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Enfermedades del sistema digestivo

Sistema digestivo.

Las enfermedades del aparato digestivo afectan a casi veinte millones


de estadounidenses, y son la causa principal de hospitalización en EE. UU.; ocupando el
segundo lugar después de las enfermedades cardiovasculares.
Los trastornos producidos por estas molestias afectan la piel, las membranas húmedas,
los huesos, los músculos y las glándulas.

Enfermedades digestivas

Las enfermedades digestivas son trastornos del aparato digestivo, que algunas veces se denomina
tracto gastrointestinal (GI).

En la digestión, el alimento y las bebidas se descomponen en pequeñas partes (llamadas nutrientes)


que el cuerpo puede absorber y usar como energía y pilares fundamentales para las células.

El aparato digestivo está compuesto por el esófago (tubo de alimento), el estómago, los intestinos
grueso y delgado, el hígado, el páncreas y la vesícula biliar.

Información
El primer signo de problemas en el aparato digestivo con frecuencia comprende uno o más de los
siguientes síntomas:

 Sangrado
 Distensión
 Estreñimiento
 Diarrea
 Acidez gástrica
 Incontinencia
 Náuseas y vómitos
 Dolor en el abdomen
 Problemas para deglutir

 Aumento o pérdida de peso


Una enfermedad digestiva es cualquier problema de salud que ocurre en el aparato digestivo. Las
afecciones pueden ir de leves a serias. Algunos problemas comunes abarcan cáncer, síndrome del
intestino irritable e intolerancia a la lactosa.
Otras enfermedades digestivas abarcan:

 Cálculos biliares, colecistitis y colangitis


 Problemas rectales, como fisura anal, hemorroides, proctitis y el prolapso rectal
 Problemas del esófago, como estenosis (o estrechamiento) y acalasia
 Problemas hepáticos, como hepatitis B, hepatitis C, cirrosis, insuficiencia hepática y hepatitis
alcohólica y autoinmunitaria
 Pancreatitis y seudoquiste pancreático
 Problemas intestinales, como pólipos y cáncer, infecciones, celiaquía, enfermedad de Crohn, colitis
ulcerativa, diverticulosis, malabsorción, síndrome del intestino corto e isquemia intestinal
 Enfermedad del reflujo gastroesofágico (ERGE), enfermedad de úlcera péptica y hernia de hiato
Los exámenes para los problemas digestivos pueden abarcar colonoscopia, endoscopia de vías
digestivas altas, endoscopia con cápsula, colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE)
y ecografía endoscópica.
Muchos procedimientos quirúrgicos se llevan a cabo en el aparato digestivo. Estos abarcan
intervenciones realizadas usando endoscopia, laparoscopia y cirugía abierta. Se pueden realizar
trasplantes de órganos en el hígado, el páncreas y el intestino delgado.

Muchos médicos pueden ayudar a diagnosticar y tratar los problemas digestivos. Un


gastroenterólogo es un médico especialista que ha recibido formación adicional en el diagnóstico y
tratamiento de los trastornos digestivos. Otros médicos involucrados en el tratamiento de
enfermedades digestivas abarcan:

 Profesionales en enfermería o asistentes médicos profesionales


 Nutricionistas o dietistas

 Médicos de atención primaria

 Radiólogos

 Cirujanos

Diarrea
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 Causas
 Síntomas
 Prevención
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 Diagnóstico
 Tratamientos
 Otros datos

Qué es
Se denomina diarrea al aumento en la frecuencia de las deposiciones (más de tres
veces al día) acompañada de una disminución de la consistencia de éstas. A veces la
diarrea puede contener sangre, moco, pus y alimentos no digeridos.
Dependiendo de la persona, esta patología puede ser leve y desaparecer en pocos días o
durar más tiempo.
En algunos grupos de riesgo, como los niños y los bebés conviene vigilar al enfermo
puesto que en ellos puede derivar a una enfermedad grave.

Causas
Existen muchas causas que originan la diarrea. Sin embargo, la más común es
la gastroenteritis vírica epidémica, muy frecuente en niños.
Otras situaciones que pueden propiciar la enfermedad son la ingesta de determinados
alimentos o agua que contienen determinados tipos de bacterias que provocan la diarrea
y así como intoxicaciones alimentarias.
Además, algunos medicamentos, como antibióticos, fármacos quimioterápicos o
laxantes con magnesio pueden causar diarrea como efecto secundario.
Por último, está vinculada a una serie de patologías como las enfermedades
inflamatorias del intestino, principalmente como son la colitis ulcerosa y la enfermedad
de Crohn; la insuficiencia del páncreas o el síndrome del intestino irritable o
la ansiedad y situaciones estresantes, entre otras.

Evalúa tus síntomas


Síntomas
Aunque el hecho fundamental es el aumento en el número de deposiciones y la
disminución de la consistencia, no es infrecuente que se asocien otros síntomas como
la presencia de fiebre, intolerancia a la comida acompañada
de náuseas y vómitos y dolor abdominal. Si la diarrea es muy cuantiosa puede
aparecer deshidratación por pérdida excesiva de líquidos.

Prevención
Hay dos tipos de diarrea que se pueden prevenir:

Diarrea por rotavirus


Este virus común provoca diarrea en niños y adultos y se puede prevenir mediante la
administración de dos recientes vacunas: RotaTeq y Rotarix. Estas vacunas sólo
protegen al niño del rotavirus y no de la diarrea que aparece por otras causas.

Diarrea del viajero


Las personas que viajan a países en vías de desarrollo como África, Latinoamérica o
Asia pueden tener diarrea del viajero debido al consumo de agua o alimentos que
contienen virus, parásitos o bacterias nocivas. En este caso se pueden tomar una serie de
precauciones:
 No consumir agua del grifo ni hielo hecho con agua del grifo.

 Evitar cepillarse los dientes con agua no embotellada.

 No beber leche ni tomar lácteos sin pasteurizar.

 Comer verduras y frutas que se puedan pelar. Además, conviene que esos productos los pele
usted mismo.

 Evitar el consumo de pescado y carne crudos.

 Beber agua embotellada.

Tipos
Existen diferentes tipos de diarrea dependiendo de las causas que la originan. Se pueden
clasificar en:
 Diarrea por toxiinfección alimentaria: Se produce por el consumo de alimentos que no están
en buen estado.
 Diarrea vírica: Causada por el virus del rotavirus y otros.

 Diarrea del viajero: Surge como consecuencia del consumo de comida y bebida en países en
vías de desarrollo que contienen virus nocivos.

Diagnóstico
En la mayoría de los casos de diarrea infecciosa, si la situación del paciente no es grave,
los síntomas son tan claros que no es necesario realizar ninguna otra
exploración para confirmar el diagnóstico.
El antecedente de consumo de alimentos que pudieran estar en mal estado o la
afectación de varias personas que han participado en una misma comida es un hecho
frecuente que ayuda al diagnóstico.
Otras veces, si existe mucha repercusión general y el paciente está postrado y con
signos de deshidratación será conveniente estudiar las heces para descubrir el
germenresponsable y valorar la necesidad de iniciar un tratamiento específico.
Cuando la causa más probable no es la infecciosa es necesario realizar estudios más
completos del intestino y del páncreas para conocer el origen de la diarrea.

Tratamientos
El tratamiento depende del diagnóstico y de la gravedad de la diarrea.
Si es leve basta con administrar abundantes líquidos en el propio domicilio del
paciente. Si la diarrea es grave y se acompaña de deshidratación es necesario tratar al
paciente en el hospital para administrar líquidos por vía venosa.
Las diarreas de causa no infecciosa habitualmente requieren tratamientos específicos
según el tipo de enfermedad. Como norma general no es aconsejable utilizar sin
indicación del médico fármacos antidiarréicos ya que pueden complicar la evolución de
la diarrea.

Otros datos
La diarrea puede afectar a cualquier persona. Es frecuente que aparezcan brotes de
diarrea aguda en instituciones como guarderías, residencias de ancianos, cuarteles etc.
Como la mayor parte de las diarreas infecciosas se deben al consumo de agua y
alimentos en mal estado o contaminados es muy importante conocer las medidas de
higiene básicas para intentar prevenirlas.

