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I.F.

D N° 13

Poder Ejecutivo

13/10/2016

Estudiantes: Mario Basconcelo, Francisca Berardi, Tadeo


Dominguez, Ariana Aranda Jalil, Mateo Hernández, Tarsicio
Mónaco.
Sistema presidencialista.
Se denomina república presidencialista o sistema presidencial a aquella
forma de gobierno en la que, una vez constituida una República, la
Constitución establece una división de poderes entre el poder legislativo, el
poder ejecutivo, poder judicial, y el Jefe de Estado, además de ostentar la
representación formal del país, es también parte activa del poder ejecutivo,
como Jefe de Gobierno, ejerciendo así una doble función, porque le
corresponden facultades propias del Gobierno, siendo elegido de forma
directa por los votantes y no por el Congreso o Parlamento.

El presidente es el órgano que ostenta el poder ejecutivo, mientras que el


poder legislativo lo suele concentrar el congreso, sin perjuicio de las
facultades que en materia legislativa posee el presidente.

La Constitución Nacional establece que el poder ejecutivo es desempeñado


por “un ciudadano con el título del presidente de la nación argentina”.

El poder ejecutivo nacional es de carácter presidencialista: se trata de un


poder con fuerte concentración de autoridad –tomado en parte del modelo
norteamericano- y gran cantidad de atribuciones.

La tradición histórica de nuestro país asigna un destacado peso político a la


figura presidencial. Ese peso político ha dependido, además de las
disposiciones constitucionales, de las características de quienes ejercieron
la primera magistratura.

Por otra parte, en el orden establecido por nuestra “ley fundamental”, el


Poder Ejecutivo está sujeto al poder del control del Estado.

El Vicepresidente de la Nación: es quien le corresponde reemplazar al


presidente en el ejercicio del Poder Ejecutivo, en caso de enfermedad,
ausencia de la capital (producida, por ejemplo, por haber viajado al exterior),
renuncia, destitución o muerte.
Además de esta función de reemplazo eventual, el vicepresidente cumple la
de presidir la cámara de Senadores, en la que solo tiene voto en caso de
empate (122).

El sistema presidencialista fue mantenido en las sucesivas reformas


constitucionales argentinas, incrementándose el poder del presidente en la
derogada reforma constitucional de 1949. La reforma constitucional de 1994
incorporó en el sistema presidencialista al jefe de gabinete de ministros de
origen parlamentario y reconoció al gabinete de ministros, con funciones
limitadas, diferentes a las de los sistemas parlamentarios.

Nuestra cultura y tradición política está ligada fuertemente al liderazgo


presidencial, que se encuentra fielmente representada en el modelo político
adoptado por la Constitución de 1853.

El Presidente, jefe de estado y de gobierno, dirige la administración del


Estado y aplica la ley, con el apoyo de la fuerza pública, y la mayor cantidad
de los recursos del presupuesto, apoyado por distintas y diversas
reparticiones y una cantidad importante de personal.

El presidencialismo en la Constitución histórica de 1853

Desde sus orígenes la organización institucional argentina eligió, para sí, el


sistema de gobierno de la república democrática y la forma de estado
federal, optando, al mismo tiempo, por un presidencialismo fuerte que
atenuaba en cierta medida la división de poderes. Como todas las
constituciones hispanoamericanas que se sancionaron después de la
independencia, adoptó el sistema presidencialista que había establecido la
constitución de los Estados Unidos. Esta Constitución reconoce una división
entre poder constituyente y poderes constituidos y entre estos últimos las
competencias se dividen entre los poderes ejecutivo, legislativo y judicial.

El presidencialismo en la constitución de 1994

En la convención de 1994, el presidencialismo se modificó al:

1) Reducir el mandato del presidente y del vicepresidente de seis a cuatro


años y permitir sus reelecciones por un período. Se dispuso que "el
mandato del presidente en ejercicio al momento de sancionarse esta
reforma deberá ser considerado como primer período" y que "los mandatos
del presidente de la Nación que asuma su cargo el 8 de julio de 1995 se
extinguirán el 10 de diciembre de 1999".

