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BACTERIURIA ASINTOMÁTICA

M.ª Teresa Alarcón Alacio(1), M.ª Luisa Justa Roldán(2)


Unidad de Nefrología Pediátrica. Hospital Universitario de Fuenlabrada. Madrid
(1)

(2)
Unidad de Nefrología Pediátrica. Hospital Universitario Infantil Miguel Servet. Zaragoza

Alarcón Alacio MT, Justa Roldán ML. Bacteriuria asintomática.


Protoc diagn ter pediatr. 2014;1:109-17

RESUMEN

• La BA hace referencia a la presencia de bacterias en orina correctamente recogida en un


paciente asintomático.
• La BA es un proceso benigno en la mayoría de los pacientes que no favorece la aparición de
cicatrices ni daño renal.
• Ni la profilaxis antibiótica ni el tratamiento van a ser eficaces, en la mayoría de los casos,
para disminuir las recurrencias.
• El tratamiento antibiótico en estos pacientes puede seleccionar gérmenes más virulentos.
• En caso de precisar antibioterapia por procesos ORL en niños con BA, se recomienda utilizar
un macrólido.
• Existen grupos de riesgo que requieren un seguimiento y un tratamiento específico.

1. INTRODUCCIÓN cultivos positivos en sujetos sanos y asinto-


máticos, circunstancia que se denominó con
Durante muchos años, la infección del tracto el término de bacteriuria asintomática (BA).
urinario (ITU) ha sido considerada una enti-
dad potencialmente peligrosa, asociada a A pesar del cambio en el concepto y el manejo
malformaciones renales, enfermedad renal de la ITU desde la publicación de las guías de
crónica e hipertensión arterial. Esa es la idea práctica clínica, todavía hoy en día los análisis
que impulsó a la realización rutinaria de uro- de orina rutinarios para detectar ITU son am-
cultivos y es, de este modo, como se observó pliamente recomendados como parte de la
que, con relativa frecuencia, se obtenían uro- supervisión de niños sanos asintomáticos.

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Este hecho lleva, con cierta frecuencia, a diag- 3. PREVALENCIA


nosticar y tratar como infección urinaria desde
una contaminación hasta una bacteriuria Al igual que la ITU, la BA es más frecuente en
asintomática. los varones en el periodo neonatal. Pasado
este periodo, es más frecuente en las niñas du-
La BA es una entidad especialmente impor- rante todas las etapas de la vida con una pre-
tante en la infancia, sobre todo en niñas en valencia definida entre el 1,4 y el 2,7% en las
edad escolar. En los últimos años, el manejo dos primeras décadas de la vida. En la edad
tanto de la ITU sintomática como del reflujo adulta, aumenta su prevalencia en determina-
vesicoureteral se han ido modificando, lo que dos grupos como gestantes, mujeres sexual-
también ha derivado hacia una actitud pru- mente activas, pacientes diabéticos o con veji-
dente y no agresiva frente a la BA. ga neurógena o los receptores de trasplante
renal en sus fases iniciales.

2. DEFINICIONES En varios estudios de despistaje realizados en


los años 70 y 80 del siglo pasado en grupos sa-
• Bacteriuria asintomática. Se define como la nos de población, especialmente en niñas es-
“colonización de la orina por un mismo ger- colares, para la detección de bacteriuria, pre-
men en un número significativo de colonias sencia o no de sintomatología y la coexistencia
en dos o más muestras y en ausencia total con anomalías del tracto urinario, se pudo
de síntomas urinarios y generales”. constatar que hasta un 70% de los sujetos en
los que se detectó BA habían presentado, pre-
• Aunque no tan universalmente aceptado, viamente, síntomas relativos al sistema urina-
algunos autores emplean el término covert rio, como enuresis nocturna, urgencia miccio-
bacteriuria o bacteriuria encubierta para nal y orinas malolientes, lo que algunos
definir la presencia de una sintomatología autores denominarían bacteriuria encubierta
inespecífica, como urgencia miccional o in- y no asintomática. Igualmente, hasta un 47%
continencia, que no suele ser suficiente- tenía anomalías urológicas tales como reflujo
mente importante como para constituir un vesicoureteral (21-33%), cicatrices renales (10-
motivo de consulta, pero que es referida 26%) y trabeculación vesical (7-16%).
por los pacientes al realizar una historia clí-
nica detallada. Otros trabajos, sin embargo, muestran una in-
cidencia menor de anomalías urológicas (mal-
El problema, en ocasiones, es determinar qué formaciones renales en el 3-14% y reflujo en el
sintomatología nos lleva a la realización de un 7-13% de los casos) y no encuentran diferen-
urocultivo, ya que, en menores de dos años, da- cias entre los pacientes con BA y la población
tos como el rechazo del alimento, la detención de referencia en cuanto a la capacidad de con-
de la curva ponderal o la presencia de vómitos, centración tras estímulo con desmopresina ni
diarrea o irritabilidad son poco o nada específi- en cuanto al crecimiento renal.
cos. Lo mismo ocurre con el dolor abdominal
difuso o los vómitos en los mayores de dos años.

