunión se transforme en un
discurso centrado en un determinado tema social objeto de estudio, es decir, que la
conversación desplegada por el grupo se oriente al ámbito de lo que dice la gente, y que dicho
ámbito se limite a los propósitos u objetivos de la investigación.
Ambos objetivos son necesarios para la puesta en práctica de un grupo de
investigación, lo que significa que el moderador del grupo trabaja en dos planos a la vez: a)
porque mantiene la situación grupal necesaria para la investigación, y b) porque orienta dicha
situación a la tarea de obtener un discurso social. Para abordar la situación social macro-grupal
objeto de estudio donde circulan e intercambian discursos, el investigador escenifica una
situación social micro-grupal recreada artificialmente para su captación. Dicha situación se
caracteriza por los siguientes rasgos generales:
1) Las personas que componen el grupo mantienen entre ellas una interrelación
directa cara a cara. 2) Las interrelaciones se establecen a partir de sujetos que se desconocen
entre sí. 3) Las conversaciones producto de las interrelaciones entre los miembros del grupo
aspiran al consenso y a la puesta en común de sus distintos puntos de vista. 4) Las
interrelaciones se desarrollan en un espacio y un tiempo dedicados a que el grupo trabaje
sobre los objetivos de la investigación. 5) Las interrelaciones siguen una dinámica o
funcionamiento controlado por la figura de un investigador que actúa de moderador.
Ambos grupos tienen en común con el resto de técnicas su disposición para obtener
información de la realidad donde se aplican. Ahora bien, la realidad sólo responde si
previamente se la interroga, aunque la manera de interrogar a la gente es distinta de una
técnica a otra. En el caso de la encuesta de opinión, el investigador formula las preguntas y
también las respuestas que deberán ser contestadas por el entrevistado. Salvo en las
preguntas abiertas, el entrevistado tiene que elegir algunas de las respuestas previamente
diseñadas. Esta manera de preguntar y contestar ahorra muchos esfuerzos al entrevistador y al
entrevistado, pero surgen problemas que tratan de resolver los grupos de investigación como
el FG o el GD. La anticipación del investigador a las preguntas o las respuestas es una cuestión
que por sí sola debería llevar a la reflexión y crítica minuciosa sobre la diversa utilidad práctica
de las técnicas de investigación social.
4.3. La aplicación práctica del grupo para la investigación del discurso social
Una buena parte de los grupos que se utilizan en investigación social tienen el
cometido instrumental de producir discursos para un determinado tema de estudio. El FG y el
Técnicas de Investigación Social I 26
Jesús Ángel González de la Osa
GD son dos ejemplos en los que concretar una aplicación como la señalada. Dado que el
discurso es una producción social, ambos grupos presentan por igual un contexto micro-social
a partir del cual reproducir artificialmente el escenario global donde observar lo que la gente
dice y cómo lo dice. Lo que se pretende es observar lo que dice o piensa el grupo sobre aquello
que dice o piensa la gente. El discurso social que producen estos grupos de investigación es
siempre un discurso determinado por la perspectiva del propio grupo que lo genera y por el
tema de estudio. Este es el motivo de que su aplicación deba tener muy presente los fines y
objetivos propuestos en la investigación. A partir de éstos, el investigador proyecta los grupos
decidiendo cuántos van a ser y qué rasgos o características van a tener. Para ello es necesario
tener presente que los grupos de investigación buscan el consenso internamente mientras que
externamente la misma estructura social les distingue y diferencia.
La homogeneidad interna de los grupos diseñados tiene como objetivo principal que
las personas participantes para cada grupo compartan experiencias e intereses comunes o con
la mayor afinidad posible. Lo oportuno a la hora de formar un grupo es que todas las personas
participantes se reconozcan como sujetos que piensan y hablan en una misma sintonía, lo que
significa compartir una situación socioeconómica y cultural similar, y unas vivencias parecidas.
Cuanto más homogéneo sea el grupo, más fácil será orientarlo al trabajo de discutir un tema
bajo el presupuesto del consenso y el común acuerdo.
Por otro lado, la heterogeneidad que ha de establecerse entre los grupos diseñados
quiere decir que hay que tener en cuenta los distintos discursos que podrían encontrarse para
un mismo tema de discusión según distintas posiciones en la estructura social y vivencias de
los sujetos relacionados con el tema de análisis.
4.3.1. La preparación de la reunión
En primer lugar, para celebrar la reunión es necesario reclutar a las personas
adecuadas en función de los objetivos de la investigación. En segundo lugar, deberá
anticiparse la adecuación de los medios necesarios para la realización de la reunión.
La contactación con las personas idóneas suele hacerse a través de personal facultativo
para esta labor. El método utilizado para contactar y seleccionar es intencional, lo que supone
tener en cuenta ciertas precauciones técnicas relacionadas con los objetivos de la investigación
y con las particularidades que presentan determinados roles sociales para el correcto
desarrollo del grupo. A la importancia de que no se conozcan entre sí los participantes hay que
añadir que quienes forman parte de un mismo grupo han de tener un mismo perfil o
características que garanticen cierta homogeneidad interna en el grupo.
Por otro lado, las personas participantes de un grupo deben garantizar entre sí unas
relaciones simétricas a partir de las cuales evitar entre ellas la mayor o menor presencia
simbólica y de opinión sobre el tema a discutir. En este sentido, no es conveniente incluir
personas con determinada autoridad profesional o social que puedan influir en la discusión
libre de un tema cualquiera. Los profesionales que trabajan directamente con la opinión
pública o la investigación social están descartados por definición. Tampoco es conveniente
introducir personas expertas o profesionales sobre el tema que se está investigando. Deberán
descartarse también aquellas personas reconocidas como líderes o autoridades públicas. Por
último, deben evitarse a amigos, familiares, compañeros de trabajo, etc. Finalmente, ha de
llegarse a un acuerdo de participación con las personas contactadas.
4.3.2. La dinámica grupal: el guión de conducción y moderación del grupo
Diseñada la reunión, el siguiente paso será preparar y realizar la conducción del grupo.
Para ello, el investigador comienza elaborando un guión, que consiste en una ordenación
temática de interés para cubrir los objetivos de la investigación. El guión ayuda a garantizar la
estandarización del funcionamiento del grupo y, por tanto, de los discursos producidos. No
obstante, para aplicarlo correctamente es necesario conocer su uso. En primer lugar, el guión
no funciona como un repertorio de preguntas; más bien se trata de un listado de temas que
funciona de cara a la persona que modera el grupo, como guía para ir comprobando el
recorrido de la conversación. El guión permite también que el moderador conozca los temas
Técnicas de Investigación Social I 27
Jesús Ángel González de la Osa
tratados y cuáles faltan por tratar, así como facilitar la reconducción de la conversación grupal
a aspectos temáticos de relevancia para la investigación.
En cuanto a la conducción o moderación del grupo, las intervenciones del moderador
persiguen centrar y hacer trabajar al grupo en las cuestiones planteadas. Las intervenciones
más directivas tienen por objeto influir y guiar al grupo, mientras las menos directivas dejan a
éste mayor libertad de acción. Para el FG la conducción tiene el cometido principal de “hacer
hablar al grupo” sobre las cuestiones que preocupan al investigador, de ahí que las
intervenciones sean más directivas, mientras que el GD pretende “dejar hablar al grupo”, lo
que lleva a una menor directividad del moderador.
En cuanto al desarrollo de la dinámica grupal, las etapas o fases para establecer el
trabajo grupal se dividen en cuatro: fase de presentación, fase de consolidación, fase de
conducción y fase de cierre o punto final.
La presentación del grupo: El objetivo principal de la presentación es enseñar a los
participantes el funcionamiento de la técnica y los roles que los asistentes deben desempeñar
en la reunión. Por este motivo, un modelo de presentación recoge los siguientes pasos: 1) Una
presentación del moderador, de la empresa o institución a la que representa y/o de la
instancia que demanda la investigación. 2) Una explicación de la técnica utilizada para
investigar el encargo u objeto de la investigación. 3) Una demanda concreta de participación
de los asistentes en el desarrollo de la investigación. 4) Una presentación justificada de los
instrumentos que registran la reunión y de las personas que pudieran estar observando al
grupo. 5) Una propuesta de tema y un planteamiento para su inmediata discusión.
El calentamiento o “warming up” (fase de consolidación): En la conducción de los GD
hay una fase inicial, inmediatamente posterior a la presentación, dedicada a consolidar el
grupo. Se trata de un espacio de tiempo variable donde los participantes se posicionan frente
al moderador y el tema objeto de discusión. Para ello, el moderador evita una conducción
directiva y deja que los participantes inicien como crean conveniente el tema a discutir.
El desarrollo del grupo o conducción: Transcurrido el periodo de consolidación, el
grupo tiene el cometido de trabajar con los objetivos de la investigación. En esta fase, el
moderador se sirve del guión y las técnicas de intervención para llevar o conducir el grupo por
los distintos temas a discutir.
El relanzamiento del grupo o puesta en común (cierre): Al final, y una vez desarrollado
el trabajo del grupo, el moderador puede relanzar y devolver al grupo las cuestiones que
considera más relevantes para la investigación. Se trata de obtener del grupo un
reconocimiento y un consenso sobre lo que éste ha elaborado a lo largo de la sesión.