Dieta y nutrición
La deshidratación es una de las complicaciones que vienen vinculadas con la diarrea.
Para evitarlas conviene beber mucha agua y líquidos que contengan sodio, cloruro
o potasio:
En el caso de los niños, los especialistas recomiendan ingerir soluciones de
rehidratación oral, como bebidas que contienen salen y minerales para prevenir la
deshidratación. Éstas se pueden encontrar en farmacias.
Los adultos pueden tomar zumo de frutas, bebidas isotónicas, caldos caseros, etc.
Respecto a las comidas, los expertos recomiendan comer arroz blanco, patatas hervidas,
zanahorias cocidas, pollo al horno sin piel ni grasa o jamón cocido, entre otros.
Además, aconsejan evitar alimentos que puedan empeorarla como los ricos en grasa,
especialmente fritos; con mucha fibra (frutas cítricas), pasteles, galletas, café, etc.
Cuando la diarrea se detenga, el paciente podrá volver a llevar su alimentación habitual

Diabetes
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Qué es
La diabetes es una enfermedad crónica que se origina porque el páncreas no sintetiza
la cantidad de insulina que el cuerpo humano necesita, la elabora de una calidad
inferior o no es capaz de utilizarla con eficacia.
La insulina es una hormona producida por el páncreas. Su principal función es
el mantenimiento de los valores adecuados de glucosa en sangre. Permite que la
glucosa entre en el organismo y sea transportada al interior de las células, en donde se
transforma en energía para que funcionen los músculos y los tejidos. Además, ayuda a
que las células almacenen la glucosa hasta que su utilización sea necesaria.
En las personas con diabetes hay un exceso de glucosa en sangre (hiperglucemia) ya que
no se distribuye de la forma adecuada. Los especialistas advierten que, si los pacientes
no siguen el tratamiento adecuado los tejidos pueden acabar dañados y se pueden
producir complicaciones muy graves en el organismo.

Incidencia
El estudio di@bet.es publicado en 2012 situó la prevalencia de la diabetes en España
en torno al 13,8 por ciento de la población.
“Los resultados del estudio también confirman la asociación entre
diabetes, obesidad e hipertensión arterial y la importancia de la actividad física como
método de prevención”, explica a CuidatePlus, Rebeca Reyes, de la Unidad de
Endocrinología del Hospital General Universitario Rafael Méndez, en Lorca (Murcia) y
coordinadora del Grupo de trabajo de Diabetes Mellitus de la Sociedad Española de
Endocrinología y Nutrición (SEEN). “Además, el estudio señala que un 6 por ciento
de las personas con diabetes tipo 2 desconoce que sufre esta enfermedad”.
Por otro lado, Reyes señala que la prevalencia es mayor conforme aumenta la edad
del paciente. De hecho, se estima que puede llegar a afectar hasta el 25-30 por ciento de
la población anciana. “También se incrementa conforme aumenta la prevalencia de
obesidad”, destaca.

Causas
El momento de aparición de la enfermedad, así como las causas y síntomas que
presentan los pacientes, dependen del tipo de diabetes:

Diabetes tipo 1
Las edades más frecuentes en las que aparece son la infancia, la adolescencia y los
primeros años de la vida adulta. Acostumbra a presentarse de forma brusca y
muchas veces independientemente de que existan antecedentes familiares.
Las causas de la diabetes tipo 1 son principalmente la destrucción progresiva de las
células del páncreas, que producen insulina. Ésta tiene que administrarse artificialmente
desde el principio de la enfermedad. Sus síntomas particulares son el aumento de la
necesidad de beber y aumento de la cantidad de orina, la sensación de cansancio y la
pérdida de peso a pesar del incremento de las ganas de comer.

Diabetes tipo 2
Surge generalmente en edades más avanzadas y es unas diez veces más frecuente que
la anterior. Por regla general, la diabetes tipo 2 también está diagnosticada o la han
padecido otras personas de la familia.
Se origina debido a una producción de insulina escasa, junto con el aprovechamiento
insuficiente de dicha sustancia por parte de las células. Según qué defecto de los dos
predomine, al paciente se le habrá de tratar con pastillas antidiabéticas o con insulina (o
con una combinación de ambas). En estos casos el paciente no suele presentar ningún
tipo de molestia, ni síntoma específico, por lo que puede pasar desapercibida para la
persona afectada durante mucho tiempo.

Diabetes gestacional
Se considera una diabetes ocasional que se puede controlar igual que los otros tipos de
diabetes. Durante el embarazo la insulina aumenta para incrementar las reservas de
energía. A veces, este aumento no se produce y puede originar una diabetes durante
embarazo. Tampoco tiene síntomas y la detección se realiza casi siempre tras el análisis
rutinario a que se someten todas las embarazadas a partir de las 24 semanas de
gestación. Lo que si aumenta en gran medida el riesgo de desarrollar diabetes al cabo de
algunos años.

Evalúa tus síntomas

Síntomas
Entre los principales síntomas de la diabetes se incluyen:
 Frecuencia en orinar (fenómeno de la cama mojada en los niños).

 Sensación de hambre inusual.

 Sed excesiva.

 Debilidad y cansancio.

 Pérdida de peso.

 Irritabilidad y cambios del estado de ánimo.

 Sensación de malestar en el estómago y vómitos.

 Vista nublada.

 Cortaduras y rasguños que no se curan, o se curan lentamente.

 Picazón o entumecimiento en las manos o los pies.

 Infecciones recurrentes en la piel, la encía o la vejiga (cistitis).

 Elevados niveles de glucosa en la sangre y en la orina.


Prevención
Para la diabetes tipo 1 no existe ningún método eficaz de prevención por el
momento. En cambio, está comprobado que la de tipo 2, que es la que aparece con más
frecuencia, al estar relacionada con la obesidad se puede tratar de evitar en gran
medida adoptando unos hábitos de vida saludables.
“Diferentes estudios han demostrado que la actividad física y la pérdida de peso
previenen el desarrollo de diabetes en personas con predisposición a ésta, incluso en
aquellas que ya presenten algún grado de alteración de la tolerancia a la glucosa (o
prediabetes)”, afirma Rebeca Reyes, coordinadora del Grupo de trabajo de Diabetes
Mellitus de la SEEN. “Además, en el recientemente publicado estudio Predimed se
demuestra que la dieta mediterránea previene la enfermedad cardiovascular por lo
que debería ser la dieta de elección”.

Consejos para prevenir las hipoglucemias en diabéticos


 Ajustar las dosis de los medicamentos a las necesidades reales.
 Mantener un horario de comidas regular en la medida de lo posible.
 Tomar cantidades moderadas de hidratos de carbono antes de realizar ejercicio.
 Llevar siempre azúcar.
En cuanto aparezcan los primeros signos de hipoglucemia hay que tomar azúcar (2 o
3 terrones), galletas (de 3 a 5 unidades) o beber un vaso (150 ml) de alguna bebida que
contenga hidratos de carbono de absorción rápida (zumos de frutas, cola, etc.).
Los síntomas suelen pasar en 5 ó 10 minutos. Si la hipoglucemia es grave o la persona
podría perder la conciencia, es necesario inyectarle una ampolla de glucagón por vía
subcutánea (igual que la insulina) o intramuscular (en la nalga). El glucagón moviliza
las reservas de glucosa del organismo y hace efecto en unos 10 minutos. Si no hay
recuperación, el afectado debe recibir asistencia médica inmediata.

Tipos

Diabetes Mellitus tipo 1 mediada por procesos


autoinmunes:
 Está causada por la destrucción autoinmune de las células del páncreas.
 Representa la mayoría de los casos de diabetes mellitus tipo 1.
 Lo normal es que aparezca en niños o adultos jóvenes, pero también puede darse en otras
edades.
 Suele comenzar de forma brusca.
 Los factores de riesgo no están bien definidos, pero se sabe que están implicados en su
aparición factores genéticos, autoinmunes y ambientales.
 Habitualmente el peso es normal o por debajo de lo normal, aunque la presencia de obesidad
no es incompatible con el diagnóstico.
 Los pacientes son propensos a sufrir otras alteraciones del sistema inmunitario.
Una minoría de los pacientes con diabetes tipo 1 desarrollan diabetes mellitus tipo
1 idiopática, de la cual se desconoce la causa que desencadena este subtipo que afecta
principalmente a personas de origen africano y asiático.
En la idiopática, el factor hereditario tiene mucha importancia y no existen
alteraciones del sistema inmunitario. Además, la necesidad de insulina puede aparecer o
desaparecer.
Según la Federación Internacional de Diabetes, cada año se incrementa el número
de personas que tienen diabetes tipo 1. Aunque las causas de este aumento no están
claras, estiman que puede deberse a los cambios de los factores de riesgo
medioambiental, a circunstancias durante el desarrollo en el útero, a la alimentación
durante las primeras etapas de la vida o a infecciones virales.
Además, desde la Federación insisten en que estos pacientes pueden tener una vida
normal si siguen el tratamiento combinando la administración diaria de la insulina con
un seguimiento estrecho, ejercicio regular y dieta sana.

