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SEMINARIO ESCALA CINCUENTAMILESIMAL

Unidad de aprendizaje I

Contenido

Unidad de aprendizaje I .......................................................................................................................................... 1


Regresando a Hahnemann ...................................................................................................................................... 2
Mitos sobre la escala Cincuentamilesimal ............................................................................................................ 15
Interés de las potencias Lm para el médico homeópata ...................................................................................... 18
Sobre la escala de dilución 50 milesimal del organon 6ta edición. Pp. xii y xiii. Choudury .................................. 21
Introducción pp. xix a xxi. Choudury ..................................................................................................................... 24
Prologo p. 7 Flores Villalva .................................................................................................................................... 28
Introducción pp. 9–10 Flores Villalva .................................................................................................................... 29
Resumen & Abstract. Jorge Oseguera .................................................................................................................. 31
Introducción pp. 32-32 Jorge Oseguera ................................................................................................................ 33
Desarrollo. Samuel Christian Federico Hahnemann Spiess. Pp. 33-35 Jorge Oseguera ....................................... 35
La escala 50 milesimal (LM). El nuevo método de Hahnemann pp. 43-44 Jorge Oseguera .................................. 38
Marco teórico de las potencias LM ....................................................................................................................... 40
Investigación sobre la Escala Cincuentamilesimal ................................................................................................ 49
LM fundamentos ................................................................................................................................................... 63

Recopilado por Psic. y Hom. J. M. Alejandro Torres Hdez.


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Regresando a Hahnemann

REGRESANDO A HAHNEMANN

En los últimos años he venido constatando con gran preocupación el desarrollo y aceptación
por parte de numerosos médicos homeópatas españoles de ―corrientes‖ homeopáticas
alejadas de la Homeopatía ortodoxa, tal y como la desarrolló el maestro Hahnemann. Desde
mi punto de vista, esto está creando un grave perjuicio al ejercicio de la Homeopatía en
España.
La historia ha demostrado que cuando los médicos homeópatas se alejan del método
homeopático como fue concebido por Hahnemann, la Homeopatía se ve seriamente
perjudicada. Y esto es, en realidad, lo que está ocurriendo en la actualidad con la
introducción de ―nuevas‖ formas de entender y practicar la Homeopatía, muy alejadas de la
Homeopatía clásica de Hahnemann y de los grandes maestros que le sucedieron.
Para evitar que la Homeopatía siga degradándose, creo que es muy necesario que
regresemos de nuevo a las fuentes, a Samuel Hahnemann y a los grandes médicos
homeópatas que entregaron su vida a la Homeopatía. Para ello hay que volver a estudiar en
profundidad a Hahnemann y sus principales obras, comenzando en primer lugar por el
estudio detallado del Órganon, del que por cierto, disponemos ya de muy buenas
traducciones al español.
La Homeopatía es un método terapéutico conformado por una serie de principios muy bien
definidos, que conforman un ―todo‖ perfectamente organizado. Ellos forman parte de la
denominada doctrina homeopática.
He considerado oportuno volver a repasar estos principios que ya todos conocemos y
señalar aquellas desviaciones de la doctrina que están produciéndose en la actualidad.
La Homeopatía es una ciencia natural, fáctica y experimental, y como tal se sustenta en:

Ocho principios, que se deben cumplir invariablemente en toda verdadera curación. Estos
principios están implícitos en el Órganon de Hahnemann, y fueron sistematizados en el
segundo Congreso Nacional Homeopático en 1949 por grandes maestros mexicanos (G.
2
Rocha, Eulalio Darío Flores, Eusebio Dávalos Hurtado, Alfonso Bala y el joven Proceso
Sánchez Ortega). Desde entonces se han propagado a todo el mundo y su sistematización
es uno de los grandes aportes de México a la Homeopatía. Son leyes naturales que se
tienen que seguir si se quiere realizar una curación real bajo cualquier método terapéutico.
Usaremos, casi siempre, las propias palabras del maestro Proceso Sánchez Ortega.

En primer lugar, el reconocimiento de la fuerza curativa de la Naturaleza, Vis Medicatrix


Naturae, principio ya enunciado por Hipócrates. En la clínica constatamos cada día la
realidad de este principio. Es considerar la supremacía de la naturaleza en toda acción
curativa, su indispensable valoración y búsqueda en toda reacción del enfermo, terminando
por aceptar que la enfermedad no es en su mayor parte sino una serie de fenómenos
defensivos del organismo afectado, y un cúmulo de tendencias de ese mismo organismo al
reequilibrio. En la práctica médica deberemos forzosamente evitar el establecimiento de
algún procedimiento o acción farmacológica, o de conducta que vaya en oposición a esa
naturaleza medicatriz; y por el contrario procuraremos establecer en relación con el éxito
que pretendemos una terapia en concordancia con esa tendencia reconocida en la
naturaleza. Concluiremos, pues, diciendo que a la naturaleza no se vence sino
obedeciéndola; que la naturaleza es el mejor médico de las enfermedades. Por ello en
Homeopatía este enunciado del Vis Medicatrix se conoce en la forma también hipocrática de
Natura Morborum Medicatrix. Esto significa que la naturaleza cura las enfermedades; que
es medicadora de sí misma. Y la suprema aspiración del médico es lograr convertirse en un
digno y eficiente ayudante de la naturaleza.

En segundo lugar, la experimentación pura. Es experimentación porque constituye un


elemento de investigación con el que se trata de confirmar fenómenos observados en la
naturaleza. Se denomina pura por realizarse en el hombre, lo más sano que sea posible
hallarlo y con drogas en su estado más simple o puro; esto es más natural.

Lo primero que nos muestra la administración de drogas al hombre sano es que todos los
individuos son susceptibles en mayor o menor grado de dejarse influir por la acción drogal.

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2º que con la experimentación pura se producen en el organismo humano series de
alteraciones o síntomas que conforman cuadros similares a los que constituyen las
enfermedades naturales.

3º que lo que constituye la enfermedad es un desequilibrio de la armonía psíquico-funcional


de la organización del ser humano.

4º que cada individuo reacciona en forma peculiar ante la influencia de cada droga.

5º que la particularidad de cada reacción individual señala la predisposición, o sea, estados


constitucionales que producen necesariamente la idiosincrasia de cada individuo.

6º que cada droga tiene una forma específica de alterar la salud del hombre.

7º que aún en dosis imponderables pueden provocar reacciones intensas y totales en virtud
de una energía.

8º que nos confirma el carácter dinámico de todas las reacciones vitales, constatando que la
primera alteración sensible así como todas las más importantes serán en la esfera moral, ya
en lo intelectivo como en lo volitivo o en lo sentimental.

9º la comprobación de la unidad de acción del compuesto humano.


Este importantísimo principio homeopático no nos permite ni legitimar a utilizar
medicamentos homeopáticos que carezcan de patogenesia por no haber sido sometidos a la
experimentación pura. Por lo tanto, aquellos medicamentos que hoy día se utilizan en
Homeopatía sin tener patogenesia no podemos considerarlos ―homeopáticos‖.
Animo desde aquí a los compañeros que usan estos medicamentos a someterlos a la
experimentación pura.
En tercer lugar, el Similia Similibus Curentur, lo semejante cúrese con lo semejante. Este
es un postulado que elevó a la categoría de principio rector de la Homeopatía el fundador de
este método curativo, Samuel Hahnemann, recurriendo a la comprobación experimental.
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Por ello es inobjetable y se puede comprobar en cualquier momento y circunstancia
repitiendo ese proceso experimental.
La naturaleza ha mostrado el camino a seguir para medicar, o para procurar el
restablecimiento de la salud. Esa naturaleza nos ha mostrado que en ocasiones una
enfermedad se cura por otra enfermedad, o que se realiza la sustitución de un proceso
morboso por otro que al parecer es prevalente o más fuerte. La hipótesis que se planteó
Hahnemann era ¿qué condición debe existir para que una enfermedad sea curada o
desplazada por otra, puesto que esto en la naturaleza sucede sólo en algunos casos?
Comprobó que la naturaleza produce la curación de una enfermedad por otra que se
establece en el mismo paciente, sólo en los casos que hay similitud entre las dos entidades
nosológicas; cuando las enfermedades son semejantes. Por otro lado con las drogas o
medicamentos, la medicina antigua lograba en algunos casos la curación de las
enfermedades. Debía por lo tanto existir una relación entre aquellas enfermedades que en
forma natural se eliminaban unas a las otras, como también debía existir una relación entre
las enfermedades y los remedios que verdaderamente las curaban. Hahnemann preguntó a
la misma naturaleza experimentalmente cuál era la relación entre las enfermedades y las
drogas que obraban como sus remedios. Administrando esas drogas al hombre sano
descubrió que ocasionaban perturbaciones constituyendo síntomas que en sus diferentes
grupos semejaban diferentes enfermedades; precisamente aquellas en las que actuaban
como remedios. Esto es justamente lo que constituye el principio de similitud terapéutica:
Que una enfermedad sólo puede ser curada en la forma más natural con el medicamento
que experimentalmente en el hombre sano produce alteraciones o síntomas semejantes a
los de esa enfermedad.
Este principio de que lo semejante se cura por lo semejante tiene dos soportes en el terreno
científico. En el orden empírico o fáctico el de la experimentación. Toda droga, o sustancia
que no es alimento, es capaz de alterar la salud del hombre produciendo una serie de
síntomas y de alteraciones que le son absolutamente correspondientes. El segundo soporte
es de orden dialéctico, filosófico o de discernimiento. Partiendo del principio de identidad que
nos muestra que una cosa sólo es idéntica a sí misma y sobre todo en el terreno de la
medicina éste es y ha sido evidente, porque cada enfermo como cada individuo se
particulariza por peculiaridades y singularidades que le son absolutamente propias. Otro
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aspecto del principio de identidad constituye el de analogía que nos muestra que la unidad
del universo se deriva de las diferencias entre los términos que se igualan. Las diferencias
que distinguen a los similares, como las semejanzas que existen en las diferencias e
igualdades posibles en las diferencias.
En la clínica el medicamento más eficiente o más indicado para llegar a la condición de
remedio será aquel que presente mayor analogía y en nuestro caso mayor similitud, el
llamado ―simillimum‖ que será el medicamento más semejante. El ―simillimum‖ lo será por
cuanto a los síntomas, por cuanto a la patología del enfermo, por cuanto a la dosis, por
cuanto a la vitalidad del paciente y por cuanto a la intención curativa.

En cuarto lugar, la individualidad morbosa. Es la manera particular y única de enfermar,


es la forma individual de enfermar, por cuanto que somos únicos e irrepetibles. Es lo que
Jean Paul Tessier dejó establecido en el siguiente aforismo: “Cada individuo padece
según su especie y dentro de su especie según su naturaleza propia”.
La enfermedad de cada sujeto es su enfermedad, tan irrepetible como él mismo, tan
derivada de su naturaleza como cada uno de sus actos, como cada uno de sus
pensamientos. Requerirá por lo mismo una observación, una descripción, una consideración
y un tratamiento también absolutamente singular. Esto es la individualidad morbosa.

En quinto lugar, la individualidad medicamentosa, el modo de actuar único de cada


medicamento. Así como cada individuo es único e irrepetible, cada elemento mineral,
vegetal o animal tendrá particularidades y potencialidades propias e irrepetibles, las mismas
que se manifestarán en forma clara y profunda solamente al liberarlos de su apariencia
mediante el proceso de dinamización.
Cada medicamento posee su individualidad, su potencial curativo y sus manifestaciones en
el cuerpo humano son únicos e inherentes a él mismo.
Así como cada uno de nosotros somos únicos e irrepetibles, cuando caemos enfermos
sufrimos un proceso que también es único e irrepetible que requiere un medicamento único
e irrepetible, que se ajuste a un momento en particular y que es susceptible de modificarse
dependiendo de las circunstancias y los cambios en la sintomatología. No existen

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medicamentos sustitutos, el medicamento tiene una total correspondencia con el paciente y
con el momento que está viviendo.
El médico homeópata prescribirá tan solo un medicamento por vez. Esto lo señala de
un modo taxativo Hahnemann en el parágrafo 273 de la sexta edición de su Órganon:
―Nunca en un tratamiento es necesario, y ya sólo por eso es inadmisible, administrar al
paciente más de una sola sustancia medicinal simpe a la vez. No se entiende cómo puede
ponerse en duda que es más racional y conforme a la naturaleza prescribir un único remedio
simple, bien conocido, que una mezcla de varios distintos. En la homeopatía, la única
medicina auténtica y simple y la única que es acorde con la naturaleza, no es de ningún
modo permisible dar al paciente a la vez dos sustancias medicinales distintas‖.
Este parágrafo debe servir de llamada de atención para que aquellos médicos homeópatas
que utilizan o administran más de un medicamento a cada uno de sus pacientes, los
llamados pluricistas, o complejistas, depongan su actitud y reflexionen, para que puedan
modificar su conducta de acuerdo a lo señalado por Hahnemann.

En sexto lugar, el dinamismo vital. La Homeopatía es un método curativo que se acomoda


desde el principio en el lado del vitalismo, de los que inicialmente dan prevalencia a lo
subjetivo, a lo que se intuye, al conocimiento que ―se adquiere‖ por un proceso dialéctico,
pero que de inmediato se comprueba por el procedimiento inverso de la deducción y la
experimentación. Este vitalismo es una postura filosófica y es la base de la ―doctrina‖ de
nuestra escuela médica. Hahnemann constató que la primera alteración que constituye la
enfermedad, se realiza en lo ―dinámico‖ y no precisamente a expensas de efectos
mecánicos o físico-químicos evidenciables, sino del todo imputables a efectos de fuerzas
que sólo tienen, hasta el presente y posiblemente para siempre, el calificativo de vitales. Por
ello la Homeopatía es vitalista en este sentido precisamente, en el de que las reacciones
fundamentales del ser humano como las constitutivas de lo patológico, como el proceso
curativo, sólo caben dentro de la incógnita perenne y al mismo tiempo de la respuesta última
que es la vida.
Todo proceso vital es ordenado en la materia por una fuerza, por un poder que de ninguna
manera es anárquico, sino con un determinismo a la función, implícito y al mismo tiempo
relativo a esa materia en la que va a actuar. Esto a lo que llamamos fuerza vital es un algo
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similar a lo espiritual puesto que es anímico, porque anima, impulsa, rige los cambios, los
movimientos que van a efectuarse en los elementos materiales; y que los dirige hacia el
finalismo existencial del individuo. La fuerza vital es así un dinamismo pero sujeto a lo que
determina la forma, la limitación (los límites de) y al objetivo o sitio que corresponde a ese
individuo dentro del conjunto universal. Es por así decirlo como la ―personificación‖ del ―ser
existencial‖ tomista.
Cada ser, tanto los humanos como todos los otros seres, aún los inanimados tendrán dentro
de su confín una porción de ese dinamismo que les es necesario para su cohesión, para su
presencia, para su evolución, para su proyección, etc., según las cualidades que les son
propias a cada uno. Es la fuerza de la naturaleza circunscrita y en perfecta adecuación a
cada cosa, a cada ser, constituyendo en cada uno una derivación y una representación del
todo según las particularidades de la estructura que le corresponde como una cosa en sí.
Por ello todos los seres tienen y adquieren una importancia igual por cuanto a su condición
de seres y equitativamente en relación al hombre.

