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LA SOCIEDAD REPUBLICANA

El 18 de marzo de 1840, Francisco Morazán toma la Ciudad de Guatemala, pero es


derrotado por Rafael Carrera, gracias a una hábil estrategia militar. En ese
momento, prácticamente Guatemala era un Estado soberano. Sin embargo,
pasarían siete años antes de la declaración formal.
La insurrección comenzó en junio de 1837, cuando Carrera presentó un pliego de
peticiones al gobierno de Mariano Gálvez, quien renunció aquel año. El 24 de
marzo de 1839, en un pronunciamiento hecho en Mata quescuintla, Carrera acusa
a Morazán de cometer atrocidades y le declara la guerra, aliado con
conservadores guatemaltecos, hondureños y nicaragüenses.

En marzo de 1840, Morazán y unos cuantos oficiales escapan y huyen luego de la


derrota. Hay desórdenes públicos y el gobierno es inestable. Carrera es nombrado
presidente por la Asamblea, y toma posesión el 14

La proclamación oficial se hace el domingo 21 de marzo de 1847, mediante el


decreto 15, de Rafael Carrera, surge la República de Guatemala, y se abandona la
posibilidad de la unión centroamericana, que se había resquebrajado. Al mismo
tiempo, Carrera suscribió un manifiesto en que justificaba su decisión. Entre otras
cosas, apuntó que Guatemala contaba con "una población superior á la de otras
repúblicas del antiguo y el nuevo mundo; ocupa un rico y extenso territorio (...);
comprende 300 y más pueblos. En una palabra, Guatemala abunda en todos los
elementos que constituyen el poder y la fuerza de los Gobiernos independientes".

De 1851 a 1869 la economía fue favorable, debido a la relativa paz del momento.
El principal producto de comercio era la cochinilla, producida por el animal del
mismo nombre, en el nopal. En 1858 esta producción entra en crisis, lo que da paso
a la caficultura. Carrera consideraba que el café sería el sustituto de la grana. A su
muerte, en 1865, lo sucede el gobierno de Vicente Cerna, poco funcional y caduco,
por lo que genera descontento popular.

El término republicanismo hace referencia a una corriente de pensamiento político


surgida en algunas municipalidades italianas de la Edad Media1 que confirió nuevo
sentido a las tradiciones ciudadanas griegas y romanas, animó gran parte de los
debates políticos de la Inglaterra de los siglos XVII y XVIII, influyó sobre los padres
fundadores de la independencia estadounidense y, tras casi dos siglos de discreto
silencio, ha llegado hasta nuestros días como soporte de los clásicos ideales
del vivere libero.2 El republicanismo —en su dimensión doctrinal ajena a las formas
de gobierno y a su contraposición con la monarquía— es un programa de
investigación de las decisiones políticas, no una receta trazada de una vez por
todas.
En la concepción republicana de la política resulta crucial el concepto de la virtud
cívica. Esta noción, elaborad
desde Tucídides, Aristóteles y Cicerón hasta Maquiavelo, persiste en el
republicanismo moderno, desde Milton, Rousseau y los padres de la Constitución
norteamericana hasta hoy. Sin hacerse ilusiones sobre la virtud del hombre,
comprenden, aristotélicamente, que es menester confiar en el ciudadano medio,
trabajador y honrado, que hace posible la ciudad y la práctica política.
La tradición republicana no es contradictoria con los principios liberales, sino que
los complementa y potencia mediante una participación ciudadana
efectiva. [cita requerida] Para ello, es preciso reforzar ciertos elementos, todavía muy
débiles, de las democracias representativas que predominan en la actualidad:
fomentar una cultura cívica más robusta, alcanzar una mayor igualdad social y
organizar unas instituciones políticas que aumenten la calidad de la participación,
en especial mejorando los mecanismos de deliberación a efectos de adoptar las
decisiones políticas más adecuadas a los intereses de todos.3
La sociedad republicana es muy clasista. Existen diferentes tipos de personas. Y
estaria bien que aclararamos los términos para poder estar en igualdad de
condiciones, que quizás algunos vayan más perdidos que otros (y es normal, que
justo estamos empezando)

Ciudadanos: Son aquellos con plenos derechos civiles, jurídicos y políticos. Pagan
impuestos, han prestado el servicio militar y son naturales de Bizantium Secundus,
o de otro mundo siempre y cuando sus progenitores sean ciudadanos. Uno no
puede ser ciudadano hasta que no haya cumplido los 3 requisitos. Dentro de los
que son ciudadanos, existen diferentes clases. Cada clase tiene un peso
específico diferenciado, siendo la clase alta la que tiene más poder de decisión y
la clase baja la que menos. Las clases son la base del sistema electoral
republicano.
Clase alta,
clase media,
clase baja.

Plebe: Son todos aquellos que no tienen la ciudadania, y por lo tanto no tienen
apenas derechos políticos, en el mundo trono por razones economicas no pueden
contribuir pagando impuestos y viven de los subsidios y de la caridad, tampoco
han servido jamás en las legiones. Podrían acceder a la ciudadania haciendo el
servicio militar y pagando impuestos.

Súbditos: Son los habitantes -de todos los estratos sociales- de otros mundos
conquistados. Sus derechos políticos están totalmente limitados y sus derechos
civiles y jurídicos están recortados.

Esclavos: No están considerados como personas, sino como propiedades. En este


sentido no tienen ningún derecho político, civil o jurídico.

La sociedad republicana no reconoce los derechos políticos a las mujeres, que ni


votan ni pueden acceder a cargos públicos. Aunque si disponer de sus bienes y
vidas con cierta autonomía.
DATOS DEMOGRÁFICOS/SOCIOLOGICOS GENERALES

- Habitantes República Galáctica


85% súbditos (42.500.000 personas)
8% ciudadanos (4.800.000 personas)
7% plebe mundo trono (3.000.000 personas)

- Habitantes Bizantium Secundus


Ciudadanos clase alta 200.000 habitantes / 7%
Ciudadanos clase media 1.000.000 habitantes / 13%
Ciudadanos clase baja 3.000.000 habitantes / 40%
Plebe 3.000.000 habitantes / 40%

- Ciudadanos fuera de Bizantium Secundus 300.000

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