Diabetes Mellitus tipo 2:


 Aunque puede aparecer a cualquier edad, es habitual que comience en la edad adulta,
después de los 40 años aunque hoy en día se está produciendo un aumento en jóvenes y
niños.
 Se caracteriza por la resistencia a la insulina y usualmente se asocia a un déficit relativo de
producción de esta hormona por el páncreas.
 La obesidad está presente en el 80 por ciento de los pacientes.
 El riesgo de desarrollar esta forma de diabetes aumenta con la edad, el peso y la falta de
actividad física. Es más frecuente en mujeres con antecedentes de diabetes gestacional y en
individuos con hipertensión o trastornos en el metabolismo de la grasas.
 Representa el 90-95 por ciento del total de casos de diabetes mellitus.
 Los pacientes no precisan insulina, aunque pueden requerirla para conseguir controlar el nivel
de glucosa.
 Está frecuentemente asociada con una fuerte predisposición genética, aunque este factor es
complejo y no está claramente definido.
A diferencia de los pacientes con diabetes tipo 1, las personas con diabetes tipo 2 no
suelen necesitar dosis diarias de insulina para sobrevivir. Sin embargo, en algunos casos
se podría precisar insulina unida a una medicación oral, una dieta sana y el aumento de
la actividad física.
Al igual que en la diabetes tipo 1, los casos de diabetes tipo 2 se están incrementando
en todo el mundo. Las causas están relacionadas con los cambios de estilo de
vida como consecuencia del desarrollo económico. Otras causas podrían ser el
envejecimiento de la población, el incremento de la urbanización, los cambios de dieta y
la disminución de la actividad.

Diabetes gestacional:
 Comienza o se diagnostica por vez primera durante el embarazo.
 Aparece en entre un 2 y un 5 por ciento de los procesos de gestación.
 Habitualmente, la paciente recobra el estado de normalidad tras el parto.
 Las mujeres con diabetes gestacional tienen, a corto, medio o largo plazo, mayor riesgo de
desarrollar diabetes tipo 2.
 Los factores de riesgo para la diabetes gestacional son la obesidad y los antecedentes
familiares.

Otros tipos de diabetes:


Existen otros tipos de diabetes originados por un mal funcionamiento de las células del
páncreas o de la insulina que éstas producen, por problemas de metabolismo, etcétera.
Muchas veces estas disfunciones están causadas por defectos genéticos, drogas,
infecciones u otras enfermedades.

Diagnóstico
El diagnóstico de la diabetes se produce cuando el paciente tiene valores
anormalmente elevados de glucosa en la sangre. Este análisis se suele controlar y
medir durante un examen anual de rutina o en una exploración clínica que se realiza
antes de la incorporación a un nuevo empleo o de la práctica de un deporte.
También pueden realizarse análisis para determinar la posible causa de síntomas como
el aumento de la sed, la micción, el hambre, o si existen factores de riesgo
característicos, como antecedentes familiares de diabetes, obesidad, infecciones
frecuentes o cualquier otra complicación asociada con la diabetes.
Tal y como señala Rebeca Reyes, coordinadora del Grupo de trabajo de Diabetes
Mellitus de la SEEN, el diagnóstico de la diabetes se realiza a través de una
analítica de sangre. “Los criterios diagnósticos actuales, según la Sociedad
Americana de Diabetes en sus recomendaciones de año 2015, son los siguientes:
 Hemoglobina glicosilada mayor o igual de 6,5 por ciento.
 Glucemia basal en ayunas mayor o igual a 126 mg/dl o glucemia a las 2 horas de una prueba de
tolerancia oral a la glucosa con 75 gr de glucosa mayor o igual a 200 mg/dl.
Todas ellas deben repetirse en dos ocasiones, salvo cuando existan signos inequívocos
de diabetes, en cuyo caso una glucemia al azar de >= 200 mg/dl es suficiente”,
especifica.

Pruebas
Para medir la concentración de glucosa en la sangre se obtiene una muestra de
sangre del paciente, quien deberá estar en ayunas por lo menos 8 horas antes de la
prueba.
Es normal que exista cierto grado de elevación de los valores de glucosa en la sangre
después de comer, pero incluso entonces, los valores no deberían ser muy elevados. En
las personas mayores de 65 años es mejor realizar la prueba en ayunas dado que los
ancianos tienen un mayor incremento de las concentraciones de glucosa en la sangre
después de comer.
Hay otra clase de análisis de sangre, llamado prueba de tolerancia oral a la glucosa, que
se realiza en ciertos casos, como cuando se sospecha que una mujer embarazada tiene
diabetes gestacional.
En esta prueba se obtiene una muestra de sangre en ayunas para medir el valor de la
glucosa y se suministra a la paciente una solución especial para beber, la cual contiene
una cantidad estándar de glucosa. Durante las dos o tres horas siguientes se obtienen
varias muestras de sangre.

Tratamientos
El tratamiento de la diabetes mellitus se basa en tres
pilares: dieta, ejercicio físico ymedicación. Tiene como objetivo mantener los niveles
de glucosa en sangre dentro de la normalidad para minimizar el riesgo de
complicaciones asociadas a la enfermedad. En muchos pacientes con diabetes tipo 2 no
sería necesaria la medicación si se controlase el exceso de peso y se llevase a cabo un
programa de ejercicio físico regularmente. Sin embargo, es necesario con frecuencia
una terapia sustitutiva con insulina o la toma de fármacos hipoglucemiantes por vía oral.
 Fármacos hipoglucemiantes orales: Se prescriben a personas con diabetes tipo 2 que no
consiguen descender la glucemia a través de la dieta y la actividad física, pero no son eficaces
en personas con diabetes tipo 1.

 Tratamiento con insulina: En pacientes con diabetes tipo 1 es necesario la administración


exógena de insulina ya que el páncreas es incapaz de producir esta hormona. También es
requerida en diabetes tipo 2 si la dieta, el ejercicio y la medicación oral no consiguen controlar
los niveles de glucosa en sangre. La insulina se administra a través de inyecciones en la grasa
existente debajo de la piel del brazo, ya que si se tomase por vía oral sería destruida en
aparato digestivo antes de pasar al flujo sanguíneo. Las necesidades de insulina varían en
función de los alimentos que se ingieren y de la actividad física que se realiza. Las personas que
siguen una dieta estable y una actividad física regular varían poco sus dosis de insulina. Sin
embargo, cualquier cambio en la dieta habitual o la realización de algún deporte exigen
modificaciones de las pautas de insulina. La insulina puede inyectarse a través de distintos
dispositivos:
 Jeringuillas tradicionales: Son de un solo uso, graduadas en unidades internacionales (de 0 a
40).
 Plumas para inyección de insulina: Son aparatos con forma de pluma que tienen en su interior
un cartucho que contiene la insulina. El cartucho se cambia cuando la insulina se acaba, pero la
pluma se sigue utilizando.
 Jeringas precargadas: Son dispositivos similares a las plumas, pero previamente cargados de
insulina. Una vez que se acaba la insulina se tira toda la jeringa. El nivel de glucosa en sangre
depende de la zona del cuerpo en que se inyecta la insulina. Es aconsejable que se introduzca
en el abdomen, los brazos o muslos. Penetra más rápidamente si se inyecta en el abdomen. Se
recomienda inyectar siempre en la misma zona, aunque desplazando unos dos centímetros el
punto de inyección de una vez a otra. Hay que evitar las inyecciones en los pliegues de la piel,
la línea media del abdomen y el área de la ingle y el ombligo.

Otros datos

Complicaciones
“Existe una relación directa entre el cumplimiento y un adecuado control glucémico,
que a su vez se relaciona con el riesgo de desarrollar complicaciones crónicas asociadas
a la diabetes. Por tanto, un cumplimiento inadecuado aumenta el riesgo de
desarrollar complicaciones”, advierte, Rebeca Reyes, coordinadora del Grupo de
trabajo de Diabetes Mellitus de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición
(SEEN).
Desde la Federación Internacional de Diabetes destacan que las principales
complicaciones son las enfermedades cardiovasculares, renales, oculares, nerviosas,
así como que se produzca el pie diabético. Además, la diabetes puede ser
una amenaza para la salud bucodental y aumentar la probabilidad de que se
desencadene la apnea del sueño.

¿En qué momento debe acudir el paciente al especialista?


Según Reyes, cuando los pacientes tengan síntomas como necesidad constante de
orinar, sed inusual, hambre extrema, pérdida inusual de peso, fatiga e irritabilidad
extremas, infecciones frecuentes y/o visión borrosa, es necesario que acudan a la
consulta del médico para que les realicen una determinación de glucemia.

Pronóstico
Tal y como especifica la coordinadora del Grupo de trabajo de Diabetes Mellitus de la
Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, la investigación en diabetes sigue
actualmente varias líneas. “La primera de ellas es la investigación en sistemas de
páncreas artificial y células madre para el reemplazo de las células productoras de
insulina”, señala Reyes. “Esta terapia sería aplicable a los pacientes con diabetes tipo
1”.
La segunda está orientada al desarrollo de insulinas cada vez mejores, de mayor
duración y con un menor riesgo de hipoglucemia. “Por último, los tratamientos que
actualmente están disponibles para la terapia de la diabetes tipo 2 cada vez tienen menos
efectos secundarios y además ayudan a reducir el peso, que es un problema que con
frecuencia coexiste con la diabetes tipo 2”, concluye Reyes.

