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Revista Musical Hispano-Americana. 31-3-1917, No. 3
Revista Musical Hispano-Americana. 31-3-1917, No. 3
HISP ANO-AMERICANA
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y extranjera K Biblioteca técnica y crítica :: Edición mutua.
PUNTOS DE SüSGRIPGIOlí:
Espafia. * San SíWírfn.^-Oasa Erviti, San Martin, 28.
' £lan)ilelaatidn.—üxm, Díaz y Compafila, Avenida de la Li-
hartad, 24.
AShaetíe.—'D. Elíseo tfúic Kosell, Mayor, 4T, libréela, San Üebaefiítn.-^J), Joan Montes, Hernanl, i@.
^¿teaníe.—D. francisco Ayela, i:'la2a Abad ife&alva, 1. l!lei>iUa.-^Í)^líáÍ» PAazsa, Plaza de 8an Fernando, 5.
Aíi(Mnte.—U. Matías Kogel, Ji'iaza Isabel ÍI, 14,
Alieante.—jJ. maanel Vular, Hagasta, B4. f eviUa,—a. Prancisco Damas, Sierpes, t)5.
oledo.—D,. üafael Oómez Menor, librería.
Almería.—D. iiois Üánohez jfunison, i'rinoipe, 33. y^aleneia.—D. ílanuel Vülar, Paz, 15.
Avila.—1). Manael Oreos, tiaa Muían, 4, y^aliadolid.—O'odóh Musical Espafiola, Santiago, 58.
JS<treelona.—üniun Moaioal iOsiia&ola, f aerta del Ángel, ^*So.—D. E. Villanueva é Hijo, Puerta del Sol, IB.
lyiS. Kwo.—8r. Sánchez Puga, almacén de pianos.
£«¿{100.—Unión. Mosioal Española, Oruz, 6. y*Ha Orotaua.—D. Prancisco Miranda Perdigón, Carrera,
Oédiz.—D. Manuel (¿oireli, Kosario, i7. 5, übr^ria.
C'<<<¿ta!.—í>. JuanP. i;'aro(li, Arand». •* Ríoria.—Di Eduardo Pérez, Plaza Nueva, 5.
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OoruAa.—D. Canato Berea, Real, 38.
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JWroí.—D. láatarntno Montalbo, üeal, XX7.
Extranjero.
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&r0nada,—D. J osé Montero, 'Keyes LiatollooB, ití. Nitre. '
HwtCva.—D. Manuel del (Jastltio, u-eneraí Azoarraifa, 1. Qartageua fOoloT^hiaJ.—T). José V. Mogollón, librería.
Mu^va.—D. J osé Muñoz, Qasta, X8, papelefia. eUbraUar.—íii^. Jnkn de la Paz y Oompafiia, ltí5, Main
Su»$ea.—S). Iiorenzo iglesias, uoro uajo, is> y i.7, Ubrórl»« S«reet.
/oí».—D, liorenzo tíaarez, Josefa Sévilíano, a. GfibraUar.Siea. Pimienta y Oompaflia, M&sioa y pianos.
V«r«s de la Jñ'otttera.—D. Anselmo Apolo, Duque dé-Almo* &uayaqúil (MeuadorJ.-^rea. Janer é Hijo,. Pichincha, 418.
' ddvar, ú. ' Mabana.—l}. J. tjfiralt e Hijo, O'Keüly, 61.
Zíídw,—i). Ataaasio 0?irrillo; yÜírUliis, 1. Jíabana,—I>. Anselmo López, Obrapia, 21.
L«án.--ji>, Eladio tíantos. Mosioa y iíianos. Mabana.>^D. José Maestre, Bernaza, Ití.
Jj%nare».—l>, iTeraando Arboledas, Cánovas del Castillo, 85 Lma (PerúJ.—B. Guillwmo Brandes, Espaderos, 529.
JUétaga.Sc. ii'iaza y Enema, iíaeva, 4t>. Ifisboa.—D. Valentín de Carvalho, Búa de Assonoaó,
MáltHia.-~Sa:. iiúpez y tj^ífío, Marques de liaribs, 5. 87 y 89.
Jíe¿»¿ía.—X). M-iferaftadez Benltez, O'üoaaeü, a. ¿M^oa.^D, Adolfo EBgwtrón, Búa de San Juliao, 51.
Murcia.—D. Adolfo tiasoón, San Cristóbal, 4. íd»boa,—Bi. Lambertlni, Piafa do Bestauradores, 49.
Oviedo.—ü. VlOtor S&eaz, Argttelleí, 1. . //ts6oa.—Sres. Sassettl y Compafila, Búa de Carmo, 58, li-
Ooiedo.—SiA. n u d a é H i j j s a e í ' . Tuero, Cimadevilla, 19. brería.
Paí#»c»o.—Sres. Alonso Hijos, Mayor Principal, 71. Aíoniia.—D. José OÜyér, Oarriedp, W".
FaLeneia.—li. Saturnino Uonsález, Mayor Principal, 16. Manila.—ütA. Viuda de Eohegoyan V Compafila, O w i e -
Fesnpiona.—étm. Arriílay Uompaúia, Oonscituoion, U y 11 do, 8U8-aü9.
Pamplona.—D. Estanisiao liona, Constitución, 3i). M4iéibo.—SiTea. Oto y Arzqz, 1.* del 5 Mayo, 61.
PoUevedra.-D. tíenito Xjúpaz Paratoba, Oliva, 17, librería iíártco.—Wagner y Levién, Apartado, ^ .
Ronda.—a, Kafaeí Jirnaaez OaWUlo, ALiisloa y ptanos. Monemidto.—l). Jtúló Mooscitiés, Ituzaingo. 157 y 159.
lÍalanunu:a,—0, Jaaa Da Bernardi, iúaiatira, Ud. Porto.—D. Julio da Fonseca, Búa de Assumpcao, 36.
¡tanta Urna da la Palma.—U. Andrés JA. Meudez, librería. PortOi—D. B. Moreira de Si., Búa dé Janeiro, 107.
lianta Urtu de Tenerife.—i). A. Delgado Y umar, etan Pran- Puerto Biao.—U. José Laza y OompafiíS; Cruz, 16, B. O.
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dan Prancisco, 7. Valparaiio.—&. Weinreioh Kirsinger, Almacén de mu-
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¡El Arte! .Aprisionar a la vida como el águila a los astros, el canto de los pájaros, el fragor de las
su presa, remontarse en el aire y elevarse con ella tempestades... todo lo que es, es música: no hay
en el espacio sereno... Para ello es necesario tener más que saber escucharla.
garras, amplias alas y un corazón potente.
