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MI⁄LE HA’AHABAH∗
Parables of Love. Mi¡le Ha’ahabah
∗
Este artículo se encuadra en el proyecto de investigación AUTHOR (BFF02-797)
financiado por el Ministerio de Educación y Ciencia.
1. Sobre el valor exegético del mašal sugiero la lectura de Pérez Fernández, 1988 y de
Motos López, 2001, y hago mía la referencia que allí se hace a las obras de D. Stern, A.
Feldman, y S.M. Lehrman. Añado además Thoma y Lauer, 1986-1996 (en adelante T/L).
Cualquiera que recuerde el relato del Éxodo sabe que la impresión que
allí se obtiene es bastante distinta; el pueblo dice a Moisés «háblanos tú y
obedeceremos, pero que no nos hable Dios no sea que muramos» (Ex
20,19). Sin embargo el mašal nos aclara e interpreta algo que no aparece
a primera vista en el texto bíblico y que habría que entenderlo así: el
pueblo quiere oírlo de boca del mismo Dios, pero la manifestación divina
con truenos, relámpagos y humo les asusta de forma que han de aceptar a
un intermediario, como quizá le hubiera ocurrido también a la dama ‘de
buen linaje’, bien en contra de su deseo, si el rey se hubiera llegado a ella
directamente.
El midrás, antes de cerrar la discusión con el texto del mašal que
hemos visto, trata el asunto de la siguiente manera:
5. Se refiere a los Mandamientos primero y segundo: “Yo soy Adonai ,tu Dios, que te
he sacado del país de Egipto, de la casa de esclavitud. No tendrás otros dioses frente a Mí”
(Ex 20,2-3).
6. Término tomado del griego con el que se denomina una práctica de interpretación
basada en el valor numérico de las letras (Navarro Peiro, 1987).
7. En hebreo TWRH: T = 400; W = 6; R = 200; (H) = 5; total 611.
que suspira por los besos del amado, sino de un amor paternal, que se
ofrece sin límites, prescindiendo de intermediarios e incluso quitándose la
comida de la boca.
Seguimos en el comentario del segundo verso del libro bíblico y el
midrás va a ofrecer varios mĕšalim:
8. Hay diversas versiones y abundantes discusiones sobre este tema deducidas a partir
del texto de Gen 2,16. Ver Sanh 56b y GenR 16,6.
9. Se refiere al matrimonio de ‘levirato’ que debe contraer un varón cuyo hermano o
pariente cercano ha muerto dejando una viuda sin hijos.
Se trata de una serie de mĕšalim, muy semejantes uno a otro, pero con
pequeñas diferencias que permiten atribuirlos a diferentes fuentes. Por una
parte está la idea de lo ilimitado del amor paterno que pone a disposición
del hijo la bodega completa mientras a los huéspedes les iba dando copa a
copa, seguida de su aplicación exegética: los preceptos fueron revelados
paulatinamente hasta que en el Sinaí se dio a Israel (el hijo) la Torá
completa. En segundo lugar se resalta la inmediatez: las legiones reciben
las provisiones a través de intermediarios, pero el hijo (Israel) las recibe
directamente, ‘en propia mano’. Los mĕšalim tercero y cuarto nos hablan
de la intimidad: es posible que ambos se hayan visto influidos por el
anterior y por ello repiten que ‘en propia mano’, pero la reinterpretación
que sigue nos da el verdadero sentido, que completa la serie y presenta la
palabra clave, ‘su boca’: el padre se quita la comida de su boca para
dársela al hijo (nuevamente Israel).
Es relativamente frecuente encontrar series de mĕšalim que de alguna
manera sirven para interpretar de formas diversas un mismo texto. A
veces se dan contaminaciones entre ellos que pueden ocultar en parte la
real diferencia. Por ello es necesario analizarlos en su contexto con
detenimiento. En este caso podemos distinguir dos niveles y una
gradación. En el primer mašal se da la inmediatez y cercanía, porque tanto
los huéspedes como el hijo reciben el don de forma directa, pero no es
esto lo que se quiere resaltar, sino que se está ejemplificando la entrega de
la totalidad cuando aparece el hijo, que es el pueblo de Israel, constituido
como tal pueblo en la salida de Egipto. El segundo mašal va a insistir en
la desaparición de los intermediarios cuando se trata del hijo; no dice que
le dé más ni menos que a los otros, sólo que se lo da directamente. Pero el
paso realmente definitivo lo ofrecen el tercero y el cuarto: no es ya que dé
al hijo todo aquello que estaba repartiendo entre los huéspedes o que le dé
personalmente lo que andaba repartiendo por medio de intermediarios,
sino que le da de forma directa lo que él mismo estaba comiendo,
quitándoselo de su propia boca.