Gastritis
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Qué es
La gastritis es la inflamación de la mucosa que recubre las paredes del estómago. El
revestimiento del estómago contiene células que segregan enzimas y ácido que ayudan
en la digestión y que cuando se inflama ocasiona molestias.

Causas
Las causas que pueden provocar la inflamación del revestimiento del estómago son:
 Algunos fármacos, como ácido acetilsalicílico, naproxeno o ibuprofeno.

 Infección del estómago con la bacteria Helicobacter pylori.

 Abuso de alcohol o ingesta de sustancias corrosivas, como algún tipo de veneno.

 Ingesta de alimentos picantes.

 Consumo de cocaína.

 Fumar.

 Reflujo de bilis hacia el estómago o reflujo biliar.

 Trastornos autoinmunes.

 Infección viral, sobre todo en personas con déficits en el sistema inmunológico.

 Estrés excesivo.
Otras causas menos comunes que pueden causar gastritis son el hecho de haberse
sometido a una cirugía mayor o sufrir alguna enfermedad gástrica que pueda inflamar
la mucosa del estómago.

Evalúa tus síntomas


Síntomas
Aunque en algunas ocasiones esta patología no presenta síntomas, las personas que
la sufren pueden experimentar las siguientes molestias:
 Dolor abdominal.

 Náuseas y vómitos.

 Acidez de estómago.

 Aerofagia.

 Ausencia de hambre o inapetencia, que en ocasiones puede producir pérdida de peso.

 Heces de color negro y vómitos con sangre, en el caso de que la gastritis cause sangrado en el
revestimiento del estómago.

Prevención
La prevención de la gastritis pasa por evitar el uso de las sustancias que pueden inflamar
la mucosa del estómago. Evitar el uso prolongado de medicamentos como el
naproxeno, el ibuprofeno o el ácido acetilsalicílico, así como reducir o suprimir la
ingesta de alcohol y de comidas que puedan irritar el revestimiento estomacal, evitará
que se desarrolle una gastritis causada por este tipo de agentes.

La mucosa del estómago puede deteroriorarse por el consumo prolongado de fármacos.


Tipos
La gastritis se puede clasificar según la duración de la patología y según sus síntomas y
consecuencias. Según la duración, la gastritis puede ser:
 Gastritis aguda: Una gastritis es aguda cuando dura algunos días y desaparece cuando lo hace
el agente causante. La gastritis aguda suele estar causada por el consumo prolongado de
algunos fármacos, como el ibuprofeno, la ingesta excesiva de alcohol o el estrés.

 Gastritis crónica: Se produce cuando la enfermedad dura meses o incluso años. La principal
causa de la gastritis crónica es la infección por la bacteria Helicobacter pylori. También puede
deberse a una alcalinización del pH del estómago que se origina por el reflujo biliar.
Según la sintomatología y las consecuencias que pueda acarrear, la gastritis también
se puede clasificar en:
 Gastritis erosiva: Se produce cuando se origina una ulceración en la mucosa del estómago,
debido a la debilidad de las mucosas que las protegen, que dejan pasar los ácidos. Tiene una
gran relación con el abuso de tabaco y alcohol. Las erosiones pueden llegar a producir
sangrado.

 Gastritis atrófica: En este caso la capa protectora del estómago resulta afectada,
incrementando el riesgo de sufrir cáncer de estómago. La causa más común de afectación de
esta capa es la presencia de la bacteria Helicobacter pylori. La gastritis atrófica presenta otro
tipo de síntomas, además de los comunes, como anemia, déficit de alguna vitamina o mala
absorción de los nutrientes durante la digestión.

Diagnóstico
La gravedad de la enfermedad y su duración dependen del agente causante, por lo que
en la mayoría de las ocasiones la gastritis se cura cuando desaparece la sustancia,
enfermedad o afección que la provoca. Las principales complicaciones que se pueden
presentar son el sangrado y el aumento del riesgo de sufrir cáncer de estómago. En
ocasiones, si la mucosa que recubre el estómago permanece demasiado tiempo alterada,
los ácidos pueden llegar a causar úlceras.
Entre las pruebas y exámenes que se pueden realizar para detectar una gastritis está
el análisis de sangre, con el objetivo de analizar el nivel de glóbulos rojos y detectar
una posible anemia que puede derivar en un debilitamiento del revestimiento del
estómago; una gastroscopia para comprobar el interior del estómago y el estado de las
mucosas; un análisis de heces para verificar si hay sangrado, que puede ser un signo de
hemorragia digestiva causada por gastritis y también para detectar la presencia de la
bacteria Helicobacter pylori.

Tratamientos
La sustancia o afección que causa la inflamación de la mucosa del estómago será el
factor del que dependa el tratamiento. Aunque lo normal es que la gastritis se cure
cuando desaparezca el agente causante, en ocasiones, dependiendo de la incidencia de
los síntomas y de la gravedad de la enfermedad, se utilizan algunos medicamentos,
como antiácidos e inhibidores de la bomba de protones, que reducen la cantidad de
ácido gástrico producido por las glándulas que cubren las paredes del estómago,
como omeprazol, pantoprazol o esomeprazol, entre otros. En la mayoría de los casos
el tratamiento con fármacos sólo es necesario cuando hay infección bacteriana.

Otros datos

¿Cuándo acudir al médico?


Si el dolor abdominal es muy fuerte y no desaparece, las heces son negras o en el
vómito aparece sangre o una sustancia parecida al poso del café, se debe acudir a un
especialista.

Alimentos prohibidos para la gastritis


En el caso de sufrir gastritis, es recomendable evitar una serie de alimentos que pueden
agravar la enfermedad y sus síntomas. Los alimentos prohibidos en estos casos son:
 Algunas verduras y hortalizas: En especial aquellas consideradas flatulentas, es decir, que
pueden provocar gases, como el brócoli, la coliflor o los pimientos.

 Frutas ácidas o poco maduras: Sobre todo los cítricos, como el limón o el pomelo.

 Lácteos enteros: Hay que tratar de evitar en lo posible la leche entera, la nata y el queso
curado.

 Carnes ricas en grasas: Principalmente los embutidos, como el chorizo o el salchichón.

 Bebidas con gas: Las bebidas carbonatadas no están recomendadas en estos casos.

 Bebidas con cafeína: Como el café o el té.

 Salsas y condimentos picantes: La ingesta de alimentos y condimentos picantes es una de las


causas que puede producir gastritis, por lo que su consumo agrava los síntomas de la
enfermedad y puede hacer daño al estómago.

Alimentos recomendados para la gastritis


Los alimentos que no causan ningún perjuicio en el estómago en el caso de sufrir
gastritis son:
 Pasta y arroces.
 Pan blanco.
 Verduras cocidas.
 Pescados.
 Productos lácteos desnatados.
 Bebidas sin cafeína.
 Carnes magras, como pollo, pavo o conejo.
Colon irritable
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 Causas
 Síntomas
 Prevención
 Diagnóstico
 Tratamientos
 Otros datos

Qué es
El colon irritable, cuya denominación más exacta es Síndrome del Intestino
Irritable (SII), es un cuadro crónico y recidivante caracterizado por la existencia
de dolor abdominal y/o cambios en el ritmo intestinal, acompañados o no de una
sensación de distensión abdominal, sin que se demuestre una alteración en la morfología
o en el metabolismo intestinales, ni causas infecciosas que lo justifiquen. También se ha
denominado colitis nerviosa, colitis espástica ó colon espástico. Todas estas
denominaciones se consideran hoy erróneas e incompletas.

Causas
Hasta hoy, no se conoce ningún mecanismo único que explique por qué los pacientes
con colon irritable sufren estos síntomas de forma crónica y recidivante. Desde un punto
de vista general, lo más aceptado y demostrado es que existen alteraciones de la
motilidad y/o de la sensibilidad digestiva, influenciadas por factores psicológicos.
Además, se han propuesto otras diferentes alteraciones que también podrían influir en
esta enfermedad: gastroenteritis, intolerancias alimentarias, alteraciones
hormonales y factores genéticos.
Evalúa tus síntomas

Síntomas
Los síntomas digestivos propios son el dolor y la distensión abdominales, y la alteración
del ritmo intestinal.
 El dolor abdominal suele ser difuso o localizado en hemiabdomen inferior, habitualmente no
irradiado, de tipo cólico, opresivo o punzante, en general leve o de moderada intensidad, con
una duración inferior a las dos horas, que alivia tras la defecación y que suele respetar el
sueño. El inicio o la presencia del dolor abdominal se asocia habitualmente con deseos de
defecar o con cambios en la frecuencia o consistencia de las deposiciones y frecuentemente, el
paciente relaciona su comienzo con la ingesta de algún alimento.

