Esta presentación se enfoca en la película Barroco (1988), que puede considerarse uno
de los intentos más arriesgados de Leduc en cuanto a experimentación formal, no sólo
porque lleva al límite tácticas como el descentramiento narrativo, la proliferación de
imágenes y la supresión total de los diálogos, sino porque todas ellas fueron usadas en la
adaptación de la novela Concierto Barroco , del cubano Alejo Carpentier, que es tenida
como una joya de la literatura latinoamericana, tanto por su perfección formal, como
por el modo en que exalta la identidad cultural, lo propiamente americano.
CLIP
Mi propuesta es que el diálogo intertextual entre Barroco (la película) y Concierto
Barroco (la novela de Carpentier) apunta a la recuperación de la identidad cultural
latinoamericana mestiza que yace tras el entramado textual de la novela. La película no
se limita a reproducir esta identidad, sino que, mediante la transformación de la trama,
las fuentes intertextuales y las estrategias barrocas sobre las cuales se construye la
novela, la amplía, en términos de diversidad y alcance en el tiempo, y la plantea como
un proceso de simbiosis que continúa realizándose en el presente.
En un gesto radical que enfatiza la diferencia entre el material del cine y la literatura,
Leduc opta por renunciar a las palabras habladas y traduce la proliferación de
significantes sobre la cual se soporta Concierto Barroco , en una acumulación de
unidades cinematográficas cerradas, cuya superficie se satura por los detalles en el
sonido, el vestuario y la perfecta composición de la imagen. Un ejemplo es la aparición,
a lo largo de la película, de numerosas escenas de danzas indígenas. La música y el
vestuario cambian cada vez, dando la impresión de diferencia y de importancia
individual, pero después de varias escenas comenzamos a percibirlas como algo
redundante. El sentido que queda tras la repetición, que nunca se realiza sobre escenas
de música europea, es la idea de un pasado prehispánico rico en tradiciones y
expresiones culturales y la primacía, en esta versión americana de la historia, de la voz
indígena sobre la europea.
Aunque exista un desorden parcial, en Concierto Barroco las palabras se dirigen hacia
una trama articulada. En cambio, en la película de Leduc, las unidades cinematográficas
se suceden sin lógica, pero a pesar de esto, su contundencia simbólica nos permite llegar
al sentido velado de su acumulación. Los primeros grupos de imágenes, que muestran la
llegada de los españoles y sus intentos por desvalorizar y modificar la música autóctona,
nos muestran la opresión de los indígenas y africanos por parte de los españoles. En una
segunda etapa, se evidencia la irrupción de los oprimidos en los espacios geográficos
europeos y una alteración del orden y sentido de sus tradiciones, la ópera se vuelve salsa
y el baile de salón carnaval. Y al final, en instantáneas más actuales donde todos gozan
de la música cubana, vemos una armonización entre todas las culturas, y un cierto
olvido del pasado colonial. Este estatus final coincide con la novela, pero Leduc no lo
encarna en una figura negra de Jazz como lo hiciera Carpentier, sino que lo abre en dos
escenas: una de salsa popular, baile, descomplicación en el vestir y alegría grupal. Otra
de música disco de influencia americana, de luz opaca, vestuario y maquillaje
sofisticado y una cantante solitaria que canta con rigidez y tristeza. Así, Leduc pasa de
la identidad única que se privilegia en la novela – lo africano emancipado y adaptado
dentro de la modernidad – a una cultura latinoamericana heterogénea, nutrida de fuentes
diversas, que se acerca de la misma manera a la alegría de la tradición popular, que a la
desolación que se ha asociado con lo postmoderno.
Lúdica intertextual
La otra intervención importante de Leduc sobre el nivel superficial Concierto Barroco ,
se hace a nivel de los referentes textuales, de los cuales se conservan muy pocos en la
película. Los personajes, situaciones y ubicación temporal de la novela, también se
disuelven, de modo que la identificación entre ambos textos es posible en escasos
puntos. Al desacomodar las piezas, Leduc lleva al límite la elasticidad del sentido de la
novela y nos muestra que, a pesar de cambiar los detalles de la superficie, el sentido
hondo del contrapunteo cultural entre Europa y América sigue estando allí.
