Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Teoria de Sistemas PDF
Teoria de Sistemas PDF
147
148 ~ Teorías sistémicas
. Si bien ,en, 11\ . ~eneración pasada la teoría de los sistemas había tenido
,u na grllAJp~lp~nc~ ~n el estudio de la .política, la idea de los sistemas no
era, descon9c~q.a , para. ~utores políticos anteriores. Por ejemplo, Thomas
Hobbes en el Capí~ulo 22 del Leviatán habla de sistemas.19 Los modernos
estudiosos de las po~íticas han adaptado el concepto de sistema de las
ciencias físicas y de las ciencias sociales, en las cuales la teoría de los sis-
temas ha tenido ~ gran impacto.
Teorías sistéfflicas - 151
K erzneth B oulding
Talcott Parsons
resultados o egresos son decisiones que distribuyen los beneficios del sis-
tema. Almond se aboca a la pregunta de cómo los sistemas políticos se
>comprometen en la socialización política, articulación y suma de intereses
y en la comunicación política. Tales factores representan medios para hacer
demandas en el sistema político; en consecuencia, son funciones de ingreso.
Almcind se preocupa especialmente por las funciones de egreso político
que implican creación de reglas, aplicación de reglas y adjudicación de
reglas. Sus funciones de egreso, en el caso del sistema político norteameri-
>cano, corresponden a los poderes ejecutivo, legislativo y judicial.
El sistema representa un esfuerzo por atravesar las fronteras que divi-
den disciplinas aparentemente separadas. Easton, por ejemplo, mantiene
que en el nivel internacional, no menos que en el nacional, es posible en-
-contrar conjuntos de relaciones a través de las cuales los valores se distri-
buyen autoritariamente. A diferencia de otros sistemas, sin embargo, el
sistema internacional carece de sentimientos de legitimidad universales o
siquiera mantenidos con fuerza; sin embargo, sus miembros hacen deman-
das con la expectativa de que se conviertan en resultados. Según Easton,
las autoridades en este caso están mucho "menos centralizadas que en la
mayoría de los sistemas modernos, menos continuos en su funcionamiento
y más dependientes de los acontecimientos, como en el caso de los siste-
mas primitivos. Pero, sin embargo, históricamente las grandes potencias
y, hace poco tiempo, diversos tipos de organizaciones internacionales, tales
como la Liga de las Naciones y las Naciones Unidas, han tenido éxito,
intermitentemente, en resolver diferencias que no se negociaban privada-
mente y en hacer que se las aceptara como legítimas".47 Empleando su
modelo de sistemas, Easton sugiere la posibilidad de estudiar y categorizar
los sistemas políticos, tanto en los niveles nacional e internacional, según
'Su capacidad de distribuir valores autoritariamente. En el marco de Herbert
Spiro, el proceso político consta esencialmente de cuatro fases: 1) la for-
mulación de temas que surgen de problemas, 2) la discusión de temas.
3) la resolución de temas y 4) la solución del problema que provocó el
tema.48 Si bien todos los sistemas políticos desempeñan estas funciones .
varían ampliamente, según el estilo político de los agentes. A su vez, el
estilo político se deriva de cuatro metas básicas hacia las cuales los siste-
mas políticos están más o menos deliberadamente dirigidos: la estabilidad,
la flexibilidad, la eficiencia y la eficacia.49 El sistema político efectivo logra
un equilibrio entre estas metas. Spiro considera que los problemas consti-
tuyen los ingresos y las soluciones los resultados de los sistemas políticos.