2) Cambiar la forma indirecta de elegir al presidente y al vicepresidente en


colegios electorales, por el voto directo y con doble vuelta entre las dos
fórmulas que tengan mayor cantidad de sufragios, cuando la ganadora no
alcance el 45 por ciento de los emitidos válidos en la primera vuelta o
cuando, obteniendo más del 40 por ciento, no alcanza una diferencia de
más del diez por ciento respecto de los de la segunda fórmula.

3) Crear el cargo de jefe de gabinete de ministros, designado y removido


por el presidente o destituido por el Congreso en juicio político o por voto de
censura después de interpelarlo. El jefe de gabinete debe ir "al menos una
vez por mes, alternativamente, a cada una de las cámaras, para informar
sobre la marcha del gobierno".

4) Autorizar al presidente, en acuerdo de ministros, a dictar decretos de


necesidad y urgencia, "cuando circunstancias excepcionales hicieren
imposible seguir los trámites ordinarios previstos en la Constitución para la
sanción de las leyes y no se trate de normas que regulen materia penal,
tributaria, electoral o de régimen de los partidos políticos"

5) Permitir que el Congreso delegue potestades legislativas en el Poder


Ejecutivo en materias determinadas de administración o de emergencia
pública, por plazos determinados y dentro de las bases que el Congreso
establezca.

Se presentan como principales ventajas del presidencialismo:

 Separación de poderes clara y suficiente entre el ejecutivo y el


legislativo.
 Inexistencia de vinculación del poder ejecutivo con el partido político
mayoritario en el Congreso, evitando caer en partidocracias.

Se mencionan como desventajas principales:

 Menor representación del conjunto social, en la medida que las


decisiones no se consensuan en muchas ocasiones entre distintas
facciones políticas representadas en el Congreso.
 Menor capacidad de respuesta frente a una crisis de gobierno, en la
medida que el Congreso no puede cambiar el poder ejecutivo
adoptando la moción de censura.
 Tendencia al bipartidismo como su forma más estable, debido a la
necesidad de financiación y la falta de identidad política.

Características del Poder Ejecutivo:


▪ es responsable de la gestión diaria del Estado

▪ representa a la nación en sus relaciones diplomáticas

▪ sostiene a las fuerzas armadas y en ocasiones aconseja con


respecto a la legislación.

▪ el poder ejecutivo está considerado como administrador y


ejecutor de la voluntad popular a la cual representa y de la que debe ser su
más firme garante, esto es en los Estados Democráticos

▪ Expide las instrucciones y reglamentos que sean necesarios


para la ejecución de las leyes de la Nación

▪ Participa de la formación de las leyes con arreglo a la


Constitución, las promulga y hace publicar.

▪ Nombra los demás jueces de los tribunales federales inferiores


en base a una propuesta vinculante en terna del Consejo de la Magistratura

▪ Dispone de las fuerzas armadas, y corre con su organización y


distribución según las necesidades de la Nación.

▪ Declara la guerra y ordena represalias con autorización y


aprobación del Congreso.

Tadeo
Duración del mandato presidencial.
La duración del mandato del Presidente y el Vicepresidente es de cuatro
años y pueden ser reelegidos o sucederse recíprocamente por otro mandato
similar. Ninguno de ellos podrá presentarse como candidato para aspirar a
un tercer periodo sino después de dejar transcurrir el intervalo de otro
periodo presidencial de cuatro años.

Antes de la reforma de 1994 no se admitía la reelección inmediata del


presidente y vicepresidente. Desde la vigencia de la constitución de 1853
solamente julia A. Roca completo dos periodos presidenciales (de 1880 a
0886 y entre 1898 y 1904). Hipólito Irigoyen fue elegido para un segundo
mandato en 1952 (sobre la base de la reforma constitucional de 1949), fue
derrocado en 1955; electo para un tercer periodo en 1973, falleció en
ejercicio de su cargo en 1974.

