Está en la página 1de 7

El arte oriental:

repercusión en el
arte occidental

Natalia González Zaragoza

ngzaragoza@yahoo.es

DNI: 48395126-K

TELF: 600745169
INTRODUCCIÓN

El arte oriental fue descubierto como un estilo renovador y original a principios del
s. XIX, por las nuevas generaciones de artistas europeas. La moda de Oriente sedujo
a pintores diversos como Van Gogh y Mary Cassatts .El exotismo oriental enriquecerá
el pensamiento y al arte en general, y las nuevas corrientes pictóricas se alejan del
sentido realista, el positivismo y la ciencia para buscar en las nuevas tendencias
nuevos valores espirituales y humanos. Esto permitió ampliar y renovar al arte
occidental, pero como dice Huygue: “rompe con su continuidad y le abre una aventura
llena de incógnitas”.

En este artículo se presentan las principales características del arte oriental de China y
Japón, en especial me centro en el arte japonés que tuvo un gran impacto artístico en
la cultura occidental. También se habla de un artista japonés, Sesshu, que revolucionó
la estética japonesa separándola y independizándola de la china, a través de
aportaciones originales cercanas al arte del s. XX occidental.

Al final del artículo se muestran algunas influencias del arte japonés en occidente y, su
repercusión en las primeras vanguardias, antes del estallido de la 1ª Guerra Mundial.

EL ARTE ORIENTAL : REPERCUSIÓN EN EL ARTE OCCIDENTAL

El arte oriental tradicional muestra un mundo plástico y visual totalmente alejado del
arte occidental. Sus preocupaciones y motivaciones son distintas, pues, ellos se
asientan en reglas, filosofías y creencias distintas a los occidentales. A continuación,
explico algunas de las características de su arte y las claves de su estética,
alejándome lo más posible de la filosofía y creencias zen, y acercándome más a su
lirismo, técnica y fuerza expresiva, cualidades que influyeron en el arte occidental.

-Una de las temáticas más representadas por los artistas japoneses y chinos es la del
paisaje. Este se representa de una forma poética al mostrarse unida al texto. El
paisaje en soporte de rollo horizontal se nos muestra lentamente de derecha a
izquierda, mientras que el rollo vertical debe ser mirado desde el punto más bajo al
más alto.

El paisaje es la temática asidua en la pintura japonesa y china, a través de él, los


artistas pueden expresar su personalidad más íntima y recurrir de un modo más libre
a la abstracción, tendencia a la que tiende ir su modo de representación.

-El vacío y el paisaje son dos términos que van unidos y que caracterizan a la pintura
de Asia Oriental. El vacío es un concepto filosófico de reflexión en el taoísmo y el
budismo. El vacío tanto para el taoísmo como para los budistas define lo que es y lo
que no es y esto pictóricamente se representa a través de una realidad fragmentada
que no se asienta en tierra firme sino en la nada.

En la pintura japonesa el vacío, significa espacio en blanco, y tiene un valor


fundamental, pues dota de carácter y significado al dibujo realizado con el trazo del
pincel. Esto apremia al vacío con un valor fundamental a la hora de realizar una
composición paisajística. El trazado caligráfico crea espacios vacíos al discurrir en el
soporte, configurando a imágenes que solo pueden existir porque nacen y se forman
desde su vacuidad.

Tanto en la pintura china como la japonesa, el vacío es un elemento imprescindible en


su sintaxis visual y expresa al mismo tiempo: composición y forma. Este vacío está
ligado íntimamente con la naturaleza, pues, expresa el paso del tiempo a través de la
representación de caminos que, el observador debe recorrer con su mirada, la
distancia entre los elementos, y la lejanía.

