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José Luis Romero Estudio de Ja mentalidad burguesa in: Historia Prefacio: Luis Alberto Romero Alianza Editorial. [>=] Buenos Aires- Madrid | 930.9 Romero ant Laie HOM Exod de montalided burgvess. 1 ed * emp Buonae Ave: Alnzs, 1999 370 pz 18a 1 em. -(alianza Boel, 16) ISBN 95040-0004. 1. Thule «1. Hisria Universal © Lis Alberts Romero © Alsenaa Baoria, SA, Buono Atos, 1967, 1999, 986, 1999, Slay eieige espaol Alanan Gabor SA Madrid, D1 Word bls, 1257 Diatritclon venta [Ae Cirdab 2061120 Buenos Aires ‘evr 97276091 978:2047 814-4295 ‘Administracin y producsénedora: 2. Belgrano 85, peo 30,1082 uenos Alves ‘eine 4a-ee26 / 392-9008 Helo dapsia que aves In ey 11.723 Timposo on Argenton «Printed im Argontna PREFACIO| El texto que se leerd es la versén, apenas conregida, de un curso dictado hacia 1970 por José Luis Romero para un gru po de amigos, semanalmente reunidos en Ia casa de uno de ellos. Se encontraba entonces en la plenitud de su madurez intelectual. Poco antes habia coneluido La revoluciom bur ‘gucsa on el mundo feudal, una empresa que le demands veinte anos de trabajo, y estaba escrbjendo sus otros dos libros mayores, Latinoamérica, las cludades y las ideas, {que aparecié en 1976, y Crass» orden en el mundo feudo- Durgués, que qued6 inconcluss y fue editado luego de su muerte en febrero de 1977, Por esos afios ya habla planes- 4o los libros que escribirie en lo que crefa que le quedaba e vida ctl Sociedad y cultura en ef mundo occidental (Gos nuevos volimenes completarian el cielo histérico que, con La revolucion burguesa y Criss y orden, habia sleanzado tl siglo XVI), Teoria de la vida historia, La estructura histo= riea del mundo urbano y éste, La mentalidad burguesa, que empezaba a desarrollar como To hacfa habitualmente, expli- indolo en clases y cursos hasta que se sentia listo para cescrbie 7 8 Joxé Lula Romero En 1966 se habia algjado de la Universidad, retornando 1.esa situacin de marpinalidad que, como ha senalado Tulio Halperin Donghi, caracteriza su posicién toda en la historio- prafia argentina. Fuera de la Universidad, siguié dictando conferencias, clases y cursos. Algunos. como los de la Bilio- teca del Consejo de Mujeres, alcanzaron cierta notoriedad, Otros tuvieron como destinatarios a amigos interesados por Jos temas pero, sobre todo, cautivados por ss personalidad de macsto. En alguna medida, las caracteristicas de su piblico se tra suntan en la densidad y complejidad del texto, Pero no de- Ae us clases, onl que se ceconocta 8 ead de maesto, fala capaidad para hacer entender por culeuer auto. to y 4 aver taeenderio,conserands todo igor den fensamient que por entonees. haba akan on a0 Soe abstract, No ‘piece omni, sn embargo, vn reflexion acres de esta sacl6n, que dice mucho sobre nesta historia cultural ‘eee, Un aes =y no shoo mush en mad tea, no pul Iga a guenes mejor podian her aprowech Ao ns enetaneae. Masson, unt saan itll =e fue, quienes nos formamos en lls ietfeamos con lh tora aca" se wo faeces inerumpita En burns medida esto debe ature a deberado osturecimiento de nesta vita unierstar, povocado por lat forts moss tralmentereaconarias ques cat in interrupt, las igeron Aral 1966 Pero también debe econocere~ a qu el cima de ideas dominance entre ios exudates jvenes gradu. dos date Tos finales dei Ueata del sexcia era poco pro 2p gic pesmi Jou kat Romeo Pa El tema propuesto para el curso era vasto y ambicioso: ef desarrollo de la mentalidad burguesa, desde su constitu cidn en el siglo XI hasta su exsis en nuestro siglo, Suponia estudiar no silo toda la cultura occidental, de la que la men- talidad burguesa es su meollo, sino también considerar. en studio dels mentaida burguess 9 alguna medida, todo el mundo actual, marcado por esa cultura Naturaimente, la