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FERVOR DE BUENOS AIRES

f'OI:JI\AS ·
jORGe LUI) BORGE) - ~--"'

fERVOR De
...;:;""

UENO). AIRE.)··._·

POEMAS

. . .
o- "• . . • • - - - --•• •e·."-"":• • ·• -
''

·-.:·

·A QUIEN LEYERE

Suelen ser las prefaciones de autor wia co¡upouenda mal.


•Crfleliad<1, cnt•·c la primordial jactancia de quien. mnpara
que es propiamente facción suya, y la lwmildad que
""'''"'n" la mu11dología y el uso. A !al costumbre esta ad-
""'''""'"~'"'1. no desmentirá. interrupción. ·
l!i• ¡;,nbteP.•n declarando que mis poemas, pese al fádl equí- .
q1f.e es motivable por .sn·nombre, 110 so un~ se .abatie-.
_en instante alguno a. S~~ apro'i-'Cc/Umtiett(O .de /(rs
ith!iv,•rsi''da.des num;rosOIS de ámb1tos y parajes que hay en
111rti!i0 ~ Buenos Ah·es - 110 ·es el dilatado
g'eográfico que esas dos pala-bra:s señalan; ·es mi casa.,
barrios amigables, J.' juntam-ente_ con esas calles .:v re ti~"
que SO JI querida a_,.
ocióu de mi tiempo, lo. que en ellas
de amor, de l'f?1W .\' de dudas.
propósito jn1es, he rec~a.zado ·zas 'i.IChemeutes reclauws
quie'11es en Buenos Aires no a-dvierten s.ino lo e:rtranjeri-:-
_.[.a. vocinglera cnergí.ai de. algunas calles centrales y la.
, chusma dolorosa. que hay en los puertosJ acon.tcci-:-,
'W'''"''"' ámbos que rubrican- con inquietud inusitadtt< la·d_e;.
de uua; población criolla. Sln 1Hlras- a ló ·vetiidero n{
de lo que f-ué_, mis ';.:ersos qzderen ensalzar- ld;
t4sión portciia, la sorpresa y la utaravilla. de !Os Zu-
ue' aswúen mis caminatas. Semejante a los ]at-i!to"¿
al atra:vesar un solo 111-ztrmura.ban«Num-en lncst». A(J'uf
la dlvlnidad, habla. mi <•ersó para dec/amr el asom-
las calles endiosadas por la cspemuza o cl¡·ecuerda.

§tate t)r1ivei:.sH:Y. of-kn.va


L-1DPf6·r:~ fE_-*_
J O R G E L U l S B O R G E 'S

~-;_por donde dfscurrió nues.tra 1.,•ida, se introduce_ poco


apOco en san f11arw·. . ·
E11fiCJ~do ·qttC--tales iutenciones smwrán forasteras a esta
épac~, CJf)'O· lírica suele _desleírse en ca-si- ·m-úsicas de rit-m-o
d rcba.jarse a pila de baratt:jas 'ilistosas. No ha.y odio en ld
que asc'i.·ero, sino rencot jus#ficado. Cóuw no malquerer
a. ese ;scritor que reza atropella.damente palábras sin pala•
dear el t~scondido asombro que albergan, }'.a ese otro que, .
nbr-illa.ntador de endebleces, abarrotq, su. escrhtwa de oro :Y
de jD'}'as"" a.bat1:e.ndo con taufa. lnm1~11a.ria nuestros pobres
Persas opacos, sólo alwnbrados por el resplandor indigente
'de los ocasos de snburbio. A la lírica áecorativa1.nente v"-
su.al y l:cstrosa. que nos legó don L:uis de Góngora por, in-
.j/
termediiJ de su albacea R·ubén, quise oponer otra-, med#a~ ·
, hunda, lieclla de a·venturat espi·rituales y- cuya profeiiótt ·
de fe Cilbc c11 las rasones que copio de S1~r Tl!omas Brozu·ne
(Religia Medici, 1643): <11.fi '<'ida es un milagro cuya ¡·e/a~
¡ ció1-1- antes 0-7Nc·índasc a la poesía que a la hi-storia, y sonar1a ..
· a guisa de fábula en las orejas del <:nlgo. Hay sin du.da.,·en
nosotros, ttn trozo de d·ivhddad, algo q·ne prei:ed·i'.ó a lo.1
elementos y no debe -Jw·nwnaje al Sol. Quien esto no ·com":'
prend·ie.re a-1111 habrá de estudüw la. cartilla hu.111-a1ÚI-»;
1

En lo a.ta.Ji.en.te) uo-j'a a. la esencia, sino q.- la hech-ura· de


mis 7.Jersos, fué mi propósito darles una cou.figu.racióit .se~..
mejanie a la tra-zada por Heine en «Die Nordsce». Existe1i,
sin embatgo, algunas diferencias formales. HÚas aqu·í:
La ineq:dc•ocabi!idad y certeza de la· pron<mciaeión ·espa.¡1o-
la, junto co11 su cater-va de vocales, no sufren Se haga en-
ella <'erm absolutamente libre y e~·igen el empleo de a.so-
nan.cids. La tradición oral1 ade.¡n4s que posee en nósOtros -.
el endecasílabo, me hizo a.btmdar en versos de esa nudiáa, ·.
BUENOS AIRllS
FERVOR DE

Acerca del idiollla poco lwbré de asentar. Siempre f4-"


