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TUBERCULOSIS

I. INTRODUCCIÓN
Las enfermedades infecciosas permanecen hoy siendo la principal causa de
muerte en el mundo. Una revisión cuidadosa de estas deficiencias, muestran
un equilibrio muy frágil entre el hombre y los microorganismos infecciosos.
Todavía las dolencias de este tipo son endémicas y están mantenidas por uno
o varios reservorios de agentes que son potenciales para una rápida y amplia
diseminación. En esta la tuberculosis, enfermedad infectocontagiosa de curso
crónico, que afecta al ser humano y a los animales, especialmente a los
domésticos aptos para la producción de alimentos. A pesar de los esfuerzos
que se han realizado en el mundo contra esta afección, continúa siendo una de
las zoonosis de mayor relevancia a nivel mundial.
El descubrimiento del Mycobacterium tuberculosis por Robert Koch (1882) y el
posterior reconocimiento del Mycobacterium bovis por Theobaldo Smith (1889)
a fines del siglo XIX, facilitaron el reconocimiento de esta zoonosis y el inicio de
las innumerables investigaciones que desde entonces vienen concretando
hombres de todas las ramas de las ciencias que tienen afinidad con esta
problemática sustantiva. La importancia del Mycobacterium bovis como
responsable de cuadros pulmonares y / o extrapulmonares de la tuberculosis
humana, tuvo sus primeras confirmaciones en USA por Ravenel (1902) y en
Argentina por Lignieres (1904), mediante la confirmación del aislamiento del
agente "tipo bovino" a partir de niños muertos por tuberculosis. Estas
evidencias disiparon las dudas y discusiones existentes hasta ese momento,
sobre el papel e importancia del M. bovis en la patología humana y sin duda
alguna, fue el origen y ejecución de múltiples programas de erradicación de la
tuberculosis bovina y la pasteurización obligatoria de la leche. La tuberculosis
humana contraída de los animales, merece desde luego, prioridad sobre toda
consideración de orden económico, pero también es importante este último
aspecto en un país ganadero y exportador de animales, productos y
subproductos elaborados como lo es la Argentina. Debe considerarse la
reaparición de algunas enfermedades consideradas reemergentes como lo son
la tuberculosis, el cólera y el sarampión, que se creían definitivamente
eliminadas, poniendo al desnudo en su ámbito sanitario mundial, la falta de
políticas coyunturales y de medicina preventiva aplicables a la población.
Queda de esta manera expuesta, una enfermedad social por excelencia que se
asocia directamente a la pobreza, indigencia humana, marginación y grandes
conglomerados humanos.

II. ETIOLOGÍA
La tuberculosis es una enfermedad infecciosa causada por los bacterias a cada
especie como son los más clásicos: Mycobacterium tuberculosis (Hombre)
Mycobacterium bovis (Bovino) Mycobacterium avium (Aves) pertenecientes a
la:
 Familia: Mycobactereaceae.
 Género: Mycobacterium.
 Son microorganismos ácido alcohol resistente.
 Aeróbicos.
 No forman esporas y no son móviles.
 Ellos son derechos o ligeramente curvados, midiendo de 0.3 a 0.6um de
ancho y 1 a 4.um de largo.
 El crecimiento en medios de cultivos es lento y requiere de 2 a 8 semanas
para desarrollar colonias visibles.
 La tuberculosis bovina tienen como protagonista al Mycobacterium bovis
parásito intracelular obligado, principal agente causal de la enfermedad en
los mamíferos.