profundidad en el desarrollo de este vasto programa es desigual. En parte, rofleja el diferente gra- ddo de avance en la construccidn que iba haciendo de su libro Pero también testimonia su interés por ciertas coyunturas y patticularmente por el momento det cambio, del surgimien- fo de la nueva mentalidad, Como ha dicho Ruggiero Roma- no, "su idea ~que era casi una obsesion era la de sorprender el momento, el instante fugaz de una sociedad... (el de) un racimignto en el seno de uns crisis” ‘Asi. hace en este libro Un arplio desarrollo del surgimien- to de la mentalidad burguesa en el marco de la cristiano Feu- al dominante, conta ella pero también apoysndose en ella. Ouienes conocen bien Le revolucién Durguesa en el mundo {feudal reconocerin aqui sus lineas principales. planteadas, {quizd con menos sutileza y erudicion que en exe texto, pero probablemente en forma mis clara y categoria. el periodo siguiente, entre los siglos XIV y XVM, slo se plantean las grandes Wineas: la forma madura de la mentalidad Durguese def siglo XVI, vista sobre todo en relaci6n con las experiencias inicales que la constituyen, y antes que eso el proceso del “encubrimiento”, luego del franco y desembozs {do surgimiento de esa mentalidad: esta idea del encubrimien- to, una de las mis sugestivas que se desarrollan en el texto, habia sido esbozada en obras anteriores: en Maquiavelo histo rnador y La cultura occidental, y también en un sugestivo articulo: “La épera y la irealidad barroca” {La erisis de la mentalidad burguesa, a partir de la Primer Guecra Mundial, es tatada con mas detalle.Sorprenderi que se soslaye el tema de la mentalidad revolucions i ‘geese, qui2a porque sus contenidos, ampliamente desarroll- fos en EI ciclo de ia revolucion contemporinea, ée 1948, son sjenos al tema central de este estudio. Quizd también porque, frente a la habitual contraposicién mecénics entre un mundo burgués y otro proleario y socilista, presentados en térmi- nos absolutemente alternativs, preferia observar etnacimien- to de éste, en el seno de Ia propia crisis interna de la mental 10 José Luts Romero «ad burguesa, en ese momento suil del cambio en el que el sentimiento del agotamiento de una estructura y la confuss y contradictoria Disqueda de’alternativas, ain no ha plasms: 40 en una nueva mentalidad. Ta la caracteristica del discon- Formismo contemporineo, con e} que se ciera este Estudio, Junto con el anlisisespecifico dela mentalidad burguess se encontrard en este texto une preocupacion por precisa a estructura y dinimica de lo que denominaba “la vida histS- ie". Dentro de $0 visin radicalmente historiista, este com cxpto debia ser equivalente, en el campo de las ciencas sociz Jes, al de naturaleza en el dela fisico-naturales. En el centro e eve concept se encuentra Ie relacion —compleja y multi- ireccional— entze lo que denominaba orden féetio y orden potencial, estructura realy estructura ideoldgica, o mis sim plemente sociedad y cultura. En ese marco se inscribe Ja preocupacin, ampliamente documentada en este texto, por Jas telaciones ente situaciones sociales, sujetos y mentalida- ‘es, y patticularmente Ia teasmutecion de experienciascon- relat en format mentales acuadas. También es comple la relaci6n que establece entre estas mentalidades, constitu das por ideas vagas, opiniones, saberes no teorizados,acttu es y valores, y el mundo de las ideas sistematicas, de las ieologias. Nuevamente, la rolacin entre éstas y ls saci nes reales es diversa y no reducible 2 un modelo tnico: a veces Son formas de mentalidad decantadas; a veces las mol- ‘ean vigorosamente: en ocasiones explican una situacion social, © convencen de su leitimidad a sus actores; en otras se distancian, las enfrentan crticamente, proyectanotraalter- native y guian en ese sentido a accién de quienes se identi- can