 Las alteraciones del ritmo intestinal pueden manifestarse con predominio del estreñimiento o
de la diarrea, o de forma alterna diarrea-estreñimiento. La distensión abdominal y el
meteorismo se desarrollan progresivamente a lo largo del día y son referidas como "exceso de
gases". Son frecuentes la saciedad precoz tras la ingesta, las nauseas, los vómitos y el ardor
torácico (pirosis).

 Otros síntomas son la sensación de evacuación incompleta y la presencia de moco en las


deposiciones.

Prevención
Las personas con colon irritable suelen presentar dolor difuso y localizado.

Una alimentación adecuada puede ayudar a prevenir futuros problemas de colon


irritable. Se aconseja que las comidas sean pobres en grasas y ricas
en proteínas y fibras (un buen ejemplo para cumplir estas recomendaciones sería
seguir el patrón alimentario de la dieta mediterránea). Hay alimentos que además
pueden provocar una mayor cantidad de gasescomo la col, las legumbres, los frutos
secos o las bebidas alcohólicas, que estos pacientes deben evitar para paliar dolores o
molestias.
El agua también puede ayudar a reducir la irritación si se bebe entre un litro y
medio y dos litros al día, ya que además previene el estreñimiento y facilita el
movimiento del bolo alimenticio. Se recomienda también intentar comer todos los días a
la misma hora, así como regularizar las horas de deposiciones preferiblemente después
del desayuno, según indica la Clínica de la Universidad de Navarra.
Hacer ejercicio de forma regular también es recomendable, al producir una mejora de
la movilidad intestinal. Intentar evitar situaciones que generen estrés
o ansiedad también puede ayudar a evitar una irritación.

Diagnóstico
El diagnóstico se basa en una minuciosa historia clínica junto a una completa
exploración física, las cuales nos orientarán hacia la posibilidad de tratarse de un colon
irritable. Entonces, para completar el diagnóstico de sospecha, deberemos realizar
diversas pruebas complementarias que nos descarten la existencia de patología orgánica
(diagnóstico por exclusión). Entre estas pruebas complementarias podemos
incluir análisis generales y específicos de sangre, orina y heces, estudios
radiológicos de abdomen con y sin contraste, ecografía abdominal y sigmoidoscopia
o colonoscopia. Dependiendo de los síntomas y de la edad del paciente,
determinaremos en cada caso las pruebas más adecuadas para llegar al diagnóstico.

Tratamientos
Es preciso proporcionar al paciente una información adecuada y comprensible sobre las
características de su enfermedad, especialmente de su cronicidad y del pronóstico
benigno de la misma. Establecer una buena relación paciente-médico favorecerá la
evolución y disminuirá el número de consultas. No hay que minusvalorar las
molestias del enfermo, ya que sus síntomas son reales. Una vez que el paciente haya
entendido su patología y haya podido resolver todas sus dudas, se pueden iniciar
diversos tratamientos dependiendo de la naturaleza e intensidad de los síntomas. Las
posibilidades actualmente disponibles incluyen:

Medidas higiénico-dietéticas:
Evitar temporalmente aquellos alimentos y bebidas que desencadenen o
empeoren sus síntomas (tóxicos como el tabaco, estimulantes como el alcohol y el
café, los que produzcan gases en exceso, etcétera). Aconsejar la realización de ejercicio
físico adecuado a su edad y evitar el sedentarismo. Si predomina el estreñimiento habrá
que aconsejar el aumento en la ingesta de fibra: frutas, verduras, cereales, ensaladas,
etcétera. En este sentido, la dieta mediterránea puede ser un patrón de referencia.

Fármacos:
Sólo cuando la intensidad de los síntomas así lo aconseje, se puede recurrir a la toma de
medicamentos dirigidos a controlar el síntoma predominante y durante un periodo
limitado de tiempo. Pueden ser inhibidores de los espasmos (espasmolíticos),
estimulantes de la motilidad (procinéticos), antidiarreicos, laxantes, antidepresivos y
ansiolíticos.

Otras:
Técnicas como psicoterapia, la acupuntura o la hipnoterapia pueden ayudar a
algunos pacientes a sobrellevar mejor los síntomas del colon irrititable.

Otros datos
Muestra una clara predilección por las mujeres (14-24 por ciento frente al 5-19 por
ciento en los varones). Suele aparecer antes de los 35 años, disminuyendo su incidencia
a partir de los 60 años. Es más frecuente en pacientes con otras patologías digestivas
funcionales (sobre todo dispepsia -molestias inespecíficas de estómago- no ulcerosa), en
mujeres con alteraciones ginecológicas (dismenorrea) y en pacientes con enfermedades
psiquiátricas (bulimia, depresión, esquizofrenia).

Estreñimiento
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 Tratamientos
 Otros datos

Qué es
El término estreñimiento, más que una enfermedad en sí misma, hace referencia a la
apreciación de cada individuo sobre su hábito intestinal. Dado el amplio margen de
hábitos intestinales normales, resulta muy difícil definir el estreñimiento con exactitud.
En la práctica se utiliza como criterio más objetivo la frecuencia de la defecación,
considerándose estreñido al individuo que realiza menos de tres deposiciones
semanales. Sin embargo, este criterio no es suficiente por sí mismo, ya que muchos
pacientes con estreñimiento refieren una frecuencia normal pero con otras molestias
subjetivas, como un esfuerzo excesivo, heces muy duras o una sensación de evacuación
incompleta.

Causas
La causa más frecuente de estreñimiento hoy en día son los factores dietéticos,
especialmente la falta de fibra en la dieta. Otras veces, el estreñimiento está relacionado
con diferentes enfermedades que padece la persona y es un síntoma frecuente en
pacientes con diabetes y enfermedades del tiroides.
También pueden producir estreñimiento algunos medicamentos que se utilizan para
tratar el dolor, la depresión y algunas enfermedades del corazón.
En el caso de que junto con el estreñimiento haya dolor, aparezca sangre en la
deposición o el paciente haya perdido peso, la causa puede ser un tumor en el
intestino.

Causas fisiológicas
Entre las causas fisiológicas destacan:
 Hipomotilidad intestinal: Los músculos del intestino no tienen fuerza suficiente como para
realizar las contracciones necesarias para expulsar las heces.

 Hipermotilidad intestinal: Aparecen espasmos o contracciones involuntarias en una parte del


intestino que retienen las heces, impidiendo una correcta evacuación.

 Problemas rectales: Los músculos del recto no producen el reflejo suficiente para una
defecación normal o bien hay lesiones locales que provocan dolor.

 Debilidad de los músculos de la pared abdominal: No hay presión suficiente para evacuar.

 Obstrucción mecánica del colon o del recto: Cuando hay lesiones intrínsecas o extrínsecas del
intestino grueso o del ano.
Evalúa tus síntomas

Síntomas
Los síntomas varían dependiendo de cada paciente ya que en cada persona el
estreñimiento presenta unas características diferentes.
Los síntomas más comunes son deposiciones menos de tres veces a la
semana, dificultad para ir al baño, heces duras, presencia de gases o dolor al defecar.

Prevención
La mejor forma de prevenir el estreñimiento es llevar un estilo de vida saludable con
una dieta rica en fibra, como la mediterránea.
Además, conviene beber muchos líquidos, aproximadamente dos litros de agua al día,
realizar ejercicio de forma regular y acostumbrar al cuerpo a ir al baño cuando tenga
ganas de defecar en lugar de esperar.

Una dieta con fibra es fundamental para prevenir la aparición del estreñimiento.

Tipos
Podemos clasificar el estreñimiento en:
 Estreñimiento pasajero: Surge de forma temporal por una causa externa relacionada con un
cambio de dieta, de ritmo de vida, vacaciones, estrés, falta de ejercicio, toma de un
medicamento… Cuando desaparece esta causa, se retoma el ritmo normal.

 Estreñimiento crónico o habitual: Se produce durante largos periodos de tiempo. En estos


casos hay que establecer un diagnóstico para descartar que lo provoque una enfermedad y
adoptar hábitos saludables que restablezcan el ritmo normal de la defecación.

Diagnóstico
Dada la cantidad de circunstancias que pueden estar relacionadas con la aparición del
estreñimiento, debe ser el médico, después de conocer los hábitos dietéticos, la toma de
fármacos y la existencia de otras enfermedades, quien determine qué estudios son
necesarios hacer.
En el caso de que parezca que la causa más probable puede ser un tumor, hay que
estudiar el intestino por dentro. Para ello se utiliza un colonoscopio, que consiste en un
tubo con una cámara incorporada que permite ver las paredes del intestino y descubrir la
presencia de tumores u otras lesiones.