-El tiempo tiene un valor distinto que en occidente, estos no quieren aprisionarlo en
una única escena con un único punto de vista, para ellos el tiempo es una
prolongación del espacio en el soporte, esto explica la longitud de sus composiciones.
La idea de la atemporalidad se logra también a través de la representación del infinito
del paisaje, donde predomina la grandiosidad del paisaje como tema trascendental,
bajo la pequeña presencia del hombre en estado de meditación. Cuando la
representación se realiza en papel enrollado se anula la existencia del marco y se
expande su sentido y su disciplina hacia el exterior. Los rollos de pinturas no están
destinados a colgarse en la pared, sino a ser contemplados a medida que se abren de
derecha a izquierda.

-La teoría y práctica de la pintura nace en la literatura, sea de carácter religioso o ético.
Todas las artes se unían para manifestar unos principios básicos que se adaptaban a
cada lenguaje artístico. En la India y en China estos principios de orden puramente
pictórico se muestran en seis principios. En China, estos principios fueron escritos en
el s. V por Xie He, y son: La Ciencia de las formas, el Sentido de las Relaciones, la
Influencia del sentimiento sobre la forma, el Sentido de la gracia, las Comparaciones, y
la Ciencia de los colores.

Con la Ciencia de las formas se construye la realidad inmediata que nos permite
reconocer los elementos representados, sus apariencias. Para que estas cobren vida y
significado se aplicará el Sentido de las relaciones, esto es, se aplica el modo en que
el artista proyecta su modo de percibir las cosas. Con la Influencia del sentimiento de
la forma, se añade la emoción y la sensibilidad que dotan a la imagen de cualidades
evocativas y nos permiten ver a las imágenes no solo como formas aparentes. Con el
sentido de la gracia se logra un equilibrio entre el sentimiento y la pureza. Con las
comparaciones se logra crear el justo equilibrio entre la imagen como metáfora de la
vida y la imagen como caricatura, dando al resultado un efecto poético. La Ciencia de
los colores dota al uso del color el valor de ofrecer a las composiciones dinamismo,
belleza y ritmo.

-Otro aspecto interesante del arte oriental que difiere del occidental es su idea de la
originalidad. La originalidad del artista se logra tras un duro aprendizaje basado en la
copia de grandes maestros, para así conocer los secretos que dotan de lirismo y
espiritualidad a sus pinturas. Después sus discípulos deberán aportar composiciones
donde deben mostrar un estilo propio que refleje su espíritu individual, aunque los
motivos y composiciones apenas difieran de sus maestros.

-Hay una estrecha relación entre la caligrafía y la pintura. Por ello combinan muchas
veces el texto con la imagen para así mostrar su ideal ético y estético. La forma de
dibujar está íntimamente ligada al modo de escribir, es decir a la técnica caligráfica.
Este factor ha influido en los artistas de occidente, tanto en la gestualidad de sus obras
(expresionismo), como en la combinación de texto y pintura (dadaísmo).Gou Xi dijo:
“según un aforismo antiguo, un poema es una pintura invisible y una pintura un poema
invisible”.

Su Shi compone un poema titulado Sobre la pintura de una rama florida del secretario
Wang y a través de él establece una unión entre pintura y poesía. ¿Quien dice que la
pintura debe parecerse a la realidad?/El que lo dice lo mira con ojos sin entendimiento.
¿Quien dice que el poema debe tener un tema?/ El que lo dice pierde la poesía del
poema. Pintura y poesía tienen el mismo fin:/Frescura límpida, arte más allá del arte.

-Las pinturas japonesas y chinas desean transmitir un sentimiento que va más allá de
la aparente realidad representada, por eso su interés no recae en representar la
profundidad o sensación de la tridimensionalidad, sino en transmitir sensaciones y
pensamientos universales a la hora de percibir la naturaleza, como el renacer de la
primavera, el sentir del aire que mueve las ramas, etc. La tradición del arte chino que
proviene de las primeras dinastías, muestra a la naturaleza de un modo no
antropomórfico, alejado de la percepción real del hombre respecto a ella. El resultado
es una sensación de paisaje imaginado, irreal y minucioso.