perseveranc-ia; en mi p/11111"- na sé si ventw·osa. d. infaHs-
ta - HSar de los •·ocablos según sll primordia.! acepción, LAS CALLES
discipliM más ard1w de lo q11e suponen qni.e¡¡;;s sh> logmr
imágenes nuevas, fían s11 pensamiento a /a. inc01istancia de
wn est-ilo í.nvctcradamcJÍte meiaf6rico y. ag>;adable con flo7 Las calles de Due!JOS .A'1res
,
jedad ... Mi sensnalidad verbal sólo abare" determinadas ) ~ son la entraña de mi al .
pa1abras, lacta ·imputable " cua11tos escritores conozco y l\o las ca 11 es enérgicas nM.
cll-).'a. e.·rcepción úni-ca. fué don f.ra.Jlcisco de Quc·vedo, que molestadas de prisas . .
·vi-vi.ó en la cua11Hosa- plenitud y -millonan'.a entereza de mws~ sino la d ) a;etreos,
u 1ce calle de arrabal
tra leng11a cas.tella•na. enternecida
, , ,de al, ·'·uo1es Y ocasos
Sie-mp>'e fní 11o<•elero de metáforas, pero solicita-udo 3. aque 1¡as mas afuera .
fuese notorio en ellas antes lo eficaz que lo i1isólito. E>l a¡enas
d ~. d e lJla . · d oSos arbolados
este libro rws 'i..mri.as campoúcioncs hechas por 'cnfila11úen~
· ,. • C'l'l.tas
onde a nsteras '" ~ se aYentnrán
apena·
to de ünágellCs, método que alcaliZÓ perfección en breves 1a10stilizadas
ent
·
· l! 01 1nmortale s d'tstanctas
· - ----,.-..~?-
poemas de Jacobo Sured", J. Rivas • Pa:nedas. y Norah ~ . ro meterse en la 1 d .. ,
Lange, pero que desde, luego no es .el ¡\llico. Esto - qnd . _hecha de oTa • wn a YlSIOn
.. S ,_, n llanura y mayo . 1
h11 de parccer.axiom~ des<fbrido ~!lector- será. blasfemia¡ , on. todas
~
ellas ¡)ara el d' ' .. r cte o.1
CO IClOSO de
pa-ra ·ii-Z-ii-chos compm?_eros sectarws. _ una_ promesa d e 1·entnra
. a mas
pues .a su
'd - am pato •
- 11ermananse tatitas vidas·
esnunt!endo
- la reelu
. swn d e .las casas
. . .
Si. e11 las siguientes págénas lw.y algún verso logrado, y pol ellas con volunÚtd her .
anda nuestra es¡>e - mea de engaño
perdóne111e el lector el atJ'evilnielito de haberlo compuesto ~ - ranza.
yo antes que él. Todos som.os unos; poco difieren nuestras
nadedas~ y tan.to üzfl1t,-)1CH en las .a,lma.s las drcu-n'standas}.
1
que es casi 1111-11 casualidad esto de se1' tú el leyente y. <yo.
se van de<,¡
los cuatro puntos cai·dinales
d · · ··
ojalá en .. ¡ :gan o como banderas las cane's .. '
el escribidor - el desconfi-ado y ferwroso .esc>·ibidor ~ < . mJs versos enhiestos '
yu'e!en _es:ts banderas.
t!c m·is ''uersos.
J. L. B.
-~----


LA RECOLETA

Convencidos de caducidad
vueltos un poco irreales por el morir altivado en tanto
[sepulcro
irrealizados por tanta grave certidumbre _de muerte,
nos demoramos en las veredas
que apartan los panteones enfilados
cuya vaniJocuencia
hecha de mármol, de rectitud y sombra interior
equivale a ·sentencias axiomática~ y severas
de Manrique o de Fray Luis de Granada.
Hermosa es la serena. decisión de las tumbas,
su arquitectura sin rodeos
y las plazuelas donde hay frescura de patio
y el aislamiento y la .individuación eternales ;
cada cual fué contemplador de su muerte
única y personal como un recuerdo.
Nos place la quietud,
¡ equivocamos tal paz de vida con' el morir
1 v mientras creemos anhelar el no· ser
i ~ . ··-- - . - - --· . . . -. " ·--. " --·-···"'
¡ lanzamos jaculatorias a la vida apac>ble.
· Vehemente en !as batallas y remansado ·en las losas
sólo el vivir •:o:.iste.
\ Son aiedaños suyos tielupo y. espacio,
son arrabales de alma . ,
son las herramientas y son las manos del alma
y en desbaratándose esta, •
~¡-'

D E BUENOS AIRE S
FERVOR

juntamente caducan _el cspa_~!?.~_ el tiempo, el morir,


como al cesar la luz . CALLE DESCONOCIDA
se acalla el s¡tnulacro -~~ _esp_e)OS _j
q\le y a la
tarde fué cntnstectendo.
• 1
Som~)ra sonora ~~-los arbo s~sbre las ramas ondea, --
Penumbra de la paloma
yient.o rico en paJaros que corazones y calles,
alma mía que se desparrama por. n de ser, ' J!amaron los judíos a la iniciación de la tarde
fuer ;e milagro que algun:; vez- de¡ara cuando la sombra aún no entOrpece los pasos
milacrro incomprensible, m~u?.tto b con grave y la venida de la noche se advierte
~ e su presunta repet1Cl011 a arque antes como adyenimiento de música esperada·
a un(~tl ~ [.horror la
:'que como enorme símbolo de nue·stra primordial nadería {
existencia. En esa hora de._flna luz arenosa "
l~o anterior: escuchado, leído, meditado mis andari·zas ·dieron -con una calle ignorada;
Jo realicé en la Recoleta, abierta ·en ·noble anchura de terraza
junto al propio lugar donde han de enterrarme. mostrando en las Cornisas y en las paredes
colores blandos como el mismo cielo
que conmovía el fondo.
Todo - honesta medianía de las casas auste'ras,
travesuras de columnitas y aldabas~
tal vez una esperanza de niña en los balcones -
se me adentró en el corazón anhelante
con lifl1pidez __ sle lágrima ..
Q~iTZi esa hora única -
aventajaba con prestigio Ja cal1e
dándole privilegios de ternura
haciéndola real como una leyenda o un Yerso;
lo cierto es qne la sentí leja11amente cercana
como rtCí.lerdo que si p<irece llegar cai1sado de: lejos , -
es porque viene de la Í)ropia hondura del alma.·
Intimo y entrañable
··----------

B U P. "l OS All?r!S
F E R 11 O R. D E

era el milagro de la,' calle elata EL JARDIN BOTANICO


y solo después
entendí qtte aquel lugar era extraño,
que es toda casa un candelabro
donde arden"'cóh aislada llama las vidas, Muy lejos de nosotros
<¡ue todo inmeditado paso nuestro par más que nuestras manos atestigüen los troncos
camina sobre Gólgotas ajenos. los árboles que balbucean apenas el ser
sueltan en pos de lo desconocido
su vana lumbrerada de hojas ciegas
que en piadosa ficci6n arriba se- abrazan
como dobladas por la combadura celeste.
En · supremo aislamiento
cada árbol está conmovedoramente perdido
y son sus vidas tan incomunicadas y hurañas
cual _esp_ejos _que profundizan habitaciones. distintas
--·a como ef sofiar deÍnuchos durmientes
que reune idéntico techo.
Nosotros mientras tanto
a la vera de su primordial existencia,
también oscuramente nos buscam.os
con nuestra carne désgarrada e impar:
burdo secreto a voces
que con triste congoja nos ·arrastra
y nos socava el pecho
con la grave eficacia de una pena,
Angustia grande
que sin embargo no eS más que una corazonada borrosa
del anhelo y del doloroso entusiasmo
--que hubo Dios de sentir .antes del génesis,
FERVOR DE BUENOS A(RES