Tratamientos
El tratamiento del estreñimiento depende fundamentalmente de la causa que lo produce.
La mayoría de las veces será suficiente con añadir fibra a la dieta.
Si se relaciona con la toma de fármacos, y estos se pueden cambiar por otros, será
aconsejable hacerlo. En otras ocasiones puede ser necesario recurrir a la cirugía.

Otros datos
El estreñimiento representa un motivo de consulta muy frecuente a cualquier edad. De
hecho, cualquier persona puede tener temporadas de estreñimiento, sobre todo
coincidiendo con cambios de dieta o viajes.
Las personas de edad avanzada o con poca actividad presentan este trastorno con más
frecuencia.

Úlcera gastroduodenal
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Qué es
La úlcera gastroduodenal, o enfermedad ulcerosa péptica, es una patología bastante
frecuente que consiste en una lesión en la mucosa que protege el estómago y el
duodeno (primera parte del intestino delgado).
Esta lesión está provocada por un aumento de las secreciones ácidas que alteran las
paredes de estas zonas.

Causas
La causa principal que se había establecido hasta hace unos años era que existía una
producción excesiva de ácido clorhídrico (tipo de ácido que produce el estómago para
ayudar a hacer la digestión).
Actualmente, aunque se sigue considerando que éste es uno de los factores de riesgo,
hoy en día, según la Fundación Española del Aparato Digestivo, existe un agente
infeccioso bacteriano denominado Helicobacter pylori que representa una de las causas
directas de esta patología.
La infección a causa de esta bacteria no implica que la persona contagiada sufra
molestias digestivas o que vaya a padecer una úlcera gastroduodenal. En estos casos,
sólo una media de entre el 10 y el 20 por ciento de las personas infectadas puede llegar a
desarrollar la afección.
Actualmente, no se conoce con exactitud cuál es la forma de transmisión de la
enfermedad, por lo que los especialistas recomiendan que las personas a las que se les
haya diagnosticado tomen medidas extraordinarias para evitar el contagio a otras.
Otra de las causas principales de esta patología es el consumo de determinados
fármacos, tales como los antiinflamatorios no esteroideos, el ácido acetilsalicílico por
ejemplo.
Estos medicamentos se emplean, generalmente, para tratar el dolor, la inflamación o la
fiebre, pero un uso excesivo o la predisposición a sufrir afecciones del estómago o del
duodeno pueden generar efectos secundarios en las personas que los utilizan.
Con respecto a esta causa concreta, las personas mayores de 60 años que hayan
padecido antes una úlcera péptica, que padecen actualmente alguna enfermedad grave
de corazón, riñón o hígado o que emplean medicamentos anticoagulantes y/o
corticoidesen dosis altas son más propensas a padecer la afección.
Por último, el tabaco y el alcohol pueden provocar la aparición de este tipo de úlceras o
generar complicaciones en las ya existentes.

Evalúa tus síntomas

Síntomas
La úlcera gastroduodenal viene asociada a un dolor que se concentra en la parte alta del
abdomen y suele aparecer entre los 30 y los 60 minutos posteriores a las comidas.
Es frecuente que esta molestia también se observe durante la noche y suele mantenerse
durante varias semanas, aunque luego pueden transcurrir meses sin que se repitan los
síntomas. El dolor está acompañado, a menudo, de náuseas y/o acidez.
Las personas que padecen esta afección tienen un alto riesgo de que ésta se complique.
Estas complicaciones son:
 Hemorragias digestivas que se producen cuando la úlcera es profunda y llega a erosionar un
vaso sanguíneo, lo que provoca pérdida de sangre.

 Perforaciones cuando la lesión llega a ser tan importante que atraviesa la pared del estómago
y/o duodeno.

 La estenosis también se puede producir si existen úlceras antiguas que han cicatrizado, lo que
provoca un estrechamiento del intestino y, por ende, mayor dificultad a la hora de digerir los
alimentos.

Prevención
Como medida de prevención, los especialistas aconsejan no abusar de
medicamentostales como el ácido acetilsalicílico y sustituirlo por otros
antiinflamatorios. Es necesario que el paciente no se automedique y contacte con su
médico antes de llevar a cabo un tratamiento.
Por otro lado, el resto de recomendaciones comprenden pautas básicas de una vida
saludable, como es el no fumar o limitar el consumo de alcohol.

Tipos
Actualmente, no existe ninguna clasificación de la úlcera gastroduodenal.
Diagnóstico
Para diagnosticar una úlcera gastroduodenal es importante que el especialista estudie
cuáles son los síntomas que refiere el paciente.
A partir de aquí, la afección se confirmará con la ayuda de una endoscopia digestiva
oral. Este examen revisa el revestimiento del estómago, el esófago y la primera parte
del intestino delgado, para poder advertir la existencia de úlceras.
La prueba se realiza a través de una cámara pequeña o endoscopia flexible que se
introduce por la garganta y requiere de sedantes intravenosos en la mayoría de los
casos.
Como alternativa a este procedimiento también puede realizarse una radiografía de
contraste con bario del estómago y el duodeno, aunque es menos fiable que la
endoscopia y no permite llevar a cabo biopsias que, a veces, son necesarias.

Tratamientos
El tratamiento de las úlceras suele combinar los fármacos antiulcerosos, que alivian
los síntomas y facilitan la cicatrización de la lesión, con antibióticos (en los casos en
que se haya detectado la presencia de Helicobacter pylori).
Los especialistas recomiendan modificar determinados hábitos alimenticios que
pueden alterar la mucosa de la región gastroduodenal.
Hoy en día, según la Fundación Española del Aparato Digestivo, se conoce que la dieta
no es causa ni agravante de esta enfermedad. Pero sí se recomienda a los pacientes que
tomen alimentos que puedan digerir bien.
Entre estas medidas que pueden ayudar en el tratamiento también se encuentra:
 Evitar el consumo de tabaco, alcohol, café, té y los refrescos que contienen cafeína.
 No realizar comidas excesivamente copiosas ni usar condimentos picantes
 No tomar antiinflamatorios, si éstos son la causa de la afección.
En el caso de que el paciente deba comenzar un tratamiento con antiinflamatorios no
esteroideos, debe proteger la mucosa gástrica y duodenal mientras dure el tratamiento
con fármacos, como es el caso del omeprazol.

Otros datos
Según la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), la úlcera gastroduodenal
es una enfermedad frecuente que en Europa Occidental afecta a aproximadamente entre
un cinco y un diez por ciento de la población en algún momento de su vida.
Es recomendable que el paciente acuda al especialista en el caso de que presente dolor
abdominal agudo y rigidez en esta zona. Además, otras señales son los desmayos,
la sudoración excesiva y vómitos o heces con sangre.
Las úlceras pépticas suelen aparecer continuamente si no se las trata de forma adecuada.
Si el paciente sigue el tratamiento, las probabilidades de que surja otra úlcera son más
escasas.
Apendicitis
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Qué es
El apéndice se encuentra situado cerca del punto donde se unen el intestino delgado y el
colon y, en ocasiones, puede llegar a infectarse. La sociedad española ya se encuentra
familiarizada con esta enfermedad: no es una afección común pero requiere de un
tratamiento quirúrgico denominado apendicetomía para la extirpación del apéndice.
Por lo general, la intervención va seguida de un periodo breve de recuperación.
La apendicitis viene causada por una inflamación del apéndice.

Causas
El apéndice produce constantemente mucosidad que se mezcla con las heces. El
problema que se plantea es que es el único órgano del tracto intestinal que no tiene
salida, por lo que cualquier obstrucción en el drenaje de la mucosidad hace que ésta se
acumule y, por tanto, se produzca una dilatación en el apéndice.
A medida que se va ampliando el tamaño del apéndice, se va produciendo la
compresión de los vasos sanguíneos y la necrosis de sus paredes. Este proceso puede
evolucionar hasta que se produce la rotura del apéndice.
Las causas de esta obstrucción pueden ser:
 Aumento de los tejidos linfáticos por infección viral o bacteriana.
 Obstrucción por otras circunstancias más complejas: tumores o lombrices intestinales.

Evalúa tus síntomas

Síntomas
Los síntomas de esta enfermedad pueden ser muy variados aunque difíciles de detectar
en niños pequeños o mujeres en edad fértil.
El primer síntoma y más notable es el dolor abdominal. Este dolor comienza siendo
vago para pasar progresivamente a agudo y grave. Normalmente, a medida que va
aumentando la inflamación del apéndice, el dolor tiende a desplazarse hacia la parte
inferior derecha del abdomen a un lugar concreto del apéndice denominado punto de
McBurney.
Este dolor abdominal tiende a empeorar al realizar actividades como caminar o toser por
lo que el paciente deberá intentar estar en reposo para evitar así los repentinos brotes de
dolor.
En cuanto a los síntomas tardíos, estos pueden ser:
 Escalofríos.
 Vómitos.
 Temblores.
 Estreñimiento o diarrea.
 Náuseas.
 Falta de apetito.
 Fiebre.

