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EL MEDIO INTERNO Y EXTERNO DE LAS CÉLULAS

En los seres unicelulares cada célula realiza todas las funciones de la vida y está en contacto directo con el
medio ambiente. En los seres pluricelulares hay una división del trabajo, de tal manera que la mayor parte de sus células
no está en contacto directo con el medio ambiente: en los animales superiores, incluido el hombre, la masa de células que
forman los diferentes tejidos y órganos se sitúa entre un tubo externo (la epidermis) y un tubo interno (el epitelio que
tapiza el tubo digestivo).
Pero las células necesitan vivir en un ambiente líquido, del cual puedan tomar las sustancias nutritivas y al cual puedan
eliminar los productos de desecho. Por eso los animales pluricelulares, además de tejidos, presentan una serie de líquidos o
humores en los cuales viven inmersas todas sus células. Estos humores constituyen el denominado medio interno de los
animales, es decir, el medio en el que viven las células del organismo y que es interior al individuo.

1. CONSTITUCIÓN DEL MEDIO INTERNO


Los líquidos o humores que forman el medio interno están constituidos por una solución acuosa, rica en diversas sales
minerales y sustancias orgánicas, que recibe el nombre de plasma y que se reparte en tres fracciones importantes: sangre,
plasma o líquido intersticial y linfa.
 La sangre es el humor que circula por los vasos sanguíneos, cuya función es repartir el líquido por todo el cuerpo.
 El plasma intersticial o líquido tisular es el humor que baña directamente los tejidos, ocupando los espacios que
existen entre las células. Procede del plasma sanguíneo, cuyos componentes, excepto las grandes moléculas proteicas,
son capaces de atravesar las finas paredes de los capilares arteriales que se ramifican entre las células de los tejidos.
La mayor parte del plasma extravasado es recogido nuevamente por los capilares venosos, pero queda
aproximadamente una décima parte, que es la que constituye el líquido intersticial.
 La linfa es el líquido que circula por los vasos linfáticos y constituye el vehículo de transporte de las grasas
absorbidas en el intestino. Se origina a partir del plasma intersticial, el cual penetra en los capilares linfáticos, situados
en los espacios intercelulares de los tejidos, constituyendo la linfa. Estos capilares se van uniendo en vasos cada vez
más gruesos, los cuales finalmente desembocan en las venas del sistema circulatorio sanguíneo, por lo que la linfa
acaba mezclándose con la sangre.
O sea, el plasma sanguíneo, el líquido intersticial y la linfa están comunicados entre sí y su composición es muy
parecida. Su constante movimiento y renovación permiten un continuo aporte de nutrientes a las células y una
continua retirada de los productos de desecho procedentes del metabolismo celular.
Además de estos tres humores, el organismo contiene otros líquidos que ocupan diversas cavidades. Como ejemplo se
pueden citar el líquido cefalorraquídeo que rodea al encéfalo y la médula, la perilinfa y endolinfa del oído interno, etc.

REGULACIÓN DEL MEDIO INTERNO


Los seres unicelulares dependen por completo del medio ambiente, de modo que, si las condiciones ambientales se
hacen desfavorables, el organismo muere o pasa a un estado de vida latente.
A diferencia de esto, los animales pluricelulares son capaces de mantener constantes las características físicas y la
composición química del medio interno, de manera que sus células se encuentran siempre en condiciones ambientales
favorables para la vida. Esta capacidad de regulación del medio interno recibe el nombre de homeostasis y permite
que el individuo se independice del medio ambiente.
Sin embargo, las variaciones que tienen lugar en el medio ambiente influyen en el medio interno, pero el organismo
posee mecanismos reguladores que inmediatamente compensan dichos cambios y restauran la condición de equilibrio.
Prácticamente todos los órganos y tejidos del cuerpo contribuyen a la homeostasis.

Membrana celular Medio interno


(Endoplasmatico)

Citoplasma Medio externo


(Intersticial)

Núcleo celular
2. CONSTITUCIÓN DEL MEDIO EXTERNO
Las soluciones externas de las células tienden a tener un grado de concentración de iones y otras sustancias disueltas
en agua. La célula está en continua interacción con su medio externo incorporando y expulsando sustancias a través de
la membrana. Está se caracteriza por actuar como una membrana selectiva. Las células mantienen un volumen
constante por la isosmoticidad de las soluciones a ambos lados de la membrana celular, a pesar de que el interior
celular es rico en potasio y pobre en sodio, contrariamente al medio extracelular.
Las soluciones de los líquidos internos de los seres vivos no son más que dispersiones de diversas sustancias o solutos.
Las partículas dispersas pueden provocar tres fenómenos fisicomoleculares según su relación con el movimiento en el
seno del Agua: Difusión, diálisis y osmosis.
http://www.asturnatura.com/bioelementos-biomoleculas-inorganicas/sales-minerales.html

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