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CAPÍTULO 1
Los avances de la ciencia y la tecnología en las últimas décadas del siglo XX y primera del
presente siglo han sido espectaculares, impulsando todas las ramas del saber humano,
desarrollo que sin duda será superado por los logros científicos y tecnológicos de los años
futuros. La agricultura no es ni será ajena a estos acontecimientos y tarde o temprano se
beneficia de muchos de los descubrimientos y avances tecnológicos desarrollados en las
diversas ramas del conocimiento humano.
Al mismo tiempo modernas herramientas, como los satélites, las computadoras y los
programas, los sensores, la Internet y los sistemas de información geográfica, hacen más
fácil la toma, envío y procesamiento de datos e información necesaria para encontrar
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Así, la agricultura, actividad que inicio como sistema económico hace unos diez mil años,
cuando los grupos humanos prehistóricos domesticaron las primeras plantas, inventaron las
primeras herramientas y desarrollaron los procesos necesarios para acondicionar los
terrenos y el medio donde realizaron sus primeros cultivos, hoy vislumbra nuevos
horizontes para abastecer de alimentos a una población mundial en constante crecimiento y
cada día más numerosa, para de esta forma enfrentar mejor una serie de cambios que están
ocurriendo a nivel global.
A diferencia de la flora natural, donde los vegetales crecen espontáneamente, mediante una
serie de prácticas y cuidados, al inicio de la agricultura los primeros agricultores
propiciaron condiciones más favorables para el desarrollo de las plantas cultivadas,
modificando el entorno natural y dirigiendo su desarrollo y evolución mediante la selección
cuidadosa de los materiales y semillas utilizadas en su reproducción, siempre buscando
aquellos elementos de mayor utilidad e interés.
Sin embargo, así como la ciencia tiene posibilidades de destrucción, también tiene la
posibilidad de creación y restauración de la naturaleza. En este sentido, lo criticable no es el
uso de la técnica y la tecnología, sino su mal empleo, en sí misma la tecnología no es la
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responsable de los desequilibrios ocasionados al medio, los responsables son quienes las
usan indiscriminadamente en aras de una acumulación de riqueza desmedida. Cuando la
sociedad cobra conciencia de esos desequilibrios está dando el primer paso para corregirlos,
situación que se logra empleando diversas técnicas y estrategias (Cubero y Moreno, 1993).
Aun cuando el problema del deterioro ambiental presenta muchas aristas, una forma de
contribuir a minimizar los efectos negativos de la agricultura sobre el medio natural es
intensificando la producción agrícola por unidad de superficie, esto es aumentando la
productividad mediante el uso de tecnologías modernas que sean compatibles con el
entorno, tecnologías con las que se puede apoyar para que los agricultores, sobre todo los
de escasos recursos de diferentes regiones montañosas, obtengan en pequeñas superficies
de cultivo los productos agrícolas necesarios para su alimentación utilizando tecnologías de
producción intensiva de la agricultura protegida y los invernaderos, mientras las tierras
actualmente erosionadas e infértiles puedan destinarse a usos más ecológicos, como
plantaciones forestales, pastizales, restablecer la vegetación natural con diversos fines de
conservación y ecoturismo, entre otros. Usos en los que se puede incluir la captura de CO2,
la purificación del aire, la captación de agua y recarga de los mantos acuíferos, así como la
conservación de la biodiversidad.
Lo anterior implica que los agricultores deberán estar cada día más y mejor preparados en
conocimientos e infraestructura para desarrollar una agricultura más eficiente y menos
contaminante, los invernaderos y las nuevas tecnologías agrícolas, entre ellas los modernos
sistemas de riego por goteo y micro aspersión, están contribuyendo a minimizar el impacto
ambiental, situación que exige una mayor capacitación de los productores. De esta forma,
los agricultores del futuro se parecerán más a técnicos de laboratorio que a los actuales
trabajadores del campo (Calvo, 1995).
Esta situación ya es una realidad en muchas partes del mundo, incluido México, y lo más
importante es que las nuevas tecnologías son aptas para usarse en cualquier tamaño de
predio, permitiendo un alto control de las variables productivas, haciendo a la agricultura
una actividad más productiva (Sánchez, 2004).
europea, sobre todo mediante el empleo de los invernaderos (Junta de Andalucía, s/f;
Sánchez y et al, 2001).
A finales del siglo pasado la superficie cubierta por invernaderos en Almería era de más de
25 mil hectáreas y representaba alrededor del 50 % de la superficie de España (Valera, et
al, 1999).
Muchas regiones de México cuentan con mejores condiciones naturales para el desarrollo
de los invernaderos que las presentes en Almería. Debido a ello en varias partes de México
la agricultura protegida se está desarrollándose en forma acelerada, buscando la obtención
de productos de alta calidad tanto para el mercado interno como de exportación.
obtener altos rendimientos con productos de mejor calidad y en mayor cantidad que a
campo abierto.
Ejemplo de ello en la producción animal son las estructuras utilizadas en las granjas de
pollos y otras aves, así como los establos donde se reproducen bovinos, ovinos, caprinos y
cerdos. En la producción agrícola son ejemplo los invernaderos, túneles y casas sombra o
enmallados, para el cultivo de diversos vegetales, así como los viveros, tanto de
ornamentales como forestales donde se producen y multiplican gran variedad especies
vegetales. Además de sistemas de producción en los que se hace uso de la hidroponía, los
acolchados y la fertigación.
De esta forma, a través de los años, pero sobre todo en las últimas décadas se han
desarrollado varios tipos de estructuras y técnicas para la protección de las plantas, mismas
que plantean diferentes alternativas para recrear condiciones ambientales óptimas para el
desarrollo de los cultivos, de acuerdo a los requerimientos climáticos de cada especie y en
concordancia con los factores climáticos de cada región.
Lo anterior tiene con base el que en la agricultura los límites productivos de las plantas
cultivadas están determinados por dos factores principales; la información genética de las
distintas especies o variedades y el ambiente en el cual se desarrollan.
Entre los principales factores ambientales que impiden la expresión del potencial genético
de los cultivos están; la baja fertilidad de los suelos, las enfermedades, las plagas, la
competencia con otras plantas, condiciones climáticas poco favorables; entre ellas falta de
agua y bajas o altas temperaturas, así como métodos y técnicas poco apropiadas para su
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cultivo. Factores todos ellos que inciden sobre las plantas cuando se desarrollan a campo
abierto o al aire libre, dando como resultado bajos rendimientos.
Para evitar las pérdidas atribuidas a los factores ambientales adversos al desarrollo de los
cultivos, han surgido una serie de elementos para proteger a las plantas dando origen al
desarrollo y fortalecimiento de la agricultura protegida, la parte más dinámica de la
agricultura del siglo XXI, basada en estructuras agrícolas, sistemas de riego y prácticas de
cultivo apropiadas a cada especie.
Con ello, las modificaciones ambientales logradas con cada uno de los tipos de estructuras,
empleadas en la agricultura protegida, permiten ofrecer un medio más favorable para que
las plantas expresen su potencial productivo, sin las restricciones ambientales a que están
sometidas cuando se desarrollan a campo abierto, ya sea en sistemas de riego o temporal.
En este panorama, los invernaderos son los elementos de la agricultura protegida que
permiten un mejor control de las condiciones ambientales y combinándolos con las ventajas
de la hidroponía se logra un control óptimo de las condiciones edáficas para logara un
mejor desarrollo de las plantas.
Como ya se indicó, un eje fundamental de este tipo de agricultura son los plásticos para uso
agrícola, cuyo uso y empleo que se engloba bajo en concepto plasticultura.
Los plásticos empezaron a usarse a mediados del siglo pasado y para el año de 1995 ya se
reportaba que la plasticultura mundial había tenido un consumo del orden de las 3 millones
de toneladas de materiales plásticos, de los cuales por lo menos 2 millones se dedicaron a
cultivos protegidos y ensilaje (Martín, 1995).
Pendiente
Antes de esa fecha solo existían los invernaderos de acero con cubierta de vidrio, mismos
que se usaban para proteger plantas en jardines botánicos, pero no se les concebía como
elementos de apoyo a la producción agrícola debido a su alto costo.
Debido a lo anterior, a los invernaderos actuales, se les consideran como parte fundamental
de la plasticultura o agroplasticultura. Actividad que en sus inicios se le conoció como
plastopónia (Bauman, 1969; Papaseit et al, 1997, Castilla, 2005).
dando origen a la plasticultura, incluso antes de que los plásticos se desarrollaran y mucho
antes de su aplicación a la agricultura.
En otro extremo del planeta, la literatura señala que en Japón, en la década de los años
cincuenta del siglo pasado, también se sustituyó el papel impregnado con aceite, utilizado
para proteger los cultivos de frutas y verduras tempranas, por cintas de cloruro de polivinilo
(PVC), dando un paso más en la plasticultura y la agricultura protegida (Castilla, 2005).
Muchas de las aplicaciones encontradas a los plásticos en la agricultura fueron obra del azar
y no necesariamente de la investigación científica. Los químicos que inventaron los
plásticos no los concibieron, originalmente, para usos agrícolas, sino para aplicaciones
industriales.
De esta forma, las diversas aplicaciones que los plásticos tienen en la actualidad en la
producción agrícola fueron apareciendo de manera casual y fortuita, desde finales de los
años 40 del siglo pasado y las siguientes décadas, como resultado de la necesidad de
solventar los problemas inmediatos y concretos que a los productores se les presentaban en
la agricultura. Nacieron cuando los agricultores de diferentes partes del mundo se
auxiliaron de materiales plásticos para buscar la solución a problemas como el alto costo de
los invernaderos de cristal, el ensilaje del forraje, la escasez de agua o la necesidad de
ajustar los calendarios agrícolas a las necesidades del mercado (Garnaud, 1992; Papaseit et
al, 1997).
