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INSTITUTO SUPERIOR de FORMACION

DOCENTE “Dr. JUAN PUJOL”

PROFESORADO DE MATEMATICA
Tecnologías de la información y la comunicación en
la enseñanza (T.I.C.E)

SANCIONES DISCIPLINARIAS EN LAS ESCUELAS


SECUNDARIAS
TRABAJO PRACTICO N.º 1

Silva, Lucrecia Soto, Maitén |2º “U” | 24/04/17


INTRODUCCION

En las instituciones escolares, como en la sociedad misma, es cada vez más


común ver situaciones de violencia (lo que pasa en la sociedad repercute en las
instituciones). Casi todos los días, leyendo el diario o mirando las noticias, nos
enteramos de al menos un caso de violencia escolar, donde entran en juego
tanto docentes y alumnos, como así también padres o tutores. Esto es más
notable en la actualidad, creemos, debido al poco control sobre los alumnos que
tienen las instituciones.
El tema de las sanciones en las escuelas ha llevado a un debate que en
ocasiones se ha inclinado erróneamente hacia su abolición o a considerar
incompatibles las miradas desde el consenso y las sanciones.
En este Informe, partiendo desde nuestra experiencia como ex alumnos de
escuela secundaria y teniendo en cuenta las actitudes de los adolescentes en las
instituciones, trataremos entender, como ha cambiado el comportamiento de los
alumnos a partir de la exclusión de algunas sanciones (o los cambios que se
dieron en ellas), así como también, analizar las posturas que el tema presenta.

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LAS SANCIONES DISCIPLINARIAS EN LAS ESCUELAS SECUNDARIAS

1- ¿Qué son las sanciones disciplinarias?


Las sanciones disciplinarias son castigos (no físicos) o llamados de atención,
que se le da a un individuo, al accionar de manera errónea ante algún contexto o
situación. Estas sanciones se aplican con el objetivo de crear un “choque
emocional” en las actitudes de dicho sancionado, tal que le permitan reconocer
su mal accionar y provoquen que no vuelva a hacerlo. Por ejemplo: al escuchar a
un alumno decir una mala palabra en clase, advertirle (darle un llamado de
atención) que si vuelve a repetir esta acción será amonestado (sancionado).

2- Tipo de sanciones disciplinarias educativas

Las más comunes eran:


-Amonestaciones:
Serán dadas al alumno las amonestaciones que la institución considere
merecen, según la falta que haya cometido el alumno.
- Llamados de atención:
Ante alguna falta leve en el comportamiento del alumno, las autoridades
institucionales deben hacer un llamado de atención, advirtiéndolo de que en
caso de continuar con dicha actitud, será sancionado.
-Citar a los tutores a reunión con las autoridades:
En el caso de violencia estudiantil, cuando un joven intimida a otro, el docente
debe ponerse en contacto con los padres ya que, según Olweus (2000), aunque
la escuela es quien tiene la responsabilidad de la solución de los problemas, los
padres pueden hacer mucho para mejorar este tipo de situación. Es obvio
suponer, que los padres deben tener algún tipo de ascendencia sobre los hijos;
por tanto, éstos deben tener bien claro que, si ellos no se toman las actitudes
violentas en serio, posiblemente en un futuro, los alumnos no pueden llegar a
situaciones donde las normas exijan una conducta normal. Este contacto,
también brinda la oportunidad de intercambiar ideas entre docentes, padres o
tutores y alumnos.
-Poner negativos:
En caso que el alumno no hiciera los trabajos o tareas que el docente haya
mandado, recibirá puntos negativos, los cuales podrán bajar las notas al hacer el
promedio final.
-Sacar al alumno del aula:
En caso que el alumno este generando disturbios en el aula (molestando a
compañeros, hablando en clase, etc.) el profesor está autorizado de echar al
dicho alumno y no dejarlo participar en la clase
-Mandar a dirección al alumno:

