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Diego López V de Haro

Diego López V de Haro (c. 1250 - enero de 1310), apodado el


Intruso, fue un magnate y ricohombre castellano. Y era hijo de
Diego López V de Haro
Diego López III de Haro, señor de Vizcaya,1 y de Constanza de
Bearne.2 3 Señor de Vizcaya

Fue señor de Vizcaya, y llegó a desempeñar los cargos de


mayordomo mayor del rey y alférez del rey Fernando IV de
Castilla,3 y el de adelantado mayor de Castilla.4 Fue el fundador
de la villa de Bilbao, a cuya aldea pesquera escogió y adelantó con
cartas de villa y puerto mercantil libre de tributo real y por
consiguiente correspondiente solo al señorío de Vizcaya y su
autoridad.

Fue bisnieto del rey Alfonso IX de León.

Índice
Orígenes familiares
Biografía
Juventud
Actuaciones durante la minoría de edad de
Fernando IV de Castilla (1295-1301)
Actuaciones durante la mayoría de edad de
Fernando IV de Castilla (1301-1310)
Conflictos por la posesión del señorío de
Vizcaya (1305-1307)
Sitio de Algeciras y muerte (1309-1310)
Estatua de Diego López V de Haro, obra de Mariano
Sepultura
Benlliure. (Bilbao).
Matrimonio y descendencia
Información personal
Véase también
Otros títulos Alférez y mayordomo mayor del
Notas
rey
Referencias
Nacimiento c. 1250
Bibliografía
Fallecimiento Enero de 1310
Enlaces externos
Algeciras
Entierro Monasterio de San Francisco de
Burgos
Orígenes familiares
Predecesor María Díaz de Haro
Era hijo de Diego López III de Haro, señor de Vizcaya,1 y de su Sucesor María Díaz de Haro
esposa, Constanza de Bearne, y sus abuelos paternos fueron Lope
Familia
Díaz II de Haro, señor de Vizcaya, y Urraca Alfonso de León, hija
Dinastía Casa de Haro
ilegítima del rey Alfonso IX de León.5 6 Y por parte materna era
nieto de Guillermo II de Bearne, vizconde de Bearne, y de Padre Diego López III de Haro
Garsenda de Provenza.7 Madre Constanza de Bearne
Cónyuge Violante de Castilla
Descendencia Véase Descendencia
Fue hermano, entre otros, de Lope Díaz III de Haro, que fue señor
de Vizcaya a la muerte del padre de ambos,1 y también de Teresa
de Haro, que contrajo matrimonio con Juan Núñez I de Lara, señor
de la Casa de Lara.8

Biografía Escudo de Diego López V de Haro

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Juventud
Se desconoce su fecha exacta de nacimiento, aunque debió de ocurrir alrededor del año 1250.3 Y en junio de 1282 contrajo
matrimonio en la ciudad de Toledo9 con la infanta Violante de Castilla,3 que era hija del rey Alfonso X de Castilla y de la reina
Violante de Aragón.10 Y el mismo día en que se celebró este matrimonio el infante Sancho de Castilla, que llegaría a reinar como
Sancho IV, se casó también en la misma ciudad conMaría de Molina.9 Sin embargo, conviene señalar que en 1283 el papa Martín IV
se opuso a la celebración de ambos matrimonios por razones de consanguinidad, ya que en el caso de Diego López V de Haro este
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último era primo segundo de su esposa por ser los dos bisnietos del rey Alfonso IX de León.

Y conviene señalar que este matrimonio reforzó aún más los lazos de sangre existentes entre la familia Haro, que eran los
propietarios del señorío de Vizcaya, y los monarcas castellanos, pues Lope Díaz III de Haro, el hermano mayor de Diego, estaba
casado con Juana Alfonso de Molina, que era hermanastra de la reina María de Molina, y el infante Juan de Castilla se casó en 1287
con María Díaz de Haro, que era hija de Lope Díaz III de Haro y sobrina carnal por tanto de Diego López V de Haro.12 Y el
historiador José Manuel Nieto Soria señaló que con este matrimonio el infante Sancho, que fue quien lo concertó y que se había
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rebelado contra su padre, Alfonso X, pretendía conseguir el apoyo del «importante linaje» de los Haro para su causa.

Su hermano mayor, Lope Díaz III de Haro, fue el privado de Sancho IV de Castilla y fue nombrado conde por este último. Y entre
finales de agosto de 1284 y finales de abril de 1288, aproximadamente, Diego López V de Haro desempeñó el cargo de alférez del
rey Sancho IV de Castilla.14 En 1287 ejerció el cargo de adelantado mayor de Castilla,4 y el 12 de marzo de ese mismo año resolvió
un pleito a favor del convento de San Pedro de Gumiel, aunque para resaltar su parentesco con la familia real castellana ordenó que
en el documento de la sentencia se colocara su propio sello y el de su esposa, la infantaiolante
V de Castilla.15 16

Actuaciones durante la minoría de edad de Fernando IV de Castilla (1295-1301)


