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Evans Dylan Diccionario Introductorio de Psicoanaacutelisis Lacaniano PDF
Evans Dylan Diccionario Introductorio de Psicoanaacutelisis Lacaniano PDF
DICCIONARIO
INTRODUCTORIO
DE PSICOANÁLISIS
LACANIANO
Paidós
Buenos Aíres- Barcelona- México
Título originaL An Introdu.ctory Dietionary of Lacanian Psychof3nalysis
Routledge, London and New York
© 19906 Dylan Evans
ISBN 0-415-13523·0
ISBN 978_950_12.732.3_6
r. Titulo 1. Psicoanálisis-Diccionario
Re.ervado, todos las d.n>ci>o•. Queda rigurosamente p<oh;bJda, .in la autorización escrita de lo, titulares del copyright,
bajola, ,ancionesestablecidas .n las l.y•• , la ,..producdón pardal <) total de e.ta ah,. PO" ou.a!<¡uier n>edio• procedi-
miento. ;nduidos la ,..progra8a y ellratam;ento infornlático.
lSBN,978-950-12-7323·6
ÍNDICE
Índice de figuras . 9
Presentación . 11
Prefacio . 13
Reconocimientos . 21
Cronología . 23
Bibliografía . 201
Figura 5. Esquema L . 80
Se puede sostener que Jacques Lacan es el más original e influyente pensador psicoanalí-
tico desde Freud. Sus ideas han revolucionado la práctica clínica del psicoanálisis, y siguen
teniendo un importante impacto en campos tan diversos como la critica cinematográfica y li-
teraria, la teoría feminista y la filosofía. Los escritos de Lacan son notorios por su compleji-
dad y su estilo idiosincrásico; en consecuencia, este diccionario es de inestimable valor en to-
das las disciplinas en las que se hace sentir la influencia lacaniana.
Aquí se proporcionan definiciones detalladas de unos doscientos términos lacanianos. Se
presta atención al empleo por Lacan de voces psicoanalíticas comunes, y también a su propia
tenninología, desarrollada a lo largo de las diversas etapas de su enseñanza. El diccionario to-
ma plenamente en cuenta la base clínica de la obra de Lacan, y detalla el trasfondo histórico
e institucional de sus ideas. Cada uno de los conceptos principales es rastreado hasta sus orí-
genes en textos de Freud, geussure, Hegel y otros autores.
Este libro constituye una fuente única de referencia para los psicoanalistas en formación
y en ejercicio. Puesto que ubica las ideas de Lacan en su contexto clínico, es también un com-
pañero ideal para los lectores de otras disciplinas.
Dylan Evans se formó como psicoanalista iacaniano en Buenos Aires, Londres y París. Es
catedrático de estudios pslcoanelüicos en la Universidad de Brunel, y realiza su práctica pri-
vada en Londres.
•
•
PREFACIO
Las teorías psicoanalíticas son lenguajes para discutir el tratamiento psicoanalítico. Hoy
en día hay muchos de estos lenguajes, cada uno con su léxico y sintaxis particular. El hecho
de que estos lenguajes tengan muchos términos en común, heredados de Freud, puede dar la
impresión de que en realidad son dialectos de un mismo idioma. Pero esta impresión es erró-
nea. Cada teoría psicoanalítica articula esos términos de un modo singular, y además introdu-
ce términos propios, de modo que constituye un lenguaje único, en última instancia intradu-
cible. Uno de los más importantes lenguajes psicoanalíticos en uso en la actualidad es el
desarrollado por el psicoanalista francés Jacques Lacan (1901·1981). Este diccionario inten-
ta explorar y dilucidar ese idioma, que a menudo ha sido acusado de ser exasperante por su
oscuridad y, a veces, de constituir un sistema "psicótico" totalmente incomprensible. Esta os-
curidad ha sido incluso vista como deliberadamente destinada a reservar el discurso lacania-
no como propiedad exclusiva de una pequeña elite intelectual, y protegerlo de la crítica exter-
na. Si de esto se tratara, nuestro diccionario se mueve en la dirección contraria, e intenta abrir
el discurso lacaniano a un escrutinio más amplio y a una empresa crítica.
El diccionario es un modo ideal de explorar un idioma, puesto que tiene estructura de
idioma; es un sistema sincrónico en el cual los términos carecen de existencia positiva, puesto
que cada uno es definido por sus diferencias con los otros; es una estructura cerrada, autorre-
ferencíal, en la cual el significado no está totalmente presente en ningún lado, sino siempre
pospuesto en una metonimia continua; define cada término con referencia a otros términos, y
de tal modo le niega al lector novicio cualquier punto de entrada (y, para remitirnos a una fór-
mula lacaniana, si no hay ningún punto de entrada no puede haber relación sexual).
Muchos otros autores han advertido el valor que tiene un diccionario como herramienta
para explorar la teoría psicoanalftica. El ejemplo más famoso es el clásico Diccionario de psi-
coanálisis de Laplanche y Pontalis (1967). Está también el diccionario breve de Rycroft
(1968), que es sumamente legible. Además de estas dos obras que se concentran principal-
mente en Freud, hay otras que abordan el psicoanálisis kIeiniano (Hinshelwood, 1989), el psi-
coanálisis junguíano (Samuels y otros, 1986), y de psicoanálisis y feminismo (Wright, 1992).
En esa lista, los diccionarios lacenianos se destacan por su ausencia. No porque no exis-
tan; de hecho, hay algunos en francés que tratan extensamente de los términos lacanianos
(Chemama, 1993; Kaufmann, 1994), incluso con un enfoque humorístico (Saínt-Dróme,
1994). Pero ninguno de ellos ha sido aún traducido al inglés, y por lo tanto el estudioso de
Lacan de lengua inglesa no cuenta con un instrumento útil de referencia. Los diccionarios de
Laplanche y Pontalís (1967) y de Wright (1992) incluyen artículos sobre algunos términos la-
canianos, pero no muchos. En algunas publicaciones en inglés han aparecido glosarios que
Prefacio
tang, 1986), pero tratan sólo de unos pocos términos, con notas extremadamente breves. En
consecuencia, este diccionario apunta a llenar una laguna obvia en el material de referencia
en psicoanálisis.
Si bien muchos estudiosos han advertido el valor del diccionario como herramienta para
explorar los lenguajes psicoanalíticos, no todos han tenido una plena conciencia de los peli-
gros involucrados. Un importante peligro consiste en que, al subrayar la estructura sincrónica
del lenguaje, el diccionario puede oscurecer la dimensión diacrónica. Todos los idiomas, in-
cluso los lliunados, por otro nombre, "teorías psicoanalfticas", están en un continuo estado de
flujo, puesto que cambian con el uso. Al pasar por alto esta dimensión, el diccionario puede
crear la impresión errónea de que los idiomas son entidades fijas invariables.
Este diccionario trata de evitar dicho peligro, incorporando información etimológica cuan-
do resulte apropiado, y proporcionando algunas indicaciones sobre la evolución del discurso
de Lacan a lo largo de su enseñanza. El compromiso de Lacan con la teoría psicoanalítica se
prolongó durante cincuenta años, y no puede sorprender que su discurso haya sufrido cam-
bios importantes en ese lapso. Sin embargo, esos cambios no son siempre bien comprendidos.
En términos generales, hay dos modos principales de interpretarlos mal. Por un lado, algunos
comentadores presentan el desarrollo del pensamiento lacaniano en términos de "rupturas
epistemológicas" dramáticas y súbitas; por ejemplo, a veces se señala el año 1953 como mo-
mento de un "giro lingüístico" radicalmente nuevo. Por otra parte, algunos autores pasan al
otro extremo, y presentan la obra de Lacan como un relato único que se despliega sin cam-
bios de dirección, Cómo si todos los conceptos hubieran sido dados desde el principio.
Al examinar los cambios sufridos por los diversos términos del discurso de Lacan en el
curso de su obra, yo he intentado evitar ambos errores. Tengo la esperanza de cuestionar los
relatos simplistas sobre rupturas epistemológicas, demostrando que esos cambios fueron a
menudo graduales y vacilantes. Un punto importante que esos relatos ignoran es que cuando
los términos lacanianos adquieren nuevos significados, nunca pierden los antiguos; este voca-
bulario teórico avanza por acrecentamiento, y no por mutación. Por otro lado, al señalar los
cambios y pasajes semánticos espero contrarrestar la ilusión de que todos los conceptos laca-
nianos han estado allí desde siempre (ilusión condenada por el propio Lacan: Lacan, 1966c,
67). De este modo tiene que ser posible apreciar los elementos que permanecen constantes en
esta enseñanza, y también los que cambian y evolucionan.
Las entradas de este diccionario abarcan unos doscientos términos empleados por Lacan
en el curso de su obra. Se podrían haber incluido muchos más, y el principal criterio de selec-
ción ha sido la frecuencia de aparición. Por lo tanto, el lector encontrará entradas destinadas
a términos tales como "simbólico", "neurosis", y otros análogos que ocupan un lugar promi-
nente en la obra de Lacan, pero no expresiones como "holofrase", que el propio Lacan sólo
examina en tres o cuatro oportunidades.
Además de estos términos de uso frecuente, hemos incluido unos pocos que Lacan no em-
pleó nunca o casi nunca. En este grupo hay expresiones (por ejemplo, "psicoanálisis kIeinia-
no") que sirven para proporcionar un contexto histórico y teórico a las voces propiamente la-
canianas, y también entradas que reúnen conjuntos importantes de temas relacionados en la
obra de este pensador, los cuales de otro modo quedarían distribuidos entre distintas entradas
(por ejemplo, "diferencia sexual").
Además de los criterios de frecuencia de aparición e información contextual, esta selec-
ción refleja también, inevitablemente, mi propio modo de leer a Lacan. Otro autor, con una
interpretación diferente de Lacan, sin duda habría realizado una selección distinta. No preten-
Pretactc
do que la lectura implícita en mi propia selección sea la única o la mejor. Es una lectura de
Lacan entre las muchas posibles, tan parcial y selectiva como cualquier otra.
La parcialidad y las limitaciones de este diccionario no sólo tienen que ver con la cuestión
de la selección de los términos, sino también con la de las fuentes. El diccionario no se basa
en la obra completa de Lacen, que aún no ha sido publicada en su totalidad, sino sólo en una
selección de sus trabajos (sobre todo los publicados, más algunos inéditos). Este basamento
casi exclusivo en el material publicado significa que han quedado brechas inevitables. No
obstante, como el mismo Lacan lo ha señalado, "la condición de cualquier lectura es, desde
luego, que se impone límites a sí misma" (520, 62).
De modo que la meta no ha sido presentar una obra de tanto aliento y tan detallada como
el diccionario clásico de Laplanche y Pontalis, sino sólo un amplio bosquejo de los términos
más destacados del discurso lacaniano; de allí el adjetivo "introductorio" de nuestro título.
Quizás en el futuro produzcamos una ec1ición más amplia y detallada, basada en la obra com-
pleta de Lacan, pero el hecho de que actualmente no haya ningún diccionario en inglés del
pensamiento lacaniano constituye tal vez una justificación suficiente para publicar nuestro li-
bro en su estado presente, incompleto y rudimentario. Se podría prensar que este diccionario
es una resistencia, según la definición lacaniana de la resistencia como "el estado presente de
una interpretación" (52, 228).
Otra limitación autoimpuesta ha sido la decisión de apelar a un mínimo de referencias a
fuentes secundarias. El lector encontrará pocas alusiones a los comentadores y herederos in-
telectuales de Lacan. Excluir referencias a la obra de los analistas lacanianos de la actualidad
no representa una omisión tan grave como podría parecerlo, puesto que los trabajos de esos
analistas son casi exclusivamente comentarios sobre Lacan, y no desarrollos radicalmente
originales (la obra de Jacques-Alain Miller constituye una excepción notable). Esta situación
es totalmente distinta en lo que concierne al pensamiento de Melanie K1ein, que ha sido de-
sarrollado de modos muy originales por seguidores como Paula Heimann, Wilfred Bien, 00-
nald Meltzer y otros.
Sin embargo, excluir referencias a las obras de los críticos más radicales de Lacan, como
Jacques Derrida, Hélene Cixous y Luce Irigaray, o a quienes han aplicadolos conceptos laca-
nianos en el campo de la crítica literaria y la teoría del cine, podría parecer una omisión más
notoria. Para ella hay dos razones principales. En primer lugar, en el mundo de habla inglesa
se olvida a menudo que la obra de Lacan se propone primero y sobre todo proporcionar ayu-
da a los analistas para conducir la cura. Al excluir las referencias a la aplicación de las ideas
de Lacan en la crítica literaria, la teoría cinematográfica y la teoría feminista, espero subrayar
ese hecho, y de tal modo contrarrestar la desatención que sufre la base clínica de Lacan entre
sus lectores de lengua inglesa. En segundo lugar, quiero también alentar al lector a abordar
directamente al propio Lacan, en los términos de Lacan, sin entrar en el debate a favor o en
contra de él con prejuicios inducidos por las referencias a sus admiradores o críticos. Pero
hay algunas excepciones a esta regla de omisión, en los casos en que la polémica en tomo a
un término particular ha parecido tan importante que dejar de remitir a ella habría sido enga-
ñoso (por ejemplo, "falo", "mirada").
Mi decisión de hacer hincapié en la base clínica de la obra de Lacan no tiene la intención
de excluir a los no-analistas y hacer que no se ocupen de este pensador. Por el contrario, el
diccionario no está sólo destinado a los psicoanalistas, sino también a los lectores que enca-
ran la obra de Lacan desde otras disciplinas. El propio Lacan alentó activamente el debate en-
tre psicoanalistas y filósofos, lingüistas, matemáticos,antropólogosy otros estudiosos; hoy en
Prefacio
día existe un interés creciente por el psicoanálisis {acaciano en muchas otras áreas, sobre to-
do en la crítica de películas, la teoría feminista y la crítica literaria. Quienes se han formado
en estas disciplinas pueden encontrar dificultades especialmente grandes en la lectura de La-
can, debido a su falta de familiaridad con la dinámica del tratamiento psicoanalítico. Subra-
yando la base dínica de la obra de Lacan espero situar los términos en su contexto propio, y
de tal modo hacerlos más daros para los lectores que no son psicoanalistas. Creo que esto es
también importante para los lectores que quieren utilizar las ideas de Lacan en otras áreas, co-
mo por ejemplo la teoría cultural.
Otro problema posible del lector que no tiene formación psicoanalüíca es su falta de co-
nocimiento de la tradición freudiana, en cuyo seno trabajaba Lacan. Este diccionario encara
esa cuestión presentando en muchos casos un breve resumen del empleo freudiano de los tér-
minos, antes de perfilar el uso específicamente lacaniano. Debido a su brevedad, esos resú-
menes corren el riesgo de simplificar en exceso conceptos que en sí mismos son complejos, y
sin duda les parecerán un tanto rudimentarios a quienes conozcan la obra de Freud. Sin em-
bargo, espero que sean útiles para quienes no tienen esa ventaja.
La gama de lectores a los que apuntamos es amplia, y por lo tanto un problema ha sido el
de decidir el nivel de complejidad adecuado para las entradas. La solución intentada fue ubi-
car las distintas entradas en diferentes niveles. Hay un núcleo básico de entradas con un nivel
bajo de complejidad; entre ellas se cuentan las correspondientes a los términos fundamenta-
les del discurso de Lacan (por ejemplo, "psicoanálisis", "estadio del espejo", "lenguaje").
Otras entradas bosquejan el contexto histórico de la evolución de estos términos (por ejem-
plo, "Freud, retomo a", "International Psycho-Analytical Association", "escuela", "semina-
rio", "psicología del yo"). En su desarrollo, estos artículos remiten al lector a términos más
complejos, ubicados en un nivel más alto, que el principiante no puede esperar que captará de
inmediato. Confío en que así se ayude al lector a encontrar algún tipo de dirección en la na-
vegación por el diccionario. Sin embargo, el libro no es una "introducción a Lacan"; ya exis-
ten muchas obras introductorias a Lacan en inglés (por ejemplo Benvenuto y Kennedy, 1986;
Bowie, 1991; Grosz, 1990; Lemaire, 1970; Sarup, 1992), Yentre ellas hay algunas excelentes
(por ejemplo Zizek, 1991; Leader, 1995). Este diccionario es más bien un libro introductorio
de referencia, una guía a la que el lector puede remitirse para responder a preguntas específi-
cas o seguir una línea particular de indagación. No tiene la intención dc reemplazar la lectura
de Lacan, sino acompañarla. Por tal razón, a lo largo de toda la obra, proporcionamos nume-
rosos números de páginas, para que el lector pueda volver a los textos originales y ubicar ca-
da remisión en su contexto.
Otro problema tiene que ver con la traducción. Distintos traductores han utilizado diferen-
tes palabras para verter al inglés la terminología de Lacan.· Por ejemplo, Alan Sheridan y
John Porrester traducen la oposición lacaniana entre sens y signification como "meaning" y
"signification", mientras que Stuart Schneiderman prefiere "sense" y "meaning", respectiva.
mente. Para Anthony Wilden, ''parole'' es "word", mientras que Sheridan emplea "speech".
En todos los casos yo he seguido el uso de Sheridan, sobre la base de que sus traducciones de
los Écrits y de El Seminario, Libro Xl, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis
• A lo largodellíbro conservamos las observacionesdel autor sobre la traducciónal inglés, aun cuando no sean
pertinentespara la versión castellana,porque, a su manera.esas puntualiucioncs idiomáticascontribuyena enrique-
cer la comprensión de los conceptos. Por otro lado. hemosdesglosadoalgunasentradas para no arrastrar al castellano
ambigüedades innecesarias.[T.I
Prefacio
son todavía los principales textos en los que se puede leer a Lacan en inglés. Para evitar las
posibles confusiones, acompañamos nuestra traducción con los términos franceses utilizados
por Lacan. Asimismo he seguido la práctica de Sheridan de dejar ciertos términos sin tradu-
cir, también en este caso sobre la base de que así se han acuñado esas palabras en el discurso
lacaniano en inglés (aunque personalmente estoy de acuerdo con las criticas de Forrester a di-
cha práctica; véase Forrester, 1990, 99-101).
Pero difiero de Sheridan en mi decisión de dejar los símbolos algebraicos en su forma ori-
ginal. Por ejemplo, conservo los símbolos A y a, en lugar de traducirlos como O y 0, que es
lo que hace Sheridan. Éste es el modo común de proceder en las traducciones de Lacan a
otros idiomas (por ejemplo el castellano y el portugués), pero además el propio Lacan prefe-
ría que sus "letritas" quedaran sin traducir. Por otra parte, según ha surgido con claridad en
los diversos congresos internacionales de psicoanálisis lacaniano, es muy útil que los analis-
tas con diferentes lenguas maternas tengan algunos símbolos básicos en común, que faciliten
sus discusiones.
Con respecto a las palabras inglesas que vierten los términos alemanes de Freud, he adop-
tado en general las empleadas por James Strachey en la Standard Edition, con la excepción
(ahora común) de volcar 'Trieb" como "dríve" (pulsión) y no como "instinct" (instinto).
Otro problema, más grave, es la paradoja implícita en el acto mismo de redactar un dic-
cionario de términos lacanianos. Por lo común, los diccionarios intentan atribuir un significa-
do o significados a cada término, y erradicar la ambigüedad. Pero el impulso general del dis-
curso lacaniano tiende a subvertir cualquier intento de ese tipo que pretenda detener el
deslizamiento continuo de! significado bajo el significante. Derrida dice que el estilo de La-
can, notorio por su dificultad y complejidad, tenía la finalidad deliberada de "controlar casi
permanentemente cualquier acceso a un contenido aislable, a un significado inequívoco, de-
terminable más allá de la escritura" (Derrida, 1975, 420). Tratar de proporcionar "definicio-
nes adecuadas" de los términos de Lacan iría entonces totalmente a contrapelo de la obra de
este pensador, como lo observa Alan Sheridan en su nota de traductor de los Écrits (Sheridan,
1977, vii). En el breve glosario de términos lacanianos que aparece en la misma nota del tra-
ductor, Sheridan señala que e! propio Lacan prefería que ciertos términos no fueran comenta-
dos en absoluto, "sobre la base de que cualquier comentario perjudicaría su operación efecti-
va" (Sheridan, 1977, vil). En estos casos, Lacan prefiere dejar que "e! propio lector desarrolle
una apreciaci6n de los conceptos en e! curso de su uso" (Sheridan, 1977, xi).
Sobre la base de estas ideas se diría que, contrariando mi afirmación inicial en cuanto a
que un diccionario es un modo ideal de explorar la obra de Lacan, nada podría estar más le-
jos del espíritu de esa obra que encerrarla en un diccionario. Quizá sea así. Es sin duda cierto
que nadie aprendió nunca un idioma leyendo un diccionario. No obstante, yo no he tratado de
proporcionar una o varias "definiciones adecuadas" de cada término, sino simplemente de
evocar parte de su complejidad, demostrar algo de su cambio en el curso del trabajo de La-
can, y proporcionar alguna indicaci6n sobre la arquitectura general del discurso lacaniano.
Como las entradas están dispuestas por orden alfabético, y no organizadas en una construc-
ción particular, el lector puede empezar por donde quiera, y remitirse a los propios textos de
Lacan, o bien dejarse guiar por las referencias cruzadas a otros términos del diccionario, o
ambas cosas. De este modo, cada lector encontrará su propio camino a través de! libro, así co-
mo cada uno, según lo ha dicho el propio Lacan, es conducido por su deseo de saber.
DYLAN EvAJ.'ls
Londres, junio de 1995
,
E Jacques Lacan, Écrits. A SelecrioTl, trad. de Atan Sheridan, Londres, Tavistock Publica-
tíons, 1977 (véase el Apéndice).
Ec Jacques Lacan, Écnts, París, Senil, 1966 (véase el Apéndice).
SI Jacques Lacan, The Seminar. Book l. Freud:s Papers on Technique, 1953-54, trad. con
notas de John Porrester, Nueva York, Norton; Cambridge, Cambridge University Press,
1988.
S2 Jacques Lacan, The Seminar. Book 11. The Ego in. Freud:s Theory and in the Techníque
of Psychoanalysis, 1954-55, trad. de Sylvana Tomaselli, notas de John Porrester, Nue-
va York, Norton: Cambridge, Cambridge University Press, 1988.
S3 Jacques Lacan, The Seminar. Book Ill. The Psycnoses, 1955-56, trad. de Russell Grigg,
notas de Russell Grigg, Londres, Routledge, 1993.
54 Jacques Lacan, Le Séminaire. Lívre N. La reíaiíon d'objet, 1956-57, est. por Jacques-
Alaín Miller, París, Seuil, 1994.
57 Jacques Lacen, The Seminar. Book Vl1. The Ethics of Psychoanalysis, 1959-69. trad. de
Dennis Porter, notas de Dermis Porter, Londres, Routledge, 1992.
S8 Jacques Lacan, Le Séminaire. Livre Vl1I. Le transfert, 1960-61, esto por Jacques-A1ain
Miller, París, Seuil, 1991.
SIl Jacques Lacan, The Seminar. Book Xl. The Four Fundamental Concepts of Psychoa-
nalysis, 1964, trad. de Alan Sherídan, Londres, Hogarth Press and Institure of Psycho-
Analysis. 1977.
SI? Jacques Lacan, Le Séminaire. Livre XVII. L'envers de la psychanalyse, 1969-70, esto
por Jacques-Alain Miller, París, Seuil, 1991.
520 Jacques Lacan, Le Sémtnaíre. Livre XX. Encare, 1972-73, est. por Jacques-Alain Miller,
París, Seuil, 1975.
19
,
Guia para el empleo del diccionario
RECONOCIMIENTOS
Debo agradecer a la Cambridge University Press y a Norton sus autorizaciones para tomar
una figura y reproducir fragmentos de las traducciones al inglés de El Seminario. Libro 1
(trad. de John Forrester, con notas de John Porrester, Cambridge Unlversity Press, 1987) y de
El Seminario. Libro 2 (trad. de Sylvana Tomaselli, notas de John Forrester, Cambridge Uni-
versity Press, 1988).
Agradezco a Norton la autorización para reproducir figuras y citar fragmentos de las si-
guientes publicaciones, todas de Jaeques Lacen: tcrits: A Setectíon (trad. de Atan Sheridan,
Nueva York, Norton, 1977); Écrits, París, Seuil, 1966; Le Séminaire. Livre N, La reíauon
d'objet (est. por Jacques-Alain Miller, París, Seuil, 1994); Le Séminaire, Livre XVII. L'envers
dE la psychanaiyse (est por Iacques-Alain Miller, París, Seuil, 1991); Le Séminaire, Livre
XX. Encare (est. por Jacques-Alain Miller, París, Seuil, 1975).
Vaya mi agradecimiento a todos los que me ayudaron de diversas maneras en la produc-
ción de este diccionario. Julia Borossa, Christine Bousfield, Vincent Dachy, Alisan Hall, Eric
Harper, Michele Julien, Michael Kennedy, Richard Klein, Darian Leader, David Macey, Atan
Rowan, Gerry Sullivan, Fernando S. Teixeira Filho y Luke Thurston leyeron partes del origi-
nal y sugirieron algunos perfeccionamientos, como también lo hizo un lector anónimo de
Routledge. Innecesario es decir que es mía la responsabilidad por cualquier error. Agradezco
especialmente a Luke Thurston por su redacción del artículo sobre el sintnome. Edwina Wc1-
ham y Patricia Stankiewicz, de Routledge, supervisaron la transición entre el original tipiado
y el libro impreso.
Sólo resta agradecer a mi asociada, Marcela Olmedo, por su paciente apoyo durante la es-
critura de este diccionario, y por su ayuda con las ilustraciones.
T
CRONOLOGÍA
1901 Jacques-Maríe Émile Lacan nace en 1932 Lacan publica su tesis de doctorado
París ell3 de abril, como primogéni- (Sobre la psicosis paranoica en sus
to de Alfred Lacan y Émilie Baudry. relaciones con la personalidad) yen-
1903 Nace Madeleine, hermana de Lacan vía un ejemplar a Freud, quien acusa
(el 25 de diciembre). recibo con una tarjeta postal.
1908 Nace Marc-Francois, hermano de La- 1933 Se publican dos artículos de Lacan
can (el 25 de diciembre). en el periódico surrealista Mínotaure.
1910 Freud funda la International Psycho- Alexandre Kojeve comienza a dar
Analytical Association (IPA). conferencias sobre la Fenomenología
1919 Lacan termina su educación secunda- del espíritu de Hegel, en la École des
ria en el Coltege Stanislas. Hautes Études. Lacan asiste regular-
1921 Lacan es exceptuado del servicio mi- mente a esas conferencias durante los
litar por falta de peso. En los años si- años siguientes.
guientes estudia medicina en París. 1934 Lacan, que ya estaba en análisis con
1926 En la Revue Neuroíogique aparece la Rudolph Loewenstein, se une a la
primera publicación, en colabora- spp como miembro candidato. Se ca-
cién, de Lacan. Se funda la Société sa en enero con Marie-Louise Blon-
Psychanalytique de París (SPP). din, quien da a luz a Caroline, primer
1927 Lacan inicia su formación clínica en vástago de la pareja, ese mismo mes.
psiquiatría. 1935 Marc-Prancoíse Lacan es ordenado
1928 Lacan estudia bajo la dirección de sacerdote.
Gaetan Ganan de Clérambaulr, en la 1936 Lacan presenta su artículo sobre el
enfermería especial para los insanos, estadio del espejo en el XIV Congre-
agregada a la Préfecture policial. so de la IPA, realizado en Marienbad
1929 Marc-Prancoíse, el hermano de La- el 3 de agosto. Inicia su práctica pri-
can, ingresa en la Orden de San Be- vada como psicoanalista.
nito. 1938 Lacan pasa a ser miembro pleno de
1930 Lacan publica su primer artículo co- la SPP, y en la Encyclopédie Fran-
mo autor único en Annales Médico- faise se publica su artículo sobre la
Psychologiques. familia. Después de la anexión de
1931 Lacan se interesa cada vez más en el Austria por Hitler, Freud abandona
surrealismo y conoce a Salvador Dalf. Viena para instalarse en Londres. En
23
Cronologfa
el viaje pasa por París, pero Lacan cian a la SPP para fundar la Société
decide no asistir a la pequeña reunión Francaise de Psychanalyse (SFP}. Po-
organizada en honor de Freud. co después, también Lacan renuncia a
1939 En agosto nace Thibaut, el segundo la SPP y se une a la SFP. Abre el en-
hijo de Lacan y Marie-Louise. El 23 cuentro inaugural de esta última el 8
de septiembre muere Freud en Lon- de junio, pronunciando una conferen-
dres, a la edad de ochenta y tres años. cia sobre "Lo simbólico, Lo imaginario
Después de la invasión de Francia y Lo real". La IPA le informa porcar-
por Hitler, la SPP deja de funcionar. ta que su carácter de miembro a esa
Durante la guerra, Lacan trabaja en institución ha caducado, como conse-
un hospital militar de París. cuencia de su renuncia a la SPP. En
1940 Nace en agosto Sibylle, tercer vásta- septiembre, Lacan asiste al XVI Con-
go de Lacan y Marie-Loulse. greso de Psicoanalistas de Lenguas
1941 Sylvia Bataille, ex esposa de Georges Romances, en Roma; el ensayo que
Bataille, da a luz a Judith. Aunque escribe para esa oportunidad ('"Fun-
Judith es hija de Lacan, recibe el apeo cíen y campo de la palabra y el len-
Ilido Bataille porque él está todavía guaje en psicoanálisis") es demasiado
casado con Marie-Louise. Marie- largo para ser leído en voz alta, de
Louíse pide el divorcio. modo que se distribuye entre los par-
1945 Después de la liberación de Francia, ticipantes del congreso. En noviem-
se reanudan los encuentros de la SPP. bre Lacan inicia su primer seminario
Lacan viaja a Inglaterra, donde pasa público en el Hópital Saínte-Anne.
cinco semanas estudiando la situa- Estos seminarios, que continuarán du-
ción de la psiquiatría en los años de rante veintisiete años, pronto se con-
guerra. Se anuncia formalmente su vierten en la principal plataforma de
separación de Marie-Louise. la enseñanza de Lacan.
1947 Lacan publica un informe sobre su 1954 La IPA rechaza la solicitud de afilia-
visita a Inglaterra. ción de SFP. En una carta a Daniel
1949 Lacan presenta otro ensayo sobre el Lagache, Heinz Hartmann le confía
estadio del espejo en el XVI Congre- que la presencia de Lacan en la SFP
so de la IPA en Zurich, el 17 de julio. es la principal razón de ese rechazo.
1951 Lacan comienza a conducir semína- 1956 La SFP renueva su pedido de afilia-
rios semanales en el departamento de ción a la IPA, que es rechazado otra
Sylvia Bataille, en 3 rue de Lille. En vez. De nuevo Lacan parece ser el
ese momento Lacan es vicepresiden- principal obstáculo.
te de la SPP. Está realizando sesiones 1959 La SFP vuelve a solicitar su afiliación
de tratamiento de duración variable, a la IPA; esta vez la IPA crea una co-
y la comisión de instrucción sobre la misión para evaluar esa solicitud.
SPP le exige que regularice su prácti- 1961 La comisión de la IPA llega a París a
ca. Lacan promete hacerlo, pero con- fin de entrevistar a miembros de la
tinúa con sesiones de distinta dura- SFP y producir un informe, en virtud
ción. del cual se rechaza la solicitud de afi-
1953 Lacan se casa con Sylvia Bataille y liación de la SFP como sociedad
pasa a ser presidente de la SPP. En miembro, y se le otorga en cambio el
junio, Daniel Lagache, Juliette Favez- status de "grupo de estudio" mientras
Boutonier y Prancoise Dolto renun- continúa la investigación.
Cronologla
1963 La comisión de la IPA realiza más 1968 Lacan expresa su simpatía con las
entrevistas cun miembros de la SFP protestas estudiantiles de mayo. Los
y produce otro informe, en el cual re- seguidores de Lacan crean un depar-
comienda que se le otorgue a la SFP tamento de psicología en la Universi-
la afiliación como sociedad miem- dad de Vincennes (París VlIl) y
bro, con la condición de que Lacan y abren sus puertas en diciembre, en
otros dos profesionales sean exclui- medio de las constantes manifesta-
dos de la lista de analistas didacras. ciones estudiantiles.
El informe también estipula que se 1969 El seminario público de Lacan pasa a
debe cancelar para siempre la actíví- la Faculté de Droit.
dad de Lacan como didacta y que a 1973 Éditions du Seuil publica una trans-
los analistas en formación se les debe cripción compilada del seminario de
prohibir la asistencia al seminario de Lacan de 1964 (Los cuatros concep-
aquél. Más tarde, Lacan dirá que ésta tos fundamentales del psicoanálisis);
fue su "excomunión". Él renuncia éste es el primero de los seminarios
entonces a la SFP. de Lacan que se publica.
1964 En enero, Latan lleva su seminario 1975 Lacan visita Estados Unidos, donde
público a la École Normale Supé- da conferencias en la Yale Univer-
rieure, y en junio funda su propia or- sity y en el Massachusetts Institute
ganización, la École Freudiennc de or Technology, y se encuentra con
Paris (EFP). Noam Chomsky.
1965 Se disuelve la SFP. 1980 Después de furibundas disputas inter-
1966 Con el título de Écrits se publica una nas en la EFP, Latan la disuelve y
selección de los ensayos de Lacan. crea en su lugar la Cause freudienne.
Lacan presenta un trabajo en un con- Asiste a un congreso internacional de
greso realizado en la Johns Hopkins analistas lacanianos en Caracas.
Universiry, de Baltimore. 1981 Es disuelta la Canse freudienne, y se
1967 Lacan propone que la EFP adopte un crea en su reemplazo la École de la
nuevo procedimiento, denominado Cause freudienne. Lacan muere eu
"pase", en el cual los miembros pue- París el 9 de septiembre, a la edad de
den atestiguar el final de su análisis. ochenta años.
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DICCIONARIO
INTRODUCTORIO
~
DE PSICOANALISIS
LACANIANO
A
Aot'
da que revela una "sordera" momentánea a la les como actos verdaderos que expresan una in-
palabra del analizante. Como ilustración, Lacen tención. aunque inconsciente, y asumir esa in-
se remite a un historial descrito por el psicólo- tención como propia. Ni el ACTING OUT ni el PA-
go del yo Emst Kris (Kris, 1951). Lacan sostie- SAJE AL ACTO son verdaderos actos, puesto que
ne que la interpretación formulada por Kris era en tales acciones el sujeto no asume la respon-
exacta en un nivel, pero no iba al corazón del sabilidad por su deseo.
asunto, y por ello provocó un acting out: des- La ética del psicoanálisis también le prescri-
pués de la sesión, el analízanre fue a comer al- be al analista que asuma la responsabilidad de
gunos "sesos frescos" en un restaurante cerca- sus actos, es decir, de sus intervenciones en la
no. Esta acción, dice Lacan, era un mensaje cura. En esas intervenciones, el analista debe ser
cifrado dirigido al analista, indicativo de que la guiado por un deseo apropiado, que Lacen lla-
interpretación no había logrado tocar el aspecto ma el deseo del analista. Una intervención sólo
más esencial del síntoma del paciente (Lacan, puede ser considerada un verdadero acto analíti-
1962-3, seminario del 23 de enero de 1963; co cuando logra expresar el deseo del analista,
véase E, 238-9, YSI, 59-61). es decir, cuando ayuda al analizante a acercarse
Lacan dedicó varias clases de su seminario al [m del análisis. Lacan dedicó un afio de su se-
de 1962-3 a establecer una distinción entre el minario a examinar la naturaleza de! acto psi-
actíng out y el PASAJE AL ACTO. coanalítico (Lacan, 1967-8).
Como hemos dicho, un acto fallido es exi-
toso desde el punto de vista del inconsciente.
ACTO (ACTE, AC1) No obstante, este éxito es sólo parcial. porque
el deseo inconsciente se expresa en una forma
Lacan traza una distinción entre la simple distorsionada. Se sigue que, cuando es asumido
"conducta", que es propia de todos los anima- completa y conscientemente, "el suicidio es el
les, y los "actos", que son simbólicos y sólo único acto completamente exitoso" (Lacan,
pueden atribuirse a sujetos humanos (511, 50). 1967a, 66-7), puesto que entonces expresa to-
Una cualidad fundamental del acto es que al ac- talmente una ii!~(j~e.s_~Q
tor se lo puede hacer responsable de él; el con- consciente e inconscienre.ila asunción cons-
cepto de acto es por lo tanto un concepto ético ciente de la pulsión de muerte inconsciente (por
(véase ÉTICA). otro lado, un intento suicida súbito e impulsivo
No obstante, el concepto psicoanalítico de no es un verdadero acto sino probablemente un
la responsabilidad es muy distinto del concepto pasaje al acto). En el pensamiento de Lacan, la
legal. Esto se debe a que el concepto de respon- pulslón de muerte está estrechamente vinculada
sabilidad está vinculado a toda la cuestión de la al dominio ético (véase el ejemplo de Bmpédo-
intencionalidad, que en psicoanálisis se compli- eles, E, 104, Yla discusión Iacaníana de Antígo-
ca por el descubrimiento de que, además de sus na en 57, cap. 21).
planes conscientes, el sujeto tiene también in-
tendones inconscientes. En consecuencia, es
posible que alguien realice un acto que preten- ADAPTACIÓN (¡-lJ)APTATION,
de que es no-intencional, pero que e! análisis ADAPTATIONj
revela como expresión de un deseo inconscien-
te. Freud denominó a estos actos "parapraxias" El concepto de adaptación es biológico
o "actos fallidos" (acte manqué); sin embargo, (véase aroiconj, se supone que los organismos
sólo son "fallidos" desde el punto de vista de la son impulsados a adaptarse al ambiente. La
intención consciente, puesto que por otra parte adaptación implica una relación armoniosa en-
logran expresar un deseo inconsciente (véase tre ellnnenwelt (mundo interno) y el Umwelt
Preud, 190Ib). Mientras que en derecho, por (mundo circundante).
ejemplo, una persona no puede ser considerada La PSICOLOGÍA DEL YO aplica este concepto
culpable de asesinato a menos que se demues- biológico al psicoanálisis; explica los síntomas
tre que el acto fue intencional; en la cura psi- neuróticos en términos de conducta inadaptada
coanalítica el sujeto es enfrentado con el deber (por ejemplo, utilizar mecanismos de defensa
ético de asumir su responsabilidad incluso por arcaicos en contextos en los que ya no son
los deseos inconscientes expresados en sus ac- apropiados), y sostiene que la meta de trata-
ciones (véase ALMA BELLA). Tiene que recono- miento psicoanalítico es ayudar al paciente a
cer incluso acciones aparentemente accidenta- adaptarse a la realidad.
30
r:
Afecto
Desde sus primeros textos de la década de tor de conformismo. Lo considera una traición
1930, Lacan se opuso a cualquier intento de ex- completa al psicoanálisis, que a su juicio es
plicar los fenómenos humanos en términos de una práctica esencialmente subversiva.
adaptación (véase Lacan, 1938, 24; Ec, 158; Lacan considera significativo que el tema
Ec, 171-2). Éste es un tema constante de su de la adaptación haya sido desarrollado por psi-
obra; en 1955, por ejemplo, afirmó que "la di- coanalistas europeos que emigraron a Estados
mensión descubiena por el análisis es lo opues- Unidos a fines de la década de 1930; estos ana-
to a cualquier cosa que progrese mediante la listas sintieron no sólo que ellos mismos tenían
adaptación" (52, 86). Adopta este modo de ver que adaptarse a la vida en América sino tam-
por varias razones; bién que debían adaptar el psicoanálisis a los
1. El énfasis en la función adaptativa del yo gustos norteamericanos (E, 115).
pasa por alto su función alienante, y se basa en
una concepción simplista y no cuestionada de
"la realidad", La realidad no es una cosa simple, AFÁNISIS (APHANISIS, APHANISIS)
objetiva, a la que el yo tiene que adaptarse, sino
en sí misma un producto de las ficticias repre- El significado literal de esta palabra griega
sentaciones erróneas y proyecciones del yo, Por es "desaparición". Fue introducida en psicoaná-
lo tanto, "no se trata de adaptarse a ella [a la lisis por Emesr Iones, quien la utilizó para de-
realidad] sino de mostrarle [al yo] que está de- signar "la desaparici6n del deseo sexual" (Jo-
masiado bien adaptado, puesto que ayuda en la nes, 1927). Para Jones, el miedo a la afánisis
construcción de la realidad misma" (E, 236). La existe en ambos sexos, y da origen al complejo
tarea del psicoanálisis consiste más bien en sub- de castración en los varones, y a la envidia del
vertir la sensación ilusoria de adaptación, pues- pene en las niñas.
to que ella bloquea el acceso al inconsciente. Lacen retoma el término de Jones, pero
2. Plantear la adaptación como meta del tra- modificándolo sustancialmente. Para Lecan, la
tamiento equivale a convertir al analista en ár- afánisis no significa la desaparición del deseo
bitro de la adaptación del paciente. La "relación sino la desaparición del sujeto (véase Sil,
con la realidad" del propio analista "queda so- 208). La afánisis del sujeto es su desvaneci-
brentendida" (E, 230); se supone de modo auto- miento o desdibujamiento gradual, su división
mático que el analista está mejor adaptado que fundamental (véase ESCISiÓN), que instituye la
el paciente. Esto convierte inevitablemente al dialéctica del deseo (véase Sil, 221). La desa-
psicoanálisis en un ejercicio de poder, en el parici6n del deseo no es el motivo del miedo;
cual el analista impone su propia concepción lejos de ello, constituye precisamente aquello a
particular de la realidad; esto no es psicoanáli- lo que el neur6tico apunta; el neurótico trata de
sis sino SUGESTIÓN. escudarse ante su deseo, de hacerlo a un lado
3. La idea de la armonía entre organismo y (S8,271).
ambiente, implícita en el concepto de adapta- Lacan emplea también otro término, "fa-
ción, es inaplicable a los seres humanos, por- ding", de un modo que lo hace sinónimo de
que la inscripción del hombre en el orden sim- afénisis. La palabra "fading", que Lacan em-
bólico lo desnaturaliza y significa que, "en el plea directamente en inglés, se refiere a la desa-
hombre, la relación imaginaria [con la naturale- parición del sujeto en el proceso de la aliena-
za] se ha desviado", Mientras que "todas las ci6n. Este término es empleado por Lacan
máquinas animales están estrictamente rema- cuando describe los MATEMAS de la pulsi6n y el
chadas a las condiciones del ambiente externo" fantasma: el sujeto sufre un ''fading'' o "desa-
(S2, 322), en el ser humano existe "una cierta parece" ante la demanda y ante el objeto, como
hiancia biológica" (S2, 323; véase mANetA). lo indica el hecho de que en esos maternas el
Cualquier intento de recobrar la armonía con la sujeto aparece barrado (tachado).
naturaleza pasa por alto el esencialmente exce-
sivo potencial de la pu!sión resumido en la pul-
sión de muerte. Los seres humanos son esen- AFECTO (AFFECT, AFFECn
cialmente inadaptados.
Lacan sostiene que el énfasis de la psicolo- En la obra de Freud, el término "afecto"
gía del yo en la adaptación del paciente a la aparece en oposición al término "idea". La opo-
realidad reduce el psicnanállsis a la condición sición entre lo afectivo y lo intelectual es uno
de un instrumento de control social y produc- de los temas más antiguos de la filosofía, y se
31
Agresividad
abrió camino en el vocabulario de Freud a tra- concebidos en términos de afectos (por ejemplo
vés de la psicología alemana. la transferencia) tienen que repensarse en los
No obstante, para Lacan, dicha oposición términos dc su estructura simbólica, para que el
no es válida en el campo psicoanalítico, sino analista pueda dirigir la cura de modo correcto.
"una de las más contrarias a la experiencia ana- Segundo, los afectos son señuelos que pue-
lítica, y sumamente no-iluminadora cuando se den engañar al analista, y por lo tanto éste tie-
trata de entenderla" (S 1, 274). ne que precaverse para no caer en esa trampa.
De modo que, en respuesta a quienes acu- Esto no significa que deba hacer caso omiso de
san a Lacan de ser en exceso intelectual y des- sus sentimientos respecto del paciente, sino
cuidar el papel del afecto, puede señalarse que sencillamente que ha de saber usarlos de modo
esa critica se basa en 10 que Lacan considera adecuado (véase CONTRATRANSFERENClA).
una oposición falsa (él también sostuvo que el Finalmente, se sigue que la meta de la cura
hecho de que se le atribuyera una intelectuali- psicoanalítica no es revivir experiencias pasa-
zación excesiva era a menudo una excusa para das, ni tampoco la abreaccién del afecto, sino la
el pensamiento chapucero: véase E, 171). La articulación en palabras de la verdad sobre el
cura psicoanalftlca se basa en el orden simbóli- deseo.
co, que trasciende la oposición entre afecto e Otro término del discurso de Lacan, rela-
intelecto. La experiencia psicoanalítica "No es cionado con "afecto" pero distinto de él, es la
la de un besuqueo y galanteo afectivos" (SI, palabra "pasión". Lacan habla de las "tres pa-
51), pero tampoco un asunto intelectual; "no siones fundamentales"; el amor, el odio y la ig-
estamos tratando aquí con una dimensión inte- norancia (SI, 271); hay aquí una referencia al
lectual" (SI, 274). El psicoanalista lacaniano pensamiento budista (E, 94). Estas pasiones no
debe darse cuenta de los modos en que tanto son fenómenos imaginarios, sino que están si-
"el besuqueo y galanteo afectivos" como la in- tuadas en los puntos de conjunción entre los
telectualizeción pueden ser resistencias al análi- tres órdenes.
sis, señuelos imaginarios del yo. La angustia es
el único afecto que no engaña.
Lacan se opone a los analistas que toman el AGRESIVIDAD (AGRESSIVITÉ,
reino afectivo como primario, pues éste no es AGGRESSIVITY)
un ámbito separado y opuesto al intelectual;
"Lo afectivo no es como una densidad especial La agresividad es una de las cuestiones
que escaparía a una consideración intelectual. centrales que Lacan aborda en sus ensayos del
No se 10 encuentra en un mítico más allá de la período que va entre 1936 y principios de la dé-
producción del símbolo que precedería a la for- cada de 1950. Lo primero que debe señalarse es
mulación discursiva" (SI, 57). No obstante, re- que él traza una distinción entre la agresividad
chaza las acusaciones de descuidar el papel del y la agresión; esta última se refiere sólo a los
afecto, señalando el hecho de que dedicó preci- actos violentos, mientras que la primera es una
samente todo un año del seminario al examen relación fundamental que no sólo subtiende ta-
de la angustia (Lacan, 1973a, 38). les actos sino también muchos otros fenómenos
Lacan no propone una teoría general de los (véase SI, 177). Lacan sostiene que la agresivi-
afectos sino que sólo los aborda en la medida dad está tan presente en actos aparentemente
en que inciden en la cura psicoanalítica. Insiste afectuosos como en actos violentos; "subtiende
en la relación del afecto con el orden simbólico; la actividad del filántropo, el idealista, el peda-
afecto significa que el sujeto es afectado por su gogo e incluso el reformador" (E, 7). Al adop-
relación con el Otro. Sostiene que los afectos no tar esta postura, Lacan simplemente vuelve a
son significantes sino señales (S7, 102-3), y enunciar el concepto freudiano de ambivalencia
subraya la posición de Freud en cuanto a que la (interdependencia del amor y el odio), que él
represión no pesa sobre el afecto (que sólo pue- considera uno de los descubrimientos funda-
de ser transformado o desplazado) sino sobre el mentales del psicoanálisis.
representante ideacional (que, en los términos Lacan ubica a la agresividad en la relación
de Lacan, es el significante) (Ec, 714). dual entre el yo y el semejante. En el ESTADtO
Los comentarios dc Lacan sobre el concep- DEL ESPEJO el infante ve su reflejo en el espejo
to de afecto tienen consecuencias importantes como una totalidad, en contraste con la falta de
para la clínica. Primero, todos los conceptos coordinación del cuerpo real: este contraste es
que en psicoanálisis han sido tradicionalmente experimentado como una tensión agresiva entre
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ardurcts ou sojoqurjs SOl anb .repJOJ;}J ;}IUII¡Jod -en¡U:;IJ1) eun., aod epmradtucoe aras 'u¡s1\uue [a
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UllJej rod sopesn SOJl1Uq;}ílIB scqoqtujs SO'1 -!íl]l!p PCP!A¡S;;u<Je eisa "UAPUjJ'::lU epU::ll::lJsUej¡
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°
I! Jqa6 lV
~
T
Alienación
.
n = el falo real
= el falo simbólico (fi mayúscula)
to Iacaniano de la alienación difiere mucho del
de la tradición hegeliana y marxista (como lo
34
T
Amo
Después de lograr la victoria, el amo pone m'e/re,520, 33). No obstante, este intento' siem-
al esclavo a trabajar para él. El esclavo trabaja pre fracasa porque el significante amo nunca
transformando la naturaleza para que el amo puede representar al sujeto completamente;
pueda consumirla y disfrutarla. Pero la victoria siempre hay algún excedente que escapa a la
no es tan absoluta como 10 parece; la relación representación.
entre el amo y el esclavo es dialéctica, porque
lleva a la negación de sus respectivas posicio-
nes. Por un lado, el reconocimiento logrado por AMOR (AMOUR. LOVE)
el amo es insatisfactorio, ya que no es otro
hombre quien se 10 otorga, sino sólo un escla- Lacan sostiene que es imposible decir nada
vo, que para el amo es sólo una cosa o un ani- significativo o sensato sobre el amor (S8. 57).
mal; por 10 tanto, "el hombre que se comporta Por cierto, en cuanto uno comienza a hablar so-
como un Amo nunca estera satisfecho" (Koje- bre el amor, desciende a la imbecilidad (S20,
ve, 1947,20), Por otro lado, el esclavo es par- 17). Puesto que esto es 10 que él piensa, podría
cialmente compensado de su derrota por el he- parecer sorprendente que el propio Lacan dedi-
cho de que, trabajando, se eleva por sobre la que gran parte de su seminario precisamente a
naturaleza al transformarla en algo distinto de hablar del amor. Pero se limita a mostrar lo que
lo que era. En el proceso de cambiar el mundo, hace el analizante en la cura psicoanalúica.
el esclavo se cambia a sí mismo y se convierte pues "lo único que hacemos en el discurso ana-
en el autor de su propio destino, a diferencia lítico es hablar sobre el amor" (S20, 77).
del amo, que sólo cambia a través de la media- El amor surge en la cura como un efecto de
ción del trabajo del esclavo. El progreso histó- la TRANSFERENCtA, y el problema de cómo una
rico es entonces "el producto del esclavo que situación artificial puede producir ese efecto ha
trabaja y no del Amo belicoso" (Kojeve, 1947, fascinado a Lacan a lo largo de toda su obra.
pág. 52). El desenlace de la dialéctica es en Esta relación entre el amor y la transferencia
consecuencia paradójico. El amo termina en -dice- constituye una prueba del papel esencial
una "impasse existencial" insatisfactoria, mien- del artificio en todo amor. Lacan pone también
tras que el esclavo conserva la posibilidad de un gran énfasis en la conexión úuima entre el
lograr la verdadera satisfacción por medio de la amor y la AGREStVIDAD; la presencia de uno ne-
"superación dialéctica" de su esclavitud. ccsariamente implica la presencia de la otra.
Lacan se vale de la dialética del amo y del Este fenómeno, que Freud denomina "ambiva-
esclavo para ilustrar una amplia gama de pun- lencia", es considerado por Lacen uno de los
tos. Por ejemplo, la lucha por puro prestigio grandes descubrimientos del psicoanálisis.
ejemplifica la naturaleza intersubjetiva del de- El amor es situado por Lacan como un fe-
seo, en la cual lo importante para el deseo esser nómeno puramente imaginario, aunque tiene
reconocido por un otro. La lucha a muerte.tam- efectos en el orden simbólico (uno de ellos es
bién ilustra la AGREStÓN inherente a la relación producir "una verdadera retracción de lo sim-
dual entre el yo y el semejante (E, 142). Ade- bólico"; SI, pág. 142). El amor es autoeróticc y
más, el esclavo que resignadamente "aguarda la tiene una estructura fundamentalmente narcisis-
muerte del amo" (E, 99) ofrece una buena ana- ta (SIl, 186), puesto que "es al propio yo al
logía del neurótico obsesivo, que se caracteriza que uno ama en el amor, el propio yo hecho
por la vacilación y la posposición (véase SI, real en el nivel imaginario" (SI, 142; véase
286). NARCtStSMO). La naturaleza imaginaria del amor
Lacan recoge también la dialéctica del amo lleva a Lacan a oponerse a todos los analistas
y del esclavo en su teorización del DISCURSO del que (como Balint) postulan el amor como un
amo. En la formulación g<; este discurso, el ideal en el tratamiento eS7, 8; véase GENITAL).
amo es el significante amo (Sy, que pone a tra- El amor involucra una reciprocidad imagi-
bajar al esclavo (S2)..Paraque produzca. un.ex-. naria, ya que "amar es, esencialmente, desear
cedente o plusvalía {a)'lde la que el primero ser amado" (Sil, 253). Es esta reciprocidad en-
puede apropiarse. El significante amo es. lo qu.~ tre "amar" y "ser amado" 10 que constituye la
representa a un sujeto para todos los otros sig- ilusión del amor, y esto es lo que 10 distingue
nificantes; el discurso del amo es entonces un del orden de las pulsiones, en el cual no hay re-
iruento de tctalización (por 10 cual Lacan vin- ciprocidad, sino sólo pura actividad (SIl, 200).
cula ese discurso a la filosofía y la ontología, El amor es un fantasma ilusorio de fusión
jugando con la homofonía entre maure y con el amado, fantasma que sustituye la ausen-
36
r
Análisis didáctico
cía de cualquier RELACIÓN SEXUAL (520, 44); sis) y forma/ion (projessional training, FüRMk
esto resulta especialmente claro en el concepto CION DE LOS ANALISTAS).
asexual del amor cortés (520, 65). Cuando Lacan comenzó su formación como
El amor es engañoso; "Como espejismo es- analista, en la década de 1930, era una práctica
pecular, el amor es esencialmente engaño" ya establecida en la Intemational Psycho-
(S 11, 268). Es engañoso porque supone dar lo Analytical Associarion (IPA) que se diferencia-
que uno no tiene (es decir, el falo); amar es ra el "análisis terapéutico" del "análisis didácti-
"dar lo que uno no tiene" (58, 147). El amor no co" (una distinción que la IPA mantiene hasta
se dirige a lo que su objeto tiene sino a lo que el día de hoy). En ese contexto, por "análisis te-
le falta, a la nada que está detrás de él. El obje- rapéutico" se entiende una cura en la que el
to es valorado en cuanto viene al lugar de esa analizantc entra con el propósito de remover
falta (véase el esquema del velo en 54, 156). ciertos síntomas, mientras que "análisis didácti-
Una de las áreas más complejas de la obra co" designa exclusivamente un tratamiento en
de Lacan tiene que ver con la relación entre el el que el analizante entra con el propósito de
amor y el DESEO. Por un lado, estos dos térmi- formarse como analista. Según las reglas que
nos son diametralmente opuestos. Por el otro, gobiernan a todas las sociedades afiliadas a la
esta oposición es problematizada por ciertas se- IPA, los miembros deben someterse a un análi-
mejanzas entre ellos: sis didáctico antes de que se les permita ejercer
1. Como fenómeno imaginario que pertene- como analistas. No obstante, un análisis es sólo
ce al campo del yo, el amor está claramente reconocido como didáctico por esas sociedades
opuesto al deseo, inscripto en el orden simbóli- si se realiza con uno de los pocos analistas de-
co, el campo del Otro (5 l l , 189-9l). El amor es canos designados como "analistas dldactas", y
una metáfora (58, 53), mientras que el deseo es si es emprendido con el propósito exclusivo de
metonimia. Incluso puede decirse que el amor la formación.
mata el deseo, puesto que el amor se basa en un La distinción institucional entre análisis di-
fantasma de unidad con el amado (S20, 46), y dáctico y análisis terapéutico pasó a ser uno de
esto anula la diferencia que da origen al deseo. 19s principales objetivos de la crítica de Lacan.
2. Por otra parte, hay elementos en la obra El concuerda con la IPA en que es absoluta-
de Lacan que hacen vacilar la oposición tajante mente necesario pasar por un tratamiento psi-
entre amor y deseo. En primer lugar, los dos coanalítico para llegar a ser analista, pero di-
son similares en cuanto nunca pueden ser satis- siente con firmeza de la distinción artificial
fechos. En segundo término, la estructura del trazada entre análisis terapéutico y análisis di-
amor como "deseo de ser amado" es idéntica a dáctico. Para Lacan hay s6lo una forma de pro-
la estructura del deseo, en la cual el sujeto de- ceso analítico, con independencia de la razón
sea convertirse en el objeto del deseo del Otro por la cual el analizante emprende el tratamien-
(por cierto, en la lectura de Hegel por Kojeve. to, y la culminación de ese proceso no es la re-
en la cual se basa esta explicación del deseo, moción de síntomas sino el pasaje del anaIizan-
hay un cierto grado de ambigüedad semántica te a analista (véase FIN DE ANÁLISIS).
entre "amor" y "deseo"; véase Kojeve, 1947, De modo que todos los análisis pueden pro-
6). Tercero, en la dialéctica de la necesidad/de- ducir un analista, y carece de validez la preten-
manda/deseo, el deseo nace precisamente de la sión de las instituciones de decidir qué análisis
parte insatisfecha de la DEMANDA, que es la de- pueden considerarse didácticos y cuáles no lo
manda de amor. El propio discurso de Lacan son, pues "la autorización de un analista sólo
sobre el amor queda complicado a menudo por puede provenir de él mismo" (Lacan, 1967,
el mismo empleo de "deseo" en lugar de 14). Por lo tanto, Lacan anula la distinción en-
"amor" que él destaca en el texto de El banque- tre análisis terapéutico y análisis didáctico; to-
te de Platón (58,141) dos los análisis son didácticos, por lo menos
potencialmente. "Hay una sola clase de psicoa-
nálisis, el análisis didáctico" (Sil, 274). Hoy
ANÁUSIS DIDÁCTICO (ANALYSE en día, muchos analistas lacaníanos prescinden
DIDACTlQUE, TRAINING ANALYSIS) por igual de ambas expresiones, y prefieren re-
ferirse al "análisis personal" (una frase que el
La palabra inglesa "traíning" se utiliza para propio Lacan usa ocasionalmente; véase 58,
traducir dos expresiones francesas empleadas 222) para designar cualquier curso de trata-
por Lacan: analyse didoctique (training analy- miento analítico.
