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I. INTRODUCCIÓN
Las enfermedades infecciosas permanecen hoy siendo la principal causa de
muerte en el mundo. Una revisión cuidadosa de estas deficiencias, muestran
un equilibrio muy frágil entre el hombre y los microorganismos infecciosos.
Todavía las dolencias de este tipo son endémicas y están mantenidas por uno
o varios reservorios de agentes que son potenciales para una rápida y amplia
diseminación. En esta la tuberculosis, enfermedad infectocontagiosa de curso
crónico, que afecta al ser humano y a los animales, especialmente a los
domésticos aptos para la producción de alimentos. A pesar de los esfuerzos
que se han realizado en el mundo contra esta afección, continúa siendo una de
las zoonosis de mayor relevancia a nivel mundial.
El descubrimiento del Mycobacterium tuberculosis por Robert Koch (1882) y el
posterior reconocimiento del Mycobacterium bovis por Theobaldo Smith (1889)
a fines del siglo XIX, facilitaron el reconocimiento de esta zoonosis y el inicio de
las innumerables investigaciones que desde entonces vienen concretando
hombres de todas las ramas de las ciencias que tienen afinidad con esta
problemática sustantiva. La importancia del Mycobacterium bovis como
responsable de cuadros pulmonares y / o extrapulmonares de la tuberculosis
humana, tuvo sus primeras confirmaciones en USA por Ravenel (1902) y en
Argentina por Lignieres (1904), mediante la confirmación del aislamiento del
agente "tipo bovino" a partir de niños muertos por tuberculosis. Estas
evidencias disiparon las dudas y discusiones existentes hasta ese momento,
sobre el papel e importancia del M. bovis en la patología humana y sin duda
alguna, fue el origen y ejecución de múltiples programas de erradicación de la
tuberculosis bovina y la pasteurización obligatoria de la leche. La tuberculosis
humana contraída de los animales, merece desde luego, prioridad sobre toda
consideración de orden económico, pero también es importante este último
aspecto en un país ganadero y exportador de animales, productos y
subproductos elaborados como lo es la Argentina. Debe considerarse la
reaparición de algunas enfermedades consideradas reemergentes como lo son
la tuberculosis, el cólera y el sarampión, que se creían definitivamente
eliminadas, poniendo al desnudo en su ámbito sanitario mundial, la falta de
políticas coyunturales y de medicina preventiva aplicables a la población.
Queda de esta manera expuesta, una enfermedad social por excelencia que se
asocia directamente a la pobreza, indigencia humana, marginación y grandes
conglomerados humanos.
II. ETIOLOGÍA
La tuberculosis es una enfermedad infecciosa causada por los bacterias a cada
especie como son los más clásicos: Mycobacterium tuberculosis (Hombre)
Mycobacterium bovis (Bovino) Mycobacterium avium (Aves) pertenecientes a
la:
Familia: Mycobactereaceae.
Género: Mycobacterium.
Son microorganismos ácido alcohol resistente.
Aeróbicos.
No forman esporas y no son móviles.
Ellos son derechos o ligeramente curvados, midiendo de 0.3 a 0.6um de
ancho y 1 a 4.um de largo.
El crecimiento en medios de cultivos es lento y requiere de 2 a 8 semanas
para desarrollar colonias visibles.
La tuberculosis bovina tienen como protagonista al Mycobacterium bovis
parásito intracelular obligado, principal agente causal de la enfermedad en
los mamíferos.
III. PATOGENIA
El reservorio principal de M. bovis es el bovino, que puede transmitir la
infección a muchas especies de mamíferos, incluyendo al hombre. El hombre
adquiere la infección en primer término, por vía digestiva (leche y productos
lácteos crudos) y en segundo término por vía aerógena.
La infección del hombre por M. avium es rara, predominantemente ocupacional,
y las vías de entrada pueden ser tanto la aerógena (polvo de gallineros) como
la digestiva (leche de vacas infectadas por M. avium o ingestión de carne de
ave insuficientemente cocida).
La tuberculosis entre los bovinos se transmite principalmente por vía aerógena:
antes del destete es importante también la vía enterógena. La tuberculosis de
los porcinos, caprinos y ovinos tiene como fuente principal de infección a los
bovinos y aves, y a veces al hombre. Los cerdos se infectan por vía digestiva y
se considera que rara vez pueden retransmitir la infección entre sus
congéneres o a otras especies animales, incluyendo al hombre. Las cabras
pueden ser fuente de infección para el bovino y para el hombre.