y que aún no encontró hartazgO


en la manirrota caterva de estrellas, almas, voces y
(acasos MUSICA PATRIA
que grita el tiempo gárrulo
y abarca en éiencia universal el espacio.
(Al salir ví en un alboroto de niñas Quejumbre mora
una chiquilla tan linda bordeando oscuramente ambas eternidades
que mis miradas enseguida buscaron del cielo gigantesco y de las leonadas arenas.
la conjetural hermana mayor llevada con horror de alfanjes heroicos , ,
que abreviando las prolijidades del tiempo a los límpidos prados andaluces_
lograse en hermosura quieta y mor.ena desgarrándose comq una hoguera por las malezas del
la belleza colmada [tiémpo,
que balbuceaba la primera). entre los siglos escurriéndose
quemando las vihuelas en llamarada de jácaras
hasta el milagro de -la gesta de Indias
cuando los castellanos
saqueadores de mundos
, iban robando tierras de albur al poniente.
- Desmelenada por la pampa ,
trasegada de guitarra criOlla en guitarra~
entreverándose con la pena
de ayi!lanada gente quichua
descoyuntándose con la insolencia del puerto,
hecha otra vez picota de afrufialladÜs vivires
y humilladero de mujeres malas,
ha logrado ahondar con tal virtud en nuestra alma
que si de nochecita tuia ventana
la regaia en sonora generosidad a la calle
el caminatlt<:,
siente com(\ si le palparan el q>razóil con la ·m~no.
LA PLAZA SAN MARTIN
EL TRUCO
A Macedonio Fcrnánde::, espectador
apasionado de Buenos Aires.
Cua1·enta naipes han desplazado la vida.
Amuletos de cartón pintado
En busca de la tarde conjuran en placentero exorcismo ·
fuí ap:Jrando en \'ano las calles. la maciza realidad primordial ,
Ya estaban los zaguanes entorpecidos de sombra. de goce y sufrimiento carnales
Con fino bruñimiento de caoba y una risue~a génesis-· _
la tarde toda se había remansado en la plaza, va poblando el tiempo usurpado
serena y sazonada con los brillantes embelecos
bienhechora y sutil como- una lámpai·a de una mitología criolla y tiránica.
clara como una frente En los lindes de la mesa
r:rrave como ademán de.. hÜmbre enlutado:
::::. \el vivir común se detiene.
Todo sentir se aquieta Adentro hay otro país: .
bajo la rumorosa absoluCión de sus árboles las aventurás del envidci y del quiero,
- jacaraii.dá o acaciá _.:_ la iuerza del as de espadas
-cuyas piadosas corúbaduras com.o don Juan l\-1anuel, omnipotente,
amortecen la rigidez pueril de la estatua y el siete . de oros tintineando esperanza.
y en cuya excelsitud se altiva . Una gauchesca lentitud ·
la gloria vespertina de las luces va refrenando las palabras
a igual distancia que por declives patrios resbalan "
del leve azul y de la tierra rojiza. y como los altibajos del juego·· ··
¡ Qué bien se ve la tarde son sempiternamente iguales
desde el fácil sosiego de los bancos! los jugadores e11 fervor presente
Ahincado en la revuelta ele un dec1ive copian remotas bazas
el puerto dice de comarcas hurañas ¡ cosa que inmortaliza un poco,
y la honda plaza igualadora de almas apenas,
ábrcsE como pecho generqso ) ,; ~-- a los compañeros que hor callan.
que derrama confianza. ' ': . .: . "~·-' !_;,·
'
FINAL DE Al'tO CIUDAD

Ni la minucia guarismal de reemplazar un tres por un Anunci~s luminosos tironeando el cansancio.


[dos Charras algarabías "
entran a saco en la quietud del alma.
ni esa metáfora baldía
Colores impetuosos
que convoca un año agonizante y otro que surje, .
ni el cumplimiento de un enrevesado plazo astronomtco escalan las .atónitas fachadaS.
socavan con cataclismos de badajadas y gritos De las plazas hendidas
la altiplanicie de la media noche serena rebosan amplian1ente las distancias.
El ocaso arrasado
v en agorería fantástica
;1os l1acen aguardar las doce campanadas oscuras. _que se acurruca tras los arrabales
es escarnio de sombras despeñadas.
La causa verdadera
Yo atravieso las calles desaÍmado
~s la sospecha universar .y borrosa
de las metafísicas posibilidades del Tiempo, por la insolencia de las luces falsas"
y es tu recu'erdu como Un ascua -viva.,
es ei- azoramiento ante_ el milagro
de que a despecho de alternativas tan infinitas que nunca sueltó
aunque n1e quema las manos.
pueda persistir algo en' nosotros
inmó'vil.

-·---·
HALLAZGO
\ ...~
UN PATIO

i CómQ entre tanto abatimiento y desgano


d acaso alistó para mi alma Con la tarde
Esa música tan .cariñosa y valiente, se cansaron Jos dos o tres colores -del patio.
Esa inconfesable racha portefia La gran franqueza de ~a luna Ile1)a
que resolvió :ni pena desparramada en su alarde ya no entusiasma su habitual ·firmamento.
de igual n~anera Hoy que está crespo el cielo
que el cielo rinde y abarca en su anchura dirá la agorería que ha muerto un angelito.·
los temporales· y las quejas. Patio, cielo encauzado.
Yo llevé aquella música a flor de alma · El patio es la ventana
como guien llev..-a una bande1·a. por donde Dios mira las almas.
El patio es el declive
pnr el cual se derrama el cielo en la casa.
Serena
la eternidad espera en la encrucijada de estrellas: .
Lindo es vivir en la amistad oscura
de un zaguári, de un alero y. de un aljibe.

_.,:._ __
..
BARRIO RECONQUISTADO
VANILOCUENCIA

./
. -'-~-.... .·'"'··
j( Nadie justip1·eció la belleza
de los habituales caminos La ciudad está en mí como un poema
el
hasta que pavoroso en clamor que aún no he logrado detener en palabras.
ee
v dolorido en contorsión de mártir
··A un lado hay la excepción de algunos versos
CE
q' ~e derrumbó el complejo cielo verdoso y al .otro, arrinconándolos,
en · manirn¿to abatimiento de agua y de sombra. la vida se adelanta sobre ,el tiempo
d
como terror . ·.
q El temporal desaforado
maltrató la humillación de las casas que usurpa toda el alma. ·
le
Siempre hay otros ocasos, otra glm;ia;
l y aborrecible fué a las miradas el mundo,
Pero cuando un arco benigno yo siento el rendimiento del espejo
c.
··que no descansa 'en una imagen soJa.
alumbró con sus colores el deJo
y un olor a inquieta tierra mojada ¿Para qué esta porfía
alentó los jardines de clava< con dolor un claro verso
nos echamos a caminar por las calles de pié como una lanza sobre el tiempo
como quien recorre una recuperada heredad; · si mi _calle_. mi casat""'"¡,._,\.v..\....._~tfl"s
v en Jos cristales hubo generosidades de sol desdeñosas de plácemes verbales, .
me gritarán su novedad· mañana?
)· en las hojas lucientes que ilustran la arboleda
Nuevas -
dijo su temblorosa inmortalidad el estío ..
como uila novia rio besada.'