con ella, Esta relacién complea y cambiante de dos ordenes de fendmenos, entre los que no establece jerarquies @ priori, resulta sin duda de actualidad hoy, cuando en estos temas parece dejarse de lado el reduccionismo rigid y algo ingenuo ue dominabs dos o tres décadas ats, es menor el gusto por Jas determinaciones unilineales y, en general, desaparece la subestr ‘de los fendmenos ideolbgicos y cultural. snulo de a menu bares n one med onnent piston een ime, a alt Luis Alberto Romero Marzo de 1987 1. CUESTIONES PREVIAS 1. Las mentalidades htt ntact eet et a ment br ue escomeninte dar ecadasalgaascuesones pres, fers aos trminos don inentadad) burg ue ene! lenguje cont nen speoscteson sm eeso Une de iat grandes conguistas que Ios historidores han hecho enor utmos os sists ineorposin al cane te de los process hstarice ce fo quelamariamos a at? {ia de as eas. Prctiament se pede etalon um ec Prgms nr sein cede Sxl ates de a aparcign del Ensayo sore ls contre Y¥ de E gto de Lass HG Vota Ens don obs {sone pds ita etal ona eoucn en tanto incor yn @ una concepcidn de Ia histdria en !a que” Ios Rechos politics consituin lo toalidad dl tema odo un nuevo eau un nero hae de problemas qi aegn fntends Vote a Ge as ews, del penaientso: se lo prefiere, de la cultura. ° Como problemas de histora def cltura inlet os 2 Estudio de la mentaldad bursa a plantes en £1 siglo de Luis XIV. En el Ensayo sobre las cos: fumbres, una obra ain mis significativa y de extraordinario interes metodolégico, de incorporado al campo dela inda- facion historia, al lado de las ideas sistemsticas y de las Eorrientes esteticas ~0, dicho en los tgrminos de ET siglo de Luis X1V, 1a estética de Racine 0 de Corneille, el pensamiento filosifico de Montaigne 9 Mentesquieu~ lo que él tlamaba las “costumbres”, Ineluia all lo que hoy seguimos lamando “costumbres™, es decir formas concretas de vida: pero junto con ella, todo ese haz de ideas correntes, de ideas operat was, que funcionan efectivamiente en una sociedad, que no than sido nunca expuestas de manera expresa y sstemitied {que no han sido nunca ordenadas ni han sido motivo de un ‘atado, pero que sin embargo noteen el sistema de pensi? Tientoy rigen el sistema de la conducta del grupo socal. 7 Sobre esta distineion ha hecho observaciones sumamente interesantes Ortega y Gasset! En Jdéasy creencids safiala que, {a lado de las ideas sstematicas, hay’ un enorme caudal de ideas no susceptible del andissriguroio’ que se hace, por tjemplo, con el pensamiento de Kant o Descartes. Por 10 ‘generalyson éstas relativamente mas simples, pero se refieren 4 problemas inmediatos, que constituyen el patrimonio de "todos. Son ideas, opiniones, ereencias, marcadas con ese Fu te signa social que es el consens0. Son operativa, vigentes actian. Son ideas sobre las cuales ningin grupo social tiene lina conciencia perfectamente clara, ero son las que secre amente se_ponen en Funcioiamiento cuando se toma wna decisibn o se dice: “eto es bueno, esto es malo" o “esto es tolerable, esto. intolerable", ic_No es fieil de detectar todo este caudal de ideas. Quien Guisiere hacerlo necestara la formidable capacidad de trans- formarse en testigo de aquello mismo de lo que es actor. Si lograra sortear esa enorme dificultad, descubriria que esas ideas estin operando de mil maneras; que en la vida cada uno Se maneja con una enorme cantidad de prejuiios, que acta Segin opiniones de le que ha decidido no hablar, ni someter- las a juieio, o inclusive que estén consagradas por un cierto matizearismatico que las hace indscutiles. En cualquier sociedad, ya se trate de una aldea de ls Poli nesia 0 de uma sociedad evolucionada, hay ceras ideas dels" ‘Que, por una especie de consenso técito, no se admite la posi Diidaé que sean sometidas a juicio. Junto a ells hay algu- pas