El vicepresidente reemplazara al presidente en los casos previstos en por la


constitución nacional: enfermedad, ausencia de la capital, muerte, renuncia
o destitución del primer mandatario. Ese reemplazo puede ser transitorio o
definitivo.

• El reemplazo es transitorio cuando el vicepresidente asume el cargo


presidencial por delegación del mando por parte del presidente: por causa
de enfermedad o ausencia temporaria (en el caso de un viaje al exterior, por
ejemplo). En esta circunstancia el Presidente sigue siendo titular de su
cargo y no se produce en nuevo juramento presidencial.

• El reemplazo es definitivo en los casos de muerte, renuncia o


destitución. Entonces el vicepresidente pasa a convertirse en presidente
prestando el juramento de práctica.

La destitución a la que se refiere la Constitución es la producida como


efecto de un juicio político, único caso admitido.

ACEFALIA DEL PODER EJECUTIVO.


Se denomina estado de acefalía del poder ejecutivo a la situación creada
por la destitución, muerte, renuncia o incapacidad para ejercer sus cargas,
del Presidente y Vicepresidente de la nación.

En tal caso la Constitución establece que “el Congreso que funcionario


público ha de desempeñar la Presidencia hasta que haya cesado la causa
de la inhabilidad o un nuevo presidente sea electo”.

Originalmente se legislo al respecto a través de la ley 252 (ley de acefalía).

Esa ley ha sido derogada y reemplazada por la numero 20.972, de 1975.

• La ley vigente prevé dos casos: uno de acefalia transitoria, en este


caso desempeñaran la presidencia el presidente provincial del senado, en
su ausencia el presidente de la cámara de diputados y, a falta de ellos, el
presidente de la corte suprema de justicia de la nación.

• El segundo supuesta es la acefalia definitiva, el Congreso, reunido en


Asamblea Legislativa, elegirá nuevos presidentes y vicepresidentes entre
los legisladores nacionales y gobernadores de provincia. Los candidatos
elegidos deberán reunir los requisitos exigidos en el artículo 89 de la
constitución nacional.

Atribuciones del Poder Ejecutivo.


Se llaman atribuciones del Poder Ejecutivo a las facultades que
otorga al mismo la Constitución Nacional.

Estas facultades están enumeradas, principalmente, en el Artículo 99


de nuestra “ley fundamental”.

El Presidente de la Nación, a cargo del Poder Ejecutivo del gobierno


federal, ejerce lo que se ha llamado tres jefaturas: Es el jefe Supremo de la
Nación, es el jefe del Gobierno y es el Comandante en Jefe de las Fuerzas
Armadas de la Nación. Es, además, el responsable político de la
administración general del país.

Para profundizar más el tema de las tres jefaturas, podemos decir:

• La Jefatura del Estado: El jefe de estado representa la unidad


del Estado como persona jurídica. Que la Constitución
Nacional diga que es el jefe supremo, esto no significa erigirlo en
gobernante omnipotente, ni colocarlo por encima de otros órganos del
poder como dominador o árbitro, ni despojar a los demás órganos de
su independencia. Se lo llama primer mandatario no porque mande más
sino porque preside el estado como jefe del mismo, no hay estado sin
jefe de estado.

• La Jefatura del Gobierno: La Reforma de 1994 ha especificado


como nueva jefatura del presidente a la Jefatura del Gobierno, que, se
podría decir que ya existía implícitamente involucrada en la jefatura
del estado y en la jefatura de la administración. La mención explícita en
la CN no equivale a separar la Jefatura del Estado y la Jefatura del
Gobierno en dos órganos distintos, ni a implantar un sistema similar al
parlamentario.

La jefatura del gobierno a cargo del presidente significa que,


como tal, es la cabeza de la administración, y su responsable político,
aunque el ejercicio de tal administración le incumbe directamente al
jefe de gabinete.

