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El Dr. Samuel Hahnemann muere el 2 de Julio de 1843 y el Dr. Proceso Sánchez Ortega
nace el 2 de julio de 1919.
Gracias Maestro
Procuraré difundir sus últimas investigaciones sobre las enfermedades crónicas para que
la gran trascendencia que nos da el reconocimiento de lo miasmático tenga una utilidad
práctica que nos hace esencialmente diferentes en el concepto curativo.
Querido Maestro, siempre he pensado que para lograr la empatía médico paciente, en
su grado máximo, debemos entenderla como un proceso eminentemente intelectivo y
mínimamente afectivo. Y considero que es el acercamiento de dos entidades
absolutamente distintas, de dos elementos disímbolos, como lo son el paciente y el
médico.
Eso es exactamente así, querido alumno. El médico debe percibir con claridad lo que
hay que curar en cada caso patológico individual que se le presente. Y percibir es ver
con el entendimiento. Debe descubrir lo que hay bajo la apariencia, lo que está oculto
voluntaria o involuntariamente. Y esto exige al médico ausencia de prejuicios y
sentidos perfectos, atención al observar y fidelidad al trazar el cuadro de la enfermedad.
Debemos de hacer a un lado la afectividad y observar intelectivamente en su totalidad al
paciente.
1.- Natura Morborum Medicatrix; 2.- Similia Similibus Curentur; 3.- Experimentación
Pura; 4.- Individualidad Morbosa; 5.-Individualidad Medicamentosa; 6.- Principio
Vital; 7.- Dosis Mínima; 8.-Predisposiciones Mórbidas o Miasmas.
A propósito quisiera comentarte que en el estado de salud, la fuerza vital gobierna con
poder ilimitado y conserva todas las partes del organismo en armoniosa y admirable
operación vital, de modo que el espíritu dotado de razón que reside en nosotros, pueda
emplear libremente estos instrumentos vivos y sanos para los más altos fines de la
existencia.
Y te diría más , querido amigo Proceso, el organismo material, sin la fuerza vital, es
incapaz de sentir, de obrar, de conservarse a sí mismo; todas las sensaciones nacen y
todas las funciones vitales se realizan por medio del ser inmaterial (el principio vital)
que lo anima, tanto en el estado de salud como de enfermedad.
• Eso es así, estimado amigo. El animal que vive en libertad no ingiere mas
alimento que el que conviene a su naturaleza y a su salud; jamás tomará mas de
los que necesita para su bienestar; tan solo debe apaciguar su sed y descansa
cuando está cansado.
Y yo pienso que el simillimum debe administrarse al ser, que puede ser modificable y
por tanto requiere una nueva medicación para el hoy del paciente y su estado
existencial.
Por lo tanto, no es cierto que con un solo medicamento se pueda curar siempre al
paciente. Ya lo dejé muy claro en mi Órganon en los parágrafos 165 a 171
En el pfo.216 del Órganon, explico que no son raros los casos, en las enfermedades
llamadas corporales que amenazan la existencia, como la supuración del pulmón, en las
que aumentando rápidamente la intensidad del síntoma moral, la enfermedad degenera
en locura, en una especie de melancolía o de manía, ante las cuales los síntomas
corporales dejan de ser peligrosos y mejoran casi hasta la salud perfecta o más bien
disminuyen a tal grado que su presencia opacada solamente puede descubrirse por la
observación de un médico dotado de perseverancia y penetración.
De este modo son transformados en una enfermedad parcial, o por decirlo así, local, en
que el síntoma de la perturbación mental, que al principio era ligero, aumenta hasta
convertirse en el síntoma principal, que en parte ocupa el lugar de los otros síntomas
(corporales), cuya intensidad la domina de una manera paliativa, en una palabra, las
afecciones de los órganos materiales del cuerpo son transportados y conducidos a los
órganos casi espirituales, mentales y emocionales, que el anatómico nunca ha
alcanzado, ni alcanzará con su escalpelo.
Te diría, querido amigo, que los mejores experimentos de los efectos puros de los
medicamentos simples que alteran la salud humana, y de las enfermedades artificiales y
síntomas que son capaces de desarrollar en el individuo sano, son los que el médico
sano, sin prejuicios y sensible realiza en sí mismo con todas las precauciones y
cuidados. El médico conoce con gran certeza lo que ha experimentado en su propia
persona.
Deberá excluirse rigurosamente de esta materia médica todo lo que sea conjetura,
simple aserción, o imaginario; todo deberá ser el lenguaje puro de la naturaleza
cuidadosa y honradamente interrogada.
Preferí despreciar todos los honores y todas las ganancias materiales a ejercer un arte
falso.
La persecución a que fui sujeto, hizo que tuviera que cambiar constantemente de
residencia, viviendo en diferentes ciudades, entre ellas Hamburgo, Dessau y Torgau. En
esta última, donde permanecí por un período más prolongado, publiqué un texto sobre
higiene titulado “El amigo de la salud”.
No resistí el golpe y con su cadáver, fue sepultada la duda que aún tenía sobre el valor
de la terapéutica alopática.
