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Sentencia Absolutoria
Sentencia Absolutoria
Exp. N° 00171-2010-49-1401-JR-PE-02.
Imputados : Santos A. López Alvarado y otra.
Agraviados : César Augusto Ruíz Lévano y otros.
Delitos : Falsedad Genérica y otro.
Procedencia : Segundo Juzgado Unipersonal de Ica.
RESOLUCION N° 15.
SENTENCIA DE VISTA.
1.- Viene en apelación la Resolución número siete, de fecha veintiocho de mayo del año
dos mil doce, en virtud a la cual la señora Jueza del Segundo Juzgado Unipersonal de
Ica, resolvióabsolviendo de los cargos que contiene la acusación fiscal aSantos A. López
Alvarado y Mercedes Segovia Maldonado, por la comisión del delito Contra la Fe Pública,
en la modalidad deFalsificación de Documentos imputados a los acusados, en agravio
de César Augusto Ruíz Lévano; y Contra la Administración de Justicia, en la modalidad
de Fraude Procesal en agravio del Estado Peruano; disponía que consentida y/o
ejecutoriada que sea la presente se archive definitivamente estos actuados, cursándose
los oficios correspondientes para la anulación de los antecedentes judiciales que se
hubieren generado como consecuencia del presente proceso. Sin costas.
2.- Verificada las audiencias correspondientes, con los alegatos respectivos expuestos
por el Ministerio Público, el abogado del actor civil y la defensa técnica de los
procesados, los cuales han quedado registrados en el audio respectivo, la causa ha sido
debatida y votada por los señores Jueces Superiores Armando Coaguila Chávez,
Segundo Florencio Jara Peña y Rosalinda Travezán Moreyra.
II.- CONSIDERANDOS:
1.1 Es una premisa no solo en el contexto judicial, sino también doctrinario, que en
materia penal la Inocencia se presume y la Responsabilidad Penal se debe demostrar
con todos los medios probatorios regulados por la codificación procesal penal, sin un
margen que dé lugar a dudas, ya que de lo contrario operarán las garantías
constitucionales de la presunción de inocencia y el in dubio pro reo.
Es decir que para emitir una Sentencia Condenatoria, en la que se concluya por la
responsabilidad del procesado, es necesario que el juzgador haya llegado, más allá de
toda duda razonable, a la certeza de estar en posesión de la verdad forense, en base a
la cual se sancione al procesado.
1.3 En inciso dos, del artículo cuatrocientos veinticinco del Código Procesal Penal se
precisa que “[L]a Sala Penal Superior sólo valorará independientemente la prueba
actuada en la audiencia de apelación, y las pruebas pericial, documental, preconstituida
y anticipada. La Sala Penal Superior no puede otorgar diferente valor probatorio a la
prueba personal que fue objeto de inmediación por el Juez de primera instancia, salvo que
su valor probatorio sea cuestionado por una prueba actuada en segunda instancia”.
1.4 Lo anterior es la regla, pero caben excepciones, estas han sido desarrolladas en la
Casación N° 05-2007-HUAURA, del once de octubre del año dos mil siete, es decir
algunas de estas pruebas pueden ser accesibles al control por el órgano revisor, sobre
todo si están vinculados a la estructura racional del propio contenido de la prueba,
implica entonces que pueden ser fiscalizados, se le puede dar otro valor probatorio, no
necesariamente a través de la inmediación sino de las reglas de la lógica, la experiencia
y los conocimientos científicos, para lo cual tienen que ser cuestionados por el
impugnante.
3.1 La sentencia materia de revisión fue impugnada por el representante del Ministerio
Público; efectivamente en la audiencia de apelación el señor Fiscal Superior solicitó
que se declare nula la misma con el argumento de que no se han compulsado
adecuadamente los medios probatorio, inclusive la pericia no se ha realizado con las
formalidades de ley, por el contrario existen actos de investigación que corroboran una
criminalidad manifiesta en la obtención de los documentos. Precisó que la sentencia no
se ha motivado, es decir que existe una motivación aparente, insuficiente e
incongruente, afirmó que existe contradicción en lo sustentado por el perito, igualmente
hay incongruencias en lo razonado por la señora Jueza respecto de la presunción de
continuación del cargo del Gobernador, pues los acusados si sabían que éste ya no
ejercía el cargo. Y otras argumentaciones más registradas en el audio de la audiencia
de apelación.