Analizante/Pslcoanalizante
pecialmenre evidente en la fobia (E, 321). In- gustia es un afecto, no una emoción, y ade-
cluso una fobia es preferible a la angustia (S4, más, el único afecte que tstá más allá de toda
345); una fobia por 10 menos reemplaza la an- duda, que no es engañoso (véase también Sil,
gustia (que es terrible precisamente debido a 41). Mientras que Freud trazaba una distinción
que no está enfocada en un objeto particular, si- entre el miedo (focalizado en un objeto espe-
no que gira en tomo de una ausencia) por el cífico) y la angustia (sin focalizar) Lacan sos-
miedo, que sí está centrado en un objeto parti- tuvo que la angustia no es sin objeto (n' est pas
cular y de tal modo puede ser elaborado simbó- sans objel); simplemente involucra un tipo
licamente (54, 243-6). distinto de objeto, un objeto que no puede
En su análisis del caso Juanito (Freud. simbolizarse del mismo modo que todos los
1909b), Lacan dice que la angustia surge en el otros. Este objeto es el objeto a, el objeto cau-
momento en que el sujeto está suspendido en- sa del deseo, y la angustia surge cuando apare-
tre el triángulo preedípico imaginario y el cua- ce algo en el lugar de este objeto. La angustia
ternario edípico. En esta conjunción el pene surge cuando el sujeto es confrontado con el
real de Juanito se hace sentir en la masturba- deseo del Otro y no sabe qué objeto es él para
ción infantil; la angustia se produce porque él ese deseo.
puede entonces medir la diferencia entre aque- También en este seminario Lacan vincula la
llo por lo que la madre 10 ama (su posici6n co- angustia con el concepto de falta. Todo deseo
mo falo imaginario) y aquello que él realmen- surge de la falta, la angustia surge cuando falta
te tiene para dar (su 6rgano real insignificante) esta falta; la angustia es la falta de falta. La
(54, 243). La angustia es ese punto en el que angustia no es la ausencia del pecho, sino su
el sujeto está suspendido entre un momento en presencia envolvente; es la posibilldad de su au-
el que ya no sabe dónde está y un futuro en el sencia la que, de hecho, nos salva de la angus-
que nunca podrá volver a encontrarse (54, tia. El actlng out y el pasaje al acto son las últi-
226). Juanito habría sido salvado de esta an- mas defensas contra la angustia.
gustia por la intervenci6n castradora del padre La angustia está también vinculada al esta-
real, pero ésta no se produjo; el padre real no dio del espejo. Incluso en la experiencia habi-
intervino para separar a Juanito de la madre, y tualmente confortadora de ver el propio reflejo
por lo tanto el niño desarrolló una fobia como en el espejo puede haber un momento en el que
sustituto de esta intervención. Una vez más, de la imagen especular se modifica y de pronto
la explicación lacaniana de Juaníro surge que nos parece extraña. De este modo, Lacan asocia
10 que da origen a la angustia no es la separa- la angustia con el concepto freudiano de lo
ción respecto de la madre sino el fracaso de ominoso (Freud. 1919h).
esa separación (54, 319). En consecuencia, la Mientras que el seminario de 1962-3 tiene
castración, lejos de ser la fuente principal de la mucho que ver con la segunda leoría freudiana
angustia, es en realidad lo que salva al sujeto de la angustia (la angustia como señal), en el
de la angustia. seminario de 1964-5 Lacan parece volver a la
En el seminario de 1960-1, Lacan subraya primera teoría (la angustia como libido trans-
la relación de la angustia con el deseo; la an- fonnada). Comenta entonces que la angustia es
gustia es un modo de sostener el deseo cuando lo que existe en el interior del cuerpo cuando el
el objeto está ausente y, a la inversa, el deseo es cuerpo es abrumado por el goce fálico (Lacan,
un remedio para la angustia, algo más fácil de 1974-5, seminario del 17 de diciembre de
soportar que la angustia misma (58, 430). Tam- 1974).
bién sostiene que la fuente de la angustia no
siempre está en el interior del sujeto, sino que a
menudo proviene de otro, así como se trasmite ARTE (ART, ART)
de un animal a otro en el rebaño; "si la angustia
es una señal, significa que puede venir de otro" Freud valoraba el arte como una de las
(58, 427). Por esto el analista no debe permitir grandes instituciones culturales de la humani-
que su propia angustia interfiera en el trata- dad, y dedicó muchos ensayos a examinar los
miento, exigencia ésta que sólo puede satisfa- procesos de la creación artística en general, y
cer porque él mantiene un deseo propio, el de- ciertas obras de arte en particular. Explicó la
seo del analista (58, 430). creación artística con referencia al concepto de
En el seminario de 1962~3, titulado sim- SUBLIMACiÓN, un fenómeno en el cual la libido
plemente "La angustia", Lacan dice que la an- sexual es reorientada hacia metas no-sexuales.
r
Arte
También consagró algunos trabajos a analizar autor. él no se limita a alinearse con el movi-
obras de arte en particular, especialmente lite- miento estructuralista (después de todo, las in-
rarias, 10 que consideraba útil para el psicoaná- tenciones del autor ya habían sido puestas entre
lisis, en dos sentidos. En primer lugar, esas paréntesis por la "nueva crítica" mucho antes
obras a menudo expresan en forma poética de que los estructuralistas aparecieran en esce-
verdades sobre la psique, lo que implica que el na), sino que más bien ilustra el modo en que
creador literario puede intuir directamente las debe proceder el analista cuando escucha e
verdades que los psicoanalistas sólo descubren interpreta el discurso del analizante. En otras
más tarde por medios más laboriosos. En se- palabras, el analista debe tratar el discurso del
gundo término, Freud sostenía también que analizante como un texto:
una lectura psicoanalítica atenta de las obras li-
terarias permitía descubrir elementos de la psi- Ustedes deben empezardesde el texto, empezar
que del autor. Si bien la mayoría de los ensa- tratándolo, según hace y recomienda Freud, corno la
Sagrada Escritura. El autor, el escriba, es sólo un
yos de Freud sobre obras de arte tienen que ver chupatintas. y viene en segundo término ... De modo
con la literatura, no omitió por completo otras análogo,cuando se trata de nuestros pacientes.pres-
formas; por ejemplo, dedicó un artículo a la es- ten másatención al texto que a la psicología del autor
tatua de Moisés de Migue! Ángel (Freud, -ésta es toda la orientación de mi enseñanza.
1914b). (S2,153)
Los textos de Lacan también abundan en
exámenes de obras de arte. Lo mismo que Con su examen de textos literarios, por lo
Freud, dedicó la mayor parte de su atención a tanto, Lacan no realiza ejercicios de crítica por
obras literarias de todos los géneros: prosa sí inismos, sino para dar a su audiencia una
(por ejemplo la discusión sobre La carta roba- idea de cómo deben interpretar el inconsciente
da de Edgard Alfan Poe en S2, cap. 16, y La- de los pacientes. Este método de lectura es aná-
can, 1955a), teatro (por ejemplo las discusio- logo al empleado por el formalismo y el estruc-
nes sobre el Hamlet de Shakespeare en Lacan, turalismo; se desatiende el significado en favor
1958-9, y de la Antfgona de Sófocles en S7, del significante, se pone el contenido entre pa-
caps. 19-21), y poesía (por ejemplo, Booz dor- réntesis en favor de las estructuras formales
mido, de víctor Hugo en S3, 218-25; S4, 377- (aunque Jacques Derrida ha sostenido que La-
8; E, 156-8; S8, 158-9). Pero Lacan también can no sigue en realidad su propio método; véa-
considera las artes visuales; dedicó varias con- se Derrida, 1975).
ferencias de su seminario de 1964 a examinar Además de servir como modelos de un mé-
pinturas, en particular anamorfóticas (SIl, todo de lectura, que Lacan recomienda que los
caps. 7-9, donde habla sobre el cuadro Los analistas sigan cuando interpretan el discurso
embajadores, de Holbein; véase también S7, de sus pacientes, estas discusiones de los textos
139-42). literarios apuntan también a extraer ciertos ele-
Sin embargo, existen diferencias significati- mentos como metáforas para ilustrar algunas de
vas entre los modos dc abordar las obras de ar- sus ideas más importantes. Por ejemplo, en su
te por Freud y Lacan. Aunque Lacan también lectura dc La carta robada, de Pce, Lacau se-
habla de sublimación, él nu cree, a diferencia ñala "la carta (véase LETRA) que circula" como
de Freud, que sea posible o incluso deseable una metáfora del poder determinante del signi-
que los analistas digan algo sobre la psicología ficante.
del artista sobre la base del examen de una obra Una nueva rama de la denominada "crítica
de arte (véanse sus observaciones críticas acer- literaria psicoanalítica" se declara ahora ins-
ca de la "psicobiograffa"; Ec, 470-1). El hecho pirada por el enfoque Iacaniano de los textos
de que el complejo fundamental (Edipo) de la literarios (por ejemplo, Muller y Richardson,
teoría psicoanalítica haya sido tomado de una 1988, y Wrighr, 1984; otras obras que tratan
obra literaria -dice Lacan-, no significa que el de Lacan y la teoría cultural son Davis, 1983;
psicoanálisis tenga algo que decir sobre Sófo- Felman, 1987; MacCannell, 1986). No obstan-
cles (Lacan, 1971, 3). te, si bien estos proyectos son interesantes por
Lacan excluye al artista de su examen de derecho propio, por lo general no encaran la
las obras de arte porque la interpretación que literatura dcl mismo modo que Lacen. Porque
realiza de los textos literarios no pretende re- mientras que la crítica literaria psicoanalítica
construir las intenciones del autor. En su sus- apunta a decir algo sobre los textos estudia-
pensión de la cuestión de las intenciones del dos, ninguno de los dos aspectos del enfoque
r
de Lacan (ejemplificar un modo de interpreta- sencia hecha de ausencia" (E, 65), porque, pri-
ción analítica e ilustrar conceptos psicoanalíti- mero, el símbolo se utiliza en ausencia de la co-
ces) pretende decir algo sobre los textos en sr. sa y, segundo, los significantes sólo existen en
sino sólo usarlos para decir algo sobre el psi- la medida en que están opuestos a otros insigni-
coanálisis. Esta es quizá la diferencia más im- ficantes.
portante entre el enfoque lacaniano y el enfo- Debido a la implicación mutua de la pre-
que freudiano de las obras de arte. A menudo sencia y la ausencia en el orden simbólico, pue-
se entiende que algunas de las obras de Preud de decirse que en 10simbólico la ausencia tiene
implican que el psicoanálisis es un metadis- la misma existencia positiva que la presencia.
curso, un relato maestro que proporciona una Esto es 10 que le permite a Lacan decir que "la
llave hermenéutica general, capaz de abrir los nada" (le den) es en sí misma un objeto (un ob-
secretos hasta entonces irresueltos de las obras jeto parcial) (54, 184-5).
literarias; en cambio, es imposible leer a La- Es en tomo a la presencia y la ausencia del
can como si pretendiera algo parecido. A jui- FALO como el niño aprehende simbólicamente
cio de Lacan, si bien el psicoanálisis puede la diferencia sexual.
aprender algo sobre la literatura, o utilizar
obras literarias para ilustrar algunos de sus
métodos y conceptos, es dudoso que la crítica AZAR (CRANCE, CRANCE)
literaria pueda aprender algo del psicoanálisis.
Por lo tanto, él rechaza la idea de que una crí- Freud ha sido a menudo acusado de crudo
tica literaria que haga uso de conceptos psi- determinismo, puesto que ningún lapsus o
coanalíticos pueda denominarse "psicoanálisis error, aunque parezca insignificante, es atri-
aplicado", puesto que "el psicoanálisis es sólo buido al azar. Por cierto, él escribió: "Creo en
aplicado, en el sentido propio del término, co- el azar externo (real), es cierto, pero no en
mo tratamiento, y en consecuencia a un sujeto acontecimientos accidentales internos (psíqui-
que habla y escucha" (Ec, 747). cos)" (Freud, 1901,257).
Lacan expresa la misma creencia en sus
propios términos: el azar, en el sentido de pu-
AUSENCIA (ABSENCE, ABSENCE) ra contingencia, sólo existe en lo real. En el
orden simbólico no hay nada que sea puro
El orden simbólico se caracteriza por la azar.
oposición binaria fundamental entre la ausencia En el seminario de 1964, Lacan emplea la
y la presencia (S4, 67-8). distinción trazada por Aristóteles entre dos ti-
En el orden simbólico, "nada existe sino so- pos de azar para ilustrar esta diferencia entre 10
bre un, fundamento supuesto de ausencia" (S, real y 10 simbólico. En el segundo libro de la
392). Esta es una diferencia básica entre lo sim- Física, donde se examina el concepto de causa-
bólico y lo real; "No hay ninguna ausencia en lidad (véase CAUSA), Aristóteles explora el pa-
lo real. Sólo hay ausencia si uno sugiere que pel del azar y la fortuna en la causalidad. Dis-
podría haber una presencia allí donde no está" tingue dos tipos de azar: el automaton, que se
(52,313) (véase PRIVACIÓN). refiere a los acontecimientos azarosos en el
Como 10demostró Reman Jakobson con su mundo en general, la tyché, que designa el azar
análisis de los fonemas, todo fenómeno lingüís- en cuanto afecta a agentes capaces de acción
tico puede caracterizarse totalmente en los tér- moral.
minos de la presencia o ausencia de ciertos Lacan redefine e! aUlOmalon como "la red
"rasgos distintivos". Para Lacan, el juego del de significantes", situándolo de tal modo en el
fort/da, descrito por Freud en Más allá del orden simbólico. El término viene entonces a
principio del placer (Freud, 1920g), es una designar los fenómenos que parecen azarosos
oposición fonemática primitiva que representa pero que son en verdad la insistencia del signi-
el ingreso de! niño en el orden simbólico. Los ficante en la determinación del sujeto. El auto-
sonidos emitidos por el niño, O/A, son "un par malOn no es verdaderamente arbitrario: sólo lo
de sonidos modulados sobre la presencia y la real es verdaderamente arbitrario, puesto que
ausencia" (E, 65), Yestos sonidos están relacio- "lo real está más allá del automaton" (SIl,
nados "con la presencia y la ausencia de perso- 59).
nas y cosas" (E, i09, n. 46). Lo real está alineado con la tyché, que La-
Lacan observa que la palabra es "una pre- can redefine como "el encuentro con lo real".
La tyché designa entonces la incursión de lo real orden simbólico. Es el golpe en la puerta que in-
en el orden simbólico: a diferencia del automa- terrumpe un sueño, y en un nivel más doloroso,
ton, que es la estrucrura del orden simbólico que es un trauma. El acontecimiento traumático es
determina al sujeto, la tyché es puramente arbi- el encuentro con lo real, extrínseco a la signifi-
traria, está más allá de las determinaciones del cación. .
42
B
Saussure (E, 149). En este contexto, la barra es ta afirmación primordial, Lecan emplea la
la línea horizontal que separa el significante del misma palabra alemana utilizada por Freud,
significado en el algoritmo saussurcano (véase Bejahung (afirmación) (Ec, 387; véase Freud,
la figura 18), y representa la resistencia inhe- 1925h). Mientras que la negación tiene que ver
rente a la significación, que sólo se atraviesa en con lo que Freud llamaba "el juicio de existen-
la metáfora. Lacan encuentra placer en el hecho cia", la Bejahung denota algo más fundamental,
de que en francés, barre es anagrama de arbre a saber: el acto primordial de la simbolización
(árbol), puesto que, precisamente, Saussure en sí, la inclusión de algo en el universo sim-
ilustra con un árbol su propio concepto del sig- bólico. Sólo después de que una cosa ha sido
no (E, 154). simbolizada (en el nivel de la Behajung) se le
No mucho después del artículo de 1957 en puede atribuir o no el valor de la existencia (ne-
el que el término apareció por primera vez, en gación). Lacan postula una alternativa básica
el seminario de 1957-8 Lacan continúa usando entre la Behajung y el mecanismo psicético que
la barra para tachar sus símbolos algebraicos S después denominó FORCLUSIÓN; la primera de-
y A, de una manera que recuerda la práctica de signa la inclusión primordial de algo en lo sim-
Heidegger con la palabra "ser" (véase Heideg- bólico, mientras que la forclusión es un rechazo
ger, 1956). La harra aparece tachando la S para primordial a incluir algo (el Nombre-del-Padre)
producir $, el "sujeto barrado". En este caso la en ese mismo orden simbólico (S3, 82).
barrarepresenta la división del sujeto por el
lenguaje, la ESCtSIÓN. Mientras que antes de
1957 la S designa al sujeto (por ejemplo, en el BIOLOGíA (BIOLOGIE, BIOLOGY)
esquema L), desde ese año en adelante S desig-
na el significado, y la $ representa al sujeto Cili.- La obra de Freud está llena de referencias a
vidido). La barra es usada también para tachar la biología, que él consideraba un modelo de ri-
la A (el gran Otro) y producir la notación alge- gor científico sobre el que podía basar la nueva
braica del "Otro barrado", J}... No obstante, La- ciencia del psicoanálisis. Lacen, sin embargo, se
can continúa usando ambos 'signos en su álge- opone con energía a cualquier intento de cons-
bra (por ejemplo en el grafo del deseo). El Otro truir el psicoanálisis sobre un modelo biológico;
barrado es el Otro en cuanto está castrado, es sostiene que la aplicación directa al psicoanáli-
incompleto, marcado por una falta, y en tanto sis de conceptos biológicos (o etológicoslpsico-
opuesto al Otro completo, consistente, no cas- lógicos), como el de ADAPTACIÓN, es inevitable-
trado, un A no barrado, que no existe. mente engañosa y oblitera la distinción esencial
En 1973 la barra tacha el artículo definido entre NAnrRALEZA y cultura. Según Lacan, esas
La cuando precede al sustantivo femme (mu- explicaciones biologizantes de la conducta hu-
jer), como en la célebre frase de Lacan Jd¡. mana ignoran la primacía del orden simbólico
femme n'existe pas ("¡la mujer no existe"). El en la existencia de los hombres. Lacan ve este
artículo definido indica universalidad y, al ta- "bioíogismo" en la obra de los psicoanalistas
charlo, Lacan ilustra su tesis de que la femini- que han confundido el deseo con la necesidad, y
dad es resistente a todas las formas de genera- las pulsiones con los instintos, conceptos que él
lización (véase 520, 68). insiste en diferenciar.
Además de estas funciones, la barra puede Esta argumentación es evidente desde los
también interpretarse como el falo simbólico primeros escritos psicoanalñicos de Lacan. Por
(que en sí mismo no está nunca barrado), como ejemplo, en su ensayo de 1938 sobre la familia
el símbolo de la negación en las fórmulas de la rechaza cualquier intento de explicar las estruc-
sexuación (véase [)¡"ERE:'CIA SEXUAL) y como turas familiares sobre la base dc datos pura-
el "rasgo unario" (véase IDENTIRCACIÓN). mente biológicos, y sostiene que la psicología
humana es regulada por complejos, y no por
instintos (Lacan. 1938,23-4).
BEJAHUNG (BEJAHUNG, BEjAHUNG) Por otra parte, sostiene que este rechazo del
reduccionismo biológico no contradice a Freud,
En su "Respuesta al comentario dc Jcan sino que constituye un retorno a la esencia de
Hyppolite sobre la 'Verneinung' de Freud" su obra. Cuando Freud utilizó modelos biológi-
(Lacan, 1954b), Laoan describe un acto primor- cos, 10 hizo simplemente porque la biología era
dial dc afirmación que es lógicamente anterior en su época el paradigma del rigor científico en
a cualquier acto de NEGAciÓN. Para designar es- general, y porque las ciencias conjeturales no
Biología
habían logrado entonces el mismo grado de Sin embargo, si bien Lacan rechaza siste-
exactitud. Sin duda Freud no confundía el psi- máticamente ladas las formas de rcduccionis,
coanálisis con la biología ni con ninguna otra mo biológico, también refuta la posición cultu-
ciencia exacta, y cuando tomaba conceptos bio- ralista que ignora por completo la pertinencia
lógicos (como por ejemplo el de pulsión] los de la biología (Ec, 723). Si la "blologización"
reelaboraba de un modo tan radical que se vol- se entiende correctamente (es decir, no como la
vían totalmente nuevos. Así, el concepto de reducción de los fenómenos psíquicos a una
instinto de muerte "no es una cuestión de biolo- cruda determinación biológica, sino como dis-
gía" (E, 102). Lacan expresa su idea con una cernir el modo preciso en que los datos biológi-
paradoja: "La biología Ireudiana no tiene nada cos impactan en el campo psíquico), Lacan está
que ver con la biología" (52, 75). totalmente a favor del pensamiento biologizan-
Lo mismo que Freud, él emplea conceptos te (Ec, 723). Lo demuestra con la mayor clari-
tomados de la biología (por ejemplo imago, dad el hecho de que apele a ejemplos tomados
dehiscencia), y los reelabora en un marco total- de la etología animal para demostrar el poder
mente simbólico. Quizás el ejemplo más sigui- de las imágenes como mecanismos desencade-
ficativo en tal sentido sea el concepto Iacaníaeo nantes; de allí las referencias de Lacan a palo-
del FALO, que Lacan concibe como significante, mas y langostas en su explicación del estadio
y no como órgano corporal. De modo que, del espejo (E, 3), Ya los crustáceos en su expli-
mientras que Freud piensa el complejo de cas- cación del mimetismo (Sl1, 99) (véase GES-
tración y la diferencia sexual en los términos de TALT).
la presencia y la ausencia del pene, Lacan los De modo que, en su explicación de la dife-
teoriza en términos no-biológicos, no-anatómi- rencia sexual, Lacan sigue a Freud en el recha-
cos (la presencia y ausencia del falo). Éste ha zo de la dicotomía falsa entre "anatomía o con-
sido uno de los principales puntos de atractivo vención" (Freud, 1933a, SE XXII, 114). Lo que
de la teoría lacaniana para algunas autoras fe- a Lacen le interesa no es privilegiar uno u otro
ministas, que la han visto como un modo de término, sino mostrar de qué modo ambos inte-
construir una explicación no-esencíalísta de la ractúan de manera compleja en el proceso dc la
subjetividad generizada. asunción de una posición sexual.
e
CADENA SIGNIFICANTE, CADENA "los eslabones de un collar que es eslabón en
DEL SIGNIFICANTE (CHAfNE otro collar hecho de eslabones" (E, 153).
SIGNIFIANTE, CHAfNE DU
SIGNIFIANT; SIGNIFYING CHAIN) Por una parte, la idea de linealidad sugiere
que la cadena significante es la corriente de la
Lacan emplea de modo creciente el término palabra, en la cual los significantes se combi-
"cadena" a partir de la década de 1950, siempre nan según las leyes gramaticales (en relaciones
con referencia al orden simbólico. Al principio, que Saussure llama "sintagmáticas", y que La-
en 1956, no habla de la cadena significante si- can, siguiendo a Jakobson, sitúa en el eje meto-
no de la cadena simb6/ica, con 10 cual designa nímico del lenguaje), Por otro lado, la idea de
una línea de descendencia en la cual está inscri- circularidad sugiere que la cadena significante
to cada sujeto incluso antes de su nacimiento y es una serie de significantes vinculados por
después de su muerte, y que incluye incons- asociaciones libres, sólo una senda a través de
cientemente en su destino (Ec. 468). En ese la red de significantes que constituye el mundo
mismo año se refiere a la "cadena del discurso" simbólico del sujeto (Saussure llama a estas re-
(S3,26l). laciones "asociativas", y Lacan, siguiendo a la-
En 1957 Lacan introduce la expresión "cª=.- kobson, las ubica en el eje metafórico del len-
dena significante" para referirse a una serie de guaje). En realidad, la cadena significante es
SIGNIRCANTES vinculados entre sí. Una cadena ambas cosas. En su dimensión diacrónica es li-
significante nunca puede estar completa, pues- neal, sintagmática, metonímica; en su dimen-
to que siempre es posible añadir a ella ctro sig- sión sincrónica es circular, asociativa, metafó-
nificante, ad infinitum, ~_~Jm modo que expre- rica. Las dos dimensiones se cruzan: "No hay
sa la naturaleza eterna del deseo; por esta en efecto ninguna cadena significante [cadena
razón, el deseo es metonímico. La cadena es diacrónica] que no tenga, como adherida a la
siempre metonímica en la producción de senti- puntuación de cada una de sus unidades, una
do; la significación no está presente en ningún articulación completa de contextos pertinentes
punto de esa cadena, sino que el sentido "insis- [cadena sincrónica] suspendidos, por así decir,
te" en el movimiento de un significante a otro. 'verticalmente', desde ese punto" (E, 154). De
(véase E, 153). este modo Lacan combina en un concepto los
A veces Lacan habla de la cadena signifi- dos tipos de relaciones ("sintagmáticas" y
cante en metáforas lineales, y otras veces en "asociativas") que según Saussure existen entre
metáforas circulares. los signos, aunque para Lacan estas relaciones
no se establecen entre signos sino entre signifi-
Linealidad cantes.
tale", reviviendo un verbo inglés obsoleto con Lacan. Aparece primero en el contexto de la
un sentido casi técnico; véase SI, 146 Y nota). cuestión de la causa de la psicosis, que es una
Fue adoptado por Lacan en 1948 para referirse preocupación central en su tesis de doctorado
a los efectos imaginarios de la IMAGEN ESPECU- (Lacan, 1932), Él vuelve a este tema en 1946,
LAR (véase E, 18), Y a partir de entonces apare- convirtiendo la causa de la locura en la esencia
ció regularmente en su obra. El doble sentido misma de toda causalidad psíquica. En el ensa-
del término francés indica perfectamente la na- yo de 1946 reitera su idea anterior de que se
turaleza ambigua del poder de la imagen espe- necesita una causa específicamente psíquica
cular. Por una parte, tiene el significado de "ac- para explicar la psicosis; no obstante, también
ción y efecto de cautivar", con lo cual expresa cuestiona la posibilidad de definir "lo psíquico"
el poder seductor, de fascinación, de la imagen. en los términos de una simple oposición al con-
Por otra parte, también transmite la idea de cepto de materia, y esto lo lleva, en 1955, a
"captura", que evoca el poder más siniestro de desprenderse de la noción simplista de "psico-
la imagen de apresar al sujeto en una fijación génesis" (S3, 7).
discapacitante. En la década de 1950 Lacan comienza a
abordar el concepto de causalidad en sí, y sos-
tiene que hay que situarlo en el límite entre lo
CÁRTEL (CARTEL, CARTEL) simbólico y lo real; implica "una mediación en-
tre la cadena de símbolos y lo real" (S2, 192).
El cartel es la unidad de trabajo en la que Sostiene que el concepto de causalidad. que
Lacan basó su ESCUELA de psicoanálisis, la apuntala todas las ciencias, es en sí mismo un
Ecole Freudienne de Psychanalyse (EFP), y la concepto no científico; "la noción misma de
mayoría de las asociaciones lacanianas conti- causa (... ] se establece sobre la base de una
núan organizando el trabajo en carteles hasta el apuesta original" (S2, 192).
. día de hoy. En el seminario de 1962-3, Lacan sostiene
El cártel es esencialmente un grupo de estu- que el verdadero sentido de la causalidad debe
dio formado por tres a cinco personas (aunque buscarse en el fenómeno de la angustia, pues la
Lacan considera que cuatro es el número ópti- angustia es la causa de la duda. A continuación
mo) más un supervisor (llamado el "plus-uno" , vincula esto al concepto de OBJETO a, que es
en francés plus-un) que modera el trabajo gru- ahora definido como causa del deseo, y no ya
pal. Se crea un cártel cuando un grupo de per- como aquello hacia lo cual el deseo tiende,
sonas deciden trabajar juntas con un aspecto En 1964 Lacan utiliza la tipología aristoté-
particular de la teoría psicoanalítica que les in- lica de las causas para ilustrar la diferencia en-
teresa, y a continuación se registra en la lista de tre lo simbólico y lo real (véase AZAR).
carteles de la escuela. Aunque la participación Al volver al tema de la causalidad en su se-
en cárreles desempeña un papel importante en minario de 1965-6, traza distinciones entre la
la formación de los analistas lacaníanos, estos magia, la religión. la ciencia y el psicoanálisis,
grupos no sólo incluyen miembros de la escue, sobre la base de sus relaciones con la verdad
la. Por cierto, Lacan acogía de buen grado el como causa (véase Lacan, 1965a).
intercambio de ideas entre los analistas y los Por otra parte, Lacan juega con la ambigüe-
estudiosos de otras disciplinas; veía el cartel dad del término, puesto que la causa, además
como una estructura que serviría para alentar de ser "lo que provoca un efecto", es también
este intercambio. "aquello por lo cual uno lucha, que uno defien-
Al organizar el trabajo investigauvo en tor- de". Lacan se ve claramente a sí mismo como
no a una unidad pequeña como el cartel, Lacan luchando por "la causa freudiana" (el nombre
esperaba evitar los efectos de la masificación que dio a la escuela fundada en 1980), aunque
que consideraba parcialmente responsables de en esa lucha sólo se puede ganar cuando uno
la esterilidad de la Intemational Psycho-Analyt- comprende que la causa del inconsciente es
ical Assnciaticn (IPA). siempre "una causa perdida" (S 11, 128).
mente que existe un tipo específico unificado, sujeto de la ciencia (Ec, 858), Lacan está di-
homogéneo, del discurso que puede denomi- ciendo que el psicoanálisis no se basa en la
narse "científico". Este discurso, según Lacan, apelación a una experiencia inefable o a un re-
se inició en el siglo xvn (Ec, 857), con la lámpago intuitivo, sino en un proceso de diálo,
inauguración de la física moderna (Ec, 855). go razonado, incluso cuando la razón enfrenta
Para Freud, la ciencia (en alemán Wissens- su límite en la locura.
chaft, palabra con asociaciones muy distintas) Aunque la distinción entre ciencias humn,
era uno de los más altos logros de la civiliza- nas y ciencias naturales quedó perfectamente
ción, y se oponía a las fuerzas reaccionarias de establecida a fines del siglo XIX (gracias a la
la RELIGIÓN. La acritud de Lacan respecto de la obra de Dilthey), ella no aparece en los escri-
ciencia es más ambigua. Por un lado, critica a tos de Freud. Lacan, por otra parte, le presta
la ciencia moderna por ignorar la dimensión mucha atención. Pero en lugar de bablar de
simbólica de la existencia humana y de tal mo- "ciencias humanas" (expresión que a Lacan le
do alentar al hombre moderno a "olvidar su disgusta intensamente; véase Ec, 859) y "cien,
subjetividad" (E, 70). También compara la cias naturales", Lacan prefiere referirse a
ciencia moderna con una "paranoia plenamente "ciencias conjeturales" (o ciencias de la subje-
realizada", en el sentido de que sus construc- tividad) y "ciencias exactas". Mientras que las
clones totalizadoras se asemejan a la arquitec- ciencias exactas tienen que ver con el campo
tura de un delirio (Ec, 874). de los fenómenos en el que no hay nadie que
Por otro lado, estas críticas no apuntan a la use un significante (53, 186), las ciencias con-
ciencia per se, sino a su modelo positivista. La- jeturales son fundamentalmente distintas, por-
can considera que el positivismo es en realidad que se refieren a seres que habitan el orden
una desviación respecto de la "ciencia verdade- simbólico. Sin embargo, en 1965 Lacan pro-
ra", y su propio modelo de la ciencia le debe blematizóla distinción entre ciencias conjetu-
más al racionalismo de Koyré, Bachelard y rales y exactas.
Canguilhem que al empirismo. En otras pala,
bras. para Lacan, lo que caracteriza un discurso La oposiciónentre ciencias exactas y conjetura-
como científico es un alto grado de formaliza- les no puede seguir sosteniéndose desde el momento
en que la conjetura es susceptible de un cálculo
ción matemática. Esto es lo que está detrás de exacto (probabilidades) y la exactitud se basa sólo en
sus intentos de formalizar la teoría psicoanalíti- un formalismo que separa los axiomas y leyes de los
ca en los términos de diversas fórmulas mate- símbolos agrupanres.
máticas (véase MATEMÁTICAS, ÁLGEBRA). Estas (Ec, 863)
fórmulas también encierran otra característica
del discurso científico (quizá la fundamental a En el siglo pasado, la física proporcionó un
juicio de Lacan), que consiste en que debe ser paradigma de rigor para las ciencias exactas en
transmisible (Lacan, 1973a, 60). comparación con el cual las ciencias conjetura-
Lacan sostiene que la ciencia se caracteri- les parecen vagas, pero la llegada de la Iingüts-
za por una relación particular con la VERDAD. tica estructural restableció el equilibrio, al pro-
Por un lado, la ciencia trata (ilegítimamente, a porcionar un paradigma igualmente exacto para
juicio de Lacan) de monopolizar la verdad co- las ciencias conjeturales. Cuando Freud tomó
mo su propiedad exclusiva (Ec, 79); por la términos de otras ciencias, lo hizo siempre dc
otra (corno él mismo lo sostuvo más tarde), la las ciencias de la naturaleza (principalmente de
ciencia se basa en realidad en una forclusión la biología. la medicina y la termodinámica),
del concepto de la verdad como causa [Ec, porque ésas eran las únicas ciencias que en su
874). época proporcionaban un modelo de investiga-
La ciencia se caracteriza asimismo por una ción y pensamiento rigurosos. Lacan difiere de
particular relación con el SABER, en cuanto tie- Freud por importar sus conceptos principal-
ne como fundamento la exclusión de cualquier mente de las "ciencias de la subjetividad" (so-
acceso a ese saber por medio de la intuición; bre todo de la LINGüíSTICA), y alinear la teoría
por 10 tanto, exige que toda búsqueda de saber psicoanalítica con ellas, y no con las ciencias
siga sólo el camino de la razón (Ec, 831). El de la naturaleza. Dice Lacan que este cambio
sujeto moderno es el "sujeto de la Ciencia", en de paradigma está en realidad implícito en las
el sentido de que esta ruta exclusivamente ra- propias reformulaciones por Freud de los con-
cional al saber es ahora un presupuesto común. ceptos que había tornado de las ciencias natura-
Al sostener que el psicoanálisis opera sólo al les. En otras palabras, siempre que Freud toma-
49
T
Código
ba conceptos de la biología, los reforrnulaba varnente un estatuto científico para esta disci-
tan radicalmente que creaba un paradigma to- plina (Ec, 863).
talmente nuevo y por completo ajeno a sus orí- Pero a partir do ese momento Lacen co-
genes biológicos. Con esto, según Lacan. Freud menzó a cuestionar cada vez más esta concep-
se anticipó a los descubrimientos de lingüistas ción del psicoanálisis como ciencia. Ese mismo
estructurales modernos como Saussure, y los año sostuvo que el psicoanálisis no es una cien-
textos freudianos pueden entenderse mejor a la cia sino "una práctica" con "vocación científi-
luz de estos conceptos lingüísticos. ca" (Ec. 863), aunque también en 1965 habló
¿Es el psicoanálisis una ciencia? Freud fue de "la ciencia psícoanalítica" (Ee, 876). En
absolutamente explícito al afirmar el estatuto 1977 ya era más categórico:
científico del psicoanálisis: "Si bien se trató
originalmente del nombre de un particular mé- El psicoanálisis no es una ciencia. No tieneesta"
todo terapéutico -escribié en 1924-, ahora se rutocientífico -sólo lo aguarda y lo espera-o El psi-
ha convertido también en el nombre de una coanálisises un delirio -un delirio del que se espera
que produzca una ciencia...-. Es un delirio científi-
ciencia: la ciencia de los procesos mentales in- co, pero esto no significa que la práctica analítica
conscientes" (Freud, 1925a, SE :XX, 70). No siempreproduzcauna ciencia.
obstante, también insistía en el carácter singu- (Lacan, 1976_7; seminariodel 11 de
lar del psicoanálisis, que le reservaba un lugar enero de 1977; Omicar?, 14,4)
aparte: "Toda ciencia se basa en observaciones
y experiencias a las que se llega por medio de Sin embargo, incluso cuando formula estos
nuestro aparato psíquico. Pero, puesto que enunciados, Lacan no abandona el proyecto de
nuestra ciencia tiene como su objeto ese mismo formalizar la teoría psicoanalftica en términos
aparato, la analogía termina allí" (Freud, lingüísticos y matemáticos. La tensión entre el
1940a, SE XXIII, 159). La cuestión del estatu- formalismo científico del MATEMA y la profu-
to del psicoanálisis y su relación con otras dis- sión semántica de lalengua (Ialangue) constitu-
ciplinas también ha atraído una considerable ye uno de los rasgos más interesantes de la
atención de Lacan. En sus escritos de pregue- obra tardía de Lacan.
ITa, el psicoanálisis es visto en términos cientí-
ficos sin ninguna reserva (por ejemplo, Lacan,
1936). No obstante, después de 1950 la actitud CÓDIGO (CODE, CODE)
de Lacan con respecto a esta cuestión se hizo
mucho más compleja. Lacan toma el término "código" de la teoría
En 1953 sostuvo que, en la oposición entre de la comunicación de Roman Jakobson, quien
la ciencia y el ARTE, el psicoanálisis puede ubi- presenta su oposición "código versus mensaje"
carse del lado del arte, con la condición de que como equivalente a la trazada por Saussure en-
la palabra "arte" sea entendida en el sentido tre langue y parole. No obstante, Lacan esta-
que se le atribuía en la Edad Media, cuando se blece una distinción importante entre los con-
llamaban "artes liberales" a la aritmética, la ceptos de LENGUAJE y código (véase E, 84). Los
geometría, la música y la gramática (Lacan, códigos son el ámbito de la comunicación ani-
1953b, 224). Sin embargo, en!a oposición en- ma!, no de la comunicación intersubjetiva.
tre ciencia y religión Lacan sigue a Freud, y Mientras que los elementos de un lenguaje son
afirma que el psicoanálisis tiene más en común SIGNtFICANTES, los elementos de un c6digo son
con el discurso científico que con el discurso índices (véase íNDICE). La diferencia funda-
religioso: "El psicoanálisis no es una religión. mental consiste en que entre un índice y su re-
Procede a partir del mismo estatuto de la Cien- ferente hay una relación fija biunívoca (de uno
cia" (SIL 265). a uno), que no existe entre un significante y un
Si, como sostiene Lacan, la ciencia sólo se referente, o entre un significante y un significa-
constituye como tal aislando y definiendo su do. Debido a la relación biunívoca de índices y
particular objeto de indagación (véase Lacan, referentes, los códigos carecen de lo que Lacan
1946, donde dice que el psicoanálisis ha esta- considera el rasgo fundamental de los lengua-
blecido realmente la psicología sobre un basa- jes humanos: el potencial para la ambigüedad y
mento científico al proporcionarle un objeto el equívoco (véase Lacan, 1963b).
adecuado de indagación, la IMAGO [Ec, 188]), Lacan no siempre fue consecuente con esta
entonces, cuando él aisló en 1965 el OBJETO a oposición de código y lenguaje. Por ejemplo,
como objeto del psicoanálisis, reclamó efecti- en el seminario de 1958-9, al presentar la célu-
50
T
Complejo
la elemental del grafo del deseo, designa un sino también ~omo su extensión, pues el cogi-
punto como el código, y ese punto es también lo no sólo encierra en sí la ecuación falsa "su-
el lugar del Otro y de la batería de significan- jeto e yo = conciencia" a la que Lacan se opo-
tes. En este caso, está claro que el término "có- ne, sino que también centra la atención en el
digo" es usado con el mismo sentido que el tér- concepto de SUJETO, que Lacan quiere conser-
mino "lenguaje", a saber: para designar el var. De modo que el cogito contiene dentro de
conjunto de significantes de los que dispone el sí las semillas de su propia subversión, al plan-
sujeto. tear un concepto de la subjetividad que socava
el concepto moderno del yo. Este concepto de
la subjetividad se refiere a lo que Lacan deno-
COGIT6 (COGITO, COGITO) mina "el sujeto de la ciencia": un sujeto al que
se le niega todo acceso intuitivo al conoci-
Las obras de Lacan abundan en referencias miento y se le deja solamente la razón como
a las célebres frases de Descartes: Cogito ergo senda al saber (Be. 831; véase Be, 858).
sum ("Pienso, por lo tanto existo"; véase Des- Al oponer el sujeto al yo Lacan propone
cartes, 1637,54). Esta frase (a la que Lacan se que el sujeto del cogito cartesiano es en reali-
suele referir sencillamente como "el cogito") dad uno y el mismo sujeto del inconsciente. De
viene a representar, en la obra de Lacen. la filo- modo que el psicoanálisis puede operar con un
sofía completa de Descartes. La actitud de La- método cartesiano, avanzando desde la duda-
can respecto del cartesianismo es extremada- hasta la certidumbre, con la diferencia crucial
mente compleja, y aquí sólo podemos resumir de que no parte del enunciado "pienso", sino de
algunos de los puntos más importantes. la afirmación "eso piensa" (fa pense) (SIl, 35-
1. En un nivel, el cogito representa el con- 6). Lacan reescribe la frase de Descartes de di-
cepto occidental moderno del YO, basado como versos modos, como por ejemplo: "Pienso don-
lo está en los conceptos de la autosuficiencia y de no soy, por lo tanto soy donde no pienso"
autotransparencia de la CONCJENClA, y de la au- (E, 166). También emplea el cogíto para distin-
tonomía del yo (véase E, 6). Aunque Lacan no guir entre el sujeto del enunciado y el sujeta de
cree que el concepto occidental moderno del yo La E1'<l1NCIACIÓN (véanse Sil, 138-42, Y 517,
haya sido inventado por Descartes ni par nin- 1844).
gún otro individuo, sostiene que vio la luz en la
época en que Descartes escribía (entre media-
dos del siglo XVI y principios del XVII), y quc COMPLEJO (COMPLEXE,COMPLEXj
Descartes lo expresó con una particular clari-
dad (véase $2, 6-7). De modo que, aunque este El término "complejo" ocupa un lugar im-
concepto del yo le parece tan natural y eterno portante en la obra de Lacan anterior a 1950,
al hombre occidental de la actualidad, es en en la cual aparece en un vínculo estrecho con la
realidad un constructo cultural relativamente L"lAGO. Mientras que la imago designa un este-
reciente; su apariencia eterna-natural es de he- reotipo imaginario relacionado con una perso-
cho una ilusión producida por retroacción (52, na, el complejo es una constelación completa
4-5). de imagos interactuantes; es la internalización
Lacan dice que la experiencia del trata- de las primeras estructuras sociales del sujeto
miento psicoanalítico "nos lleva a oponemos a (por ejemplo, las relaciones entre los diversos
cualquier filosofía que derive directamente del aclares de su ambiente familiar). Un complejo
cogito" (E, 1; véase 52, 4). El descubrimiento envuelve múltiples identificaciones con todas
del inconsciente por Freud subvierte el concep- las imagcs interactuantes, y de tal modo pro-
to cartesiano de la subjetividad, porque refuta porciona un guión en concordancia con el cual
la ecuación "sujeto = yo '" conciencia". Una de el sujeto es llevado a "interpretar, como único
las principales críticas lacanianas a la psicolo- actor, el drama de los conflictos" entre los
gía del yo y a la teoría de las relaciones objeta- miembros de su familia (Ec, 90).
les es que estas escuelas traicionaron el descu- En su obra de preguerra Lacan dice que la
brimiento freudiano, volviendo al concepto conducta humana no puede explicarse en fun-
prefreudiano del sujeto como un YO AUTÓNOMO ción de datos biológicos porque la psicología
(52, ll). de los hombres se basa en los complejos, que
2. En otro nivel, las ideas de Lacan no sólo son productos totalmente culturales, y no en
pueden verse como una subversión del cogito, tNSTINTOS naturales. No obstante, si bien traza
51
T
Complejo de castración
este contraste explícito entre complejos e ins- sido cortado (Preud. 1905c). De modo que el
tintos, también reconoce que los complejos se complejo de castración es e! momento en el
pueden comparar con los instintos en cuanto que una teoría infantil (todos tienen pene) es
representan la inadecuación instintiva (insuffi- reemplazada por otra (las mujeres han sido cas-
sanee vira/e, insuficiencia vital) del infante hu- tradas). Las consecuencias de esta nueva teoría
mano, y sostiene que los complejos son apunta- infantil son diferentes en varones y niñas, El
lados por funciones biológicas tales como el varón teme que su propio pene sea cortado por
destete (Lacan, 1938,32-33). el padre (angustia de castración), mientras que
En 1938, Lacan identifica tres "complejos la niña se ve como ya castrada (por la madre), e
familiares", cada uno de los cuales es la huella intenta negarlo o compensarlo procurándose un
de una "crisis psíquica" que acompaña a una hijo como sustituto del pene (envidia de! pene).
"crisis vital". El primero de estos complejos es El complejo de castración afecta a ambos
el complejo del destete (complexe du sevrage). sexos porque su aparición está estrechamente
Tomando la idea de un "trauma del destete", vinculada a la fase fálica, un momento del de-
primero desarrollada por René Laforgue en la sarrollo psicosexual en el que la criatura, sea
década de 1920, dice Lacan que, por más tarde varón o niña, s610 conoce un órgano genital, el
que el destete se produzca, siempre es percibi- masculino. Esta fase es también denominada dc
do por el infante como realizado demasiado organización genital infantil, porque representa
pronto. el primer momento en que las pulsiones parcia-
les se unifican bajo la primacía de los 6rganos
Sea traumático o no, el destete deja en la psique genitales. De tal modo anticipa la organización
humana una huella permanente de la relación bioló- genital propiamente dicha que surge en la pu-
gica que interrumpe. Esta crisis vital es en efecto
acompañada por una crisis psíquica, sin duda la pri- bertad, cuando el sujeto tiene conciencia de los
mera cuya solución tiene una estructuradialéctica. órganos sexuales masculinos y femeninos (véa-
(Lacen. 1938,27) se Freud, I 923e).
Freud sostenía que el complejo de castra-
Después del complejo del destete viene el ción está estrechamente vinculado al COMPLEJO
complejo de la intrusión tcomplexe de Fíntru- DE Ecu-o, pero que su papel en este último
sion), que representa la experiencia del niño complejo es diferente en el varón y la niña. En
cuando comprende que tiene hermanos. Tiene el caso del varón, el complejo de castración es
entonces que enfrentar el hecho dc que ya no es el punto de salida del complejo de Edipo, su
el objeto exclusivo dc la atención de sus pa- crisis terminal; debido al miedo del varón a la
dres. El tercero y final complejo familiar es el castración (a menudo provocado por una ame-
CO)..¡PLElO DE Borro. naza) el niño renuncia a desear a la madre, y de
Después de su aparición en el artículo de tal modo entra en el período de la latencia. En
1938, los términos "complejo del destete" y el caso de la niña, el complejo de castración es
"complejo de la intrusión" desaparecieron casi el punto de entrada en el complejo de Edipo;
por completo de la obra de Lacan (hay una bre- representa el resentimiento de la niña con la
ve referencia a ellos en 1950, pero poco más; madre, a la que culpa por haberla privado del
Ec, 141), Sin embargo, el complejo de Edipo pene, lo que la lleva a reorientar sus deseos li-
siguió siendo un punto de referencia funda- bidinales, desde la madre hacia el padre, Debi-
mental y constante, con el complemento de un do a esta diferencia, en el caso de la niña el
interés creciente, desde 1956 en adelante, por complejo de Edipo no tiene ninguna crisis ter-
el COMPLl'JO DE CASTRACIÓN. minal definitiva comparable con la del varón
(Frcud. 1924d),
Freud llegó a ver el complejo de castración
COMPLEJO DE CASTRACIÓN como un fenómeno universal, arraigado en un
(COMPLEXE DE CASTRA TION, "rechazo a la feminidad" básico (Ablehnung der
CASTRATION COMPLEX) Weiblichkeil). Se lo encuentra en todo sujeto, y
representa el último límite al que puede llegar el
Freud describi6 el complejo de castración tratamiento psicoanalítico (Freud. 1937c),
en 1908, sosteniendo que el niño, al descubrir Lacan, que habla más a menudo de "castra-
la diferencia anatómica entre los sexos (la pre- cíón" que de "complejo de castración", no exa-
scacía o ausencia del pene) supone que esta di- mina mucho este complejo en sus primeros tra-
ferencia se debe a que el pene de la mujer ha bajos. Le dedica unos pocos párrafos en su
52
T
Complejo de castración
artículo sobre la familia, donde sigue a Freud al De esta descripción del complejo de Edipo
afirmar que la castración es primero y princi- surge con claridad que Lacan utiliza el término
palmente un fantasma de mutilación del pene. "castración" para referirse a dos operaciones
Lacan vincula este fantasma a toda una serie de diferentes:
fantasías de desmembramiento corporal que se
originan en la imagen del cuerpo fragmentado; Castración de la madre
esta imagen es contemporánea del estadio del
espejo (de los seis a los dieciocho meses), y só- En el primer tiempo del complejo de Edipo
lo mucho más tarde estos fantasmas de des- "la madre es considerada por ambos sexos co-
membramiento se refunden en torno al fantas- mo poseedora del falo, como la madre fálica"
ma específico de la castración (Lacen, 1938, (E, 282). Al promulgar el tabú del incesto, en
44). el segundo tiempo, el padre imaginario es visto
El complejo de castración sólo llegó a de- como privándola de este falo. Lacan dice que,
sempeñar un papel prominente en la enseñanza estrictamente hablando, esto no es castración
de Lacan a mediados de la década de 1950, so- sino privación. Sin embargo, él mismo utiliza a
bre todo en el seminario de 1956-7, en el cual menudo estos términos de modo intercambia-
se identifica la castración como una de las tres ble, hablando de la privación de la madre y
formas de "falta de objeto", siendo las otras la también de su castración.
frustración y la privación (véase FALTA). A di-
ferencia de la frustración (que es la falta imagi- Castración del sujeto
naria de un objeto real) y la privación (que es
la falta real de un objeto simbólico), la castra- Ésta es la castración propiamente dicha, en
ción es definida por Lacan como la falta sim- el sentido de ser un acto simbólico que incide
bólica de un objeto imaginario; la castración no sobre un objeto imaginario. Mientras que la
se refiere al pene como órgano real sino al FA- castración/privación de la madre que se produ-
LO imaginario (54, 219). De modo que Lacan ce en el segundo tiempo del complejo de Edipo
saca y eleva la explicación del complejo de niega el verbo "tener" (la madre no tiene el fa-
castración de la dimensión de la simple biolo- lo), la castración del sujeto en el tercer tiempo
gía o anatomía: "Es insoluble por cualquier re- niega el verbo "ser" (el sujeto debe renunciar a
ducción a datos biológicos" (E, 282). su intento de ser el falo para la madre). Al re-
Siguiendo a Preud. Lacan dice que el com- nunciar a tratar de ser el objeto del deseo de la
plejo de castración es el pivote en tomo al cual madre, el sujeto renuncia a un cierto goce que
gira todo el complejo de Edipo (S4, 216). No nunca se recupera, a pesar de todos los intentos
obstante, mientras que Freud sostiene que estos de hacerlo: "La castración significa que debe
dos complejos están articulados de distinto mo- ser rechazado el goce para que pueda ser alcan-
do en varones y niñas, para Lacan el complejo zado en la escala invertida (1' échelle renverséeí
dc castración denota el momento final del com- de la ley del deseo" (E, 324). Esto se aplica por
plejo de Edipo en ambos sexos. Él divide el igual a varones y niñas: esta "relación con el
complejo de Edipo en tres "tiempos" (Lacan, falo [...] se establece con independencia de la
1957-8, seminario del 22 de enero de 1958). En diferencia anatómica de los sexos" (E, 282).
el primer tiempo, el niño percibe que la madre En un nivel más cercano a la base, el térmi-
desea algo que está más allá de la criatura mis, no "castración" puede también referirse no a
ma -a saber, el falo imaginario-, y trata enton- una "operación" (el resultado de una interven-
ces de ser el falo para la madre (véase tASE ción por el padre imaginario o real) sino a un
PREEDlpICA). En el segundo tiempo interviene el estado de falta que ya existía en la madre antes
padre imaginario para privar a la madre de su del nacimiento del sujeto. Esta falta es evidente
objeto, promulgando el tabú del incesto; en en el deseo de ella, que el sujeto percibe como
sentido estricto, esto no es castración sino pri- deseo del falo imaginario. Es decir que el suje-
vación. La castración sólo se realiza en el ter" to comprende en una etapa muy temprana que
cero y último tiempo, que representa la "diso- la madre no es completa y autosuficiente en sí
lución" del complejo de Edipo. Es entonces misma, ni está totalmente satisfecha con su ni-
cuando interviene el padre real, demostrando no (el sujeto mismo), sino que desea alguna
que realmente tiene el falo, de modo que el ni- otra cosa. Ésta es la primera percepción que
ño se ve obligado a abandonar sus intentos de tiene el sujeto de que el Otro no es completo si-
ser el falo (54, 208-9, 227). no que tiene una falta.
53
Complejo de Edipo
Ambas formas de castración, la de la madre menta con relación a sus progenitores; el sujeto
y la del sujeto, enfrentan a este último con una desea a un progenitor y entra en rivalidad con
elección: aceptar la castración o negarla. Lacan el otro. En la forma "positiva" de este comple-
dice que s610 aceptando (o "asumiendo") la jo, el progenitor deseado es el del sexo opuesto
castración puede el sujeto alcanzar un cierto al del sujeto, y el del mismo sexo es el rival. El
grado de normalidad psíquica. En otras pala- complejo de Bdipo aparece en el tercer ano de
bras, la asunción de la cast ración tiene un vida, y declina en el quinto, cuando el niño re-
"efecto normalizador". Este efecto normaliza- nuncia al deseo sexual dirigido a sus progenito-
dcr debe entenderse en términos de psicopato- res y se identifica con el rival. Freud decía que
logía (estructuras y síntomas clínicos) y de todas las estructuras psicopaiologicas pueden
identidad sexual. rastrearse hasta una disfunción del complejo de
Edipo, al que en consecuencia caracterizó co-
La castración y las estructuras clínicas mo "complejo nuclear de las neurosis". Aun-
que la expresión no apareció en los escritos de
En la raíz de todas las estructuras psicopa- Freud hasta 1910, se pueden encontrar huellas
tológicas está el rechazo de la castración. No de su origen en obras muy anteriores, y en ese
obstante, puesto que es imposible aceptar la año de 1910 ya había signos de la importancia
castración totalmente, nunca se alcanza una po- central que iba a adquirir en toda la teoría psi-
sición completamente "normal". Lo más cerca- coanalñica de allí en adelante.
no a esa posición de normalidad es la estructu- Lacan aborda por Prim~z el complejo
ra neurótica, pero incluso en ella el sujeto aún de Edipo en su artículo d 193 sobre la fami-
se defiende de la falta en el Otro, reprimiendo lia, donde sostiene que es e ltimc y más im-
su conciencia de la castración. Esto impide que portante de los tres "complejos familiares"
el neurótico asuma plenamente su deseo, ya (véase COMPLF.lO). En ese momento, su descrip-
que "es la asunción de la castración 10 que crea ción del c0..'!!QL~o de Edipo n9 _dif!e~e._º~Ja de
la falta sobre la cual se instituye el deseo" (Ec, Freud;_la "Única originalidad consiste en que
852). Una defensa contra la castración más ra- subraya la relatividad histórica y cultural de es-
dical que la represión es la renegación. que es- te complejo, basándose en indicaciones toma-
tá en las raíces de la estructura perversa. El psi- das de los estudios antropológicos de Mali-
cólico toma el camino más extremo; repudia nowski y otros (Laoan• .l938, 66).
por completo la castración, como si nunca hu- En la década de' 1950 Lacan comienza a de-
biera existido (SI, 53). Este repudio de la cas- sarrollar su propia concepción del complejo de
tración simbólica lleva al retomo de la castra- EdipnAunque siempre sigue a Freud en cuan-
ción en 10 real, por ejemplo en la forma de to a considerarlo como el complejo central en
alucinaciones de desmembramiento (como en el inconsciente, comienza a disentir en algunos J'"
el caso del Hombre de los lobos; véase S 1, 58- puntos importantes. El más destacado es que, a ,-i-
9), o incluso de automutdacrón de los órganos juicio de Lacan, ~slJjeto siempre desea a_la::>r/
genitales reales. madre, y el padre es siempre el rival, con inde- --..
pendencia de que la criatura sea varón o niña.
La castración y la identidad sexual En consecuencia, en la descripción lacaniana el
sujeto masculino y el sujeto femenino expe-
Sólo asumiendo la castración (en [os dos rimentan el complejo de Edlpo de maneras ra-
sentidos) puede el sujeto adoptar una posición dicalmente asimétricas (véase DIFERENCIA SE-
sexual de hombre o de mujer (véase DIFEREN- XUAL).
CIA SEXUAL). Las diferentes modalidades de re- Para Lacan, el complejo de Edipc es la es-
chazo de la castración encuentran expresión en tructura triangular paradigmática, que contrasta
las diversas formas de perversión. con todas las relaciones duales (pero véase el
párrafo final de esta entrada). La función clave
del complejo de Edipo es entonces la del PA-
COMPLEJO DE EDIPO (COMPLEXE DRE, el tercer término que transforma la rela-
D'(EIJ[PE, OED/PUS COMPLEX) ción dual entre la madre y el niño en una es-
tructura triádica.
