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CJ 08002-2008-01315/Ast.3ro.
MP 2131/2008/176
Fiscalía de Sección Contra
el Crimen Organizado, Quetzaltenango

TRIBUNAL DE SENTENCIA PENAL, NARCOACTIVIDAD Y DELITOS CONTRA

EL AMBIENTE DEL DEPARTAMENTO DE TOTONICAPÁN. Totonicapán tres de

Octubre de dos mil catorce. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

I. En nombre del Pueblo de la República de Guatemala, este Tribunal emite

Sentencia, luego de finalizar el debate oral y público realizado dentro de la

carpeta judicial identificada en el rubro respectivo, que contiene el proceso penal

que por el delito de PLAGIO O SECUESTRO, se sigue en contra de los

acusados: ALFONSO GERÓNIMO LEIVA y JOSEFA IDOLINA MORALES

GARCÍA. La acusación la presentó el Ministerio Público, Fiscalía Contra el Crimen

Organizado de Quetzaltenango, a través del agente Fiscal, abogado Raúl

Estuardo López Rodríguez, quién sostuvo el debate. La defensa técnica del

acusado Alfonso Gerónimo Leiva está a cargo del abogado Mack Alexander

González Carrión, y la acusada Josefa Idolina Morales García es defendida por

los Abogados Moisés Daniel Ixchajchal García y Hugo Nery Robles López,

quienes actúan en forma conjunta, separada e indistintamente. - - - - - - - - - - - - - -

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II) DATOS DE IDENTIFICACIÓN PERSONAL DE LOS ACUSADOS: 1.- Alfonso

Gerónimo Leiva, de cincuenta y tres años, casado, guatemalteco, piloto

automovilista, nació en Aldea Tuisneyna del municipio de San Rafael Petzal,

departamento de Huehuetenango, el veinticuatro de enero de mil novecientos

sesenta y uno, lugar donde actualmente reside; casado con Lorenza Sales

Morales, con quién procreó seis hijos: Edgar Benjamín, Celso Marroquín, Mirna

Estela, Melvin Arzu, Yeny Olimpia; todos de apellidos Gerónimo Sales; hijo de

Juan Gerónimo Díaz y de María Leiva Sánchez; se identifica con el Documento


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Personal de Identificación, Código Único de Identificación un mil ochocientos

setenta y cinco, veintisiete mil ochocientos once, un mil trescientos veintiocho,

extendido por el Registro Nacional de las Personas de la República de

Guatemala. 2.- Josefa Idolina Morales García, de veintisiete años de edad,

soltera, guatemalteca, Maestra de Educación Primaria Bilingüe, nació en Aldea El

Oratorio del municipio de San Rafael Petzal, departamento de Huehuetenango, el

veinte de octubre de mil novecientos ochenta y seis, actualmente reside en Aldea

Tuisneyná del municipio de San Rafael Petzal, departamento de Huehuetenango,

convive con el señor Edwin Eduardo Jerónimo Morales, con quién procreó dos

hijos: Edwin Edmilson y Jazmín Adriana, de apellidos Jerónimo Morales; hija de

Rigoberto Israel Morales López y de Pascuala García Méndez; se identifica con el

Documento Personal de Identificación, Código Único de Identificación un mil

setecientos noventa y nueve, setenta y dos mil setecientos ochenta y dos, un mil

trescientos veintiocho, extendido por el Registro Nacional de las Personas de la

República de Guatemala. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

III) HECHOS Y CIRCUNSTANCIAS OBJETO DE LA ACUSACIÓN Y DEL AUTO

DE APERTURA A JUICIO. El Ministerio Público acusó y se abrió a juicio por el

siguiente hecho. 1. “Porque usted ALFONSO GERONIMO LEIVA junto a JOSEFA

IDOLINA MORALES GARCIA Y LUBIA MORALES SALES participaron en la

privación de libertad de la señora Delfina Cecilia García Soch, teniendo usted

como función principal la de “negociador” de la cantidad exigida a cambio de la

libertad de la victima haciéndose pasar como intermediario entre los

secuestradores y los familiares de la victima al igual que la señora Josefa Idolina

Morales García y Lubia Morales Sales comunicándose desde distintos números


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telefónicos entre ellos 57608739, 40366131, 53177433, 50590492, 58224686,

59011903 a los números 46084045 y 59189168 de los hijos de la victima, luego de

que el día veinticuatro de agosto del años dos mil ocho a eso de las quince horas

aproximadamente cuando dos personas de sexo masculino identificándose una

como Vicente Cifuentes, y otra que no se identificó, llegaron a la residencia de la

victima ubicada en Cantón Poxlajuj del departamento de Totonicapán a bordo de

un vehículo tipo Pick up, color blanco del cual descendieron, y quienes

preguntaron por la señora García Soch (la cual era sacerdotisa maya), y la

buscaban supuestamente para solicitar sus servicios llevándosela posteriormente

con engaños hacia Huehuetenango, lugar donde frecuentemente le pedían

trabajos que le contactaban las señoras Josefa Idolina Morales Garcia y Lubia

Morales Sales a quienes conocia porque usted sostenia una relación sentimental

con la victima. Ese mismo día los hijos de la victima la llaman aproximadamente a

las veintiún horas a su teléfono celular 40608320 del numero 59189168 para

preguntarle como estaba, respondiéndole ella que se dirigía a Huehuetenango a

realizar un trabajo, pero el día veinticinco de agosto del dos mil ocho

aproximadamente a las ocho horas con cincuenta minutos ingreso una llamada

telefónica del numero de la victima 40608320 al numero 46084045 de María Elena

Tax García en donde la señora García Soch le manifiesta a su hija que la tenían

secuestrada y que piden un millón de quetzales, a partir de ese momento se

realizan varias comunicaciones en la que obligan a la victima que pida a sus hijos

que consigan el dinero, así mismo una persona de sexo masculino exige el dinero

y dice que vendan cosas para conseguirlo; a partir del día veintiocho de agosto

del dos mil ocho Josefa Idolina Morales García realiza varias llamadas del numero

de telefono 53177433 al teléfono 59189168 y le dice a los hijos de la victima que


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ella llamó al teléfono de la señora Delfina Cecilia García Soch y le dieron unos

minutos para hablar con otro señor sobre la cantidad de dinero exigida pero si

ellos no consiguen ella le avisa al señor porque un integrante del grupo es el que

se esta vendiendo y después dice “si ustedes en verdad quieren ver a su mamá, si

fuera mi mamá yo seria capaz de buscar en todo el mundo no me importaría las

cosas que pasaran, realmente ustedes tienen que buscar sino buscan dijo el señor

hoy, ya van a ver, ahí van a buscar, ya para que muerta la vamos a dejar” y que

ella es la indicada para ir a dejar el dinero. Posteriormente a partir del veintinueve

de agosto del dos mil ocho desde las ocho horas con quince minutos

aproximadamente usted llama vía telefónica del numero 58224686 al hijo de la

victima Miguel Antonio Tax García con numero 59189168 y se identifica y le dice

que usted ha estado comunicandose con los secuestradores y que ellos exigen la

cantidad de sesenta mil quetzales a cambio de la liberación de la victima, motivo

por la cual le exige intimidatoriamente y de manera insistente al señor Miguel

Antonio Tax García que lleve la cantidad de treinta mil quetzales a la ciudad de

Huehuetenango, ya que usted dará la mitad del rescate, además le indica que ya

conoce el lugar donde se entregara el dinero y que posteriormente ira a rescatar a

la victima acompañado de varias personas armadas, y dice “se les va a acabar la

paciencia apoyemos a esos fregados” “yo ya di mi palabra para hoy a las siete”, y

le insiste que vendan cosas para conseguir dinero, pero al no lograr obtener el

dinero cortan comunicación con los hijos de la victima, la cual aparece sin vida en

el rió Selegua en jurisdicción del municipio de San Sebastian Necta, el cual

colinda con el municipio de San Rafael Petzal del departamento de

Huehuetenango en donde usted residía”. Conducta que se encuadra en el delito

de PLAGIO y/o SECUESTRO regulado en el artículo 201 del código Penal. - - - - -


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- - - - -- - - - - - - 2. “Porque usted JOSEFA IDOLINA MORALES GARCIA junto a

ALFONSO GERONIMO LEIVA y LUBIA MORALES SALES participaron en la

privación de libertad de la señora Delfina Cecilia García Soch, teniendo usted

como función la de “negociadora” de la cantidad exigida a cambio de la libertad

de la victima haciéndose pasar como intermediaria entre los secuestradores y los

familiares de la victima al igual que el señor Alfonso Gerónimo Leiva y Lubia

Morales Sales, comunicandose desde distintos números telefónicos entre ellos

57608739, 40366131, 53177433, 50590492, 58224686, 59011903 a los números

46084045 y 59189168 de los hijos de la victima; luego de que el día veinticuatro

de agosto del año dos mil ocho a eso de las quince horas aproximadamente

cuando dos personas de sexo masculino identificándose una como Vicente

Cifuentes, y otra que no se identificó, llegaron a la residencia de la victima ubicada

en Cantón Poxlajuj del departamento de Totonicapán a bordo de un vehiculo tipo

Pick up, color blanco del cual descendieron, y quienes preguntaron por la señora

García Soch (la cual era sacerdotisa maya), y la buscaban supuestamente para

solicitar sus servicios llevándosela posteriormente con engaños hacia

Huehuetenango, lugar donde frecuentemente le pedian trabajos que le

contactaban usted y Lubia Morales Sales a quienes conocía porque el señor

Alfonso Geronimo Leiva sostenía una relación sentimental con la victima. Ese

mismo día los hijos de la victima la llaman aproximadamente a las veintiún horas a

su teléfono celular 40608320 del numero 59189168 para preguntarle como estaba,

respondiéndole ella que se dirigía a Huehuetenango a realizar un trabajo, pero el

día veinticinco de agosto del dos mil ocho aproximadamente a las ocho horas con

cincuenta minutos ingreso una llamada telefónica del numero de la victima

40608320 al numero 46084045 de María Elena Tax García en donde la señora


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García Soch le manifiesta a su hija que la tenían secuestrada y que piden un

millón de quetzales, a partir de ese momento se realizan varias comunicaciones

en las que obligan a la victima a que pida a sus hijos que consigan el dinero, así

mismo una persona de sexo masculino exige el dinero y dice que vendan cosas

para conseguirlo; en lo cual usted también insistía cuando a partir del día

veintiocho de agosto del dos mil ocho usted realiza varias llamadas del numero de

teléfono 53177433 al teléfono 59189168 y le dice a los hijos de la victima que

llamó al teléfono de la señora Delfina Cecilia García Soch y le dieron unos minutos

para hablar con otro señor sobre la cantidad de dinero exigida pero si ellos no

consiguen usted le avisaba al señor porque un integrante del grupo es el que se

estaba vendiendo y después usted dice “si ustedes en verdad quieren ver a su

mamá, si fuera mi mamá yo seria capaz de buscar en todo el mundo no me

importarían las cosas que pasara, realmente ustedes tienen que buscar si no

buscan dijo el señor hoy, ya van a ver, ahí van a buscar, ya para que muerta la

vamos a dejar” además les dice que es la indicada para ir a dejar el dinero.

