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(2)
Unidad de Nefrología Pediátrica. Hospital Universitario Infantil Miguel Servet. Zaragoza
RESUMEN
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Protocolos actualizados al año 2014. Consulte condiciones de uso y posibles nuevas actualizaciones en www.aeped.es/protocolos/
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Protocolos • Bacteriuria asintomática
• Grado de actividad hemolítica. Las fimbrias bacterias saprofitas como el Lactobacillus, con
poseen la capacidad de adherirse a los eri- capacidad para competir con los gérmenes
trocitos produciendo hemaglutinación. Por uropatógenos, cuya presencia dificultaría que
otro lado, la alfa hemolisina presente, tam- estos últimos pudieran adherirse al urotelio,
bién, en algunas cepas patógenas tiene la evitando de este modo un daño inflamatorio.
facultad de producir hemólisis y contribuir En cierto modo, para algunos autores, la BA
al daño de la mucosa epitelial, especial- causada por cepas poco virulentas constituiría
mente, a nivel vesical. parte de esa “flora saprofita” al competir, ya
sea por nutrientes o receptores comunes, con
Es, por tanto, presumible que los gérmenes cepas de E. coli más virulentas, por lo que po-
encontrados en las orinas de sujetos con BA dría ser un elemento beneficioso, siendo este
tengan distintos o, al menos, una menor pro- uno de los pilares fundamentales en los que se
porción de factores de virulencia que los gér- basa el absentismo terapéutico en la mayoría
menes responsables de las ITU sintomáticas de estos pacientes.
bajas y altas, además de una sensibilidad ma-
yor al efecto bactericida del suero y una capa-
cidad de adhesión muy débil. Estas diferencias 5. EVOLUCIÓN Y TRATAMIENTO
se muestran en la Tabla 1.
La actitud clásica con respecto a la BA se basa
La etiopatogenia de la bacteriuria asintomáti- en que su persistencia podría dañar el urote-
ca es necesaria para entender un hallazgo fre- lio y/o el parénquima renal y producir cicatri-
cuente en estos pacientes: la presencia de al- ces renales. Sin embargo, cada vez más estu-
teraciones en el sedimento (sobre todo la dios contradicen esta teoría, ya que, tras
presencia de leucocituria). Presumiblemente, cinco años de seguimiento, hasta en un 26%
en aquellos pacientes donde la BA se relacione de las niñas persiste la bacteriuria, pero es
con mutaciones en el toll-like receptor 4, la ocasional que presenten ITU sintomática.
respuesta inmunitaria no es transmitida por Tampoco está demostrado que las niñas con
las células del uroepitelio y, en estos pacien- cicatrices o reflujo vesicoureteral tengan una
tes, la bacteria permanece en la orina sin ge- mayor predisposición a la bacteriuria persis-
nerar respuesta inflamatoria, por lo que no tente que aquellas con un tracto urinario nor-
presentarán leucocituria. Sí, en cambio, existe mal, ni que su presencia suponga, en niñas
una mutación en los factores de virulencia del sanas, un mayor riesgo de desarrollar daño
germen, fundamentalmente las fimbrias en el renal. Además, con respecto a la profilaxis an-
caso del E. coli, los gérmenes se adhieren al tibiótica, aunque existan diferencias en
urotelio de forman débil, sin producir sinto- cuanto al porcentaje de reinfección entre tra-
matología, pero sí reclutan neutrófilos respon- tadas y no tratadas, no se encuentran dife-
sables de la leucocituria, al estar la transmi- rencias en la aparición de cicatrices renales.
sión de la señal inflamatoria indemne. Otros estudios tampoco han encontrado dife-
rencias en las tasas de reinfección y la mayo-
Otro factor que debemos tener en cuenta es la ría de los autores coinciden en que no hay
existencia en la flora habitual urogenital de diferencias en la formación de cicatrices ni en
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Protocolos • Bacteriuria asintomática
• Bacteriuria asintomática en pacientes so- • Diabetes mellitus tipo 1. El 10,1% de los pa-
metidos a procedimientos diagnósticos in- cientes con esta enfermedad presentan BA,
vasivos. Algunos autores han escrito que en se cree que por disminución de citocinas en
los pacientes con BA que vayan a ser some- el tracto urinario. No está indicado tratar-
tidos a una cistografía miccional (CUMS) las, ya que presentan bajo riesgo de ITU sin-
podría instaurarse tratamiento profiláctico tomática.