'
VILLA 1JRQUIZA SALA VACIA

Atendido de amor y rica esperanza, L. os muebles de caoba perpetúa11


cuántas veces he visto morir sus calles agrestes entre la indecisión del brocado
en el Tuicio Final de cada tarde! su tertulia de siempre.
La fr~cuente asistencia de un encanto I,os dagueneotipos
acuña en mi recuerdo una predllecta eficacia mienten su falsa cerca11ía
ese arrabal cansado, de vejez enclaustrada en un espejo
y es habitual evocación de mis horas y ante nuestro exani.en se escurren
la yista de sus calles, como fechas inútiles
el horizonte .qüe se acurruca en los lejo_s~ i de aniversarios borrosos.
las quintas que interrumpe el cielo baldío, Con ademán desdibujado
la calle Pampa larga como un· beso, su casi -voz angustiosa
~las alambrada~s que son afrenta del campo : corre detrás de nuestras almas . .
-)r la dicho.sa resignación áe unos sauces. - con más de medio siglo de atraso ·
Paraje que árraigó una tra.dición de amor en el alma y apenas si estará ahora
no ha menester vanaglorioso renotnbre, en las .mañanas iniciales de nuestra infancia.
ayer fué campo, hoy .es incertidumbre _ ' J,a actualidad constante
de la ciudad que del despoblado se aduena: convincente y sanguíne'a
bástale para conseguir las laudes del verso aplaude en el trajín de la calle
ser el sitio implorado de una pena. su plenitud irrecusable
de apoteosis presente
mientras la luz a puñetazos
obre unboquete en los cristales
y humilla las seniles ~butacas ~
y arrincona y al~orca
la voz lacia
de Jos antepasados.'
ROSAS
INSCRIPCION SEPULCRAL

En .el ámbito desamorado


Para el c01'onel Don hidoro Suárc,", 111A biJabue/o.
de la sala tacitumamente rendida ·
cuyo reloj austero derrama
m:; tiempo ya_ sin aventuras ni asombro
Dilató su Yalor allende los Andes. soÍ)re la lastimosa blancura
Contrastó ejércitos y montes. que amortaja la ·pasión roja de la caob~,
La audacia fué impetuosa costumhte de su espada. alguien en queja de cariño
Impuso en Jun!n término formidable ... a la lucha ' pronunció el nombre familiarmente horrendo.
y a las lanzas del Perú dió sangre espanola. La imagen del tirano
Escribió su censo de hazañas , abarrotO el instatlte
en prosa rígida como los clarit1es behsonos. no dara como un mármol en un bosque,
:Murió cercado de nn destierm implacable.! · ,, aates grande y umbría
Hoy es o>·illa de tanta gloria el olvido. como lá sombra de una lejana n1ontaña
y conjeturas y recuerdos ·
sncedieron .al _eventual nombramientO
como sucede· a un golpe una lucha.
Famosamente infame
_ ese nornbre fué- desolación en 1aS calles,
idolátrico amor entre el gauchaje
. y horror de puñaladas en la historia .•
Hoy el oh·ido borra su censo de muertes,
pues qne 8on parciii.!es !os crímenes
si los cotejamos con la fechoría del Tiempo,
es.a inmortalidad infatigable
que a nonada con siiet!cioSa cuipa las razas
y ~n .-:·uy::'l. herida .sien1pre abierta
FiiRVOR DE BUENOS AIRE:S

que el último dios habrá de restañar el último día


cabe toda la sangre derramada. ARRABAL
·No sé si Rosas
fué solo un ávido puñal como nuestros abuelos decían; A Gu{l/erulo de Torre ..
creo que fué como tú y yo
un accidente intercalado en los hechos El árrahal es··-;,r
reflejo
que vivió en la cotidiana zozobra de la fatiga del viandante.
e inquietó para felicidades y penas
la incertidumbre de otros ánimos. Mis pasos claudicaron
cuando iban a pisar el horizonte
Hoy es el mar una separación caudalosa y eStuve entre las casas
entre su reliquia cenizal y la patria, miedosas y humilladas
l~oy tocla vida. por .lastimera que sea . juiciosas cual ovejas en manada,
Puede pisar su aniquilamiento y su .noche.: encarceladas en manzanas
Ya Dios lo habrá olvidado · . diferentes e iguales
y es. antes una iniSe~icordia benévola como si fueran todas ellas
que un rencoroso ensañamiento e injuria recuerdos superpuestos, barajados
el reanimar su oblitera\1Óu O_e~iRiva ·de una sola manzana.
con limosnas de odio. . El pastito precario
desesperadamente esperanzado. f
salpicaba las piedras de la calle
y mis miradas comprobaron
gesticulante y vano
el cartel del poniente
en su fracaso cotidiano
y sentí. Buenos Aires
y literaturicé en la hondura del alma
la viacrucis inmóvil
de la calle sufrida
y el caserío ¡;os~gado.
REMORDIMIENTO POR CUALQUIER
J ARDIN
DEFUNCION

Zanjones
Inconmensurable~ abstracto, casi divino, sierras ásperas
.·desbaratadas las trabaduras del ser, médan"os,
d muerto ya no es ttn muerto: es la muerte. sitiados por jadeantes singladu~as
Como el Dios de los místicos y por las leguas de temporal y de arena
del cual han de negarse todos los predicados, que desde el fondo del desierto se agolpan:
el muerto ubicuamente ajeno En nn declive está el jardín.
no es sino la pe~·dición y ausei1cia del mundo. Cada arbolito es una selva de hojas.
Todo Se lo robamos, Lo asedian vanamente _
1;.0 le dejamos ni. una brizna de_ cielo: los infecundos cerros doloridos
aquí está el patio que ya no palpan sus ojos, que apresuran la noche con ·su sombra
allí la acera donde acechó su esperanza. y el triste mar de inútiles verdores.
Todo el jardín es una luz apacible
Aún lo que pensamos que ilumina la tarde
podría estarlo pensando él también; y es también -una canción conocida
nos hemos repartido co"n1o ladrones entre la algarabía del paraje.·
el asombroso caudal de noches y días. El jardincito es un día de fiesta
en la eternidad de la tierra.

Yacimientos del Chubut, 1922.