Los perros contraen la infección principalmente del hombre y menos
frecuentemente de1 bovino, y pueden a su vez retransmitirla al hombre y a los
bovinos. La transmisión es aerógena y enterógena respectivamente. Los gatos
tienen como fuente principal de infección a los bovinos y en menor grado al
hombre. La vía de penetración es principalmente la oral. Ocasionalmente,
pueden, a su vez, ser fuente de infección para el bovino y el hombre.
Entre los animales silvestres en cautividad, los monos son de especial interés
por su susceptibilidad al M. tuberculosis y al M. bovis. Contraen la infección
del hombre por vía aerógena y constituyen un riesgo para la salud humana.
Las aves domésticas, que son el principal reservorio de M. avium, contraen la
infección por vía digestiva y son fuente de infección para otras especies de
aves y para los mamíferos.
La tuberculosis suele ser de curso crónico, y los síntomas pueden tardar meses
o años en aparecer. Generalmente, se manifiestan signos inespecíficos (caída
de la producción lechera y deterioro del estado general de salud).
Los signos clínicos que pueden manifestarse durante la enfermedad son muy
variados, al igual que la gran variedad de lesiones, pudiendo observarse:
• Debilidad progresiva.
• Pérdida de apetito.
• Pérdida de peso.
• Fiebre fluctuante.
• Tos seca intermitente y dolorosa.
• Aceleración de la respiración (taquipneas), dificultad de respirar (disnea).
• Sonidos anormales en la auscultación y percusión.
• Diarrea.
La tuberculosis suele ser de curso crónico, y los síntomas pueden tardar meses
o años en aparecer. Generalmente, se manifiestan signos inespecíficos (caída
de la producción lechera y deterioro del estado general de salud).
4.1 LESIONES
A la necropsia se observa:
La lesión macroscópica característica de la TBC es el tubérculo.
El color varía del blanco grisáceo, rosado amarillento.
No posee vascularización propia. .
Al cortarse el tubérculo se ve como una colección de pus caseoso o
calcificado.
Se diferencia de los abscesos en que el tubérculo tiene una organización
interna formado por tejidos conectivos de cicatrización o granuloma.
Los tubérculos ubicados en serosas son pequeños y múltiples, que se
conoce como TBC miliar o perlada.
Con el paso del tiempo los tubérculos se van deshidratando el pus es
apariencia caseosa (de requesón); posteriormente se depositan
precipitados calcáreos en el interior (calcificación).
El tubérculo es solamente la agrupación de muchos folículos de koester.
V. DIAGNÓSTICOS
Es de escasa importancia en la especie bovina. Hay que vigilar a los animales
con lesiones graves, negativos a la tuberculina, que permanecen en el establo
y presentan adelgazamiento y síntomas respiratorios. También hay que vigilar
a los animales que presentan un descenso de la producción de leche.
Los métodos directos son aquellas técnicas que se basan en la detección del
agente etiológico como cultivo, Histopatología, PCR (reacción en cadena de la
polimerasa).
Los métodos indirectos son aquellas técnicas basadas en la detección de la
respuesta inmune del animal ante la presencia del microorganismo, tanto como
PPD (prueba tuberculina), ELISA (enzime-linked immunosorbent assay) y INF
(Gamma Interferón). El diagnostico actual es logrado a través de métodos
indirectos principalmente PPD. Desde 1917, la prueba tuberculinica ha sido
usada como test screening para el diagnóstico de la tuberculosis bovina. Este
test detecta la respuesta inmune de aquellos individuos que han estado o
actualmente están en contacto con M. bovis, sin embargo no es 100%
específica ni sensible. Ha habido numerosos intentos para desarrollar nuevos
métodos diagnósticos pero hasta ahora ningún otro pudo reemplazar a PPD.
I. MÉTODOS DIRECTOS:
Particularmente cultivo e Histopatología, son usados para confirmar la
presencia de TB en tejidos obtenidos de la examinación post-morten, o de la
secreción corporal como hisopados nasales, leche o calostro.
Cultivo: es extremadamente lento llevando de 2 a 3 meses la incubación
requiriendo de un muestreo de alta calidad que evite la contaminación y una
correcta conservación y remisión, que nos permita mantener la viabilidad
bacteriana en la muestra. Junto a la histología son las técnicas más usadas
para el diagnóstico confirmatorio de TB, pero el cultivo sigue siendo
considerado como la técnica de oro (gold standard), para el diagnóstico.