A partir de la década de 1960, a la fecha, las exigencias de los usuarios han influido para
que en las universidades y centros de investigación se desarrollen investigaciones más
precisas y practicas sobre el uso de los plásticos en la agricultura. Así mismo los problemas
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No obstante lo anterior, hacen falta materiales plásticos adaptados a cada una de las
posibles aplicaciones, así como una mayor difusión y conocimiento de las características de
los mismos.
Por otro lado, falta mucho por hacer sobre el reciclaje de plásticos o la generación de
plásticos biodegradables, para evitar la contaminación ambiental y visual que ellos generan,
esto no solo es válido para los plásticos utilizados en la agricultura, también lo es para
todos los plásticos empleados en otras actividades, principalmente los usados como envases
de diversos productos.
Entre los materiales plásticos para uso agrícola existen plásticos para acolchados, plásticos
para emplearse como cubiertas flotantes; plásticos para cubiertas de túneles bajos, túneles
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altos e invernaderos, así como para muchos otros usos a los que dichos materiales se
pueden aplicar, tanto actuales como potenciales, de acuerdo a sus características y
propiedades. (Papaseit et al, 1997; Díaz et al, 2001).
Entre los plásticos agrícolas destacan los polietilenos, plásticos flexibles, a los que se les
han encontrado diferentes aplicaciones en la agricultura y ganadería. De ellos existen varios
tipos como polietilenos normales, polietilenos de larga duración y polietilenos térmicos.
En la tabla 1.1 se presenta un listado con los nombres y abreviaciones, tanto en español
como en inglés, de los principales productos de plástico disponibles en el mercado
internacional y nacional, y en la tabla 1.2 se presentan las posibles aplicaciones de cada uno
ellos. Mientras en la tabla 1.3 se presentan algunas ventajas y desventajas del uso de los
polietilenos.
Español Inglés
Nombre Abreviatura Nombre Abreviatura
Polietileno de baja densidad PEBD Low density polyethylene LDPE
Polietileno de baja densidad lineal PEBDL Linear low density polyethylene LLDPE
Polietileno de alta densidad PEAD High density polyethylene HDPE
Etileno de acetato de vinilo EVA Ethylene vinyl acetato EVA
Policloruro de vinilo PVC Polyvinyl chloride PVC
Polipropileno PP Polypropylene PP
Policarbonato PC Polycarbonate PC
Polimetracrilato PMMA Polymethyl methacrylate PMMA
Fuente: Papaseit et al, 1997
Las técnicas y estructuras para proteger cultivos se enfocan a minimizar el efecto de alguno
o varios de los elementos que afecta la producción agrícola, como el viento, el granizo, las
heladas y bajas temperaturas, el exceso de radiación lumínica, las altas temperaturas, la
evaporación y la protección del suelo, entre otras (Tesi, 2001).
Los elementos de la plasticultura enfocados a proteger cultivos son diversos, desde los
acolchados y las cubiertas flotantes, que se emplean para cubrir los terrenos agrícolas o los
cultivos, las cubiertas de mallas para disminuir luminosidad y evitar el daño de insectos y
granizadas, pasando por los túneles bajos o micro túneles, hasta modernos invernaderos
dotados de dispositivos automáticos y equipos apropiados para el control de los principales
factores climáticos.
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En todos los casos, los efectos de las estructuras protectoras se deben completar con
eficientes sistemas de riego, así como cuidados y prácticas de cultivo apropiadas a cada
especie en desarrollo bajo alguna estructura para proteger cultivos.
De esta forma, los principales dispositivos empleados para proteger cultivos se pueden
agrupar en los siguientes elementos: cubiertas flotantes, cubiertas de plástico, casas sombra
y enmallados, túneles bajos, túneles altos e invernaderos de diversos tipos.
Además de otros elementos de apoyo como los acolchados, las pantallas térmicas y mallas
de diversos tipos que se usan con diferentes objetivos en la agricultura protegida y otras
actividades agrícolas.
Los acolchados, las técnicas contravientos, los medios utilizados contra las heladas y el
granizo, así como los sistemas de sombreado constituyen un primer estadio en la protección
de los cultivos donde se brinda una protección parcial ya que en términos generales dichas
técnicas no cubre completamente la planta o no la aíslan del exterior (Tesi, 2001).
Desde esta perspectiva, los diferentes materiales que se utilizan como cubiertas se pueden
agrupar en permeables a la lluvia y el aire, como las mallas, e impermeables como las
películas de plástico tanto flexibles como en placas o el vidrio.
Las técnicas de acolchado no constituyen propiamente una estructura para proteger cultivos
en su totalidad, es una técnica cuya principal función es cubrir el suelo para proporcionar
mejores condiciones de desarrollo para las raíces y lograr algunos cambios del medio
favorables a los cultivos. Aspectos con los que se han logrado rendimientos de importancia
en la producción agrícola.
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Se trata de una técnica muy antigua con origen en diversas partes del mundo, incluido
México, que consistía en aplicar una cubierta de rastrojo para impedir el desarrollo de las
malezas, proteger el suelo de las bajas temperaturas y evitar la evaporación de la humedad.
Actualmente son varios los cultivos en los que se aplican acolchados con películas de
plástico. Las áreas protegidas por la utilización práctica de este medio de protección tan
elemental se van extendiendo progresivamente en varios países.
Entre las principales ventajas de los acolchados están: 1) incrementar la temperatura del
suelo y reducir fluctuaciones de la misma, 2) ayudar a reducir la evaporación del agua del
suelo, 3) evitar el contacto de los frutos con la tierra, 4) disminuir el consumo de agua, 5)
disminuir labores culturales, 6) ayudar a reducir la erosión hídrica y eólica, 7) evitar el
desarrollo de malezas, 8) elevar la eficacia de los fertilizantes, 9) incrementar la eficacia de
la fumigación del suelo al retener gases, 10) ayudar a reducir la incidencia de plagas y
enfermedades, 11) promover el desarrollo de las raíces, 12) disminuir problemas de
compactación y encostramiento de los suelos, 13) promover la actividad de los micro
organismos del suelo, y 14) ayudar a conservar la estructura del suelo. Efectos que se
obtienen con diferentes tipos de plásticos, sin embargo no hay un solo material que logre
todos los efecto anterior por si solo (Ramírez 1996; Papaseit et al, 1997; Gómez, 2002).
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En la tabla 1.4 se presentan algunos de los plásticos utilizados para acolchado y sus
características. Sin embargo están surgiendo nuevos productos con nuevas características y
propiedades, que posiblemente aquí no se consideren.
El ancho de las láminas para cubrir surcos, va de 1.1 a 1.5 m. La duración del acochado es
de una sola temporada, pero las ventajas son tan importantes como para garantizar su
aplicación. Cuando se emplean plásticos que deja pasar luz es necesario aplicar herbicidas
para impedir el desarrollo de malas hierbas (Tesi, 2001).
En el caso del acolchado en surcos, tanto a campo abierto como el invernadero, antes de
colocar el plástico se requiere darle la forma apropiada a los surcos y colocar el sistema de
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riego, el cual debe quedar por debajo del acolchado y sobre el surco o enterrado unos
centímetros.
Los factores que han contribuido a su expansión son principalmente la duración del
material, su ligereza y flexibilidad, la facilidad de colocación, que puede ser manual o
mecánica y la posibilidad de realizarse sobre grandes extensiones (Tesi, 2001).
Las ventajas del acolchado están en función del color o tipo de acolchado. Entre las
principales ventajas está el que los acolchados ayudan a adelantar la siembra en meses
fríos, reducen el periodo de germinación y el desarrollo de los cultivos e incrementan los
rendimientos y mejoran la calidad de los frutos.
En México, la mayor superficie de acolchados se localiza en el noroeste del país, sobre todo
en los Estados de Sinaloa, Sonora y Baja California. En la actualidad los acolchados están
ganando terreno en muchas otras regiones agrícolas, incluyendo su empleo dentro de los
invernaderos.
Otro uso de los plásticos de poco calibre es para la solarización del suelo. La solarización
es la técnica que consiste en cubrir el terreno con polietileno a fin de elevar su temperatura
a niveles que resulten letales para los organismos que en el habitan, como nemátodos, virus,
bacterias, hongos y semillas de malezas, logrando así un proceso de pasteurización que
permite el desarrollo de los cultivos sin la presencia de organismos patógenos que los
dañen. El proceso se realiza durante la época del año que tenga las más altas temperaturas,
para ello se limpia el terreno de residuos y se aplica un riego que proporcione la humedad
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Figura 1.7. Dos usos de mallas, en primer plano enmallado para cultivo de piña y al fondo
estructuras con malla para cultivo de limón. Tecomán, Colima.
Además de las mallas sombra, existe una amplia variedad de mallas o redes de plástico que
se emplean con diferentes fines, entre las que se pueden citar: cortinas rompe vientos,
mallas antigranizo, mallas mosquiteros, mallas antiáfidos, mallas extruidas para recolección
de frutos, mallas para tutorado y soporte de frutos y flores, mallas anti pájaros, cubiertas de
piso anti malezas, mallas para secado de fruta, mallas para protección de plantas, mallas
para empaque de frutos y hortalizas, mallas para refuerzo de césped, mallas para usos
avícolas, mallas para refuerzo de concreto y estabilización de suelos y mallas o pantallas de
aluminio para escudos térmicos (Papaseit et al, 1997).
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A continuación se abordan las principales técnicas y los principales usos de las mallas en la
agricultura protegida de nuestros días.