Dígase lo que se quiera, la música no es una
Elartenoes un fruto vil que esté a! alcance de to- lengua universal: es necesario el arco de las pala-
dos los viles que pasen por el camino. Es un goce: bras para hacer penetrar la flecha sonora en el co-
es el más embriagador de todos los goces. Pero es un razón de todos.
goce que no se obtiene más que comopremio de
"-'na luctia encarnizada; es el laurel que corona la En los siglos de la arquitectura, la música es
victoria de la fuerza. Fl arte es la vida domeñada. una arquitectura de los sonidos; es dibujo, linea,
melodía en los pueblos pintores y escultores; es
Donde está la muerte no está el arte. El arte es poesía íntima, efusiones líricas, meditación filosó-
'o que hace vivir. fica en los pueblos poetas y filósofos; es un arte
La más bella teoría no obtiene un valor más que de fé y de combate con la Reforma, un arte de sa-
por las obras, dentro de h^ cuales se cumple. lón en el siglo XVllI... Ninguna fórmula puede
encerrarla. Es el canto de los siglos y la flor de la
. Un arte puede declinar; pero el arte no muere historia: brota del dolor igual que de la alegría de
jamás, sino que se metamorfosea... La belleza se la humanidad.
l^ansforma; se hace cada vez más interna y se re-
fugia en los artes profundos, en la poesía, en la El espectáculo de la eterna floración de la mú-
"música. La belleza no muere. No hay ni muerte sica es un beneficio moral. Es un reposo en medio
"i renacimiento en la humanidad. La luz jamás de la agitación universal.., El arte es el sueño de
*^6sa de brillar, solamente cambia de lugar y va de la humanidad, un sueño de luz, de libertad, de
^iti arte a otro, como do nn pueblo a otro pueb'o. fuerza serena. Y ese sueño no se interrumpe jamás
y no tenemos ningún temor por su porvenir. Nues-
Todo es musical para un corazón músico. Todo tras inquietudes o nuestro orgullo, querrían en
'o que vibra y se mueve y se agita y palpita: los vano convencernos de que hemos llegado a la
Ji'as estivales llenos de sol, la luz resplandeciente, cima del arte y de que estamos en vísperas de su
las noches en las que el viento silba, el brillo de crepúsculo... Romaln RoUand.
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y de sus anhelos. El barco está ya pronto. Alcinóo sentantes del primer desenvolvimiento de la poesía
invita a los magnates de la isla a un g r a n banquete, épica.»
3l cual asiste el héroe griego. Hacia el final del festín, No sé realmente en qué se funda el sabio alemán
Uaman al vate Demódokos, al cual Homero, califica para esta apreciación que, incidentalmente, hace en
de inmortal y de divino. su referida obra.
Canta Demódokos la disputa habida entre Ulyses y
Akiles en un solemne banquete sacro, disputa de cu-
yas resultas saheron ambos heridos. Llora Ulyses al Paso por alto una breve indicación del Libro déci-
recordar aquella escena y se cubre la cara con el mo y me propongo h a c e r lo mismo de aquí adelante
•^anto. Habiéndolo notado Alcinóo, ordena empiecen con alguna otra, para aligerar algo esta monótona
ios juegos gimnásticos. conferencia.
Ya no se trata de citas que abarcan únicamente dos
o tres versos, sino de una relación que ocupa quince
E n el que pudiéramos llamar festín de despedida a
o más versos de la traducción italiana.
Ulyses, por el rey Alcinóo, no podía faltar la música
Terminados los juegos, en los cuales lanza Ulyses
tampoco
el disco con fuerza y habilidad que causan asombro
en la concurrencia, Alcinóo ordena el baile y vuelve « é il venerato
Dalla gente Demódokos, il divino
^ llamar a Demódokos.
Cantor, percuote la sonante cetraí>.
<<E tu, Pontónoo, per l'arguta cetra,
Che nel palagio alia colonna pende,
Vanne, e al divin Demódokos la reca.»
Ulyses ha desembarcado en su reino. Con el aspec-
«Y tú, P o n t ó n e o , vete a buscar la ligera cítara que to de un viejo mendigo, que Athena le ha dado, se
cuelga de la columna en el palacio, y dásela al divino presenta en la cabana del pastor Eumeo, quien le
Demódokos.» ofrece comida y albergue.
El vate canta larga narración, que ocupa cerca de Athena aparece en sueños a Telémaco y le exhoi-ta
dos páginas del libro. Refiere el cómico episodio de a regresar a Ithaka, advirtiéndole tenga cuidado con
los amores ilícitos de la esposa de Hephestos (Vulca- los manejos y perfidia de los Pretendientes.
no), con A r e s (Marte). Hephestos sorprende a los Desembarca Telémaco en su patria y se dirige tam-
amantes en el lecho conyugal, y les impide moverse bién a la cabana de E u m e o , al cual ruega anuncie a
de él, por medio de una sutilísima tela metálica por él su madre Penelope, discretamente, su regreso. Du-
tejida y forjada. rante la ausencia del pastor, Ulyses toma su forma
No hay en la Iliada una sola relación de lo que se natural, a fin de que lo pueda reconocer su hijo. Re-
canta, según oportunamente hice notar. fiere Telémaco al p a d r e la vida que llevan los Preten-
Paso por alto alguna cita b r e v e , y termino con el dientes a la mano de Penelope, comiendo y bebiendo
libro octavo, citando los siguientes versos de Ulyses en el palacio real, y añade:
el poeta cantor:
<; é v'ha con essi
«Demódokos, io te sopra ogni vívente Medonte araldo ed il cantor divino»
SoUevo te, che la canora figlia
Del somno giove, o Apollo stesso inspira.> «Y va con ellos el heraldo Medonte y el cantor divi-
no (Phemios)».
«Demódoko; te alzo sobre todos los seres vivientes,
Ulyses, siempre en forma de viejo mendigo se
^ tí a quien la canora hija del supremo Júpiter (Zeus)
aproxima a su palacio, acompañado de Eumeo. Se de-
o Apolo mismo te inspira.»
tienen al oír la armonía de la cítara; «Phemios ento-
P o r úhimo Demódokos canta también con cierta
nará la acostumbrada canción»
extensión la toma de T r o y a por medio de la eslrata-
Unos renglones más adelante, nos encontramos
gema del famoso caballo de madera, dentro del cual
iba Ulyses con otros príncipes griegos. con otra referencia.
El libro octavo está completamente dedicado al «.Poiche l'odor delle viande sale,
E risuona la cétera, cui fida
canto, al baile y a los juegos olímpicos.