menos arraigadas, y otras que finalmente son ocasions Tes: son ideas de una época, de un tiempo, de un periodo, y ‘que conjuntamente conforman una red muy complicada. Si Fhcigramos un andlisis espectral de nuestro sistema de ideas escubririamos que en las éltesintelectuales hay un conjun- to de eas sistemticas, aprendidas académicamente, exami nnables haste sus ultimas consecuencias, que consttuyen el fustento intelectual de ess dies pero que no provocan adhe- fon o rechazo. Al lado de ellas hay un vasto caudal de ideas Wividas,asumides, operantes. que son para el historiador un tema apationante y, ademds, excusable "Ne podriamos trazat ahora un evadro completo de lo que se ha hecho despuss de Voltaire. Piénsese apenas en el Discur to sobre ls cienclasy lz artes, de Rousseau, 0 e) Exquema de tar euadro histOrico de los progresos del espirtu humano. de ‘Condoreet, 0 en tantas obras del siglo XIx, come £1 porvenir de la ciencia, de Renan, obras en las que se intente taer 2a {uz el eonjunto de ideas que subyace en la vida colectiva Lo hecho es mucho, y hay ya forma parte del andlisis histé co cotrente; ha implicado un singular enriquecimiento del ‘campo dela historia Fue en el siglo XVit cuando comenzé el interés por el arte Antiguo. estimulado por ejemplo por los descubrimientos de Pompeys y Hereulano. Por entonces escribe Winckelmann la Historia del arte entre lo antiguas, en la que por primera ver se empieza a ordenar aguello que se conocia de la creacién fstetice antigua. Algo similar ocurre con Tirabosehi, autor de le primera historia de la literatura Esto comienza a provocat tune singular dicotomnia en el campo de Ia historia. Hasta el ‘Siglo Xvi ésta se habia limitado alos hechos politicos, como Jos habian contado Tito Livio 0 Técto, los cronistas medie- vales y aun Maguiavelo o Guicciardini. En el siglo XV sin Corpora todo el campo de ta ereacin humane: la historia de Jas artes, de la literatura, dela flosofia y, en general del pen samiento, Y también aquello que descubre Voltaire: la histo de it ideas dfusss, de ls costumbres. A partir de enton tes hay dos campos en el andlsis de Ia historia: I tradicional historia politic y la neva historia dela ereacion, pero diva {ados entre sf, repidos por sus propias leyes,presentados en Capvtules aparte. Hay que legar al fin del siglo XDx para que sartezca el deseo de incorporate] nuevo mundo dels cultura sys conoeldo y tradicional de la historia politica. Entonees, ine rabazones que se desevbren dan resultados sensacionales ty pronto se convierten en conceptos, como el de “e silo de Pericles” o "el Renacimiento" , que resultan de poner en con facto fenémenos politicos bien conocidos —la democracie Sfeniense 0 las signorestalianas~ con hechos artistic sua frente bien conocidos: es Pericles quien encomienda a Fidias Itemplo. de Atenes 0 quien estimula el teatro ateniense as crucles signori son a la vez mecenas de los artistas mis sonocidos. ‘Se uataba de una fusién superficial y tles conceptos re sulteron pronto insostenibles. unque sigan igiendo nuestra soncepeign de 1a historia. En los dlkimos trinta 0 cuenta Shot se ha hecho un esfuer20 inmenso para robustecer plazando el sistema original de motivaciones por otro iera- ional, que toca con lo carismético y que culmina cuando casi exprosamente— son retiradas de la discusién.jAqui. come en el caso del tabii del incesto, la irracionalidad y la fucrea de Ia actitud alcanzan su grado maximo. 