Idealización y afecto positivo disfuncional:

Terapia EMDR para mujeres que sienten ambivalencia

con respecto a dejar a una pareja abusiva
Dolores Mosquera
INTRA-TP, Instituto para el estudio del Trauma y los Trastornos de la Personalidad, A Coruña, España
Jim Knipe
Longmont, Colorado

Después de asegurarse de que haya seguridad, el tratamiento de las víctimas de violencia interpersonal
(VIP) suele centrarse en las experiencias adversas y traumáticas, y en las emociones negativas relacio-
nadas. Además, en muchos casos, la idealización del perpetrador y la emoción positiva desadaptativa
son elementos iniciales que también han de tenerse en cuenta. El concepto de información almacenada
disfuncionalmente (DSI, siglas en inglés de Dysfunctionally Stored Information)–descrito en el modelo
de Procesamiento Adaptativo de la Información (PAI)–va más allá de las emociones negativas desadap-
tativas de los recuerdos de experiencias adversas y puede incluir defensas disfuncionales como emoción
positiva desadaptativa y experiencias vitales idealizadas. La idealización autodestructiva, disfuncional e
irreal en una relación puede tratase haciendo diana, con tandas focalizadas de estimulación bilateral,
sobre recuerdos específicos de emociones positivas que son el origen de la idealización distorsionada. De
esta manera, la paciente es capaz de desarrollar una resolución adaptativa, es decir, una percepción más
precisa tanto de los acontecimientos pasados como de la naturaleza actual de la relación. Este abordaje
para trabajar las defensas de la idealización se ilustra con tres ejemplos de casos de mujeres que se
sentían ambivalentes con respecto a dejar a un compañero muy abusivo.

Palabras Clave: violencia interpersonal; violencia doméstica; hacer diana con EMDR sobre la idealiza-
ción, emoción positiva desadaptativa.

A
partir de la investigación seminal de Leonore
Walker sobre violencia doméstica (1979), se
identificó un ciclo que suele ser recurrente.
Con frecuencia, nos referimos ahora a este patrón
como violencia interpersonal (VIP), que es la principal
causa de lesiones a las mujeres, más que la combina-
ción de accidentes automovilísticos, atracos y viola-
ciones (Krug et al., 2002). Tjaden y Thoennes (2000)
encontraron que casi el 25% de las mujeres encuesta-
das en los Estados Unidos durante la década de 1990
habían sido agredidas sexual o físicamente en algún
momento de su vida por un cónyuge, una pareja o
alguien con quien habían tenido alguna cita.
Un elemento frecuente añadido a este problema es
la incapacidad y/o reticencia del receptor de la vio-
lencia de abandonar la relación o protegerse de otras
maneras. Huir de una relación abusiva a menudo re-
quiere superar obstáculos importantes: dependencia
económica; miedo a las represalias del perpetrador si
hay un intento de huida; falta de confianza en los proce-
sos policiales y judiciales para brindar una protección
adecuada si se intenta escapar de la situación (Murray,
2008; Payne y Wermeling, 2009), etc. Otras barreras
adicionales pueden incluir emociones intensas de
culpa e indefensión aprendida (Ford, 2009; Williams
y Poijula, 2013; Royle y Kerr, 2010; Seligman, 1975;

This article originally appeared as Mosquera, D., & Knipe, J. (2017) Idealization and Maladaptive Positive Emotion:
EMDR Therapy for Women Who Are Ambivalent About Leaving an Abusive Partner. Journal of EMDR Practice and
Research, 11(1), 54–66. Translated by Miriam Ramos Morrison.

Journal of EMDR Practice and Research, Volume 11, Number 2, 2017 E61
© 2017 EMDR International Association  http://dx.doi.org/10.1891/1933-3196.11.2.E61

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 Walker, 1979). Un resumen de informes de 10 países
indicó que entre el 55% y el 95% de las mujeres que
habían sido víctimas de abusos físicos por parte de sus
parejas nunca habían contactado con organizaciones
no gubernamentales, refugios o la policía para obte-
ner ayuda (http://domesticviolencestatistics.org).
Muchas mujeres son claramente conscientes de
que la relación es potencialmente peligrosa y debe
llegar a su fin. La cuestión principal para estas perso-
nas es cómo dejar esta relación y a la vez mantener su
propia seguridad personal. Otras víctimas de VIP pre-
sentan un cuadro algo diferente: uno de ambivalencia
con respecto a si quedarse o irse, pese a los repetidos
incidentes violentos dentro de la relación (Murray,
2008). Las intervenciones descritas en este artículo
pretenden ser útiles para el segundo grupo de pacien-
tes, aquellas que se enfrentan a su propia ambivalencia
respecto a una situación potencialmente peligrosa.
Terapia con mujeres ambivalentes respecto
a dejar una relación abusiva
Por un lado, las personas que han sido victimizadas por
una VIP repetida y prolongada y que también muestran
esta ambivalencia pueden tener emociones intensas de
miedo, indefensión, ira y, especialmente, una autoestima
deteriorada. Al empezar la terapia, pueden ser muy sus-
ceptibles de culparse a sí mismas, después de muchas
situaciones en las que han sido culpadas por su agresor.
Además, también puede que hayan recibido mensajes
similares de amigos y familiares bien intencionados que
saben que la violencia está ocurriendo: «¿Por qué te que-
das con él? ¡No seas tan estúpida!». Como se mencionó
anteriormente, también puede que haya sido reacia a uti-
lizar los recursos disponibles debido a los intensos senti-
mientos de vergüenza con respecto a la situación actual.
Por otro lado, dentro del patrón de la persona vic-
timizada que regresa repetidamente a una relación
abusiva, a menudo hay una imagen distorsionada y
demasiado positiva del perpetrador (Ford, 2009; Royle
y Kerr, 2010). De acuerdo con el modelo del proce-
samiento adaptativo de la información (PAI; Shapiro,
2001) de la terapia de desensibilización y reprocesa-
miento mediante movimientos oculares (EMDR,
siglas en inglés de Eye Movement Desensitization and
Reprocessing), hemos observado que este tipo de idea-
lización por parte de la víctima a menudo se basa en
recuerdos de «momentos positivos» aislados que han
ocurrido en la relación abusiva –que incluyen aquellos
en los que el perpetrador se disculpa y promete no
volver a hacerlo, lo que hace que la víctima sienta la
esperanza de que el agresor cambie– y que minimiza
las amenazas persistentes y la violencia episódica.
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Dentro del ciclo de la violencia (Walker, 1979),
el perpetrador puede contribuir a esta confusión e
indecisión al alternar entre ser impredeciblemente
amenazante y violento, y ser la pareja más agradable,
amorosa y encantadora que uno pueda imaginar. En
la descripción de Walker de este ciclo, los comporta-
mientos agradables del agresor a menudo (aunque no
siempre) son manipuladores y constituyen un intento
deliberado de confundir a la víctima y perpetuar la re-
lación disfuncional, después de que haya tenido lugar
un incidente de violencia interpersonal.
Las pacientes que se presentan en terapia con este ti-
po de ambivalencia a menudo están muy afectadas por
imágenes de recuerdos muy conflictivos. Por un lado,
puede haber imágenes de uno o más eventos violentos
sumamente perturbadores, y por otro lado, la persona
también puede tener imágenes de momentos muy po-
sitivos con el compañero perpertrador. Las imágenes
de los recuerdos negativos y positivos pueden alma-
cenarse de modo disfuncional, de modo que cuando
se accede a un tipo de imagen, el otro tipo es mucho
menos accesible y viceversa. Estas imágenes contra-
dictorias crean confusión, indecisión, baja autoestima
y una sensación de impotencia. Este conflicto interno
puede ser bastante intenso. Los recuerdos de lesiones,
huesos rotos y horribles traiciones a la confianza no
son necesariamente tan persuasivos como se pudiera
esperar a la hora de ayudar a una víctima de VIP a
resolver este dilema interno. En nuestra experiencia,
la intensidad de la defensa de idealización puede ser el
factor principal que impida emociones, pensamientos
y comportamientos adaptativos. Nuestro objetivo es
describir un enfoque que se ha utilizado con éxito pa-
ra tratar el tipo de ambivalencia continuada.