--
DICTAMEN
INSCRIPCION EN CUALQUIER SEPULCRO

Sí alti'.·ecen un libro
arriesgue el mármol temerario
gloria ,-erbal. grandeza en el estilo y
gárrulas 'excepciones a la omn_]potencia de olvidO
co;:mmen::.orando las prolijidades
no limaré mis entusiasmos
del nombre, la opinión, los acontecimientos, la patria.
y será mi voz vÍYa herramienta de su honra
Tanto abalorio bien adjudicado está a la tiniebla
n3.s no me· embaücará ·mi devoción
y el n1ármol no hable lo que callan los- hombres.
y silenciosamente
Lo esencial de la. Yida fenecida
~abré qnc aquello es artimaña y trampa dichosa.
- la trémula esperanza,
Pero si al· terminar un libro liso
el 1~1ilagro implacable del dolor y el asombroso del
[goce c.:.uc ni atcmorízó ni fué _{eliz con jactancia
siento que por su influjo
siempre perdurará. ·
se justi fic.aü los otros libros, mi vida
Ciegamente reclama duraCión el alma arbitraria
y la propia existe11cia de ]as cosas,
cuando la tiene asegurada en vidas ajenas,
ron gratitud lo cns~lzo, y con amor lo atesOro
cuando tú mismo eres la continuación realizada
como quien guarda un beso en la memoria.
de quienes no alcanzaron tu tiempo
, serán otros ·a· su vez 'tu inmortalidad en la tierra.

'
LA VUELTA LA GUITARRA


Después de muchos años de ausencia He mirado la_ Pampa
husqu¿ la casa p-rimordial de la infancia de un patiecito de la calle .Sarandí en Buenos .:\irCs.
y aún perseYera forastero su áni.bito. Cuando entré no la ví.
J\Hs manos han tanteado los árboles Estaha acm-rucada
como quien besa a un durmiente en lo profundo de _un_a brusca guitana.
y he copiado andanzas de antaño Solo se desmelenó
como quien p¡·actica, un verso olvidado al entreverar la diestra las cuerdas.
y advei·tí al desparramarse la tarde X o sé lo que azuzaban;
la frágil luna nueva a lo mejor {ué un triste del Norte
que se a r!·imó al ampar~· benigno pero yo ví la Pampa. .
de 1a palmera pródiga de hojas excelsas, Ví muchas brazadas de ctelo
como ~wedlia que a Ia nidada :se acoje. sobre un manojito de pasto:
\:""í una loma que arrinconan
i Qué cater\'a de cielos quietas distancias · . •·
\'Ínculará entre stts paredes. el patio, mientras leguas y leguas
cuánto heroico poniente caen desde lo alto.
militará en la hondura de la caUe Ví el c~mpo donde cabe
y cuán{a qüebradiza luna nueva Dios s!n haber de inclinarse,
infundirá al jardín su dulcedumbre. YÍ el único lugar de- la tierra
antes que llegue a reconoce1·me la cas~ dond-e puede caminar ~Dios a Sus anchas.
Y torne a ser una provincia de_ mi alma J Vi la pan¡pa cansada
que antes horrorizaron l?s malone~
y hoy apaciguan en qutetud mae1za las parvas.
De un tirón ví todo eso .; .
mientras. se· desesperaban las ~uerdas:
FERVOR DE llUB.VOS A 1 RE S

en un comp~; tan zarandeado como éste.


(La ví tamb1en a ella .
cuyo recuerdo aguarda en toda mtlsica.) RESPLANDOk
Hasta que en brusco cataclismo
se allanó la guitarra encabritada
Y estrujome el silencio
y hurafíamentE· tornó "r~! ,.,·,.,·,. a estancarse.
Siempre ·es conmo,·edor el ocaso
por vocinglero o apocado que sea,
pero más conmovedor todavía
es aquel brillo desesperado y final
cuya hen-mnbre avejenta cualquier llanura espaciacl:i
cuando en ·su horizonte nada recuerda
la vanagloria del poniente.
Nos duele sostener esa luz tirante r distinta
esa lnz tan sin causa
que es una alucinación que impone a la vida
nuestro unánime miedO de la sombra
y que se desharat;t y -cesa de golpe
al advertir nosotros su.falsía,
como la validez de un sueño caduca
cuando el . soñador advierte que duerme.
J O K G E L U I S BORGES

Si están ajenas de sustancia las cosas


y si esta numerosa urbe de Buenos Aires
asemejable· en .complicación a un ejército
no es más que un sueño
AMANECER que logran en _común alquimia las ánimas,
hay i~ti instante
en que peligra deSaforadamente su set
En la honda noche universal y es el ins.tante estremecido del alba
• que apenas contradicen los macilentos faroles cuando el dormir· derriba los pensares
una racha perdida y solo algunos trasnochadoi·es albergan
ha ofendido las calles taciturnas cenicienta y apenas bosquejada
como presentimiento tembloroso la Yisión de las calles
:1~1 amanece¡· horrible que ronda que de.finirán después con los otros.
Jgual que una _mentira ¡Hora en que el. sueño pertinaz de la vida
~)s _arrahal_cs d"esmantdaclos del mundo. está en peligro de quebranto
- unoso de la descansada tiniebla reducido C<?11 angus~ia forzosa
:' a~o;)ardado por la amenaza. del alba a la estrechez de pocas almas que ptensan 1

reahce la tremenda conjetura hora en que >le sería fácil a .Dios


de Schopenh::1Hf'T y de Berke1ey_- matar del todÓ 'la amortiguada eXistenci:l l
que arbitra ser la vida ·
nn ejercicio pertinaz ele la mente Pero otra vez. el mundo se h~ salvado.
un populoso ensueño colectivo ' La luz discurre inventando sucios colores
sin basamento ni finaiidad ni volumen. y con algún remordimiento
Y ya que las ideas de mi complicidad en la resurrección cótidiana
n_o son eter~1as como el mármol
solidto mi casa
smo in~nortales como una selva o un río, atónita y glacial en la luz turbia
la prccttada especulación metafísica ._ mientras un zorzal lmpide el silencio
al ::~talavar
• de-.de
~ ,,,,·
- ~ .c•·a'•1eo
• • el YlVlr
.. '\Y la "oche abolida · · ·
tw.·o una forma inusitada se ha quedado en los ojos de los ciegos.
y la superstición de esa hora
cuando la 1t~z· como una enredadera
va a ím~licar las paredes de la sombra, '
doblegó mi pensar · .· · ·
r ~razó el_ Capricho .siguiente:
EL SUR
CARNICERIA