Prevención
Los pasos principales para prevenir la apendicitis se basan en:
 Llevar una dieta rica en fibra, que facilitan un mayor movimiento en el proceso digestivo.
Entre los alimentos recomendables se encuentran la mayoría de las frutas y verduras y, sobre
todo, los cereales integrales.

 Durante el proceso de tratamiento y, sobre todo en las fases iniciales, es importante la ingesta
de antibióticos que prevengan la proliferación de microorganismos en el aparato digestivo que
sean responsables de infecciones y de esta manera evitar que la enfermedad se agrave.

 Evitar el estrés y mantener un descanso adecuado.

Tipos
Dentro de la patología, el paciente puede pasar por los siguientes estadios:
 Apendicitis catarral: Cuando ocurre la obstrucción de la luz apendicular se acumula la
secreción mucosa y agudamente distiende el apéndice. El aumento de la presión intraluminal
produce una obstrucción venosa, el acúmulo de bacterias y la reacción del tejido linfoide.

 Apendicitis flemonosa: La mucosa comienza a presentar pequeñas ulceraciones o es


completamente destruida siendo invadida por enterobacterias.

 Apendicitis necrótica: Cuando el proceso flemonoso se vuelve intenso y se produce una


distensión del tejido.

 Apendicitis perforada: En este caso, las perforaciones pequeñas pasan a ser grandes.

Diagnóstico
El diagnóstico se basa en la clínica: en los síntomas y los signos que describe el
paciente. El dolor abdominal es el más característico pero también existen otros
síntomas que dan pistas sobre una posible apendicitis: náuseas o vómitos que
acompañan al cuadro de apendicitis aguda en más de la mitad de los casos. Sin
embargo, hay que tener en cuenta que estos cuadros también se observan en otras
enfermedades como la pancreatitis.
El cambio del hábito intestinal que puede causar, por ejemplo, la diarrea no es un
elemento clínico a favor o en contra del diagnóstico de apendicitis aguda.

Tratamientos
En primer lugar, si el caso resulta complicado o se han agravado los síntomas, el
especialista procederá a la extirpación del apéndice, poco tiempo después de haberse
detectado la enfermedad.
En el caso de que una tomografía computarizada muestre la presencia de un absceso
(acumulación de pus en cualquier parte del cuerpo que, en la mayoría de los casos,
causa hinchazón e inflamación a su alrededor), se puede tratar en primera instancia con
antibióticos. Esto puede estar causado porque el paciente ha tardado en ir al especialista.
En este caso se esperará a que se produzca la desinfección y la reducción de la
inflamación, y se procederá a la extirpación del apéndice para evitar repeticiones del
problema en el futuro.
La vía laparoscópica es preferible en personas obesas y longevos y cuando el
diagnóstico aún no es un cien por cien confirmado a la hora de realizar una cirugía.

Otros datos
La mayor parte de las personas se recuperan de la intervención en un plazo corto de
tiempo, siempre que el apéndice no se rompa durante la intervención. En este caso
podría causar una peritonitis y tardar más tiempo.
Los exámenes que se realizan para detectar apendicitis no son infalibles por lo que en
algunos casos la operación puede mostrar que el apéndice se encuentra en perfecto
estado. En este tipo de casos, el especialista extraerá el apéndice y buscará otro foco del
dolor.
Pancreatitis
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Qué es
El páncreas es una glándula que se encuentra detrás del estómago y cerca de la primera
parte del intestino delgado que se encarga de la segregación de los jugos digestivos en
el intestino delgado a través del conducto pancreático. El páncreas también se encarga
de la liberación de otras hormonas como la insulina.
La pancreatitis aguda es una enfermedad frecuente en la que se produce
una inflamación aguda del páncreas que se resuelve de dos maneras: por un lado, en
los casos más frecuentes, la inflamación cesa y va seguida de un proceso de reparación
y cicatrización, o bien, en los casos menos frecuentes, la inflamación comienza a afectar
a otros sistemas (circulatorio, respiratorio o excretor renal), dando lugar a un fallo
orgánico o incluso el fallecimiento del paciente.

Causas
Las causas de la pancreatitis aguda son variadas. Las dos más frecuentes son los
cálculos en la vesícula biliar (colelitiasis) y el consumo excesivo de alcohol. Los
cálculos en la vesícula provocan pancreatitis al moverse hacia el conducto biliar y
obstruir la salida del conducto pancreático hacia el intestino.
El alcohol tiene un efecto tóxico directo y también puede producir pancreatitis crónica.
Otras causas más raras son ciertos medicamentos, el aumento importante de los niveles
de grasa en sangre (hipertrigliceridemia), el aumento mantenido de calcio en sangre
(hipercalcemia), las obstrucciones de la salida del conducto del páncreas, los golpes en
el abdomen, algunas intervenciones quirúrgicas y la realización de una prueba llamada
colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE).
En aproximadamente un 20 por ciento de los pacientes no se descubre la causa
(pancreatitis aguda idiopática). De ese 20 por ciento, sólo sufren nuevos episodios de
pancreatitis un pequeño porcentaje del 5 por ciento.
En cuanto a las causas de la pancreatitis crónica, se encuentra el consumo
desmesurado de alcohol o bien, los episodios repetitivos de pancreatitis aguda. Pero
además de estas, existen otras afecciones que se encuentran asociadas:
 Patologías de carácter autoinmune: Cuando el sistema inmunitario ataca al cuerpo.
 Obstrucción del conducto pancreático o del conducto colédoco, conductos que drenan las
enzimas del páncreas y la bilis.
 Complicaciones de una fibrosis quística: Provoca acumulación de moco espeso y adherente en
los pulmones, el tubo digestivo y otras áreas del cuerpo.
 Altos niveles de grasa (triglicéridos) en la sangre.
 Hipertiroidismo: es un trastorno en el cual las glándulas paratiroides del cuello producen
demasiada hormona paratiroidea.
 Uso de ciertos medicamentos como: sulfaminas, diuréticos tiazídicos o azatioprina.

Evalúa tus síntomas

Síntomas
El síntoma principal de la pancreatitis es un dolor en el cuadrante superior
izquierdo o medio del abdomen.
Respecto a este dolor los especialistas señalan que:
 Puede empeorar en cuestión de minutos después de comer o beber al principio,
especialmente si los alimentos tienen un alto contenido de grasa.
 Se vuelve constante o más intenso y dura varios días.
 Puede empeorar al acostarse boca arriba.
 Puede propagarse (irradiarse) a la espalda o por debajo del omóplato izquierdo.
 Las personas con pancreatitis aguda a menudo tienen fiebre, náuseas, vómitos y sudoración.
Otros síntomas que pueden estar relacionadas con esta enfermedad abarcan:
 Abdomen lleno de gases.
 Hipo.
 Indigestión.
 Leve coloración amarillenta de la piel y la esclerótica de los ojos (ictericia).
 Distensión abdominal.
Síntomas de la pancreatitis crónica:
 Dolor abdominal: Se produce en mayor proporción en el abdomen superior y puede durar
horas e incluso días y se puede incluso convertir en continuo. Este dolor puede empeorar al
comer o al beber y al consumir alcohol y se puede manifestar también en la espalda.

 Problemas digestivos: Pérdida de peso, incluso cuando el consumo de alimentos es normal. Se


puede producir además diarrea, náuseas o vómitos y deposiciones blandas con gasas.

El dolor abdominal es uno de los principales síntomas de la pancreatitis.

Prevención
Para prevenir esta enfermedad es importante tener en cuenta cuales son los posibles
factores de riesgo. Los pacientes que deben tener un cuidado especial son:
 Las personas con sobrepeso y obesidad.
 Aquellas que consumen excesivo de alcohol y alimentos ricos en grasas.
 Las personas que padecen de cálculos en la vesícula y vías biliares que deben ser detectados
precozmente para poder ser tratados.
 Aquellos que tienen niveles de triglicéridos muy elevados.

Tipos
Existen dos tipos de pancreatitis:

La pancreatitis aguda
Se produce generalmente por los cálculos biliares o a un consumo excesivo de alcohol,
fenómenos que pueden provocar una autodigestión (proceso en el que las enzimas
pancreáticas destruyen su propio tejido y causan la inflamación del mismo) del páncreas
por las enzimas que produce.
Esta afección también puede originarse como consecuencia de los efectos secundarios
de ciertos medicamentos y, en muy raras ocasiones, es idiopática, es decir, que no tiene
una causa justificada.