La teoría de los sistemas -en especial, el trabajo de Gabriel Almond-
y los estudios comparativos de sistemas políticos comparten una preocu-
pación básica por el análisis estructural-funcional que intenta examinar
el desempeño de ciertos tipos de funciones dentro de entidades supuesta-
mente diferentes como el organismo biológico y el sistema político. Los
'estudiosos contemporáneos que emplean el análisis estructural-funcional
'e stán en deuda con el trabajo de principios del siglo xx de antropólogos
como Bronislaw Malinowski (1884-1942) y A. R. Radcliffe-Brown (1881-
1955). Ulteriormente, Robert K. Merton desarrolló un marco para el análisis
estructural-funcional en el campo de la sociología.50 Los defensores del aná-
lisis estructural-funcional suponen que es posible, primero, especificar un
Teorías sistémicas ~ 159'
bIes de los rasgos activos de los agentes que participan ... Nuestro presu-
puesto básico es que el tipo de organización social desarrollado en un
estado-nación condiciona de manera fundamental su comportamiento de
crisis".72
En el propio trabajo de McClelland, la "crisis internacional aguda"
como subsistema del sistema internacional, es objeto de examen por medio
del análisis interactivo. Se formula las siguientes preguntas de investiga-'
ción: ¿es posible detectar un "cambio de estado" en las actividades de '
un sistema en la transición desde un período de no crisis a uno de crisis? ,
¿Está un subsistema designado, que forma parte de un sistema más general
de acción, en actitud de respuesta ante perturbaciones importantes en el
sistema general? McClelland ofrece tres propuestas para examinar: 1) que
las crisis internacionales agudas son asuntos de "corto alcance" y que están
marcadas por un valor poco común y una intensidad de acontecimientos;
2) que la tendencia general en las crisis agudas internacionales será hacia
"hacer rutinario" el comportamiento de crisis, es decir, tratar los proble-
mas por medio de técnicas cada vez más "estándar"; y 3) que los partici-
pantes serán remisos a permitir que el nivel de violencia crezca hasta
superar el que existía al comienzo de la crisis.
Desde principios de los años sesenta, numerosos esfuerzos se han
hecho para recolectar y utilizar datos-acontecimiento en el estudio de la
interacción internacional. Como lo señala McClelland, una importante por-
ción de estudios de datos-acontecimiento se ha centrado en el comporta-
miento de crisis, lo cual no difiere del énfasis en su propia investigación.
(Las definiciones de "crisis" y una interpretación del comportamiento de
crisis se encontrarán en el Capítulo 11.) McClelland sugiere que los sistemas
de advertencia anticrisis pueden desarrollarse a partir de "análisis habi-
tuales de inteligencia en la comunidad que traza políticas y en el control
y la clasificación de acontecimientos a partir del flujo de noticias por
parte de la comunidad académica" .73 Así, ve la necesidad y la perspectiva
de que se realicen análisis y se construyan teorías utilizando datos-aconte-
cimiento que servirían a los intereses tanto del especialista como del encar-
gado de trazar políticas. Los objetos de estudio han sido hipótesis acerca
de la estructura; modelos y desempeño del sistema internacional y sus
subsistemas; el comportamiento político en las alineaciones y en condi-
ciones de no alineación; el comportamiento en la negociación; las causas,
resultados y dinámica de la crisis y el conflicto, y las relaciones entre
variables políticas internas y política exterior. Los resultados de tales aná-
lisis son, en su mayoría, no concluyentes. Por cierto, la comprobación
extensiva de hipótesis ha ilustrado un esfuerzo constante y cada vez más
amplio por validar los marcos teóricos. Pero las fuentes de datos diferentes
y a menudo incompletos, tanto como las técnicas estadísticas, han perju-
dicado el desarrollo de un conocimiento acumulativo. Sophia Peterson ha
llegado a la conclusión de que, en el área de conflicto, en la cual se ha con-
centrado el mayor esfuerzo de investigación, "cuatro factores han recibido