4.3.3. La transcripción y el análisis de los grupos
Lo que elabora el grupo es un discurso específico acorde a la posición de éste en la
estructura social. El discurso presenta la forma de una conversación parecida a la de una
tertulia de amigos, por lo que la información obtenida presenta una gran riqueza de
contenidos y matices, pero también un gran desorden y complejidad a la hora del análisis. Para
ello, el discurso es transcrito y convertido en un texto escrito para su análisis. No obstante,
entre la producción y el análisis posterior los grupos son analizados a partir de las posiciones
discursivas que ofrecen. Frente al texto transcrito y los temas reflejados, el análisis de los
grupos centra la atención en el modo o forma de tratarlos.
La transcripción pretende ser fiel al discurso producido, aunque en el proceso pierda
buena parte de la información recabada y su sentido. Por ello, la transcripción supone un
doble esfuerzo de cara al análisis. El primero es que trata de incluir diálogos y sucesos no
verbales de interés para la comprensión del discurso. En este sentido, la transcripción incluye
silencios, risas, palabras que se escuchan mal o están mal expresadas, etc. Todo ello es
traducido a lenguaje escrito. El segundo esfuerzo es que la transcripción debe ser abordada y
analizada teniendo en cuenta la grabación de la conversación, de manera que debe
complementarse con la cinta magnetofónica y a ser posible escuchada y analizada por el
Técnicas de Investigación Social I 28
Jesús Ángel González de la Osa
moderador que realizó el grupo, escuchando a la vez lo que lee para completar aspectos que
no son fáciles de transcribir o que sólo el moderador puede identificar por haber estado allí.
5.1. Introducción
Supongamos que nos interesa estudiar las actitudes de los valencianos ante el
problema del calentamiento global. Se selecciona una muestra de 1.500 valencianos mayores
de edad y se elabora un cuestionario con preguntas que permitan obtener información sobre
el tema de estudio. Las respuestas dadas serán codificadas y estandarizadas de forma que
puedan ser objeto de análisis estadístico a partir de programas informáticos. Las conclusiones
analíticas extraídas serán generalizadas al conjunto de la población valenciana.
también puede repercutir en la veracidad de las respuestas. 2) El problema del significado: una
misma pregunta o palabra puede tener distintos significados para diferentes individuos. Las
trayectorias y experiencias vitales de las personas pueden hacer variar las interpretaciones de
las preguntas. Este problema se agudiza cuando se trata de personas de diferentes culturas. 3)
El significado de la pregunta puede variar también para el entrevistado en función de las
circunstancias en las que se desarrolla la entrevista y de la forma en que se presenta y se
percibe al entrevistador. El entrevistado tiende a responder en consonancia con lo que cree
que es socialmente aceptado y suele distanciarse de aquello que tiene una connotación
negativa. 4) Existe un problema derivado del análisis inadecuado de las relaciones entre las
variables obtenidas de los datos recopilados en una encuesta. Al ser la mayoría de las
encuestas transversales y sin control experimental suelen confundirse simples correlaciones
entre variables con auténticas relaciones causales.
suficiente definir un campo de estudio amplio (como “el ocio”), sino que hay que concretar los
aspectos que se trata de conocer (si es de carácter descriptivo) o los interrogantes a los que se
pretende dar respuesta (si es de carácter explicativo).
2. Establecimiento de hipótesis y delimitación de variables. La fijación de las hipótesis
está directamente relacionada con el proceso de concreción del problema de investigación.
Con su elaboración se aventuran o proponen soluciones probables a dicho problema, que el
investigador pone a prueba a lo largo del proceso de investigación para ver si son o no
confirmadas con los hechos. De las hipótesis se extraen las variables de estudio, y a partir de
ellas se habrá de fijar el campo de investigación, las informaciones a recoger, las prácticas a
emplear y los datos o hechos más relevantes o determinantes para el objeto de estudio.
3. Operacionalización de conceptos. Conlleva la traducción de los conceptos clave
implicados en la definición del problema, y de las hipótesis en variables más concretas que se
puedan materializar en preguntas a incluir en el cuestionario. Se trata de un proceso que va de
los general a lo particular y que se divide en varias fases: 1) Representación del concepto de la
variable, de modo que queden expresados en una noción teórica los rasgos principales que
presenta la realidad. 2) Especificación de los aspectos y dimensiones de interés práctico
implicados en la representación del concepto. 3) Elección de indicadores, estos es, de los
indicios que en la realidad se puedan considerar como muestras de una dimensión. 4)
Construcción de una medida común que agrupe todos los indicadores de una dimensión
mediante la asignación de un peso o valor a cada uno de ellos de acuerdo con su importancia.
4. Diseño de la investigación mediante encuesta. En el diseño se persigue planificar el
contraste de las hipótesis con la realidad a través de la aplicación del método científico y
buscando la máxima validez posible, es decir, el ajuste máximo entre los resultados del estudio
y la realidad. Las decisiones sobre el diseño de la encuesta se extienden sobre el ámbito de la
organización temporal de la encuesta o sobre el tipo de aplicación de la misma.
5. Construcción del cuestionario. Se persigue traducir a preguntas las variables
seleccionadas en la fase de operacionalización, teniendo en cuenta el diseño de la encuesta y
la forma de aplicación del cuestionario. El orden interno de las mismas ha de atender al objeto
de la investigación y a la posible relación que tengan entre ellas, de forma que se garantice que
su posición no influya en las respuestas de los entrevistados. Su redacción requiere de varios
borradores, teniendo en cuenta las demandas de las empresas o instituciones, si se trata de un
encargo, y los objetivos definidos en el proyecto, si se trata de investigadores independientes.
6. Confección de la muestra. Consiste en la determinación de su tamaño y la
distribución de la misma, esto es, la elección del tipo de muestreo más apropiado en función
de la población objeto de estudio, del diseño de la encuesta y del presupuesto disponible.
7. Planificación del trabajo de campo. Planificar la gestión de los recursos humanos y
técnicos necesarios para realizar una encuesta es fundamental, sobre todo cuando se dispone
de poco tiempo para presentar las conclusiones. Esta fase conlleva decisiones sobre el número
de colaboradores que han de participar y que habrán de hacerse cargo de tareas que pueden ir
desde la impresión de los cuestionarios hasta la introducción de los datos obtenidos a una
base que pueda ser procesada posteriormente a través de un programa estadístico, pasando
por la distribución de los cuestionarios entre los entrevistadores y la formación de éstos.
8. Pre-test y redacción final del cuestionario. Cuando se ha llegado a un consenso
sobre el cuestionario por parte del equipo investigador, se aplica el modelo a una pequeña
muestra, siendo así sometido a prueba. El tamaño de la muestra del pre-test suele estar en
torno a treinta unidades. Con sus resultados se elabora un informe a tener en cuenta a la hora
de redactar el modelo de cuestionario definitivo.
9. Formación de entrevistadores y trabajos de campo. En esta fase, el investigador, en
función del presupuesto, decidirá si realiza las entrevistas personalmente o si le encarga esta
tarea a una empresa que cuente con una red de entrevistadores apropiada. En este caso, el
investigador ha de reclutar cuidadosamente a los entrevistadores para intentar neutralizar en
lo posible los factores de sesgo más habituales. Con ellos, en una sesión conjunta, repasará los
Técnicas de Investigación Social I 34
Jesús Ángel González de la Osa
procedimientos de selección y contacto con los componentes de la muestra, así como los
instantes de la aplicación del cuestionario, pregunta a pregunta, con las instrucciones
específicas y materiales auxiliares que acompañan a cada una de ellas.
El trabajo de campo comprende las tareas destinadas a la obtención de las respuestas
de los individuos de la muestra. Además, en muchos estudios, coincide con la selección de las
últimas unidades muestrales. El equipo de investigación ha de vigilar el proceso de las posibles
sustituciones que se den respecto a la muestra original. Igualmente deberá verificar que los
cuestionarios han sido contestados por los componentes seleccionados de la muestra.
10. Codificación y análisis de los datos. La codificación consiste en asignar números a
las categorías de respuesta de cada una de las preguntas a fin de poder ser transferidas a un
programa informático y tratarlas estadísticamente. La asignación de los códigos o números
puede hacerse previamente al trabajo de campo o realizarse a posteriori de las entrevistas. El
nivel de medición de las variables condicionará la fijación de los códigos.
En el nivel más sencillo, el nominal, las respuestas pueden adoptar los códigos que se
desee, siempre y cuando dos categorías diferentes no compartan el mismo número. En el caso
de las variables ordinales (con ordenamiento interno ascendente o descendente) es
imprescindible trasladar el orden a los códigos asignados. En cuanto a las variables de
intervalo, los códigos asignados derivan del proceso de operacionalización. Si se decide que la
variable edad viene dada a partir de la pregunta “¿Qué edad cumplió usted en su último
cumpleaños?”, la codificación será los años que cada persona declare haber cumplido en su
último aniversario. Pero, a posteriori, este tipo de variables se suelen transformar en variables
de carácter ordinal para hacer más fácil su lectura y manipulación, de forma que dan lugar a
categorías perfectamente ordenadas.
En el caso de las preguntas abiertas, el procedimiento a seguir consiste en transcribir
las respuestas de un número amplio de cuestionarios. A continuación se procede a analizar el
contenido de las mismas y a construir categorías o conceptos que aglutinan a varias de las
respuestas anotadas. Cuando ya no aparecen nuevas respuestas que requieran nuevas
categorías, se finaliza el proceso. Entonces se dice que la pregunta está cerrada.