No cabe duda de que, con el complemento del primero y el segundo,
los mĕšalim tercero y cuarto son los que mejor se corresponden con el
comentario del texto «que me bese con los besos de su boca».
Como aspecto complementario, que quizá explique la presencia del
primer mašal, puede señalarse que su referencia a la bodega y al vino
(5.16.2.5.) Y (lo mismo) donde dice “Adonai sostiene una querella con
Judá y pide cuentas a Jacob de su conducta” (Os 12,3 ). Cuando vio el
Santo, bendito sea, la alegría de las naciones lo resolvió de buena
manera, como está escrito “desde el seno de su madre suplantó a su
hermano” (id 4).
(5.16.2.6.) Dijo R. Yudán :
(Se puede comparar) a una viuda que se querellaba ante el juez
contra su hijo. Cuando vio que el juez sentenciaba con castigos de
fuego y de brea, con otros suplicios y con flagelación se dijo ‘si le
cuento al juez las maldades de mi hijo, lo matará’.
(5.16.2.7.) Cuando el juez terminó (con el resto de lo juicios) le
dijo: ‘Veamos lo de tu hijo ¿en qué te ha ofendido este hijo tuyo?’ –
y ella contestó ‘¡Señoría! cuando estaba en mi vientre me daba
pataditas’. Le respondió el juez: Eso no es (motivo de) juicio.
Y es lo que está escrito “desde el seno de su madre suplantó a su
hermano”.
Israel, otro tanto hará la parábola siguiente que viene en el midrás casi a
continuación, alargando el comentario del mismo verso y poniéndolo una
vez más en relación con el Sinaí y con otro texto del propio Cantar.
Notemos que la historieta comienza con Moisés, pero el verso final del
salmo la remite de forma directa a Dios y, sin necesidad de explicitarlo
más, deja claro quién es ‘el que tomó esposa’ y en relación con quién se
produce el abandono total y confiado de la esposa, una vez más Israel.
La confianza en el amado genera la seguridad de que a su lado se está a
salvo de cualquier eventualidad perniciosa. La misma idea, expresión de
la confianza de quien se siente amado, se nos presentará con un mašal-
fábula introducido en el comentario a Cant 2,14: «Paloma mía... déjame
ver tu rostro, déjame oír tu voz...».
21. Este mašal tiene un paralelo en ExR 21,5 en donde el ‘amor’ tiene otro carácter
pues la princesa no aparece como hija del rey protagonista y de esa manera él puede en la
segunda parte pretenderla como esposa, para lo cual organiza el ‘operativo’. Ver T/L III
pág. 360.
(2.14.2.5.) El Santo, bendito sea, estaba ansioso por oír (de nuevo) su voz,
y ellos no querían. ¿Qué hizo? –lo que está escrito “endureció Adonai la
opinión de Faraón, rey de Egipto, y les persiguió” (Ex 14,8 )... (2.14.2.6.)
Cuando los vieron, alzaron sus ojos hacia el Santo, bendito sea, y gritaron
ante Él, como está escrito “los israelitas alzaron sus ojos y allí estaban
los egipcios, y gritaron los israelitas a Adonai” (Ex 14,10) con el mismo
grito que lo habían hecho en Egipto. Cuando el Santo, bendito sea, los
oyó, les dijo: Si no os hubiera hecho esto, no habría oído (de nuevo)
vuestra voz.
(2.14.2.7) Y de aquella situación está dicho “paloma mía, ...déjame oír tu
voz” (2,14); (fíjate que) no dice ‘la voz’, sino “tu voz”, la que ya escuché
en Egipto. Cuando los israelitas gritaron ante el Santo, bendito sea, al
punto “salvó Adonai en aquel día a Israel del poder de los egipcios” (Ex
14,30 ).
22. El midrás está haciendo un juego de palabras entre ‘llévame’ y ‘vecinos’ que
ahora pasamos por alto.
