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Titulo de la Ponencia: El Maestro y su Discípulo

Autor: Dr. Francisco de Asís Moya Hiniesta


ESCUELA HISPANOAMERICANA DE HOMEOPATÍA
“SAMUEL HAHNEMANN”
Real e Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Sevilla
SEVILLA (ESPAÑA)

El Dr. Samuel Hahnemann muere el 2 de Julio de 1843 y el Dr. Proceso Sánchez Ortega
nace el 2 de julio de 1919.

SEGUIRE MAESTRO CON LA ANTORCHA DE LA HOMEOPATIA.

LA MAQUINA DEL TIEMPO UNE AL MAESTRO Y SU DISCIPULO

Las Enfermedades Crónicas. Su naturaleza peculiar y su cura homeopática

Mi querido discípulo Proceso


Para que no sea perdida toda la ciencia para el mundo, pues un poco antes de la
conclusión de este libro una suprema señal me habrá llamado a la eternidad, lo que no
puede ser difícil a los 73 años de edad

Gracias Maestro
Procuraré difundir sus últimas investigaciones sobre las enfermedades crónicas para que
la gran trascendencia que nos da el reconocimiento de lo miasmático tenga una utilidad
práctica que nos hace esencialmente diferentes en el concepto curativo.

Querido Maestro, siempre he pensado que para lograr la empatía médico paciente, en
su grado máximo, debemos entenderla como un proceso eminentemente intelectivo y
mínimamente afectivo. Y considero que es el acercamiento de dos entidades
absolutamente distintas, de dos elementos disímbolos, como lo son el paciente y el
médico.

Eso es exactamente así, querido alumno. El médico debe percibir con claridad lo que
hay que curar en cada caso patológico individual que se le presente. Y percibir es ver
con el entendimiento. Debe descubrir lo que hay bajo la apariencia, lo que está oculto
voluntaria o involuntariamente. Y esto exige al médico ausencia de prejuicios y
sentidos perfectos, atención al observar y fidelidad al trazar el cuadro de la enfermedad.
Debemos de hacer a un lado la afectividad y observar intelectivamente en su totalidad al
paciente.

Pienso Maestro Hahnemann, que la visión homeopática nos lleva a la consideración


del ser humano integralmente, vamos a actuar sobre la totalidad del ser humano y no
sobre una de sus partes. No podemos prescindir de ninguno de sus principios básicos.
Se acordó que los principios de la Homeopatía deben ser:

1.- Natura Morborum Medicatrix; 2.- Similia Similibus Curentur; 3.- Experimentación
Pura; 4.- Individualidad Morbosa; 5.-Individualidad Medicamentosa; 6.- Principio
Vital; 7.- Dosis Mínima; 8.-Predisposiciones Mórbidas o Miasmas.

Los principios fundamentales de la Homeopatía, se pueden deducir todos de mi


libro El Organon de la Medicina.

A propósito quisiera comentarte que en el estado de salud, la fuerza vital gobierna con
poder ilimitado y conserva todas las partes del organismo en armoniosa y admirable
operación vital, de modo que el espíritu dotado de razón que reside en nosotros, pueda
emplear libremente estos instrumentos vivos y sanos para los más altos fines de la
existencia.

Y te diría más , querido amigo Proceso, el organismo material, sin la fuerza vital, es
incapaz de sentir, de obrar, de conservarse a sí mismo; todas las sensaciones nacen y
todas las funciones vitales se realizan por medio del ser inmaterial (el principio vital)
que lo anima, tanto en el estado de salud como de enfermedad.

• Mi querido alumno, hablemos de Filosofía, hablemos de la satisfacción de los


sentidos. El hombre ha nacido para gozar. Toda la creación conoce el placer y el
goce. ¿Por qué habrían de negársele estos bienes a los seres humanos, dotados
de la más exquisita y delicada sensibilidad?

• Considero maestro, que la causa de la enfermedad deriva del propio hombre y


como Vd. dice, en efecto, el hombre, al igual que los demás seres, fue creado
para gozar y disfrutar, pero es el único que se extralimita tanto en el número
como en la elección de sus goces.