Pancreatitis crónica
Se debe generalmente a una repetición de la pancreatitis aguda. La ingesta prolongada
y excesiva de alcohol también puede ser la causa de la pancreatitis crónica.
Entre otras posibles causas de la pancreatitis crónica están tener una enfermedad
genética o hereditaria (aunque se consideran casos inusuales), padece cálculos de la
vesícula biliar o una hipercalcemia (aumento de nivel de calcio en la sangre).
El tabaquismo se considera un factor de riesgo de una pancreatitis crónica.

Diagnóstico
El pilar más importante para la detección de esta enfermedad es que los síntomas
coincidan con los descritos, por lo que la experiencia del especialista en este punto es
imprescindible para elaborar un diagnóstico certero.
Por otro lado, es importante que se realicen las pruebas convenientes para detectar un
aumento en la sangre de determinadas enzimas que el páncreas se encarga de
segregar, como son la amilasa o la lipasa.
Por último, resulta fundamental que el especialista lleve a cabo alguna técnica de
imagen, ecografía o escáner (TC), para demostrar que existen cambios en la forma y/o
tamaño del páncreas o alteraciones en las regiones cercanas.

Tratamientos
La infección suele aparecer en la primera semana, pero habitualmente se manifiesta en
la segunda o siguientes, provocado por una infección de la necrosis pancreática.
El tratamiento de la pancreatitis aguda es el régimen de hospitalización, ajustando el
mismo a cada caso, intentando adelantarse a los acontecimientos que se puedan producir
en el desarrollo de la afección.
Los puntos principales sobre los que se aplica el tratamiento son:
 Un estrecho control del paciente al que se le realizarán controles habituales de sus constantes
vitales y analíticas de carácter múltiple o seriado.
 El tratamiento del dolor con analgésicos.
 Mantener al paciente hidratado de forma constante y nutrición por vía intravenosa, evitando
la ingesta de los alimentos por la boca.
 Tratamiento específico de las náuseas y los vómitos.
 Bloqueo de la secreción gástrica de ácido con fármacos.
 Administración de antibióticos para evitar infecciones que entorpezcan la evolución.
 En los casos de pancreatitis aguda que se produzca por piedras en la vía biliar, es preciso
extraer la piedra mediante procedimientos endoscópicos.
Otros datos
La pancreatitis crónica se presenta con más frecuencia en hombres que en mujeres y, a
menudo, se presenta en personas de edades entre 30 y 40 años.
Este tipo de pancreatitis no se cura o mejora. Empeora con el tiempo y lleva a daño
permanente.

Esofagitis
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Qué es
Se denomina esofagitis a la inflamación de la mucosa que se encuentra en el esófago, es
decir, de la capa interna que reviste el esófago y es una afección que puede deberse a
diversas causas.
El esófago es la parte del aparato digestivo que se encarga de comunicar la boca con el
estómago y se encuentra separado de dicho órgano por una válvula o esfínter esofágico
inferior, también denominado cardias, y que tiene como función evitar que los
alimentos y los jugos gástricos refluyan desde el estómago.
Causas
En la mayoría de los casos, esta patología está causada por el reflujo de líquido del
estómago (denominado reflujo gastroesofágico) hacia el esófago, que, al contener
ácido, puede irritar el tejido.
Ya que la causa más frecuente de esta afección producida por el reflujo gastroesofágico,
los factores que suponen un riesgo en el desarrollo de esta patología son:
 Obesidad.

 Fumar.

 Tomar determinados medicamentos sin beber mucha agua.

 Vómitos de repetición.

 Cirugía o radiación del tórax, en tratamientos como el empleado para curar el cáncer
pulmonar.

 Hernia de hiato, una patología en la que el estómago empuja a través de la abertura en el


diafragma, punto en el cuál el esófago se une al estómago.
Existen una serie de alimentos que pueden empeorar los síntomas de la afección, tales
como el tomate, las frutas cítricas, la cafeína, el alcohol, los alimentos picantes, el ajo,
la cebolla y el chocolate.
Aquellas personas que tienen sistemas inmunitarios débiles también pueden presentar
infecciones que las lleven a padecer esofagitis. Estas infecciones pueden producirse
por hongos u hongos levaduriformes (en un gran número de casos de cándida) o
por virus, tales como el herpes o el citomegalovirus.

Evalúa tus síntomas

Síntomas
El síntoma más frecuente de esta afección es el ardor o pirosis ya que, en la mayoría de
los casos, la causa es el reflujo.
Esta manifestación se suele describir como una sensación de quemazón que sube
desde el estómago hasta la garganta. También es posible que se
produzca regurgitación, es decir, el paciente tiene la sensación de que el contenido
gástrico vuelve a la boca.
Otros síntomas incluyen:
 Dolor o molestias retroesternales (en la zona del pecho) o en la zona abdominal (con más
incidencia en la boca del estómago).
 Tos, náuseas, vómitos o eructos repetidos.

 Pérdida de peso y apetito, sobre todo, en los casos de enfermedad crónica avanzada.

 Dificultad a la hora de tragar (disfagia).

 El reflujo también puede motivar la aparición de úlceras en el esófago, que pueden sangrar y
provocar pérdidas de hierro que lleven a una anemia.

Prevención

Reducir el consumo de café es una medida de prevención recomendada.

Dentro de las medidas de prevención recomendadas para evitar padecer esta patología,
la más importante es eliminar o disminuir el consumo de determinados productos en
nuestra dieta e incluir otros que pueden resultar beneficiosos.
 Es importante evitar las comidas abundantes y ricas en grasas, sobre todo, dos o tres horas
antes de acostarse, ya que la grasa implica una digestión lenta y genera más reflujo.

 Reducir el consumo de alimentos como el café o las bebidas alcohólicas, incluyendo las de
baja graduación, como el vino, la cerveza o la sidra.

 Llevar un horario de comidas y no dejar pasar muchas horas entre comida y comida.

 No tumbarse justo después de comer para evitar que aumente el reflujo. Es recomendable
andar para facilitar la digestión.
 Tomar alimentos ricos en fibra para suavizar la mucosa, como la calabaza, el calabacín o la
borraja.

Tipos
Dentro de esta afección existen diferentes tipos de presentación de la misma que se
diferencian por las causas que las provocan:
 Esofagitis cáustica: según la Asociación Española de Gastroenterología, este tipo de esofagitis
se produce por el consumo de productos cáusticos, que suelen ser los empleados para la
limpieza doméstica, tales como la lejía o el amoniaco.

 Esofagitis eosinofílica: es una enfermedad crónica que resulta de la inflamación selectiva del
esófago producida por alérgenos que se encuentran en los alimentos o en el mismo aire.

 Esofagitis postradioterapia: provocada por la radiación que se produce en la radioterapia


empleada como tratamiento de otras patologías como es, por ejemplo, el cáncer de pulmón.

 Esofagitis medicamentosa: provocada por la ingesta de determinados fármacos, como es el


caso de la tetraciclina, que puede provocar úlceras en el esófago.

 Esofagitis infecciosa: debido a hongos u hongos levaduriformes o virus.

Diagnóstico
Para llevar a cabo la detección de esta patología, se realizan las siguientes técnicas:
 Gastroscopia: es la prueba que se realiza en la mayoría de los casos y permite ver el esófago
directamente y las lesiones de la mucosa, así como detectar otros problemas que se pueden
dar en esta zona, tales como la hernia de hiato o la úlcera gástrica.

 pH-metría: sirve para cuantificar la cantidad de ácido que existe en el esófago mediante la
colocación de una sonda en el mismo.

 Biopsia: donde el especialista extrae un trozo de tejido del esófago para su análisis.

 Manometría esofágica: mide las presiones dentro del esófago ya que, por ejemplo, en los
casos de reflujo, la presión de cierre del esfínter esofágico inferior está disminuida. No es una
prueba que se realice de forma habitual.

Tratamientos
El tratamiento a aplicar en el caso de padecer esta afección dependerá de la causa que lo
haya provocado y, por tanto, del tipo.
Para el reflujo, en muchas ocasiones, se puede necesitar la ingesta de medicamentos que
ayuden a reducir el ácido estomacal, mientras que las infecciones precisarán de
antibióticos.
Para el tratamiento, en términos generales, de esta patología es necesario que se receten
determinados medicamentos, para lo cual, en algunos casos, se requerirá que el
paciente prescinda de algunos alimentos en su dieta.
Otros datos
Siempre que el paciente aplique la terapia que le ha sido recomendada por el
especialista, tanto los síntomas como la patología remitirán en la mayoría de los casos.
En el caso de que no se aplique un tratamiento para curar la esofagitis, se pueden
producir complicaciones que modifiquen la estructura y la funcionalidad del
esófago. Estas pueden ser:
 El estrechamiento del esófago, denominada estenosis esofágica.

 Formación de anillos en el tejido anormal, en el revestimiento del esófago o anillos esofágicos.

 Desarrollo de otra patología denominada esófago de Barret en la cual las células que recubre
el esófago cambian, lo que a su vez supone un factor de riesgo para el cáncer de esófago.

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