Dentro de la paciente ambivalente, el extremo
conflicto interno con respecto a la relación puede ilus-
trarse como en la Figura 1.
Por lo tanto, para muchas de las pacientes que
permanecen con ambivalencia en una relación poten-
cialmente peligrosa, la vergüenza de sí mismas junto
con una imagen poco realista y demasiado positiva
del compañero perpetrador constituyen con mucha
frecuencia elementos de la presentación clínica ini-
cial (Krug et al., 2002). Estas son distorsiones de la
verdadera realidad de la situación y pueden servir
al propósito, dentro del funcionamiento mental de
la persona, de defenderse psicológicamente contra
el ser plenamente consciente de los sentimientos de
impotencia y terror relacionados con los inciden-
tes violentos. Puede darse un beneficio terapéutico
considerable en las pacientes que toman conciencia
y renuncian a este tipo de defensa de idealización,
y de esa manera son capaces de ver claramente la
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«Yo aún le amo y él me ama.
Vale la pena salvar esta
relación. He de quedarme y
darle una oportunidad».
Figura 1.  El conflicto interno o la ambivalencia que se pueden generar en una víctima de violencia interpersonal. Los dos
polos del conflicto pueden ser co-conscientes y estar disponibles simultáneamente en la conciencia del paciente, o pueden
estar parcial o totalmente disociados entre sí y alternarse en la conciencia de la persona.
situación. Sin embargo, los terapeutas también han de
tener en cuenta que son muy susceptibles de sentirse
avergonzadas y que necesitan estar seguras de que no
están siendo acusadas de ser responsables de la violen-
cia que, de hecho, fue perpetrada por el compañero.
La VIP está, por supuesto, directamente causada por
las acciones violentas de un perpetrador. Los terapeu-
tas deben estar muy atentos y ser muy sensibles a las
defensas de la vergüenza, así como a cualquier defensa
de idealización del perpetrador existente, para asegu-
rarse de que la paciente sepa que el terapeuta no está
«culpando a la víctima».
Idealización y «defensa de negación»
Al inicio de la terapia, la idealización y la emoción
positiva desadaptativa a menudo contribuyen inten-
samente a los conflictos internos y a la angustia de
la paciente, pero estos elementos a menudo se pasan
por alto cuando la psicoterapia está centrada en las
experiencias adversas y traumatizantes y en las emo-
ciones negativas relacionadas. En estos casos, concep-
tualizamos la idealización como un tipo de defensa
de negación –una que puede bloquear la plena com-
prensión de la naturaleza abusiva de la relación y, más
específicamente, bloquear el acceso a los recuerdos
de incidentes violentos y traumáticos. Además, con
la percepción idealizada distorsionada de la relación,
puede que la paciente no desarrolle conductas de au-
toprotección, y que no sea consciente de las señales de
peligro y/o amenaza, lo que hace que sea sea suscep-
tible de exponerse repetidamente a la VIP.
Otras distorsiones relacionadas suelen acompañar
a esta idealización. Algunas personas han aprendido a
asociar el control y los celos con el amor: «Mi pareja
lo hace porque me ama mucho». Muchas víctimas se
sienten culpables cuando su pareja es arrestada y/o en-
carcelada, y rápidamente olvidan o dejan de centrarse
en los riesgos y los incidentes violentos del pasado.
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«Si tuviera un mínimo de
sentido cumún, ¡saldría de aquí
ahora mismo! Esta relación es
imposible. Soy idiota si me
quedo con él un minuto más».
Con frecuencia querrán retirar los cargos y volver a
sus relaciones abusivas, si tienen la oportunidad. Por
este motivo, la idealización y la emoción positiva de-
sadaptativa en situaciones de VIP son asuntos serios,
potencialmente de vida o muerte; problemas que
pueden ser comprendidos y tratados dentro del mo-
delo PAI.
Información almacenada
disfuncionalmente y el modelo de
procesamiento adaptativo de información
El modelo de procesamiento adaptativo de informa-
ción (PAI) es el modelo teórico para la terapia EMDR
propuesto por Shapiro (2001). Fue desarrollado para
guiar la recogida de historia, la conceptualización del
caso, la planificación del tratamiento, la intervención,
y para predecir tanto el resultado del tratamiento
como la consistencia de los muchos patrones de res-
puesta al tratamiento. El modelo PAI considera que la
mayoría de las patologías psicológicas derivan de ex-
periencias anteriores de la vida que ponen en marcha
un patrón continuo de percepción, emoción, com-
portamiento, cogniciones y las consecuentes estruc-
turas de identidad. La psicopatología es vista como
el resultado del impacto de experiencias traumáti-
cas no resueltas del pasado, contenidas en el sistema
nervioso de un modo desadaptativo y específico del
estado.
El modelo PAI establece que los recuerdos al-
macenados disfuncionalmente son los fenómenos
principales que dan como resultado un afrontamien-
to desadaptativo como consecuencia de experiencias
de vida perturbadoras que se han procesado de modo
incompleto. Al explicar el PAI, Shapiro (2001, p. 31)
afirma:
«Cuando alguien experimenta un trauma psi-
cológico grave, parece que puede haber un
desequilibrio en el sistema nervioso, causado
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 quizás por cambios en los neurotransmisores,
la adrenalina, etc. Debido a este desequilibrio,
el sistema de procesamiento de información no
puede funcionar óptimamente y la información
adquirida en el momento del acontecimiento,
que incluye imágenes, sonidos, emociones y
sensaciones físicas, se mantiene neurológica-
mente en su estado perturbador . . . ».
Se puede considerar que el concepto más amplio
de información almacenada disfuncionalmente (DSI,
Gonzalez, Mosquera, Leeds, Knipe y Solomon, 2012;
Leeds, 2016; Leeds y Mosquera, 2015) abarca más que
los recuerdos de experiencias adversas específicas. La
DSI de los recuerdos traumáticos es, por supuesto, un
elemento central de la presentación clínica inicial de
un paciente con cualquier recuerdo no resuelto; y más
aún de los pacientes que presentan una sintomatolo-
gía grave asociada con trastornos de la personalidad,
disociación, TEPT o TEPT complejo, entre otros. Sin
embargo, también hay otros tipos de elementos de la
DSI involucrados en el desarrollo y mantenimiento de
la psicopatología compleja. Si limitamos el concepto
de «información almacenada disfuncionalmente» e
incluimos solamente representaciones de experien-
cias traumáticas, estamos limitando tanto nuestra
conceptualización teórica del PAI como también, po-
tencialmente, el uso de los procedimientos de EMDR
con recuerdos claramente identificados de aconteci-
mientos traumáticos. Una comprensión tan restrictiva
del PAI puede prolongar innecesariamente la fase 2
de EMDR (fase de preparación) y también limitar in-
necesariamente las muchas formas en que la terapia
EMDR puede ser utilizada para orientar y resolver la
DSI, como las defensas y la separación disociativa en-
tre las partes de la personalidad.
Para ampliar la posibilidad de intervención con
procedimientos específicos de EMDR, necesitamos
pensar desde una conceptualización general de la «in-
formación» de las experiencias que se almacena de
manera disfuncional (González, Mosquera, Leeds,
Knipe y Solomon, 2012). Según Shapiro (2001), se
puede entender que los recuerdos almacenados dis-
funcionalmente abarcan todos sus componentes
intrínsecos, que incluyen percepciones, pensamien-
tos, imágenes, aspectos somáticos y emociones. Esos
recuerdos pueden distorsionar la experiencia presen-
te, bien hacia la perturbación (es decir, sentir una
intensa ansiedad mientras se piensa en un aconteci-
miento traumático, incluso mientras se está en una
consulta de terapia segura) o hacia el afecto positi-
vo distorsionado (es decir, sentir alivio al evitar con
éxito un recuerdo traumático o seguir viendo a un
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perpetrador peligroso como un compañero seguro).