• Eso es así, estimado amigo. El animal que vive en libertad no ingiere mas
alimento que el que conviene a su naturaleza y a su salud; jamás tomará mas de
los que necesita para su bienestar; tan solo debe apaciguar su sed y descansa
cuando está cansado.

• De los filósofos, maestro Hahnemann, siempre me llamó la atención, Sócrates,


cuya filosofía representa el fundamento imprescindible para el humanismo que
debe imperar en una verdadera medicina y los conceptos de la ética socrática son
también aplicables dentro de la Homeopatía.

• Querido Proceso, el médico debe conocer en profundidad la filosofía,


dedicarse al estudio del alma humana y de sus enfermedades. Y uno de los
filósofos, posterior a mí, que mejor explica el vitalismo que fundamenta nuestra
doctrina homeopática es Henri Bergson. Pero también debemos estudiar a
Platón, Aristóteles, Plótino, Tomás de Aquino, Descartes, Leibniz,….
Maestro, me preocupa que algunos compañeros piensen que hay buscar el simillimum
de cada paciente y que debe ser el único medicamento que hay que dar ante cualquier
situación.

Y yo pienso que el simillimum debe administrarse al ser, que puede ser modificable y
por tanto requiere una nueva medicación para el hoy del paciente y su estado
existencial.

Mi querido y amado Proceso, en la enfermedades crónicas no venéreas, las más


frecuentes, por lo tanto, que provienen de la psora, se necesita con frecuencia, para
realizar una curación, dar varios remedios antipsóricos sucesivamente, siendo elegido
homeopáticamente cada uno de ellos, de acuerdo con el grupo de síntomas que ha
quedado después de que el remedio anterior ha terminado su acción.

Por lo tanto, no es cierto que con un solo medicamento se pueda curar siempre al
paciente. Ya lo dejé muy claro en mi Órganon en los parágrafos 165 a 171

Maestro, me comentó el compañero Paschero, que en una ocasión administró a un


enfermo esquizofrénico catatónico Phosphoro y murió de una fulminante tuberculosis.
¿Qué explicación ve a este hecho?

En el pfo.216 del Órganon, explico que no son raros los casos, en las enfermedades
llamadas corporales que amenazan la existencia, como la supuración del pulmón, en las
que aumentando rápidamente la intensidad del síntoma moral, la enfermedad degenera
en locura, en una especie de melancolía o de manía, ante las cuales los síntomas
corporales dejan de ser peligrosos y mejoran casi hasta la salud perfecta o más bien
disminuyen a tal grado que su presencia opacada solamente puede descubrirse por la
observación de un médico dotado de perseverancia y penetración.

De este modo son transformados en una enfermedad parcial, o por decirlo así, local, en
que el síntoma de la perturbación mental, que al principio era ligero, aumenta hasta
convertirse en el síntoma principal, que en parte ocupa el lugar de los otros síntomas
(corporales), cuya intensidad la domina de una manera paliativa, en una palabra, las
afecciones de los órganos materiales del cuerpo son transportados y conducidos a los
órganos casi espirituales, mentales y emocionales, que el anatómico nunca ha
alcanzado, ni alcanzará con su escalpelo.

En estas enfermedades debemos tener mucho cuidado en conocer el conjunto de los


fenómenos, los que pertenecen a los síntomas corporales, y a la verdad, también con
especialidad los que se refieren a la comprensión exacta de la naturaleza precisa del
síntoma principal, del estado mental y moral peculiar y siempre predominante, a fin de
descubrir con el propósito de extinguir toda la enfermedad, entre los remedios cuyos
efectos puros son conocidos, una potencia medicinal patogenésica homeopática, es
decir, un remedio cuya lista de síntomas exhiba, con la mayor similitud posible, no sólo
los síntomas morbosos físicos del caso presente, sino también con especialidad este
estado mental y emocional.
Me preocupa maestro Hahnemann, los médicos homeópatas que prescriben
medicamentos y elaboran materias médicas por observaciones que se alejan de la
verdadera experimentación Pura, y que siguen más bien la teoría de las signaturas para
administrar las sustancias a los enfermos.