El principio vital tiene una jerarquía mayor, como que resume la totalidad de la fuerza vital
como un todo energético, actuante sobre el todo orgánico, con tendencia inherente a
persistir, como correspondiente al concepto de ánima de C. Jung.
La fuerza vital de cada órgano o parte del cuerpo, como de cada célula y que en su conjunto
constituyen el principio vital, debe concebirse de acuerdo con el pensamiento de Platón;
como un algo intermedio entre el espíritu y el cuerpo, que sin ser ni el uno ni el otro, participa
de sus cualidades; que es una fuerza (vis), correspondiente a cada individuo.
Los elementos materiales componentes del ser humano son algunas de las cosas que lo
constituyen. La Fuerza Vital es el dinamismo que corresponde a todos ellos pero en
correlación; y esa fuerza vital de todos y cada uno de esos elementos, de nuestros órganos
como de nuestras células en su totalidad, constituye el Principio Vital. La totalidad de la Vis
Naturae.
El vitalismo se define como toda doctrina que explica los fenómenos que se verifican en el
organismo, así en el estado de salud como en el de enfermedad, por la acción de las fuerzas
vitales propias de los seres vivos y no exclusivamente por las acciones fisicoquímicas de la

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materia común. Toda admisión de un ―principio vital‖ o ―fuerza vital‖ o ―dinamismo vital‖
inseparable de procesos bioquímicos es llamado vitalismo.
La fuerza vital, fuerza de cohesión entre los distintos elementos que conforman la materia
viviente no puede ser percibida por nuestros sentidos porque no es materia, solamente se
pueden percibir sus efectos gracias al admirable funcionamiento armónico del cuerpo. Dicha
fuerza impulsa y mantiene el correcto y adecuado equilibrio de las funciones celular,
orgánica y sistémica. Gracias a ella es posible que elementos simples puedan combinarse y
formar compuestos, que éstos interactúen con otros y se produzcan reacciones
fisicoquímicas capaces de mantener la vida. Sin esta fuerza vital no existirían dichos
procesos y por lo tanto no habría vida. La enfermedad es el desequilibrio de la fuerza vital.
Es la fuerza vital quien informa del ser y del modo de ser de los enfermos.
La fuerza vital es parte del organismo, a la vez inmaterial pero inseparable de él. No es una
fuerza dispersa, no va ni viene, ella determina forma y función, entrelaza y equilibra,
mantiene la vida y la sustenta.

En séptimo lugar, la dosis mínima. Es la suficiente para producir el efecto terapéutico


deseado. Es la menor cantidad de medicamento capaz de lograr una reacción curativa en el
organismo. En Homeopatía la dosis no nos habla de cantidad ponderable de materia, sino
de un estímulo dinámico preciso, exacto, siempre conforme con la naturaleza.
En general, los médicos homeópatas unicistas manejamos fundamentalmente potencias
centesimales o cincuentamilesimales que Hahnemann descubrió ya en sus últimos años,
con la que encontró aún menos agravaciones.

Por último, los miasmas crónicos, la patología constitucional o enfermedades crónicas


de Hahnemann, heredables, transmisibles y desde luego predisponentes a toda una serie
específica de sufrimientos, de alteraciones tanto funcionales u orgánicas como psíquicas, es
decir, integrales.
Es por lo tanto y ante todo en el orden clínico un estado de predisposición a diferentes
manifestaciones patológicas que, según Hahnemann, son únicamente en tres formas: la
syphilítica, evidentemente destructiva; la sycósica que él señaló con la característica de la
productividad anómala y la psórica como la predisposición defectiva.
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Para la medicina homeopática sólo hay tres enfermedades crónicas y las mezclas de éstas
consideradas cada una como estado de ser, anómalo o constitucional, diatésico o
sencillamente mórbido, permanente y que no tiende a eliminarse por sí mismo como en las
enfermedades agudas (ya sea por crisis o por lisis); sino que representa una alteración
profunda de la naturaleza humana determinando funciones tanto físicas como mentales
desordenadas en tres sentidos que las desvían ya, dentro de una ineficacia por debilidad o
impotencia, ya en el sentido opuesto o sea de mayor excitabilidad y aceleramiento o
precipitación o, en un sentido divergente, antinatural y degradante. Estas rutas divergentes
de las energías o dinamismos que determinan las funciones tanto de lo psíquico como de lo
somático a lo que Hahnemann llamó las fuerzas vitales o en su conjunto el principio vital
(cuando obran al unísono todas esas fuerzas) es lo único constatable que constituye la
enfermedad. Son dinamismos que determinan esas alteraciones funcionales en hipofunción,
en hiperfunción o en disfunción Es decir, alteraciones funcionales en menoscabo, con
menor eficiencia o con bastante insuficiencia hasta la impotencia de ellas, o bien con
aceleramiento inadecuado, precipitación hasta la desorganización; o extravío de las mismas
funciones o en la otra forma: mal iniciadas, en grado menor a lo debido, esto es degradada o
pervertida o deformada y hasta depravada.
Las enfermedades crónicas o miasmas son estados morbosos dinámicos, constitucionales,
resultantes de la supresión arbitraria y antinatural de las enfermedades agudas. Hoy en día
son consecuencia de supresiones no sólo nuestras sino de nuestros ancestros, de tal forma
que se han ido acrecentando de generación en generación. Es decir que cada vez que no
sabemos escuchar a nuestra propia naturaleza y no le ayudamos en el mejor sentido,
estamos propiciando o acrecentando nuestra carga ―enfermante‖ y la de nuestros
descendientes.
De esta manera, la fuerza vital es debilitada a un grado de extensión despiadada y algunas
veces, si no sucumbe, gradualmente se desvía de tal modo que a fin de sostener la vida
contra estos ataques enemigos y destructores produce una revolución en el organismo.
Cuando esto ocurre, la fuerza vital responde unas veces privando a alguna parte de su
sensibilidad o funcionalidad, es decir, que el organismo humano funciona hacia la carencia o
falta de función o falta de reactividad. A esta primera enfermedad crónica Hahnemann la
llamó ―Psora‖ y la caracterizó con padecimientos de piel como la sarna.
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En otras ocasiones el organismo responde exaltando la sensibilidad o la funcionalidad a un
grado excesivo, reaccionando de una manera exagerada, produciendo de más, secretando
en exceso, formando tumoraciones o verrugas. A este tipo de enfermedades le llamó
Hahnemann miasma ―Sycósico‖.
En el último caso, el organismo puede propiciar más bien la destrucción de ciertas partes,
generando úlceras o chancros por ejemplo. A este miasma el maestro lo denominó
―Syphilis‖.

El Dr. Proceso Sánchez Ortega complementó la doctrina miasmática de Hahnemann,


haciendo reconocibles en forma más fácil las características de cada miasma y al mismo
tiempo la seriación de los síntomas para utilizarlos en la clínica.
El maestro Proceso después de muchos años de observación y de estudio notó que sólo
podemos concebir tres formas de alteración de las funciones celulares: EL DEFECTO, EL
EXCESO Y LA PERVERSIÓN. De la alteración nutritiva de la célula resulta su disfunción y
de ésta la lesión o alteración de lo estructural.

La Psora, el primero de los miasmas, es indudablemente el estado constitucional del


defecto, de la carencia, de la falla en el sentido del menos, de la inhibición y sus resultados,
esto le da una indigencia biológica ideal para el asiento de la sarna. Al inhibirse lo mismo el
individuo hombre que el individuo célula, reduce toda su expresión, se nutre mal, se debilita
y cae en carencia. En cuanto a sus actividades el psórico es minusválido, tímido, reservado,
lento en pensar pero profundo, tardo en aprender pero fija el conocimiento para siempre,
aún diestro y sabedor no se atreve a emprender tareas de las que saldrá airoso.
La psora inhibe la expresión somática no permitiendo la completa utilización de los órganos,
e intelectivamente anclando la mente en la comprensión insistente aunque lenta o dificultosa
de cada juicio ya sobre su propia vida, su comunicación o su relación. Obliga al ser humano
a intensificar la reflexión, a la vida hacia el interior, disminuyendo ostensiblemente la
exteriorización. Frustra o deforma en el sentido de la impotencia su capacidad de relación.
Inhibe sus proyecciones ante los demás e impide la consecución completa de su ser
existencial, no quedándole sino en el recurso de vivir hacia sí y proyectarse exclusivamente
con el pensamiento hacia todo aquello en lo que se siente estar impotente para lograr una
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participación exitosa. Por eso el psórico tendrá como característica la inhibición, y derivado
de ella una mayor vida interior con su tendencia a reflexionar, a la especulación filosófica, a
la obstinación en sus pensamientos a la sutilización de todo lo concreto y a la sublimación
de lo prosaico, y por el vacío que siente en cuanto a la satisfacción de sus deseos será un
continuo ―peticionario‖ por su actitud de súplica o de espera de la piedad de los que le
circundan, de recibir todo lo que puedan prodigarle.
En el psórico somáticamente el defecto mayor estará en lo nutricional. Así su cuerpo estará
malnutrido y débil, sus funciones siempre deficientes o incompletas.
La carencia y la hipofunción son la base más evidenciable en el estado psórico así como su
correspondiente inhibición en lo psíquico.
Psíquicamente la ansiedad es el estado de ánimo más característico de la psora; la timidez,
pusilanimidad o apocamiento y todas sus derivaciones.
En lo general presentará la agravación por la mañana; y al aire libre; la tendencia a la
anemia; a la analgesia. La ansiedad física; la agravación al ascender; o por el baño; o por el
tiempo nublado; o por el frío, o después del frío; el volverse friolento o la tendencia a tener
frío; la agravación antes de las funciones fisiológicas, como comer, la menstruación,
evacuar…etc.; la agravación por el esfuerzo físico; y también por el ayuno; la flacidez; la
pesadez interna y externa; la estasis congestiva; la irritabilidad de los órganos la lasitud, la
tendencia a tumbarse o estar acostado; la agravación por el movimiento; el entumecimiento
y los dolores de tipo gradual; dolores como contusos; de entumecimiento; de magulladura;
presivo; presionante; como un peso; como torcedura, etc.; la sequedad de mucosas, piel,
etc.; las estrecheces; las parasitosis; y todo síntoma o signo de impotencia o carencial.
Los dolores del psórico serán con la tendencia a que el paciente se inmovilice, se refugie, se
reduzca a su mínima expresión; se agravan por el frío y por el movimiento.

La Sycosis es el miasma o estado constitucional del exceso, de la exuberancia, de la


ostentación o de la fuga, del aceleramiento. Se caracteriza en lo orgánico por las verrugas y
los flujos. En cuanto a su actividad es sobrevalorado, fanfarrón, aparenta más de lo que
tiene, puede y sabe, codicioso, siempre se precipita y se hace notar.

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A la sycosis le corresponde el hiper. Lo mismo la hiperplasia de las pequeñas verrugas en
forma de higo que toda tendencia tumoral, de neoformación, de hipertrofia, de exceso y de
expansión.
La sycosis es un estado de enfermedad diatésica, de patología profunda con la evidente
tendencia a la productividad, a la proliferación, a los estados catarrales; flujos Excrecencias;
tumores; así como a la inestabilidad y la inquietud mental con tendencia a la exteriorización.
Podemos enlistar como síntomas característicos del estado sycósico la hipertrofia, la
hiperplasia, la hiperquinesia y la expansión correspondiente en lo mental; tendencia evidente
a la expansión y a la inestabilidad; inconformidad, precipitación; orgullo; fatuidad.
Se agrava por la tarde, con los cambios de clima, de temperatura; es caluroso; se siente
mejor con el movimiento, con el ejercicio. Tiene periodicidad en sus padecimientos.
Sus dolores fundamentalmente son erráticos, o punzantes, pinchantes, tironeantes como
sacudidas. Tendencia a descargas por cualquier parte del cuerpo, productivas.
La expansión, el exceso, el más, el hiper, es lo que define al miasma sycósico.

La syphilis es el estado constitucional que engendra la perversión que es destrucción,


degeneración y agresividad. Se caracteriza por las úlceras en general, cuyo mejor ejemplo
es el chancro sifilítico. En su actividad es destructivo, destruye con la lengua, con la mirada,
con el veto, puede parecer buena gente y con maestría sin par (a veces sin proponérselo)
causar el mayor de los daños, aun a aquellos a los que pretende amar.
A la syphilis le corresponde todo lo destructivo y degenerativo, lo antinatural, antifisiológico.
Agrava por la noche, por el calor, después de dormir, después de comer o cualquier acto
fisiológico normal.
Estados hemorrágicos; estados ulcerativos, destructivos, fagedénicos, gangrenosos.
Dolores excavantes, desgarrantes, taladrantes, ulcerantes, ardientes.
Estos son de una forma resumida los ocho principios homeopáticos que siempre debemos
considerar para lograr una verdadera curación en nuestros pacientes.

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Bibliografía
 Introducción a la Medicina Homeopática. Teoría y Técnica. Dr. Proceso Sánchez
Ortega. Biblioteca de Homeopatía de México. 1992. México.
 Apuntes sobre los Miasmas o Enfermedades Crónicas de Hahnemann. Dr. Proceso
Sánchez Ortega. Biblioteca de Homeopatía de México. 1999. México.
 Apuntes sobre Clínica Integral Hahnemanniana. Dr. Proceso Sánchez Ortega.
Biblioteca de Homeopatía de México. 2003. México.
 Homeopatía, la medicina del hombre. Dr. Alejandro Urrutia Solórzano. Biblioteca de
Homeopatía de México. 2009. México.
 Órganon de la medicina. Dr. Samuel Hahnemann. Sexta edición. Traducido
directamente de la sexta edición alemana. Traductores: Emilio Morales Prado y Juan
Pablo Larreta Zulategui. Editorial Mínima. 2008. España.
 Organon de la Medicina. Dr. Samuel Hahnemann. Sexta edición. Traductor: Jorge C.
Torrent. Editorial Porrúa. 1992. México.
Dr. Ricardo Bárcena Gómez. Presidente de la Asociación de Médicos Homeópatas de
Andalucía

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Mitos sobre la escala Cincuentamilesimal

MITOS SOBRE LAS LM

1. Es un invento de "alguien", porque en el organon no viene nada al respecto.

En el organon Sexta edición traducido directo del Alemán al español si viene


especificado. Además que los grandes Maestros de la homeopatía como Kent, no
conocieron la Sexta edición, pues está se dio a conocer hasta el año de 1921.
La quinta edición del organon habla sobre la escala centesimal, y la sexta sobre la
escala cincuentamilesimal.