¿Te has dado cuenta que naces el mismo día, 2 de Julio, que yo muero. Y que tu
mamá se llamaba como mi primera y amada esposa, Enriqueta, que tanto me ayudó y
tantas penurias tuvo que pasar para que la verdadera Medicina diera a luz para bien de
la Humanidad? Y que tu madre te ayudó para que, mi querido joven Proceso, pudieras
salir adelante, hasta llegar a ser una figura trascendente de la Homeopatía Universal.
“Soy un hombre como el común, que me he dedicado a lo que me gusta con gran
apasionamiento, con mis grandes defectos como humano y la relativa hipocresía con la
que se porta uno en la sociedad”
“Realmente considero que no tiene gran mérito, para el que se dedica a lo que le gusta y
con mayor razón si le apasiona”.
“El interés que tuve por lo miasmático fue por la observación de la práctica que tuvo
ante mí, mi maestro más reconocido, el doctor Eulalio Darío Flores, y los consejos
magistrales de un gran prescriptor homeopático, el doctor Leonardo Jaramillo, sin
menospreciar a otros muchos buenos maestros de mi ejemplar escuela como fueron
Moisés Mendez X., Gildardo Bonilla, Alfredo Zendejas, Miguel Sánchez de la Vega,
Pastor G. Rocha, y Alberto Lara de la Rosa, entre otros”
“Lucio Rosette inició mi especial curiosidad por lo miasmático, ya que siendo profesor
de Fisiopatología, nos habló de la teoría de que las enfermedades derivaban muy
frecuentemente de alteraciones de la nutrición, ya sea por defecto, por exceso o por
perversión, noción ésta que todavía predomina para explicar toda disfunción y toda
lesión que se encontrará en toda enfermedad verdadera”.
Leyendo la materia médica de Jahr, pensé en la clase del maestro Rossette; él nos había
comentado que los diversos autores en medicina siempre pugnaban por encontrar la
causa profunda de las enfermedades, por ejemplo el gran Hipócrates con su teoría de los
temperamentos derivados de los elementos circulantes, el sanguíneo, el bilioso, el
flemático...
Asocié esos tres temperamentos con las tres alteraciones nutricionales que influían en
esos tiempos en las escuelas de medicina: el defecto, el exceso y la perversión como
base de toda afección orgánica. De inmediato lo relacioné con la hipótesis de las tres
grandes enfermedades crónicas que Vd, Maestro Hahnemann definió perfectamente: La
psora, la sycosis y la syphillis.
“Pensé en por qué a pesar de tantos siglos de diferencia perduraban en la medicina esas
tres direcciones de la causa íntima de las enfermedades.
“Apunté esa interrogante que había de impulsar toda investigación futura que pude
hacer sobre las causas de las enfermedades y que me impulsó a leer y estudiar todo lo
referido a la patología del ser humano.
“Con esa inquietud, fui encontrando en la filosofía homeopática de Kent y en las obras
similares de Allen, Roberts y en todos los innúmeros clásicos de la Homeopatía, apoyos
que fortalecían la posibilidad de la hipótesis que había intuido: Una corriente del
pensamiento de los grandes maestros de la medicina que buscaban siempre el actual
concepto del inconsciente colectivo.
“Este mismo concepto que Jung, como Vd. Maestro Hahnemann y sus seguidores
intuyeron, dándole sentido por medio de una explicación congruente y espléndida a
través de las materias correspondientes a la medicina homeopática, las cuales ofrecían
analogías para fortalecer el edificio arquitectónico de la doctrina de las enfermedades
crónicas que con tanto Amor, querido Maestro, nos legó a la Humanidad, como obra
cumbre de la Medicina Homeopática.
“Ha sido para mí obligado, no sólo leer y releer sino estudiar concienzudamente, las
múltiples coincidencias que hay entre sus obras, el Órganon, y La Doctrina y
Tratamiento de las Enfermedades Crónicas , así como algunas aparentes incongruencias
que también se pueden encontrar. Vd. mismo anticipó ante la grandeza de lo que estaba
descubriendo, y lo dejó escrito, que sus discípulos necesitaban complementar y hacer
patente ése, su último descubrimiento, lo miasmático.
“Pero Vd, Maestro Hahnemann , superó todos estos estudios profundos de la medicina
porque lo comprobó en la clínica con sus múltiples enfermos y con su maravillosa
doctrina de las enfermedades crónicas, la luz más luminosa y esclarecedora hasta donde
es posible de la patología del ser humano.
Y por último, el área donde más luz vi necesario ha sido la clasificación y estudio de lo
miasmático para bien de la clínica y de los pacientes, la teoría miasmática descubierta
por Vd, querido y admirado Dr. Samuel Hahnemann, que he profundizado y
aclarado con mi humilde aportación para el bien al mundo de la Homeopatía.
Dime amigo Proceso, qué más le dirías a los compañeros para que entiendan bien todo
lo miasmático, que como muy bien sabes fue mi última investigación.
La maquina del tiempo une en la eternidad a todos los grandes médicos que han
luchado por un mundo mejor.
Y el Dr. Samuel Hahnemann, junto al Dr. Proceso Sánchez, nos transmite un mensaje
desde ese hermoso lugar compartido con nuestro creador.
• Debeis defenderla contra todos los ataques, teniendo cuidado de que los
amigos no le hagan más perjuicios que los enemigos.
MUCHAS GRACIAS