23. ¿Provendría el enojo de que la reina fuera reacia en algún momento a compartir el
lecho con el rey? La traducción ‘permitió que la acosaran unos vecinos rijosos’ se aparta
de todas las conocidas, incluso la publicada por mí, pero creo ahora que es la correcta,
apoyada en el uso que se hace de megareh en GenR 84,7 y 87,4 –Yo incitaré una ‘loba’
contra ti/permitiré que te acose (sexualmente)– en referencia a la historia de José y al
acoso sufrido de parte de la esposa de Putifar (Gen 39,7). Jastrow hace una alusión a ello
en pág. 267. Al lexema gry en arameo se le reconoce este sentido tanto referido a personas
como a animales.
24. También aquí el midrás hace un juego de palabras entre ‘te comparo’ y ‘silencio’
que no comentamos.
La Torá es sin duda un gran don, pero lleva aparejadas unas exigencias
que pueden resultar excesivas para quien no se encuentre en condiciones
de recibirla. Dios, como padre solícito y preocupado por su hijo, retrasó la
revelación unos meses28.
Otra forma de amorosa solicitud es la que muestra un padre al generar
confianza y promover la autoestima en el hijo mediante la adecuada
ejercitación. El midrás, de nuevo recurriendo a un juego de palabras,
relacionará el «aroma de perfumista» de Cant 3,6 –«¿qué es lo que sube
del desierto como columnas de humo, fragante de mirra e incienso, de
todo aroma de perfumista»– con la lucha de Gén 32,25-30, y la indudable
victoria de Jacob sobre ‘el ángel’.
(3.6.3.3.) (Es como el caso de) un rey que tenía un león amaestrado
y un perro silvestre, ¿y qué solía hacer? –incitaba al león y lo
atizaba en contra de su hijo, diciéndose: Si el perro ataca a mi
hijo, él podrá decir ‘con el león he podido ¿no voy a poder con el
perro?’.
De la misma manera, cuando las naciones extranjeras vengan a
atacar conjuntamente a Israel, el Santo, bendito sea, les dirá:
Vuestro ángel protector no pudo resistir ante su antepasado y ¿vais
a poder vosotros con ellos?
25. Ex 6,7
26. Num 21,16-17
27. Ex 16,13-15
28. Ver Motos López, 2001, Mašal nº 14 y su aplicación en pág. 123. Tb. T/L, I
pág.108 donde se citan abundantes paralelos En SNum hay otro similar en su forma
aunque es distinto.
(8.12.1.1.) “Pero esta viña es (sólo) mía” (Cant 8,12); R. Jiyá enseñó:
Se parece a un rey que se enojó con su hijo y lo entregó a manos de
su siervo. –¿Qué pensáis que hizo éste? –Se puso a golpearle con
un bastón y a decirle ‘no hagas caso a tu padre’. –Él replicó: ¡Eres
tonto donde los haya! El único motivo por el que mi padre me
entregó a ti fue porque no le hice caso, ¡y tú me dices ‘no hagas
caso a tu padre’!
una lámpara arde por sí misma es bueno para ella y para la mecha, pero
cuando no arde por sí misma es malo para ella y para la mecha32.
(6.2.1.4.) R. Abahú dijo: Cuando los higos son cosechados en su sazón es
bueno para ellos y para la higuera, pero cuando no son cosechados en
sazón es malo para ellos y para la higuera.
(6.2.2.1.) Anécdota: (Se cuenta de) R. Jiyá ben Abá y sus discípulos, –pero
otros dicen que era R. Aqiba y los suyos, y otros que R. Yehosúa y los
suyos –que tenían la costumbre de reunirse a estudiar bajo una higuera, y
todos los días el propietario de la higuera iba temprano a recoger los
higos.
(6.2.2.2.) Se dijeron: Cambiemos de lugar porque quizá sospecha de
nosotros. ¿Y qué hicieron? –Fueron a reunirse en otro lugar. Vino
temprano el propietario de la higuera y, al no encontrarlos, fue tras ellos
hasta que los halló.
(6.2.2.3.) Les dijo: ¡Caballeros! me estabais dando ocasión de cumplir un
mandamiento33, y ahora me lo dificultáis. –Contestaron: ¡Nada más lejos
de nosotros! –Y ¿por qué os habéis movido de vuestro lugar (habitual) y
os habéis venido a otro? –Contestaron: Porque quizá sospechabas de
nosotros. –Les dijo: ¡De ninguna manera! pero os voy a decir por qué voy
todos los días temprano a recoger los higos: Porque una vez que luce el
sol sobre los higos (maduros) se llenan de gusanos. Al punto ellos
regresaron allí.
