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TEMA: LAS SEÑALES TE SEGUIRAN

San Marcos 16:17-18


17
Y estas señales seguirán a los que cree: En mi nombre echarán fuera demonios;
hablarán nuevas lenguas; 18 Tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa
mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.

Cada palabra que hay en este hermoso libro es para que la hagamos viva y la
pongamos en práctica y no la consideremos como parte de una historia que es del
pasado.

No es cualquier señal de la que se está hablando, entonces cuál señal sería la que
debemos tener, quiénes son los que deberán tener esa señal, solamente la tendrán
aquellos que:

Cada día se consagran , aquellos que cada día están contritos y humillados, buscando
del Maestro, las señales no seguirán a cualquiera que se haga llamar cristiano, que
quizás ni siquiera lee un versículo de las escrituras, las señales no te seguirán porque
te llames cristiano y no doblas tus rodillas, ni entras a la presencia del Maestro con
adoración, cuando no traes ofrenda de paz, ofrenda de gozo, ofrenda de bondad,
ofrenda de amor para tu hermano, no tendrá ni conocerá la señal, cuando ni siquiera
sabe cómo entrar donde está el Maestro y hablar con Él Todo Poderoso, el unigénito
hijo de Dios.

Pero hay muchos cristianos que aun estando en sus camas, y que su cuerpo necesita
descansar, su mente está alabando y glorificando al Rey Todo Poderoso, y de esos es
que el Maestro habla, a esos las señales le seguirán, a los que creen, a los que hacen
su voluntad, a los que obedecen, a los que respetan la voluntad de Dios, a los
perseveran.

Las señales seguirán, a aquellos que no les importa si es un día alegre, como muchos
suelen llamar un día bueno o un día malo, todos los días son iguales, algunos dicen
hoy fue un día pésimo, pero el Maestro hoy te pregunta cuando las personas se
expresan de esa manera, será que invocaron ese nombre que es sobre todo nombre,
al acostarse y al levantarse, a ponerse en pies y darle gracias al Altísimo por un nuevo
día.

Las señales seguirán a esos que se preparan de forma continua, a esos que cada día se
consagran, a esos que cada día alzan su mirada para contemplar la hermosura de la
Santidad del Maestro, a esos se refiere el pasaje que las señales le seguirán, y cual señal
es de la que estamos hablando.

De esa señal que cuando te consagras, cuando vienes de continuo a la presencia del
Maestro, cuando tú traes más que tu ofrenda en euros, traes ofrendas de paz, ofrenda
de gozo, ofrenda de amor, ofrenda de gratitud, ofrenda adoración, ofrendad de
alabanza, cuando quebrantas tu corazón y actúas con justicia. y no con injusticia,
entonces esas señales te seguirán.

Esa señal es el poder del Espíritu Santo que está guiando tu vida, que está diciéndote
aquí estoy presente en tu vida, y cuando en tu interior empiezan a fluir ríos de agua
viva, tienes la señal, y entonces puedes hacer todas las cosas que dicen esos versículos
de las escritura, “estas señales te seguirán: En mi nombre echarán fuera demonios;
hablaran nuevas lenguas; 18 Quitarán serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no
les dañará; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán”.

Muchos predicadores que no pueden hacer que estas señales le sigan, se justifican de
la manera siguiente y dicen: que los que fueron grandes hombres del Altísimo y los
Apóstoles que anduvieron con Jesús, echaban fuera demonios, en aquellos tiempos.
pero hoy en día esas señales siguen vigentes para los que creen, y si te consagras, si
actúas con integridad, con rectitud, con justicia, si estás revestido con esas vestiduras
de santidad, de autoridad y de poder, tú también puedes echar fuera demonios.

Tú también puedes decirle a la muerte detente y se detendrá, tú también puedes echar


fuera todo espíritu de muerte y de pestilencia, poniendo la señal de la Sangre de Cristo
que tiene poder, también podrás identificar y echar fuera todo espíritu de engaño, de
mentira, tú también puedes decirle a ese Espíritu échate fuera y saldrá, le puedes decir
a la tempestad cálmate y te obedecerá, porque tú conoces la obediencia y la has
puesto en práctica, la tempestad se calmará porque tienes esa señal de autoridad
delegada por el Altísimo.

