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SENTENCIA SOBRE EL ENRIQUECIMIENTO SIN JUSTA CAUSA

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA


SALA DE CASACIÓN CIVIL

Magistrado Ponente:

CÉSAR JULIO VALENCIA COPETE

Bogotá D.C., seis (6) de abril de dos mil cinco (2005).

Ref.-Exp.11001-3103-021-1997-1955-01

Demandante: Ismael Tello Acuña


Demandado: Fernando Duran de la Roche

1. Por sentencia de 23 de noviembre de 1999 el Juzgado 21 Civil del


Circuito de Bogotá accedió a las súplicas demandadas:
El demandante convocó a juicio ordinario al demandado para que se declarara
que éste se enriqueció injustificadamente a costa de su desmejora patrimonial, en
cuantía equivalente al importe del título valor allegado, y que, consecuentemente,
es deudor de aquél por $44.557.76 dólares de los Estados Unidos de América,
junto con los intereses moratorios liquidados desde el 3 de agosto de 1993; y, en
subsidio, para que se hiciera la misma declaración frente al deudor, pero en la
cantidad correspondiente en pesos colombianos, a la tasa representativa del
mercado vigente en la época del pago, junto con sus intereses.

Fundamentó sus pretensiones en los hechos que se compendian:

a. Desde el 2 de agosto de 1993, Fernando Duran de la Roche adeuda al demandante


$44.557.76
dólares de los Estados Unidos de América, para cuyo pago aceptó una letra de
cambio, que no fue cobrada por la vía ejecutiva, encontrándose prescrita la respectiva
acción cambiaría.

b. Por la falta de solución de esa acreencia el patrimonio del accionado tuvo un


aumento a expensas del actor, en un monto semejante al de la obligación impagada.

c. El promotor de este proceso no reportó en su patrimonio una mejora igual al


crecimiento experimentado por su contraparte con ocasión de la obligación existente
a su cargo; y pese a los requerimientos efectuados en comunicaciones de 30 de
mayo, 2 de julio y 8 de noviembre de 1996, el demandado no ha extinguido la
acreencia.
2. AI desatar el grado jurisdiccional de consulta, el Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Bogotá, mediante fallo de 30 de agosto de 2001,
revocó el de primera instancia y, en su lugar, negó las pretensiones.
Si bien las acciones derivadas de la letra prescribían en los términos previstos
por el Código de Comercio, no era menos cierto que tal fenómeno podía
declararse únicamente por vía judicial y a petición de parte, como que si esa
circunstancia no se alegaba dentro del trámite ejecutivo, éste seguiría su
curso, encaminado a obtener el correspondiente pago, toda vez que por
mandato del artículo 2513 del Código Civil la prescripción debía ser propuesta
por quien quería aprovecharse de ella, sin que pudiera reconocerse de oficio.

Seguidamente indicó que esa declaratoria previa no se solicitó en el caso del


título valor referenciado, ni se aportó prueba del pronunciamiento judicial en
tal sentido, siendo, por lo demás, que la afirmación contenida en la demanda
no podía suplirla.

Desde otra perspectiva, anotó que la letra de cambio, aun cuando debía
aportarse al proceso, no era suficiente para establecer el detrimento, en cuanto
ella apenas daba cuenta de los presupuestos específicos del derecho cartular,
pero no del real perjuicio padecido a raíz del desequilibrio entre los
patrimonios.

Para rematar, aseveró que por cuanto el monto pedido no podía exceder el
enriquecimiento ni el empobrecimiento, al accionante no le era suficiente
invocar la suma a la que aspiraba sino que debía probarla, y que como no
demostró los hechos alegados, consiguientemente, debía soportar los
adversos efectos que de ahí surgían.

3. El recurso de casación – Corte suprema de Justicia sala de casación civil


NO CASA la sentencia de 30 de agosto de 2001, pronunciada por la Sala Civil
del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Bogotá, dentro del proceso
ordinario referenciado.

DOS SALVAMENTOS DE VOTO

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