(6.2.2.4.) Resultó que aquel día no había cogido (los higos) y tomaron
algunos de ellos y los abrieron y los encontraron llenos de gusanos, y
dijeron: ¡Qué razón tenía el dueño! Pues bien, si el propietario conoce el
momento adecuado de los higos y los recolecta, así también el Santo,
bendito sea, sabe cuándo los justos están en sazón y se los lleva.
(6.2.3.1.) Dijo R. Samuel ben Najmán un ejemplo:
(Se puede comparar) a un rey que tenía un huerto y plantó en él
hileras de nogales, de manzanos y de granados, y lo puso en manos
de su hijo. Cuando su hijo se portaba bien, el rey rebuscaba buenas
plantaciones por todas partes y las arrancaba y las trasplantaba en
aquel huerto, pero cuando su hijo no se portaba bien, el rey
rebuscaba los mejores ejemplares plantados en el huerto y los
arrancaba.
(6.2.3.2.) Así mismo, cuando Israel cumple la voluntad del
Omnipresente, si Él ve algún justo entre las naciones extranjeras,
34. Esta anécdota podría haberse presentado como parábola pero tiene una fuerza
mayor al aparecer como una historieta real, precisamente por el hecho de la comprobación
existencial. Ver más abajo el apartado 17) y Motos López, 2001 mašal nº 20 y su
aplicación en pág. 124.
35. Incluso literalmente, aunque con estilo diferente, se dice en Ez 23,46 “que se
convoque contra ellas una asamblea”.
10) De las idas y venidas del amor forman parte los enfados y las
reconciliaciones, que pueden alimentar la llama y dar lugar a situaciones
incluso mejores que las anteriores. Todavía en torno al jardín encontramos
en el comentario a Cant 5,1, «vengo a mi jardín» la siguiente parábola de
amor:
40. A pesar de lo que leemos en Deut 4,7: «qué nación hay tan grande, que tenga
dioses tan cercanos a ella, como lo está Adonai, nuestro Dios, siempre que lo invocamos».
41. El texto hebreo de este verso es muy controvertido; Fdez. Tejero: desconocido, el
deseo me arrastraba como el carro de mi príncipe. Ver T/L III pág. 217.
42. Resumo el texto que literalmente dice: “escúchame pueblo mío y mi nación
(ul’ummi)” (Is 51,4 ), (pero hay que entender) ‘y madre mía’ (ul’immi)”.
las gentes pasaban por allí y todo el que lo veía lo besaba, como
está escrito “besad el grano (no sea que Él se enoje)” (Sal 2,12)43.
(7.3.3.10.) Así mismo sucede con las naciones extranjeras; unas
dicen ‘nosotras somos Israel44 y por nosotras fue creado el
mundo’, y las otras lo mismo, pero Israel les contesta: Esperad que
llegue el día del Santo, bendito sea, y entonces sabremos por quien
fue creado el mundo, por eso está escrito “pues mira que llega el
día, abrasador como un horno” (Mal 3,19), y también “los
aventarás y el viento se los llevará” (Is 41,16), pero sobre Israel
está dicho “pero tú exultarás en Adonai, en el Santo de Israel te
gloriarás” (ibid).
43. Este verso del salmo 2 es famoso por su dificultad textual y hay muchas conjeturas;
el midrás lo entiende aquí de forma literal.
44. En la afirmación de las naciones de que ellas son Israel han visto algunos
comentaristas una referencia polémica al Cristianismo, que en ocasiones ha pretendido ser
el verdadero Israel. Esta pretensión del Cristianismo ha sido y es infundada y, podríamos
decir que, errónea, tal como puede leerse en el todavía reciente –y muy desconocido–
documento emitido por la Pontificia Comisión Bíblica (Roma 2001, pág 48): ‘Lejos pues
de sustituir a Israel, (305) la Iglesia sigue siendo solidaria con él’; y en la nota 305
confirma: El Nuevo Testamento nunca llama a la Iglesia “el nuevo Israel” . Ver T/L III
pág. 86.