Las cubiertas flotantes, también conocidas como mantas térmicas, son protecciones textiles
de textura suave y películas de plásticos ligeros, de 15 a 20 gramos por metro cuadrado, que
se colocan sobre el terreno una vez sembrada la semilla o trasplanta la plántula.
Estas cubiertas protegen los cultivos del ataque de insectos, de daños por la acción de los
vientos, las lluvias, o granizadas y bajas temperaturas, sin interferir con el desarrollo de los
vegetales, ya que debido a su poco peso las plantas las van levantando conforme se
desarrollan.
Con el empleo de las cubiertas flotantes se crea un micro clima más apropiado para el
crecimiento de los cultivos mediante el control de temperaturas extremas, así como una
disminución de daños por factores meteorológicos como viento, granizo y lluvias,
favoreciendo la calidad de los productos y una mayor precocidad de los mismos, que puede
ser de una a dos semanas con respecto a los cultivos a campo abierto. Así mismo, las
cubiertas contribuyen a la sanidad de los cultivos disminuyendo la necesidad de
tratamientos fitosanitarios, (Papaseit et al, 1997).
La colocación de las mantas térmicas es relativamente fácil, ya sea en forma directa sobre
los cultivos, sin ninguna estructura de soporte, enterrando los extremos en el suelo o atando
las orillas a estacas u otras estructuras de soporte, en este caso se deja una holgura
suficiente para que no limite el crecimiento de los cultivos, o empleándose sobre estructuras
de mini túneles.
Las mantas térmicas también se emplean como doble cubierta dentro de los invernaderos,
mismas que se colocan a la altura del canalón y se utilizan para mantener relativamente
estable la temperatura y disminuir luminosidad.
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Las mallas antigranizo, como su nombre lo indica, son cubiertas de tejidos o redes que se
colocan sobre postes para proteger a los cultivos de los daños físicos ocasionados por el
granizo y permitiendo el paso de la lluvia y la energía luminosa.
Son relativamente fáciles de instalar y de poco peso por lo que no requieren de estructuras
de soporte complejas y robustas.
Por lo general son redes de color negro y alta resistencia a la presión (500 a 550 kg/m2),
muy ligeras (40 g/m2), con mallas cuadrangulares de unos 4x7 mm que se fabrican en una
achura entre 2 y 5 m y una longitud variable entre 100 y 300 m.
Las mallas rompe vientos son permeables a los vientos, por lo que una parte de ellos las
atraviesan y otra se desvía. La parte de viento que atraviesa la cortina disminuye su
velocidad a niveles en los que no hay riesgo de daños a los cultivos.
La reducción del viento con mallas puede ser entre el 30 y 80 %, pero la permeabilidad
óptima es del orden del 50 % de forma que no se interrumpa el movimiento de las masas de
aire y evitando por lo tanto, las turbulencias de las parte bajas del resguardo. La acción
máxima de reducción de la velocidad del viento se consigue colocando la protección en
posición perpendicular respecto a la dirección de las corrientes del aire dominantes y
disponiendo el corta viento a una distancia entre dos y tres veces su altura (Tesi, 2001).
Figura 1.10. Cortina rompe viento de malla, utilizada para proteger invernaderos.
Alvarado, Veracruz.
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El efecto perjudicial de los vientos sobre los cultivos puede evitarse colocando diferentes
tipos de barreras, desde cortinas rompe vientos realizadas con vegetación arbustiva y
arbórea, hasta el uso de mallas de plástico fabricadas con este fin.
La mallas son redes tejidas con monofilamento de polietileno de alta densidad, con anchos
o alturas variables de 2 a 3 m que están provistas de borde en el sentido de su longitud para
permitir la su fijación a los postes de sostenimiento, que pueden ser de hormigón o de
madera. La vida útil de estas mallas es de 6 a 10 años. Los cortavientos, además de atenuar
los efectos mecánicos del viento, que empieza a manifestarse a partir de una velocidad de 8
a 10 m/s, ejercen una acción favorable a reducir la evaporación y la transpiración,
determinando un incremento de la humedad relativa y un aumento de la absorción de CO2
gracias a un período más prolongado de la apertura de los estomas (Tesi, 2001).
El uso más común de las mallas contra plagas son las malla anti insectos y anti áfidos que
se colocan en las ventilas de los invernaderos.
Sin embargo, ya se están construyendo estructuras tipo casas sombra con mallas del mismo
tipo para proteger frutales, como el caso del limón ante el ataque de la bacteria
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El tejido en hilos por pulgada determina el tamaño del orificio por lo que una malla de 40 x
40 es mucho más cerrada que un de 40 x 25, impidiendo así el paso de los insectos más
pequeños.
Estos dos calibres se utilizan contra mosca blanca y áfidos, mientras malla antitrips son de
52 x 26 hilos por pulgada cuadrada. Por lo general en rollos de 3.6 metros de ancho por 100
metros de largo.
Una de las desventajas es que las mallas atraen el polvo y reduce la entrada de aire en un
alto porcentaje. Por ello en la época de secas en lugares donde se levanta polvo, se deben
lavar para permitir una buena ventilación. Bajo condiciones normales de uso su duración es
de cinco a siete años.
Figura 1.13. “Casa sombra” con malla cristalina para proteger cítricos.
Tecomán, Colima.
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Las mallas antiáfidos por lo general se fabrican de color cristal. Las hay con hilos de 9
milésimas de pulgada, un tejido de 55x30 hilos por pulgada cuadrada o 22x12 hilos por
centímetro, hasta 25x25 hilos por pulgada cuadrada o 10x10 hilos por centímetro, en
presentaciones de 1.15 a 3.70 metros de ancho, por 100 o 150 metros de largo, tratadas
contra rayos ultravioleta (Tabla 1.5).
Figura 1.14. Malla contra insectos de 16x16 hilos por centímetro cuadrado.
(Fuente: Folleto Textiles Agrícolas).
Este tipo de malla se utiliza para cubrir el piso de los invernaderos y aislar el interior del
lodo y las enfermedades del suelo, además de impedir el desarrollo de malezas.
Comercialmente se conocen como Graund Cover.
Las mallas cubre piso se fabrican en colores negro y blanco, elaboradas con cintas planas
de 2.5 y 1.4 mm de ancho, con una construcción de 24x11 cintillas por pulgada cuadrada o
9.44x4.33 cintas por centímetro cuadrado, en presentaciones de 1.83, 2.10, 3.10, 3.66 y
4.20 metros de ancho por 100, 150 y 152 metros de largo. Están tratadas con aditivos contra
rayos ultravioleta y su vida útil es de dos a cinco años en condiciones normales de uso.
Cuando se colocan sobre arena u otro material de partículas se ha observado que su vida
útil se reduce drásticamente.
Se utilizan tanto para cubrir piso de invernaderos y casas sombra, como en viveros a cielo
abierto donde además del aislamiento del suelo e impedir el desarrollo de malezas, tiene
como finalidad no permitir que las raíces de las plantas penetren en el suelo.
Las mallas contra pájaros se utilizan para proteger del ataque de aves a cultivos como
frutales o granos como trigo y girasol para semilla, así como en la acuacultura donde se
evita que las aves rapaces capturen a los peces.
Algunas de las mallas utilizadas contra los pájaros son de características similares a las
utilizadas contra el granizo, otras son de mayor apertura del cuadro.
Por lo general los entramados de las redes son mayores que se utilizan para otros usos.
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Su duración es de tres a cinco años en condiciones normales de uso. Los colores son en
negro, aunque pueden utilizarse otros colores.
También se utilizan para impedir que las palomas y otras aves se posen y deterioren
monumentos históricos como fachadas se templos y museos.
Las mallas sombra o para sombreo pueden usarse como protección mediante una cubierta
cuya finalidad es reducir la radiación directa y proteger los cultivos de lluvias, granizo,
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Los enmallados son protecciones que se colocan sobre los cultivos en dos versiones; a) sin
una estructura de soporte, b) con estructura de soporte sin cerramiento total. Cuando se
presenta un cerramiento total con malla en techos y laterales son casas sombra.
Por lo tanto el concepto enmallado se emplea para describir el uso de una malla para
proteger o ayudar el desarrollo de los cultivos, como los usos anteriores y el término casa
sombra cuando se hace un cubrimiento total del área de cultivo con mallas utilizando una
estructura de soporte.
Los enmallados cada día se utilizan más, como ejemplo está el uso de mallas para proteger
cultivos de piña, en los cuales las mallas se colocan directamente sobre el cultivo sin
necesidad de ninguna estructura de soporte (figura 1.18).
El color más utilizado en las mallas sombra es el negro, aunque también se usan colores
verdes, blancos, azules, rojos; así como diferentes combinaciones de estos.
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Figuras 1.19 y 1.20. Dos aspectos del uso de enmallados sobre estructuras para el cultivo de follajes
ornamentales. Catemaco, Veracruz.
Los materiales más comunes para la fabricación de mallas sombra son el polietileno y el
polipropileno. En la actualidad se empiezan a emplear otros materiales como el poliéster.
Estos materiales contienen aditivos para protegerlas las mallas contra los rayos ultravioleta,
siendo su duración en promedio es de tres a diez años, bajo condiciones normales de uso.
No se debe perder de vista que con las mallas no se evita el paso del agua de lluvia, además
de que son permeables a los vientos.
Las mallas sombras también se usan en los invernaderos para disminuir luminosidad,
colocadas pon debajo, sobre o por encima de la cubierta del invernadero con el propósito de
proporcionar sombra y disminuir la cantidad de energía luminosa que penetra al interior.
Cuando las mallas se colocan por debajo de las cubiertas o dentro del invernadero, se
disminuye luminosidad pero aumenta la temperatura, ya que la luz retenida se transforma
en calor que la malla irradia aumentando la temperatura interna, esta condición puede
resultar benéfica en invierno pero negativa en otras temporadas (Tesi, 2001).
