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La vestimenta de las prostitutas en Roma: entre la infamia y la lujuria

Como cada año en Mérida se celebra el Emerita Lúdica, unas jornadas donde se recrea la
vida y costumbres de la Antigua Roma, y dónde cada año, cada vez más gente decide
participar vistiéndose como los antiguos romanos. Hay un grupo de mujeres recreacionistas
que todos los años se visten como prostitutas, luciendo espectaculares vestidos rojos con
gasas transparentes... Así que decidí escribir un artículo sobre la vestimenta de las
prostitutas en el mundo romano. Pensando, pobre de mí, que iba a ser un post rápido y
sencillo.

Legionario, prostituta y esclavo.


Del grupo recreacionista Emerita Antiqua

Pero la historia no deja de sorprendernos, y por eso me encanta escribir en este blog,
especialmente en temas que necesitan cierta investigación.... Y es cuando crees que se sabe
todo acerca de un tema, cuando más indagas en él, cuantas más fuentes consultas, más
dudas surgen, más datos contradictorios emergen, por lo que decides indagar más y más...
hasta descubrir con asombro que muchas veces damos por ciertos datos o fuentes parciales,
carentes de contextos o de difícil interpretación, que se repiten una y otra vez en todas las
webs.

Y cómo suele pasar en muchos temas relativos a la sexualidad en la cultura romana la


"verdad histórica" depende mucho de las respuestas que estés buscando. ¿Cómo vestían
las prostitutas romanas? La respuesta más sencilla sería que la comunidad científica no
sabe a ciencia cierta cómo vestían, o que vestían de formas tan variadas (según época,
nivel adquisitivo, nivel social, zona geográfica, meteorología, o incluso modas) que no hay
una única respuesta.

Una cara de la cultura romana: sobriedad y recato.


Seguramente si os digo que os imaginéis cómo va vestida una mujer romana os vengan a la
mente vestidos muy sensuales, con escotes de infarto, paños con transparencias y colores
muy llamativos... Y es que la mayoría de películas y series ambientadas en Roma nos han
mostrado a la mujer romana, como una mujer frívola, seductora, y muy, muy sexy.

Protagonistas femeninas de la serie 'Spartacus'


Pero la realidad es muy diferente, en una sociedad tan machista y clasista como la romana,
la mujer, y por mujer nos referimos a la ciudadana romana, a la matrona, iba muy tapada,
especialmente en público, muchas veces cubriendo manos y cabeza, obligada siempre
a salir acompañada en los espacios públicos.

Y aunque no se puede negar que la mujer romana era presumida y le gustaba vestir bien e ir
a la última moda, como bien vimos en este artículo sobre la primera manifestación de
mujeres en la Roma Antigua, todo ello, siempre, guardando el decoro y el pudor que se le
exigía a una buena matrona romana.

La vestimenta en Roma, bueno en nuestra sociedad también, encerraba todo un


significado sobre los diferentes estratos sociales. De un sólo vistazo se podía saber si una
mujer era una patricia, plebeya, liberta o esclava, si era viuda, casada o virgen, si era una
ciudadana, una sacerdotisa o una prostituta, o si era pobre, rica o muy rica.

La propia sociedad romana imponía unas reglas de vestir que permitían identificar el
status social o el poder de cada individuo, y no sólo por una cuestión de materiales o
calidad de los tejidos, sino con toda una simbología implícita en cada prenda.

Esto de la vestimenta no era cosa de broma, como bien atestigua el edicto "Ademptata
pudicitia", en el que se regula diferentes sanciones por delitos relacionados con el acoso e
insinuaciones amorosas a determinadas mujeres, es decir, a mujeres "honorables", siendo su
vestimenta el factor más claro a la hora de determinar la condición social de la mujer.
Pintura mural de la "Villa de los misterios", Pompeya.
Se pueden apreciar los distintos vestidos que utilizaban las mujeres romanas.