El día 25 de abril de 1295, falleció el rey Sancho IV de Castilla
y aprovechándose Diego López de Haro de los disturbios de la
Corte en la minoría de Fernando IV de Castilla, se apoderó del
señorío de Vizcaya, que pertenecía a María Díaz de Haro. A las
luchas incesantes con la nobleza castellana, capitaneada por los
infantes Juan de Castilla el de Tarifa, que reclamaba el trono de
su hermano Sancho IV, y por el infante Enrique de Castilla el
Senador, hijo de Fernando III de Castilla y tío de Fernando IV,
que reclamaba la tutoría del rey, se sumaba el pleito con los
infantes de la Cerda, apoyados por Francia y Aragón y por su
abuela la reina Violante de Aragón, viuda de Alfonso X. A ello
se sumaron los problemas con Aragón, Portugal y Francia, que
intentaron aprovechar la situación de inestabilidad que
atravesaba el reino de Castilla y León en su propio beneficio.
María de Molina presenta a su hijo Fernando IV en las
Al mismo tiempo, Diego López V de Haro, señor de Vizcaya,
Cortes de Valladolid de 1295. Óleo sobre lienzo de
Nuño González de Lara, y Juan Núñez de Lara, entre otros
Antonio Gisbert Pérez. 1863. (Congreso de los
muchos, sembraban la confusión y la anarquía en el reino. Diputados de España).
En el verano de 1295, terminadas las Cortes de Valladolid de 1295, a Diego López V de Haro se le confirmó la posesión del señorío
de Vizcaya, y al infante Juan, que aceptó momentáneamente como soberano a Fernando IV en privado, se le restituyeron sus
propiedades.17

Diego López V de Haro convirtió la aldea marítima deBilbao en villa el 15 de junio de 1300.

Durante las Cortes de Valladolid de 1300 el infante Juan de Castilla el de Tarifa renunció a sus pretensiones al trono, no obstante
haber sido proclamado rey de León en 1296, y prestó público juramento de fidelidad a Fernando IV y a sus sucesores, el día 26 de
junio de 1300. A cambio de su renuncia al señorío de Vizcaya, cuya posesión le fue confirmada a Diego López V de Haro, María
Díaz de Haro y su esposo, el infante Juan, recibieron Mansilla,Paredes de Nava, Medina de Rioseco, Castronuño y Cabreros.18 Poco
después, María de Molina y los infantes Enrique y Juan, acompañados por Diego López V de Haro, sitiaron el municipio de
Almazán, pero levantaron el asedio por la oposición del infante Enrique.

Actuaciones durante la mayoría de edad de Fernando IV de Castilla (1301-1310)


En noviembre de 1301, hallándose la corte en la ciudad de Burgos, se hizo pública la bula por la que el papa Bonifacio VIII
legitimaba el matrimonio de la reina María de Molina con el difunto rey Sancho IV de Castilla, siendo por tanto sus hijos legítimos a
partir de ese momento. Al mismo tiempo, se declaró la mayoría de edad de Fernando IV. Con ello, el infante Juan de Castilla el de
Tarifa y los infantes de la Cerda perdieron uno de sus principales argumentos a la hora de reclamar el trono, no pudiendo esgrimir en
adelante la ilegitimidad del monarca castellano-leonés.

El infante Enrique de Castilla el Senador, molesto por la legitimación de Fernando IV por el papa Bonifacio VIII, se alió con Juan
Núñez de Lara, señor de la Casa de Lara, a fin de indisponer y enemistar a Fernando IV con su madre, la reina María de Molina. A
ambos magnates se les unió el infante Juan de Castilla, quien continuaba reclamando el señorío de Vizcaya en nombre de su esposa,
María Díaz de Haro. Ese mismo año el infante Enrique, aliado con Diego López V de Haro, reclamó al rey Fernando IV, en
compensación por abandonar el cargo de tutor del rey, y habíendo chantajeado previamente a la reina con declarar la guerra a su hijo
si no accedían a sus deseos, la posesión de las localidades de Atienza y de San Esteban de Gormaz, que le fueron concedidas por el
rey.

En 1302 se acentuó la rivalidad existente entre el infante Enrique de Castilla el Senador, María de Molina y Diego López V de Haro
de un lado, y el infante Juan de Castilla el de T
arifa y Juan Núñez de Laradel otro. El infante Enrique amenazó a la reina con declarar
la guerra a Fernando IV y a ella misma si no se accedía a sus demandas, al tiempo que los magnates procuraban eliminar la influencia
que María de Molina ejercía en su hijo, a quien el pueblo comenzó a dejar de estimar, debido a la influencia que los ricoshombres
ejercían sobre él. En los meses finales de 1302, la reina, que se hallaba en Valladolid, se vio obligada a aplacar a los ricoshombres y a
los miembros de la nobleza, que planeaban levantarse en armas contra Fernando IV, quien pasó las navidades de 1302 en tierras del
reino de León, acompañado por el infante Juan y por Juan Núñez de Lara.

A comienzos de 1303 había una entrevista prevista entre el rey Dionisio I de Portugal y Fernando IV, confiando este último en que su
primo el rey de Portugal le devolvería algunos territorios. Por su parte, el infante Enrique de Castilla el Senador, Diego López V de
Haro y la reina María de Molina se excusaron de asistir a dicha entrevista. El propósito de la reina al negarse a asistir era vigilar al
infante Enrique y al señor de Vizcaya, cuyas relaciones con Fernando IV eran tensas debido a la amistad que el monarca dispensaba
al infante Juan y a Juan Núñez de Lara. En mayo de 1303 se celebró la entrevista entre Dionisio I de Portugal y Fernando IV en la
ciudad de Badajoz. El infante Juan y Juan Núñez de Lara predispusieron a Fernando IV en contra del infante Enrique y del señor de
Vizcaya, al tiempo que las concesiones ofrecidas por el soberano portugués, quien se ofreció a ayudarle si fuera preciso contra el
infante Enrique de Castilla el Senador, decepcionaron al rey Fernando IV.