III. PATOGENIA
El reservorio principal de M. bovis es el bovino, que puede transmitir la
infección a muchas especies de mamíferos, incluyendo al hombre. El hombre
adquiere la infección en primer término, por vía digestiva (leche y productos
lácteos crudos) y en segundo término por vía aerógena.
La infección del hombre por M. avium es rara, predominantemente ocupacional,
y las vías de entrada pueden ser tanto la aerógena (polvo de gallineros) como
la digestiva (leche de vacas infectadas por M. avium o ingestión de carne de
ave insuficientemente cocida).
La tuberculosis entre los bovinos se transmite principalmente por vía aerógena:
antes del destete es importante también la vía enterógena. La tuberculosis de
los porcinos, caprinos y ovinos tiene como fuente principal de infección a los
bovinos y aves, y a veces al hombre. Los cerdos se infectan por vía digestiva y
se considera que rara vez pueden retransmitir la infección entre sus
congéneres o a otras especies animales, incluyendo al hombre. Las cabras
pueden ser fuente de infección para el bovino y para el hombre.
Los perros contraen la infección principalmente del hombre y menos
frecuentemente de1 bovino, y pueden a su vez retransmitirla al hombre y a los
bovinos. La transmisión es aerógena y enterógena respectivamente. Los gatos
tienen como fuente principal de infección a los bovinos y en menor grado al
hombre. La vía de penetración es principalmente la oral. Ocasionalmente,
pueden, a su vez, ser fuente de infección para el bovino y el hombre.
Entre los animales silvestres en cautividad, los monos son de especial interés
por su susceptibilidad al M. tuberculosis y al M. bovis. Contraen la infección
del hombre por vía aerógena y constituyen un riesgo para la salud humana.
Las aves domésticas, que son el principal reservorio de M. avium, contraen la
infección por vía digestiva y son fuente de infección para otras especies de
aves y para los mamíferos.

3.1 PRESENTACION EN EL HOMBRE

La prevalencia de la tuberculosis humana de origen animal ha disminuido


mucho en los países donde se impuso la pasteurización obligatoria de la leche
y donde se realizaron exitosas campañas de control y erradicación de la
infección bovina. Los países anglosajones (donde la incidencia de la infección
humana por M. bovis es actualmente rara y limitada al grupo de edad más
avanzada) fueron en un tiempo los más afectados, debido a la costumbre de
consumir leche cruda. En los países en los que la leche se consume hervida,
entre ellos los de América Latina, la incidencia de infección por M. bovis ha sido
siempre más baja. Aun así, tanto las formas pulmonares como
extrapulmonares de la tuberculosis humana de origen animal no dejan de ser
un problema en las áreas de alta prevalencia de la infección en bovinos. Esto
se debe a que no toda la leche se consume hervida, muchos productos son
preparados con leche sin pasteurizar y además hay casos de infección por vía
aerógena a través del estrecho contacto del operador con el animal problema
(por ejemplo: tambero, personal de mataderos).
La OMS estimó que de los casos de TB humana que se dan en América
Latina, sólo un 2% tienen como protagonistas al M. bovis. En el caso de
Argentina, la prevalencia es de 1.2% siendo Santa Fe la provincia que presenta
el mayor número de los casos relevados (6%) y en general se asocian a los
trabajos de riesgo como los arriba mencionados.