el mayor énfasis: conflictos exteriores previos, el conflicto interno, la es-
tructura política y el poder. De éstos, los hallazgos han estado apuntando
de manera más o menos coherente en dirección a la importancia del con-
flicto exterior previo y el conflicto interno. Los hallazgos sobre el poder
f66 ~ Teorías sistémicas
Richard N. Rosecrance
Si bien los estudiosos de las relaciones internacionales tradicionalmente
se han vuelto hacia materiales históricos para la construcción y valida-
ción de teorías, su trabajo ha estado a menudo marcado por su imposibi-
lidad de ser comparado o por el fracaso en desarrollar criterios adecuados
para la selección de datos. Los defensores de las teorías sistémicas de la
política, tales como Rosecrance y Kaplan, han hecho uso de materiales
históricos en un esfuerzo por construir y validar modelos de comporta-
miento internacional. Rosecrance basa su análisis de sistemas en el estudio
de nueve sistemas históricOS.75 Divide la historia europea entre 1740 y 1960
en nueve períodos o sistemas, cada uno de los cuales está demarcado por
cambios significativos en las técnicas diplomáticas y los objetivos. Rose-
crance discierne la existencia de fenómenos recurrentes en los nueve sis-
temas internacionales, de los cuales desarrolla dos modelos. Preocupado
por las condiciones para la estabilidad internacional, selecciona como sus
elementos básicos el ingreso perturbador, el mecanismo regulador que
reacciona a la perturbación, las restricciones ambientales que influyen en
la gama de resultados posibles y finalmente los resultados mismos. El
ingreso perturbador incluye fuerzas tales como ideologías, inseguridad in-
terna, disparidades entre las naciones en cuanto a los recursos e intereses
nacionales en conflicto. El mecanismo regulador consiste en capacidades
tales como las que derivan del Concierto Europeo, las Naciones Unidas
o un consenso informal que, como a menudo lo señalan los' historiadores,
compartían las principales naciones europeas en el siglo XVIII. El tercer
elemento, la presencia de restricciones ambientales, limita la gama de
resultados posibles. Juzga que los sistemas son equilibrados o desequili-
brados, según fuera más fuerte el regulador o el elemento perturbador. De
estos elementos, Rosecrance desarrolla y examina cuatro determinantes
básicos para cada uno de sus nueve sistemas: orientación de la elite
(actitudes), grado de control de la elite, recursos disponibles para las elites
que controlan y la capacidad del sistema de contener las perturbaciones.
Dada su elección de los determinantes, es evidente que Rosecrance les
atribuye considerable importancia a las fuentes internas del comportamien-
to internacional.
Entre sus determinantes internos, Rosecrance subraya las elites de las
unidades nacionales. Primero, ¿estaba la elite satisfecha con su posición
interna o se sentía amenazada por acontecimientos del sistema interna-
cional? Segundo, ¿el controlo la seguridad de la elite dentro de la sociedad
que dirigía era un determinante en cada uno de los sistemas internacio-
nales: percibían las elites un debilitamiento en su posición interna? Tercero,
se pone el énfasis en la disponibilidad de recursos al alcance de la elite
y su capacidad de movilizarlos. Finalmente, Rosecrance considera la capa-
cidad del sistema de mitigar y contener las perturbaciones como un deter-
minante del equilibri<:>.76 .
Teorías sistémicas", 167
Mortan A. Kaplan
,)
~ntre todos los autores, Morton A. Kaplan ha hecho el mayor esfuerzo por
c:specificar las reglas y modelos de interacqón dentro de modelos de siste-
mas internacionales alternativos. Según Kaplan, la afirmación clásica de la
!,eoría de los sistemas se encuentra en el trabajo de W. Ross Ashby sobre
~l cerebro humano.78 Si bien Ashby se preocupa por el cerebro humano
y Kaplan por la política internacional, ambos lo hacen en su respectivo
~l;Ul1po por un sistema entendido como un conjunto de variables interrela-
~ionadas, distinguibles de 's u entorno, y por la forma en la cual el conjunto
de variables se mantiene bajo el efecto de las perturbaciones de dicho
entorno.