Es decir, el código de vestimenta de la mujer era importante para determinar la conducta


punible del agresor, ya que si una mujer honorable iba vestida como correspondía, ningún
agresor podría justificar su comportamiento ante la justicia. Todo ello, nos refleja la
violencia a la que estaba sometida el resto de mujeres en la sociedad romana, como por
ejemplo las prostitutas, sobre las que no exisitía ningún tipo de protección jurídica en casos
de abusos o violaciones que pudiesen sufrir en plena calle.

Por eso era importante que cada mujer vistiese acorde a su rango social. Aunque toda esta
legislación en torno a cómo iba vestida la mujer parece indicar que estas normas, en el día a
día, no se cumplían a rajatabla, y que las formas de vestir variaban por modas, comodidad,
climatología, ... haciendo que realmente no fuese tan fácil distinguir las diferentes clases
sociales sólo a través de la vestimenta.

Mosaico del siglo IV d.C., Villa de Teseo,  Zona Arqueológica de Paphos, Chipre.
Por ello, parece que existió cierta tradición, posteriormente recogida en ley, que obligaba a
prostitutas y mujeres de conducta sexual inmoral a vestir de determinada manera,
especialmente cuando paseaban en lugares públicos.

Las mujeres sorprendidas en adulterio eran despojadas de la stola, que caracterizaba


a la matrona, y obligadas a llevar la toga.
También está muy extendida la teoría que las prostitutas desde tiempos antiguos estaban
obligadas a llevar una túnica corta y oscura, o llevar el cabello sin recoger, e incluso se
les obligó a ir descalzas. Aunque estos rasgos pueden servir también para definir su
condición de esclavitud. La duda es ¿son rasgos propios y exclusivos de las prostitutas? o
¿más bien es una asociación entre esclavitud y prostitución?

Lo único definitivo y casi seguro es que el atuendo de las mujeres respetables era
fácilmente distinguible del resto de las mujeres de la sociedad romana. Lo que no
parece tan claro es que hubiese una distinción entre las clases bajas romanas, ya que los
esclavos no llevaban ningún tipo de prenda especial. Por lo que en realidad sería imposible
distinguir entre una ciudadana pobre, una esclava o una prostituta. 

Cortesanas en un banquete. Podemos ver como llevan vestidos con gasas transparentes.

¿Estaban las prostitutas y/o mujeres adúlteras obligadas a vestir determinadas


prendas?

A partir de esta pregunta surgen toda una serie de debates en el seno de la comunidad
científica: ¿estaban obligadas prostitutas y adúlteras a vestir con una toga masculina? ¿esta
obligación sólo afectaba a mujeres adúlteras o se extendía también a las prostitutas? ¿cómo
de estricta era esta ley? ¿por qué obligarlas a vestir una prenda que era exclusiva de los
ciudadanos romanos?

Aunque en los primeros tiempos de la República hombres y mujeres vestían con toga, poco
a poco, se fue imponiendo la tradición que sólo los ciudadanos masculinos romanos la
vistiesen. Prohibiendo su uso a esclavos, libertos, extranjeros y mujeres. Con una sola
excepción, prostitutas y mujeres condenadas por infidelidad.

No se sabe cuándo, ni por qué se empezó a cambiar esta moda, imaginamos que al son de
las conquistas romanas y la llegada de la influencia y modas griegas y orientales, los ricos
ciudadanos romanos se quisieron distinguir del resto de habitantes que poblaban la
capital del mundo. Hasta llegar al punto de diferenciar las dignidades y cargos de cada
ciudadano, así como su estrato social con un código de vestimenta propio, incluyendo a
prostitutas y mujeres condenadas por infidelidad.

Alguna otra fuente señala que este cambio de vestimenta de las mujeres fue por culpa
del teatro. Y es que por lo visto en el siglo II a.C. se puso muy de moda la comedia
"togata", por contraposición a la "paliata". La diferencia es que la togata se basa en la vida
cotidiana romana (vestimenta, protagonistas,...) y la paliata tenía grandes influencias
griegas. Por lo que se apunta que es probable que en estas populares comedias las
prostitutas estuviesen caracterizadas llevando una toga; y esa tradición del teatro pasó a las
calles de Roma.