Te diría, querido amigo, que los mejores experimentos de los efectos puros de los
medicamentos simples que alteran la salud humana, y de las enfermedades artificiales y
síntomas que son capaces de desarrollar en el individuo sano, son los que el médico
sano, sin prejuicios y sensible realiza en sí mismo con todas las precauciones y
cuidados. El médico conoce con gran certeza lo que ha experimentado en su propia
persona.

Si de este modo hemos probado en individuos sanos un número considerable de


medicamentos simples y hemos registrado cuidadosa y fielmente todos los síntomas y
elementos morbosos que son capaces de desarrollar como productores artificiales de
enfermedades, solo entonces tendremos una verdadera materia médica, una colección
real, pura y digna de confianza de la manera de obrar de la sustancias medicinales
simples, un volumen del libro de la naturaleza, donde está inscrita una variedad
considerable de cambios peculiares de la salud y síntomas comprobados como
pertenecientes al poder medicinal, y que han sido revelados a la atención del
observador. En estos síntomas existe semejanza (homeopaticidad) con los elementos
morbosos de las enfermedades naturales que podrán ser curadas en lo futuro; en una
palabra, comprenden estados morbosos artificiales que proporcionan por su similitud
con los estados morbosos naturales, la única terapéutica verdadera, homeopática, es
decir, específica, para realizar su curación cierta y permanente.

Deberá excluirse rigurosamente de esta materia médica todo lo que sea conjetura,
simple aserción, o imaginario; todo deberá ser el lenguaje puro de la naturaleza
cuidadosa y honradamente interrogada.

En 1777, inicié los estudios de Medicina en la Universidad de Leipzig. Como era


pobre, recurrí a la enseñanza de idiomas y a la traducción para garantizar la libertad
económica.

Siempre me levanté en contra de la ignorancia, la vanidad y la codicia de los médicos de


mí tiempo pero también tuve encuentros brillantes que inspiraron y guiaron hasta el
descubrimiento de una nueva senda: la de una medicina bella, auténtica y justa a la que
bauticé con el nombre de Homeopatía.

Preferí despreciar todos los honores y todas las ganancias materiales a ejercer un arte
falso.

La persecución a que fui sujeto, hizo que tuviera que cambiar constantemente de
residencia, viviendo en diferentes ciudades, entre ellas Hamburgo, Dessau y Torgau. En
esta última, donde permanecí por un período más prolongado, publiqué un texto sobre
higiene titulado “El amigo de la salud”.

También publiqué por entonces los resultados de veintiséis nuevas experimentaciones


en 1805, y un ensayo titulado La Medicina de la experiencia, en 1806.
Era el médico de cabecera de uno de mis mejores amigos. A pesar de prescribir uno de
los medicamentos, llamados heroicos, mi amigo fallecía.

No resistí el golpe y con su cadáver, fue sepultada la duda que aún tenía sobre el valor
de la terapéutica alopática.

Enfermedades graves atacaron a mis hijos queridos y entonces imploré, en la agonía de


mi alma fervorosamente deísta al “Dios todo bondad y sabiduría” que debe haber creado
“un medio seguro para curar las enfermedades”

Recuerdo que antes de mi muerte le decía a mi amada y joven esposa: Ha llegado mi


fin. Acabo de tener este presentimiento. ¡Voy a morir! Mi alma subirá a Dios. Espero
que me llevará con El y volveré a seres tan queridos como mi padre, mi madre, mi
mujer, cuyo martirio al lado mío merece todas las recompensas del cielo.