2. Mundo burgueés y mentalidad burguesa El segundo concepto biisico con que nos manejaremos, cl de mentalidad burguesa y, previamente, mundo burgués. también exige algunas precisiones preliminares, teniendo en ‘venta no s6lo las connotaciones tan diversas con que se usa corrientemente el término burgués sino también algunos pro- Flemas bisicos de periodizacin histérica. Si partimos de fa 18 José Laie Romero fnocién general de que 1 mundo burgués es el drea geografi ‘ca de Europa (y quizi del mundo europeizado),tal como s “va configurando desde la evolucién burguesa dei siglo XI. no, ‘s56lo modificamos la-nocién tradicional de Edad Media sic’ -que suprimimos'el hiato del-Reniacimiento ¥ establecemos 12 «Comtinvidad-de-un ptoceso, desde el siglo XI haste la Revolu: Gin Industrial del Xvi con ciertos ajustes, hasta nuestros! “aias.*He aqui, sucintamente planteado, e] marco temporal de nuestro estudio. Seiialemos en primer lugar las principales etapa del desa- srolio del mundo burgués. El Imperio Romano haba sido un ‘typico mundo urbano. montado sobre un conjunto de ciuds- des, y toda su estructura econémica, social y politica estaba fundada sobre la dependencia del mundo rural respecto de Jos centros urbanos. El mecanismo de ls romanizacién consis- tid en construir, con soldados 0 veteranos convertidos en colonos, centros urbanes donde se imitabs ls vida de Js me- ‘r6pali y se moléeaban las opiniones. Con las invasiones ger rmiinicas este mundo se quiebra. Las ciudades se convierten ‘en puntos pelizrosos y la gente comienza a dispersarse, En el curso de Ios siglos las ciudades se utrvinaron’ unas fueron devastadas, otras reducidas deliberadamente, a] amurailarse tun estrecho recinta interno, y la gente se dispersd. A la in- versa de lo que ocurre en nuestro mundo contemporineo, un éxodo urbane implicé ls creacién —0 mejor recreacion- de un mundo rural, que adquiere finalmente un principio de organizacién econémica, social y politics en lo que llama: ‘mos el régimen feudal. En este mundo rural subsisten Jos ves- tigios de antiguas ciudades, sedes de condes 0 arzobispos, ‘transformadas en enclaves amuraliados, junto a jos cuales surgen otros similares: el castillo del seiiorio, la abadia 0 el monasterio, Europa Occidental era, hacia e} siglo X v X1, un ‘mundo rural con un conjunto de recintos amurallados entre Jos cuales las ciudades hab(an perdido sus atributas funcions- les especiticos, ‘~ EifGiglo x1 constituye una cesura fundamental pues, sin perjuicio de que subsista el mundo ruralShari empezado & SUI {bir las cittdades. E1 éxodo rural, el desarrollo demogrifico, Ii ‘studio de a memtidad burguess 9 reactivacion mercantil y el apoyo frecuente de os poderes existentes, todo hace que entre los sielos{XIV'se funder |iGmUMETab les zeiudades Algunas surgen ‘prembditadTmeTieY "Por lr GECiSM™pOUti’de un seior que la autorza opr ‘mueve, o de tin grupo dF burgueses que se nstala en algo que? pafoce tierra de nadie (Otras surgen espontneamente, 0 el ado de un rio, en ui cruce de camino’. Otras cece ale? ak series y otras, finalmente, son antiguas? adas y repobladas? Por uno v otro camino, fen dos silos Europa Occidental volvid a ser, mucho mis que en le époce romans, un mundo de ciudades. ‘Era tambidn un mundo de burguetesPobl ests cvdades) ‘white que adopt6 un.sénero.dé.vida.dstnto.deltraicional?” Cad ndoné los éampos, dejo la gleba,dej6 de serait ‘colons. 5 acogié za ciudad y se transforinb de prosto en ung hombre del burgh Burgie® Desde que acepts esa nueva situacién, casi fisiea, la alteracién en Tas condiciones de su vida fue fan sustancial que merece ser designado con vz nom bre especial. RGAUIETE Hberades =e, movimiento, de"matr ‘mi Por eMaruTor ques GANTT ‘Surgueses de"cads cifdad NDesaroll actividades AURVaS COD Aigicio, servicios,-profesiones.JEt résinen Ge iberiades las condiciones gara que gan” UmTGe You capacidadgpane? ‘defarotar la riquezat una ‘riqueed ia.