6.1. Introducción
Habitualmente los métodos de encuesta se utilizan para estudiar una parte o muestra
de una población con el propósito de hacer estimaciones sobre la naturaleza del conjunto de la
población de la que se extrajo originalmente dicha muestra. Pero la muestra no es la simple
sustitución de un todo por una parte. La extracción de muestras ha sido concebida como la
ciencia o el arte de controlar y medir la fiabilidad de información estadística útil, mediante la
aplicación de la teoría de las probabilidades.
original. Esto es, se trata de garantizar la correcta extracción de esa parte de la población con
objeto de someterla a observación científica en representación de dicha población, a fin de
obtener resultados válidos y aplicables al universo de la investigación en curso. La muestra
tiene un fundamento estadístico: una vez elegida y estudiada, los resultados habrán de ser
generalizables al universo dentro de unos determinados márgenes de error y de probabilidad.
La teoría de las probabilidades es el fundamento principal de la teoría del muestreo.
puede ocurrir que procure seleccionar a personas de su mismo sexo. Por estos motivos, la
muestra podría estar infrarrepresentada de unos tipos y sobrerrepresentada de otros.
c) Representatividad y probabilidad en la selección. No es que la muestra tenga que ser
representativa de la población en todas y cada una de las características que poseen, sino en
aquellas que son relevantes para los objetivos de la investigación. El principio básico del
muestreo probabilístico reside en el hecho de que cada elemento de la población tenga la
misma probabilidad de ser elegido. Conocer esta probabilidad de elección implica la existencia
de una seguridad estadística conocida, no absoluta pero razonablemente probable, mientras
que en las muestras no probabilísticas la seguridad estadística ni existe ni se conoce, y, por
tanto, no se podrán evaluar a partir de ella los márgenes de error, lo que imposibilitará la
generalización, es decir, la inferencia estadística.
La representatividad de la muestra no depende sólo de su tamaño, sino también del
procedimiento utilizado en su extracción. Principalmente podemos hablar de dos categorías:
los tipos de muestreo probabilístico y no probabilístico. Sin embargo, este último tiene la
ventaja de no necesitar marco muestral y de ser más simple y económico, siendo
especialmente apropiado cuando trabajamos con poblaciones marginales de difícil registro y
ubicación. El siguiente cuadro resume las principales variedades de ambos tipos de muestreo.
Tipos de muestreo
Muestreo probabilístico Muestreo no probabilístico
Muestreo aleatorio simple Muestreo por cuotas
Muestreo al azar sistemático Muestras intencionadas
Muestreo estratificado Muestreo por conveniencia
Muestreo por conglomerados
Muestreo polietápico
completar el número de elementos que requiere la muestra (600). d) Los elementos listados
en la población que tienen asignados estos varios números al azar constituyen la muestra.
6.5.1.1. El tamaño de una muestra aleatoria simple: factores que influyen en su fijación
El número de unidades de la muestra es una de las primeras decisiones al hacer el
diseño muestral. Conviene buscar un equilibrio en el que el tamaño de la muestra ofrezca
fiabilidad sin implicar un incremento innecesario en los costes económicos y temporales. Los
factores a considerar para lograr ese equilibrio son: 1) Los recursos disponibles. El presupuesto
real y el tiempo para llevar a cabo la investigación son los dos factores más influyentes en la
fijación del tamaño muestral. 2) El diseño muestral. Los diseños no probabilísticos permiten
utilizar un tamaño de muestra más reducido que los probabilísticos. Y dentro de estos últimos,
un muestreo aleatorio simple exige menos elementos muestrales que uno estratificado o por
conglomerados. 3) La varianza poblacional. Cuanto más heterogénea sea la población, mayor
será su varianza y, en consecuencia, se hará necesaria una muestra de mayor tamaño para
reflejar más ajustadamente las características del universo. La existencia de estudios previos al
desarrollo de una investigación permite tomar cálculos sobre las varianzas de las variables
fundamentales para nuestro objeto de estudio. Pero en muchos casos no existen estas
informaciones previas y ha de adoptarse el supuesto de máxima variabilidad (la población
dividida a un cincuenta por ciento en relación a la variable definitiva: P=Q=50%). Se trata del
supuesto más desfavorable y que requiere mayor tamaño muestral. 4) El error muestral. A
medida que aumenta el volumen de la muestra, disminuye el tamaño del error muestral.
El nivel de confianza es la probabilidad con la que el investigador afirma que el error no
será superior a un valor que prefija. Habitualmente se utiliza el nivel de confianza del 95%, lo
que quiere decir que de cada 100 muestras que podamos extraer de una población dada, al
menos 95 van a ofrecer datos que estén dentro de los niveles de error establecidos. O
explicado a la inversa, sólo 5 de cada 100 muestras pueden superar los niveles de error que
esperamos. Algunas veces, cuando se necesita una precisión muy alta, como en algunos
estudios preelectorales, se puede incrementar el nivel hasta el 99,7%.
6.5.2. Muestreo aleatorio sistemático
El muestreo aleatorio simple es raramente utilizado en la práctica. Cuando se tiene un
listado es más eficiente utilizar un muestreo al azar sistemático. Se parte del listado, pero sólo
se elige por sorteo la primera unidad de la muestra, que ha de ser inferior a la distancia
estándar entre los elementos que van a componer la muestra, esto es, al coeficiente de
elevación o intervalo de muestreo (valor resultante de dividir el tamaño de la población entre
el tamaño de la muestra o número de veces que está contenida la muestra en la población).
Los elementos restantes se obtienen sumando sucesivamente al número inicial el coeficiente
de elevación, hasta obtener todos los números necesarios. Cuando el coeficiente de elevación
es decimal se puede alternar el redondeo por exceso o por defecto. Este tipo de muestreo
debe evitarse cuando existe una naturaleza periódica en el orden de los datos de la población.
6.5.3. Muestreo estratificado
No es una alternativa a los anteriores, sino una variación en su uso. El muestreo
aleatorio simple garantiza la representatividad y hace posible la estimación del error. El
muestreo estratificado permite obtener un mayor grado de representatividad, disminuyendo
el error muestral. Se basa en el supuesto de que las poblaciones homogéneas producen
muestras con errores muestrales más reducidos. En lugar de seleccionar la muestra a partir del
total de la población, se asegura que un apropiado número de elementos de la muestra sea
seleccionado a partir de subpoblaciones homogéneas.
La mayoría de las veces, el muestreo aleatorio simple y el sistemático no pueden ser
utilizados debido a la dispersión de la muestra. La equiprobabilidad se consigue por otras vías,
como la estratificación de la muestra: consiste en encasillar el universo en tantas celdillas
como sea necesario para garantizar que las fuentes de diferencia van a estar adecuadamente
representadas y ponderadas en la muestra, y construir el proceso aleatorio (el sorteo) de la
muestra partiendo de la casilla y no del conjunto. Normalmente se utilizan criterios de
Técnicas de Investigación Social I 38
Jesús Ángel González de la Osa
estratificación tales como el tamaño de hábitat de los municipios. Este tipo de muestreo se
utiliza cuando el universo es muy heterogéneo en función de determinadas características que
deben estar incluidas en la muestra o cuando se precisa información específica de algunas
subdivisiones de la población. Entonces se trata a las subpoblaciones como una población
única. También se hace uso del mismo cuando se desean aplicar diferentes tipos de muestreo
probabilístico en los distintos estratos de la población.
Lo más complejo del procedimiento es obtener el tamaño muestral dentro de cada
uno de los estratos. Por lo general, se puede aplicar un criterio proporcional, pero también no
proporcional, en cuyo caso se pondera la muestra asignando pesos a cada estrato para
compensar la desigual probabilidad de selección asignada a cada unidad de población incluida
en el estrato. No obstante, lo habitual es que la distribución del tamaño muestral global entre
los estratos establecidos (afijación) se realice de tres formas diferentes: a) Mediante afijación
simple: se asigna el mismo tamaño muestral a cada estrato (tiene el inconveniente de que
favorece a los estratos más pequeños). b) Mediante afijación proporcional: la distribución de la
muestra se realiza de forma proporcional al peso específico del estrato en el conjunto de la
población. c) Mediante afijación óptima: añadimos al peso específico del estrato la variabilidad
del estrato respecto a la variable tenida en cuenta en la estratificación. De este modo, los
estratos más heterogéneos y con mayor peso poblacional estarán más representados en la
muestra. Se calcula multiplicando el porcentaje que representa cada estrato por su varianza. A
continuación se suman todos los productos y se calcula la proporción que representa cada
producto en el total. Después se multiplican dichas proporciones por el tamaño de la muestra,
con lo que se obtiene el número de unidades muestrales en cada estrato.
6.5.4. Muestreo por conglomerados
El muestreo probabilístico en el que las unidades muestrales no son los individuos, sino
un conjunto de individuos que pueden ser considerados como una unidad, es el que
conocemos como muestreo por conglomerados. En la mayoría de los temas de investigación es
necesario elaborar un diseño muestral complejo, en el que se parte de una selección inicial de
grupos de elementos, conocidos como clusters o conglomerados, para proceder a
continuación a una segunda extracción de elementos dentro de cada uno de dichos
conglomerados. Los departamentos en las empresas o en las universidades, las Comunidades
Autónomas o los equipos de fútbol pueden ser considerados conglomerados, que algunos
autores definen como naturales, frente a otros no naturales, como las urnas electorales.
El muestreo por conglomerados suele aplicarse cuando es imposible o poco práctico
recopilar un registro exhaustivo de todos los elementos de la población objeto de estudio,
pero también por la necesidad de conseguir estimaciones más precisas. Al igual que en el
muestreo estratificado, se divide a la población en subgrupos. Pero, en tanto que en el
muestreo estratificado buscamos la homogeneidad dentro del estrato y la heterogeneidad
entre los estratos, en los conglomerados procedemos a la inversa, pues a mayor
heterogeneidad dentro o intraestrato disminuye el error muestral, dado que el objetivo es que
cada estrato recoja una representación de la variedad de elementos en la población.