El complejo de Edipo fue definido por De modo que el complejo de Edipo no es
Freud como un conjunto inconsciente de de- nada menos que el pasaje desde el orden imagi-
seos' amorosos y hostiles que el sujeto experi- nario al orden simbólico, "la conquista de la re-
54
-pap ou 19 snb op U9!SU::l1dwOJ ll( moua ejuarjua -;;
nxes E{ ap uopsana lljll uatqusm f.. SU:lJU!P aY!U 13 -(9-!;ZZ 'tS) aorcnpes S::l1UU opeu!ílIlUl! -¡
UPIU1S::J se¡ '!1 111:1U;)l:;11;;11 UQ:> JSJJpU:llU;¡ 0¡n8uy!.Il p U~ ll!1sníluu cp ::llUUPlO::>S!P UIOU sa
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n oiarns 1;1 '(C:l!19qw!s) epapunoas U9pUJY -;;¡P ;;¡lPUW U'l 'OjlCUljj"cW! OlViI ¡;} sa SOSI::l soq ¡::l
U',)P! BIS;) lit[ -arpud 1;1 UDJ ;)SIeJy!lUJP! O1;lfns -ure U;} ;;¡lU1:111lJ onraurcqa El -arpaur uI op O;lS;lP 'e
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¡
T
Comunicación
técnica. Por un lado, muchos sostenían que las que Lacan concuerda con los analistas que sos-
manifestaciones ccntratransferenciales eran el tienen que el análisis didáctico debe procurarle
resultado de elementos no completamente ana- al profesional la capacidad para trascender to-
lizados en el analista, y que por lo tanto esas das sus reacciones afectivas al paciente. Sin
manifestaciones debían reducirse a un mínimo embargo, Lacan rechaza absolutamente este
mediante un análisis didáctico más completo. punto de vista, y 10 descarta como un "ideal es-
Por otro lado, algunos analistas de la escuela toico" (SS, 219). El análisis didáctico no lleva
kleiniana, Paula Heimann en primer término, al analista más allá de la pasión, y creer esto
sostenían que el analista debe guiarse al inter- supone pensar que todas las pasiones provienen
pretar por sus propias reacciones contratransfe- del inconsciente, una idea que Lacan rechaza.
renciales, tomando sus propios sentimientos En todo caso, cuanto mejor analizado esté el
como indicadores del estado anímico del pa- analista, más probable es que se enamore fran-
ciente (Heimann, 1950). Mientras que el pri- camente o sienta una franca aversión por el o la
mer grupo consideraba la contratransferencia analizante (SS, 220). Entonces, si el analista no
como un obstáculo para el análisis, el último la actúa sobre la base de estos sentimientos, e110
veía como una herramienta útil. no se debe a que el análisis didáctico haya dre-
En la década de 1950 Lacen presenta la nado sus pasiones, sino a que le ha otorgado un
contrarransferencia como una RESISTENCIA, CO" deseo que es incluso más fuerte que esas pasio-
mo un obstáculo que obstruye el progreso de la nes, un deseo que Lacan llama DESEO DEL ANA-
cura psicoanalítica. Lo mismo que todas las re- LISTA (SS, 220-1).
sistencias a la cura, la contratransfercncia es en Por 10 tanto, Lacan no rechaza enteramente
última instancia una resistencia del analista. Él la posición de Paula Heimann. Acepta que los
define entonces la contratransferencia como "la analistas tienen sentimientos respecto de sus
suma de los prejuicios, pasiones, perplejidades pacientes, y que a veces el analista puede di-
e inciuso de la información insuficiente del rigir mejor la cura si reflexiona sobre esas reac-
analista en un cierto momento del proceso dia- ciones. Por ejemplo, si Freud hubiera meditado
léctico" de la cura (Ec, 225). un poco más sobre sus sentimientos respecto de
Lacan se remite a dos de los historiales de la joven homosexual, podría haber evitado in-
Freud para ilustrar 10que quiere decir. En 1951 terpretar el sueño de esa paciente como un
toma el caso Dora (Freud, 1905e), y dice que la mensaje dirigido directamente a él (S4, lOS).
contratransferenciá de Freud tenía las raíces en
su creencia de que la heterosexualidad es natu- Nadie ha dicho nunca que el analista no debe
ral y no normativa, y en la identificación de él experimentar sentimientos respecto de su paciente.
Pero no sólo tiene que saber no ceder a ellos, mente-
con Herr K. Agrega Lacan que estos dos facto- nerlos en su lugar, sino también cómo usarlos ade-
res fueron los que determinaron que Freud ma- cuadamenteen su técnica.
nejara malla cura y provocara la "transferencia (51,32)
negativa" que l1evó a Dora a la interrupción del
tratamiento (Lacan, 195Ia). De modo que, si la contrarransterencía es
En 1957 Lacan realiza un análisis similar condenada por Lacan, ello se debe a que él no
de la cura por Freud de la joven homosexual la define en función de los afectos experimen-
(Freud, 1920a). Entiende que, al interpretar el tados por el analista, sino como el fracaso del
sueño de la mujer como expresivo de un deseo analista en el uso adecuado de tales afectos.
de engañarlo, Freud se estaba centrando en la En la década de 1960 Lacan se vuelve muy
dimensión imaginaria de la transferencia, y no crítico del término "contratransferencia". Dice
en la dimensión simbólica (S4, 135). Es decir que supone una relación simétrica entre el ana-
que Freud interpretó el sueño como algo dirigi- lista y el analizante, pero la transferencia no es
do a él personalmente, y no como algo dirigido de ningún modo una relación simétrica. Cuan-
al Otro. Lacan considera que Freud lo hizo por- do se habla de la posición del analista, el em-
que la mujer le resultaba atractiva y porque se pleo de la palabra "contratransferencia" resulta
identificaba con el padre de esta paciente ($4, al mismo tiempo engañoso e innecesario; basta
106-9). Una vez más, la ccntratransferencia de con referirse a los diferentes modos en que
Frcud llevó la cura a un final prematuro, aun- analista y analizante están implicados en la
que en este caso fue Freud quien decidió po- transferencia (SS, 233). "La transferencia es un
nerle término. fenómeno en el cual el sujeto y el psicoanalista
Podría parecer que de estos ejemplos surge están incluidos por igual. Dividirlo en términos
58
T
Cuaternario
"mito individual" (otra referencia a Lévi- que se manifiesta en las "imágenes de cas-
Strauss) del neurótico, Lacen señala que "den- tración, emasculación, mutilación, desmem-
tro del neurótico hay una situación de cuarteto" bramiento, dislocación, evisceración, devora-
(Lacan, 1953b, 231), Yañade que este cuarteto miento, estallido del cuerpo", que acosan la
puede demostrar las particularidades de cada imaginación humana (E, 11). Estas imágenes
caso de neurosis con más rigor que la tradicio- aparecen típicamente en los sueños y asocia-
nal tematización triangular del complejo de ciones del enalizante en una fase particular de
Edipo (Lacan, 1953b, 232). Llega a la conclu- la cura, a saber: el momento en que surge su
sión de que "todo el esquema Edipo tiene que agresividad en la transferencia negativa. Este
ser reexaminado" (Lacan, 1953b, 235). Así, momento es un importante signo temprano de
además de los tres elementos del complejo de que la cura progresa en la dirección correcta,
Edipo (la madre, el hijo, el padre), Lacan habla es decir, hacia la desintegración de la unidad
a menudo de un cuarto elemento; a veces dice rígida de! yo (Lacan, 1951b, 13).
quc este cuarto elemento es la MUERTE (Lacan En un sentido más general, el cuerpo frag-
1953b, 237; S4, 431), y otras veces que es el mentado no designa sólo las imágenes del cuer-
FALO (S3, 319). po físico, sino también cualquier sensación de
En 1955 Lacan compara la cura psicoanali- fragmentación y de falta de unidad: "El [el su-
tica con el bridge, "un juego para cuatro juga- jeto] es originalmente una colección incipiente
dores" (E, 139; véase E, 229-30). El mismo de deseos -allí tienen el verdadero sentido de
año describe UII cuaternario constituido por una la expresión cuerpo fragmentado" (S3, 39).
estructura triádica más un cuarto elemento (la Cualquiera de estas sensaciones de falta de uni-
LETRA) que circula entre los otros tres (Lacan, dad amenaza la ilusión de síntesis que constitu-
1955a). ye el yo.
Otras estructuras cuaternarias importantes Lacan emplea también la idea del cuerpo
que aparecen en la obra de Lacan son el ESQUE- fragmentado para explicar cienos síntomas tí-
MA L (que tiene cuatro nodos), las cuatro pul- picos de la histeria. Cuando una parálisis histé-
sienes parciales y sus cuatro objetos parciales rica afecta a una extremidad, no respeta la es-
correspondientes, y los cuatro discursos (cada tructura fisiológica del sistema nervioso sino
uno de los cuales tiene cuatro símbolos asigna- que refleja el modo en que está dividido el
dos a cuatro lugares). Lacan enumera asimismo cuerpo en una "anatomía imaginaria". De esa
"cuatro conceptos fundamentales del psicoaná- manera, el cuerpo fragmentado se revela "en el
lisis" (Lacan, 1964a), y habla del SfNTHOME co- nivel orgánico, en las líneas de fragilización
mo un cuarto anillo que impide que se separen que definen la anatomía fanrasmática, tal como
los otros tres del NUDO BORRüMEO (los tres ór- se presenta en los síntomas esquizoides y es-
denes de lo real, lo simbólico y 10imaginario). pasmódicos de la histeria" (E, 5).
ANÁLlSIS). El principio, O "punto de entrada en cura ya no se realiza cara a cara, sino con el
la situación analítica", es un contrato o "pacto" analizante tendido en el diván y el analista
entre analista y analizante, que incluye el sentado detrás de él, fuera de su campo de vi-
acuerdo de este último en cumplir con la regla sión (el diván no se emplea en la cura de pa-
fundamental. A continuación de la consulta ini- cientes psicóticos). A medida que el analizante
cial, se realizan una serie de entrevistas preli- asocia libremente, elabora los significantes
minares cara a cara, que tienen varios propósi- que lo han determinado en su historia y es im-
tos. Primero, permiten constituir un síntoma pulsado por el proceso mismo del habla a arti-
propiamente psicoanalítico, en lugar de la vaga cular algo de su deseo. Éste es un proceso di-
conexión de motivos de consulta que suele lle- námico que involucra un conflicto entre una
var el paciente. Segundo, dan tiempo para de- fuerza que impulsa el tratamiento (véase
sarrollar la transferencia. Tercero, permiten que TRANSFERENCIA, DESEO DEL ANALISTA) Y otra
el analista determine si se trata realmente o no fuerza opuesta que bloquea el proceso (véase
de una demanda de análisis, y también que ge- REslsTENcrA). La tarea del analista consiste en
nere una hipótesis sobre la estructura clínica dirigir el proceso (no en dirigir al paciente), y
del analizante. en volver a ponerlo en movimiento cuando se
Después de las entrevistas preliminares, la atasca.
D
Desde sus primeros trabajos, Freud ubicó el La psiquiatría define habitualmente los de-
concepto "defensa" en el núcleo de su teoría de lirios como creencias falsas, firmes e incorregi-
las neurosis. Se llama defensa la reacción del bles, incongruentes con información de que se
yo a ciertos estímulos interiores que percibe co- dispone y con las creencias del grupo social del
mo peligrosos. Aunque más tarde Freud postu- sujeto (véase American Psychiatric Assccía-
ló la existencia de diferentes "mecanismos de lían, 1987, 395; Hughes, 1981, 20ó). Los e-n.
defensa" además de la REPREStÓN (véase Freud, nos son el rasgo clínico central de la PARANOIA,
1926d), dejó en claro que la represión es singu- y pueden ir desde ideas simples hasta redes
lar, en el sentido de que es constitutiva del in- complejas de creencias (denominadas sistemas
consciente. Anna Freud intentó clasificar algu- delirantes).
nos de estos mecanismos en su libro The Ego En términos lacanianos, al paranoico le fal-
and the Mechantsms of Defence (1936). ta el N0MBRE-DEL-PADRE, y el delirio es el in-
Lacan es muy crítico del modo en que An- tento de Henar el agujero que ha dejado en el
na Freud y la psicología del yo interpretan el universo simbólico la ausencia de este signifi-
concepto de defensa. Sostiene que lo confun- cante primordial. De modo que no constituye la
den con el concepto de REStSTRNCIA (Ec. 335). "enfermedad" en sí, sino, por el contrario, el in-
Por esta razón pide cautela, y prefiere no cen- tento del paranoico por curarse, por sustraerse
trar en tomo a la defensa su idea de la cura al derrumbe del universo simbólico mediante
psicoanalítica. Cuando discute la defensa, la una formación sustitutiva. Como lo comentó
opone a la resistencia: mientras que las resis- Freud en su obra sobre Schreber: "Lo que to-
tencias son respuestas imaginarias transitorias mamos como producción patológica, la forma-
a intrusiones de lo simbólico, y están del lado ción delirante, es en realidad el intento de recu-
del objeto, las defensas son estructuras simbó- peración, la reconstrucción" (Preud, 19l1c, SE
licas más permanentes de la subjetividad (a las XII, 71).
que Lacan denomina habitualmente fANTASMA, Lacan subraya la importancia del delirio, y
y no defensa). Esta distinción trazada entre la de que se preste mucha atención a su relato
resistencia y la defensa difiere mucho de la por el propio paciente psicótico. El delirio es
que utilizan otras escuelas psicoanalíticas (en una forma de discurso, y en consecuencia hay
los casos en que de algún modo la plantean); que entenderlo como "un campo de significa-
esas escuelas tienden a considerar las defensas ción que ha organizado un cierto significante"
como fenómenos transitorios, y las resistencias (S3, 121). Por esta razón, todos los fenómenos
como más estables. delirantes "se clarifican con referencia a las
Para Lacan, la oposición entre deseo y de- funciones y la estructura de la palabra" (83,
fensa es dialéctica. En 1960 sostuvo que, lo 310).
mismo que el neurótico, el perverso "se defien- La construcción delirante paranoide puede
de en su deseo", puesto que "el deseo es una tomar muchas formas. Una fonna común, el
defensa (défense), una prohibición (défense) "delirio de persecución", gira en torno al Otro
que veda ir más allá de cierto límite en el goce" del Otro, un sujeto oculto que maneja los hijos
(E, 322). En 1964 añade: "Desear involucra del gran Otro (el orden simbólico) y controla
una fase defensiva que 10 hace idéntico a no nuestros pensamientos, conspira contra noso-
querer desear" (SIl, 235). tros, nos vigila, etcétera.
63
T
Demanda
significa que depende de sus progenitores más las defensas del yo (E, 5). Incluso hasta 1950
que otros animales, y por un tiempo más pro- toma en serio conceptos genéticos tales como
longado. el de "fijación objeta!" y "estancamiento del
Lacan sigue a Freud al destacar la impor- desarrollo" (Ec, 148). No obstante, a principios
tancia de la dependencia inicial del cachorro de la década de 1950 comienza a adoptar una
humano respecto de la madre. La originalidad posición extremadamente crítica respecto del
de Lacan reside en el modo en que llama la geneticismo, por diversas razones. Primero, el
atención sobre "el hecho de que esta dependen- geneticismo presupone un orden natural del de-
cia es mantenida por un mundo de lenguaje" sarrollo sexual y no toma en cuenta la articu-
(E, 309). La madre interpreta los gritos del be- lación simbólica de la sexualidad humana,
bé como hambre, cansancio, soledad, etcétera, ignorando de tal modo las diferencias funda-
y determine retroactivamentc su sentido (véase mentales entre las pulsiones y los instintos. Se-
PUNTUACIÓN). El desamparo del niño contrasta gundo, se basa en un concepto lineal del TIEM-
con la omnipotencia de la madre, que puede de- PO, concretamente contradictorio con la teoría
cidir si satisfará o no las necesidades de la cria- psicoanalítica al respecto. Finalmente, da por
tura (54, 69, 185). El reconocimiento de este sentado que la síntesis final de la sexualidad es
contraste genera un efecto depresivo en el niño tanto posible como normal, mientras que para
(54, 186). Lacan esa síntesis no existe. Por lo tanto, mien-
Lacan utiliza también el concepto de de- tras que la psicología del yo y la TEORíA DE LAS
samparo para ilustrar la sensación de abandono RELACIONES OBJETAL8S proponen el concepto
y destitución subjetiva que siente el analizante de un estadio final del desarrollo psicosexual
en el FIN DE ANÁLISIS. "En el fin de un análisis en el cual el sujeto llega a una relación "madu-
didáctico el sujeto debe conocer y llegar al do- ra" con el objeto, descrita como relación geni-
minio y al nivel de la experiencia del desorden tal, Lacan rechaza totalmente estas ideas. El di-
absoluto" (57,304). El fin de análisis no es en- ce que ese estado de complerud y madurez
tonces concebido por Lacan como la realiza- finales no es posible, porque el sujeto está írre-
ción de alguna plenitud beatífica, sino todo Jo mediablementc escindido, y la metonimia del
contrario, como un momento en el que el sujeto deseo es indetenible. Además, Lacan señala
se concilia con su soledad total. Sin embargo, que "el objeto que corresponde a una etapa
mientras que el infante puede confiar en el au- avanzada de la madurez instintual es un objeto
xilio de la madre, el analizante en el fin de aná- redescubierto" (S4, 15); la denominada etapa
lisis "no puede esperar la ayuda de nadie" (S7, final de madurez no es más que el encuentro
304). Si esta concepción de la cura psicoanalíti- con el objeto de las primeras satisfacciones del
ca parece particularmente ascética, esto es lo niño.
que Lacan desea que parezca; como él mismo Lacan cuestiona la lectura geneticista de
dice, el psicoanálisis es "una prolongada asee- Freud, describiéndola como una "mitología de
sís subjetiva" (E, 105). la maduración instintiva" (E, 54). Sostiene que
las diversas "etapas" o "fases" analizadas por
Freud (oral, anal y genital) no son fenómenos
DESARROLLO (DÉVELOPPEMENT, biológicos observables que se desarrollen natu-
DEVEWPMENn ralmente, como las etapas del desarrollo senso-
rial y motor, sino "estructuras obviamente más
La PSICOLOGíA DEL YO presenta al psicoaná- complejas" (E, 242). Las etapas pregenitales no
lisis como una forma de psicología evolutiva, o son momentos ordenados cronológicamente del
psicología del desarrollo, subrayando la evolu- desarrollo del niño sino estructuras esencial-
ción en el tiempo de la sexualidad del niño. Se, mente intemporales, que se proyectan retroacti-
gún esta interpretación, Freud muestra de qué vamente sobre el pasado; "son ordenadas en la
modo progresa el niño a través de las fases pre- retroacción del complejo de Edipo'' (E, 197).
genitales (oral y anal) hasta la madurez de la Lacan descarta entonces todos los intentos de
etapa GENITAL. obtener pruebas empíricas de la secuencia de
En sus primeros trabajos, Lacan parece las fases psicosexuales mediante "la denomina-
aceptar esta lectura evolutiva de Freud (que él da observación diJecta del niño" (E, 242); Ypo-
denomina "geneticismo"), por lo menos en la ne énfasis en la reconstrucción de tales etapas
cuestión del orden genético dc los tres "com- en el análisis de adulto: "Es comenzando con la
plejos familiares" (Lacan. 1938) y en cuanto a experiencia del adulto como debemos abordar,
Desconocimiento
retroactivamente, nachtriiglích. las experiencias continuo de devenir, pero este proceso es ame-
supuestamente originales" (SI, 217). En 1961, nazado, y no favorecido, si se le impone un mo-
Lacan concibe las fases pregenitales como for- dele fijo "providencial" del desarrollo genético.
mas de DEMANDA. Lacan sostiene que "en psicoanálisis, la historia
La compleja relación entre la emergencia es una dimensión diferente de la dimensión del
cronológica de los fenómenos y la secuencia desarrollo, y es una aberración tratar de reducir
lógica de las estructuras es también ilustrada la primera a la última. La historia sólo procede
con referencia a la cuestión de la adquisición fuera de ritmo con el desarrollo" (Ec, 875).
del lenguaje. Por un lado, los psicclingüistas ¿Qué hay que hacer entonces con las dos
han descubierto un orden natural de desarrollo, grandes "fases" que dominan la enseñanza de
en el cual el infante progresa a lo largo de una Lacan, el estadio del espejo y el complejo de
secuencia de etapas predeterminadas biológica- Edipo? El estadio del espejo está claramente re-
mente (balbuceo, seguido de la adquisición de lacionado con un acontecimiento que se puede
fonemas, después de palabras aisladas, y a con- ubicar en un momento específico de la vida del
tinuación de oraciones de complejidad crecien- niño (entre los seis y dieciocho meses), pero es-
te). Pero a Lacan no le interesa esta secuencia te acontecimiento sólo le interesa a Lacan por-
cronológica, puesto que ella sólo trata de "la que ilustra la estructura esencialmente intempo-
emergencia, propiamente hablando, de un fenó- ral de la relación dual; es esta estructura 10 que
meno" (S 1, 179). Lo que le interesa a Lacan no constituye el núcleo del estadio del espejo. (Re-
es el fenómeno (la apariencia externa) del len- sulta interesante observar que la palabra france-
guaje, sino el modo en que el lenguaje posicio- sa aade puede entenderse tanto en términos
na al sujeto en una estructura simbólica. Con temporales como espaciales, es decir, como una
respecto a esto último, Lacen señala que "el ni- "etapa" o un "estadio", en el sentido de "recin-
ño ya tiene una apreciación inicial del simbolis- to deportivo".) De modo análogo, mientras que
mo del lenguaje" mucho antes de poder hablar, Freud ubica el complejo de Edipo en una edad
"mucho antes de la aparición exteriorizada del espectfíca "(entre el tercero y el quinto año de
lenguaje" (SI, 179; véase SI, 54). Pero la cues- vida), Lacan concibe este complejo como una
tión de cómo se produce esta "apreciación ini- estructura triangular intemporal de la subjetivi-
cial" de lo simbólico es casi imposible de teori- dad. Se sigue de esto que para Lacan tiene poco
zar, puesto que no se trata de la adquisición interés preguntarse cudndo exactamente se
gradual de un significante tras otro sino de la constituye el yo, o cuándo entra el niño en el
entrada, en términos "todo o nada", en un "uni- complejo de Edlpo -cuesüones que han suscita-
verso" de significantes. Un significante es un do tantas controversias entre las otras escuelas
significante sólo en virtud de su relación con pslcoanalñicas-. Lacan admite que "el yo se
otros significantes; por lo tanto es imposible constituye en un momento específico de la his-
adquirirlo de modo aislado. La transición a lo toría del sujeto" (SI, 115) Yque en cierto mo-
simbólico es siempre una creación ex nihiio, mento se forma el complejo de Edipo, pero no
una discontinuidad radical entre un orden y le interesa indagar exactamente cuándo se pro-
otro. y nunca una cuestión de evolución gra- ducen esos hechos. Para el psicoanálisis no tie-
dual. Esta última expresión le resulta a Lacan ne importancia saber cuándo entra el niño en el
particularmente desagradable, y advierte a sus orden simbólico. Lo único que importa es que
discípulos que "se cuiden de ese registro del antes de que lo haga es incapaz de hablar, y por
pensamiento conocido como evolucionismo" lo tanto inaccesible para el psicoanálisis, y que
(S7, 213); él prefiere describir el cambio psí- después de haberlo hecho todo lo anterior a ese
quico con metáforas de creación ex nihi/o. momento es transformado retroactivamente por
La oposición de Lacan a los conceptos de el sistema simbólico.
desarrollo y evolución no se basa en la negación
del cambio psíquico en sí. Por el contrario, La-
can insiste en la historicidad de la psique. y con-
sidera la restauración de la fluidez y el movi-
miento psicológicos como mela de la cura
psicoanalñíca. Su oposición al concepto de de-
sarrollo sólo refleja la desconfianza que le pro- La palabra francesa méconnaíssance corres-
vocan todos los modelos normativos del cambio ponde aproximadamente a los términos ingle.
psíquico; el sujeto está envuelto en un proceso ses "mísunderstandíng" (incomprensión) y
66
Oeseo
sujeto le pregunta Che vuoi? ("¿Qué quieres cados, y Lacan simboliza este hecho trazando
de mí?"), con el resultado de que en la transfe- una barra entre ellos en el algoritmo saussurea-
rencia emerge el fantasma fundamental del su- no (véase la figura 17, pág. 178). El significado
jeto. se desliza, y estos deslizamientos bajo la barra
del algoritmo saussureano generan un movi-
Un deseo propio del analista miento continuo (E, 154), un movimiento que
es sólo temporariamente detenido por los PUN-
El otro sentido de la frase "deseo del ana- TOS DE ALMOHADILLADO. Cuando no hay sufi-
lista" se refiere al deseo que debe animar al cientes puntos de almohadillado, como en la
analista en el modo de dirigir la cura. Es más PSICOSIS, el deslizamiento de la significación es
fácil de definir en términos negativos que en interminable, y los sentidos estables se disuel-
términos positivos. No se trata por cierto de un ven totalmente.
deseo de lo imposible (S7, 3(0). Tampoco es
un deseo de "hacer bien" o "curar"; por el con-
trario, es "un no-deseo de curar" (S7, 218). No DIALÉCTICA (DlALECTlQUE,
es el deseo de que el analizante se identifique D1ALECTIC)
con el analista; "el deseo del analista [...] tien-
de hacia una dirección que es la opuesta exacta El término "dialéctica" se originó en la An-
a la identificación" (Sil, 274). El analista no tigüedad griega; para los griegos designaba (en-
desea esa identificación, sino que en la cura tre otras cosas) un procedimiento discursivo en
emerja la verdad propia y singular del anali- el cual se interroga al oponente en un debate de
zante, una verdad que es absolutamente distin- un modo tal que se sacan a luz las contradiccio-
ta de la del analista; el deseo del analista es en- nes de su discurso. Ésta es la táctica que Platón
tonces "un deseo de obtener una diferencia atribuye a Sócrates, quien en la mayoría de los
absoluta" (S 11, 276). Con este sentido de "un diálogos comienza por reducir a su Interlocutor
deseo propio del analista" Lacan quiere situar a un estado de confusión y desamparo. Lacan
la cuestión del deseo del analista en el corazón lo compara con la primera etapa de la cura psi-
de la ética del psicoanálisis. coanalítica, en la que el analista fuerza al anali-
¿Cómo llega el analista a ser guiado por el zanre a enfrentar las contradicciones y lagunas
deseo propio de su función? Según Lacan, esto de su relato. No obstante, así como Sócrates
s610 se logra por medio de un análisis didácti- procedía a continuación a extraer la verdad de
co. El requerimiento esencial, la condición sine los enunciados confusos de su interlocutor,
qua non para convertirse en analista, es pasar también el analista procede a extraer la verdad
uno mismo por una cura analítica. En el curso de las asociaciones libres del analizante (véase
de este tratamiento habrá una mutación de la S8, 140). Lacan dice que "el psicoanálisis es
economía del deseo en el aspirante; su deseo una experiencia dialéctica" {Ec, 216), puesto
será reestructurado, reorganizado (S8, 221-2). que el analista tiene que comprometer al anali-
Sólo si esto sucede podrá funcionar propiamen- zante en una "operación dialéctica" (SI, 278).
te como analista. Sólo por medio de "un proceso dialéctico ince-
sante" puede el analista subvertir las discapaci-
tantea ilusiones de permanencia y estabilidad
DF.sUZAMIENTOffiESLIZARSE del yo, de la misma manera que los diálogos
(GUSSEMENT/GUSSER, SUP) socráticos (Lacan, 1951b, 12).
Aunque la dialéctica se originó entre los fi-
Lacan emplea el verbo "deslizarse" (y el lósofos griegos, su predominio en la filosofía
sustantivo correspondiente, "deslizamiento") moderna se debe a la revitalización del concep-
para describir la relación inestable que existe to en el siglo XVIII por los idealistas poskan-
entre el significante y el significado. Estos tér- tianos Fichte y Hegel, quienes concibieron la
minos subrayan entonces el diferente modo de dialética como una tríada de tesis, antítesis y
concebir la SIGNIFICACIÓN en Saussure y Lacan; síntesis. Para Hegel, la dialéctica es tanto un
para Saussure la significación era un vínculo método de exposición como la estructura mis-
estable entre el significante y el significado, pe- ma del progreso histórico. En la Fenomenolo-
ro para Lacan es una relación inestable, fluida. gía del espíritu (1807), Hegel describe el pro-
Resulta imposible establecer un lazo estable, de greso de la conciencia hacia el saber absoluto
uno a uno, entre los significantes y los signifi- por medio de una serie de confrontaciones en-
70
T Diferencia sexual
-- --
3x <l>x 3X <1> x
'Ix <1> x 'Ix <1> x
S~ S("')~
-a ;¿{
<1>-4-
mujer son Bxo x (= no hay ninguna x ~ no mino "discurso" de un modo ligeramente dis-
esté sometida a la función fálica) y 'ixtllx tinto, aunque sigue subrayando la INTERSUBJETI-
(= para no toda x la función fálica es válida). VIDAD. En adelante e1JbJ.nim;J.~~fie.r.eJl~'I,m
Esta última fórmula ilustra la relación de la I¡¡,z.O_..sQ,dlll.b.as.ad.Q.et\.eLk:ng.u*" (S20, 21).
MUJER con la lógica del no-todo. Lo más SOf- L~ºªJLid~ntillqu;;l,I.lllW..1ip-º-LRº-siº-IJ:.~.~e_ @~o
prendente es que cada par de proposiciones que sQ..cliL cuatro articulaciones posibles de la red
están a uno y otro lado del diagrama parecen simbólica que regula las relaciones intersubjeti-
contradecirse entre sí: "cada lado es definido vas. Estos "cuatro discursos" _son el discurso
por una afirmación y también una negación de delamo, ei·"dTScursode·Ú· uni ve¡:$ida~CeCdis~
la función fálica, una inclusión y una exclusión curso de la histérica y el discurso d~.l analista.
del goce absoluto (no-fálico)" (Copiek, 1994, Lacan representa cada uno de estos cuatro dis-
27). Sin embargo, entre los dos lados no hay cursos por un algoritmo; cada algoritmo contie-
ninguna simetría (ninguna relación sexual); ne los cuatro siguientes símbolos algebraicos:
uno y otro lado representan los modos radical-
mente distintos en que la RELACIÓN SEXUAL SI'" el significante amo
puede fallar (S20, 53-54). S2'" el saber (le savoir)
$ '" el sujeto
a "' plus de goce
DISCURSO (D/SCOURS, D/SCOURSE)
Lo que distingue entre sí los cuatro discur-
Siempre que Lacan emplea el término "dis- sos es la posición de estos símbolos. En los al-
curso" (y no, por ejemplo, "palabra") lo hace goritmos de los cuatro discursos hay cuatro po-
para subrayar la naturaleza transindividual del siciones, cada una de las cuales es designada
lenguaje, el hecho de que la palabra siempre con un nombre diferente. Los nombres de las
implica a otro sujeto, un interlocutor. De modo cuatro posiciones pueden leerse en la figura 3;
que la célebre fórmula lacaniana "el incons- Lacan denomina de distinta manera estas posi-
ciente es el discurso del otro" (que aparece por ciones en diferentes puntos de su obra, y nues-
primera vez en 1953, y más tarde se conviene tra figura está tomada del seminario de 1972-3
en "el inconsciente es el discurso del Otro") de- (S20,21).
signa el inconsciente como el efecto sobre el Cada discurso se define escribiendo los
sujeto de la palabra que le es dirigida desde cuatro signos algebraicos en posiciones dife-
otra parte. por otro sujeto que ha sido olvidado, rentes. Conservan el mismo orden, dc modo
por otra localidad psíquica (la otra escena). que cada discurso es simplemente el resultado
En 1969 Lacan comienza a emplear el tér- de hacer girar a los símbolos un cuarto de vuel-
Discurso
el agente el otro
tao La posición de arriba a la izquierda (vel bajo es un excedente (a) del que el amo trata de
agente") es la dominante. y define el discurso. apropiarse.
Además de los cuatro símbolos, cada algoritmo Bldíscurso deIa .uníversídad.se.produce
incluye una flecha que va del agente al OlIO. haciendo girar UD cuarto de vueha el.díscurso
Estos cuatro discursos aparecen en la figura 4 del amo (en sentido conrranc.at.ce.Jas agujas
(tomada de S 17, 31). .deLreloj). La..p osición dominante..es.ocupada
En 1971, Lacan propone que la posici6n del P.2rel saber. ~.H_Q.ihmrllel.hecJ1Q_<!e.ql!l< detrás
agente es también la posici6n del SEMBLANTE. de IQQ.q~.!"o§_tn.teento.s.9-~ jr;n.Q~rlJn saber apa-
En 1972 inscribe dos flechas en las fórmulas, rememenre "neutral" al otro siempre puede lo-
en lugar de una; una flecha (que denomina "im- calizarse un intento de dominio (dominio del
posibilidad'') va del agente al otro, la otra fle- saber, y dominio del otro al que se imparte este
cha (bautizada "impotencia") va de la produc- saber). El discurso de la universidad representa
ci6n a la verdad (S20, 21). la hegemonía del saber, particularmente visible
Eldiscurso.del.Aao.es.el. díscurso.bésisc en la modernidad en la forma de hegemonía de
del que derivan los otros tres. l,.1l_P9sic.it!!l..Q.9- la ciencia.
minante es ocupada por el sigl,lific_llº-tt1.."ªl):).Q El discurso de Iahistéríca K 91;1.tiene tam-
(St), que representa al sujeto ($) para otro sig- b.iéu.haciendQ girar uncuarto de v!J"lta el dis-
nificante 0, más precisamente, para t9.c10.~ los curso del amo, pero en el misrno.sentidn de las
otros significantes (S2); no obstante, en esta a.&l!i~~_delr.~IQj. No es simplemente "lo que di-
operación significante hay siempre un exce- ce una histérica", sino \JI\.cierto tipo de lazo SQ-
dente, el OBIETO a. La idea es que todos los in- cllis.,n.eLc.uaJ.Rued.einscribirse cualquier suje-
tentos de totalízacién están condenados al fra- J2.,..~QStci9ndominante es. ocupada por el
caso. El discurso del amo "oculta la división sujfJ.u.diridido~elsínto.rna. Este díscursc es el
del sujeto" (S17, 118). También ilustra clara- que señala el camino hacia el saber (SI7, 23).
mente la estructura de la dialéctica del amo y el La cura psicoanalitica involucra "la introduc-
esclavo. El amo (SI) es el agente que pone a ci6n estructural del discurso de la histérica me-
trabajar al esclavo (S2); el resultado de este tra- diante condiciones artificiales"; en otras pala-
"'S'
~~ S2 S2 --'1 a
j S, j
$ ....,. SI
a S,
74
Discurso
bras, el analista "histeriza" el discurso del pa- el analista, en el curso de la cura, tiene que con-
ciente (SI7, 35). venirse en la causa del deseo del analizante
El discurso del analista se obtiene haciendo (518,41). El hecho de que este discurso es el
girar un cuarto de vuelta el discurso de la histé- inverso del discurso del amo subraya que, para
rica (del mismo modo que Frcud desarrolló el Lacan, el psicoanálisis es una práctica esencial-
psicoanálisis dando un giro interpretativo al mente subversiva que socava todos los intentos
discurso de sus pacientes histéricas). La R9~i dc dominación del otro y de dominio del saber.
.ción del agente, el analista en la cura, es ocupa- (Más información sobre los cuatro discursos
da por el objeto.a; esto ilustra el hecho de que puede encontrarse en Bracher y otros, 1994.)
75
T
,,
T
,,
prefiere traducir al francés el enunciado freu- ci~~, Lacan afirma que la fuente de la palabra
diano como "Lb. OU c'etait, peut-on dire, la oa no es el yo, ni la conciencia, sino el inconscien-
s'etaít ... c'est mon devoir que je vienne aétre" te; ellell.guaje proviene del Orrc.iy la. idea de
("Allí donde ello era, puede decirse, allí donde que "yo" soy amo de mi discurso es sólo una
se era [... ] es mi deber que yo venga a ser") (E, ilusión. La misma palabra "yo" (fe) es ambi-
129, traducción modificada; Ec, 417-18; véase gua; como SHTFTER, es un significante que actúa
también E, 299-300; Sil, 44). Según este modo como sujeto del enunciado, y también un índice
de ver, el fin de análisis es entonces una espe- que designa, pero no significa, al sujeto de la
cie de "reconocimiento existencial" de los de- enunciación (E, 298). De modo que el sujeto
terminantes simbólicos del propio ser, un reco- está escindido entre estos dos niveles, dividido
nocimiento del hecho de que "Tú eres esto" en el acto mismo de articular e! "yo" que pre-
('íú eres esta cadena simbólica, y no más") senta la ilusión de unidad (véase SIl, 139).
(SI, 3).
procedimiento muy distinto, que Lacan deno- ÁLGEBRA lacaniana, y los vectores muestran la
minó PASE. El pase fue instituido por Lacan en relación estructural entre esos símbolos. Los es-
1967, como medio para verificar el fin de análi- quemas pueden verse como la primera incur-
sis, y constituye el rasgo más original de la sión de Lacan en el campo de la TOPOLOGIA.
EFP. Otro rasgo original de la EFP fue la pro- El primer esquema que aparece en la obra
moción de la investigación en pequeños grupos de Lacan es también el que él más usó. Este es-
de estudio denominados CÁRTELES. quema es designado "L" porque se asemeja a la
En los anos finales de la EFP prevaleció lambda mayúscula del alfabeto griego (véase la
una intensa controversia sobre el pase y otras figura 5, tomada de Ec, 53). Lecan introdujo
cuestiones (véase Roudinesco, 1986). En 1980 este esquema en 1955 (82, 243), y él ocupó un
Lacan disolvió la EFP, y en 1981 creó una nue- lugar central en su obra por unos pocos años,
va institución en su lugar, la École de la Cause Dos años después, Lacan reemplazó esta
Preudienne (ECF). Algunos de los miembros versión del esquema por una "forma simplifica-
originales de la EFP siguieron a Lacan a la da" nueva (figura 6, tomada de Ec, 548; véase
ECF, mientras que otros se sumaron a diversos E,193).
grupos. Algunos de estos grupos existen aún, lo Aunque el esquema L tiene muchas lecturas
mismo que la ECF. posibles, su finalidad principal es mostrar que
la relación simbólica (entre el Otro y el sujeto)
está siempre bloqueada en cierta medida por el
ESQUEMA L (SCHÉMA L, SCHEMA L) eje imaginario (entre el yo y la IMAGEN ESPECU-
LAR). Como tiene que atravesar la imaginaria
Los diversos "esquemas" que comenzaron a "pared del lenguaje", el discurso del Otro l1ega
aparecer en la obra de Lacan en la década de al sujeto en una forma interrumpida e invertida
1950 son intentos de formalizar por medio de (véase COMUNICACiÓN). El esquema ilustra en-
diagramas ciertos Aspectos de la teoría psicoa- tonces la oposición entre lo imaginario y lo
nalítica. Todos ellos constan de algunos puntos simbólico, tan fundamental en la concepción
conectados por vectores. Cada punto del esque- lacaniana del psicoanálisis. Esto tiene impor-
ma es designado por alguno de los símbolos del tancia práctica en la cura, puesto que el analista
(Yola O O@Otro
Figura 5. Esquema l
Fuente: J,,~ques Lacan, Écrits, Paris, Seuil, t966 .
•0
T
Estadio del eSpejo
,'L--_ _ ~ A
debe habitualmente intervenir en el registro rio básico de! esquema L, en e! que se basan.
simbólico, y no en el imaginario. De modo que No obstante, a diferencia de éste, que le sirve a
el esquema también muestra la posición del Lacan como punto de referencia constante en el
analista en la cura: período de 1954-7, los otros esquemas apare-
cen una sola vez en sus textos. Los últimos (los
Si uno quiere posicionar al analista en este es- esquemas de Sade) son de 1962, cuando los es-
quema de la palabra del sujeto, puede decir que está quemas en general ya habían dejado de desem-
en algún lugar en A. Por lo menos debe estarlo. Si peñar un papel importante en el discurso de La-
entra en el acoplamiento de la resistencia, que es pre-
cisamente 10 que se le enseña que no haga, entonces can, aunque puede decirse que ellos tendieron
habla desde u' y se verá a sí mismo en el sujeto. las bases para su trabajo topológico más riguro-
(33,161-2) so de la década de 1970.
que el analista debe tomar en serio el sen- Primero, la ética tradicional gira en tomo al
timiento de culpa del analizante. pues en el concepto del Bien, y propone diferentes "bie-
fondo, siempre que el analizante experimenta nes" que compiten entre sí por la posición de
culpa, eUo se debe a que, en algún punto, ha ce- Bien Supremo. Pero la ética psícoanalñica ve el
dido en su deseo. "Desde un punto de vista Bien como un obstáculo en la senda del deseo;
analítico, lo único de lo que uno puede ser cul- en psicoanálisis "es necesario un repudio radi-
pable es de haber cedido en su deseo" (S7, cal de un cierto Ideal del bien" (S7, 230). La
319). Por lo tanto, cuando el analizante se pre- ética psiccanalítlca rechaza todos los ideales,
senta con un sentimiento de culpa, la tarea del incluso los ideales de "la felicidad" y "la sa-
analista consiste en descubrir d6nde el anali- lud"; el hecho de que la psicología del yo los
zante ha cedido en su deseo. haya adoptado le Impide pretender que es una
Segundo, ¿cómo ha de responder el analista forma de psicoanálisis ($7, 219). Por lo tanto,
a la moral patógena que actúa a través del su- el deseo del analista no puede ser "curar" o
peryó? Podría parecer que la concepción freu- "hacer bien" (S7, 21S).
diana de la moral como fuerza patógena impli- Segundo, la ética tradicional ha tendido
ca que el analista simplemente tiene que ayudar siempre a vincular el bien al placer; el pensa-
al analizante a liberarse de las coacciones mo- miento moral se ha "desarrollado a lo largo de
rales. Sin embargo, aunque esa interpretación las sendas de una problemática esencialmente
pueda encontrar algún respaldo en obras ante- hedonista" (S7, 221). Pero la ética pstcoanalíti-
riores de Freud (Freud. 1905d), Lacan se opone ca no puede adoptar ese enfoque, porque la ex-
firmemente a ella, y prefiere el Freud más pesi- periencia psicoanalúíca revela la duplicidad del
mista de El malestar en la cultura (Freud, placer; hay un límitc al placer y, cuando ese lí-
1930a); sostiene categóricamente que "Preud mite se atraviesa, el placer se convierte en do-
no era en modo alguno un progresista" (S7, lor (véase GOCE).
183), De modo que el psicoanálisis no es sim- Tercero, la ética tradicional gira en torno a
plemente un ethos libertino. "el servicio de los bienes" (S7, 314) que ante-
Se diría que esto enfrenta al analista con un pone el trabajo y una existencia segura y orde-
dilema moral. Por un lado, no puede simple- nada a las cuestiones del deseo; le dice a la
mente alinearse con la moral civilizada, puesto gente que haga aguardar a sus deseos (S7, 315).
que esta moral es patógena. Por otro lado, tam- La ética psicoanalñica, por otro lado, fuerza al
poco puede adoptar simplemente un enfoque li- sujeto a enfrentar la relación entre sus acciones
bertino opuesto, que de tal modo sigue estando y su deseo en la inmediatez del presente.
en el campo de la moral (véase S7, 3-4). Podría Después de su seminario sobre la ética de
parecer que la regla de la neutralidad le ofrece 1959-60, Lacan continúa ubicando los interro-
una salida de este dilema, pero de hecho no es gantes éticos en el corazón de la teoría psicoa-
así, pues Lacen señala que no existe ninguna nalúica. Interpreta el solI de la célebre frase de
posición éticamente neutral. Por Lo tanto, el Freud, Wo es war, $011 lch werden (t'Donde
analista no puede evitar las cuestiones éticas. era ello, debo ser yo", Freud, 1933a, SE XXII,
En todo modo de dirigir la cura hay implí- 80) como un deber ético (E, 128) Y sostiene
cita una posición ética, sea que el analista lo que el estatuto del inconsciente no es ontoló-
admita o no. Esa posición ética del analista es gico sino ético (S 1 J, 33). En la década de
más claramente revelada por el modo en que 1970 cambia el énfasis de la ética psicoanalüi-
formula la meta de la cura (S7, 207). Por ejem- ca, que pasa del interrogante del actuar ("¿Has
plo, las formulaciones de la psicología del yo actuado de acuerdo con tu deseo?") al interro-
sobre la adaptación del yo a la realidad impli- gante de la palabra; se convierte entonces en
can una ética normativa (S7, 302). En oposi- una ética del "bien decir" (I'éthique du Bien-
ción a ella, Lacan comienza a formular su pro- dire) (Lacen. 1973a, 65). No obstante, más
pia ética analítica. que una oposición esto representa, como 10
La ética analítica de Lacan relaciona la ac- hemos señalado, s610 una diferencia de énfa-
ción con el deseo (véase ACTO). Lacan la resu- sis, puesto que para Lacan decir bien es en sí
me en una pregunta: "¿Has actuado de confor- mismo un acto.
midad con el deseo que te habita?" (S7, 314). Lo que separa el psicoanálisis de la SUGES-
Él contrasta esta ética con la "ética tradicional" TIÓN es fundamentalmente una posición ética;
(S7, 314) de Aristóteles, Kant y otros filósofos el cimiento del psicoanálisis es un respeto bási-
morales, en varios terrenos. co por el derecho del paciente a resistirse a la
85
extstencía
dominación, mientras que la sugestión conside- 179). Ésta es la existencia del sujeto del incons-
ra tal resistencia como un obstáculo que hay ciente, S, que Lacen describe como una "exis-
que aplastar. tencia inefable, estúpida" (E, 194).
Este segundo sentido del término "existen-
cia" es exactamente opuesto a la existencia en
EXISTENClA (EXISTENCE, el primer sentido. Mientras que la existencia en
EXISTENCE) el primer sentido es sinónimo del SER en el uso
lacaniano, la existencia en el segundo sentido
El término "existencia" es empleado por se opone al ser.
Lacan de diversos modos (véase Zizek, 1991,
136-7). Lacan acuñó el neologismo ex-sistence para
expresar la idea de que el núcleo de nuestro ser
Existencia en lo simbólico (Kern unseres Wesen) es también radicalmente
Otro, extraño, externo (Ec, 11). El sujeto está
Este sentido de la existencia debe enten- decentrado, su centro está fuera del mismo, es
derse en el contexto del examen por Freud del ex-céntrico. Lacan habla también de la "ex-sis-
"juicio de existencia", mediante el cual se afir- tencia (Enlstellung) del deseo en el sueño" (E,
ma la existencia de una entidad antes de atri- 264), puesto que el sueño no puede representar
buirle cualquier cualidad (véase Freud, 1925h, el deseo salvo distorsionándolo.
y BEJAHUNG). Sólo lo que está integrado en el
orden simbólico "existe" plenamente en este
sentido, puesto que "no existe ninguna reali- EXTIMIDAD (EXTlMITÉ, EXTIMACY)
dad prediscursíva" (S20, 33). Por esto dice La-
can que "la mujer no existe" (Lacan, 1973a, Lacan acuñó el término ex/imité, aplicando
60); el orden simbólico no contiene ningún el prefijo ex (de ex/erieur, "exterior") a la pala-
significante de la feminidad, y por lo tanto la bra francesa íntímité (vintimidad"). El neolo-
posición femenina no puede ser plenamente gismo resultante, que puede traducirse como
simbolizada. "extimidad", expresa bien el modo en que el
Es importante observar que, en el orden psicoanálisis problematiza la oposición entre lo
simbólico, "Nada existe salvo sobre un funda- interno y 10externo, entre contenedor y conte-
mento asumido de ausencia. Nada existe salvo nido (véase S7, 139). Por ejemplo, lo real está
en la medida en que no existe" (Ec, 392). En tanto dentro como fuera, y el inconsciente no
otras palabras, todo lo que existe en el orden es un sistema psíquico puramente interior sino
simbólico sólo existe en virtud de su diferencia una estructura intersubjetiva ("el inconsciente
con todo lo demás. Fue Saussure quien primero está fuera"). Asimismo, el Otro es "algo extra-
lo señaló, al sostener que en el lenguaje no hay ño a mí, aunque está en mi núcleo" (S7, 71).
términos positivos, sino sólo diferencias (Saus- Además, el centro del sujeto está fuera; el suje-
sure, 1916). to es ex-céntrico (véase E, 165, 171). La es-
tructura de la extimidad se expresa perfecta-
La existencia en lo real mente en la topología del TORO y de la BANDA
DE MOEBIUS.
En este sentido, sólo existe lo que es impo- El concepto de extimidad ha sido desarro-
sible de simbolizar: la Cosa imposible está en llado adicionalmente por Jacques-Alain MiIler
el núcleo del sujeto. "Hay en efecto algo radi- en su seminario de 1985-6 (véase el resumen de
calmente inasimilable al significante. Es sim- este seminario y otros artículos relacionados en
plemente la existencia singular del sujeto" (S3, Bracher y otros, 1994).
86
F
Como ya hemos observado, Lacan utiliza El falo imaginario que circula entre la ma-
habitualmente el término "pene" para designar dre y el niño sirve para instituir la primera dia-
el órgano biológico real, y reserva la palabra léctica en la vida de la criatura; aunque ésta es
"falo" para las funciones imaginaria y simbóli- una dialéctica imaginaria, prepara el camino
ca de ese órgano. Pero no siempre mantiene es- que conduce a lo simbólico, puesto que se hace
te uso, y ocasionalmente emplea la expresión circular un elemento imaginario casi como si
"falo real" para referirse al órgano biológico, o fuera un significante (el falo se convierte en un
las expresiones "falo simbólico" y "pene sim- "significante imaginario"). Las formulaciones
bólico" como si fueran sinónimas (54, 153). lacanianas sobre el falo imaginario en el semi-
Esta aparente confusión y este deslizamiento nario de 1956-7 son acompañadas por la afir-
semántico ha llevado a algunos comentadores a mación de que el falo es también un objeto
sostener que la supuesta distinción entre el falo simbólico (54, 152) Y de que el falo es un sig-
y el pene es en realidad muy inestable, y que nificante (54,191). La idea del falo como sig-
"el concepto de falo es la sede de una regresión nificante es retomada y elaborada en el semina-
hacia el órgano biológico" (Macey, 1988, 191). rio de 1957-8, y en adelante se convierte en el
Si bien el falo imaginario y el falo simbóli- elemento esencial de la teoría lacaniana del fa-
ca son examinados más extensamente por La- lo. El falo es descrito como "el significante del
can que el falo real, él no ignora por completo a deseo del Otro" (E, 290) Ycomo el significante
este último. Por el contrario, el pene real tiene del goce (E, 320).
un papel importante en el complejo de Edipo Estas ideas son enunciadas de modo más
del varón, pues precisamente a través de él se definitivo en el ensayo titulado "La significa-
hace sentir la sexualidad en la masturbación in- ción del falo" (Lacan, 1958c);
fantil; esta intrusión de lo real en el triángulo
preedípico imaginario es lo que transforma ese El fajo no es un fantasma, si por esto entendemos
T Falta
un efecto imaginario. Tampoco es como tal un objeto troversias. Las objeciones al concepto lacania-
(parcial, interno, bueno. malo, etcétera). Menos aúnno pueden clasificarse en dos grupos prinCipa-
es el órgano, pene o ctüorís, que simboliza [... ] El fa-
les.
lo es un significante (u.] Es el significante destinado Primero, algunas autoras feministas (por
a designar como un todo los efectos del significado.
ejemplo Grosz. 1990) han sostenido que la po-
(E,285)
sición privilegiada que Lacan le otorga al falo
Mientras que el complejo de castración y el significa que se limita a repetir los gestos pa-
complejo de Edipo giran en tomo al falo imagi- triarcales de Freud. Otras feministas han defen-
nario, la pregunta por la diferencia sexual gira dido a Lacan, sosteniendo que su distinción en-
en torno al falo simbólico. El falo no tiene nin- tre el falo y el pene proporciona un modo de
gún significante femenino que le corresponda; explicar la diferencia sexual irreductible a la
"el falo es un símbolo para el que no hay ningún biología (por ejemplo, Mitchell y Rose, 1982).
correlato, ningún equivalente. Se trata de una La segunda objeción principal al concepto
cuestión de asimetría en el significante" (53, lacaniano del falo es la formulada por Jacques
176). Tanto el sujeto masculino como el reme. Derrida (Derrida, 1975), de la que se han hecho
nino asumen su sexo a través del falo simbólico. eco otros autores. Derrida dice que, a pesar de
A diferencia del fajo imaginario, el falo sim- las protestas Iacanianas de antitrascendentalis-
bólico no puede negarse, pues en el plano mo, el falo aparece como un elemento trascen-
simbólico una ausencia es una entidad tan posi- dental y opera como una garantía ideal del sen-
tiva como una presencia (véase E, 320). Incluso tido. ¿Cómo podría haber un "significante
de la mujer, que carece de falo simbólico en privilegiado" -se pregunta Derrida-, si todo
cierto sentido, puede decirse que también lo po- significante es definido sólo por sus diferencias
see, puesto que no tener lo simbólico es en sí con los otros significantes? En otras palabras,
mismo una forma de tener (S4, 153). A la inver- el falo reintroduce la metafísica de la presencia;
sa, la asunción del falo simbólico por el hombre Derrida la denomina "logocentrismo", y con-
sólo es posible sobre la base de la asunción an- cluye que, articulando el logocentrismo con el
terior de su propia castración. falocentrismo, Lacan ha creado un sistema de
A continuación, en 1961, Lacan afirma que pensamiento Ialogocéntrico.
el falo simbólico es 10que aparece .en el lugar
de la falta del significante en el Otro (S8, 278-
81). No es ningún significante ordinario sino la FALTA (MANQUE, LACK)
presencia real del deseo en sí (S8, 290). En
1973 dice que el falo simbólico es "el signifi- En la obra de Lacan. el término "falta"
cante que no tiene significado" (S20, 75). siempre está relacionado con el DESEO. ESUna
En el álgebra Iacaniana el falo simbólico se falta que causa el surgimiento del deseo (véase
escribe tÍl-:No obsta-nte,Lacan les advierte a sus 58, 139). Sin embargo, la naturaleza precisa de
dlsCípulos que podrían perder de vista la com- lo que falta varia en el curso de su enseñanza.
plejidad de este símbolo si lo identifican senci- Cuando el término aparece por primera
llamente con el falo simbólico (S8, 296). Este vez, en 1955, la falta designa primero y princi-
símbolo se entiende más correctamente como palmente una falta de SER (en este punto hay
designación de "la función fálica" (S8, 298). A estrechos paralelos con Sartre, véase Sartre,
principios de la década de 1970, Lacan incor- 1943). Lo que se desea es el ser mismo. "El de-
pora este símbolo de la función fálica en sus seo es una relación del ser con la falta. La falta
fórmulas de la sexuación. Utilizando la lógica es la falta de ser, propiamente hablando. No es
de los predicados para articular los problemas la falta de esto o aquello sino ia falta de ser por
de la diferencia sexual, idea dos fórmulas de la lo cual el ser existe" (S2, 223). Lacan vuelve a
posición masculina y dos fórmulas de la posi- este tema en 1958, cuando dice que el deseo es
ción femenina. Estas cuatro fórmulas giran en la metonimia de la falta de ser (manque abre;
tomo a la función fálica, que en este caso equi- Sheridan traduce "wanl lo be" [anhelar ser], y
vale a la función de la castración. Schneidcrman, "wanl 01being" [anhelo de ser];
véase E, 259). La falta de ser del sujeto es "el
Críticas a Lacan núcleo de la experiencia analítica" y "el campo
mismo en el cual se despliega la pasión del
Entre todas las ideas de Lacan, su concepto neurótico" (E, 251). Lacan contrasta la falta de
del falo es quizá la que ha suscitado más con- ser, relacionada con el deseo, con la falta de te-
Fantasma
'r .