3.2 LA ENFERMEDAD EN LOS ANIMALES

Muchas especies de mamíferos y de aves son susceptibles a los agentes de la


tuberculosis. La tuberculosis bovina es la más importante, tanto desde el punto
de vista económico como de la salud pública. La tuberculosis de los cerdos
también ocasiona grandes pérdidas económicas.
3.2.1 Bovinos
El principal agente etiológico para los bovinos es Mycobacterium bovis.
Como en el hombre, el bacilo tuberculoso penetra en el organismo
principalmente por vía aerógena. La tuberculosis por vía entérica es importante
en terneros que se amamantan con leche que contiene bacilos tuberculosos.
La forma clínica y patológica más común es la tuberculosis pulmonar. El
agente causal, al penetrar en los pulmones y multiplicarse, forma el foco
primario que va acompañado de una lesión tuberculosa de los ganglios
bronquiales del mismo lado, creándose de esta manera el complejo primario.
Estas lesiones pueden quedar latentes o progresar, de acuerdo con la relación
del binomio agente infeccioso - huésped. Si se quiebra la resistencia del animal
frente al bacilo tuberculoso, la infección puede entonces difundirse a otros
órganos por vía linfatica, sanguínea o por los conductos naturales, dando lugar
a una generalización temprana. Si el aparato inmunocompetente es incapaz de
destruir los bacilos, estos formarán tubérculos en los lugares donde se
detienen. Los focos nuevos se producen sobre todo en los pulmones, riñones,
hígado, bazo y en sus ganglios correspondientes. La generalización también
puede darse tiempo más tarde de la colonización por parte del agente y
asociadas con disminución de las defensas por diversos factores (estrés,
enfermedad concomitante, etc.), dando lugar a lo que se conoce como
generalización tardía. La mayoría de las veces, la tuberculosis tiene un curso
crónico y limitado a un solo órgano: el pulmón. El proceso es lento y puede ser
clínicamente inaparente por largo tiempo: incluso cierto número de animales
pueden pasar toda su vida útil sin sintomatología evidente, pero constituyendo
una amenaza potencial para el resto del rebaño.
Otros animales desarrollan una bronconeumonía crónica, con tos y disminución
de la capacidad productora. En casos avanzados, donde gran parte de los
pulmones están afectados, comienza a evidenciarse un compromiso
respiratorio (por ej.: disnea pronunciada). Otra forma que se observa con cierta
frecuencia en rebaños infectados, en países donde no hay control de la
enfermedad, es la tuberculosis perlácea, o sea la peritonitis o pleuresía
tuberculosa. Se estima que aproximadamente el 5% de las vacas tuberculosas,
especialmente en casos avanzados, tienen lesiones del útero o metritis
tuberculosas y que el 1-2% tienen una mastitis tuberculosa. Esta forma clínica
tiene importancia no solo desde el punto de vista de la salud pública sino
también como fuente de infección para los terneros que se amamantan con la
leche en forma natural o artificial. En la tuberculosis adquirida por vía oral, uno
de los signos principales es la tumefacción de los ganglios retro faríngeos. En
los terneros la lesión primaria generalmente se asienta en los ganglios
mesentéricos, sin que la mucosa intestinal esté afectada. La enfermedad es
más frecuente a medida que avanza la edad del animal, debido al carácter
crónico de la misma y al hecho de que con el transcurso del tiempo los
animales tienen más oportunidad de ser expuestos a la infección. La
prevalencia de la infección es más alta en las vacas lecheras que en los
animales de carne, porque su vida económicamente útil es más prolongada,
por estar en más contacto unas con otras al reunírseles para el ordeñe, o por la
semiestabulación existente.
Los bovinos son resistentes a M. avium y pocas veces sufren una tuberculosis
evolutiva debido a este agente. Sin embargo, tienen mucha importancia en los
programas de control, porque se sensibilizan específicamente a la tuberculina
mamífera ocasionando problemas en el diagnóstico. La vía de infección del
bovino por M. avium es la digestiva.
Cuando se encuentran lesiones, generalmente están limitadas al intestino y a
los ganglios mesentéricos, aunque en algunos casos se les puede encontrar en
los pulmones y sus ganglios regionales y no en otras partes del organismo, lo
que indicaría que a veces la vía de penetración podría ser la aerógena. Las
lesiones tienden a la curación espontánea.
El bovino es sumamente resistente a M. tuberculosis, el cual generalmente no
le ocasiona lesiones anatomopatológicas. En varios países se ha podido aislar
M. tuberculosis de los ganglios de algunos reactores positivos a la tuberculina y
sin que no presentasen lesiones aparentes en el examen post mortem. En este
caso, también la importancia de la infección reside en la sensibilización del
animal a la tuberculina.
3.2.2 AVES
El principal agente etiológico para los bovinos es Mycobacterium avium.
Suele producirse por ingestión de órganos tuberculosos o eliminaciones de
aves enfermas. También se produce por heridas de la mucosa bucal y de
la piel y no es imposible la infección por las vías respiratorias. Por lo regular, el
agente infeccioso es introducido en los gallineros sanos por aves de corral
tuberculosas o por material contaminado con eliminaciones bacilíferas de
dichos animales.
En los huevos de gallinas tuberculosas hay bacilos de tuberculosis con relativa
frecuencia (según Fitch y Lubbehusen y Dikmans 1928, deben considerarse
como infectados hasta 1 % de los huevos de gallinas que reaccionan
simplemente a la tuberculina). A los 10 días de la infección, los bacilos pueden
asentar ya en el ovario, de modo que ya, desde este momento, las gallinas
suelen poner huevos infectados (Raebiger 1929). A pesar de esto, la infección
germinativa no tendría gran importancia, pues en los huevos infectados o no se
desarrollan embriones (Fitch y Lubbehusen 1924, F. Schmidt) o, si se
desarrollan, los polluelos mueren inmediatamente (Baumgarten). En la práctica,
la infección por huevos que contienen bacilos únicamente puede acontecer
cuando se alimentan las aves con huevos crudos.
Según Scheible (1950) y otros, en la mayor parte de los casos pueden
encontrarse bacilos también en la sangre y en la carne de las aves muertas o
sacrificadas a causa de su reacción positiva a la prueba de tuberculina, los
cuales pueden ser motivo para el contagio de gallinas.
En los corrales infectados, las posibilidades de contagio y el número de casos
dependen de las condiciones en que se tienen las aves, pues la falta de
limpieza y el hacinamiento del averío en locales reducidos y poco cuidados
favorecen la infección. La edad en que las aves padecen tuberculosis depende
también de las condiciones locales. En los grandes criaderos, en los que los
polluelos están aislados durante algún tiempo de las aves adultas, no suelen
presentarse casos de tuberculosis en aves de menos de 1 año; en cambio, en
gallineros pequeños en los que desde un principio los polluelos están en
contacto con aves tuberculosas adultas, la enfermedad se observa ya en aves
jóvenes. Incluso en las explotaciones pequeñas el número de casos de
enfermedad y muerte aumenta con la edad.
Las malas condiciones higiénicas, y, ante todo, la insuficiente alimentación,
influye en el curso de la enfermedad, ya que en los corrales en buenas
condiciones el enflaquecimiento de las aves a causa de la tuberculosis suele
observarse a una edad más avanzada que en los gallineros defectuosamente
alimentados.