Posteriormente a partir del veintinueve de agosto del dos mil ocho desde las ocho

horas con quince minutos aproximadamente el señor Alfonso Geronimo Leiva

llama vía telefónica del número 58224686 al hijo de la victima Miguel Antonio Tax

García con número 59189168 y se identifica y le dice que ha estado

comunicándose con los secuestradores y que ellos exigen la cantidad de sesenta

mil quetzales a cambió de la liberación de la victima, motivo por el cual le exige

intimidatoriamente y de manera insistente al señor Miguel Antonio Tax García que

lleve la cantidad de treinta mil quetzales a la ciudad de Huehuetenango, ya que él

dará la mitad del rescate, además le indica que ya conoce el lugar donde se

entregara el dinero y que posteriormente irán a rescatar a la victima acompañados


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de varias personas armadas, y dice “se les va a acabar la paciencia apoyemos a

esos fregados” “yo ya di mi palabra para hoy a las siete”, y le insiste que vendan

cosas para conseguir dinero, pero al no lograr obtener el dinero cortan

comunicación con los hijos de la victima, la cual aparece sin vida en el rio Selegua

en jurisdicción del municipio de San Sebastián Necta, el cual colinda con el

municipio de San Rafael Petzal del departamento de Huehuetenango en donde

usted residía”. Conducta que se encuadra en el delito de PLAGIO y/o

SECUESTRO regulado en el artículo 201 del código Penal.

IV) HECHOS Y CIRCUNSTANCIAS QUE EL TRIBUNAL ESTIMA ACREDITADOS.

Este tribunal, fundamentado en la prueba producida en el debate y valorada

positivamente, de la acusación formulada por la fiscalía, se acreditaron los

siguientes hechos y circunstancias: A) Que los acusados Alfonso Gerónimo

Leiva y Josefa Idolina Morales García, (junto a otras dos personas más por lo

menos) participaron en la privación de libertad de la señora Delfina Cecilia García

Soch. Los referidos acusados tuvieron como función principal la de “negociadores”

de la cantidad exigida a cambio de la liberación de la victima, haciéndose pasar

como intermediarios entre los secuestradores y los familiares de la víctima,

comunicándose desde números telefónicos 57608739, 40366131, 53177433,

50590492, 58224686, 59011903 a los números 46084045 y 59189168 de los hijos

de la victima. B) El día veinticuatro de agosto del años dos mil ocho a las quince

horas aproximadamente, dos hombres (uno se identificó como Vicente Cifuentes,

el otro no se identificó), llegaron a la residencia de doña Delfina Cecilia García

Soch (víctima) ubicada en Cantón Poxlajuj del departamento de Totonicapán a

bordo de un vehículo tipo Pick up, color blanco, descendieron del mismo y

preguntaron por la señora Delfina Cecilia García Soch, dijeron que querían
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solicitarle sus servicios como sacerdotisa maya, hablaron con ella y

posteriormente se la llevaron hacia Huehuetenango, lugar donde frecuentemente

le pedían trabajos que le contactaban la acusada Josefa Idolina Morales García y

la señora Lubia Morales Sales, (suegra de la acusada), a quienes conocía la

víctima porque esta sostenía una relación sentimental con el hoy acusado Alfonso

Gerónimo Leiva; C) Ese mismo día (veinticuatro) aproximadamente a las veintiuna

horas, los hijos de la victima (María Elena y Miguel Antonio de apellidos Tax

García) llamaron del numero telefónico 59189168 al teléfono celular de su mamá

40608320 para preguntarle como estaba, la víctima respondió que se dirigía a

Huehuetenango a realizar un trabajo; D) El día veinticinco de agosto del dos mil

ocho, aproximadamente a las ocho horas con cincuenta minutos ingresó una

llamada telefónica del numero de la victima (40608320) al numero 46084045 de

María Elena Tax García, la que la señora Delfina Cecilia García Soch le indica a

su referida hija que la tenían secuestrada y que piden un millón de quetzales para

liberarla. A partir de ese momento se realizaron varias comunicaciones en la que

obligan a la victima a que pida a sus hijos que consigan el dinero. Una persona

de sexo masculino exige el dinero y dice que vendan cosas para conseguirlo; E) A

partir del día veintiocho de agosto del dos mil ocho la acusada Josefa Idolina

Morales García realizó varias llamadas telefónicas del numero 53177433 al

teléfono 59189168 (de Miguel Antonio) les dijo a los hijos de la víctima que ella

llamó al teléfono de la señora Delfina Cecilia García Soch y le dieron unos minutos

para hablar con otro señor sobre la cantidad de dinero exigida, pero si ellos (los

hijos de la victima) no consiguen, ella le avisa al señor porque es un integrante

del grupo el que se está vendiendo. La acusada Josefa Idolina Morales García

insiste en la petición, y les dice: “si ustedes en verdad quieren ver a su mamá, si
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fuera mi mamá yo sería capaz de buscar en todo el mundo no me importaría las

cosas que pasaran; realmente ustedes tienen que buscar, sino buscan el señor

hoy; ya van a ver, ahí van a buscar, ya para que muerta la vamos a dejar”. La

acusada insiste en que ella es la indicada para ir a dejar el dinero del rescate. F)

El veintinueve de agosto del dos mil ocho, desde las ocho horas con quince

minutos aproximadamente, el hoy acusado Alfonso Gerónimo Leiva llamó del

numero telefónico 58224686 a Miguel Antonio Tax García, hijo de la victima,

numero receptor 59189168 y le dijo que el ha estado comunicándose con los

secuestradores y que ellos exigen la cantidad de sesenta mil quetzales a cambio

de la liberación de la victima, por lo que le exige al señor Miguel Antonio Tax

García, de manera insistente e intimidante, que lleve la cantidad de treinta mil

quetzales a la ciudad de Huehuetenango, y que el hoy acusado dará la mitad del

dinero para el rescate; le indica además que ya conoce el lugar donde se

entregará el dinero y que posteriormente irá a rescatar a la victima acompañado

de varias personas armadas. El referido acusado dice: “Se les va a acabar la

paciencia apoyemos a esos fregados” “yo ya di mi palabra para hoy a las siete”; y

le insiste que vendan cosas para conseguir dinero. Al no obtener el dinero los

acusados que actuaban como negociadores cortan comunicación con los hijos de

la victima; G) La victima aparece muerta, (el ocho de septiembre de dos mil ocho)

en el rió Selegua (caserío Camposeco de la Aldea Ajal del municipio de San Pedro

Necta) límite entre los municipios de San Sebastián y San Rafael Petzal, en el

departamento de Huehuetenango en donde los acusados residían”. - - - - - - - - - -

V. RAZONAMIENTOS QUE INDUCEN AL TRIBUNAL A CONDENAR. El tribunal

argumenta y motiva su razonamiento de condena en base a los fundamentos

fácticos expuestos en el rubro anterior, los que son producto de la siguiente


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fundamentación probatoria: V.1) VALORACION DE LA PRUEBA: Luego de

verificar la legitimidad de la forma de obtención y la legalidad de su introducción

al debate, de todos y cada uno los medios de prueba, los Juzgadores valoran la

prueba producida, utilizando el sistema de la Sana Crítica Razonada, al deliberar

en el orden establecido en el artículo 386 del Código Procesal Penal, hacen los

siguientes razonamientos de certeza jurídica: V.1.1) PRUEBA TESTIMONIAL.

Sobre la forma en que sucedieron los hechos: Declaraciones de: V.1.1.1)

MIGUEL ANTONIO TAX GARCÍA, hijo de la agraviada, en síntesis declaro: Que

conoce a don Alfonso Gerónimo Leiva, porque su mamá Delfina Cecilia García

Soch era sacerdotisa y en aquel tiempo le trabajaba a Alfonso Gerónimo Leiva. Su

difunta mamá le contó que tenía una relación sentimental con Alfonso Gerónimo.

Conoce a doña Josefa Idolina Morales García, porque llegaba con su difunta

madre y eran amigas. Un Domingo de agosto de dos mil ocho, como a las tres de

la tarde, dos hombres (uno se identificó como Vicente Cifuentes) llegaron a casa

de su mamá a bordo de un PicK Up blanco de doble transmisión, al que le tomó el

número de placas. Su mamá los atendió en un cuartito que usaba para atender. .

Como a la hora y media o dos horas de platicar su mamá se fue con ellos, les dejó

dicho que iba a trabajar que volvería mañana. Luego lo llamó por teléfono le dijo

que no tuviera pena que iba a trabajar a Huehuetenango. Al día siguiente por la

mañana, un hombre lo llamó del número telefónico de su mamá, le dijo que tenían

secuestrada a su mamá y le exigía el pago de dos millones de quetzales. Llamó a

doña Josefa y le contó lo que le había sucedido a su madre y le pidió favor que los

ayudara. Como el señor Alfonso tenía relaciones con su difunta madre, también lo

llamó para que le averiguara algo. Lo volvieron a llamar preguntándole si ya

tenían el dinero, respondió que ellos no tenían esa gran cantidad, negociaron,
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poco a poco fueron bajando la cantidad exigida hasta llegar a sesenta mil

quetzales. Después volvieron a llamar, pusieron a hablar a su difunta madre

Josefa, le dijo que le echara la mano. El le dijo que iba a hacer todo lo posible por

conseguir el dinero para pagar un rescate. Ya no habló con don Alfonso y doña

Josefa y los secuestradores dejaron de hablar. Hasta que El INACIF le pidió que

fuera a Huehuetenango a reconocer el cadáver de su madre; fue y la reconoció

por la pintura de sus uñas de los pies, porque era ella, usaba placas ya no tenía

dientes y por un delantal que usaba cuando salió de su casa. También la

reconoció su esposa (Otilia Esperanza García de Tax. Cuando viajaban a

Huehuetenango su mamá iba a dar con su amiga doña Josefa. Presentó la

renuncia (desistimiento) en el Ministerio Publico, porque piensa en su familia no

quiere que a sus hijos les pase nada. La fiscalía reprodujo un disco que contiene

la grabación de las conversaciones sostenidas entre el testigo y el primer hombre

que habló y pidió el rescate. En el mismo disco se reprodujo otro dialogo, trascrito

en la pagina siete de la bitácora. Finalmente agregó que unos cinco días antes de

que su mamá apareciera muerta, el secuestrador negociador, don Alfonso y doña

Chepa dejaron de hablar con ellos. V.1.1.2) MARIA ELENA TAX GARCÍA (hija de

la agraviada) en síntesis declaro: Que recibió una llamada de su mamá (Delfina

Cecilia García Soch) le dijo que estaba secuestrada, su mamá le pidió favor para

que le ayudara, porque ella no quería morir. La declarante le dijo que era

imposible porque no tenía dinero. Luego hubo unas llamadas en las que dialogó

con esas personas. Ellos querían un dinero, no sabe quien era o quienes eran. No

conoce a don Alfonso Gerónimo Leiva y a Josefa Idolina Morales García y

tampoco a Lubia Morales Sales. Luego ya no hablaron, dejaron pasar el tiempo

hasta que encontraron el cadáver de su mamá, lo vio en la morgue de


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Huehuetenango. Fue hace seis años, en agosto. Ellos no iban a pedir nada

porque con eso no iban a revivir a su mamá, la querían dejar descansar. El

Ministerio Público reprodujo un disco que contiene las grabaciones sostenidas por

la testigo con el secuestrador negociador, y luego con los acusados. Dice que ella

recibió las llamadas pero que no sabe quiénes llamaban. Al escuchar la grabación

de su conversación con la persona a quien ella llama familiarmente doña Chepa,

indicó que habló con las personas que según su hermano eran una Chepa y un

Alfonso, pero saber quiénes eran. Aunque Chepa decía que iba a hacer favor de

entregar el dinero a los secuestradores. El veinticinco de agosto de dos mil ocho

estaban en la iglesia ensayando, cuando su propia mamá que le dijo que estaba

secuestrada. Los juzgadores advierten que el testigo Miguel Antonio Tax

García expone con claridad, precisión y aplomo lo referente a la forma en

que se llevaron a su mamá de su casa, las comunicaciones posteriores que

esta sostuvo con el declarante y su hermana María Elena, hasta el momento

en que del teléfono de su mamá habla un hombre quien les indica que tienen

secuestrada a su mamá y pide la cantidad de dos millones por el rescate.