Figura 7. Tabla de 105tres tipos de jaita de objeto
Fuente: Jacques tacen. Le Sérr¡inake. Livre il(. La ralation d'obiet.
esto por Jacques-Alai~ Miller, París. Seull, 1994.
ner (manque a avoir) que se relaciona con I~ concepción del fantasma es insostenible en la
demanda (Ec, 730). j teoría psicoanalftica, puesto que no se considera
En 1956 la W!a pasa a designar la faltade que la realidad sea un dato no problemático que
un objetq. Lacan diferencia tres tipos de falta; sólo cabe percibir de un único modo objetiva-
~egº)n¡Lf!ªtllq.leza d61 objeto faltante, como se mente correcto; para el psicoanálisis, la realidad
ve en la figura 7 (tomada de 54, 269): en si misma es construida discursivamentc. Por
Entre estas tres formas de falta, la castra- lo tanto, el cambio de idea de Freud en 1897 no
ción es la más importante desde el punto de significa negar la veracidad de todos los recuer-
vista de la experiencia analítica, y la palabra dos de abuso sexual, sino el descubrimiento de
"falta" tiende a convertirse en sinónimo de cas- la naturaleza fundamentalmente discursiva e
tración (véase COMPLEJO DE CASTRACIÓN). imaginativa" de la memoria; los recuerdos de
En 1957, cuando Lacan introduce el sím- acontecimientos pasados reciben continuamente
bolo algebraico del Otro barrado (1/.), la falta nuevas formas en concordancia con los deseos
pasa a designar la falta de un significante en el inconscientes, al punto de que los síntomas no
Otro. Aparece el símbolo 5(1/.) para designar se originan en supuestos "hechos objetivos" si-
"el significante de la falta en el Otro". Por más no en una dialéctica compleja en la cual el fan-
significantes que se añadan a la cadena sighlfl- tasma desempeña un papel vital. De modo que
cante, ella es siempre incompleta; le falta Freud emplea el término "fall.~mª,,_ para desig-
siempre el significante que podría completarla. nar una escena que se presenta a la imaginación
Este "significante que falta" (que se escribe I y que dramatiza un deseo inconsciente. El suje-
c
término significativo en la obra de Lacan desde Aunque Lacan reconoce el poder de la ima-
1957 en adelante, el concepto de un modo rela- gen en el fantasma, insiste en que no se debe a
tivamente estable de DEFENSA es evidente desde una cualidad intrínseca de la imagen en sí, sino
antes (véase, por ejemplo, la observación de al lugar que ocupa en una estructura simbólica;
1951 sobre "los modos permanentes mediante la estructura es siempre "una imagen puesta a
los cuales el sujeto constituye sus objetos"; Ec, trabajar en una estructura significante" (E,
225). Este concepto está en las raíces de la idea 272). Lacan critica la explicación kleiniana del
lacaniana del fantasma y de la concepción laca- fantasma porque no toma totalmente en cuenta
niana de la estructura clínica; uno y otra son esta estructura simbólica, y por lo tanto se que-
concebidos como modos relativamente estables da en el nivel de lo imaginario; "cualquier in-
de defenderse de la castración, de la falta en el tento de reducir [el fantasma] a la imaginación
Otro. Cada estructura clínica tiene entonces que [...] es una equivocación permanente" (E, 272).
distinguirse por la manera particular en que En la década de 1960, Lacan dedica todo un
emplea una escena fantasmatizada para velar la año dc su seminario a examinar lo que él deno-
falta en el Otro. El fantasma neurótico, que La- mina "la lógica del fantasma" (Lacan, 1966-7),
can formaliza con el materna ($ () a), aparece subrayando una vez más la importancia de la
en el grafo del deseo como la respuesta del su- estructura significante.
jeto al deseo enigmático del Otro, un modo de
hacer la pregunta sobre qué es lo que el Otro
quiere de mí (Che vuoi?) (véase E, 313). El FASE PREEDjpICA (STADE
materna Se lee como "el sujeto barrado en rela- PRÉ(EDlPlEN, PREOEDIPAL PHASE)
ción con el objeto". El fantasma perverso in-
vierte esta relación con el objeto, y por lo tanto La fase preedípica es el periodo de desarro-
se formaliza como a O $ (Ec, 774). llo psiccsexual anterior a la formación del COM-
Aunque el matema ($ () a) designa la es- PLEJO DE EDlPO. El término aparece muy tarde
tructura general del fantasma neurótico, Lacan en la obra de Freud, en el contexto de su exa-
proporciona también fórmulas más específicas men de la sexualidad femenina (Freud, 1931b).
para el fantasma del histérico y el neurótico ob- Antes de Lacan, la fase preedfpica se repre-
sesivo (S8, 295). Si bien estas diversas fórmu- sentaba habitualmente como una RELACtÓN
las indican los rasgos comunes de los fantas- DUAL entre la madre y el niño, antes de que
mas de quienes comparten la misma estructura cualquier tercer término pudiera mediarla. Sin
clínica, el analista debe también prestar aten. embargo, Lacan dice que ese enfoque tiene la
ción a los rasgos singulares que caracterizan el desventaja de hacer este concepto impensable
guión fantasmático particular de cada paciente. en la teoría psicoanalítica. El psicoanálisis trata
Estos rasgos únicos expresan el modo de GOCE exclusivamente con la estructura, lo que exige
peculiar del sujeto, aunque de una manera dis- un mínimo de tres términos, y por lo tanto una
torsionada. La distorsión evidente en el fantas- fase preedípica representada como una relación
ma lo signa como una formación de compromi- puramente dual "no puede concebirse en térmi-
so; el fantasma es lo que le permite al sujeto nos analíticos" (e, \97). El niño nunca está
sostener su deseo (SIl, 185; Ec, 7S0) y tam- completamente solo con la madre, puesto que
bién "aquello por 10 cual el sujeto se sostiene a siempre hay un tereer término (S4, 240-1).
sí mismo en el nivel de su deseo que desapare- En consecuencia, cuando Lacan habla de
ce" (E, 272, las cursivas son nuestras). una fase preedfpica, no la presenta como una
Lacan sostiene que más allá de la miríada de relación dual sino como un triángulo (S4, SI).
imágenes que aparecen en los sueños y en otras El tercer elemento del triángulo preedípico, que
partes, hay siempre un "fantasma fundamental" media la relación dual entre la madre y el hijo,
que es inconsciente (véase SS, 127). En el curso es el FALO, un objeto imaginario que circula en-
de la cura, el analista reconstruye el fantasma tre ellos en una serie de intercambios. En el se-
del analizante con todos sus detalles. Sin embar- minario de 1957-S Lacan habla de este triángu-
go, el tratamiento no se detiene allí; el analizan- lo imaginario, no como de una fase preedípica,
te debe continuar hasta "atravesar el fantasma sino como del primer "tiempo" del complejo de
fundamental" (véase Sl1, 273). En otras pala- Bdipo.
bras, la cura debe producir alguna modificación Sea que se lo describa como preedípico o
del modo de defensa fundamental del sujeto, al- como un momento del complejo _de Edipo en sí,
guna alteración en su modo de goce. el triángulo imaginario de madre, niño y falo
91
Fetichismo
aparece cuando el infante percibe una falta en conducta sexual, definiendo el fetichismo como
la madre. El niño comprende que la madre no una PERVERSIÓN sexual en la cual la excitación
queda completamente satisfecha con él solo, si- depende de modo absoluto de la, presencia de
no que desea alguna otra cosa (el falo). un objeto específico (el fetiche). Esta es la defi-
La criatura trata entonces de ser el falo para nición que Freud y la mayoría de los otros estu-
la madre, lo que lo lleva a un juego seductor de diosos de la sexualidad adoptaron en adelante.
señuelos, en el cual el niño "no está nunca real- El fetiche es por lo general un objeto inanima-
mente en el lugar donde está, y no está nunca do, por ejemplo un zapato o una prenda interior.
completamente ausente del lugar donde no es- Frcud sostenía que el fetichismo (conside-
tá" (54, 193; véase 54, 223-4). En e! seminario rado una perversión casi exclusivamente mas-
de 1956·7 Lacan analiza el caso de Juanito culina) se origina en el horror del niño ante la
(Preud, 1909b) y muestra que, por un cierto castración femenina. Confrontado con la falta
lapso, este juego es satisfactorio para el niño; de pene de la madre, el fetichista reniega esta
dice que en ese paraíso preedípico no hay nada falta y encuentra un objeto (e! fetiche) como
intrínseco que le ponga fin (54, 226). Sin em- sustituto simbólico del pene faltante (Freud,
bargo, en cierto punto interviene alguna otra 1927e). En el primer enfoque por Lacan del te-
cosa, que introduce en el juego una nota discor- ma del fetichismo, en 1956, sostiene que se tra-
dante de angustia. Esta "alguna otra cosa" es el ta de un área de estudio particularmente impor-
primer despertar del deseo, que se manifiesta tante, y lamenta que sea desatendida por sus
en la masturbación infantil (54, 225-6). Tal in- contemporáneos. Subraya que la equivalencia
tervención del órgano real transforma el trián- entre el fetiche y el FALO materno sólo puede
gulo imaginario en un juego mortal, una tarea entenderse con referencia a las transformacio-
imposible en la cual el niño cae por completo nes lingüísticas, y no a "vagas analogías en el
vfctima del deseo arbitrario de la madre devora- campo visual", como por ejemplo la compara-
dora omnipotente (54, 69, 165). El niño s610 ción entre las pieles y el vello púbico (Lacan,
puede ser salvado de este juego mortífero por la 1956b, 267). En apoyo de esta argumentación,
intervención del padre como cuarto término, el cita el análisis realizado por Freud de la frase
padre que legítimamente reelama la posesión "Glant: auf der Nase" (véase Freud, 1927e).
del falo, sobre la base de una ley simbólica. En los años siguientes, mientras Lacan de-
Para Lacan, el interés de la fase preedfpica sarrolla su distinción entre el pene y el falo, po-
no reside sólo en su función de preparar el ca- ne énfasis en que el fetiche es un sustituto de
mino para el complejo de Edipo, sino también este último, y no del primero. También amplía
en el hecho de que todas las perversiones se el mecanismo de la RENEGACt6N, haciendo de él
originan en ella (54, 193). La PERVERSIÓN siem- la operación constitutiva de la perversión en ge-
pre involucra algún tipo de identificación con neral, y no sólo de la perversión fetichista. No
otro término del triángulo edípico, sea la ma- obstante, conserva la idea freudiana de que el
dre, el falo imaginario, o ambos, como en el fe- fetichismo es una perversión exclusivamente
tichismo. masculina (Ec, 734) o, por 10 menos, extrema-
damente rara entre las mujeres (54, 154).
En e! seminario de 1956-7, Lacan elabora
FETICHISMO (FÉTICHISME, una importante distinción entre el objeto fetiche
FETISHISM) y el objeto fóbico; mientras que el fetiche es un
sustituto simbólico del falo faltante de la ma-
El término "fetiche" adquirió una amplia di- dre, el objeto fóbico es un sustituto imaginario
fusión en el siglo XVIII, en el contexto del es- de la castración simbólica (véase FOBIA). Lo
tudio de las "religiones primitivas", como de- mismo que todas las perversiones, el fetichismo
signación de un objeto inanimado de culto tiene sus raíces en el triángulo preedípico de
(etimología que Lacan considera importante; madre-hijo-falo (54, 84-5, 194). No obstante,
58, 169). En el siglo XIX, Marx: tomó la pala- es único en el sentido de que involucra al mis-
bra para describir el modo en que, en las socie- mo tiempo la identificación con la madre y con
dades capitalistas, las relaciones sociales adop- el falo imaginario; por cierto, en el fetichismo
tan la forma ilusoria de relaciones entre cosas el sujeto oscila entre estas dos identificaciones
("fetichismo de la mercancía"). Fue Krafft- (54,86, 160).
Ebing quien, en la última década de ese mismo El enunciado de Lacan de 1958 en cuanto a
siglo, aplicó por primera vez este término a la que el pene "adquiere el valor de un fetiche"
92
Filosolfa
para [as mujeres heterosexuales, plantea unas te a algunas obras de Platón, sobre todo El ban-
cuestiones interesantes (E, 2'JO). En primer lu- quete, al que dedica una gran parte de su semi-
gar, invierte la concepción freudiana del feti- nario de 1960-\.
chismo; en lugar de ser el fetiche un sustituto
simbólico del pene real, el pene real puede con- Aristóteles
vertirse en Un fetiche al sustituir al falo simbó-
lico ausente en la mujer. En segundo término, Lacan examina la tipología aristotélica de la
cuestiona la afirmación (realizada tanto por causación en su seminario de 1964 (véase
Freud como por Laean) de que el fetichismo es AZAR), y la lógica aristotélica en el seminario
extremadamente raro entre mujeres. Si el pene de 1970-\.
puede considerarse un fetiche, el fetichismo es-
tá sin duda más difundido entre las mujeres que Descartes
entre los hombres.
En la obra de Lacan abundan las referencias
a Descartes, puesto que considera la filosofía
FILOSOFÍA (PHILOSOPHIE, del coctro cama resumen del núcleo mismo de
PHlLOSOPHy) la psicología del hombre moderno (S2, 6). El
concepto laceniano del sujeto supone al mismo
Freud consideraba la filosofía como una de tiempo al sujeto cartesiano (en su intento de pa-
las grandes instituciones culturales, junto con el sar de la duda a la certidumbre) y también la
arte y la religión, el sello de un estado de la ci- subversión de ese sujeto.
vilización altamente desarrollado. Pero veía la
relación entre la filosofía y el psicoanálisis en Kant
términos ambiguos. Por un lado, le acreditaba a
ciertos filósofos (por ejemplo Bmpédccles y Es la filosofía moral de Kant (la Crítica de
Nietzsche) que hubieran anticipado "de un"modo la razón práctica) lo que más le interesa a La-
puramente intuitivo lo que los psicoanalistas can, y la examina extensamente en su semina-
sólo llegaron a descubrir mediante investiga- rio sobre la ética (1959-60) y en su ensayo
ciones laboriosas (Freud, 1914d, SE XIV, 15- "Kant con Sude" (1962). Utiliza el imperativo
16). Por otra parte, criticó repetidamente a los categórico de Kant para arrojar luz sobre el
filósofos por equiparar la psique con la con- concepto freudiano del superyó.
ciencia, excluyendo de este modo el incons-
ciente sobre una base puramente apriórica Hegel
(Freud. 1925e [1924], SE XIX, 216-17), Y ade-
más asemejó los sistemas filosóficos a los deli- Lacan asistió a una serie de conferencias
rios paranoicos (Freud. 1912-13; SE XIIl, 73). sobre Hegel impartidas por Alexandre Kojeve
En la obra de Lacan hay también una rela- en 1933-9 en la École des Hautes Études (estas
ción ambivalente entre el psicoanálisis y la fi- conferencias fueron más tarde reunidas y publi-
losofía. Por una parte, Lacan opone el psicoa- cadas por Raymond Queneau; véase Kojeve,
nálisis a las explicaciones totalizadoras de los 1947). La influencia de esas COnferencias sobre
sistemas filosóficos (S 1, 118-19; SIl, 77), Y la obra de Lacan, sobre todo en los primeros
vincula la filosofía al discurso del AMO, lo in- trabajos, fue inmensa, y siempre que Lacan se
verso del psicoanálisis (520, 33). Por otro la- remite a Hegel en realidad tiene en mente la
do, la obra de Lacan está llena de referencias lectura hegeliana de Kojeve. De Hegel, Lacen
filosóficas; por cierto, éste suele considerarse toma (entre otras cosas) el énfasis en los modos
uno de los rasgos que distinguen a Lacan de dialécticos del pensamiento, el concepto de AL-
otros pensadores psicoanalíticos, Los filósofos MA BELLA. la dialéctica del AMO Y el esclavo, y
con más frecuencia citados por él son los si- la distinción entre el DESEO animal y el DESEO
guientes. humano.
Platón Heidegger
Lacan compara a menudo el método psi- Lacan llegó a tener una amistad personal
coanalítico con los diálogos socráticos (véase con Heidegger; lo visitó y tradujo algunas de
DlALÉCllCA). También se refiere especfficamen- sus obras. La influencia de Heidegger en la
93
Fin de análisis
obra de Lacan es visible en las discusiones me- Lacan concibe este punto final de diversos
tafísicas sobre el SER, Y en la distinción entre la modos.
PALABRA plena y la palabra vacía. 1. A principios de la década de 1950, el fin
de análisis-es descrito como "el advenimiento
Éstos son sólo los filósofos a los que Lacan de una palabra verdadera y la comprensión por
se remite con mayor frecuencia; también exa- el sujeto de su historia" (E, 88) (véase PALA-
mina la obra de muchos otros, como San Agus- BRA). "El sujeto [... ] comienza el análisis ha-
tín, Spinoza, Sartre, etcétera. blando de sí mismo sin hablarle a uno, o ha-
La obra de Lacan aborda muchas escuelas blándole a uno sin hablar de sí mismo. Cuando
filosóficas y áreas de indagación. En sus prime- puede hablarles a ustedes sobre él mismo, el
ros trabajos se inclina hacia la fenomenología, análisis habrá concluido" (Ec, 373, n.I). El fin
yen 1936 presenta incluso una "descripción fe- de análisis es también descrito como conciliar-
nomenológica de la experiencia psicoanalítica" se con la propia condición de mortal (E, 104-5).
(Ec, 82-5), pero más tarde se opone por com- 2. En 1960 Lacan describe el fin de análisis
pleto a esa escuela. y en 1964 realiza una críti- como un estado de angustia y abandono, y 10
ca a la Fenomenología de la percepción de compara con el DESAMPARO del infante humano.
Merleau-Ponry (Sil, 71-6). En la medida en 3. En 196410 describe como e! punto en el
que el psicoanálisis aborda interrogantes onto- que el analizante ha "atravesado el fantasma ra-
lógicos, Lacan 10 alinea con el MATERIAUSMO, dical" (Sil, 273) (véase FANTASMA).
contra todas las formas de idealismo. Lacan en- 4. En la última década de su enseñanza, ca-
cara también la epistemología y la filosofía de racteriza el fm de análisis como la "identifica-
la CIENCIA, con un constante enfoque racionalis- ción con el sinthome", y como "saber qué hacer
ta, no empirista. con el sinthome" (véase SlNTHOME).
Más informaciones sobre la relación de La- Todas estas formulaciones comparten la
can con la filosofía pueden encontrarse en Ju- idea de que el fin de análisis involucra un cam-
ranville (1984), Macey (1988, cap. 4), Ragland- bio en la posición subjetiva del analizante (su
Sulhvan (1986) y Samuels (1993). "destitución subjetiva"), y un cambio corres-
pondiente en la posición del analista (la pérdida
de ser [désbre] del analista, la caída del analis-
FIN DE ANÁLISIS (FIN D'ANALYSE, ta desde la posición de SUJETO SUPUESTO SA-
END OF ANALYSIS) BER). En el fin de análisis, el analista es reduci-
do a un mero resto, un puro OBJETO a, causa del
En "Análisis terminable e interminable", deseo del analizante.
Freud examina la cuestión de si es posible con- Puesto que Lacan dice que todos los psicoa-
cluir un análisis, o bien todos los análisis son nalistas tienen que haber experimentado el pro-
necesariamente incompletos (Freud, 1937c). La ceso de la cura desde el principio al fin, el fin
respuesta de Lacan a este interrogante es que de análisis es también el pasaje desde la condi-
resulta por cierto posible hablar de la conclu- ción de analizante a la de analista. "La verdade-
sión de un análisis. Aunque no todos los análi- ra terminación de un análisis", por lo tanto, no
sis son llevados hasta su término. la cura es un es ni más ni menos que 10 que "los prepara pa-
proceso lógico que tiene un fin, y Lacan desig- ra convertirse en analistas" (S7, 303).
na este punto final con la expresión "fin de aná- En 1967 Lacan introdujo el procedimiento
lisis". del PlISE como medio para atestiguar el fin del
Puesto que muchos análisis se interrumpen propio análisis. Con este procedimiento Lacan
antes del fin, se plantea la pregunta de si pue- esperaba evitar los peligros de considerar el fin
den considerarse exitosos. Para responder, es de análisis como una experiencia inefable, casi
necesario distinguir entre el fin de análisis y la mística. Esa concepción es antitética al psicoa-
meta del tratamiento psicoanalítico. La meta de nálisis, que consiste sobre todo en poner las co-
la cura es llevar al analizante a articular la ver- sas en palabras.
dad sobre su deseo. Cualquier análisis, aunque Lacan critica a los psicoanalistas que han
sea incompleto, puede considerarse exitoso visto el fin de análisis en términos de identifi-
cuando alcanza esa meta. La cuestión del fin de cacién con el analista. En oposición a esta con-
análisis consiste entonces en algo más que sa- cepción, Lacan sostiene que "el cruce del plano
ber si la cura ha alcanzado o no su meta; se tra- de la identificación es posible" (SI1, 273). Ir
ta de si ha llegado o no a su punto final lógico. más allá de la identificación no es sólo posible,
94
Fobia
sino también necesario, pues de otro modo no la relación con la madre, y que los caballos re-
se trata de psicoanálisis sino de sugestión, que presentaban al padre, que el niño temía que lo
cs la antítesis del psicoanálisis; "la corriente castigara (Freud. 1909b).
fundamental de la operación analítica es el Lacan, en su seminario de 1956-7, realiza
mantenimiento de la distancia entre el yo -la una lectura detallada del caso de Juanito, y pro-
identificación- y el a" (SIl, 273). pone su propia concepción de la fobia. Siguien-
Lacan también rechaza la idea de que el fin do a Freud, subraya la diferencia entre fobia y
de análisis involucra la "liquidación" de la angustia: la angustia aparece primero, y la fobia
transferencia (véase Sil, 267). Esta idea se ba- es una formación defensiva que convierte la an-
sa en una mala comprensión de la naturaleza de gustia en miedo, concentrándola en un objeto
[a transferencia, según la cual ésta es un tipo de específico (54, 207, 400). Sin embargo, en lu-
ilusión susceptible de trascenderse. Tal concep- gar de identificar el objeto fóbico como repre-
ción es errónea, porque pasa totalmente por al- sentante del padre (según la idea de Freud), La-
to la naturaleza simbólica de este fenómeno; la can sostiene que la característica fundamental
transferencia es parte de la estructura esencial del objeto fóbico es que no se limita a represen-
de la palabra. Aunque la cura analítica supone tar una persona, sino a distintas personas suce-
la resolución de la particular relación transfe- sivamente (S4, 283-8). Lacan señala los modos
rencia/ establecida con el analista, la transfe- muy diversos en que Juanito describe los caba-
rencia en sí subsiste después del fin de análisis. llos temidos en diferentes momentos de su fo-
Otras concepciones erróneas del fin de ane- bia; por ejemplo, en cierto momento el niño te-
tisis que Lacan rechaza son el "fortalecimiento me que un caballo 10 muerda, y en otro que un
del yo", la "adaptación a la realidad" y la "feli- caballo caiga (S4, 305-6). En cada uno de estos
cidad". El fin de análisis no es la desaparición momentos, continúa Lacan, el caballo represen-
del síntoma, ni la cura de una enfermedad sub- la a una persona distinta de la vida de Juanito
yacente (por ejemplo, la neurosis), puesto que (54, 307). De modo que el caballo no funciona
el análisis no es esencialmente un proceso tera- como equivalente de un significante único, sino
péutico sino una búsqueda de [a verdad, y la como un significante que no tiene un sentido
verdad no es siempre benéfica (S 17, 122). unívoco yes desplazado sobre diferentes signi-
ficados sucesivos (54, 288).
Sostiene Lacan que Juanito desarrolló la fo-
FOBIA (PHOBIE, PHOBIA) bia a los caballos debido a que su padre real no
intervino como agente de la castración, que era
En psiquiatría se define usualmente la fobia su rol propio en el CO~PLEJO DE EDlPo (54,
como miedo extremo a un objeto particular 2l2). Cuando la sexualidad del niño comienza
(por ejemplo un animal) o a una cierta situación a hacerse sentir en la masturbación infantil, el
(por ejemplo salir de casa). Quienes padecen triángulo preedípico (madre-niña-falo imagina-
una fobia experimentan ANGUSTIA si tropiezan rio) se transforma, y deja de ser fuente de goce
con el objeto fóbico o se encuentran en la situa- para convertirse en algo que provoca angustia.
ción temida, y crean "estrategias de evitación" La intervención del padre real habría salvado a
para que esto no suceda. Tales estrategias de Juanito de esta angustia, al castrarlo simbólica-
evitación pueden volverse tan elaboradas que la mente, pero en ausencia de esta intervención, el
vida del sujeto queda severamente restringida. pequeño se ve obligado a encontrar un sustituto
La más importante contribución de Freud al en la fobia. La fobia emplea un objeto imagina-
estudio de las fobias tuvo que ver con un niño rio (el caballo) para reorganizar el mundo sim-
al que bautizó "Juanito". Poco después de su bólico del niño, y de tal modo ayudarlo a pasar
quinto cumpleaños, Juanito desarrolló un vio- del orden imaginario al orden simbólico (54,
lento miedo a los caballos, y se resistía a salir a 230,245-6,284). Lejos de ser un fenómeno pu-
la calle por temor a encontrarse con uno. En su ramente negativo, la fobia convierte en pensa-
historial de Juanito, Freud distinguió la apari- ble, vivible, una situación traumática, mediante
ción inicial de la angustia (no vinculada a nin- la introducción de una dimensión simbólica,
gún objeto) y el miedo siguiente, centrado es- aunque ésta sea sólo una solución provisional
pecíficamente en los caballos. Sólo este último (S4,82).
constituía la fobia propiamente dicha. Preud in- El objeto fóbico es entonces un elemento
terpretó que la angustia era la transformación imaginario que puede funcionar como signifi-
de la excitación sexual suscitada en Juanito por cante al ser utilizado para representar todos los
95
Forclusión
elementos posibles del mundo del sujeto. Para SE X, 115). Por otra parte, en la misma obra,
Juanito. el caballo, en diferentes momentos, re- Freud aisló una particular terma de neurosis
presenta a su padre. su madre, su pequeña her- cuyo síntoma central es una fobia. A esta nueva
mana, sus amigos, a él mismo, y además mu- categoría diagnóstica la denominó "histeria de
chas otras cosas (S4, 307). En el proceso de angustia", para diferenciarla de la "histeria de
desarrollar todas las permutaciones posibles en conversión" (que antes Freud denominaba sen-
tomo al "cristal significante de su fobia", Juani- cillamente "histeria"). De modo que las obser-
to pudo agotar todas las imposibilidades que vaciones de Freud son, como decimos, ambi-
bloqueaban su pasaje desde lo imaginario a lo guas; implican que la fobia puede ser un
simbólico, y de tal modo encontrar una solución síntoma y también una entidad elínica subya-
a lo imposible, recurriendo a una ecuación sig- cente. La misma ambigüedad reaparece en La-
nificante (E, 168). En otras palabras, una fobia can, donde la cuestión se reformula como una
desempeña exactamente el mismo papel que alternativa entre la fobia como síntoma o como
Claude Lévi-Strauss les asigna a los mitos, sólo ESTRUCTURA. Usualmente, Lacan sólo diferen-
que en el nivel del individuo, y no en el de la cia dos estructuras neuróticas (la histeria y la
sociedad. Lo importante en el mito -dice Lévi- neurosis obsesiva), y describe la fobia como un
Strauss-. no es algún significado "natural" o síntoma (no como una estructura) (S4, 285).
"arquetípico" de los elementos aislados que lo Sin embargo, hay también lugares en su obra
constituyen, sino el hecho de que, aunque esos donde enumera la fobia como una tercera for-
elementos, combinados y recombinados, cam- ma de neurosis, además de la histeria y la neu-
bian de posición, las relaciones entre las po- rosis obsesiva, lo cual implica que hay una es-
siciones son inmutables (Lévi-Strauss, 1955). tructura fóbica(por ejemplo, E 321); en 1961
Esta reiterada recombinación de los mismos (éste es un caso) describe la fobia como "la for-
elementos permite enfrentar una situación im- ma más radical de neurosis" (S8, 425). La cues-
posible articulando por turno todas las diferen- tión no se resuelve hasta el seminario de 1968-
tes formas de su imposibilidad (S4, 330). 9, donde Lacan sostiene que
¿Cuáles son las consecuencias prácticas de
la teoría de Lacan para el tratamiento de sujetos No se puede ver en ella [en la fobia] una entidad
que parecen fobias? En lugar de limitarse a de- clínica, sino una plataforma giratoria de empalme, al-
sensibilizar al sujeto (como en la terapia con- go que hay que elucidar en sus relaciones con aque-
llo hacia lo cual usualmente tiende, a saber: los dos
ductista), o a proporcionarle una explicación grandes órdenes de la neurosis, la histeria y la nbse-
del objeto fóbico ("el caballo es tu padre"), la sionalidad, y también el empalme que realiza con la
cura tiene que apuntar a ayudar al paciente a perversión.
elaborar todas las diversas permutaciones que (Lacan, 1968-9,citado en Chamama, 1993,210)
involucra el significante fóbico. Al ayudar al
sujeto a desarrollar su mito individual de acuer- De modo que, según Lacan, la fobia no es
do con sus propias leyes, la cura le hace posible una estructura clínica que esté en el mismo nivel
agotar finalmente todas las posibles combina- de la histeria y la neurosis obsesiva sino una vía
ciones de los elementos significantes, y de tal de acceso que lleva a una u otra, y que también
modo disolver la fobia (S4, 402). (Debe tenerse tiene ciertas conexiones con la estructura per-
presente que el examen por Lacan del caso de versa. El vínculo con la perversión puede verse
Juanito solo aborda explícitamente la cuestión en las semejanzas entre el fetiche y el objeto fó-
de las fobias infantiles, y deja abierto el interro- bico, que son por igual sustitutos simbólicos de
gante de si esas observaciones se aplican tam- un elemento que falta, y sirven para estructurar
bién a las fobias de adultos.) el mundo circundante. Además, tanto la fobia
Como el propio Freud lo señaló en su histo- como la perversión surgen de dificultades en el
rial de Juanito, en las nosografías psiquiátricas pasaje desde el triángulo preedípico imaginario
las fobias !la tenían asignada ninguna posición hasta el cuaternario simbólico edfpico.
definida, El intentó remediar esta incertidum-
bre, pero la solución que propuso caía en una
cierta ambigüedad. Por un lado, puesto que se FORCLUSIÓN (FORCLUSlON,
pueden encontrar síntomas fóbicos tanto en su- FORECLOSURE)
jetos neuróticos como psicóticos. Freud sostuvo
que las fobias no podían considerarse "un pro- Desde su tesis de doctorado en 1932, una
ceso patológico independiente" (Prcud, 1909b, de las búsquedas centrales que anima la obra de
96
Forclusión
Lacan es la de identificar una causa psíquica DEL-PADRE (un significante fundamental) (E,
específica de la PSICOSIS. A lo largo del aborda- 217). De este modo Lacan puede combinar en
je de este problema, reaparecen constantemente una sola fórmula los dos temas que antes ha-
dos temas. bían dominado sus pensamientos sobre la cau-
salidad de la psicosis: la ausencia del padre y eL
La exclusión del PADRE concepto de Verweifung. Esta fórmula perma-
nece en el núcleo de! pensamiento de Lacan so-
Ya en 1938 Lacan reLaciona el origen de la bre la psicosis en el resto de su obra.
psicosis con una exclusión del padre de la es- Cuando el Nombre-del-Padre está Icrclui-
tructura familiar, y con la consecuente reduc- do para un sujeto en particular, deja un agujero
ción de ésta a las relaciones madre-hijo (Lacan, en el orden simbólico que es imposible de He-
1938,49). Más adelante, cuando Lacan diferen- nar; se puede entonces decir que el sujeto tiene
cia el padre real, el padre imaginario y el padre una estructura psicótica, aunque no presente
simbólico, especifica que es la ausencia del pa- ninguno de los signos clásicos de la psicosis.
dre simbólico la vinculada a la psicosis. Antes o después, cuando el Nombre-del-Padre
forcluido reaparezca en 10 real, el sujeto no po-
El concepto freudiano de verwerfung drá asimilarlo, y el resultado de esta "colisión
con el significante inasimilable" (S3, 321) será
Freud utiliza el término Verwerfung (tradu- la "entrada en la psicosis" propiamente dicha,
cido como "repudia/ion" en la Standard Edi- típicamente caracterizada por el desencadena-
tion) de diversos modos (véase Laplanche y miento de ALUCINACIONES, DELiRIOS, o unas y
Pontalis, 1967, 166), pero Lacan se centra en otros.
uno de ellos en particular, a saber: como desig- La forclusión debe distinguirse de las ope-
nación de un mecanismo de defensa específico, raciones de la REPRESIÓN, la NEGACIÓN y la PRO-
distinto de la represión (Verdriingung), en el YECCiÓN.
cual "el yo rechaza la idea incompatible junto
con su afecto y se comporta como si la idea Represión
nunca se le hubiera hecho presente al yo"
(Freud, 1894a, SE rrr. 58). En 1954, basándose La forclusión se diferencia de la represión
en una lectura del historial del Hombre de los en cuanto el elemento forcluido no está enterra-
lobos (véase Freud, 1918b, SE XVII, 79-80), do en el inconsciente sino expulsado de él. La
Lacan identifica la Verwerfung como el meca- represión es la operación que constituye la neu-
nismo específico de la psicosis, en el cual un rosis, mientras que la forclusión es la operación
elemento es rechazado fuera del orden simbóli- que constituye la psicosis.
co, exactamente como si nunca hubiera existido
(Ec, 386-7; SI, 57-9). En esa oportunidad La- Negación
can propone varios modos de traducir el mismo
término verwerfung al francés: rejea (rechazo, La forclusión se diferencia de la negación
desestimación), refus (rechazo, repulsa) (S 1, en cuanto no involucra ningún juicio de exis-
43), Y retranchemeru (supresión) (Ee, 386). Só- tencia inicial (véase BEJAHUNG). Mientras que la
lo en 1956 Lacan llegó a proponer el término negación supone negar algunos elementos cuya
fore/usíon (que se emplea en el sistema legal existencia ha sido previamente registrada, con
francés; en inglés esforee/osure) como la ~e la Iorclusión todo ocurre como si el elemento
jor traducción de Verweifung (S3, 321). Esta forc1uido nunca hubiera existido.
es la palabra que Lacan continuó empleando en
el resto de su obra. Proyección
En 1954, cuando Lacan se vuelve por pri-
mera vez hacia el concepto freudiano de Ver- La forctusíon es un mecanismo específica-
werfung en su búsqueda de un mecanismo es- mente psicótico, mientras que para Lacan la
pecífico de la psicosis, no está exactamente proyección es puramente neurótica. Con la pro-
claro qué es lo repudiado; puede ser la castra- yección, el proceso se dirige de adentro hacia
ción, la palabra misma (SI, 53), o "el plano ge- afuera, mientras que en la forclusión el elemen-
nital" (S 1, 58). Lacan encuentra una solución a to Iorcluído retoma desde afuera. Freud lo ha-
este problema a fines de 1957, cuando propone bía advertido en "Puruualizacicnes psicoanaltti-
que el objeto de la fcrclusión es el NOMBRE- cas sobre un caso de paranoia" (19Ilc), donde,
97
Formaciones del inconsciente
de Freud traicionada por la IPA. La lectura de bernados por la inflexiblemente efectiva preo-
Freud en el original alemán le permitió a Lacan cupación freudiana por mantener su rigor pri-
descubrir elementos que habían sido oscureci- mordial" (E, 116). En otras palabras, si bien la
dos por una traducción pobre e ignorados por lectura de Freud por Lacan puede ser tan par-
otros comentadores. Gran parte de la obra de cial como la de cualquier otro, en el sentido de
Lacan está asociada con comentarios detallados que privilegia ciertos aspectos, a juicio de La-
de textos específicos de Freud y llena de nume- can esto no justifica que todas las interpretacio-
rosas referencias a otros analistas, cuyas ideas nes de Freud se consideren igualmente válidas.
Lacan refuta. Por 10 tanto, para poder entender De modo que las declaraciones de lealtad y las
a Lacan se necesita una comprensión minucio- acusaciones de traición formuladas par Lacan
sa de las ideas de Freud, y también del modo en no pueden verse como una mera estrategia retó-
que esas ideas fueron desarrolladas y modifica- rica. Tienen, por cierto, una función retórico-
das por los otros anatistas (los "posfreudianos") política, en cuanto al presentarlo como "más
a los que Lacan critica. Estas ideas constituyen freudiano" que nadie le permitieron desafiar el
el telón de fondo contra el cual Lacan elabora monopolio efectivo del legado freudiano del
su propio "relamo a Freud". que la IPA aún disfrutaba en la década de 1950.
Sin embargo, con sus afirmaciones Lacan re-
Lo que ese retomo [a Freud) involucra para mr clama explícitamente el mérito de haber desme-
no es un retomo de lo reprimido, sino tomar la antíte- nuzado una lógica coherente de los escritos de
sis constituida por la fase de la historia del movi- Freud que nadie había percibido antes que él.
miento psicoanalíticoposterior a la muerte de Freud,
demostrando lo que el psicoanálisisno es, y buscan-
do con ustedes los medios para revitalizar aquello
que ha continuado sosteniéndolo, incluso en la des- FRUSTRACIÓN (FRUSTRATION,
viación [... l FRUSTRATION)
(E, 116)
La palabra inglesa "fruuraiíon" adquirió
No obstante, la obra de Lacan en sí no tiene una prominencia creciente en ciertas ramas de
el aspecto de un retomo a la ortodoxia, implíci- la teoría psicoanalítica en la década de 1950,
to en la expresión "retomo a Freud", pues el junto con un cambio del énfasis, que pasó del
modo en que Lacen lee a Freud y el estilo de triángulo edrpíco a la relación madre-hijo. En
exposición son tan originales, que parecen con- este contexto, la frustración se entendía en ge-
tradecir la modesta añrrnacién de que él es sólo neral como el acto mediante el cual la MADRE le
un comentador. Además, si bien es cierto que niega al niño el objeto que satisfaría una de sus
Lacan vuelve a los textos reales del propio NECESIDADES biológicas. Algunos analistas pen-
Freud, también es cierto que escoge aspectos saban que frustrar al niño de este modo era un
específicos del legado conceptual freudiano, importante factor de la etiología de la neurosis.
privilegiando algunos conceptos a expensas de "Frustratíon" es también el término em-
otros. Podría entonces sostenerse que Lacan no pleado en la Standard Edition para traducir la
es más "fiel" a la obra de Freud que los freudia- palabra alemana versagung empleada por
nos a los que critica por haber traicionado el Freud. Si bien este último ténnino no se desta-
mensaje del maestro; 10 mismo que ellos, La- ca mucho en la obra de Freud, terma parte de
can elige y elabora ciertos temas, y desatiende su vocabulario teórico. A primera vista parece-
o reinterpreta otros. Por lo tanto, el psicoanáli- ría que Freud examina la frustración del modo
sis lacaniano quedaría mejor descrito como una que acabamos de describir. Por ejemplo, sin
forma "posfreudiana" del psicoanálisis, junto duda atribuye a la frustración un lugar impor-
con la psicología del yo, el psicoanálisis kiei- tante en la etiología de los síntomas, y dice que
niano y la teoría de las relaciones objetales. "fue unafrustrad6n lo que enfermó al pacien-
Pero no es así como el propio Lacan ve su te" (Preud. 1919a, SE XVII, 162). Parlo tanto,
obra. Él dice que en los textos de Preud opera cuando Lacan dice que "frustración" es un tér-
una lógica más profunda, una lógica que los ha- mino "sencillamente ausente de la obra de
ce coherentes a pesar de las aparentes contra- Freud" (53, 235), lo que él entiende que es el
dicciones. Lacan sostiene que su lectura de concepto freudiano de Versagung no corres-
Freud, y sólo la suya, saca a luz esta lógica, y ponde a la idea de la frustración que acabamos
nos muestra que "las diferentes etapas y cam- de exponer. Lacan sostiene que quienes han
bios de dirección" de la obra de Freud "son go- teorizado el concepto de frustración de este
99
Frustración
100
G
descarta como completamente ajena a la teoría y sigs.). En otras palabras, cuando un animal
psicoanalíuca. Para él, la idea de una madurez percibe la imagen uniflcada de otro miembro
y síntesis psicosexual final, que es lo que impli- de su especie, responde de ciertos modos ins-
ca este concepto de "amor genital", es una ilu- tintivos. Lacan da muchos ejemplos (lomados
sión que pasa completamente por alto "las ba- de la etología) de estas respuestas Insrinüvas a
rreras y humillaciones" (Emiedrigungen) tan imágenes (por ejemplo, E, 3), pero su principal
comunes incluso en la relación amorosa más interés está en el modo en que la guestalt fun-
realizada" (E, 245). No existe nada que sea una ciona con los seres humanos. Para los seres hu-
relación objetal posambivalente. manos, la imagen corporal es también una
El concepto de amor genital está claramen- guestalt que produce respuestas instintivas, es-
te vinculado a la "oblatividad", térrnínc utiliza- pecialmente sexuales, pero su poder es más que
do por algunos psicoanalistas para designar una instintivo: constituye el poder cautivante esen-
forma madura de amor, en la cual uno ama al cial de la tMAGEN ESPECULAR (véase CAPTA-
otro por lo que es, y no por lo que pueda dar. CIÓN). En estadio del espejo, el yo se forma por
Lacan es tan crítico del concepto de oblarívídad identificación con la guestalt unificada de la
como 10 es del concepto de amor genital, y lo imagen corporal. Sin embargo, la unidad imagi-
considera una forma de moralismo y una trai- naria del yo es constantemente amenazada por
ción al descubrimiento analítico del objeto par- el miedo a la desintegración, que se manifiesta
cial (S8, 173-4). Sostiene que el concepto de en imágenes de CUERPO FRAGMENTADO; estas
oblatividad tiene poco que ver con la genltali- imágenes representan lo opuesto a la guestalt
dad y mucho más en común con el erotismo unificada de la imagen corporal.
anal. Ateniéndose a la equiparación freudiana
de las heces con un regalo, dice Lacan que la
fórmula de la ohlatividad ("todo para el otro") GOCE (JOUlSSANCE, JOUISSANCE)
demuestra que es una fantasía del neurótico ob-
sesivo (S8, 241). La palabra francesajouissanee significa bá-
sicamente "goce", pero tiene una connotación
sexual (t'orgasmo'') de la que carece el término
GUESTALT (GESTALT, GESTALT) inglés "enjoyment", y por lo tanto la mayoría
de las ediciones en inglés de Lacen la dejan sin
"Gestalt" es una palabra alemana que de- traducir (aunque después se ha señalado que la
signa la pauta o todo organizado, que tiene pro- palabra ''jouissanee'' figura en realidad en el
piedades distintas de las de sus componentes Shorter Oxford English Díctíonary; cf. Macey,
aislados. El estudio experimental de la guestalt 1988,288, n. 129). Como lo observa Jane Ga-
se inició en 1910 con la investigación de ciertos llop, mientras que "orgasmo" es un sustantivo
fenómenos de la percepción, y condujo a una que tiene plural, Lacan siempre emplea jouis-
escuela de pensamiento conocida como "psico- sanee en singular, y precedido por el artículo
logía guestáltica", basada en un concepto holís- definido (Gallop, 1982, 30).
neo de la mente y el cuerpo, y que además su- Este término no aparece en la obra de La-
braya la importancia psicológica de la can hasta 1953, e incluso entonces no se desta-
presentación corporal. Estas ideas constituye- ca particularmente (E, 42, 87). En los semina-
ron la base de la terapia guestálrica. tal como la rios de 1953-4 y 1954-5 él emplea el término
han desarrollado Paul Goodman, Fritz Perls y ocasionalmente, por lo general en el contexto
Ralp Hefferline. de la dialéctica hegeliana del AMO y el esclavo:
Cuando Lacan se refiere a la guestalt. habla el esclavo se ve obligado a trabajar a fin de
específicamente de un tipo de pauta organizada, proporcionar objetos para el goce del amo (S 1,
la imagen visual de otro miembro de la misma 223; S2, 269). De modo que hasta 1957 esta
especie, que es percibida como un todo unifica- palabra parece designar sólo la sensación go-
do. Esta imagen es una guestalt porque tiene un zosa que acompaña a la satisfacción de una
efecto que no puede generar ninguna de las par- necesidad biológica como el hambre (S4, 125).
tes componentes tomadas aisladamente; este Poco después las asociaciones sexuales se
efecto consiste en que actúa como "mecanismo vuelven más aparentes; en 1957, Lecan usa el '.
disparador" (en francés décíencheury; que de- término para referirse al goce de un objeto se- /
sencadena ciertas respuestas instintivas, como xual (Ec, 453) y a los placeres de la masturba-
por ejemplo la conducta reproductiva (SI, 121 ción (S4, 241); en 1958 explicita el sentido de
102
1 Grafo del deseo
"goce" como "orgasmo" (Ee, 727). (Para una Existen también fuertes afinidades entre el
descripción más completa de la evolución de concepto lacaniano de goce y el concepto freu-
este término en la obra de Lacan, véase Ma- diano de UBIDO, como se advierte con claridad
cey. 1988, 2QO.-5.) en la descripción por Lacan del goce como una
Sólo en 1960 desarrolló Lacan su oposición "sustancia corporal" (520, 26). Al coincidir
clásica entre goce y placer, una oposición que con la afirmación de Freud en cuanto a que
alude a la distinción hegeliana/kojeveana entre hay sólo una libido, que es masculina, Lacan
Genuss (goce) y Lust (placer) (cf Kojeve, 1947, sostiene que el goce es esencialmente fálico;
46). El principio de placer funciona como un lí- "El goce, en la medida en que es sexual, es fá-
mite al goce. Es una ley que le ordena al sujeto lico, lo que significa que no se relaciona con el
"gozar lo menos posible". Al mismo tiempo, el Otro como tal" (S20, 14). Sin embargo, en
sujeto intenta constantemente transgredir las 1973 Lacan admite que hay un goce específi-
prohibiciones impuestas a su goce, e ir "más camente femenino, un "goce suplementario"
allá del principio de placer", No obstante, el re- (520, 58) que está "más allá del falo" (S20,
sultado de transgredir el principio de placer no 69), un goce del Otro. Este goce femenino es
es más placer sino dolor, puesto que el sujeto inefable, pues las mujeres lo experimentan pe-
sólo puede soportar una cierta cantidad de pla- ro no saben nada sobre él (520, 71). Para dife-
cer. Más allá de este límite, el placer se convíer- renciar estas dos formas de goce, Lacan intro-
te en dolor, y este "placer doloroso" es lo que duce un símbolo algebraico para cada una: Jlp
Lacan denomina goce: "el goce es sufrimien- designa el goce fálico, mientras que lA desig-
to" (57, 184). El término "goce" expresa enton- na el goce del Otro.
ces perfectamente la satisfacción paradójica que
el sujeto obtiene de su síntoma o, para decirlo
en otras palabras, el sufrimiento que deriva de GRAFO DEL DESEO (GRAPHE
su propia satisfacción (la "ganancia primaria de DU DÉ5IR, qRAPH OF DESIRE)
la enfermedad" en los términos de Freud).
La prohibición del goce (el principio de El grafo del deseo es una representación to-
placer) es inherente a la estructura simbólica pográfica de La_l;structura del deseo. Lacan 10
del lenguaje, en virtud de la cual "el goce está desarrolló por primera vez en El Seminario, Li-
prohibido para aquel que habla, como tal" (E, bro V (Lacan 1957-8) para ilustrar la teoría psi-
319). La entrada del sujeto en lo simbólico está coanalítica del chiste (véase Freud, 1905c).
condicionada por cierta reuuncia inicial al goce Reaparece en algunos de los seminarios que si-
en el complejo de castración, en el que ese su- guieron (véase Lacan, 1958-9 y 1960-1), para
jeto renuncia a sus intentos de ser el falo imagi- después desaparecer casi totalmente de la obra
nario para la madre; "La castración significa de Lacan. Adopta diversas formas, aunque la
que el goce debe ser rechazado para poder al- más conocida es la que incluye el artículo "La
canzarlo en la escala invertida [l'échelle ren- subversión del sujeto y la dialéctica del deseo"
verséeJ de la ley del deseo" (E, 324). La prohi- (Lacan, 1960a). En ese ensayo Lacan construye
bición simbólica del goce en el complejo de elgr~Jo del deseo en cuatro etapas. La primera
Edipo (el tabú del incesto) es entonces, paradó- es la "célula elemental" (figura 8; véase E,
jicamente, la prohibición de algo que es ya im- 303).
posible; es decir que funciona para mantener la La línea horizontal representa la CADENA
ilusión neurótica de que el goce sería alcanza- SIGNíACANTE diacrónica; la curva en herradura
ble si no estuviera prohibido. La prohibición representa el vector de la intencionalidad del
misma crea el deseo de transgrediría, y el goce sujeto. La doble intersección de estas dos líneas
es por 10 tanto fundamentalmente transgresor ilustra la naturaleza de la retroacción: el mensa-
(véase Sv.cap.f S). je, en el punto denominado s(A) en el grafo
"PULSIóN DE MUERTE" es el nombre dado al completo es el PUNTO DE ALMOHADILLADO de-
deseo constante del sujeto de irrumpir a través terminado retroactivamente por la particular
del principio de placer hacia la COSA y hacia un puntuación que le ha asignado el Otro, A. El
cierto exceso de goce; el goce es entonces "la sujeto mítico prelingüístico de la necesidad pu-
'. senda hacia la muerte" (S17, 17). Puesto que ra, indicado por el triángulo, debe atravesar los
/ las pulsiones son intentos de irrumpir a través desfiladeros del significante, 10 que produce al
del principio de placer en búsqueda de goce, to- sujeto dividido, $.
da pulsión es una pulsión de muerte. No se pretende que las etapas intermedias
103
Grafo del deseo
s'
s
S(¡") ($00
Goce Castración
(g~a) d
srA) A
Significante V"
m i("I-
I(A) ,
Figura 9. El gralo del deseo, Grafo completo
Fuente: Jacques Lacan.ltcrits, París. Seuil, 1%6
del grafo del deseo demuestren una evolución o va del significante a la voz) es la cadena signi-
desarrollo temporal, puesto que este grafo exis- ficante consciente, el nivel del enunciado. La
te siempre como un todo; son simplemente re- cadena superior (que va del goce a la castra-
cursos pedagógicos utilizados por Lacan para ción) es la cadena significante en el inconscien-
ilustrar la estructura del grafo completo (figura te, el nivel de la ENUNCIACiÓN. De modo que la
9; véase E, 315 y Ec, 817). estructura está duplicada: la parte superior del
En el grafo completo no hay una sino dos grafo está estructurada exactamente como la
cadenas significantes. La cadena inferior (que parte inferior.
H
ticulan en torno a una "anatomía imaginaria" entre la histeria y la feminidad. Por cierto, la
que carece de relación con la estructura real del mayoría de los histéricos son mujeres, así como
sistema nervioso (véase Lacan, 1951b, 13). No la mayoría de los neuróticos obsesivos son
obstante, aunque Lacan examina la sintomato- hombres.
togra de la histeria vinculándola a la imago del La estructura del deseo, como deseo del
CUERPO FRAGMENTADO (E, 5), no define la histe- Otro, aparece en la histeria con más claridad
ria como un conjunto de síntomas sino como que en cualquier otra estructura clínica; el his-
una ESTRUCTURA. Esto significa que un sujeto térico es precisamente alguien que se apropia
puede no presentar ninguno de los síntomas del deseo del otro identificándose con él. Por
corporales típicos de la histeria y no obstante ejemplo, Dora se identifica con Herr K., toma
ser diagnosticado como histérico por un analis- como suyo propio el deseo que percibe en él,
ta lacaniano. el desear a Frau K. (84, 138). Sin embargo, se-
Lo mismo que Freud, Lacan considera la gún también lo demuestra el caso Dora, la his-
histeria como una de las dos principales formas térica sólo sostiene el deseo del OtrO con la
de NEUROSIS (la otra es la NEUROSIS OBSEStVA). condición de no ser ella el objeto de ese deseo
En el seminario de 1955-6 desarrolla la idea de (Ec. 222); la histérica no soporta ser tomada
que la neurosis tiene la estructura de una pre- como objeto del deseo porque eso haría revivir
gunta, y que lo que diferencia la histeria de la la herida de la privación (S17, 84). Es esta re-
neurosis obsesiva es la naturaleza de esa pre- lación privilegiada entre la estructura del deseo
gunta. Mientras que la neurosis obsesiva tiene y la estructura de la histeria lo que explica que
que ver con la pregunta por la existencia del su- Lacan le haya dedicado tanta atención a esta
jeto. en la histeria el sujeto se pregunta por su estructura clínica, y que en la década de 1970
posición sexual. Este interrogante puede formu- haya desarrollado la idea de que en la cura es
larse como "¿soy un hombre o una mujer?" o, necesario "histerizar" al analizante. Como es-
más precisamente, "¿qué es una mujer?" (83, tructura clínica, la histeria debe distinguirse
170-5). Esto vale para los histéricos de ambos del concepto lacaniano de DISCURSO de la his-
sexos (S3, 178). Lacan reafirma entonces la an- térica, que designa una forma particular de la-
tigua idea de que existe una vinculación íntima zo social.
106
1
,
"
IDEAL DEL YO (IDÉAL DU MOl, orden simbólico, y por 10 tanto anticipa la iden-
EGO-IDEAL) tificación secundaria (edfpica) (S 1, 141), o bien
es un producto de esa identificación (Lacan,
En los escritos de Freud hay tres términos 157-8). El yo ideal, por otro lado, se origina en
r entre los cuales resulta difícil discernir una dis- la imagen especular del estadio del espejo; es
tinción sistemática, aunque tampoco son senci- una promesa de síntesis futura hacia la cual
o llamente empleados como intercambiables: son tiende el yo, la ilusión de unidad que está en la
e ellos "ideal del yo" (lch-Ideal), "yo ideal" base del yo. El yo ideal siempre acompaña al
a (Ideal Ieh) y superyó (Ober.lch). Sin embargo, yo, como un intento incesante de recobrar la
0 Lacan sostiene que estas tres "formaciones del omnipotencia de la relación dual preedfpica.
s yo" son conceptos totalmente distintos y que Aunque formado en la identificación primaria,
- por 10 tanto no deben confundirse entre sí. el yo ideal continúa desempeñando un papel
e En sus escritos de preguerra, a Lacan le in- como fuente de todas las identificaciones se-
s- teresa principalmente establecer una distinción cundarias (E, 2). En el álgebra lacanlana, el yo
- entre el idea! del yo y el supcryé, y no se refie- ideal se escribe ira), y el ideal del yo I(A).
re a! yo ideal. Aunque tanto el ideal del yo co-
mo el SlJPERYÓ están relacionados con la declí-
nación del complejo de Bdipo, y los dos son IDENTIFICACIÓN (IDENTlFlCATION,
productos de la identificación con el padre, dice IDENTlFlCATION)
Lacan que representan aspectos diferentes del
rol paterno dual. El superyó es una instancia in- En la obra de Freud, el término "identifica-
consciente cuya función consiste en reprimir el ción" designa el proceso por el cual un sujeto
deseo sexual que suscita la madre, mientras que adopta como suyos uno o más atributos de otro
el ideal del yo ejerce una presión consciente en sujeto. En sus escritos más tardíos, a medida
favor de la sublimación, y proporciona las que Freud desarrollaba la idea de que el yo y el
coordenadas que le permiten al sujeto asumir superyó se construyen sobre la base de una se-
una posición sexual como hombre o mujer (La- rie de identificaciones, el concepto de identifi-
can, 1938, 59·62). cación llcgó finalmente a designar "la cpera-
Después de la guerra, Lacan cuida más de cíen en sí por la cual se constituye el sujeto
diferenciar el ideal del yo y el yo ideal (en fran- humano" (Laplanche y Pontalis, 1967, 206). Se
cés, moi idéal). (Obsérvese que en cierto mo- trata por lo tanto de un concepto de importancia
mento, en 1949, Lacan usa el término je-ídéal central en la teoría psicoanalftica, pero que
para traducir el Ideal·lch freudiano [E, 2]; lJO también suscita importantes problemas teóri-
obstante. pronto abandona esta práctica, y en el cos. Uno de [os principales, con el que luchó el
resto de su obra usa la expresión moi idéal.) En propio Freud, es la dificultad para establecer la
el seminario de 1953-4, desarrolla el MODELO relación precisa entre la identificación y el ob-
ÓPTICO para distinguir estas dos formaciones. jeto de amor.
