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INTERVENCIÓN EN EL CASO DE UN ADOLESCENTE CON PROBLEMAS EN EL

ESTADO DE SUEÑO

OBJETIVO

Objetivo General

Evaluar el estado de sueño en el Adolescente, con el fin de describir e implementar


los factores ambientales por medio de una entrevista semiestructurada analisis cualitativo.

Objetivos Específicos

Realizar el proceso de intervención psicológica el cual beneficie la recolección de


información.
Describir los factores que exponen el estado de sueño como consecuencia al mal
hábito o desorden de horario.
Analizar los resultados obtenidos como causas que afectan el estado de sueño, bajo
los parámetros estadísticos de la metodología cuantitativa.
JUSTIFICACIÓN

La falta de sueño hacia los adolescentes ha sido una de las problemáticas mas
relevantes debido a las diferentes causas y características que afectan su estado de
pensamiento y conducta y como consecuencia presentan problemas de concentración,
agotamiento físico, baja motivación, y entre otros aspectos significativos que han afectado
durante el desarrollo académico o escolar, debido al mal hábito o desorden de horario al
conciliar el sueño por parte de los adolescentes.

Como ya se ha mencionado, la falta de sueño en los adolecentes es un factor relevante


cuando se realiza la evaluación en el rendimiento escolar, ya que la privación del sueño o no
tener un sueño placentero y/o reparador podría estar influyendo en sus aspectos escolares,
personales, sociales y en definitiva en su rendimiento académico. A pesar de que este tema
ha sido estudiado en diferentes aspectos a nivel mundial, nacional y local, esta investigación
se quiere enfocar en la problemática específicamente a los adolescentes del municipio de
Pamplona.

Los resultados de esta investigación podrían servir de base para implementar


estrategias de afrontamiento que guíen el estado de sueño como mejoramiento de calidad de
vida, en cuanto a tomar consideración de los factores relacionados con la falta de sueño,
desorden de horario que podrían estar influyendo en el rendimiento de los adolescentes del
municipio de pamplona, de esta manera se espera que la investigación referencie para otros
aportes investigativos que se realicen con temáticas similares.
MARCO REFERENCIAL

A continuación se sustentarán cada uno de los conceptos, teorias, y definiciones que


dan a conocer los principales factores que determinan el estado de sueño, como consecuencia
que exponen las causas o problemáticas que evidencian los Adolescentes, debido al mal
manejo de horario o hábito como tal.

MARCO TEÓRICO

INSOMNIO

Es el trastorno de sueño más frecuente en la población general. Consiste en una


reducción de la capacidad para dormir, pudiendo manifestarse de diversos modos que dan
lugar a diferentes tipos de insomnio:

Insomnio de inicio: problemas para iniciar el sueño en menos de 30 minutos.

Insomnio de mantenimiento: Problemas para mantener el sueño, produciéndose


despertares nocturnos de más de 30 minutos de duración, o despertando definitivamente de
manera precoz consiguiendo un tiempo total de sueño escaso.

La falta de sueño puede afectar de modo negativo a la vida de la persona que lo sufre,
provocando deterioro social, ocupacional o de otras áreas importantes.

El número de horas de sueño necesarias varía de unas personas a otras. Aunque la


media diaria es de 7 horas y media, existe un rango que oscila entre 4 (“poco dormidores”) a
10 horas (“grandes dormidores”), considerándose estos valores dentro de la normalidad.

Según el tiempo de evolución, el insomnio puede ser: temporal (sólo unos días o
semanas), o crónico (meses o años).
CAUSAS DE INSOMNIO

Causas Médicas: Enfermedades metabólicas y hormonales, neurológicas,


reumatológicas, digestivas, cardiovasculares y todas aquellas que pueden interrumpir el
sueño por dolor –fibromialgia, cefaleas, etc., o urológicas por la necesidad urgente de
micción –infecciones, próstata, renales. También hay que considerar el embarazo y la
menopausia.

Enfermedades psiquiátricas (ansiedad, depresión, esquizofrenia, etc.), así como otras


enfermedades del sueño que contribuyen a dormir menos o peor (síndrome de piernas
inquietas, síndrome de apnea de sueño, parasomnias, etc.).