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Al igual que en el caso anterior, el docente puede mandar a dirección al alumno,
para que las autoridades mayores se encarguen de la situación.
-Suspensión:
En caso de ciertas faltas del alumno, este deberá ser sancionado con la
suspensión y prohibición del ingreso a clases durante un determinado periodo.
-Expulsión:
Si el alumno cumpliera con el total de amonestaciones que le permiten tener la
institución escolar, o en caso de una falta grave, éste debe ser expulsado de la
escuela.
Aquí entran en juego tanto la postura de los docentes (y autoridades escolares)
de poder reaccionar (sancionar) a ciertas faltas de los estudiantes, siempre y
cuando esas sanciones sean argumentadas o, más bien, justificadas.
En cuanto a la postura de los alumnos (o tutores) podrían apoyarse en que, no
se le está dejando ejercer su derecho a aprender (sea el caso de la suspensión o
expulsión) o de poder expresarse libremente.

3- ¿Dejaron de implementarse las sanciones en las escuelas?

Las sanciones disciplinarias, aun se implementan en las instituciones escolares,


pero no tan rigurosamente como se hacía en sistemas escolares anteriores.
Esto no ha cambiado de un día para el otro, y tampoco de un año a otro, sino
que se fueron transformando gradualmente.
Generalmente, dentro de las instituciones escolares cuando los alumnos
cometen una falta leve se les hacen advertencias con el fin de reprenderlos,
prevenirlos sobre sanciones posteriores o procurar que la misma situación no se
vuelva a repetir. No obstante, en la actualidad ya no se pueden aplicar ciertos
“castigos” hacia los alumnos.
Antes, un docente tenía el permiso de las autoridades educativas de poder
sacar (mandarlo al pasillo o a dirección directa) al alumno que estuviera
ocasionando disturbios en el aula; hoy en día no se les está permitido esto al
docente.
Otra situación que ocurría era que, al llegar determinada cantidad de
amonestaciones, el alumno debía ser expulsado de la escuela. Ahora por el
derecho a aprender de los alumnos, no se puede dejar al alumno fuera de la
oportunidad de asistir a la institución escolar. Aquí se genera algo llamativo: Hay
escuelas que para mantener la cantidad de alumnos (matrícula) que necesita
para no bajar de categoría, extienden la cantidad de amonestaciones que éste
pudiera tener, manteniéndolo así dentro de la institución. O incluso hay escuelas
que aceptan alumnos expulsados o repitentes de otras escuelas, para también
contar con cierta cantidad de alumnos. Tal es el caso, en nuestra provincia; por
ejemplo, del Colegio Secundario Piragine Niveyro, entre otras escuelas….
Refiriéndonos también a esta cuestión, es sabido que, antes, la cantidad de
amonestaciones que se daba a un alumno en sanción a cierto accionar, no es la
misma que en la actualidad. Si, por ejemplo, un alumno recibía 10

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amonestaciones por contestar de mala manera a un docente, hoy en día, por el
mismo motivo solo recibirá 3 o hasta en ocasiones se dejaría pasar esta
situación sólo con un llamado de atención.
En cuanto a desaprobar al alumno, es algo que ya no es válido. Las
instituciones o incluso los docentes hoy en día prefieren “desligarse” de los
alumnos problemáticos lo antes posible y facilitan a los alumnos a pasar de
curso, rosando las líneas de “regalar notas”. En nuestra opinión, y como futuros
docentes, pensamos que de nada sirve este accionar, que es alentar al alumno a
no estudiar, a no esforzarse o preocuparse por aprender, ya que supone que:
sólo debe pasar de año y los profesores se encargaran de ello acomodando las
notas. Y si así no fuere puede recurrir a la queja de sus tutores ante las
autoridades, con la excusa de que es culpa del profesor.

4- ¿Cómo repercuten estas sanciones en los adolescentes?

Pueden ocurrir que se den dos repercusiones: Una es que el alumno acepte que
actuó de mala manera y entienda por que ha sido sancionado. De esta manera
es muy poco probable que el alumno vuelva a tener dicho accionar.
Por otra parte, podría suceder que tome esta sanción de manera violenta y tenga
una reacción violenta ante ella. Aquí tampoco hablamos de violencia física, sino
más bien de una reacción de negación, de: ...” YO NO HICE ESO” ... “YO NO
DIJE ESO” … “YO NO MEREZCO SER CASTIGADO” O hasta en ocasiones
excusarse de porque tuvo ese mal accionar: “LE PEGUE PORQUE EL ME
ESTABA MOLESTANDO” … “FULANO SIEMPRE HABLA MAL Y UD. NO DICE
NADA” … “A MIS PADRES NO LES MOLESTA QUE HAGA ESO” …

5- ¿Cuáles son las dos posturas que presenta este tema?