3.2 Por su parte la defensa del actor civil, quién también impugnó la resolución materia
de revisión, manifestó que el perjuicio de su patrocinado se inició con la presentación
de las certificaciones por parte de los procesados para efectos de sustentar su interdicto
de retener; expresó que si bien es cierto que existen dos pericias que arriban a
conclusiones contrarias, lo cierto es que para tales experticias se han utilizado
documentos diversos. Precisó así mismo que la resolución no se encuentra debidamente
motivada, por lo que debe ser declarada nula, pues aún cuando el acusado se desistió
del proceso interdictal se ocasionó un perjuicio moral y económico a su patrocinado, lo
propio sucedió al haberse expedido mas de veinte resoluciones en el proceso civil,
configurándose el delito de fraude procesal.
Y demás argumentaciones que han quedado registradas en los audios correspondientes.
3.3 En tanto que la defensa técnica de los procesados manifestó que se ha probado que
sus patrocinados no cometieron el delito de falsificación de documentos, pues en el año
dos mil ocho ante los problemas que subsistían en el terreno de San Antonio de Papua,
sector San Joaquín, solicitaron por escrito una verificación por parte del Teniente
Gobernador del lugar para iniciar el interdicto de retener, de modo que al haber sido
declarada inadmisible presentaron las copias expedidas por el referido Teniente
Gobernador, sin embargo en el ínterin fueron denunciados penalmente con el
argumento de que el señor Caldas Sevillano ya no era autoridad en la fecha que expidió
la documentación, fecha en que toman conocimiento de este hecho por lo cual se
tuvieron que desistir de la demanda; respecto a las pericias grafológicas expresó que la
referida persona les proporcionó dos originales de cado uno de ellos, hecho que hicieron
de conocimiento del Juez, uno obra en el expediente administrativo de titulación y el
otro lo presentó para que se realice la ampliación de pericia, precisó que sus
patrocinados no tiene ninguna responsabilidad penal, del mismo modo respecto del
delito de fraude procesal, pues no conocían que el señor Caldas Sevillano ya no ejercía
el cargo de Teniente Gobernador a la fecha de expedición de los documentos objetos de
juzgamiento.
Entre otras argumentaciones más solicitó que se confirme la resolución impugnada.
3.4 Finalmente se oyó la participación tanto del actor civil como de los dos procesados.
4.1 Cuando el imputado niega el hecho o cuestiona pasajes del mismo, corresponde al
Órgano Jurisdiccional determinarlo a partir de la valoración de la prueba en el Juicio
Oral. Esta es la lógica del proceso penal contradictorio.
Para emitir un pronunciamiento, ante la negación de los acusados, el órgano
jurisdiccional se vale de pruebas, de modo que lo mas correcto es afirmar que las
pruebas, y no el órgano Jurisdiccional, son las que condenan o absuelven a los
procesados.
La prueba, siguiendo a Cafferata Nores, es la que confirma o desvirtúa una hipótesis o
una afirmación precedente[1]; la prueba es el medio más confiable para descubrir la
verdad forense, y, a la vez, la mayor garantía contra la arbitrariedad de las decisiones
judiciales.
4.5 Esta premisa legal implica que este colegiado no puede otorgar valor probatorio
distinto al efectuado por el tribunal de mérito, sobre todo a las pruebas personales
verificadas durante el juicio oral, pues como se advierte de los actuados en segunda
instancia no se han ofrecido nuevos medios probatorios, tampoco el valor probatorio de
aquellas pruebas han sido puestas en tela de juicio.
5.2 Teniendo en cuenta estos hechos, este tribunal, con base en la actividad probatoria
actuada en el juicio oral, determinará si los procesados falsificaron dicha
documentación y lo presentaron al proceso civil a sabiendas de su falsedad.
6.1 Estados intelectuales del Juez frente a la actividad probatoria que sustenta
la teoría del caso.
b) Conforme a lo expuesto por el ya citado autor argentino Cafferata Nores los estados
intelectuales a los que permiten arribar los medios probatorios son la verdad (cabe
aclarar que la verdad que se procura en el proceso penal es la verdad sobre la
culpabilidad del imputado: su inocencia se tiene por verdadera hasta que se pruebe lo
contrario), la certeza (la firme convicción de estar en posesión de la verdad), la duda
(indecisión del intelecto puesto a elegir entre la existencia o la inexistencia del objeto
sobre el cual se está pensando) y la probabilidad (habrá probabilidad en cambio, cuando
la co existencia de elementos positivos y negativos permanezca).
6.2 Como se advierte del juicio de primera instancia el perito grafotecnico Félix Aquije
Ramos, máxime en su declaración ampliatoria dispuesta de oficio por la señora Jueza,
ha llegado a la conclusión de que las firmas que aparecen en los documentos debitados
denominados “Certificado de Inspección Ocular” y “Certificado de Posesión”, ambos
expedidos por Carlos Caldas Sevillano el trece de septiembre del año dos mil ocho,
provienen del puño gráfico de ésta persona.