-La técnica casi exclusiva de sus trabajos artísticos es la tinta china o suiboken, la cual
permitió elaborar técnicas como “la cun” que significa, “a hachazos”, técnica realizada
con pincel que permitió representar montañas a través de trazos libres y que fue
desarrollada por Li Tang(1070-1150).Otra técnica lograda a través de la tinta es la que
determina al estilo “hatzuboken”, que significa tinta salpicada, cuyo estilo ha sido
utilizado por artistas posteriores como el contemporáneo Zhang Daqian(1899-1983).

La pintura con tinta fue desarrollada por la época Song China. Esta era muy apreciada
por los japoneses y imitaron su estética cercana a la caligrafía, sus aguadas y la
sensación de irrealidad y ensoñación que manifestaban; pero al no conocer la
disciplina del arte chino, solo valoraban su aspecto exterior. El arte japonés destaca
por otros aspectos distintos chinos, su arte está más ligado a la decoración y a la
estética que el chino, cuyos principios están más ligados a una férrea disciplina zen.

-El paisaje chino tiende a mostrar la monumentalidad donde tienen cabida fenómenos
naturales como el viento, el inicio de la tormenta o la nieve, estas temáticas han tenido
siempre un mayor valor representativo que el retrato o la naturaleza muerta.

Para comprender el sentido espiritual y de la belleza del arte oriental y su repercusión


en el arte occidental, pondremos el ejemplo del artista japonés más importante del
período Mumorachi, y en realidad de toda la historia del arte japonés este es Sesshu
Toyo (1420-1506).Sesshu entro en un templo zen muy joven, donde se inicio en la
práctica religiosa. Posteriormente se trasladó a Kioto y fue discípulo de Shubun en el
templo Sokokuji, que por entonces era el centro de pintura zen, de estilo monocromo
en tinta china, más importante del país. De Shubun, aprendió a dominar el sutil empleo
de las aguadas en tinta china. Finalmente se estableció en Yamaguchi, al servicio de
Ouchi, que era un señor feudal, “daimyo”. Tuvo la oportunidad de ir a China y estudiar,
algo excepcional entre los pintores de su tiempo, y esto fue posible gracias a la ayuda
de Ouchi.
La pintura de Sesshu se centro sobre todo en el paisaje y compiló para su amo el
“Paisaje de las cuatro estaciones” en cuatro rollos. Estas pinturas destacan por su
organización arquitectónica y la organización racional del estilo chino, pero agrega una
estética más emocional y decorativa propia del estilo japonés.

Para los turistas occidentales no es fácil contemplar el original de esta obra, que es la
más famosa del arte tradicional japonés. Incluso para los propios japoneses se hace
complicado el poder verla al encontrarse en un museo muy alejado de la ciudad de
Tokio, y además el museo exhibe esta obra al público solo el mes de noviembre.

Al mirar esta obra impresiona sobre todo sus dimensiones: 40cms de altura x 16m de
longitud. La obra muestra la transformación progresiva del paisaje a lo largo de las
cuatro estaciones, así como el quehacer cotidiano de cada uno de los personajes que
aparecen en ellos. Tanto el paisaje como los personajes son retratados con influencias
chinas, sin que apenas aparezcan elementos que reflejen escenas reales de Japón.
Sin embargo, mientras los pintores coetáneos de Sesshu pintaban también paisajes
imitando el estilo chino, Sesshu fue mucho más lejos y empezó a organizar a los
elementos del espacio con un nuevo concepto cercano a la abstracción del s. XX,
donde su pincelada se define de un modo expresionista. Esta obra estaba muy
influenciada por la cultura Ming, pero a partir de ella, en obras posteriores abandonó
sus influencias chinas. En esta obra aunque predomine la estética y la cultura china,
los detalles son japoneses, especialmente los paisajes marinos con barcos de pesca.

En sus “Paisajes de otoño e invierno” destaca la esencia de este pintor, en esta


representación monocroma, como la mayoría de sus obras, se muestra una superficie
cargada de tinta que recorre el espacio con trazos directos y expresivos. Al contemplar
el resultado se ve claramente una intención abstracta alejada de cualquier
convencionalismo plástico oriental.