2. La sexta edición no salió, o no la término Hahnemann.

Es cierto que Hahnemann no tuvo la oportunidad de revisar esta edición ya


terminada, y por otro lado, hizo las correcciones sobre la quinta, esto se presta de
repente a confusión y contradicciones. Pero definitivamente la terminó y está hecha
para la escala LM.

3. Muchos homeópatas dicen que si las centesimales funcionan bien, ¿para que
aprender las LM?

Si Hahnemann desarrollo la escala centesimal y luego la escala LM, es porque logró


finalmente su objetivo del segundo parágrafo "que la curación sea más rápida, suave
y duradera posible", "...Con mi nuevo método modificado, perfeccionado..."
Hahnemann se refiere al desarrollo de las LM.
Y algunas personas han pensado que esto se refiere a la homeopatía propiamente vs
alopatía. Es entonces importante comparar algunos parágrafos de la quinta y la Sexta
edición, por ejemplo en lo que corresponde a la preparación de los medicamentos (270-
272), en la quinta edición viene la forma de preparación de las centesimales y en la sexta
la preparación de la escala LM.

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4. Existe la creencia de que las LM, Son consecuencia necesaria de las centesimales, y
que por lo tanto hay que empezar con centesimales y Luego continuar con LM.

Es importante revisar las diferencias entre la escala centesimal y la escala LM.


Hay diferencias substanciales entre ambas, siendo más perfecta la escala LM, en la
mayoría de los casos, aunque en determinados casos puede ser necesaria la
administración de la escala centesimal.
Sí el homeópata considera necesario cambiar de escala puede hacerlo, pero no
tienen relación alguna en la secuencia, esto es más bien por las características del
paciente.

5. Que las LM son sólo para pacientes hipersensibles.

En realidad se puede prescribir para toda persona, aunque el mimo Hahnemann lo


afirma, habrá ocasiones en que se deba dar o alternar con centesimales cuando la
persona requiera de más agresividad para reaccionar.

6. Que las Lm son sólo para casos crónicos.

Tanto en casos agudos como crónicos es adecuado, se administra el remedio tan


frecuente como sea necesario y sin estragos.

7. La experimentación pura sólo se puede hacer con las centesimales.

También se puede con las LM, De hecho es más conveniente pues los efectos
desaparecen sin dejar rastro, la experimentación pura o la experimentación por
remedio o dinamización inadecuada durante el tratamiento, es común que queden
síntomas para siempre o por lapsos prolongados con las centesimales, y con la
experimentación pura con LM, se van por completo, y cuando es un remedio
inadecuado, es más fácil que los síntomas artificiales se quiten por completo.

16
8. Que las LM Son tan suaves que son inofensivas.

Es cierto son suaves y profundas, de hecho una toma de un micro-glóbulo en seco


sólo se da en situaciones de una enfermedad aguda reciente, y una sola toma, si es
conveniente darla de nuevo, que sea diluida. En enfermedades crónicas no aconsejó
el glóbulo en seco, ni repetida en las agudas. El glóbulo en seco se comporta como
las centesimales. Se puede equiparar las " potencias" o dinamizaciones con las
centesimales. Yo no encuentro la manera de hacer analogías entre las
dinamizaciones, puesto que hablamos de algo bastante diferente.

9. Que Hahnemann sólo llegó a utilizar, hasta la 30 LM.

Hay indicios de que llegó a utilizar hasta la 60 LM. Además al principio recomendó
que la administración fuera en orden ascendente, luego corrige en el organon y en
enfermedades crónicas que puede ser de forma descendente o subir y bajar.

*me parece que al final Hahnemann se dio cuenta de que el principio vital no
responde necesariamente a la escala de dinamodilución, sino a la frecuencia
energética del medicamento. (Comentario personal).

Por algo el Maestro las desarrolló…


Las Lm son más suaves y confiables como dice nuestro Gran Maestro, “con este nuevo
método… podemos ahora prescribir el remedio más seguido y durante meses…

* J. M. Alejandro Torres Hdez.

17
Interés de las potencias Lm para el médico homeópata

En su libro:
Bases Teoricas y Aplicacion Practica de las Potencias LM
La Dra. Inmaculada González-Carbajal García comenta:

18
El uso de las potencias LM es poco habitual entre los homeópatas, sin embargo, muchos
médicos sienten interés por conocer sus criterios de aplicación. Durante los últimos años se
ha comprobado una demanda creciente en este sentido y también he constatado la falta de
conocimiento general sobre este tema.
Mucho se ha dicho acerca de las potencias LM (cincuentamilesimales), pero en general
refiriendo conclusiones equivocadas, como que Hahnemann no fue el creador de las
mismas, sino su esposa Melanie; también hay quienes advierten del cuidado que debe
tenerse con ellas porque agravan mucho a los pacientes, o que el Método Plus es para
evitar esas agravaciones, o que las observaciones pronósticas que se harían luego de la
primera prescripción, nada tiene que ver con las otras escalas de preparación, etc...
Las potencias LM son el último aporte de Hahnemann a la terapéutica homeopática.
En la sexta edición del Organon habla de ellas dejando claro que puede conseguir mejores
resultados, acercándose de este modo, al objetivo de una curación más suave y
permanente. Razones históricas justifican que la tradición homeopática se haya formado con
la aplicación de las potencias CH, pero en el momento actual, tenemos a nuestro alcance
esta sexta edición y la posibilidad de conocer los efectos de este tipo de potencias LM,
comprobando en la práctica los excelentes resultados que se pueden obtener en ellas. En
este trabajo proporcionamos un libro de homeopatía con las referencias bibliográficas
fundamentales del cuerpo teórico homeopático que justifican la aplicación de este tipo de
potencias, corroborando con nuestra experiencia que realmente son una parte valiosa del
método homeopático.

19
20
Sobre la escala de dilución 50 milesimal del organon 6ta edición. Pp. xii y xiii.
Choudury

21
22
23
Introducción pp. xix a xxi. Choudury

24
25
26
27
Prologo p. 7 Flores Villalva

28
Introducción pp. 9–10 Flores Villalva

29
30
Resumen & Abstract. Jorge Oseguera

El presente estudio de tipo cualitativo, retrospectivo, descriptivo y transversal, analiza un


tema de gran trascendencia e interés clínico para todo médico homeópata, fundamentar y
conjuntar las normas para el momento de elegir la escala homeopática; escala CH
(centesimal de Hahnemann), ó escala LM (cincuentamilesimal –también creada por
Hahnemann-), así también, la dinamización y dosis en el momento de la prescripción al
enfermo.
El análisis, da seguimiento a tres grandes autores en la Homeopatía.
1) Inicia con su fundador, Dr. Samuel C.F. Hahnemann Spiess que sienta las bases de la
escala CH hasta la quinta edición del Organón publicada en 1833 y de igual forma para la
escala LM en su sexta edición de la misma obra, la cual, fue publicada en Estados Unidos
de Norteamérica en 1921.
2) Dr. James Tyler Kent, seguidor fiel de la metodología sobre la CH, fundamenta la
práctica de la Escuela Norteamericana seguida también notablemente por la Escuela
Argentina. Kent muere en el año 1916 y no conoce la sexta edición del Organón con la
nueva propuesta de Hahnemann sobre la escala LM.
3) Dr. Proceso Sánchez Ortega. Médico mexicano, que además de esclarecer la teoría de
las enfermedades crónicas de Hahnemann con una excelente y clara aplicación clínica,
sigue a la perfección el método de la escala LM la cual, es continuada por la “Escuela
Mexicana de Homeopatía”, reconocida mundialmente por esa característica y paralelamente
sucede un hecho semejante en la India que desarrolla una notable y reconocida práctica de
la misma escala LM.

Es importante establecer que ambas tendencias han logrado innumerables éxitos a través
de los años y brindado a la humanidad, una medicina eficaz, basada en la experiencia y con
un método científico específico que aún está en proceso de maduración e investigación, sin
embargo, el restablecimiento de la salud ya sea por el método CH ó LM, es seguro, sin
efectos secundarios y lo más trascendente, el restablecimiento de la salud se logra de
forma permanente, si las condiciones del enfermo y su enfermedad así lo favorecen.

31
Escala cincuentamilesimal L/M:

Fueron la última aportación de Hahnemann bien fundamentada en la 6ª edición del Organón


de la Medicina. Su modificación más importante fue el parágrafo 270, donde introduce las
potencias LM o cincuentamilesimal. Con el fin de obtener lo mejor posible el desarrollo del
poder dinámico latente de las sustancias medicinales, se tritura una pequeña parte de la
droga o sustancia que se va a dinamizar; un grano en cien granos de azúcar de leche
(lactosa) cada vez, durante tres veces una hora hasta la millonésima potencia. (Morales,
2007).
Hahnemann utilizó un grano de Nürenberg igual a 6.4798918 centigramos que corresponde
a 0.065 gramos del sistema métrico decimal, por lo tanto: 1 grano= 65 miligramos.
A las potencias LM se les conoce también como: o/1, o/2, etc…
Potencias cincuentamilesimales
Potencia cincuentamil
Potencia milesimal
Potencias Q Quincuagesimal

En México y algunos países de Latinoamérica se designan como LM 0/1, 0/2, etc. El cero
representa la forma redonda del globulito, la razón es que la potenciación en la escala LM
empieza y termina con la utilización de un glóbulo. Cada potencia LM representa un
incremento de una equivalencia aproximada a 2.5 de la escala centesimal. *(¿Será…?),
¿entonces parqué para Hahnemann la escala LM desde la primera representan potencias
altas? (nota mía).

32
Introducción pp. 32-32 Jorge Oseguera

Introducción

Desde la quinta y sexta edición del Organón de Hahnemann publicada en1833 y 1921
respectivamente, los criterios y elementos clínicos para elegir la escala CH ó LM con sus
diferentes dinamizaciones y dosificación, han dado un giro extremo y generado una gran
polémica de diferentes autores a través de los años y en las diferentes escuelas
homeopáticas del mundo.
El desconocimiento de los cambios sustanciales de la 5ª. a la 6ª. ed. del Organón durante 88
años, generó una gran diversidad de información, publicaciones, enseñanzas y grandes
divergencias de la doctrina homeopática sobre la aplicación de los medicamentos
homeopáticos en la clínica, utilizándose inicialmente la escala CH, conforme a las
enseñanzas de la quinta edición del Organón y posteriormente las tendencias conforme a la
sexta edición del Organón utilizando la escala LM.
Ambas tendencias crecieron en experiencias e investigación fortaleciéndose así para
conformar dos grandes Escuelas de trascendencia mundial. Demostrado es, que las dos
Escuelas, han proporcionado a la humanidad grandes beneficios y curaciones maravillosas y
que cada una de ellas tiene sus indicaciones, características de uso, criterios clínicos de
aplicación así como de evolución para valorar su eficacia. Sin embargo, no dejemos de
reconocer que cada edición del Organón del Maestro Hahnemann, se hizo con la intención
de perfeccionar y mejorar el método homeopático y que la sexta edición fue el último trabajo
de revisión y que en ella se encuentran las experiencias y recomendaciones que superaban
inconvenientes encontrados en el mismo método homeopático por Hahnemann de la quinta
edición.
James Tyler Kent y sus seguidores se guiaron bajo las normas de la quinta edición del
Organón, usando la escala CH; y los seguidores de las enseñanzas de la sexta edición del
Organón, se enfocaron sobre la práctica de la escala LM. Estos fueron: El Dr. Proceso
Sánchez Ortega y Dr. David Flores Toledo de la ―Escuela mexicana‖ y así también en la
India con dos grandes representantes. El Dr. Choudhury y el Dr. Patel. 32

33
Los dos enfoques clínicos, permiten encauzar y restablecer la salud de forma permanente
respetando las mismas variables clínicas, en las cuales, coinciden en sus objetivos pero
divergen en el método terapéutico de su aplicación sobre la elección de las dinamizaciones y
la escala a usar en el enfermo.
El presente análisis comparativo y retrospectivo sobre el uso de las escalas CH y LM, incide
en tres de las variables clínicas trascendentes en el método homeopático para la práctica y
ejecución correcta del mismo.
Las tres variables escogidas para el presente análisis son:

1. La homeopaticidad (Similitud en el sentido más integral, incluyendo la selección de la


dinamización y dosis).(&3 y *171). Diferentes niveles o ―planos‖ para empatar la similitud
entre el medicamento y el enfermo.

2. La sensibilidad (del enfermo con su inherente idiosincrasia), y referida a la noción del


―TIPO SENSIBLE‖ el cual determina en gran medida la elección de la escala, dinamización y
dosis.

3. El tipo de enfermedad ―homeopática, Conforme a la clasificación que Hahnemann


establece en la sexta edición del Organón, determinando de acuerdo al tipo de enfermedad,
la escala, dinamización, dosis y duración del tratamiento en base a la etapa elegida de la
enfermedad deben de ser específicas e individualizadas.
Ambas tendencias (sobre la escala CH y LM), son derivadas de Hahnemann y han brindado
grandes beneficios a la salud mundial con un método eficaz, seguro, sin reacciones
secundarias y basadas en principios doctrinarios de una Medicina científica en proceso de
investigación.

34
Desarrollo. Samuel Christian Federico Hahnemann Spiess. Pp. 33-35 Jorge
Oseguera

Desarrollo
I. SAMUEL CHRISTIAN FEDERICO HAHNEMANN SPIESS
(1755-1843)
―El punto de partida…‖

1. Samuel C.F.Hahnemann. 2 épocas.


Hahnemann establece en el Organón de la Medicina a lo largo de su Doctrina homeopática,
todos los lineamientos teórico filosóficos y bases de la clínica perfectamente sistematizados
para conformar el método homeopático. Un método el cual, ejecutado conforme a las pautas
señaladas por el Maestro, darán como resultado su objetivo primordial; el restablecer la
salud del enfermo de una manera suave, pronta y duradera, por el camino más corto, más
seguro y menos perjudicial, basándose en principios de fácil comprensión. (&2)
La Homeopatía fue creada y descubierta entre los años 1790 hasta 1843, año en que
Hahnemann muere en París, Francia.

Es una ciencia reciente, definida como un sistema médico, científico, doctrinario y filosófico
basado en el principio de similitud y que tiene como más alto ideal, el restablecimiento de la
salud en los enfermos como en las líneas anteriores se citó. (Ver parágrafos (&) 1 y 2 del
Organón de Hahnemann).

Este sistema médico obliga a aplicar su metodología de forma correcta y para la clínica
terapéutica, es necesario utilizar medicamentos previamente experimentados en el hombre
clínicamente sano y que hayan demostrado producir los síntomas semejantes al cuadro
clínico del enfermo que se desea curar. Dicho de otra forma, toda sustancia, lo que es capaz
de producir por toxicidad o patogenesia signos y síntomas específicos, será capaz de curar
en dinamizaciones (dinamo diluciones) homeopáticas (―dosis mínimas‖) en el enfermo,
(&105-145) un cuadro sintomático semejante al producido.