Las ventajas de este muestreo por conglomerados es que no requiere de listados de
toda la población, sino únicamente de las unidades del conglomerado, reduciéndose el coste al
concentrarse el trabajo de campo en menos puntos de muestreo, fijados dentro del propio
conglomerado. Sin embargo, resulta mucho más complicada la estimación del error muestral.
1) Muestreo por cuotas. Es uno de los más conocidos por su alto grado de aplicación
en el mundo de la empresa y en los estudios de opinión. Encuentra su fundamento en que, si
se conocieran todas las características del universo y sus proporciones correspondientes, sería
posible organizar una muestra que estuviera “cuotificada” en todas sus dimensiones, de tal
manera que fuera representativa del universo sin necesidad de extracción aleatoria individual
de sus unidades. Se trata de elaborar una matriz donde se calculan las proporciones relativas
para cada celdilla, cuya base será la proporción que representa cada categoría de las variables
seleccionadas en la población total. A continuación se proporciona a cada entrevistador el
perfil y número de personas que habrá de entrevistar para completar cada cuota.
2) Muestras intencionadas. Están indicadas cuando las muestras son muy pequeñas y
específicas. La selección de las unidades muestrales atiende a criterios subjetivos relacionados
con el objeto de estudio. Se basa en la elección de casos enriquecedores para poder hacer
estudios en profundidad. Se usan frecuentemente en los estudios cualitativos donde, por
ejemplo, se recurre al juicio de personas expertas o de informantes clave que puedan aportar
luz al problema de investigación. Las estrategias de muestreo intencional son muy variadas;
entre ellas destacan: a) Muestreo de casos extremos, consistente en seleccionar sólo a aquellos
casos que se encuentran en el extremo del rango de una variable (por ejemplo, a los más ricos
o a los más pobres, a los más a la izquierda y a la derecha). Su utilidad es evidente para
descubrir las fronteras de la acción social o de las instituciones. b) Muestreo de casos poco
usuales, cuando los casos que pueden encontrase en relación a un tema de estudio son poco
frecuentes. c) Muestreo de casos con máxima variación; se pretende construir la muestra más
heterogénea posible, cuyo objeto es obtener las pautas comunes que, al proceder de una
máxima variabilidad, adquieren un interés particular. d) Muestreo de subgrupos homogéneos,
con una lógica semejante al anterior, pero en sentido inverso. e) Muestreos estructurales; los
individuos son seleccionados por su posición social en alguna red o jerarquía. f) Muestreos con
informantes estratégicos, mezcla de los dos anteriores, se basan en el interés en detectar a las
personas con mayor nivel de información sobre un fenómeno social. Los dos subtipos más
importantes son el muestreo de expertos y el muestreo bola de nieve (se pide a unos
informantes iniciales los nombres de otros y que formen parte de la población a seleccionar).
3) Muestreo de conveniencia. También conocido como fortuito o accidental, consiste
en tomar los casos que “salen a nuestro encuentro” o más disponibles, continuando el proceso
hasta que la muestra adquiere el tamaño que hayamos precisado. No es posible hacer
inferencias hacia la población ni estimar las desviaciones; si usamos muestras accidentales sólo
podemos desear que los errores no sean muy elevados (ejemplo: los entrevistadores que
recogen informaciones para programas de televisión entre la gente de la calle). Este tipo de
muestreo sólo es justificable cuando la investigación está en fase exploratoria o cuando se
quiere efectuar un pre-test en un primer diseño de cuestionario.
Tema 7. El cuestionario
frases de estímulo para que la persona seleccionada conteste. A veces basta con señalar la
relevancia de su participación y expresar el agradecimiento por la misma.
Hay veces que son necesarias preguntas iniciales específicas para la construcción de la
muestra. Son preguntas que solicitan información sobre las características de los
entrevistados, por si pueden ser incluidos o han de ser excluidos de la muestra, ya sea por
razones de edad, residencia u otros factores relacionados con el estudio.
La organización formal habitual en los cuestionarios es la denominada en pirámide
invertida o embudo, pues va de lo más general a lo más particular. Ahora bien, entiéndase por
“lo general” las opiniones de los entrevistados en aspectos poco específicos del objeto de
estudio. Y, por “lo particular”, los rasgos de los sujetos que les ubican en la estructura social.
El contenido sustancial del cuestionario empieza realmente con las denominadas
preguntas preparatorias, que tienen una doble función: introducir a la persona encuestada en
el tema de estudio y conseguir una buena relación para la situación de entrevista. Tienden a
ser preguntas poco comprometedoras y que encauzan el tema de estudio.
Las preguntas básicas son el centro del estudio. Son las que han de hacerse, con
independencia de su carácter comprometedor. Es más, en algunas ocasiones, para fijar
claramente la posición de la persona entrevistada, será necesario realizar la misma pregunta
de diferentes maneras. En esta parte de la estructura hay que tener especial cuidado con el
orden de las preguntas, pues ha de observarse que las respuestas a algunas preguntas pueden
condicionar las respuestas a otras sucesivas. Esto en parte justifica el ir desde las preguntas
menos comprometedoras a las más comprometidas.
Las preguntas sociodemográficas tienden a cerrar el cuestionario. Se trata de fijar las
características de los individuos a partir de ciertos criterios. A veces es suficiente con recoger el
género, la edad y el nivel de estudios terminados. Otras veces se hace necesario preguntar
sobre aspectos como composición de la familia, ocupación, ingresos, clase social subjetiva o
posesión de ciertas propiedades. En otras, incluso hay que recoger la posición ideológica de los
sujetos, preguntando por sus opciones políticas o religiosas. Todo ello al final del cuestionario.
7.5. Precodificación
Codificar se concreta en la práctica en la asignación de números a cada una de las
posibilidades de respuesta de cada pregunta del cuestionario para agregar las mismas. De esta
manera, la codificación es realmente precodificación, salvo en el caso de las preguntas
abiertas, que se codifican tras el trabajo de campo o, a lo sumo, en el proceso del mismo.
El establecimiento de códigos ha de tener muy en cuenta el nivel de medida de las
variables que habitualmente están representadas en cada una de las preguntas. A las
posibilidades de respuesta de las variables nominales pueden asignarse los números que se
deseen. No tienen mayor significado. La única regla general es que dos categorías distintas no
estén codificadas por el mismo número. Todas las combinaciones son correctas, siempre que
en ninguna de ellas se repita la asignación del mismo número a distintas categorías. Ahora
bien, se recomienda la utilización de números sencillos para facilitar posteriormente la
introducción de los datos en el ordenador.
En las variables ordinales, que expresan un orden con relación a la variable y por tanto
sus categorías de respuesta están ordenadas entre sí, la codificación ha de guardar el orden.
Por ejemplo, la cuestión “...dígame su grado de satisfacción, desde muy satisfecho a muy
insatisfecho, con respecto a...” está representando una variable ordinal que ha de mantener el
orden. Veamos las posibilidades e incorrecciones en el seguimiento de este principio:
Opción A. Correcta Opción B. Incorrecta Opción C. Correcta Opción D. Correcta
1. Muy satisfecho 3. Muy satisfecho 5. Muy satisfecho 10. Muy satisfecho
2. Satisfecho 2. Satisfecho 4. Satisfecho 8. Satisfecho
3. Ni satisfecho, 1. Ni satisfecho, 3. Ni satisfecho, 6. Ni satisfecho,
ni insatisfecho ni insatisfecho ni insatisfecho ni insatisfecho
4. Insatisfecho 5. Insatisfecho 2. Insatisfecho 4. Insatisfecho
5. Muy insatisfecho 4. Muy insatisfecho 1. Muy insatisfecho 2. Muy insatisfecho
Técnicas de Investigación Social I 45
Jesús Ángel González de la Osa
Una de las principales ventajas del uso de documentos en la investigación social es que
no produce reactividad. Con este concepto se quiere decir que los objetos (cosas o personas)
reaccionan cuando son observados, es decir, no se comportan de forma natural cuando se les
aplica unos instrumentos o procedimientos de observación. Podría decirse que los
documentos son naturales desde la perspectiva metodológica de la investigación social. Otra
de las ventajas del uso de documentos reside en su comparativo bajo coste. Los documentos
están ahí, no hace falta producirlos. Es cierto que a veces su recopilación no es sencilla y que
requiere notables esfuerzos, pero suelen tratarse más de esfuerzos personales del investigador
que de la aplicación de recursos económicos por parte de una organización.
La principal desventaja del uso de documentos en la investigación social es que,
precisamente porque ya están ahí, puede que se ajusten poco como respuestas a las
preguntas planteadas en la investigación. De hecho, los documentos no responden a ninguna
pregunta de investigación. Lo que hacemos es ponerlos a hablar de nuestro objeto de
investigación. Así, podemos analizar unas fotografías familiares para que nos hablen de, por
ejemplo, el sentido que tiene la familia o la jerarquía dentro de la misma.