• Os dejo la doctrina homeopática, sobre todo a ti Mélanie, mi hija espiritual, que


la sacaste de la oscuridad para trasplantarla a la verdadera tierra donde podía
desarrollarse.
• Debes defenderla contra todos los ataques, hacer que fructifique después de mi
muerte, teniendo cuidado de que los amigos no la hagan más perjuicios que los
enemigos.
• Tengo confianza, sin embargo, en el futuro.
• Si sabes mantener el principio de esta verdad, ella misma te ayudará al triunfo.
Tengo confianza, repito, porque yo no he sido en la tierra más que un vil
instrumento como otros muchos.
• La doctrina homeopática no es mía. La verdad no ha nacido en mí. No quiero
que nadie me atribuya la paternidad. No me pertenece el hallazgo. Yo no lo he
creado. Si ella viniera de mí, desaparecería conmigo. Ahora bien, me sobrevivirá
porque es la quintaesencia de la Naturaleza y viene de Dios.
• Otros antes que yo han presentido y expuesto la ley de semejanza. Hipócrates,
quizás el primero, según nuestros conocimientos, y después de él, otros que se
han inspirado en esa idea.
• Yo no he inventado nada. Yo sólo he recogido unas pizca del oro de la verdad
que Dios ha extendido por la tierra. Es El quien me ha llevado de la mano, pues
yo estaba ciego, ciego por mi orgullo, al lugar donde estaba la pepita y me la ha
mostrado, ordenándome que yo profundizase para sacarla. Me he limitado a
cumplir su voluntad y obedecerle.

Dime querido amigo Proceso, háblame de ti y de tus aportaciones a la medicina


Homeopática.

Maestro, de sus enseñanzas he deducido que “Comprender lo miasmático es a nuestro


juicio la máxima dedicación que compete al médico, porque involucra sencillamente la
máxima comprensión de lo humano; tanto en todas sus cualidades que tienden a hacerle
persistir y a realizarse plenamente, como la de todos sus lastres, sus fallas, que tienden a
impedírselo”.*

Exactamente, sigue por favor


Nací en Tulancingo de Bravo, Hidalgo, en un humilde hogar, el 2 de julio de 1919. Mi
padre murió muy pronto dejando a mi madre con tres hijos que sacar adelante, Alberto
de quince años, Ángel de seis y yo con tan sólo un año. Enriqueta, mi madre, se dedicó
al pequeño comercio, que supo manejar para formar bien a sus hijos.

¿Te has dado cuenta que naces el mismo día, 2 de Julio, que yo muero. Y que tu
mamá se llamaba como mi primera y amada esposa, Enriqueta, que tanto me ayudó y
tantas penurias tuvo que pasar para que la verdadera Medicina diera a luz para bien de
la Humanidad? Y que tu madre te ayudó para que, mi querido joven Proceso, pudieras
salir adelante, hasta llegar a ser una figura trascendente de la Homeopatía Universal.

Sí querido Maestro, mi madre fue excelente, y mi esposa, Rebeca, siempre me ha


ayudado tanto como lo hicieron con Vd. Desde niño fui muy aficionado a la lectura y a
filosofar, así como profundamente creyente y en mis primeros años soñaba con ser
maestro.

Siempre he dicho de mi mismo que:

“Soy un hombre como el común, que me he dedicado a lo que me gusta con gran
apasionamiento, con mis grandes defectos como humano y la relativa hipocresía con la
que se porta uno en la sociedad”

“Realmente considero que no tiene gran mérito, para el que se dedica a lo que le gusta y
con mayor razón si le apasiona”.

“El interés que tuve por lo miasmático fue por la observación de la práctica que tuvo
ante mí, mi maestro más reconocido, el doctor Eulalio Darío Flores, y los consejos
magistrales de un gran prescriptor homeopático, el doctor Leonardo Jaramillo, sin
menospreciar a otros muchos buenos maestros de mi ejemplar escuela como fueron
Moisés Mendez X., Gildardo Bonilla, Alfredo Zendejas, Miguel Sánchez de la Vega,
Pastor G. Rocha, y Alberto Lara de la Rosa, entre otros”

“Lucio Rosette inició mi especial curiosidad por lo miasmático, ya que siendo profesor
de Fisiopatología, nos habló de la teoría de que las enfermedades derivaban muy
frecuentemente de alteraciones de la nutrición, ya sea por defecto, por exceso o por
perversión, noción ésta que todavía predomina para explicar toda disfunción y toda
lesión que se encontrará en toda enfermedad verdadera”.