Si se considera que el calor es producido por la radiación infrarrojo cercano del espectro
electromagnético, o energía radiante del sol, una malla sombra ideal para sombrear
invernaderos debería ser un filtro selectivo que detuviera esa radiación sin afectar la parte
visible o útil para la fotosíntesis, además debería reflejar la radiación infrarroja ya que si la
absorbe será emitida parcialmente hacia el interior del invernadero en forma de calor, sin
embargo no existe un material con esas características y la industria de los plástico busca
elaborar materiales que se aproximan a ese perfil ideal (Díaz et al, 2001).
Los enmallados son una evolución natural de los sombreados con ramas u hojas utilizados
para disminuir la alta radiación sobre algunos cultivos, como la producción de plántula de
café, el enraizado de esquejes de ornamentales en almácigos de regiones de México y el
mundo.
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Figura 1.22. Sombreado con hojas de helecho y mallas, utilizado para enraizado de esquejes de
ornamentales. Tenango de las Flores, Puebla.
Se conoce como casa sombra a las estructuras, utilizada para el cultivo de plantas o la cría
de animales, construida con materiales diversos; como madera, perfiles estructurales de
acero, postes de concreto o cualquier otro material de soporte, misma que se cubre
totalmente con algún tipo de red o malla. A estas estructuras también se les conoce como
net houses, bioespacios y umbráculos.
Estas estructuras se utilizan tanto para el cultivo de plantas ornamentales como para
hortalizas, producción de plántula y protección de frutales. Se recomienda que los colores
utilizados para las utilizadas en la producción de ornamentales y hortalizas de follaje sean
negros y recomendándose material cobertura de color blanco o cristalino para la producción
de hortalizas de fruto como pimiento, pepino, jitomate, calabacita o berenjena. Estos
colores también son los más apropiados para frutales.
Figura 1.23. Casa sombra con malla de color negro para producción de ornamentales.
Estado de Morelos.
Las mallas empleadas con este fin, consisten de una tela tejida de plástico con entramados o
cuadros de diferentes tamaños que proporcionan diferentes porcentajes de disminución de
la luminosidad para regular la cantidad de luz que llega a las plantas y proteger de los
efectos del granizo, las lluvias torrenciales además de impedir el paso de los insectos, aves
y roedores.
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Figura 1.24. Casa sombra con malla de color cristalina para la producción de hortalizas de fruto.
Cruz de Elota, Sinaloa.
Tabla 1.7. Características técnicas de redes de plástico de textura plana para sombreado (50
%) de diversos colores, de 48 (8 x 6) mallas/cm2 y de 100 g/m2.
Además de los usos señalados para las mallas, se fabrican mallas o redes para el tutorado de
cultivos, donde la red se puede utilizan horizontalmente o verticalmente, el primer caso se
da en cultivos como el pepino o melón donde se requiere sostener los frutos y el segundo
caso en cultivos de flores de corte como el clavel.
También se utilizan mallas para el empaque de productos agrícolas como flores, follajes,
frutos, tutorado de cultivos, cría de peces, para protección de plantas forestales, para
sombra del ganado, mallas avícolas, mallas para césped y mallas para control de erosión,
entre otros usos.
Las pantallas térmicas son mallas de plástico y aluminio, con un tejido alternativo de cintas
de aluminio y franjas abiertas, de diferentes anchos, que permiten disminuir un cierto
porcentaje de iluminación. Se emplean para la retención del calor o energía infrarroja que
es reflejada del interior del invernadero y de esta forma conservar por más tiempo el calor
en el ambiente interno del invernadero, también se usan para reflejar la luz solar cuando se
tiene en exceso.
Pueden colocarse por debajo o por arriba de las cubiertas de los invernaderos, con efectos
diferentes en cada caso. Lo más común es que se ubiquen dentro de los invernaderos.
Para evitar que las pantallas provoquen sombras durante el día, es necesario contar con
mecanismos y estructuras que permitan plegarlas y desplegadas, en forma automática, de
acuerdo a las necesidades de iluminación o control de temperatura, debido a ello es
necesario que su resistencia mecánica se suficiente para soportar este manejo.
Este producto está elaborado con cintas de polietileno de alta densidad sometidas
previamente a un proceso de aluminizado en forma homogénea por ambas caras y cubiertas
de una capa antioxidante especial. Las cintas de polietileno cuentan con aditivos contra
radiación ultravioleta por lo que tienen una larga vida.
En el diseño estructural de la pantalla se consideró que al ser tejidas las cintas presentan
una torsión, lo cual combinado con la alta capacidad de reflexión del aluminizado, permite
que gran parte de luz que no alcanzó a entrar como luz directa choque con la cinta y sea
cambiada su dirección, por lo que entra como luz difusa, permitiendo aportar entre un 15 a
un 25 % de luz difusa (Barrañon, 2005).
En esta situación se ubican los mini invernaderos, los túneles bajos, los túneles altos, las
cubiertas de plástico y los propios invernaderos.
No existe una línea divisoria bien definida entre lo que se considera invernadero y lo que es
otro tipo de estructura, por ejemplo un túnel alto o macro túnel, sin embargo se ha optado
por considerar como elemento divisorio el volumen de aire encerrado por metro cuadrado
de piso cubierto.
Este criterio define la capacidad global de la instalación para mantener uno de los
parámetros fundamentales en su manejo, la temperatura.
Así cuando mayor sea el volumen de aire encerrado bajo la cubierta, mayor será la cantidad
de calor acumulada durante el día, por unidad de superficie, misma que disminuirá
paulatinamente durante la noche, de esta forma una estructura con un volumen mayor tiene
más inercia térmica, lo cual representa una ventaja en cuanto a gastos de calefacción
(Bernat et al; 1990; Tesi, 2001).
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Al respecto, Bernat et al (1990) aportan los elementos necesarios para diferenciar túneles
bajos túneles altos e invernaderos.
a) Túneles bajos. Estructura con una relación v/s (volumen/superficie) entre 1/1 a 1.7/1 es
decir de un m3 de aire por m2 de superficie cubierta a 1.7 m3 de aire por m2 de superficie
cubierta por la estructura. Agregan que son simples protecciones dentro de las cuales
apenas se pueden realizar alguna labor mínima de cultivo.
Precisando, los túneles bajos no son transitables por lo que las labores necesarias al
cultivo se deben realizar desde el exterior levantando la cubierta.
c) Invernaderos. Se considera como tal a todas las estructuras en las que existen relaciones
v/s superiores a 3/1, esto es tres metros cúbicos de aire sobre metro cuadrado de
invernadero.
Por su parte Tesi (2001), señala que partir de volúmenes unitarios mínimos de 1.8 a 2 m3,
ya se puede considerar a una estructura como un invernadero. Mientras otros autores
señalan que las estructuras que superan los 2.75 a 3 m3/m2, son a las que se les considera
como invernaderos y las que presentan una relación menor son macro túneles o túneles
altos.
De acuerdo con este autor, como uno de los elementos distintivos del invernadero, con
respecto a las demás protecciones, deberíamos considerar la facilidad de desplazamiento de
los trabajadores para realizar las labores dentro del invernadero, así como de los medios
mecánicos y la disponibilidad de manejo y control del ambiente interno, condiciones que
precisan de determinadas dimensiones en cuanto a altura, anchura y por lo tanto al volumen
por unidad cubierta.
Los mini invernaderos se utilizan para cultivo de plantas ornamentales y al igual que los
terrarios proporcionar abrigo y protección a las plantas que crecen en su interior.
Además de la función protectora de las plantas que contienen en su interior, son elementos
decorativos. Generalmente son de vidrio montados en un armazón de made
maderara o de metal.
Debido a su poco espacio, las especies que en ellos crezcan deben tener un follaje limitado,
de otra forma lo llenarían totalmente. Se puede optar por colocar las plantitas en pequeñas
macetas dentro y cubrirlas con tierra o plantarlas dire
directamente
ctamente sobre algún tipo de sustrato.
Entre las especies que se pueden utilizar en ellos destacan diferentes tipos de cactos,
crasuláceass y plantas de follaje, mismas que se pueden encontrar en gran variedad de
diseños algunos muy originales.
De todas formas estos invernaderos necesitan ciertos cuidados, deben tener una buena
ventilación procurando abrir la tapa con frecuencia, para que no se produzcan
condensaciones excesivas en el interior del mismo ni un exceso de carbónico procedente de
la respiración de las plantas.
En cuanto al riego deberá hacerse con mucho cuidado tratando de evitar encharcamientos
sobre todo si las plantas se colocan directamente en el suelo, si se encuentran en macetitas
pueden sacarse para regarse por separado.
Si tienen imaginación pueden agregar algún detalle de adorno como caracoles, pequeñas
casitas para que parezca un bosque encantado, pedacitos de maderas formando troncos y
todo lo que las mentes creativas puedan imaginarse.
Este tipo de recipiente ya proporciona una protección completa a las plantas, de aquí que el
concepto de mini invernadero sea aplicable a ellos.
También conocidos como micro túneles, se trata de estructuras pequeñas construidas con
arcos sobre los que se colocan cubiertas de plástico, en menor porcentaje cubiertos con agro
textiles y mallas, se utilizan para proteger cultivos en surcos o camas angostas.
En lo personal considero que el concepto de micro túnel de debe aplicar a elementos que no
puedan ver a simple vista, donde al menos se requiera de una lupa para observarlos, cosa
que no ocurre en este tipo de estructuras y de allí que el concepto más apropiado sea túneles
bajos.