Sostiene que el idea! del yo es una introyección Este concepto de identificación ocupa una
símbélica, mientras que el yo ideal es la fuente posición igualmente importante en la obra de
de una proyección imaginaria (véase S8, 414). Lacen. Éste pone UlJ énfasis especial en el pa-
El ideal del yo es el significante que opera co- pel de la imagen, y define a la identificación
mo ideal, un plan inrernalizadc de la ley, la como "la transformación que se produce en el
guía que gobierna la posición del sujeto en el sujeto cuando asume una imagen" (E. 2). "Asu-
107
Imagen especular
1
mir" una imagen es reconocerse en ella, y apro- damente limitada, y toma un único rasgo [nur
piarse de la imagen como si fuera uno mismo. eínen eíneígen Zugl de la persona que es su ob-
Desde sus primeras obras Lacan distinguc jeto" (Freud, 1921c, SE XVIII, 107). Este "ras-
la identificación imaginaria de la identificación go único" O "rasgo unario" (del francés, trait
simbólica, unaíre, que las traduciones inglesas de Lacan
l. La identificación imaginaria es el meca- vierten diversamente como "unbroken Une" [lí-
nismo por el cual se crea el yo en el ESTADIO nea llena], "single stroke" [trazo único] o "uní-
DEL ESPEJO; pertenece absolutamente al orden tary trait" [rasgo unitarioj) es considerado por
imaginario. Cuando el infante ve su reflejo en Lacan un término simbólico primordial que se
el espejo, se identifica con esa imagen. La introyecta para producir el ideal del yo. Aun-
constitución del yo por identificación con algo que este rasgo puede originarse como signo, se
que está fuera del sujeto (e incluso contra el su- convierte en significante al ser incorporado en
jeto) es lo que "estructura al sujeto como un ri- un sistema significante (S8, 413-14). En 1964
val de sí mismo" (E, 22), Y por lo tanto involu- Lacan vincula el rasgo unario al primer signifi-
cra agresividad y alienación. El estadio de! cante (S 1), Y lo compara con la muesca que ha-
espejo constituye la "identificación primaria", y ce el hombre primitivo en una estaca para sig-
da origen al YO IDEAL. nificar que ha matado a un animal (Sil, 141,
2. La identificación simbólica es la identifi- 256).
cación con el padre en la etapa final del COM- Lacan se opone con firmeza a ciertos auto-
PLEJO DE EDIPO, que da origen a la formación res (por ejemplo, Balint) que entienden el FIN
del IDEAL DEL YO. Por medio de esta identifica- DE ANÁLISIS como identificaci6n con el analista;
ción secundaria e! sujeto trasciende la agresivi- por el contrario, él insiste en que no sólo "es
dad inherente a la identificación primaria (E, posible atravesar el plano de la identificación"
23), de modo que puede decirse que la identifi- (Sil, 273), sino también en que ésta es una
cación secundaria representa una cierta "nor-, condición necesaria del verdadero psicoanali-
malizaclon libidinal" (E, 2), Aunque esta iden- siso De modo que el fin de análisis es concebido
tificaci6n es denominada "simbólica", no deja por Lacan como la destituci6n del sujeto, un
de ser una "identificación secundaria" (E, 22), momento en el que las identificaciones del su-
que sigue el modele de la identificación prima- jeto son cuestionadas de un modo tal que ya no
ria y, en consecuencia, como todas las identifi- resulta posible mantenerlas como antes. Sin
caciones, tiene algo de imaginaria; s610 se la embargo, si bien el fin de análisis no consiste
denomina "simbólica" porque representa el precisamente en identificarse con el analista,
completamientc del pasaje del sujeto al orden dice Lacan que es posible hablar de una identi-
simbólico. ficación en esa etapa, pero con otro sentido: la
Las ideas de Lacan sobre la naturaleza de la identificación con el síntoma (véase SIN1HOME).
identificación simbólica sufrieron cambios
complejos en el curso de su obra. En 1948 ve la
identificación simbólica en términos de "intro- IMAGEN ESPECULAR (IMAGE
yección de la irnago del progenitor del mismo SPÉCULA1RE, SPECULAR lMAGE)
sexo" (E, 22), mientras que en 1958 ha pasado
a verla en términos de identificación con el pa- Cuando Lacan habla de la imagen especular
dre real en el tercer tiempo del complejo de se refiere al reflejo del propio cuerpo en el es-
Bdipo. pejo, a la imagen de uno mismo que es simultá-
En 1961 Lacan describe la identificación neamente uno mismo y OTRO (el "pequeño
simbólica como una identificaci6n con el signi- otro"). Es identificándose con la imagen espe-
ficante. Encuentra respaldo para esta idea en el cular como el infante comienza a construir su
catálogo de los tres tipos de identificación que YO en el ESTADIO DEL ESPEJO. Incluso cuando no
Freud presenta en el capítulo 7 de Psicología hay ningún espejo real, el bebé ve su conducta
de las masas y análisis del yo (Freud. 192Ic). reflejada en los gestos imitativos de un adulto o
En los primeros dos tipos (con un objeto amo- de otro niño; estos gestos imitativos permiten
roso o con un rival), el sujeto puede expresar a que la otra persona funcione como imagen es-
menudo la identificación desarrollando pura y pecular. El ser humano es totalmente cautivado
simplemente un síntoma idéntico al que padece por tal imagen: ésta es la razón básica del poder
la persona con la que él se identifica. En estos de ]0 imaginario en el sujeto, y explica por qué
casos, "la identificación es parcial y extrema- el hombre proyecta esta imagen de su cuerpo
toa
1 Imaginario
en todos los otros objetos del mundo que lo ro- Sin embargo, la oposición entre lo imagina-
dea (véase Lncan, 1975b; véase CAM'ACIÓN). rio y lo simbólico no significa qu<;,: lo imagina-
Hay ciertas cosas que no tienen ninguna rio carezca de estructura. Por el contrario, lo
imagen especular, que no son "especulariza- imaginario está siempre ya estructurado por-e¡
bies": el falo, las zonas erógenas y el OBJETO a. orden simbólico. Por ejemplo, en su examen-
del estadio del espejo, en 1949, Lacan habla de
las relaciones en el espacio imaginario, que im-
IMAGINARIO (lMAGlNAIRE, plican una estructuración simbólica de ese es-
lMAGINARf) pacio (E, 1). La expresión "matriz imaginaria"
también implica un imaginario estructurado por
El empleo por Lacan del término "imagina- lo simbólico (Ec, 221), Yen 1964 Lacan discu-
rio" como sustantivo data de 1936 (Ec, 81). te de qué modo el campo visual está estructura-
Desde el principio esta palabra estuvo asociada do por leyes simbólicas (Sil, 91-2).
con ilusión, fascinación y seducción, y se rela- Lo imaginario envuelve también una di-
cionó específicamente con la REL"CIÓN. DUAL mensión lingüística. Mientras que el significan-
entre el Yoy la IMAGEN ESPECULAR. Sin embar- te es la base del orden simbólico, el SIGNIFICA-
go, es importante obseiVar-quesí6ien lo imagi- DO Y la SIGt->1FICACIÚN forman parte del orden
nario siempre retiene la connotación de ilusión imaginario. De modo que el lenguaje tiene as-
y señuelo, no es sencillamente sinónimo de "lo pectos simbólicos y también imaginarios; en su
ilusorio", en cuanto esto último implica algo in- aspecto imaginario, el lenguaje es "el muro del
necesario y sin consecuencias (Ec, 723). Lo lenguaje" que invierte y distorsiona el discurso
imaginario está lejos de no tener consecuen- del Otro (véase ESQUEMA L).
cias; sus efectos son poderosos en lo real, y no Lo imaginario ejerce un poder cautivante
se trata de algo que pueda ser sencillamente sobre el sujeto, un poder fundado en el efecto
descartado o "superado". casi hipnótico de la imagen especular. Lo ima-
Desde 1953 en adelante, el ORDEN imagina- ginario arraiga entonces en la relación dersiiJé-
rio se convirtió en uno de los tres que constitu- to con su propio cuerpo (o más bien"con la
yen el esquema tripartito central del pensa- imagen de su cuerpo). Este poder de cautivar y
miento lacaniano, opuesto a 10 simbólico y lo capturar es al mismo tiempo seductor (lo ima-
real. La base del orden imaginario sigue siendo ginario se manifiesta sobre todo en el plano se-
la formación del yo en el ESTADIO DEL ESPEJO. xual, en formas tales como la exhibición sexual
Puesto que el yo se forma por identificación y los rituales del cortejo; Lacan, 1956b, 272) Y
~ILel_semejante_ o lajmagen especular, la discapacitante: aprisiona al sujeto en una serie
IDENTIFICACiÓN es un aspecto Importante del or- de fijaciones estáticas (véase CAPTACIÓN).
den imaginario. El yo y el semejante forman la Lo imaginario es la dimensión del sujeto
relación dual prototípica, y son intercambia- humano más estrechamente vinculada a la eto-
bles. Esta relación por la cual se constituye el logía y la psicología animal (S3, 253). Todos
ego mediante la identificación con el pequeño los intentos de explicar la subjetividad humana
otro significa que el yo, y el orden imaginario en términos de psicología animal se ven por
en sí, son ambos sedes de una ALIENACIÓN radi- consiguiente limitados a lo imaginario (véase
cal: "la alienación es constitutiva del orden NATURALEZA), Aunque lo imaginario representa
imaginario" (S3, 146). La relación dual entre el el punto de contacto más íntimo entre la subjeti-
yo y el semejante es fundamentalmente narci- vidad humana y la etología animal (S2, 166), en
sista, y el NARCISISMO constituye otra caracte- este caso no se trata de una simple identidad; en
rística del orden imaginario. El narcisismo es los seres humanos, el orden imaginario está es-
siempre acompañado por una cierta AGRESIVI- tructurado por 10 simbólico, y esto significa que
DAD. Lo imaginario es el reino de la imagen en "en el hombre, la relación imaginaria se ha des-
la imaginación, el engaño y el señuelo. Las viado [del reino dc la naturaleza]" (52, 210).
principales ilusiones de lo imaginario son las Lacan tiene una desconfianza cartesiana
de totalidad, síntesis, autonomía, dualidad y, respecto de la imaginación como instrumento
por sobre todo, semejanza. De modo que 10 cognitivo. Lo mismo que Descartes, él insiste
imaginario es el orden de las apariencias super- en la supremacía de la intelección pura, que no
ficiales que son los fenómenos observables, en- dependa de imágenes, como el único modo de
gañosos, y que ocultan estructuras subyacentes; llegar a un conocimiento cierto. Esto es lo que
los afectos son fenómenos de ese tipo. está detrás de su empleo de figuras topológicas,
Imago
que no se pueden representar en la imagina- nado con la palabra COMPLFJO. En 1938 Lacan
ción, para explorar la estructura del inconscien- vincula cada uno de los tres complejos familia-
te (véase TOPOLOGlA). Esta desconfianza res- res a una imagen específica: el complejo del
pecto de la imaginación y los sentidos ubica destete, a la imago del pecho materno; el com-
firmemente a Lacan del lado del racionalismo, plejo de la intrusión con la imago del semejan-
y no del empirismo (véase ClEN·CIA). te, y el complejo de Edipo con la imago del pa-
Lacan acusó a las principales escuelas psi- dre (Lacen, 1938). En 1946 Lacan dice que, al
coanalíticas de su época de reducir el psicoaná- formular el concepto de imago, el psicoanálisis
lisis al orden imaginario: esos psicoanalistas le ha proporcionado a la PS1COLOGlA un objeto
hacían de la identificación con el analista la propio de estudio, estableciéndola de tal modo
meta del análisis, y reducían la cura a una rela- sobre un basamento verdaderamente científico:
ción dual (E, 246-7). Para Lacan, esto era una "es posible [...] designar en la Imago el objeto
traición completa al psicoanálisis, una desvia- propio de la psicología, exactamente en la mis-
ción que sólo podía haber generado una cre- ma medida en que la noción de Galileo del
ciente alienación del sujeto. Contra tal reduc- punto material inerte formó la base de la física"
cionismo imaginario, Lacan dice que la esencia (Ec, 188).
del psicoanálisis consiste en el uso de 10 simbó- Mientras que para Jung y Klein las imáge-
lico. El empleo de 10 simbólico es el único mo- nes tienen efectos positivos y negativos por
do de desalojar las fijaciones discapacitantes de igual, en la obra de Lecan gravitan c-on firmeza
lo imaginario. El analista sólo puede obtener un hacia 10 negativo; son elementos fundamental-
punto de apoyo en 10 imaginario transformando mente engañosos y destructores. Lacan habla
las imágenes en palabras, del mismo modo que de la imago del CUERPO FRAGMENTADO, e inclu-
Freud trataba al sueño como un acertijo gráfico so imagcs unificadas, como por ejemplo la
(rebus): "Lo imaginario es sólo descifrable si se imagen especular, son meras ilusiones de totali-
lo traduce a símbolos" (Lacan, 1956b, 269). Es- dad que introducen una agresividad subyacente.
te uso de lo simbólico es el único modo que tie- "El primer efecto de la imago que aparece en el
ne el proceso analítico de "atravesar el plano de ser humano es un efecto de alienación subjeti-
la identificación" (SIl, 273). va" (Ec, 181, cursivas del original).
Después de 1950, el término "Imago" desa-
parece casi por completo del vocabulario teorí-
IMAGO (lMAGO, IMAGO) ca de Lacan. No obstante, las ideas básicas de-
sarrolladas alrededor de ese concepto en los
Originalmente introducida en la teoría psi- escritos anteriores continúan desempeñando un
coanalítica por Jung, en 1911, la palabra latina papel importante en el pensamiento lacaniano,
imago ya había llegado a ser convencional en articuladas en torno a otros términos, principal-
la terminología del psicoanálisis cuando Lacan mente "imagen".
inició su formación como psicoanalista en la
década de 1930. Esta palabra está claramente
relacionada con "imagen", pero se pretende INCONSCIENTE (INCONSCIENT,
que subraye la determinación subjetiva de la UNCONSCIOUS)
imagen; en otras palabras, incluye tanto los
sentimientos como una representación visual. Aunque el término "inconsciente" ya había
Las imagos son específicamente imágenes de sido utilizado por autores anteriores a Freud, en
otras personas (Jung habla de las imagos ma- las obras de éste adquiere un significado com-
terna, paterna y fraterna); sin embargo, no re- pletamente original, y se constituye como el
sultan de experiencias puramente personales si- concepto más importante.
no que son prototipos universales que pueden Freud diferenciaba dos usos de esta palabra
actualizarse en la psique de cada individuo. (Freud, 1915e). Como adjetivo, simplemente
Actúan como estereotipos que influyen sobre el designa los procesos mentales que no son mate-
modo que el sujeto tiene de relacionarse con ria de la atención consciente en un momento
los otros, quienes son percibidos a través de las dado. Como sustantivo (el inconsciente, das
lentes de estas diversas imagos. Unbewu5ste), designa uno de los sistemas psí-
El término "imago" desempeña un papel quicos que Freud describió en su primera teoría
central en los escritos de Lacan anteriores a de la estructura mental (el "modelo topológi-
1950, en los que aparece estrechamente relacio- co"). Según esta teoría, la mente está dividida
110
T Inconsciente
en tres sistemas o "localidades psíquicas": el enfoque lingüístico al sostener que la razón por
consciente (Cs), el preconsciente (Pes) y el in- la cualljing>º~ciellte está estructura;:líu:om.o
consciente (Ics). El sistema inconsciente no es un lenguaje esque "sólo captamos el incons-
lo que está fuera del campo de la conciencia en ciente cuando finalmente es explicado, en esa
un momento dado, sino lo que ha sido radical- a
parte de él que se articula al pasar palabras"
mente separado de la conciencia por la repre- (S7,32).
si6n y no puede entrar en el sistema consciente- Lacan describe también el tnconscíeme.co.
preconsciente sin distorsiones. mo un discurso: "El inconsciente es el discurso
En la segunda teoría freudiana de la estruc- d~l.()tro" (Ec, 16; véase crno). Esta fórmula
tura mental (la "teoría estructural"), la mente enigmática, que se ha convertido en una de las
está dividida en tres "instancias": el yo, el su- máximas lacanianas más célebres, puede enten-
pery6 y el ello; ninguna de estas instancias derse de muchas maneras. Quizá su sentido
coincide con el inconsciente, puesto que incluso más importante sea que "hay que ver en el in-
el yo y el supery6 tienen partes inconscientes. consciente los efectos de la palabra sobre el su-
Antes de 1950, Lacan emplea el término jeto" (S Il, 126). Más precisamentevel incons-
"inconsciente" principalmente en su forma ad- ciente es el efecto del SlGN1RCANTE sobre el
jetiva, lo cual hace que sus primeras obras les sujeto, en cuanto el significante es lo reprimido
resulten particularmente extrañas a quienes es- y lo que retorna en las formaciones del incons-
tán más familiarizados con los escritos de ciente (síntomas, chistes, parapraxias, sueños,
Freud. Pero en la década de 1950, cuando inicia etcétera). Todas las referencias al lenguaje, la
su "retomo a Freud", el término aparece con palabra, el discurso y los significantes ubican
más frecuencia como sustantivo, y Lacan sub- claramente el inconsciente en el orden de lo
raya cada vez más la originalidad del concepto 51MBÓUCO. Por cierto, "el inconsciente está es-
freudiano, señalando que no se trata meramente tructurado como una función de 10 simbólico"
de lo opuesto a la conciencia: "Una gran canti- (S7, 12). El inconsciente es la determinación
dad de efectos psíquicos que son con toda legi- del sujeto por el orden simbólico. '
timidad designados como inconscientes, en el El inconsciente no es interior; por el con- ..
sentido de que excluyen las características de la traric, puesto que la palabra y el lenguaje son
conciencia, carecen sin embargo de cualquier fenómenos intersubjetívos. el inconsciente es
relaci6n con el inconsciente en sentido freudia- "transindividual" (E, 49); por así decirlo, el in-
no" (E, 163). También insiste en que el íncons-¡ consciente está "fuera". "Esta exterioridad de
cienre no puede ser simplemente equiparado a lo simbólico en relación con el hombre es la
"lo que es reprimido". noción misma del inconsciente" (Ec, 469). Si
Dice Lacan que el concepto de inconsciente el inconsciente parece interior, éste es un efec-
fue muy mal interpretado por la mayoría de los to de lo imaginario, que bloquea la relación en-
seguidores de Freud, quienes lo redujeron a ser tre el sujeto y el Otro e invierte el mensaje del
"meramente la sede de los instintos" (E, 147). Otro.
Contra este pensamiento biologista, él sostiene Aunque el inconsciente es especialmente
que "el inconsciente no ~primordial ni lnstin- visible en las formaciones del inconsciente, en
tual" (E, 170), sino primariamente lingüístico. realidad "no deja ninguna de nuestras acciones
Resume esta idea en su célebre fónnula "el in- fuera de su campo" (E, 163). Las leyes del in-
consciente está estructurado como un lenguaje" consciente, que son la repetición y el deseo, tie-
($3, 167; véase LENGUAJE, ESTR.UCIURA). El nen tanta ubicuidad como la estructura misma.
análisis que realiza Lacan del inconsciente en El inconsciente es irreductible, de modo que la
términos de estructura sincrónica es comple- meta del análisis no puede ser hacer consciente
mentado por su idea del inconsciente que se lo inconsciente.
abre y cierra en una pulsación temporal (SIl, Además de las diversas metáforas lingüísti-
143,204). cas de las que Lacan se sirve para cunceptuali-
Algunos psicoanalistas han objetado el en- zar el inconsciente (discurso, lenguaje, pala-
foque lingüístico lacaniano del inconsciente, bra), también concibe el inconsciente en otros
sobre la base de que es manifiestamente restric- términos.
tivo, y de que el propio Freud excluía del in-
consciente la representación de palabra (S7, 44; Memoria
sobre la refutación por Lacan de estas objecio-
nes, véase COSA). El propio Lacan restringe su El inconsciente es también una especie de
111
.,.
lndlce
memoria, en el sentido de una historia sirnbóli- mientras que el lenguaje está compuesto de sig-
ca de los significantes que han determinado al nificantes. Esto explica que lus códigos c arez-
sujeto en el curso de su vida: "lo que le enseña- can de los rasgos más importantes del lenguaje:
mos al sujeto a reconocer como su inconsciente su potencial para la ambigüedad y la equi vocí-
es su historia" (E, pág. 52). dad. La oposición entre significante e índice se
complica por la existencia de ciertos significan-
Saber tes que también funcionan como índices: son
los llamados SI-UFTERS.
Puesto que es una articulación de signifi-
cantes en una cadena significante, lo incons-
ciente es una especie de saber (simbólico). Más INSTINTO (lNSTINCT, INSTINCT)
precisamente, es un "saber desconocido".
Lacan sigue a Freud en la distinción que és-
te traza entre instintos y PULSIONES, y critica a
ÍNDICE (lNDlCE, INDEX) quienes, siguiendo en cambio a Strachey, oscu-
recen esta diferenciación al emplear la misma
En la tipología de los SIGNOS creada por palabra inglesa "instinct" para traducir los dos
Charles S. Peirce, el estudioso de la semiótica términos que usa Freud, lnstinkt y Trieb (E,
norteamericano, el índice es un signo que tiene 301).
una "relación existencial" con el objeto que re- El de "instinto" es un concepto puramente
presenta (por ejemplo, el índice es siempre es- biológico (véase BIOLOGlA), propio del estudio
pacial o temporalmente contiguo al objeto). de la etología animal. Mientras que los anima-
Peirce contrasta el índice con el símbolo, que, 10 les son impulsados por instintos (relativamente
mismo que el signo en la concepción de Saussu- rígidos e invariables, y que implican una rela-
re, se caracteriza por la ausencia de toda cone- ción directa con el objeto), la sexualidad huma-
xión necesaria con su objeto. Por ejemplo, el na es una cuestión de pulsiones (muy variables,
humo es un índice del fuego, y las manchas ro- y que nunca alcanzan su objeto). Aunque Lacan
jas son un índice de diversas enfermedades, co- emplea a menudo el ténnino"instinto" en la
mo por ejemplo el sarampión (Peirce, 1932). primera parte de su obra, después de 195{) esta
En el discurso de Lacan, el término "índi- palabra aparece menos, y él prefiere en su lugar
ce", funciona en oposición a "SIGNtRCANTE" (y reconceptuahzar la noción de instinto en térmi-
no, como en la filosofía de Peirce, en oposición nos de NECESIDAD.
a "símbolo"). Lacan concibe el índice como un Desde sus primeros trabajos, Lacan critica
"signo natural", en el cual hay una correspon- a quienes tratan de entender la conducta hu-
dencia unívoca fija entre signo y objeto, (a di- mana en términos de puro instinto, y aduce
ferencia del significante, que no tiene ningún que esto implica suponer una relación armo-
vínculo fijo con ningún significado). Esta opo- niosa entre el hombre y el mundo, relación
sición entre índice y significante apuntala las que de hecho no existe (Be, 88). El concepto
siguientes distinciones trazadas en la obra de de instinto da por sentado algún tipo de cono-
Lacan. cimiento directo innato del objeto, un conoci-
miento que tiene casi un carácter moral (Ec,
Los conceptos psicoanalítico y médico 851). Contra tales ideas, Lacan insiste en que
del SíNTOMA hay algo inadecuado en la biología humana,
un rasgo que él indica en las frases "insufi-
Mientras que en medicina el síntoma es ciencia vital" (insuffísance vitale) (Ec, 90) e
considerado un índice de la enfermedad, en "insuficiencia congénita". Esta inadecuación,
psicoanálisis no es un índice, sino un signifi- evidente en el desamparo del infante, se com-
cante (E, 129). Por 10 tanto, en psicoanálisis no pensa por medio de los COMPLEJOS. El hecho
hay ningún vínculo fijo de "uno a uno" entre de que la psicología humana esté dominada
los fenómenos patológicos y la estructura sub- por complejos (a su vez determinados entera-
yacente. mente por factores culturales y sociales), y no
por instintos, significa que cualquier explica-
CÓDIGOS (animales) y lenguaje (humano) ción de la conducta humana que no (ame en
cuenta los factores sociales es en sí misma
Los códigos están compuestos de índices, inútil.
.,.
Interpretación
116
L
En la descripción que da Freud del COMPLE- Según Freud, el deseo de la mujer de tener
JO DE EDIPO, la madre es el primer objeto amo- un hijo tiene sus raíces en la envidia al pene del
roso del niño. Sólo la intervención del PADRE, a hombre. Cuando la niña comprende por prime-
través de la amenaza de castración lo obliga a ra vez que no tiene un pene, se siente privada
renunciar a desear a la madre. En la obra de de algo valioso, e intenta compensar esta falta
Me1anie Klein el énfasis pasó del papel del pa- obteniendo un niño corno sustituto simbólico
dre a la relación pregenital madre-hijo, descrita del pene que le ha sido negado (Freud, 1924b).
.comc una relación sádica en la cual el niño fan- Lacan sigue a Freud, y dice que el hijo siempre
tasea ataques resentidos al cuerpo de la madre, representa para la madre un sustituto del falo
y a continuación teme la retaliación. simbólico que a ella le falta (véase PRIVACIÓN).
En sus escritos de preguerra Lacan alude Sin embargo, Lacan subraya que este sustituto
varias veces a la obra de Melanie Kleia, y des- nunca satisface realmente a la madre; su deseo
cribe los fantasmas canibalistas de devorar a del falo persiste aun después de tener el hijo. El
la madre y ser devorado por ella. Dice que el niño pronto comprende que él no satisface
primero de los complejos familiares es el completamente el deseo de la madre, que el de-
complejo del destete, en el cual la interrupción seo de ella apunta a algo que está más allá de
de la relación simbiótica con la madre deja él, y por lo tanto trata de descifrar ese deseo
una huella permanente en la psique del niño. enigmático: tiene que elaborar una respuesta a
También describe la pulsión de muerte como la pregunta "Che vuoi?" ("¿Qué quieres de
un anhelo nostálgico de retornar a esta rela- me?"). La respuesta que el niño encuentra es
ción de fusión con el pecho materno (Lacan que la madre desea el falo imaginario. Entonces
1938,35). trata de satisfacer el deseo de la madre identifi-
La concepción de la madre como una fuer- cándose con el falo imaginario (o identificán-
za absorbente que amenaza devorar al niño es dose con la madre fálica, la madre imaginada
un tema constante en la obra de Lacan de allí corno poseedora del falo). En este juego de "ser
en adelante (véase 54, 195; S17, 118). Lacan o no ser el falo", el niño está completamente a
dice que el niño tiene que desprenderse de la merced del deseo caprichoso de la madre. de-
relación imaginaria con la madre para entrar en samparado ante la omnipotencia de ella (54,
el orden social; si no logra hacerlo, resulta al- 69, 187). Sin embargo. esta sensación de impo-
guna de varias peculiaridades que van desde la tencia puede no suscitar mucha angustia al
fobia hasta la perversión. Puesto que el agente principio; durante cierto tiempo, el niño experi-
que ayuda al niño a superar el apego primario menta sus intentos de ser el falo corno un juego
a la madre es el padre. puede también decirse de seducción relativamente satisfactorio. 5610
que estas peculiaridades resultan de un fracaso cuando comienzan a agitarse las pulsiones se-
de la función paterna. En consecuencia, gran xuales (por ejemplo. en la masturbación infan-
parte de la obra de Lacan apunta a cambiar el til), y se introduce de tal modo un elemento de
énfasis de la teoría analítica, que estaba en la lo real en el juego imaginario, la omnipotencia
relación madre-hijo (10 preedípico, prototipo de la madre comienza a provocar una gran an-
de lo imaginario), para restituirlo al rol del pa- gustia en el hijo. Esta angustia se manifiesta en
dre (el complejo de Edipo, prototipo de lo sím- imágenes de ser devorado por la madre, y sólo
b6lico). la resuelve la intervención del padre real, que
123
Materna
castra al niño en el tercer tiempo del complejo Los maternas forman parte del ÁLGEBRA laca-
de Edipo. niana.
Aunque el término "materna" no es introdu-
La madre: real, simbólica e imaginaria cido por Lacan hasta principios de la década de
1970, las dos fórmulas más a menudo designa-
Lacan sostiene que es importante distinguir das como maternas datan de 1957. Estas fórmu-
la madre real, la madre simbólica y la madre las, creadas para designar puntos del GRAFO DEL
imaginaria.
°
DESEO, son el materna de la pulsión ($ <) O), Y
La madre se manifiesta en lo real como la el materna del fantasma ($ a). El paralelo es-
cuidadora primaria del infante. Éste es incapaz tructural entre estos dos maternas es claro: am-
de satisfacer sus propias necesidades, y por lo bos están compuestos por dos símbolos alge-
tanto depende absolutamente de un Otro que 10 braicos unidos por un romboide (el símbolo 0,
cuide (véase DESAMPARO). La madre es en pri- que Lacan denominapoinron, punzón o cuño)
mer lugar simbólica; sólo se vuelve real al frus- y encerrados por paréntesis. El romboide sim-
trar la demanda del sujeto (véase FRUSTRACIÓN). boliza una relación entre los dos símbolos, rela-
Cuando la madre atiende al infante, brin- ción ésta que incluye "envolvrmiento-desarro-
dándole los objetos que satisfarán sus necesida- llo-conjunción-diyunción" (E, 280, n. 26).
des, estos objetos adquieren pronto una función Lacan dice que los maternas "no son signi-
simbólica que eclipsa por completo su función ficantes trascendentes; son los índices de una
real; los objetos son vistos como regalos, mues- significación absoluta" (E, 314). Han sido
tras simbólicas del amor de la madre. Final- "creados para transmitir ciento y una lectura
mente, es la presencia de la madre la que atesti- diferentes, una multiplicidad admisible en tan-
gua este amor, aunque ella no traiga ningún to lo hablado permanezca atrapado en su álge-
objeto real. En consecuencia, la ausencia de la bra" (E, 313). Están construidos de modo tal
madre se experimenta como un rechazo trau- que resistan a cualquierintento de reducirlos a
mático, una pérdida de su amor. Freud descri- una significación unívoca, y le impidan al lec-
bió de qué modo el niño intenta superar esa tor una comprensión intuitiva o imaginaria de
pérdida simbolizando la presencia y la ausencia los conceptos psicoanalíticos; los maternas no
de la madre con juegos y lenguaje (Preud, deben comprenderse sino usarse. De este mo-
1920b). Lacan considera que esta simboliza- do, constituyen un núcleo formal de la teoría
ción primaria representa los primeros pasos del psicoanalüica que podría transmitirse íntegra-
niño en el orden simbólico (54, 67-8). La ma- mente; "Uno por cierto no sabe 10 que signifi-
dre que le interesa a la teoría psicoanalírica es can, pero son transmitidos" (520, lOO).
sobre todo la madre simbólica, la madre en su
papel de Otro primordial. Es ella quien introdu-
ce al niño en el lenguaje, al interpretar los gri- MATEMÁTICAS (MATHÉMATIQUES,
tos de la criatura y de tal modo determinar re- MATHEMATICS)
troactivamente su sentido (véase PUNTUACIÓN).
La madre se manifiesta en el orden imagi- En su intento de teorizar la categoría de lo
nario con algunas imágenes. Una imagen SIMBÓUCO, Lacan adopta dos enfoques básicos.
importante que ya hemos mencionado es la de El primero consiste en describirla en términos
la madre devoradora que está en las raíces de la tomados de la LINGüíSTICA, empleando un mo-
angustia. Otra importante imagen materna es la delo del lenguaje inspirado en Saussure, como
de la madre fálica, la madre imaginada como un sistema de significantes. El segundo enfo-
poseedora del falo imaginario. que intenta una descripción en términos toma-
dos de las matemáticas. Los dos enfoques son
complementarios, puesto que tratan por igual
MATEMA (MATHEME, MATHEME) de describir sistemas formales con reglas preci-
sas, y ambos demuestran el poder del s.ignifi-
El término "materna" es un neologismo que cante. Aunque en la obra de Lacen se advierte
Lacan deriva de la palabra "matemática", pre- un pasaje general desde el enfoque lingüístico
sumiblemente por analogía con la palabra "mi- (que predominó hasta la década de 1950) al en-
tema", acunada por Claude Lévt-Strauss para foque matemático (dominante en la década de
designar los constituyentes básicos de los siste- 1970), ya en los años '40 podemos encontrar
mas mitológicos (véase Lévi-Srrauss, 1955). huellas del enfoque matemático (por ejemplo,
124
Materialismo
materialidad del significante, esta materialidad preocupación del psicoanálisis, sino lo que está
es singular en muchos modos, el primero de los totalmente fuera del psicoanálisis.
cuales es que el significante no soporta la parti-
ción" (Ec, 24). El significante, en su dimensión
material, el aspecto real del significante, es la METÁFORA (MÉTAPHORE,
LETRA. Es el "materialismo del significante" la- METAPHOR)
caniano 10 que 10 lleva a dar "una definición
materialista del fenómeno de fa conciencia" Se define habitualmente la metáfora como
(52,40-52). un tropo en el cual una cosa es descrita compa-
Las afirmaciones de Lacan en cuanto a que rándola con otra, pero sin enunciar explícita-
su teoría del significante es materialista son mente la comparación. Un ejemplo clásico es la
cuestionadas por Derrida, quien sostiene que el frase "Julieta es el sol", con la cual Shakespea-
concepto Iacaniano de la letra deja traslucir un re describe la belleza radiante de Julieta compa-
idealismo implícito (Derrida, 1975). rándola con el sol, pero no indica la compara-
ción mediante el empleo de la palabra "como".
No obstante, el uso del término por Lacar,
MEMORIA (MÉMOIRE, MEMORY) debe poco a esta definición, y mucho a la obra
de Roman Jakobson, quien, en un importante
El término "memoria" es utilizado en la artículo publicado en 1956, estableció la oposí-
obra de Lacen de dos modos muy distintos. ción entre metáfora y METON1.\flA. Sobre la base
l. En la década de 1950, la memoria es en- de una distinción entre dos tipos de afasia, Ja-
tendida como un fenómeno del orden simbóli- kobson distinguió dos ejes fundamentalmente
co, relacionado con la CADENA SIGNIFICANTE. Se opuestos del lenguaje: el eje metafórico, que
vincula a los conceptos de REMEMORACiÓN y re- tiene que ver con la selección de los tremes lin-
cuerdo, y se opone a la reminiscencia imagina- güísticos y permite su sustitucién, y el eje me-
ria. tonímico,que es el de la combinación de esos
Lacan deja en claro que su concepción de la ítemes (tanto secuencial como simultáneamen-
memoria no es biológica ni psicológica: "La te). La metáfora corresponde a las relaciones
memoria que le interesa al psicoanálisis es to- paradigmáticas de Saussure (que se mantienen
talmente distinta de aquella de la que hablan los in absemia), y la metonimia a las relaciones
psicólogos cuando nos exhiben sus mecanis- sintagmáticas (que se mantienen in praesenlía)
mos en un ser animado en un experimento" (Jakobson, 1956).
(53, 152). Para el psicoanálisis, la memoria es Lacan, lo mismo que muchos otros intelec-
la historia simbólica del sujeto, una cadena de tuales franceses de la época (por ejemplo, Clau-
slgnifrcentes eslabonados, una "articulación de Lévi-Strauss y Roland Barthes), adoptó rápi-
significante" (57, 223). Algo es memorable y damente la reinterpretacién por Jakobson de la
memorizado sólo cuando está "registrado en la metáfora y la metonimia. El mismo año de la
cadena significante" (S7, 212). En este sentido, publicación del artículo seminal de Jakobson,
el inconsciente es una especie de memoria (53, Lacan se refiere a él en su seminario, y comien-
155), puesto que "lo que nosotros le enseñamos za a incorporar la oposición planteada en su re-
al sujeto a reconocer como su inconsciente es lectura lingüística de Freud (véase 53, 218-20,
su historia" (E2, 52). 222-30). Un año más tarde dedica un ensayo
Los fenómenos asociados con la memoria completo a un análisis más detallado de dicha
que más le interesan al analista son los momen- oposición (Lacan, 1957b).
tos en que algo falla en el recuerde, y el sujeto Siguiendo la identificación de Jakobson de
no puede recordar una parte de su historia. El la metáfora con el eje sustitutivo del lenguaje,
hecho de que él puede olvidar, de que un signí- Lacan la define como la sustitución de un signi-
ficante puede ser elidido de la cadena signifi- ficante por otro (E4, 164), Yproporciona la pri-
cante, es lo distintivo del sujeto psicoanalítico mera formula de la metáfora (E, 164; figura 10).
(S7,224). Esta fórmula debe leerse como sigue. A la
2. En la década de 1960, Lacan le reserva al izquierda de la ecuación, fuera de los parénte-
término "memoria" un significado biológico o sis, Lacan escribe f S, la función significante,
fisiológico; concibe la memoria como una pro- es decir el efecto de la S[GNIFICACIÓN. Entre pa-
piedad orgánica (Be, 42). La memoria no desig- réntesis escribe S' /5, lo que significa "la susti-
na ya la historia simbólica del sujeto, que es la tución de un significante por otro". En el
'26
Metáfora
s $'
•
$' x
127
Metáfora paterna
mente anterior a la condensación, también la como revelación de que iba a ser el fundador
metonimia es la precondición de la metáfora. de una raza. En el verso que cita Lacan C'Su
gavilla no era avara ni rencorosa"), la sustitu-
La pulslón anal ción metafórica de "Booz" por "su gavilla"
produce un efecto poético de SlGNiFICACIÓN
En su artículo "Sobre las trasposiciones de (53,218-25; véase 54, 377-8; E, 156-8; S8,
la pulsión, en particular del erotismo anal", 158-9). La paternidad es entonces el tema de
Preud demuestra que el erotismo anal está es- este poema (su contenido) y también es imrín-
trechamente vinculado a la posibilidad de susti- seca a la estructura de la metáfora en sí. Toda
tución -por ejemplo, la sustitución de las heces paternidad involucra una sustitución metafóri-
por dinero (Freud, 1917c)-. Lacan se basa en ca, y viceversa.
este señalamiento para conectar el erotismo La frase "metáfora paterna" es introducida
anal con la metáfora: "El nivel anal es el lugar por Lacen en 1957 (54, 379). En 1958 continúa
de la metáfora -un objeto por otro, dar las be- elaborando la estructura de esta metáfora; ella
ces en lugar del falo-" (SIl, 104). supone la sustiiuClÓn-de un.iiiinifiCiD.tt:.1~1 <:I~,__
seo de la madre) por otro (el-Nombre-del-Pa-
La IDENTIFICACIÓN dre) (véase figura 12; E, 200).
De modo que la metáfora paterna designa el
La metáfora es también la estructura de la carácter metafórico (es decir, sustitutivo) del
identificación, puesto que ésta consiste en susti- propio COMPLFJO DE EDIPO. Es la metáfora fun-
tuirse uno mismo por otro (S3, 218). damental de la que dependen todas las signifi-
caciones: por esta razón, toda significación es
El AMOR fálica. Si el Nombre-del-Padre está forciuido
(como en la psicosis), no puede haber metáfora
El amor está estructurado como una metá- paterna, y por lo tanto tampoco ninguna signifi-
fora, puesto que involucra la operación de sus- cación fálica.
titución. "Es en la medida en que la función del
eraues, el amante, que es el sujeto de la falta,
viene en lugar de, reemplaza a, la función del METALENGUAJE (METALANGAGE,
er6menos, el objeto amado, que produce la sig- METALANGUAGE)
nificación del amor" (S8, 53).
"Metalenguaje" es eltérmino técnico con el
que se designa en lingüística cualquier forma
METÁFORA PATERNA (METAPHORE de lenguaje utilizada para describir las propie-
PATERNELLE, PATERNAL METAPHOR) dades del lenguaje. Roman Jakobson incluye la
función de metalenguaje en su lista de las fun-
Cuando, en 1956, Lacan comenzó a abor- ciones del lenguaje (Jakobscn, 1960, 25).
dar detalladamente los tropos METÁFORA y me- La primera referencia de Lacan al metalen-
tonimia, el ejemplo que tomó para ilustrar la guaje aparece en 1956, cuando se hace eco de
estructura de la metáfora fue un verso del poe- la idea de Jakobson sobre la función metalin-
ma de Victor Hugo titulado Booz endormi gual de todo lenguaje: "Todo lenguaje implica
(Hugo, 1859-1883,97-9). Este poema vuelve un metalenguaje, es ya un metalenguaje de su
a narrar la historia bíblica de Ruth y Booz; propio registro" (S3, 226).
mientras Ruth duerme a los pies de él, Booz Unos años más tarde, en 1960, dice exacta-
sueña que de su abdomen crece una gavilla, mente lo opuesto, al afirmar que "ningún meta-
Nombre-deI-Padre
Deseo de la Madre
Deseo de la madre
128
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Mirada
Espejo
cóncavo
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con aparatos ópticos tales como el microscopio cavo. El espejo cóncavo produce una imagen
o la cámara fotográfica. Lacan también utiliza real de un florero Invertido, oculto a la vista por
aparatos ópticos en varios puntos de su obra: una caja, que se refleja en el espejo plano y
por ejemplo, se vale de la cámara fotográfica produce una imagen virtual. Esta imagen vir-
para proporcionar "una definición materialista tual sólo es visible para un sujeto que se ubica
del fenómeno de la conciencia" (S2, cap. 4). dentro de un cierto campo visual.
Dice Lacan que la óptica es un modo útil de Lacan utiliza este modelo para ilustrar di-
encarar la estructura de la psique porque las versos puntos. Los más importantes son el rol
imágenes desempeñan un papel importante en estructurante del orden simbólico y la función
la estructura psíquica (SI, 76). Sin embargo, lo del IDEAL DEL YO.
mismo que Freud, previene que ese enfoque l. El modelo óptico ilustra el modo en que
nunca podrá proporcionar más que analogías la posición del sujeto en el orden simb6lico
rudimentarias, puesto que las imágenes ópticas (representada por el ángulo del espejo plano)
no SOIl el mismo tipo de imágenes que constitu- determina la manera en que lo imaginario se ar-
yen el objeto de la investigación psicoanalítica. ticula con lo real. "Mi posición en lo imagina-
Por tal razón, Lacan pronto reemplaza las imá- rio [...] sólo es concebible en la medida en que
genes ópticas por figuras topológicas destina- uno encuentra una guía más allá de lo imagina-
das a impedir la captura imaginaria (véase TO- rio, en el nivel del plano simbólico" (SI, 141).
POLOGÍA). Pero realiza el mismo comentario De modo que el modelo óptico ilustra la impor-
insertado por Preud respecto de sus propios tancia primordial del orden simbólico en la es-
modelos ópticos: "necesitamos la asistencia de tructuración de lo imaginario. La acción de la
ideas provisionales" (Freud, 1900,536). cura psicoanalítica puede compararse con la ro-
El primer modelo óptico aparece en 1954 tación de un espejo plano, que modifica la posi-
(es la versión reproducida en la figura 14, to- ción del sujeto en lo simbólico.
mada de SI, 124), Y reaparece posteriormente 2. El modelo óptico ilustra también la fun-
en "Observación sobre el informe de Daniel ción del yo ideal, representado en el diagrama
Lagache" (1958b), en el seminario sobre la como la imagen real, en oposición al ideal del
transferencia (1969-1) y en otros lugares. Se yo, que es la vía simbólica que gobierna el án-
trata básicamente de un experimento óptico gulo del espejo y por lo tanto la posición del
realizado con un espejo plano y un espejo eón- sujeto (SI, 141).
131
Muerte
MUERTE (MORT, DEATH) libertad del hombre y también "el Amo absolu-
to" (Kojeve, 1947,21). El papel de la muerte es
El término "muerte" aparece en diversos crucial en la dialéctica hegeliana del AMO Y el
contextos en la obra de Lacan. esclavo, en la cual aparece íntimamente vincu-
1. La muerte es constitutiva del orden sim- lada al deseo, puesto que el amo sólo se afirma
bólico, porque el símbolo, al ocupar el lugar de para los otros por medio de un deseo de muerte
la cosa que simboliza, es equivalente a la muer- (E, 105). De Heidegger, Lacan toma la idea de
te de esta última: "El símbolo es la muerte de la que la existencia humana sólo adquiere sentido
cosa" (E, 104). Asimismo, el "primer símbolo" en virtud del límite [mito establecido por la
de la historia humana es \a tumba (E, 104). Só- muerte, de modo que el sujeto humano es en
lo en virtud del significante tiene el hombre ac- sentido estricto "un ser-para-la-muerte"; esto se
ceso a su propia muerte y puede concebirla: corresponde con la idea lacaniana de que el
"Es en el significante, y en cuanto el sujeto ar- analizante debe llegar a asumir, a través del
ticula una cadena significante, que se topa con proceso analftíco, su propia condición mortal
el hecho de que puede desaparecer de la cadena (E, 104-5).
de lo que él es" (S7, 295). El significante tam- 4. En su comparación de la cura psicoanalí-
bién lleva al sujeto más allá de la muerte, por- tica y el juego del bridge, Lacan describe al
que "ya lo considera muerto, por naturaleza lo analista en la posición del "dummy" (en fran-
inmortaliza" (S3, 180). La muerte en el orden cés, le mort, el muerto). "El analista interviene
simbólico está relacionada con la muerte del concretamente en la dialéctica del análisis pre-
Padre (es decir, con el asesinato del padre de la tendiendo que está muerto [... ] Hace presente
horda en Tótem y tabú; Freud, 1912-13); el pa- la muerte" (E, 140). El analista se "cadaveriza"
dre simbólico es siempre un padre muerto. (se corpsífian.
2. En el seminario de 1959-60, La ética del 5. La pregunta que constituye la estructura
psicoanálisis, Lacan habla de la "segunda de la NEUROSIS OBSESIVA concierne a la muerte;
muerte" (una frase que acuña con referencia a es el interrogante de si "estoy muerto o vivo"
un pasaje de la novela Julieta, del marqués de (S3, 179-80).
Sade, en el cual uno dc los personajes habla de
una "segunda vida"; véase Sade, 1797,772, ci-
tado en S7, 211). La primera muerte es la MUJER (FEMME, WOMAN)
muerte física del cuerpo, una muerte que pone
fin a la vida humana pero no a los ciclos de co- La descripción freudiana de la DIFERENCIA
rrupción y regeneración. La segunda muerte es SEXUAL se basa en la idea de que existen ciertas
la que impide la regeneración del cuerpo muer- características psíquicas que pueden denomi-
to, "en el punto en que son aniquilados los ci- narse "masculinas", y otras que se pueden l1a-
clos mismos de las transformaciones de la natu- mar "femeninas", significativamente diferentes
raleza" (S7, 248). El concepto de segunda entre sí. Sin embargo, Freud se niega constan-
muerte es utilizado por Lacan para formular temente a definir los términos "masculino" y
ideas sobre diversos temas: la belleza (57, 260; "femenino", aduciendo que son conceptos fun-
la función de la belleza es revelar la relación dacionales y que la teoría psicoanalítica puede
del hombre con su propia muerte: 57,295); la utilizarlos pero no dilucidarlos (Preud, 1920a,
relación directa con el ser (S7, 285), y el fantas- SE XVIII, 171).
ma sádico de infligir un dolor perpetuo (S7, Un rasgo de esa oposición es que estos dos
295). La frase "espacio del entre-dos-muertes" términos no funcionan de modos exactamente
tl'espace de i'entre-deux morts) originalmente simétricos. Freud toma la masculinidad como
acuñada por un discípulo de Lacan (véase S7, paradigma; afuma que hay sólo una libido, que
320), es recogida por e! maestro para designar es masculina, y que el desarrollo psíquico de la
"el espacio en el cual se consuma la tragedia" niña es al principio idéntico al del varón, y sólo
(58, 120). diverge posteriormente. La feminidad es enton-
3. La muerte desempeña un papel importan- ces lo que diverge del paradigma masculino, y
te en los sistemas filosóficos de Hegel y Hei- Freud la considera una región misteriosa, inex-
degger, y Lacan se abreva en ambos para su plorada, un "continente negro" (Freud, 1926e,
teorización de! papel de la muerte en psicoaná- SE XX, 212). El "enigma de la naturaleza de la
lisis. De Hegel (a través de Kojeve) Lacan to- feminidad" (Preud, 1933a. SE XXII, 113) preo-
ma la idea de que la muerte es constitutiva de la cupa a Freud en los últimos escritos, y 10 im-
132
Mujer
pulsa a hacerse la célebre pregunta: "¿Qué tiene también que "no hay ninguna simboliza-
quiere la mujer?" (véase Jones, 1953-7, vol. 2, ción del sexo de la mujer como tal", puesto que
468). La masculinidad es algo dado evidente de no hay ningún equivalente femenino del "sím-
por sí; la feminidad es un espacio de misterio: bolo altamente prevalente" que constituye el fa-
lo (S3, l76). Esta asimetría simbólica obliga a
El psicoanálisis no trata de describir qué es una la mujer a tomar la misma ruta que el varón pa-
mujer (tarea que difícilmente podría realizar), sino ra atravesar el complejo de Edipc, es decir,
que indaga cómo llega a ser, cómo se desarrolla una
mujer a partir de un nij'jo con una disposición bise- identificarse con el padre, lo cual resulta más
xual. complejo para ella, puesto que se le requiere
(Freud, 1933a, SE XXII, 116). que base su identificación en la imagen de un
miembro de! otro sexo (S3, 176).
Con la excepción de unas pocas observa- Lacan vuelve a la cuestión de la feminidad
ciones sobre la función de la MADRE en los en 1958, en un ensayo titulado "Ideas directivas
complejos familiares (Lacan, 1938), los escri- para un congreso sobre la sexualidad femenina"
tos preguerra de Lacan no abordan el debate so- (Lacan, 1958d). En este artículo observa las ím-
bre la feminidad. Los enunciados ocasionales posscs que han acosado a las discusiones psi-
acerca del lema que encontramos en la obra de coanalíticas sobre la sexualidad femenina, y di-
Lacan a principios de la década de 1950 apare- ce que la mujer es el Otro tanto para los
cen recubiertos con términos derivados de bombres como para las mujeres: "El hombre
Claude Lévi-Srrauss; las mujeres son vistas co- aquí actúa como el rodeo por el cual la mujer se
mo objetos de intercambio que circulan a la convierte en este Otro para ella misma, tal co-
manera de signos entre los grupos de parentes- mo es este Otro para él" (Be, 732).
co (véase Lévi-Strauss, 1949b). "En el orden El aporte más importante de Lacen al deba-
real, las mujeres sirven [... 1como objetos para te sobre la feminidad se produce tarde en su
los intercambios requeridos por las estructuras obra, lo mismo que en el caso de Freud. En su
elementales del parentesco" (E, 207). Dice La- seminario de 1972-3, Lacan postula el concep-
can que es precisamente el hecho de que la mu- to de un GOCE específicamente femenino que
jer es empujada a la posición de un objeto de va "más allá del falo" (S20, 69); este goce es
intercambio lo que constituye la dificultad de la "del orden del infinito", como el éxtasis místi-
posición femenina: co (S20, 44). Las mujeres pueden experimen-
tarlo, pero no saben nada sobre él (S20, 71).
Para ella, hay algo insuperable, digamos inacep- También en este seminario Lacan retoma su
table. en el hecho de estar ubicada en la posición de fórmula polémica presentada por primera vez
un objeto en el orden simbólico,al cual, por ctro la-
do, ella está enteramente sometida, no menos que el en el seminario de 1970-1, "la mujer no existe"
hombre. (lafemme n 'existe pas: Lacen 1973a, 60), y la
(52,262) refrasea como "no bay La mujer" (il n'y a pas
Lafemme; S20, 68). Scgún surge con claridad
El análisis que realiza Lacan del caso Dora en el original francés, lo que Lacan cuestiona
expone la misma idea: lo inaceptable para Dora no es el sustantivo "mujer" sino e! artículo de-
es su posición como objeto de intercambio en- finido que lo precede. En francés, el artículo
tre el padre y Herr K. (véase Lacan, 1951a). Es- definido indica universalidad, y ésta es pre-
tar en esta posición de objeto de intercambio cisamente la característica de la que la mujer
significa que la mujer ''tiene una relación de se- carece; las mujeres "no se prestan a la gener'!.-
gundo grado con este orden simbólico" (S2, lización, ni siquiera a la generalización falo-
262; véase S4, 95-6). céntrica" (Lacan 1975b). En consecuencia, La-
En 1956 Lacan recoge la asociación tradi- can tacha el artículo definido cuando precede
cional de la ffiSTERlA con la feminidad, y sostie- al término [emme, así como tacha la A para
ne que la histeria no es otra cosa que la cues- producir e! símbolo del Otro barrado, pues, lo
tión de la feminidad misma, la pregunta que mismo que la mujer, el Otro no existe (véase
puede formularse como "¿Qué es una mujer?". BARRA). Para ir a fondo, Lacan habla de la mu-
Esto vale tanto para los histéricos varones co- jer como "no toda" (pas-toute; S20, 13). A di-
mo para las histéricas (S3, 178). El término ferencia de la masculinidad, que es una fun-
"mujer" no designa aquí alguna esencia bioló- ción universal fundada en la excepción fálica
gica sino una posición en el orden simbólico; es (la castración), la mujer es un no-universal que
sinónimo de "posición femenina". Lacan sos- no admite ninguna excepción. La mujer es
Mujer
comparada con la verdad, puesto que comparte a si hay que ver a Lacan como un aliado o un
con ella la lógica del no-todo (no hay todas las enemigo de su causa. Algunas consideran que
mujeres; es imposible decir "toda la verdad") sus teorías proporcionan una descripción incisi-
(Lacan. 1973a,64). va del patriarcado y un modo de cuestionar las
En 1975 Lacan dice que "una mujer es un concepciones fijas de la identidad sexual (por
síntoma" (Lacan, 1974-5, seminario del 21 de ejemplo, Mitchell y Rose, 1982). Otras sostie-
enero de 1975). Más precisamente, una mujer nen que su concepción del orden simbólico
es un síntoma de un hombre, en el sentido de reinstala el patriarcado como algo dado trans-
que una mujer sólo puede entrar en la economía histórico, y que el privilegio asignado al falo se
simbólica de los hombres como un objeto fan- remite a repetir la misoginia que se le atribuye
tasmático (a), causa del deseo de ellos. al propio Freud (por ejemplo, Gallop, 1982;
Las observaciones de Lacan sobre la mujer Gros, 1990). Véanse muestras representativas
y la sexualidad femenina se han convertido en del debate en Adams y Cowie (1990) y Bren-
foco de controversia y debate en la teoría femi- nan (1989). Para una descripción lacaniana de
nista. Las feministas se han dividido en cuanto la sexualidad femenina, véase Leader (1996).
il
I 134
I!
N
NUDO BORROMEO (NOEUD (520, 112). En sentido estricto, sería más ede-
BORROMÉEN, BORROMEAN KNOn cuado decir que esta figura es una cadena y no
un nudo, puesto que interconecta varias hebras,
Las referencias a los nudos se pueden en- mientras que un nudo está formado por una so-
contrar en la obra de Lacan ya en la década de la hebra. Aunque para formar una cadena bo-
1950 (por ejemplo, E, 28 I}, pero sólo a princi- rromea se necesita un mínimo de tres hebras o
pios de los años '70 comenzó él a examinar los anillos, no hay un límite superior: la cadena se
nudos desde el punto de vista de sus propieda- puede ampliar indefinidamente añadiendo ani-
des topológicas. El estudio de la teoría de los llos, sin que pierda por ello su cualidad bOITo-
nudos marca un importante desarrollo de la TO- mea (es decir que si se corta cualquier anillo,
POLQOfA Iacaníana; del estudio de las superficies toda la cadena se separa).
(la banda de Moebius, el toro, etcétera) pasó al Lacan aborda por primera vez el nudo 00-
ámbito mucho más complejo de las topologías rromeo en su seminario de 1972-3, pero la dis-
de los nudos. La topología es vista cada vez más cusión más detallada al respecto aparece en el
como un modo radicalmente no-metafórico de seminario de 1974-5. Allí emplea el nudo bo-
explorar el orden simbólico y sus interacción rromeo para (entre otras cosas) ilustrar la inter-
con lo real y lo imaginario; no se limita a repre- dependencia de los tres órdenes (el real, el sim-
sentar la estructura: la topología es esa estructu- bólico y el imaginario), e indagar qué es lo que
ra. En este período avanzado de su obra, hay un estos tres órdenes tienen en común. Cada anillo
tipo de nudo que pasa a interesarle a Lacan más representa un orden, de modo que ciertos ele-
que cualquier otro: el nudo borrorneo. mentos pueden ubicarse en las intersecciones.
El nudo borromeo (figura 15), así llamado En el seminario de 1975-6, Lacan describe
porque se lo encuentra en el escudo de armas la psicosis como un nudo borrcmeo desatado, y
de la familia Borromeo, es un grupo de tres ani- postula que en algunos casos esto se puede im-
llos eslabonados de tal modo que, si se corta pedir añadiendo un cuarto anillo, el SINTHOME,
uno cualquiera de ellos, los tres se separan que mantiene juntos a los otros tres.
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roo las tres instancias del modelo estructural lo imaginario, porque no puede asimilarse me-
de Freud. Sin embargo, están primordialmente diante la identificación. Lacan equipara esta al-
vinculados al funcionamiento mental, y juntos teridad radical con el lenguaje y la ley, de mo-
cubren todo el campo del psicoanálisis. do que el gran Otro está inscrito en el orden de
Aunque estos tres órdenes son profunda- lo simbólico. Por cierto, el gran Otro es lo sim-
mente heterogéneos, cada uno de ellos debe de- bólico en cuanto está particularizado para cada
finirse con referencia a los otros dos. Su inter- sujeto. EIOtro es entonces otro sujeto, en su al-
dependencia estructural es ilustrada por el nudo teridad radical y su singularidad inasimilable, y
borromeo, en el cual el corte de cualquiera de también el orden simbólico que media la rela-
los tres anillos determina que también los otros cién con ese.otro sujeto.
dos se separen. _. No obstante, el significado de "el Otro co-
mo otro sujeto" es estrictamente secundario
respecto del sentido de "el Otro como orden
otro/OTRO(autreJAUTRE, simbólico"; "elOtro debe en primer lugar ser
oilier/OTHER) considerado un lugar, el lugar en el cual está
constituida la palabra" (S3, 274). Sólo es posi-
El "otro" es quizás el término más comple- ble hablar del Otro como un sujeto en un senti-
jo de la obra de Lacan. Cuando comenzó a em- do secundario, en el sentido de que un sujeto
plearlo, en la década de 1930, no se destacaba puede ocupar esa posición y de tal modo "en-
mucho, y se refería sencillamente a las "otras carnar" al Otro para otro sujeto (S8, 202).
personas". Aunque Freud utiliza el concepto, al Al sostener que la palabra no se origina en
hablar de der Andere (la otra persona) y das el yo, ni siquiera en el sujeto, sino en el Otro,
Andere (la otredad), Lacan parece en realidad Lacan subraya que la palabra y el lenguaje es-
haberlo tomado de Hegel, a cuya obra fue in- tán más allá del propio control consciente; vie-
troducido por una serie de conferencias impar- nen de otro lugar, desde fuera de la conciencia,
tidas pOI Alexandre Kojeve en la École des y por lo tanto "el inconsciente es el discurso
Hautes Etudes en 1933-9 (véase Kojeve, 1947). del Otro" (Ec, 16). Al concebir al Otro como
En 1955 Lacan traza una distinción entre un lugar, Lacan alude al concepto freudiano de
"el pequeño otro" ("el otro") y "el gran Otro" una localidad psíquica, en el cual el incons-
("el Otro") (S2, cap. 19), distinción que sigue ciente es descrito como "la otra escena" (véase
ocupando un lugar central en el resto de su ESCENA).
obra. De allí en más, en el álgebra lacaniana, el Es la madre quien primero ocupa la posi-
gran Otro es designado A (mayúscula, por la ción del gran Otro para el niño, porque es ella
palabra francesa Autre), y el pequeño otro apa- quien recibe el llanto y los gritos primitivos de
rece como a (minúscula bastardilla, por la pala- la criatura, y retroactivamente los sanciona co-
bra francesa autre). Dice Lacan que tener pre- mo un mensaje particular (véase PUNTUACtÓN).
sente esta distinción es fundamental en la El complejo de castración se constituye cuando
práctica analítica: el analista debe estar "total- el niño descubre que este Otro no es completo,
mente imbuido" de la diferencia entre A y a (E, que en el Otro hay una FALTA. En otras pala-
140), para poder situarse en el lugar del Otro, y bras, en el tesoro de los significantes constitui-
no en el del otro (Ec, 454). dos por el Otro siempre falta un significante. El
1. El pequeño otro es el otro que no es real- mítico Otro completo (que se escribe A en el
mente otro, sino un reflejo y proyección del YO álgebra lacaniana) no existe. En 1957 Lacan
(razón por la cual el símbolo a puede represen- presenta gráficamente a este Otro incompleto
tar al pequeño otro y al yo, intercambiablemen- tachando con una BARRA el símbolo A, para
te, en el ESQUEMA L). Es simultáneamente el SE- producir //.; por lo tanto, otro nombre del Otro
MEJAi'ITE y la IMAGEN ESPECULAR. De modo que incompleto, castrado, es el "Otro barrado".
el pequeño otro está totalmente inscrito en el El Otro es también "el Otro sexo" (S20,
orden imaginario. Para un examen más detalla- 40). El Otro sexo es siempre la MUJER, para su-
do del desarrollo del símbolo Q en la obra de jetos masculinos y femeninos por igual: "El
Lacan, véase OBJETO Q. hombre aquí actúa como el rodeo por el cual la
2. El gran Otro designa la alteridad radical, mujer se convierte en este Otro para sí misma
la otredad que trasciende la otredad ilusoria de cuando es este Otro para él" (Ec, 732).