Luego de referir estos hechos, ambos testigos (Miguel Antonio y María

Elena) se ven temerosos, inseguros, evasivos y olvidadizos cuando se

resisten a proporcionar información sobre el papel jugado por los acusados

Alfonso Gerónimo Leiva y Josefa Idolina Morales García. Para el Tribunal el

comportamiento de ambos hijos de la víctima, al declarar son anormales,

pero los juzgadores no sabemos con certeza, la razón de este

comportamiento de los declarantes, si es porque están amenazados,

coaccionados o comprados, pero ambos evidencian claramente que sus

declaraciones tienen la finalidad de ayudar y defender a los acusados;


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absurdamente, directamente responden que no conocen a las personas con

quienes hablan por teléfono y tratan sobre la forma de conseguir el dinero

para pagar el rescate, cuando al ubicar contextualmente estas

conversaciones, las mismas, según el dicho de los propios declarantes, son

producto de la petición que los hijos de la víctima, les hicieron a los hoy

acusados para que los ayudaran a encontrar a su mamá secuestrada y a

lograr su liberación. Incomprensiblemente los testigos referidos siguen

manteniendo que no conocen a sus interlocutores, no obstante que la

fiscalía reproduce el disco en el que se encuentran gravadas las

conversaciones sostenidas entre los hoy acusados, desempeñando el

supuesto papel de negociadores con los secuestradores, y los testigos

declarantes, hijos de la víctima. Al escuchar tales conversaciones el tribunal

percibe y aprecia el trato confiado, casi familiar y de necesario

conocimiento previo, incluso se llaman por sus nombres (don Alfonso y doña

Chepa); es claro que están hablando entre personas conocidas y hasta

supuestamente “amigas”. Incluso, los hoy acusados, ofrecen a los

declarantes contribuir poniendo parte del dinero para el pago del rescate de

doña Delfina Cecilia. ¿Cuál es la razón de este ofrecimiento?. Lo hacen

porque supuestamente quieren ayudar a liberar a una amiga. Entonces es

claro que se conocen. El Tribunal pone mucha atención en la rara condición

que los acusados exigen para contribuir con buena parte de la cantidad

exigida para el pago del rescate. Les exigen a los hijos de la víctima, que

junten el dinero, que vendan sus bienes dinero, pero que les entreguen a

ellos el dinero para el pago del rescate, porque ellos van a entregar la

totalidad de ese dinero a los secuestradores, porque con ellos es el


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contacto. El Tribunal escucha claramente y ubica quienes son las personas

que hablan en esas conversaciones telefónicas. No es necesario realizar

ningún peritaje de análisis de voz, porque ellos mismos se identifican

llamándose por sus nombres: don Alfonso y doña Chepa, en el contenido de

dichas conversaciones hacen referencia expresa a la amistad que los une, lo

que necesariamente implica un previo conocimiento entre ellos. Al observar y

escuchar las declaraciones de los testigos (hijos de la víctima)

contrastándolas con la grabaciones escuchadas, el tribunal concluye con

certeza la actuación de los acusados, como negociadores es suigénerisis,

desde que una voz masculina llama por primera vez e indica que tienen

secuestrada a Delfina Cecilia García Soch y pide dos millones de quetzales

por su rescate; no es el típico negociador cruel y despiadado que tiene la

misión de infundir miedo en los familiares de la víctima para que estos

acepten sus condiciones y acedan al pagó del dinero pedido, este

negociador es una persona que habla tímidamente, no amenaza sino ruega,

no se impone sino casi suplica que le paguen el rescate, su voz es débil y

temerosa, no infunde temor. Luego es también muy especial la forma en la

que, los hoy acusados hablan con los hijos de la víctima: primero piden,

ruegan, luego exigen y presionan psicológicamente a los hijos de la víctima

para que accedieran a pagar el dinero pedido por el rescate. Veamos la

actitud del acusado Alfonso Gerónimo Leiva cuando exige a Miguel Antonio

Tax García que lleve la cantidad de treinta mil quetzales a Huehuetenango; ofrece

dar la mitad del dinero para el rescate, indica que conoce el lugar donde se

entregará el dinero, pero sabe que no entregaran a la secuestrada, sino que

posteriormente irá a rescatarla, acompañado de varias personas armadas. Ruega


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tratando de convencer para que le den el dinero, incluso les pide que apoyen a los

secuestradores y dice: “Se les va a acabar la paciencia, apoyemos a esos fregados” “yo ya

di mi palabra para hoy a las siete”; insiste en que vendan cosas para conseguir

dinero. Este no es el papel normal de un negociador amigo que trata de ayudar a

los familiares a negociar con los secuestradores para salvar a la víctima, sino es

el de una persona tratando de engañarlos para quedarse con el dinero del

rescate mediante el ardid que lo entregará a los secuestradores. Por su parte la

acusada Josefa Idolina Morales García, el día veintiocho de agosto del dos mil

ocho llamó del número 53177433 al teléfono numero 59189168 (de Miguel

Antonio hijo de la víctima) y dijo: Que llamó al teléfono de la señora Delfina Cecilia

García Soch y (los secuestradores) le dieron unos minutos para hablar con uno de

ellos sobre la cantidad de dinero exigida, pero si ellos (los hijos de la víctima) no

consiguen, ella le avisa al señor quien es un integrante del grupo el que se está

vendiendo. Para el Tribunal esto es totalmente falso, no es creíble, se evidencia

que se trata de una treta de los acusados para obtener el pago del rescate. Dicha

acusada insiste en la petición y les dice a los hijos de la víctima: “Si ustedes en

verdad quieren ver a su mamá, si fuera mi mamá yo sería capaz de buscar en todo el mundo

no me importaría las cosas que pasaran; realmente ustedes tienen que buscar, si no buscan

el señor hoy; ya van a ver, ahí van a buscar, ya para que muerta la vamos a dejar”. Esta

actitud no es la de una negociadora amiga, sino es de una persona que intenta

obligar a la familia de la víctima para que le den el dinero que la acusada

supuestamente entregará a los secuestradores. Es muy significativo la frase final

de la acusada, quien inconscientemente expresa la verdad que tiene en mente,

cuando dice: “Si no pagan, “muerta la vamos a dejar”. Estas grabaciones de las

conversaciones telefónicas sostenidas por los hoy acusados y los hijos de la


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víctima, referidas al secuestro de doña Delfina Cecilia García Soch y el pago

del dinero para su liberación, para el tribunal, constituyen una prueba

pertinente e idónea, no es ninguna inferencia o abstracción lógica, sino una

prueba directa y objetiva, la que concatenada congruentemente, con los

demás medios de prueba congruentes e idóneos, tales como: Las

declaraciones testimoniales de: Candy Azucely Huitz Tax, nieta de la víctima,

Heber Samuel Castro Orozco del Comando Antisecuestros de la Policía

Nacional Civil; Byron Leonel Cifuentes Mazariegos de la Fuerza de Tarea

Contra Secuestros del Ministerio de Gobernación, quien actuó como asesor

de crisis para apoyar a la familia de la secuestrada y Sergio Aníbal Hidalgo

Sacba, quien analizó el desplegado de las conversaciones telefónicas

sostenidas entre los hoy acusados de los acusados números: 53177433 de

Josefa Idolina Morales García y el 58224686 de Alfonso Gerónimo Leiva a los

teléfonos 46084045 y 59189168 de los hijos de la víctima María Elena y

Miguel Antonio Tax García, respectivamente. En su conjunto este material

probatorio, forma la certeza en el tribunal sobre la forma de participación de

los acusados en la realización de los hechos por los cuales los acusa la

fiscalía. La defensa de los acusados señaló la debilidad probatoria de estos

desplegados de las llamadas telefónicas porque en los mismos no figuran

los contactos entre los acusados, actuando como negociadores en

representación de la familia de la victima y los secuestradores, lo que a

criterio de dicha defensa no implica a los acusados en los hechos que se

juzgan. Para el tribunal esta circunstancia encaja perfectamente y termina

por demostrar la verdad de lo sucedido. Efectivamente no aparecen esos

contactos porque nunca se realizaron, no se realizaron porque los


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acusados y negociadores de la familia, son los mismos secuestradores,

quienes haciéndose pasar por amigos de la familia de la victima,

pretendían obtener de estos el dinero del pago del rescate y apropiarse de

este fingiendo que lo habían entregado a los secuestradores. Luego de

analizar de manera individual y colectiva cada uno de los medios de prueba

consistentes en: Declaraciones testimoniales de los hijos de la víctima,

contrastándolas con las grabaciones de las conversaciones telefónicas

sostenidas entre los acusados y los hijos de la víctima contenidas en el

disco cd, gravado por Byron Leonel Cifuentes Mazariegos y reproducido en

el debate, y la correspondiente bitácora en la que se transcriben dichas

conversaciones, oficio número mil cincuenta y tres guión dos mil ocho

diagonal Ref. ZRMM/urge, de fecha cinco de septiembre de dos mil ocho,

mediante el cual se adjunta dicha bitácora, así como la declaración del

testigo Sergio Aníbal Hidalgo Sacba que explicó el contenido del

desplegado de las llamadas telefónicas y su relación con los acusados. El

tribunal le concede valor a este material probatorio, en la forma que se

interpreta en este análisis valorativo precedente y con el que se acreditan

los hechos y circunstancias contenidos en la acusación, en cuanto a la

forma, tiempo y lugar en que los mismos sucedieron y los actos realizados

por los acusados, como los verdaderos secuestradores realizando el papel

de negociadores, pero con los familiares de la víctima con la pretensión de

obtener de estos, y para su propio beneficio, el pago del rescate de la

victima. V.1.1.3) CANDY AZUCELY HUITZ TAX, nieta de la víctima quien

declaró: Que conoce al señor Alfonso Gerónimo Leiva porque su abuela era su

sacerdotisa maya, también a doña Josefa Idolina Morales García y a Lubia


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Morales Sales porque por el trabajo de su abuela se hicieron amigas e iban a San