Causas externas: Suelen implicar factores ambientales que influyen de modo


negativo sobre el sueño: (malos hábitos de sueño, uso y abuso de sustancias y medicamentos,
trabajos por turnos o viajes frecuentes transoceánicos, etc.).

Insomnio primario: son aquellos casos en los que no se puede identificar una causa
clara del trastorno. Este tipo de insomnio también lo podemos subdividir en diferentes tipos
en función de la manifestación y origen del problema:

Insomnio idiopático: se origina en la infancia y parece relacionado con un aprendizaje


incorrecto del hábito de dormir.

Percepción de sueño poco reparador: Estudios de laboratorio no corroboran los


problemas de sueño que el paciente percibe subjetivamente, encontrándose cansado y
somnoliento durante el día.

Insomnio psicofisiológico: Caracterizado por un nivel elevado de la activación


psicofisiológica asociado al inicio del sueño. La persona que lo sufre suele manifestar una
gran preocupación por el problema de sueño haciendo grandes esfuerzos para intentar dormir
cada noche, aunque se duerme sin dificultad cuando no realiza este esfuerzo, suele mejorar
cuando duerme en ambientes diferentes al habitual y aunque suele originarse coincidiendo
con un periodo de estrés se mantiene el problema durante mucho tiempo aunque el estrés
desaparezca o se habitúen al mismo.

¿QUÉ PODEMOS HACER PARA AFRONTAR EL INSOMNIO?

Es importante cambiar los factores que están contribuyendo a perpetuar el insomnio.


Es decir; cambiar los hábitos inadecuados, que en principio surgieron como un intento de
paliar sus efectos negativos, cambiar los pensamientos erróneos que aumentan la
preocupación, y reducir la elevada activación emocional asociada a estas variables.

Existen tres componentes; cambio de conductas, cambio de pensamientos y reducción


de la activación.

Limitando el tiempo que pasamos en la cama a la cantidad de horas que realmente


dormimos.

Manteniendo regular la hora de levantarnos.

Eliminando las siestas durante el día.

El objetivo principal es asociar la cama, hora de acostarse y entorno del dormitorio


con la sensación de relajación, somnolencia y sueño, en lugar de con la frustración, la
actividad y el insomnio, para ello;

Acuéstese sólo cuando tenga sueño.

Si no se logra conciliar el sueño después de 10-15 minutos de intentarlo relajándose,


levántese de la cama, siga relajándose del modo aprendido y vuelva a acostarse de nuevo
únicamente cuando tenga sueño.

Utilizar la cama y el dormitorio solamente para dormir. No mire la televisión, no


escuche la radio, ni coma o lea en la cama.

Influir en el estilo de vida: dieta, deporte, horarios regulares, Limitar el consumo


tabaco y de bebidas alcohólicas.
Por tal motivo el control voluntario de su activación fisiológica, aprendiendo a relajar
su cuerpo y su mente siempre que lo necesite, pero sobretodo a la hora de ir a dormir, ya que
está comprobado que la activación emocional dificulta e impide el sueño, además de
comprometer su bienestar y calidad de vida.

APNEA DEL SUEÑO

Síndrome de Apnea del Sueño

Hay personas que, además de roncar, sufren de manera repetida pausas de respiración
cuya duración puede ser variable. Tienen mayor importancia médica aquellas cuya duración
es superior a 10 segundos. Éstas, en ocasiones pueden alcanzar los 60 o 120 segundos. Es
característico de la apnea que dichas pausas se intercalen entre el ronquido.

La aparición de las apneas se debe a la existencia de un colapso total o casi total (se
habla entonces de hipopneas) en el interior de la faringe. Las apneas suponen un cese
transitorio de la respiración y no deben de confundirse con la parada cardiorrespiratoria, ya
que durante las apneas el corazón continúa latiendo. Al cesar la respiración, con frecuencia
se produce una caída transitoria en los niveles de oxígeno de la sangre. Si las apneas son muy
frecuentes, la persona afectada permanecerá buena parte de la noche con concentraciones de
oxígeno en sangre bajas.