Voller compagna de conviti i Numi»
¿Existieron Phemios y Demódokos? Riemann en su
•flanual de Historia de la música, tomo I, dice: «Ya que el olor de los manjares sale (del palacio) y
«Los nombres de los primeros poetas nos son des- resuena la cítara, a la cual designan los dioses como
conocidos; aun los de Phemios y Demódokos, d é l a compañera de los convites».
odisea, si realmente son n o m b r e s históricos, pueden Es curioso anotar que en toda la Odisea no se habla
considerarse, a juzgar por sus cantares, como repre- ni una sola vez de instrumentos de viento, siendo así
REVISTA MUSICAL
que el aulos era de uso mucho más antiguo entre los reconoció a pesar de los harapos, movió la cola en
grieg^os que la lyra y la cítara, y además tenía en su señal de alegría, y dejó caer ambas orejas que mo-
música mayor importancia que estos dos instrumentos mento antes había puesto derechas; pero marchar
de cuerdas. El aulos era el único instrumento emplea- como en otros días al encuentro del amo, le fué im-
do en el teatro y hasta 200 años después de instituirse posible.
las olimpiadas, no se tocó en ellas la cítara, alternan-
do con el aulos.
Y Argo, el fiel can, después que hubo visto tras de
En los juegos gimnásticos que Alcinóo ordena para
diez años y diez a Ulyses, cerró los ojos al sueño de
festejar a Ulyses, no se habla para nada de instru-
la muerte».
mentos de viento. En la ¡liada hemos visto una sola
cita muy breve de flautas, zamponas, etc., a pesar de He tenido siempre arraigado y particular cariño ha-
ser indudablemente este poema anterior a la Odisea. cia el perro. Muchas veces he sohdo preguntarme a
Omito otras dos notas, siempre en honor de la bre- mí mismo si su nobleza de carácter no era igual, o su-
vedad. En el Libro 19, Penelope se resiste a creer perior a la del hombre de fina educación moral. Ahora
que es Ulyses quien le habla. De lo que ella replica a a la vista de la civilización maltrecha y ultrajada; ante
su esposo, copio los siguientes versos. los horrores de una guerra, deshonra y escarnio de
la humanidad; al contemplar horrorizado los críme-
«Come allor che di Pándaro la figlia,
Ne giorni primi del rosato aprile,
nes cometidos, no me cabe desgraciadamente, la me-
La floriscente Philomela, assisa nor duda. Me quedo resueltamente con el perro y dejó
Degli arbor suoi tra le piu dense fronde, en lugar inferior al hombre.
Canta suavemente, e in cento spezza
Suoni diversi la instancabil vocej'.
«Como entonces la hija de Pándaro en los primeros
días del rosado Abril, la floreciente (?) Philomela, po- Penelope, de acuerdo con Ulyses, anuncia que acep-
sada en la más densa espesura de sus árboles, canta tará por marido, a aquel que con el arco antiguo del
suavemente en cien diversos sonidos la inextingui- rey lance saeta que atraviese por anillos colgados del
ble voz».. techo. Ulyses examina, parte por parte, el arco, con
objeto de ver si está servible. «Como perito cantor
Philomela, hija de Pándaro, transformada en ruise- examina por ambos lados los menores detalles de
ñor, canta tristemente entre el foUage, lamentándose una nueva cítara».
de su amor perdido. >-• Es decir, que aun en pasajes en los cuales no pare-
Encuentro incorrecto e injusto, a pesar de que no ce hay motivo para comparaciones con instrumentos
es mi objeto referir el argumento de la obra, el pasar de música,^ sale a relucir la citara.
por alto el conrnovedor episodio del perro viejo de Ulyses tiende el arco con asombro enorme de los
Ulyses, que le reconoce en el acto y muere enseguida, Pretendientes, después que los más fuertes y diestros
después de haber demostrado su alegría por el regre- de entre ellos, no lo habían podido conseguir; lanza la
so del amo querido. Dice así, el verso italiano: saeta y traspasa el anillo o anillos.
«Negletto allor giacea nal molto fimo Se prepara la cena y no ha de faltar, por de conta-
Di muli e buoi sparso a le porte innanzi, do, la alusión consiguiente.
Finché i poderi a fecondar d'Ulisse,
Nel togliessero i servi. Iví il buen cañe. «... e poi si tocchi
Di turpi 2,ecche pien, corcato stava. La cetra molticorde, e s' alzi il canto
Comi egli vide il suo signor piu presso, In che piu di placer la mensa acquista»
E, benché tra que ' cencí. il riconobbe,
Squassó la coda festeggiando, ed ambe «Y después, toqúese la cítara multicorde y álcese el
Le orecchie, che drizzate avea da prima, canto para mayor placer de la mesa.»
Cader lasció; ma incontro al suo signore
Muover, síccome un di, gli fu disdetto.
En el canto siguiente, el 22, describe admirable-
mente, el autor, la terrible matanza que hace de los
Pretendientes Ulyses, ayudado por su hijo Telemaco,
Ed Argo, il fido can, poseía che visto por Eumeo y otro servidor suyo.
Ebbe dopo dieci anni é dieci, Ulysse, Dos veces habla de Phemios, el cantor, que tenien-
Glí occhi nel sonno della morte chiuse».
do en su mano la cítara de plata esquivó la muerte,
«Abandonado entonces yacía en el abundante fiemo echándose a los pies del rey de Ithaka, y explicando
de mulas y bueyes esparcido ante las puertas, hasta su inocencia.
que los siervos se lo llevasen para fecundar las tierras Muertos los Pretendientes, Ulyses invita a su espo-
de Ulyses. Allí estaba acostado el buen perro, lleno sa, a su hijo y a todos los fieles amigos y servidores
de miseria. Cuando vio a su señor más de cerca, lo de la casa, a una gran fiesta.
msPAÑO-AMÉkíCÁÑA
«Poi con 1* argüta cetera il divino sas, el artículo se quedó en el tintero. En esto, el se-
Cantore invití a una gioconda danza
ñor Presidente de esta Corporación me honró invi-
Acció chi di fuori odé, o passa, o alberga
Vicin, le nozze celebrarsi creda.>> tándome a dar un conferencia.
No teniendo yo ni tema ya estudiado, ni tiempo há-
«Después, con la ligera cítara el divino cantor (Uly-
bil para prepararlo, se me ocurrió la idea de hacer
ses) invita a alegre baile, de modo que, quien de fuera
del prayectado artículo una conferencia. Y como lo
escúchase, o pasase, o viviese en la vecindad, creye-
que nutre plenamente un artículo, resulta escaso man-
ra que se estaban celebrando bodas.»
jar para hora y pico de exposición, de ahi lo inevita-
Un poco más adelante, vuelve a hablar del suave y blemente pesado y monocromo de mi charla.
melodioso canto de Phemios. Doy a ustedes expresivas gracias por su inagota-
En la Rapsodia 24, la última del inmortal poema, ble paciencia al escucharme sin protestar durante
describe Homero la bajada de las almas de los Preten- tanto tiempo.
dientes al Averno, donde se encuentran con las som- F. Gásoue.
bras de Agamemnon y de Akiles. Refiere el primero
la muerte de Akiles. Cuando llevaron su cadáver al
campo griego, la diosa Tétis, madre del finado héroe,
salió del mar, acompañada de sus doncellas. Todas se
lamentaban llorando ante el cadáver.