Los documentos, al no estar producidos para ser observados, no lo están para serlo de
manera cuantitativa ni cualitativa. Por lo tanto, no prefiguran el tipo de análisis que se pueda
hacer de los mismos. La experiencia de investigación nos dice que admiten tanto la perspectiva
cuantitativa, tendiéndose a denominar entonces análisis de contenido, como la perspectiva
cualitativa, pudiendo entonces tomar distintas denominaciones, aunque parece que la de
análisis del discurso es la que domina en la actualidad, aun cuando no se analicen sólo
expresiones típicamente discursivas, orales o escritas.
de la investigación, dado su gran volumen. En el caso de los tres diarios nacionales, puede
establecerse una selección por periodos, o sortear una muestra de días entre todos los días
incluidos en la investigación. 3) Definición de las unidades básicas que se van a recoger:
palabras, frases, párrafos, unidades textuales enteras (editoriales, crónicas, reportajes, etc., en
un diario). 4) Definición de las categorías y, por lo tanto, de las variables. Las categorías o
valores, dentro de las variables, han de ser excluyentes entre sí. 5) Testar el código que se va a
utilizar o conjunto de variables, con sus categorías. Para ello se utiliza una pequeña muestra
del material documental que se va a utilizar. 6) Revisión de las formas de establecer las
categorías al material documental. 7) Volver a testar el nuevo código y, si surgen nuevas dudas,
realizar otra revisión. 8) Aplicar el código a todo el material documental. 9) Establecer (contar)
las frecuencias (palabras, frases, párrafos, etc.) en que el contenido se encuentra en cada una
de las categorías establecidas. Cuando se trata de material audiovisual puede optarse por
unidades temporales (segundos o minutos). 10) Analizar los resultados. Análisis que nos
conduce directamente a la utilización referencial de la estadística y sus posibilidades.
Por su parte, el análisis del discurso no busca contar unidades, sino el sentido de lo que
se cuenta: del material analizado. Dentro del concepto de análisis del discurso no hay algo que
se considere un conjunto de procedimientos más o menos establecido. El estructuralismo ha
aportado un método: el análisis estructural de discursos. Aporta un procedimiento para la
búsqueda del sentido de los textos, pero no puede considerarse el único. A diferencia del
análisis de contenido, el análisis del discurso no segmenta y fracciona los textos en unidades
en función de su carácter gramatical. Aquí las unidades son de sentido y recogen elementos de
muy distintas características (un verbo, una frase). Pero, aunque trabaje con fragmentos, no
los cuenta, sino que analiza su articulación para la producción de un sentido global.
hablar de análisis de imágenes. Por ejemplo, cuando se analizan las imágenes de una
publicidad, antes de ser difundida, para intentar prever sus potenciales consecuencias.
8.5.1. Los lugares de la representación
Para el estudio sobre la representación que tiene la población de una marca, a partir
de la acción de una campaña publicitaria, pueden tomarse dos caminos: preguntar por ella a la
población o abordar directamente el análisis de la campaña. Nos apoyaremos en un ejemplo:
un partido político ha decidido centrar la publicidad de una campaña electoral en su líder. Con
una determinada imagen del mismo, se harán inserciones publicitarias en prensa y vallas.
La primera vía consiste simplemente en sondear entre un perfil de la población que
corresponde al del elector cómo se recibe tal imagen, es decir, qué connotaciones provoca
entre tales receptores. Para tal vía, lo habitual es diseñar una investigación a partir de
entrevistas en profundidad o grupos de discusión. Esta es una vía emic, en la medida que se
fundamenta en el propio sentido que da la gente al fenómeno social abordado, aun cuando en
este caso tal fenómeno se reduzca a una imagen. Esta vía se justifica principalmente por la
multiplicidad de significados que es capaz de generar una imagen (en nuestro ejemplo,
autoridad, carácter, confundirse con otro político, proximidad, fiabilidad, desconfianza, etc.).
La otra vía consiste en analizar la imagen producida, es decir, observar separadamente
cada uno de los elementos de la misma. Por lo tanto, partimos de un objetivo global; de una
síntesis. La primera escisión que realizamos es entre elementos que pueden considerarse
puramente icónicos y los elementos verbales: frases, eslóganes, etc., que, además de su
significado no hay que olvidar que son componentes materiales. Es decir, sus “letras” también
constituyen imágenes gráficas con un cuerpo o tamaño de letra, un tipo de letra, un color del
soporte material, etc. La combinación de estos elementos puede dar resultados muy diversos.
Así, un tipo de letra firme, en cuerpo relativamente grande, se traduce por un mensaje
contundente, serio, firme; pero tal vez demasiado inclinado a transmitir autoridad para un
anuncio que busca acercarse al elector o incluso con un tono un tanto “oficial” o autoritario.
La articulación de todos los aspectos de una imagen es susceptible de análisis para
intentar captar el sentido de la misma. Ahora bien, uno de los primeros objetos de la
observación ha de consistir en el propio mensaje icónico seleccionado: en buscar el sentido a
la selección del mensaje icónico. El análisis de la imagen es el de sus elementos, con la
finalidad de fijar el sentido del mensaje icónico. Por lo tanto: a) todo análisis de mensajes
icónicos terminan reduciendo la imagen a discurso o, lo que es lo mismo, el lenguaje visual en
lenguaje verbal; b) se constituye en un problema, a resolver por la propia práctica del análisis,
la ordenación de los distintos elementos y dimensiones que constituyen el mensaje visual.
Para la ordenación del análisis, es pertinente su división en niveles:
1) El nivel de la figura. Aun cuando existe una comprensión inmediata de lo que es una
figura, no es fácil su definición. De hecho, puede definirse como figura la que se reconoce
como tal. La figura como lo reconocible, en un doble sentido: lo que se reconoce como figura y
figura que reconocemos. La figura es, así, una entidad reconocible. Un nivel, el de la figura, que
a su vez puede estar incluido en supraentidades o suprafiguras: conjunto de figuras. Ejemplos
de estas supraentidades que engloban la figura son: una familia, un grupo de amigos, un
equipo deportivo... de posibles figuras humanas; un bosque, de figuras botánicas o animales;
etc. A su vez, tal entidad puede englobar subentidades o figuras que son también reconocibles:
cabeza, cara, piernas, ropa, peinado... de figuras humanas; hojas, flores, frutos, de una planta;
ventanas, balcones, mesas, de una casa. Es principalmente en las subentidades donde se
establecen las marcas, que permiten reconocer de una manera determinada a la figura,
adjudicándola a un tipo. Así, determinada vestimenta adjudica la figura al tipo de los
bomberos, los futbolistas, los ejecutivos, los obreros... Del mismo modo, unos rasgos (marcas)
en la cara posibilita la adjudicación aproximada a un grupo étnico, que facilita la identificación
de la figura con un lugar y una cultura. En el nivel de la figura, el uso del color cobra también
especial relevancia, susceptible de ser convertido en marca y, por lo tanto, en instrumento que
transforma la figura en un tipo.
Técnicas de Investigación Social I 54
Jesús Ángel González de la Osa
2) El nivel del texto (tipo de letra, tamaño del cuerpo, color). Una de las principales
funciones del texto en el mensaje visual es reducir las amplias posibilidades de interpretación
de la imagen. El texto tiene por misión cerrar el significado del conjunto del mensaje visual. De
lo contrario, éste puede decir mucho, tanto que termine por no fijar significado alguno.
Piénsese en la imagen de una montaña nevada en una campaña electoral. Tal vez deleite o
evoque situaciones, pero en cuanto atraer al votante cabe prever una eficacia bastante baja si
carece de texto. No obstante, no todo mensaje visual requiere texto; por lo tanto, este nivel
puede estar ausente en la práctica del análisis de imágenes.
3) El nivel del fondo. A diferencia de la figura, el fondo se define como lo indiferenciado
del mensaje icónico, lo que carece de límites o lo que tiene otro límite que el marco del
soporte del mensaje visual. Puede tratarse de fondos prefigurativos: edificios, paisajes,
objetos, paredes, muchedumbre, cielos, etc.; o simplemente fondos sin referencia inmediata
alguna, definidos casi exclusivamente por el color. Si en los niveles anteriores el color tenía
importancia, en éste adquiere la categoría de marca fundamental del mensaje.
Estos niveles se encuentran a su vez en relación. De hecho, el sentido del mensaje
visual está en la relación sintética entre sus distintos niveles. La separación de los mismos sólo
es una medida necesaria para el análisis. Un análisis que requiere enfrentarse, por lo tanto, a
la relación entre niveles. Así, tendrá que hacerlo a la relación:
a) Entre figura y fondo, que nos habla de la profundidad del campo, pero que sobre
todo establece los significados de proximidad-distancia e identidad. Cuando la figura se
impone claramente al fondo, la sensación de proximidad y de clara identidad de la figura
tiende a ser mayor. Cuando no se quiere dotar de identidad a una figura en especial, ni
generar sensación de proximidad, la figura (o las figuras) se confunde con el fondo.
b) Entre figura y texto. Las variedades de significación son amplias; pero cabe remarcar
las más generales: texto (palabras) atribuible a la figura o figuras (relación expresiva), texto
atribuible a un tercero (institución emisora) que describe la figura o figuras (relación
descriptiva), palabras de tercero que “hablan” a la figura (relación implicativa), y palabras de
tercero sin vinculación directa con la figura (relación distante). También cabe hacer mención a
relaciones especiales, como cuando el texto está incluido en la figura.
c) Entre texto y fondo, donde no sólo se establece el grado de legibilidad del texto, sino
que también pueden producirse significados a través de: 1) la ubicación del texto con relación
al fondo, 2) el grado de superposición del texto sobre el fondo; y 3) la utilización de elementos
que unan o separen el texto del fondo (recuadros, globos, etc.).