Consecuentemente, Kaplan ha construido seis modelos de sistemas in-
ternacionales hipotéticos que suministran un marco teórico dentro del
cual las hipótesis pueden generarse y comprobarse y así se lo ha hecho.79
l;lentro de cada modelo ha desarrollado cinco conjuntos de variables: reglas
168 ,.., Teorías sistémicas
Si bien existe; como h~~os visió, pocO" aau~¡:4o entre; lo~ ~'autQ~es sobre
este tema, algUnos pl~~~ap ; ~u~:~un .~íw4Q ,m:~4p~lai 'próbab,1~;~nte sea
menos estable, qu~: un slsteI1ia bipolar.· Cc¡m . menps .agent~s in;tpo~tes y
mayor ce¡¡teza en .las Ire~acioi1es, ¡po1ípqas, se cU<;:e q1;1e las , perspectivas de
malos entendi~os .y, :cqHmc~os , son J;Ilenor~s . en condici0J?:~~ ' de .bipolarid~d
que en un m~q.o mW:Qpolar. St~ey lloffrilann, por ejemplo, ve la eXlS-
te~cia de cinco centros, de poder desparejós, según se entendía que existían
a principios de lo,s aíic;>~ ~etenta, como algo no sólo indeseable, sino tam-
bie~ peligroso, .dado qu~ "el equilibrio de la incertidumbre" aumenta y
p~ede llevar a una carrera annamentista.90 Otro autor, Ronald Yalem, ve
ciúe emerge tin m~do t~ipolar (Estados Unidos, la Unión Soviética y
~hl.na), en el,eual ~os pot~ncias tenderán a unirse contra la tercera. Debido
a .latríplicaciqn del número de interacciop.es bilaterales, por comparación
cqn el·modeló .de interacción más simple de un mundo bipolar y los mode~
J~s ,adicion:ale,~ de conflicto potencial, hay una mayor posibilidad de con-
Wctq en .Un mJ.mdo tripolar. La estabilidad en tal sistema depende de que
f.lpa Estado impida la emergencia de una alineación 'bipolar contra él. Cada
wlb debe resistir la tentación de formar alineamientos bipolares contra
J~:;t~t:cera potencia importante. Yalem. escribe: "Sm I;lingún 'equilibrador'
de ' poder que áfecte la tendencia natural de dos de los principales actores
a aliarse contra el tercero, o un fuerte agente supran~cional que regule la
Írl'polaridad, es probable que el sistema sea ' susceptible de una constante
!pestabilidad".~l ' ..
¡Los estudios empíricos de Singer y M~lv~Small llegaron aconc1usio,.
Jl~ . que no apoyaron plenamente la hipótesis acerca de la bipolaridad-
jp.pJ.tipolari4ad y el estallido de la guerra, Analizando datos históricos del
I
l?,f(qoq.o 1815 '~j 1945 para posibles cqrrelaciones .entre la suma de alianzas
JL# estallido de una guerra, Singer y Small probaron las siguientes hipó-
~~l~S;.. . ,1) cuanto mayor es el número de :compromisos de alianza: en el
~~~~~p1ai el sistema sufrirá más guerras, y2) :C1.1anto más cerca esté el sis-
teW:a de la bipolaridad, más guerras experimentará.92 .
:Para todo el período bajo examen, la hipótesis acerca de la suma de
~as y el estallido de la guerra no se confirmó. En el siglo XIX, la suma
de alianzas y el estallido de una guerra tenían una correlación inversa,
~n;tras que, luego, ya en el siglo xx, las variábles covariaban. Ade-
lP.~~,los. autores descubrieron que al margen de "si consideramos que
la.l~antidad de guerra se determina por el número de guerras, los meses
(:l~! .a fectan a cada nación implicada o las muertes ocurridas en batalla, la
~fl de alianms 'y la bipolaridad vaticinan una fuerte tendencia a alejarse
d~f1hl guerra en el siglo XIX y aún más fuertemente acercarse a ella en el
:xK!f~3 En resumen, para el período 1815 a 1899, las evidencias presenta-
~s· ,por Singer y Small fracasaron en su intento de confirmar la teoría
~rca de la bipolaridad y el conflicto sustentada anteriormente por Deutsch
lSLSinger. . . r .
fJ.W ."" ''FeOri'as sistémicas
Regímenes internacionales
Desde mediados de los años setenta, el concepto de regímenes internacio-
nales ha emergido como un punto central para el análisis y la investigación.
El resultado ha sido una sustancial bibliografía que ha tenido un foco de
:interés interdisciplinario en respuesta a la naturaleza de los regímenes
internacionales, que abarca áreas temáticas tan diversas como defensa.
comercio, política monetaria, derecho y política alimenticia. Se dice que
.tales entidades representan esfuerzos dentro del sistema internacional para
nesarrollar arreglos cooperativos, sea por medios formales o informales.
Según John Ruggie, quien introdujo el concepto en 1975, un régimen inter-
180 - Teorías sistémicas
nico. En la medida en que tales potencias crean una base para la paz y
la estabilidad mientras ofrecen recompensas para el comportamiento coope-
rativo, contribuyen a la formación de regímenes internacionales.