Hay momentos en los que el afecto positivo puede ser
más disfuncional que adaptativo, y en estos casos, las
pacientes pueden beneficiarse enormemente del re-
procesamiento de estas «experiencias aparentemente
positivas» (Knipe, 1998, 2005, 2009, 2014; Mosquera
2010, 2016; Stowasser, 2007; Steele y Mosquera, 2016).
El afecto positivo disfuncional sirve como
defensa psicológica
El afecto positivo disfuncional como la idealiza-
ción – una imagen positiva distorsionada e irreal de
otra persona (Knipe, 1998, 2005, 2009; Mosquera y
Knipe, 2015) – con frecuencia puede bloquear el ac-
ceso a material específico de recuerdos traumáticos,
lo cual impide que se procesen y sanen por completo
los recuerdos traumáticos. Por ejemplo: la evitación
con éxito de un recuerdo traumático puede experi-
mentarse con una emoción de alivio; la idealización
de un perpetrador puede contener emoción positiva
distorsionada y poco realista. En dichos casos, no
puede accederse del todo al material postraumático
y, por tanto, no puede resolverse mediante los proce-
dimientos estándar de EMDR.
Cuando una acción mental bloquea la aparición de
material traumático, describimos la situación como una
«defensa psicológica». Mantener las «defensas» en men-
te puede ser particularmente útil para los terapeutas
que trabajan con EMDR. Cuando se hace diana sobre
el afecto positivo inapropiado de la defensa con tandas
de EBL, el resultado es un debilitamiento de la defen-
sa, lo que revela los recuerdos traumáticos no resueltos
que «tapaba» la defensa. Estos recuerdos, entonces, es-
tán más disponibles para el procesamiento estándar de
EMDR. Esto es similar, pero no equivalente, al concep-
to psicoanalítico de defensa como una acción mental
no plenamente consciente que bloquea un impulso
interno inaceptable (A. Freud, 1937). Por el contrario,
el bloqueo, dentro de la definición de defensa del PAI,
impide el contacto con la perturbación postraumática.
La idealización puede cumplir esta función defen-
siva, y estamos definiendo defensa de idealización
como una fuerte implicación emocional en un recuer-
do de una experiencia positiva, que funciona dentro
de la personalidad de la persona para proteger al in-
dividuo de sentirse abrumado por el impacto de los
recuerdos perturbadores no procesados. Si es posible
hacer diana sobre las imágenes representativas de la
idealización positiva y resolverlas, esto puede permitir
el acceso a las experiencias traumáticas subyacentes
e inacabadas, que a su vez pueden procesarse usando
procedimientos estándar de EMDR.
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 Codependencia
La codependencia se define como una condición
psicológica en la que alguien está en una relación
infeliz y malsana que implica vivir con otra persona
y posibilitar un comportamiento disfuncional conti-
nuado en ella. Una paciente codependiente con fre-
cuencia se encuentra muy preocupada por la continua
disfunción de una relación, y la «solución» infructuosa
que intenta una y otra vez es humillarse a sí misma
mientras pretende mantener una imagen positiva de
la pareja –o, más específicamente, el modo en que el
paciente espera y desea que sea el compañero. Esta
implicación emocional en una imagen idealizada de
la pareja puede estar motivada por los recuerdos de
un subconjunto de experiencias verdaderamente posi-
tivas, así como de los momentos en los que satisfacer
las necesidades del otro dio como resultado elogios o
una seguridad emocional temporal. Estos recuerdos
positivos pueden ser emocionalmente satisfactorios
en sí mismos, y este sentimiento positivo puede blo-
quear e impedir la plena conciencia de otros aconte-
cimientos perturbadores y traumáticos que se han
producido dentro de esa relación, lo que perjudica la
eficacia de hacer diana de modo estándar con EMDR
sobre esos sucesos. En otras palabras, en estos casos
de ambivalencia intensa, la idealización de la pareja
perpetradora puede estar sirviendo como una defensa
psicológica, impidiendo la comprensión plena y ex-
haustiva del abuso, así como la plena conciencia de las
opciones respecto a acciones futuras.
Terapia EMDR con mujeres que han
experimentado violencia interpersonal
Los procedimientos estándar de EMDR pueden ser
muy útiles a la hora de tratar a muchas personas que han
sido víctimas de violencia interpersonal y que puede
que continúen experimentando indefensión aprendida.
Después de una preparación adecuada, los pasos de la
fase 3 de evaluación pueden aplicarse a incidentes que
representan la disfunción en la relación –normalmente
recuerdos asociados con los diversos tipos de violencia–
con una imagen visual representativa, cogniciones ne-
gativas (CN) y positivas (CP), emociones y sensaciones
físicas acompañantes, y medidas de línea base apropia-
das sobre las escalas de validez de la cognición (VOC) y
de unidades subjetivas de perturbación (SUD).
Con frecuencia encontramos que, durante el «es-
tablecimiento» de la fase 3 de EMDR, puede ser útil
también permitir a la paciente expresar cogniciones
negativas acerca del «otro» que las ha agredido, antes
de pedirle una cognición negativa autorreferencial.
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Si la paciente está experimentando un alto nivel de
enfado hacia el perpetrador, esta breve exploración
permitirá que la ira sea expresada y escuchada por el
terapeuta, lo que suele facilitar el acceso de las pacien-
tes a los pensamientos negativos sobre sí mismas.
Durante la fase 3, la paciente puede presentar, por
ejemplo, cogniciones negativas como «no puedo pro-
tegerme», «no puedo escapar de esta situación» o «no
puedo decir lo que realmente siento». Las cogniciones
positivas correspondientes podrían ser algo del orden
de «puedo tomar medidas para protegerme comple-
tamente», «puedo escapar de una situación peligrosa
y encontrar una seguridad fiable» y/o «soy capaz de
decir con facilidad lo que realmente siento con total
respeto por la dignidad humana tanto mía como de
la otra persona». En estos casos, suele ser muy impor-
tante definir la CP de forma clara y específica, como
modo de ayudar a la paciente a generar una definición
fuerte y convincente de un futuro positivo.
Otro problema que surge al usar el protocolo es-
tándar con este tipo de situación es definir la emoción
perturbadora. Alguien que ha sido herido dentro de
una relación podría nombrar la «rabia» como la emo-
ción que está conectada con un incidente violento
perturbador. A menudo es útil decirle a la paciente:
«La rabia puede ser una emoción empoderadora y
muy apropiada. Pero suena a que tu rabia en este mo-
mento no es de ese tipo. ¿Es más como un tipo de rabia
perturbadora o de indefensión?». De igual modo, una
paciente podría indicar que la «culpa» es la emoción
principal asociada con el recuerdo de un incidente
violento. A veces, puede ser importante que el tera-
peuta aclare si la paciente cree que es verdaderamente
culpable por lo ocurrido o si está experimentando
una emoción fuerte y no racional de culpa, aunque
reconozca que ese sentimiento de culpabilidad no está
objetivamente justificado. La rabia que se bloquea a
veces puede volverse hacia uno mismo, por «permitir»
que haya ocurrido la violencia (incluso si, de hecho, la
víctima no tenía el poder de impedir el abuso).
Con estos tipos de modificaciones, los procedi-
mientos estándar de EMDR suelen ser bastante útiles
para una paciente que ha sido dañado por violencia
interpersonal. Es probable que la paciente llegue
a ver las situaciones pasadas y presentes con mayor
objetividad y claridad, y siga adelante con una mayor
conciencia de sus propios recursos y opciones.