IV. SÍNTOMAS Y LESIONES

La tuberculosis suele ser de curso crónico, y los síntomas pueden tardar meses
o años en aparecer. Generalmente, se manifiestan signos inespecíficos (caída
de la producción lechera y deterioro del estado general de salud).
Los signos clínicos que pueden manifestarse durante la enfermedad son muy
variados, al igual que la gran variedad de lesiones, pudiendo observarse:
• Debilidad progresiva.
• Pérdida de apetito.
• Pérdida de peso.
• Fiebre fluctuante.
• Tos seca intermitente y dolorosa.
• Aceleración de la respiración (taquipneas), dificultad de respirar (disnea).
• Sonidos anormales en la auscultación y percusión.
• Diarrea.
La tuberculosis suele ser de curso crónico, y los síntomas pueden tardar meses
o años en aparecer. Generalmente, se manifiestan signos inespecíficos (caída
de la producción lechera y deterioro del estado general de salud).

4.1 LESIONES

A la necropsia se observa:
 La lesión macroscópica característica de la TBC es el tubérculo.
 El color varía del blanco grisáceo, rosado amarillento.
 No posee vascularización propia. .
 Al cortarse el tubérculo se ve como una colección de pus caseoso o
calcificado.
 Se diferencia de los abscesos en que el tubérculo tiene una organización
interna formado por tejidos conectivos de cicatrización o granuloma.
 Los tubérculos ubicados en serosas son pequeños y múltiples, que se
conoce como TBC miliar o perlada.
 Con el paso del tiempo los tubérculos se van deshidratando el pus es
apariencia caseosa (de requesón); posteriormente se depositan
precipitados calcáreos en el interior (calcificación).
 El tubérculo es solamente la agrupación de muchos folículos de koester.

V. DIAGNÓSTICOS
Es de escasa importancia en la especie bovina. Hay que vigilar a los animales
con lesiones graves, negativos a la tuberculina, que permanecen en el establo
y presentan adelgazamiento y síntomas respiratorios. También hay que vigilar
a los animales que presentan un descenso de la producción de leche.
Los métodos directos son aquellas técnicas que se basan en la detección del
agente etiológico como cultivo, Histopatología, PCR (reacción en cadena de la
polimerasa).
Los métodos indirectos son aquellas técnicas basadas en la detección de la
respuesta inmune del animal ante la presencia del microorganismo, tanto como
PPD (prueba tuberculina), ELISA (enzime-linked immunosorbent assay) y INF
(Gamma Interferón). El diagnostico actual es logrado a través de métodos
indirectos principalmente PPD. Desde 1917, la prueba tuberculinica ha sido
usada como test screening para el diagnóstico de la tuberculosis bovina. Este
test detecta la respuesta inmune de aquellos individuos que han estado o
actualmente están en contacto con M. bovis, sin embargo no es 100%
específica ni sensible. Ha habido numerosos intentos para desarrollar nuevos
métodos diagnósticos pero hasta ahora ningún otro pudo reemplazar a PPD.