8.5.2. El análisis de imágenes en la investigación social
La investigación social comienza con el diseño del corpus: con la definición del material
que va a formar parte de la muestra a analizar. El análisis, por ejemplo, de una campaña
electoral en una comunidad autónoma puede estar incluido en: a) Un estudio de las imágenes
electorales utilizadas en las distintas convocatorias electorales de otros niveles (europeo,
nacional). Este corpus, a su vez, puede estar extendido a todos los soportes posibles de imagen
o seleccionar uno o varios de estos soportes. b) Un estudio de las imágenes electorales
utilizadas en la misma comunidad autónoma a lo largo de varias convocatorias electorales.
También puede optarse por todos los soportes posibles o por una selección de los mismos.
Ambas opciones no son excluyentes, aun cuando su abordaje conjunto complica la realización
de la investigación, tanto en la recogida de material como en el análisis.
Pero la dimensión más importante y más difícil de convertir en categoría, primero, y
variable, después, es la propia caracterización de la figura (o conjunto de figuras), para su
posterior clasificación. Dificultad que viene dada porque, en principio, aparece como un
intento de clasificar toda la realidad posible, ya que toda realidad es susceptible de ser
convertida en figura. Situándonos en campañas electorales de partidos políticos, los elementos
más distintos de sus respectivas realidades (tradición, colores, siglas, historia, bandera, etc.)
podrían ser seleccionados para formar parte de las mismas. Por otro lado, elementos que,
Técnicas de Investigación Social I 55
Jesús Ángel González de la Osa
sirve a la comunicación, el discurso como práctica social tiene como finalidad conocer las
funciones sociales, políticas y culturales que a través del lenguaje realizan las instituciones y los
grupos sociales. En la medida en que las prácticas discursivas son algo más que lenguaje, son
también, y sobre todo, lenguaje que se intercambia para otros grupos o sujetos.
Para el científico social, el discurso no se concibe al margen de un sujeto social que lo
produce y pone a su vez en circulación determinadas representaciones simbólicas de la
realidad social. De esta forma, el discurso social es un vehículo para transmitir valores, ideas,
hábitos y otras prácticas sociales relacionadas con los sujetos que lo enuncian o expresan. De
modo que el investigador social, a través del discurso, accede a un doble plano de la realidad
social objeto de estudio: a) Por un lado, la práctica discursiva permite acceder y conocer los
códigos y normas de comunicación a partir de los cuales los sujetos sociales se relacionan,
nombran y clasifican la realidad que les compete o afecta directa o indirectamente. b) Por
otro, dichas prácticas recrean un orden o mapa social a partir del cual los sujetos se reconocen
y se orientan en su mundo, es decir, les sirve de referencia para tomar partido en función de
las distintas situaciones sociales y/o condiciones de existencia.
pueden analizar otros aspectos como el espacio donde aparece el texto objeto de análisis o el
tiempo de su duración, etc. La localización y depuración de un contenido semántico permite a
su vez comprobar cuantitativamente la frecuencia de la información contenida en el texto.
Por otro lado, el método de análisis de contenido es un procedimiento analítico a
mitad de camino entre lo cuantitativo y lo cualitativo, y que, por una parte, el método opera
cuantitativamente (cuenta hechos textuales), mientras por otra lo hace sobre un material
informacional cualitativo de tipo discursivo (comunicacional). Ahora bien, son precisamente
estas medias tintas entre lo cualitativo y lo cuantitativo lo que permite ir entresacando algunas
de las limitaciones o problemas del análisis de contenido. La más decisiva es la que señala un
procedimiento que no es de ninguna manera una interpretación del texto. El rigor sistemático
y objetivo del análisis de contenido es empeñado en la medida en que omite traer el texto al
plano de las relaciones comunicativas y, por tanto, a la presencia de una instancia o sujeto
enunciador del discurso que atribuya cierto sentido e intencionalidad a lo que el texto quiere
decir. O sea, omite la dimensión comunicativa del proceso discursivo para fijarse únicamente
en la dimensión informacional (descontextualizada) de dicho proceso. Por tanto, este tipo de
análisis es apropiado en investigaciones descriptivas donde se busca conocer y validar cierta
información estereotipada y/o normalizada a partir de un conjunto de textos previamente
acotados. Su utilización ha sido mayoritaria en estudios de medios de comunicación de masas
y en los efectos que dichos medios producen en la opinión pública.
9.3.2. El uso estructural del análisis del discurso
Si el uso informacional del texto ofrece un sentido o significado a partir de la
información que contiene, en el uso estructural ese significado está en las relaciones que
comprenden los elementos del texto. En el uso estructural lo esencial es la permanencia o
invarianza de una lógica relacional que combina y da sentido a las palabras y/o proposiciones
que arman un conjunto textual. La idea directriz es conocer el código o conjunto de reglas
relacionales que ordenan un texto. El conocimiento de dicho código o estructura subyacente
tiene la ventaja de reducir las diversas manifestaciones discursivas que pudieran tratarse, de
manera que, una vez establecido el código, la virtualidad y varianza discursiva no es más que
una permuta carente de información por estar sometida ésta al predominio de unas reglas
generales y abstractas que sirven de patrón referencial para todas las posibles variaciones.
En el marco estructural, el análisis del discurso social es siempre la expresión de un
sistema de relaciones que comprende el texto y que hay que deducir a partir de dos
movimientos analíticos: a) Por un lado, la disección del texto en unidades mínimas de
significado o semas. b) Por otro, la búsqueda del sistema de relaciones que confieran unidad al
texto en función de las posiciones y oposiciones entre las unidades que la componen, y a partir
de las cuales cobran sentido.
La función del analista es la decodificar dichos textos, o, en otras palabras, encontrar la
lógica combinatoria que le permite localizar los elementos clave e invariantes de un texto
cualquiera. A su vez, son estos mismos elementos los que guardan en su forma la estructura
que los ha generado, lo que lleva a entender el uso estructural como un tipo de análisis
discursivo limitado a las expresiones del texto y a la manera de organizarse, dejando a un lado
las motivaciones e intenciones que dieron lugar a dicha organización textual.
Es por esto que en este uso analítico se subordine todo interés de la enunciación por el
enunciado, porque es en el texto (no el sujeto que lo produce) donde se encuentra todo lo
necesario para operar el análisis. Incluso la estructura que genera internamente el texto
analizado es una estructura implícita que los propios sujetos desconocen cuando la ponen en
práctica con sus acciones, y que en definitiva funciona independientemente de la utilización
que éstos hacen de ella.
Es, por tanto, el carácter inconsciente de las estructuras lo que permite situar al sujeto
del discurso como un mero instrumento ejecutor o actante que actualiza y pone al día el
código. Pero también que el análisis resultante prescinda del contexto histórico o que dicho
contexto se refiera a la historia inmediata (sincrónica) del sujeto que realiza la acción de
Técnicas de Investigación Social I 60
Jesús Ángel González de la Osa
sobre lo leído. La propia situación de abordaje del documento se suma a los intereses y
motivaciones que justifican y dan lugar a la interpretación textual.
En este sentido, la interpretación sociológica del discurso se vuelve reflexiva y toma en
consideración una doble lectura como punto de partida; a) Una lectura activa donde las
preguntas que se le hacen al texto se realizan desde una polifonía de las diferentes posiciones
sociales que entran en el campo social de referencia, incluidas las del analista. b) Una lectura
igualitaria, en cierta forma pasiva, en la que se mantiene la posibilidad de todos los sentidos
sin omitir nada y sin privilegiar nada a priori, es decir, procurando desmantelar y allanar de
manera radical la organización del texto.
A un nivel contextual macro-social, el análisis sociológico de discursos pretende
reconstruir el campo de fuerzas e intereses sociales que competen al objeto de la
investigación, y que se encuentran localizadas en distintos órdenes comunitarios reflejados en
el texto. Estos órdenes vienen marcados por la comunidad lingüística, la comunidad cultural, la
comunidad histórica y la comunidad sociopolítica a la que pertenece el texto.
Cuando los hablantes o escribientes se esfuerzan en poner de relieve determinados
significados contenidos en el transformado polisémico de los enunciados, es porque existe y
les respalda una determinada comunidad lingüística. En el mismo plano del lenguaje, los
sujetos también se esfuerzan en referir a través de éste una realidad externa cuyo significado o
sentido se corresponde con la comunidad cultural de pertenencia. Estos significados no
pertenecen estáticos o inamovibles. Los cambios e intereses a los que están sometidos llevan a
tener en cuenta una comunidad histórica donde éstos se recortan y limitan en el tiempo. Por
último, el contexto de una comunidad sociopolítica determina los lugares desde los cuales se
deben enunciar y releer dichos significados discursivos.
10.1. Introducción
La aplicación del método científico tradicional comienza con la figura de un
investigador interesado en un asunto concreto, sobre el cual construye un marco teórico y,
utilizando el método deductivo, elabora una hipótesis que refleja la asociación entre dos
variables. A continuación, dichas variables se someten a operacionalización, especificando qué
medidas empíricas las van a representar en el mundo real o, lo que es lo mismo, en el de los
hechos. Posteriormente, y una vez recopilados los datos relevantes sobre esas medidas, la
relación esperada se somete a contraste empírico.
Este procedimiento refleja una actividad científica aparentemente tediosa y rutinaria.