Para las pacientes muy ambivalentes respecto
a su pareja y su relación, puede ser necesario hacer
diana sobre la idealización, como precursor del uso
de los procedimientos EMDR estándar descritos an-
teriormente. ¿Cuáles son los indicadores que señalan
la necesidad de hacer diana sobre la idealización? La
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 TABLA 1.  Procedimiento del nivel de afecto positivo (LOPA)

•  Identificar una imagen específica de un recuerdo que contenga emoción positiva y represente el afecto idealizado dis-
torsionado. El tipo de recuerdo variará dependiendo del tipo de idealización. Por ejemplo, para la idealización de uno
mismo, se le podría preguntar al paciente: «¿Puedes recordar un momento en que fue evidente que las personas muy
inteligentes, como tú, a veces tienen derecho a romper las reglas? (O «... tienen derecho a controlar a otras personas»). Es
importante que el terapeuta haga este tipo de preguntas sin sugerir vergüenza. La idealización de otra persona, o de una
relación, se puede iniciar con preguntas como: «¿Hay un “mejor momento”, un momento que puedas recordar cuando
esta relación fue muy satisfactoria? ¿Hay un sentimiento agradable conectado a ese momento?». O «¿Hay un recuerdo
particularmente agradable que representa tu sentimiento de amor por ?». (O, «¿. . .qué representa tu deseo de no
dejar ir a esa persona?». O «. . .¿qué representa tu deseo de aferrarte a esta relación?».
•  Si el paciente es incapaz de pensar en un recuerdo puramente positivo, pero es capaz de identificar una imagen del re-
cuerdo con afecto tanto positivo como negativo, las instrucciones del terapeuta pueden ser: «Sé que cuando piensas en
ese momento, tienes sentimientos encontrados, pero ¿serías capaz de dejar brevemente a un lado los sentimientos negati-
vos, y simplemente centrarte en los sentimientos positivos que todavía sientes cuando piensas en ese momento?».
•  Cuando se identifica este «mejor momento», el terapeuta puede pedir cogniciones positivas asociadas –no sólo cognicio-
nes positivas autorreferenciales (p.ej., «soy amado»), sino también otras cogniciones positivas que hacen referencia a otra
persona (p.ej., «él me da seguridad y protección». O «él me quiere como nadie me ha querido nunca»).
•  La intensidad del sentimiento positivo asociado con este recuerdo representativo puede entonces ponerse en la escala del
nivel de afecto positivo (LOPA, Knipe, 1998, 2005, 2014), que va de 0–10 y ese sentimiento puede localizarse en sensacio-
nes físicas.
•  A continuación, se mantiene en mente la imagen del recuerdo, las cogniciones positivas y las sensaciones asociadas mien-
tras se inician tandas de estimulación bilateral (EBL).
•  A medida que continúa el procesamiento a través de tandas repetidas de EBL, la información sobre la emoción negativa
puede entrar en la conciencia del paciente y procesarse.
•  No obstante, a pesar de esta aparición de información negativa, suele ser útil seguir «volviendo a la diana» pidiéndole al
paciente que piense repetidamente en el «mejor momento», y que cada vez indique cuál es la puntuación LOPA «ahora
mismo». Al enfatizar las palabras «ahora mismo», se ayuda al paciente a ver que la implicación positiva en la idealización
está disminuyendo.
•  El resultado típico de este procedimiento es la renuncia a la defensa, lo que da lugar a una percepción más realista de la
cuestión en la que nos enfocamos.
Nota. Dentro de estos procedimientos, se pide al paciente que acceda a un recuerdo particular que contiene el afecto positivo de la
defensa (p.ej., la emoción agradable asociada con la imagen idealizada distorsionada) y luego se resuelve la distorsión en esta imagen del
recuerdo a través de tandas focalizadas repetidas de estimulación bilateral que llevan al paciente a una «resolución adaptativa»: se renuncia
a la defensa, lo que resulta en una percepción más realista de la cuestión en la que nos enfocamos.

paciente puede estar centrada en declaraciones que
indiquen que está avergonzada o en la necesidad de
reunirse con la pareja. El terapeuta podría obtener
todos los elementos de la fase 3, pero al intentar
reprocesar en la fase 4, se produciría muy poco mo-
vimiento. En estos casos, los autores encontraron que
era útil hacer diana sobre el polo de afecto positivo de
la ambivalencia. Este enfoque de usar tandas focali-
zadas de estimulación bilateral para trabajar sobre el
afecto positivo disfuncional fue descrito y desarrollado
por primera vez por Popky (1995, 2005). Knipe (2005,
2009) adaptó las ideas de Popky para hacer diana so-
bre el afecto positivo y la percepción distorsionada de
otras personas y procesarlos.
Hacer diana sobre las defensas de idealización con
EMDR.  Un individuo puede tener una imagen muy
positiva de una persona, de sí mismo o de una acción,
y la implicación emocional en la imagen positiva – pro-
teger y mantener esa imagen – puede impedir el ac-
ceso total a los recuerdos traumáticos subyacentes, así
como a otra información más realista que puede que
sea necesaria para la resolución adaptativa de un pro-
blema particular. El procedimiento de nivel de afecto
positivo (LOPA, siglas del inglés Level Of Positive Affect;
Knipe, 1998, 2005, 2009, 2014) es una forma de pro-
cesar y resolver este tipo de imagen disfuncional de
afecto positivo. Los pasos del procedimiento LOPA se
describen en la tabla 1.
Ejemplos de casos
Para muchos sobrevivientes de VIP que llegan a te-
rapia, la defensa de idealización puede ser la única

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Mosquera y Knipe

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 entrada disponible en la red de memoria traumática
disfuncional que es la fuente de las emociones nega-
tivas del paciente. Este abordaje se demuestra en los
siguientes ejemplos, en los que se trabajó con las imá-
genes de los recuerdos positivos con tandas focalizadas
de EBL y la fuerza de la defensa de idealización del pa-
ciente disminuyó significativamente. Este cambio, a
su vez, permitió a los pacientes llegar a una compren-
sión adaptativa, con claridad objetiva, de la naturaleza
peligrosa y disfuncional de estas relaciones.
Caso 1. Día luminoso y soleado
Esta mujer de 35 años de edad fue derivada a terapia
desde un programa para mujeres víctimas de violen-
cia. Su pareja estaba en la cárcel por haber estado a
punto de matarla durante una paliza que había tenido
lugar poco antes de su primera sesión. Había un histo-
rial de muchos incidentes previos de violencia en esta
relación, pero la paciente nunca los denunció y ten-
dió a minimizarlos. Estaba convencida de que él hacía
esas cosas por amor e interpretó la violencia como
culpa suya; ella creía que había actuado en modos que
«justificaban» su comportamiento violento.
Paciente y terapeuta identificaron el peor recuerdo:
la última paliza, un momento en el que casi muere.
La paciente fue capaz de identificar todos los elemen-
tos de la fase 3, pero cuando comenzamos la fase 4, la
fase de reprocesamiento/desensibilización no parecía
funcionar; ella entró en un bucle improductivo, lloran-
do y hablando, sin dirigirse hacia una resolución. Su
emoción, aunque intensa, no estaba conectada con la
realidad del acontecimiento. Parecía estar procesando
sólo a nivel cognitivo. La paciente declaró que extraña-
ba a su pareja y estaba pensando en retirar los cargos.
También dijo: «Me veo mejor por fuera (no quedan
marcas en su cuerpo, después de haberse curado sus
moratones), pero me siento peor por dentro». La pa-
ciente pudo reconocer que la situación seguía siendo
potencialmente peligrosa, por lo que estuvo de acuerdo
en hacer diana sobre los confusos sentimientos positi-
vos que sentía por él. El procesamiento comenzó con
ella hablando de sus intentos de restablecer la relación.
La paciente fue a la cárcel a darle sus pertenencias. Ella
dice que esto la hace sentir mejor, «la esperanza de re-
cuperarlo me mantiene viva. Sé que no es bueno».
Explorando la peor parte de estar sin él.
P: No estar con él, soledad. No sé por qué, estoy mucho
peor que al principio. ¿Por qué me está ocurriendo esto?