5.1 DIAGNOSTICO LABORATORIAL

I. MÉTODOS DIRECTOS:
Particularmente cultivo e Histopatología, son usados para confirmar la
presencia de TB en tejidos obtenidos de la examinación post-morten, o de la
secreción corporal como hisopados nasales, leche o calostro.
Cultivo: es extremadamente lento llevando de 2 a 3 meses la incubación
requiriendo de un muestreo de alta calidad que evite la contaminación y una
correcta conservación y remisión, que nos permita mantener la viabilidad
bacteriana en la muestra. Junto a la histología son las técnicas más usadas
para el diagnóstico confirmatorio de TB, pero el cultivo sigue siendo
considerado como la técnica de oro (gold standard), para el diagnóstico.
Histología: Está basado en la observación de la presencia de la formación del
granuloma característico de la TB. Esta técnica puede arrojar una rápida
presunción de TB bovina pero no podemos asegurar que se trate de
Mycobacterium bovis.
Baciloscopía:
La coloración especifica llamada Zhiel Neelsen, está basada en la retención de
la fucsina en la pared de la mycobacteria después de la exposición al alcohol
ácido. No provee la identificación al nivel de especies y requiere de un alto
número de bacterias en la muestra para revelar el resultado positivo.
PCR:
La técnica de PCR ha cambiado drásticamente la forma de detectar y
caracterizar ácidos nucleicos. Descripta por primera vez en 1985, PCR se
convertido una herramienta relevante en el campo de la biotecnología, y su
inventor, Kary B. Mullis, fue galardonado con el Premio Nobel de Medicina
1993. Esta técnica permite amplificar una región especifica del ADN a través de
la reproducción del fenómeno de replicación que ocurre in vivo. La reacción
está basada en la habilidad de la enzima polimerasa para copiar una hebra de
ADN a través de la elongación de la hebra complementaria que se obtiene en
cada ciclo, repitiéndose en general entre 30 a 50 veces. Como los productos de
un ciclo de amplificación pueden actuar como templado para el próximo ciclo,
se logra una duplicación de la cantidad de ADN en cada uno de ellos. Es decir
que por medio de la PCR, podemos amplificar un segmento de ADN situado
entre dos regiones de secuencia conocida, obteniéndose un incremento
exponencial en cada ciclo. En suma, numerosos científicos desarrollaron
técnicas de PCR basados en la amplificación de DNA y aplicándolas a la
detección de microorganismos patógenos, identificación de aislamiento y
tipificación de cepas.

 MÉTODOS INDIRECTOS
Prueba tuberculina: El método estándar para el diagnóstico de la TB en el
ganado es principalmente un test a campo que incluye la demostración de una
respuesta inmune a la infección por M. bovis. La respuesta inmune mediada
por células, son las principales reacciones inmunológicas observadas en la
mayoría de las especies, incluyendo al ganado. Siendo la reacción intradérmica
PPD (proteína pura derivada) elaborada a partir de una cepa bovina de M.
bovis; la más utilizada a nivel mundial para el control y erradicación de la
enfermedad reservándose la prueba comparativa (con aplicación simultánea de
tuberculina mamífera y aviar) para los rebaños problema cuando hay sospecha
de sensibilización paraespecífica. La técnica se realiza por vía intradérmica,
inoculando 0.1 ml de tuberculina en el pliegue caudal más frecuentemente
(cuya concentración es de 1mg/ml) o en la tabla del cuello. Debe tenerse en
cuenta que la técnica aplicada en la región de la tabla del cuello, goza de
mayor sensibilidad que la del pliegue ano-caudal.
La efectividad de la prueba depende no solo de la tuberculina y de su correcta
aplicación sino de la capacidad de respuesta del animal infectado. En algunos
rebaños se encuentran sujetos enérgicos, que generalmente son animales
viejos con una tuberculosis muy avanzada, los cuales pueden arrojar un
resultado negativo a PPD. Prueba tuberculínica en otras especies:

Ovejas: Esta especie puede padecer tuberculosis tanto de origen bovino como
aviar. Se puede utilizar la prueba intrapalpebral en la parte superior como en la
inferior de los párpados en ambos casos se recomienda aplicar la tuberculina
mamífera en un ojo y la tuberculina aviar en el ojo opuesto. Asimismo se puede
aplicar en el pliegue ano caudal como en la base de la orejas.