¥ no raiz, como ef caraceristico de los sehores. Todo eso aparece muy ripi? jdamente en las chidades y cualquiera de elas, hacia el sgio™ "Xi, tiene ya definidos todos esos elementos. Las chidades crecen sostenidamente hasta el siglo Xn", ‘cuando acaba el boom demogrifico, y luego Ia mayoria deci ra. Una ciudad como Colonia construye en ese lapso cuatro ‘muros y llega a abarcar unas 400 hectéreas, Este muro sélo se ‘erridé en 1885, de modo que entre laculminacion del ere mmiento inicial y’ el momento en que egan fos efectos de Ia Revolueién Indusirial, Cofonia, como buena parte de las ci daces europeas, no gener ningin suburbio © -Esraquell primera etapa, el mundo burgués no era com, pacto, no cubria grandes areas. Era estrictamente un mundo} ‘irbano, un mundo de civdades que se comunicaban entre a sox Las Romero ‘por encima de las relaciones que cada ciudad tenia con su , Tepid, y también cone! Sra politica en que estas inseta ‘Algunis veces ea elacioes a institvlonaizara? como en i Hansa germinica, pero aun sn esta istitucroalizacin la vida de los negocios y de la cultura, la vida infelectual, sé ‘maniiestaentones por unos conducts extras PO" 108 que ta gente va de una ciudad a otal Son la aun mat y 58 sucuates, son los puerts de importacién y exports on Tos predicadores que patan de un monasteri a oy ean una eidena./Hay una innumerable cantidad de vines quel, trean un encadenamiento en fa vida urbana y qd® CONS {yen el mundo urbang en ung suerte de superestructura. Sobre 1a tase de le extabiidad morecina, dl cardeter © pao, el mundo rurl'el mando urban se convierte ¢ el pols txeador, ene! cenizo de los cambios y tuansformaciones! “Todo eso Ie da a la ciudad un papel hegeménic® indiscuti- do: en cierto sentido, toga fa eultura moderna & cultura ‘de cldades.!| EL pape activo y creador se manifesta en ts expansion ceuropes det siglo XV y XVI, Esl mundo burgués¥uzbano el ‘qe colonize América, Fandango ciudades cn su Btopio mo- ‘iio. eh mim ayomamienn 9, hes pose, va iam ‘a, etablece colonia oTacorias en Afric ia India. Esta Curiost repeicén, cuya manifetaciin simbali® son los rombresrepeidos doen eas fodas las chudades AME cca; pero donde no hay nombres esti el intento d¢ repetir la sstictura con todos Tos elementos. Porque ta ciudad era vista como lo activo, la civilzacion, el fermento OPerativO, apt precsarente para difundr las formas de vids ¥ 15 eas que Is burguesia habia venido elaborando. De e8¢ modo, Goa, Hong Kong o México son Europa, sin penvieio de que funcionen mecanismos de aculsuracion y erasudeclrtas formas de la mentalidad china o aateea, Con la exPansin im pili y colonials del glo XX la influencis det mundo burgues, nacido en Europa Occidental, se extiend® por (odo el mundo, excepto en algunas pocas insulas de resistencia cul- tural y solo en I segunda muted de nuestro siglo Se destro Tan movimiento como 1 Revoluctin Cultural china que Esto dob neta urguest a pregunta se desarrollo teenolico modern requet inde- fectblemente de os supuestos dela cultura occidental, que ‘sla cultura de la burgue Sia creaion de un mundo urbanointerado por uns red de cludades puede ser consierada Ia primera gran creacién sl mundo bargués, juno con ella se encuente la elaboracin 4e un modelo de eolacion entre exe mundo rbano y al mun- Ao rural. La rovolcion burguss det siglo XI cred el primer modelo de un mundo urbano impostado sobre uno rural, Yoluntaviaments, pota mandar sobre, diigo, neutralize fo y someterlo/Est articulacisn entre los dos mundos se manifiesta, de ditintas maneras, en todos los nivees, seria Innposble rei a una simple formula, Sila miramos des- dele perspectiva de las mentalidedes, podria exprsarse como Ja relacign entre la mentalidad urbana y progresista fas mentaliddes rurale, que sulen ser adicionalises. AgUt tsconde el problems, vigente hoy, de la oposiesén entre la deecha y elprogressm. En Europa todaslasideologiasde de- tocha apelan, en lima instancia. alos modos de vila ya igs sistemas de ideas propio dels reas rurale a concep- cin pateralsa y seo