143
1
I,
I,
!
I
1
el psicótico no llega ni a esto; por cierto, es la en cuanto a quién es realmente el padre biclógi-
ausencia del padre simbólico lo que caracteriza co ('''pater semper íncenus en', mientras que
la esencia de la estructura psicouca (véase l'(JI{- la madre es 'centssíma'"; Preud, 1909c, SE IX,
CLUSIÓN). 239), sería más preciso decir que el padre real
es el hombre del que se dice que es el padre
El padre imaginario biológico del sujeto. El padre real es entonces
un efecto del lenguaje, y con este sentido debe
El padre imaginario es una imago, un com- entenderse aquí el adjetivo "real": 10 real del
puesto de todos los constructos imaginarios que lenguaje, y no 10 real de la biología (SI7, 147-
el sujeto erige en el fantasma en torno a la figu- 8).
ra del padre. Esta construcción imaginaria a El padre real desempeña un papel crucial en
menudo tiene poca relación con el padre tal co- el complejo de Edipo; es él quien interviene en
mo es en la realidad (54, 220). El padre imagi- el tercer "tiempo" como el que castra al niño
nario puede construirse como un padre ideal (véase COMPLEJO DE CASTRACIÓN). Esta inter-
(SI, 156; E, 321), o lo opuesto, como "el padre vención salva al niño de la angustia precedente;
que ha jodido al chico" (S7, 308). En la prime- sin ella, el niño necesita un objeto Iébícc como
ra forma, el padre imaginario es el prototipo de sustituto simbólico del padre real ausente. La
las figuras divinas de las religiones, un protec- intervención del padre real como agente de la
tor omnipotente. En el 'otro papel, el padre ima- castración no equivale sencillamente a su pre-
ginario es el padre terrorífico de la horda pri- sencia física en la familia. Como surge del caso
mordial que impone el tabú del incesto a sus de Juanito (Freud, 1909b), el padre real puede
hijos (véase Preud. 1912-13), y el agente de la estar físicamente presente y sin embargo no in-
PRIVACIÓN, el padre al que la hija culpa por ha- tervenir como agente de la castración (S4, 212-
berla privado del falo simbólico, o su equiva- 221). A la inversa, la intervención de! padre
lente, un niño (S4, 98; véase la figura 7, Y S7, real puede ser experimentada por el niño aun-
307). Pero con las dos apariencias, sea como que aquél esté físicamente ausente.
padre ideal o como cruel agente de la priva-
ción, el padre ideal es considerado omnipotente
(S4, 275-6). La psicosis y la perversión involu- PALABRA (PARDLE, SPEECH)
cran, de diferente modo, una reducción del pa-
dre simbólico al padre imaginario. El término francés parole le presenta con-
siderables dificultades al traductor inglés, por-
El padre real que en su idioma no tiene equivalencia. En al-
gunos contextos corresponde al término inglés
Si bien Lacan es totalmente claro al definir "speech", y en otros queda mejor traducido por
10 que entiende por padre imaginario y padre "word".
simbólico, sus observaciones sobre el padre "Palabra" se convierte en uno de los más
real son totalmente oscuras (véase, por ejem- importantes términos de la obra de Lacan desde
plo, 54, 220). Su única formulación inequívoca principios de la década de 1950. En su célebre
es que el padre real es el agente de la castra- "Discurso de Roma", Lacan denuncia el modo
ción, el que realiza la operación de la castración en que la teoría psicoanalítica contemporánea
simbólica (S 17, 149; véase la figura 7 y S7, ha desatendido el papel de la palabra en el psi-
307). Aparte de esto, Lacan proporciona pocas coanálisis, y aboga por un foco renovado en la
claves sobre lo que entiende por "padre real". palabra y el LENGUAJE (Lacan, 1953a).
En 1960 lo describe como aquel que "efectiva- El empleo por Lacan del término "palabra"
mente ocupa" a la madre, el "Gran Jodedor" debe poco a Saussure (cuya oposición entre
(S7, 307), e incluso llega a decir, en 1970, que "palabra" y "lengua" aparece reemplazada en la
elpadre real es el espermatozoide, aunque in- obra de Lacan por el par "palabra/lenguaje"), y
mediatamente 'modera este enunciado con la está mucho más determinado por referencias a
observación de que nadie se ha pensado nunca la antropología, la teología y la metafísica.
a sí mismo como hijo de un espermatozoide
(SI7, 148). Sobre la base de estos comentarios, Antropología
parece posible decir que el padre real es el pa-
dre biológico del sujeto. Sin embargo, puesto El concepto lacaniano de la palabra como
que siempre hay algún grado de incertidumbre un "intercambio simbólico" que "vincula a los
1"
Palabra fundallte
seres humanos entre se' (SI, 142) ha sido clara- está alienado de su deseo; en la palabra vacía
mente influido por la obra de Mauss y Léví- "el sujeto parece hablar en vano sobre alguien
Strauss, especialmente por el análisis de estos que [... } nunca puede volverse uno con la asun-
autores sobre el intercambio de regalos. Vemos ción de su deseo" (E, 45).
entonces que las interpretaciones de Freud son Una de las tareas del analista que escucha al
descritas como "un presente simbólico de pala- analízante consiste en discernir los momentos
bra, grávido de un pacto secreto" (E, 79). El en que surge la palabra plena. La palabra plena
concepto de la palabra como pacto que asigna y la palabra vacía son los puntos extremos de
roles tanto al emisor como al receptor es for- un continuum, y "entre estos dos extremos se
mulado en la elaboración lacaniana de la PALA- despliega toda una gama de modos de realiza-
BRA FUNDANTE. ción de la palabra" (SI, 50). La meta del trata-
miento psicoanalítico es articular la palabra
Teología plena, y éste es un trabajo duro; puede ser que
articular la palabra plena resulte muy penoso
En la obra de Lacan, la palabra adquiere (E, 253).
también connotaciones religiosas y teológicas, La palabra vacía no equivale a la mentira;
en términos derivados de las religiones orienta- por el contrario, la mentira suele revelar la VER_
les (E, 106-107) Yasimismo de la tradición ju- DAD sobre el deseo de modo mucho más com-
deocristiana (E, 106). En 1954 Lacan examina pleto que muchos enunciados sinceros (véase
la palabra con referencia a De locutionu sígni- Sil, 139-40). Nunca es posible expresar en la
ficatiane, de San Agustín (SI, 247-60). Lo mis- palabra toda la verdad del propio deseo, debido
mo que las pronunciadas por Dios en el Géne- a una fundamental "incompatibilidad entre el
sis, la palabra es una "invocación simbólica" deseo y la palabra" (E, 275); "yo siempre digo
que crea, ex nihilo, "un nuevo orden del ser en la verdad; no toda la verdad, porque no somos
las relaciones entre los hombres" (SI, 239). capaces de decirla. Decirla toda es material-
mente imposible" (Lacan, 1973a, 9). De modo
Metafísica que la palabra plena no es la articulación en pa-
labras de toda la verdad sobre el deseo del suje-
Lacan se basa en la distinción de Heidegger to, sino la palabra que articula esta verdad tan
entre Rede (discurso) y Gerede (habladuría) pa- plenamente como es posible en un momento
ra elaborar su propia distinción entre la "pa- particular.
labra plena" (parole pleine) y la "palabra La palabra es el único modo de acceso a la
vacía" (parole vide) (véase E, 40 Y sigs.). La- verdad sobre el deseo; "solo la palabra es la
can traza por primera vez esta distinción en clave de esa verdad" (E, 172). Además, la teo-
1953, Y aunque ella deja de desempeñar un pa- ría psicoanalftica sostiene que sólo un tipo par-
pel importante en su obra después de 1955, ticular de palabra conduce a esta verdad: una
nunca desaparece por completo. La palabra ple- palabra sin control consciente, conocida como
na articula la dimensión simbólica del lenguaje, asociación libre.
mientras que la palabra vacía articula su dimen-
sión imaginaria, la palabra del yo al semejante.
"La palabra plena es una palabra llena de senti- PALABRA FUNDANTE ifAROLE
do. La palabra vacía es una palabra que s610 FONDANT, FOUNDlNG SPEECH)
tiene significación" (Lacan. 1976-7; Omicar?,
n. 17f18, ll). La expresión "palabra fundante" surge en la
La palabra plena es también denominada obra de Lacan en la época de su creciente inte-
"palabra verdadera", puesto que está más cerca rés por el LENGUAJE, a principios de la década
de la verdad enigmática del deseo del sujeto: de 1950 (véase Lacan, 1953a). El punto sobre
"La palabra plena es una palabra que apunta a, el que Lacan llama la atención al emplear esta
que forma, la verdad tal como queda estableci- frase es el modo en que la PALABRA puede
da en el reconocimiento de una persona por transformar radicalmente tanto a quien habla
otra. La palabra plena es una palabra que hace como a quien la recibe en el acto de ia emisión.
acto" (SI, 107). "La palabra plena, en efecto, es Los dos ejemplos favoritos de Lacan al respec-
definida por su identidad con aquello sobre lo to son las oraciones 'Tú eres mi amo/maestro
que se habla" (Ee, 381). (maf/re)" y "Tú eres mi mujer", que sirven para
En la palabra vacía, por otro lado, el sujeto posicionar al hablante como "discípulo" y "es-
147
Paranoia
1
poso", respectivamente, En otros términos, el nacimiento es en sí mismo paranoico (E, 2, 3,
aspecto crucial de la palabra Iundante es que 00 17). El proceso de la cura psicoanalúica induce
sólo transforma al otro sino que también trans- una paranoia controlada en el sujeto humano
fonna al sujeto (véase E, 85). "La palabra fun- (E,15).
dante, que envuelve al sujeto, es todo lo que lo
ha constituido, sus padres, sus vecinos, la es-
tructura total de su comunidad, y no sólo lo ha PASAJE AL ACTO (PASSAGE A L'ACTE,
constituido como símbolo, sino que lo ha cons- PASSAGE TO THE ACT)
tituido en su ser" ($2, 20). Lacan se refiere a la
misma función de la palabra como "palabra La frase "pasaje al acto" proviene de la psi-
electiva" en el seminario de 1955-6, y como quiatría clínica francesa, que la utiliza para de-
"palabra votiva" en el seminario de 1956-7. signar los actos impulsivos de naturaleza vio-
Lacan juega con la homofonía, entre tu es lenta o criminal que a veces indican el inicio de
ma mere ("tú eres mi madre") y tuer ma mere un episodio psicótico agudo. Como la frase
(vmatar a mi madre") para ilustrar el modo en misma lo indica, se supone que estos actos
que la palabra fundante dirigida al otro puede marcan el punto en que el sujeto pasa de una
revelar un deseo asesino (E, 2(9). idea o intención violentas al acto correspon-
diente (véase Laplanche y Ponralís, 1967,5).
Puesto que estos actos se atribuyen a la acción
PARANOIA (PARANOiA, PARANOIA) de la psicosis, la ley francesa absuelve de res-
ponsabilidad civil a quienes los cometen (Che-
La paranoia es una forma de PSICOSIS carac- mama, 1993,4).
terizada principalmente por DELIRIOS. La expe- A medida que las ideas psicoanalñicas se
riencia de Freud con el tratamiento de paranoi- difundían en Francia en la primera mitad del si-
cos era limitada, y su trabajo más extenso sobre glo XX, se volvió común que los analistas fran-
el tema no fue el registro del curso de un trata- ceses emplearan la expresión "pasaje al acto"
miento sino el análisis de las memorias escritas para traducir el término Agieren utilizado por
dc un paranoico (un juez llamado Daniel Paul Preud: es decir, como sinónimo de ACTlNG OUT,
Schreber) (Freud, 19l1c). Es en esta obra don- Sin embargo, en su seminario de 1962-3 Lacan
de Prcud presenta su teoría de que la paranoia establece una distinción entre estas expresio-
es una defensa contra la homosexualidad, sos- nes. Si bien ambas son últimos recursos contra
teniendo que las diferentes formas de delirio la angustia, el sujeto que realiza un acting out
paranoico se basan en distintos modos de negar todavía permanece en la ESCENA, mientras que
la oración "Yo (un hombre) lo amo a él". el pasaje al acto supone una salida total de la
El interés de Lacan por la paranoia es ante- escena. El actíng out es un mensaje simbólico
rior a su interés por el psicoanálisis; fue el te- dirigido al gran Otro, mientras que un pasaje al
ma de su primer trabajo importante, su tesis de acto es una huida respecto dcl Otro, hacia la di-
doctorado (Lacan, 1932). En ese rexto Lacan mensión de lo real. El pasaje al acto es una sali-
discute el caso de una mujer paranoica a quien da de la red simbólica, una disolución del lazo
denomina "Aimée", y a la que diagnostica co- social. Aunque según Lacen el pasaje al acto no
mo sufriendo una "paranoia de autocastigo" necesariamente implica una psicosis subyacen-
(paranoia d'autopunition), una nueva categoría te, entraña de todos modos una disolución del
clínica que él mismo proponía, Volvió al terna sujeto; por un momento, el sujeto se convierte
de la paranoia en su seminario de 1955-6, de- en puro objeto.
dicado a un sostenido comentario sobre el caso Para ilustrar lo que quiere decir, Lacan se
Schreber. Lacan considera que la teoría de remite al caso de la joven homosexual tratada
Freud sobre las raíces homosexuales de la pa- por Freud (Freud, 1920a). Preud dice que la jo-
ranoia es inadecuada, y en lugar de ella propo- ven caminaba por la calle con la mujer que
ne su propia teoría de la FORQ.USIÓN como me- amaba cuando la descubrió el padre, que le di-
canismo específico de la psicosis. rigió una mirada colérica. Inmediatamente des-
Lo mismo que todas las estructuras clínicas, pués, ella corrió a arrojarse al foso de una línea
la paranoia revela ciertos rasgos de la psique de tranviaria, Dice Lacan que este intento de suici-
un modo particularmente vívido. El yo tiene dio fue un pasaje al acto; no un mensaje dirigi-
una estructura paranoica (E, 20), porque es la do a nadie, puesto que la simbolización se ha-
sede de una alienación paranoica (E, 5), El co- bía vuelto imposible para la joven. Confrontada
1 Perversión
con el deseo del padre, ella se sintió consumida le). Sólo implicaba el reconocimiento de que el
por una angustia incontrolable, y reaccionó de análisis personal había llegado a su conclusión
modo impulsivo identificándose con el objeto. lógica, y de que esa persona podía extraer de
Entonces cayó (en alemán, niederkommt) como esa experiencia un saber articulado. De modo
el objeto a, el reste de significación (Lacan, que el pase no tenía que ver con una función
1962-3, seminario del 16 de enero de 1963). clínica sino con una función docente; se supo-
nía que daba testimonio de la capacidad del pa-
sante para teorizar su propia experiencia de la
PASE (PASSE, PASS) cura, y por lo tanto para contribuir al saber psi-
coanalítico.
En 1967, tres años después de haber funda- Jacques-Alain Miller comenta que es im-
do su ESCUELA de psicoanálisis (la École Freu- portante distinguir entre 1) el pase como proce-
dienne de Paris, o EFP), Lacan instituyó un dimiento institucional (según la descripción
nuevo tipo de procedimiento (Lacan. 1967). Es- que acabamos de dar) y 2) el pase como la ex-
te procedimiento se denominaba "pase", y con- periencia personal del fin del propio análisis, el
sisua esencialmente en un marco institucional pasaje de analizante a analista, que podía ser
destinado a permitir que las personas dieran atestiguado por "el pase" en el primer sentido
testimonio del fin de su análisis. La principal del término (Miller, 1977).
idea que estaba detrás era la concepción laca- En la década de 1970, la institución del pa-
niana de que el FIN DE ANÁllSIS no es una expe- se se convirtió en foco de una intensa contro-
riencia casi mística, inefable, sino que, de versia dentro de la EFP. Mientras que algunos
acuerdo con el principio básico del psicoanáli- respaldaban las ideas de Lacan en cuanto a que
sis, tiene que articularse en el lenguaje. el pase realizaba importantes aportes al saber
El procedimiento era el siguiente: la perso- del fin de análisis, otros 10 criticaban que crea-
na que aspiraba al pase (le passant, el pasante), ba desacuerdos y era impracticable, Estos deba-
hablaba a dos testigos (les passeurs, los pasa- tes se acaloraron aún más en los años finales de
dores), que debían estar en análisis en ese mo- la EFP, antes de que Lacan disolviera su Escue-
mento, sobre su propio análisis y su conclusión; la en 1980 (véase Roudinescc, 1986). Entre las
esos dos testigos a continuación, y por separa- diversas organizaciones Iacanianas que existen
do, reiteraban esta descripción ante un jurado actualmente, algunas han abandonado la pro-
de siete personas (algunas de las cuales ya ha- puesta de Lacan, mientras que muchas otras
bían realizado con éxito su propio pase). El ju- conservan la institución del pase como una par-
rado decidía, sobre la base de los dos relatos, si te central de su estructura.
debía otorgarle el pase al candidato. No había
criterios preestablecidos que guiaran al jurado,
puesto que el pase se basaba en el principio de PERVERSIÓN (PERVERSION,
que cada análisis es único. Si el candidato tenía PERVERSION)
éxito, se le acordaba el título de A.E. (Analy~'te
de í'Écotes. A los candidatos que fracasaban no Según la definición de Preud. era perver-
se les impedía volver a intentar el pase si de- sión toda forma de conducta sexual que se
seaban hacerlo. desviaba de la norma de cópula genital hetero-
El pase pretendía ser el medio para obtener sexual (Preud, 1905d). Sin embargo, esta defi-
el reconocimiento de la Escuela al final del nición es problematizada por las propias ideas
análisis personal. No era un procedimiento de Freud sobre la perversión polimorfa de toda
obligatorio; que un analista decidiera intentarlo la sexualidad humana, que se caracteriza por la
o no dependía por completo de él mismo. No ausencia de un orden natural dado de ante-
era un título para ejercer el análisis, puesto que mano.
"la autorización de un analista sólo puede venir Lacan supera esta impasse de la teoría freu-
de él mismo" (Lacen, 1967, 14) (véase FORMA- diana al definir la perversión, no como una for-
CiÓN DE LOS ANALlSTAS y ANÁLlStS DIDÁCTICO). ma de conducta, sino como una ESTRUCTURA
Tampoco significaba el reconocimiento por la clínica.
Escuela del estatuto de analista del miembro;
este reconocimiento se otorgaba por otro me- ¿Qué es la perversión? No es simplemente una
dio, totalmente independiente, y correspondía aberración en relación con criterios sociales, una
al título de A.M,E. (Analyste Membre de /'Éco- anomalíacontraria a las buenas costumbres, aunque
Perversión
este registro no esté ausente, ni es algo atípico según problema de las perversiones consiste en con-
criterios naturales, es decir que menosprecieen ma- cebir de qué modo el niño, en su relación con la
yor o menor medida la finalidad reproductiva de la madre [...[ se identifica con el objeto imagina-
unión sexual. Es otra cosa en su estructura misma. rio del deseo [de ella; es decir, el falo]" (E,
(51,221)
197-8). A esto se debe que el triángulo imagi-
nario preedípico desempeñe un papel tan im-
La distinción entre actos perversos y estruc- portante en la estructura perversa. En las per-
tura perversa implica que, si bien hay ciertos versiones, el falo sólo puede funcionar velado
actos sexuales estrechamente asociados con (véase el examen por Lacan del papel del velo
estructuras perversas, es también posible que en el fetichismo, el transvestismo, la homose-
tales actos sean realizados por sujetos no-per- xualidad y el exhibicionismo; 54, 159-63).
versos, e igualmente posibles que un sujeto per-
verso nunca realice tales actos en la realidad. La PULSfÓN
También implica una posición universalista;
mientras que la desaprobación social y la in- La perversión es también un modo particu-
fracción a las "buenas costumbres" pueden ser lar que tiene el sujeto de situarse en relación
lo que determina que un acto en particular sea con la pulsión. En la perversión, el sujeto se si-
perverso o no, ésta no es la esencia de la estruc- túa como objeto de la pulsion, como el medio
tura perversa. Una estructura perversa sigue para el goce del otro (SIl, 185). Esto implica
siendo perversa incluso cuando los actos aso- invertir la estructura del FANTASMA, razón por la
ciados con ella sean socialmente aprobados. cual la fórmula de la perversión aparece como
Por lo tanto, Lacan considera que la homose- a O $ en el primer esquema de "Kant con Sade"
xualidad era una perversión incluso cuando se (Ec, 774), o sea, como el materna del fantasma
la practicaba en la Antigua Grecia, donde era invertido. El perverso asume la posición del ob-
ampliamente tolerada (S8, 43). (Esto na se de- jeto-instrumento de una voluntad-de-goce que
be a que la homosexualidad o cualquier otra no es suya propia sino del gran Otro. El perver-
forma de sexualidad sea naturalmente perversa; so no realiza su actividad para su propio placer,
por el contrario, la naturaleza perversa de la ho- sino para el goce del gran Otro. Encuentra goce
mosexualidad depende por completo de que in- precisamente en esta instrumentación, en traba-
fringe los requerimientos normativos del com- jar para el goce del Otro; "el sujeto se hace aquí
plejo de Edipo [S4, 20]]. Lacan critica a Freud el instrumento del goce del Otro" (Ee, 320). Por
por olvidar a veces que la importancia de la he- ejemplo, en la escopofilia (también llamada es-
terosexualidad en el mito de Edipo es una cues- ccptofllia), que comprende el exhibicionismo y
tión de normas y no de naturaleza [Ec, 223). La el voyeurismo, el perverso se ubica como el ob-
neutralidad del analista le prohíbe tomar parti- jeto de la pulsión escépica. En el SADISMo/MA-
do respecto de esas normas; más bien que de- SOQUISMO el sujeto se sitúa como objeto de la
fenderlas o atacarlas, el analista trata s610 de pulsión invocatoria (S 11, 182-5). El perverso es
exponer su incidencia en la historia del sujeto.) la persona en quien la estructura de la pulsi6n
Lacan caracteriza la estructura perversa de se revela con mayor claridad, y también la per-
dos modos principales. sona que lleva al límite el intento de ir más allá
del principio de placer, "va tan lejos como pue-
F.J FALO Y la RENEGAC¡ÓN de en la senda del goce" (E, 323).
A la observación de Freud en cuanto a que
La perversión sc distingue de las otras es- "las neurosis son el negativo de las perversio-
tructuras clínicas por la operación de la renega- nes" se le ha atribuido a veces el sentido de que
cíón. El perverso reniega la castración; percibe la perversión es sólo la expresión directa de un
que la madre carece de falo, y al mismo tiempo instinto natural que en la NEUROSIS está reprimi-
se ni.ega a aceptar la realidad de esa percepción do (Freud. 1905d, SE VII, 165). Pero Lacan re-
traumática. Esto es más evidente en el FETICHIS- chaza por completo esta interpretación (84,
MO (la "perversión de las perversiones"; S4, 113, 250). En primer lugar, la pulsión no debe
194), en el que el fetiche es un sustituto simbó- concebirse como un instinto natural que pueda
lico del falo faltante en la madre. Sin embargo, descargarse de un modo directo; no existe el
esta relación problemática con el falo no es ex- grado cero de satisfacción. En segundo térmi-
clusi.va del fetichismo, sino que se extiende a no, como surge con claridad de las observacio-
todas las perversiones (S4, 192-3). "Todo el nes anteriores, la relación del perverso con la
150
]
Principio de placer
pulsión es tan compleja y elaborada como la El principio de placer es uno de los "dos
del neurótico. Desde el punto de vista del desa- principios del funcionamiento mental" postula,
rrollo genético, la perversión está en el mismo dos por Freud en sus escritos metapsicológicos
nivel que la neurosis; ambas han alcenzado el (el otro es el PRINCIPIODE REALIDAD). El princi-,
tercer "tiempo" del complejo de Edipo (S4, pio de placer apunta.exclusivamente a.evitar el
251). Por lo tanto, la perversión "presenta tanta displacer y. obtener placer. -
riqueza dimensional como [una neurosis], la En la obra de Lacan encontramos la prime-
misma abundancia, los mismos ritmos, las mis- ra discusión amplia de este principio en el se-
mas etapas" (S4, 113). Esto significa que la ob- minario dc 1954-5. Allí 10 COmpara con un dis,
servación de Freud debe recibir una interpreta- positivo homecstatico que intenta mantener la
ción distinta: la perversión está estructurada de excitación en el nivel funcional más bajo (32,
un modo inverso al de la neurosis, pero está 79-80). Esto concuerda con la tesis de Freud en
igualmente estructurada (34, 251). cuanto a que el displacer está relacionado con
Mientras que la neurosis se caracteriza por el aumento de las cantidades de excitación, y el
una pregunta, la característica de la pervcrsíón placer con su reducción. Lacan opone el princi-
es la falta de pregunta; el perverso no duda de pio de placer (que bautiza como "tendencia res-
que sus actos sirven al goce del Otro. Por ello es titutiva") a la pulsión de muerte (la "tendencia
extremadamente raro que un sujeto perverso pi- repetitiva"), de acuerdo con la idea freudiana
da análisis, y en los pocos casos en que 10 hace, de que la pulsién dc muerte está "más allá del
no se debe a que trate de cambiar su modo de principio de placer" (S2, 79-80).
goce. Esto quizás explica por qué muchos psicó- En 1960 Lacan desarrolla lo que pronto se
logos han dicho que la cura psicoanalítica no es convierte en un concepto importante de su
adecuada para los sujetos perversos, una línea obra: la idea de una oposición entre el placer y
de pensamiento compartida incluso por algunos el GOCE. El goce es entonces definido como una
analistas lacanianos, que comparan la certidum- cantidad excesiva de excitación, que el princi-
bre del perverso con la del psicótico, y sostienen pio de placer intenta impedir. El principio de
que el perverso no puede asumir la posición de placer es visto como una ley simbólica, un
"alguien que no sabe" ante un "SUJETO SUPUESTO mandamiento que puede formularse como "Go-
SABER" (Clavreul, 1977). Pero la mayoría de los za lo menos posible" (por csro Freud 10 deno-
analistas Iacenianos no son de esta opinión, minó originalmente "principio de displacer";
puesto que contradice totalmente la del propio véase Freud, 1900a, SE, V, 574). El placer es la
Lacan. En el seminario de 1956-7, por ejemplo, salvaguarda del estado de homeostasis y cons-
dice Lacan que el sueño de la joven homosexual tancia que el goce amenaza continuamente con
tratada por Freud fue una clara manifestación de destruir y traumatizar.
transferencia en un sujeto perverso (34, 106-7;
véase Freud, 1920a). Asimismo, en el seminario La función del principio de placer, en efecto, es
conducir al sujeto de significante a significante. ge-
de 1960-1 el principal ejemplo de transferencia
nerando tantos significantes como se necesiten para
que Lacan presenta es el de Alcibíades, a quien mantener lo más baja posible la tensión que regula e!
claramente considera un perverso (véase E, 323; funcionamientototal de! aparato psíquico.
"Alcibíades no es por cierto un neurótico"). De (S7,119)
modo que a juicio de Lacan los sujetos perver-
sos pueden tratarse en el mismo nivel que los En otras palabras, el principio de placer es
neuróticos, aunque, desde luego, habrá diferen- la prohibición del incesto, "10 que regula la dis-
tes problemas cn la dirección de la cura. Una tancia entre el sujeto y das Ding" (S7, 69; véa-
consecuencia importante es que la cura de un se COSA). Cuando el sujeto transgrede esta
sujeto perverso no establece como su objetivo la prohibición, se acerca a la Cosa, y entonces su-
eliminación de la conducta perversa. fre. Puesto que son las pulsiones las que le per-
miten al sujeto transgredir el principio de pla-
cer, se sigue que toda pulsión es una PULSIÓN
PRINCIPIO DE PLACER (PRINCIPE DIO MUERTE.
DE PIAISIR, PLEASURE PRlNCIPLE) El principio de placer está relacionado con
la prohibición, la ley 'j la regulación, de modo
Aunque. Lacan utiliza la palabra "placer" que se encuentra claramente del lado de lo sim-
por sí misma, siempre se refiere al principio de bólico, mientras que el goce está del lado de lo
placer, y nunca a una sensación. real. El principio de placer no es entonces "nln-
151
Principio de realidad
1
guna otra cosa que el dominio del significante" PRIVACIÓN (PRlVATION, PR/VATION)
(S7, 134). Esto arroja a Lacan a una paradoja,
puesto que lo simbólico es también el reino dc En su seminario de 1956-7, Lacan distingue
la compulsión de REPETICIÓN, que, en los térmi- tres tipos de "falta de objeto": la privación, la
nos de Freud, es precisamente lo que va más frustración y la castración (véase FALTA). Cada
allá del principio de placer. Por cierto, en algu- uno de estos tipos de falta está ubicado en un
nas descripciones lacanianas el principio de orden diferente, es generado por un distinto ti-
placer parece casi idéntico a la compulsión de po de agente, y supone un tipo diferente de ob-
repetición: "La función del principio de placer jeto. La privación se define como la falta en lo
es hacer que el hombre busque siempre lo que real de un objeto simbólico (el falo simbólico).
tiene que encontrar de nuevo, pero que nunca El agente que genera esta falta es el padre ima-
obtendrá" (S7, 68). ginario.
La privación constituye el intento de Lacan
por teorizar con más rigor el concepto freudia-
PRIN<;IPIO pE REALIDAD (PRINCIPE no de castración femenina y envidia del pene.
DE REAL/TE, REAUTY PRlNC1PLE) Según Preud, cuando los niños comprenden
que algunas personas (las mujeres) no tienen
Según Freud, la psique está al comienzo to- pene, se produce un momento traumático con
talmente regulada por el PRINCIPIO DE PLACER, efectos distintos en el varón y la niña (véase
que busca experimentar satisfacción mediante COMPLEJO DE CASTRACIÓN). Mientras que el ni-
la investidura alucinatoriadel recuerdo de una ño desarrolla miedo a que le corten el pene, la
satisfacción anteriOl<Pero el sujeto descubre niña envidia al varón la posesión del miembro,
pronto que las alucinaciones no alivian sus ne- que ella ve como un órgano sumamente desea-
cesidades, y se ve entonces-oblígildo a "dár fñr- ble. La niña culpa entonces a la madre por ha-
ma a una concepción de las circunstancias reJ- berla privado de él, y reorienta sus afectos ha-
les del mundo externo" (Freud, 19l1b, SE xír, cia el padre, con la esperanza de que él le
219). De tal modo s~ introduce un nuevo "prin- proporcionará un niño como sustituto simbóli-
cipio del funcionamiento mental", el "principio co del pene que le falta (Freud, 1924d).
de realidad", que modifica el principio de pla- De modo que la privación se refiere a la fal-
cer y fuerza al sujeto a tomar rutas indirectas a ta de pene en la mujer, que es sin duda una falta
la satisfacción. No obstante, como la meta final en lo real. Sin embargo, por definición, "lo real
del principio de realidad sigue siendo la satis- es pleno"; en lo real en sí nunca hay falla, y por
facción de las pulsiones, puede decirse que "el lo tanto "la idea de privación [...] implica la
reemplazo del principio de placer por el princi- simbolización del objeto en lo real" (S4, 218).
pio de realidad no implica deponer el principio En otras palabras, cuando el niño percibe el pe-
de placer, sino salvaguardarlo" (Freud, 1911b, ne (un órgano real) como ausente, esto se debe
SE XII, 223). a que tiene la noción de que el pene tendría quc
Desde muy pronto, Lacan se opuso a lo que estar allí de algún modo, lo que supone introdu-
él denomina "una concepción ingenua del prin- cir lo simbólico en lo real. Entonces, lo que fal-
cipio de realidad" (195 lb, 11). Es decir que re- ta no es el órgano real, pues, biológicamente
chaza toda descripción del desarrollo humano hablando, la vagina no está imcompleta por ca-
basada en una idea inequívoca de la "realidad" recer de pene; lo que falta es un objeto simbóli-
como algo dado objetivamente y evidente de co, el falo simbólico. Su naturaleza simbólica
por sí. Lacan subraya la posición de Freud en es confirmada por el hecho de que puede ser
cuanto a que el principio de realidad está en úl- reemplazado por un niño en el inconsciente de
tima instancia al servicio del principio de pla- la mujercita; como dice Freud, al mitigar su en-
cer: "El principio de realidad es un principio de vidia del pene con el deseo de un hijo, la niña
placer de acción diferida" (S2, 60). De modo "se desliza, podríamos decir que a lo largo dc
que Lacan cuestiona la idea de que el sujeto tie- las líneas de una ecuación simbólica, desde el
ne acceso a medios infalibles para distinguir la pene hasta un bebé" (Freud, 1924b, SE XIX,
realidad del FÁ.i'ITASMA. La "realidad no está allí 178-9).
como para que nos demos de cabeza contra las Freud dice que la niñita culpa a la madre de
sendas falsas por las que nos lleva el funciona- haberla privado del pene. Pero Lacan sostiene
miento del principio de placer. En verdad, ha- que se considera agente de la privación al padre
cemos la realidad a partir del placer" (87, 225). imaginario. Estas dos descripciones no son ne-
152
1 Psicoanálisis
cesariamente incompatibles. Aunque al princi- materiales. Por cierto, la cura puede describirse
pio la niña esté resentida con la madre por ha- como "un progreso hacia la verdad" (E. 253).
berla privado del pene, y se vuelva hacia el pa-
dre con la esperanza de que él le proporcione
un sustituto simbólico, más tarde dirige su re- PROYECCIÓN (PROJECTION,
sentimiento hacia el padre, cuando éste no le PROJECTlONj
proporciona el niño deseado.
Según Preud. la envidia del pene subsiste en Laproyección es un mecanismo de defensa
la aduítez, manifiestándose tanto en el deseo de en etccai un sénümlento/perísamiento/deseo
gozar del pene en la cópula, como en el deseo interno se desplaza y ubica fuera del sujeto, en
de tener un hijo (puesto que el padre no se lo ha otro sujeto. Por ejemplo, una persona que ha si-
proporcionado, la mujer se vuelve hacia otro do o se siente infiel a su pareja puede defender-
hombre). Lacan sostiene que incluso cuando la se de los sentimientos de culpaacusando de in-
mujer tiene un hijo, esto no conjura el final de fidelidad al compañero o compañera.
su sensación de privación. El deseo del falo si- Mientras que Freud y mücbos otros psicoa-
gue insatisfecho, por más hijos que tenga La in- nalistas emplean el término "proyección" para
satisfacción básica de la madre (54,194) es per- describir un mecanismo que (en distintos gra-
cibida por el niño desde muy pronto; el niño dos) está presente tanto en la psicosis como en
comprende que ella tiene un deseo que apunta a la neurosis, para Lacan la "proyección" es un
algo que está más allá de la relación entre ellos: mecanismo puramente neurótico, y la distingue
el falo imaginario. El trata entonces de satisfa- con toda claridad del fenómeno aparentemente
cer el deseo de ella identificándose con el falo análogo que se produce en la psicosis, y que él
imaginario. De este modo, la privación de la denomina FORCLUSIÓN. La proyección arraiga
madre es responsable de introducir por vez pri- en la relación dual imaginaria entre el yo y el
mera la dialéctica del deseo en la vida del niño. semejante (53, 145), mientras que la forclusión
va más allá de 10 imaginario y supone un signi-
ficante que no es incorporado en 10 simbólico.
PROGRESO (PROGRES, PROGRESS) Lacan también rechaza la idea de que la IN-
lROYECCIÓN es lo inverso de la proyección; sos-
Dice Lacan que la idea de progreso, lo mis- tiene que estos dos procesos están ubicados en
mo que otros conceptos humanistas, es ajena a niveles totalmente distintos. Mientras que la
su enseñanza: "No existe la más leve idea de proyección es un mecanismo imaginario, la in-
progreso en nada de 10 que yo articulo, en el troyección es un proceso simbólico (Ec, 655).
sentido de que este término implicaría una so-
lución feliz" (517, 122). En este aspecto, Lacan
es un pensador básicamente pesimista, y en- PSICOAJ'IOÁLl5IS (P5YCHANALYSE,
cuentra respaldo para ese pesimismo en las P5YCHOANALYSIS)
obras más sombrías de Freud, como El males-
tar en la cultura (Freud. 1930a). Esos textos le El psicoanálisis es la teoría y la práctica ini-
permiten a Lecan sostener que "Preud no era en ciadas por 5igmund Freud (1856-1939), basadas
modo alguno un progresista" (S7, 183). en el descubrimiento del inconsciente. Freud
Lacan rechaza la idea del progreso porque distingue entre el psicoanálisis como l) un mé-
ésta se basa en una concepción lineal unidirec- todo de investigación de los procesos mentales
cional del TIEMPO, Ytambién porque implica la inconscientes, 2) un método para tratar los tras-
posibilidad de síntesis (véase DIAL~cnCA). Jun- tornos neuróticos y 3) un conjunto de teorías so-
to con la idea del progreso, Lacan rechaza otras bre los procesos mentales reveladas por el méto-
concepciones relacionadas con ella, como la de do psicoanalítico de investigación y tratamiento
una secuencia unilineal de fases de DESARRO- (Freud, 192330 SE XVIII, 235). De modo quc la
llO psiccsexual. palabra "psicoanálisis" es en sí misma ambigua,
Pero en cierto sentido Lacan sí habla del puesto que puede referirse al psicoanálisis como
progreso: el progreso en la CURA psicoanalñica. práctica, al psicoanálisis como teoría, o a uno y
En cuanto la cura es un proceso que tiene un otro. En este diccionario, cuando resulta necesa-
principio y un fin, cuando está en movimiento rio evitar dicha ambigüedad empleamos la ex-
y no queda "atascada" podemos hablar de pro- presión "cura" o "cura psicoanalítica" pata de-
greso. La cura progresa en tanto surgen nuevos signar el psicoanálisis como práctica, y la frase
1
I
Psicoanálisis kleiniano
"temía psicoanalftica'' para referimos al psicoa-la de teoría psiccanalítica que ha crecido en tor-
nálisis como un cuerpo teórico. no a la obra pionera de la psicoanalista austría-
Lacan se formó inicialmente como psiquia- ca Melanie Klein (1882-1960). Nacida en Vie-
tra, y recurrió al psicoanálisis como auxiliar dena, Klein se estableció en Inglaterra en 1926, y
su investigación en psiquiatría. Esto lo llevó a permaneció allí el resto de su vida. El psícoana,
formarse como psicoanalista en la década de lisis kleiniano comenzó a emerger como eecue-
1930. En adelante, hasta su muerte en 1981, la distintiva de teoría psicoanalitica en la déca-
ejerció como analista y se consagró al desarro- da de 1940, en oposición al grupo que se reunió
llo de la teoría psicoanalítica. En ese proceso, en tomo a Anna Freud después de que ésta se
Lacan construyó un modo sumamente original instaló en Londres. No obstante, sólo después
de discutir el psicoanálisis, que al mismo tiem- de la guerra otros psicoanalistas empezaron a
po reflejaba y determinaba una manera original ser conocidos como "kjeinianos" y a desarrollar
de conducir la cura. En tal sentido es posible un cuerpo sustancial de pensamiento kleiniano.
hablar de una forma específicamente Iacaniana Entre estos analistas se cuentan Hanna Segal,
de cura. Pero Lacan no admite haber creado Herbert Rosenfe!d, Wílfred Bíon y (más tarde)
una forma distintivamente "Iacaniana" de psi- Donald Meltzer.
coanálisis. Por el contrario, cuando describe su Junto con las otras dos escuelas de teoría
propío enfoque de la disciplina habla sólo de psicoanalitica no-lacaniana (la PSICOLOGíA DEL
"psicoanálisis", dando por sentado que su pro- YO Y la TEORíA DE LAS RELACiONES OBJETALES),
pio enfoque es la única forma auténtica de psi- el psicoanálisis kleínianc constituye un punto
cuanalisis, la única verdaderamente alineada de referencia principal para Lacan, contra el
con el modo de ver del propio Freud. Por consi- cual él propone su propia lectura de Freud. Las
guiente, a juicio de Lacan, las tres principales críticas de Lacan a Klein son por lo tanto im-
escuelas no-Iacanianas de teoría psicoanalúica portantes para comprender la originalidad de la
(el PSICOANÁLISIS KLFlNIANO, la PSlCOLOG1A DEL posición del francés. Si bien aquí no podemos
YO Y la TEORfA DE LAS RELACIONES OB1ETALES) mencionar todas esas críticas, resumimos como
son por igual desviaciones respecto de! psicoa- sigue algunas de las principales.
nálisis auténtico, desviaciones cuyos errores, el l. Lacan critica a Klein por poner demasia-
retomo a Freud del propio Lacan, está destina- do énfasis en la madre y desatender el papel del
do a corregir. (Véase FREUD, RETORNO A.) padre (por ejemplo, Ec, 728-9).
Desde e! principio mismo, Lacan sostiene 2. Lacan critica a Klein por teorizar eIFAN-
que la teoría psicoanalltica es un modo de dis- TASMA totalmente en el orden imaginario. Este
curso científico, y no religioso (véase CIENCIA),enfoque es erróneo, dice Lacan, puesto que no
con un objeto específico. La aplicación de con- toma en cuenta la estructura simbólica que
ceptos desarrollados en la teoría psicoanalítica apuntala todas las formaciones imaginarias.
a otros objetos no se puede considerar "psicoa- 3. Lacan disiente de la concepción kleinia-
nálisis aplicado", porque la teoría psicoanalítica
na del desarrollo temprano del complejo de
no cs un discurso amo general, sino la teoría de Edipo. Para él, todo debate sobre la fecha preci-
una situación específica (Ec, 747). El psicoaná- sa del complejo de Edipo es fútil, puesto que no
lisis es una disciplina autónoma; puede tomar se trata primordialmente de una etapa del desa-
conceptos de muchas otras disciplinas, pero es- rrollo sino de una estructura permanente de la
to no significa que dependa de ninguna de subjetividad. (En la medida en que el complejo
ellas, puesto que reelabora esos conceptos de de Edipo puede ubicarse en el tiempo, según
un modo singular. De modo que no es una ra- Lacan no sería tan precoz como lo sostiene
ma de la PSICOLOGíA (520, 77), ni de la medici- Kle¡n. Mientras que Klein parece casi negar la
na, ni de la ALQSm·iA (520, 42) ni la LINGúISTI- existencia de una fase preedípica, Lacan sostie-
CA (520, 20) ni es tampoco, por cierto, una ne que exlste.)
forma de psicoterapia (Ec, 324), ya que su me- 4. Estrechamente vinculadas al punto ante-
ta no es "curar" sino articular la verdad. rior están las diferencias de Lacan respecto de
"las incursiones de Melanie KIein en las áreas
preverbales del inconsciente" (Lacan, 1951,
PSICOANÁLISIS KLEINIANO 11). Para Lacen. no hay ningún área preverbal
(KLEINIAN PSYCHOANALYSlS) del inconsciente, puesto que éste es una estruc-
tura lingüística.
Se llama psicoanálisis kleiniano a la escue- 5. Lacan critica el estilo interpretativo de
154
1
I
Psieologfa del yo
Klein por ser particularmente brutal. Con refe- "Lo psicológico, si tratamos de aferrarlo con la
rencia al joven paciente ("Dick") del que habla mayor firmeza posible, es lo etológico, es decir,
Klein en su artículo sobre la formación de los el todo de la conducta del individuo biológico
símbolos (Klein, 1930), Lacen observa que en relación con su ambiente natural" (S3, 7).
"ella le asesta el simbolismo con total brutali- Esto no significa que no pueda decir nada sobre
dad" (SI, 68). los seres humanos, pues los seres humanos son
Sin embargo, decir que Lacan critica total- también animales, pero en cambio no puede de-
mente a K1ein sería simplificar en exceso. Los cir nada sobre lo que es singularmente humano
desacuerdos de Lacan con el psicoanálisis klei- (aunque en algún momento Lacan sostiene que
niano son por 10 menos tan grandes como sus la teoría del yo y del narcisismo "amplían" la
desacuerdos con la psicología del yo y con la investigación ctclégica moderna; Be, 472). De
teoría de las relaciones objetales, pero sus co- modo que la psicología es reducida a leyes ge-
mentarios sobre Klein no se caracterizan por el nerales del comportamiento que se aplican a to-
mismo tono excluyente que se pone de mani- dos los animales, incluso a los seres humanes.
fiesto en sus acerbas críticas a los analistas de Lacan rechaza "la doctrina de una discontinui-
esas otras escuelas. Sin duda considera que el dad entre la psicología animal y la psicología
psicoanálisis kleiniano es superior a la psicolo- humana, que está muy lejos de nuestro pensa-
gía del yo, y elogia el hecho de que Ernest Jo- miento" (Ec, 484), pero también rechaza vigo-
ncs haya tomado partido por Melanic Klein rosamente la teoría conductísta según la cual
contra Arma Freud (Ec, 721-2). Dice también esas mismas leyes generales del comportamien-
que Melanie Klein es sin duda más fiel a Freud to bastan para explicar todos los fenómenos psí-
que Anna Freud en cuanto a la teoría de la quicos humanos. Sólo el psicoanálisis, que des-
transferencia (S8, 369). cubre la base lingüística de la subjetividad
En sus escritos anteriores a 1950 hay mu- humana, es adecuado para explicar los fenóme-
chas alusiones a la obra de K1ein sobre la rela- nos psíquicos específicamente humanos.
ción madre-hijo y las diversas imagos que ope- En la década de 1960 la distancia entre el
ran en el fantasma. Después de 1950, Lacan psicoanálisis y la psicología aparece subrayada
elogia a Klein por la importancia que atribuye a adicionalmente en la obra de Lacan. Él sostiene
la pulsión de muerte en la teoría psicoanalítica que la psicología es esencialmente un instru-
(aunque su propio modo de concebir la pulsión mento de "explotación tecnocráuca" (Ec, 851;
de muerte difiere notablemente del de Klein), y véase Ec, 832), que la dominan las ilusiones de
por desarrollar el concepto de OBJETO PARCIAL totalidad y síntesis, NATURALEZA e instinto, au-
(aunque, una vez más, las formulaciones laca- tonomfa y autoconciencia (Ec, 832). El psicoa-
nianas de este concepto difieren mucho de las nálisis, por otro lado, subvierte esas ilusiones
de KIein). acariciadas por la psicología, y en este sentido
"la enunciación freudiana no tiene nada que ver
con la psicología" (SI7, 144). Por ejemplo, la
PSICOLOGíA (PSYCHOLOGIE, más preciada ilusión de la psicología es "la uni-
PSYCHOWGy) dad del sujeto" (E, 294), Y el psicoanálisis sub-
vierte esta noción al demostrar que el sujeto es-
En sus escritos anteriores a 1950, Lacan ve tá irremediablemente escindido o "barrado".
la psicología y el psicoanálisis como disciplinas
paralelas que pueden fertilizarse recíprocamen-
te. Aunque es muy crítico de las inadecuacio- PSICOLOGíA DEL YO (PSYCHOWGIE
nes conceptuales de la psicología asociacícnís- DU MOl, EGO·PSYCHOLOGy)
la, dice Lacan que el psicoanálisis puede
ayudar a construir una "psicología auténtica", Desde su desarrollo en la década de 1930, la
libre de esos errores, proporcionándole concep- psicología del yo ha sido la escuela dominante
tos verdaderamente científicos, como los de del psicoanálisis en la INTERNATIONAL pgYCHO-
~AGO y COMPLEJO (Lacen, 1936). ANALYTtCAL ASSQCtATtüN (IPA). Se funda prin-
Sin embargo, desde 1950 en adelante se ad- cipalmente en el modelo estructural freudiano
vierte una tendencia gradual pero constante a de la psique, propuesto por primera vez en El
disociar el psicoanálisis de la psicología. Lacan yo y el ello (1923b). Este modelo comprende
comienza por sostener que la psicología se limi- tres instancias: el ello, el YO y el superyó. Pues-
ta a comprender la psicología animal (etologta): to que el yo desempeña un papel crucial como
155
1,
Psicosis
mediador entre las demandas conflictivas del Freud llegó a aceptarse globalmente una dístin.
ello instintivo, el superyd moralista y la reali- ción básica entre la psicosis y la NEUROSIS; se-
dad externa, se comenzó a prestar más atención gún esta distinción, la psicosis designaba las
a su desarrollo y estructura. El libro de Anna formas extremas de enfermedad mental, y la
Freud titulado El yo y los mecanismos de defen- neurosis los trastornos menos graves. Esta dis-
sa (1936) fue una de las primeras obras casi to- tinción básica fue recogida y desarrollada por el
talmente centradas en el yo, y la tendencia que- propio Freud en varios trabajos (por ejemplo,
dó establecida con firmeza en La psicología del Freud, 1924b y 1924e).
yo y el problema de la adaptación, de Heinz El interés de Lacan por la psicosis es ante-
Hartmann (1939), que es ahora considerado el rior a su interés por el psicoanálisis. Por cierto,
texto fundamental de la psicología del yo. La lo que condujo a Lacan a la teoría psicoanalítica
psicología del yo fue llevada a Estados Unidos fue su investigación para la tesis de doctorado,
por los analistas austríacos que emigraron a ñ- que trataba sobre una psícotica a la que él llamó
nes de la década de 1930, y desde principios de "Aimée" (véase Lacan, 1932). Se ha observado
los años '50 ha sido la escuela dominante de a menudo que la deuda de Lacan con esta pa-
psicoanálisis, no sólo en Estados Unidos sino ciente recuerda la deuda de Preud con sus
también en toda la ¡PA. Esta posición le ha pero primeras pacientes neuróticas (también muje-
mitido presentarse como heredera del psicoaná- res), En otras palabras, mientras que el primer
lisis freudiano en su forma purista, cuando en abordaje freudiano del inconsciente se realiza a
realidad existen diferencias radicales entre algu- través de la neurosis, el primer enfoque lacania-
nos de sus principios y la obra de Freud. no pasa por la psicosis. También se ha compa-
Durante gran parte de su vida profesional, rado con frecuencia el estilo escrito y hablado
Lacan cuestionó la pretensión de la psicología de Lacan, torturado y a veces casi incomprensi-
del yo de ser la verdadera heredera del legado ble, con el discurso de los pacientes psicóticos.
freudiano, aunque el analista del propio Lacan, Sea 10 que fuere lo que pensemos de tales com-
Rudolph Loewenstein, había sido uno de tos paraciones, está claro que los exámenes de la
padres fundadores de esa corriente. Después de psicosis realizados por Lacan se cuentan entre
que Lacan fue expulsado de la ¡PA en 1953, los aspectos más significativos y originales de
quedó en libertad de expresar abiertamente sus su obra.
objeciones a la psicología del yo, y durante el La discusión más detallada de la psicosis
resto de su vida desarrolló una crítica sostenida por Lacen aparece en su seminario de 1955-6,
y poderosa. Es imposible comprender adecua- titulado simplemente Las psicosis. Es allí donde
damente gran parte de la teoría lacanlana sin re- expone los que llegaron a ser los principales
mitirse a las ideas de la psicología del yo que principios del enfoque lacaniano de la LOCURA,.
Lacan contrasta con las suyas. Lacan cuestionó La psicosis es definidacomo una de las .tres E~-}
todos los conceptos centrales de la psicología TRUCTURAS clínicas, caracterizada pºr.la_?~iiJ
del yo, como los de ADAPTACiÓN y de YO AlJ1Ú- ción de la FORC:l:yslQ.~/En esta operación, él":
NOMO. SUS críticas a la psicología del yo suelen NOMBRE-DEL-PADRE ir6' es integrado en el uni- "
estar entretejidas con sus críticas a la ¡PA, que verso simbólico del psicótico (es "forcluido"), '
estaba dominada por esta particular escuela de con el resultado de que en el orden simbólico
pensamiento. Lacan las presenta a ambas -a la queda un agujero. Hablar de un agujero en el j
psicología del yo y a la IPA- como "antítesis" orden simbólico no equivale a decir que el psi- -
del verdadero psicoanálisis (E, 116), Ydice que cótico no tiene inconsciente: por el contrario, en
fueron irremediablemente corrompidas por la lgpsícoais "el inconsciente",':MiÍ, presente pero
cultura de Estados Unidos (véase FACfOR e). En no fiinC1oñ~"(S3', '208). "De modo que J:aeStriIc:
virtud de la vigorosa crítica Iacaniana, son po- tura psíc6tica resulta de una cierta disfunción
cas las personas que hoy aceptan sin reparos las del complejo de Edipo, una falta en!ªJ!Jl!~i.9_n
pretensiones de la psicología del yo de identifi- [l~~0_a.i más específicamente, enIa psicosis la
carse como "el psicoanálisis clásico". función paterna se reduce a la imagen del padre
(IQ..Si!Db.9JÜ::.o_c:s reducído ajo imaginario).
PSICOSIS (PSYCHOSE, PSYCHOSIS) En el psicoanálisis Jacaniano es importante
distinguir entre psicosis, que es una estructura
El término "psicosls'' surgió en psiquiatría clínica, y fenómenos psicóticos tales como el
en el siglo XIX como designación de la enfer- DELIRIO Yla ALUCINACiÓN. Para que aparezca un
medad mental en general. Durante la vida de fenómeno psicótico se requieren dos condicio-
156
1, Psicosis
nes: ~ sujeto debe tener una eSlf':l_cWX_l!.'psic{lt\- cosis latente (S3, 15). Ésta es la razón por la
ca, y elNomore~e¡:.Piidre-Hene- que ser "llama- cual los analistas lacanianos suelen seguir la re-
doen oposición slmbóllca al sujeio'' (E;-lT7). comendación de Freud dc iniciar el tratamiento
En ausencia de la primera condición. ninguna con una serie de entrevistas cara a cara (Preud,
confrontación con el significante paterno lleva- 1913c, SE XII, 123-4), S6lo cuando el analista
rá a fenómenos peicoücos. Un neurótico nunca está razonablemente seguro de que el paciente
puede "volverse psicótico" (véase 53, 15). En no es psicótico se le pedirá que se tienda en el
ausencia de la segunda condición, la estructura diván y que asocie libremente.
psic6tica permanece latente, Es entonces con- Esto no significa que los analistas lacania-
cebible que un sujeto tenga estructura psicótica nos no trabajen con pacientes psicóticos. Por el
y sin embargo nunca desarrolle delirios ni ex- contrario, han trabajado mucho en el tratamien-
perimente alucinaciones. Cuando se CI.!J!lp.l.~1l to de la psicosis. Pero el método difiere sustan-
ambas condiciones, l{lp~ic()sis se "de~@J;¡J.,;le cialmente del que se usa con pacientes neuróti-
na", la psicosis latente se ruaníñesraen alucinas cos y perversos. El propio Lacan trabajó con
ciones,delirios, o unas Y.Q!r.Oj;, pacientes psicóticos. pero ha dejado muy pocos
Lacan basa sus argumentos en una lectura comentarios sobre la técnica que empleaba; más
detallada del caso Schreber (Freud, 1911c). Da- bien que establecer un procedimiento técnico,
niel Paul Schreber era un juez de la Corte de se limit6 a discutir las cuestiones preliminares a
Apelaciones de Dresde que escribió un relato cualquier cura de ese tipo (Lacan 1957-8b),
de sus delirios paranoicos; el análisis de esos Lacan rechaza el enfoque de quienes limi-
escritos constituye el aporte más importante de tan su análisis de la psicosis al orden imagina-
Freud al estudio de la psicosis, Lacan dice que rio; "nada se puede esperar del modo en que es
la psicosis de Schreber fue desencadenada por explorada la psicosis en el nivel de lo imagina-
su imposibilidad de procrear y su elección para rio, puesto que el mecanismo imaginario es lo
una posición importante en el poder judicial; que le da a la psicosis su forma, pero no su di-
estas dos experiencias lo enfrentaron con la námica" (53, 146). Sólo concentrándose en el
cuestión de la paternidad en lo real, y de tal orden simbólico puede Lacan señalar el ele-
modo llamaron el Nombre-del-Padre en oposi- mento determinante fundamental de la psicosis,
ción simbólica al sujeto. a saber: el agujero en e! orden simbólico causa-
En la década de 1970 Lacan reformula su do por la forclusión y el consiguiente "apri-
enfoque de la psicosis en tomo a la noción del sionamiento" del sujeto psicótico en 10 imagi-
NUDO BORROMEO. Los tres anillos del nudo re- nario, Es también este énfasis en el orden
presentan los tres órdenes, el real, el simbólico simbólico lo que lleva a Lacen a valorar por so-
y el imaginario. Mientras que en la neurosis es- bre todo los fenómenos lingüísticos de la psico-
tos tres anillos están eslabonados de un modo sis: "la importancia atribuida a los fenómenos
particular, en la psicosis se sueltan, No obstan- del lenguaje en la psicosis es para nosotros la
te, esta disociación psicótica puede a veces evi- lección más fructífera" (53, l44),
tarse con una formación sintomática que actúa Los fenómenos del lenguaje más notables
como un cuarto anillo y mantiene juntos a los en la psicosis son los Irastomos del lenguaje, y
otros tres (véase SINTHOME). Lacan dice que su presencia es una condición
Lacan sigue a Freud al sostener que, si bien necesaria para cualquier diagnóstico de psicosis
la psicosis es de gran interés para la teoría psi- (S3, 92). Entre los trastornos del lenguaje sobre
coanalñíca, está fuera del campo del método los que Lacan llama la atención se encuentran
clásico de la cura psicoanalítica, que es sólo las holcfrases y el empleo profuso de neologis-
apropiada para la neurosis: "emplear la técnica mos, que pueden ser palabras totalmente nue-
que [Freud] estableció fuera de la experiencia a vas acuñadas por e! psicótico, o palabras ya
la cual se aplicaba [es decir, la neurosis] es tan existentes que el psicótico redefine (Ec, 167).
estúpido como afanarse con los remos cuando En 1956 Lacan atribuye estos trastornos del
el bote está sobre la arena" (E, 221). Con los lenguaje a la falta en el psicótico de una canti-
sujetos psícoticos. el método clásico de la cura dad suficiente de PtJNTOS DE ALMOHADILLADO,
psicoanalítica no sólo es inadecuado, sino que [o cual significa que la experiencia psicótica se
incluso está contraindicado. Por ejemplo, La- caracteriza por un deslizamiento constante del
can señala que la técnica del psicoanálisis, que significado bajo el significante. Esto constituye
involucra el empleo del diván y la asociación un desastre para la significación; hay una conti-
libre, puede fácilmente desencadenar una psi- nua "cascada de los retoques del significante,
157
Pulsión
I
de la que procede el desastre creciente de 10 real de la pulsión no es una meta mítica de sa-
imaginario, hasta que se alcanza el nivel en el tisfacción completa, sino volver a su senda cir-
cual significante y significado se estabilizan en cular, y la fuente real del goce es el movimien-
la metáfora delirante" (E, 217). Otro modo de to repetitivo de este circuito cerrado.
definir este fenómeno consiste en decir que es Lacen les recuerda a sus lectores queFreud
"una relación entre el sujeto y el significante en definió la pulsión como un montaje compuesto
su dimensión más formal, en su dimensión co- por cuatro elementos discontinuos: el empuje,
mo puro significante" (S3, 250). Esta relación el fin, el objeto y la fuente. Por 10 tanto, la pul-
del sujeto con el significante en su aspecto pu- sión no puede concebirse como "algo dado fi-
ramente formal constituye "el núcleo de la psi- nal, algo arcaico, primordial" (511, 162); es un
cosis" (S3, 250). "Si el neurótico habita en el constructo totalmente cultural y simbólico. De
lenguaje, el psicético es habitado, poseído, por este modo Lacan vacía el concepto de pulsión
el lenguaje" (S3, 250). de las persistentes referencias a la energética y
Entre las diversas formas de psicosis, la PA- la hjQrá.ulica que aparecen en la obra de Freud.