De esa señal es que el Maestro nos habla a cada uno de nosotros, la señal no es
solamente decirse y llamarse hijo de Dios, la señal no es solo que te llames cristiano, la
señal no es que juegues a la iglesia todos los días de tu vida, y tu corazón y tu mente
y tu consagración dónde está? dónde está la señal en ti?

Esa señal es la que certifica y demuestra que el Altísimo mora en ti, no es solo porque
te sumerjas en las aguas del bautismo, ya tienes la señal, tenemos que entregar
nuestras vidas por completo a la consagración a la santidad, vivir una vida con justicia,
con rectitud, porque Dios obra por medios de los juntos, y no por que se hacen llamar
jueces para que juzguen, el Maestro nos llama a vivir en justicia y en rectitud.

El Maestro nos ha llamado a ser personas apacibles, personas que aprendan a amar, a
perdonar, personas que sepan llevar las cargas con justicia, equidad, bajo la plomada
divina, el Maestro nos ha llamado para la guerra contra el enemigo, pero muchos hacen
la guerra al prójimo, lamentablemente muchos creen ser justos, y ser rectos, pero en
su propia opinión, pero no tienen la señal, la señal no solo es que te bautices, la señal
no es solamente que recibas el Espíritu Santo, la señal no solo es que dejes de hacer lo
que el mundo hace.
La señal esta en tu corazón, en tu alma, está dentro de ti cuando te despojas y dejas
que ese hombre interior, que esa mujer interior sea gobernada por el Dios, que todo
tu ser alma, mente y espíritu, estén controladas por el Poder del Espíritu Santo, que
todo lo que te ata internamente, sea despojado, que tu corazón sea el más sencillo y
humilde, que no vivas una vida de engaño ni de altivez, de mentira, de injusticia, que
no quites el derecho a quien lo tiene.

Sino más bien que hagas resplandecer la justicia de Dios en tu vida y que empieces a
vivir todos los días una vida de santidad, y qué entiendes tú por santidad porque
muchos piensan que santidad es lo que los humanos pueden ver, y cuando no ven en
ti lo que ellos entienden por santidad entonces tú no eres santo para ellos.

Pero Dios busca la santidad en tu corazón, en tu interior, porque es ahí donde habita
el Espíritu Santo de Dios, es por lo que hay dentro de ti, que Dios mira tú santidad y
no por lo que los hombres miran por fuera de ti, es como si tú pintaras tu casa por
fuera y por dentro esté llena de cosas sucias y llena de basura, cuando alguien la vea
por fuera dirá que bonita casa, que color mas bonito, pero por dentro es todo lo
contrario.

Así mismo es el que no hace morir al hombre viejo en su interior, es cristiano pero aún
tiene bien cimentado malos hábitos de su vida antes de conocer a Cristo, o bien puede
ser de su cultura, te invito a mi casa, pero no te da la dirección, te hare el favor, pero
nunca lo hace, te sonríe de frente y te alaga, pero es en tono de burla, el cristiano tiene
que hacer morir al hombre viejo para que tenga la señal.

Muchos se atreven a decir yo tengo la señal y puedo reprender al enemigo, y puedo


echar fura demonios, pero no le obedecen los demonios, ora por el enfermo y no se
sana, porque no viven ajustados con forme a la palabra, hermano no te engañes, la
apariencia un día va a perecer junto con aquellos cuerpos que viven una vida cristiana
de apariencias.

Pero lo que hay en tu interior, tu alma, es la que pasará ante la presencia del Señor, así
es que es en tu interior debe permanecer la santidad, la vedad, la justicia, el amor al
prójimo, no agraviarlo, no ponerte tu en la cima y a tu prójimo ponerlo allá abajo, oye
esto: si tu eres justo y si vives en santidad, y si alguien que siente tener la potestad
(que no la tiene), te resta mérito y si tú eres justo y clamas a tu Maestro él te oye,
Salmos 34:17 Claman los justo, y Jehová oye.!!

Si tú eres justo y si vives en santidad, si tú vives la palabra, si tú amas a tú prójimo si tú


sabes perdonar a quien te ofende, y si tienes la autoridad del Altísimo para reprender
al enemigo, hágalo con poder y autoridad, y echa fuera todo espíritu contrario del
enemigo y todo gigante que quiera venir en tu contra y enfrentarte entonces. claman
los justos, y Jehová los oye.

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