Una de las consecuencias más significativas de la apnea es la fragmentación del


sueño: cada vez que se produce una apnea, ésta finaliza con un alertamiento de escasos
segundos de duración, inferior al tiempo necesario para que por la mañana lo recordemos. La
sucesión de estos microalertamientos (al menos tantos como apneas) hace que la persona que
los padece se despierte con la sensación de no haber descansado, aún cuando no recuerde
haberse despertado como tal por la noche. Suele sentirse dolor de cabeza al despertarse (que
mejora al cabo de unas horas), así como sequedad de boca. A lo largo del día se siente cansada
y nota somnolencia en situaciones sedentarias.
Es característica la existencia de un aumento del riesgo de accidentes de tráfico (hasta
siete veces superior al de la población normal) y de accidentes laborales. Suelen aparecer
también cambios en el estado de ánimo como son la irritabilidad, la depresión, alteraciones
en el rendimiento, o pérdidas de la capacidad de concentración y de memoria.

Cuando la apnea es severa, al margen de los problemas descritos, se produce un


aumento del riesgo de enfermedades como la hipertensión arterial (más del 40% de los
pacientes con apnea sufren de hipertensión), riesgo incrementado de cardiopatía isquémica
(angina de pecho, e incluso infartos) y de accidentes cerebro vasculares. De no seguirse un
tratamiento, se puede producir a lo largo de los años un cierto incremento de las cifras de
mortalidad.

El riesgo de padecer este cuadro aumenta con la edad, alcanzando un valor máximo
entre la quinta y la séptima década de la vida. Los factores predisponentes son los mismos
del ronquido y casi todos los que sufren de apnea del sueño tienen sobrepeso más o menos
importante. Es, por otro lado, una enfermedad típicamente masculina, con una incidencia en
hombres 2,5 veces superior a la de las mujeres, aunque a partir de la menopausia aumenta la
incidencia en las mujeres.

NARCOLEPSIA

La narcolepsia es un trastorno de sueño de origen neurológico caracterizado por


excesiva somnolencia diurna, acompañada en la mayoría de los casos de cataplejías (crisis
de hipotonía muscular). La prevalencia de la enfermedad en Europa es de un 3-5 por 10000
habitantes, manifestándose, en general, entre la segunda y tercera décadas de la vida. Existe
un componente genético importante, por lo que varios integrantes de una misma familia
pueden verse afectados (incidencia de 1-2 % en familiares de primer grado).
Características de la enfermedad

Excesiva somnolencia diurna: es el principal problema de estos pacientes, y se


presenta de forma diaria, aunque no permanente, tanto en situaciones monótonas (leyendo,
viendo la TV) como inapropiadas (comiendo, conduciendo). Los episodios pueden durar de
minutos a horas, presentándose de forma progresiva, o brusca, como ataques de sueño
irresistible.

Crisis de hipotonía muscular: son típicas de la enfermedad, y consisten en episodios


de descenso brusco del tono muscular, sin pérdida de conciencia, ante emociones fuertes
(susto, risa, discusión). Pueden ocurrir en cualquier músculo del cuerpo, a veces de forma
imperceptible (discreta sensación de “flojera”), o de mayor intensidad, con caída al suelo.
Pueden durar de segundos a minutos.

Alucinaciones hipnagógicas/hipnopómpicas: suelen ocurrir en la transición sueño-


vigilia (al quedarse dormido o al despertarse). El paciente tiene percepciones irreales
(auditivas, visuales o táctiles).

Parálisis del sueño: es la imposibilidad de mover las extremidades o todo el cuerpo,


justo antes de quedarse dormido o al despertarse. Frecuentemente se acompañan de
alucinaciones hipnagógicas/hipnopómpicas.

Sueño fragmentado: el paciente con narcolepsia suele presentar frecuentemente


despertares a lo largo de la noche. También son más frecuentes las parasomnias (pesadillas,
sonambulismo, hablar en sueños, episodios de agitación psico-motriz). La fases de sueño
REM “movimientos oculares rápidos” aparecen de manera prematura.