En 1303, mientras el rey se encontraba en Badajoz, se reunieron en Roa el infante Enrique, Diego López V de Haro y don Juan
Manuel, y acordaron que don Juan Manuel se entrevistaría con el rey de Aragón. Este último acordó con don Juan Manuel que los
tres magnates y él mismo deberían reunirse el día de San Juan Bautista en el municipio de Ariza. Después, el infante Enrique
comunicó sus planes a María de Molina, que se encontraba en Valladolid, con el propósito de que ella se uniera a ellos. El plan del
infante Enrique consistía, en que Alfonso de la Cerda se conviertiese en rey de León y se desposase con la infanta Isabel, hija de
María de Molina, al tiempo que el infante Pedro, hermano de Fernando IV, sería proclamado rey de Castilla y se desposaría con una
hija de Jaime II de Aragón. El infante Enrique manifestó que su intención era lograr la paz en el reino y eliminar la influencia del
infante Juan y de Juan Núñez de Lara.

Dicho plan, que hubiera supuesto la disgregación de los territorios del reino de Castilla y León, así como la renuncia al mismo,
forzosa u obligada, de Fernando IV el Emplazado, fue rechazado por la reina María de Molina, que se negó a secundar el proyecto y a
entrevistarse con el soberano aragonés en Ariza. Fernando IV, mientras tanto, suplicaba a su madre que pusiese paz entre él y los
magnates que apoyaban al infante Enrique, quienes volvieron a suplicar a la reina que apoyase el plan del infante, a lo que ella se
negó. Mientras se celebraban las Vistas de Ariza, la reina recordó al infante Enrique y a sus acompañantes la lealtad que debían a su
hijo, así como los grandes heredamientos con que les había dotado, consiguiendo con ello que algunos caballeros abandonasen Ariza,
sin secundar el plan del infante Enrique. Sin embargo, el infante Enrique, don Juan Manuel y otros caballeros se comprometieron a
hacer la guerra al rey Fernando IV, así como a que le fuera devuelto el reino de Murcia al reino de Aragón, y a que el reino de Jaén le
fuese entregado a Alfonso de la Cerda. Sin embargo, mientras la reina María de Molinareunía los concejos y estorbaba los propósitos
del infante Enrique, éste enfermó de gravedad y hubo de ser trasladado a su villa de Roa. Ante la enfermedad del infante Enrique, la
reina, temerosa de que sus señoríos y castillos pasasen a ser de Don Juan Manuel y de Lope Díaz de Haro, a quienes el infante
planeaba legar sus posesiones a su muerte, persuadió al confesor del infante, así como a sus acompañantes, de que le convencieran
para que a su muerte sus bienes revirtieran a la Corona, a lo que el infante se negó, pues no deseaba que sus bienes pasasen a poder
de Fernando IV. El día 8 de agosto de 1303 falleció el infanteEnrique.

En noviembre de 1303 el rey se encontraba en Valladolid junto a la reina, y solicitó su consejo, pues deseaba poner fin al pleito que
sostenían el infante Juan de Castilla el de Tarifa y Diego López V de Haro por la posesión del señorío de Vizcaya, que en esos
momentos era propiedad de Diego López V de Haro. La reina le manifestó que le ayudaría a resolver dicho pleito, al tiempo que el
rey le hacía importantes donaciones, pues las buenas relaciones entre el rey y su madre se habían restablecido totalmente.

En enero de 1304, hallándose el rey en Carrión de los Condes, el infante Juan reclamó de nuevo, en nombre de su esposa, y apoyado
por Juan Núñez de Lara , el señorío de Vizcaya, aunque el monarca en un primer momento resolvió que la esposa del infante se
conformase con recibir Paredes de Nava y Villalón de Campos como compensación, a lo que el infante Juan se negó, argumentando
que su esposa no lo aceptaría por estar en desacuerdo con los anteriores pactos establecidos por su esposo en relación con el señorío.

En vista de la situación, el rey propuso que Diego López V de Haro entregase a María Díaz de Haro, a cambio del señorío de
Vizcaya, Tordehumos, Íscar, Santa Olalla, además de sus posesiones en Cuéllar, Córdoba, Murcia, Valdetorio, y el señorío de
Valdecorneja. Por su parte, Diego López V de Haro conservaría el señorío de Vizcaya, Orduña, Valmaseda, las Encartaciones, y
Durango. El infante Juan aceptó la oferta del rey, por lo que este último hizo llamar a Diego López V de Haro a Carrión de los
Condes. No obstante, el señor de Vizcaya no aceptó la proposición del soberano y le amenazó con la rebelión antes de partir. El rey
hizo entonces que su madre se reconciliase con Juan Núñez de Lara el Menor, al tiempo que se iniciaban las maniobras previas a la
Sentencia Arbitral de Torrellas, rubricada en 1304, en las que no tomó parte Diego López V de Haro, por hallarse enemistado con
Fernando IV, quien prometió al infante Juan de Castilla el de Tarifa entregarle el señorío de Vizcaya, y a Juan Núñez de Lara la
Bureba y las posesiones de Diego López de Haro en La Rioja, si ambos resolvían las gestiones diplomáticas con Aragón a
satisfacción del monarca.

En abril de 1304, el infante Juan comenzó las negociaciones con el reino de Aragón, comprometiéndose Fernando IV a aceptar las
decisiones que establecieran los árbitros de los reinos de Portugal y Aragón, que se reunirían en los meses siguientes, respecto a las
demandas de Alfonso de la Cerda y respecto a sus disputas con el reino de Aragón. Al mismo tiempo, el rey confiscó las tierras de
Diego López V de Haro y de Juan Alfonso de Haro, señor de los Cameros, y las repartió entre los ricoshombres. A pesar de ello,
ambos magnates no se sublevaron contra el rey
.

En enero de 1305, hallándose en Guadalajara el rey, María de Molina, el infante Juan de Castilla, don Juan Manuel, Juan Núñez de
Lara, Diego López V de Haro y Juan Alfonso de Haro, Fernando IV solicitó de nuevo a Diego López V de Haro que devolviese el
señorío de Vizcaya a María Díaz de Haro, a lo que no accedió el señor de Vizcaya.