RANOIA es la que más le interesa a Lacan, mien- -Lacan incorpora los cuatro elementos de la
tras que la esquizofrenia y la psicosis maníaco- pulsión a su teoría del "circuito" pulsjonal. En
depresiva son muy pocas veces abordadas por este circuito, lapul sión se origina en unil._~ona
él (véase 53, 3-4). Lacan sigue a Freud al man- er6gena, gira en tomo al objeto -y vuelve a la
tener una distinción estructural entre la para- zona erógena; Este circuito está estructurado
noia y la esquizofrenia. por las tres voces gramaticales:
fusi6n completas, y sostiene que la primacía de del yo son en sí mismas sexuales. Esto lo con-
la zona genital, si acaso se la logra, es siempre duce a reconceprualizar el dualismo pulsional
sumamente precaria. Cuestiona en consecuen- como una oposición entre las pulsiones de vida
cia la noci6n, formulada por algunos psicoana- (Lebenstriebe) y las pulsiones de muerte (To-
listas después de Freud, de una pulsión genital destriebe).
en la cual las pulsiones parciales estarían com- Lacan considera que es importante conser-
pletamente integradas de manera armoniosa. var el dualismo freudiano, y rechaza el monis-
2. Dice Lacan que las pulsiones son parcia- mo de Jung, quien sostenía que todas las fuer-
les, no en el sentido de que sean partes de un zas psíquicas pueden reducirse a un concepto
todo (de una "pulsión genital"), sino porque só- único de energía psíquica (SI, 118-20). Sin em-
lo representan parcialmente la sexualidad; no bargo, Lacan prefiere reconceptualizar este
representan la pulsión reproductiva de la sexua- dualismo en los términos de una oposición en-
lidad, sino sólo la dimensi6n del goce (511, tre lo simbólico y lo imaginario, y no entre dis-
204). tintos tipos de pulsión. De modo que, para La-
Lacan identifica cuatro pulsiones parciales: can, todas las pulsíones son pulsiones sexuales,
la oral, la anal, la escépica y la invocante. Cada y toda pulsión es una PULSIÓN DE MUERTE, pues-
una de estas putsiones es especificada por un to que toda pulsión es excesiva, repetitiva, y en
diferente objeto parcial y una diferente zona última instancia destructiva (Ec, 848).
er6gena, tal como lo muestra la figura 16. Las pulsiones están estrechamente relacio-
Las dos primeras pulsiones se..relacionan nadas con el DESEO; unas y Otras se originan en
con la demanda, mientras que el segundo par se el campo del sujeto, como opuestas a la pulsión
relaciona con el deseo. genital, la cual, sí acaso existe, encuentra su
En 1957, en el contexto del grafo del deseo, forma del lado del Otro (SIl, 189). Sin embar-
Lacan propone la fórmula r$ O D) como MATE- go, "pulsion' no es sólo otro nombre del deseo:
MA de la pulsión. Esta fórmula se lee como si- las pulsiones son los aspectos parciales en los
gue: el sujeto barrado en relación con la de- cuales el deseo se realiza. El desee es uno e in-
manda, el fading del sujeto ante la insistencia diviso, mientras que las pulsíonée son manifes-
de una demanda que persiste sin ninguna inten- taciones parciales del deseo.
ción consciente de sostenerla.
A través de las diversas reformuiaciones de
la teoría de las pulsiones en la obra de Freud, se PULSIÓN DE MUERTE (J"ULSION
mantiene como rasgo constante un dualismo DE MDRT, DEATH DRlVE)
básico. Al principio este dualismo es concebido
en tos términos de una oposición entre las pul- Aunque desde muy pronto en la obra de
siones sexuales (Sexualtriebe) y las pulsiones Freud aparecen sugerencias del concepto de
del yo (lchtriebe), o pulsiones de autoconserva- pulsión de muerte (Todestrieb), sólo en Más
ción (Selbsterhaltungstriebe). Esta oposición se allá del principio de placer (1920g) el concep-
ve cuestionada cuando Freud va comprendien- to se articula plenamente. Freud estableció una
do, en el periodo de 1914-20, que las pulsiones oposición fundamental entre las pulsiones de
159
1
Punto de almohadillado
vida (Eros), concebidas como una tendencia bien que con la naturaleza; sostiene que la pul-
hacia la cohesión y la unidad, y las pulsiones de sión de muerte "no es una cuestión de biología"
muerte, que operan en la dirección opuesta, (E, 102) Y que tiene que distinguirse dcl instin-
deshaciendo conexiones y destruyendo las co- to biológico a retornar a lo inanimado (S7, 211-
sas. No obstante, las pulsiones de vida y las 12). '
pulsiones de muerte no se encuentran nunca en Otra diferencia entre la pulsión de muerte
estado puro, sino siempre mezcladas, fusiona- lacaniana y el concepto de Freud surgió en
das en diferentes proporciones. Por cierto, 1964. Freud oponía la pulsión de muerte a las
Freud sostuvo que, de no ser por esta fusión pulsiones sexuales, pero ese año Lacen afirmó
con el erotismo, la pulsión de muerte eludiría que la pulsión de muerte no es una pulsión se-
nuestra percepción, puesto que en sí misma es parada, sino un aspecto de todas las PULSIONES.
muda (Freud, 1930a, SE XXI, 120). "La distinción entre pulsión de vida y pulsión
Este concepto de pulsión de muerte ha sido de muerte es verdadera en cuanto pone de ma-
uno de los más polémicos entre los introduci- nifiesto dos aspectos de la pulsión" (S 11, 257).
dos por Freud, y muchos de sus discípulos lo Por consiguiente, "toda pulsión es virtualmente
rechazaron (por considerarlo meramente poéti- una pulslón de muerte" (Ec, 848), porque 1) to-
co, o una injustificable incursión en la metafísi- da pulsién persigue su propia extinción; 2) toda
ca), pero el propio Freud continuó reafirmándo- pulsión envuelve al sujeto en la repetición, y 3)
lo durante el resto de su vida. Entre las escuelas toda pulsión es un intento de ir más allá del
no-lacanianas, sólo el psicoanálisis kleiniano principio de placer, hasta el reino del goce ex-
toma esto concepto en serio. Lacan sigue a cesivo, en el que es experimentado como sufri-
Freud al reafirmar la pulsíón de muerte como miento.
idea central en el psicoanálisis: "ignorar el ins-
tinto de muerte en su doctrina es entender mal
la doctrina en su totalidad" (E, 301). PUNTO DE ALMOHADILLADO (POlNT
En las primeras observaciones de Lacen so- DE CAPITON, POlNT DE CAPITON)
bre la pulsión de muerte, de 1938, la describe
como una nostalgia por la armonía perdida, un La expresión francesa point de capiton apa-
deseo de volver a la fusión preedípica con el rece traducida de diversos modos en las edicio-
pecho materno, cuya pérdida queda marcada en nes en inglés de la obra de Lacan, como "quil.
la psique por el complejo del destete (Lacan, üng poínt" (punto de acolchado) o "anchoríng
1938, 35). En 1946 vincula la pulsíón de muer- po/ni" (punto de anclaje). Para evitar la confu-
te a la tendencia suicida del narcisismo (Ec, sión resultante de estas diversas traducciones,
186). Al asociar la puisión de muerte con la fa- dejamos en inglés el original francés, que de-
se precdípica y con el narcisismo, estas prime- signa literalmente la puntada que atraviesa de
ras observaciones ubicaban dicha pulsión en el lado a lado los almohadillados. Esas puntadas
ámbito de lo que Lacan más tarde denominó el son los lugares donde "la aguja del colchonero
orden imaginario. ha trabajado para impedir que una masa infor-
Pero cuando comienza a desarrollar su con- me de material de relleno se mueva libremente"
cepción de los tres órdenes (imaginario, simbó- (Bcwíe, 1991, 74). Del mismo modo, los pun-
lico y real), en la década de 1950, no sitúa la tos de almohadillado son los lugares en que "se
pulsión de muerte en lo imaginario sino en lo atan entre sí significante y significado" (S3,
simbólico. Por ejemplo, en el seminario de 268). Lacan introduce esta expresión en su se-
1954-5 sostiene que la pulsión de muerte es minario de 1955-6 sobre las psicosis, para ex-
simplemente la tendencia fundamental del or- plicar el hecho de que, a pesar del deslizamien-
den simbólico a producir REPETICIÓN: "El ins- to continuo del significado por debajo del
tinto de muerte es sólo la máscara del orden significante (véase DESLIZAMIENTO), en el sujeto
simbólico" (S2, 326). normal (neurótico) hay sin embargo ciertos
Este cambio también señala una diferencia "puntos de fijación" entre el significado y el
con Preud, para quien la pulsién de muerte es- significante, donde el deslizamiento se detiene
taba estrechamente vinculada a la biología, y temporariamcnte. Se necesita un mínimo de ta-
representaba la tendencia fundamental de todo les puntos para que "una persona sea llamada
ser vivo a volver a un estado inorgánico. Al normal", y "cuando no están establecidos, o ce-
ubicar con firmeza la pulsion de muerte en lo den", el resultado es una PSICOSIS (S3, 268-9).
simbólico, Lacan la articula con la cultura, más Esto ayuda a explicar que en la experiencia psi-
160
1
Puntuación
cctíca "el significante y el significado se pre- relación madre-hijo, y la relación entre anali-
senten en una forma completamente dividida" zante y analista. En la primera de estas situa--
(S3,268). ciones, el bebé, que aún no ha adquirido el ha-
El punto de almohadillado es entonces el bla, sólo puede articular sus necesidades en una
punto de la cadena significante en el que "el especie muy primitiva de DEMANDA, sobre todo
significante detiene el movimiento de otro mo- llorando o gritando. No hay modo de saber con
do interminable de la significación" (E, 303), Y seguridad si un llanto expresa hambre, dolor,
produce la ilusión necesaria de un sentido fijo. cansancio, miedo, o alguna otra cosa, y no obs-
Puesto que la cadena significante tiene una di- tante la madre lo interpreta de un modo particu-
mensión diacrónica y una dimensión sincróni- lar, determinando retroactivamente su sentido.
ca, lo mismo sucede con el punto de almohadi- La puntuación es una de las formas que
llado. puede tomar la intervención del analista; al
1. La dimensión diacrónica del punto de al- puntuar el discurso del analizante de un modo
mohadillado reside en el hecho de que la comu- inesperado, el analista puede alterar retroactiva-
nicación es siempre un efecto retroactivo de la mente el sentido deliberado de la palabra del
PUNTUACIÓN. S610cuando la oración se ha com- analizante: "cambiar la puntuación renueva o
pletado queda retroactivamente determinado el trastorna" el sentido fijo que el analizante ha
sentido de las primeras palabras. Esta función atribuido a su propia palabra (E, 99). Esa pun-
es ilustrada en la célula elemental del GRAFO tuación es un modo de "demostrarle al sujeto
DEL DESEO, en la cual el punto de almohadillado que dice más que lo que piensa que dice" (5 1,
es la intersección superior izquierda entre el 54). El analista puede puntuar el discurso del
vector S-S' y el vector 0-$. analizante mediante el simple recurso de repe-
2. El aspecto 'sincrónico es la METÁFORA, tírselo (quizá con una diferente entonación o en
por la cual el significante cruza la barra hasta el otro contexto). Por ejemplo, si el analizante di-
significado. "La estructura sincrónica [de! pun- ce Tu es ma mere (t'Tu eres mi madre"), e! ana-
to del almohadillado] está más oculta, y es esta lista puede repetir esa expresión de un modó
estructura la que nos lleva a la fuente. Es la me- que saque a luz su homofonía con la frase Tuer
táfora" (E, 303). ma mere ("Matar a mi madre") (E, 269).
Como alternativa, el analista puede también
puntuar la palabra del analizante con un mo-
PUNTUACIÓN (PONCTUATION, mento de silencio, o interrumpiéndolo, o dando
PUNCTUATION) por terminada la sesión en un momento oportu-
no (véase E, 44).
Puntuar una CADENA SIGNIFICA.VT"E es produ- Esta última forma de puntuación ha sido
cir sentido. Antes de la puntuación, hay simple- fuente de polémica en toda la historia del psi-
mente una cadena de discurso; es el oyente/re- coanálisis lacaniano, puesto que contraviene la
ceptor quien puntúa este discurso y de tal modo práctica tradicional de la {PA, que estipula
sanciona retroactivamente el sentido particular sesiones de una duración fija, La práctica laca-
de una declaración. La puntuación de la cadena niana de las sesiones de duración variable o es-
significante es lo que crea la ilusión de un sen- candidas (en francés, séances scanáées, erró-
tido fijo: "la puntuación, una vez insertada, fija neamente denominadas "sesiones breves" por
e! sentido" (E, 99: véase PU¡';TO DE ALMOHADI" los críticos) se convirtió en una de las princi-
LLADO). Esto es esencial en la estructura de la pales razones aducidas por la IPA para excluir
COMUNICACIÓN, en la cual "el emisor recibe su a Lacan cuando la SFP negociaba su reconoci-
propio mensaje de! receptor", y queda ilustrado miento a principios de la década de 1960.
en la "célula elemental" del GRAFO DEL DESEO. Hoy en día, la técnica de la puntuación, so-
La operación de puntuación puede ejempli- bre todo como se expresa en la práctica de las
ficarse con dos situaciones que tienen una im- sesiones de duración variable, continúa siendo
portancia fundamental para el psicoanálisis: la un rasgo distintivo del psicoanálisis lacaniano.
,,....' 'I',~'
,\ ,
(opuesta a las funciones corporales imaginarias yen la distinción que también Freud traza entre
y simbólicas). Pur ejemplu, el padre real es el realidad material y realidad psíquica (Freud,
padre biológico, y el falo real es el pene físico, 1900a, SE V, 620).
en tanto opuesto a las funciones simbólica e
imaginaria de este órgano. Incognoscible/racional
A 10 largo de su obra, Lacan emplea el con-
cepto de lo real para dilucidar algunos fenóme- Por un lado, lo real no puede ser conocido,
nos clínicos. puesto que va más allá de lo imaginario y lo
simbólico; es, como la cosa en sí kantiana, una
ANGUSTIA Y trauma x incognoscible. Por otro lado, Lacan cita a He-
gel cuando dice que lo real es racional y lo ra-
Lo reales el objeto dela angustia; no tiene cional es real, con lo cual implica que lo real es
ninguna mediación posible, y es por 10 tanto ',!<l susceptible de cálculo y lógica.
objetoesencial queya I1o.es.unobiet.o.,sin.9 ese A partir de la década de 1970 se puede dis-
algo enfrentado con lo cual todas las palabras cernir en la obra de Lacan un intento de resol-
cesan y todas las categorías fracasan, el objeto ver esta indeterminación, remitiéndose a una
de la angustia por excelencia" (S2, 164). Lo distinción entre 10 real y "la realidad" (por
que ~e presenta en la forma de trauma es el en- ejemplo, Lacan define la realidad como "la
cuentro que falta con este objeto real (S 11, 55). mueca de 10 real", en Lacan, 1973a, 17; véase
Es la tyché que está "más allá del autonwton también S17, 148). En esta oposición, lo real
[simbólico]" (SIl, 53) (véase AZAR). aparece firmemente ubicado del lado de lo in-
cognoscible e jnasímitable, mientras que "la
ALUCINACIQNEl; realidad" designa las representaciones subjeti-
vas que son un producto de articulaciones sim-
. Cuando algo no puedc integrarse en.el or- bólicas e imaginarias (la "realidad psíquica" de
den simbólico, como en la psicosis, puede vol- Freud). Sin embargo, después de introducida
ver en 10 real en forma de alucinación (S3, esta oposición, Lacan no la mantiene de un
32\). modo consistente o sistemático, sino que osci-
Los comentarios precedentes rastrean algu- la entre momentos en los que ella aparece con
nos de los principales usos que da Lacan a la claridad y otros en los que él vuelve a su cos-
categoría de 10 real, pero ellos están lejos de tumbre anterior de usar de modo intercambia-
abarcar rodas las complejidades de este térmi- ble los términos "real" y "realidad".
no. De hecho Lacan se toma el trabajo de ase-
gurar que el orden de lo real sigue siendo el
más elusivo y misterioso de los tres, habla de él REGRESIÓN (RÉGRESSION,
menos que de los otros y lo hace sede de una REGRESSION)
indeterminación radical. De modo que nunca
está completamente claro si 10 real es externo O Freud introdujo el concepto de regresión
interno, o si es incognoscible O sujeto a razón. en La interpretación de los sueños para expli-
car la naturaleza visual del soñar. Basándose
Extemolintemo en un modelo tópico que concibe la psique co-
mo una serie de sistemas distintos, Freud decía
Por una parte, la expresión "lo real" parece que durante el dormir se bl0'l,!ea.Q.tºgr~siya~_
implicar una noción simplista de realidad obje- mente el acceso a la activi<iad_motrlz, lecual
tiva externa, sustrato material que existe por sí fuerza a los-pensamientos a desplazarse rcire-'-
mismo, independientemente de cualquier ob- sivamente a travésde estos' sistemas haG!ª él
servador. Por otro lado, esta concepción "inge- sistema de la percepción (Freud, 1900a SE V,
nua" de lo real es subvertida por el hecho de 538-55). Más tarde agregó a esta sección un
que lo real también incluye cosas tales como pasaje que distinguía entre esta regresión de ti-
las alucinaciones y los sueños traumáticos. Lo po tópico, 10 que entonces denominó regresión
real está entonces tanto dentro como fuera (S7, temporal (en la que el sujeto vuelve a fases an-
118; véase EXTlMIOAD). Esta ambigüedad refle- teriores de desarrollo) y la regresiónfonnal (el
ja la que ya estaba implícita en el empleo por el empleo de modos de expresión menos comple-
propio Freud de dos palabras alemanas para re- jos) (Preud. 1900a, SE V, 548 (pasaje añadido
ferirse a la "realidad" (Wirklichkeit y Realitiit), en 1914]).
Relación dual
Según Lacan, el concepto de regresión ha cero es el gran Otro, que media todas las re-
sido uno de los peor entendidos de la teoría psi- laciones duales imaginarias. La ilusión de re-
coanalüica. En particular, critica la concepción ciprocidad en la relación dual imaginaria con-
"mágica de la regresión", según la cual ésta es trasta con lo simbólico, que es el reino de la
un fenómeno real, en el cual el adulto "real- "no-reciprocidad absoluta" (Ec, 774). El com-
mente regresa, retorna al estado de un niño pe- plejo de Edipo es la estructura triangular para-
queño, y empieza a gemir". En este sentido, "la digmática, puesto que el Padre es introducido
regresión no existe" (S2, 103). En lugar de esta como un tercer término en la relación dual en-
concepción errónea, Lacan dice que la regre- tre la madre y el niño. El pasaje edípicu de una
sión debe entenderse primero y principalmente relación dual a una estructura triangular no es
en un sentido tópico, que es como la entendía otra cosa que el pasaje del orden imaginario al
Freud cuando introdujo el término en 1900, y orden simbólico. Por cierto, el concepto mismo
no en un sentido temporal (véase T1El.1PO). En de estructura involucra un mínimo de tres tér-
otras palabras, "hay regresión en el plano de la minos; "Hay siempre tres términos en la estruc-
significación y no en el plano de la realidad" tura" (Sl, 218).
(S2, 103). De modo que la regresión ha de con- La oposición entre las diadas imaginarias y
siderarse "no en el sentido instintivo, ni en el las tríadas simbólicas se complica con la discu-
sentido de resurgencia de algo anterior", sino sión que realiza Lacan de la "tríada imaginaria"
como "la reducción de lo simbólico a lo imagi- (E, 197; S4, 29). La tríada imaginaria constitu-
nario" (S4, 355). ye el intento lacaniano de teorizar la ETAPA
En la medida en que puede decirse que la PREEOlplCA en términos que no sean los de una
regresión tiene un sentido temporal, no supone mera relación dual, y designa el momento pre-
que el sujeto "retroceda en el tiempo", sino más cedente al complejo de Edipo en el que un ter-
bien una rearticulación de ciertas DEMA."IDAS; cer elemento (el falo imaginario) circula entre
"la regresión -no demuestra nada más que un re- la madre y el infante. Cuando el padre intervie-
tomo al presente de los significantes usados en ne en el complejo de Edipc es posible verlo co-
demandas para las cuales hay una prescripción" mo un tercer elemento (entre la madre y el ni-
(E, 255). Por ejemplo, la regresión a la etapa no) o como un cuarto elemento (que se suma a
oral debe entenderse como la articulación de la madre, el niño y el falo). Por esta razón La-
demandas orales (la demanda de ser alimenta- can escribe que en el complejo de Edipo "no se
do, evidente en la demanda al analista de que trata de un triángulo de padre-madre-hijo sino
proporcione interpretaciones). Lacan reafirma de un triángulo (padre)-falo-madre-hijo" (S3,
la importancia de la regresión en el tratamiento 319).
psicoanalítico, cuando se la entiende en este Una de las críticas que con más frecuencia
sentido, y sostiene que la regresión a la etapa dirige Lacan a la teoría pslcoanalúlca de su
anal, por ejemplo, es tan importante que ningún época es que constantemente omite teorizar el
análisis que no la haya encontrado puede consi- papel de lo simbólico, y de tal modo reduce el
derarse completo (S8, 242). encuentro psicoanalítico a una relación dual
imaginaria entre analista y analizante. Él dice
que este error es lo que hay detrás de toda una
RELACIÓN DUAL (RELATION serie de malentendidos de la teoría (véase E,
DUELLE, DUAL RELATION) 246). En particular, reduce la cura a un encuen-
tro de "yo ayo", el cual, debido a la agresivi-
La dualidad y las relaciones duales son ca- dad inherente a todas las relaciones duales ima-
racterísticas esenciales del orden imaginario. ginarias, a menudo degenera en una "pelea a
La relación dual paradigmática es la que existe muerte" entre analista y analizante, una lucha
entre el YO y la L.\1AGEN ESPECULAR (a ya'), que de poder "con los cuchillos desenvainados"
Lacan analiza en su concepto del ESTADIO DEL (véase AMO).
ESPEJO. La relación dual se caracteriza siempre Contra esta concepción errónea, Lacan in-
por ilusiones de semejanza, simetría y recipro- siste en la función de lo simbólico en el proce-
cidad. so analítico, que introduce al Otro como tercer
En contraste con la dualidad del orden ima- término del encuentro. "Es dentro de una rela-
ginario, el orden simbólico se caracteriza por ción de tres términos y no de dos como tene-
tríadas. En el orden simbólico todas las relacio- mos que formular la experiencia analítica" (SI,
nes envuelven no dos sino tres términos: el ter- 11). En lugar de ver la cura como una lucha de
Relación sexual
poder en la cual debe superar la resistencia del 2. No existe ninguna reciprocidad o sime-
paciente, 10 cual no es psicoanálisis sino auges- tría entre las posiciones masculina y femenina,
ti6n, el analista tiene que comprender que tanto porque el orden simbólico es fundamentalmen-
él como el paciente están por igual sometidos al te asimétrico; no hay ningún significante de la
poder de un tercero: el lenguaje en sí. mujer que corresponda simétricamente al modo
El rechazo de la dualidad por Lacan puede en que se simboliza el sexo masculino. Un solo
también verse en su elecci6n de esquemas tria- significante, el FALO, gobierna la relación entre
dices, en detrimento de los esquemas dualistas: los sexos (E, 289). De modo que no hay ningún
"todas las relaciones bilaterales llevan siempre símbolo para una relación sexual asimétrica:
estampado el estilo de 10 imaginario" (Lacan, "la relación sexual no puede escribirse" (S20,
1956b, 274). Por ejemplo, en lugar de la tradi- 35).
cional oposición binaria entre lo que es real y lo 3. La relación entre hombres y mujeres no
que es imaginario, Lacan propone un modelo puede ser armoniosa: "la más desnuda rivalidad
tripartito de real, imaginario y simbólico. Otros entre hombres y mujeres es eterna" (S2, 263).
de tales esquemas triádicos son las tres estructu- El amor no es más que una ilusión destinada a
ras clínicas (neurosis, psicosis y perversión); las reemplazar la ausencia de relaciones armonio-
tres formaciones del yo (ideal del yo, yo ideal y sas entre los sexos (sea presentado en términos
superyó); la triada naturaleza-cultura-sociedad; míticos, como en El banquete de Platón, o en
etcétera. No obstante, como para contrarrestar términos psicoanalíticos, como en el concepto
esta tendencia, Lacan también ha subrayado la de Balint de amor GENItAL).
importancia de los esquemas que envuelven 4. Las pulsiones sexuales no se dirigen ha-
cuatro elementos (véase CUATERNARIO). cia una "persona total", sino hacia OBJETOS PAR-
CIALES. No hay por lo tanto ninguna relación
sexual entre dos sujetos, sino sólo entre dos su-
RELACIÓN SEXUAL (RAPPORT jetos y un objeto (parcial). Para el hombre, el
SEXUEL, SEXUAL RELATIONSHIP) objeto o ocupa el lugar de la compañera faltan-
te, lo que produce el materna de la fantasía
Lacan propuso por primera vez su célebre (Ji> Oa); en otras palabras, la mujer no existe pa-
fórmula "i/ n'y a pos du rapport sexue/" en ra el hombre como un sujeto real, sino sólo co-
1970 (véase Lacan 1969-70, 134), Y la reiteró mo un objeto del fantasma, causa del deseo de
en su seminario de 1972-3 (S20, 17). Esta fór- él (S20, 58).
mula suele traducirse como "no hay relación 5. La mujer no puede funcionar sexualmen-
sexual", 10 que resulta engañoso, puesto que, te qua mujer, sino sólo qua madre: "la mujer
por cierto, Lacan no niega que la gente tenga comienza a funcionar en la relación sexual sólo
sexo. La fórmula podría traducirse mejor como como madre" (S20, 36).
"no hay ninguna relación entre los sexos", sub- 6. Como algo arraigado en lo real, el sexo se
rayando de este modo que Lacan no se está re- opone al sentido, y "el sexo, al oponerse al sen-
firiendo primordialmente al acto de la cópula, tido, también por definición está opuesto a la re-
sino a la cuestión de la relación entre la posi- lación, a la comunicación" (Copjec, 1994, 21).
ción sexual masculina y la posición sexual fe-
menina. La fórmula condensa algunos puntos
del enfoque lacaniano de la cuestión de la DIFE- RELIGIÓN (REUGION, REUGION)
RENCIA SEXUAL.
1. No existe ninguna relación directa, inme- Freud renunció a la religión judía de sus pa-
diata, entre las posiciones sexuales masculina y dres (aunque no a su identidad judía) y se con-
femenina, porque el Otro d.ellenguaje está en- sideraba ateo. Aunque a su juicio las formas
tre ellas como un tercero (S20, 64). "Entre los monoteístas de religión eran signos de un esta-
seres humanos varones y mujeres no existe nin- do altamente desarrollado de civilización, tam-
guna relación instintiva", porque toda la sexua- bién pensaba que todas las religiones son barre-
lidad está marcada por el significante (Lacan. ras que obstaculizan el progreso cultural, y
1975b). Una consecuencia es que no resulta po- sostenía que había que abandonarlas a favor de
sible definir la perversión con referencia a una la CIENCIA. Para Freud las religiones eran inten-
forma supuestamente natural de la relación se- tos de protegerse del sufrimiento mediante "una
xual (como 10 hizo Freud). La heterosexualidad refundición delirante de la realidad", y llegaba
no es ni natural ni normativa (Ec. 223). a la conclusión de que "tienen que clasificarse
166
Renegación
Repetición
de la realidad" (Freud, 1940a, SE XXIII, 201). holungszwang¡ aparece en Mds alld del princi-
La coexistencia en el yo dc estas dos actitudespio de placer (1920g), donde la vincula al con-
contradictorias con respecto a la realidad con-cepto de PULSIÓN DE MUERTE. Freud postula la
duce a lo que Preud denomina "la escisión del existencia de una compulsión básica a repetir,
yo" (véase ESCISIÓN). como explicación de ciertos hechos clínicos,
Si bien el empleo del término por Freud essobre todo la tendencia del sujeto a exponerse
perfectamente coherente, él no lo diferencia una y otra vez a situaciones angustiantes. Es un
con rigor de otras operaciones relacionadas. La-
principio básico del psicoanálisis que una per-
can 10 elabora en los términos de una teoría sona se ve condenada a repetir algo cuando ha
exacta, relacionándolo y contrastándolo especí-olvidado los orígenes de la pulsión, y que la cu-
ficamente con las operaciones de la REPRESIÓN ra psicoanalítica puede romper el ciclo de las
y la FORCLUSIÓN, Mientras que Freud sólo había repeticiones ayudando al paciente a recordar
vinculado la renegación a una forma de PER- (véase ACíING OUT).
VERSiÓN, Lacan hace de ella la operación fun- En las obras de Lacan anteriores a 1950, el
damental de todas las formas de perversión. Y concepto de repetición aparece vinculado al de
mientras que Freud también había asociado la COMPLEJO: una estructura social intemalizada
renegacién con la psicosis, Lacan la limita ex-que el sujeto vuelve a escenificar repetida y
clusivamente a la estructura de la perversión. compulsivameme. En esa época Lacan suele
La renegación es la operación fundamental en traducir el término Wiederholungszwang em-
pleado por Freud como auiomatísme de répéti-
la perversión, así como la represión y la forclu-
sión son las operaciones fundamentales en la tion, una expresión tomada de la psiquiatría
neurosis y la psicosis, respectivamente. De mo-
francesa (Pierre Janet, Gastan Gatian de Clé-
do que, en la descripción de Lacan, la renega- rambault).
ción es un modo de responder a la castración Si bien Lacan nunca abandona por comple-
del Otro; el neurótico reprime la comprensión to la expresión "automatismo de repetición", en
de la castración, pero el perverso la reniega. la década de 1950 usa cada vez más el término
Lo mismo que Freud, Lacan afirma que la "insistencia" (en francés, instancei para referir-
renegación es siempre acompañada por el reco- se a la compulsión de repetición. La repetición
nocimiento simultáneo de 10 que se reniega. El es entonces definida como la insistencia del sig-
perverso no es sencillamente ignorante de la nificante, o la insistencia de la cadena del signi-
castración; al mismo tiempo la conoce y la re- ficante, o la insistencia de la letra (l'instance de
niega. Si bien originalmente, en la obra de la lettre); "La repetición es fundarnentamente la
Freud, el término "renegación" designa sólo un insistencia de la palabra" (S3, 242). Ciertos sig-
lado de esta operación (el lado dc la negación),
nificantes insisten en retomar a la vida del suje-
para Lacan pasa a designar ambos lados: la ne- to, a pesar de las resistencias que los bloquean.
gación y el reconocimiento simultáneos de la En el ESQUEMA L, la repetición/insistencia está
castración. representada por el eje A-S, mientras que el eje
Freud relaciona la renegación con la per- ala' representa la resistencia (o "inercia") que
cepción de la ausencia de pene en la mujer; La-se opone a la repetición.
can la relaciona con la comprensión de la au- En la década de 1960 la repetición es rede-
sencia de FALO en el Otro. En la descripción finida como el retomo del goce, un exceso dc
lacaniana, la percepción traumática es la com- goce que vuelve una y otra vez para transgredir
prensión de que la causa del deseo es siempre los límites del PRINCIPIO DE PLACER Y buscar la
una falta. La renegación tiene que ver con esa muerte (S 17, 51).
comprensión; consiste en que no se acepta el La compulsión de repetición se manifiesta
deseo causado por una falta, es la creencia en en la cura analítica a través de la TRANSFEREN-
que el deseo es causado por una presencia (por CIA, por la cual el analizante repite en su rela-
ejemplo, el fetiche). ción con el analista ciertas actitudes que carac-
terizaron sus relaciones anteriores con los
padres y otras personas. Lacan pone mucho én-
REPETICIÓN (RÉPÉTITION, fasis en este aspecto simbólico de la transferen-
REPETlTION) cia, diferenciándolo de su dimensión imagina-
ria (los afectos de amor y odio) (S8, 204). Sin
La más importante discusión por parte de embargo, señala que, aunque es posible que la
Freud de la compulsión de repetición (Wieder- compulsión de repetición se ponga de manifies-
1
Resistencia
Resistencia
y sostiene que conduce fácilmente a un estilo la resistencia (como Freud por la resistencia de
"inquisitorial" de análisis, que ve las resisten- Dora). "La resistencia del paciente es siempre
cias como basadas en la "mala voluntad funda- la propia resistencia de ustedes, y cuando una
mental" (SI, 30) del paciente. Dice Lacan que resistencia tiene éxito, ello se debe a que uste-
de tal modo se pasa por alto la naturaleza es- des [los analistas} están hundidos hasta el cue-
tructural de la resistencia, y se reduce el análi- llo, porque entienden" (S3, 48). De modo que
sis a una relación dual imaginaria (véase E, 78; el analista debe cumplir la regla de la neutrali-
Ec, 333 y sigs.). Él acepta que la cura psicoana- dad y no dejarse arrastrar por los señuelos que
lítica involucra el "análisis de las resistencias", le tiende el paciente.
pero sólo con la condición de que esta expre- 2. Es el analista quien provoca la resistencia
sión se entienda correctamente, en el sentido de al empujar al analizante: "No hay ninguna re-
"saber en qué nivel hay que dar la respuesta" sistencia por parte del sujeto" (S2, 228). La "re-
(S2, 43). En otras palabras, lo crucial es que el sistencia es el estado presente de una interpreta-
analista pueda distinguir entre las intervencio- ción del sujeto. Es la manera en que, en ese
nes primordialmente orientadas hacia lo imagi- momento, el sujeto interpreta el punto en que
nario, y las orientadas hacia lo simbólico, y está l-v.l simplemente significa que él [el pa-
además sepa cuáles son las apropiadas en cada ciente] no puede moverse más rápido" (S2,
momento de la cura. 228). La cura se basa en el principio de que al
A juicio de Lacan, la resistencia no es una no forzar al paciente, la resistencia se reduce al
cuestión de mala voluntad del analizante; la re- mínimo irreductible. De modo que el analista
sistencia es estructural e inherente al proceso debe evitar todas las formas de sugestión.
analítico. En última instancia, se debe a una La fuente de la resistencia está en el yo: "En
"incompatibilidad [estructural] entre el deseo y sentido estricto, la resistencia del sujeto está
la palabra" (E, 275). Por lo tanto, hay un cierto vinculada al registro del yo, es un efecto del yo"
nivel irreductible dc resistencia que nunca se (S2, 127). De modo que la resistencia pertenece
puede "superar"; "después de la reducción de al orden imaginario, no al nivel del sujeto: "del
las resistencias, queda un residuo que puede ser lado de Jo reprimido, del lado inconsciente de
lo esencial" (S2, 321). Este "residuo" irreducti- las cosas, no hay resistencia, sólo hay una ten-
ble de resistencia es "esencial", porque precisa- dencia a repetir" (S2, ni). Ilustra este hecho el
mente el respeto a este residuo es lo que dife- ESQUEMA L: la resistencia es e! eje imaginario Q-
rencia el psicoanálisis de la SUGESTIÓN. El a', que obstaculiza la palabra insistente de! Otro
psicoanálisis respeta el derecho del paciente a (que es el eje A-S). Las resistencias del yo son
resistir a la sugestión, y por cierto valora esa re- señuelos imaginarios, por los que el anatista de-
sistencia: "Cuando la resistencia del sujeto se be tener la cautela de no dejarse engañar (véase
opone a la sugestión, es sólo un deseo de man- E, 168). De modo que "fortalecer el yo" nunca
tener el deseo del sujeto. Como tal, habría que puede ser la meta de un análisis, como lo pre-
ubicarla en las filas de la transferencia positiva" tende la psicología del yo, puesto que s610 sirve
(E, 271). para aumentar la resistencia.
Pero Lacan señala que, si bien el analista no Lacan también critica a la psicología del yo
puede y no debe tratar de superar todas las re- por confundir el concepto de resistencia con el
sistencias (S2, 228), puede minimizarlas, o por de DEFENSA. No obstante, la distinción que traza
lo menos no exacerbarlas. Lo logra reconocien- Lacan entre una y otra idea difiere del enfoque
do la parte que él mismo desempeña en la resis- al respecto del psicoanálisis anglo-norteameri-
tencia del analizante, pues "no hay otra resis- cano. Lacan dice que la defensa está del lado
tencia al análisis que la del propio analista" (E. de! sujeto, mientras que la resistencia está del
235). Esta afirmación debe entenderse de dos lado del objeto. Es decir que, mientras que las
modos. defensas son estructuras simbólicas relativa-
1. La resistencia del analizante sólo puede mente estables de la subjetividad, las resisten-
obstruir la cura cuando responde a una resisten- cias son fuerzas más transitorias que impiden
cia del analista o la suscita; por ejemplo, cuan- que el objeto sea absorbido en la cadena signi-
do el analista se ve arrastrado por el señuelo de ficante.
170
1
SEMBLANTE (SEMBLANT,
SADISMOIMASOQUISMO (SADlSMEI SEMBLANCE)
MASOCHISME, SADlSMIMASOCHlSM)
La idea de que las apariencias son engaño-
Los términos "sadismo" y "masoquismo" sas recorre toda la obra de Lacan; se trata de un
fueron acuñados por Krafft-Ebing en 1893, concepto estrechamente relacionado con la
m
1
Semejante
oposición filosófica clásica entre la apariencia sostiene que el objeto a es un "semblante del
y la esencia (véase Sil, 103 Ystgs.). La distin- ser" (S20, 84), que el amor se dirige a un sem
ción entre lo imaginario y lo simbólico también blante (S20, 85) y que el goce es sólo evocado
implica esta oposición entre apariencia y esen- o elaborado sobre la base de un semblante
cia. Lo imaginario es el reino de los fenómenos (S20,85).
observables que actúan como señuelos, mien-
tras que lo simbólico es el reino de las estructu-
ras subyacentes que no pueden observarse pero SEMEJANTE (SEMBLABLE,
sí deducirse. COUNTERPART)
Esta oposición da forma a toda indagación
científica, cuyo presupuesto básico es que el El término "semejante" desempeña un pa-
científico tiene que tratar de penetrar, a través pel importante en la obra de Lacan desde la dé-
de la falsa apariencia, hasta la realidad oculta. cada de 1930, y designa a las otras personas en
De modo análogo, en el psicoanálisis, como en quienes el sujeto percibe una semejanza con él
la ciencia, "sólo quien escapa de las falsas apa- mismo (principalmente una semejanza visual).
riencias puede lograr la verdad" (S7, 310). No El semejante desempeña un papel importante
obstante, la falsa apariencia en psicoanálisis es en el complejo de intrusión y en el ESTADIO DEL
diferente de la falsa apariencia en las ciencias ESPEJO (que están ellos mismos estrechamente
naturales. Para el científico natural, la falsa interrelacionados).
apariencia (por ejemplo, un bastón recto que El complejo de intrusión es uno de los tres
parece quebrarse cuando se introduce hasta la "complejos familiares" que Lacan discute en su
mitad en agua) carece de la dimensión del en- artículo de 1938 sobre la familia, y aparece
gaño deliberado, razón por la cual Laean dice cuando el niño comprende por primera vez que
que el axioma de la ciencia natural es la creen- tiene hermanos, que otros sujetos como él parti-
cia en un Dios honesto, no engañador (S3, 64). cipan en la estructura familiar. El énfasis está
Pero en las ciencias conjeturales y en el psicoa- en la semejanza: el niño se identifica con sus
nálisis, siempre se encuentra el problema de hermanos sobre la base del reconocimiento de
que la falsedad de la apariencia puede deberse la similitud corporal (que, desde luego, depen-
al engaño. de de que entre el sujeto y ellos haya una dife-
Lacan emplea dos palabras para referirse a rencia de edad relativamente pequeña). Es esta
las falsas apariencias. "Apariencia" es la usa- identificación la que da origen a la "imago del
da en las discusiones filosóficas sobre esencia semejante" (Lacan, 1938,35-9).
y, precisamente, apariencia. El término "sem- La imago del semejante es intercambiable
blante" es menos técnico, pero adquiere una con la imagen del cuerpo propio del sujeto, la
creciente importancia en la obra de Lacan con L\.tAGEN ESPECL'LAR con la cual el sujeto se
el transcurso de los años. Aparece ya en 1957 identifica en el estadio del espejo, y conduce a
(por ejemplo, Ec, 435; S4, 207), y es utilizado la formación del yo. Este carácter intercambia-
varias veces en el seminario de 1964 (SIl, ble es evidente en fenómenos tales como el
107), pero hasta principios de la década de TRANSlTIVISMO, e ilustra el modo en que el su-
1970 no llega a ocupar un lugar importante en jeto constituye sus objetos sobre la base de su
el vocabulario teórico lacaniano. Al principio yo. Sólo es posible identificarse con la imagen
Lacan lo usa para abordar cuestiones tales co- del cuerpo de otra persona en la medida en que
mo la sexualidad femenina, que es caracteriza- es percibido como similar al propio cuerpo, y a
da por una dimensión de mascarada (véase Ri- la inversa, el semejante sólo es reconcido como
viere, 1929). Más adelante emplea el término un yo separado, identificable, proyectando so-
para caracterizar los rasgos generales del or- bre él el propio yo.
den simbólico en sus relaciones con lo imagi- En 1955 Lacen introduce una distinción en-
nario y lo real. Dedica su seminario de 1970-1 tre "el gran Otro" y "el pequeño otro" (u "otro
a "un discurso que no fuera semblante"; allí imaginario"), reservando esta última expresión
sostiene que la VERDAD no es simplemente lo para el semejante y la imagen especular. El se-
opuesto de la apariencia, sino que no tiene so- mejante es el pequeño otro porque no es verda-
lución de continuidad con ella; la verdad y la deramente otro; no constituye la alteridad radi-
apariencia son como Ias dos caras de una ban- cal representada por el Otro, sino el otro en
da de Moebius, que de hecho constituyen una cuanto es similar al yo (de allí la ínrercambiabi-
sola cara. En su seminario de 1972-3, Lacan lidad de a y a' en el esquema L).
1
Seminario
esto también afecta a su propio ser, puesto que los términos de la tipología de los SIGNOS de
él no puede "permanecer solo en el campo de Peirce, los shifters eran tratados como índices
juego" (E, 228). Por lo tanto, "es sin duda en la puros (véase íNDICE). Sin embargo, siguiendo la
relación con el ser donde el analista tiene que propia argumentación de Peirce (Peirce, 1932,
encontrar su nivel de operación" (E, 252). La- 156-73), Jakobson sostiene que los shifters en
can dice también que en el curso de la cura el realidad tienen un significado general único;
analista se ve sometido a una progresiva pérdi- por ejemplo, el pronombre personal "yo" siem-
da de ser (en francés, désétre), al ser gradual- pre significa "la persona que dice yo". Esto
mente reducido a la condición de mero objeto convierte al shifter en un "símbolo". Jakobson
del analizante. llega a la conclusión de que los shifters combi-
En las discusiones lacanianas sobre el ser se nan funciones simbólicas e indexicales. y "per-
advierte una clara influencia de las ideas de tenecen por 10 tanto a la clase de los símbolos
Martin Heidegger (véase Heidegger, 1927). El indexicales" (Jakobson, 1957, 132). De este
ser pertenece al orden simbólico, puesto que és- modo, Jakobson cuestiona la posibilidad de una
te es "la relación con el Otro en la cual el ser gramática exenta de contexto, puesto que la
encuentra su estatuto" (E, 251). Esta relación, E:-lUNCIACIÓN aparece codificada en el enuncia-
al igual que el Otro en sí, está marcada por una do en sí. Además, puesto que la gramática está
falta (manque), y el sujeto está constituido por implicada en la palabra, la distinción lengua!
esta falta de ser (manque-á-étrei, que da origen palabra también queda cuestionada (véase Ca-
al deseo, un anhelar-ser (monque-a-étrev; de lan, 1987, 234-7). Siguiendo a Jakobson, Lacan
modo que el deseo es esencialmente un deseo emplea el término "shiftef" (en inglés), o "tér-
de ser. mino-índice", como también lo llama (E, 186),
Cuando Lacan opone el ser a la EXISTENCIA, para demostrar la naturaleza problemática e in-
se refiere a la existencia en lo real, que contras- decidible del "yo" Ue). No obstante, mientras
ta con la función simbólica del ser. Algo puede que Jakobson (siguiendo a Peirce) define el
ser sin existir, cuando es construido a partir de shifter como un símbolo indexical, para Lacan
la palabra pero no encuentra correlato en lo real es un significante indexical. Esto problematiza
(por ejemplo, el Otro cómpleto). A la inversa, la distinción entre enunciación y enunciado.
algo puede existir sin ser, como la "existencia Por un lado, como significante forma sin duda
inefable, estúpida" del sujeto, que no puede ser parte del enunciado. Por el otro, como índice es
completamente reducida a una articulación sig- claramente parte de la enunciación. Esta divi-
nificante (E, 194). sión del yo no es meramente ilustrativa de la
Lacan acuña el neologismo paríétre con el escisión del sujeto; es esa escisión. "Por cierto,
sustantivo étre (ser) y el verbo parler (hablar) el yo de la enunciación no es el mismo yo del
para subrayar su idea de que el ser se consuni- enunciado, es decir, el thlfter que, en el enun-
ye en y a través del lenguaje. Un ser humano es ciado, lo designa" (SI\, 139). Lacen también
por sobre todo un ser hablante. define como shifter la partícula francesa ne (E,
298).
Significado
por Lacan implica una referencia directa al con- "significado" (el efecto de sentido en sí) tien-
ccpto saussureano, y pasa del orden simbólico den a superponerse.
al orden imaginario. Saussure reserva el térmi- A fines de la década de 1950, Lacan es-
no "significación" para la relación entre el SIG- tablece una oposición entre significación y
Nlf-lCANTE y el SIGNIFICADO; se dice que cada sentido. La diversidad de modos en que estos
imagen sonora "significa" un concepto (Saus- términos han sido traducidos al inglés crea di-
sure, 1916, 114-17). Para Saussure, la significa- ficultades al lector dc Lacan en esa lengua.
ción es un vínculo indestructible; el significan- La significación es imaginaria y ámbito de
te y el significado son tan inseparables como la PALABRA vacía; el sentido es simbólico, y
las dos caras de una hoja de papel. ámbito de la palabra plena. (Más tarde, en la
Lacan dice que la relación entre significan- década de 1970, Lacan no ubica el sentido en el
te y significado es mucho más precaria; ve la orden simbólico, sino en la conjunción de lo
BARRA que los separa en el algoritmo saussu- simbólico y lo imaginario; véase la figura 15).
reano (véase la figura 18, pág. 184) como re- Las interpretaciones psicoanalíticas van contra
presentación de una ruptura, de una "resisten- la significación, y tienen que ver con el sentido
cia" a la significación, y no de un vínculo (E, y su correlato, el sin-sentido. Aunque la signifi-
164). En primer lugar, el significante es lógica- cación y el sentido se oponen entre sí, están por
mente anterior al significado, que constituye un igual relacionados con la producción de goce.
mero efecto del juego de los significantes. En Lacan lo indica acunando dos neologismos:
segundo término, incluso cuando se producen signiflance (con la palabra signiflcation [sigui-
significados, ellos constantemente se deslizan ficaciónj y jouissance [gocej); véase E, 259;
(véase DESLIZAMIENTO) debajo del significante; S20, 23), y jouis-sens (conjouissance [goce] y
lo único que detiene este movimiento, tempora- sens [sentido]).
riamente, fijando el significante al significado
por un breve momento, y generando la ilusión
de un sentido estable, son los PUNTOS DE ALMO- SIGNIFICADO (SlGNIFIÉ, SIGNIFlED)
HADILLADO. En la obra de Lacan, la significa-
ción no es un vínculo estable entre el signifi- Según Saussure, el significado es el ele-
cante y el significado, sino un proceso: el mento conceptual del SIGNO. No es el objeto
proceso por el cual el juego de los significantes real designado por un signo (el referente), sino
produce la ilusión del significado a través de una entidad psicológica que corresponde a ese
los tropos que son la metonimia y la metáfora. objcto (Saussurc, 1916,66-7).
La significación es metonímica porque Para Saussure, asimismo, el significado tie-
"siempre se refiere a otra significación" (S3, ne el mismo estatuto que el SIGNIFICANTE; am-
33). En otras palabras, el sentido no se encuen- bos constituyen lados iguales del signo. Lacan,
tra en ningún significante, sino en el juego en- por su lado, afirma la supremacía del signifi-
tre los significantes a lo largo de la cadena sig- cante, y sostiene que el significado es un mero
nificante, y es por lo tanto inestable; "es en la efecto del juego de los significantes, un efecto
cadena de los significantes donde el sentido in- del proceso de significación producido por la
siste, pero ninguno de sus elementos consiste metáfora. En otras palabras, el significado no
en la significación de la cual es en ese momen- está dado, sino que es producido.
to capaz" (E, 153). De modo que la concepción lacaniana se
La significación es metafórica porque supo- opone a la concepción expresionista del lengua-
ne cruzar la barra, el "pasaje del significante al je, según la cual los conceptos existen en un es-
significado" (E, 164). La metáfora fundamental tado preverba1 antes de ser expresados en el ve-
de la cual depende toda significación es la me- hículo material del lenguaje. En contraste,
táfora paterna, y toda significación es por lo Lacan sostiene la prioridad (lógica, no cronoló-
tanto fálica. gica) del elemento material del lenguaje.
En el álgebra lacaniana, la significación se
designa con el símbolo s -como en la anotación
s(A), que indica uno de los principales nodos SIGNIFICANTE (SIGNIFIANT,
en el grafo del deseo-. También el significado SIGNIFlER)
se escribe s, lo que sugiere que para Lacan el
término "significación" (el proceso por el cual Lacan toma el término "significante" de la
se produce el efecto de sentido) y el término obra del lingüista suizo Ferdinand de Saussure.
He
1
Signo
Esta palabra no habla sido usada por Freud, se escrihe SI) representa al sujeto para lodos los
quien no conocía el libro de Saussure. Según otros signífícantes (qne se escriben S21. No
este último, el significante es elemento fonoló- obstante. ningún significante puede significar
gico del SIGNO; no el sonido en sí, sino la ima- al sujeto.
gen mental de ese sonido. En los términos de Aunque el término "significante" está au-
Saussure, el significante es la "imagen acústi- sente de la obra de Freud, su empleo por La-
ca" que significa un SIGNIFiCADO (Saussurc, can concentra la atención en un tema recurren-
1916,66-7). te de los textos freudianos. Los ejemplos que
Saussure sostiene que el significado y el da Freud de interpretaciones psicoanaJíticas
significante son interdependientes, pero para constantemente ponen en foco rasgos lingüísti-
Lacan el significante es primario y produce el cos puramente formales. Por ejemplo, analiza
significado. El significante es en primer lugar su propia imposibilidad de recordar el nombre
un elemento material sin sentido que forma "Signorelli" dividiendo la palabra en segmen-
parte de un sistema diferencial cerrado; este tos formales, y siguiendo los vínculos asociati-
"significante sin el significado" es denominado vos de cada uno de ellos (Freud, 1901, cap. 1).
por Lacan "significante puro", aunque se trata De modo que la insistencia de Lacan en que el
aquí de una precedencia lógica, y no cronológi- analista preste atención a los significantes de
ca. "Todo significante real, como tal, es un sig- la palabra del analizante no es en realidad una
nificante que no significa nada. Cuanto más el innovación técnica sino un intento de teorizar
significante no significa nada, más indestructi- el método freudiano en términos más rigu-
ble es" (53, 185). Son estos significantes indes- rosos.
tructibles sin sentido los que determinan al su- Si bien es cierto que cuando Lacan habla
jeto; los efectos del significante sobre el sujeto de los significantes a menudo se refiere a lo
constituyen el inconsciente, y por lo tanto cons- que otros llamarían sencillamente "palabras",
tituyen también la totalidad del campo del psi- estos dos términos no son equivalentes. Tam-
coanálisis. bién pueden funcionar como significantes uni-
De modo que para Lacan el lenguaje no es dades de lenguaje más pequeñas que las pala-
un sistema de signos (como lo era para Saussu- bras (morfemas y fonemas) o más grandes que
re), sino un sistema de significantes. Los signi- las palabras (frases y oraciones), y además
ficantes son las unidades básicas del lenguaje, y pueden hacerlo entes no-lingüísticos, por ejem-
cstán "sometidos a la doble condición de ser re- plo objetos, relaciones y actos sintomáticos
ducibles a elementos diferenciales últimos y de (S4, 288). La única condición que caracteriza a
combinarse según las leyes de un orden cerra- algo como significante es. para Lacen, que esté
do" (E, 152). Con la frase "reducibles a ele- inscrito en un sistema en el que adquiere valor
mentos diferenciales últimos", Lacan sigue a exclusivamente en virtud de su diferencia con
Saussure al afirmar el carácter fundamental- los otros elementos del sistema. Es esta natura-
mente diferencial del significante. Saussore di- leza diferencial del significante lo que implica
ce que cn el lenguaje no hay términos positivos que nunca pueda tener un sentido unívoco o fi-
sino sólo diferencias (Saussure, 1916, 120). Y jo (54, 289); su sentido varía según la posición
con la frase "combinarse según las leyes de un que ocupa en la estructura.
orden cerrado", Lacan afirma que los signifi-
cantes se combinan en cadenas significantes si-
guiendo las leyes de la metonimia. SIGNO (SIGNE, SlGN)
El significante es la unidad constitutiva del
orden simbólico, porque está esencialmente re- Lacan define el signo como 10 que "repre-
lacionado con el concepto de ESTRUCTURA; "la senta algo para alguien", en oposición al SIGNJ-
noción de estructura y la de significante pare- RCANTE, que es "10 que representa a un sujeto
cen inseparables" (S3, 184). El campo del sig- para otro significante" (Sil, 20?).
nificante es el campo del Otro, que Lacan llama Al abordar el concepto de signo, Lacan ubi-
"la batería de los significantes". ca su obra en estrecha relación con la ciencia
Lacan define el significante como "lo que de la semiótica. que ha crecido rápidamente en
representa a un sujeto para otro significante". el siglo XX. En la semiótica pueden discernirse
en oposición al signo, que "representa algo pa- dos líneas principales de desarrollo: la línea eu-
ra alguien" (S 11, 20?). Para ser más preciso. un ropea, asociada con Ferdinand de Saussure (y
significante (denominado significante amo, que que el propio Saussure bautizó con el nombre
Signo
Significado
==
Significante S
178
Simbólico
BARRA entre significante y significado ya no re- sustantivo. Se convierte entonces en uno de los
presenta unión sino la resistencia inherente a la tres ÓRDENES que seguirán siendo centrales en
significación. Para Lacan, este algoritmo define el resto de su obra. Entre estos tres órdenes, el
"la topografía del inconsciente" (E, 163). simbólico es el esencial para el psicoanálisis;
2. Según Peírce, el signo es algo que repre- los psicoanalistas son fundamentalmente "pro-
senta un objeto para alguien que lo interpreta fesionales de la función simbólica" (E, 72). Al
(el término "objeto" puede en este caso signifi- hablar de "la función simbólica", Lacan deja en
car una cosa física, un hecho, una idea, ti otro claro que su concepción del orden simbólico
signo). Peirce divide los signos en tres clases: debe mucho a la obra antropológica de Claude
"símbolos", "índices" e "iconos"; estos distin- Lévi-Strauss (de quien toma esa expresión;
tos tipos de signos difieren por el modo de rela- véase Lévi-Strauss, 1949a, 203). En particular,
cionarse con el objeto. El símbolo no tiene nin- Lacan recoge de Lévl-Strauss la idea de que el
guna relación "natural" o necesaria con el mundo social está estructurado según ciertas le-
objeto al que se refiere, sino que está vinculado yes que regulan las relaciones de parentesco y
a él por una regla puramente convencional. El el intercambio de presentes (véase también
ÍNDICE tiene una "relación existencial" con el Mauss, 1923). El Concepto de presente, y el de
objeto que representa (el índice es siempre es- circuito de intercambio, son entonces funda-
pacialo temporalmente contiguo al objeto). El mentales para la concepción lacaniana de lo
icono representa un objeto exhibiendo su forma simbólico (54,153-4,182).
por vía de la semejanza. Las distinciones que Puesto que la forma básica de intercambio
traza Peirce entre iconos, índices y símbolos es la comunicación en sí (el intercambio de pa-
son analíticas y no mutuamente excluyentes. labras, el presente de la palabra; 84, 189), Yco-
Por lo tanto, un signo casi siempre funciona en mo los conceptos de LEY y ESTRUcnJRA son im-
una variedad de modos; los pronombres perso- pensables sin el LENGUAJE, lo simbólico es en lo
nales, por ejemplo, son signos que operan tanto esencial una dimensión lingüística. De modo
simbólica como indexicalmente (véase Peírce, que todo aspecto de la experiencia psicoanalíti-
1932,156-73; Burles, 1949). ca que tenga estructura lingüística pertenece al
Lacan recoge la concepción del índice de orden simbólico.