En la medida en que su foco se centra en el Estado, el concepto de
régimen se remite a la teoría neorrealista y contribuye a ella. (Ver Capí-
tulo 3.) El realismo clásico sostiene que el comportamiento internacional
se basa principalmente en intereses y poder y que la política mundial es
anárquica. El concepto de régimen representa un esfuerzo que no necesa-
riamente tiende a rechazar un presupuesto tal, sino que por el contrario
lo modifica. En la formulación realista original, los estados con intereses
en conflicto pueden recurrir al conflicto yen última instancia a la guerra
para lograr una resolución compatible con las necesidades percibidas. Mien-
tras la teoría realista no rechaza la posibilidad de la adecuación como un
medio de resolver diferencias, el concepto de régimen agrega un análisis
explícito y amplio del interés nacional y la política en el cual los elementos
en conflicto producen un comportamiento cooperativo. En el concepto de
régimen, el interés nacional se basa en un cálculo de beneficios y costos,
de ganancias percibidas y riesgos propios de acceder a o violar las previ-
siones, reglas y procedimientos planteados en un régimen internacional
dado. Como lo señala Oran Young: "Al igual que otras instituciones socia-
les, los regímenes internacionales son producto de la interacción humana
y de la convergencia de las expectativas entre grupos de agentes intere-
sados".I29 Así, el concepto de régimen puede ser visto en parte como un
intento de refinar la idea realista del interés nacional para abarcar la
noción de que, como sugiere Keohane, "la cooperación se explica aún sobre
la base de premisas autointeresadas, egoístas acerca de la conducta de los
actores en la política mundial".I30 En la medida en que los contribuyentes
a la bibliografía de los regímenes le atribuyen las características de com-
portamiento de los miembros de los regímenes a la distribución de poder
entre ellos (por ejemplo, el estudio de los regímenes hegemónicos), adoptan
una perspectiva realista estructural. De igual forma, en la medida en que
tales teóricos intentan dar cuenta de la persistencia de los regímenes crea-
dos durante el período de predominio de una potencia hegemónica, buscan
explicaciones alternativas para el comportamiento de los regímenes.
Si el análisis de los regímenes se remite a la tradición realista, tiene
antecedentes intelectuales igualmente importantes y vínculos con la litera-
tura de los sistemas y de la integración en el nivel internacional. Según
Ernst Haas: "Se supone que los regímenes ayudan a resolver problemas,
pero el problema mismo está en función de cómo se maneje el sistema
en el cual algo problemático está teniendo lugar".13I Si bien hay necesidad
de clarificación en la bibliografía sobre regímenes, hay conceptos y térmi-
nos tales como (familiares a la teoría de los sistemas) tipo de estructura
del régimen, equilibrio, causalidad, adaptación y aprendizaje. ¿Cómo llegan
a existir los regímenes, al igual que los sistemas, se adaptan al cambio de
las circunstancias del entorno y se comprometen en modelos de crecimiento,
preservación y decadencia? Como en el caso de la teoría de los sistemas,
tales preguntas se plantean en la bibliografía sobre regímenes. Se dice que
los regímenes surgen en la medida en que convergen las expectativas sobre
un nuevo punto central, el cual, a su vez, suministra la base para nuevos
184 ~ Teorías sistémicas
mismo tiempo, Hoffmann desestima las teorías que plantean modelos espe-
cíficos de interacción tales como los de Kaplan y Modelski, por ser defi-
cientes en cuanto a referentes empíricos.
NOTAS AL CAP1TULO 4
'E dward A. Shils, Kaspar Naegele y Jesse R. Pitts, comps.: Theories of Society
(Nueva York, The Free Press, 1961), p. 37.
39 Talcott Parsons y J. Edward Shils: Toward a General Theory of Action,
,en Parsons y otros, comps.: op. cit., p. 107. Parsons define "proceso" como
"cualquier modalidad en que un estado dado de un sistema o una parte de un
sistema cambia en otro estado", An Outline of the Social System, op. cit., p. 201.
40 Según Parsons, el centro tradicional de la ciencia política ha estado en
fenómenos concretos tales como el gobierno y las constituciones, más que en es-
quemas conceptuales tales como el sistema. La teoría política clásica ha consis-
tido primordialmente en los problemas normativos y filosóficos de gobierno,
en lugar del análisis empírico de sus procesos y determinantes. Parsons reco-
noce que el gobierno, que es "uno de los procesos estratégicamente más impor-
tantes y foco de estructuras diferenciadas dentro de los sistemas sociales",
forma en consecuencia una de las disciplinas más cruciales de las ciencias
sociales. Pero Parsons pide un cambio de foco en el estudio de la ciencia polí-
tica, desde los fenómenos concretos de gobierno a un énfasis más agudamente
teórico y empírico (ibídem, p. 29).