Por sus dimensiones no se puede trabajar en el interior y cuando los cultivos requieren de
alguna labor se realizan desde el exterior levantando total o parcialmente la cubierta, que
puede ser permeable o impermeable.
La función de los túneles es minimizar los efectos perjudiciales de las bajas temperaturas,
sin recurrir estructuras costosas.
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En nuestro país se les conoce como micro túneles ya que la forma que más frecuentemente
adoptan es redonda, sin embargo algunos son de formas triangulares, como se puede
apreciar en la figura anterior.
En algunos cultivos su empleo se limita a la primera parte del ciclo, por ejemplo en la
producción de plántula y en algunos sistemas de producción de hortalizas donde en la
primera fase de emplean este tipo de estructuras combinadas con acolchados y riego por
goteo.
Se les emplea para proteger los cultivos y acortar el ciclo productivo al lograrse una
precocidad de unos días con respecto a campo abierto (Tesi, 2001; Sánchez, 2004).
Los factores principales que pueden determinar el mayor o menor rendimiento térmico del
túnel y por lo tanto, sus resultados económicos, se relacionan con los materiales de
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Las dimensiones optimas dependen de la especie a cultivar, garantizando que la altura del
túnel permita un desarrollo normal, por ejemplo para la fresa, rabanito, lechuga y zanahoria
requieren de entre 40 a 60 cm, mientras que el jitomate, pimiento y berenjena precisan de
80 a 90 cm de altura. El ancho debe ser tal que las plantas no queden demasiado cerca de
las paredes laterales para evitar daños por quemaduras (Tesis, 2001).
Por sus reducidas dimensiones no es posible que las personas trabajen en su interior y todas
las labores se realizan desde el exterior de las mismas, destapando o levantando el plástico.
Figuras 1.31 y 1.32. Túneles bajos para producción de plántula de tabaco, con cubierta de agro
textiles y sistema de charolas flotantes. Región de los Tuxtlas, Veracruz.
Estas estructuras también se emplean dentro de los invernaderos de mayor tamaño para
proteger almácigos o para aumentar y mantener temperaturas estables, durante el invierno,
en cultivos en producción.
Los materiales más usados para la construcción de los mini invernaderos son; varillas,
alambrón, alambre, madera, caña, carrizo, bambú, mimbre o cualquier otro material que se
preste para ello.
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Papaseit et al, (1997), reportan 372 700 hectáreas de micro túneles, la mayoría de ellos en
Asia, mientras que para México se reportan 4 170 hectáreas de este tipo de estructuras.
Las principales desventajas de estos elementos de protección son las altas temperaturas
diurnas, la dificultad para ventilación o renovación del aire y las variaciones de temperatura
entre el día y la noche.
Actualmente los túneles altos están siendo utilizados para una gran diversidad de cultivos,
desde árboles de navidad hasta hortalizas.
Los túneles altos o macro túneles ofrecen una variedad de beneficios: extienden la
temporada de producción, mantiene la calidad del fruto y se presta para fomentar
operaciones donde el consumidor va y recoge los frutos que desea comprar. Entre las
opciones de macro túneles se encuentran aquellas suficientemente fuertes como para apoyar
cultivos de viña, o suficientemente altos como para la producción de zarzamoras (Vazzano,
2009).
Son mucho más simples en diseño que invernaderos y más baratos por unidad de superficie.
Los macro túneles son similares a los invernaderos, pero en estructuras sin calefacción. No
necesitan abanicos, calefacción ni electricidad — haciendo los costos de producción,
mucho más bajos.
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Los túneles altos o macro túneles son estructuras que no tienen las características
apropiadas en ancho y altura al canal para ser consideras como invernaderos, pero ya
permiten las labores se realicen en el interior (Castilla, 2005).
De acuerdo a Scarascia, Italia posee 25,999 ha de túneles bajos, mientras que España posee
29,999 ha de invernaderos de plástico. Casi todos los invernaderos de plásticos en Almería,
España se utilizan para la producción de hortalizas. (Hortalizas, 2009).
Los túneles para ser considerados como tales, deberían estar completamente cubiertos con
plástico, sin embargo muchos de ellos solo se cubren parcialmente, por lo tanto son una
cubierta de plástico, pero como es un detalle menor, llamaremos túneles altos a estas
cubierta de plástico.
Son estructuras que tienen un ancho de cuatro a cinco metros y dos a tres metros de altura
en la parte más elevada, con longitudes variables que se recomienda que no excedan los 50
a 60 metros para facilitar su manejo, aunque en México los hay que pueden tener más de
100 metros.
Este tipo de estructuras son las ideales para semilleros o almácigos de especies hortícolas y
ornamentales, como abrigo en la propagación vegetativa de especies de interés comercial y
para la producción de hortalizas y plantas ornamentales.
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Tienen como ventaja su fácil construcción y como principal desventaja, con respecto a los
invernaderos de mayor tamaño es que retienen menos calor durante la noche, debido a su
poco volumen. Otra desventaja es su elevada temperatura durante el día por carecer de
ventilación cenital.
La ventaja, con respecto a los túneles bajos, es mantener un poco más alta la temperatura
nocturna ya que el volumen de aire calentado durante el día es mayor.
Por otro lado permite mayor facilidad en el manejo de los cultivos ya que por su tamaño
posibilita el desarrollo de las labores en el interior de los mismos.
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Pueden ser estructuras unitarias o en batería. Una variante del uso de los macro túneles es
unir invernaderos tipo túnel para formar baterías, facilitando el manejo y las labores,
durante el invierno los túneles pequeños se cubre con plástico para mejor control de la
temperatura y en la época cálida sólo se cubre con malla empleándose para facilitar la
ventilación.
Un tipo de túnel alto se han utilizado como invernaderos familiares en zonas marginadas
para producir hortalizas para el consumo familiar, así se han desarrollado programas de
invernaderos familiares en varios municipios de los Estados de México, Hidalgo y Puebla,
para el cultivo de hortalizas de autoconsumo familiar o la producción de ornamentales
(Bastida, 2004 y 2006).
En algunas condiciones tropicales, las estructuras tienen una cubierta de plástico que
protege los cultivos de las lluvias mientras los laterales se cubren con mallas antiáfidos, con
ello se logra mayor ventilación para reducir la temperatura.
Una cubierta protectora consiste de una cubierta de plástico que se coloca sobre los
cultivos, cuya estructura se hace de postes o arcos que la sostiene, por lo general no
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presenta protecciones laterales. Las cubiertas protectoras tienen como finalidad proteger a
los cultivos de las lluvias, el granizo y en parte de los vientos y la alta radiación solar.
Las cubiertas de plástico, en nuestro país, tuvieron dos orígenes; por un lado las cubiertas o
sombreados a los que ya se hizo referencia y por otro el uso de cubiertas de manta que
algunos productores de ornamentales de Xochimilco y Morelos hicieron con mantas de
algodón de color blanco, práctica que todavía conservan algunos productores de bajos
ingresos en Tenango de las Flores, en el Estado de Puebla.
En la región de Villa Guerrero, México, así como en otras regiones tropicales, se cultivan
flores y plantas ornamentales bajo el sistema de cubiertas protectoras colocadas sobre
estructuras de macro túneles. El material más empleado es el polietileno, aunque con esta
finalidad también se usan otros materiales de plásticos transparentes.
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Los plásticos de color negro se emplean como cubiertas para proporcionar oscuridad a los
cultivos que requieren pocas horas luz, por ejemplo en el cultivo de noche buena, en estos
casos la cubierta se emplea por debajo de la cubierta del invernadero, como una doble
cubierta. En muchos casos las estructuras que sostienen estas cubiertas son macro túneles o
túneles altos.
1.3.3.5. Invernaderos.
De todas las estructuras empleadas para proteger cultivos, los invernaderos permiten
modificar y controlar de forma más eficiente los principales factores ambientales que
intervienen en el desarrollo y crecimiento de las especies vegetales, ya que en su interior se
reproducen micro climas artificiales ideales para aumentar los rendimientos agrícolas, al
margen de las condiciones ambientales externas.
Los invernaderos modernos son acondicionados con una serie de mecanismos y equipos
necesarios para controlar la temperatura, la luminosidad, la humedad ambiental y del
sustrato, la ventilación y aireación, el aporte de CO2, los riegos y la fertilización.
De tal manera que a cada cultivo se le proporcionan las mejores condiciones para su pleno
desarrollo y máximo rendimiento. Con ello se ha logrado aumentar los rendimientos
agrícolas a niveles superiores a los alcanzados a campo abierto mediante cualquiera de los
sistemas de producción tradicional de la agricultura mecanizada.
Esta tendencia todavía no alcanza sus límites superiores y cada día se cuenta con datos
sobre resultados mayores en diferentes cultivos, así cada día se tiene conocimiento de
nuevos datos y estudios sobre los rendimientos alcanzados bajo diferentes sistemas y tipos
de cultivos y de invernaderos.
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Los invernaderos son estructuras construidas con diversos materiales, cuya altura es mayor
de dos metros en la parte útil, con anchos mayores de seis metros y largos variables.
Uniendo varias naves o módulos se obtienen grandes dimensiones de superficies cubiertas,
conocidas como invernaderos en batería.
Por su tamaño permiten que todas las labores y prácticas que requieren los cultivos se
realicen en el interior de las instalaciones, así mismo posibilitan el uso de diferentes tipos
de maquinaria. En México las unidades más grandes son módulos de cinco hectáreas
cubiertas, en Río Verde, San Luis Potosí y de diez hectáreas bajo una sola cubierta en
Pasteje, Estado de México.
Existen otro grupo de técnicas para proteger cultivos, algunas de las cuales son las
siguientes:
Este sistema es muy aleatorio y no siempre recomendable, aunque no puede negarse que en
determinadas circunstancias se han obtenido resultados satisfactorios. La técnica de su
emplea es complicada y peligrosa y existen pocas investigaciones que hayan llegado a
resultados concluyentes (Tesi, 2001).