•Jefatura de las Fuerzas Armadas: El Art. 99, Inc. 12, de la


Constitución Nacional indica que el presidente: “Es comandante en
jefe de todas las fuerzas armadas de la Nación”.

Entre las facultades del presidente está la de designar sus


mandos (oficiales superiores) con acuerdo del Senado; y por sí solo en el
campo de batalla.

Reglamenta las restantes designaciones.

La jefatura implica subordinación al Poder Ejecutivo, de quien


dependen, pero no excluye poderes militares del Congreso como por
ejemplo, autorizar la salida de tropas nacionales fuera del territorio, fijar las
fuerzas armadas en tiempos de guerra y de paz.
Clasificación y explicación de las atribuciones del Poder Ejecutivo conjunto
a las funciones del Presidente de la Nación:

• Atribuciones de organización Institucional y político-administrativas:


Es el responsable político de la administración general del país,
administración que es ejercido por el Jefe de Gabinete de Ministros.
Designa –con acuerdo del Senado- a los integrantes de la Corte Suprema
de Justicia de la Nación y a los jueces federales; designa o remueve a los
altos funcionarios diplomáticos (con acuerdo del Senado); nombre y
remueve al Jefe del Gabinete, a los demás ministros, oficiales de su
secretaría, etc.; inaugura anualmente las sesiones del Congreso, en cuya
oportunidad da cuenta al Poder Legislativo del Estado de la Nación y
recomienda la consideración de las medidas de juzga oportunas y
convenientes; declara el estado de sitio en caso de ataque exterior o
conmoción interna (en el caso en que el Congreso no esté sesionando);
decreta la intervención federal a una provincia o a la Ciudad de Buenos
Aires en el caso en que el Congreso esté en receso (y debe convocarlo
entonces para tratar la cuestión), etc.

•Atribuciones económico-financieras: Supervisa la tarea del jefe del


Gabinete respecto de la recaudación de las rentas nacionales y de su
intervención de acuerdo con la ley del presupuesto

•Atribuciones Militares: Como Comandante en Jefe de las Fuerzas


Armadas, dispone de dichas fuerzas y ordena su distribución, entrada en
operaciones, etc.

•Atribuciones relativas al manejo de las relaciones exteriores: Es el


Jefe del Gobierno, es decir, el máximo representante de la República ante la
comunidad internacional. Concluye y firma tratados internacionales; recibe a
representantes extranjeras y admite a sus cónsules; declara la guerra y
ordena represalias con autorización del Congreso.

• Funciones Colegislativas: Participa de la formación de las leyes, las


promulga; dicta los decretos reglamentarios para la aplicación de las
mismas; ejerce el derecho de veto, con el que puede oponerse total o
parcialmente a la sanción de una ley; convoca a sesiones ordinarias y a
extraordinarias del Congreso y puede prorrogarlas, etc. La reforma de 1994
ha establecido enfáticamente que el Poder Ejecutivo no podrá en ningún
caso, bajo pena de nulidad absoluta, emitir disposiciones de carácter
legislativo. Sin embargo, admite que en ciertas circunstancias excepcionales
del Poder Ejecutivo, dicte decretos ‘’de necesidad y urgencia’’, que
constituyen disposición legislativas sancionadas sin la intervención del
Congreso.

•Funciones Judiciales: El Presidente está facultado para conceder


indultos y para conmutar penas.

El Jefe de Gabinete y demás ministros del Poder Ejecutivo.

Los ministros dirigen sus respectivas áreas de gobierno y colaboran con el


Presidente al que asesoran, actuando individual o conjuntamente en el
gabinete nacional.

La organización vigente incluye los siguientes ministros:

 Del Interior.

 De relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto.

 De Defensa.

 De Economía y Obras y Servicios Públicos.

 De Justicia.

 De Cultura y Educación.