«... II coro anche plorava
Delle nove sorelle, alternamente
Sciogliendo el canto or l'una, or l'altra, e tale
11 poter fu delle canore Muse,
Che un sol Greco le lágrima non tenne».
«Lloraba también el coro de las nueve hermanas en-
tonando el canto alternadamente, ahora una parte,
ahora la otra, y tal fué el poder de las Musas que no
hubo un sólo griego a quien no se le saltaron las lá-
grimas.»
Únicamente, con motivo de la muerte de Héctor, en-
contramos en la ILiada un pasaje semejante al acaba-
do de citar.
Después de cuanto dejo apuntado, me parece no Hay unas cuantas obras musicales en el mundo, no
cabe la menor duda respecto a la diferencia que existe muchas, ante las cuales la crítica debería enmudecer
para siempre.
entre la Iliada y la Odisea, en lo que hace relación con Una de estas obras es «Los Maestros Cantores».
la música. La excesiva y extraña sobriedad de la pri- No produce el estupor de la «Misa en sí menor», de
mera, contrasta con la abundancia y plenitud de la se- Bach; no llega a la maravillosa espiritualidad lírica y
gunda, sin que el argumento de los dos inmortales formal de algunos fragmentos de Mozart, pero su con-
poemas baste a explicar, á mi juicio, la diferencia ex- . tenido poético es tan grande y jugoso, su perfección
es tanta, la emoción que produce es tan intensa, re-
presada. bosa la obra tanta alegría y entusiasmo, que al termi-
Y después de tanta nota y de tan monótono y pesa- nar la representación, parece nos hallamos poseídos
do charlar mío, dirán ustedes seguramente: de aquel estado dionisíaco descripto por Nietzcche,
«Perfectamente; hemos oido todo cuanto tiáted se todo ritmo y música y borrachera y exaltación y dan-
za. Por nuestro lado pasó vertiginoso el tren de la
propuso referirnos, y lo hemos oido armándonos de alegría y de la felicidad; una ráfaga de viento, nos
paciencia; pero, vamos a ver: ¿Qué trascendencia tie- hizo percibir su perfume y su música, pero por más
nen las observaciones de usted? ¿Qué consecuencias que gritábamos nos ha dejado en tierra, desvanecidos
deduce usted de todo lo charlado, para la historia de en un largo, lejano y triste sueño, lleno de deseos in-
la música? En una palabra. ¿Tiene alguna importancia finitos.
Yo no se qué decir de «Los Maestros Cantores».
artística, o literaria, o técnica lo que usted tan prolija- Si fuera poeta, le escribiría himnos, como a las divi*
mente nos ha referido?» nidades paganas, pero soy músico y me tengo que ca*
Yo les contestaré que ustedes tienen muchísima ra* llar avergonzado. Como todo es sueño, no me queda
ston, porque mi conferencia, maldita la importancia ni ni el recurso de ser aprendiz aunque quiera probar si
trascendencia que tiene. llamando a la puerta de aquella academia, me respon-
de alguien y me dejan pasar. La intención pura y la
En el verano de 1915 había yo tomado las notas ne- buena voluntad, hacen milagros.
cesarias para con ellas escribir un artículo dedicado La crítica víve de los defectos de las obras, más en
ft la REVIST.\ MUSICAL, de Madrid. Por unas y otras co- obr%s absolutamente perfectas, como «Los Maestros
REVISTA MUSICAL
Cantores», la crítica no tiene nada que decir, sólo tie- sensación puramente física y material de una voz h e r -
n e que admirar. mosa, tal como la concibieron los italianos, y por
El examen de las bellezas de las obras perfectas, otro lado, a h a b e r n o s emancipado en p a r t e de la ab-
pertenece a la filosofía, si es que la filosofía puede lle- sorción en que la expresión dramática, según el sen-
g a r a explicar ciertas cosas. ¿Cómo explicar, lo que es tido del teatro francés, nos tenía esclavizados.
inexplicable para el mismo artista, cuál es el fenóme- W a g n e r nos ha devuelto al puro sentimiento lírico
no de la inspiración? ¿Por ventura el primer sorpren- de los griegos, nos h a devuelto a la música, pues para
dido ante una idea genial, no es el mismo que la e n - la música y por la música, escribió sus poemas, esco-
cuentra? Yo creo que el artista, más que crear bellezas gió sus asuntos, trabajó toda su vida. Quiso encontrar
las descubre y que el genio consiste solamente en una la interna razón lírica de todas las cosas, resolviéndo-
mayor potencia de visión que la de los demás. Y eso la en obra de arte, y lo consiguió. E s o son «Los Maes-
es tan cierto, que si todos los elementos de que se for- tros Cantores». Id a v e r esta obra maravillosa, y no
ma una idea nueva, no estuviera ya en nuestro espíri- penséis en nada. E n t r e g a o s a ella como a las caricias
tu, nosotros no la podríamos comprender. Y es claro, de la mujer amada, sin reservas, sin prejuicios, sin
que si W a g n e r no nos habría podido explicar cómo filosofías y veréis poco a poco iluminar vuestro espí-
ni por qué se le ocurrieron «Los Maestros Cantores» ritu de una luz blanca y rosa, que os inundará, os
y por qué fueron de esta manera en vez de ser de otra, envolverá, os llevará, con a r r e b e t a d o , pero suave
menos lo podremos explicar los demás. sensualismo, donde no se acaban los días, donde no
W a g n e r decía que Berlioz carecía del sentido de lo existe el dolor, donde ha muerto el tiempo, donde se
bello. Pues este es el secreto; tener o no tener este vive plenamente, absolutamente, eternamente, donde
sentido; ser o o no ser; poseer o no, el telescopio o el la vida misma se ha convertido en melodía, en ritmo,
microscopio espiritual, para descubrir y revelar a los en música.
demás h o m b r e s , formas preestablecidas. Y le llamo Amadeo Vives.
formas, porque para mí, en la palabra «forma», está
todo el contenido de las cosas y. por la forma, vive
eternamente todo, y lo que no es forma, no es nada.
A.1 diablo todas esas grotescas explicaciones litera-
rias, de las obras de W a g n e r o de Beethoven. Yo las
aborrezco, como las aborrecía W a g n e r mismo. Sólo
son entretenimientos de snobs más o menosvanidosos.
Si W a g n e r algunas veces, quiso dar ciertas expli-
caciones a ra música, fué para que por medio de com-
paracione'^', se llegara al puro sentimiento de la músi-
ca en sí misma, y yo c r e o que en eso se equivocó,
pues o se tiene o no se tiene el sentimiento, y en am-
bos casos, es inútil toda explicación.
