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Terapia Sistémica: Sus Orígenes, Su Presente y Su Futuro

Entrevista a Jay Haley (*)

Por Juan Lui s Linares y Marcelo R. Ceberio

"El terapeuta debería interpretar lo que al paciente le resulte más desagradable acerca de sí mismo,
para que surja en él la culpa y se quede en trat amient o con el fin de resolver dic ha culpa."
("El Arte de Frac asar como Terapeuta")
J. Haley

Jay Haley falleció pacíficamente el pasado 13 de Febrero. Cofundador del Family


Therapy Institute de Washington, se desempeñaba como profesor en la Alliant
International University desde 1998. Fue autor de más de veinte libros y editor
fundador de la revista Family Process, la primer publicación del campo de la terapia
familiar. Produjo películas destinadas a la formación terapéutica junto a su esposa,
la antropóloga Madeleine Richeport- Haley, con quién escribió su último libro "El
Arte de la Terapia Estratégica" (2006).

Cualquier terapeuta que trabaje con un modelo determinado querría preguntarle a


sus fundadores acerca de la génesis de sus ideas. Jay Haley fue uno de los
pioneros del modelo sistémico y ha compartido experiencias con otros maestros
originarios. En esta entrevista, mezcla de pasado, presente y futuro, se ponen de
manifiesto la experiencia y cosmovisión de este gran terapeuta.

Te brindamos lector esta entrevista realizada para Perspectivas Sistémicas (**),


algunos años atrás, por dos reconocidos colegas de nuestro campo, los doctores J.
Linares y M. Ceberio y va como homenaje póstumo a nuestro admirado colega
cuyo inmenso y rico legado vive en nosotros.

Claudio Des Champs


PS: ¿Cómo supone que será la psicoterapia del próximo milenio?

JH: Creo que hay una división en la materia. Por un lado, están los que hacen
psicoterapia a pedido, y son los jueces quienes determinan que la cumplan o irán a
la cárcel. En este caso, el terapeuta se transforma en un agente del estado, evita
que las personas perturben la paz; este abordaje representa un tipo de psicoterapia
muy difundido en los Estados Unidos. Desde otro punto de vista, otra tendencia
psicoterapéutica muy marcada es aquella que busca que las personas sean más
felices, saludables, más interesantes, con vidas más ricas. Creo que la terapia va en
ambas direcciones: el estado va a intentar utilizarla con propósitos de control y a su
vez algunos terapeutas intentarán hacer una psicoterapia humanitaria, que ayude a
las personas a vivir vidas mejores.

Entonces, ¿cuál será la psicoterapia del futuro?, no estoy muy seguro pero pienso
que por lo que observamos hoy en día, se mantendrán y se desarrollarán estas dos
tendencias.

De cambio y poder

PS: Otro tema es el cambio. ¿Por qué o cómo cambian las personas en
psicoterapia?

JH: Vaya pregunta! Creo que frecuentemente no lo hacen. El terapeuta debe poseer
habilidades específicas, adquiridas en un entrenamiento centrado en una
psicoterapia orientada hacia el logro del cambio. Se puede tener a los pacientes
hablando de sus problemas y reflexionando acerca de sus vidas, pero no
necesariamente superando los síntomas o crisis familiares. Muchas veces, creo que
el conflicto se resuelve incluyendo a alguien dentro de la situación que se qui ere
cambiar, para así abordarla interaccionalmente, desde el marco relacional. Cuando
el terapeuta observa que su consultante, por ejemplo una mujer casada, no se
compromete con la terapia que se está llevando a cabo, tal vez deba introducir en la
escena terapéutica al esposo e investigar si éste tiene algo que ver con el hecho de
que la esposa en cuestión no se compromete con el trabajo terapéutico Creo que la
inclusión de otro miembro de una familia, o como en este caso, del otro cónyuge, es
lo que produce el cambio.

En mi opinión, el tema a resolver es cómo hacer ese cambio lo más rápidamente


posible más que cómo hacerlo de un modo determinado. No poseo recetas acerca
de cómo cambiar a las personas, pienso que depende tanto de los problemas que
éstas presenten, la situación social en la que están inmersas y cuanto poder posee
el terapeuta para producir cambios.

PS: Arribamos a una importante palabra: poder.

JH: ¡Oh sí!, el poder es un tema importante y en particular el poder del estado. En
los Estados Unidos, cuando un individuo consume drogas, los jueces lo envían a
hacer terapia. Ellos utilizan su autoridad para decidir sobre la vida de esa persona y
lo hacen a través de un terapeuta. Se ejerce mucho poder sobre los adictos,
abusadores sexuales y físicos.

La Emoción en psicoterapia.

PS: Bateson escribió en algún momento que la emoción era un concepto "dormitivo";
¿qué piensa de la emoción en terapia?