35
Al aplicar este principio de similitud (&26) con una base experimental reproducible en la
clínica, es obligación cumplir una serie de lineamientos clínicos que tienen como premisas la
similitud, la individuación (&; 26,118-119, 153) y la homeopaticidad (&3), para así poder
estimular las capacidades y procesos naturales de curación del enfermo.

El uso de los medicamentos preparados en ―altas dinamizaciones‖ o dinamo – diluciones de


acuerdo a la normatividad de la farmacopea y farmacia homeopática, conllevan
inherentemente el usar alguna de las escalas homeopáticas: Centesimal de Hahnemann
(CH), Cincuentamilesimal de Hahnemann (LM), Decimal de Hering (DH o X), o Centesimal
de Korsakoff (CK).

Unidos estos conceptos ―escala-dinamización-dosis‖, se pretende lograr el estímulo mínimo


único necesario para desencadenar los procesos curativos propios del sujeto enfermo y
alcanzar el más alto ideal curativo en la forma ya descrita de acuerdo al &2 y así también,
mejorar y modular la tendencia o enfermedad crónica ―constitucional‖ o miasma crónico
(&78).
Todos estos principios homeopáticos aplicados en la clínica, los podemos señalar en una
síntesis que bien puede ser considerada como la ―columna vertebral‖ o eje clínico doctrinario
en el Organón de Hahnemann.
Ver parágrafos (&) 1-4, 9, 26, 118-119, 83, 153, 246-248, 225 y 273.

Todo médico homeópata que ejecute a la perfección estos fundamentos descritos en dichos
parágrafos, realizará una práctica ortodoxa, es decir correcta, sin demeritar al término y
asociarlo erróneamente a la rigidez y cerrazón de criterio médico, científico y de desarrollo
humano dentro de la Homeopatía.
Para tales fines y para dar sentido, rumbo y objetivo al presente trabajo de investigación
retrospectiva, he elegido el análisis que inicia en 1790, año en que Hahnemann renuncia a la
práctica médica ―alopática‖ y emprende los trabajos que poco a poco conformarían el
método homeopático.

36
Esta ruta de investigación retrospectiva, reúne los antecedentes desde Hahnemann en lo
referente al uso y método de las escalas CH y LM, ambas creadas, investigadas y
practicadas por él.

Se siguen los pasos a cada una de ellas con sus dos más grandes seguidores; el Dr. James
Tyler Kent para la escala CH; y el Dr. Proceso Sánchez Ortega para la escala LM.

El camino de la escala CH se ve detenido en Hahnemann en 1833, al editar la 5ª. Edición


del Organón, puesto que para la sexta edición, Hahnemann da un ―giro de 180 grados‖ al
cambiar la metodología terapéutica proponiendo el uso de la escala LM. Estos cambios son
hechos de la quinta a la sexta edición del Organon en el año de 1842. Dichos escritos, no
llegan a publicarse en tal año quedándose ocultos en un período de casi 88 años, ―viendo a
la luz‖ la sexta edición del Organón, en San Francisco California, USA, hasta el año de 1921.
Esto explica por qué el Dr. J. Kent desconoció dicho método (LM), y adoptó el método CH, el
cual, estudió, practicó y perfeccionó durante su vida como médico homeópata. La escuela
norteamericana, siguió sus pasos al igual que la escuela argentina.

Por su parte, el Dr. Sánchez Ortega, conoce la sexta edición del Organón, la estudia y llega
a ser junto con el Dr. David Flores Toledo, los dos pilares y pioneros mexicanos del estudio,
práctica y difusión mundial de la escala LM. Simultáneamente la escuela homeopática en la
India, también se da la tarea a hacer lo propio con esta escala, al igual que otro gran sector
de ese país lo haría con la escala CH, usando muy altas dinamizaciones centesimales.

37
La escala 50 milesimal (LM). El nuevo método de Hahnemann pp. 43-44 Jorge
Oseguera

LA ESCALA 50 MILESIMAL (LM).


El nuevo método de Hahnemann

Entre la 5ª y 6ª edición del órganon, Hahnemann inició el uso experimental de las


dinamizaciones de la escala cincuentamilesimal (LM), así como con la repetición de dosis
diluidas, agitadas y aumentadas progresivamente.
Utilizó la administración de los medicamentos en cucharadas, gotas, por olfación,
bucal/sublingual, a través de la leche materna, en glóbulos secos, dosis únicas y por
fricción externa.
Cuando indicaba diluir el medicamento, sugería hacerlo con ―uno o varios glóbulos‖
pequeños en una solución hidroalcohólica.
En las enfermedades crónicas repitió el medicamento homeopáticamente bien elegido
diariamente (y en dinamizaciones ascendentes) y aún por meses de ser necesario.
Lo administraba frecuentemente en casos agudos, según la gravedad del caso, comenzando
por los grados de dinamización más bajos y lo aumentaba gradualmente según la
evolución del caso.
En las enfermedades crónicas, cuando el medicamento demostraba ser útil, ascendía
gradualmente la potencia agitándolo siempre antes de cada toma hasta la reaparición de
síntomas originales de la enfermedad. Al suceder esto, espaciaba las dosis a largos
intervalos (dando en ocasiones placebo) durante 7 ó 15 días para repetir nuevamente las
dosis del medicamento.
Si quedase algún síntoma de la enfermedad original continuaba con renovadas
dinamizaciones del medicamento indicado homeopáticamente.
Con este ―nuevo método‖ la curación era más rápida, más suave y permanente, sin
inconvenientes como lo había señalado con la escala CH, afectando lo menos posible a la
fuerza vital del enfermo y evitándole así la incómoda agravación homeopática inicial en el
paciente.

38
Hahnemann descubrió en los últimos años de su vida este método (cincuentamilesimal), que
consideró el mejor y que, ejecutado conforme a sus indicaciones descritas en el Organón,
reducía el tiempo para la curación, y disminuía la posibilidad de agravaciones, obteniendo
mayor suavidad y permanencia al restablecer la salud de los enfermos.
Kent desconoció totalmente este nuevo método, dado que la sexta edición del Órganon se
editó en 1921, años más tarde de su fallecimiento en 1916. (Konigsberger, Fabio. The
50milesimal scale: twelve years of experience. Rev. homeopatica; 13(35)

39
Marco teórico de las potencias LM

MARCO TEÓRICO DE LAS POTENCIAS LM.

Introducción

Las potencias LM no son muy conocidas porque pocos médicos las utilizamos de
manera habitual en la clínica. La publicación tardía de la sexta edición del Órganon
(1921) nos permite comprender la escasa difusión de su aplicación práctica. Sin
embargo, en los últimos años hay un interés creciente por parte de algunos médicos
para utilizar este tipo de potencias.

En el presente trabajo exponemos el marco teórico de las potencias LM partiendo del


proceso por el que Hahnemann llegó a ellas, cuáles fueron los motivos y la finalidad
de las mismas en el conjunto del método homeopático y de qué modo, en el
momento actual, se pueden dar criterios para su aplicación.

¿Cómo llegó Hahnemann a las potencias LM?

En la búsqueda de un método terapéutico eficaz Samuel Hahnemann tiene


muy clara la finalidad del médico: CURAR, y así lo expresa desde la primera a la
sexta edición del Órganon con algunos matices entre una y otra. En el primer
parágrafo de la edición de 1810 dice ―La más alta aspiración del médico es sanar a
los enfermos, lo que se llama curar”1, en la sexta edición, que no se publicó hasta
1921, matiza y amplía esto mismo ―la única y suprema misión del médico es la
restitución de la salud del enfermo, lo que se denomina curar”2. Es interesante la larga
nota que añade en la que deja bien claro que deben abandonarse las hipótesis,

1
HAHNEMANN S. (1810) Órganon de la medicina racional. Traducido por Emilio Morales y Juan P.
Larreta. Edit. Mínima. Sevilla 2006. Pág. 57
2
HAHNEMANN S. (1921) Órganon de la medicina. Traducido por Emilio Morales y Juan P. Larreta.
Edit. Mínima. Sevilla 2008. Pág. 85
40
especulaciones y verborrea para centrarse sólo en lo que es función del médico,
ayudar y curar a los enfermos.

Para Hahnemann este objetivo de CURAR tiene a su vez una serie de


condiciones que expresa en el siguiente parágrafo del Órganon donde dice “El más
alto ideal de la curación es una restitución de la salud rápida, suave y duradera; es
decir, la eliminación y aniquilación de la enfermedad en su totalidad, del modo más
rápido, más seguro y menos dañino, de acuerdo a principios que puedan ser
comprendidos fácilmente” 3. En el caso de este parágrafo no hay modificaciones de la
primera a la sexta edición, lo que evidencia su convencimiento de que el médico tenía
como finalidad curar, pero no de cualquier modo.

Estos dos parágrafos nos ayudan a comprender que Hahnemann, tuvo muy
claro lo que buscaba y lo que quería como médico. A lo largo del proceso de
conformación del método homeopático, no abandonó nunca estos objetivos que le
permitieron investigar, experimentar, observar, corregir y permanecer en esa
búsqueda que se inicia teniendo clara la meta pero, hay que construir el camino paso
a paso para llegar a ella. Hahnemann modificó hasta el final diversos aspectos de la
técnica con la finalidad de conseguir un método depurado y eficaz, capaz de procurar
la vuelta al equilibrio, es decir, la salud, sin agravaciones ni sufrimientos innecesarios.
Para comprender de qué modo va creando esta terapéutica a lo largo del tiempo, es
necesario hacer una lectura de su obra respetando el sentido cronológico, así
podemos seguir el rastro de sus razonamientos a partir de las guías fundamentales:
la observación, la experimentación y la lectura de los hechos sin especular
sobre ellos.

En un primer momento, cuando observa que la relación de la semejanza puede


ser una ley terapéutica, Hahnemann utiliza las sustancias en dosis ponderables sin

3
Ibidem.
41
embargo, hasta el final de sus días la cuestión de la dosis es algo que le ocupa de
manera permanente, ya que tiene muy claro que la cantidad es un elemento
fundamental para la correcta aplicación de un medicamento aparentemente bien
indicado. Leyendo su obra con un sentido cronológico a través de las diferentes
ediciones del Órganon, Tratado de enfermedades crónicas, Escritos Menores y
Materia médica pura, podemos afirmar que hasta su muerte en 1843, Hahnemann
experimentó de diversas maneras las dosis, las potencias y la repetición del
medicamento. Además, la semejanza, como criterio fundamental para la
prescripción homeopática, no sólo es con el medicamento más similar o
simillimum, sino también con la potencia y la dosis apropiada al caso, formando
todo ello un vehículo energético capaz de actuar sobre la fuerza vital del individuo y
poner en marcha un proceso de curación. La ley de la semejanza actúa con dos
requisitos: uno la semejanza en sí misma que nos lleva a elegir el medicamento
más apropiado al caso y el otro la intensidad, es decir, la potencia adecuada y la
dosis correcta.

Desde las dosis ponderables a las infinitesimales hay un largo proceso que
podemos seguir a lo largo de toda su obra, en ella encontramos numerosas
referencias a este tema de la dosis y diversas propuestas para la aplicación de los
medicamentos. La observación y la experiencia son los raíles por los que avanza la
construcción del método homeopático. En la primera edición del Órganon (1810)
expresa en algunos parágrafos (237 al 244) diversos razonamientos sobre la dosis
que resultan imprecisos y aparentemente contradictorios; por un lado afirma que si
una medicina es homeopática afectará favorablemente incluso si se administra en una
cantidad muy grande, por otro lado si el cambio es demasiado violento producirá
además de la agravación un debilitamiento posterior. Reconoce la dificultad para que
una medicina sea completamente homeopática, de modo que corresponda de una
manera matemática y expresa que el médico debe elegir la dosis más conveniente y
la cantidad adecuada para que no haya agravación. Todo ello son indicaciones
generales que no aclaran nada sobre cuál es la dosis conveniente sin embargo, nos

42
pone en evidencia su objetivo de curar de una manera suave, tratando de evitar la
agravación por una cantidad excesiva del medicamento adecuado al caso.

En 1813 escribe un opúsculo llamado el Espíritu de la nueva doctrina


homeopática en el que señala que “la virtud espiritual de la medicina alcanza su
objetivo no por su cantidad sino por su calidad”. En 1819 publica la segunda
edición del Órganon y dedica algunos parágrafos al tema de la dosis, entre otras
cosas dice: “el que una medicina sea apropiada para un caso dado de enfermedad
depende no sólo de una selección homeopática pertinente sino también de la
magnitud, o más bien, de la pequeñez de la dosis” (parágrafo 300)4. En 1828 publica
el Tratado de enfermedades crónicas, una obra fundamental del método
homeopático, en ella plantea algunas propuestas para el tratamiento de las
enfermedades crónicas basadas en la repetición del medicamento en dosis
pequeñas y fraccionadas, y también insiste en la prescripción del medicamento
en la forma diluida. En el prefacio a la segunda edición francesa de este texto amplia
estas indicaciones y señala la conveniencia de aplicar las dosis diluidas y en grados
crecientes, una vez más insta a que debe variarse la potencialidad energética de cada
toma mediante sucusiones. Considera que para curar la enfermedad crónica grave,
el medicamento debe tomarse cambiando el grado de dinamización porque la
energía vital del paciente soporta mejor el medicamento un gran número de
veces con un bienestar y mejoría en aumento. El cambio en la dinamización se
consigue agitando el frasco que contiene la dilución cinco o seis veces antes de cada
toma.

Con estas últimas indicaciones Hahnemann está sentando las bases de lo que
vamos a encontrar en la sexta edición del Órganon como resolución a este tema de la
dosis, una de las constantes en su objetivo de curar de una forma rápida, suave y

4
HAEHL R. (2011) Samuel Hahnemann. Su vida y su obra. Traducido por Emilio Morales y Juan P.
Larreta. Edit. Mínima. Sevilla. Pág. 445
43
duradera. Sin embargo, todavía desconoce la manera de conseguirlo y, es por eso
que durante unos años plantea diversos modos de aplicar el medicamento en lo que a
la cantidad y frecuencia de la toma se refiere. En 1829 expresa la extraña idea de
estandarizar las potencias para todos los remedios a la 30 CH y posteriormente
vuelve sobre la importancia de la trituración y las sacudidas para conseguir una
disminución de la parte material de la medicina y conseguir que la parte ―espiritual‖
sea liberada e incrementada.