Una costumbre que se recogería en la "Lex Iulia", obligando a prostitutas y mujeres


infieles a usar toga  (toga muliebris), y prohibiéndoles el uso de determinadas prendas,
como la estola o las cintas en el pelo (vittae), cuyo uso estaba restringido a las
matronas romanas.

Impresionante fresco representado a Hércules y Ónfale. Tercer estilo pompeyano.

Museo Arqueológico de Nápoles.


Fuentes clásicas

Si acudimos a las fuentes clásicas, por sorprendente que pueda parecer, aportan muy poco
a la polémica de la vestimenta de las mujeres infames en lugares públicos. Por supuesto
que contamos con detalladas descripciones de los vestidos de las prostitutas DENTRO del
prostíbulo, pero muy poco, por no decir nada, de su vestimenta FUERA de los burdeles.

A ello hay que sumar algunos términos latinos que pueden dar a confusión a la hora de su
traducción, como el término "moecha", al no saber si se refiere a adúlteras, prostitutas o se
refiere ambas y se aplica a todas las mujeres de sexualidad inmoral.

El más claro ejemplo de esta imposición de una vestimenta especial en los lugares públicos
nos lo brinda Marcial en su epigrama titulado:

A cada uno lo suyo


¿Regalas vestidos de [color] púrpura y violeta a una adúltera manifiesta? ¿Quieres darle
los regalos que merece? Envíale una toga.
(Marc. II, 39)

Aunque este epigrama establece esa relación entre adulterio y el uso de la toga muliebris,
no permite saber el alcance y la profundidad de esa relación.

Fresco de Pompeya.
Prostituta vestida sólo con una banda para resaltar sus pechos.

El mismo Marcial nos ofrece otro epigrama donde hace un chascarrillo sobre la obligación
de las adúlteras a llevar la toga:

La confusión era fácil


Había visto al eunuco Telis en toga. Numa dijo que era una condena por adulterio. 
(Marc. X, 52)
  
Como vemos relaciona el uso de la toga con las mujeres condenadas por adulterio. Marcial
hace un chiste sobre la naturaleza "femenina" de los eunucos, su posible condición de
esclavo sexual, y por ello, el uso de la toga como "castigo".
Más interesante nos parece este testimonio de Juvenal, que viene a romper con las
clasificaciones estrictas sobre el uso de la toga que habitualmente se citan en numerosas
páginas sobre la vestimenta romana, ya que critica que un legislador use una toga más
parecida a la de una prostituta que la que le corresponde por estatus social.

Este párrafo es muy interesante, no sólo porque nos relata la variedad de togas que se
podían usar, extiéndase al tipo de vestimenta en general, sino porque nos ofrece otra
"prueba" sobre la obligación de usar toga a las mujeres condenadas por adulterio. 

 "(...) Pero, ¿qué no harán los demás, cuando tú, Crético, te pones una toga de organdí y
mientras la gente se emboba con tu traje lanzas soflamas contra Próculas y Politas? 
  Fabula es adúltera, que se la condene, si quieres, y también a Carfinia: aunque culpable
no se pondrá una toga semejante. "Pero julio abrasa, me muero de calor" Actúa desnudo:
la locura es menos vergonzosa. ¡Valiente indumentaria (...)"

 (Sátiras, II, 65-70)

Escena erótica de  la 'Casa de la Farmesina', Museo Nacional de Roma.

Según estos testimonios parece claro que las mujeres adúlteras, ¿pero también las
prostitutas?, estaban obligadas a vestir esta famosa toga muliebris, que seguramente
también tuviese un color característico... Por lo que las prostitutas y las adúlteras no sólo
tenían que vestir una prenda diferenciada, sino también lucir colores de ropaje diferentes
para evitar posibles confusiones.

Parece claro que tenían prohibido lucir el color blanco, reservado a las matronas. Por lo
que no sería de extrañar que estuviesen obligadas a lucir una toga corta y de color
parduzco, un color asociado históricamente a las prostitutas.