Hay personas que no se conmueven con la música
más que cuando le encuentran una interpretación pan-
tomímica o una relación cualquiera, con otra cosa que
no sea ella misma.
Eso-^dicen—, parece viento; aquello tempestad; lo
otro es la salida o la puesta del sol; lo demás allá, es
el mar, etc.
P u e s bien; yo os digo que la música no es viento,
ni sol, ni luna, ni mar, ni paisaje, ni muerte, ni vida,
Llega a misj manos un elegante folleto, con el título
aunque tenga una interior relación sentimental con
«A música hespanhola contemporánea», que la ilustre
estas cosas: la música es música y nada más.
señora cuyo nombre encabeza estas líneas ha publicado
Hay quien tiene de tal modo pervertido el senti-
en Lisboa recientemente y me envía con expresiva dedi-
miento musical, que quiere que la música sea ferro-
patoria.
carril, fábrica, ejército, batalla, escándalo, etc., etc.
Ya hace tiempo que deseaba ocuparme en las colum-
La música tendrá quizás, un sentimiento de Calma
nas de la «REVISTA MUSICAL» de esta notable artista, y
solemne, y entonces pensaremos en el mar, como po-
ahora mejor que nunca es ocasión para ello, puesto que
dríamos pensar en una noche serena y estrellada; la
al registrar con satisfacción de español y de artista la pu-
música será agitada, inquieta y podremos entonces
blicación de su trabajo, no puedo menos de rendir a
aplicarla a una situación dramática; la música tendrá
su talento indiscutible, el homenaje de mi admiración
cierta emoción de apacible melancolía, y s u s u r r a r á
sincera.
unas ondulaciones suaves y podremos creernos cerca * *
de una fuente o de un río; pero si tenemos una sensi-
bilidad musical más fina, olvidaremos el mar y la Para el músico que resida en Portugal el nombre de
noche y la fuente, para dejarnos llevar por la más doña Elisa Pedroso, es familiarmente conocido, porque en
p u r a emoción lírica, y cuando la audición musical el medio musical de este país ocupa un lugar eminente-
haya soltado nuestra fantasía, sentiremos prolongar conquistado por derecho indiscutible de su talento, de su
en nuestra alma, aquel ensueño lírico y pensaremos cultura y de su educación.
en todo lo demás. Yo llegué a Oporto hace catorce años, y a los quince
La g r a n conquista wagneriana consiste precisamen- días de residir aquí yai conocía el nombre de esta artista,
te en ésto, en habernos a r r a n c a d o por un lado a la por los conciertos que realizaba en Lisboa, y en las princi-
HlSPAÑO-AMERÍCAbíA
pales ciudades portuguesas; y todas las personas que me Esta admiración está demostrada francamente en el tra-
hablaban de esta señora, lo hacían con profunda admira- bajo a que hago referencia al principio de estas líneas
ción y sincero respeto. Algún tiempo después, en Es- «A música hespanhola contemporánea» en el cual, con
pinho, en la divina tierra de melancólicas saudades, co- una admirable forma, hace un estudio interesantísimo
nocí personalmente a doña Elisa Pedroso, y vi claramente del estado actual de nuestra música, citando los mejores
que la fama que goza en su país y fuera de el, es absolu- de nuestros autores y de sus producciones, y comentan-
tamente merecida y justa. Recuerdo perfectamente que do con atinadas observaciones nuestras cualidades, por
una tarde de intimidad artística, me ofreció una audición, las cuales se adivina su alto espíritu critico lleno de jus-
que aun hoy saboreo encantado por la divina emoción ticia y perfectamente orientado. Es verdaderamente im-
que despertó en mí. Tocó un Choral de Bach, un Im- portante para nosotros este trabajo porque constituye
promptu de Schubert, la Marcha grotesca de Sinding, una magnífica propaganda a nuestra música y si contiene
una Tocata de Saint-Saéns, etc., etc. y en el más pequeño tal vez alguna omisión, es seguramente debido al poco
detalle, en el más insignificante efecto de pedal, de inter- conocimiento que existe, relativamente, de nuestra músi-
pretación de unance, se adivinaba la artista verdadera, no ca en Lisboa cuyo desconocimiento hace que, en el libro
en su manera exterior, mecánica, si no en su recogimien- a que me refiero, diga esta ilustre artista estas admira-
to interior, consciente de intuición espiritual perfecta y de bles palabras que yo transcribo para satisfacción nuestra:
técnica exhuberante y bien equilibrada. Y esto, precisa- «Hespanha soberba e admiravel, ao fallar dos teus mú-
mente, es lo que más me admiró, porque no es difícil en- sicos, eu te saúdo!
contrar una señora que toque bien el piano—dactilográfi- Artistas hespanhoes, ouví:
camente hablando—pero lo que es raro, es encontrar una A vosso lado existe o lindo Portugal, com a belleza
señora que sepa tocar el piano con absoluto conocimien- harmoniosa e suave dos seus horizontes. Terra em que
to de sus responsabilidades de interpretación, de psicolo- tudo e música: seu Ceu, seus mares, seus montes, seus
gía, de estilo, etc.; pero esa admiración que provocó en prados, seus jardins, seus castellos, suas ruinas d'um
mí al oírla tocar, aumentó cuando la oí hablar de música. passado de heroísmo e de amores.
Una señora que toca el piano y que además discute escue- Ha aquí um Povo, com a alma chela de romantismo,
las y tendencias artísticas,y presenta puntos de vista origi- capaz de vos comprehender, mas que vos nao conhece.
nales sobre compositores y sobre instrumentación... esto, ti vos commetteis tamben o delicto de distrahir a vossa
aunque parezca paradógico, no es vulgar, porque des- atten?áo, o vosso espirito, para longe, muito longe, quan-
graciadamente, como he dicho en otros artículos, gene- do aquí perto vivem irmaos vosos. Trazei-nos os vossos
ralmente se cuida más en la península de la educación pensamentos, as vossas estrophes, as vossas melodías,
del mecanismo que de la educación propiamente artística que ellas háo de ser o lago que una os nossos coragóes.»
e intelectual; y aquí está la razón de la superioridad in-
dudable del arte de doña Elisa Pedroso.