Este sistema antigranizo, que algunos llaman "cañón", cuya función es la de liberar
concentraciones de aire comprimido contra las nubes que incuban el granizo, para mediante
una combinación de temperaturas y ondas sonoras desbaratar o desintegrar el hielo.
Quemadores de Yoduro de Plata. Las partículas de yoduro de plata sube arrastradas por las
corrientes ascendentes de los desarrollados cúmulos nimbos tormentosos, hasta capas altas
de la atmósfera, donde impiden la sobré difusión de las gotas de vapor de agua, con las que
se forman pequeños cristales de nieve en lugar de gránulos de hielo (Tesi, 2001).
Cajoneras o camas. Son estructuras con la parte de abajo construida con material de
albañilería o de madera con cubiertas de cristal o plástico fijadas a bastidores móviles para
permitir la aireación. Se pueden orientar de norte a sur o de está a oeste. Generalmente la
parte norte es más alta que la parte sur para darle una inclinación con la finalidad de captar
mayor energía radiante del sol y desalojar el agua de la lluvia (Tesi, 2004).
Además en la práctica se han encontrado cultivos que son protegidos parcialmente con
películas de plástico, como barreras rompe vientos y para evitar la entrada de roedores que
atacan los cultivos, como las que se muestran en la imagen anterior.
Es común que varias de estas técnicas se empleen en forma combinada, junto con otras
tecnologías de la agricultura moderna, como los sistemas de riego por goteo y micro
aspersión.
Figuras 1.42 y 1.43. Acolchado, túneles bajos y casa sombra para en la producción de jitomate.
San Quintín, Baja California.
Así encontramos el uso de varias de ellas en combinación con otras, como ejemplo están: 1)
el uso de acolchados, túneles bajos y riego por goteo para la producción de hortalizas, 2) el
empleo de túneles bajo para la producción de plántula y enraizado de esquejes, dentro de
invernaderos en la temporada de invierno, 3) así mismo el uso de acolchados, pantallas y
mallas sombra es común dentro de los invernaderos para el manejo ambiental y la
regulación del micro clima interno.
En la región de San Quintín Baja California se utilizan casas sombra para el cultivo de
jitomate, y a mediados o finales del invierno trasplantan el cultivo, como las temperaturas
todavía son bajas utilizan acolchados y túneles bajos dentro de las casas sombra.
Una vez que las plantas crecen y las temperaturas disminuyen se retiran los túneles para
que no obstruyan el crecimiento y el cultivo sigue su desarrollo normal dentro de la casa
sombra.
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En otras regiones se utilizan túneles bajo casas sombra para el enraizado de esquejes de
plantas ornamentales o barreras de plástico para proteger túneles para el cultivo de la fresa.
Los anteriores son algunos de los varios ejemplos del uso de técnicas combinadas en la
agricultura protegida mexicana.
Por lo tanto, los acolchados se ubicarían en las tecnologías de poco alcance en el control
ambiental, las cubierta flotantes, los enmallados túneles e invernaderos rústicos en las
tecnologías intermedias, mientras los invernaderos dinámicos o de alta tecnología como
aquellas tecnologías que hace posible el control ambiental.
En los tiempos que corren el concepto de invernadero, entendido como un abrigo para
proteger plantas durante el invierno ha sido rebasado, motivo por el cual no se puede
aplicar estrictamente, puesto que se construyen y emplean invernaderos tanto en ambientes
de climas fríos, como en zonas tropicales donde nunca se presentan los rigores invernales.
Tal vez el nombre de “casa de sol”, que les dan los campesinos mayas a los invernaderos
que se han construido en la Península de Yucatán, sea apropiado. Otros emplean el
concepto de “veranero” para las estructuras de utilizada en los trópicos para desarrollar
cultivos dentro de ellas.
Por lo que a falta de un concepto más amplio que defina estas construcciones, seguiremos
utilizando el concepto invernadero para referirnos las estructuras con una cubierta de algún
material relativamente transparente a la radiación solar e impermeable a la lluvia y que se
empleen para cultivar plantas en su interior. Aunque cuando sean estructuras utilizadas en
lugares cálidos como los trópicos, donde aplicaremos en concepto de “invernaderos
tropicales”.
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De tal forma que a los invernaderos actuales se les considera como herramientas
productivas de alta tecnología, en las cuales los agricultores modernos se apoyan para
obtener altos rendimientos agrícolas. Así, en la actualidad, los invernaderos son estructuras
o construcciones de diversos materiales, con una cubierta transparente a la luz del sol,
empleadas para proteger a las plantas de los efectos negativos de diversos factores y
elementos climáticos.
Sin embargo, sobre el concepto y la definición de lo que se considera son los invernaderos,
existen serias controversias entre los distintos autores que han tratado el tema. A
continuación se exponen algunas de las ideas principales, desarrolladas al respecto.
Una definición italiana de 1962 describe al invernadero como; “una construcción de madera
o de hierro u otro material, cubierta por cristales, provista por lo general de calefacción,
que, a veces está iluminada artificialmente y en donde se pueden cultivar hortalizas
tempranas, flores y plantas verdes, en épocas en las que la temperatura y la luz del lugar en
donde se está cultivando serían insuficientes para su crecimiento y fructificación” (Alpi y
Tognoni, 1991).
Matallana y Montero (1995), conciben al invernadero como. “Conjunto formado por una
estructura ligera y cubierta que permite la protección y/o crecimiento de las plantas
mediante el uso de la energía solar y la defensa contra el frío y otras condiciones climáticas
adversas. El tamaño del recinto permite a una persona trabajar cómodamente en su
interior”.
Por su parte Rosete (1998), explica que un invernadero es “el sistema productivo capaz de
generar cosechas con una programación de carácter continuo, en especial fuera de la época
normal en que aparece en el mercado.”
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Mientras que Serrano (2002), define al invernadero como una instalación cubierta y
abrigada artificialmente con materiales transparentes para defender a las plantas de la
acción de los meteoros exteriores, permitiendo en control de determinados parámetros
productivos como temperatura ambiental y del suelo, humedad relativa, concentración de
anhídrido carbónico y luz, en los más cercano posible al óptimo para el desarrollo de los
cultivos que se establezcan.
Por su parte Sánchez (2005), define al invernadero como una construcción agrícola, con
una cubierta traslucida que tiene por objetivo reproducir o simular las condiciones
climáticas más adecuadas para el crecimiento y desarrollo de las plantas de cultivo
establecidas en su interior, con cierta independencia del medio exterior. Para lograr el
objetivo se recurre al diseño y equipamiento del mismo.
Así, los autores citados coinciden en definir a los invernaderos como estructuras que
permiten reproducir, simular y mejorar las condiciones necesarias para el desarrollo de los
cultivos, mediante el control de factores como la luz, la temperatura, el aire, la nutrición y
la humedad. Al respecto se puede observar que las definiciones toman los elementos
estructurales y los empleados en las cubiertas como parte de las mismas.
En España a partir de la norma arriba referida, se establece la norma UNE 76-208/92 para
normar la calidad en la construcción de invernaderos españoles, en donde se retoma la
definición de invernadero establecida por el CEN y especifican las características, los
métodos de cálculo y los procedimientos de ejecución de los invernaderos multicapilla de
estructura metálica con cubierta de materiales plásticos, rígidos o flexibles (Papaseit, 1992).
De acuerdo con esta norma el invernadero debe tener una estructura metálica anclada a una
cimentación, así mismo debe permitir colocar cubiertas con plástico flexible o rígido y
contar con dispositivos que permitan regular las condiciones climáticas en su interior.
Un dilema se presenta al tratar de conceptualizar o definir los las estructuras con cubiertas
impermeables, principalmente plásticas, para proteger cultivos en las regiones tropicales, ya
que como indicamos más arriba, la palabra invernadero proviene del vocablo “Invernar” y
en dichas regiones no existe propiamente la estación invernal, de tal suerte que a dichas
estructuras se les ha llamado de diferentes formas; “invernaderos tropicales”, “casas de
sol”, “veraneros” o “casa de cultivo”, sin que hasta la fecha algunos de ellos se imponga,
posiblemente el primer nombre sea el que más se utilice y popularmente se les sigue
llamando “invernaderos”. Tal vez el concepto más apropiado para dichas estructuras se el
que utilizan los cubanos, ello les llaman “casas de cultivo” (Calzadilla, et al; 2007).
En este contexto, se dio una polémica o discusión entre que significaba un producto de
campo abierto e invernadero, de donde California (USA), saco su definición “tomates
cultivados en invernadero” significa tomates cultivados en una estructura de acero fija,
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De este resumen de opiniones se desprende que son cuatro los elementos que definen un
invernadero.
2) Son empleados en la protección de cultivos para evitar el efecto negativo de los factores
climáticos.
Así en el ámbito productivo los invernaderos se plantean como estructuras que permiten
reproducir, controlar y mejorar las condiciones ambientales para el crecimiento de los
vegetales fuera de temporada o de su distribución geográfica natural, al permitir recrear las
condiciones necesarias para el desarrollo de todas las especies vegetales contribuyendo al
aumento de los rendimientos en la producción de alimentos por unidad de superficie,
haciendo más rentables las actividades agrícolas.
Bajo este enfoque, los invernaderos se conciben como estructuras que modifican en menor
o mayor medida las condiciones ambientales dependiendo de múltiples factores como el
diseño, las características de la estructura, el manejo del invernadero y del cultivo, el
equipo de control de factores ambientales, la ubicación geográfica y topográfica, las
condiciones ambientales, la época del año y la hora del día.