Pero la experiencia investigadora echa por tierra estos calificativos. En primer lugar, raramente
los conceptos teóricos facilitan una operacionalización sin imprecisiones o ambigüedades. En
segundo lugar, las asociaciones entre variables tampoco alcanzan casi nunca la perfección.
una medida común y constante, lo que permite asignar un número real a los objetos de un
conjunto ordenado. El punto cero de este nivel de medición es arbitrario, es decir, no implica
ausencia absoluta de la característica que se esté midiendo. La edad, los ingresos o la ideología
de un individuo son ejemplos de variables de intervalo. La mayor ventaja de estas variables es
que se puede proceder a realizar operaciones matemático-estadísticas directamente, sin
necesidad de adjudicar a las categorías códigos numéricos arbitrarios.
4) Escalas de razón. No existen diferencias entre las escalas de intervalo y de razón.
Pero hay que aclarar la distinción entre ambas. El cero en el nivel de razón o proporción es
absoluto, representando la ausencia absoluta de la característica que mide (peso, altura…).
Obviando esta diferencia, las escalas de intervalo y razón comparten las mismas propiedades.
El segundo criterio clasificador de variables hace referencia a su naturaleza. Según el
mismo existen variables cualitativas y cuantitativas. Las primeras son aquellas cuyos elementos
tienen carácter no numérico, frente a las segundas, que tienen elementos de carácter
numérico. Las cuantitativas se subdividen en agrupadas o no y en discretas y continuas. Las
agrupadas presentan una serie numérica agrupada en intervalos a efectos operativos y de
síntesis. Las continuas pueden adoptar cualquier valor (incluso fraccionado) dentro de un
rango, en tanto que las discretas sólo pueden adoptar valores enteros dentro de su rango.
Clasificación de variables según su naturaleza
Cualitativas: aquellas que no pueden Cuantitativas: aquellas que pueden adoptar valores numéricos.
adoptar valores numéricos. - Ejemplo de agrupadas: grupos de edad.
(Ejemplos: recuerdo de voto, estado - Ejemplo de no agrupadas: años que lleva trabajando en una empresa.
civil…). Discretas: sólo pueden adoptar valores Continuas: pueden adoptar todos los
enteros. valores en un rango, incluso los
(Ejemplo: número de hijos). fraccionados.
(Ejemplo: ingresos en el hogar).
El tercer criterio utilizado para clasificar variables es decisivo a la hora de analizar las
relaciones que se establecen entre ellas. Se trata de la posición que ocupan en a investigación.
Así, se dispone de variables independientes, dependientes e intervinientes. Las primeras son las
que tienen poder explicativo, cuya influencia sobre las dependientes se quiere descubrir y
calibrar a lo largo de la investigación. La variable dependiente, por tanto, es la variable a
explicar. La variable interviniente, por último, se interpone entre la independiente y la
dependiente, modificando la relación.
10.5.2. Análisis de una sola variable
Para poder establecer comparaciones entre distintos individuos, grupos o colectivos,
se hace imprescindible la clasificación de los datos obtenidos a partir del cuestionario. Existen
dos pasos que sigue la Estadística descriptiva: a) la organización de los datos, y b) la
manipulación de los mismos, aplicándoles procedimientos aritméticos.
Cuando se dispone de un gran número de datos como los que podrían desplegarse en
una matriz de datos de N=2500 casos y M=40 preguntas, es útil distribuir los distintos casos en
clases o categorías y determinar el número de individuos que pertenecen a cada una de ellas.
Una ordenación tabular de los casos entre una de las categorías de una pregunta (o variable),
se conoce como distribución de frecuencias.
En el cuadro adjunto (ejemplo: estado civil) se pueden apreciar varias columnas:
Categorías de respuesta Frecuencia Porcentaje Porcentaje válido Porcentaje acumulado
(1) (2) (3) (4) (5)
Soltero/a 1.244 83,4 83,4 83,4
Casado/a 165 11,1 11,1 94,4
Viviendo en pareja 67 4,5 4,5 98,9
Separado/a 9 0,6 0,6 99,5
Divorciado/a 4 0,3 0,3 99,8
Viudo/a 1 0,1 0,1 99,9
Nc 2 0,1 0,1 100,0
Total 1.492 100,0 100,0
1) En la primera columna figuran las categorías de respuesta, incluidos aquellos que no
han contestado (categoría importante si el número de casos supera el diez por ciento de los
entrevistados). Como se trata de una variable nominal, el orden de las categorías no importa;
Técnicas de Investigación Social I 66
Jesús Ángel González de la Osa
si se tratara de una variable ordinal o de intervalo, habría que convenir si colocarlas en orden
ascendente o descendente, manteniendo la ordenación interna de las mismas.
2) La segunda columna recoge las frecuencias ordinarias o absolutas, es decir, el
número de casos que se agrupa bajo cada categoría. En este caso predominan los solteros.
3) La tercera columna presenta la distribución porcentual de los casos para las
diferentes categorías, resultado de dividir la frecuencia ordinaria de una categoría entre el
tamaño total de la muestra y multiplicado por cien.
4) La cuarta columna ajusta los porcentajes a las respuestas emitidas, esto es,
excluyendo a los que no han contestado.
5) La quinta columna sólo tiene sentido a partir del nivel de medición ordinal, pues se
trata del cálculo de los porcentajes acumulados. Permite interpretar el tanto por ciento de
individuos que se encuentran por debajo de alguna posición o puntuación.
Medidas de tendencia central y dispersión
El análisis estadístico básico de una distribución de frecuencias consiste en reducir el
conjunto de observaciones sobre una variable a una observación típica que, como tal, se
puede tomar como representativa del colectivo estudiado. Esta reducción es útil y ofrece gran
precisión, por razones operativas, de síntesis y comparativas, y el valor que la expresa recibe el
nombre de medida de tendencia o promedio central.
Atendiendo al nivel de medición de las variables, las medidas de tendencia central más
adecuadas son: moda, mediana y media.
Nivel de medición de la variable Medida de tendencia central adecuada
Nominal Moda (Mo)
Ordinal Moda (Mo), Mediana (Me)
Intervalo Moda (Mo), Mediana (Me), Media
Moda. La moda de una serie de números es aquel que se presenta con mayor
frecuencia, o sea, el valor más común. Es la más apropiada para variables nominales, dado que
es la categoría a la que corresponde la frecuencia máxima. La moda puede no existir y, si
existe, puede no ser única (esto es, puede haber frecuencias unimodales, bimodales o
multimodales). En la distribución de frecuencias de la variable “estado civil” comprobamos que
el valor más frecuente (1244 casos) es el que se corresponde con la categoría soltero.
Mediana. La mediana es un promedio que divide a la distribución en dos partes
iguales, es decir, aquel valor que deja por debajo el 50% de los casos y por encima el otro 50%.
La mediana de una distribución no tiene por qué corresponderse necesariamente con un dato
de la misma: simplemente se trata de un valor teórico. Sólo puede aplicarse a partir del nivel
de medición ordinal porque el propio concepto de mediana implica dirección.
Media. Sólo se puede aplicar en el nivel de medición intervalar. Se construye mediante
la suma de todas las puntuaciones de una distribución, dividida por el número de casos. Al
incluir a todas las puntuaciones de la distribución desarrolla un pequeño inconveniente, que
consiste en dejarse influir por la existencia de valores extremos en la distribución. Cuando
existen esos valores extremos, es más conveniente sustituirla por la mediana.
Existen otras medidas, derivadas de la mediana, que son conocidas como medidas de
posición: cuartiles, deciles y percentiles. Los cuartiles dividen a la distribución en cuatro partes
(el primer cuartil es el valor que deja por debajo un 25% de los casos y por encima el 75%
restante; el segundo cuartil coincide con la mediana, el tercero deja por debajo el 75% de los
casos y por encima el 25% que resta, coincidiendo el cuarto cuartil con el valor más alto de la
distribución: dejando por debajo el 100% de los casos). Los deciles dividen la distribución en
diez partes (el primer decil deja por debajo el 10% de los casos y por encima el 90% restante, y
así sucesivamente, coincidiendo el quinto decil con la mediana). Los percentiles dividen la
distribución en cien partes iguales (el percentil 38 dejará el 38% de los casos por debajo y el
62% por encima, y así correlativamente, coincidiendo el percentil 50 con la mediana.
Las medidas de tendencia central son imperfectas, y sólo se logran a base de una
simplificación de la realidad, más o menos aproximada. El hecho de que una medida de
tendencia central represente a un conjunto de valores no indica el grado en que se da tal
Técnicas de Investigación Social I 67
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representatividad con respecto al total de esa muestra. Como índice de la mayor o menor
imperfección de estos promedios, se usan otras medidas complementarias: las de variabilidad
o dispersión, que denotan la heterogeneidad de los valores dentro de la distribución de
frecuencias de una variable. Y, por tanto, también nos muestran la mayor o menor
aproximación con que las medidas de tendencia central representan a un grupo o muestra.
La variabilidad es una propiedad presente en cualquier muestra de casos, que nos
indica cómo se dispersan éstos en torno a un valor medio, e indica si los distintos valores de
una variable son muy parecidos o distintos entre sí. Al igual que con los promedios, existen
medidas de dispersión adecuadas para cada nivel de medición de las variables:
Nivel de medición de las variables Medidas de dispersión
Nominal Rango o recorrido, razón de variación.
Ordinal R. de variación, rango intercuartílico y rango semiintercuartílico.
Intervalo R. de variación, rango intercuartílico y semiintercuartílico,
desviación media, desviación típica, varianza y coeficiente de
variación de Pearson.