Esta diferenciación social de la prostituta, aunque nos pueda parecer una costumbre
antigua, siguió vigente a lo largo de los siglos venideros, se mantuvo durante tanto tiempo
que incluso dio lugar al nacimiento de una expresión muy castiza: irse de picos pardos. Y
es que, como ya explicamos en esta entrada, en color parduzco siempre estuvo muy
vinculado a la prostitución.

Pero con todo ello, no hay evidencias sobre que las prostitutas estuvieran obligadas a llevar
la toga, no hay esculturas o pinturas murales que muestren la vestimenta pública de una
prostituta, sólo que eran las únicas mujeres a las que estaba permitido su uso. Esto no
significa que adúlteras y prostitutas sólo llevasen togas.

Ya que algunos estudiosos parecen indicar que esta denominación de mujer "togata" no
implicaba necesariamente que vistiese  con una toga, sino que muchas veces esa referencia
es una metáfora para referirse a las mujeres moralmente deleznables.

Escena erótica con prostituta romana.

Por último, ¿por qué adjudicar una prenda tan típicamente masculina a las
prostitutas? Se supone porque eran mujeres cuyo deseo sexual iba en contra de la norma,
siendo su deseo más parecido al del hombre que al que se le supone a una mujer. Además,
al igual que los hombres, las prostitutas podían caminar solas por la calle, cosa que no
ocurría con las mujeres honorables, que siempre debían estar acompañadas en los espacios
públicos. 

La otra cara de la cultura romana: sensualidad y


promiscuidad
Mujer ¿togata?
Pero como es muy habitual en la sociedad romana, una cosa es lo que se hacía de cara a la
galería, y otra de puertas para adentro. Y una cosa es lo que dijesen las leyes, y otra, la
realidad de las calles de Roma.

Por lo que  a las puertas de los prostíbulos la cosa cambiaba, allí las meretrices sí que
podían lucir lujosos vestidos de seda, gasas transparentes, joyas y adornos, todo lo que
hiciera falta para vender sus encantos.

Las meretrices de más alto standing lucirían vestidos y joyas, que envidiarían hasta las más
ricas matronas romanas, incluso sabemos de meretrices de lujo que viajaban en sedanes:

"(...) tú en cambio, cuando te gusta la cara de una putilla vestida, vacilas, y dudas en hacer
bajar a Quíone de su alta silla" (Juvenal III, 133-137)

Mientras que las prostitutas de más baja condición, se cubrían con harapos o lucirían sus
cuerpos completamente desnudos, o simplemente vestirían como cualquier otra mujer
pobre.

Pero con el paso del tiempo, y el relajamiento de las leyes, las meretrices fueron
vistiéndose con ropajes cada vez más lujosos y sensuales, por lo que las mujeres
romanas, cansadas de su aburrido estilo de vestir, copiaron e imitaron la forma de
vestir de las prostitutas.
J.W. Godward, Athenaiss, 1908.
Un ejemplo de ello lo tenemos con los "Coa vestis", unos vestidos de seda,  elaborados en
la isla de Cos,  famosos porque su tela era tan fina que transparentaba el cuerpo de la
mujer. Este tipo de tejido primero fue utilizado por cortesanas griegas y romanas, pero
causó tanto furor, que su uso pronto se extendió al resto de mujeres.

"... y se visten con velos que pasan por ropas como para excusar su aparente desnudez.
Pero se puede distinguir el interior con más claridad que sus rostros, excepto por sus
horrorosamente prominentes pechos que siempre llevan atados como prisioneros"
- Luciano, Amores.

El éxito de estos vestidos se seda fue tal que siguió vigente incluso con la llegada del
cristianismo , levantado las críticas de los autores cristianos:

"Este raro tejido transparente delata un temperamento sin vigor, prostituyendo bajo una
tenua capa la vergüenza del cuerpo. Además, no es un delicado vestido protector, pues no
es capaz de cubrir la silueta de la desnudez".
- Clemente (El pedagogo, II)

A todo ello hay que sumar la nacionalidad de las prostitutas, ya que por ejemplo, en
Italia muchas de las prostitutas eran de origen sirio o egipcio, por lo que su forma de vestir
y maquillarse era propio de las modas de aquellas tierras orientales: mucho maquillaje,
túnicas cortas y togas de colores brillantes. También usaban largas cadenas de oro que
bajaban hasta la cintura.
Desnudez: Símbolo de esclavitud

Muchos autores también nos hablan que veces a las prostitutas se las mostraba
completamente desnudas, no sólo como símbolo de su esclavitud, sino también para que el
cliente pudiera observar con todo detalle la "mercancía" que iba a comprar o usar.