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4. ETIOPATOGENIA – Antígenos O. El antígeno O presenta una


gran capacidad tóxica y actúa a modo de
Las bacterias aisladas en pacientes con BA son endotoxina. Existen diferentes serotipos
principalmente enterobacterias procedentes de este antígeno, de los cuales solo unos
del aparato digestivo, al igual que en la infec- pocos son nefritógenos. La presencia de
ción urinaria sintomática. El que produzcan o de un antígeno O nefritógeno confiere
no sintomatología va a depender de la interre- una mayor virulencia a la bacteria.
lación entre los mecanismos de defensa del
propio huésped y de la virulencia del germen. – Antígeno K y H. La cantidad y concentra-
En el caso de la BA, estos microorganismos ción del primero aumenta la virulencia
permanecen en el tracto urinario sin ser elimi- (sobre todo, los serotipos 1, 5 y 12). El
nados por el huésped y sin generar una res- segundo está presente en los flagelos y
puesta suficiente para producir síntomas o es de menor importancia.
causar erradicación. Entre los mecanismos de
defensa del huésped se encuentran el flujo • Capacidad de adhesión. Las fimbrias son es-
unidireccional de la orina, el vaciamiento com- tructuras pilosas que confieren a la bacte-
pleto de la vejiga, los factores antibacterianos ria la capacidad de adherirse al urotelio.
de la orina (como el pH ácido o la acción de la Son de dos tipos, fimbrias P o manosa-re-
glicoproteína Tamm-Horsfall) y los factores in- sistentes, las más relacionadas con los fac-
munológicos del huésped como los polimor- tores de virulencia y las más frecuentes en
fismos en los genes proinflamatorios, la secre- las cepas nefritógenas de E. coli, y las tipo I
ción de citocinas y quimiocinas, el sistema de o manosa-sensibles. Actualmente, se in-
complemento y los receptores toll-like 4 (TLRs). vestigan vacunas que contengan estas es-
tructuras bacterianas. Otra línea de investi-
En cuanto a los factores bacterianos, es Esche- gación es el compuesto flavonoide llamado
richia Coli (Tabla 1) la bacteria que más fre- proantocianidina, presente en el arándano
cuentemente causa tanto infecciones urina- rojo, del que se estima que inhibe la adhe-
rias como BA. Sus factores de virulencia son, sión de E. coli al urotelio al interferir con la
por tanto, los más estudiados: acción de las fimbrias, como la proteína de
Tamm-Horsfall.
• Antígenos de superficie:

Tabla 1. Factores de virulencia de E. coli (%)


Pielonefritis aguda Infección del tracto urinario Bacteriuria asintomática
sintomática
Fimbrias tipo I 60 71 58
P. fimbria 70 36 24
Aerobactina 73 49 38
Haemolisina 49 40 20
K1 32 14 22
Resistencia sérica 61 63 25
Antígeno grupo 0 74 64 38