A los otros se les conoce menos y son el efecto sombrilla, el efecto paraguas, el efecto
rompe vientos, el efecto oasis, el efecto chimenea, el efecto escudo, el efecto Venturi y el
efecto abrigo o efecto protección.
Aun cuando estos efectos están estrechamente interrelacionados entre sí, aquí se abordan
por separado con la finalidad de explicar la importancia de cada uno y el papel que
representan en el manejo de las estructura de acuerdo a la ambientación que cada cultivo
requiere.
Estos efectos son interdependientes unos de otros y su correcto manejo o control depende
del clima exterior, del manejo de cultivo y del manejo que se le de al invernadero.
Lo anterior se logra cuando la energía luminosa procedente del sol atraviesa la cubierta en
forma de onda corta y al impactarse sobre las plantas, el piso y los objetos, se transforma en
energía calorífica de onda larga, misma que al ser retenida, en mayor o menor porcentaje
por los diferentes materiales utilizados como cubiertas, calienta el aire y aumenta la
temperatura dentro del invernadero.
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Temperatura que puede manejarse mediante distintos tipos de materiales para cubiertas con
diferentes porcentajes de paso de la luz y diversos sistemas de ventilación ubicados
estratégicamente dentro de los invernaderos.
Este efecto es de gran importancia las regiones con climas templados o climas fríos, así
como zonas desérticas donde se presentan bajas temperaturas, ya que con ello se puede
aumentar la temperatura interna de los invernaderos dando mejores condiciones para las
plantas cultivadas.
Por el contrario en los climas tropicales donde la temperatura ya de por sí es alta, este
efecto puede ser negativo al provocar aumentos de temperaturas por arriba de las que
puedan soportar los cultivos. En esas condiciones se requiere de estructuras con mucha
ventilación y la implementación de sistemas alternativos de enfriamiento, así como el uso
de cubiertas que no permitan el paso de la energía calorífica procedente del sol.
Calor que se perderá con mayor o menor rapidez dependiendo de factores como el manejo
de la instalación, de la capacidad de las cubiertas para retener la energía infrarroja, del
volumen y tamaño del invernadero, de la hermeticidad con que se cierre para disminuir
intercambios con el aire frió del exterior, de la presencia o ausencia de dobles capas, así
como de la temperatura externa.
Por otro lado, un efecto derivado del uso de cubiertas impermeables como el vidrio y los
plásticos, es la modificación del contenido de los gases dentro del invernadero, sobre todo
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el CO2, ya que al impedir la circulación de aire, se agota este elemento necesario para la
fotosíntesis.
La Tierra debido a su fuerza de gravedad retiene en su superficie al aire y al agua del mar, y
para poner en movimiento al aire y al mar en relación con la superficie del planeta se
necesita la energía cuya fuente primaria es el Sol que emite en todas direcciones un flujo de
luz visible o próxima a la radiación visible, en las zonas del ultravioleta y del infrarrojo.
Este es uno de los procesos naturales del planeta, sin el cuál la tierra tendría 32 °C menos
de temperatura.
Sin embargo, la actividad humana está agregando más CO2 a la atmósfera, aumentando
posiblemente el efecto invernadero y favoreciendo así el calentamiento global (Castilla,
2005).
La quema de combustibles fósiles, como petróleo, carbón y gases naturales, es una fuente
de energía que despide CO2 en la atmósfera. El CO2 es uno de los gases primarios en la
atmósfera que atrapa el calor y calienta la tierra.
Como su nombre los indica, este efecto consiste en la posibilidad de disminuir la cantidad y
calidad de la radiación solar o energía luminosa que llega al interior de los invernaderos,
misma que debe estar en función de las necesidades de energía radiante que cada cultivo
requiera para realizar la fotosíntesis y otros procesos fisiológicos relacionados con la luz, ya
que existen plantas con mayores requerimientos de energía solar, mientras que otras son de
media sombra y requieran menor cantidad de luz, situación que para algunos cultivos varia
con la etapa fenológica (Papaseit et al 1997; Tesi, 2001; Castilla, 2005).
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Figuras 1.46 y 1.47. Las cubiertas y las mallas provocan un efecto sombrilla
disminuyendo la energía radiante del sol.
El manejo del efecto sombrilla cobra mayor importancia en las regiones con alta insolación
como los trópicos secos y las zonas áridas, donde la radiación es excesiva para los cultivos
durante una buena parte del año.
Téngase presente que para colocar un tipo de cubierta, primero se debe saber la cantidad de
luz que transmite hacia el interior y la cantidad de luz que requiere el cultivo que este
dentro del invernadero que se va a cubrir con dicho material.
Las mallas sombra y pantallas térmicas, pueden ser móviles o retirables para poder manejar
diferentes condiciones de iluminación, o pueden ser de diferentes grados de disminución de
los, sobre todo cuando se manejan diferentes tipos de cultivos, por ejemplo el cultivo de
diferentes especies en la producción de plantas de interior y plantas ornamentales de follaje.
El efecto paraguas, también conocido como efecto impermeable, como su nombre lo indica
consiste en impedir o evitar la caída del agua de las lluvias sobre los cultivos, y con ello
disminuir los daños directos provocados por lluvias torrenciales y granizadas, así como
daños ocasionado por las enfermedades, mismas que son propiciadas por la alta humedad
relativa y el agua acumulada sobre la superficie de las hojas de las plantas (Papaseit et al
1997; Díaz et al, 2001; Tesi, 2001; Castilla, 2005).
Este efecto se logra utilizando cubiertas impermeables a las lluvias, como las películas de
diferentes tipos de plásticos y el vidrio.
Para propiciar este efecto se requiere del diseño de invernaderos altos, con cubiertas
inclinadas, evitando los techos con poca pendiente. Con ventilas laterales protegidos con
mallas para lograr una gran área de ventilación, pero dotadas de cortinas enrollables para
evitar la entrada de la lluvia.
Otra forma de evitar la condensación del agua es utilizando invernaderos con cubierta con
techos de pendientes pronunciadas, por ejemplo invernaderos tipo túnel gótico, las cuales
hacen que el agua de la condensación escurra hacia los lados.
Se refiere a evitar la entra de los rayos ultravioleta y los rayos infrarrojos al interior de los
invernaderos. Los primeros contribuyen al envejecimiento de los materiales, los tejidos y
células, y los segundos son responsables del aumento de la temperatura. Se sabe que el 46
% de la luz que llega del sol es energía infrarroja, un 9 % es energía ultravioleta y el 45 %
restante corresponde al espectro visible (Elías y Castellvi, 2001).
Para potenciar este efecto se debe hacer un uso apropiado de plásticos tratados contra rayos
ultra violeta o anti uv, que evitan la entrada de dicha energía.
Cuando se usan plásticos multicapa se debe tener cuidado en que la capa que contiene
dicho tratamiento quede en el exterior, de forma contraria este efecto se anula. Así mismo,
para impedir la entrada de la energía calorífica, actualmente, en el mercado se ofrecen
plásticos antitérmicos, con aditivos especiales, que reflejan la energía radiante procedente
del sol, además del tratamiento anti uv (Díaz, et al, 2001).
Este efecto está estrechamente relacionado con el efecto sombrilla y también cobra mayor
importancia en las épocas o lugares con alta radiación directa.
El efecto escudo en parte se puede aplicar a la protección que las cubiertas y mallas
proporcionan contra el efecto de las granizadas y plagas, donde se combina con los efectos
barrera y paraguas.
Las cubiertas con que se cubre los invernaderos, la mallas que se colocan en las ventilas y
las utilizadas en casas sombra, disminuyen la velocidad del viento en menor o mayor
porcentaje, dependiendo de las características de los materiales, protegiendo a los cultivos
que se desarrollan en el interior de las estructuras (Papaseit et al 1997; Elías y Castellvi,
2001; Castilla, 2005).
Al disminuir la velocidad del viento se evitan efectos negativos como la caída de flores,
hojas y frutos o el acame de plantas completas, sin embargo también se da la disminución
de efecto positivos como el aporte de CO2, la polinización y la ventilación o renovación del
aire dentro del invernadero.
Aurelio Bastida Tapia La agricultura protegida y los invernaderos
Para obtener una buena renovación del aire se hace necesario un buen diseño de las
estructuras, con un sistema de ventilas eficiente que permita el intercambio del aire, así
como recurrir a sistemas de ventilación forzada y de aplicación de CO2 en forma artificial.
Existen regiones donde los vientos son tan fuertes que se hace necesario instalar cortinas o
barreras rompe vientos para proteger los invernaderos del lado donde los vientos soplan con
mayor fuerza, cortinas que pueden ser con vegetación natural o con mallas rompe vientos.
Además de la construcción de estructuras robustas y con contravientos que permitan una
mayor fijación de las construcciones al terreno (Elías y Castellvi, 2001; Serrano, 2002;
Castilla, 2005).
Este efecto consiste en la posibilidad de diseñar invernaderos que por las noches se cierren
herméticamente y no permitan el intercambio de aire con el exterior, con la finalidad de
mantener la temperatura interna en los niveles apropiados para los cultivos, con pocos
aportes artificiales de calor durante las noches frías.
Lo anterior se puede lograr mediante el uso de dobles capas, con una capa de aire entre
ellas, para propiciar el efecto termo, utilizando materiales aislantes en las paredes laterales
o dobles capas, colocando cortinas que cierren herméticamente las ventilas y tapando bien
todos los orificios.
Este efecto es importante en las regiones fría, donde las temperaturas bajan durante las
noches por debajo del punto crítico para los cultivos. Por el contrario no es apropiado
propiciarlo en condiciones de altas temperaturas nocturnas, como es el caso de los trópicos.