6.3 El perseguidor oficial del delito ha tipificado los hechos imputados a los procesados
en el tipo penal contenido en el artículo cuatrocientos veintisiete del Código Penal, es
decir que Santos A. López Alvarado y Mercedes Segovia Maldonado han sido los autores
materiales de la presunta falsificación de dichos documentos, sin embargo con la
experticia y la declaración del perito grafotécnico anteriormente ya evaluados la teoría
del caso fiscal ya no tiene sustento probatorio alguno.
6.4 Cosa muy distinta es responder la interrogante si los procesados Santos A. López
Alvarado y Mercedes Segovia Maldonado sabían que el documento suscrito por Carlos
Caldas Sevillano no tenía ninguna validez, por cuanto en la fecha de otorgamiento ya
no ejercía el cargo funcional que se arrogaba, y a despecho de ese conocimiento lo
presentaron al expediente judicial tantas veces ya citado, de manera que dicho
conocimiento o desconocimiento si podría tener algunos efectos o vasos comunicantes
con el delito de fraude procesal; al respecto caben las precisiones siguientes:
a) De la prueba actuada en primera instancia se infiere que Carlos Caldas Sevillano fue
Teniente Gobernador hasta el treinta y uno de enero del año dos mil siete, fecha en que
le sucedió en el cargo William Alberto Guillen Herencia.
b) Tal parece que esta función no fue tan pública ni notoria en el sector de San Joaquín,
pues de la declaración testimonial prestada en el juicio de primera instancia por parte
del aludido William Alberto Guillen Herencia se infiere que no existía un recinto público
para el desarrollo de las actividades funcionales, que se ejercía simplemente en los
domicilios de los designados, que no existía un escudo o distintivo oficial que los
identifique y que no se realizó relevo de cargo debidamente documentado entre el
antecesor y el sucesor.
c) Siendo esto así no existe una certeza respecto a la interrogante planteada, esto es que
los procesados conocían y sabían que la documentación presentada ante una
dependencia judicial formalmente no tenía ninguna validez, no existen pruebas que
demuestren esto, antes bien se ha generado una duda razonable al respecto, por lo que
es del caso que se confirme la sentencia impugnada.
6.5 En el inciso uno del artículo cuatrocientos noventa y nueve del Código Procesal
Penal se ha establecido que el Ministerio Público esta exento del pago de las costas, de
modo que es factible eximirlo del pago de las costas en segunda instancia.
De la misma forma, si bien es cierto que en el inciso tres del artículo cuatrocientos
noventa y siete del Código Procesal Penal se ha establecido que las costas están a cargo
del vencido, pero también es cierto que el órgano jurisdiccional puede eximirlo, total o
parcialmente, cuando hayan existido razones serias y fundadas para promover o
intervenir en el proceso.
En el caso de autos se advierte que la Parte Civil ha tenido razones para recurrir, además
de ser una materialización de su derecho a la pluralidad de instancias, de modo será
factible también eximirlo del pago de las costas en segunda instancia.
DECISIÓN:
Por los fundamentos antes expuestos, y los contenidos en la sentencia recurrida, los
integrantes de la Sala Superior Penal de de Ica, RESUELVEN:
1.- CONFIRMAR la Resolución número siete, de fecha veintiocho de mayo del año dos
mil doce, en virtud a la cual la señora Jueza del Segundo Juzgado Unipersonal de Ica,
resolvió absolviendo de los cargos que contiene la acusación fiscal a Santos A. López
Alvarado y Mercedes Segovia Maldonado, por la comisión del delito Contra la Fe Pública,
en la modalidad de Falsificación de Documentos imputados a los acusados, en agravio
de César Augusto Ruíz Lévano; y Contra la Administración de Justicia, en la modalidad
de Fraude Procesal en agravio del Estado Peruano; disponía que consentida y/o
ejecutoriada que sea la presente se archive definitivamente estos actuados, cursándose
los oficios correspondientes para la anulación de los antecedentes judiciales que se
hubieren generado como consecuencia del presente proceso. Sin costas.
2.- ORDENARON que, una vez consentida o ejecutoriada que sea la presente, se
archiven los actuados en el modo y forma de ley y se anulen los antecedentes que haya
generado el presente proceso, así como se levanten las medidas coercitivas con
propósito de su instauración, si hubieren.
3.- DISPUSIERON la devolución de los actuados al juzgado de origen para fines del
archivamiento definitivo correspondiente. Sin costas en esta instancia.
S.S.
COAGUILA CHAVEZ.
JARA PEÑA.
TRAVEZAN MOREYRA.