EL ESTRÉS Y LA ANSIEDAD EN EL SUEÑO

El estrés y la ansiedad son respuestas normales del organismo ante un peligro


inminente o la percepción del mismo. Permiten generar la alerta y activación necesarias para
hacer frente a estos peligros o amenazas y buscar soluciones. Sin embargo, se convierten en
un problema cuando se vuelven demasiado intensas o desproporcionadas al estímulo que las
precipita, demasiado duraderas (una vez que desaparece el peligro o reto o por incapacidad
para hacerle frente) o demasiado frecuentes. La respuesta de activación y alerta que
desencadenan cuyo objetivo primordial es movilizar recursos para la supervivencia es
incompatible con el sueño. Por ese motivo, cuando estas emociones, se mantienen en el
tiempo, acaban generando problemas psicofisiológicos como el insomnio.

La ansiedad y el estrés, se convierten de este modo en uno de los principales


precipitantes o disparadores de los problemas de insomnio transitorio.

Se ha comprobado también una mayor activación tanto fisiológica como cognitiva en


las personas que tienen tendencia a que los problemas de sueño transitorios se conviertan en
crónicos.
Por otro lado, una vez instaurados los problemas de insomnio, la falta de sueño,
produce en el organismo una reacción fisiológica que contribuye a aumentar los niveles de
ansiedad y estrés, generando mayor alerta y activación y mayores dificultades para poder
relajarse y por tanto dormirse.

Los mecanismos por los que se produce este efecto es una cascada de acontecimientos
biológicos que tienen lugar en nuestro organismo cuando nos estresamos a nivel hormonal y
neuronal, por los que se producen alteraciones en la segregación de sustancias como el
cortisol, que inhibe y suprime el sueño, así como de la prolactina o la serotonina, muy
relacionadas con la regulación de los ciclos del sueño, estados anímicos, percepción del
dolor, etc.

SÍNDROME DE PIERNAS INQUIETAS (ENFERMEDAD DE WILLIS-EKBOM)

El Síndrome de Piernas Inquietas (enfermedad de Willis-Ekbom) es un trastorno de


origen neurológico, en el que se producen unas sensaciones molestas en las extremidades
(principalmente las piernas) durante el reposo, por ejemplo al permanecer sentado o acostado.
Estas molestias ocasionan necesidad de levantarse, caminar y moverse. Con el
movimiento, las sensaciones desagradables se alivian o desaparecen.

El trastorno aparece con cierta severidad en un 2-3 % de la población, y afecta tanto


a hombres como a mujeres. Puede aparecer a cualquier edad, siendo más frecuente a partir
de la cuarta década de la vida.

El SPI suele afectar la calidad de sueño, ocasionando somnolencia durante el día,


como así también cuadros de ansiedad y depresión que repercuten de manera importante
sobre la calidad de vida de las personas afectadas.

¿Cómo se diagnostica el síndrome de piernas inquietas?

Signos y síntomas de la enfermedad

Los términos utilizados por los pacientes para describir los síntomas de SPI suelen
ser: “desasosiego”, “hormigueo”, “calambres”, “pinchazos”, “nerviosismo”, “dolor”,
“sensaciones extrañas profundas”, “quemazón”, “piernas locas”, etc. Las características
principales son:

Necesidad irresistible de mover las piernas (o los brazos), acompañada o no de


sensaciones molestas

Inicio o empeoramiento de los síntomas durante períodos de inactividad, como por


ejemplo permanecer sentado o acostado, en la cama, en el cine o durante viajes prolongados
(por ejemplo, en el coche o en el avión)

Alivio con el movimiento: las molestias se alivian o desaparecen cuando los sujetos
con SPI se mueven, caminan o frotan sus piernas. Esta necesidad imperiosa de moverse es la
que da el nombre al trastorno.

Empeoramiento de los síntomas a últimas horas de la tarde o por la noche: esta


característica hace que los pacientes tengan dificultades para iniciar o mantener el sueño.
Durante el día las molestias desaparecen o existen, pero con menor intensidad.
También hay que tener en cuenta para el diagnóstico la existencia de familiares con
el mismo trastorno (existe predisposición familiar), antecedentes de respuesta a fármacos
dopaminérgicos (tratamiento empleado para la enfermedad), y presencia de movimientos
periódicos de las piernas durante el sueño y a veces durante la vigilia (aparecen en más de
un 80 % de los pacientes).