 De Trabajo y Seguridad Social.

 De Salud y Acción Social.

El Jefe de Gabinete.

Como los demás ministros es nombrado y puede ser removido de su


cargo por el Presidente de la Nación. Pero también tiene responsabilidad
política ante el Congreso Nacional y puede también ser removido de su
cargo por el voto de la mayoría absoluta de los miembros de cada una de
las cámaras.

Entre sus funciones se encuentras la de principal colaborador


ejecutivo del presidente, pero no ejerce otro cargo en el gabinete. Ejerce la
administración general del país (el presidente es responsable político), hace
recaudar las rentas de la Nación y ejecuta la ley del presupuesto, y nombra
empleados de la administración y expide reglamentos necesarios para
ejercer las funciones que se le confieren. Coordina, convoca y prepara las
reuniones de gabinete. Debe concurrir periódicamente al Congreso e
informar sobre la marcha del gobierno. Debe refrendar junto con los demás
ministros los decretos de necesidad y urgencia y otros actos del Poder
Ejecutivo.

El cargo de jefe de gabinete de ministro ha sido introducido en la


reforma de 1994 con la intención manifiesta de moderar la concentración de
poder que se da constitucionalmente en el Presidente de la Nación.

Ministros.

Entre sus principales funciones y facultades de los ministros se


encuentra: Refrendar y legalizar con su firma los actos del Presidente,
dándoles así validez constitucional. Intervenir en la promulgación y
ejecución de las leyes y decretos. Participar de los acuerdos de gabinete.
Resolver sobre los temas económicos y administrativos de sus ministerios.
Intervenir en la celebración de convenios, representando al Estado
Nacional. Asesorar al Presidente, realizar estudios y proponer proyectos
relacionados con sus respectivos ministerios.
Los ministros son responsables ante el Presidente, que los designa y
que puede destituirlos, y ante el Congreso, que puede someterlos a juicio
político.

El jefe de gabinete y los ministros deben presentar un informe


detallado de la situación de la Nación en sus respectivas áreas de
competencia, previa inauguración de sesiones del Poder Legislativo.
Asimismo, están obligados a concurrir al Congreso cuando cualquiera de
sus cámaras lo solicite, para dar explicaciones e informes sobre los tema de
su propio ministerio (en estos casos se dice que los ministros son
interpelados).

Veto Presidencial

CONCEPTO-NATURALEZA JURÍDICA

El veto es la facultad que tiene el presidente de la Nación para desaprobar


un proyecto de ley sancionado por el Congreso impidiendo así su entrada
en vigencia.

Pese a que la Constitución Nacional no contiene una cláusula específica al


respecto, es innegable su existencia jurídica, puesto que nuestra norma
fundamental refiere a esta institución en forma expresa e implícita, así por
ejemplo en el art. 78 se refiere al envío de los proyectos de ley sancionados
por el Congreso para su examen; el art. 80 menciona los proyectos
desechados parcialmente por el Poder Ejecutivo; y el art. 83 establece que
“desechado en todo o en parte un proyecto por el Poder Ejecutivo, vuelve
con sus objeciones a la Cámara de origen...”.

La mayoría de la doctrina entiende que el ejercicio del veto se vincula con


razones de conveniencia política y de armonización del funcionamiento de
los poderes del Estado, vale decir que el veto implicaría uno de los tantos
resortes de los controles y equilibrios entre los poderes.

OPORTUNIDAD DE EJERCICIO

El lapso de tiempo durante el cual esta facultad puede ser ejercida por el
Poder Ejecutivo está expresamente contemplado en el art. 80 de nuestra
Constitución, resultando el mismo de 10 días útiles. Siendo necesario
precisar que este plazo se cuenta desde que el Congreso comunica al
presidente la sanción del proyecto de ley. La doctrina es pacífica en cuanto
a entender por días útiles los días hábiles administrativos, con lo cual
quedarían excluidos del cómputo de este breve término los días feriados y
de asueto.