Rafael Petzal, Huehuetenango donde ellos viven. Su abuela tenía en su teléfono

los números telefónicos de doña Josefa y de don Alfonso. Don Alfonso le debía a

su abuela de doscientos mil a doscientos cincuenta mil quetzales. A esta

declaración se le concede valor probatorio, porque la misma se produjo en

forma espontánea, su dicho es claro, lógico y coherente, es creíble. Cuando

el hecho se produjo la declarante era una niña, es comprensible que llame

amistad a una relación sentimental entre su abuela y el acusado Alfonso

Gerónimo Leiva. Esta declaración contribuye a acreditar que los acusados

se conocían con la familia de la victima, que esta les trabajaba a ellos, como

sacerdotisa; reitera la relación entre la víctima y don Alfonso, pero

principalmente nos proporciona el móvil del delito. El acusado Alfonso

Gerónimo Leiva le debía una fuerte cantidad de dinero a la victima y al verla

vulnerable, decidió secuestrarla para evitar pagarle y de paso, obtener más

dinero. V.1.1.4) OTILIA ESPERANZA SOCORRO ZAPETA GARCÍA DE TAX,

nuera de la agraviada quien declaró: Que reconoció a su suegra por el delantal

que usaba, porque en ese tiempo la testigo le lavaba la ropa. Reconoce el

delantal que la fiscalía le puso a la vista y se introduce al debate como prueba

material. El tribunal le concede valor probatorio a esta declaración porque

aunque la testigo habla poco, lo hace con mucha seguridad y convicción

sobre el objeto principal de su declaración que es reconocer el delantal

como la prenda que la víctima usaba y tal extremo queda acreditado con

esta declaración. V.1.1.5) HEBER SAMUEL CASTRO OROZCO: Inspector de

Policía Nacional laborante del Comando Antisecuestros quien declaró: que conoce

a los acusados Alfonso Gerónimo Leiva y Josefa Idolina Morales García porque en
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el año dos mil ocho secuestraron a la señora Delfina Cecilia García Soch, la

sacaron de su casa y se la llevaron rumbo a Huehuetenango, luego llamó una

persona diciendo que la tenían secuestrada y pedían dos millones de quetzales

para su liberación. Es un caso atípico, regularmente el secuestrador efectúa las

llamadas para exigir dinero, pero no pasan a las víctimas, tienen miedo de ser

localizados. Fue nombrado el agente Byron Cifuentes asesor en gerencia de crisis

para ayudar a la familia sobre la forma de negociar. En este caso hablaba la

víctima, lo que es inusual. Luego tres personas más empezaron a llamar a la

familia, se identificaron una como “Chepa”, otra como Lubia y otro como Alfonso.

La familia de la secuestrada le dijo que se trataba de Alfonso Gerónimo Leiva,

Exalcalde de Petzal quien tenía una relación sentimental con la víctima quien le

había hecho un trabajo para ganar las elecciones, pero cuando se quiso reelegir

ya no resultó, no ganó y por esta razón estaba molesto; y Chepa es Josefa Idolina

Morales García, familiar de Alfonso y también de Lubia Morales. Que Alfonso era

quién estaba pidiendo el dinero, decía que tenía comunicación con los

secuestradores. Esto no es normal, el secuestro es un negocio donde hay un

comprador, un vendedor y un producto, y en este caso el comprador era la familia,

nadie paga por otro; el vendedor es el secuestrador que tiene a la víctima en su

poder, y el producto es la víctima. En un secuestro los negociadores son violentos,

amenazan y engañan. La comunicación se da de forma directa, entre el

secuestrador negociador y el portador familiar. En este caso, si bien es cierto, un

tipo llamó y dijo ser el secuestrador, en las siguientes llamadas los únicos que

llamaban para exigir el dinero y decían que la víctima estaba viva pero no la

trataban bien y estaba enferma eran Alfonso y Chepa, les hacían creer a la familia

que la estaban ayudando, incluso Alfonso en una de las llamadas dijo que el tenía
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treinta mil quetzales, pero que la familia consiguiera los otros treinta mil quetzales

pero que se los dieran a el. Chepa también le decía a la familia que vendieran

unos carros, que hipotecaran o empeñaran los bienes de la familia para pagar el

rescate. El asesor de crisis obtuvo recopiló información y la plasmó en un

documento, que llamamos bitácora de llamadas, ahí están plenamente

identificados los números telefónicos emisores y receptores y el contenido de las

conversaciones. Así identificaron a los secuestradores y junto con el Ministerio

Público allanaron sus residencias y aprehendieron a Alfonso Gerónimo Leiva y a

Josefa Idolina Morales García. Tiempo después, localizó una osamenta que los

familiares identificaron como el esqueleto de la víctima. Cuando aprehendieron a

los hoy acusados se les incautaron los teléfonos celulares. El Tribunal le

concede valor probatorio a esta declaración dada por el referido inspector de

Policía Nacional Civil, porque el mismo declara de manera clara, precisa, con

congruencia lógica y su dicho se basa en información de primera mano

proporcionada por los familiares de la víctima sobre el conocimiento de las

personas que hablan por teléfono con ellos y que hoy son los acusados. Con

su experiencia policial analiza las peculiaridades de este caso, concluye que

es un caso especial de secuestro en el que llaman tres personas, también

habla la víctima y luego Alfonso y Chepa aparecen como intermediarios entre

los supuestos secuestradores y los familiares de la víctima, cuando lo usual

es que la comunicación sea directa entre secuestradores y familiares y en un

tono violento y amenazante, mientras que en este caso, los intermediarios

hasta ofrecían poner una parte del dinero para pagar el secuestro. La

reconstrucción del caso es producto del trabajo de Byron Leonel Cifuentes

Mazariegos, nombrado asesor de crisis de la familia de la víctima quien


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identifico a los intermediaros y sus respectivos números telefónicos, lo que

permitió su posterior aprehensión por su participación en estos hechos. Así

de esta forma quedan acreditados los hechos realizados por los acusados

Alfonso Gerónimo Leiva Josefa Idolina Morales García contenidos en la

acusación fiscal. V.1.1.6) SERGIO ANIBAL HIDALGO SACBA: Agente de la

Policía Nacional Civil, laborante del Centro de Recopilación, Análisis y Difusión de

Información Criminal, División de Operaciones Conjuntas, Policía Nacional Civil,

quien al declarar explicó su informe de fecha veintiuno de febrero de dos mil

catorce, referido a establecer: número de línea; relaciones de llamadas

telefónicas; realizar gráfico telefónico y expresar conclusiones. Objetivos

específicos: 1. Establecer comunicaciones directas entre los teléfonos objetos de

análisis, 2. Establecer relación intercomunicacional en base a los siguientes datos:

números 59189168 y 46084045 a los que ingresaban las llamadas, y 40608320

número que la víctima poseía al momento de su secuestro y utilizado por los

secuestradores para realizar la negociación; así mismo con los números 58224686

de Alfonso Gerónimo Leiva, el 53177433 y 53177733 de Josefa Idolina Morales

García; el número 59011903 de Lubia Morales Sales. El declarante analizó las

evidencias, las describió por sus respectivos números de email y números de serie

y los números de líneas que llevaban inscritos en las respectivas tapaderas y

concluyó: que del teléfono 40608320 de la victima, se llamó al teléfono número

46084045 de Maria Elena Tax García y al número 59189168 de Miguel Antonio Tax

García. Que el celular con posible número de línea 57608739 tenía grabado en

la agenda telefónica: el número 40608320 identificado como Cecilia Toto. El

número 59011903 identificado como mi casa; el numero 59189168 guardado como

Miguel; el numero 58668095 identificado como nieta de Cecilia. Llamó al


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59011903 identificado como mi casa y al 59189168 identificado como Miguel. En

cuanto a las llamadas entrantes llamaron del número 58224686 identificado como

Chawa, del número 59189168 guardado como Miguel y del 46084045. Con fechas

veintiocho, veintinueve y treinta de agosto de dos mil ocho. El número tigo

50590492 posible número de línea. Del teléfono número tigo 59094183 que tiene

registrado en la agenda telefónica el contacto Chepita con el número 53177433; el

contacto mamá con el número 59011903. En las llamadas salientes aparece una

llamada al 59011903 contacto identificado como mamá, realizado el veintinueve de

agosto de dos mil ocho. El teléfono que tiene registrado en la agenda telefónica

como primer contacto el número 59799421 guardado con el nombre de Alfonso y

finalmente el teléfono celular que tiene registrado en el contacto número cinco de

la agenda telefónica el número 53177433 guardado como Chepita. A esta

declaración y documento que por su medio se introduce al debate, el

Tribunal les confiere valor probatorio, porque la misma fue expuesta con

claridad y precisión y con ese material probatorio se acredita que

efectivamente, del teléfono numero 40608320 que la victima usaba al ser

secuestrada, se comunicaron al teléfono numero 46084045 de Maria Elena

Tax García y al 59189168 de Miguel Antonio Tax García y luego a estos dos

números telefónicos ingresaron llamadas de los números: 53177433 de

Josefa Idolina Morales García y del 58224686 de Alfonso Gerónimo Leiva.

Números telefónicos y llamadas que aparecen en la acusación, así mismo los

números registrados en las agendas de estos teléfonos contribuyen a

acreditar los números telefónicos que corresponden a los acusados, a la

víctima y a los hijos de esta. V.1.1.7) BYRON LEONEL CIFUENTES

MAZARIEGOS: Declaró que trabaja en la Fuerza de Tarea Contra Secuestros


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del Ministerio de Gobernación y que el veinticinco de agosto de dos mil ocho, a

las quince o dieciséis horas, la señora María Tax García y Miguel Tax García y

otros familiares, se llegaron a la Fiscalía Contra el Crimen Organizado de

Quetzaltenango, indicaron que la señora Delfina Cecilia García Soch había sido

secuestrada, en ese entonces la victima tenía cincuenta y cinco años; que el día

veinticuatro, dos individuos llegaron a la casa de doña Cecilia a pedirle un

trabajo, (ella se dedicaba a la brujería); que posteriormente los llamaron

pidiéndoles dos millones de quetzales por la víctima. Con la autorización de la

familia, el declarante fue nombrado como asesor, se instaló el comité de Crisis con

el señor Miguel Tax García y con la señora María Tax García. El día veintiséis, en

horas de la mañana hubo aproximadamente cuatro llamadas donde se comunica

el interlocutor victimario y exige dos millones de quetzales, en número receptor es

el de doña María Tax García. María Elena, quien con su asesoría les hizo una

contra oferta de mil ochocientos cincuenta quetzales. El día veintiocho a eso de

las dos y media o tres de la mañana, Maria Elena, recibió una llamada donde

habla la víctima y le dice que el viernes es el último día que dan para que

consigan los dos millones de quetzales. El día veintiocho de agosto de dos mil

ocho, después de las dos o tres de la mañana, en el teléfono de Miguel Antonio se

recibió una llamada donde se comunica una señora a quien conocían como

Chepa: dice que a ella y a don Alfonso ya les estaban pidiendo sesenta mil

quetzales por doña Cecilia. Que por qué no reunieron el dinero y que ellos

estaban buscando el dinero. El día veintinueve habla Alfonso, y dice que a el le

estaban exigiendo cincuenta mil quetzales. Miguel Antonio le dijo a Alfonso que

hiciera favor de venir a dejar los treinta mil quetzales a Totonicapán, lo que Alfonso

no aceptó. Don Miguel y doña María decían que Alfonso le debía dinero a doña
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Cecilia por cuestiones de política. Don Alfonso pedía que fueran a dejar el dinero a