Conflictos por la posesión del señorío de V


izcaya (1305-1307)
En 1305 Diego López V de Haro fue llamado a comparecer en las Cortes de Medina del Campo que se celebraron ese año, aunque no
acudió sino después de ser llamado varias veces, para responder a las demandas de María Díaz de Haro, que reclamaba, valiéndose de
la influencia de su esposo, el infante Juan, la posesión del señorío de iVzcaya.

Ante la ausencia del señor de Vizcaya, el infante Juan interpuso una demanda contra él ante Fernando IV, comprometiéndose a probar
que el señorío de Vizcaya fue ocupado ilegalmente por Sancho IV, razón por la cual era ahora de Diego López V de Haro, tío carnal
de María Díaz de Haro. Sin embargo, mientras el infante Juan presentaba las pruebas a los representantes del rey, compareció Diego
López V de Haro, acompañado por trescientos caballeros. El señor de Vizcaya se negó a renunciar a su señorío, argumentando que el
infante y su esposa habían renunciado al mismo, mediante un juramento solemne, prestado en el año 1300.

Al no conseguir alcanzar un acuerdo, debido a los argumentos presentados por ambas partes, Diego López V de Haro retornó a su
señorío, a pesar de que aún no habían finalizado las Cortes de Medina del Campo, que terminaron a mediados de junio de 1305. A
mediados de 1305, hallándose la corte en la ciudad de Burgos, y mientras Diego López V de Haro se proponía apelar al Papa, debido
al solemne juramento de renuncia al señorío efectuado por el infante Juan y su esposa en 1300, el rey ofreció a María II Díaz de Haro
la posesión de varias ciudades del señorío de Vizcaya, entre ellas San Sebastián, Salvatierra, Fuenterrabía y Guipúzcoa, a lo que no
accedió ella, por hallarse aconsejada por Juan Núñez de Lara, quien se hallaba enemistado con su esposo, a pesar de las presiones del
infante. Poco después, el infante Juan y Diego López V de Haro firmaron una tregua, válida por dos años, durante los que el rey
confiaba en que Diego López de Haro rompería su alianza con Juan Núñez de Lara. Posteriormente, durante las navidades de 1305,
Fernando IV se entrevistó con Diego López V de Haro en Valladolid, quien acudió acompañado por Juan Núñez de Lara, a quien el
rey, pues se hallaba enemistado con él, hizo abandonar la ciudad, pues deseaba que el señor de Vizcaya rompiese su alianza con él,
aunque no lo consiguió, ya que Diego LópezV de Haro estaba convencido de que el infante Juan no cejaría en sus reclamaciones.

A comienzos de 1306, Lope Díaz de Haro, hijo y heredero de Diego López V de Haro, se hallaba enemistado con Juan Núñez de
Lara e intentaba persuadir a su padre de que aceptase la solución propuesta por el rey. Ese mismo año, el rey dio el cargo de
Mayordomo mayor a Lope Díaz de Haro, entrevistándose su padre poco después con el rey, y acudiendo a la entrevista acompañado
por Juan Núñez de Lara, a pesar del enojo que con ello ocasionó al monarca. Durante la entrevista, Diego López V de Haro intentó
reconciliar a Juan Núñez de Lara con el soberano, al tiempo que este último intentaba que su interlocutor rompiese sus relaciones con
quien él defendía. Persuadido por Juan Núñez de Lara, el señor de Vizcaya partió sin despedirse del rey, al tiempo que llegaban
embajadores procedentes del reino de Francia, solicitando una alianza entre ambos países, y pidiendo además la mano de la infanta
Isabel de Castilla, hermana de Fernando IV.

En abril de 1306, el infante Juan, a pesar de la oposición de la reina María de Molina, indujo al rey a que declarase la guerra a Juan
Núñez de Lara el Menor, sabiendo que Diego López V de Haro le defendería, y aconsejó al soberano que sitiase Aranda de Duero,
donde se hallaba Juan Núñez de Lara el Menor, quien, en vista de la situación, rompió su vínculo vasallático con el rey. Después de
una batalla campal, Juan Núñez de Lara el Menor consiguió escapar del cerco al que se pretendía someter Aranda de Duero, y se
reunió con Diego López V de Haro y con el hijo de este último, y acordaron hacer la guerra al rey Fernando IV por separado, y cada
uno en su territorio. Las huestes del rey exigieron concesiones al monarca, quien hubo de concedérselas a pesar de que no se
mostraban diligentes en hacer la guerra, por lo que el soberano ordenó al infante Juan que entablase negociaciones con Diego López
V de Haro y sus partidarios, a lo que el infante Juan accedió, pues sus vasallos tampoco se mostraban partidarios de la guerra.

Las negociaciones no llegaron a iniciarse y la guerra continuó, a pesar de que el infante Juan aconsejaba al soberano que firmase la
paz si ello era viable. El soberano solicitó la intervención de su madre, quien, después de las negociaciones mantenidas con los
rebeldes a través de Alonso Pérez de Guzmán, logró en una reunión mantenida con ellos en Pancorbo, que los tres magnates
sublevados concediesen castillos como rehenes al rey, al que deberían rendir pleitesía, conservando sus propiedades, al tiempo que el
rey se comprometía a abonarles sus soldadas. El acuerdo no satisfizo al infante Juan, quien volvió a reclamar al rey la posesión del
señorío de Vizcaya en nombre de su esposa, al tiempo que Fernando IV, con el propósito de complacer al infante, arrebataba la
merindad de Galicia a su hermano el infanteFelipe de Castilla, y se la concedía a Diego García de Toledo, privado del infante Juan.