Hay que destacar que si el veto se practicara fuera de esta plazo sería
inexistente y no Inconstitucional.

VETO, ¿EXPRESO O TÁCITO?

En caso de que el Presidente no haga uso de esta atribución en el tiempo


estipulado, la

Constitución (art. 80) prevé que el proyecto de ley se reputará aprobado,


situación que nos permite concluir que el veto debe ser expreso.

VETO TOTAL Y PARCIAL

Si nos detenemos en el art. 83 de la Constitución Nacional, observamos


que el veto puede ser total o parcial, vale decir que un proyecto de ley
puede ser desechado, respectivamente, en el todo o en cualquiera de sus
partes por el Poder Ejecutivo.

SUPUESTOS EN QUE NO PROCEDE EL VETO

El veto del poder ejecutivo no resulta aplicable en los siguientes supuestos:

a) cuando se trata de un proyecto de ley de convocatoria a una consulta


popular (así lo establece el art. 40 C.N.)

b) en el caso de un proyecto de ley votado afirmativamente por el pueblo en


una consulta popular (así lo dice el art. 40 C.N.)

c) si media insistencia del Congreso ante un proyecto de ley previamente


vetado (conf. art. 83 C.N.)
d) en el supuesto en que se trate de una ley que desapruebe un decreto de
necesidad y urgencia, pese a que no esté expresamente establecido en el
articulado de nuestra Carta Fundamental, puesto que pareciera que la
constitución aquí intercambia los roles del

Ejecutivo y el Congreso en el proceso de formación de las leyes


confiriéndole a éste último una potestad que juega a favor de la división de
poderes y del sistema republicano de

Gobierno. e) si se trata de una ley que revoca la intervención decretada por


el Ejecutivo durante la etapa de receso del Congreso, aunque la
Constitución no lo establezca expresamente, ya que el presidente de
decretar la intervención federal de una provincia o de la ciudad de Buenos

Aires debe además convocar al Congreso en forma simultánea para su


tratamiento puesto que esta es una competencia que en principio sólo
compete al Poder Legislativo, siendo esta una forma de controlar los
excesos en que puede incurrir el presidente al hacer uso de esta facultad
(arts. 75 inc. 31 y 99 inc. 20 de la C. N.).

f) en el caso de que una ley suspenda el estado de sitio declarado por el


presidente durante el receso parlamentario, ya que como lo establece el art.
99 inc. 16 declarar el estado de sitio es atribución que corresponde al
cuerpo legislativo y excepcionalmente al ejecutivo, además de establecer el
art. 75 inc. 29 que es competencia del Congreso suspender el estado de
sitio declarado por el Poder Ejecutivo durante su receso.

CONSECUENCIAS DEL VETO

El veto produce como primera y más importante consecuencia la


suspensión de la entrada en vigencia de un proyecto de ley sancionado por
el Congreso, al carecer la iniciativa de los requisitos de la promulgación y la
publicación. Esta suspensión puede ser transitoria, ya que si el proyecto
original es votado favorablemente por los dos tercios de cada cámara se
convierte en ley y pasa al ejecutivo para que lo promulgue.

Otra consecuencia del veto, viene dada por el art. 83 de la C. N., ya que
vetado el proyecto vuelve a la Cámara de origen para que se discuta
nuevamente. Creo, al igual que Sagües, que si el presidente remitiera el
proyecto vetado a una Cámara distinta de la de origen por error y no pudiera
corregir este equívoco dentro del lapso de los 10 días establecidos para
ejercer el veto, el proyecto debería quedar promulgado tácitamente, ya que
los plazos no pueden prolongarse por errores.

Finalmente, si las Cámaras difieren en las objeciones el proyecto no puede


volver a ser tratado en las sesiones de ese año.