41 Talcott Parsons: "Order and Community in the International Social
'System", en James N. Rosenau, comp.: International Politics and Foreign Policy
(Nueva York, The Free Press, 1961), pp. 120-121. Para las inferencias del trabajo
de Parsons en las teorías sociológicas del conflicto, ver Capítulo 2, nota 1.
42 Talcott Parsons: Sociological Theory and Modern Society (Nueva York,
The Free Press, 1967), pp. 467488.
43 Gabriel Almond: "Introduction" a Gabriel y James S. Coleman, comps.:
The Politics of the Developing Areas (Princeton, Princeton University Press,
1960), p. 7. Ver, también, Gabriel A. Almond y G. Bingham Powell, Jr.: Compa-
.rative Politics: A Developmental Approach (Boston, Little Brown, 1966), especial-
mente cap. 2.
44 Karl W. Deutsch: The Nerves of Government (Nueva York, The Free
i>ress, 1964), pp. 250-254.
4S David Easton: A Framework for Political Analysis (Englewood Cliffs,
N.J., Prentice-Hall, 1965), p. 25.
46 Ibídem, p. 50.
47 David Easton: A Systems Analysis of Political Life (Nueva York, Wiley,
1965), pp. 284-285, 484488. Ver, también, N. B. Nicholson y P. A. Reynolds:
'''General Systems, the International System and the Eastonian Analysis", Poli-
tical Studies, XV, N~ 1 (1967), pp. 12-31.
48 Herbert J. Spiro: World Politics: The Global System (Nomewood, m.,
Dorsey, 1966), p. 51.
49 Ibídem.
. . so Ver Robert K. Merton: Social Theory and Social Structure (Nueva York,
The Free Press, 1957).
51 Marion J. Levy, Jr.: "Functional Analysis", International Encyclopedia of
.social Sciences, VI (Nueva York, Macmillan y The Free Press, 1968), p. 23.
52 Ibídem.
53 Robert K. Merton: op. cit., p. 51. Además, Merton distingue entre fun-
·ciones manifiestas y latentes. Manifiestas son aquellas cuyos modelos producen
consecuencias que tanto son deliberadas como reconocidas por parte de los
participantes. Las funciones latentes consisten en modelos cuyos resultados son
no deliberados y no las reconocen los participantes.
54 John J. Weltman: Systems Theory in International Relations: A Study
in Metaphoric Hypertrophy (Lexington, Mass., Lexington Books, 1973), p. 14.
55 Ver A. James Gregor: "Political Science and the Uses of Functional
Analysis", American Political Science Review, LXII (junio de 1968), pp. 434435.
Si bien el punto no es central en la teoría internacional, el estudioso debería
'ser consciente de la importante distinción trazada en los últimos años por
,estudiosos de política comparada entre los modelos estáticos o de equilibrio
-del sistema y los modelos dinámicos o evolutivos. Ver Gabriel A. Almond:
"A Developmental Approach to Political Systems", World Politics, XVII (enero
<le 1965), pp. 182-214.
Teorías sistémicas ..., 191,
pp. 388-425; Stanley Hoffmann: "Discord in Community: The North Atlantic Area
as a Partial International System", en Francis O. Wilcox y H. Field Havilland, Jr.;
'c omps.: The Atlantic Community: Progress and Prospects (Nueva York, Praeger,
1963), pp. 3·31; ver International Studies Quarterly (número especial sobre sub-
sistemas internacionales), XIII (diciembre de 1969).
71 Charles A. McClelland: Theory and the International System (Nueva York,
Macmillan, 1966), p. 90.
72 Charles A. McClelland: "The Acute International Crisis", en Knorr y
Verba, comps.: op. cit., p. 90.