Fernando IV, deseoso de complacer a su tío el infante Juan, envió a Alonso Pérez de Guzmán y a Juan Núñez de Lara a parlamentar
con Diego López V de Haro, quien se negó a ceder el señorío de Vizcaya al infante y a su esposa, María Díaz de Haro. Cuando el
infante Juan tuvo conocimiento de ello, convocó a don Juan Manuel y a sus vasallos para que le apoyasen en sus pretensiones, al
tiempo que el rey y la reina María de Molina parlamentaban con Juan Núñez de Lara para que persuadiese al señor de Vizcaya de que
devolviese el señorío. En septiembre de 1306 se entrevistó el rey con Diego López V de Haro en Burgos. El soberano le propuso que
en tanto que viviese podría conservar la propiedad sobre el señorío de Vizcaya, pero que, a su muerte, el señorío debería ser
entregado a María Díaz de Haro, a excepción de los municipios de Orduña y Valmaseda, que serían entregados a Lope Díaz de Haro,
su hijo. Sin embargo, la propuesta no fue aceptada por Diego López V de Haro, a quien, en vista de su obstinación, el rey volvió a
intentar enemistar con Juan Núñez de Lara. Poco después, el señor de iVzcaya volvió a apelar al Papa.

A principios de 1307, mientras el rey, la reina María de Molina, y el infante Juan de Castilla el de Tarifa se dirigían a Valladolid,
tuvieron conocimiento de que el papa Clemente V reconocía la validez del juramento prestado por el infante Juan y por su esposa en
1300 de renunciar al señorío de Vizcaya, por lo que el infante debería atenerse a él, o bien responder al pleito interpuesto contra él
por el señor de Vizcaya. En febrero de 1307 se intentó resolver el pleito sobre el señorío de Vizcaya, acordando que Diego López V
de Haro conservase la propiedad del señorío de Vizcaya en tanto durase su vida, pero que a su muerte, el señorío pasase a ser de
María II Díaz de Haro, a excepción de Orduña y Valmaseda], que serían entregadas a su hijo Lope Díaz de Haro quien también
recibiría Miranda de Ebro y Villalba de Losa de manos del rey. Sin embargo, el acuerdo no fue aceptado por el señor de Vizcaya.
Poco después fueron convocadas Cortes en la ciudad de V
alladolid.

En las Cortes de Valladolid de 1307, viendo María de Molina que los ricoshombres, encabezados por el infante Juan, protestaban
contra las medidas adoptadas por los privados del rey, intentó, para complacer al infante, poner fin al pleito existente sobre el señorío
de Vizcaya. Para ello, la reina contó con la colaboración de su hermanastra Juana Alfonso de Molina, quien persuadió a su hija María
Díaz de Haro para que aceptase el acuerdo propuesto por el rey en febrero de ese mismo año. Diego López V de Haro y su hijo Lope
Díaz de Haro se avinieron a firmar el acuerdo, por el que se establecía que Diego López V de Haro conservaría la propiedad del
señorío de Vizcaya en tanto durase su vida, pero que a su muerte, el señorío pasaría a ser de María II Díaz de Haro, a excepción de
Orduña y Valmaseda], que serían entregadas a Lope Díaz de Haro, su hijo, quien también recibiría Miranda y Villalba de Losa de
manos de Fernando IV.

Ante el acuerdo alcanzado respecto a la posesión del señorío de Vizcaya, Juan Núñez de Lara el Menor, señor de Lara, se sintió
menospreciado por el rey y por su madre, por lo que se retiró de las Cortes, antes de que éstas hubiesen finalizado. Por ello, el rey
concedió el cargo de Mayordomo mayor a Diego López V de Haro, lo que provocó que el infante Juan abandonase la corte,
advirtiendo al rey que no contaría con su ayuda hasta que los alcaides de los castillos de Diego López de Haro rindiesen homenaje a
su esposa, María II Díaz de Haro. Sin embargo, poco después se reunieron en Lerma, donde se hallaba María II Díaz de Haro, el
infante Juan, Juan Núñez de Lara el Menor, Diego López V de Haro, y Lope Díaz de Haro, hijo de este último, acordándose que
prestasen homenaje en Vizcaya como futura señora a María II Díaz de Haro, al tiempo que se hacía lo mismo en los castillos que
recibiría Lope Díaz de Haro.

En 1307, por consejo del infante Juan y de Diego López V de Haro, ambos reconciliados ya, el rey ordenó a Juan Núñez de Lara que
abandonase el reino de Castilla y León y que le devolviese los castillos de Moya y Cañete, situados en la provincia de Cuenca, y que
el rey le había concedido en el pasado. El rey fue a Palencia, donde se hallaba su madre, quien le aconsejó que, puesto que había
expulsado a Juan Núñez de Lara del reino, si deseaba conservar el respeto de los ricoshombres y la nobleza, debería mostrarse
inflexible. El rey se dirigió entonces a Tordehumos, donde se hallaba el magnate rebelde, y puso cerco a la villa a finales de octubre
de 1307, hallándose acompañado por numerosos ricoshombres con sus tropas, y también por las del Maestre de Santiago. Poco
después se unieron a ellos el infante Juan, repuesto de una enfermedad, y su hijo,
Alfonso de Valencia, con sus mesnadas.