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• Grado de actividad hemolítica. Las fimbrias bacterias saprofitas como el Lactobacillus, con
poseen la capacidad de adherirse a los eri- capacidad para competir con los gérmenes
trocitos produciendo hemaglutinación. Por uropatógenos, cuya presencia dificultaría que
otro lado, la alfa hemolisina presente, tam- estos últimos pudieran adherirse al urotelio,
bién, en algunas cepas patógenas tiene la evitando de este modo un daño inflamatorio.
facultad de producir hemólisis y contribuir En cierto modo, para algunos autores, la BA
al daño de la mucosa epitelial, especial- causada por cepas poco virulentas constituiría
mente, a nivel vesical. parte de esa “flora saprofita” al competir, ya
sea por nutrientes o receptores comunes, con
Es, por tanto, presumible que los gérmenes cepas de E. coli más virulentas, por lo que po-
encontrados en las orinas de sujetos con BA dría ser un elemento beneficioso, siendo este
tengan distintos o, al menos, una menor pro- uno de los pilares fundamentales en los que se
porción de factores de virulencia que los gér- basa el absentismo terapéutico en la mayoría
menes responsables de las ITU sintomáticas de estos pacientes.
bajas y altas, además de una sensibilidad ma-
yor al efecto bactericida del suero y una capa-
cidad de adhesión muy débil. Estas diferencias 5. EVOLUCIÓN Y TRATAMIENTO
se muestran en la Tabla 1.
La actitud clásica con respecto a la BA se basa
La etiopatogenia de la bacteriuria asintomáti- en que su persistencia podría dañar el urote-
ca es necesaria para entender un hallazgo fre- lio y/o el parénquima renal y producir cicatri-
cuente en estos pacientes: la presencia de al- ces renales. Sin embargo, cada vez más estu-
teraciones en el sedimento (sobre todo la dios contradicen esta teoría, ya que, tras
presencia de leucocituria). Presumiblemente, cinco años de seguimiento, hasta en un 26%
en aquellos pacientes donde la BA se relacione de las niñas persiste la bacteriuria, pero es
con mutaciones en el toll-like receptor 4, la ocasional que presenten ITU sintomática.
respuesta inmunitaria no es transmitida por Tampoco está demostrado que las niñas con
las células del uroepitelio y, en estos pacien- cicatrices o reflujo vesicoureteral tengan una
tes, la bacteria permanece en la orina sin ge- mayor predisposición a la bacteriuria persis-
nerar respuesta inflamatoria, por lo que no tente que aquellas con un tracto urinario nor-
presentarán leucocituria. Sí, en cambio, existe mal, ni que su presencia suponga, en niñas
una mutación en los factores de virulencia del sanas, un mayor riesgo de desarrollar daño
germen, fundamentalmente las fimbrias en el renal. Además, con respecto a la profilaxis an-
caso del E. coli, los gérmenes se adhieren al tibiótica, aunque existan diferencias en
urotelio de forman débil, sin producir sinto- cuanto al porcentaje de reinfección entre tra-
matología, pero sí reclutan neutrófilos respon- tadas y no tratadas, no se encuentran dife-
sables de la leucocituria, al estar la transmi- rencias en la aparición de cicatrices renales.
sión de la señal inflamatoria indemne. Otros estudios tampoco han encontrado dife-
rencias en las tasas de reinfección y la mayo-
Otro factor que debemos tener en cuenta es la ría de los autores coinciden en que no hay
existencia en la flora habitual urogenital de diferencias en la formación de cicatrices ni en

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el crecimiento renal y que el tratamiento far- ra anatómica, a la disminución de la inmu-