La capacidad de la paciente para procesar el dilema
parece estar bloqueada por una implicación positiva
disfuncional en una imagen de este novio como una
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Idealización y afecto positivo disfuncional: Terapia EMDR para mujeres que sienten ambivalencia con respecto a dejar a una pareja abusiva
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pareja maravillosa y amorosa. Aferrarse con fuerza
a esta imagen positiva le impedía darse cuenta del
modo en que esta relación había sido problemática
repetidamente. Por tanto, su intensa emoción positiva
en relación a su recuerdo de la «mejor parte» parecía
ser el problema principal.
P: Me siento mal por él, porque le echo de menos, pero no
por lo que me hizo. No debería ser así.
T: Por eso vamos a intentar reducir la fuerza de esa ma-
nera idealizada de pensar en él. Entonces, intenta pen-
sar en un momento que represente la mejor experiencia
con él.
El mejor momento será la diana para el
procesamiento.
P: Le estaba esperando en el parque. Había una columna,
y él estaba escondido ahí, mirándome. Cuando le vi, me
miró inclinando la cabeza y sonrió, muy contento. No
sé. Es una tontería.
T: No es una tontería. Piensa en esta imagen y de 0 a 10,
¿cómo es de agradable?
Este es un uso diferente de la escala de 0 a 10. No
es una escala de unidades subjetivas de perturbación
(SUDS), sino una escala del nivel de afecto positivo
(LOPA; Knipe, 1998, 2005), una medida de la cantidad
de afecto positivo disfuncional que sigue sintiendo la
paciente, que está sirviendo como defensa frente al
aceso total a los recuerdos traumáticos perturbadores.
P: Es un 10. Fue un momento precioso para mí.
T: Cuando piensas en ese recuerdo, ¿qué notas en el
cuerpo?
P: Una sensación agradable, algo aquí (señalándose al
pecho, la zona del corazón).
Una vez que se identifica la imagen repre-
sentativa del «mejor momento», junto con las
sensaciones corporales que la acompañan, comenza-
mos el procesamiento.
T: Bien. Quédate con eso. (Tanda de EBL).
P: Es su cara de felicidad, de «¡Te encontré!». ¡Su cara de
felicidad!
T: Bien, céntrate en eso y permite que te venga lo que
venga.
P: Esto me estaba tranquilizado. No sé por qué.
T: Está bien. No te preocupes. Deja que las cosas ocurran
de forma natural.
P: ¡Pero es que me estoy volviendo loca! (Empieza a
llorar).
T: Bien, céntrate en eso. (Tanda de EBL).
4/5/17 1:01 PM
 P: Ahora ya mi mente no está tan centrada, estaba pen-
sando en el aparato (la paciente sujetaba los tappers),
el movimiento de un lado a otro.
T: Bien, vuelve al recuerdo y nota cómo de agradable te
parece ahora de 0 a 10.
P: Vale.
T: Sin EBL, piensa en eso y nota si la intensidad es la
misma.
P: No, no puedo pensar en ello de la misma manera. Noto…
como una corriente eléctrica por todo mi cuerpo.
T: Concéntrate en eso. (Tanda de EBL).
P: No puedo pensar en ello.
Se está debilitando la idealización que la paciente
tiene de su pareja y ella está experimentando algo de
confusión temporal. La terapeuta se lo explica.
T: Por eso estamos trabajando en esto, para que estas
cosas que te duelen no tengan tanto poder sobre ti,
porque necesitas pensar en ti misma, en cosas
realistas.
P: Siento menos entusiasmo en el cuerpo. El recuerdo
es exactamente el mismo, la misma cara. Pero ahora
puedo sentirlo, vuelve a doler…
T: Bien, céntrate en eso sigue con eso y deja que te venga lo
que te venga. (Tanda de EBL).
P: Quiero recordar. Quiero ponerme ansiosa. Pero se
va muy pronto. Casi no puedo recordarlo. A veces no
puedo, a veces sí puedo.
T: Sigue con eso, ¿vale? (Tanda de EBL).
Ahora la paciente está algo confundida por su falta
de ansiedad en conexión con esta relación. Hasta esta
sesión, la sensación de peligro siempre había sido un
elemento incluido en el estar con su pareja, y ahora
está desarrollando una perspectiva más realista. Esto
es algo que ocurre a menudo cuando se resuelven las
defensas que llevan en pie mucho tiempo: hay una
desorientación inicial. Suele ser útil y suficiente decir-
le simplemente a la paciente que esta ausencia relativa
de ansiedad es el resultado del éxito de su propio tra-
bajo en la sesión de terapia
La paciente entonces paso a otro «canal» de
procesamiento.
P: Pero… lo que me estaba molestando, al final, era
pensar: «Nunca volveré a tener esto». Estoy hablando
del recuerdo. Es no volver a vivir esa situación con él
nunca más.
T: Bien, céntrate en eso, porque esto es lo que te está
bloqueando.
P: Es una tarde soleada, y él no está ahí, y esto me pone
ansiosa.
T: Sigue con eso. (Tanda de EBL).
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P: La idea de que «no importa, estoy con mi hijo, no im-
porta», me ha venido a la cabeza. Pero eso es cuando
me quiero volver loca. Porque en otros momentos, me
vuelve a venir la imagen (la imagen del recuerdo
positivo).
T: Bien, céntrate en eso. (Tanda de EBL).
La paciente parece estar teniendo un conflicto inte-
rior entre la parte de sí misma que sigue aferrándose a
parte de la imagen positiva disfuncional y la parte de
sí misma que es consciente de su capacidad de vivir
sin su pareja. Con una tanda de EBL, ella es capaz de
resolver este conflicto interior.
P: Ahora apenas puedo pensar en eso. Sólo estaba pen-
sando que él venía junto a mí y me decía: «Vete».
T: Sigue con eso.
Esta paciente sigue confundida porque previamen-
te había pensado que tenía una relación muy amorosa
y positiva con su pareja. Son necesarias entretejidos
psicoeducativos para ayudarle a resolver los restos de
esta confusión.
P: ¿Por qué soy así? Porque no puedo ver lo que pasó como
algo grave (peligroso). ¿Es grave?
T: Piensa en una persona a la que quieres.
P: Mi hijo.
T: Intenta pensar en una mujer a la que quieres.
P: Sí, mi madre.
T: Si su pareja le hiciera las mismas cosas que tu pareja te
hizo a ti, ¿qué pensarías?
P: Pensaría que es extremadamente grave. Pero no es lo
mismo en mi caso.
Esta declaración refleja la sensación de la pacien-
te de ser una persona vergonzosa y no merecedora.
Este tipo de autoevaluación negativa a menudo se
relaciona con una idealización positiva no realista de
una pareja abusiva. Hasta esta sesión, la paciente se
culpaba a sí misma de todos los problemas (es decir,
activando una defensa de vergüenza) con el fin de
mantener esta apreciada, aunque irreal, percepción
positiva del novio.
T: Bueno, él hizo muy buen trabajo haciéndote sentir
así. Hizo muy buen trabajo… haciéndote sentir que
lo que hizo (el abuso) no era importante. En gene-
ral, son especialistas en hacer eso. El no es el único.
Las personas con ese perfil son especialistas en hacer
que otras personas se sientan responsables por los
daños, y en intentar que otras personas se sientan
culpables.
P: Vale.
Mosquera y Knipe
4/5/17 1:01 PM
 Con continuas tandas focalizadas de EBL, el PAI de
la paciente está pasando a una «resolución adaptati-
va», y tiende hacia una toma de conciencia saludable y
asociaciones con información más realista.
P: Es gracioso, porque quiero irme con él, pero al mismo
tiempo no quiero. Mi mente piensa en mí misma sa-
liendo sola, sin él.
T: Sigue con eso. (Tanda de EBL).
P: Quiero salir, pero entonces él empieza a llorar… Y
vuelvo con él. Quiero irme con él y no quiero. ¡Quiero y
no quiero!