Algunas de sus últimas obras muestran una fusión entre el racionalismo chino y el
detallismo y sentimiento japonés, una conjunción nunca manifestada hasta entonces.

Sesshu renovó el arte japonés y aplicó valores de profundidad nunca antes


proyectados por sus antecesores. El arte japonés había reducido a la sensación de
perspectiva a dos planos, pero a partir de Sesshu con su arte renovador, los nuevos
artistas mostraron más interés en la profundidad, en la línea y la mancha.

Muchas de sus obras maduras tienen un tratamiento de pequeños trazos que


recuerdan a Van Gogh, el cual estuvo muy influenciado por estas representaciones al
igual que otros artistas contemporáneos occidentales como Manet y Degas.

Son importantes las influencias de los artistas japoneses y de los demás países
orientales en la cultura plástica de occidente, pero también los occidentales influyeron
en sus representaciones y temáticas.

Durante el período español denominado el Siglo de Oro, coincidió en Japón también


una Edad Dorada durante el reinado Momoyama, transición de la Edad Media a la
Moderna. Durante este periodo, en la historia japonesa existían lazos comerciales
entre occidente y oriente. El arte japonés reaccionó ante las primeras obras de arte
occidental que llegaron a las islas. Se produjo una tendencia artística llamada
Namban, donde se mezclaban elementos japoneses con temas occidentales. Estas
pinturas se extendieron sobre paredes, puertas y biombos, donde aparecen ciudades
como Sevilla. En las pinturas realizadas sobre superficies móviles” Al shoeki-ga”, se
suma una nueva manifestación artística: los adornos florales.

Japón, definitivamente tras unos períodos de conflictos con los europeos, a los cuales
denominaban “los bárbaros del sur”, cerró sus puertas a toda influencia exterior. La
apertura de los puertos japoneses en 1853 permitió a América y Europa acceder de
nuevo comercialmente en ella. A partir de ese momento, se generó una influencia de
la estampa japonesa en el arte occidental que fue determinante en la generación de
los nuevos estilos llamados vanguardias.

En las Exposiciones Universales de París de 1855-1867 y 1878, impacto el arte


japonés de los dibujantes y pintores Utagawa Hiroshije y Kitagawa Utamaro. De ellas
destacaban su valor caligráfico, donde, la línea, el trazo, el punto, el color y el ritmo
estaban más valorados que la propia representación. El espacio perspectivo que daba
la ilusión de profundidad apenas tenía valor en tales representaciones.

La influencia del arte japonés tuvo especial influencia en las primeras vanguardias
como el impresionismo con Manet, Degas y Toulouse Lautrec, como el fauvismo con
Matisse, el expresionismo con E. Munch, y el modernismo con G. Klimt.

Las vanguardias del s. XX veían en el arte oriental un modo de revitalizar al arte


occidental y dotarle de nuevas expresiones. La caligrafía que se mostraba en las
pinturas a modo de conexión con la imagen implicó en el arte occidental una sintonía
entre ambos lenguajes, por ejemplo, Picasso, Braque y Juan Gris armonizaron ambos
lenguajes con gran libertad de ejecución. En japonés la palabra “kaken” significa al
mismo tiempo escribir y dibujar, del mismo en occidente “grafía”, hace referencia a la
escritura y el dibujo. La fusión de estos dos lenguajes tiene su máxima expresión en
artistas modernos como Paul Klee y Miró, donde las letras parecen convertirse en
imágenes y las imágenes en letras.

BIBLIOGRAFÍA:

Historia Universal del Arte. Editorial Rombo.

Summa Pictorica. De la Prehistoria a las Civilizaciones Orientales. Joan Sureda.


Editorial Planeta.

El Manual de Dibujo. Juan José Gómez Molina, Lino Cabezas, Juan Bordes. Editorial
Cátedra.

El Arte y el Hombre. René Huygue. Editorial Planeta.

También podría gustarte