Fué discípula de Bahía (el actual Director del Conser-
vatorio de Lisboa); de Rey Colago, el ilustre profesor y
colaborador de nuestra «REVISTA», y finalmente, de Viana
de Motta, el colosal pianista. Con este último, que la pro- ¡Ya veis qué sentidas palabras; qué cariñosas excita-
fesa un verdadero cariño y admiración, ha tocado mu- ciones, para que nuestro arte sea aquí conocido y admi-
chas veces en público. Estudió harmonía y composición rado! Por todo esto debemos muy grande agradecimiento
Con Luis Felgueiras, y con nuestro eminente compatriota a esta artista ilustre, que para que su nombre sea consa-
Pedro Blanch, el cual, con su notable orquesta, ha acom- grado como se merece, indiscutiblemente, tiene un de-
pañado muchas veces a doña Elisa Pedroso, los concier- fecto... y es que su fortuna personal, su posición social
tos de Liszt, Beethoven, etc., en sus triunfos del Conser- no la dejan, como ella querría, dedicarse por completo a
vatorio, y del Teatro de San Carlos... y fuera de Portugal; su carrera artística. Todos esos triunfos que de ella os he
en París, su nombre es admirado en el medio de verda- relatado en estas líneas, han sido siempre cubiertos por
dera élite artística. Tocó en innumerables conciertos pú- el sublime velo de la caridad. Y es doblemente hermoso
blicos, y en intimas sesiones musicales celebradas en para ella, porque en una sola audición—siempre de be-
casas de artistas célebres, como en la de Viñés, Rema- neficencia— puede mostrar dos cualidades de su tempe-
niiza (la célebre cantora de la Opera Cómica) Pugno y ramento: sus talentos artísticos indiscutibles, y la belleza
Neully, el admirable pintor, en cuyo magnífico aíe//e/-se y la bondad de su alma femenina que en estos concier-
celebró una fiesta de Caridad, en la cual tuvo doña Elisa tos pone de relieve su inagotable caudal de caridad y
Pedroso una formidable tarde de éxito. amor...
Conoce bien todos nuestros artistas. Madrid y Barce-
lona son una prolongación de su país, porque los visita Pedro Blanco^
constantemente; ha tocado con nuestros principales mú-
sicos, y siente una verdadera admiración por nuestros Oporto-Mar2o-19i7.
compositores, muy especialmente por Conrado del Cam-
po, con el cual en sus frecuentes viajes a Lisboa convive
artísticamente.
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HlSPAÑO-AMÉRtCA^A IB
de íttnbos temas en un periodo de cierta extensión lleva a un
tneno mosso, donde se presenta el tema que parecía antes haber-
se aludido discretamente. Es de un carácter menos triste, con un
ligero aire de jota. Como los anteriores, se escucha pianísimo:
IniíifitC»
Como Continuación suya, el motivo
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tu(5 en una corta serie de tres conciertos, en cuyos programas ción, absolutamente personal, deja en ciertos momentos de ser
fueron incluidos Beethoven, Arensky, Mendelssohn, Brahms y beethoveniana, restando interés a la obra.
Osear Esplá. La sonata de este último, obtuvo un éxito enorme, El segundo concierto también provocó el mismo entusiasmo,
mayor aún que el alcanzado en el año anterior. pero también debemos de censurar las mismas libertades de la
Para la temporada que empezará en el próximo Abril, fué Apasionata, en la Sonata en si bemol de Chopín, y en un Prelu-
contratado mi cuarteto que deberá interpretar, en diez audicio- dio en re bemol. En todo caso es el señor Loyonnet un pianista
nes, treinta obras; son las siguientes: Primer concierto: Cuarte- verdaderamente notable, con cualidades estupendas, que triunfó
to (Cesar Franck), Sonata para violín y piano, Ropartz, Cuarte- en esos dos conciertos de manera evidente e indiscutible.
to (op, 59, núm. 3), Beethoven. Segundo concierto: Cuarteto^o- Está anunciada la Orquesta de arco, de Raventós.
dríg-uez. Sonata (cello y piano), Debussy, Quinteto (dos violines, De ella hablaré en el próximo número.
viola, cello y piano), Dvorak. Tercer concierto: Cuarteto (nú- P . B.
mero I), Schubert, Sonata (violín y piano). Gaos, Cuarteto con
piano (op. 26), Brahms. Cuarto concierto: Cuarteto Conrado del
Campo, Trio (violín, flauta y viola), Beethoven, Cuarteto, Os-
ear Esplá. Quinto concierto: Cuarteto (en mi b), Mozart, Sonata Ualencía.
(clarinete y piano), Brahms, cuarteto (en sol), Debussy. Sexto Para la mtisica tiene Valencia bastantes inconvenientes. La
concierto: Cuarteto, Snietana, Sonata (piano), J. J. Castro, Cuar- cuestión geográfica es uno de tantos y no de los más peque-
teto (núm. 2), Borodín. Séptimo concierto: Cuarteto, Ropartz, ños, y esta cuestión se resuelve en diferentes aspectos: influen-
sonata (piano), Fornarini, Quinteto, Turina. Octavo concierto: cia del clima, situación ferroviaria, etc. etc. El clima es cosa
• Cuarteto, R. Villar, sonata (violín y piano), Ag:uirre, Cuarteto decisiva: país agrícola, éste, tímido para hacer mover el dine-
(con piano) Schumann. Noveno concierto: Cuarteto, T. Bretón, ro, no ha sabido enlazarse con el mundo merced a rápidas y
Quinteto (cuerda), Beethoven, Cuarteto (con piano) Chausson. económicas vias de comunicación; no es esta una ciudad de
Décimo concierto: Cuarteto, Sibelius, Sonata (piano). Osear Es- paso, lo cual hace que no sea posible tener la población flo-
plá, Quinteto, César A. Franck. tante necesaria para que vivan los espectáculos con público
El eminente pianista Ernesto Drangosch, se comprometió a siempre nuevo. Los artistas han de venir «adrede» para de-
ejecutar en varias sesiones la obra coinpleta de Liszt, cuyo au- jarse oír; y el encarecimiento de los viajes (unido a lo caros y
tor es, a mi juicio, el que mejor interpreta, entrando de lleno molestos que son los de «tournée» por España), contribuye a
en sus poderosas facultades, hasta el extremo de constituir una que no se pueda aprovechar el paso de cuantos lleguen a E s -
especialidad. paña; por eso mismo, porque no pasan sino porque han de ve-
No quiero terminar estas líneas sin hacer constar antes mi nir adrede. Cuanto al clima bendito, de que tan orgullosos es-
simpatía y mi aplauso a los señores Carlos López Buchardo, Er- tamos, resulta para la música lo peor que hay: siempre hay
nesto de La Guardia, Grassi, Lleonart, Carmah, Mones Ruiz, un pretexto plausible para no escucharla.
Ciutti, Corbellani y todos los que forman parte de la junta di- Ello da margen a consideraciones muy curiosas, que acaso
rectiva, que con su esfuerzo colectivo e individual supieron ele- haremos en otra ocasión, para ver como la casualidad, las cir-
var a una altura artística verdaderamente inconcebible- si se cunstanciss, tienen también su ironía. Baste decir que en estos
tiene en.cuenta el corrompido ambiente que nos rodea—. a la sitios de sol y de buen tiempo, ¡cualquiera se decide a dejarse
hoy fuerte y siempre culta «Asociación Wagneriana de Buenos impresionar inmóvil por una audición musical!