Peirce para trazar una distinción entre la visión Sin embargo, Lacan no equipara sencilla-
psicoanalítica del síntoma y su visión médica, y mente el orden simbólico con el lenguaje; por
también para distinguir entre los códigos (ani- el contrario, el lenguaje, además de la dimen-
males) y los lenguajes (humanos). Desarrolla sión simbólica, involucra también las dimensio-
asimismo el concepto de índice según la orien- nes imaginaria y real. La dimensión simbólica
tación establecida por Reman Jakobson con la del lenguaje es la del SIGN1ACANTE; ésta es una
noción de SH1FTER, para diferenciar el sujeto del dimensión en la cual los elementos no tienen
enunciado y el sujeto de la enunciación. existencia positiva, sino que están puramente
constituidos por sus diferencias mutuas.
Lo simbólico es también el ámbito de la al-
SIMBÓLICO (SYMBOLIQUE, SYMBOLlC) tcridad radical al que Lacan designa como el
Otro. El INCONSCIENTE es el discurso de este
El término "simbólico" aparece como adje- OTRO, y por lo tanto pertenece totalmente al or-
tivo en los primeros escritos psicoanalíticos de den simbólico. Lo simbólico es el reino de la
Lacan (por ejemplo, Lacan, 1936). En esas Ley que regula el deseo en el complejo de Edi-
obras tempranas, la palabra está asociada con po. Es el reino de la cultura en tanto opuesto al
referencias a la lógica simbólica y a las ecua- orden imaginario de la naturaleza. Mientras que
ciones empleadas en física matemática (Ec, lo imaginario se caracteriza por relaciones dua-
79). En 1948 dice que los síntomas tienen un les, 10 característico de lo simbólico son estruc-
"sentido simbólico" (E, 10). Hacia 1950, elrér- turas médicas, porque la relación intersujetiva
mino ha adquirido matices antropológicos, co- es siempre "mediada" por un tercer término, el
mo cuando Lacan elogia a Marcel Mauss por gran Otro. El orden simbólico es también el rei-
haber demostrado que "las estructuras de la so- no de la MUERTE, de la AUSENCIA y de la FALTA.
ciedad son simbólicas" (Ec. 132). Lo simbólico es tanto el PRINCIPiO DE PLACER
Estas diferentes acepciones se combinan en que regula la distancia a la Cosa, como la PlJL-
una categoría única en 1953, cuando Lacan em- SIÚN DE MUERTE, que va "más allá del principio
pieza a emplear la palabra "simbólico" como de placer" por medio de la repetición (52, 210);
179
Sinthome
de hecho, "la pulsión de muerte es sólo la más- nalis¡s debe penetrar más allá de lo imaginario
cara del orden simbólico" (52,326). y trabajar en el orden simbólico.
El orden simbólico es completamente autó- El concepto lacamano de lo simbólico se
nomo; no es una superestructura determinada opone diametralmente al "simbolismo". de
por la biología o la genética. Es completamente Freud. Para Preud, el símbolo era una relación
contingente con respecto a lo real: "No hay nin- biunívoca relativamente fija entre el sentido y
guna razón biológica, y en particular ninguna la forma, lo que se corresponde más con el con-
razón genética, que explique la exogamía. En el cepto lacaniano del L'ID1CE: (véase Preud, 1900a,
orden humano estamos tratando con la emer- SE V, cap.6, sección E, sobre el simbolismo en
gencia completa de una nueva función, que los sueños). Pero para Lacan lo simbólico se
abarca el orden completo en su totalidad" (52, caracteriza precisamente por la ausencia de
29). De modo que, aunque puede parecer que cualquier relación fija entre significante y sig-
lo simbólico "surge de lo real" como algo dado nificado.
de antemano, esto es una ilusión, y "no se debe
pensar que los símbolos provienen verdadera-
mente de lo real" (52, 238). SINTHOME (S/NTHOME, S/NTHOME)
El efecto totalizador, omniabarcauvo, del
orden simbólico neva a Lacan a hablar de lo El término sínthome es, como lo señala La-
simbólico como un universo: "En el orden can, una forma arcaica de la palabra más re-
simbólico la totalidad es denominada un uni- ciente symptóme (síntoma). Lacan introdujo es-
verso. El orden simbólico adquiere desde el te término en 1975, como título de su seminario
principio su carácter universal. No se constitu- de 1975-6, que al mismo tiempo continúa la
ye trozo a trozo. En cuanto llega el símbolo, elaboración de su topología, amplía el foco an-
hay un universo de símbolos" (52, 29). No se terior del seminario en el NUDO BORROMEO, y
trata por lo tanto de una transición gradual y constituye una exploración de los escritos de
continua desde lo imaginario a lo simbólico; James Joyce. Por medio de esta coíncidentia
estos dominios son completamente heterogé- oppositorum (quc une la teoría matemática con
neos. Una vez que ha aparecido el orden sim- la trama intrincada del texto joyceano), Lacan
bólico, crea el sentido que siempre ha estado redefine el síntoma psicoanalítico en los térmi-
allí, puesto que "encontramos absolutamente nos de su topología final del sujeto.
imposible especular sobre lo que lo precedió si 1. Antes de la aparición del síruhome, dife-
no es mediante símbolos" (52, 5). Por esta ra- rentes corrientes del pensamiento lacaniano
zón, estrictamente hablando es imposible con- conducían a distintas inflexiones del concepto
cebir el origen del lenguaje, y mucho menos lo de SINTOMA. Ya en 1957 se dice que el síntoma
anterior, razón por la cual lo concerniente al está "inscrito en un proceso de escritura" (Ec,
desarrollo está fuera del campo del psicoaná- 445), lo que implica una concepción diferente
lisis. dc la que considera el síntoma como un mensa-
Lacen critica el psicoanálisis dc su época je cifrado. En 1963 Lacan afirma que el sínto-
por olvidar el orden simbólico y reducirlo todo ma, a diferencia del acting out, no reclama in-
a lo imaginario. A su juicio, esto no es nada terpretación; no es en sí mismo un llamado al
menos que una traición a las ideas básicas de Otro, sino un puro goce que no se dirige a na-
Freud: "El descubrimiento de Freud es el del die (Lacan, 1962-3, seminario de123 de enero
campo de los efectos, en la naturaleza del hcm- de 1963; véase Miller, 1987, 11), Estos comen-
bre, producidos por su relación con el orden tartos anticipan la transformación radical del
simbólico. Ignorar este orden simbólico es con- pensamiento de Lacan, implícito en este pasaje
denar el descubrimiento al olvido" (E, 64). de la definición lingüística del síntoma como
Dice Lacan que sólo trabajando en el orden significante, al enunciado, en el seminario de
simbólico puede el analista producir cambios 1974-5, de que "el síntoma s610 puede definirse
en la posición subjetiva del analizan te; estos como el modo en que cada sujeto goza del in-
cambios generarán también efectos imagina- consciente, en la medida en que el inconsciente
rios, puesto que 10 imaginario es estructurado lo determina" (Lacan, 1954-5, seminario del 18
por lo simbólico. El orden simbólico es el de- de febrero de 1975).
terminante de la subjetividad, y el reino imagi- De modo que el síntoma, antes concebido
nario de imágenes y apariencias es sólo un como un mensaje que es posible descifrar con
efecto de lo simbólico. Por lo tanto, el psicoa- referencia al inconsciente "estructurado como
180
Srntoma
un lenguaje", pasa a ser considerado huella de relación especial con el lenguaje, su remodela-
una particular modalidad del goce del sujeto; cíen "destructiva" como sin/horneo la invasión
este cambio culmina con la introducción del del orden simbólico por el goce privado del su-
término situhome, El sinthome designa enton- jeto.
ces una formulación significante que esta más Uno de los juegos de palabras de Lacan,
allá del análisis, un núcleo de goce inmune a la symh-homme, implica este tipo de autocreación
eficacia dc lo simbólico. Lejos de pedir alguna "artificial". Lacan insiste en que su abordaje de
"disolución" analítica, el sinthame es lo que la escritura de Joyce no es "psicoanálisis apli-
"permite vivir" al proporcionar una organiza- cado". La teoría topológica no es meramente
ción singular del goce. De modo que la tarea concebida como otro tipo de descripción repre-
del análisis, según una de las últimas definicio- sentacional, sino como una forma de escritura,
nes lacanianas del fin de análisis, es llevar a la una praxis que apunta a figurar lo que escapa a
identificación con el sin/horneo lo imaginario. En esa medida, más que un obje-
2. El pasaje teórico de la lingüística a la to- to o "caso" teórico, Joyce se convierte en un
pología, que marca el período final de la obra saínt homme ejemplar que, al rechazar cual-
de Lacan, constituye el verdadero estatuto del quier solución imaginaria, pudo inventar un
sinthome como inanalizable, y constituye un nuevo modo de usar el lenguaje para organizar
problema de exégesis que va más allá de la di- el goce.
ficultad habitual que plantea la densa retórica (Autor de este artículo: Luke Thurston)
lacaniana. El seminario de 1975-6 amplía la
teoría del nudo borromco, que el afio anterior
había sido propuesto como estructura esencial SÍNTOMA (SYMPTÓME, SYMPTOM)
del sujeto, al añadir el sínthome como cuarto
anillo a la tríada de lo real, lo simbólico y lo En medicina, los snuomes son las mani-
imaginario, con lo cual se mantiene unido un festaciones perceptibles de una enfermedad
nudo que constantemente amenaza con des- subyacente que de otro modo podría seguir no
hacerse. Este nudo no se ofrece como modelo detectada. El concepto de síntoma se afirma
sino como descripción rigurosamente no-meta- entonces sobre una distinción básica entre su-
fórica de una "topología ante la cual la imagi- perficie y profundidad, entre los fenómenos
nación fracasa" (Lacan, 1975-6, seminario del (objetos que se pueden experimentar directa-
9 de diciembre de 1975). Puesto que el sentido mente) y sus causas ocultas, que no se pueden
ya figuraba en el nudo, en la intersección de lo experimentar, sino que hay que inferir. Una
simbólico y lo imaginario (véase la figura 1), se distinción similar opera en la obra de Lacan,
sigue que la función del sinthorne (intervenir en la cual los síntomas se diferencian siempre
para anudar lo real, lo simbólico y lo imagina- de las ESTRUCTURAS. Esta distinción tiene la
rio) está inevitablemente más allá del sentido. ventaja de que trasciende la oposición entre su-
3. Lacan fue un entusiasta lector de Joyce perficie y profundidad, puesto que se sostiene
desde su juventud (véanse las referencias a Joy- que las estructuras se encuentran tan "en la su-
ce en Ec, 25 y S20, 37). En el seminario de perficie" como los síntomas mismos. Es la es-
1975-6, la escritura de Joyce es leída como un tructura clínica del paciente (neurosis, psicosis
extenso simhome, un cuarto término cuya adic- o perversión) lo que constituye el foco real del
ción al nudo borromeo de RSI le permite al su- psicoanálisis, y no sus síntomas; en consecuen-
jeto mantenerse unido. Enfrentado en su niñez cia, el fiN DE ANÁLISIS tiene que concebirse en
con la no-función/ausencia (carencia) radical términos estructurales, y no como curación de
del Nombre-del-Padre, Jcyce logró evitar la los síntomas.
psicosis desplegando su arte como suplencia, En la obra de Lacan, la palabra "síntoma"
como cordel suplementario en el nudo subjeti- se refiere por lo general a los síntomas neuróti-
vo. Lacan pone el foco en las "epifanías" juve- cos, es decir, a las manifestaciones perceptibles
niles de Joyce (experiencias de una intensidad de la neurosis, y no de las otras estructuras clí-
casi alucinatoria que después eran registradas nicas (pero véase una excepción en E, 281). Por
en textos enigmáticos, fragmentarios) como lo tanto, las manifestaciones de la psicosis, co-
instancias de una "forclusión radical", en la mo las alucinaciones y los delirios, no son ha-
cual "lo real forcluye el sentido" (seminario del bitualmente llamadas síntomas sinojenómenos,
16 de marzo 1976). El texto joyceanc -desde la mientras que la perversión se manifiesta en ac-
epifanía hasta Finnegan's Wake- entraña una tos perversos. La meta del psicoanálisis laca-
Sublimación
niano no es la remoción de los síntomas neuró- la cual la carne o función es tomada como ele-
ticos, puesto que cuando un síntoma neurótico mento significante" (E, 166). La intención de
desaparece por lo general lo reemplaza otro. Lacan es que esta descripción sea lomada lite-
Esto es lo que distingue al psicoanálisis de to- ralmente: "si el síntoma es una metáfora, no es
das las otras formas de terapia. una metáfora decirlo" (S, 175).
Lacan sigue a Freud al afirmar que los sÚlto- 4. En el GRAFO DEL DESEO, que aparece por
mas neuróticos son formacione§...deJ...i.nrnn~i~ll;.. primera vez en el seminario de 1957-8, el sínto-
te, y que siempre consilluyen una transacción ma es descrito como un mensaje. En ]961 L~ ,."
éñiie dos deseos conffictivos. La originalidad de can dice que el si!!!9ma ~s un mensaje enigmá- .\-')
Lacan reside en que entiende los síntomas neu- tico que el ,s1.!ieto pi~.n!!ª_ll!!~ t<.s.. D!] mensaje \\ ~
róticos en términos lingüísticost'El s$.n!9.J113..o¡e opacóqlíevlene de lo real, en lugar de recone->:
resuelve enteramente en un análisis del lengua- cerio como propio (S8, ]49).
je, porque el síntoma ·está en sí mismo .~struclu~ Desde 1962 en adelante se advierte en la
rada como un lenguaje" (E, 59). obra de Lacan una tendencia gradual a apartar-
En el curso de su obra, Lacan identifica el se de la concepción lingüística del síntoma y
síntoma con diferentes rasgos dellenguaje. acercarse a un enfoque que lo ve como puro
l. En 1953 dice que el síntoma es un SIGNI- goce que no puede ser interpretado. Este cam-
FICANTE (E, 59). Esto diferencia la conc-epcion bio conceptual culmina en ] 975 con la intro-
psico3ñillliica del síntoma respecto del enfoque ducción del término S/NTHOME.
médico, en cuanto este último no 11~ra
como un significante sino como U!V~NDICE j~,
129; véase S2, 230). Una consecuéficsa de tal SUBLIMACIÓN (SUBUMATION,
distinción es que, en lo que concierne a la teo- SUBUMATION)
ría psicoanalítica, ningún sfntorna neL!rótico*-.
ne un sentido universm, puesto que es el pro- En la obra de Freud, la sublimación es un
dueto de una historia singular del sujetodel9-ue proceso errel cual la libido es canalizada en ac-
se trata. A pesar de sus aparentes semejanzas, tividades aparentemente no-sexuales, tales co-
todcJIlOS síntomas neuróticos s-º.!] singular~. mo la creación artística y el trabajo intelectual.
Otra consecuencia es que no hay ningún víncu- La sublimación funciona entonces como una
10 fijo de "uno a uno" entre los síntomas neuró- válvula de escape socialmente aceptable para el
ticos y la estructura neurótica subyacente; nin- exceso de energía sexual que de otro modo se-
gún síntoma neurótico es en sí mismo histérico ría descargada en formas socialmente inacepta-
u obsesivo. Esto significa que, !TIlentras que un bIes (conducta perversa) o en síntomas neuróti-
médico puede llegar a un diajnóStréo a parñr coso La conclusión lógica de este modo de ver
de los.-SÍllt9.m"as-que' p~~e:-~~.'a el ~lente, u~ _ es que la sublimaci?n completa significarla el
analista lacaniano no puede etenninar si un fin de toda perversión y de toda neurosis. No
paciente neurótico es histérico'·ú_:ºb§~¡vo ba- obstante, muchos puntos quedan sin aclarar en
sándose exclusivamente en sus sínt0!.TI-aª'. Por la descripción freudiana de la sublimación.
ejemplo, el analista no diagnosticaiáal pacien- Lacan retoma el concepto en su seminario
te como obsesivo sólo porque presente sfnto- de 1959-60. Sigue a Freud al subrayar como
mas obsesivos típicos (acciones rituales, con- básico el reconocimiento social, puesto que
ducta compulsiva, etcétera). A la inversa, ese puede decirse que las pulsiones han sido subli-
analista puede muy bien atribuir una estructura madas en la medida en que se las ha desviado
obsesiva a un paciente que no presenta ninguno hacia objetos socialmente valorados (S?, lO?).
de los síntomas típicos de la neurosis obsesiva. Es esta dimensión de los valores sociales ccm-
El analista lacaniano sólo llega a un diagnóstico partidos lo que le permite a Lacan ligar el con-
de histeria o neurosis obsesiva identificando la ceptc de sublimación con su examen de la ética
pregunta fundamental que anima la palabra del (véase S?, 144). Pero la descripción Iacaniana
neurótico. de la sublimación también difiere de la de
2. En 1955, Lacan identifica el síntoma con Freud en algunos puntos.
la SIGNlRCACIÓN: "El síntoma es en sí mismo, l. La descripción freudlana implica que es
de lado a lado, significación; es decir, verdad, posible la sexualidad perversa como forma de
verdad que toma forma" (S2, 320). satisfacción directa de la pulsión, y que la su-
3. En 1957 el síntoma es descrito como una blimación sólo es necesaria porque esta forma
METÁFORA: "siendo el síntoma una metáfora en directa está prohibida por la sociedad. Pero La-
182
Sugestión
can rechaza el concepto de un grado cero de sa- mientras el paciente se encontraba en estado
tisfacción (véase Ziiek, 1991, 83-4), sostenien- hipnótico, el médico le "sugería" que el sínto-
do que la perversión no es sencillamente un ma iba a desaparecer. Tomando esta indicación
medio natural bruto de descargar la libido, sino de los psiquiatras franceses Charcot y Bem-
una relación altamente estructurada con las pul- heim, Freud comenzó a emplear la sugestión
sienes que, en sí mismas, ya de antes, son fuer- para tratar a pacientes neuróticos en la década
zas lingüísticas y no biológicas. de 1880. Pero el método le resultó cada vez
2. Mientras que Freud creía que la sublima- más insatisfactorio, de modo que finalmente
ción completa era posible para algunas perso- abandonó la hipnosis y desarrolló el psicoanáli-
\~
nas particularmente refinadas o cultas, Lacan sis. Las razones de esta insatisfacción de Freud
dice que "la sublimación completa no es posi- son por 10 tanto fundamentales para compren-
ble para el individuo" (57, 91). der la naturaleza específica del psicoanálisis.
3. En la descripción de Freud, la sublima- Ahora bien, entrar en una discusión detallada
ción involucra la reorientación de la pulsión ha- de esas razones va más allá del alcance de este
cia un objeto diferente (no sexual). Pero para artículo. Bésrenos decir que en la obra ulterior
Lacan lo que cambia no es el objeto sino su de Freud el término "sugestión" llegó a repre-
posición en la estructura del fantasma. En otras sentar todo un conjunto de ideas que él asocia-
palabras, la sublimación no supone dirigir la ba con la hipnosis y que en consecuencia se
pulsión hacia un objeto diferente, sino cambiar oponen diametralmente al psicoanálisis.
la naturaleza del objeto al que la pulsión ya de Siguiendo a Freud, Lacan emplea la palabra
antes se dirigía, un "cambio del objeto en sf", "sugestión" para designar toda una gama de
algo que resulta posible porque la pulsión está desviaciones respecto del verdadero psicoanáli-
"ya de antes profundamente marcada por la ar- sis (desviaciones a las que Lacan también llama
ticulación del significante" (S7, 293). La cuali- "psicoterapia"), entre las cuales las siguientes
dad sublime de un objeto no se debe entonces a son tal vez las más destacadas.
alguna propiedad intrínseca del objeto mismo, L La sugestión incluye la idea de dirigir al
sino que es simplemente un efecto de la posi- paciente hacia algún ideal o algún valor moral
ción del objeto en la estructura simbólica del (véase ÉTICA). En oposición a esto, Lacan les
fantasma. Para ser más específicos, la sublima- recuerda a los analistas que su tarea es dirigir el
ción reubica un objeto en la posición de la co- tratamiento y no dirigir al paciente (E, 227).
SA. La fórmula lacaniana de la sublimación es Lacan se opone a cualquier concepción del psi-
entonces que "eleva un objeto [... ] a la digni- coanálisis como un proceso normativo de in-
dad de la Cosa" (S7, 112). fluencia social.
4. Lacan sigue a Freud al vincular la subli- 2. Hay también sugestión cuando la RESIS-
mación a la creatividad y el ARTE, pero compli- TENCIA del paciente es vista como algo que el
ca este enunciado al asociarla también con la analista tiene que liquidar. Esta idea es comple-
PULSIÓN DE MUERTE (S4, 431). Varias razones tamente extraña al psicoanálisis -dice Lacan-,
pueden aducirse como explicación. Primero, el puesto que el analista reconoce que en la es-
concepto de pulsión de muerte es en sí mismo tructura de la cura hay intrínseco un cierto resi-
visto como producto de la sublimación del pro- duo de resistencia.
pio Freud (S7, 212). Segundo, la pulsión de 3. En la sugestión, las interpretaciones del
muerte no es sólo una "pulsión de destrucción", terapeuta se orientan en tomo a la significación,
sino también "una voluntad de crear desde ce- mientras que el analista orienta sus interpreta-
ro" (S7, 212-13). Tercero, el objeto sublime, al ciones en tomo al sentido y su correlato, el sin-
ser elevado a la dignidad de la Cosa, ejerce un sentido. Mientras que en la psicoterapia se trata
poder de fascinación que en última instancia de evitar la ambigüedad y los equívocos del
conduce a la muerte y la destrucción. discurso, precisamente con esta ambigüedad
prospera el psicoanálisis.
La sugestión tiene una estrecha relación con
SUGESTIÓN (SUGGESTION, la TRANSFERENCIA (E, 270). La transferencia su-
SUGGESTION) pone que el analizante le atribuye un saber al
analista; la sugestión es el nombre de un modo
En la psiquiatría francesa del siglo XIX, la particular de responder a esa atribución. Dice
palabra "sugestión" designaba el empleo de la Lacan que el analista debe comprender que él
hipnosis para remover síntomas neuróticos; sólo ocupa la posición de alguien que el anali-
183
Sujeto
zante presume que sabe, y no engañarse cre- inconsciente. Dice Lacan que esta distinción
yendo que realmente posee el saber que se le puede rastrearse en Frcud: "[Frcud] describió
atribuye. De este modo, el analista puede trans- Das Ich und das Es para mantener esta distin-
formar la transferencia en "un análisis de la su- ción fundamental entre el sujeto verdadero del
gestión" (E, 271). Por otro lado, hay sugestión inconsciente y el yo en tanto constituido en su
cuando el analista asume la posición de alguien núcleo por una serie de identificaciones alie-
que realmente sabe. nantes" (E, 128). Aunque la cura tiene efectos
Lo mismo que Freud, Lacan ve en la hipno- poderosos sobre el yo, el psicoanálisis opera
sis el modelo de la sugestión. En Psicología de primordialmente sobre el sujeto.
las masas y análisis del yo, Freud demuestra Lacan juega con los diversos sentidos de la
que el hipnotismo hace que el objeto converja palabra "sujeto". En lingüística y lógica, el su-
con el ideal del yo (Freud, 1921). En términos jeto de una proposición es aquello de lo que se
Iacanianos, se puede decir que el hipnotismo predica algo (véase Lacan, 1967, 19), Y tam-
supone la convergencia del yo y el objeto a. El bién es 10 opuesto al "objeto". Los matices filo-
psicoanálisis involucra exactamente 10 contra- sóficos de este último término le permiten a La-
rio, puesto que "lo fundamental de la operación can subrayar que su concepto del sujeto tiene
analítica es el mantenimiento de la distancia en- que ver con los aspectos del ser humano que no
tre el yo -la identificación-. y el a" (S 11, 273). pueden (o no deben) objetivarse (reiñcarse. re-
ducirse a la condición de cosa), ni tampoco es-
tudiarse de modo "objetivo". "¿A qué llama-
SUJETO (SUjET, SUBjECn mos un sujeto? Muy precisamente, a lo que, en
el desarrollo de la objetivación, está fuera del
El término "sujeto" está presente desde los 9.bjeto" (SI, 194).
primeros escritos pslcoanalfricos de Lacan Las referencias al lenguaje pasan a dominar
(véase Lacan, 1932), y a partir de 1945 ocupa el concepto lacaniano del sujeto a partir de me"
una posición central en su obra. Éste es un ras- diados de la década de 1950. Lacan distingue el
go lacaniano distintivo, puesto que la palabra sujeto del enunciado y el sujeto de la ENUNCIA-
no forma parte del vocabulario teórico de CtÓN, para demostrar que, puesto que el sujeto
Freud, sino que está más asociada con los dis- es esencialmente un ser hablante (paríétreí, es-.
cursos filosófico, jurídico y lingüístico. tá necesariamente dividido, castrado, escindido'
En los ensayos de Lacen anteriores a la (véase ESCISiÓN). A principios de la década de.
guerra, el término "sujeto" parece equivaler a 1960 define el sujeto como lo que es represen-
"ser humano" (véase Ec, 75); también es utili- tado por un significante para otro significante;
zado para designar al analizante (Ec, 83). i
en otras palabras, el sujeto es uI!_efec!º_gill~p-
En 1945 Lacen distingue tres tipos de suje- guaje (Ec, 835). _~
tos. Primero, está el sujeto impersonal, indepen- Además de su lugar en lingüística y lógica,
diente del otro, el puro sujeto gramatical, el su- el término "sujeto" tiene también acepciones fi-
jeto noético, el "se" de "se sabe que". Segundo, losóficas y jurídicas. En el discurso filosófico,
está el sujeto recíproco anónimo que es total- designa la autoconciencia individual, mientras
mente igual y reemplazable por cualquier otro, que en el discurso jurídico, en francés, "sujet"
y que se reconoce como equivalente al otro. significa también "súbdito", es decir, alguien
Tercero, está el sujeto personal, cuya singulari- sujeto al poder de otro, por ejemplo, al poder
dad se constituye mediante un acto de autoafir- del soberano. El hecho de que la palabra tenga
mación (Ec, 207-8). Lo que está en el foco de la estas dos acepciones ilustra perfectamente la te-
i) obra de Lacan es siempre el sujeto en esta terce- sis lacaniana sobre la determinación de la con-
ra acepción, el sujeto en su singularidad.
1 En 1953 Lacan establece una distinción en-
tre el sujeto y el YO; esa distinción será una de
ciencia por el orden simbólico: "el sujeto es un
sujeto sólo en virtud de esta sujeción al campo
del Otro" (S2, 188). En el discurso jurídico, el
las fundamentales que sostiene en el resto de su término también designa al soporte de la ac-
obra. Mientras que el yo forma parte del orden ción: el sujeto es quien puede ser considerado
imaginario, el sujeto es parte del orden simbóli- responsable de sus ACTOS.
co. De modo que no equivale simplemente a la Las connotaciones filosóficas del término
sensación consciente de agencia, que es una son particularmente subrayadas por Lacan, que
mera ilusión producida por el yo, sino al in- 10 vincula con la filosofía cartesiana del co-
consciente; el "sujeto" de Lacan es el sujeto del 0!TO:
'84
Sujeto supuesto saber
En el término su.jeto [... ] yo no designo el sus- pone que sabe existe en algún lado, hay transfe-
trato vivo que necesita este fenómeno del sujeto, ni rencia" (Sil, 232). Esta definición subraya que
ningún tipo de sustancia, ni ningún ser que posea sa- es la suposición por el analizante de un sujeto
ber en su pathos [... ] ni siquiera algún lagos encar-
que sabe lo que inicia el proceso analítico, y no
nado, sino al sujeto cartesiano. que aparece en el mo-
mento en que se reconoce la duda como certidumbre. el saber que tiene realmente el analista.
(Sll,126) La frase "sujeto supuesto saber" no designa
al analista mismo, sino una función que el ana-
El símbolo del sujeto, la letra S, se nombra lista puede llegar a encarnar en la cura. Sólo
en francés con una voz homófona al Es freudia- cuando el analista es percibido por el analizante
no (véase ELLO); según Lacan, este hecho ilus- como encarnando esta función puede decirse
tra que el verdadero sujeto es el sujeto del in- que se ha establecido la transferencia (S 11,
consciente. En 1957 Lacan tacha esa letra, para 233). En este caso, ¿qué tipo de saber se presu-
producir el símbolo SI, el "sujeto barrado", con me que tiene el analista? "Se supone que sabe
lo cual indica que el sujeto está esencialmente aquello de lo cual nadie puede huir, en cuanto
dividido. él 10 formula: muy sencillamente. la significa-
ción" (Sil, 253). En otras palabras, se suele
pensar que el analista sabe el sentido secreto de
SUJETO SUPUESTO SABER las palabras del analizan te, las significaciones
(SUJET SUPPOSÉ SA VOIR, que desconoce la persona misma que habla. Só-
SUBJECT SUPPOSED TO KNOW) lo esta suposición (la suposición de que el ana-
lista es alguien que sabe) determina que detalles
La expresión sujel supposé savoir (que a de otro modo insignificantes (gestos fortuitos,
menudo se abrevia S.s.S.) es difícil de traducir observaciones ambiguas) adquieran retroactiva-
al inglés. Sheridan la vierte como "subject sup- mente un sentido especial para el paciente que
posed lo know", y ésta es la forma adoptada en "supone".
la mayoría de las obras en inglés sobre Lacan. Puede ocurrir que el paciente suponga que
No obstante, Schneiderrnan propone la traduc- el analista es un sujeto que sabe desde el primer
ción alternativa "supposed subject of knowled- momento de la cura, o incluso desde antes, pe-
ge" (supuesto sujeto del saber), pues sostiene ro a menudo la transferencia tarda algún tiempo
que lo supuesto es el sujeto, y no el saber (Sch- en establecerse. En tal caso, "cuando el sujeto
neiderman, 1980, vii).! entra en análisis, está lejos de asignar al analis-
La frase es introducida por Lacan en 1961, ta este lugar [el de sujeto supuesto saber]"
para designar la ilusión de autoconciencia (en ale- (Sil, 233); es posible que al principio el anali-
mán Seíbstbewusstseini transparente para sí mis- zante vea al analista como un bufón, O que re-
ma en su acto de saber (véase CONCIENCIA). Esta tenga información para mantener al analista en
ilusión, que se genera en el estadio del espejo, es la ignorancia (Sil, 133). Sin embargo, "incluso
cuestionada por el psicoanálisis. El psicoanálisis al analista cuestionado se le atribuye en algún
demuestra que el SABF.R no puede ubicarse en nin- momento una cierta infalibilidad" (Sil, 234);
gún sujeto particular, sino que es de hecho inter- antes o después, algún gesto fortuito del analis-
subjetiva (Lacan, 1961-2, seminario del 15 de no- ta es tomado por el analizante como signo de
viembrc de 1961). alguna intención secreta, de algún saber oculto.
En 1964 Lacan retoma la expresión al defi- En ese punto, el analista ha pasado a encarnar
nir la TRA.'IISFERENCIA como la atribución de sa- al sujeto supuesto saber; se ha establecido la
ber a un sujeto: "En cuanto el sujeto que se su- transferencia. El fin de análisis llega cuando el
analizante deja de suponerle saber al analista,
de modo que éste cae de la posición de sujeto
supuesto saber.
1. Quienes comparten el punlo de vista de Schnei, La frase "sujeto supuesto saber" también
derman suelen emplearen castellanola expresión "suje_ subraya el hecho de que lo que constituye la
lo supuesto al saber". En realidad, la frase acuñada "su' posición singular del analista es una relación
jeto supuesto saber", lo mismo que otros términos
t&'I1icos, no es una traducción sino unatranscripción li_ particular con el saber; el analista advierte que
reral. Esta construcción es normal en francés. pero en hay una escisión entre él y el saber que se le
castellano resulta anómala. La traducción correcta en atribuye. En otras palabras, el analista debe
castellano de esa expresión, en sí misma correcta en comprender que él sólo ocupa la posición de al-
frands, es "sujetoque se supone quesabe" [T_J guien en quien el analizante presume un saber;
185
superyó ~ _
no debe engañarse y creer que realmente posee sulta de la identificación edfpica con el padre,
e! saber que se le atribuye. El analista debe pero también se remite a la tesis de Melanie
comprender que, del saber que le atribuye el Klein sobre los orígenes matemos dc una forma
analízante, él no sabe nada (Lacan. 1967,20). arcaica de supery6 (Lacan, 1938,59-60)..
Sin embargo, el hecho de que el sustento prin- Cuando Lacan vuelve al tema en su semi-
cipal del proceso analítico sea un saber supues- nario de 1953-4, ubica el superyó en el orden
to, y no el saber que realmente tiene el analista, simbólico, en tanto opuesto al orden imagina-
no significa que éste pueda contentarse con no rio del yo: "el superyó está esencialmente si-
saber nada; por el contrario, dice Lacen que los tuado dentro del plano simbolice de la palabra"
analistas tienen que emular a Freud y convertir- (SI, 102). El superyó tiene una estrecha rela-
se en expertos en cuestiones culturales, litera- ción con la ley, pero esta relación es paradóji-
rias y lingüísticas. ca. Por un lado, la ley como tal es una estructu-
Lacan observa que, para el analista, el ana- ra simbólica que regula la subjetividad, y en
lizante también es un sujeto supuesto saber. este sentido impide la desintegración. Por otra
Cuando el analista le explica la regla funda- parte, la ley del superyó tiene un carácter "in-
mental de la asociación libre, en realidad le es- sensato, ciego, de pura irnperatividad y simple
tá diciendo: "Vamos, dfgalo todo, todo será tiranía" (S1, 102). De modo que "el superyó es
maravilloso" (SI?, 59). En otras palabras, e! a la vez y al mismo tiempo la ley y su destruc-
analista le dice al analizante que se comporte ción" (SI, 102). El superyó surge de tina mala
como si supiera de qué se trata, con lo cual lo comprensión de la ley, de las brechas en la ca-
instituye como sujeto supuesto saber. dena simb6lica, y llena estas brechas con un
sustituto imaginario que distorsiona la ley (véa-
se E, 143; cf. las observaciones casi idénticas
SUPERYÓ (SURMOl, SUPEREGO) de Lacen sobre la censura: "la censura está
siempre relacionada con 10 que, en el discurso,
El término "superyó" no aparece hasta muy se vincula a la ley en cuanto ésta no es entendi-
tarde en la obra de Preud, introducido en El yo da", 52, 127).
y el ello [Freud, 1923b). En ese texto Preud Más específicamente, en términos lingüísti-
presentó su denominado "modelo estructural", cos, "e! superyó es un imperativo" (51, 102).
en el cual la psique aparece dividida en tres ins- En 1962 Lacan sostiene que este imperativo no
tancias: el YO, el su,o y el superyó. No obstan- es otro que el imperativo categórico kantiano.
te, el concepto de instancia moral que juzga y El imperativo específico del que se trata es el
censura al yo puede encontrarse en la obra de mandato "[Goza!": el supery6 es el Otro en
Freud mucho antes de que localizara estas fun- cuanto el Otro le ordena al sujeto gozar. El su-
ciones en el superyó: por ejemplo, en su con- peryó es entonces la expresión de la voluntad
cepto de censura. de goce, que no es la propia voluntad del sujeto
El primer examen del superyó realizado por sino la voluntad del Otro, quien asume la forma
Lacan aparece en su artículo sobre la familia del "Supremo Ser-en-el-Mal" de Sade {Ec,
(Lacan, 1938). AUí diferencia claramente el su- 773). El supery6 es una "figura obscena, feroz"
pery6 del IDEAL DEL YO, términos que Freud pa- (E, 256), que impone una "moral insensata,
rece utilizar de modo intercambiable en El yo y destructiva, puramente. opresiva, casi siempre
el ello. Dice Lacan que la función primaria del antilegal" al sujeto neurótico (51,102). El su-
supery6 es reprimir el deseo sexual dirigido a la peryó está relacionado con la voz, y por lo tan-
madre en la resolución del complejo de Bdipo. to con la pulsión invocatoria y con el SADISMO!
Siguiendo a Freud, sostiene que el supery6 re- MASOQUISMO.
186
T
mas del primer año de su seminario público do) ha sido el empleo por Lacan de las sesio-
(1953-4). En el cuarto año del seminario, titu- nes de duración variable (en francés, seances
iaco "La relación de objeto" (Lacan, 1956-7), scandeesí, que la International Psycho-Analy-
Lacan no discute la escuela británica de la teo- tical Assocíanon (IPA) consideró causa sufi-
ría de las relaciones objerales (Balint, Fair- cicnte para no aceptarlo como miembro. No
baim, Guntrip, etcétera), sino la escuela fran- obstante, centrarse exclusivamente en esta
cesa (Maurice Bouvet). práctica particular supone pasar por alto otras
interesantes dimensiones clínicas de la teoría
del tiempo lógico, como por ejemplo el modo
TIEMPO (TEMPS, TIME) en que el concepto lacaniano de "el tiempo pa-
ra comprender" puede arrojar luz sobre la con-
Uno de los rasgos más distintivos del psi- cepción freudiana de la elaboración. (Véase
coanálisis lacaniano es su enfoque de la Forrester, 1990, cap. 8.)
cuestión del tiempo. En términos amplios, el El concepto lacaniano de tiempo lógico an-
abordaje de Lacan se caracteriza por dos im- ticipa las incursiones de Lacan en la lingüística
portantes innovaciones: el concepto del tiempo saussureana, que se basa en la distinción entre
lógico, y eL énfasis en la retroacción y en la an- los aspectos diacrónico (temporal) y sincrónico
ticipación. (atemporal) del lenguaje. De allí la creciente
importancia que, a partir de la década de 1950,
Tiempo lógico le asigna Lacan a las ESTRUCTURAS sincrónicas
o intemporales, más bien que a las "fases" evo-
En su artículo titulado "El tiempo lógico" lutivas. De modo que cuando Lacan emplea la
(1945), Lacan quita base a las pretensiones de palabra "tiempo" habitualmente hay que enten-
intemporalidad y eternidad de la lógica, al de- derla como una estructura, un estado sincróní-
mostrar que ciertos cálculos lógicos incluyen ca relativamente estable, y no como un mo-
una inevitable referencia al tiempo. No obstan- mento fugaz diacrónico. De modo análogo,
te, el tipo de temporalidad involucrada no es cuando habla de "los tres tiempos del complejo
especificable con referencia al reloj, sino en sí de Edipo" el ordenamiento se basa en priorida-
misma producto de ciertas articulaciones lógi- des lógicas, y no en una secuencia cronológica.
cas. Esta distinción entre el tiempo lógico y el El cambio no es visto como un movimiento
tiempo cronológico apuntala toda la teoría de gradual o suave a lo largo de un coruínuum; si-
la temporalidad de Lacan. no como el abrupto pasaje de una estructura
El hecho de que el tiempo lógico no sea discreta a otra.
objetivo no significa que se trata simplemente El énfasis de Lacan en las estructuras sin-
de un sentimiento subjetivo; por el contrario, crónicas o intemporales puede verse como un
tal como lo indica el adjetivo "lógico", es una intento de explorar el enunciado de Freud so-
estructura dialéctica precisa que puede formu- bre la no-existencia del tiempo en el Incons-
larse con rigor en términos matemáticos. En el ciente. No obstante, Lacen modifica esta con-
artículo de 1945, Lacan dice que el tiempo ló- cepción con su propuesta de 1964 en el sentido
gico tiene una estructura tripartita, cuyos tres de que el inconsciente sea caracterizado en los
momentos son: 1) el instante de la mirada; 2) términos de un movimiento temporal de aper-
el tiempo para comprender; 3) el momento de tura y cierre (5 n. 143, 204).
concluir. Por medio de un sofisma (el proble-
,
ma de los tres presos), Lacan muestra que esos Retroacción y anticipación
tres momentos no están construidos en térmi-
nos de unidades cronométricas objetivas, sino Otras formas de psicoanálisis, como la psi-
como una lógica intersubjetiva basada en una cología del yo, se basan en una concepción li-
tensión entre aguardar y precipitarse, entre la neal del tiempo (como se advierte, por ejem-
vacilación y la urgencia. El tiempo lógico es plo, en el énfasis en una secuencia lineal de
entonces "el tiempo intersubjetiva que estruc- fases del desarrollo que el niño atraviesa natu-
tura la acción humana" (E, 75). ralmente; véase DESARROLLO). Pero Lacan
La idea lacaniana del tiempo lógico no sólo abandona por completo esa concepción lineal
es un ejercicio de lógica; tiene también conse- del tiempo, puesto que en la psique el tiempo
cuencias prácticas para la cura. La más célebre puede actuar igualmente en sentido inverso,
de estas consecuencias (históricamente hablan- por retroacción y anticipación.
188
Topología
can, 1973b). Subraya que la topología privile- las figuras topológicas, véase Granon-Lafont
gia la función del cone, puesto que el corte es (1985).
lo que distingue una transformación discouti-
nua de una transformación continua. Ambos ti-
pos de transformación desempeñan un papel en TORO (TORE, TORUS)
la cura. Como ejemplo de transformación con-
tinua, Lacan menciona la BANDA DE MOEBlUS; El toro es una de las figuras que Lacan ana-
así como uno pasa de un lado al otro al seguir liza en su estudio de la TOPOLOOIA. En su forma
la banda sin interrupciones, también el sujeto más simple, es un anillo, un objeto tridimensio-
puede atravesar el fantasma sin dar un salto IJÚ- nal que se obtiene tomando un cilindro y unien-
tico desde adentre hacia afuera. Como ejemplo do sus dos extremos (figura 19).
de transformación discontinua, Lacen también La primera referencia de Lacan al toro data
se remite a la banda de Moebius, la cual, cuan- de 1953 (véase Ec, 105), pero sólo comienza a
do se realiza un corte longitudinal por el medio figurar de modo prominente en su obra a partir
se convierte en un solo anillo con propiedades del abordaje de la topología en la década de
topológicas muy diferentes; tiene dos lados en 1970. La topología del toro ilustra ciertos ras-
lugar de uno. Así como el corte opera una gos de la estructura del sujeto.
transformación discontinua en la banda de Una característica importante del toro es
Mocbius. también una interpretación eficaz del que su centro de gravedad cae fuera de su volu-
analista modifica la estructura del discurso del men, así como el centro del sujeto está fuera de
analizante de un modo radical. él; el sujeto está descentrado, es excéntrico.
Mientras que el ESQUEMA L Y los otros es- Otra propiedad del toro es que "su exterio-
quemas producidos en la década de 1950 pue- ridad periférica y su exterioridad central consti-
den verse como la primera incursión de Lacan tuyen una región única" (E, 105). Esto ilustra el
en la topología, las formas topológicas sólo ad- modo en que el psicoanálisis problematiza ta
quieren prominencia -cuando, en la década de distinción entre el "adentro" y el "afuera" (véa-
1960, él dirige su atención hacia las figuras del se EXTlMIDAD).
TORO, la banda de Moebius, la botella de Klein
y el cross-cap (véase Lacen, 1961-2).
Más tarde, en la década de 1970, Lacan TRANSFERENClA(TRANSFER~
aborda et ámbito más complejo de la teoría de TRANSFERENCE)
los nudos, especialmente el NUDO BORROMEO.
Para una introducción al empleo por Lacan de El término "transferencia" aparece primero
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en la obra de Freud como un nombre más del sino en la estructura de una relación intersubje-
desplazamiento del afecto desde una idea a otra tiva. Esta definición estructural de la transfe-
(véase Freud, 1900a, SE V, 562), pero más rencia permanece como tema constante en el
adelante pasa a referirse a la relación del pa- resto de la obra de Lacan; él sistemáticamente
ciente con el analista a medida que se desarro- sitúa la esencia de la transferencia en lo simbó-
lla en la cura. Esta acepción se convierte pronto lico y no en lo imaginario, aunque está claro
en el significado central de la palabra, y es el que tiene poderosos efectos imaginarios. Más
sentido que habitualmente se le atribuye en la adelante Lacan observará que, si bien la trans-
teoría psicoanalítica actual. ferencia suele manifestarse con la apariencia de
El empleo de un término especial para de- amor, primero y principalmente se trata de
signar la relación del paciente con el analista se amor al saber.
justifica por el carácter peculiar de dicha rela- Lacan vuelve al tema en su seminario de
ción. En un principio, Freud se sintió impresio- 1953-4. En esa oportunidad no recurre a tér-
nado por la intensidad de las reacciones afecti- minos tomados de la dialéctica hegeliana, sino
vas de la paciente-médico, en el tratamiento de de la antropología del intercambio (Mauss,
Anna O. por Breuer en 1882; a su juicio, la pa- Lévi-Strauss). La transferencia está implícita
ciente transfería al médico ideas inconscientes en el hábito de habla, el cual supone un inter-
(Freud, 1895b). Al desarrollar el método psi- cambio de signos que transforman al emisor y
coanalítico, primero consideró que la transfe- al oyente:
rencia era exclusivamente una RESISTE..'iCIA que
impedía la rememoración de recuerdos reprimí- En su esencia, la transferencia eficaz que esta-
dos, un obstáculo al tratamiento que era necesa- mos considerando es sencillamente el acto de habla.
rio "destruir" (Freud, 1905e, SE VII, 116). Pero Cada vez que un hombre le habla a otro de un modo
auténtico y pleno hay, en el verdaderosentido, trans-
gradualmente modific6 este modo de ver, l1e- ferencia, transferencia simbólica-algo que tiene lu-
gando a concebir la transferencia también como gar y que cambia la naturalezade los dos seres pre-
un factor positivo que ayuda al progreso de la sentes.
cura. El valor positivo de la transferencia reside (Sl,109)
en el hecho de que proporciona un modo de
confrontar la historia del analizante en la ínme, En el seminario del año siguiente continúa
diatez de la relación presente con el analista; en elaborando la naturaleza simbólica de la trans-
el modo de relacionarse con el analista, el ana- ferencia, que identifica con la compulsión a re-
lizante inevitablemente repite relaciones ante- petir, la insistencia de los determinantes simbó-
riores con otras figuras, especialmente las de licos del sujeto (S2, 210-11). Este aspecto de la
los progenitores. Esta naturaleza paradójica de transferencia debe distinguirse del imaginario,
la transferencia, que al mismo tiempo obstacu- que es el de las reacciones afectivas de amor y
liza la cura y la impulsa hacia adelante, quizá agresividad. Con esta distinción entre los as-
contribuya a explicar que en la teoría psicoana- pectos simbólicos e imaginarios de la transfe-
lítica actual haya tantas concepciones diferentes rencia Lacan proporciona un modo útil de en-
y opuestas al respecto. tender la función paradójica de este fenómeno
El pensamiento de Lacan sobre la transfe- en la cura psicoanalítica. En su aspecto simbó-
rencia atravesó varias etapas. El primer aborda- lico (REPETICiÓN) contribuye al progreso de la
je detallado del tema es "Intervención sobre la cura al revelar los significantes de la historia
transferencia" (Lacan, 1951), en el cual descri- del sujeto, mientras que su aspecto imaginario
be la transferencia en términos dialécticos to- (amor y odio) actúa como resistencia (véase S4,
mados de Hegel. Critica a la psicología del yo 135; S8, 204).
por definirla en términos de AFECTO; "La trans- Lacan retoma la cuestión en el octavo año
ferencia no se refiere a ninguna propiedad o de su seminario (Lacan, 1960--1),titulado senci-
afecto misteriosos, e incluso cuando se revela l1amente ''La transferencia". Allí utiliza El ban-
bajo la apariencia de la emoción, sólo adquiere quete de Platón para ilustrar la relación entre el
sentido en virtud del momento dialéctico en el analizante y el analista. Alcibíades compara a
cual se produce" (Ec, 225). Sócrates con una caja sin adornos que encierra
En otras palabras, Lacan dice que, aunque un objeto precioso (en griego, ágalma); así co-
la transferencia a menudo se manifiesta en for- mo Alcibíades le atribuye a Sócrates un tesoro
ma de afectos particularmente fuertes, como el oculto, el analízarue ve en el analista su objeto
AMOR y el odio, no consiste en tales emociones, de deseo (véase OBJETO a).
191
Transferencia
Transitivlsmo
en cualquier otra interpretación, el analista debe las de la transferencia positiva", sobre la base
utilizar todo su arte para decidir si y cuándo ha que mantiene la dirección de la cura).
de interpretar, y sobre todo tiene que evitar que Aunque Lacen habla ocasionalmente de
lo que dice sirva exclusivamente a la interpreta- CONTRAlRANSFERENClA, por lo general prefiere
ción de la transferencia. También debe saber no emplear este término.
qué es exactamente 10 que busca con esa inter-
pretación: no rectificar la relación del paciente
con la realidad, sino mantener el diálogo analí- TRANSITIVISMO (TRANSITIVISME,
tico. "¿Qué significa interpretar la transferen- TRANSITIVISM)
cia? No otra cosa que llenar el vacío de este
atolladero con un señuelo. Pero si bien puede El transirivismo, un fenómeno descubierto
ser engañoso, este señuelo cumple un propósito por Charlotte Bühler (véase E, 5), designa un
al volver a poner en marcha todo el proceso" tipo especial de IDENTIFICACIÓN observada a
(Ec, 225). menudo en la conducta de los niños pequeños.
Al describir la transferencia como "positi- Por ejemplo, un niño puede pegarle a otro de
va" o "negativa", Lacan adopta dos. enfoques la misma edad en el lado izquierdo de la cara,
diferentes. Siguiendo a Freud, emplea a veces y a continuación tocarse el lado derecho de su
estos adjetivos para designar la naturaleza de propio rostro y gritar por un dolor imaginado.
los afectos; la "transferencia positiva" es en es- Para Lacan, el transitivismo ilustra la conjun-
te sentido el afecto amoroso, y la "transferencia ción del yo y el otro, inherente a la identifica-
negativa", el afecto agresivo (Ec, 222). Pero a ción imaginaria. La INVERStóN (entre izquierda
veces Lacan toma los términos "positivo" y y derecha) es una prueba adicional de la fun-
"negativo" para referirse a los efectos favora- ción especular.
bies o desfavorables de la transferencia sobre la El transitívismo es también evidente en la
cura (véase E, 271, donde Lacan dice que cuan- paranoia, en la cual el ataque y el contraataque
do la resistencia del analizante se opone a la su- aparecen ligados "en una equivalencia absolu-
gestión, esa resistencia debe "ubicarse en las fi- ta" (Lacan, 1951b, 16).
v
debe sacar a luz y descartar para descubrir la tífico" (sigue este caso la indicación de Bcnt-
verdad; por el contrario, el analista tiene que to- ham, véase 57,12). De modo que para Lacan
marlas en cuenta (véase SEMBLANTE). "ficción" corresponde al término freudiano
Konvention, convención (véase 511, 163), Y
La verdad, el error y los actos fallidos tiene más en común con la verdad que con la
falsedad. Por cierto Lacan dice que la verdad
El psicoanálisis ha demostrado que la ver- está estructurada como una ficción (E, 306; Ec,
dad sobre el deseo es a menudo revelada por 808).
actos fallidos (parapraxias; véase ACTO). Las
complejas relaciones que existen entre la ver- La verdad y lo REAL
dad, los actos fallidos, el error y el engaño son
evocadas por Lacan en una frase típicamente La oposición que Lacan traza entre la ver-
elusiva, cuando él describe "la estructuración dad y 10 real data de sus escritos anteriores a la
de la palabra en busca de la verdad" como guerra (por ejemplo, Ec, 75), y es retomada en
"error que emprende la fuga en el engaño y es diversos momentos: "Estamos acostumbrados
recapturado por el acto fallido" (SI, 273). a lo real. Reprimimos verdad" (E, 169). No
obstante, Lacan señala también que la verdad
La verdad y la ficción es similar a 10 real; es imposible articular la
verdad total, y "precisamente debido a esta im-
Lacan no emplea la palabra "ficción" en el posibilidad, la verdad aspira a lo real" (Lacen,
sentido de "falsedad" sino de "constructo cien- 1973a,83).
y
S_WE!O,_ que es un producto de ,lo simbólico la meta de la cura sea promover la ADAPTACIÓN
(véase E, 128). Porcierto. el yo es precisamen- del yo a la realidad.
te un desconocimiento del orden simbólico, la
sede de la resistencia. El yo está estructurado
como un síntoma: "El yo está estructurado YO AUTÓNOMO (/NG.: AUTONOMOUS
exactamente como un síntoma. En el corazón EGO)
del sujeto, es sólo un síntoma privilegiado, el
síntoma humano por excelencia, la enfermedad La expresión "yo autónomo" ha sido acuña-
mental del hombre" (SI, 16). da por los impulsadores de la PSICOLOGíA DEL
En consecuencia, Lacan se opone totalmen- YO. De acuerdo con ellos, el YO se vuelve autó-
te a la idea, corriente en la psicología del yo, de nomo al lograr un equilibrio armonioso entre
que la meta de la cura es fortalecer el yo. Pues- sus pulsiones primitivas y los dictados de la
to que el yo es "la sede de las Ilusiones" (S1, realidad. El yo autónomo es entonces sinónimo
62), aumentando su fuerza lo único que se lo- del "yo fuerte", "el yo bien adaptado", "el yo
gra es acrecentar la alienación de sujeto. El yo sano". Esta escuela concibe el psicoanálisis co-
es también la fuente de la resistencia a la cura, mo el proceso de ayudar al yo del analizante a
y por 10 tanto fortalecerlo no hace más que au- llegar a ser autónomo: se supone que esto se lo-
mentar esa resistencia. Debido a su fijeza ima- gra mediante la identificación del analizante
ginaria, el yo es resistente a todo crecimiento y con el yo fuerte de] analista.
cambio subjetivos, y al movimiento dialéctico Lacan es muy crítico del concepto de yo au-
del deseo. Al socavar la fijeza del yo, la cura tónomo (véase E, 306-7). Dice que el yo no es
psicoanalftica apunta a restaurar la dialéctica libre sino que está determinado por el orden
del deseo y reiniciar el venir-a-ser del sujeto. simbólico. La autonomía del yo es sencillamen-
Lacan se opone a la idea de la psicología te una ilusión narcisista de dominio. Lo que go-
del yo que toma el yo del analizante como alia- za de autonomía es el orden simbólico, y no el
do del analista en la cura. También rechaza que yo.
'9'
APÉNDICE: CLAVE DE LAS
REMISIONES A LOS ESCRITOS
Las citas o menciones de los Escritos hacen referencia a la edición original francesa
(ÉcTirs, parís, Seuil, 1966) o a su traducción (parcial) al inglés (Écríts: A Selectíon, trad. de
Alan Sheridan, Londres, Tavistock, 1977). La inicial "Ec" remite a la versión francesa, y la
inicial "E", a la versión en inglés.
La tabla siguiente indica las páginas correspondientes en una u otra edición a los textos
citados, que aquí se registran con sus títulos en castellano. A partir de las páginas indicadas
en las remisiones, esta tabla permite identificar el Escrito del que se trata en cada caso.
Páginas de la edición
en inglés (E)
[-7 "El estadio del espejo como formador de la función del yo .. ,. (1949)
8-29 "La agresividad en psicoanálisis" (1948)
30-113 "Función y campo de la palabra y el lenguaje en psicoanálisis" (1953a)
114-145 "La cosa freudiana... " (1955c)
146-178 "La instancia de la letra ..." (1957b)
179-225 "De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis" (1957-8b)
226-280 "La dirección de la cura ..." (1958a)
281-291 "La significación del falo" (1958c)
292-325 "Subversión del sujeto y dialéctica del deseo ..." (1960a)
Páginas de la edición
francesa (Ec)
Para evitar los anacronismos creados por el sistema de referencia de Harvard, las obras de
Jacques Lacan son enumeradas por fecha de redacción. Las obras de otros autores aparecen
según la fecha de su primera publicación.
Los números de tomo y página de las referencias a las obras de Freud corresponden a
The Standard Edition of the Complete Psychological Works o/Sígmund Freud, compilación
de James Strachcy, 24 volúmenes, Londres, Hogarth Press y el Institute of Psycho-Analysis.
A estas obras completas corresponde la abreviatura SE. Las letras agregadas a las fechas de
las obras de Freud provienen de la bibliografía incluida en el tomo XXIV de la Standard
Edition.
Para una bibliografía más completa de las obras de Lacan, remitimos al lector a Dor
(1983).
Adams, Parveen y Cowie. Elizabeth: (1990) The Woman in Question, Cambridge, Mass.,
MIT Press.
American Psychiatric Association: (1987) Diagnostic and Statistical Manual 01Mental Dis-
orders (3a. ed. revisada), Nueva York, American Psychiatric Association.
Balint, Michael: (1947) "On genítaltove", en Primary Love and Psychoanalytic Technique,
Londres. Hogarth Press and the Institute of Psycho-Analysis, 1952.
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