Histología: Está basado en la observación de la presencia de la formación del
granuloma característico de la TB. Esta técnica puede arrojar una rápida
presunción de TB bovina pero no podemos asegurar que se trate de
Mycobacterium bovis.
Baciloscopía:
La coloración especifica llamada Zhiel Neelsen, está basada en la retención de
la fucsina en la pared de la mycobacteria después de la exposición al alcohol
ácido. No provee la identificación al nivel de especies y requiere de un alto
número de bacterias en la muestra para revelar el resultado positivo.
PCR:
La técnica de PCR ha cambiado drásticamente la forma de detectar y
caracterizar ácidos nucleicos. Descripta por primera vez en 1985, PCR se
convertido una herramienta relevante en el campo de la biotecnología, y su
inventor, Kary B. Mullis, fue galardonado con el Premio Nobel de Medicina
1993. Esta técnica permite amplificar una región especifica del ADN a través de
la reproducción del fenómeno de replicación que ocurre in vivo. La reacción
está basada en la habilidad de la enzima polimerasa para copiar una hebra de
ADN a través de la elongación de la hebra complementaria que se obtiene en
cada ciclo, repitiéndose en general entre 30 a 50 veces. Como los productos de
un ciclo de amplificación pueden actuar como templado para el próximo ciclo,
se logra una duplicación de la cantidad de ADN en cada uno de ellos. Es decir
que por medio de la PCR, podemos amplificar un segmento de ADN situado
entre dos regiones de secuencia conocida, obteniéndose un incremento
exponencial en cada ciclo. En suma, numerosos científicos desarrollaron
técnicas de PCR basados en la amplificación de DNA y aplicándolas a la
detección de microorganismos patógenos, identificación de aislamiento y
tipificación de cepas.
MÉTODOS INDIRECTOS
Prueba tuberculina: El método estándar para el diagnóstico de la TB en el
ganado es principalmente un test a campo que incluye la demostración de una
respuesta inmune a la infección por M. bovis. La respuesta inmune mediada
por células, son las principales reacciones inmunológicas observadas en la
mayoría de las especies, incluyendo al ganado. Siendo la reacción intradérmica
PPD (proteína pura derivada) elaborada a partir de una cepa bovina de M.
bovis; la más utilizada a nivel mundial para el control y erradicación de la
enfermedad reservándose la prueba comparativa (con aplicación simultánea de
tuberculina mamífera y aviar) para los rebaños problema cuando hay sospecha
de sensibilización paraespecífica. La técnica se realiza por vía intradérmica,
inoculando 0.1 ml de tuberculina en el pliegue caudal más frecuentemente
(cuya concentración es de 1mg/ml) o en la tabla del cuello. Debe tenerse en
cuenta que la técnica aplicada en la región de la tabla del cuello, goza de
mayor sensibilidad que la del pliegue ano-caudal.
La efectividad de la prueba depende no solo de la tuberculina y de su correcta
aplicación sino de la capacidad de respuesta del animal infectado. En algunos
rebaños se encuentran sujetos enérgicos, que generalmente son animales
viejos con una tuberculosis muy avanzada, los cuales pueden arrojar un
resultado negativo a PPD. Prueba tuberculínica en otras especies:
Ovejas: Esta especie puede padecer tuberculosis tanto de origen bovino como
aviar. Se puede utilizar la prueba intrapalpebral en la parte superior como en la
inferior de los párpados en ambos casos se recomienda aplicar la tuberculina
mamífera en un ojo y la tuberculina aviar en el ojo opuesto. Asimismo se puede
aplicar en el pliegue ano caudal como en la base de la orejas.
DIAGNOSTICO SEROLOGICO
VII. TRATAMIENTO
Rara vez se trata a los animales infectados, porque además del peligro de
contagio, resulta muy caro y prolongado, y porque el gran objetivo último es
erradicar la enfermedad.
• Los animales infectados se sacrifican.
• La pasteurización de la leche de animales infectados a una temperatura
suficiente para matar a las bacterias impide que la enfermedad se propague
al hombre.
• En el hombre, la enfermedad se trata con antimicrobianos.
VIII. CONTROL
IX. VACUNACIÓN
X. BIBLIOGRAFIA