Estando el rey en el sitio de Tordehumos, recibió la orden del papa Clemente V de apoderarse de los castillos y posesiones de la
Orden del Temple, y de que los conservase en su poder hasta que el pontífice dispusiese lo que habría de hacerse con ellos. Al mismo
tiempo, el infante Juan presentó al rey una propuesta de paz, procedente de los sitiados en Tordehumos, que Fernando IV no aceptó.
Durante el asedio el rey, viéndose en dificultades para pagar a sus tropas, envió a su esposa y a su hija recién nacida, la infanta
Leonor de Castilla, a que solicitasen un empréstito en su nombre a su suegro, el rey de Portugal. Al mismo tiempo, el infante Juan,
resentido, aconsejó al monarca que abandonase el cerco y que él lo terminaría, o bien que tomaría Íscar, o bien que acudiría a la
entrevista que Fernando IV debía mantener en Tarazona con el rey de Aragón en su lugar. Sin embargo, el rey, receloso de su tío el
infante, desoyó sus propuestas y procuró contentarle por otros medios.
A causa de las deserciones de algunos ricoshombres, entre ellos Alfonso de Valencia,
hijo del infante Juan, Rodrigo Álvarez de las Asturias y García Fernández de
Villamayor, y también a causa de la enfermedad de la reina madre, que no podía
aconsejarle, el rey decidió pactar con Juan Núñez de Lara el Menor la rendición de
este último. Después que rindió la villa de Tordehumos, a comienzos de 1308, Juan
Núñez de Lara se comprometió a entregar todas sus tierras al rey, excepto las que tenía
en La Bureba y La Rioja, por tenerlas Diego López V de Haro, al tiempo que rendía
pleitesía al rey, quien firmó este acuerdo a espaldas de la reina madre, enferma de
gravedad en esos momentos.

Terminado el cerco de Tordehumos, numerosos magnates y caballeros intentaron


enemistar al rey con Juan Núñez de Lara el Menor y con su tío el infante Juan,
diciéndoles a cada uno de ellos por separado que el rey deseaba la muerte de ambos,
por lo que los dos se aliaron, temiendo que el rey desease sus muertes, aunque sin Escudo de armas de laCasa de
contar con el apoyo de Diego López V de Haro, señor de Vizcaya. Sin embargo, Lara. Juan Núñez de Lara el
fueron persuadidos por María de Molina de que el rey no les deseaba ningún mal, algo Menor, señor de Lara, se rebeló en
1307 contra Fernando IV de
que después les fue confirmado por el propio rey. Sin embargo, el infante Juan y sus
Castilla.
acompañantes solicitaron presentar sus peticiones a la reina y no a él, a lo que el
soberano accedió. Las reclamaciones, presentadas por los demandantes en las Vistas
de Grijota, pasaban porque el soberano concediese lamerindad de Galicia a Rodrigo Álvarez de las Asturias y la merindad de Castilla
a Fernán Ruiz de Saldaña, al tiempo que debía expulsar de la corte a sus privados, Sancho Sánchez de Velasco, Diego García, y
Fernán Gómez de Toledo. Las demandas presentadas por los magnates fueron aceptadas por el mon
arca.

En las Cortes de Madrid de 1309, las primeras celebradas en la actual capital de España, el rey manifestó su deseo de ir a la guerra
contra el Reino de Granada, al tiempo que demandaba subsidios para poder hacer la guerra. En dichas Cortes estuvieron presentes el
rey Fernando IV y su esposa, la reina María de Molina, los infantes Pedro, Felipe y Juan, don Juan Manuel, Juan Núñez de Lara,
Diego López V de Haro,Alfonso Téllez de Molina, hermano de la reina María de Molina, el arzobispo de Toledo, los Maestres de las
Órdenes Militares de Santiago y Calatrava, los representantes de las ciudades y concejos, y otros nobles y prelados. Las Cortes
aprobaron la concesión de cinco servicios, destinados a pagar las soldadas de los ricoshombres e hidalgos.

Sitio de Algeciras y muerte (1309-1310)


En la campaña intervinieron el infante Juan de
Castilla el de Tarifa, don Juan Manuel, Diego
López V de Haro, Juan Núñez de Lara, Alonso
Pérez de Guzmán, Fernán Ruiz de Saldaña, y
otros magnates y ricoshombres castellanos.
También tomaron parte en la empresa las milicias
concejiles de Salamanca, Segovia, Sevilla, y de
otras ciudades. Por su parte, el rey Dionisio I de
Portugal, suegro de Fernando IV de Castilla,
Vista del Peñón de Gibraltar, cuya ciudad fue conquistada por
envió un contingente de setecientos caballeros a
Fernando IV el Emplazado el día 12 de septiembre de 1309.
las órdenes de Martín Gil de Sousa, Alférez del
rey de Portugal, y Jaime II de Aragón aportó a la
expedición contra Algeciras diez galeras. El Papa Clemente V, mediante la bula "Prioribus, decanis", emitida el día 29 de abril de
1309 en la ciudad de Aviñón, concedió a Fernando IV de Castilla la décima parte de todas las rentas eclesiásticas de sus reinos
durante tres años, a fin de contribuir al sostenimiento de la guerra contra elReino de Granada.

Desde la ciudad de Toledo, Fernando IV se dirigió a Córdoba, donde los emisarios del rey de Aragón le anunciaron que Jaime II de
Aragón estaba dispuesto para comenzar el sitio de Almería. En la ciudad de Córdoba el rey Fernando IV discutió de nuevo el plan de
campaña, pues su hermano el infante Pedro, su tío el infante Juan de Castilla el de Tarifa, don Juan Manuel y Diego López V de
Haro, entre otros, se oponían al proyecto de cercar la ciudad de Algeciras, ya que todos ellos preferían saquear y devastar la Vega de
Granada mediante una serie de ataques sucesivos que desmoralizarían a los musulmanes granadinos. No obstante, la voluntad de
Fernando IV prevaleció y las tropas castellano-leonesas se prepararon para sitiar Algeciras. Los últimos preparativos de la campaña
fueron realizados en la ciudad de Sevilla, a la que Fernando IV llegó a principios de julio de 1309. Los víveres y suministros
acumulados en la ciudad de Sevilla por el ejército castellano-leonés fueron trasladados por el río Guadalquivir, y posteriormente por
mar hasta Algeciras.