T: Quédate con eso. (Tanda de EBL).
En las cadenas asociativas aparece una percepción
certera de la realidad y una resolución adaptativa.
P: Ahora lo que me viene es como real. Quería decirle que
no, decirle que se fuera. Antes, él me presionaba y yo era
incapaz de decirle que no.
T: Sigue con eso. (Tanda de EBL).
P: Ahora me viene algo que pasó de verdad. El día antes de
que me pegase tanto, eso fue lo que hizo. Lloró mucho.
Me pidió que no le dejase. Pero yo no quería pensar
en eso. Pero me vino la idea a la cabeza porque estaba
asociando cosas, relacionando esto con la otra imagen.
Pero yo no quería pensar en ello. Mi mente quería que-
darse en blanco y empecé a centrarme en el ruido, para
evitar pensar en eso.
La paciente está notando su fuerte respuesta evi-
tativa, pero ahora ha establecido algo de distancia de
ese impulso de evitación. La terapeuta la anima a con-
tinuar el procesamiento.
T: Es importante para ti pensar en ello. Si te viene eso a la
mente, hay una buena razón.
P: (Poniéndose en contacto con el recuerdo después
de que hayan disminuido las defensas de idealiza-
ción y evitación) ¡Ahora solo quiero llorar!
T: Bien, céntrate en eso… deja que salga. (Tanda de
EBL).
P: ¡No quiero llorar!
T: (Entretejido) Permítete sentirlo.
P: Ahora quería abrazarlo, sabes, cuidarlo mientras yo
estaba llorando… pero tengo una duda. Pensé: «¿Real-
mente le quiero? ¿Por qué estoy con él?».
T: Vale, céntrate en eso, permite que te venga lo que te
venga, ¿vale? (Tanda de EBL).
P: Ahora estaba viendo como un círculo, desde el principio
de la sesión, cuando recordé su sonrisa, hasta ahora,
cuando recordé su paliza. Justo como un círculo, su son-
risa, sus palizas, algo así.
T: Ok, Sigue con eso. (Tanda de EBL).
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P: Ahora sólo puedo acordarme de cuando me está
pegando. Me está pegando, tratándome muy mal y
demás, y no sólo en ese momento, muchos momentos,
pero sólo momentos cuando se volvía loco, pegándome,
insultándome…
Siguiente sesión:
T: Cuando piensas en el recuerdo (el «mejor momento»,
cuando él la sonreía) que trabajamos en nuestra úl-
tima sesión, ¿qué te viene a la mente?
P: No puedo olvidar eso. Desde que lo trabajamos, siempre
está presente. Cuando pienso en la terapia, siempre
me digo a mí misma: «Pasé de ese momento a este
momento» (del momento positivo a los recuerdos
de las palizas).
T: Entonces, ¿no lo sientes como positivo?
P: No, en absoluto, está exactamente como estaba al final
de la última sesión.
Después de un año se mantenían los cambios. La
paciente indicó que ya no echaba de menos a este ex-
novio y ni siquiera pensaba mucho en él. Ella nunca
volvió a visitarlo y pudo ir a juicio para testificar contra
él sin ningún problema y sin arrepentirse. El exnovio
fue condenado por agresión, y la paciente experimen-
tó un aumento de autoestima, sabiendo que ahora era
capaz de darse cuenta plenamente de la realidad de la
situación y protegerse de manera efectiva.
Caso 2. Nuestro momento
En el momento de iniciar psicoterapia, Barbara tenía
42 años. Se encontraba atrapada en una relación tóxica
que duraba más de 3 años. Era incapaz de romper con
su pareja o incluso de ser completamente consciente
de cómo él la estaba maltratando. Ella sólo venía a
terapia cuando él la engañaba o la maltrataba.
Al igual que la paciente anterior, Barbara había cre-
cido con muchas experiencias adversas en su familia.
Durante sus primeros seis años de vida, frecuentemen-
te presenciaba a su padre golpeando y amenazando a
su madre. La madre finalmente escapó al control del
padre cuando este amenazó con matarlas a ella y a su
hija. Fue en este punto que la madre pidió el divorcio.
Sin embargo, Barbara y su madre nunca comentaron
estas experiencias anteriores.
Debido en parte a estos antecedentes, de adulta, es-
ta paciente daba una importancia fundamental a tener
una relación de pareja sin conflictos. La paciente había
intentado suicidarse varias veces después de discutir
con su pareja. Durante su último intento de suici-
dio, saltó por una ventana y se rompió varios huesos.
Estuvo hospitalizada durante varios meses.
4/5/17 1:01 PM
 Cuando todavía se estaba recuperando, su com-
pañero la golpeó gravemente. Los vecinos llamaron
a la policía. Ella no quiso presentar cargos, pero
cuando la policía vio la gravedad de sus heridas, de-
tuvieron a su pareja. Luego obtuvo una orden de
alejamiento y se mudó con sus padres. Pero a pesar
de dar estos pasos para protegerse, en la terapia indi-
có que echaba de menos a su pareja y quería volver
a estar con él.
Aunque la terapeuta intentó trabajar los recuerdos
de la infancia relacionados con el maltrato del padre y
el ver que su padre golpeaba a su madre cuando era
pequeña, estos intentos no tuvieron éxito. Debido a
la falta de resultados con estas dianas anteriores, la
terapeuta decidió trabajar un momento idealizado re-
presentativo con este exnovio perpetrador.
La paciente mencionó dos momentos muy buenos:
«cuando estábamos juntos en el sofá y él se apoyaba
en mí para que le acariciase» y «cuando fuimos al río y
nos metimos juntos en el agua».
P: Hubo pocos momentos buenos, pero fueron realmente
agradables.
T: ¿Qué momento es más agradable para ti ahora mismo?
P: El del sofá, era más frecuente y la sensación de cercanía
es más profunda.
Como en el ejemplo anterior, se utiliza el procedi-
miento LOPA de 0 a 10.
T: ¿Cómo de agradable es ese recuerdo de 0 a 10?
P: Un 9.
T: ¿Qué emociones te vienen cuando piensas en ese
recuerdo?
P: Nostalgia. Tristeza.
A pesar de que indica que el recuerdo diana es
positivo, encubre de manera defensiva el afecto nega-
tivo. A medida que se procesa este recuerdo, el afecto
positivo disminuye significativamente y el material
negativo del recuerdo llega más claramente a la super-
ficie, donde también se puede procesar.
T: ¿Dónde lo notas en el cuerpo?
P: Estómago.
T: Quédate con eso. (Tanda de EBL).
T: ¿Qué te viene?
P: Era uno de los pocos momentos en los que teníamos
cercanía. Él no era afectuoso, con lo cual era el único
momento en el que le podía tocar y sentirle cerca.
T: Sigue con eso (EBL).
T: ¿Qué te viene?
P: (Llorando). La misma sensación.
T: Sigue con eso (EBL).
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T: ¿Qué te viene?
P: No entiendo cómo podía pasar de ese momento a una
paliza. Yo nunca podría pegar a nadie así y sin motivo
alguno. No podría hacerlo.
T: Es muy confuso.
P: Sí.
T: Sigue con eso (EBL).
T: ¿Qué te viene?
P: Yo quería tener una vida normal. Yo le quería. Yo sólo
quería estar con él y tener una vida normal. Y él no
dejaba el alcohol ni las drogas, así que eso no era posi-
ble. Y luego me decía que yo no hacía lo suficiente por
estar bien, que él nunca tendría hijos y que iba a bus-
carse otra mujer. ¡Vaya caradura! ¡Cuando era él quien
no hacía nada por estar bien!
T: Sigue con eso (EBL).
P: En el fondo lo sabía… pero no quería verlo… yo lo veía,
pero no quería rendirme.
T: Sigue con eso. (Tanda de EBL).
P: No puedes cambiar a nadie que no quiera cambiar. Y
te dejas atrapar por su estilo de vida. (De vuelta a la
diana).