8.10.2.4. “Mas para él soy habitáculo de paz”45; ¿por qué (lo dice)? –
Porque las naciones extranjeras emplazaron a Israel y le dijeron: Si las
cosas son así, ¿por qué os ha deportado de su tierra y por qué ha
destruido su santuario? –Y los israelitas contestaron:
Nos parecemos a una princesa que cumple el rito de los huidos en
casa de su padre, pero que al final vuelve a su casa en paz.
El ‘rito de los huidos’ parece ser una referencia al regreso a casa del
padre de una joven recién casada; y las interpretaciones del mismo son
diversas: Simon opina que se refiere a una fiesta que se hace en la casa
paterna con motivo de esa visita. Dunsky, en cambio cree que se trata de
la huida de una recién casada a la casa de su padre tras la primera
discusión con el marido, lo cual encaja mejor en el contexto de la
parábola46. En cualquier caso es referencia a una situación transitoria que
ha de tener una pronta solución. Nótese cómo en este caso el padre que se
cita no se refiere a Dios, sino que la vuelta de la princesa –Israel– a ‘su
casa’ –Eres Israel– restablecerá la situación de paz con el marido –Dios–.
El padre hace una fiesta cuando están todas las hijas reunidas, las que
viven cerca y las que vienen de lejos, para gozar de esa presencia y hacer
gozar a unas de otras. Expresión de alegría e invitación a la misma.
Aunque a una cierta distancia conceptual, la imagen del padre de esta
parábola es semejante al padre ‘perdonador’ de la parábola evangélica mal
llamada del ‘hijo pródigo’ (Lc 15,11-23), que también hace una fiesta; y
por otra parte la referencia a las dificultades para desplazarse en invierno
son sin duda fruto de la misma experiencia que vemos tras las palabras de
Mc 13,18: ‘Orad para que no ocurra en invierno’.
17) Para terminar este recorrido por las ‘parábolas del amor’ que se
encuentran en Cantar de los Cantares Rabbah retornaremos al principio.
La intimidad y la relación directa de los amantes que veíamos en el primer
mašal tienen su correspondencia en los compromisos de fidelidad y
exclusividad que nos ejemplifican las dos parábolas siguientes.
(1.4.8.7.) (Se asemeja) a una reina, cuyo marido, el rey, y sus hijos
y sus yernos partieron a tierras lejanas; (cuando) vinieron a
decirle ‘¡han vuelto tus hijos!’, ella contestó ‘¡a mí qué me
importa!, que se alegren mis nueras’. Cuando regresaron sus
yernos se le dijo ‘¡han vuelto tus yernos!’, y ella dijo ‘¡a mí qué!
que se alegren mis hijas’. (Por fin) le anunciaron ‘¡ha llegado el
rey, tu marido!’ y ella exclamó ‘¡Éste sí que es un gozo completo!’.
(1.4.8.8.) De esta misma forma en el futuro vendrán los profetas y
dirán a Jerusalén "tus hijos vienen de lejos" (Is 60,4) y ella les
responderá '¡qué me importa! "que exulten las poblaciones de
Judá" (Sal 48,12)’; “y tus hijas desde los confines de la tierra” (Is
43,6)49, y ella responderá '¡qué me importa! “que se alegre el
Monte Sión” (Sal 48,12)’. (Pero) cuando se le diga “mira que tu
rey viene a ti, justo y victorioso...sobre un asno” (Za 9,9), ella
exclamará: - ¡Éste sí que es un gozo completo!, como está escrito
"¡alégrate sobremanera, hija de Sión!” (ibid), y también
“¡regocíjate y alégrate, hija de Sión!” (Za 2,14). Entonces dirá
“mucho me alegraré en Adonai, exultaré en mi Dios” (Is 61,10).
49. Otros textos traen aquí la cita de Is 60,4 “tus hijas son llevadas sobre la cadera”. En
cualquier caso el texto de Is 43,6 no dice ‘tus hijas’ sino ‘mis hijas’. Ver paralelos en T/L I
pág. 260.
50. En Pĕsiqta’ Rabbati la idea del banquete es de la esposa que dice: ‘...no vayan a
decir: Mirad a esta que su marido la ha expulsado de su casa porque la detesta’. En ambos
casos, tanto el consejo de R. Simeón como el planteamiento de la esposa, tratan de
manifestar que la separación no se produce por capricho ni por desavenecias conyugales,
sino para cumplir el mandato de la procreación.
BIBLIOGRAFÍA