Huehuetenango a la casa de Lubia. En ningún momento dieron el número de

teléfono de los secuestradores aunque se les pidió para comunicarse

directamente con ellos. El día veintinueve en coordinación con el Ministerio

Público se solicitó y el juez ordenó la captura de Alfonso y Chepa. El día treinta

son aprehendidos los acusados. Ese día, a eso de las dieciocho horas ingresó un

mensaje que decía: no se preocupen que la señora Cecilia está bien no le ha

pasado nada; el día treinta y uno ingresó otro mensaje que decía que el dinero lo

querían en San Marcos después ya no hubo comunicación por lo que el dos de

Septiembre el declarante dejó sus funciones como asesor de crisis. Por medio del

inspector Sender se enteró que el día ocho de Septiembre en el río Selegua se

encontró una osamenta que el INACIF identificó como la víctima. La familia de la

víctima decía que esta tenía una relación con don Alfonso y que éste le debía de

doscientos mil a doscientos cincuenta mil quetzales. Explicó que la bitácora es la

trascripción de llamadas o puntos comunicacionales, en ella se plasma lo que

sucedió en el comité de crisis, grabaciones, mensajes. Introdujo al debate el disco

que contiene la grabación de la conversaciones telefónicas entre el supuesto

secuestrador, negociador, en el que ponen a hablar a la víctima con sus hijos, y

entre éstos y los acusados, así también la bitácora en la que se transcriben tales

conversaciones, las que reconoció como las evidencias que el testigo trabajó. A

esta declaración y documentos que se introducen al debate, el tribunal les

confiere valor probatorio, porque se trata del investigador experto en crisis

de secuestro que manejó el presente caso, escuchó y grabó las

conversaciones sostenidas entre los secuestradores negociadores y los

familiares de la víctima, las que transcribió en la bitácora conforme estas se


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fueron produciendo, y finalmente presentó su informe conteniendo la

información obtenida, que fue básica para identificar a los hoy acusados,

como los secuestradores que tenían la función de negociar con los

familiares de la victima el monto de su liberación, haciéndose pasar como

colabores de la familia, pero que en realidad eran los verdaderos

secuestradores quienes exigían a los familiares de la secuestrada el pago

del dinero que querían para ellos, fingiendo que entregarían el dinero a los

supuestos secuestradores, lo que hacían para engañar a los hijos de la

víctima, incluso ofrecían poner dinero de su parte, pero con la rara condición

que los familiares de la víctima les entregaran la otra parte de dinero para

completar el pago del rescate exigido. Con la experiencia del declarante en el

manejo de esta clase de crisis se descubrió el verdadero papel jugado por

Alfonso Gerónimo Leiva y Josefa Idolina Morales García, lo que motivó la

aprehensión de estos, con la que curiosamente finalizaron los contactos

entre los secuestradores y los familiares de la victima, pues solo se

recibieron posteriormente dos mensajes diciendo que la secuestrada estaba

bien y que querían que el dinero se entregara en San Marcos. Curiosamente

también esta forma de comunicación por mensajes de texto no se utilizó,

sino hasta que los acusados fueron detenidos. Estos mensajes se enviaron

para desorientar a la familia y a las autoridades, haciéndolos creer que los

secuestradores aun se encontraban en libertad. Lamentablemente el día

ocho de Septiembre en el río Selegua se encontró la osamenta que se

identificó como correspondiente a doña Delfina Cecilia García Soch. El

destino de la victima ya estaba decidido, los secuestradores no podían

dejarla vivir porque ella los conocía perfectamente y por esa razón tenían que
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matarla. En la forma anteriormente descrita el Tribunal le concede valor

probatorio a la declaración del testigo Byron Leonel Cifuentes Mazariegos y

su informe que introduce a la misma que contiene la bitácora de todo lo

sucedido en esa investigación que realizó, lo que se encuentra reforzado por

el disco que se reprodujo en el debate, esos tres medios de prueba, se

apoyan entre si, para que el tribunal tenga una representación completa de la

forma en que se produjeron los hechos del secuestro de doña Delfina

Cecilia García Soch y el papel jugado por los acusados. - - - - - - - - - - - - - - -

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V.1.2) PRUEBA PERICIAL. Sobre la identificación del cadáver de la víctima.

V.1.2.1) Peritaje realizado por HUGO ISAAC SUM OROXOM. Perito Profesional

de la Medicina Área Patología y Clínica Forense del Instituto Nacional de Ciencias

Forenses de Guatemala, quien leyó, ratificó y explicó su dictamen pericial de fecha

doce de septiembre de dos mil ocho, el cual contiene la necropsia médico legal

practicada por el referido perito el día ocho de septiembre de dos mil ocho al

cadáver que ingresó como XX y posteriormente se identificó como Delfina Cecilia

García Soch. El peritaje se realizó con el objeto de establecer la causa de la

muerte, tiempo estimado de la misma y certificar la defunción. Examen externo:

Descripción General: Se recibe cuerpo esquelético, sin cabello, sin piel, sin

dentadura, sin viseras, únicamente sostenida por la columna cervical, lumbar y

sacrocoxigea, los dedos de las manos y pies sostenidos por tendones y

ligamentos; tiempo de evolución del cadáver dentro del agua, mas o menos diez

días, fue devorada por aves de rapiña, perros y peces. Prendas de vestir: Se

encontró un delantal típico, con incrustaciones con aplicaciones doradas a su

alrededor, el cual lavó con detergente, quitándole los restos de tierra y arena.
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Fenómenos cadavéricos tardíos: Osamenta humana en total estado de

putrefacción y saponificación, por haber estado dentro del agua. Edad Estimada:

cincuenta y cinco años. Dentadura: Edéntula superior ausente, maxilar inferior

ausente. Conclusiones: Es un cuerpo esquelético, por su pelvis ginecoide

compatible con el sexo femenino; se descarta violencia contundente, por arma

blanca y arma de fuego. Causa de muerte: indefinida. Tiempo estimado de la

muerte: diez días aproximadamente. Consideraciones: Es una osamenta

humana de sexo femenino, con causa presumible de de asfixia por sumersión. Al

peritaje contenido en la declaración y dictamen del doctor Hugo Isaac Sum

Oroxom, los Juzgadores le confieren valor probatorio porque proviene de un

profesional de la medicina con suficientes conocimientos técnicos y

científicos y experticia que le permiten pronunciarse con autoridad sobre la

identificación de restos de un cuerpo humano; su declaración fue precisa,

concreta y contundente, suficiente para comprender con claridad las

razones por las que identificó a Delfina Cecilia García Soch. Con este peritaje

se acredita que efectivamente el esqueleto encontrado pertenece a una

mujer de aproximadamente cincuenta y cinco años de edad, que no tiene

dientes en el maxilar superior. Además de las circunstancias anteriores, la

identificación se fortalece por la ubicación del lugar en donde fueron

encontrados los restos humanos y fundamentalmente por el delantal que aun

usaba la victima, el que fue reconocido por los hijos de esta (Miguel Antonio

y María Elena de apellidos García Soch) y fundamentalmente por la señora

Otilia Esperanza Socorro Zapeta, quien indicó que le lavaba la ropa a su

suegra y por lo tanto conocía perfectamente el delantal. Es este conjunto de

evidencias relacionadas entre si, de manera lógica y coherente son las que
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fortalecen la identificación de los restos de doña Delfina Cecilia García

Soch, quien el medico forense dice que murió por causa indeterminada, se

excluye la violencia con arma de fuego o arma blanca porque no se

encuentran signos de la existencia de la misma en sus restos óseos; aunque

en su certificación medica de defunción el medico indica que la causa

presumible de muerte es asfixia por estrangulación o por sumersión, porque

es necesario poner este dato en esta clase de documento. - - - - - - - - - - - - - -

V.1.3) PRUEBA DOCUMENTAL. Al debate se intrujeron los documentos

extendidos por funcionario o empleado público en el ejercicio de sus funciones, los

mismos cumplen con las formalidades externas e internas de validez y por

conocimiento del tribunal se advierte que dichos documentos son los que

normalmente entregan las instituciones de las que provienen; no se advirtió

manipulación o alteración de los datos que contienen y que los documentos fueron

aceptados como verídicos o ciertos por las partes, quienes no discutieron su

validez. El tribunal les concede valor probatorio, por constituir el medio idóneo

para acreditar documentalmente los hechos y circunstancias que siguen: V.1.3.1)

Álbum fotográfico de la Unidad de Recolección de Evidencia de la Dirección de

Investigaciones Criminalisticas del Ministerio Publico (obra a folios 57 al 86)

consta de cincuenta y una fotografías que ilustran la incautación y el embalaje de

la evidencia encontrada en los allanamientos realizados en las residencias de los

acusados ubicadas en San Rafael Petzal Huehuetenango. V.1.3.2) Álbum

fotográfico de la Unidad de Recolección de Evidencia de la Dirección de

Investigaciones Criminalisticas del Ministerio Público, (obra a folios 93 al 103)

consta de diecinueve fotografías que ilustran la forma que tenia la osamenta de la


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víctima en la morgue del Instituto Nacional de Ciencias Forenses de

Huehuetenango, y el estado del delantal que la victima llevaba atado a su cuerpo

y el que contribuyó para la identificación del cadáver realizado por los familiares

de la victima. V.1.3.3) Informe de la Empresa de Telefonía Comunicaciones

Celulares, Sociedad Anónima de fecha diecisiete de noviembre del año dos mil

ocho, que contiene información del desplegado telefónico de los números:

57608739 (de doña Josefa) 50590492 (de Alfonso) y 40608320 (de la victima)

signado por Luis Antonio Yaquian, con el que se acredita que las llamadas

realizadas por los secuestradores a los familiares de la victima, se realizaron

de los lugares cercanos a la residencia de los acusados, en el municipio de

San Rafael Petzal y lugares aledaños al mismo, siempre en el departamento

de Huehuetenango, según lo determinan las celdas que se activaron al

efectuarse las llamadas del teléfono de la victima a los hijos de esta. V.1.3.4)

Acta de fecha ocho de septiembre de dos mil acho signado por Oscar Adán López

González (folio119) con la que se acredita el reconocimiento de los restos

óseos del cadáver de la victima Delfina Cecilia García Soch, por medio del

delantal que reconocieron los familiares de esta, especialmente Otilia

Esperanza Socorro Zapeta quien indicó que el delantal de su suegra era de

un corte que compró la victima y mandó a hacer el delantal y de ese mismo

corte le dio una parte a su hija Francisca Beatriz Tax García. V.1.3.5) Acta de

Inspección Ocular y Levantamiento de cadáver de fecha ocho de Septiembre del

año dos mil ocho, realizada por el Juez de Paz del municipio de San Pedro Necta

del departamento de Huehuetenango Miguel Angel Palacios Martínez, (obra a

folios 120 al 121) con la que se acredita que a orillas del río Selegua, en el

caserío Camposeco de la Aldea Ajal del municipio de San Pedro Necta


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departamento de Huehuetenango, el ocho de Septiembre de dos mil ocho se

encontró y se levantó la osamenta y un delantal típico, que tenía, los que

fueron trasladados al INACIF de Huehuetenango. Restos humanos que

posteriormente fueron identificados como pertenecientes a la señora Delfina

Cecilia García Soch, por el médico forense en la forma que ya fue referida.