macológico de la BA no evita la reaparición de nidad celular, a la disminución de la activi-
esta, una vez que se ha interrumpido. En la dad fagocitaria o al déficit de vitamina A.
mayoría de las ocasiones la bacteriuria des- Se indica la necesidad de seguimiento de
aparece espontáneamente sin tratamiento estos pacientes y el tratamiento en los ca-
en algunos meses, y solamente de manera sos de bacteriuria significativa.
excepcional evoluciona hacia una ITU sinto-
mática. A su vez, se ha demostrado que la ITU • Bacteriuria asintomática en pacientes con
sintomática no va precedida de una BA. En la infección urinaria recurrente. Los niños con
práctica diaria puede observarse de forma ex- infecciones urinarias recurrentes presentan
cepcional que alguna niña portadora de BA una prevalencia de bacteriuria asintomáti-
no tratada padezca una infección urinaria ca de hasta el 80%. Sin embargo, general-
sintomática. Este hecho puede ser explicado mente se trata de serotipos poco nefritóge-
por la transferencia genética a partir de una nos de E. coli que no asocian riesgo de
bacteria virulenta, por la que una bacteria no evolucionar a pielonefritis aguda. El trata-
patógena se convierte en virulenta. Por todo miento antibiótico por procesos ORL en es-
lo anterior, parece que la BA es una entidad tos pacientes eleva el riesgo de pielonefritis
independiente más que un precursor de la aguda, por lo que, siempre que sea posible,
infección sintomática. se debe elegir un macrólido (o un antibióti-
co al que el germen causante de la bacte-
A la vista de estos datos, podemos afirmar que riuria sea resistente) para el tratamiento de
el tratamiento antibiótico de la bacteriuria, en estos procesos, evitando así seleccionar
ausencia de síntomas, no es necesario, ya que gérmenes más patógenos. Esta sería la úni-
no se obtiene ningún beneficio. ca indicación para realizar urocultivos en
pacientes asintomáticos. Por tanto, no se
Pero dado que deben tratarse pacientes y no deben tratar la BA en estos pacientes.
análisis, existen una serie de consideraciones
especiales que debemos tener en cuenta: • Bacteriuria asintomática en pacientes con
reflujo vesicoureteral. La BA en estos pa-
• Niños malnutridos. En el estudio de Bagge cientes no aumenta el riesgo de cicatrices
et al. realizado en 112 pacientes con eda- renales, ni disminuye el filtrado glomerular.
des entre seis meses y cinco años con mal- Incluso, se plantea que puede tener un
nutrición moderada (grado II) y grave (gra- efecto protector frente a la infección urina-
do III y IV), se observó una prevalencia de ria por tratarse de cepas poco patógenas de
bacteriuria del 15,2% frente a un 1,8% de E. coli. El tratamiento de la BA no disminuye
controles (p <0,01) con una mayor preva- la aparición de nuevas ITU. Por tanto, se re-
lencia de bacteriuria a mayor grado de des- comienda no tratar la BA en pacientes con
nutrición. El 5,9% presentaba reflujo vesi- reflujo vesicoureteral. De hecho, en niños
coureteral. El 70% evolucionaron a ITU con RVU asintomáticos, no es recomenda-
sintomática. Este aumento de prevalencia ble realizar urocultivos de control.
puede ser debido a una pérdida de la barre-

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• Bacteriuria asintomática en pacientes so- • Diabetes mellitus tipo 1. El 10,1% de los pa-
metidos a procedimientos diagnósticos in- cientes con esta enfermedad presentan BA,
vasivos. Algunos autores han escrito que en se cree que por disminución de citocinas en
los pacientes con BA que vayan a ser some- el tracto urinario. No está indicado tratar-
tidos a una cistografía miccional (CUMS) las, ya que presentan bajo riesgo de ITU sin-
podría instaurarse tratamiento profiláctico tomática.
durante uno a tres días, pero otros conside-
ran que la propia BA serviría de preventiva Por tanto, se puede deducir que ni el trata-
de una posible ITU. miento antibiótico ni la profilaxis antibiótica
van a ser, en general, necesarias en los pacien-
• Vejiga neurógena. Estos pacientes presen- tes con BA, salvo en determinadas circunstan-
tan BA en un 45-70% de los casos, según las cias de riesgo (Tabla 2), ya que no producen
series, y generalmente por E. coli. En general, una disminución significativa del número de
no parece que suponga un riesgo aumenta- recurrencias de la bacteriuria ni hay evidencia
do de cicatrices renales, salvo que coexista de que la favorezca la aparición de cicatrices
un reflujo vesicoureteral de alto grado o una renales o tenga influencia en la función o el
vejiga pequeña o muy trabeculada. No está crecimiento renal, ni en la evolución del reflujo
indicado, por tanto, tratar la BA en estos ca- vesicoureteral. Podría considerarse la bacte-
sos. Incluso, algunos autores le confieren un riuria asintomática, incluso, como una forma
efecto protector. La profilaxis en estos pa- de profilaxis natural, de forma que su trata-
cientes no erradica la bacteriuria y sí selec- miento pudiera condicionar un alto nivel de
ciona gérmenes más patógenos como Kleb- recurrencia y recolonización por cepas más vi-
siella spp. o Pseudomonas spp., aunque sin rulentas que, al eliminar a la flora protectora,
aumentar el riesgo de ITU sintomática. incrementarían la oportunidad de adheren-
cias bacterianas como evento preliminar al
• Trasplante renal. La incidencia es de hasta desarrollo de una ITU. De esta manera, y como
el 52% durante el primer año debido, fun- se ha mencionado anteriormente, siempre
damentalmente, a la inmunosupresión a la que utilicemos un antibiótico en estos pacien-
que se somete a estos pacientes. Aumenta tes, generalmente por infección intercurrente
el riesgo en pacientes con patología vesical de vías respiratorias, debemos prescribir aquel
o ITU previa, disfunción del injerto o recha- al que el germen causante de la BA no sea sen-
zo agudo. Con frecuencia se trata de gér- sible, generalmente un macrólido, que no
menes multirresistentes, por lo que está erradique esa bacteria “protectora”. En aque-
indicado tratarla en los primeros 3-6 meses llos casos en los que se plantean dudas de tra-
postrasplante.

