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LOS PRIVILEGIOS DE SER HIJOS DE DIOS

“Por eso, ustedes ya no son extranjeros, ya no están fuera de su tierra, sino que ahora comparten
con el pueblo santo los mismos derechos, y son miembros de la familia de Dios.” (Efesios 2:19 DHH).
Es buena ratificar una vez más que hemos nacido de nuevo. La justificación tiene que ver con
nuestra posición delante de la ley de Dios. Pero la adopción tiene que ver con nuestra relación
con Dios como nuestro Padre, y es en la adopción que recibimos muchas bendiciones que
conoceremos por toda la eternidad. 7 privilegios de ser hijos de Dios
1. Él Nos ama. “Miren cuánto nos ama el Padre, que nos ha concedido ser llamados hijos de
Dios. Y lo somos.” (1 Juan 3:1 RVC). Juan se maravilla de cómo el amor de Dios regenera a
los creyentes y los adopta como sus hijos, una experiencia espiritual que el mundo no puede
comprender. El amor de Dios está en total contraste con el amor del mundo. El mundo ama
a quienes lo aman, en cambio Dios ama aun a quienes lo desobedecen. Imagínese que
Dios nos demostró su amor en que Cristo murió por nosotros aun cuando éramos pecadores.
(Romanos 5:8).
2. Nos comprende. “Como el padre se compadece de los hijos, se compadece Jehová de los
que le temen. Porque él conoce nuestra condición; se acuerda de que somos polvo.”
(Salmos 103:13-14). « Jehová nos mira con misericordia en nuestra debilidad. Él conoce
nuestra condición, sabe de qué estamos hechos, que somos débiles. Con demasiada
frecuencia se nos olvida que él se glorifica en medio de nuestras adversidades, en medio
de nuestra debilidad. .. La debilidad del hombre atrae la compasión de Dios».
3. Suple nuestras necesidades. “Pues si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a
sus hijos, ¡cuánto más su Padre que está en el cielo dará cosas buenas a los que le pidan!”
(Mateo 7:11). Cristo nos revela el corazón de Dios el Padre. Él no es egoísta [no piensa sólo
en él], ni envidioso, el no se enoja si sus hijos prosperan al contrario, se goza de ello, mucho
menos es tacaño. Su palabra dice en Isaias 65:24 24 Y antes que clamen, responderé yo;
mientras aún hablan, yo habré oído. Cuando venimos con nuestras peticiones, el Señor está
atento a nuestro clamor, nos comprende, conforta y provee.
4. Nos dirige. Uno de los privilegios es ser dirigido por el Espíritu Santo, Pablo dice “Porque todos
los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios» (Romanos 8:14). Los hijos de Dios
no somos guiados por impresiones o impulsos. Más bien, es el Espíritu de Dios el que nos guía
y dirige de manera objetiva e intencional. Ilumina nuestra mente para que entendamos su
palabra y los capacita para que obedezcamos sus Escrituras y le agrademos.
5. Nos disciplina. No siempre se reconoce como un privilegio, el hecho de que Dios nos
discipline como sus hijos es una bendición. (Hebreos 12:6) “Hijo mío, no tomes a la ligera la
disciplina del Señor ni te desanimes cuando te reprenda, porque el Señor disciplina a los que
ama, y azota a todo el que recibe como hijo” Dios nos trata como verdaderos hijos. Y ¿qué
padre no disciplina y corrige a sus hijos? En este caso, La disciplina del Señor forma parte de
nuestra formación espiritual.
6. Nos instruye a vivir como familia. El Nuevo Testamento se refiere muchas veces a los
cristianos como «hermanos» y «hermanas» en Cristo. En (1 Timoteo 5:1-2).Pablo le dice a
Timoteo “No reprendas con dureza al anciano, sino aconséjalo como si fuera tu padre. Trata
a los jóvenes como a hermanos; a las ancianas, como a madres; a las jóvenes, como a
hermanas, con toda pureza” Este concepto bíblico nos enseña que el trabajo de la iglesia
es un «trabajo de familia». Por lo tanto, los miembros de esta familia nunca debemos
competir unos con otros sino más bien debemos alentarnos unos a otros y darle gracias a
Dios por el progreso o éxito que tenga cualquier miembro de esa familia.
7. Él espera que lo imitemos. Otro aspecto como familia de Dios es que nosotros, como sus
hijos imitemos a nuestro Padre que está en el cielo en toda nuestra conducta. “Sed pues
imitadores de Dios, como hijos amados” (Efesios 5:1). [Ustedes son hijos de Dios, y él los ama.
Por eso deben tratar de ser como él es. TLA] Debemos seguir el ejemplo de Dios por encima
de todo, como cristianos debemos imitar el amor y el perdón de Dios.
 Hoy disfrutamos los privilegios de ser adoptados como hijos de Dios, miembros de Su familia.
La relación que tenemos con Dios nos garantiza que nos ama; nos comprende; suple
nuestras necesidades; nos dirige; nos disciplina como hijos; nos instruye a vivir como familia
de la fe; y es un Padre que espera que lo imitemos en todo. Ni satanás, que el Señor lo
reprenda, ni el mundo, ni la carne pueden privarnos de disfrutar de estos privilegios que
alcanzamos al poner nuestra fe en Jesucristo y que el compró para nosotros en la cruz del
Calvario.

No somos cualquier persona, somos los hijos de Dios, somos miembros de la familia real. En
(Apocalipsis 3:21), Jesucristo prometió que “Al que venciere, le daré que se siente conmigo
en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.”

¿Cuántos estamos dispuestos a vencer? …

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