10.5.3. Construcción y lectura de tablas de contingencia
Una de las facetas del análisis de dos variables es la investigación de la causalidad. Sin
embargo, el estricto modelo de explicación causal no es adecuado para las ciencias sociales,
por tres razones básicas: a) El comportamiento humano es una pregunta compleja y a veces
incontestable. No debemos esperar encontrar, como en las ciencias naturales, una relación
causa-efecto clara. Siempre hablamos en términos de probabilidad, no de certeza. b) Al
establecer la relación entre dos variables debemos tener en cuenta la posibilidad de que otra u
otras variables estén influyendo en esa relación. c) No siempre está claro cuál es la variable
independiente y cuál la dependiente, esto es, no sabemos la dirección de la asociación. En
algunos casos resulta obvio por el sentido común, pero no es así invariablemente. Las variables
de tipo actitudinal son más complicadas en su comportamiento.
Los procedimientos estadísticos para el análisis de dos variables nos muestran la
probabilidad de que exista asociación entre ellas. Pero hay que guardar cierto escepticismo
ante la posibilidad de que exista causalidad entre ellas. Los estadísticos constituyen una guía
matemáticamente fundada, nunca una prueba incuestionable.
Los procedimientos estadísticos que usamos en el análisis de la relación entre dos
variables vienen determinados en gran medida por el nivel de medición de las mismas. Así,
nosotros nos vamos a ceñir básicamente a los apropiados para variables de tipo cualitativo
(nominales y ordinales). La representación tabular de dos variables nominales u ordinales
adopta la forma de las llamadas tablas de contingencia. Muestran los pares de valores
tomados por cada caso o individuo de una muestra o población por cada par de variables.
Las tablas aparecen divididas en casillas. Cada casilla representa la coincidencia de un
valor específico para cada variable. El tamaño de la tabla de contingencia viene determinado
por el número de filas y de columnas de la misma, esto es, por el número de categorías de
cada una de las dos variables. Este tamaño servirá para distinguir un tipo de tablas de otras y
permitirá seleccionar los procedimientos estadísticos más adecuados para cada tipo de tabla.
En la siguiente tabla tenemos dos variables de tipo cualitativo: se pone en relación la
percepción que se tiene del número de inmigrantes que existen en España con la ideología de
los entrevistados. En muchas ocasiones, cuando son pocos los casos, con sólo echar un vistazo
a la forma en que se distribuyen las frecuencias entre las diferentes casillas o celdillas de la
tabla de contingencia podemos conocer si existe algún patrón de comportamiento específico
entre ambas variables que pudiera diferir de la distribución que pudiera provocar el propio
azar. Pero cuando los casos y las categorías de las variables son muchos, es necesario recurrir a
la estandarización, esto es, al cálculo de porcentajes.
Normalmente, en una tabla de contingencia se pueden calcular: a) Porcentajes en el
sentido de la variable independiente (de las columnas); es el más usado, pues tiene más
sentido explicativo. b) Porcentajes en el sentido de la variable dependiente (de las filas). c)
Porcentajes calculados sobre el total de la muestra.
Técnicas de Investigación Social I 68
Jesús Ángel González de la Osa
dependiente, debido a su relación común con la variable test antecedente, pero no por la
existencia de ningún vínculo causal entre ellas. En función de estas puntualizaciones,
podremos hablar de replicación, explicación, interpretación y especificación.
Modelo de elaboración de Lazarsfeld
Relaciones parciales comparadas con la Variable test
original. Antecedente Interviniente
Igual. Replicación
Menor o ninguna. Explicación Interpretación
Una parcial es la misma o mayor y la
otra es menor o inexistente. Especificación
Una de las modalidades del modelo de elaboración es la replicación. Se produce cando
las relaciones parciales son iguales a la relación original, sin tener en cuenta si la variable test
es antecedente o interviniente. Este método se utiliza en muchas ocasiones para replicar los
hallazgos en distintas submuestras. La explicación describe la existencia de una relación
espurea, es decir, se produce cuando la relación original desaparece al incluir una variable test.
Esta variante del modelo de elaboración requiere que la variable test sea anterior a las
variables independiente y dependiente, así como que las relaciones parciales generadas por la
variable test sean menos significativas que la general. La interpretación es parecida a la
explicación, pero se diferencia en la posición temporal de la variable test y en sus efectos. La
especificación hace referencia a un modelo que produce una relación parcial igual a la original
y otra que difiere o, mejor dicho, desaparece.
11.1. Introducción
La construcción de modelos o modelizaciones implica una serie de exigencias o
asunciones. En primer lugar, los modelos matemáticos requieren variables cardinales o de
intervalo. Por ello, han tenido su extensión en las disciplinas que han contado con tales
variables: dinero, votos, escalas de inteligencia o personalidad, etc. Pero también habría que
analizar hasta qué punto tales disciplinas se han convertido en dependientes de dichas
variables en pos de su formalización. En segundo lugar, parten de una ontología, de una
descripción del ser social como un individuo racional, habitualmente en situaciones de
competitividad e incertidumbre. Tras muchos modelos hay un elogio de la decisión, como si los
sujetos, en su vida cotidiana, estuvieran más llevados por las elecciones que por rutinas,
presiones, creencias, convicciones, o lo que Bourdieu denomina sentido práctico. En tercer
lugar, la aplicación de modelos requiere un notable conocimiento del uso de las matemáticas
en general y de la estadística multivariante en particular. Una tensión entre lo que el modelo
aporta y lo que el modelo exige y limita.
monedas se observa que ambos han optado por el mismo lado de la moneda (cara o cruz),
gana el jugador que optó por “iguales”. Si difieren, gana el otro jugador. El premio es la propia
moneda. La tabla que se configura es la siguiente:
Distintas
Cara Cruz
Iguales Cara 1, -1 -1, 1
Cruz -1, 1 1, -1
En cada celda, la suma es cero. Uno gana lo que el otro pierde. Supongamos ahora dos
empresas que venden ordenadores de iguales características. En un momento determinado, el
cupo es de 1.000 ordenadores. Si se opta por poner un precio de 1.000 euros por ordenador, el
total de los ingresos a repartir será de un millón de euros. Si se opta por un precio de 2.000
euros, el total de ingresos sería de dos millones de euros, si se vendiesen todos. Se supone
que, debido a tal precio, las ventas bajarán a la mitad, obteniéndose unos ingresos de un
millón de euros por los 500 ordenadores vendidos. Si ambas empresas ponen el mismo precio,
se supone que se repartirán el mercado a la mitad. Pero si una de ellas opta por el precio más
alto y la otra por el más bajo, se supone que ésta copará totalmente el mercado y la otra no
venderá nada. El cuadro queda terminado marcando lo que perdería cada empresa si no vende
ningún ordenador, siendo el coste total del contingente de 500.000 euros. El cuadro que se
establece es el siguiente, en función de lo que gana o pierde cada empresa en cada decisión:
Empresa B
Precio 1.000 € Precio 2.000 €
Empresa A Precio 1.000 € 0,0 500.000 €, -500.000 €
Precio 2.000 € -500.000 €, 500.000 € 0,0
Lo más lógico, lo que establece ya una graduación en la lógica, es que cada empresa se
inclinará por la opción de menos riesgo, la que haga mínimas la posibilidades de pérdidas. Para
la empresa A, la decisión de poner la mercancía a un precio de 1.000 € le puede suponer una
ganancia de medio millón o, en el peor de los casos, si la empresa B realiza la misma decisión,
no tener pérdidas. Como para la otra empresa ocurre lo mismo, las dos se inclinarían por el
precio más bajo. Claro está, siempre suponiendo que las dos empresas sitúan sus productos en
el mercado, con el precio, simultáneamente. Si una de las empresas tiene la posibilidad de
decidir tras la otra, la cuestión sería distinta: si la empresa A se inclina por la opción de 1.000 €,
la empresa B hará lo mismo; si opta por 2.000 €, la empresa B seguirá optando por 1.000 €
para obtener unos beneficios de 500.000 €. Por lo tanto, este juego parece tener una única
solución, pues hay un criterio dominante para establecer las estrategias: maximin criterion.
Podría pensarse que es el mejor criterio, pues es el que consigue llegar al conjunto del
mercado sin que nadie pierda, ni empresas ni consumidores. Si ambas empresas ofrecen su
producto a 2.000 €, cada una sólo llegaría a la cuarta parte del mercado, ya que sólo compraría
la mitad del mismo. En términos del reparto del mercado, la tabla quedaría así:
Empresa B
Precio 1.000 € Precio 2.000 €
Empresa A Precio 1.000 € 50%, 50% 100%, 0%
Precio 2.000 € 0%, 100% 25%, 25%
11.5.3. Juegos de suma no constante
Son pocos los juegos de suma cero en la vida real. Incluso restringiendo la situación a
dos competidores, en la mayor parte de las situaciones reales pueden ganar o perder ambos.
En el ejemplo anterior, la idea de dos únicos precios es muy extraña. De hecho, la estrategia
conveniente sería vender por debajo del precio de la competencia (aunque no tan bajo que se
limite a cubrir costes). Es decir, el precio adecuado es un poco por debajo del precio del
competidor, pero no el precio más bajo posible. Para afrontar tales situaciones se introduce
otro concepto, el de equilibrio de Nash: si hay un conjunto de estrategias con la propiedad de
que ningún jugador puede beneficiarse por el cambio de su estrategia, mientras que los otros
jugadores mantienen firmes sus estrategias, un conjunto de tales estrategias parece como el
más conveniente. En nuestro ejemplo, un reparto del mercado en el que la diferencia de
precios entre las dos empresas es pequeña, de manera que ambas pueden llegar a ganar.
Técnicas de Investigación Social I 74
Jesús Ángel González de la Osa