Mercado de esclavos, Jean-Leon Gerome.


Museo del Hermitage. San Petesburgo.

La desnudez era símbolo de la más baja categoría, por lo que las prostitutas que
aparecían completamente desnudas se suponía que podían realizar los "servicios" más
lujuriosos y depravados. De esta manera los prostíbulos más sórdidos seguramente
presentasen a sus meretrices completamente desnudas. Juvenal en su "Sátiras" nos describe
como la emperatriz Mesalina se coló en un lupanar y ofreció sus servicios como prostituta
completamente desnuda y  "con pezones dorados" a la entrada de su habitación. El mismo
autor en otro fragmento vemos como también asocia la desnudez con los lugares más
sórdidos:

"Oiga el son de las castañuelas y esa palabras de las que se abstiene la prostituta que se
ofrece en pelotas en el apestoso lupanar (...)"
- Sátira XI, 170-173
 

ACCESORIOS

Para acabar, si hablamos de la vestimenta de las prostitutas en Roma no podemos dejar de


hablar de sus complementos, como el uso de pelucas, sostenes y maquillajes.
Como decíamos, en Roma era difícil ver a una mujer completamente desnuda, incluso las
prostitutas siempre guardaban cierto pudor a la hora de mostrarse desnudas, por lo que
muchas de ellas realizaban sus servicios con estrofio puesto. Una prenda interior que
consistía en una banda para el pecho que realzaba los senos, y que se puede ver en
numerosas pinturas murales.

Imaginamos que aquellas con los pechos más tersos o bonitos prescindieron de esta prenda,
ya que como nos relata Catulo no era extraño que paseando por la zona de burdeles las
prostitutas enseñaran sus pechos con descaro a los transeúntes.

Por otro lado, tenemos el uso de tintes para el pelo o pelucas que estuvo muy extendido
entre las meretrices, especialmente cuando empezaron a llegar esclavas rubias procedentes
del norte de Europa, por lo que muchos hombres romanos preferían la novedad de las
cabelleras rubias.

Nos detenemos en este pasaje de la 'Sátiras' de Juvenal, donde critica la vida sexual de la
emperatriz Mesalina, ya que nos describe algunos de los detalles que se han asociado a la
prostitución:

“Tan pronto como creía que su marido estaba dormido esta prostituta imperial vestía la
capa que llevaba por la noche y salía de la casa acompañada de una esclava, puesto que
prefería un lecho barato a la cama real. Disimulaba su cabello negro con una peluca
rubia y se dirigía al lupanar de tapicerías gastadas, donde tenía reservada una cámara.
Entonces tomaba su puesto, desnuda y con sus pezones dorados, atendiendo al nombre de
Lyscisca y exhibiendo estómago de donde vienes, noble Británico”.

Pero no sólo pelucas usaban, ya que tal como nos comenta Juvenal (III, 62-68) muchas
prostitutas para diferenciarse de las demás, portaban prendas propias de su región, lo que
les daba un toque exótico: 

  "Ha tiempo ya que el Orontes sirio ha confluido en el Tíber y ha transportado consigo la


lengua y las costumbres y las cuerdas oblicuas y el flautista, así como los tambores de su
tierra, y las muchachas a las que mandan prostituirse alrededor del Circo. Id vosotros a
quienes os agrada una zorra extranjera con su gorrito de colorines."

Como ya dijimos anteriormente la mujer romana era muy coqueta por lo que usaban una
gran variedad de cosméticos, aunque un uso excesivo estaba mal visto y era considerado
inmoral y propio de prostitutas.