La evolución del SPI suele ser crónica y lentamente progresiva (aumento de


intensidad con el tiempo), alterando el sueño en la mayoría de los sujetos. La exploración
física y las pruebas médicas habituales suelen ser normales.

En aproximadamente un 20 % de los casos hay otras situaciones médicas que


explican la aparición de síntomas de SPI, como por ejemplo: anemia, insuficiencia renal,
polineuropatía, embarazo, fármacos, etc.

El síndrome de piernas inquietas puede ser diagnosticado en ocasiones en la consulta


por el médico realizando la historia clínica del paciente. Esto quiere decir que el diagnóstico
es clínico. No obstante, junto a la historia clínica, algunas pruebas pueden ser de gran
utilidad:

Análisis de sangre que incluya niveles de hierro y ferritina (este último parámetro se
encuentra alterado en muchos pacientes).

Estudios en el laboratorio de sueño (polisomnografía nocturna y test de


inmovilización sugerida simple o múltiple): se realizan para determinar si existen
movimientos periódicos en las piernas (o en los brazos), y para evaluar la calidad de sueño
de los pacientes con SPI.

Estudios de electromiografía y conducción nerviosa: sirven para descartar lesiones en


las raíces y nervios periféricos de las extremidades.
¿Cuál es la causa del síndrome de piernas inquietas?

La mayor parte de los hallazgos de investigación sugieren un trastorno en


el funcionamiento de la dopamina, una sustancia presente en el sistema nervioso que está
encargada de la regulación del movimiento. A su vez, la dopamina precisa del hierro para
funcionar correctamente, y se ha visto que en los pacientes con SPI existe un mal
funcionamiento del hierro y/o disminución de los depósitos (niveles de ferritina). Con gran
frecuencia, existen familiares cercanos afectados.
MARCO CONCEPTUAL

Adolescencia: es una etapa crítica del desarrollo que se acompaña de múltiples


cambios que afectan diversas funciones fisiológicas y psicológicas, dentro de las cuales se
encuentra el sueño. En este estadio ocurre el cambio de los patrones de sueño de la infancia
hacia el sueño del adulto. El sueño es un fenómeno complejo resultante de la interacción
entre el funcionamiento del sistema neuroendocrino, los relojes biológicos y procesos
bioquímicos, con aspectos ambientales, culturales y sociales que adquieren especial
relevancia en esta etapa de la vida. La homeostasis de estos sistemas asegura al adolescente
un crecimiento y desarrollo dentro de los parámetros fisiológicos esperados para esta etapa.
La función reparadora del sueño y las consecuencias que su alteración produce en las
funciones cognoscitivas, el desempeño diurno y la salud en general, ameritan ser estudiadas.
Es necesario detectar tempranamente las alteraciones, problemas o trastornos del sueño en
esta etapa vital, estudiar las posibles causas e intervenir oportunamente para evitar las
consecuencias de una pobre calidad de sueño.

Melatonina: Se produce en la glándula pineal, tiene un control de secreción


circadiano con un pico máximo entre las 3:00 y las 4:00 de la mañana, es regulada por la luz
exterior, la cual inhibe su producción. La melatonina está asociada con la regulación del ciclo
sueño-vigilia, inhibe el estado de vigilia y permite que las estructuras que inician el sueño
sean activadas

Luz: El reloj biológico interno de los mamíferos es independiente de los ciclos de luz
y oscuridad y exhibe una pequeña diferencia en relación al ciclo de rotación de la tierra. Sin
embargo, la luz es un factor importante en la regulación del ciclo circadiano y estimula, a
través de los receptores de la retina y sus aferencias al nsq, la liberación y activación de los
neurotransmisores que ya han sido mencionados y la liberación de norepinefrina de las fibras
noradrenérgicas post ganglionares que promueven la síntesis de melatonina.
Dolor y Enfermedad General: El dolor es una experiencia sensorial desagradable
que se asocia con daño en una región específica en algún área del organismo. Es un evento
que produce una alerta respecto de una lesión o injuria, e interfiere la posibilidad de relajarse,
descansar y dormir, dependiendo de la magnitud de dicha sensación. Con frecuencia, el dolor
está asociado con enfermedad y en cuanto no se resuelva el evento patológico, la persona
tendrá alteración en el sueño.