EL VETO Y EL CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD

Si atendemos a que el control de constitucionalidad, en nuestro sistema, es


el mecanismo por el cual se busca garantizar la supremacía constitucional
establecida en el art. 31 de la C.N., para que todo el ordenamiento jurídico
se ajuste al articulado de nuestra Carta Fundamental y no lo contradiga, y a
que la Corte ha establecido que esta función es la primera y principal misión
que corresponde ejercer a ese Tribunal, entonces inmediatamente
llegaremos a la conclusión de que el presidente mediante el veto no puede
realizar control de constitucionalidad alguno. Más aún si tenemos en cuenta
que el control de constitucionalidad, en nuestro sistema es difuso, debe
ejercerse dentro de un caso o controversia judicial (lo que excluye el control
genérico o abstracto) y que la inconstitucionalidad debe ser alegada y
probada por parte legitimada, según lo ha establecido la abundante
jurisprudencia existente al respecto.

Se debe destacar también que antes de su promulgación y sanción la ley


no es tal sino tan sólo un proyecto que aspira a formar parte del
ordenamiento jurídico.

RELACIÓN CON LOS TRIBUNALES ADMINISTATIVOS

Habiendo sostenido que el veto es un instrumento por el cual el Poder


Ejecutivo podría llegar a realizar un control de constitucionalidad previo y
abstracto, cabe preguntarse ahora si este hecho fortalece la doctrina que
sostienen algunos autores referente a la posibilidad de que la
Administración realice, también, el control de constitucionalidad y por ende
declare la inconstitucionalidad de la ley.
A mi entender, el veto es una competencia exclusiva del Poder Ejecutivo y
no de la administración en general, por ello creo que este no es un
argumento que contribuya a la declaración de inconstitucionalidad por la
Administración en general. Debiendo destacar también que el control de
constitucionalidad en nuestro sistema es difuso y se realiza dentro del
marco de un caso judicial competiéndoles a los jueces su ejercicio. Además
la Procuración del Tesoro ha reconocido en sus dictámenes (por ejemplo:
84-102, 1963) que la Administración no puede declarar la
inconstitucionalidad de las normas.

RESUMIENDO, EL VETO:

a) Es una facultad que compete sólo al Poder Ejecutivo.

b) Es un acto de naturaleza política.

c) Debe ser expreso.

d) Puede manifestarse a través de una declaración o de un decreto, pero


siempre debe mediar el refrendo ministerial

e) Debe ser ejercido en el plazo establecido en la Constitución.

f) Puede ser total o parcial.

g) El veto parcial no implica necesariamente la promulgación parcial de la


parte no vetada.

h) Debe ser fundado.

i) Suspende la entrada en vigencia de un proyecto de ley, pero puede ser


una suspensión transitoria, por cuanto puede ser revertido por el Congreso
(art. 83 C.N.).

j) Puede ser el medio para que el Poder Ejecutivo realice un control de


constitucionalidad previo y abstracto.

Conclusión
Después de lo anterior expresado sobre el poder ejecutivo, sus
características, el funcionamiento del sistema presidencial y sus atribuciones
podemos concluir que en un sistema de tres poderes es muy importante el
control que ejerce cada uno de ellos sobre los otros dos. Sin embargo
estamos de acuerdo en que es el poder ejecutivo y puntualmente el
presidente quien más poder tiene en el estado con respecto a los otros dos.
El hecho de que sea el ejecutivo el que más presupuesto y personal recibe se
debe a que este personal debería servir de asesoramiento y control del
presidente, y no para engrandecer su figura. Son notablemente destacables
los casos en que el ejecutivo intento pasar por sobre los dos poderes. Al
menos en nuestro país estos intentos han sido fallidos, y cuando los otros
poderes no pudieron ejercer control, fue el pueblo quien inexorablemente
ejerció control sobre sus representantes. Quizás la falla más importante del
sistema presidencialista sea el factor humano. Muchas veces el presidente no
vela por los intereses del pueblo. Tal vez la mejor forma de evitar el error del
ejecutivo seria darle mayor poder al pueblo.

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