Cabras: En este tipo de rumiantes por sus propias características físicas, un


lugar adecuado y práctico para la prueba tuberculínica intradérmica
comparativa es la tabla del cuello, una vez del lado izquierdo y la otra del
derecho. También como lugar de inoculación se puede utilizar las bases de las
orejas.

Cerdos: Se utiliza la prueba comparativa mamífera y aviar en el pliegue de la


piel en la base de las orejas, inoculando una PPD en una oreja y la otra en la
oreja opuesta. La lectura se hace a las 48 hs post inoculación, produciendo en
esta especie fuertes reacciones de tipo inmunológicas que pueden llegar
clínicamente a observarse necróticas. De acuerdo a lo indicado por la
bibliografía 0,4 mg/ml (2000 UT/ 0,1m) para ambas tuberculinas es suficiente.
En los porcinos deben emplearse ambas tuberculinas en dosis iguales.
Equinos: En esta especie, esta prueba no responde como en bovinos, siendo
más propensos a reacciones no específicas a la tuberculosis originando
resultados dudosos. Así mismo el caballo puede infectarse con M. avium, razón
por la cual se debe utilizar en esta especie la prueba comparativa intradérmica
en tabla del cuello. Perros y gatos: La inoculación subcutánea de 0,75 ml de
tuberculina mamífera en concentración de 1,0 mg es lo indicado para estos
casos.
En estas pequeñas especies el uso dela prueba tuberculínica es poco
satisfactorio.
Aves: La inoculación de la tuberculina se realiza en los pollos en el pliegue de
la barbilla. La dosis indicada es de 0,1 ml de una concentración 0,5 mg/ml de
PPD aviar. La lectura se realiza después de las 48 hs, observándose en los
animales positivos un engrosamiento edematoso. Puede haber casos de pollos
enérgicos como en otras especies (caso bovino) cuando la tuberculosis está
muy avanzada.

DIAGNOSTICO SEROLOGICO

INF - Gamma Interferón


Aunque ha habido una larga y persistente búsqueda a través de ensayos
serológicos para detectar anticuerpos circulantes para M. bovis, ninguno ha
mostrado una adecuada sensibilidad y especificidad, lo cual es importante para
definir su incorporación al uso diagnostico rutinario. Este fracaso por obtener
altos niveles de sensibilidad, puede atribuirse a la naturaleza de la respuesta
inmune generada en el animal infectado por M. bovis. Ha sido demostrado que
la mayoría de los bovinos infectados, los cuales presentan una efectiva
respuesta inmune mediada por células; tienen una baja respuesta mediada por
anticuerpos y contiene la infección en focos localizados por largos períodos.
Los altos niveles de anticuerpos circulantes se asocian en general a un fracaso
en la respuesta inmune para contener los focos originales el crecimiento
micobacteriano, con la consecuente diseminación de la enfermedad y por una
baja respuesta inmune mediada por células (animal enérgico).
El interés en desarrollar un ensayo serológico como ELISA, se basó en la
posible utilidad para detectar estos animales en una etapa avanzada de la
enfermedad, los cuales presentan una fracaso en la respuesta a PPD.
La baja sensibilidad que se le adjudica a este test serológico posiblemente se
deba a un complejo de antígenos, como lo es el caso del "derivado proteico
purificado-PPD" , los cuales pueden usarse en este ensayo. Estos antígenos
contienen componentes que comparten extensivos antígenos que reaccionan
de manera cruzada con otras especies micobacteriana. Podría esperar un
mejor resultado en la sensibilidad y especificidad a través del uso de mejores
antígenos definidos.
En el año 1985 fue desarrollado este ensayo el cual se basa en la premisa que
solamente el vacuno infectado con M.bovis tendrá linfocitos - T circulantes que
reaccionarán ante la PPD bovina, secretando interferón. Esta secreción se
realiza en cantidades capaces de ser leídas y mensuradas a través de un
enzimoinmuno ensayo. Este test involucra la incubación de alícuotas de
sangre heparinizada con PPD bovina, PPD aviar (antígeno reactivo cruzado) y
buffer fosfato salino como control negativo (PBS, ph 7.3), durante 24 hs a 37ºC
y 5% de CO2, cosechandose luego el plasma. Interferón gamma fue
incorporada al programa de control y erradicación de algunos países (por
ejemplo: Nueva Zelanda), con resultados exitosos.