• Embarazo. El 2,7% de las embarazadas van Tabla 2. Grupos de riesgo para tratamiento
a presentar BA, con riesgo de progresión a de la bacteriuria asintomática
pielonefritis aguda y riesgo de parto pre- • Niños malnutridos
• Trasplante renal
maturo, por lo que sí está indicado el trata- • Intervenciones urológicas
miento, sobre todo, en el tercer trimestre. • Tercer trimestre de gestación

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tamiento pueden recomendarse como primer en la primera orina del día. También está descri-
paso y alternativos al antibiótico, la ingesta ta la asociación entre bacteriuria asintomática
abundante de líquidos, el vaciamiento vesical y alteraciones metabólicas causantes de litia-
frecuente, el jarabe de arándanos y la adminis- sis, por lo que en estos pacientes, sobre todo si
tración de Lactobacillus casei. existen antecedentes familiares de litiasis, se
podría realizar cociente calcio:creatinina, co-
ciente citrato:creatinina y cociente calcio:citrato
6. PRUEBAS COMPLEMENTARIAS en orina aislada. Si tras este primer estudio
Y SEGUIMIENTO existe asimetría renal o imágenes sugestivas
de cicatriz o dilatación ureteral, y/o la función
Existe un consenso creciente acerca de evitar renal está alterada, estaría indicado ampliar el
la realización de urocultivos rutinarios a pa- estudio mediante gammagrafía y/o cistografía
cientes asintomáticos, debido al riesgo de so- (Figura 1).
meterlos a tratamientos innecesarios que po-
drían alterar el equilibrio ecológico bacteriano. En cualquier caso, es preciso valorar ante cada
Pero una cuestión es que los pacientes no sean paciente con BA, la necesidad de realizar estu-
tratados y otra distinta es si deben ser estudia- dios siempre bajo la premisa de evitar tanto
dos y de qué modo. En estos pacientes, es re- las visitas médicas repetidas como el empleo
comendable recoger, simultáneamente al uro- de múltiples antibióticos, o la realización de
cultivo, un sistemático de orina y sedimento exploraciones complementarias relativamen-
urinario, y suele recomendarse la realización te invasivas, ya que todo ello genera con fre-
de una ecografía renal y de vías urinarias. Ade- cuencia molestias al paciente, ansiedad y gas-
más, no se debe olvidar que la persistencia de to injustificado.
la bacteriuria puede estar relacionada con la
presencia de vejiga neurógena o una disfun-
ción miccional, por lo que, en los pacientes Mención especial al Dr. Víctor Manuel García
continentes, será importante realizar una ex- Nieto, que ha realizado la revisión externa
haustiva historia de hábitos miccionales y va- de este capítulo.
lorar la necesidad de iniciar un tratamiento
con anticolinérgicos y/o realizar estudios uro- Los criterios y opiniones que aparecen en este
dinámicos. En cuanto a pruebas de función capítulo son una ayuda a la toma de decisiones
renal, distintos autores estiman oportuno rea- en la atención sanitaria, sin ser de obligado
lizar pruebas básicas, sencillas y sensibles, cumplimiento, y no sustituyen al juicio clínico
como son la prueba de concentración renal y la del personal sanitario.
determinación del cociente albúmina:creatinina

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Figura 1.

Bacteriuria
asintomática*

Solicitar ecografía renal y pruebas funcionales renales básicas


(prueba de concentración, albuminuria).
Preguntar si existen antecedentes personales
de ITU y familiares de urolitiasis

Si ecografía renal anormal Si ecografía renal y pruebas funcionales


y/o pruebas funcionales alteradas normales y existen AF de de urolitiasis

Valorar solicitud de DMSA y/o CUMS según Solicitar calcio, citrato y creatinina
los antecedentes y la imagen ecográfica en la primera orina del día**

*Tratar con anticolinérgicos si existe clínica de vejiga hiperactiva.


**Además de los cocientes con la creatinina, calcular el cociente calcio:citrato (si es superior a 0,33 mg:mg existe riesgo de cristalización).

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