durante uno a tres días, pero otros conside-
ran que la propia BA serviría de preventiva Por tanto, se puede deducir que ni el trata-
de una posible ITU. miento antibiótico ni la profilaxis antibiótica
van a ser, en general, necesarias en los pacien-
• Vejiga neurógena. Estos pacientes presen- tes con BA, salvo en determinadas circunstan-
tan BA en un 45-70% de los casos, según las cias de riesgo (Tabla 2), ya que no producen
series, y generalmente por E. coli. En general, una disminución significativa del número de
no parece que suponga un riesgo aumenta- recurrencias de la bacteriuria ni hay evidencia
do de cicatrices renales, salvo que coexista de que la favorezca la aparición de cicatrices
un reflujo vesicoureteral de alto grado o una renales o tenga influencia en la función o el
vejiga pequeña o muy trabeculada. No está crecimiento renal, ni en la evolución del reflujo
indicado, por tanto, tratar la BA en estos ca- vesicoureteral. Podría considerarse la bacte-
sos. Incluso, algunos autores le confieren un riuria asintomática, incluso, como una forma
efecto protector. La profilaxis en estos pa- de profilaxis natural, de forma que su trata-
cientes no erradica la bacteriuria y sí selec- miento pudiera condicionar un alto nivel de
ciona gérmenes más patógenos como Kleb- recurrencia y recolonización por cepas más vi-
siella spp. o Pseudomonas spp., aunque sin rulentas que, al eliminar a la flora protectora,
aumentar el riesgo de ITU sintomática. incrementarían la oportunidad de adheren-
cias bacterianas como evento preliminar al
• Trasplante renal. La incidencia es de hasta desarrollo de una ITU. De esta manera, y como
el 52% durante el primer año debido, fun- se ha mencionado anteriormente, siempre
damentalmente, a la inmunosupresión a la que utilicemos un antibiótico en estos pacien-
que se somete a estos pacientes. Aumenta tes, generalmente por infección intercurrente
el riesgo en pacientes con patología vesical de vías respiratorias, debemos prescribir aquel
o ITU previa, disfunción del injerto o recha- al que el germen causante de la BA no sea sen-
zo agudo. Con frecuencia se trata de gér- sible, generalmente un macrólido, que no
menes multirresistentes, por lo que está erradique esa bacteria “protectora”. En aque-
indicado tratarla en los primeros 3-6 meses llos casos en los que se plantean dudas de tra-
postrasplante.
• Embarazo. El 2,7% de las embarazadas van Tabla 2. Grupos de riesgo para tratamiento
a presentar BA, con riesgo de progresión a de la bacteriuria asintomática
pielonefritis aguda y riesgo de parto pre- • Niños malnutridos
• Trasplante renal
maturo, por lo que sí está indicado el trata- • Intervenciones urológicas
miento, sobre todo, en el tercer trimestre. • Tercer trimestre de gestación
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tamiento pueden recomendarse como primer en la primera orina del día. También está descri-
paso y alternativos al antibiótico, la ingesta ta la asociación entre bacteriuria asintomática
abundante de líquidos, el vaciamiento vesical y alteraciones metabólicas causantes de litia-
frecuente, el jarabe de arándanos y la adminis- sis, por lo que en estos pacientes, sobre todo si
tración de Lactobacillus casei. existen antecedentes familiares de litiasis, se
podría realizar cociente calcio:creatinina, co-
ciente citrato:creatinina y cociente calcio:citrato
6. PRUEBAS COMPLEMENTARIAS en orina aislada. Si tras este primer estudio
Y SEGUIMIENTO existe asimetría renal o imágenes sugestivas
de cicatriz o dilatación ureteral, y/o la función
Existe un consenso creciente acerca de evitar renal está alterada, estaría indicado ampliar el
la realización de urocultivos rutinarios a pa- estudio mediante gammagrafía y/o cistografía
cientes asintomáticos, debido al riesgo de so- (Figura 1).
meterlos a tratamientos innecesarios que po-
drían alterar el equilibrio ecológico bacteriano. En cualquier caso, es preciso valorar ante cada
Pero una cuestión es que los pacientes no sean paciente con BA, la necesidad de realizar estu-
tratados y otra distinta es si deben ser estudia- dios siempre bajo la premisa de evitar tanto
dos y de qué modo. En estos pacientes, es re- las visitas médicas repetidas como el empleo
comendable recoger, simultáneamente al uro- de múltiples antibióticos, o la realización de
cultivo, un sistemático de orina y sedimento exploraciones complementarias relativamen-
urinario, y suele recomendarse la realización te invasivas, ya que todo ello genera con fre-
de una ecografía renal y de vías urinarias. Ade- cuencia molestias al paciente, ansiedad y gas-
más, no se debe olvidar que la persistencia de to injustificado.
la bacteriuria puede estar relacionada con la
presencia de vejiga neurógena o una disfun-
ción miccional, por lo que, en los pacientes Mención especial al Dr. Víctor Manuel García
continentes, será importante realizar una ex- Nieto, que ha realizado la revisión externa
haustiva historia de hábitos miccionales y va- de este capítulo.
lorar la necesidad de iniciar un tratamiento
con anticolinérgicos y/o realizar estudios uro- Los criterios y opiniones que aparecen en este
dinámicos. En cuanto a pruebas de función capítulo son una ayuda a la toma de decisiones
renal, distintos autores estiman oportuno rea- en la atención sanitaria, sin ser de obligado
lizar pruebas básicas, sencillas y sensibles, cumplimiento, y no sustituyen al juicio clínico
como son la prueba de concentración renal y la del personal sanitario.
determinación del cociente albúmina:creatinina
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Figura 1.
Bacteriuria
asintomática*
Valorar solicitud de DMSA y/o CUMS según Solicitar calcio, citrato y creatinina
los antecedentes y la imagen ecográfica en la primera orina del día**
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