JH: Creo que es un error preguntarles a los pacientes cómo se sienten, esto sólo
proporciona algún tipo de metáfora, y lo que aparece, de ese modo, es una
simulación. Para que afloren los sentimientos hay que cambiar la organización de la
estructura relacional. La mayor parte de las intervenciones directivas, como la
paradoja, provocan emociones que el terapeuta entonces puede observar y utilizar
para reestructurar las pautas interactivas, lo que terminará produciendo los cambios
buscados.

Esta visión se opone a la teoría de la represión que sostenía que quién expresa su
emoción cambia. De allí que a partir de tales ideas, se ayudaba a las personas a
expresar sus emociones. En lo personal, no creo que eso cambie a nadie. Tal vez se
modifique el modo en el las personas hablan acerca de ello, y quizás aprendan a
actuar como si estuviesen enojados pero definitivamente, no estoy de acuerdo con la
idea de que afectando la emoción se produce el cambio, sino más bien pienso que
afectando la organización, ésta, a su vez, afecta a la emoción y produce el cambio.

PS: En las primeras épocas de trabajo con el grupo de John Weakland, Gregory
Bateson y Bill Fry ¿se imaginaban que el desarrollo de la investigación que llevaban
a cabo culminaría en una teoría tan importante como el pensamiento sistémico?

JH: No lo creo. Lo que puedo comentar al respecto es que Bateson era un


antropólogo - mi esposa es una antropóloga - y una de las cosas, que caracteriza a
los miembros de esta disciplina es que básicamente observan, sin intentar hacer
modificaciones. Por lo tanto, Bateson no estaba interesado en producir cambios,
sólo pretendía comprender el modo en el que viven, interactúan y se desarrollan los
seres humanos. Entonces, dado que nosotros estábamos estudiando cómo hacer
terapia y al mismo tiempo practicándola, no queríamos realmente cambiarla sino
mas bien comprenderla. Así fue como se dio una graciosa colaboración entre todos:
Bateson era tan tolerante que cualquier cosa que John Weakland y yo queríamos
examinar o investigar, la hipnosis por ejemplo, él nos alentaba a que lo hiciésemos
mas allá de no estar realmente interesado en hacer hipnosis pero si en el fenómeno
per se (de hecho él fue el que nos presentó a Milton Erickson).

De cualquier modo, nuestro proyecto involucraba por un lado a la hipnosis y por el


otro al abordaje psicoterapéutico de la esquizofrenia y a Bateson en realidad, desde
su visión antropológica, no le importaba demasiado transformar cosa alguna de
estas situaciones en cuestión pero si quería saber de qué se trataban.

PS: En mis estadías en Palo Alto, mi supervisor en el Mental Research Institute, fue
precisamente John Weakland, ¿cuál fue su experiencia con Milton Erickson en ese
viaje a Phoenix que realizó junto a su colega John Weakland?

JH: Fue una rica experiencia. Milton Erickson represe ntaba los nuevos caminos de
la psicología clínica. Fue una especie de prodigio en los años cincuenta cuando la
psicoterapia atravesaba un período de grandes cambios: de ser intrapsíquica,
psicodinámica, pasó a ser directiva, externa y a involucrar a famili ares de los
consultantes o a familias enteras. Eso precisamente hacía Erickson en aquellos
días, desarrollaba un abordaje muy directivo, centrado en el cambio y en las
relaciones entre los miembros de una pareja o de una familia.

Como estudiábamos el paralelismo entre hipnosis y esquizofrenia, resultaba


maravilloso estudiar con Erickson, la máxima autoridad mundial en hipnosis,
Examinábamos su modo de pensar la terapia y eso produjo un gran impacto sobre lo
que nosotros hacíamos, lo que, a su vez influyó en aquellos que colaboraban o se
formaban con nosotros.

En 1948, Erickson no era conocido como terapeuta familiar pero figuraba en los
listados profesionales como psiquiatra y counselor (asesor o consejero) familiar.
Dicha tendencia, fuertemente orientada hacia la familia, nos ayudó a trabajar sobre
este tema, guiados por uno de los pilares de la terapia directiva.

(*) Jay Haley fue uno de los grandes pioneros de la terapia sistémica. Participó en el primer grupo de
investigadores liderados por Gregory Bate son y fue uno de los principales divulgadores de la terapia
de Milton Eri ckson. Es también autor de numerosos libros de la especialidad, algunos de ellos
cruciales en el desarrollo de las terapias estratégicas y directivas, entre ellos podemos menciona r:
"Estrategias en Psicoterapia", "Las Tácticas de Poder de J esucristo", "Trastornos de la Emancipación
Juvenil", "Terapia para resolver problemas", "Aprender y Enseñar Terapia".

(**) Esta entrevista fue publicada en el nº 50de Perspectiva s Si stémica s Marzo/ Abril de 1998.

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