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Este efecto consiste en lograr un ambiente más húmedo y fresco en el interior de los
invernaderos con respecto al que se presenta en el exterior, fenómeno directamente
relacionado con la transpiración de las plantas y del manejo de sistemas de riego mediante
nebulización y micro aspersión.
Se debe tener presente que la principal función de la mayor cantidad del agua que entra en
las plantas consiste en evaporarse para enfriar a las hojas durante la fotosíntesis y evitar que
se deshidraten, situación que se logra transpirando la mayor cantidad posible de agua. Esta
es la principal estrategia que las plantas utilizan para ambientar su entorno.
Este efecto tiene gran importancia en condiciones con humedad relativa baja y altas
temperaturas, pero se convierte en un verdadero problema en los climas templados y
tropicales húmedos donde la humedad relativa de por si es muy alta. Para esas condiciones,
como ya se indico, se recomiendan invernaderos con mucha ventilación y sistemas de
Aurelio Bastida Tapia La agricultura protegida y los invernaderos
cultivo con menor densidad de plantación para propiciar una circulación eficiente del
viento.
Otro aspecto negativo derivado de este efecto consiste en la condensación del agua de la
transpiración por dentro de las cubiertas y su caída sobre los cultivos por las mañanas.
Aspecto que como se puede paliar mediante el uso de cubiertas anti goteo e invernaderos
con techos bastante inclinados.
Para una mayor eficiencia de este aislamiento, las ventilas deben estar cubiertas con mallas,
para impedir la entrada de agentes nocivos a los cultivos, y no debe haber espacios
descubiertos por los que ingresen las plagas, que a su vez son transmisoras de virus y otros
agentes patógenos.
Para ello las estructuras deben contar con cabinas sanitaria, dotadas de un sistema de dos
puertas de acceso, laberinto de mallas y tapetes sanitarios. Además el ingreso a las
instalaciones debe estar restringido a solo el personal autorizado e ingresar con la ropa y las
medidas de seguridad e higiene adecuadas.
Este efecto consiste en la posibilidad de expulsar el aire caliente, cargado de humedad, por
la parte superior del invernadero, mediante diferentes tipos de ventilas cenitales, mientras
que por las ventilas laterales entra aire fresco, enriquecido con CO2, que ayuda a disminuir
la temperatura. La explicación de este efecto radica en que el aire caliente es más ligero que
el aire fresco o frió. Entre más altas sean las estructuras y más inclinadas las pendientes del
techo, mayor efecto chimenea se logrará (Elías y Castellvi, 2001; Tesi, 2001; Castilla,
2005).
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Cuando los invernaderos no presentan ventilas cenitales, la renovación del aire ocurre por
las ventilas laterales. En este caso el aire caliente que se ubica por arriba de las ventila
laterales forma una isla de calor que aumenta la temperatura en la parte superior del
invernadero calentado los perfiles de los arcos y cristalizando el plástico de las cubiertas en
la áreas que esta en contacto con ellos.
Figura 1.48. Invernaderos enfrente del Ingenio Casasano, simulando el efecto chimenea.
Cuautla, Morelos.
Si el punto de crecimiento del cultivo llega a esta zona se puede deshidratar, un cuando mas
abajo tenga la temperatura adecuada. En todos los casos se recomienda pintar de blanco la
parte superior de los arcos y todas las piezas metálicas que están en contacto con las
cubiertas para disminuir un poco la temperatura, mediante la reflexión de la energía
radiante que incide sobre los metales.
las cuales solo funcionan con ventilas cenitales, mismas que se abren y cierran
automáticamente permitiendo la entrada y salida de aire por diferencias de presiones.
Esta efecto se presenta cuando las ventilas cenitales de los invernaderos están orientadas al
lado contrario de donde soplan los vientos, de esta forma cuando la velocidad del viento
crece la succión creada por el viento exterior ayuda a sacar el aire caliente de los
invernaderos (Castilla, 2005).
Por lo anterior, se recomienda que las ventilas cenitales se oriente en sentido contrario a los
vientos dominantes, sobre todo los que se presentan en las épocas mas calurosas, para con
ello propiciar un efecto sifón, mismo que ayudara a expulsar el aire caliente del interior. En
caso contrario puede ocurrir que el viento sople sobre las ventilas con tal intensidad que
impida la salida de dicho aire provocando un efecto tapón.
En regiones calorosas tendremos un efecto de protección de los cultivos, sin que los
aumentos de temperatura sean excesivos para ellos.
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Por su parte, en las en las regiones frías lograremos, además del efecto de protección, un
buen efecto abrigo para que las plantas no sufran las consecuencias de las bajas
temperaturas del invierno.
Lo anterior implica que el diseño del invernadero y el manejo de los efectos que propicia
deberán encaminarse a mejorar las condiciones naturales presentes en una región
determinada aprovechando las ventajas que ofrecen las condiciones climáticas de la zona,
mejorándolas con un buen diseño, en función de cubrir las necesidades ambientales de los
cultivos a establecer. En caso contrario, la instalación, sobre todo los invernaderos, podrán
ser una verdadera cámara de tortura para los cultivos (Bastida, 2006).
Como en toda empresa, no existe riesgo cero, ni impacto cero, en los invernaderos, existe
una serie de ventajas y desventajas que se deben tener presentes al tomar la decisión de
construir un invernadero o seguir cultivando a campo abierto, al igual que cuando se están
buscando alternativas de inversión en el sector agrícola, ya sea para aumentar la
productividad de una empresa establecida o al iniciar una nueva (Quintero, 1998; Serrano,
2002; Sánchez, 2005; SAGARPA, 2009).
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1.6.1. Ventajas.
En cuanto a las ventajas de la agricultura protegida bajo invernadero, estas son tanto
ambientales como sociales, económicas y técnicas, que presenta el crecimiento de plantas
cultivadas bajo invernaderos, respecto al cultivo de las mismas a campo abierto, a
continuación señalamos algunas de las más relevantes.
establecimiento de los mismos. Por ejemplo, la producción de frutas tropicales con alto
valor comercial en zonas templadas, la producción de jitomate en zonas frías cercanas a
los centros de consumo, para aprovechar la ventaja de la ubicación del mercado, el
desarrollo de cultivos en zonas poco favorecidas climáticamente como las zonas áridas,
donde se presentan variaciones drásticas de temperaturas que afectan la producción y en
ocasiones son letales para los cultivos a campo abierto.
(1) Al establecer una mayor cantidad de plantas por unidad de superficie que a campo
abierto, se obtiene mayor cantidad de producto.
(2) Las plantas se desarrollan en un ambiente protegido contra los efectos negativos de
los factores ambientales presentes en el exterior del invernadero.
8) Menor riesgo en la producción. Como estructuras para proteger los cultivos, los
invernaderos permiten el desarrollo de los mismos con pocos riesgos para la
producción. A diferencia de los cultivos al aire libre donde están expuestos a las
variaciones ambientales y dependen en mucho de la aleatoriedad de los factores
naturales.
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9) Uso más eficiente del agua e insumos. Con la instalación de sistemas de riego
localizados o de precisión como el riego por goteo, micro aspersión, aspersión y
nebulización, el uso de agua dentro del invernadero es más eficiente que en otros
sistemas. Igualmente se abaten los costos de la fertilización al usar la fertirrigación e
hidroponía, técnicas que permiten dar los elementos esenciales para los cultivos
disueltos en el agua, con la ventaja de aportar a las plantas las cantidades de fertilizantes
necesarias para su crecimiento en cada una de las etapas de su desarrollo.
11) Mayor comodidad y seguridad para realizar el trabajo. Bajo la cubierta del
invernadero es posible trabajar jornadas completas sin importar el tiempo prevaleciente
en el exterior dando seguridad en la realización de todas las actividades programadas,
sin los retrasos a que se expone la programación de actividades en los cultivos al aire
libre por el mal tiempo ocasionado por lluvias, nevadas, vientos u otros factores
ambientales.
1.6.2. Desventajas.
invernadero y así estar preparados para enfrentar o minimizar los efectos negativos. Entre
los más importantes están:
Aunque el concepto de agricultura protegida tiene una connotación moderna, muchas de las
técnicas tienen origen en prácticas que se implementaron en diferentes momentos del
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Santamaría (1912), citado por Rojas (1983) refiere que para el cultivo de jitomate, en los
“Cuidados de conservación en la almáciga. En el mes de Octubre en que tiene lugar este
primer trasplante, ya se comienzan a sentir las primeras heladas. Para precaver el plantío de
sus efectos desastrosos, hacen unas tapas de carrizo y tule, o bien de césped, que tienen 80
centímetro por lado y 10 de espesor, son conocidas por los indios con el nombre de
tochimales, y sirven para tapar las plantitas durante la noche, necesitándose una tapa para
cada cuatro matas. Con cuatro pequeños trozos de carrizo, colocados uno al lado de cada
plantita, se sostiene la tapa. Cuando temen que la helada sea muy fuerte, suprimen los
carrizos acostando la planta sobre el suelo y colocando encima las tapas.”
1.8. Conclusiones.
Los invernaderos son estructuras de apoyo a la producción agrícola que deben usarse como
parte fundamental de un sistema productivo constituido por una serie de elementos,
igualmente importantes, para aumentar los rendimientos. Los invernaderos por si solos no
son una panacea ni la solución universal a los problemas que enfrenta la agricultura
nacional.
Como estructuras para proteger cultivos son herramientas modernas, que impulsan el
desarrollo de la agricultura, basadas en una serie de tecnologías que definen la agricultura
de precisión, como parte de lo métodos modernos de producción empleados en la
agricultura tecnificada. .
Aurelio Bastida Tapia La agricultura protegida y los invernaderos
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