El día 27 de julio de 1309 una parte del ejército castellano-leonés se encontraba ante los muros de la ciudad de Algeciras, y tres días
después, el día 30 de julio, llegaron el rey Fernando IV de Castilla y su tío el infante Juan de Castilla "el de Tarifa", acompañados por
numerosos ricoshombres. Por su parte, el rey Jaime II de Aragón comenzó a sitiar la ciudad de Almería el día 15 de agosto, y el
asedio se prolongó hasta el día 26 de enero de 1310. Mientras la ciudad de Algeciras permanecía sitiada por las tropas cristianas, la
ciudad de Gibraltar capituló ante las tropas de Fernando IV de Castilla el día 12 de septiembre de 1309. Pocos días después de poner
cerco a la ciudad de Algeciras, el rey envió a Juan Núñez de Lara, a Alonso Pérez de Guzmán, al arzobispo de Sevilla, al concejo de
la ciudad de Sevilla y al Maestre de la Orden de Calatrava a que sitiasen Gibraltar, que capituló ante las tropas de Fernando IV de
Castilla el día 12 de septiembre de 1309, después de un breve y duro asedio.

A mediados de octubre de 1309, el infante Juan de Castilla el de Tarifa, su hijo Alfonso de Valencia, don Juan Manuel y Fernán Ruiz
de Saldaña, desertaron y abandonaron el campamento cristiano emplazado ante Algeciras, siendo acompañados en su huida por otros
quinientos caballeros. Tal acción, motivada porque Fernando IV les debía ciertas cantidades de dinero correspondientes a sus
soldadas, provocó la indignación de las Cortes europeas y la protesta de Jaime II de Aragón, quien intentó persuadir a los desertores,
aunque infructuosamente, para que regresasen al sitio de Algeciras. Sin embargo, el rey Fernando IV, que contaba con el apoyo de su
19
hermano el infante Pedro, de Juan Núñez de Lara y de Diego López V de Haro, persistió en su intento de apoderarse de Algeciras.

La escasez y la pobreza de medios en el campamento cristiano llegaron a ser tan alarmantes que el rey Fernando IV se vio obligado a
empeñar las joyas y coronas de su esposa, la reina Constanza de Portugal, a fin de poder pagar las soldadas de los caballeros y de las
tripulaciones de las galeras. Poco después llegaron al campamento cristiano las tropas del infante Felipe de Castilla, hermano de
Fernando IV, y las del arzobispo de Santiago de Compostela, quien llegó acompañado de 400 caballeros y buen número de peones.

A finales de 1309, Diego López V de Haro enfermó de gravedad como consecuencia de un ataque de gota, lo que vino a sumarse a la
defunción de Alonso Pérez de Guzmán, señor de Sanlúcar de Barrameda, al temporal de lluvias que inundaron el campamento
cristiano, y a la deserción del infante Juan y de don Juan Manuel, pero a pesar de lo anterior, Fernando IV persistió hasta el último
20
momento en su objetivo de apoderarse de Algeciras, aunque al final abandonó su propósito.

El rey Fernando IV decidió negociar en enero de 1310 con los


granadinos, quienes habían enviado como emisario al
campamento cristiano al arráez de Andarax. Alcanzado un
acuerdo, en el que se estipulaba que a cambio de levantar el asedio
de Algeciras Fernando IV recibiría Quesada y Bedmar, además de
50.000 doblas de oro, el rey ordenó levantar el asedio a finales de
enero de 1310.21

En enero de 1310 falleció Diego López V de Haro durante el


asedio de Algeciras,22 y en la Crónica de Fernando IV, como
señaló César González Mínguez, se consignó que el señor de
Vizcaya murió poco después de que se hubiera firmado el acuerdo
mencionado anteriormente.23 Y aunque se desconoce la fecha Playa del Rinconcillo en Algeciras. (Provincia de
exacta de su defunción, sí está documentado que debió producirse Cádiz).
entre el 18 de enero, fecha en la que el magnate reconoció haber
otorgado testamento, y el 21 del mismo mes, que fue el día en que
Fernando IV otorgó el último documento desde el real sobre Algeciras.23 a Y en la Crónica de Fernando IV se describió del
siguiente modo la muerte del señor de Vizcaya:24
É aviendo D. Diego su dolencia muy grande, los físicos dixeron que non podia escapar...é desque el rey
sopo que D. Diego non podia escapar á vida de aquella dolencia, é despues que él fuese muerto non podia y
fincar é que se avria á levantar de aquella cerca, un dia ante consintió en aquel pleyto, é fué este: que le
diesen los moros las villas de Quesada é Bedmar con sus castillos, todos así como los avia ante que se
perdiesen, é demás que le diesen cinquenta mill doblas, é para cumplir todo esto dieronle luego arrehenes
muchos buenos omes é muy honrados de los que estavan y en Algesira. É el pleyto puesto é firmado murió
luego D. Diego é llevaronlo sus vasallos á enterrar á Castilla á el monesterio de Sant Francisco de Burgos,
é luego los de Vizcaya tomaron por señora á Doña Maria Díaz é cobró el rey estas villas: Mansilla, Medina
de Rioseco é Castronuevo é Cabreros que ella tenia.