73 Charles A. McClelland: "The Anticipation of International Crises: Pros·
pects for Theory and Research", International Studies Quarterly, 21, N~ 1 (marzo
de 1977), p. 35. Otras contribuciones a este número especial sobre "International
Crisis: Progress and Prospects for Applied Forecasting and Management", en
Robert A. Young, comp.; incluyen Stephen J. Andriole y Robert A. Young:
' 'Toward the Development of an Integrated Crisis Operations", pp. 181-199; Y
Richard W. Parker: "An Examination of Basic and Applied IntemationaLCrisis
Research", "'pp. 225-247. Para otros estudios que utilizan datos·acontecimiento,
ver Charles A. McClelland y ~: "Conflict Patterns in the Inter-
actions Among Nations", en~- comp.: International Politics and
Foreign Policy (Nueva York, The Free Press, 1969), p. 713. Ver tambIén Edward
Azar, RIchard Brody y Carles A. McClelland: International Events Interaction:
Some Research Considerations (Beverly Hills, California, Sage Professional
Papers, 1972); Edward El Azar: Probe for Peace: Small State Hostilities (Minnea-
polis, Burgess, 1973), especialmente pp. 45-72; Charles A. McClelland: "Access
to Berlin: The Quantity and Variety of Events, 1948-1963" en J. David Singer,
comp.: op. cit., pp. 159-186. Ver también Jonathan Wilkenfeld, comp.: Conflict
Behavior and Linkage Politics (Nueva York, McKay, 1973); Edward Azar: "Ana-
lysis of International Events", Peace Research Reviews, 4, N~ 1 (1970); P. M.
Burgess y R. W. Lawton: Indicators of International Behavior: An Assesment
of Events Data Research, Sage Proffessional Paper in International Studies,
02-010 (Beverly Hills, California, y Londres, Sage Publications, 1973); Charles
W. Kegley, Jr., G. A. Raymond, R. M. Rood y R. A. Skinner, comps.: Inter-
national Events and the Comparative Analysis of Foreign Policy (Columbia,
University of South Carolina Press, 1975), y James N. Rosenau, comp.: In Search
of Global Patterns (Nueva York, The Free Press, 1976).
74 Los hallazgos de tal investigación realizada entre 1961 y 1972 están resu-
midos sucintamente por Sophia Peterson: "Research on Research: Events Dates
Studies", 1961-1972, en Patrick J. McGowan, comp.: Sage International Yearbook
of Foreign Policy Studies, vol. 3 (Beverly Hills, California, Sage Publications,
1975), pp. 263-309. Este volumen, junto con los volúmenes 1 y 2 de la misma serie,
también compilados por Patrick McGowan, contiene además numerosos capítulos
que informan sobre investigaciones que usan datos-acontecimiento.
75 Richard Rosecrance enumera los sistemas internacionales del pasado de
la siguiente forma: 1) Siglo XVIII, 1740-1789; 2) Imperio Revolucionario, 1789-1814;
3) Concierto Europeo, 1814-1822; 4) Concierto Truncado, 1822-1848; 5) Concierto
Quebrado, 1848-1871; 6) Concierto Bismarckiano, 1871-1890; 7) Nacionalismo Im-
perialista, 1890-1918; 8) Militarismo Totalitario, 1918-1945; 9) Posguerra, 1945-1960.
76 Richard Rosecrance, op. cit., pp. 280·296.
77 Ibídem, p. 304.
78 W. Ross Ashby: Design for a Brain (Nueva York, Wiley, 952). Kaplan hace
esta afirmación en "Systems Theory", en James C. Charles Worth, comp.:
Contemporary Political Analysis (Nueva York, The Free Press, 1967), p. 150.