V.1.3.6) Certificación medica de defunción de la señora Delfina Cecilia García

Soch suscrito por el Perito Profesional de la Medicina del Área de Patología

Clínica Forense del INACIF, Doctor Hugo Isaac Sum Oroxom, con la que se

acredita la muerte y posible causa de la misma (asfixia por estrangulación y

sumersión de la señora Delfina Cecilia García Soch. V.1.3.7) Certificación

medica de defunción de la Municipalidad de San Pedro Necta del departamento

de Huehuetenango de la señora Delfina Cecilia García Soch inscrita bajo el

número ciento treinta y cinco, folio trescientos cincuenta y nueve, del libro de

defunciones numero seis signada por Alfonso Ortiz Ramírez, Registrador Civil.

Este documento constituye prueba legal, pertinente e idónea para acreditar la

muerte de la señora Delfina Cecilia García Soch, acaecida el uno de Septiembre

de dos mil ocho, cuyos restos fueron encontrados el ocho de Septiembre de dos

mil ocho a orillas del río Selegua, en el caserío Camposeco, Aldea Ajal, municipio

de San Pedro Necta Huehuetenango. V.1.3.8) Certificado de defunción de la

señora Delfina Cecilia García Soch, registrado bajo la partida ciento treinta y

cinco, folio trescientos cincuenta y nueve, del libro seis del Registro Nacional de

las Personas. Con la que se acredita legalmente la muerte de la señora

Delfina Cecilia Garcia Soch. V.1.3.9) Certificación del Documento Personal de

Identificación del acusado Alfonso Gerónimo Leiva extendida por el Registro

Nacional de las Personas de la República de Guatemala.V.1.3.10) Certificación del


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Documento Personal de Identificación de la acusada Josefa Idolina Morales

García, extendida por el Registro Nacional de las Personas de la República de

Guatemala. Con los dos documentos anteriores se identifican a los acusados

cuyos datos de identificación personal ya fueron consignados en el

apartado correspondiente del encabezamiento de esta sentencia. V.1.3.11)

Certificación del Documento Personal de Identificación de Lubia Morales Sales,

extendida por el Registro Nacional de las Personas de la República de

Guatemala, con este documento se individualiza a esta persona contra quien

ya existe orden de aprehensión por su posible participación en los hechos

delictivos juzgados. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

- - - - - - V.1.4) PRUEBA MATERIAL: V.1.4.1) Un delantal típico. Un teléfono

celular marca LG de color gris con negro con IMEI numero 01045600-472771-7

con chip tigo numero 89502 02101 0229 con batería, y un estuche posiblemente

color rosado o beige. Un teléfono celular marca MOTOROLA de color gris y negro

con IMEI 352244019921426 con chip tigo numero 89502 02101 10786 4969 con

batería. Un teléfono celular marca SAMSUNG de color corinto y gris con IMEI

010295001015779 con chip tigo numero 89502 02011 10097 2496 con batería y

una correa posiblemente de color beige. Un teléfono celular marca MOTOROLA

de color corinto y negro sin número de IMEI visible con chip numero

8950202801368224493 con batería. Un teléfono celular marca NOKIA color negro

y gris con IMEI 01070300/432486/6 con chip tigo numero 89502 0280 1373827034

con batería. Un teléfono celular NOKIA color gris y negro posiblemente pegado sin

numero de IMEI visible. Un teléfono celular donde se lee ZTE color celeste con

blanco con número de IMEI 356344005844644 sin chip con su batería. Un

teléfono celular donde se lee ZTE de color gris con blanco con IMEI
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356344005940582 sin chip con su batería. Un teléfono celular marca MOTOROLA

color gris con plateado donde se lee sug3177abj19 4335ea p2 sin chip con su

batería. Un teléfono celular marca MOTOROLA de color negro posiblemente

pegado sin número de IMEI visible. Un teléfono celular marca MOTOROLA color

azul y negro donde se lee Model 80097cnbla con batería sin chip. El Tribunal le

concede valor probatorio a la evidencia material anteriormente descrita,

porque con la misma se evidencia la existencia material de dicha prueba, la

que ya fue aludida en los aspectos referentes a la identificación de la victima

y el informe y declaración del testigo Sergio Aníbal Hidalgo Sacba quien

analizó el desplegado de llamadas telefónicas, que evidenciaron la relación

intercomunicacional entre los acusados y los familiares de la victima. - - - -

V.1.5. PRUEBA QUE SE DESESTIMA: Declaraciones de: V.1.3.1) CELSO

MARROQUIN GERONIMO SALES: (hijo del acusado) declaro que el veinte, día

miércoles, Alfonso era presidente de un proyecto de agua potable en la aldea

Tuisneyna San Rafael Petzal y el declarante era el Secretario de ese proyecto,

señaló las actividades que estuvo realizando su padre hasta el día en el que se

cometió el delito y las actividades que realizó posteriormente tratando de

conseguir el dinero para pagar el rescate de su amiga Cecilia. V.1.5.2) ALFREDO

SALES DÍAZ: declaro que el veinte de agosto el era secretario del COCODE, el

veintidós fueron a un chapeo, el veintitrés, el día veinticuatro, miércoles tuvieron

reunión, desde el veintiuno hasta el veintiocho estuvo con ellos, de seis siete de la

mañana hasta las seis de la tarde, el día veintisiete preocupado, indicó que

secuestraron a una su amiga. V.1.5.3) CARMELINO EFRAIN SALAZAR

ARREAGA: declaró que en el dos mil ocho era presidente del Cocode, que

conocer al señor Alfonso Gerónimo Leiva porque éste era presidente de un


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proyecto de agua potable, que tuvieron reunión con él el día veintiuno, veintidós,

veintitrés, veintiséis, y veintisiete, éste último día les contó el señor Alfonso

Gerónimo Leiva que habían secuestrado a una su amiga, e indicó el declarante

que vive a diez cuerdas de la casa de don Alfonso, no hay río. El Tribunal no le

concede valor probatorio a las tres declaraciones anteriores porque no son

suficientes para acreditar que el acusado no participó en los hechos que se

le acusa, los que ya fueron probados con la prueba valorada positivamente

por el Tribuna. Es evidente que los testigos al declarar tienen la finalidad de

ayudar al acusado, por se familiares y amigos de él. Por otra parte los

extremos declarados por los testigos pueden ser ciertos, pero recordemos

que muchas llamadas realizadas por los acusados se realizaron en la noche,

y las que realizó en el día, este no necesitaba mucho tiempo para hacerlo,

porque como se acredito, el acusado efectivamente realizó dichas llamadas

mediante las que se comunicó con los hijos de la víctima. V.1.5.4) CAROLINA

LIZETH MORALES CASTILLO: Declaró: Que con doña Josefa Idolina Morales

García son vecinos y que la conoce desde hace doce años, es buena persona,

trabaja, es humilde, es amable, es maestra que va a dar clase a la escuela,

después de que ella llega de su trabajo se ocupara de atender a su tienda, a sus

hijos, es incapaz de hacerle daño a alguna persona. V.1.5.5) NELSON ROMEO

VELÁSQUEZ DOMINGO: Declaró: Que conoce a doña Josefa desde hace

muchos años, porque es su vecina, es una persona amable, responsable,

trabajadora, trabaja por parte del gobierno, es maestra, trabaja de lunes a viernes,

durante los fines de semana va a una iglesia junto con su esposo. V.1.5.6) EDWIN

EDUARDO JERONIMO MORALES: Declaró: que el veinticuatro estuvo con su

esposa; ella es maestra de educación primario bilingüe intercultural, trabaja en


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horas de la mañana de siete y media a doce y media, cuando regresa a la casa

atiende el negocio, así lo hace todos los días. El veintiocho su esposa le manifestó

que don Miguel le había llamado, informándole sobre el caso que había sucedido

con doña Delfina Cecilia García Soch. No le consta si su esposa habló con los

secuestradores; estaba enterado que a su esposa le estaban pidiendo dinero. Su

esposa se preocupó por doña Delfina por ser su amiga, varias veces llegó doña

Delfina a la casa de ellos, le daban posada, allí dormía, su esposa trataba a doña

Delfina como una madre y ella como una hija. Su esposa fue detenida el treinta de

agosto de dos mil ocho. Indicó que el acusado Alfonso es su tío y doña Lubia

Morales es su mamá El Tribunal no le concede valor probatorio a las tres

declaraciones que anteceden, las dos primeras porque se refieren a

cualidades personales de la acusada Josefa Idolina Morales García, las que

no tienen ninguna relación con los hechos de la acusación los hechos de la

acusación ni con la tesis de inocencia sostenida por la defensa. En la forma

anteriormente referida se acreditan los hechos de la acusación fiscal.

DOCUMENTOS: V.1.5.7) Oficio mil cuarenta y nueve guión dos mil ocho diagonal

Ref punto ZRMM diagonal urge (1049-2008/Ref. ZRMM/urge), de la División de

Investigación Criminal Sección de Antisecuestro y Extorsiones de la Policía

Nacional Civil, de fecha cuatro de septiembre del año dos mil ocho. V.1.5.8) Oficio

No.1064-2008 Ref/ZRMM/hsco de fecha ocho de septiembre del año dos mil ocho

y ampliación en oficio No.1074/2008 Ref./ZRMM/hsco de fecha diez de septiembre

del año dos mil ocho de la División de Investigación Criminal, Antisecuestro y

Extorsión de la Policía Nacional Civil al que adjunto oficio No.475-2008 Ref. as.

De la Subestación 43-45, San Pedro Necta de fecha ocho de septiembre del año

dos mil ocho signado por Roderi López Martínez, también se adjunta un croquis en
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fotocopia del lugar en que aparece osamenta.V.1.5.9) Acta de fecha treinta de

agosto del dos mil ocho asignada por el auxiliar Fiscal Roberto Chojolan López

que contiene declaraciones de Zender Rigoberto Morales Martínez. El Tribunal

no le concede valor probatorio a los documentos anteriores porque se

refieren a actos puramente administrativos realizados por los investigadores

y cuyo resultado probatorio substancial ya fue valorado por este Tribunal.

Mientras que el último documento se refiere a una declaración dada ante el

Ministerio Público por lo que el Tribunal no la puede valorar, porque no

obstante haberse introducido al debate por su lectura no puede ser sometida

al principio de contradicción porque las partes no tienen oportunidad de

interrogar y contrainterrogar al testigo. V.1.5.10) Constancia Laboral emitida

por el director Oscar Ramiro López Domingo de La Escuela Oficial Urbana Mixta,

San Rafael Petzal, Huehuetenango jornada matutina de fecha dieciocho de agosto

del año dos mil catorce a favor de Josefa Idolina Morales García. V.1.5.11)

Certificación del libro de asistencia de profesores, emitida por el director Oscar

Ramiro López Domingo de fecha dieciocho de agosto del año dos mil catorce a

favor de Josefa Idolina Morales García. V.1.5.12) Constancia de estudios emitida

por el director Celso Geronimo Sales, del establecimiento colegio privado mixto

Asociación del Maestro de Educación Rural de Guatemala AMERG del municipio

de San Rafael Petzal, del departamento de Huehuetenango de fecha dieciocho de

agosto del dos mil catorce a favor de Alfonso Gerónimo Leiva. El tribunal no le

concede valor probatorio a los tres documentos anteriores porque los

mismos son irrelevantes para desacreditar su participación y consecuente

responsabilidad penal en el hecho delictivo por el que se les acusa, porque

son impertinentes, acreditan hechos que pueden ser verídicos y no tener


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ningún impacto probatorio para negar su pazrticipacio0n en el delito

cometido, lo que ya se acreditó en la forma referida al valorar positivamente

los distintos medios de prueba producidos en el debate que sirven de base

probatoria para la fundamentación de los hechos acreditados descritos en el

apartado correspondiente de esta sentencia. Corresponde ahora analizar los

aspectos requeridos por el artículo 386 del Código Procesal Penal en el orden

siguiente: V.2) EXISTENCIA DEL DELITO, RESPONSABILIDAD PENAL DE LOS

ACUSADOS, Y CALIFICACION LEGAL DEL DELITO. Para determinar si la

conducta realizada por los acusados: Alfonso Gerónimo Leiva y Josefa Idolina

Morales García es penalmente relevante, y si, en el hecho, concurren las

categorías de: tipicidad, antijuridicidad y culpabilidad, niveles necesarios y

secuenciales para configurar la existencia del delito y la consecuente

responsabilidad penal de los justiciables. En este orden de ideas, el artículo 17 de

la Constitución Política de la República de Guatemala, en lo conducente

determina, que “No hay delito ni pena sin ley anterior. No son punibles las

acciones u omisiones que no estén calificadas como delito o falta y penadas por

ley anterior a su perpetración…..”. Los artículos 10, y 11, del Código Penal, en lo

conducente preceptúan: “Relación de causalidad. Los hechos previstos en las

figuras delictivas serán atribuidos al imputado, cuando fueren consecuencia de

una acción u omisión normalmente idónea para producirlos, conforme a la

naturaleza del respectivo delito y a las circunstancias concretas del caso….”.

