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ALGUNOS
RESULTADOS DE INVESTIGACIÓN
María Ignacia Dorronzoro
Universidad de Luján
Midk@s6.coopenet.com.ar
Tel. (02323) 421034
Estela Klett
Universidad de Buenos Aires
Eklett@filo.uba.ar
Telefax (011) 4 953 2687
1- Introducción
Parecería ocioso insistir hoy en día sobre la importancia de la lectura en la formación de
alumnos de todos los niveles del sistema educativo. El proceso lector ha sido
exhaustivamente analizado, tanto en lengua materna como en lengua extranjera, desde
diversas orientaciones teóricas, por investigadores, docentes universitarios, maestros y
profesores. En este sentido existen, en lengua materna (en adelante LM), multitud de
libros y revistas dedicados a su estudio y enseñanza así como variedad de modelos
teóricos que han traído como consecuencia un abanico de orientaciones pedagógicas en
el campo de la lecto-comprensión en lengua extranjera (en adelante LE). Sin embargo,
esta abundancia en las producciones teóricas referidas al tema, no ha tenido el impacto
esperado (y necesario) en el terreno educativo. En efecto, en todos los niveles de la
educación de nuestro país se siguen observando serias dificultades en el manejo del
lenguaje escrito e incluso fracasos académicos atribuidos a estos problemas. Por otra
parte y a pesar de las relaciones naturales existentes entre la LM y la LE, en nuestro
conocimiento pocas son las investigaciones que cotejan los comportamientos de lectores
adultos en uno u otro caso.
Para abordar este tema describiremos, en primer lugar, el marco teórico que sustenta la
enseñanza de la lecto-comprensión en francés lengua extranjera (FLE) en el ámbito
académico en que nos desempeñamos y a partir del cual las correspondencias entre
ambas lenguas serán analizadas. Luego, presentaremos algunos resultados de
investigación en LE que serán cotejados con trabajos realizados en LM desde un marco
teórico similar. Finalmente plantearemos algunas conclusiones que hemos elaborado en
función de las comparaciones realizadas anteriormente.
2- Marco teórico
Los cursos de lecto-comprensión en LE para acceder a bibliografías específicas tienen
casi medio siglo de antigüedad en numerosos planes de estudio de las carreras
humanísticas, en las Universidades (1)i argentinas. En la actualidad, la mayoría de las
prácticas docentes utilizadas en estos cursos son “interactivas” y se alejan de la
decodificación mecánica del texto en LE. Sin embargo, las teorías subyacentes abarcan
una amplia gama de posturas que difieren sobre todo en la concepción de lectura que
ellas vehiculizan y de la cual se desprenden, evidentemente, las diferentes propuestas
didácticas.
En lo que a nosotras respecta, el marco teórico que sustenta tanto nuestras prácticas
áulicas como nuestros trabajos de investigación está constituido por los principios del
Interaccionismo Sociocultural de Vigotski y la Semiología de Bajtín. Es entonces a partir
de esta perspectiva teórica que definimos la comprensión del escrito como una actividad
del lenguaje, resultado de un aprendizaje social y por lo tanto estrechamente vinculada a
los contextos socioculturales en los que se lleva a cabo. Como toda actividad verbal se
relaciona con las actividades prácticas del sujeto en las cuales encuentra sus motivos y,
en consecuencia, toma diferentes formas según la tarea en la que se origine. Según estos
principios la lectura es entendida como una actividad verbal determinada socialmente por
las prácticas de la esfera en la que se origina, prácticas que ella refleja y para las cuales
sirve de instrumento de resolución de problemas. Se trata de “problemas” en los cuales el
lenguaje se articula siempre con una actividad concreta y precisa.
Ahora bien, desde esta perspectiva teórica, una propuesta para la enseñanza de la lectura
en LE en medio universitario no puede desconocer la relación que une, dentro de este
contexto social, la lectura con la construcción de conocimientos. Esto implicaría, en primer
lugar, que el planteo didáctico debe organizarse a partir del “proyecto lector”. En efecto, la
finalidad con que se lee determina, en gran medida, la particularidad de las prácticas
lectoras dentro de cada esfera de la actividad humana. En este sentido es importante
agregar que, en nuestro caso y teniendo en cuenta que en la universidad se lee para
aprender, el planteo didáctico no puede reducir la función de la lectura en LE a la de una
herramienta de acceso a otro código lingüístico o bien concebirla sólo como medio para
abordar conocimientos disciplinares.
Por el contrario, la comprensión del lenguaje escrito, en cualquier lengua que sea, debe
ser entendida, al menos desde el marco teórico aquí adoptado, como un medio, un
instrumento para desarrollar capacidades de pensamiento y para construir saberes
nuevos. En este sentido, ella no sólo facilita una forma de acción mental sino que al ser
incluida en el comportamiento permite al individuo organizar la percepción y la recepción
de información, pero también y, sobre todo, desarrollar las formas más complejas de
pensamiento discursivo, es decir, acceder al plano más abstracto, más elevado del
lenguaje posibilitando la extracción de conclusiones sobre la base de razonamientos
lógicos sin recurrir a la experiencia inmediata.