Aires?". Tal vez por esto el teatro (es más «distraído») se preste
Telmo Vela mejor a que la gente acuda, que no la música. Tal vez por"
Buenos Aires, 10 de F e b r e r o de 1917. esto, un músico de teatro de por acá, vivo como una ardilla,
haya hecho una proclama rebosando excesiva franqueza, en
donde anunciaba que él era el legítimo, el auténtico músico
español, y no esos compositores educados'en escuelas franco-
alemanas que pretendían venir aquí a disfrazar su mal llama-
Oporto. do espaflolismo.
La actual conflagración ha influido, también, en la vida artística Ya tenemos «entonces» de una plumada (¡y qué pluma. Dios
de todo el mundo y debido a esta tragedia de la Humanidad, las mío!) a nuestros Albéniz, Granados, Guridi, Manen, Falla,
dificultades para la celebración de los conciertos habituales en Usandizaga, Turina... ¡qué se yo!, la lista d é l o s que llevan
el «.Orpheon Portuense» han sido enormes. Por eso no se ccle- por el mundo el nombre de España por las verdaderas alturas
braion todos los anunciados hasta ahora y, en cambio, se han del arte, resulta bastante lucida; pero cualquiera pone luz a
celebrado otros que no estaban anunciados. los famosos criterios profesados por el indigenismo artístico
El primero anunciado fué Cassadó e Iturbe. Este último artista, exacerbado.
a última hora, no quiso venir, no se si por culpa de él o de la Así, poco a poco, el «teatro?., la comedia del «cabotinisme»
agencia intermediaria. Vino Cassadó con la pianista Helena va aumentando sus voces, y es muy difícil precaverse contra
Morsztyn, por dos conciertos que agradaron, a pesar de que cla- la serie de mangoneadores del autoturiferismo (!); cosa esta
ramente se comprendió que era la primera vez que tocaban jun- que ya casi va degenerando en profesión. Es una enseñanza^
tos pues no estaban perfectamente unidos en las obras de conjun- para los jóvenes artistas, verdaderamente preciosa.
to. En las obras a solo hicieron gala ambos de sus cualidades téc-
nicas e interpretativas excelentes, y fueron muy aplaudidos. En
ambos programas la notable artista Morsztyn, incluyó obras de Para dar noticia somera de las principales sesiones musica-
Albeniz y Granados que interpretó muy bien. .les, diré que nos visitó el «Trío de Barcelona», formado por
El segundo concierto estaba anunciado con el violinista Quiro- tres jóvenes artistas muy valiosos, muy trabajadores y muy
ga, el cual tampoco llegó a venir. Es verdaderamente desagrada- modestos; Perelló, violinista; Mores, violonchelista, y Vives,
ble que los artistas o las Agencias sean a veces tan informales en pianista. Tres jóvenes que todo lo esperan de su arte, de su
el cumplimiento de sus contratos, pues los más perjudicados son trabajo, de su amor, que aun no están maleados por el afán de
ellos, y no el público que cuando se ve así desairado, corre el «reclame» y que no tienen más que devoción para presentar
velo del olvido sobre esos artistas, y nunca más se vuelve a acor- a los autores al público.
dar de que existen. Yo creo que son las Agencias las que más El primer concierto lo dedicaron a Schumann, ejecutando
culpa tienen en estos desagradables casos, pero sea como fuere, los Trios en.Za mayor, obra 80; re menor, obra 63, y sol menor,
ahí queda ese aviso que es de interés indudable, para los artistas obra 110. Fueron ejecutadas con gran fortuna y poniendo en
que deseen ser correctos no solo tocando^ sino viviendo. la interpretación un bello impulso romántico.
El «Trio de Barcelona», tuvo dos éxitos en dos conciertos. Buen El segundo concierto nos ofreció un delicado Trio, de Loci-
sonido, justeza, afinación, sobriedad y perfecta unión que les va- llet, ejecutado con suma gracia. Después fué presentado al
lió muchos y bien merecidos aplausos. público el Allegro avpassionato para trío, del llorado Enri-
El pianista francés Loyonnet, ha dado dos conciertos admira- que Granado^. Sabido es que esta pieza musical pertenece a
bles. Con una técnica asombrosa, posee además un dominio abso- la suite Elisenda ese insigne autor de las Danzas Españolas.
luto del pedal y unos efectos en pianísimo, interesantísimos, de La similitud de nombre con otra obra del mismo Granados,
los cuales abusa a veces un poco. Fué verdaderamente maravi- hace desorientar, tal vez, a algunos oyentes; pero no veo mo-
lloso en las obras deHaendel, Daquin, Couperin, Scarlatti, Ra- tivo para tratar con desamor esta obra, en donde se transpa-
mean, Bach, Chopin, Ravel, Debussy y Liszt, pero en la Apasio- renta muy bien el alma de su autor llena de impulsos poé-
nata, de Beethoven, no fué tan afortunado porque su interpreta- ticos y verdaderamente inspirados.
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H!SPAMO-AMERíCAMA 19
rio y otras fuera de prog;rama, fueron aplaudidisimos en el Trio Bach-Vivaldi y Liszt; la señorita Rodríguez, que tocó algunas
fop. 50). de Tschaikowsky y en el de Beethoven (op. i núm. 3), obras de Scarlatti, Grieg, Mendelsshon y la notable arpista Glo-
que interpretaron magistralmente. ria Keller.
Los tres admirables instrumentistas fueron ovacionados^ por También la señorita Tberlée, acompañada por María Rodrigo,
los socios del Círculo, reconociendo como una de las más inte- cantó algunas canciones de Schubert, Brahms.y Schumann.
resantes sesiones celebradas en sus salones, la que dieron estos ITna sesión muy agradable en la que cooperaron el joven pia-
simpáticos jóvenes. nista señor Hurtado y los señores A ¡colea y Sarabia (violinistas)
y Baconill (pianista).
Principe Aifonso.
Una simpática fiesta de arte fué la que tuvo lugar en el teatro T e a t r o Fspañol.
Príncipe Alfonso el 21 de Marzo, con asistencia de SS. AA. ER.
3' de un público distinguido. Ángel Grande y Guillermo Cases han dado en este teatro un
Dos distinguidos pianistas, la señora Matas de Ricart y el se- concierto, en el que han interpretado las obras más selectas de
ñor B. Frankfurter; un violonchelista muy correcto, el señor Ri- su repertorio siendo muy aplaudidos los dos jóvenes concer-
card-Matas, y un violinista muy notable, el señor Piedra, inter- tistas.
pretaron un programa en el que figuraban el Trio en sol mayor,
de Mozart, la sonata La primavera para violín y piano, de Bee- Cpemenoío G. Jirrue.
thoven y la sonata enfa, de R. Strauss.