T: Si vuelves al recuerdo de estar con él en el sofá, ¿cómo
de agradable es ahora de 0 a 10?
P: Un 7. A lo mejor quiero creer que es un 7, pero es un 8.
T: No pasa nada si es un 8. Sigue con eso. (Tanda de
EBL).
T: ¿Qué te viene ahora?
P: Desilusión. Decepción. Tristeza.
T: ¿Puedes notar eso?
P: (Sollozando) Sí (EBL).
P: No sé si voy a ser capaz de volver a confiar en otro
hombre.
Ella conecta con el recuerdo del novio de su prima
que, al principio, parecía ser un tipo muy agradable,
pero más tarde resultó estar engañando a la prima. El
novio de la prima estaba tratando de mantener ambas
relaciones de una manera muy egoísta y manipulado-
ra; diciendo que amaba a las dos y le gustaría quedarse
con ambas.
De vuelta a la diana. EBL.
P: Ahora veo que esos momentos los hice míos, pero no
eran para mí. Eran para él. Se acercaba a mí para que
yo pudiera acariciarlo, porque eso le gustaba. Era el
único momento en el que yo podía sentirlo y tocarlo,
pero no era nuestro momento. Era su momento y yo in-
tenté hacer que fuera nuestro. Pero no lo era.
T: Sigue con eso. (EBL).
T: ¿Qué te viene?
P: Estaba ciega. El no me quería. Alguien que te quiere no
tarda 15 minutos en venir a ver si estás bien después de
Mosquera y Knipe
4/5/17 1:01 PM
 te hayas tirado de un puente (refiriéndose a lo que
había pasado justo después de su grave intento de
suicidio). Cuando estaba en el hospital, me di cuenta
de lo poco que yo significaba para él. ¡Pero era tan do-
loroso! Era tan doloroso que no quería que fuese cierto.
Intenté encontrar una explicación, pero no había expli-
cación. Es egoísta. Primero va él, después él y después
otra vez él. Y yo simplemente era alguien que estaba ahí
para acariciarlo o cocinar para él.
T: Sigue con eso. (EBL).
P: Me viene algo de claridad, la falta de entusiasmo que
yo sentía cuando él llegaba a casa. Yo estaba contenta
durante el día, con los perros. Pero en cuanto él entraba
por la puerta, esto cambiaba. Estaba siempre tan serio.
Muchas veces, ni siquiera me decía hola. Y nunca dor-
mía conmigo. En tres años, tal vez durmió conmigo dos
o tres veces. Eso no era normal. Yo pensaba que lo era:
«Esto es lo que hay. Ya está». Pero ya no tengo que se-
guir aguantándolo. Estoy mejor sola.
T: Vale. Piensa en ese recuerdo ahora. De 0 a 10, ¿cómo de
agradable es ahora?
P: Un 4.
T: Sigue con eso. (EBL).
T: ¿Qué te viene?
P: Su egoismo.
Dado que la idealización está ahora procesada, la
paciente es capaz de darse cuenta completamente de la
realidad de esta relación –una toma de conciencia que
antes hubiera sido dolorosa–, de que este hombre no
era un buen compañero. Ella continuó y dio un ejem-
plo del principio de la relación, en el que él esperaba
que ella trabajara, que hiciera todo en la casa, mien-
tras él se sentaba y veía la televisión. Normalmente,
con respecto a las tareas y el mantenimiento de la ca-
sa, no trabajaba ni colaboraba en modo alguno. Como
parte de su toma de conciencia más profunda, dijo:
«¡No entiendo cómo aguanté eso! He sido una marioneta.
¡Una muñeca de trapo!».
T: Sigue con eso (EBL).
T: ¿Qué te viene?
P: Pasé seis meses con mi familia. Mis abuelos también
estaban allí. Y ahí es cuando me di cuenta de lo que sig-
nificaba ser querida, de lo que era significar algo para
alguien y que te cuidasen. Yo no tenía eso con él. Pero
seguía sin poder verlo cuando volví. (EBL).
P: Me viene la noche en que me pegó. Yo no quería denun-
ciarle. Yo no quería que ellos (la policía) se lo llevasen.
Se lo llevó la policía porque vieron mis heridas. Me
pidieron que lo denunciase y yo no quise. Y luego fui
a juicio. Él dijo que yo estaba loca y que había sido en
defensa propia. Ahí fue cuando miré a mi abogado y
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dije: «Esto tiene que terminarse, no importa cuánto
duela. Adelante, presenta cargos». No sólo me dio una
paliza tremenda. Quería que pareciese yo la loca. ¿Qué
diablos? (De vuelta a la diana).
T: Si vuelves ahora al recuerdo, ¿cómo de agradable te
parece?
P: Nada en absoluto. Un 0, o tal vez un 1… quizás sólo un
poquito.
T: ¿Puedes notar ese poquito?
P: Apenas, pero sí, un poquito.
T: Bien, incluso si es sólo un poquito, nótalo.
P: Vale. (EBL).
P: No era mi momento. Era el suyo.
Al final del reprocesamiento, no sentía el recuer-
do como positivo en absoluto. Al reprocesar el mejor
momento, fue capaz de conectarse con información
adaptativa y asimilar la realidad de lo que había ocu-
rrido. Cuando finalmente se dio cuenta de que había
sido una relación tóxica, fue capaz de soltarla. Ella de-
jó de echarle de menos y fue capaz de concentrarse
en su autocuidado. La paciente se quedó muy sor-
prendida con el resultado, y la nueva visión realista se
mantuvo en las sesiones de seguimiento. Más tarde,
terapeuta y paciente fueron capaces de focalizarse con
éxito sobre los recuerdos de la infancia.
Caso 3. Cartas de amor
Una mujer de 48 años fue derivada de un programa
para mujeres víctimas de violencia después de que su
pareja intentara matarla. Ella había estado en una re-
lación con él durante más de 10 años. Hubo golpes
previos, humillaciones constantes y conductas humi-
llantes. Ninguno de estos hechos fue denunciado. Él
le escribía notas y cartas agradables pidiendo discul-
pas por su comportamiento y expresando cuánto la
amaba. Ella experimentaba sentimientos muy positi-
vos mientras leía estas notas y cartas, y luego trataba
de apartar todo el maltrato de su mente. Cuando la
paciente llegó a la primera sesión, el agresor tenía una
orden de alejamiento y estaba en la cárcel, a la espera
de juicio. La paciente se sentía culpable y decía que lo
echaba mucho de menos. Indicó que pensaba cons-
tantemente en él. La peor parte de esta situación para
ella era «no saber si volveremos a estar juntos» y la an-
ticipación de una soledad profunda. Racionalmente,
comprendía que él había estado a punto de matarla,
pero emocionalmente, minimizaba lo ocurrido y
mantenía una imagen idealizada de este perpetrador.
Esta paciente había crecido en una familia que
carecía gravemente de apoyo mutuo y conexiones
amorosas. Aludió a estos problemas, pero cuando el
4/5/17 1:01 PM
 terapeuta trató de explorar los acontecimientos de la
infancia en profundidad, la paciente dijo: «¡No, por
favor! No puedo meterme ahí. Duele demasiado».
Estaba deseosa de explorar y trabajar con su problema
con respecto al agresor, y sabía que estaba relacionado
con su infancia, pero no autorizó que se hablase de
los momentos infelices en su familia, «... al menos por
ahora». Ella fue capaz de decir: «Sé que esto está re-
lacionado con mi infancia y la falta de amor. Siempre
deseé ser amada».
Se hizo diana sobre varios recuerdos traumáticos,
incluyendo la última paliza, pero el reprocesamien-
to parecía atascado. Lloraba y lloraba, pero no se
producía cambio alguno. Como en los dos casos ante-
riores, el problema parecía ser sus fuertes emociones
positivas y su implicación emocional en recordar los
«mejores momentos». En este caso, se trabajaron dos
de los mejores momentos. La primera diana estaba
relacionada con las notas que él escribía pidiéndole
disculpas por haberla agredido. Estos eran momentos
muy preciados para ella. Una imagen de un recuerdo
positivo particularmente intenso fue cuando encon-
tró una rosa y una nota junto a su cama al despertar.