Leyendo la materia médica de Jahr, pensé en la clase del maestro Rossette; él nos había
comentado que los diversos autores en medicina siempre pugnaban por encontrar la
causa profunda de las enfermedades, por ejemplo el gran Hipócrates con su teoría de los
temperamentos derivados de los elementos circulantes, el sanguíneo, el bilioso, el
flemático...

Asocié esos tres temperamentos con las tres alteraciones nutricionales que influían en
esos tiempos en las escuelas de medicina: el defecto, el exceso y la perversión como
base de toda afección orgánica. De inmediato lo relacioné con la hipótesis de las tres
grandes enfermedades crónicas que Vd, Maestro Hahnemann definió perfectamente: La
psora, la sycosis y la syphillis.
“Pensé en por qué a pesar de tantos siglos de diferencia perduraban en la medicina esas
tres direcciones de la causa íntima de las enfermedades.

“Apunté esa interrogante que había de impulsar toda investigación futura que pude
hacer sobre las causas de las enfermedades y que me impulsó a leer y estudiar todo lo
referido a la patología del ser humano.

“Con esa inquietud, fui encontrando en la filosofía homeopática de Kent y en las obras
similares de Allen, Roberts y en todos los innúmeros clásicos de la Homeopatía, apoyos
que fortalecían la posibilidad de la hipótesis que había intuido: Una corriente del
pensamiento de los grandes maestros de la medicina que buscaban siempre el actual
concepto del inconsciente colectivo.

“Este mismo concepto que Jung, como Vd. Maestro Hahnemann y sus seguidores
intuyeron, dándole sentido por medio de una explicación congruente y espléndida a
través de las materias correspondientes a la medicina homeopática, las cuales ofrecían
analogías para fortalecer el edificio arquitectónico de la doctrina de las enfermedades
crónicas que con tanto Amor, querido Maestro, nos legó a la Humanidad, como obra
cumbre de la Medicina Homeopática.

Maestro Hahnemann ‘...Si no hubiera descubierto y dejado la doctrina de los miasmas,


de las enfermedades crónicas, la Homeopatía no hubiera pasado de ser, aunque la mejor,
una más de las terapéuticas que existen’.

“Ha sido para mí obligado, no sólo leer y releer sino estudiar concienzudamente, las
múltiples coincidencias que hay entre sus obras, el Órganon, y La Doctrina y
Tratamiento de las Enfermedades Crónicas , así como algunas aparentes incongruencias
que también se pueden encontrar. Vd. mismo anticipó ante la grandeza de lo que estaba
descubriendo, y lo dejó escrito, que sus discípulos necesitaban complementar y hacer
patente ése, su último descubrimiento, lo miasmático.

“Dejó explicación bien comprensible al referirse a la syphilis y a la sycosis pero no


llegó a definir lo que era el miasma. De sus lecturas, se puede comprender como un
dinamismo patológico que modifica totalmente al ser, al enfermo, enfermándolo en su
totalidad, hasta el fin de sus días porque lo transforma en un verdadero enfermo
crónico.

“Muchos discípulos, médicos homeópatas con magnífica práctica, trataron de


complementar su obra , Maestro Hahnemann, especialmente en Norteamérica y en
Inglaterra, aportando alguna luz, pero en mi persistente búsqueda encontré que los que
más interpretaron y concluyeron aunque no de una manera precisamente
Hahnemanniana, siguiendo su docrina, pero sí acercándose mucho, fueron los franceses:
León Simón, los Gallavardin, pero sobre todo Trousseau, alópata converso a la
Homeopatía, quien produjo la idea de la diátesis. A pesar de su materialismo del estilo
galénico, su definición de diátesis se acerca mucho y podría tomarse incluso como la
definición del miasma: ‘predisposición congénita o adquirida pero esencial y
evidentemente crónica que produce afecciones múltiples pero únicas en la esencia’.
Juan Pablo Tessier, también, define con precisión uno de los principios que hemos
hecho corresponder a su método hahnemanniano, querido Maestro, el de la individuali-
dad morbosa y que siguiendo y respondiendo a la exigencia de Dioscórides del siglo
primero de nuestra era, contemporáneo de Galeno, exigía el conocimiento de cada
medicamento, esto es, la individualidad medicamentosa.