En 1833 sale a la luz la quinta edición del Órganon en la que vuelve sobre la
dosis. En el parágrafo 246 hay una larga nota que en la edición española de 1835 5 se
coloca como un opúsculo en el primer tomo de la Materia médica pura y cuyo título es
―Sobre la repetición de un medicamento homeopático‖6. Lo que Hahnemann plantea
en este escrito anuncia el desarrollo en el futuro de las potencias LM, si bien sus
indicaciones se refieren a las potencias CH. Afirma que sólo debe administrarse un
medicamento bien elegido y agotar su tiempo de acción, pero es consciente de las
limitaciones para curar de manera efectiva las enfermedades crónicas ya que una
dosis del medicamento puede proporcionar alivio pero su efecto no durará mucho
tiempo. También señala que las dosis fuertes son un paso retrógrado y la dosis mejor
de un medicamento bien elegido es la más pequeña parte de una de las altas
diluciones, tanto en casos agudos como crónicos. Plantea algunas posibilidades y sus
inconvenientes, basados en la observación:

- La repetición de la misma dosis provoca una agravación de la enfermedad.


- El aumento de la dosis a una mayor cantidad de glóbulos produce un
resultado menos favorable, pero tampoco es recomendable prescribir
grandes dosis de potencias bajas porque se produce una excitación

5
Esta traducción la hizo el Dr. López Pinciano, uno de los primeros médicos que practicaron la
homeopatía en España.
6
Este opúsculo se encuentra en el primer tomo de los Escritos Menores cuya última edición ha sido
traducida y publicada por la Academia de Homeopatía de Asturias.
44
patogenética de la fuerza vital que recibe de este modo una impresión muy
violenta.
- Las pequeñas dosis repetidas a intervalos cortos tampoco es una medida
apropiada porque se acumulan en el organismo y producen una especie de
dosis exagerada7.

Hahnemann deja bien claro que el camino más rápido para la curación no es
aumentar la dosis de los medicamentos y que la agravación patogenética
provocada por las dosis excesivas no es necesaria ni recomendable. La
intensidad de una potencia demasiado elevada para un caso, o el exceso de dosis de
la misma, pueden producir una enfermedad más molesta que no es capaz de extinguir
a la enfermedad original. Su objetivo en esta búsqueda de la dosis apropiada seguía
siendo curar de manera suave y en los años siguientes encontró la manera de hacerlo
al crear las potencias LM.

En 1840 empezó a prescribir la LM indicando diluciones ascendentes de la 1 a la


30 y sólo con algunos remedios. Se trataba de una técnica en proceso de ensayo
porque la descubrió en los últimos años de su vida. Aunque no dispuso de mucho
tiempo para ensayar con estas potencias, fue capaz de sentar las bases teóricas para
su aplicación en la última edición del Órganon. Estaba convencido de la necesidad de
administrar una dosis mínima y suficiente, capaz de provocar una respuesta curativa
en la fuerza vital con la menor agravación posible, y su objetivo era conseguir una
medicina capaz de provocar una acción terapéutica sin causar ningún tipo de daño o
malestar.

En 1842 Hahnemann hace una revisión de la quinta edición del Órganon y


cambia algunos de sus parágrafos. Es la última versión de esta obra que no será

7
GONZALEZ-CARBAJAL GARCIA, I (2005) Bases teóricas y aplicación práctica de las potencias LM.
Oviedo. Pág. 35.
45
publicada hasta 19218 por diversas razones que tienen que ver con su muerte en 1843.
Su viuda no facilitó la edición del texto y en 1880 el Dr. Hering creó un comité para la
publicación de esta última versión pero no fue posible, hasta que años más tarde, los
doctores Richard Haehl y William Boericke hicieron posible que llegaran al ámbito
homeopático las últimas propuestas de Hahnemann, que tenían que ver sobre todo con
sus últimos hallazgos y con las potencias LM como el medio más eficaz para curar la
enfermedad crónica con las premisas que él mismo había expresado desde el inicio.

El hecho de que la última versión del Órganon no viera la luz hasta 1921 justifica
el escaso conocimiento y uso de las potencias LM, ya que la tradición homeopática se
cultivó con el uso de las CH y los grandes homeópatas del siglo XIX y buena parte del
siglo XX fundamentaron su experiencia en el uso de las potencias CH.

Hahnemann manifestó en la sexta edición que la nueva técnica de


preparación de los medicamentos homeopáticos era la más perfecta y en estas
últimas aportaciones habla de la eficacia de este nuevo método. Los cambios más
destacados los encontramos en algunos parágrafos que difieren totalmente de la
edición anterior. El 161 es importante porque recoge las observaciones con los nuevos
elementos de la última propuesta: las potencias LM y el método de dilución. La
novedad interesante es que la agravación homeopática aparece al final del tratamiento.
Otros parágrafos son totalmente diferentes en una edición y otra, sobre todo a partir del
246 al 248, 269 y 270, en este último explica la preparación de las nuevas potencias
LM.

En la sexta edición Hahnemann indica de forma clara que el medicamento se


tome a diario e incluso durante meses, desde las diluciones más bajas a las más
altas, pero haciendo que el grado de cada dosis varíe en algo respecto a la

8
Hahnemann comentó con algunos de sus allegados y con su editor, que estaba haciendo una
revisión del Órganon y que ésta sería la sexta edición de esta obra.
46
anterior para que el principio vital sea alterado de forma sucesiva en cada toma
del medicamento. El medio recomendado es diluir el medicamento en agua y agitarlo
antes de cada toma para modificar con cada dosis el grado de dinamización, lo que
permite evitar los efectos que se derivan de la repetición de la dosis. De este modo la
medicina se puede aplicar de forma diaria durante meses en los casos crónicos. Si los
síntomas cambian se puede seleccionar otro remedio y aplicarlo del mismo modo hasta
que el paciente siente cómo retornan algunas de sus antiguas dolencias (parágrafos
280, 281 y 282) porque el “principio vital, libre ahora de la enfermedad natural,
comienza a sufrir algo de la enfermedad medicinal llamada agravación final”9.

Con las potencias LM Hahnemann plantea un nuevo método que permite


fraccionar mucho más la sustancia medicinal y extraer en todo el proceso
terapéutico una mayor eficacia, que, a su vez, produce una menor agravación y
un mayor control de la potencia y la dosis adecuada a cada caso individual de
enfermedad.

Hahnemann dedicó su vida a buscar un método terapéutico eficaz para curar las
enfermedades. Encontró que el principio de la semejanza tenía una aplicación
terapéutica e investigó el potencial curativo de las sustancias. Con todo ello diseñó un
método que ensayó durante años, la experiencia le permitió comprobar la gran
importancia de la potencia y la dosis en la administración del medicamento, y los
últimos años los dedicó a perfeccionar la técnica de prescripción para cumplir con uno
de sus primeros objetivos señalados en la primera edición del Órganon: “El más alto
ideal de la curación es una restitución de la salud rápida, suave y duradera es decir,
la eliminación y aniquilación de la enfermedad en su totalidad, del modo más rápido,
más seguro y menos dañino, de acuerdo a principios que puedan ser comprendidos
fácilmente”.

9
HAHNEMANN, S (2008) Órganon de la medicina. Edit. Mínima. Sevilla. Pág. 271
47
El médico anciano que muere en julio de 1843 lo hace tranquilo, creyendo que
había dejado a sus discípulos su legado más perfecto, pero el destino jugó con las
circunstancias que dilataron el tiempo hasta que sus últimas aportaciones llegaron a
algunos médicos que confiaron en ellas y empezaron a ponerlas en práctica.
Actualmente, quienes llevamos años aplicando las potencias LM en nuestra práctica,
podemos confirmar lo que Hahnemann nos dijo y, como él, proponemos el uso de
estas potencias para curar de una manera eficaz las enfermedades crónicas del modo
que él pretendía, de una manera suave, rápida y duradera.

Dra. Inmaculada González-Carbajal García

Oviedo, junio de 201

48
Investigación sobre la Escala Cincuentamilesimal

Dr. Enrique Andino Pavlovsky


Dra. Florencia Schrager
Resumen:

El trabajo consta de cuatro aspectos:

a) El estudio cronológico de la obra de Hahnemann en lo concerniente a la preparación y


aplicación de los medicamentos dinamizados para intentar comprender por qué llega a esta
escala.
b) La revisión propiamente dicha sobre el modo de preparación de la escala LM y sus
diferencias y ventajas con respecto a la escala centesimal.
c) Actualidad sobre el modo de aplicación de la escala según distintas experiencias en
Ecuador, España y Argentina.
d) Casos de la práctica.

Corría febrero de 1842 cuando el maestro escribía a su editor desde París, ―he terminado
después de diez y ocho meses de trabajo, la sexta edición de mi Organon, la que más se
aproxima a la perfección entre todas‖. En ésta, Hahnemann nos legaba ―su nuevo y perfecto
método modificado‖ para la preparación de los medicamentos homeopáticos.

Pasaron casi 80 años hasta la publicación de esa edición, un largo tiempo en el cual se
desarrolló gradualmente la experiencia con la escala centesimal. Pensamos que ésta es en
gran parte la causa por la cual pocos homeópatas no utilizan la escala a la cual había
arribado Hahnemann luego de todo un proceso que, como veremos, siempre tuvo un hilo
conductor, una clara idea de producir el menor efecto primario que fuera posible, logrando la
curación por el camino más corto, de modo suave y duradero.

49
Ahora bien, estudiar profundamente a Hahnemann de un modo cronológico, nos permite
apreciar el desarrollo paulatino y gradual de su pensamiento; y poder apreciar mejor los
―porqué‖.

Ya en 1789, en el Tratado de las Enfermedades Venéreas, antes de descubrir la ley de la


similitud, Hahnemann da a conocer un método de preparación del mercurio con la intención
de atenuar los fuertes efectos tóxicos del mismo, el Mercurio atravesaba procesos de
conjugación, precipitación y purificación para lograr por fin el Mercurios Solubillis, el cual
administraba hasta inducir la reacción de fiebre mercurial.

Ensayo sobre un nuevo principio (1796)


Primer trabajo donde enuncia la Ley de Similitud

En todos los casos que enumera en este escrito, habla de dar en dosis mínimas las
sustancias, como así también las ventajas en relación a las dosis no tan débiles o
moderadas…
Da varios ejemplos, entre ellos; dice que el árnica aplicado muy eficazmente en las diarreas
más rebeldes, debe ser administrada en dosis tan mínimas de modo tal que no aumente
de forma evidente las evacuaciones‖. Como vemos ya estaba haciendo observaciones del
efecto primario de los medicamentos tendiendo a reducir la cantidad para que éste fuera el
menor posible.

En la primera edición del Organon, de 1810, parágrafo 247, habla de dar la menor dosis
posible y dice lo siguiente:

“Quiero señalar que los seres humanos tienen medidas muy distintas para valorar lo grande
y lo pequeño según su cultura, que a algunos, ya el número de millas que circunda nuestro
pequeño planeta les parece algo monstruoso y que no se les puede ni hablar de los
cuatrillones ni quintillones de geodestas (medida que se aplicaba para medir las grandes
50
distancias de la tierra, como su diámetro, etc.) que separan a los innumerables soles de la
creación infinita.”

“Uno encuentra personas igualmente limitadas que no valoran nada que no llene al menos
un puño, y ponderan las cosas por su peso mercantil en lugar de por la fuerza
autentica que reside en ellas.”

“El concepto de la división implica que no podemos empequeñecer parte alguna tanto
que deje de ser algo y que deje de participar de las propiedades completas del todo.” (Año
1810)

Quinta edición del Organon: Las grandes diferencias entre ésta y la 6ta. Edición, están
dadas fundamentalmente por el modo de preparación de los medicamentos y el cómo
administrarlos.

Parágrafo 246 de la quinta edición


Condiciones para el método de aplicación de los remedios homeopáticos
―La primera, que la elección del medicamento sea perfectamente homeopático bajo todo los
aspectos, la segunda; que se administre la dosis más pequeña, la que es menos susceptible
de desordenar la fuerza vital, conservando, no obstante, bastante energía para modificarla
convenientemente; y que ésta débil, pero eficaz dosis, se repita en los intervalos que la
experiencia enseña y conviene mejor para acelerar cuanto sea posible la curación.‖

Luego en el Tratado de las Enfermedades Crónicas, 2º Edición (1835)

Párrafo 222: Nos enseña sobre las 3 faltas capitales:

En general, el médico, no puede cometer otras faltas mucho mayores


que, primero, considerar pequeñas las dosis que fueron moderadas por mí, para cada
medicamento antipsórico de acuerdo a múltiples ensayos e incluso a través de experiencias
precisas.
51
Segundo. La desacertada elección del medicamento.
Tercero, la precipitación de no dejar actuar lo suficiente a cada dosis (este es el concepto de
segunda prescripción clásico)

Párrafo 223: “Yo agregaría solamente que uno no desacertaría al prescribir dosis más
pequeñas aún (si fuera posible) que las que yo mismo he indicado.”
―Estas producen todo lo bueno que puede esperarse…‖

(Esto muestra la tendencia en Hahnemann hacia la menor cantidad posible, aún más
pequeña que la que él mismo hubiera podido preparar).

Es muy interesante como considera una enfermedad desemejante a aquella que surge
de una dosis demasiado grande:
Párrafo 219
Esta dosis del medicamento antipsórico, aunque elegida de manera homeopática fue
demasiado grande, y es de temer que con ella no se alcance ninguna curación…la
semejanza es anulada por los otros síntomas desarrollados por el medicamento con su
violencia, se fija entonces en lugar de la enfermedad natural, una enfermedad desemejante,
por cierto mayor y más molesta.

Párrafo 221 Habla de cómo paralizar el tempestuoso ataque de una dosis demasiado
grande, de un remedio, por otra parte, homeopáticamente acertado, remedio que fue
dañino solo por su intensidad.

Párrafo 229-nota 1-cuando se hizo una elección ajustada homeopáticamente del antipsórico,
y la dosis fue apropiadamente moderada, estos ataques se vuelven más y más raros, más y
más débiles, a medida que continúa la acción; mientras que, cuando la dosis fue
demasiado grande, en cambio, los días siguientes, estos van siempre aumentando de
frecuencia e intensidad y con gran detrimento para el enfermo.

52
Vuelve a referirse a los efectos perjudiciales de una dosis demasiado grande en la
6ª.Edición del Organon, párrafo 276:
“Un medicamento, aun cuando sea homeopáticamente apropiado al caso patológico, hace
daño con cada dosis que se administre si ésta es demasiado grande…
Por regla general, la administración en grandes dosis de un medicamento
homeopático elegido con exactitud, y sobre todo cuando se repite con frecuencia, pone en
peligro la vida del paciente y hace su enfermedad casi incurable.”