VI. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

La tuberculosis se puede confundir con las siguientes enfermedades:


 Abscesos pulmonares por neumonía por aspiración.
 Perineumonía contagiosa bovina (enfermedad con afectación pulmonar).
 Enfermedades de las vías respiratorias superiores.
 Actinobacilosis (enfermedad producida por una bacteria).
 Leucosis bovina (enfermedad que desarrolla tumores).
 Mastitis (inflamación de mama).

VII. TRATAMIENTO

Rara vez se trata a los animales infectados, porque además del peligro de
contagio, resulta muy caro y prolongado, y porque el gran objetivo último es
erradicar la enfermedad.
• Los animales infectados se sacrifican.
• La pasteurización de la leche de animales infectados a una temperatura
suficiente para matar a las bacterias impide que la enfermedad se propague
al hombre.
• En el hombre, la enfermedad se trata con antimicrobianos.
VIII. CONTROL

En el hombre, la prevención de la infección por M. bovis radica en la


pasteurización de la leche, la vacunación con BCG y, principalmente el control
y la erradicación de la tuberculosis bovina. El único enfoque racional para
reducir y eliminar las pérdidas que la infección ocasiona en el ganado y para
prevenir los casos humanos por M. bovis es estableciendo un programa de
control y erradicación de la tuberculosis bovina. Las campañas de erradicación
se basan principalmente en la realización de pruebas tuberculínicas repetidas
hasta la eliminación completa de los animales infectados de un rebaño.
La aplicación de la prueba tuberculínica y el sacrificio de los reactores han
dado excelentes resultados en todos los países que han emprendido la
erradicación. Las campañas deben iniciarse en regiones de baja prevalencia,
donde será más fácil el reemplazo de los animales reactores, incorporando
luego al programa las áreas de prevalencia más alta. Para la buena marcha de
un programa, es indispensable la colaboración de los servicios de inspección, a
fin de poder certificar correctamente los rebaños libres, evaluar las actividades
y mantener una vigilancia epidemiológica apropiada. Asimismo es importante la
cooperación de los servicios de salud para evitar que personas con
tuberculosis trabajen con los animales y los infecten o sensibilicen.
El control de la tuberculosis aviar debe centrarse sobre todo en las
granjas domésticas. Dada la larga persistencia de M. avium en el medio
ambiente contaminado con materias fecales de aves tuberculosas, es
necesario tomar medidas drásticas, eliminando todas las aves infectadas y
repoblando la granja con aves sanas en un terreno virgen.
El control de la tuberculosis por M. bovis y M. avium en sus respectivos
reservorios principales (el bovino y las aves domésticas), es la mejor manera
de prevenir la transmisión a otras especies animales, incluyendo al hombre.

IX. VACUNACIÓN

Calmette y Guerin en 1906 desarrollaron la BCG a través del atenuado de una


cepa proveniente de una mastitis tuberculosa bovina. Hasta el momento esta
vacuna ha sido la de mejores resultados protectivos, pero se encuentra con un
serio problema como lo es el hecho de inducir una reacción a PPD.
Nuevos desarrollos se están realizando en base a Sub-unidades proteicas o
vacunas ADN contando como gran ventaja el no inducir respuesta a la
tuberculina, aunque hay una carencia inmunogénica al ser administradas solas,
requiriendo del uso de mejores adyuvantes. El incremento en el conocimiento
acerca de la genética y el entendimiento de la respuesta inmune del bovino
durante la última década, sugieren que el desarrollo de una vacuna efectiva
contra la TB bovina es un "posible y no muy lejano logro".

X. BIBLIOGRAFIA

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