“Jaime Carlos Bouchard fue el creador de la idea de la patología derivada de las


alteraciones nutricionales de la salud, al mismo tiempo en que Virchow pontificaba
dentro de la anatomía celular que todo individuo vivo era como la célula que lo
conformaba :‘Omnnia, celula e celula’.

“Pero Vd, Maestro Hahnemann , superó todos estos estudios profundos de la medicina
porque lo comprobó en la clínica con sus múltiples enfermos y con su maravillosa
doctrina de las enfermedades crónicas, la luz más luminosa y esclarecedora hasta donde
es posible de la patología del ser humano.

“Vd comprobó clínica, anatómica y fisiológicamente la perversión característica de todo


el organismo y de todo el psiquismo del ser humano invadido por la syphillis, por eso la
reconoció como la única enfermedad miasmática en el sentido en que él usó esta palabra
que había llegado a conocer la escuela antigua.

“Vislumbró claramente como segundo miasma a la sycosis o enfermedad de las


vegetaciones o condilomas venéreos y, además, intuyó perfectamente con esa capacidad
cognoscitiva plenamente vivida por él, a la psora, miasma básico y más profundo,
producido en la persona humana por su alejamiento y contrariedad a la naturaleza.

“Todos los años de mi vida, siguiendo a estos autores en la medida de su coincidencia


con Vd Maestro, fueron puliendo y haciendo patente su método hahnemanniano, único
logrado en lo médico, quiérase o no, a través de los siglos, coronado científicamente por
vez primera en la medicina con la experimentación de toda droga en el hombre sano,
insuperable forma de conocer totalmente la farmacodinamia de toda sustancia con
posibilidad curativa”

Mi estimado Proceso, veo que has comprendido perfectamente mis enseñanzas y es un


orgullo para mí que toda mi doctrina sea difundida y ampliada por la Escuela que
representas, Homeopatía de México A.C, ya que me han faltado años de vida para
terminar de aclarar y constatar todos los descubrimientos que he realizado,. Y que el
mundo entero pueda beneficiarse de este método suave y seguro que Dios ha puesto en
nuestras manos para beneficio de todos los enfermos.

Querido Maestro Hahnemann, es cierto que he dedicado mi vida a este afán:


profundizar y aclarar los descubrimientos que ha realizado para que puedan ser
utilizados con más asertividad y facilidad en la clínica. Y que sea mucho más accesible
el estudio y profundización de su doctrina, especialmente en relación con las
enfermedades crónicas.
He desarrollado principalmente todo mi trabajo en tres áreas de investigación:

El estudio y profundización de los nexos filosóficos de la Medicina Homeopática; la


sistematización y didáctica de la Clínica Integral Homeopática, para integrar una
adecuada prescripción y principalmente el área que más ha sido reconocida a nivel
internacional: todo el estudio de lo miasmático, explicación, complementación y
aplicación clínica; comprobación nítidamente hahnemanniana respecto a la patología
profunda o miasmática.

Con el estudio y profundización de los nexos filosóficos de la Medicina Homeopática


he pretendido ubicar las verdaderas bases teleológicas de la Homeopatía, alejándola de
las visiones mágicas o simplistas.

En la sistematización y didáctica de la clínica integral homeopática he querido


transmitir los puntos principales para llegar a una adecuada prescripción; esta obra es
resultado de años de estudio y comparación del trabajo en la clínica y permite a los
homeópatas que la aplican, evitar errores en la primera, segunda y subsecuentes
prescripciones, logrando una verdadera curación donde existe curabilidad y que evita
también las supresiones o agravaciones inadecuadas.

Y por último, el área donde más luz vi necesario ha sido la clasificación y estudio de lo
miasmático para bien de la clínica y de los pacientes, la teoría miasmática descubierta
por Vd, querido y admirado Dr. Samuel Hahnemann, que he profundizado y
aclarado con mi humilde aportación para el bien al mundo de la Homeopatía.

