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Practica de Computacion EL AMOR NO ESPERA 2
Practica de Computacion EL AMOR NO ESPERA 2
Practica de laboratorio
EL AMOR NO ESPERA
Había una vez un viejito que estaba enfermo y gallinas flacas, que existían casi de milagro y por lo
cansado, el tenía cuatro hijos, y de ninguno de ellos menos, no dejaban de poner un par de huevos
recibía la mejor atención. Vivía una abundante diariamente. El resto de la dieta que el viejito
pobreza, a duras penas lograba sobrevivir en su consumía, eran unas cuantas frutas silvestres que
pequeñísima granja, deambulaban unas cuantas cada día le costaba mucho esfuerzo recolecta.
Un día buscando entre sus viejo baúl. Como pudo se las el viejito respondió, “Un
escasas pertenencias; encontró arreglo y lo traslado a su casa, secreto”, “Que conocerán Tú y
dos monedas de plata y le una vez en ella, lo dejo a la tus hermanos el día en que
ocurrió una genial idea, en el vista en el centro de su humilde muera, pues ahí está toda mi
pueblo las intercambio con un choza por casualidad uno de herencia ”. Al día siguiente lo
mercader de artículos antiguos sus hijos lo visitó e intrigado le enterró debajo de su lecho
quien le dio un preguntó: “¿Qué guardas ahí?"
C
ual no sería la sorpresa, al ver que a partir de entonces, un hijo al menos lo visitaba durante el día, le
llevaban leche y miel y entre los cuatro hijos le mantenían su choza bastante limpia. Un día el viejito se le
detuvo el tiempo muriendo en su granja, de inmediato los hijos se dieron una cita, no tanto para velarlo por
supuesto, sino para ver a cuanto ascendía su herencia, fue grande su sorpresa.
orque una vez desenterrado y abierto el cofre, lo único que encontraron fue un
P trozo de papel que decía de su puño y letra, un poco torcida y temblorosa: “Hijos
míos: el auténtico amor no espera, se entrega generosamente sin esperar
recompensa, mi única herencia es que aprendan a amar; hubiera deseado dejarles más,
pero mi único legado es darles las gracias por lo que me dieron en vida.” Los cuatro
hermanos a fin comprendieron que un buen padre puede dar la vida por sus hijos, pero
algunos hijos no entregan nada en vida a sus padres, en profunda reflexión y con
lágrimas en los ojos, le dieron finalmente una digna sepultura y uno de ellos cuando
arrojó el último puñado de tierra, lo despidió diciendo: “PADRE, TE PROMETO
AMAR SIN ESPERAAR, AMEN."
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