En los párrafos 253, nota 138- y en 275 y 276 habla del daño que producen las grandes
dosis;
…―después que el medicamento homeopático haya sido administrado en dosis
suficientemente pequeña (tan pequeña como sea posible) Una dosis más fuerte que lo
necesario, aun del remedio más homeopático, obra con demasiada violencia y produce en
seguida una alteración muy grande y prolongada…

Párrafo.275: ―...si se da una dosis demasiado grande, de un medicamento que pudo haberse
elegido muy homeopáticamente, no obstante el carácter beneficioso de su naturaleza,
resultará perjudicial por su cantidad y por la impresión innecesaria

Es de gran importancia lo que Hahnemann explica en los siguientes pasajes:

Párrafo 230-nota 1

“Se requiere un gran esfuerzo para creer que una pequeñez tal, una dosis tan
extraordinariamente pequeña sea capaz de producir el menor efecto en el organismo,
menos aún contra enfermedades crónicas tan extraordinariamente grandes…sin embargo
este principio no es de esos que uno debe entender ni tampoco de aquellos para los que
reclamo una fe ciega. Yo incluso no lo entiendo, pero me es suficiente el hecho, de que sea
así y no de otra manera. Es la experiencia la que lo dice, y yo le creo más que a mi
inteligencia.‖

53
“Quien no quiera imitarme así exactamente, dejará sin solución esta gran tarea, y
también dejará sin curar las importantes enfermedades crónicas. No tengo nada más
que decir sobre este tema.”

Pensamos que esta idea del maestro aun cuando todavía no había desarrollado la escala
LM, es lo mismo que hubiera dicho en relación a ésta.

Ahora pasamos a la 6º Edición del Organon de la Medicina, donde Hahnemann desarrolla el


modo de preparación y uso de la escala cincuentamilesimal.

Párrafo 270.Con el fin de obtener lo mejor posible este desarrollo de poder, por medio de
estas manipulaciones de las drogas (trituraciones, diluciones, sucuciones)…se obtienen
preparaciones que solo de este modo, alcanzan capacidad completa para influenciar
forzosamente las partes que sufren del organismo enfermo.
No vamos a describir detalladamente la técnica porque entendemos que ya es conocida por
todos ustedes, pero si vamos a poner acento en las diferencias en la preparación de las dos
escalas.

1) En LM todas las sustancias pasan por la trituración tanto las solubles como las insolubles.

2) las dinamizaciones LM se conservan en glóbulos y las centesimales en medio líquido, esto


último trae como consecuencia la evaporación paulatina de las potencias con la consiguiente
concentración de la cantidad de medicamento.

3) En LM las sucusiones en cada paso de dinamización siempre son 100, en la centesimal


varían según la farmacopea.

4) Otra diferencia tiene que ver con la exactitud en la progresión del desarrollo de poder. En la
escala LM, el proceso es totalmente manual a diferencia de la escala centesimal, donde en
especial a partir de la trigésima potencia se progresa con dinamizadores mecánicos en
donde intervienen una serie de parámetros que varían de una máquina a la otra, a saber:
54
RPM del rotor, tamaño del bulbo, forma y dimensiones de la paleta que gira, cantidad de
fluido por unidad de tiempo. Pensamos que en LM esto asegura una progresión
suficientemente exacta de la fuerza medicamentosa, que en centesimal en altos niveles de
dinamización (10.000, 50.000 o más) es más probable que haya variaciones del poder
medicinal según se utilice uno u otro dinamizador.

5) La proporción es diferente, desde uno en 100 a uno en 50 mil. En relación a este punto,
transcribimos a continuación lo que Hahnemann explica en la nota 155 al parágrafo 270

“La relación muy desproporcionada entre el medicamento y el medio de dilución, muchas


sacudidas al frasco, puede determinar un desarrollo mucho más grande de poder.”

―Pero si el medio diluyente es de 1/100, obra con una violencia furiosa, aun peligrosa
sobre todos los pacientes débiles que no tienen una reacción duradera y moderada del
principio vital.‖

―Pero el método descripto por mí, al contrario, produce medicamentos de gran poder y de
acción más moderada, que sin embargo, si están bien elegidos, impresionan curativamente
todas las partes del cuerpo que sufre.‖

Todo este comentario concluye en las palabras de Hahnemann en:

Nota 156 al parágrafo 270


―Por medio de este método de dinamización (la preparación obtenida de este modo, he
encontrado después de muchos experimentos y contra experimentos que es la más
poderosa y al mismo tiempo de acción más moderada, es decir, como la más
perfeccionada), la parte material del medicamento disminuye 50 mil veces con cada grado
de dinamización, y no obstante, aumenta su poder de manera increíble.”

Podríamos decir que el método de preparación en LM tiene un doble resultado, en primer


lugar la relación de desproporción entre sustancia y medio diluyente brinda un espacio para
55
la dinamización que es en proporción mucho mayor al que sucede en la progresión
centesimal, lo que permite un gran desarrollo de poder y por otro reduce drásticamente la
cantidad de sustancia, lo que en conjunción logra una acción primaria profunda y casi
imperceptible al mismo tiempo.

Fundamento del método plus:

Parágrafo 246
Condiciones:

1) el medicamento elegido con el mayor cuidado perfectamente homeopático


2) si el medicamento ha sido administrado en alta potencia, disuelto en agua y en pequeña
dosis apropiada según la experiencia haya enseñado como la más conveniente, y a
intervalos definidos para que la curación se efectúe mas rápida, pero con la precaución
de que el grado de dinamización de cada dosis se diferencie algo de la que le precede
y de la que le sigue.

El método plus permite repetir el medicamento frecuentemente y de este modo acelerar los
tiempos de curación.

“…. si la dosis siguiente es modificada ligeramente cada vez, de dinamización más alta,
entonces el principio vital puede ser influenciado sin ninguna dificultad por el mismo
medicamento (la sensación patológica disminuye) y de este modo la curación es más
pronta.

En el uso de la LM tanto para dosis única como para método plus, siempre se aumenta
gradualmente la potencia, nunca se repite la potencia sin modificar, a diferencia del
concepto previo de segunda prescripción, que más tarde refrenda Kent en su Filosofía de la
Homeopatía.

56
Forma de administración: Potencia – Dosis

Parágrafo 275: la conveniencia de un medicamento para un caso patológico dado, no


depende solo de su exacta elección homeopática, sino también de la cantidad apropiada, o
mejor dicho, de la pequeñez de la dosis.

En el momento de prescribir un medicamento en LM son claramente dos aspectos que


debemos elegir de acuerdo a algunos parámetros de fácil comprensión, la potencia y la
dosis.
La dosis comprende la cantidad de medicamento y la frecuencia o ritmo posológico.

Hahnemann se pregunta cuál sería el grado de exigüidad de la dosis:

Parágrafo 278- “el de cada caso Individual”

Parágrafo 277‖…. Un medicamento cuyos síntomas propios estén perfectamente en


armonía con los de la enfermedad, deberá ser tanto más saludable cuanto más se aproxime
su dosis a la exigüidad a que necesita reducirse para producir suavemente la curación.

Parágrafo 278-…Se trata ahora de saber cuál es el grado de exigüidad que más
conviene para dar a la vez el carácter de certeza y de suavidad a los efectos
benéficos que se quiere producir, es decir, hasta qué punto se debe disminuir las dosis del
remedio homeopático en un caso dado de enfermedad para obtener la mejor curación.

―Para resolver este problema no sirven de nada las especulaciones teóricas, ni los
razonamientos alambicados ni los sofismas especiosos, solo los experimentos puros, la
observación cuidadosa de cada enfermo y la experiencia exacta pueden determinar
esto en cada caso individual.”

57
¿Cómo empezar?

En ningún caso especifica de manera contundente, cual es la dinamización más baja por el
que se debe iniciar el tratamiento.
En enfermedades agudas…1 glóbulo en seco (para enfermedades recientes y moderadas) o
en diluciones cada tantas horas según gravedad.

Para enfermedades agudas y crónicas, comienza por dinamizaciones bajas y se van


aumentando paulatinamente; la progresión de las potencias depende de la sensibilidad de
cada paciente (parágrafo 248-nota 155)

Nota 132 del parágrafo 247


El mismo medicamento cuidadosamente elegido puede darse ahora diariamente y por
meses, si fuese necesario de este modo, a saber: después que los grados más bajos de la
potencia se han usado por una o dos semanas en el tratamiento de las enfermedades
crónicas, se aumenta el grado de potencia hacia las más altas.

*(Aunque más adelante trabaja en forma descendente, incluso sube y baja la potencia de la
dinamo-dilución).

¿Hasta cuando?

Parágrafo 280: la dosis de un medicamento que ha demostrado ser útil sin producir nuevos
síntomas molestos, debe continuarse su empleo elevándolo gradualmente hasta el momento
en que el paciente aliviado en general, comienza a sentir en forma moderada el retorno de
uno o varios de los antiguos sufrimientos originales. Esto indica la curación
próxima.

58
A continuación enumeramos lo que creemos son las ventajas de la escala LM sobre la
centesimal, para ser consideradas por los presentes:

 La relación desproporcionadamente grande entre la medicina y el medio diluyente


permite conseguir como ya vimos un poder mucho mayor.

 Mayor suavidad. Acción más moderada. Como dice Hahnemann: “ Por medio de la
dinamización cada vez más alta, se modifica y sutiliza la acción del remedio‖

 La agravación se reduce al grado de menor expresión dado que en la relación 1


en 50 mil la energía se libera más sutilmente y en contacto con la energía vital, da impulsos
más suaves.(parágrafo 270)

 Parágrafo 161: Limitar la agravación homeopática. Con el fin de ―impedir‖ estas


reacciones no deseadas de la fuerza vital…y dice, hablando de la 5ta edición, “….era
todo lo que la experiencia me había justificado…ahora, todas estas dificultades se han
resuelto por mi nuevo método.

 Difiere el significado de agravación homeopática. En la escala centesimal indica un


exceso de dosis que causa el efecto, en la escala LM indica que el paciente está casi o
completamente curado.

 Permite el uso repetido del medicamento por un tiempo prolongado.


*…ahora diario y hasta por meses…

 El efecto primario es tan pequeño, que si uno se equivoca en la elección del remedio,
el grado de afección es reparado sin dificultad por la energía vital. ―En el caso de que la
falibilidad humana lo induzca a emplear un medicamento inadecuado, la desventaja que de
esto resulte será tan pequeña que el paciente la vencerá y reparará rápidamente por medio
de su poder vital y con la pronta administración del remedio correctamente elegido conforme
a la similitud de los síntomas y esto en la dosis más pequeña (parágrafo 283).
59
 Acelerar la curación: mejoría en tiempos más cortos (esto en relación al método
plus, tanto en centesimal como en LM).

Actualidad de la Escala LM:

De acuerdo a la información que hemos ido recabando sobre el uso actual de la escala
pudimos observar en todos los casos la gran rigurosidad que existe en la preparación de los
medicamentos, tanto en las farmacias como en los casos en que el médico prepara sus
propias medicinas, como en Ecuador dónde no hay preparaciones farmacéuticas de
medicación homeopática. Siguiendo siempre los claros lineamientos que ofrece el maestro
en la 6º Edición, con los cuales perfectamente puede uno preparar todas las sustancias
medicamentosas sin excepción.

En cuanto al uso de las potencias en los tratamientos de las enfermedades agudas y


crónicas el criterio de elección difiere según los distintos autores.

En Ecuador hemos visto que en general comienzan en todos los casos por las potencias
más bajas, incluso la 1 LM para ir aumentando gradualmente de uno en uno, en algún caso
de a dos o de a tres y de este modo ir elevando hasta observar una vez cumplido todo el
proceso curativo la denominada agravación final.
La doctora Inmaculada Gonzalez-Carbajal García, de la ciudad de Oviedo en España, ha
escrito un maravilloso libro, ―Bases teóricas y aplicación práctica de las potencias LM‖, en
donde expone la conveniencia en algunos casos de comenzar por dinamizaciones altas
directamente y de este modo producir cambios de modo rápido, cambios que tal vez al
comenzar por dinamizaciones bajas van a tardar en aparecer. Acelerando de este modo el
proceso y evitándole al paciente pérdidas de tiempo en medio de su sufrimiento crónico.
Inmaculada González toma como parámetros importantes para la elección de la potencia y
la dosis: la edad, la situación vital del paciente, el tiempo que cursa su enfermedad crónica,
el plano de manifestación de la enfermedad, el grado de sensibilidad del paciente, la
complejidad miasmática y el que se trate de una enfermedad aguda o crónica. También da
60
una idea muy interesante que es que ―quienes proponen iniciar un tratamiento homeopático
con LM desde esquemas rígidos respecto a la potencia y la dosis están dejando a un lado la
riqueza que ofrece tal diversidad de combinaciones, que la hace susceptible de adaptarse a
casi todas las situaciones‖.- (comentarios a Hahnemann en enfermedades crónicas, puesto
que el mismo Hahnemann comenta que dio una 30/lm, luego una 24 después una 28).

En nuestra corta pero riquísima experiencia con esta escala hemos ido comprobando
permanentemente estas palabras de Inmaculada, ofrece un amplio espectro de posibilidades
y en la medida en que uno está atento a todos los parámetros que enumerábamos
anteriormente actúa de un modo suave, claramente curativo y sin provocar reacciones
indeseadas en los pacientes.

Conclusiones

El motivo de esta investigación es animar a cada uno de nosotros a que la usemos,


y certifiquemos su validez, y como pide Hahnemann, “no nos privemos de experimentar
las grandes ventajas y beneficios de este modo de proceder (nota 138 al parágrafo
253)‖.

Cuando Hahnemann en sus últimos años se dedicó a desarrollar las potencias fue en
búsqueda del ideal más elevado:

Parag. 2. “El de restablecer la salud de manera suave, rápida y duradera, o quitar y


destruir toda la enfermedad por el camino más corto, más seguro y menos
perjudicial.”

“La verdad es eterna como la divinidad misma. Los hombres pueden desconocerla
por mucho tiempo, pero por fin llega el momento en que cumpliéndose los decretos
de la Providencia, sus rayos penetran la nube de las preocupaciones y esparcen

61
sobre el género humano una claridad benéfica que nada en adelante es capaz de
extinguir.”
Samuel Hahnemann, Introducción al Organon de la Medicina, 6º Edición.

62
LM fundamentos

EL NUEVO MÉTODO DE HAHNEMANN (QUINCUAMILESIMALES Y REPETICIÓN)

RESUMEN
Hahnemann entre la 5ª y 6ª edición del Organon comenzó a experimentar con la escala
‗cincuentamilesimal‘, más propiamente llamada quincuamilesimal o Q, y con la repetición de
dosis a potencia aumentada gradualmente. Considera a la escala quincuamilesimal como el
método de preparación de medicamentos más perfeccionado. Utiliza la administración a
cucharadas, en gotas, por olfacción y por fricción externa, disolviendo un glóbulo pequeño
en una solución hidroalcohólica y sacudiendo el frasco varias veces antes de cada toma. En
enfermedades crónicas repite diariamente y por meses el medicamento bien seleccionado,
repitiéndolo más a menudo en casos agudos, comenzando por los grados de dinamización
más bajos. Cuando el medicamento ha demostrado ser útil asciende gradualmente la
potencia por medio de la sucusión hasta la reaparición de síntomas originales antiguos y
entonces reduce las dosis, las repite a más largos intervalos o las suspende durante varios
días. Si quedase algún síntoma de la enfermedad original lo trata con renovadas potencias
del remedio. Con este "nuevo método" la curación será más rápida, más total y poderosa,
afectando lo menos posible a la fuerza vital y será sin agravación homeopática inicial.

