La prostitución en el virreinato

Durante el virreinato las mujeres que se dedicaron al meretricio se ubicaron en distintos lugares
de aquella por entonteces pequeña ciudad de lima, como los arrabales que quedaban cerca de
las murallas. Y también en los portales de la Plaza de armas donde yo me encuentro. A veces
incluso se paraban frente a la mismísima catedral imagínense el escandalo muchas de ellas se
camuflaban como vendedoras ambulantes o para pasar desapercibidas se ocultaban bajo la saya
del manto característicos de las tapadas. Por ese motivo las autoridades coloniales intentaron
impedir el uso de este característico traje que vestían muchísimas limeñas.

Hay mucha reglamentación en la época colonial que nos habla del intento de prohibición que
tenían los distintos virreyes para este tipo de vestimenta pero que no se logra porque no
solamente lo usaban las prostitutas o las mujeres que se dedicaban de este oficio, lo usaban las
mujeres en general, pero lo que se argumentaban era que las meretrices aprovechaban ese
disfraz.

Para castigar a las mujeres que se dedicaban al oficio de la prostitución las autoridades a veces
se apoyaban en la inquisición para perseguir y acusar a estas mujeres por su puesto de manera
falsa, de dedicarse a la brujería.

El ejercicio de la prostitución en la época colonial tenía un tamiz bastante particular porque no

solamente se les asociaba a enfermedades como la sífilis también hubo muchas acusaciones
para con las mujeres que se dedicaban a este oficio de ser brujas, por ejemplo. Bajo este
concepto, la santa inquisición las juzga por prostitución obviamente el estado virreinal recurre
a esto porque el castigo que podía dar la santa inquisición era más severo podía ser por ejemplo
azotes públicos en las plazas y el último fin el destierro. Ese es el caos de las mujeres asociadas
a la plebe, pero también hay mujeres que se dedican a ofrecer sus servicios sexuales, pero a la
clase aristocrática a la clase noble, entonces son mujeres básicamente descritas como mujeres
blancas y que por sus servicios sexuales pueden cobrar mucho. Entonces ellas son las favoritas
de los virreyes y de los nobles que había en Lima.

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