“Delito doloso. El delito es doloso, cuando el resultado ha sido previsto o cuando,

sin perseguir ese resultado, el autor se lo representa como posible y ejecuta el

acto”. Con base en los hechos acreditados por el tribunal, se procede a analizar

los actos realizados por los acusados: Alfonso Gerónimo Leiva y Josefa Idolina
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Morales García. V.2.1) LAS ACCIONES REALIZADAS POR LOS ACUSADOS

SON PENALMENTE RELEVANTES. Los nombrados acusados en las fechas y

lugar ya establecidos en forma consiente y voluntaria retuvieron a la señora

Delfina Cecilia García Soch y pidieron el pago de una cantidad dineraria a cambio

de su liberación, dichos acusados estaban conscientes de que no les estaba

permitido: a) restringir de la libertad individual de la señora Delfina Cecilia Garcia

Soch, ni retenerla en cautiverio y exigir dinero a cambio de su libertad. b) suma

dineraria que negociaron con la familia de la victima, pero estos con

asesoramiento profesional de personal del Comando antisecuestros de la Policía

Nacional Civil, lograron que, de dos millones de quetzales que pedían

inicialmente, bajaran hasta Cincuenta mil quetzales. c) Cuando los acusados

fueron identificados como los secuestradores y aprehendidos se produjo la muerte

de la victima. Los acusados sabían de la ilicitud de estos hechos y sin embargo los

realizaron, sus actos produjeron un cambio en el mundo exterior, de tal

importancia que ameritan su reconducción en el ámbito jurídico penal, sin que se

haya invocado ni concurra falta alguna de acción. V.2.2) LAS ACCIONES

REALIZADAS POR LOS ACUSADOS SON TIPICAS. El Tribunal parte del artículo

201 del Código Penal, que establece. “Plagio o Secuestro. A los autores

materiales o intelectuales del delito de plagio o secuestro, de una o más personas

con el propósito de lograr rescate, canje de personas o la toma de cualquier

decisión contraria a la voluntad del secuestrado o con cualquier otro propósito

similar o igual, ….”. Las acciones realizadas por los acusados se subsumen en el

contenido de la norma citada, porque en concertación con otras personas

desconocidas (dos hombres que se llevaron a la victima de su casa) coartaron la

libertad de locomoción de la señora Delfina Cecilia García Soch, la retuvieron


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contra su voluntad y exigían el pago de una cantidad dineraria para liberarla,

fingiendo ayudar a negociar a los hijos de la secuestrada, cuando en verdad eran

ellos los secuestradotes y exigían el dinero del rescate para ellos. Por tales

razones las acciones de los acusados son típicas que en las mismas concurren los

siguientes elementos: A) TIPO OBJETIVO, a) Sujetos activos: Alfonso Gerónimo

Leiva y Josefa Idolina Morales García; b) Sujeto pasivo: Delfina Cecilia García

Soch; c) Bien jurídico protegido lesionado: La libertad individual de la señora

Delfina Cecilia García Soch. Su libertad ambulatoria, o sea su derecho a

determinarse libremente en los distintos actos de su vida, restringiéndole el ámbito

superficial de movimiento; d) El elemento material: Constituido por la conducta de

los acusados, contenida en los hechos acreditados en este fallo y descripta en

este rubro, que se reduce a la privación de libertad de la paciente; a la posibilidad

de determinase por si misma en un determinado espacio físico y la exigencia del

pago de un rescate a cambio de la libertad misma; e) El resultado: Que se produce

en el momento mismo que la nombrada víctima es privada de su libertad individual

–ambulatoria-, al ser sustraída con engaños de su casa de habitación para ser

llevado a un lugar alejado (San Rafael Petzal Huehuetenango) donde le es

coartada su libertad de movimiento y desplazada en forma violenta, amenazante

de atentar contra su vida, hasta que finalmente cuando los acusados son

aprehendidos por la Policía Nacional Civil, los coautores no identificados le quitan

la vida; f) El nexo causal: que en este caso es el producido entre las acciones

efectuadas por los acusados Alfonso Gerónimo Leiva y Josefa Idolina Morales

García en congruencia con los elementos objetivos establecidos en el artículo 201

del Código Penal, y el resultado típico indicado. Relación de causalidad que

quedó demostrada con la prueba valorada positivamente que indica que la


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conducta engañosa de los acusados, atentatoria de la libertad ambulatoria y

patrimonio económico y finalmente de la vida de la víctima, creó y materializo un

riesgo, a los bienes jurídicos mas preciados de la persona humana. Este peligro

creado por los activos está dentro de la esfera de protección de la mencionada

norma jurídica penal. Siendo normal que se haya producido un resultado típico de

lesión a la libertad individual y la vida de la victima y su familia. Consecuencia

previsible de las acciones naturalmente idóneas desplegadas por los acusados

para producirla. B) TIPO SUBJETIVO: El tipo subjetivo puede ser doloso o

culposo. Dolo es conocer la conducta prohibida y querer realizarla. El tribunal

considera que los acusados estaban conscientes de que está prohibido plagiar a

una persona, y sin embargo voluntaria e intencionadamente le impidieron a la

victima el goce de su libertad ambulatoria y pidieron a cambio un rescate, lo que

posteriormente le costó la vida a la victima, acciones que son dolosas, existe un

dolo directo o de primer grado ya que previeron ese resultado típico, y siguieron

adelante con la ejecución de sus acciones, las que en resumen, son típicas, al

encuadrarse en la norma jurídico penal ya referida y porque no se invocó ni

concurre en las mismas ningún error de tipo. V.2.3) LAS ACCIONES TIPICAS

SON LESIVAS. Las acciones descriptas realizadas por los acusados son lesivas

a los bienes jurídicos protegidos por la norma jurídico penal 201 verificamos que

se oponen al contenido de ésta. La Constitución Política de la República de

Guatemala, reconoce ciertos valores superiores que se ha positivado como

principios, derechos fundamentales de las personas humanas, entre otros, la

libertad, la justicia, la seguridad, y la paz, conforme los artículos 2º, y 3º, de la

Carta Magna. Pero además, consagra la garantía de los mismos, como un deber

del Estado de Guatemala. El comportamiento de los acusados es contrario a


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derecho, y lesionó particularmente el bien jurídico protegido de la libertad

individual y la vida de la víctima la que pierde como consecuencia del secuestro

de su persona, con lo que se le afectó en el bien jurídico mas preciado y mejor

protegido por el ordenamiento jurídico nacional e internacional. V.2.4) LAS

ACCIONES, TIPICAS Y LESIVAS SON CULPABLES. En la persona de los

acusados Alfonso Gerónimo Leiva y Josefa Idolina Morales García se reúnen las

condiciones necesarias para la existencia de la culpabilidad que son: a)

imputabilidad, b) conocimiento de antijuridicidad y c) exigibilidad de otra conducta.

Imputabilidad, porque al momento de la realización del hecho que se juzga,

dichos acusados poseían la capacidad (de culpabilidad) suficiente para verse

motivados por la norma jurídico penal 201 que infringieron porque no padecían de

ninguna enfermedad mental que afectara sus voluntades, estaban en uso de sus

facultades mentales y volitivas y siendo mayores de edad los acusados, no

concurre causa alguna de inimputabilidad de las contenidas en el artículo 23 del

Código Penal. Los acusados sabían de la ilicitud de su hecho, comprendían que

no les estaba permitido privar de su libertad a una mujer y exigir el pago de un

recate para librarla; actuaron conforme a esa comprensión. Tenían conocimiento

de la prohibición de plagiar y sin embargo lo hicieron voluntariamente; sin que se

haya invocado ni concurra error de tipo alguno. Así mismo, a los nombrados

acusados les era exigible una conducta distinta a la que observaron. Les era

exigible un comportamiento obediente a derecho, lícito: “No privar de libertad”, “No

pedir rescate”, en virtud de estar motivados por la norma que vulneraron. No

concurre ninguna causa excluyente de culpabilidad, conforme el artículo 25 del

Código Penal.- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

V.2.5) CALIFICACION LEGAL DEL DELITO. Ya se perfilaba que el hecho


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investigado se reconduce en el tipo penal denominado Plagio o secuestro de

conformidad con el artículo 201 del código Penal. Al respecto de éste crimen,

Muñoz Conde refiere, “Es un delito complejo, que incluye, por un lado, un delito de

detenciones ilegales, y, por otro, unas amenazas condicionales,….que pierden su

autonomía típica para integrarse en un nuevo delito, distinto y autónomo de los

que lo integran. La razón de la elección de esta técnica legislativa no es otra que la

mayor gravedad de la pena con la que conmina el delito complejo de secuestro,

mucho mayor que la que resultaría de aplicar los dos delitos por separado

conforme a las reglas del concurso de delitos,…” (Francisco Muñoz Conde,

Derecho Penal, Parte Especial, 14ª, edición, 2002, p. 176. Entonces al haber

privado de su libertad a la señora Delfina Cecilia García Soch, quien fue

retenida en contra de su voluntad restringiéndole su libertad de movimiento y la

exigencia de un rescate, que no fue pagado porque fueron identificados y

aprehendidos los acusados y posteriormente la victima apareció muerta, lo que

configura el delito de Plagio o secuestro, siendo la misma calificación jurídica por

la que el Ministerio Público formuló acusación y el señor Juez de conocimiento

abrió a juicio penal, este caso, lo que es e congruente con el artículo 388 del

Código Procesal peal.- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

V.2.6) RESPONSABILIDAD PENAL DEL ACUSADO. El tribunal establece, sin

duda, que la conducta realizada por los acusados Alfonso Gerónimo Leiva y

Josefa Idolina Morales García, es penalmente relevante, típica, lesiva y culpable,

por lo que existe delito. Y al no concurrir excluyente alguna de responsabilidad

penal, y luego de haberse acreditado sus participaciones en la realización

personal de los actos materiales propios del delito, se concluye, con certeza, que

la responsabilidad penal de los referidos acusados es a título de autores


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(coautores) al haber tenido los intervinientes un dominio funcional e inmediato del

hecho acusado. El tribunal entiende que, por su propia naturaleza,

necesariamente el hecho fue organizado, planificado y ejecutado por varias

personas compartiendo una determinada división de funciones entre varios

activos. En este caso se conoce a dos autores que son los acusados, y se

incrimina a una tercera (Lubia Morales Sales), y a un cuarto autor que llamó por

primera vez a los hijos de la victima e indicó que esta estaba secuestrada y pidió

dos millones de quetzales por su liberación, que puede ser el señor Edwin

Eduardo Jerónimo Morales, esposo de la acusada Josefa Idolina Morales García,

porque el tribunal encuentra un gran parecido en la voz de esta persona con las

que hizo la llamada ya indicada. Entre estas personas y los acusados hubo una

adecuada distribución de la ejecución de los actos propios de delito. Conforme los

artículos 35 y 36.1º del Código Penal. Los dos individuos aun por individualizar se

llevaron a la victima de su casa; otro individuo posiblemente Edwin Eduardo

Jerónimo Morales llamó a la familia de la victima por primera vez, comunicó el

secuestro de la victima y pidió dos millones de quetzales por el rescate, y de ahí

para adelante solo se tiene la participación de los acusados Alfonso Gerónimo

Leiva y Josefa Idolina Morales García, quienes negociaban el rescate con los

familiares de la victima, fingiendo hacerlo por indicaciones de los secuestradores,

cuando en realidad estos eran los verdaderos secuestradores. Esta fue su

contribución, integrante del hecho punible. Por tales razones se impone el

reproche legal correspondiente a través de un fallo de condena en su contra. - - - -