Por un lado, encontramos la postura del docente, propiamente dicho, de poder


tener una herramienta, que le ayude a la hora de tener el control sobre los
alumnos, más específicamente sobre el comportamiento de los alumnos en las
aulas. Aquí, se toma en cuenta que los alumnos y/o tutores no siempre se hacen
cargo de los actos.
Por otra parte, tenemos la postura de los alumnos y acompañados a estos,
también de los padres o tutores.
Podría ocurrir que no sea que, quienes estén a cargo del alumno, no quieran
participar de lo que ocurre en la escuela, sino que no tengan tiempo y no puedan
tener una interacción con los docentes. De esta forma, en la comunicación,
actuaría el alumno como mediador, defendiendo su postura ante los tutores y no
justificando al docente sobre la sanción recibida, llegando así a lo que llamamos
un “teléfono cortado” que genere un conflicto entre alumnos-tutores y la
institución escolar.

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6- Conclusión

Si bien no resulta fácil llevar a cabo una clase la cual, debe tener el control de
entre 30 y 40 alumnos, es necesario buscar métodos para crear un ambiente de
ocupación para los chicos, realizar actividades, sean de lectura, resolución de
problemas, recorrer el aula para corroborar que los alumnos tengan “algo” que
hacer durante la clase. Más allá de ello, es necesario que el docente siempre se
muestre respetuoso ante cualquier situación que presenten los alumnos. Es
sabido que se aprende más con el ejemplo que con la palabra.
Según Adler y Elmoshost (2005) las relaciones interpersonales implican "trabajar
con otras personas, resolver problemas, negociar diferencias y manejar
conflictos de tal forma que se puedan desempeñar las actividades con eficacia"
(p.135).
En las escuelas son necesarias estas relaciones ya que su actividad permite un
proceso reciproco mediante el cual los alumnos se ponen en contacto con otros,
formándose opiniones acerca de ellos, valorando el comportamiento, lo que
influye en el tipo de relaciones entre ellos.
Como futuros docentes es de nuestro interés entender el comportamiento de los
adolescentes, y buscar la manera de llevar a cabo nuestra labor de la forma más
pacifica posible. Si bien esto parece utópico, podemos utilizar ciertas
herramientas que nos permitan llegar a nuestros objetivos.
Es de suma importancia entender que debemos llegar a un consenso, tanto
docentes, padres y tutores, para el bien de la educación (en tanto escuela) y
para asegurar un buen futuro a los adolescentes.

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Bibliografía:

Adler, R. y Elmoshost, J. (2005) Administración de Recursos Humanos. Barcelona


(España): Ariel

Olweus, D. (2000) Conductas de Acoso y Amenaza entre Escolares. Madrid:


Editorial Morata.

Brawer, Mara (2008). Sanciones educativas. Disponible en:


https://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-109660-2008-08-14.html

Las escuelas de hoy y la sanción disciplinaria. Disponible en:


http://www.lanacion.com.ar/1632220-las-escuelas-de-hoy-y-la-sancion-
disciplinaria

Martínez Zampa, Daniel ¿Sirven las sanciones disciplinarias en las escuelas?


Disponible en:
http://www.todosobremediacion.com.ar/sitio/index.php/articulos/delequipo/84-
isirven-las-sanciones-disciplinarias-en-las-escuelas

"La disciplina más allá de la sanción" disponible en:


http://portal.educ.ar/debates/eid/docenteshoy/mediacion-escolar/la-disciplina-mas-
alla-de-la-s.php

Chaile, Noelia. (2011) Disciplina Escolar en el desarrollo de Enseñanza – Aprendizaje.


Disponible en: http://www.monografias.com/trabajos89/la-disciplina-escolar/la-
disciplina-escolar.shtml#ixzz4f1d5aei8

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