Guardaba todas estas notas como tesoros. Una imagen
del recuerdo que representaba el «mejor momento»
era la imagen de la rosa con la nota. Sentía una agra-
dable sensación de calor en el cuerpo cuando pensaba
en esta imagen. Cuando se le preguntó lo agradable
que era el recuerdo en una escala de 0 a 10, la paciente
indicó que era un 10. Al igual que en los otros casos,
la paciente pudo reprocesar la emoción positiva rela-
cionada con esta defensa –este recuerdo idealizado– y
conectar con la realidad de que esta relación había
sido disfuncional en muchos aspectos. Se sorprendió
mucho con el resultado. Durante la sesión siguiente
(fase 8 de EMDR, reevaluación), dijo: «No he vuelto a
pensar en él de esa manera». Es más, fue a juicio y fue
capaz de mirar al perpetrador a los ojos. Se sintió muy
bien cuando se dio cuenta de que podía mantener el
contacto visual y que era él quien bajaba la mirada.
Unos meses después de la sesión, mientras estaba
limpiando, encontró en un cajón unas viejas cartas
de amor de él, de los primeros años de su relación.
Empezó a leerlas y conectó con un recuerdo del per-
petrador diciéndole lo especial que era. Volvió a sentir
por él una sensación agradable, aunque se daba cuen-
ta de que este sentimiento «no era real». Luego trató
de tirar las cartas, pero dijo que no había sido capaz
de hacerlo. Al describir la situación, la paciente se dio
cuenta de que estaba confundida y emocionalmente
molesta. Por un lado, ahora se daba cuenta de que es-
ta relación había sido muy conflictiva y problemática,
pero por otro lado, todavía tenía una imagen positiva
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persistente de este exnovio. Con respecto a las cartas,
dijo: «Es todo lo que me queda» (de él). A pesar de su
ambivalencia, accedió a trabajar usando como diana
la imagen de las cartas, cartas en las que él le decía
lo especial que ella era para él. A medida que fue tra-
bajando este afecto positivo con tandas focalizadas de
EBL, disminuyó la intensidad de la defensa de idea-
lización restante, revelando otros muchos recuerdos
negativos, los cuales estuvieron entonces mucho más
disponibles para procesarlos con éxito usando las fases
3 a 7 estándar de EMDR.
Conectó con muchos momentos de maltrato, y
realmente se dio cuenta, no sólo cognitivamente sino
también a nivel emocional, de que las cartas habían
sido una manera de manipularla después de las pali-
zas, las infidelidades y las humillaciones. Después de
haber procesado la idealización, dijo: «Lo que más me
duele está en casa (refiriéndose a las cartas). Las voy a
tirar. No puedo creer lo poco que he pensado en mí
misma. Hay personas a mi alrededor que realmente
me quieren y yo no he podido verlo». Cuando regresó
a casa después de esta sesión, fue capaz de tirar las
cartas con facilidad. Llamó al terapeuta más tarde ese
día y dijo con orgullo: «Esto me ha sentado muy bien.
Me siento como si se me hubiera quitado un gran pe-
so de encima». En la siguiente sesión, la paciente dijo:
«El trabajo que hicimos con las cartas fue muy útil.
Estoy cuidando de mí misma e invirtiendo tiempo en
mí. En cuanto llegué a casa, fui capaz de tirar las car-
tas y me sentí muy bien. El otro día mientras limpiaba
la casa, encontré otra carta y la tiré sin inmutarme.
Fue genial».
Después del éxito de esta sesión, la paciente fue
capaz de acceder con mayor facilidad a recuerdos per-
turbadores de soledad en la infancia y resolverlos.
Debate
Todos podemos tener recuerdos agradables de bue-
nos momentos con otras personas, y sentimientos
de simpatía, cariño y respeto hacia ellas. Pero los
ejemplos anteriores describen un tipo de situación
diferente; una en la que la imagen idealizada de un
perpetrador y las emociones positivas acompañantes,
aunque agradables en sí mismas, tienen un propósito
defensivo y pueden inhibir la conciencia del peligro
de los pacientes y evitar así que movilicen conductas
de autoprotección. La idealización también puede
ocurrir después de que haya terminado una relación
disfuncional y la persona siga guardando emociones
intensas de anhelo por la pareja que se ha ido.
Podemos encontrar estas mismas dinámicas cuan-
do una paciente adulta está rememorando situaciones
Mosquera y Knipe
4/5/17 1:01 PM
 de abuso en la infancia que fueron perpetradas por los
adultos cuidadores (es decir, un padre, un tío, un pro-
fesor, etc.). Colin Ross (2012) ha descrito esto como
el «problema del apego al perpetrador», una situación
en la que hay un «cambio del locus de control» – una
fuerte e irresistible tendencia a culparse a uno mis-
mo por el abuso, mientras se continúa aferrado a
una imagen idealizada y no realista del perpetrador.
Estas situaciones que implican abuso temprano en las
familias tienden a ser mucho más complejas, y en un
próximo artículo hablaremos de las maneras en que
puede utilizarse el método LOPA, junto con otras he-
rramientas relacionadas con EMDR, para ayudar de
manera segura al paciente a resolver este tipo de dile-
ma, y dejar de sentir una idealización inadecuada hacia
un agresor o vergüenza inapropiada sobre uno mismo.
Las defensas de idealización pueden obstaculizar el
éxito del reprocesamiento de imágenes y sentimien-
tos postraumáticos con procedimientos estándar de
EMDR y, por tanto, deben tenerse en cuenta para que
el paciente resuelva de manera completa y exhaustiva
sus recuerdos traumáticos. Identificar y comprender el
modo de procesar una imagen idealizada poco realis-
ta como información almacenada disfuncionalmente
puede ser particularmente útil en la conceptualiza-
ción del caso en trastornos de la personalidad y otros
casos de trauma complejo. El poder terapéutico del
método de procesamiento adaptativo de información
puede ampliarse a una población significativamente
mayor de pacientes, para quienes una imagen positi-
va apreciada, pero no realista, de otra persona impide
la percepción exacta de la realidad, la autoprotección
efectiva y el procesamiento integral del trauma.
Los procedimientos descritos en este artículo están
diseñados para proporcionar una respuesta terapéutica
eficaz a esta cuestión clínica específica de la ambiva-
lencia de la paciente que surge en el tratamiento de las
víctimas de VIP. Dentro de estos procedimientos, se
trabaja con la idealización y se lleva a una resolución
adaptativa mediante la focalización en los «mejores
momentos» de las pacientes con sus perpetradores.
Son estos recuerdos los que están impulsando la idea-
lización imprecisa actual. Cuando la percepción que
tienen los pacientes de la situación ya no está distor-
sionada por la idealización, entonces son capaces de
trabajar y alcanzar otros objetivos de la terapia, como
resolver recuerdos perturbadores, aumentar sus ha-
bilidades de autoprotección y mejorar la autoestima.
Estos procedimientos, que se centran directamente
sobre la idealización, no constituyen un «protocolo»
rutinario, sino que están destinados a ser utilizados
con flexibilidad y en conjunción con el juicio clínico
del terapeuta, en beneficio del paciente.
Journal of EMDR Practice and Research, Volume 11, Number 2, 2017 E73
Idealización y afecto positivo disfuncional: Terapia EMDR para mujeres que sienten ambivalencia con respecto a dejar a una pareja abusiva
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La correspondencia relacionada con este artículo debe di-
rigirse a Dolores Mosquera, INTRA-TP, Instituto para el
estudio del Trauma y los Trastornos de la Personalidad,
General Sanjurjo 111, 5, 15006, A Coruña, España. E-mail:
doloresmosquera@gmail.com
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