Y tras la muerte de Diego López V de Haro, su sobrina María Díaz de Haro, que era la esposa del infante Juan, tomó inmediatamente
posesión del señorío de Vizcaya.23 Y a continuación, el infante Juan de Castilla devolvió al rey las villas de Paredes de Nava,
Cabreros, Medina de Rioseco, Castronuño y Mansilla.24

Sepultura
El cadáver de Diego López V de Haro, según consta en la
Crónica de Fernando IV, fue llevado por sus vasallos a Castilla
para que recibiera sepultura en el desaparecido monasterio de
San Francisco de Burgos,25 donde ya había sido enterrada su
esposa, la infanta Violante de Castilla,26 aunque conviene
señalar que el propio señor de Vizcaya ya había expresado
anteriormente su deseo de que sus restos mortales descansaran
en dicho monasterio burgalés y en la capilla donde estaba
enterrada su esposa, la «infanta doña Yolanda».27 28 b Y los
restos mortales de Diego López V de Haro, como señaló
González Mínguez, fueron depositados en la capilla mayor de
la iglesia conventual de San Francisco, en cuya construcción
había colaborado,23 aunque posteriormente serían trasladados
Ruinas del monasterio de San Francisco de Burgos.
a la capilla de San Pedro del mismo templo, que estaba situada
en la nave del Evangelio.25

Sin embargo, el monasterio de San Francisco de Burgos resultó muy dañado durante la Guerra de la Independencia, y en 1836 fue
desamortizado y comenzó a ser demolido.29 En el solar que ocupaba fue instalado un cuartel, después una factoría militar y
posteriormente fue destinado a otros usos, y las ruinas de la iglesia que aún subsisten en la actualidad se encuentran en la calle San
Francisco, cerca de las del desaparecidoconvento de la Santísima Trinidad de Burgos.29

Matrimonio y descendencia
Diego López V de Haro y su esposa, la infanta V
iolante de Castilla fueron padres de:

Lope Díaz de Haro (1285-1322), señor deOrduña y Valmaseda y alférez del rey Fernando IV. Falleció en octubre de
1322 sin dejar descendencia.22
Fernando Díaz de Haro (m. después de 1322). Pasó a ser señor de Orduña y Valmaseda a la muerte de su
hermano mayor. Y contrajo matrimonio con María de Portugal,30 que había estado casada con Tello Alfonso de
Meneses y era hija del infante Alfonso de Portugal, hijo a su vez del rey Alfonso III de Portugal, y de Violante
Manuel.30
Pedro López de Haro, quien murió siendo niño.
María Díaz de Haro, señora de Tordehumos.31 Contrajo matrimonio en 1299 con Juan Núñez II de Lara, señor de
Lara y Albarracín,32 aunque no tuvieron descendencia.33 34 Y ella otorgó testamento en Burgos el 20 de
septiembre de 132035 y solicitó ser enterrada en el monasterio de San Francisco de Burgos junto a su padre.
36 c
Predecesor: Señor de Vizcaya Sucesor:
María Díaz de Haro 1295–1310 María Díaz de Haro
Predecesor: Mayordomo mayor del rey Sucesor:
Juan Núñez II de Lara 1307-1309 Juan Núñez II de Lara
Predecesor: Alférez del rey Sucesor:
Juan de Castilla el de Tarifa 1284-1284 Alfonso Téllez de Molina
Predecesor: Alférez del rey Sucesor:
Nuño González de Lara 1296-1309 Lope Díaz de Haro
Adelantado mayor de la frontera de
Predecesor: Sucesor:
Andalucía
Juan Fernández de Limia Fernán Pérez Ponce de León
1287-1288
Predecesor: Adelantado mayor de Castilla Sucesor:
Pedro Núñez de Guzmán 1287 Juan Fernández de Villamayor

Véase también
Casa de Haro
Señorío de Vizcaya

Notas
a. En el Chronicon Domini loannis Emmanuelis, que fue publicado en 1860 por Antonio Benavides Fernández de
Navarrete en el tomo primero de sus Memorias de don Fernando IV de Castilla, se mencionó expresamente que
Diego López V de Haro falleció en enero de 1310 durante el asedio de Algeciras, aunque sin especificar el día
exacto: «ERA M.CCC.XLVIII obit Dns. Didacus existens in dicta obsidione, in mense Januarii». Cfr. Fernández
(1991), p. 68.
b. Dos hermanos de la infanta Violante de Castilla estuvieron vinculados con los frailes franciscanos, ya que el infante
Pedro de Castilla fue sepultado en el convento de San Francisco de Valladolid, y el rey Sancho IV de Castilla fue
enterrado con hábito ycordón franciscano en la catedral de Toledo.
c. María Díaz de Haro, como señaló Estepa Díez, no mencionó en su testamento que hubiera estado casada con Juan
Núñez II de Lara, aunque cabe la posibilidad de que se refiriera a su esposo cuando destinó 500 maravedís para
que en el convento de San Pablo de Burgos, de la Orden de los dominicos, se cantaran misas por don Johan. Cfr.
Estepa Díez et al (2002), p. 378.

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15. Gaibrois Riaño de Ballesteros,
3. Salazar y Acha, 2000, pp. 382- 1922, p. 141. 28. Ladero Quesada y Rumeu de
383 y 435. Armas, 1992, p. 36.
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19. Benavides, 1860a, pp. 220-221.
7. Lucas de la Fuente, 2005, p. 168. 32. Estepa Díez et al, 2002, p. 378.
20. González Mínguez, 1995, p. 220.
8. Lucas de la Fuente, 2005, p. 169. 33. Vázquez Campos, 2006, p. 226.
21. González Mínguez, 1995, pp. 220-
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11. Vázquez Campos, 2006, p. 160. 24. Benavides, 1860a, p. 223.
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Enlaces externos

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Genealogía de Diego López de Haro (en inglés)
Ficha genealógica de Diego López de Haro. Fundación Casa ducal de Medinaceli
La verdadera muerte de Diego López V de Haro
10 datos curiosos sobre Diego López V de Haro
Artículo sobre la estatua de Diego López V de Haro en Bilbao

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