Juntameñte l.
caducan la población y la tarde.
~Iás yi} que nn lupanar
Semejantes a ejércitos
la c::~.rnicería rubrica como una afrenta la calle.
. por aqtü discurren los trenes
evidenciando con rudo herraje oficioso Sobre el dintel
la esculpidura de Úna cabeza de Yaca
la inmóvil pol~rería de las casas
de mirar ciego y cornamenta grandiosa
·polvorientas de -tedio,
. que al pié del claro cielo preside d aquelarre
·:·vertiginosamente dilatado de carne charra y mármoles finales
insinúan a la oración su rígida sombra. con la lejana majestad de ttll ídolo
¡Qué lastim.osas las enaltecidas barreras o con la fijeza impasible
ele la· palabra escrita junto a la palabra qne se habla.
sobre la herrumbre del ponient-e!
En estos aledaños
hay vislÍÚnbres de sitios de batalla: ·
tenaces _territplenes
que abaten alrededor los campos serviles,
charcas abandonadas
que _las puestas de sol criminan de sangre,
zanjones, humaredas, puentes, clangores
y el tajo renegrido de los rieles
apartando las casas
y· una précisión militar de tiempo y señales
y un milibr desorden de alternativas de lucha
Todo ello deja un sabor amargo en el alma.
.::;..-

BENARES
ALQUIMIA

Admirable por todos Falsa y tupida


corno la fíCI !resct1ra de agua -de aljibe como un jardín cakado_, en~_J.tn_ .espejo,
esta musiquilla de siempre fa- til~t:e -t"r;,~gi-na~l~
sujeta en dolorido asombro h1i aJma, ¡ que nlis pisadas no conocen-
que al abrazar su arbitrio \entreteje hurañas distancias
contempla aquilatadas en ella. / y repité sus casas
las ·propias emociOnes que Ja socavan: _..--- \ como una boca que repite plegarias.
congoja Yaronil. horror de ausencia, renunciación "El sol salvaje
semejante a la decisiva zarpa de un tigre
rdeseosa' - '
Asimismo en el cielo desgarra la oscuridad maciza
. . . . . con esa palabra quiero nombrar el regalo de- templos, muladares, cárceles, patios··
qne alguna vez ha- de responder al ansia entrañable y ha de estrujar l?s muros.
con venturosa precisión de voces que riman __:_ de colores borrachos
no ha de allanarnos y colgar de lÜs hombros escurridizos
nna comím excelsitud-; mochilas- de- c-alor.
perseveraremos con ensalzadas minucias Jadeante·
levantados a- divinidad, trasmutados, ' la ~ciudad-...que.oprimió ·un follaje -de estrel1as.~
pero inmutablemente individuales, - desborda el horiimite"------:--'"·-------------- --
como ·¡a azulenca raya en el mapa cual una piedra agujereando un_ estanque·
copia los meandros de la limosa corriente. y en la mañana llena. - ·
como la turbiá pena de pasos y 'de ."Sueño
vuélvese prez uniYersal en la copla. la luz ,-a abriendo como ramas las calles.
La selva
donde grita el hedQr de Ji alimaña
naufra-ga lejos encallada
I'EI<FOR DE B U E N O S A l R. E S

contra los arrecifes


ele nna aurora en jirones, ALBA DESDIBUJADA
mientras juntamente arllanece
en las persianas todas que miran al oriente
Y la voz de un almuédano
que j·a rezó el-éiiS"P~r~o rosario de los astros
Se apagaroJl los barcos
ape~<tdumbra desde sn alút ·torre
en el agua cuadr~da de -la dárse1la.
la 1;:-.·,.c madrugada.
. Las ..periódicas grúas relajan sus tendones.
(Y pensar ...
Los máStires··. se···ei11hótan . .<hf..·ec·c;C1o playo.
que_ mientras brujuleo las imágenes
Una sirena ahogada pulsa en vano
la cwdad que "'catrto:--·Jersiste
las cuerdas de la distancia.
sobre la espalda d~l ·mundo
La ceniza de adioses aventados
con s11s visiones ineludibles v fijas
\'a agostando el paraje
~-c:pleta como -un sueño ""
y es un pañuelo en despedida
-con agresiones de injurios·a miseria
e la gaviota que pasa
con arrabales v cuarteles
} rozando con las alas
Y -b2-'.~~:s~;-~!ahi()_s_J2.~~:idou · las hachas de las pr?as que talan· la foresta de los,
q:~.-~:~nten .no en los dientes~) {mares.·
"··-····,·--'-----------------~--.------~--...S
En previsto milagro
la aurora despeñada
roda,·á de alma en ·alma.
JUDERIA AUSENCIA

Queja-s que tHmca cesan se alzan las anhelantes


[paredes
Paredes tan escarpadas que han caído en lo profundo }labré dC leYantar la vida imne11Sa
[los hombres. que _aún ahora es tu espejo:¡
Desanprad~antaño en Yanas palalJras hoy se cicatri- p.i.ed;-a-:-po·Í·-·111eJ·ra··1fa1)1:(:""'(_] ~- ·J:·~'CO l1 S t ;·ui r] a.
o '-·-·

--~ l.zaron las bocas Desde que te alejaste,


~Jadas como el harapo dc1n·fiL~_ito que- las aristas de
cuántos parajes se han tornado Yanas
y sin· sentido, iguales
os aleros ahorcan
){ que se arrodilla en los ojos por done el miedo está a luminarias que arrincona el alba,
cuántas sendas perdieron su fraganCia!
Les piando,
lVI ientras en ~1 gesto de la resignación as otoñales Tardes que fueron nichos de tu in1agen, ·
. rmanO~·--s·~atrOjáú músicas donde siempre me aguardabas_.
Y las plegarias rotas se despeñan desu-e·-· e·I firmamento palabras de aquel tiempo,
f.imp!acable.
habéis de ser quebradas
Con las alas plegadas los kerubin1 han suspendido el y a mis n1anos,
[aliento. reacias y con- dolor.
Ante el p-ortón la chnsma_ se ha Ycstido de mJurias El vivo cielo inmenSo
fcomo guíen se envuelve en un trapo. clama y- torna a clamar tu dejamiento.
Dios se ha perdido y dcscsperac~ones de miradas lo ¿En qué hondonada empozaré_ mi aln1a
[buscan. donde no pueda vigilar tu ausencia
Presintiendo horror de matanzas los mundos han que con16 un sol terrible sin ocaso
(suspendido el aliento. briUaJ definithra e incleme11te? .
Alguna voz invoca ~u fé: «A<lonáí iejacJ>> - «Dios es Tu ausencia ciñe el alma
como cuerda _que abarca tina garganta.
uno»
Y arrecia la muchcidumbre cristiana con un pogróm
[en Jos pttiíos.
--~
- .--·

