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2.3.1.

Libre iniciativa privada

Artículo 58.- “La iniciativa privada es libre. Se ejerce en una economía social de
mercado. (...)”

El Tribunal ha sostenido que el derecho a la libre iniciativa privada comprende, entre


otras posiciones ius-fundamentales, la facultad de toda persona natural o jurídica, de
emprender y desarrollar, con plena autonomía, cualquier actividad económica de su
preferencia, a través de la disposición e intercambio de bienes, con la finalidad de obtener
un beneficio o ganancia material1.

Por ello, el Tribunal ha enfatizado que esta libertad económica no puede entenderse
desvinculada del marco o modelo de Constitución económica que contiene la Ley
Fundamental, sino como conformante de ella y, en particular, de la directriz que contiene
el artículo 58 de la Constitución, según la cual la iniciativa privada “se ejerce en una
Economía Social de Mercado” y que “Bajo este régimen, el Estado orienta el desarrollo
del país, y actúa principalmente en las áreas de promoción de empleo, salud, educación,
seguridad, servicios públicos e infraestructura”2

A fin de estimular la generación de recursos, el nuevo régimen económico


constitucional opta claramente por liberar la fuerza productiva y creativa de todos los
peruanos, poniendo el énfasis en la instauración y desarrollo de mercados competitivos
con base en la libre iniciativa privada3.

Este pues es un derecho constitucional amparable por las garantías


constitucionales, contiene un elemento de libertad y otro de ejercicio de actividad
económica. Así pues, el <concepto de la iniciativa de privada es libre> quiere decir que
cada persona tiene el derecho a desarrollar las actividades económicas que considere de
su preferencia dentro de la sociedad, cumpliendo las normas que regulan dicha iniciativa 4.

Asimismo, “cuando la Constitución dice que la iniciativa privada se ejerce en una


economía social de mercado, está imponiendo al Estado la exigencia de implementar un
sistema de libre competencia en el que el mercado sea el mecanismo ordenador de la
economía (respetando la propiedad privada, libre competencia, libre contratación), pero al
mismo tiempo, también exige una celosa protección al consumidor y la igualdad de trato
en el mercado, bajo normas que impidan que los inevitables desequilibrios afectan a los

1 STC 02111-2011-AA-TC, F.J 11

2 EXP 0011-2013-PI/TC, F.J 18

3 González Vigil, F. (2016). Nuevo Régimen Constitucional y Política Exterior. Lima:


Agenda Internacional, Instituto de Estudios Internacionales, Pontificia Universidad
Católica del Perú. Año II, Nº 3, Enero-Julio, pp. 29-33.

4 Flint Blanck, P. (2002). Tratado de defensa de la libre competencia. Lima: PUCP. Fondo
Editorial. p. 72
más débiles o que los agentes más poderosos abusen de su poder”. De igual forma,
“decir que la iniciativa privada es libre es afirmar que el mercado le pertenece a los
particulares y no al estado. Quiere decir, que no es tarea del Estado la creación de
riqueza, esta función se encuentra reservada a los particulares. Nuestra constitución ha
entendido que la civilización moderna es producto del accionar de los particulares en el
mercado, del libre intercambio de bienes y servicios que son la base de las relaciones
económicas que se manifiestan en los contratos. La nuestra es una civilización
contractual, que solo es posible gracias a que la iniciativa privada es libre5”

Al respecto, el Tribunal Constitucional ha desarrollado el concepto dándole las


siguientes características:

[El derecho a] la libre iniciativa privada, prescrito en el artículo 58º de la Constitución


y que se encuentra directamente conectado con lo establecido en el inciso 17) del artículo
2° del mismo texto, el cual consagra el derecho fundamental de toda persona a participar,
ya sea en forma individual o asociada, en la vida económica de la Nación. De ello se
colige que toda persona natural o jurídica tiene derecho a emprender y desarrollar, con
autonomía plena, la actividad económica de su preferencia, afectando o destinando
bienes de cualquier tipo a la producción y al intercambio económico con la finalidad de
obtener un beneficio o ganancia material. La iniciativa privada puede desplegarse
libremente en tanto no colisione los intereses generales de la comunidad, los cuales se
encuentran resguardados por una pluralidad de normas adscritas al ordenamiento
jurídico; vale decir, por la Constitución , los tratados internacionales y las leyes sobre la
materia. (Exp. Nº 0001-2005-PI/TC, 06/06/05 P, FJ. 44).

2.3.2. Pluralismo económico


Artículo 60.- “El Estado reconoce el pluralismo económico. La economía nacional se
sustenta en la coexistencia de diversas formas de propiedad y de empresa. (....)”

El concepto de pluralismo económico es la posibilidad que en el mismo sistema


económico coexistan diversas formas empresariales y estas formas deben ser reguladas
por el estado. 6

Velásquez afirma que el pluralismo económico, implica coexistencia de diversas


formas de propiedad y empresa. Sin privilegios de ninguna, pero existiendo regímenes
tributarios y crediticios adecuados a la naturaleza de la empresa7.

5 AAVV. (2013). La constitución comentada. Tomo II. Lima: Gaceta jurídica editores. p.
21

6 Flint Blanck, P. (2002). Tratado de defensa de la libre competencia. Lima: PUCP. Fondo
Editorial

7 Velásquez Ramírez, R. (1997). Modernas tendencias del derecho en América Latina.


Lima: Griljey, p.309.
La idea básica del pluralismo económico es que todas las empresas sean en
principio tratadas de igual forma por el Estado; es un régimen de paridad en la
competencia, significa concurrir en el mercado con igualdad de condiciones. Cuando el
Estado apoya a ciertos sectores empresariales (como la pequeña empresa) lo hace sin
competir propiamente dicho con ellos. Según Gutiérrez, “lo que en realidad se pretende
decir con pluralismo económico es que el Estado reconoce la diversidad de formas y
dimensiones en que se puede realizar actividad empresarial y, en ese sentido, aun
cuando la igualdad de trato es un principio en nuestro sistema económico constitucional,
no obstante, el mismo reconocimiento de dicho pluralismo autoriza a dar un trato
diferenciado 8.

Este principio se ha desarrollado bajo el concepto de igualdad jurídica entre los


competidores, y que constituye uno de los pilares del derecho de la competencia. Este
régimen de paridad al que se someten tanto las empresas públicas como las privadas,
constituye una garantía para el desenvolvimiento del tipo de mercado establecido en la
Constitución y la optimización de los principios y valores que fundamentan el Estado
democrático de derecho. (EXP. N. º 0008-2003-AI/TC)

8 AAVV. (2005). La constitución comentada. Tomo I. Lima: Gaceta jurídica editores. p.


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