Ya que numerosos autores criticaban a las prostitutas por el uso excesivo de maquillaje,
aunque podemos entenderlo como algo normal, ya que su única fuente de ingresos dependía
de su belleza física, por lo que es fácil suponer que acudieron a toda clase de ungüentos y
cosméticos para parecer más jóvenes y bellas. 

Al parecer estos cosméticos baratos emitían olores bastante fuertes que al combinarse con
los perfumes baratos que usaban para encubrir la falta de higiene y el propio olor que
desprendían los prostíbulos, lugares insalubres de escasa ventilación, convertían a los
burdeles en lugares bastante insalubres y malolientes.

Conclusión

A pesar de que son varios los autores clásicos que nos han hablado sobre esta costumbre,
donde prostitutas y mujeres infieles estaban obligadas a vestir de manera diferenciada en
los lugares públicos. Existe todo un debate dentro de la comunidad científica sobre este
aspecto: Primero, sobre el alcance real de esta norma, ya que también resulta llamativo
que sólo unos pocos autores nos hablen de esta ley, por lo que no sabemos hasta que grado
era aplicada.

Existe otro segundo debate sobre si esta obligación de vestir la toga se aplicaba a todas
las mujeres de moral sexual indebida, o sólo a las matronas infieles, y no a las prostitutas.
Ya que en muchos textos se nos describe los ropajes insinuantes que lucían las meretrices,
por lo que parece que estas leyes o costumbres, aunque existiesen, no se aplicaba, y muy
pronto cayeron en desuso.

El epigrama "No pidas recato a mis epigramas" de Marcial (I,35) puede ser interpretado
bajo esta visión... al igual que es imposible pedirle recato a sus epigramas, también parece
imposible vestir a las prostitutas en los juegos florales o impedir que las meretrices luzcan
la estola.

"Te lamentas, Cornelio, de que escribo unos versos poco serios y que no puede comentar el
maestro en la escuela. Pero estos libritos, como los maridos a sus mujeres, no pueden
deleitar si están capados. ¿Qué, si me mandas que entone un epitalamio sin las palabras
del epitalamio? ¿Quién pone vestidos a los juegos Florales o permite a las meretrices el
pudor de la estola? Tal es la norma que se les ha dado a los versos jocosos: que no pueden
agradar si no son picantes. Por ello, abandonada tu severidad, te ruego que tengas
consideración con mis retozos y juegos y no te empeñes en castrar mis libritos. No hay
cosa más torpe que un Príapo capón."
Tampoco podemos olvidar que la condición jurídica de las prostitutas podía ser muy
variada, tomando todo el arco que abarca desde mujeres libres que se inscribían como
prostitutas para poder vivir libremente su sexualidad, pasando por las concubinas (amicae)
que eran cortesanas de lujo o las posaderas que podían ejercer la prostitución puntualmente,
hasta llegar al escalón más bajo que serían las esclavas.

Todo parece indicar que fue con la introducción de la "Lex Iulia" cuando se empezó a
asociar el adulterio con el uso de la toga, aunque tampoco hay ninguna evidencia de
una aplicación severa de esta ley.

J.W. Godward, El espejo


1899.
En estas nuevas leyes proclamadas por Augusto, donde hay un evidente interés en encauzar
la sexualidad de sus súbditos, especialmente la de las mujeres, hacia los valores
tradicionales de sobriedad, castidad, fidelidad, sumisión,... nos pone el foco de atención en
dos hechos: 

Por un lado, la libertad sexual que vivió la mujer romana a principios del Imperio. Una
libertad que Augusto intentó frenar con sus leyes de nueva moralidad. Y por otro, el intento
de controlar esa sexualidad diferenciando de manera tan evidente a las mujeres honorables
de las que no lo eran.
Así que llegamos a la conclusión que no sabemos con seguridad el tipo de prenda que
las prostitutas lucirían en lugares públicos. Es evidente que tenían prohibido lucir ciertos
ropajes pero ¿estaban obligadas a vestir como mujeres infames? o ¿podían vestir como
cualquier liberta o esclava? ¿era fácilmente distiguible una prostituta de una matrona?