Estados Afectivos: El ciclo normal del sueño se puede alterar por diferentes
circunstancias entre las cuales aquellas relacionadas con estados afectivos constituyen un
factor muy importante. Los procesos de duelos normales o patológicos por pérdidas, la
depresión, la ansiedad, el estrés postraumático, entre otros, son cuadros clínicos que se
acompañan de alteración de sueño manifestándose generalmente como insomnio.

Cambios del patrón de sueño en la Adolescencia: En el transcurso de la vida se


presentan sucesivamente diferentes patrones fisiológicos del sueño que responden tanto a la
etapa de desarrollo, maduración o envejecimiento del sistema nervioso central, como a
factores externos que presionan modificaciones por influencias de tipo biológico, cultural,
ambiental o afectivo.

La preadolescencia y adolescencia son periodos en los cuales estos factores


confluyen produciendo una gran modificación en los ciclos de sueño/vigilia. Durante la
adolescencia, especialmente en la adolescencia media cuando ocurre una intensa actividad
endocrina confluyen los aspectos biológicos con las influenciasambientales que pueden
interferir en el mantenimiento de los ciclos de sueño-vigilia. Los niveles sanguíneos de las
diferentes hormonas se encuentran aumentados en algunos periodos específicos del sueño.

Los ciclos de sueño-vigilia: de la infancia cambian en forma marcada por los


estímulos fisiológicos de la pubertad, en los adolescentes se produce un retraso de
aproximadamente dos horas en el inicio del sueño nocturno y la hora del despertar.
El proceso de maduración: de la infancia a la adultez conduce a la instalación del
patrón de sueño adulto que se caracteriza por menor duración total de horas de sueño, ciclos
de sueño más largos y menor duración del sueño diurno. En la infancia temprana hay una
dramática disminución del sueño diurno, pero la reducción del tiempo de sueño nocturno es
menos marcada y más gradual hasta la adolescencia tardía.

Los cambios fisiológicos: en los patrones de sueño y los requerimientos de este


pueden estar alterados por las exigencias de la escolaridad. En esta etapa, el adolescente
tiende a dormirse más tarde mientras los horarios escolares generalmente le exigen levantarse
más temprano.

Vida Urbana: ha producido cambios importantes en los hábitos, en general, y, en


forma particular, en el sueño como consecuencia del incremento de actividades que se
desarrollan en la noche. La oportunidad para el encuentro social y familiar, la asistencia a
eventos de tipo cultural han desplazado los horarios de iniciación de sueño contribuyendo a
la alteración del número de horas de descanso que tienen su mayor efecto negativo en
población joven.

La presión social: hace que el adolescente que quiere ser incluido y aceptado dentro
de un grupo sacrifique horas de sueño con miras a poder ser parte de todas las actividades en
las que participan sus pares. La necesidad de afianzar su identidad y consolidar su imagen,
de ser aceptado dentro de un grupo, de adquirir autonomía y de participar en los eventos
sociales (conciertos, fiestas, presentaciones, citas, entre otros) hace que sus horarios de sueño
se desplacen cada vez hacia horas más tardías.

Sueño y amor romántico: Los estados sentimentales durante la adolescencia son de


enorme importancia. Esta es una etapa en la que se estructuran vínculos entre los compañeros
que consolidan su papel dentro del grupo y se presenta la necesidad de establecer relaciones
afectivas de tipo romántico que permiten afianzar la autoestima al reconocerse como alguien
atractivo para los otros y capaz de establecer una relación sentimental. El amor romántico
definido como un estado afectivo de enorme importancia que está dirigido a una única
persona y que involucra componentes eróticos, cognitivos, emocionales así como
comportamentales, se presenta durante la adolescencia como un elemento importante en el
desarrollo del establecimiento de relaciones sociales y psicosexuales. Este estado se ha
asociado a cambios en el patrón de sueño que se acompañan de sensación de satisfacción,
alegría, bienestar, entre otras.