En Barroco las citas de autores europeos y de otras partes del mundo, que quizás no
conocemos, también deben ser descifradas a través de los sentidos. Aunque no
comprendamos de dónde viene cada baile o quién interpreta las canciones, una vez nos
dejamos llevar por la belleza de la música y la danza, por los contrastes entre sonidos y
colores, entendemos que cada estampa musical viene de una tradición diferente, y
podemos percibir cuándo reciben influencia de otras tradiciones. La música indígena, al
principio de la película, adquiere sabor europeo cuando un muchacho en su atuendo
tradicional, sentado en la selva, toca una canción popular mexicana de influencia
española en un violín blanco. Y en dirección contraria, lo europeo se americaniza, en
una de las escenas más significativas de la película, cuando, al son de la obertura de la
ópera El Barbero de Sevilla, negros y mestizos irrumpen en un salón de baile europeo
tocando percusión y bailando, convirtiendo la rígida fiesta en carnaval y la ópera en una
canción de salsa tocada por la famosa orquesta los Van Van. Esta pieza musical juega un
papel importante en la transición de lo europeo a lo americano, porque aunque la
seguimos asociando con la música culta europea, podemos identificar en ella gestos
cómicos y lúdicos cercanos al carnaval. Es un texto con grietas, apto para ser
transformado, no a través de la violencia como lo hiciera España con América, sino a
través del gozo. La salsa no anula la obertura, sino que la renueva y le da la posibilidad
de insertarse en nuevos espacios y de producir relaciones humanas más armónicas.
El filme de Leduc también incorpora textos de la música popular como Pablo Milanés,
Silvio Rodríguez, o la canción “Son de la loma”, los cuales, en contraste con la música
culta, son próximos al espectador común y se reconocen como auténticamente
latinoamericanos. Alteraciones como esta ya no son simples gestos lúdicos en relación
con la novela, sino que intervienen directamente sobre su significado, extendiendo la
identidad cultural que Carpentier limitó a amo y criado, hacia la gente común, y
abriendo un espacio a las voces revolucionarias más contemporáneas, que no tienen
cabida dentro del marco temporal de la novela.
En cuanto a las citas hechas por Carpentier, la única que se conserva película es la
alusión a Vivaldi y su ópera Montezuma . La razón, desde mi punto de vista, es su alto
contenido simbólico, Vivaldi como representante clave del barroco fundador y esta
ópera en particular por encarnar la visión europea sobre la historia americana, mexicana
particularmente, la cual se revierte tanto en la novela como en la película. También se
mantienen ciertos cuadros de la novela, como el acompañamiento de la orquesta barroca
por parte de Filomeno con una batería de ollas y cucharas, y la transformación del baile
en carnaval, por ser a partir de ellos donde se materializa la irrupción del barroco
carnavalesco latinoamericano dentro de la rigidez europea, o en otros términos la
contraconquista cultural de lo europeo. En Barroco , sin embargo, la interacción cultural
no se da necesariamente como contraconquista. Mientras Carpentier deja al negro
Filomeno oyendo Jazz en Europa, beneficiándose de la cultura europea en su propio
territorio y a su vez influenciándola con su vitalidad americana – réplica invertida de la
conquista española – Leduc se lleva a todos, blancos, negros y mestizos de todas las
épocas y geografías, a bailar salsa en Varadero. Los ubica de nuevo en el lugar de la
conquista española y los muestra a todos conviviendo en la armonía de la fusión
cultural. Los personajes aparecen limitados por el presente gozoso de esa viñeta,
ambientada por las chicas del tropicana que parecen salidas de un cartel publicitario.
Desde esa nueva armonía festiva, la historia de dominación de blancos sobre negros e
indígenas y las raíces del mestizaje parecen disolverse, pero comienzan a vislumbrarse
nuevas tensiones, más allá de la raza y el territorio, relacionadas con la irreflexividad
sobre el pasado, la superficialidad de los medios masivos y la objetificación del sujeto.
Carpentier, Alejo. Concierto Barroco . Edición electrónica Librodot. Primera edición 1974.
http://www.librodot.com/searchresult_author.php?authorName=C
—–. La novela latinoamericana en vísperas de un Nuevo siglo y otros ensayos. Madrid: Siglo XXI , 1981
Degli-Espost i, Cristina. “The neo-baroque scopic regime of Peter Greenaway”s encyclopedic cinema”. Cinefocus . On European
cinemas, European societies . 4 ( 1996 ) : 34 – 45.
—–. Ensayos generales sobre el barroco . México: Fondo de Cultura económica, 1987.
Stam, Robert. “ Beyond Fidelity : The Dialogics of Adaptation . ” Film Adaptation . Ed . James Naremore. New Jersey : Routledge,
2000. 54-78.