LLANEZA
LLAMARADA

Se alH~e la verJa del jardín •


con esa preste7.a incondicion.::tl de las páginas Dajo la dolorida sombra del cielo ante los austeros
que una frecuente de\-oción manosea mástiles ane se alzan sobre las aguas sin ruido - y
y adentro mis mirat;ias bs luces~ pobres del puerto que en amplia inmóvil
no han menester fijarse en la casa procesión, . an.illadas de roJO en la penm11bra lo
que ya está cabalmente en mi recuerdo. ciñen, -- una l1an.1arada ondula en el aire pardo y
Conoz.co las costumbres y las almas pesado a ras de la tierra ~ en el derrümbamiento de
y ese· dialecto de alusion~s y giros las cosas '-"isibles, - en la angustiosa espera de 1a
que toda agrupación humana va urdiendo. tormenta rercana ...
No necesito hablar La llam.arada salta y chisEorrotea. - Y o ·paso junto
ni mentir pt:ivilegios; a la llama; yo escuc.ho lo que quiere proclatnar su.
bien me conocen cuantos aquí mC.rodean, 1engna de fuego,.- yO doy palabras y voz. a lo que
bien saben mis congojas y mi flaqueza. snsurra esa 11ama.
Eso es aícanzar lo más aito, · · Yo, laten.t<; bajo todas las máscaras, ' - nunca
lo que tál ,rez hemos de conseguir en el cielo: ao2.P"ada y eternamente acechando, - hermana de la·
no admiraciones ni victorias ai.1i;rta herida de luz en el desnudo flanco. del aire -
sino sencillamente ser admitido.s hermana de lares Y piras - hermana de astros que
como parte de una Realidad innegable, a1·den en los jardines1 ·colgantes cuya serellida~
como las piedras y los árboles. eno¡·m:e vo envidio, - desterrada .de las selvas ·del
sol hac~ abismos de siglOs - encarno la grande
fati o"'a • la sed de no ser de todo cuanto en esta tierra
poluta vibra, y sufriendo vive.
Te siento y- paSo. - Sigo 'a lo largo de la ~arde
lenta -- '' medito el significado de tu roja palabra -
v yeo qu~ en verdad eres símbolo - de nosotros que
inevitablemente sufrimos -,uncidos al, gris yugo del
día - o al enjo¿rado yugo de·-1~ noche.- y ansiamos
FBNVOR }) B BUE¡VOS .1. l R E S

como tú la alta serenid·td Y I d ,


felina noche ' , e esden claro de la
Espoleados -.. '(j eseant.u 1 deslumbra.
en las culütinaciones cartlal
• es - enInos la
r perdernos
'f' .,
CAMINATA
cuerpos tremantes _ ( . . crucr txton de
· ~ \ p1enso - (j\ t 1
utra cosa Ja vt'cla -· te a vez no es
-- que el d
muerta hace siglo' _ ~scya e una hoguera
f 'd ._ :s que el ultmw ec d. !'
encct a ·- (jtte n rr . . o e una voz / Olorosa c?n1o "llll. mate curado
• • OJO e1 acaso a , ·t t'
1el ano a lo~ do. , e::. a tena -· a!go \___la noche· acerca agrestes lejanlas
y"¡a llama ~l)e b~mcd.teuces _elle! espacio y del tiempo) :_
en e <lTan ere · 1 · y fortalece mi jnri?dicción de las calles
'lue en girones clesaa.. 1~ .. p:lscu o enfermo - que laciamente sumisas
· .-::. 11 an os gnses vtentos.
acon~pailan mi soledad con la súya
hecil3. d_~ ii1leCfO,-S0111bri". Y·~lííi·cas--· ~encillas.
La brisa trae C~!~::fl~~,Ji~-~--.~~.!~_1)?.?_t...-J
franqueza de pinares y dukedumbre de quintas
~n.temDlKí·lSajo rigideces ~e n.sfálto
la detenida tierra viva
que sin tregua de huertas espaciosas
se está n1.uriendo hundida·'·
por el apretón· del caserío incontable.
s;b,;.Jd~-ra neXitlc11ocl1e1eliíia-· ··--·-'
inquieta los balc-ones ·cancelados
que durante la leve tat;deeita
enarbolaron chacotera y reidora
la notoria esperanza de las niñas
y hoy austeros como cicatrices se niegan
en guardosa hurañía.
También. hay gran silencio en lüs zaguanes
por cuya pausa familiarmente tibia ·
aturdió el patio alborotado la calle.
Para enmendar esa tadturna porfía
vierten_ un ti.empo generó~o e li1cierto .
los relojes ·de la media noche t11agnffica,
FERVOR D ¡; AlREl'l

un tiempo caudaloso
donde todo soñar halla cabida LA NOCHE DE SAN JUAN
tiempo de anchura de- idma. distinto
de las tacaúas y ai)Qcadas ~1edidas ·
que con precisión de afrenta regulan
J"-"- mezquindades atareadas del día. El poniente implacable en esplendores
{Y o soy el único espectador de esta calle, quebró a filo de espada las distancias.
~i dejara de Yerla. se moriría.
Suave como un sauzal está la noche.
(ACT\';jcrto un ,.quieto paredón erizado
.Rojas chisporrotean
de un agresión de in;.;olentadas aristas las cálidas guitarras de las _bruscas hog·ueras:
qne desmintiendo la soledad v la somb-ra
leña sacrificada
el cielo bondádoso martirizan-
que se desangra en briosa 11at'narada,
y ltn foco amarillento que ay_entura
bandera viva en ágil travesura.
:<u indecisión de 'luz sohre la esqui~·a.·
La sombra es apacible como una lejanía;.
También advierto estrellas haJbúcientes.)
hien recuerdan las calles
Grandiosa y viva · . · -
qt~e ftteron ('.ampo 1111 dla.
co~;:¡.o el oscuro plumazón de m• -.c'\.ngcl
Toda la santa noche la soledad rezando
que. anonadase con pavor de alas el día.
el ros-ario disperso de astros desparramat.los.
la noche pierde la-s zaharefias calles
de la ciudad hundida
en un borroso recoveco del tiempo
ba}o la inmensidad yana y baldía.
L u- 1 ~- B ú R-.; E S

SABADOS
A despecho de tu desamor
,.,:_Para mi no'i.'ia, Concepción Gttfrrero. tn hermosura
prodiga sn milagro por el tiempo.
Benjuí de tn pi-esencia
Está en .tí la ventura
qu_e .iré quema.ndo luego en el recuerdo comn 1a primavera en la hoja nueya ..
Y mnadas felices
Quedamente a tu· vera -
de bordear tu v1v 1r.
se desangra el silencio.
Hay afuera un- ocaso, alhaia oscura
engastc..da en el tiemp_o -
Ya casi no soy nadie,
soy tan solo un anhelo
que redim,c las calles humi'lladas
q ne se pierde en la tarde.
Y una hotída ciudad ciega
En tí está la delicia
de hombres que no te vieron.
como está· la crueldad en las espadas.·
L-<l tarde calla o canta.
Alguien_ descrttcifica Jos anhelos
ciaYados en el piano. ***
Siempre la multitud de tu hermosura Sua,'e como una rosa fué tu silencio,
en claro esparcimiento sobre mi alma. mas hoy lo· rayan ~os present~mientos. _
l~mpujando la reja