Factores que alteran la Fisiología del Sueño en la Adolescencia: Los factores que
alteran el sueño en la adolescencia han sido motivo de estudio en diferentes países
encontrando elementos comunes relacionados con la actividad social propia de esta etapa,
con demandas académicas y con la influencia de los medios de comunicación y tecnología
(televisión, computador, internet, redes sociales) independientemente del grupo cultural.
Estas influencias se suman al retraso fisiológico del inicio del sueño nocturno propio de la
adolescencia y desencadenan una privación de sueño, que es el problema que se describe con
más frecuencia en la adolescencia.

Clasificación y prevalencia de problemas y trastornos del sueño en adolescencia

Los trastornos del sueño se clasifican en primarios y secundarios.

Los primarios: se agrupan en disomnias y parasomnias. Las disomnias incluyen


alteraciones de la cantidad (horas de sueño), calidad (función restaurativa del dormir) y
horario del sueño (ritmo circadiano de sueño), e incluyen el insomnio, la hipersomnia, los
trastornos del ritmo circadiano, y los trastornos del sueño relacionados con alteraciones de la
respiración, especialmente las apneas durante el sueño, la narcolepsia u otras disomnias no
especificadas.

Los hábitos de sueño en los adolescentes: muestran que tienen retraso del ciclo
circadiano sueño-vigilia o síndrome de fase de sueño retrasada que se acompaña de dificultad
para iniciar el sueño nocturno o dificultad para despertarse a una hora deseada, sin embargo,
una vez iniciado el sueño no hay problemas en mantenerlo; este síndrome generalmente se
acompaña de somnolencia diurna especialmente en la mañana, y tienden a disminuir la
duración total del tiempo dormido; esto tiene una influencia significativa sobre el
funcionamiento diurno y los logros académicos; sin embargo, la dificultad radica en
establecer un rango normal de duración de sueño para este grupo etáreo y determinar cuáles
condiciones tienen implicaciones patológicas. La postergación de la hora de dormir y la
disminución del sueño se suele extender hasta la etapa de adulto joven.
METODOLOGÍA

Población

Caso de un Adolescente residente del Municipio de Pamplona, en edad comprendida


de 13 años de edad aproximadamente.

Adolescente procedente del Municipio de Pamplona, de género masculino, junto con


un nivel socioeconómico 2.

Instrumento

Para el desarrollo de esta actividad investigativa, se llevará a cabo el proceso de


intervención. En ella se requiere historia clínica, consentimiento informado y entrevista
semiestructurada. Los instrumento está elaborado por preguntas abiertas, el cual formará
parte de la recolección de información, así mismo el respectivo análisis.

Según el autor Picante, (2009). Aporta que la Historía Clínica.“Es un instrumento de


datos que se basa en recolectar cada aspecto significativo en el ciclo vital y por ende las
preguntas se contestan muy brevemente, así mismo señalando el posible proceso de
intervención terapéutico.
Dado los aportes del autor anteriormente mencionado, la historia clínica está
determinada por medio de preguntas abiertas y cerradas, de tal manera, que el terapeuta
determina el proceso de intervención a seguir según considere las falencias de dicho caso,
teniendo en cuenta los objetivos que se están adoptando en las diferentes problemáticas del
paciente, para poder llevar a cabo un adecuado desarrollo del mismo.
HIPOTESIS

Hay una influencia de factores psicológicos, sociales y culturales que perjudican el


estado de sueño en el adolescente

El adolescente con problemas del sueño, expone bajo rendimiento académico

El adolescente que presentan baja calidad del sueño, manifiesta un desempeño regular
en la solución de problemas diarios, lo cual implican mal desarrollo de habilidades
cognitivas.
REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA

Instituto del Sueño, (2016). Principales patologías en el estado de sueño. Revisado el 04 de


Mayo del 2018, de http://www.iis.es/

C. Talero, F. Durán, I. Peréz. (2013). Sueño: Caracteristicas Generales. Patrones fisiológicos


y Fsisiopatológicos en la Adolescencia. Rev Cienc Salud. Revisado el 04 de Mayo de
2018. De: http://www.scielo.org.co/pdf/recis/v11n3/v11n3a08.pdf

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