Fué esta una sesión de arte sin efectismos ni virtuosismos de Este joven y ya muy notable violinista, se ha hecho oír recien-
ningún género, y el auditorio aplaudió muy complacido a todos temente en el Círculo de Bellas Artes y. en el Ateneo. En los
los intérpretes.—S. conciertos de Mendelssohn v de Vieuxtemps, demostró que es
un violinista de gran altura y en otros trozos de Saint-Saéns, Sa-
Sala Campos. rasate, Kreisler y Hierro, puso de relieve la técnica depurada, su
En la elegante Sala Campos, (a disposición de los artistas que sentimiento y su exquisito buen gusto.
quieren darse a conocer en Madrid y no pueden hacerlo en un
teatro por lo elevado de los gastos), hemos oído al señor Bade-
nes, pianista valenciano muy notable, llamándonos la atención
las interpretaciones fieles y serias que dio a la sonata en mi,
op. 7, de Grieg y a algunas obras de Granados y Chopin.
García Badenes no es un pianista vulgar y' cuando se haga
más dueño del público, conquistará su nombre como pianista,
pues lo merece por sus cualidades.
VARIA
Oyó muchos aplausos. El notabilísimo pianista Gabriel Abreu y nuestro co-director
instituto Internacional. Adolfo Salazar, se hallan en Bilbao donde acaban de dar unas
conferencias relativas a la expresión musical en sus comienzos
La señora Elizabeth de Berény, notable pianista, y el violinis- y en la época moderna. Ambos han sido muy felicitados y Abreu
ta señor Degen, dieron el día 26 un interesante concierto en ha sido reconocido como una de las primeras figuras españolas en
esta culta sociedad, interpretando con gran éxito la Sonata en en el arte pianístico y tal vez el mejor intérprete de la música
/a, de Brahms y la de Tartini, así como otras varias obras de moderna. Nuestro corresponsal señor Zubialde, nos informará
Gluk, Eameau, Beethoven y Wienawsky. La señora Béreny ob- sobre esos trabajos de tan queridos amigos.
tuvo un éxito personal en otras obras de Chopin, Beethoven y
Rubinstein.
* *
Conciertos matinales.
Sigue el maestro Benedito con su orquesta del Gran Teatro' En Coruña se han celebrado con gran solemnidad los funerales
y entierro del compositor y popular gallego Chañé, autor de va-
interesando al público que concurre a estos conciertos en canti- rias obras corales. Los orfeones de Lugo, Santiago, Pontevedra,
dad cada vez mayor. Coruña y.Mondoñedo han concurrido al fúnebre acto.
En los últimos conciertos ha interpretado las obras de autores
españoles siguientes: Preludio de Gttzmán el Bueno, de Bretón;
fragmentos de la ópera Circe, de Chapí; Paisaje, de Villar; in- *
termedio de Los cadetes de la reina, de Luna; Una copla de la * *
jota, de Serrano; Danza Siberiana, de Diaz Giles; intermedio La señora Freixas ha organizado en el Hospicio una sesión de
de La boda de Luis Alonso, de Jiménez, y varias obras del joven cantos escolares que llamó mucho la atención de los concurrentes
compositor Lloret, en las que demuestra su fecundidad y su ma- al acto.
nera de hacer, que no deja de llamar la atención en un muchacho Los niños de varias escuelas cantaron canciones infantiles con
de su edad; pues instrumenta mejor que muchos maestros enca- sentimiento y afinación.
necidos en el arte. Estas obras han sido: Galicia, (sobre motivos Fué muy felicitada esta excelente propagandista de la música
populares; Los hechizos del rey Carlos, poema sinfónico, y una en las escuelas.
Romanza para violín y orquesta, interpretado por el señor Gran-
de, violín concertino. *
El público acoge las obras que Benedito da en estos progra- * *
mas, muy variados, con un entusiasmo y una simpatía digna de La situación de Austria, referente a las subsistencias, la relata
tenerse en cuenta para ulteriores empresas, y que revela una
afición a la música, contenida más por lo caro de estos espectácu- el periódico Pertí-Naplo en estos elocuentes términos: la pri-
ma-donna del teatro de Brun, en Moravia, ha aceptado cantar
los, que por el deseo de asistir a ellos.
En los programas de Benedito figuran también las grandes bajo la kilos condición siguiente: medio kilo de manteca, 60 huevos,
obras sinfónicas de Wagner, Beethoven, Weber, Schubert, Mo- cuatro de harina, seis salchichas, seis embutidos, un kilo de
zart, Mendelssohn, Brahms, Grieg, Borodin, Massenet, Tschai- kilo de lentejas ydos
carne ahumada,
un
kilos de guisantes, 20 kilos de patatas, un
pan blanco.
kowsky, Saint-Saéns, Bizet, obteniendo interpretaciones muy
discretas, y algunas, como la obertura de Rienzi, de Wagner; la
tercera Sinfonía, de Mozart, y el Septimino, de Beethoven, muy *
notables. * *
La nota saliente de Benedito, como director, es la finura que Música, es el título de una nueva publicación musical que edi-
obtiene de los heterogéneos elementos de que se compone su ta la casa Mateu y de la cual son directores, literario y musical,
su orquesta, y el cuidado que pone en que sus conciertos tengan nuestros amigos los señores Ramírez Ángel y Jesús Aroca, bien
la seriedad artística que el público merece. conocidos en el mundo de la literatura y del arte.
Amigos de la Músioa. Este álbum-revista musical se está haciendo muy popular.
La deseamos larga vida.
En el séptimo concierto que la Sociedad Amigos de la Música
celebró en el salón Montano se distinguieron por sus esmeradas
interpretaciones la señorita Pilar Carreras, en obras de Granados, MAnT:N. VADERA C Y T TE-Lr.
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PIANOS Los mejores del mundo
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Qasa fundada en 1780.
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CAVAII.LÉ-COLL
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La fundación de la casa CAVAILLÉ-COLL se remonta a cerca de tres siglos^. Está colocada en nrim.r. u
la manufactu. . e órganos. , su nombre se ene.entra .ne.clado a todos L .r^^dYs^^limi^^^^^^^^^ e U r d : :
científico y en el industrial
En el extranjero, en todos los paíse. del continente y de ultrajar, tiene sentada su reputaci6n por ¡«.portante
mentos «coosonos o a otros .nstrnmentos de loclado. Los fuelles pued.n ser clocados „ distancia v funcióñaldn
antomattoamente por el agua, el aire comprimido „ la electricidad. La colocación en la harmonía esf/extemada
mente cn.dada; cada juego Itene nueva sonoridad, y el conjunto e.4á apropiado a la d i m e n s ¡ r d e r o c adonde eí
nstrumento deba estar colocado. Todos los modelos construidos por la casa C A V A I L L T C O L I ' , . H Í .
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