*** está 1a noche dura que desalma la quinta.


Nuestras dos soledades en la sala severa
No hay más que una sola tarde
se buscan como ciegos;
la {mica tarde de siempre.
Acallando palabras momentáneas
Aquí está su remanso. Las palabras hablan la angustia y tu pudor y mi' anhelo:
no logran arraigarse· en su paraje
\Sobrevive a la tarde ·
y se escurren como agua.
El corazón refleja
ha blancura glorio~a de tu carne.
\En .nuestro amo!" no hay algazara,
tus lal~ios que una noche serán besos !hay tma pena paredda al alma-. ---
Y mis ojos abiertos como heridas
habrán de sostener otros lugares.
Te traigo vanamente ***
{ mi corazón final para la fiesta. Tú
q_ue ~yer solo eras toda.,~ la hermosura-"'
eres también todo el amor;· ·ahm~a.
***
CAÑA DE AMBAR
CERCANIAS

/
He aquí una flor
Los pai ios ag.a·renos llamada caña de Úínbár. ·
llenos de ancesÍralidad y eficacia, Es recuerdo querid.? de una tarde
pues están cimentados en que me dió su boca una palahra
en las do..s cosas más primordiales que existen: dichosa como un beso.>
en l'a tierra y el ciel.o.
Las yentanas con reja Esas línea..;; publican mi secreto
desde la cual lacaHe semejante al ·de todos.
vuélvese familiar como una lámpara. ¿A qué apilar altos alardes yerbales,
Las encrucijadas oscuras decoro de sentencias y de imágenes,.
que alancean cuatro\ infinitas distancias para decirte lo que- sabes?
e.n arnthalf'~ hechos ele acallamiento y sosiego. También tú junto a la esperan.za ·viviste
Las alcobas profundas y huho en tí dicha dolorosa. desolación de ausencia y
[gloria inconstante
donde arde en quieta llama. la caoba
y el espejo a pesar de resplandores, y certidun}bre Yenturosa ·entre dudas
es una- remansada serenidad en la sombra. y amartelada gustación de otra alma.
Las calles que altivece tu hermosura ... Quiero que ante esta flor y esa palabra
He nombrado los sitios nos reconozcamos iguales·_
donde se despamama mi ternura como ante una común múSica ·patria.
y el corazón está consigo mismo.
TROFEO

INSCRIPCION SEPULCUAL

Como viandante que recorre la __ costa


Para el coronel d~n Fn1llrisco Borges~ m.-i almcll}. mara'\•illado de b muchedumbre del mar,
al1)riciado de .luz y pródigo espacio
o como qui~i.1 escucha y torna a escuchar un acorde
Las cariñosas lornas orientales, cuya vehemencia le socava el alma_ .des~osa,
:os ardientes esteros paraguayo-s yo fui el espectador de tu. hermosura
. y la pampa rendida a lo largo de, una sumisa jornada.
fueron ante t1.1 alma :\os despedimos al anochecer
una s.o1a violencia continuada. cuando conñiesan su abatimie;lio los _c.ampos
En el combate de La Verde y en gradual soledad
desbarató tanto valor Ia muerte. al volver por la calle cuyos rostros aún te eonocen.
Si esta vida contigo fué acerada · se apesadumbró mi dicha, pensando
y el corazón, airada muchedttmbre que de tan noble acopio. de memori_as
se te agolpó e>\ el pecho, perdurarían escasamente una o dos
ruego al justo destino para ser decoro del alma . .
aliste para tí toda la. dicha en la inmortalidad de su andanza.
y que toda la inmortalidad sea contigo.
ATARDKCERES
FORJADURA

Toda la chin~a. multitud-· de un püüiente


Con1o tln ciego de manos precursoras alborota la calle
que apartan muros y vislumbran cielos, b calle abierta como un ancho sueño
lento de azoramiento YOY palpando bacia cualé¡uier azar.
por las noches hendidas La límpida arboleda
los versos venideroS. que serena y bendice 1111 vagancia
He de qnernar la sombra formidable se olvida del paisaje
en sn límpida hoguera: y acalla el barullero resplandor de sus ¡·amas.
púrpura de palabras l,a tarde maniatada
sobre la espalda ilagelada del tiempo. solo dama su ·quejti en el ocasO~
He de encerrar el llanto de los siglos La mano jironada de un mendigo
en el duro diamante del poema. e~f uerza 1a congoja de la ta1·de.
Nada impo.rta que el alma >-----~·~··~""''V~---·-·-----~-~"'>•''-'--'-~-

<~:nd(" sola y Oesnuda como el viento


si el universo de un glorioso beso
aún abarca mi vida ***
y en Jo callado se embravece un grito.
Para ir semhrindo versos La vihuela
la noche es una tierra labrantí3:. · ya no dice su amor en tu r·egazo.
El silencio que vive en los espejos
ha forzado su cárceL
La oscuridad es la sangre
de las cosas heridas.
En el poniente pol11·e
.---
-· la tarde m utitada
rezó un Avemaría ·de colOres.
FI~T?.VOR [) li AJH(;S

Campos Atardecidos DESPEDIDA

El poniente de pié colno un Arcáno·el


• • ' D
tuamzo el sendero. ' Entre mi-·amor y yo hat1 de 1eva·ntarse
La soledad repleta como un sueño trescientas noches como trescientas pared~s
se ha reman~ado al derredor del pueblo. y el mar será un milenio entre nosotros.
Las esquilas recogen la tristeza
dispersa de la tar~le. La luna nueTa E1 tiempo ·arrancat·á con. 'dura mano
l::S una YOcccita desde el cielo. las calles enzarzadas ·en mi pecho.
Según Ya anocheciendo No habrá sino recuerdos.
Yuelve a ser campo el püeblo. (Oh tardes ·merecidas de mi· pena,
noches. e:;peranzadas de nürarte,
campos desale;ltados, pobt~ cielo
*** humillado en la hondura de los charcos
como un ángel c.aldo ... - .
El poniente que no se cicatriza y tu vivir que agracia inis anhelos
aún le duele a la tarde. y r:;;e barrio dejado y placentero
Los colores temblando se acurrucan que hoy en _luz. de mi amor se resplandece ... )
en ·las entrañas de las cosas.
Al caminar mis pasos desmienten Definitiva como .Una: estatua,
la fatiga del tiempo entristecerá tu atlsencia otroS campos.. -
desparramada sobre el campo lacio~
En la alcoba vacía
la noche ajusticiará los espejos.

----

'

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