79 Según Kaplan: "La concepción que subyace al Sistema y el Proceso es
bastante simple. Si el número, tipo y comportamiento de las naciones difieren
a lo largo del tiempo y si sus capacidades militares, sus activos económicos y
su información también varían a lo largo del tiempo, entonces hay alguna
probable interconexión entre estos elementos, de forma tal que pueden discer-
nirse diferentes sistemas estructurales y de comportamiento que operan en dife-
rentes períodos de la historia. Esta concepción puede resultar incorrecta, pero
no parece una base poco razonable para una investigación del tema. Llevar
Teorías sistémicas ~ 193
dUraCión y magnitud -de cada guerra se midió por "meses de guerra por nación,
la suma de los meses que todas las naciones individualmente experimentaron
como participantes en la guerra"_ Más aún, se hizo una distinción entre poten-
cias mayores y menores y sus guerras y meses-nación se calcularon separada-
mente_ Para operativizar y cuantificar esta variable independiente, es decir, "el
alcance hasta el cual los compromisos de la alianza redujeron las oportunidades
de interacción", se consideraron dos dimensiones: 1) la naturaleza de la obliga-
ción (si era un pacto de defensa, un pacto de neutralidad o una entente); 2) la
naturaleza de la condición de las potencias signatarias (si era entre dos poten-
cias mayores, dos menores o una mayor y otra menor)_ Después se descubrieron
y clasificaron las alianzas, los datos de cada tipo de alianza por año se convir-
tieron en una cifra porcentual de la siguiente manera: 1) porcentaje de todas
en cualquier alianza; 2) porcentaje de todas en pactos de defensa; 3) porcentaje
de mayores en cualquier alianza; 4) porcentaje de mayores en pactos de defensa
y 5) porcentaje de mayores en cualquier alianza con una menor. J. David Singer,
comp.: Quantitative International Polities (Nueva York, The Free Press, 1968),
pp. 246-286.
93 Ibídem, p. 283.
94 Ibídem, p. 284.
95 Brian Healy y Arthur Stein: "The Balance of Power in International
History: Theory and Reality", The Journal of Confliet Resolution, XVII, N~ 1
(marzo de 1973), p. 57.
96 Kenneth N. Waltz: "International Structure, National Force, and the
Balance of World Power", Journal of International Affairs, XXI, N~ 2 (1967),
página 220.
97 Ibídem, p. 223.
98 Ibídem, p. 230.
99 Richard N. Rosechance: "Bipolarity, Multipolarity, and the Future",
Journal of Conflict Resolution, X (septiembre de 1966), p. 318.
100 Ibídem, p. 319.
101 Ibídem, p. 322. Otro estudio, cuyo foco está en la relación entre la pola-
ridad y el conflicto armado, concluye en vena similar: basado en la investiga-
ción contenida en este volumen, puede biep. ser que la mejor perspectiva de
estabilidad en el orden internacional en emergencia resida en una continuación
del "poder bipolar" y la "multipolaridad de conjunto", no muy diferente de la
bimultipolaridad de Rosecrance, cuya expresión política fue la Doctrina Nixon
misma. Alan Ned Sabrosky: "Beyond Bipolarity: The Potential for War", en
Alan Ned Sabrosky, comp.: Polarity and War: The Changing Strueture of Inter-
national Confliet (Boulder, Colo., y Londres, Westview Press, 1985), p. 217.
102 Oran P. Young: "Polítical Discontinuities in the International System",
World Polities, XX (abril de 1968), p. 369.
103 Ibídem, p. 370.
104 Ibídem.
105 Donald E. Lampert, Lawrence S. Falkowski y Richard W. Mansbach:
"Is There an International System?", International Studies Quarterly, 22, N~ 1
(marzo de 1978), p. 150.
106 Michael Banks: "Systems Analysis and the Study of Regimes", Inter-
national Studies Quarterly, 13, N~ 4 (diciembre de 1969), p . 357. Otros esfuerzos
tempranos por estudiar subsistemas regionales incluyen a Mario Barrera y Ernst
B. Haas: "The Operationalization of Some Variables Related to Regional Inte-
gration", International Organization, 23, N? 1 (invierno de 1969) , pp. 150-160;
Joseph S. Nye, Jr., comp.: International Regionalism Readings (Boston, Little
Brown, 1968); Stanley Hoffmann: "Discord in Community: The North Atlantic
Area as a Partial International System", International Organization, 17, N? 3
(verano de 1963), pp. 521-549; Michael Brecher: "International Relations and
Asian Studies: The Subordinate State System of Southern Asia", World Polities,
15, N~ 2 (enero de 1963), pp. 213-235; Larry W. Bowman: "The Subordinate State
System of Southern Mrica", International Studies Quarterly, 12, N? 3 (septiem-
bre de 1968), pp. 213-261; Michael Brecher: "The Middle East Subordinate
System and Its Impact on Israel's Foreign Policy", International Studies Quar-
Teorfas sistémicas ':" 195