Muchas veces en estos casos la mejor opción es no creernos tan distintos a la sociedad
romana y buscar paralelos con nuestra sociedad actual:

¿Hasta que punto la vestimenta es un código de diferenciación social? 

Que el tipo de vestimenta y complementos sirve como identificador social parece evidente.
Pero tan evidente, como que hay mujeres de bajo nivel adquisitivo que saben vestir de
manera muy elegante y fashion; y mujeres muy ricas que visten como cualquier otra mujer,
y no van luciendo vestidos y complementos de Chanel, Gucci o Armani.

Estas posibles diferencias sociales se diluyen más en la vida cotidiana del día a día, y sólo
se amplifican los días grandes, de fiesta, donde las mujeres suelen vestir sus mejores galas
y joyas. 

Parece evidente que las mujeres romanas, para ir a comprar al mercado o ir a las termas,
vestirían ropas cómodas y prácticas, guardando sus ropas y joyas más lujosas para
determinadas festividades donde si se exponían de cara al público. 

Viñeta del cómic 'Murena'

Además, no hay pruebas que sustenten que las mujeres normalmente llevasen el traje
simbólico de su rango y condición social, y sí muchas "quejas" de ciertos autores de
que muchas de ellas no lo hacían. 
Así que como en la actualidad, las mujeres más presumidas, orgullosas, elegantes o
distinguidas sí que querrían diferenciarse del resto de mujeres y siempre saldrían a la calle
con las vestimentas propias de su rango social, aunque fuese pleno agosto y se muriesen de
calor. - Antes muerta que plebeya -pensarían.

Por lo que intuimos que la mayoría de patricias romanas, por un sentido práctico de la vida,
vestirían de forma no muy diferente a una plebeya o una liberta. 

Un ejemplo de esto nos lo ofrece Apiano en su "Historia de Roma", donde se queja


amargamente que a finales de la República la gente se vestía como quería, no como debía:

«Ahora el pueblo romano está muy mezclado con los extranjeros, hay igualdad de
ciudadanía para los libertos, y los esclavos se visten como sus amos. Con la excepción de
los senadores, los ciudadanos libres y los esclavos llevan la misma ropa.»

¿Existe hoy en día algún tipo de vestimenta propia de prostitutas? 

Se podría decir sí, que cierta ropa como medias de rejillas, faldas muy cortas, el fetichismo
con las prendas de cuero, o vestidos muy ajustados se han asociado tradicionalmente como
ropa "característica" de prostitutas, ¿eso significa que todas las mujeres qué lleven esa ropa
son prostitutas? ¡No! Cualquier mujer puede lucir esas determinadas prendas, según la
moda, el momento o el estilo de cada una, pero es el conjunto, la actitud o el contexto el
que te habla sobre si esa mujer es una prostituta o no.

Tipo de vestimenta moderna asociada a las prostitutas.

También tenemos el ejemplo contrario, prostitutas que se visten como cualquier otra mujer,
intentando ocultar su identidad, o incluso prostitutas que lucen vestidos y complementos
muy caros, que indican muy a las claras que sus clientes son hombres de alto nivel
adquisitivo.

Todo esto también ocurriría en las calles de la Antigua Roma, puede ser que matronas y
prostitutas se distinguiesen en las calles de Roma, pero no tan fácilmente como
muchos autores han querido mostrar. 

Parece claro que existían ciertas prendas asociadas a la prostitución: Por un lado, tenemos
la polémica toga muliebris, que no sabemos hasta que punto estaban obligadas a lucirla en
lugares públicos. Y por otro, tenemos telas y gasas transparentes o de colores llamativos,
pero que muy pronto levantaron las envidias de las matronas romanas, y se apropiaron de
estas sensuales y atractivas prendas.

Como vemos el debate está abierto, por lo que os pido que no dudéis en
participar, colaborar o criticar este artículo, y aportar otras fuentes, ideas o
perspectivas sobre este asunto. ¡Nosotros estaremos encantados!

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