a iea de una sociedad dual, de ‘amainns yaar Ta ea. dn. eae ie eee magnanimo, porque ls cosas abundan para €l. St se 2m Zan fos elementos que ceiteradamente constituyen Ia menta- lidad de derecha, todos corresponden al pate, al modelo ieolegico propio de las clases rrales, a una remota y at da perpetuacion del poer sforial Los mods del proge- sismo, en toda sus formas ~moderados,radicale, socal, tas~, todos son hijos dela mentaldad urbana. Es la mental dad de un grupo que, desde que se consituye,aprende a vive, proyectando y no vegstando. A diferencia de los habit “del mundo i "es la que tansformalawidaten-un proyect. iagen dinimica de a realidad? En rigor, fodo el mundo urbano puede ser Visto como una’ 1 reacién, mejor una invencion: como forma ‘structure social, como concepeidn dela vida, Todo To que ‘ocurre en Ia ciudad esd enomtado sobre un piacipio de sols 2 José Las Romero ‘icacién, antinatural: desde el pavimento de las calles ls pos bilidad de encerrarse entre evatro paredes o, mas en general, la voluntad-de un grupo de vivir de upa certs manera dentro de ose recinto por él creado. Perolo especifico de la inven: .ci6n burguesa no es ciudad fisia, gimilar a la ciudad anti, "gua, sino fel tipo de pensamiento que informa la creacibn-y Vue, juego, se crea en la ciudad! Es un pensamiento proyecti vo,"de raie judeocrstiana y diferente del clisic, griego 0 romano. Probablemente las sociedades basadas en la explo tacién de esclavos tengan una cierta incapacidad para pensar cn cambiar la realidad: por ejemplo las religiones clisicas soslayan © toman poco en cuenta el problema del destino después de la muerte, el epicurefsmo domina el pensamiento tico mientras que los pensadores politicos o los historado: res tlenen tendencias a inclu el davenir en Vsiones ciclics, en las que los procesos,lleados a un certo punto, recomien- zan, Frente a esta concepcin, que informa la vida dela civ dad y la sociedad antigua, las religiones orientale, salvacio nists, que fuerzan Ia trascendencia, siempre fueron minor tarias. Lo propio del burgués es gozar de fa vida, aleanzar It sloria y la fortuna,'como el romano, pero modificando todo €! orden social ~pues a propia ereacion de la ciudad es una treacion artifcis~,alterando las formas de convivencia legango a modifcar los objetivos de! hombre. En ese sent do, Ja mentalidad burguesa sacs su esquema progresista de Ja Hines dinimica de la tradiién biblicscristiana, en donde hay proyeccin de le vida hacia algo, peo Te da ua funds smentacion distinta, ‘Asi como él mundo urbano constituye una malls trama- dda perg sutil, separada del mundo rural, la mentalidad bur uesa ermaneci6 inicialmente aislada, sin contaminar ni 4 los campesinos ni a las clases seflorales, Pero progresiva- mente fue avanzando. En el siglo XV Moligre muestra en EI burgués gentilhombre ol contraste entre un burgués que aspira a sor un sefor y un mundo de aistbcratas que sienten ‘gran desprecio por él pero que respetan su dinero: el valor dinero compite con el valor nobleza,y ese tema es largamen: ‘te desarollado por el teatso del siglo xvi: Beaumarchais Esto de In mentaida buzzes: 2 Goldoni, Marivaux. Progresivimente las viejas clases aisto- criticas te aburguesan yen 1830 Francia tiene un “rey bute fués”, Pero en el siglo XIX, y sobre todo en el XX, la menta> lidad burguess conquista las clases populares que, por si: vbicaciGn en Is estructura social yeconémica, no. debe- rian compartir esa mentalidad. Me atrev a decir que la men talidaé burguesa, en este mundo burgués, ha terminado por ser la mentalided universal. ‘Sin embargo, & lo largo de este desarrollo, a mentalidad bvrguess ha estado siempre hostigada, primeio por Js mens talidad serial, nostagica y srstocratzante, y luego por ef

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