Dime amigo Proceso, qué más le dirías a los compañeros para que entiendan bien todo
lo miasmático, que como muy bien sabes fue mi última investigación.

Se lo voy a expresar Maestro en tres partes

EL MIASMA ES LA VERDADERA ENFERMEDAD CRONICA, PUESTO QUE


ES UNA ALTERACION DE LO ESTRUCTURAL DEL SER HUMANO

LO MIASMATICO CONSTITUYE LA MEJOR BIOPATOLOGIA


PERMITE COMPRENDER A LA HUMANIDAD Y LAS
INCOMPATIBILIDADES ENTRE LOS SERES HUMANOS.
MEDIANTE LA COMPRENSION DE LO MIASMATICO EL MEDICO PUEDE
REALIZAR CON LA MAYOR CERTEZA UN PRONOSTICO Y ESTABLECER
LA FINALIDAD TERAPEUTICA.
NOS PERMITE DIFERENCIAR MEJOR LAS ENFERMEDADES AGUDAS DE
LAS AGUDIZACIONES MIASMATICAS DE LA ENFERMEDAD CRONICA.

El hombre al fin y al cabo tiene una sola misión: realizarse


Y para realizarse a través de su anhelo más profundo, de su querer, de su amar, o
al tratar de hacerlo encuentra obstáculos, muchos obstáculos en su camino, pero
los mayores obstáculos están dentro de su propio ser, por lo negativo, por toda la
lacra que ha recibido en su trayectoria biológica, en su camino anterior, en lo que
le han legado de sus ancestros. Esto es lo que en Homeopatía se llama MIASMA: la
tara constitucional que llevamos.

Estoy orgulloso y muy satisfecho de que, estimado alumno Proceso, ha promovido y


difundido la Homeopatía ortodoxa tal como os ha sido legada por mí, luchando contra
las múltiples desviaciones y ataques que la Homeopatía ha sufrido por parte de extraños
que la desconocen o, lo que es peor y más peligroso, por parte de “amigos homeópatas”
que prefieren olvidar la prioridad de una verdadera curación a cambio de ganancias
notorias en lo económico o en posiciones políticas.

Os digo que el doctor Proceso Sánchez ha dejado a un lado posibles honores o


ganancias y siempre se ha guiado por los principios inamovibles de la Homeopatía
Hahnemanniana, como así le llamáis a la Doctrina Médica que os he transmitido.

Puede HOMEOPATIA DE MEXICO A.C. sentir la mayor satisfacción de haber logrado


la difusión y aplicación en la clínica del método homeopático y obtener excelentes
resultados en bien de la salud de la humanidad”.

La maquina del tiempo une en la eternidad a todos los grandes médicos que han
luchado por un mundo mejor.

Y el Dr. Samuel Hahnemann, junto al Dr. Proceso Sánchez, nos transmite un mensaje
desde ese hermoso lugar compartido con nuestro creador.

• Como a mi hija espiritual Mélanie, Os dejo HOMEOPATIA DE MEXICO,


la doctrina homeopática, para que el mundo comprenda, con vuestra labor, que
el conocimiento de lo miasmático nos permite:

 Elegir lo que debemos tratar de curar.


 Saber qué es lo que ha conformado la enfermedad.
 Deducir lo que podemos esperar de la evolución.

• Y que el simillimum debe serlo al SER que es modificable, o sea el momento


existencial del sujeto. Tendrá que modificarse y constituir nuevos aspectos como
queda establecido en los párrafos del 165 al 172 de mi Órganon, pero siempre
percibiendo el yo existencial del sujeto y su tendencia prístina, que es nuestra
misión favorecer.

• Debeis defenderla contra todos los ataques, teniendo cuidado de que los
amigos no le hagan más perjuicios que los enemigos.

• Tengo confianza, sin embargo, en el futuro. Y especialmente en vuestra


labor para que perdure a la humanidad toda la enseñanza que junto a mi os
ha dejado mi querido y amado discípulo Dr. Proceso Sánchez Ortega.

MUCHAS GRACIAS
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
   
 
 
 
   

 
 

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