-------------------------------------

V.2.7) PENA A IMPONER: Los artículos 13, 62, 65, 201 del Código Penal,

determinan, en lo conducente: “Delito consumado. El delito es consumado, cuando


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concurren todos los elementos de su tipificación”. “Al autor de delito consumado.

Salvo determinación especial, toda pena señalada en la ley para un delito, se

entenderá que debe imponerse al autor del delito consumado”. “Fijación de la

pena. El tribunal determinará, en la sentencia, la pena que corresponda, dentro

del máximo y el mínimo señalado por la ley, para cada delito….”.El delito de

“Plagio o secuestro. …. Se les aplicará la pena de muerte y cuando esta no pueda

ser impuesta, se aplicará prisión de veinticinco a cincuenta años. En este caso el

hecho acusatorio no refiere hecho o circunstancia alguna referida a la peligrosidad

de los culpables, ni se generó prueba en ese sentido. Respecto de su conducta

anterior, la fiscalía no acreditó que los acusados tengan antecedentes penales,

por lo que se presume que carecen de los mismos, de tal manera que no han sido

condenados anteriormente por delito doloso. Respecto al móvil del delito, este

consiste en una forma criminal de evitar pagar una deuda que el acusado Alfonso

Gerónimo Leiva le tenía a la victima y de paso obtener más dinero fácil. En

cuanto a la extensión e intensidad del daño causado a la victima este es extenso e

intenso, porque se le privó del bien mas preciado que es la vida, por lo que se

afectó también a los familiares de esta que aun se ven temerosos e inseguros,

tienen miedo hasta de declarar. Respecto a las circunstancias modificativas de la

responsabilidad penal de los acusados, el Ministerio Público refirió en sus

conclusiones la existencia de varias agravantes, pero para el tribunal solamente

se da la contenida en el numeral 9 del artículo 27 del Código Penal, denominada

artificio para realizar el delito, ya que los acusados astutamente se hicieron pasar

como amigos de la familia que negociaban con los secuestradores, cuando en

realidad querían engañar a los familiares de la victima, facilitando así la ejecución

del delito ocultando su identidad. En este sentido el tribunal considera que la


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acción culpable de los acusados es punible, y que al no concurrir ninguna excusa

absolutoria, ni condición objetiva de punibilidad, debe imponerseles una pena de

treinta y cinco años de prisión por lo ya considerado, lo que es proporcional a la

gravedad del hecho cometido que causó finalmente la muerte de la victima.

V.2.8) RESPONSABILIDAD CIVIL. No se ejerció la acción civil correspondiente,

porque en su oportunidad nadie se constituyó como autor civil, por el tiempo en

que sucedió el hecho delictivo, no se puede convocar a la audiencia de reparación

digna, porque la misma esta normada a partir de las reformas al Código Procesal

Penal que entraron en vigencia el treinta de Junio de dos mil once, y por contener

el artículo 124 del Código Procesal Penal un contenido sustantivo, al hacerlo se

estaría aplicando la ley retroactivamente en perjuicio de los acusados. - - - - - - - - -

V.2.10) COSTAS PROCESALES: Establece el artículo 507 del Código Procesal

Penal, que toda decisión que le ponga fin al proceso o a un incidente, se

pronunciará sobre el pago de costas procesales. Estas serán impuestas a la parte

vencida, salvo que el tribunal encuentre razón suficiente para eximirla total o

parcialmente. En este caso, la fiscalía no solicito la condena en costas por lo que

tampoco acreditó que los acusados gocen de una buena situación económica y

que estén en capacidad del pago de las costas procesales, por lo que es

procedente eximirlos del pago de las mismas, debiendo soportarlas el Estado de

Guatemala. - V.2.11) DESTINO DE LA PRUEBA MATERIAL. Ante la posibilidad

de otros juzgamientos, el tribunal considera que debe ordenar que la prueba

material consistente en: Un delantal típico. Un teléfono celular marca LG de color

gris con negro con IMEI numero 01045600-472771-7 con chip tigo numero 89502

02101 0229 con batería, y un estuche posiblemente color rosado o beige. Un

teléfono celular marca MOTOROLA de color gris y negro con IMEI


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352244019921426 con chip tigo numero 89502 02101 10786 4969 con batería. Un

teléfono celular marca SAMSUNG de color corinto y gris con IMEI

010295001015779 con chip tigo numero 89502 02011 10097 2496 con batería y

una correa posiblemente de color beige. Un teléfono celular marca MOTOROLA

de color corinto y negro sin número de IMEI visible con chip numero

8950202801368224493 con batería. Un teléfono celular marca NOKIA color negro

y gris con IMEI 01070300/432486/6 con chip tigo numero 89502 0280 1373827034

con batería. Un teléfono celular NOKIA color gris y negro posiblemente pegado sin

numero de IMEI visible. Un teléfono celular donde se lee ZTE color celeste con

blanco con número de IMEI 356344005844644 sin chip con su batería. Un

teléfono celular donde se lee ZTE de color gris con blanco con IMEI

356344005940582 sin chip con su batería. Un teléfono celular marca MOTOROLA

color gris con plateado donde se lee sug3177abj19 4335ea p2 sin chip con su

batería. Un teléfono celular marca MOTOROLA de color negro posiblemente

pegado sin número de IMEI visible. Un teléfono celular marca MOTOROLA color

azul y negro donde se lee Model 80097cnbla con batería sin chip, que fueron

incautados en la residencia de los acusados, sean devueltos al Ministerio

Públicos que los resguardará en su almacén de evidencias, cuando este fallo este

firme. Para ser utilizados en un posible futuro proceso penal en contra de los

coautores pendientes de juzgar. - - -

VI) PARTE RESOLUTIVA CON MENCION DE LAS DISPOSICIONES LEGALES

APLICABLES: Este Tribunal, con fundamento en lo considerado y en lo que para

el efecto preceptúan los artículos: 2, 4, 6, 14, 44, 203, 204, 205 de la Constitución

Política de la República de Guatemala; 1, 2, 3, 5, 6, 9, 10, 11, 16 de la Declaración

Universal de los Derechos Humanos; 14, 15 del Pacto Internacional de Derechos


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Civiles y Políticos; 1, 2, 7, 8, 9 de la Convención Americana Sobre Derechos

Humanos; 1, 10, 11, 13, 19, 20, 35, 36, 41, 42, 44, 51, 59, 62, 65, 68, 112, 119,

122, 201 del Código Penal; 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 11, 11 bis, 14, 15, 16, 19, 20, 21,

24, 37, 40, 46, 48, 70, 71, 72, 81, 82, 92, 96, 101, 107, 108, 116, 117, 124, 127,

129, 142, 151, 160, 161, 162, 169, 177, 178, 181, 182, 186, 201, 207, 212, 219,

222, 225, 244, 249, 259, 346, 347, 350, 354, 355, 356, 358, 359, 360, 362, 363,

364, 366, 368, 369, 370, 372, 375, 376, 377, 378, 379, 380, 381, 382, 383, 385,

386, 387, 388, 389, 390, 392, 393, 395, 396, 397, 507, 510 del Código Procesal

Penal; 16, 19, 141, 142, 143 de la Ley del Organismo Judicial; garante de la

observancia, la aplicación y el cumplimiento de los Tratados que en materia de

Derechos Humanos han sido suscritos, firmados y ratificados por el Gobierno de la

República de Guatemala, al resolver, por unanimidad, DECLARA: I) Que los

acusados Alfonso Gerónimo Leiva y Josefa Idolina Morales García, son

responsables como autores del delito de Plagio o Secuestro, cometido en el grado

de consumación en contra de la libertad individual de la señora Delfina Cecilia

García Soch; II) Por la comisión de dicho ilícito penal le impone a dichos

sentenciados: a) La pena principal de treinta y cinco años de prisión

inconmutables a cada uno de los referidos acusados. Pena que cumplirán en el

Centro de Cumplimiento de Condenas que para el efecto designe el Juzgado

Segundo Pluripersonal de Ejecución Penal, con sede en la ciudad de

Quetzaltenango, sujetos al régimen, disciplina y trabajo de su elección; y b) Como

pena accesoria, suspende a los sentenciados en el ejercicio de sus Derechos

Políticos durante el tiempo que dure la condena, dándose aviso a donde

corresponde; III) Ordena que los sentenciados continúen en la misma situación

jurídica de detención en que se encuentran en la cárcel pública de ésta ciudad de


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Totonicapán, en tanto el presente fallo cause firmeza; IV) Se exime a los

sentenciados al pago de las costas procesales causadas por la tramitación de este

proceso por las razones invocadas; V) Deja abierto procedimiento en contra de

Edwin Eduardo Jerónimo Morales, Lubia Morales Sales y otras personas aun no

identificadas, por su posible participación en la realización del hecho punible que

se juzga; VI) Ordena que la prueba material consistente en: un delantal típico y

once teléfonos celulares ya descritos, sean devueltos al Ministerio Público que los

resguarde en su almacén de evidencias y utilice para futuras investigaciones, ante

la posibilidad de otro enjuiciamiento futuro a otros participantes; VII) Al estar firme

la presente sentencia remítase el expediente al Juzgado Segundo Pluripersonal

de Ejecución Penal relacionado para los efectos legales consiguientes; VIII)

Entréguese copia del fallo en la Sala de Audiencias del Tribunal a la parte

legalmente constituida y que así la requiera.

Abogado MIGUEL ANGEL NORIEGA SANCHEZ

JUEZ PRESIDENTE

Abogado JORGE LUIS NUFIO VICENTE

JUEZ VOCAL

Abogada AIDA ABIGAIL PACHECO GRAMAJO

JUEZA VOCAL

Ever Danilo Mota Quiñonez

Secretario
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