Por lo tanto, si se considera esta función de la lectura, las prácticas didácticas que la
tienen por objeto, no deberían disociar el código lingüístico de sus usos, ni los contenidos
disciplinares a los que se pretende acceder mediante la LE de los contextos de
producción y recepción de los escritos que los vehiculizan. A partir de este enfoque
entonces la enseñanza/ aprendizaje de la lectura en LE se constituye, dentro del marco
general de la formación universitaria, en un campo propicio para la reflexión de los
estudiantes sobre su práctica lectora en LM. En efecto, desde este planteo didáctico la
enseñanza de lectura en LE implica necesariamente un cuestionamiento, en diferentes
niveles de profundidad, de la relación establecida por el lector con el lenguaje escrito en
general, más allá del código lingüístico empleado. SOUCHON, (1992: 8 y 1997: 16), ha
señalado en reiteradas ocasiones que cuando un estudiante efectúa en L.E. una actividad
que realiza en su lengua materna sin inconvenientes de orden lingüístico, esto lo lleva
casi necesariamente a plantearse interrogantes sobre dicha práctica. En palabras del
autor citado, este cuestionamiento es, en general, de orden metacognitivo ya que el
“efecto LE” puede hacer aflorar a la conciencia del estudiante estrategias y procesos de
comprensión que pone en funcionamiento casi automáticamente en su LM.
• Los informantes que dieron cuenta de una mejor comprensión lectora en LE, fueron
aquellos que atribuyeron mayor importancia a las zonas textuales donde se hace más
evidente las posición enunciativa del autor: se trata del “planteo del objeto discursivo y
de su conclusión” (Dorronzoro, 1999). Por otro lado, los estudiantes con mayores
dificultades de comprensión resultaron los que omitieron considerar tanto el
posicionamiento del objeto como su cierre. A su vez, en las pruebas hechas en LM,
“los lectores más hábiles en la construcción de la representación semántica del texto,
tienden a otorgar mayor importancia a los factores enunciativos integrando la
información proposicional correspondiente a cada postura con los enunciadores que la
asumen” (ARNOUX, NOGUEIRA y SILVESTRI op. cit. 63).
4. Algunas conclusiones
Una de las primeras conclusiones que se desprenden del análisis, no exhaustivo, de
resultados de las investigaciones sobre comprensión lectora en LE y LM aquí citadas,
sería, a nuestro entender, que las dificultades encontradas en ambos casos no pueden
atribuirse solamente a problemas vinculados con el código lingüístico. Más bien se trataría
de dificultades relacionadas con el manejo del género textual académico y la falta de
reflexión sobre la finalidad de la lectura en determinado medio. Parecería que los alumnos
no concibiesen las tareas de lectura y/ o escritura como procedimientos para construir
conocimientos.
Por nuestra parte, pensamos firmemente que un buen dominio de las características de
los géneros propios de un contexto específico –en nuestro caso el universitario- y la
consciencia de la finalidad de la lectura facilitarían la práctica de comprensión del escrito.
En efecto, si existe un trabajo didáctico adecuado y sistemático, al enfrentarse con
problemas de orden lingüístico o conceptual, los estudiantes se plantearían interrogantes
con respecto a estos dos factores que nos parecen decisivos: las características de la
categoría textual y el objetivo de la lectura. En este sentido consideramos, junto con las
autoras citadas anteriormente que “todo texto escrito no solo expone determinados
saberes correspondientes al campo objeto del discurso sino también la apropiación
diferenciada de los géneros en su carácter de objetos semióticos vinculados con prácticas
sociales determinadas e históricamente constituídos”. Creemos entonces que el trabajo
didáctico debe apuntar al buen manejo de las de las estrategias de lectura y las
habilidades escritoras pues “Cuando el dominio discursivo, fundamental para el desarrollo
cognitivo, es endeble se afectan dramáticamente las posibilidades de cursar una carrera
en el nivel superior” (ARNOUX, NOGUEIRA y SILVESTRI, op. cit. 56 y 73
respectivamente).
Bibliografía
ARNOUX, E. , NOGUEIRA, S. y SILVESTRI, A. (2001): La escritura producida a partir de
la lectura de textos polifónicos: evaluación del desempeño de grupos con diferente
entrenamiento escolar previo, en Martínez, M-C. (comp.): Aprendizaje de la
argumentación razonada, Volumen 3, Cátedra Unesco, Cali (Colombia).
BAJTÍN, M. (1982): Estética de la creación verbal. Siglo XXI editores. Buenos Aires.
CARTIER, S (2000): De la lecture pour comprendre à la lecture pour apprendre: aider les
élèves qui ont des difficultés à apprendre par la lecture, Vie Pédagogique 115,
avril-mai. Québec.
DABÈNE, M (2000): Les cheminements du sens chez des jeunes lecteurs en situation
scolaire, ELA, nº 119, juillet 2000, Paris, Didier, 345-359.
DORRONZORO, M-I (1999) Informe Final de Beca de iniciación a la investigación.
Publicación del Departamento de Ciencias de la Educación de la UNLu, Luján.
KLETT, E., LUCAS, M. y VIDAL, M. (2001) Informe final del proyecto de investigación TF
76, programación UBACyT 1998-2000.
SOUCHON, M: (1992): Orientations pour un accompagnement pédagogique des
premières, Actes du VIII Congrès de la FIPF. Lausanne juillet, 1992.
SOUCHON, M (1997) La lecture-compréhension de textes: aspects théoriques et
didactiques, Revue de la SAPFESU. Numéro hors série.
VIGOTSKI, L. (1988): El desarrollo de los procesos psicológicos superiores. Grupo
Editorial Grijalbo. Barcelona.
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El caso más antiguo que conocemos es el de la Universidad Nacional de la Plata. En 1943 se incluyó en sus
planes de estudio una prueba de lectura y traducción de obras escritas en francés, inglés o alemán al
considerar que los alumnos no eran capaces de leer la bibliografía en LE que se les requería en sus carreras.
Los cursos de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, donde ejercemos, fueron creados en 1959.