PRÓLOGO
Hahnemann descubrió en los últimos años de su vida el método quincuamilesimal que
considera el mejor y que, utilizado junto a la repetición de dosis a potencia aumentada
gradualmente, considera como la mejor forma de tratamiento. No es raro que Kent no
mencione este nuevo método en sus escritos, dado que la sexta edición del Organon vio la
luz en 1921, años más tarde que el fallecimiento del americano en 1916, que aunque escrita
en 1842 estuvo perdida hasta entonces. He podido comprobar tras dieciocho años de uso
exclusivo de este nuevo método, que es más eficaz que el método centesimal comparado
con cuatro años de práctica anterior con éste último. He podido observar que se evita la
molesta agravación homeopática ir ser su acción más suave, que su poder medicinal es

63
mayor y que es de utilización más cómoda. Leamos textualmente a Hahnemann para saber
lo que él dice al respecto:[1]

INTRODUCCIÓN
"Durante estos cuatro o cinco años todas estas dificultades se han resuelto por completo
con mi nuevo y perfecto método modificado. El mismo medicamento cuidadosamente
elegido puede darse ahora diariamente y por meses". Organon de la Medicina, Hahnemann,
6ª ed. § 246, nota) § 246 -6ª ed. En las enfermedades más crónicas una sola dosis del
remedio homeopático elegido convenientemente desarrollará toda su actividad con una
mejoría lenta y progresiva y contribuirá a que tal remedio en determinado caso pueda
realizarlo naturalmente en 40,150, 60, 100 días. Esto, no obstante, es raro; además es de
gran importancia, tanto para el médico como para el paciente, que sí fuera posible se
redujera este período a la mitad, a un cuarto o aún menos de manera que pudiera obtenerse
una curación más rápida. Esto puede efectuarse muy afortunadamente bajo las condiciones
siguientes según me han enseñado observaciones recientes y a menudo repetidas: en
primer lugar si el medicamento elegido con el mayor cuidado es perfectamente homeopático
y en segundo lugar sí el medicamento ha sido administrado en alta potencia disuelto en
agua y en pequeña dosis apropiada según la experiencia haya enseñado como la más
conveniente y a intervalos definidos para que la curación se efectúe más rápida, pero con la
precaución de que el grado de dinamización de cada dosis se diferencie algo de la que le
precede y de la que le sigue. § 247 -6ª ed. No es razonable repetir la misma dosis no
modificada. El organismo vital no acepta sin resistencia estas dosis. Pero si la dosis
siguiente es modificada ligeramente cada vez, es decir, es de dinamización más alta,
entonces el principio vital puede ser influenciado sin ninguna dificultad por el mismo
medicamento y de este modo la curación es más rápida.

PREPARACIÓN
Centesimal: § 270 -5 ed., no en la 6ª. Se toman dos gotas de la mezcla a partes iguales de
un jugo vegetal fresco con alcohol, se las hace caer sobre noventa y ocho gotas de líquido
alcohólico puro y se dan dos fuertes sacudidas al frasco que contiene el total. Se tienen
después otros veintinueve frascos llenos hasta sus tres cuartas partes con noventa y nueve
64
gotas de alcohol y en cada uno, de los cuales se vierte sucesivamente una gota del líquido
contenido en el precedente, cuidando siempre de dar dos sacudimientos a cada
frasco. Quincuamilesimal: § 270 -6ª ed. Con el fin de obtener lo mejor posible este desarrollo
de poder se tritura una pequeña parte de la sustancia que se va a dinamizar, por ejemplo un
grano, con cien granos de azúcar de leche en forme de polvo.. Se disuelve un grano de este
polvo en 500 gotas de una mezcla de alcohol y agua destilada, del cual se pone una gota en
un frasco. A ésta se añaden 100 gotas de alcohol puro y se le dan cien sacudidas fuertes.
Este es el primer grado de dinamización del medicamento con el que los glóbulos de azúcar
se humedecerán. Se toma de éstos un ( si solo se toma un glóbulo y se dinamiza con 100
gotas de alcohol la proporción es de 1 a 50.000, pues 500 de estos glóbulos absorben una
gota para su saturación) sólo glóbulo para la dinamización siguiente. Se pone en un
segundo frasco y se añaden 100 gotas de alcohol y se dinamiza con cien sucusiones
fuertes. Con esta dilución medicinal se humedecen los glóbulos y se marcan con el signo de
la segunda potencia. De esta manera se sigue el mismo procedimiento...

CARACTERÍSTICAS
Centesimal: § 270, nota, -6ª ed. Conforme a las primeras instrucciones se toma una gota de
una potencia más baja y se mezcla a 100 gotas de alcohol para preparar la potencia más
alta. La proporción entre el medicamento a baja potencia y el que se va a dinamizar (100 a
1) se encontró que era demasiado limitada para desarrollar completamente y a un alto grado
el poder del medicamento... Si el medio diluyente es poco, como 100 a 1, y se le imprimen
muchas sacudidas por medio de una poderosa máquina el poder medicinal que entonces se
desarrolla, especialmente en las altas dinamizaciones, obra casi inmediatamente pero con
una violencia furiosa aún peligrosa sobre todo en pacientes débiles que no tienen una
reacción duradera y moderada del principio vital.
Las centesimales causan agravaciones. Las cincuentamilesimales, excepcionalmente.
Esta sexta edición la terminó en 1841. Hahnemann utilizó las cincuentamilesimales cuando
menos desde 1836.

Quincuamilesimal: § 270, nota, -6ª ed. Con esta relación muy desproporcionada entre el
medicamento y el medio de dilución (1 a 50.000), muchas sacudidas (cien) al frasco puede
65
determinar un desarrollo mucho más grande de poder. Produce medicamentos de gran
poder y de acción más moderada que, sin embargo, si están bien elegidos, impresionan
curativamente todas las partes del cuerpo que sufre. La preparación obtenida de este modo
he encontrado después de muchos experimentos y contraexperimentos que es la más
poderosa al mismo tiempo de acción más moderada, es decir, la más perfeccionada. (
Hahnemann, Chronic Diseases II, pg. 1461: ―Antiguamente consideraba al extracto de
Sulphur hecho con alcohol y llamado ―tinctura sulphuris‖ como suficiente, pero ahora,
después de haberlo comprobado experimentalmente, lo considero mucho más inferior que
las otras preparaciones hechas por trituración de flores de sulphur con cien partes de azúcar
de leche, elevados a la millonésima y con ulterior dinamízación de la solución. He sido
llevado a reconocer a la última como la más perfecta medicina de Sulphur. El alcohol en la
―tinctura sulphuris‖ parece atraer s6lo alguna porci6n particular de Sulphur, pero no todos los
constituyentes sin excepción, es decir, no el Sulphur entero.‖)

PRESCRIPCIÓN DEL MEDICAMENTO FORMA DE ADMINISTRACIÓN


§ 270 -6ª ed. Un glóbulo ( § 248, nota, -6ª ed.: es raro que se tenga que usar más de un
glóbulo) de esta clase (§ 270, nota, -6ª ed.: los de tamaño más conveniente para el médico
en número de cien y de peso un grano ) puesto en seco sobre la lengua es una de las más
pequeñas dosis para un caso de enfermedad reciente y moderada. El medicamento no
tocará aquí sino pocos nervios. Pero si se toma otro glóbulo igual y se disuelve en bastante
agua y se sacude bien antes de cada vez que se administre, se obtendrá un medicamento
mucho más poderoso para varios días. Cada dosis, no importa lo pequeña que sea,
impresionará, al contrario, muchos nervios. § 248 —6ª ed. Con este fin potentizamos de
nuevo la solución medicinal, hecha en 40, 30, 20, 15 ú 8 cucharadas grandes de agua
alcoholizada (al 10 ó 15 % de alcohol según Hochstetter), con 8, 10 ó 12 sucusiones, de las
que damos al enfermo una o varias cucharaditas en las enfermedades de larga duración
diariamente o cada dos días, en las agudas cada dos a seis horas y en casos muy urgentes
cada hora o con más frecuencia. Así en enfermedades crónicas todo medicamento
correctamente elegido, aún aquel cuya acción sea de larga duración, debe repetirse
diariamente por meses con éxito creciente. Si la solución se agota es necesario añadir a la

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siguiente solución del mismo medicamento, si todavía está indicado, un glóbulo de una
potencia más alta con la cual se continuará mientras el paciente siga mejorando.

Administración en gotas -Hahnemann, Chronic Diseases I, pg. 159: Últimamente he


encontrado el siguiente modo de administración en los pacientes cuidadosos: De una
mezcla de agua destilada y de brandy. francés se ponen 200, 300 o 400 gotas (según la
solución tenga que ser débil o fuerte) en un frasquito en el que ha sido colocado el polvo
medicinal, el glóbulo o los glóbulos. Este frasquito se tapa y se agita hasta que la medicina
se disuelva. De esta disolución una, dos, tres o varias gotas, de acuerdo a la irritabilidad y a
la fuerza vital del paciente, se echan en una taza que contiene una cucharada sopera de
agua; ésta se revuelve y se le da al paciente, dando sólo media cuando sea necesario
mayor cuidado. En los días que es administrado, el frasquito debe ser agitado
enérgicamente cinco o seis veces cada vez.

Administración por olfación § 248 – 6ª ed: Disuelto un glóbulo del medicamento en una
dracma de alcohol diluído para usarlo en el tratamiento por olfación cada dos, tres o cuatro
días; esta dilución también debe agitarse vigorosamente ocho o diez veces antes de cada
olfación. Hahnemann, Chronic Diseases I, pg. 155: Un pequeño glóbulo puesto en seco
sobre la lengua o la inhalación de un vial abierto donde uno o más glóbulos de esta clase
están contenidos se muestran como la más pequeña y débil dosis con el más corto período
de duración de sus efectos.

Administración por fricción externa: Hahnemann, Chronic Diseases I, pg. 158 y 159. Si el
mismo medicamento que ha sido encontrado útil es utilizado en solución (media cucharada
de esta solución puede ser usada) en una o más partes del cuerpo que están libres de
alteraciones mórbidas (por ejemplo en un brazo o en el muslo o en la pierna que no tengan
ninguna erupción cutánea, ni dolores ni calambres) entonces los efectos curativos son muy
incrementados. Los miembros que son así friccionados con la solución pueden ser variados:
primero uno, luego otro... En el sentido de introducir también aquí cambio y variación cuando
varios de los miembros están libres de alteraciones cutáneas debe utilizarse primero un
miembro y luego otro, en alternancia en días diferentes ( mejor en los días que la medicina
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no se toma internamente). Una pequeña cantidad de la solución debe ser friccionada con la
mano hasta que el miembro esté seco. También a este propósito el frasco debe ser
sacudido cinco o seis veces. Así el médico puede obtener una gran acción de la medicina
homeopática apropiada al paciente crónico y puede curarlo más rápidamente que por
solamente la administración interna del remedio. Este modo de proceder ha sido
frecuentemente probado por mí mismo y encontrado extraordinariamente curativo.

LA DOSIS
Importancia de considerar la dosis (cantidad): § 275 -5ª y 6ª ed. La conveniencia de un
medicamento para un caso patológico dado no depende sólo de su exacta elección
homeopática, sino también de la cantidad apropiada, o mejor dicho, de la pequeñez de la
dosis. Si se da una dosis demasiado fuerte de un medicamento que pudo haberse elegido
muy homeopáticamente para el caso en tratamiento, no obstante el inherente carácter
beneficioso de su naturaleza, resultará perjudicial por su cantidad y por la impresión
innecesaria y demasiado fuerte que debido a su acción homeopática produce sobre la fuerza
vital y por medio de ésta sobre las partes más sensibles del organismo y que se han
afectado más por la enfermedad natural. § 276 -5ª y 6ª ed. Por esta razón, un medicamento
aun cuando sea homeopáticamente apropiado al caso patológico hace daño con cada dosis
que se administre si ésta es demasiado grande, y si se da en fuertes dosis hará mucho más
daño cuanto mayor sea su homeopaticidad y la potencia más alta. Hará mucho más daño
que una dosis igualmente grande de cualquier medicamento no homeopático y que no esté
adaptado en ningún sentido al estado patológico. § 277 -5ª y 6ª ed. Un medicamento cuyos
síntomas propios estén en perfecta armonía con los de la enfermedad deberá ser tanto más
saludable cuanto más se aproxime su dosis a la exigüidad.

Elección de la dosis: § 278 -5ª y 6ª ed. Se trata ahora de saber cuál es el grado de exigüidad
que más conviene para dar a la vez el carácter de certeza y de suavidad a los efectos
benéficos que se quiere producir. Para resolver este problema, como se concibe fácilmente,
no sirven de nada las especulaciones teóricas, ni los razonamientos alambicados, ni los
sofismas especiosos; sólo los experimentos puros, la observación cuidadosa de la
sensibilidad de cada paciente y la experiencia exacta pueden determinar esto en cada caso
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individual. § 279 -5ª y 6ª ed. La dosis del remedio en alta potencia nunca deberá ser tan
pequeña que resulte menos fuerte que la enfermedad natural. § 282 – 6ª ed. Será un signo
cierto de que la dosis ha sido en absoluto demasiado grande si durante el tratamiento,
especialmente de las enfermedades crónicas, la primera dosis provoque la aparición de la
llamada ―agravación homeopática‖, es decir, el aumento marcado de los síntomas morbosos
originales que se observaron al principio. § 276 – 6ª ed. Por regla general la administración
en grandes dosis de un medicamento homeopático elegido con exactitud y sobre todo
cuando se repite con frecuencia produce muchos inconvenientes; ciertamente extingue la
enfermedad natural en cuanto a lo que concierne al principio vital y el paciente no sufre más
de la enfermedad original desde el momento en que la dosis fuerte del medicamento
homeopático obró sobre ella, pero estará en consecuencia más enfermo con la enferme dad
medicinal semejante que es más difícil de destruir. § 283 – 6ª ed. El verdadero médico, para
obrar de acuerdo a la Naturaleza, deberá prescribir el remedio homeopático exactamente
elegido y más apropiado en todos los sentidos y en la dosis lo más pequeña posible; porque
en caso de que la falibilidad humana lo induzca a emplear un medicamento inadecuado la
desventaja que de esto se produzca será tan pequeña que el paciente la vencerá y reparará
rápida mente por medio de su poder vital.

