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Objetivo: El presente trabajo dirigido tiene como objetivo evaluar al estudiante en función al libro
“Introducción al análisis económico de los recursos naturales y del ambiente” de la materia de
Economía de los Recursos Naturales.
la escasez
La escasez se debe también a las limitaciones que presentan los procesos sociales, tales como los
arreglos institucionales deficientes, las aspiraciones humanas excesivas, el comercio ineficiente y las
tecnologías inadecuadas, así como la información limitada, la falta de coordinación e incentivos
perversos que guían equivocadamente los procesos económicos.
Los factores que influyen en las decisiones económicas: instituciones, tipos de sistema
económico, información e incentivos, tecnología.
Otra manera de ver la importancia económica de los ecosistemas y sus recursos naturales es que
todos los demás recursos dependen de ellos. Por eso la literatura ambiental, frecuentemente, se
refiere a los ecosistemas y recursos naturales como los recursos económicos primarios. Para
enfrentar la escasez se requiere tomar decisiones que implican compromisos entre lo que se quiere
y lo que se puede lograr. Tomar decisiones de manera consciente y razonada es una de las
características importantes que distinguen al género humano del resto de los seres vivos. Día a día
nos vemos en la necesidad, tanto individual como colectivamente, de afrontar decisiones que
repercuten en nuestro nivel de bienestar, en el de otras personas, e incluso en el potencial de
bienestar de las generaciones futuras. La capacidad de decidir de manera racional no sólo nos da la
posibilidad de modificar nuestro entorno, sino que también nos hace responsables de nuestras
acciones.
Mediante las decisiones económicas, toda sociedad tiene que resolver las siguientes cuestiones
fundamentales: ¿Cuántos y qué tipos de bienes y servicios se van a producir? ¿Cómo y con qué se
producirán? ¿Para quiénes se producirán? ¿Qué porcentaje de los recursos económicos disponibles
para la producción se utilizarán en el presente y qué porcentaje se dejará para la producción de bienes
y servicios en el futuro? También es importante establecer quié- nes deben decidir: ¿Cada quien debe
decidir por sí mismo? O ¿debemos dejar que algunos tomen decisiones por los demás? Y de ser así,
¿quiénes son más capaces para decidir por otros?
Estas transacciones son negociaciones que resultan en intercambios entre las personas y las
organizaciones. En este sentido, destaca por su relevancia económica el intercambio
comercial realizado mediante los mercados. Los mercados asignan y racionan los recursos
escasos, siendo fundamentales para determinar la calidad de vida de una sociedad, y
también, en gran medida, de los impactos que una economía genera en el ambiente
04. Realice un análisis sobre el tema “El paradigma del desarrollo sustentable” (Leer la página
38 del archivo PDF y página 37 del texto PDF a la 43 del archivo PDF y página 42 del texto
PDF).
La definición más ampliamente reconocida, dada por la Comisión de Medio Ambiente y Desarrollo de
las Naciones Unidas, establece que el desarrollo sustentable es aquel desarrollo que permite satisfacer las
necesidades y aspiraciones del presente sin menoscabo a la capacidad de las generaciones futuras de
satisfacer sus propias necesidades
Define sustentabilidad como el mantenimiento —o mejoría, cuando ésta sea posible— de la integridad
biogeofísica del sistema de soporte de vida de la Tierra (la ecosfera, sus ecosistemas y los ciclos
biogeoquímicos). Sin embargo, hasta la fecha no se tiene una definición aceptable del significado de
integridad. Nótese que para lograr sustentabilidad bajo esta perspectiva, no es necesaria la existencia del
género humano. Mantener el sistema de soporte de vida en el planeta es necesario, pero no es suficiente
desde el punto de vista económico. Se requiere, también, que haya cabida para sociedades humanas con
altos estándares de calidad de vida. La perspectiva sociocultural, por su parte, requiere mantener la
estabilidad del sistema sociopolítico, es decir, busca que haya estabilidad social y cultural, incluyendo la
reducción de conflictos (Munasinghe, 1993). El énfasis es en la equidad generacional (eliminación de la
pobreza) e intergeneracional (derechos de las generaciones futuras). Dentro de los objetivos importantes
se encuentran la preservación de la diversidad cultural, el pluralismo y una mayor participación de las
comunidades en la toma de decisiones.
El desarrollo sustentable hace necesaria una redistribución más equitativa de los beneficios económicos
y sociales entre los seres humanos de la generación presente, manteniendo niveles de inversión que
garanticen a las generaciones futuras contar con los elementos para satisfacer sus propias necesidades y
aspiraciones. En el largo plazo, se debe buscar obtener el flujo máximo de beneficios del acervo de capital.
Sin embargo, surgen problemas al identificar las formas de capital (manufacturado, humano o natural)
en que la inversión debe ser prioritaria. Pueden identificarse dos puntos de vista: el primero, conocido
como la “versión débil de sustentabilidad”. Esta visión es dominada por el tecnocentrismo, el cual
considera a la tecnología como un sustituto de las funciones ecológicas (Gowdy & O’Hara, 1997).
La postura “tecnocéntrica”, también conocida como “cornucopiana”,10 está enmarcada, sobre todo, por
la economía neoclásica, que mantiene una visión altamente optimista en relación con la posibilidad de
un crecimiento económico sostenible a largo plazo. La pieza central del argumento es la capacidad de la
tecnología (inventiva humana) de mitigar el deterioro del capital ecológico a través de los procesos de mercado.
Por su parte, la “versión fuerte o ecocentrista de sustentabilidad”, considera que el capital ecológico no es
sustituible por ninguna otra forma de capital. Para que el desarrollo económico sea sustentable se requiere
mantener el stock de capital ecológico por encima de un nivel que permita la continuación de sus funciones
críticas. Entonces, además del requerimiento de que el capital total incremente, se tiene la restricción de que
el capital ecológico se mantenga por arriba de un nivel crítico. Dado que dicho nivel es desconocido, los
proponentes de esta postura acuden al principio precautorio, prescribiendo que el capital ecológico se
mantenga al menos en el nivel actual, en tanto no se cuente con mayor información sobre la capacidad de
acarreo. Por su parte, la postura más radical del ecocentrismo, el “ecologismo profundo”, sostiene que la visión
de desarrollo económico actual no es compatible con la capacidad de acarreo de la ecosfera. Esta línea de
pensamiento prescribe la “desindustrialización” de la actividad económica, controles demográficos estrictos y
la promoción de comunidades humanas basadas en agricultura orgánica.