LA POTENCIA
Potencia de comienzo: § 270, nota, - 6ª ed. En el tratamiento de las enfermedades crónicas
es mejor principiar con los grados de dinamización más bajos y cuando fuese necesario usar
las más altas y cada vez más poderosas. § 246, nota, - 6ª ed. El mismo medicamento
cuidadosamente elegido puede darse ahora diariamente y por meses principiando con el uso
de las potencias más bajas.

Aumento gradual de la potencia:(*) § 280 – 6ª ed. La dosis de un medicamento que ha


demostrado ser útil sin producir nuevos síntomas molestos debe continuarse su empleo
elevándolo gradualmente hasta el momento en que el paciente aliviado en general comienza
a sentir en forma moderada el retorno de uno o varios síntomas antiguos originales -esto
indica la curación próxima por medio de la elevación gradual de la dosis moderada
modificada por la sucusión cada vez-. Indica que el principio vital ya no necesita ser afectado
69
por más tiempo por la enfermedad medicinal semejante con el fin de borrar la sensación
producida por la enfermedad natural. Indica que el principio vital, libre ahora de la
enfermedad natural, comienza a sufrir algo de la enfermedad medicinal, lo que es conocido
hasta ahora como ‗agravación homeopática‘. § 248 – 6ª ed. En este caso las dosis deben
entonces reducirse todavía más y repetirla a largos intervalos y quizá suspenderlas varios
días a fin de ver si la convalecencia no necesita más ayuda medicamentosa. § 281 – 6ª
ed. Con el fin de convencerse de esto se deja al paciente sin ningún medicamento por ocho,
diez o quince días, dándole entre tanto sólo algunas tomas de azúcar de leche. Si los
pequeños sufrimientos se deben al medicamento que simula los síntomas de la enfermedad
original, entonces aquéllos desaparecerán en pocos días u horas. Si durante estos días de
detención medicamentosa y siguiendo una vida higiénica no se presenta nada de la
enfermedad primitiva probablemente ésta está curada. Pero si en los últimos días se
presentan huellas de síntomas patológicos anteriores, son restos de la enfermedad original
que no ha sido extinguida completamente y debe tratarse con renovadas potencias del
remedio. Para obtener una curación debe irse elevando gradualmente la pequeña dosis
inicial, pero poco y más lentamente en pacientes cuya evidente irritabilidad es muy grande
que en aquellos de menos irritabilidad en quienes el avance en elevar las dosis puede ser
más rápido. § 270, nota, 6ª ed. En casos muy raros a pesar del casi restablecimiento total de
la salud y adquirir suficiente poder vital, persiste sin modificarse una antigua y fastidiosa
perturbación local. En estos casos está permitido y aún es indispensablemente necesario
administrar en dosis crecientes el remedio homeopático que ha sido eficaz, patentizado a
muy alto grado por medio de muchas sacudidas manuales. (*) Nota del autor del presente
trabajo a ―Aumento progresivo de la dosis‖: Cuando leemos "aumento progresivo de la
dosis" debemos entender aumento progresivo de la potencia de la dosis, dado que
Hahnemann en su Órganon original en alemán así lo da a entender: ― Die Gabe der
anhaltend dienlichen, keine neuen, beschwerlichen Symptome erzeugenden Arznei wird,
allmalih erhohet so lange fortgesetzt‖, donde Gabe no se refiere a algo cuantitativo, sino a ―lo
que se da, lo administrado‖. En el §247 leemos: la dosis es modificada cada vez, es decir,
de dinamización más alta; y en el § 280: el aumento de la dosis modificándola por medio de
la sucusión.

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VARIAR POTENCIAS
Agitar la solución acuosa antes de cada toma aumenta cada vez el grado de dinamización,
pero el maestro también aconseja usar una potencia más baja, según reza en la nota 274 de
sus Enfermedades crónicas (Hahnemann, reimp. 1990):
―si por ejemplo se ha dado en un principio una 30 dinamización (dinamodilución, es mejor)
se escoge para la segunda vez una 18ª, si es necesario repetir se dará una 24ª, a
continuación una 12ª, o una 6ª...‖ En el prefacio de Hahnemann a la segunda edición de la
misma obra dice: ―Si se ve que el medicamento se ha manifestado hasta entonces
saludable, se toman uno o dos glóbulos de una dinamización inferior‖.

APLICACIÓN CLÍNICA
Una vez hecha la historia clínica completa del paciente, en orden a realizar la primera
prescripción, debemos considerar: el medicamento, la potencia de éste, la cantidad y la
frecuencia de repetición de cada toma.

Medicamento: Será elegido aquél más semejante a la totalidad sintomática de acuerdo al


principio ‗similibus curentur‘.

Potencia: Cada enfermedad es curada con una potencia determinada individual a cada caso.
La escala de potencias del método quincuamilesimal más frecuentemente utilizada es: 1Q,
3Q, 6Q, 12Q, 18Q, 24Q y 30Q, siendo las equivalencias aproximadas: 6Q equivalente a 30
CH, 12Q equivalente a 200 CH, 24Q equivalente a M CH, 30Q equivalente a 10M CH. Se
comenzará con los grados más bajos de dinamización (1Q) aumentando la potencia (2Q,
etc.) posteriormente, si sigue siendo necesario, una vez agotada la acción curativa de la
potencia empleada.

Dosis: Comenzar con la mínima cantidad de medicamento que sea capaz de modificar el
cuadro clínico. Dos gotas de un cuentagotas de 15 c.c. que contiene 400 gotas de una
mezcla de agua destilada y alcohol de 96º al 15 % en el que se ha disuelto un glóbulo del
tamaño pequeño (poppy size) es la dosis inicial habitual. En el caso en que apareciese una
agravación inicial con síntomas semejantes, disminuir la dosis a una o media gota. Si fuesen
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síntomas distintos a los originales que indicaría error en la homeopaticidad del
medicamento, suspender las tomas. La agravación en ambos casos desaparecerá por sí
sola en uno o pocos días.

Repetición de la dosis: La dosis elegida se repetirá, tras aplicar 5 sucusiones a la solución


medicinal, cada 1/2 a 2 horas en casos urgentes, cada 6 a 12 horas en casos agudos y cada
día en casos crónicos durante el tiempo necesario para que se efectúe la curación.

Referencias de Hahnemann a las potencias Q: Organon 6ª ed.:


§ 246, 247, 248, 270, 272, 275, 276, 277, 278, 279, 280, 281, 282 y 283. Chronic Diseases,
pg. 159. PRONÓSTICO Pronosticar: (depronóstico). Tr. Conocer por algunos indicios lo
futuro. Pronóstico: (del lat. Prognosticum, y éste del gr. prognostikon): Med. Juicio que forma
el médico respecto a los cambios que pueden sobrevenir durante el curso de una
enfermedad, y sobre su duración y terminación por los síntomas que le han precedido o la
acompañan.

El pronóstico en el Órganon de Hahnemann


:§ 62, 63, 64 Acción primaria y secundaria; § 68 y 69 Tratamiento homeopático y
antipático; § 154, 155, 156, 157, 158, 159, 160, 161 Agravación; § 172-183 Enfermedades
defectivas; § 245, 246, 247, 248 Agravación y nuevo método; § 249 y 250 Síntomas
nuevos; § 251 Efectos alternantes; § 252 Obstáculos a la curación; § 253 Signos que
anuncian mejoría; § 254, 255 y 256 Casos dudosos; § 275-283 Dosis. Tras el tiempo
prudencial después de la administración de un medicamento homeopático, tendremos que
evaluar los siguientes parámetros, que nos permitirán conocer cómo está funcionando el
medicamento y respondiendo el enfermo, establecer un pronóstico y realizar la prescripción
más oportuna.

Factores a considerar:
1. Respecto al medicamento: 1.1. Cualitativo
1.1.1. Factores

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1.1.1.1. Similitud: total/parcial 1.1.1.2. Desemejante 1.1.2. Efectos 1.1.2.1. Curación
(total/parcial) 1.1.2.2. Nueva enfermedad

1.2. Cuantitativo 1.2.1. Factores 1.2.1.1. Potencia (fuerza): insuficiente/excesiva/alejada


1.2.1.2. Sucusiones (aumento, aceleración): insensibles/hipersensibles 1.2.1.3. Dosis
(cantidad): insuficientes/terapéuticas / patogenéticas 1.2.1.4. Frecuencia de repetición
(duración): agotamiento precoz/acumulación 1.2.2. Efectos 1.2.2.1. Ineficacia 1.2.2.2.
Agravación (= patogenesia) 1.2.2.2.1. Síntomas originales 1.2.2.2.2. Síntomas nuevos
2. Respecto al enfermo:

2.1. Cualitativo 2.1.1. Factores 2.1.1.1. Síntomas 2.1.1.1.1. Localización:


emocional/general/local 2.1.1.1.2. Antigüedad: aguda/crónica 2.1.1.1.3. Curabilidad:
funcional/lesionar. 2.1.1.2. Energía vital:
2.1.1.2.1. Vulnerabilidad, sensibilidad o idiosincrasia. 2.1.1.2.2. Obstáculos a la curación
2.1.2. Efectos (evolución) 2.1.2.1. Sentido (Ley de Hering):
2.1.2.1.1. Centrífugo (curativo) 2.1.2.1.2. Centrípeto (agravador, supresivo). 2.1.3. Previos
(originales) 2.1.3.1. Disminuyen y desaparecen 2.1.3.2. Incrementados 2.1.3.3. Reaparecen
2.1.3.3.1. Curados 2.1.3.3.2. Antiguos 2.1.4. Inéditos 2.1.4.1. Iatrogénicos 2.1.4.2.Reactivos
2.1.4.2.1. Curativos (o de descarga)
2.1.4.2.1. Metástasis 2.1.5. Espontáneos
2.2. Cuantitativo 2.2.1. Factores 2.2.1.1. Intensidad: débil/fuerte. 2.2.1.2. Velocidad de
respuesta: rápida/lenta. 2.2.1.3. Vitalidad 2.2.2. Efectos 2.2.2.1. Falta o lentitud de respuesta
2.2.2.2. Curación o agravación intensa y rápida

3. Actitud terapéutica

2ª prescripción:

3.1. Sentido centrífugo curativo 3.1.1. Suave, rápido, progresivo, completo y permanente:
Seguir misma posología 3.1.2. Violenta: Reducir dosis, frecuencia, sucusiones o potencia.
3.1.3. Lenta: Aumentar frecuencia, sucusiones, potencia o dosis. 3.1.4. Se detiene:
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Aumentar sucusiones o potencia. 3.1.5. Parcial: Elegir un remedio más semejante. 3.1.6.
Impermanente: Mantener más tiempo el tratamiento o aumentar potencia.
3.2. Sentido centrípeto agravante 3.2.1. Síntomas originales: Reducir dosis, frecuencia,
sucusiones o potencia. 3.2.2. Síntomas disimilares: Suspender las tomas, antidotizando si
fuera necesario, y prescribir un remedio más semejante cuando cedan los síntomas.

CONCLUSIONES
1.- Hahnemann alrededor de 1835, entre la 5ª y la 6ª edición del Organon, comenzó a
experimentar con el método quincuamilesimal (Q) y con la repetición de dosis a potencia
aumentada gradualmente.
2.- Considera a las quincuamilesimales como el método de preparación de medicamentos
más perfeccionado y que desarrolla un poder más grande y tiene una acción más moderada,
además de su capacidad de extraer la totalidad del poder medicinal de la sustancia.
3.- La dosis que aconseja para los casos más recientes y moderados de enfermedad es un
glóbulo de tamaño pequeño (tamaño de semilla de opio).
4.- Explica la necesidad de dar la dosis repetida a lo largo del tiempo en enfermedades
agudas y crónicas, cada hora o menos en casos urgentes, cada dos a seis horas en casos
agudos y cada uno o dos días en casos crónicos. Se comenzará con los grados de potencia
más bajos. En caso de agotar la solución medicinal preparar otra con un glóbulo de mayor
potencia.
5.- a) Administración a cucharadas: Disolver un glóbulo pequeño en 8 cucharadas soperas
de agua destilada y 1 de alcohol, dando una cucharada en cada toma.
b) Administración en gotas: En un cuentagotas de 15 cc. (= 400 gt.) Lleno de una mezcla al
85% de agua destilada y 15 % de alcohol de 96º se disuelve un glóbulo pequeño. Se
sucusiona cinco veces antes de cada toma y se administran 2 gotas en una cucharada
sopera de agua, que se retendrá unos segundos antes de tragar.
c) Administración por olfacción.
d) Administración por fricción externa. 6.- Aumentar gradualmente la potencia de la dosis
una vez que el medicamento haya demostrado ser útil sin producir nuevos síntomas hasta la

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reaparición de síntomas originales antiguos, reduciendo entonces la dosis, alargando los
intervalos de administración o suspendiéndolos unos días.
7.- Si quedase algún síntoma de la enfermedad original al suspender la medicación reanudar
las tomas con una potencia mayor.
8.- Con este ‗método‘ la curación será más rápida, más total y poderosa, afectando lo menos
posible a la fuerza vital y sin agravación homeopática inicial.

BIBLIOGRAFÍA
HAHNEMANN, S. Organon of medicine (Dudgeon, RD: 5th german edition, W.Boericke: 6th
german edition ). 5th & 6th edition, Jain Publishers, New Delhi, 1982. HAHNEMANN,
S. Organon de la medicina (Trad. de la 6ª ed. inglesa de Boericke). 6ª edición, Ed. Albatros,
Buenos Aires, 1982 HAHNEMANN, S. Organon del arte de curar (Trad. de López Pinciano
de la 5ª edición alemana y de la 2 francesa) 5ª edición, Imprenta M. Calero, Madrid, 1835
HAHNEMANN, S. Organon de l‘art de guérir (Trad. par P. Schmidt de la 6éme edition
allemande). 6éme edition, Ed. J. Bailliére, Paris,1982 HAHNEMANN, S. Organon der
Heilkunst Letze und 6. Auflage, Organon Verlag, 1982, Deuschtland. HAHNEMANN, S. The
chronic diseases (Tafel, LH - Hughes). 2th edition, vol. 1 & II, Jain Publishers, New Delhi,
1983 HAHNEMANN, S. Les maladies croniques (Trad. de l‘allemand par Jourdan, AJL).
2éme édition, Ed. de 1‘Ecole Belge d‘Homoeopathie, Bruxelles, 1985 [1] Comparemos la 5ª
y 6ª ed. del Organon en http://homeoint.org/books/hahorgan/organ001.htm#P1
Autor: Dr. Enrique González Peirona Ponencia presentada en el II ENCUENTRO DE
MÉDICOS HOMEÓPATAS. TEGUESTE, TENERIFE, CANARIAS, 20 – 22 JUNIO 2003.

Publicado por Dr. Isidre Lara i Llobet

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