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República Bolivariana de Venezuela.

Ministerio del Poder Popular para la Educación.

Colegio: U.E.P.I.E: “Santa Elena”.

Asignatura: Ciencias de la Tierra.

LA LUNA: SU RELACIÓN CON LA TIERRA.

Profesor: Alumna:

Keiber Bravo. Karla Contreras. 5to año “B”.

C.I: 29797273.

Caracas, 21 de octubre del 2019.


Índice

Introducción pág. 3

Desarrollo pág. 4-9

La Luna: su relación con la Tierra pág. 4

¿Cómo se formó la Luna? pág. 5

¿Cuáles son las fases de la Luna? pág. 7

Relación Tierra – Luna pág. 9

Conclusión pág. 10

Bibliografía pág. 11
Introducción

En el presente trabajo, se hablará acerca de La Luna y su relación con la Tierra, sus


teorías de formación, sus distintas fases, y su relación cultural con la Tierra y los
seres humanos.

La Luna es un satélite natural de la Tierra y por esto tiene una importancia inmensa
sobre ella. Este fenómeno natural es esencial para que las mareas sean posibles,
mantiene la estabilidad del clima en nuestro planeta y el ciclo de las estaciones.
Además de esto, si no existiese un satélite, la Tierra tardaría solo 8 horas en dar una
vuelta completa sobre sí misma, lo que afectaría en muchas cosas, por ejemplo la
esperanza de vida en la Tierra, se reduciría a los 25 años aproximadamente.

Sin más que agregar, bienvenidos.


La Luna: su relación con la Tierra.

La Luna, es el único satélite natural de la Tierra, uno de los satélites más grandes del
sistema solar, con un radio de 1.737 km ocupa el quinto lugar. Se considera un
satélite porque órbita alrededor de la Tierra y no alrededor del Sol. Tiene
aproximadamente 4,53 miles de millones años de existencia.

Cuenta con un diámetro ecuatorial de 3476 km, mientras que en cuanto al tamaño
proporcional respecto a su planeta es el satélite más grande: un cuarto del diámetro de
la Tierra y 1/81 de su masa.
Posee una fuerza de gravedad muy baja, 1,62 m/s². La fuerza de gravedad es la
fuerza que atrae los objetos hacia sí, es por eso que estamos siempre con los pies en el
suelo, y si saltamos, volvemos al mismo lugar. Mientras más masa tenga un objeto,
más fuerte será su gravedad. Por esa razón, la fuerza de gravedad lunar es mucho más
débil que la gravedad terrestre. Si saltas 30 cm en la Tierra, probablemente puedas
saltar hasta 2 metros en la Luna. La gravedad afecta también nuestro peso (no nuestra
masa), por esa razón pesaríamos algunos kilogramos menos estando en la Luna.
Ésta tiene solo el 16% de la gravedad del planeta Tierra.
La distancia lunar, es la medida de la distancia desde la Tierra a la Luna. La distancia
media entre la Tierra y la Luna es 384.400 km. La distancia real varía a lo largo de
la órbita de la Luna. La primera persona que midió la distancia a la Luna fue el
astrónomo, geógrafo y matemático griego, Hiparco de Nicea, en el año 150 a. C. Se
basó en el dato del diámetro de la Tierra, calculado por Eratóstenes de Cirene 100
años antes. Obtuvo una distancia de 348.000 km. Para este cálculo utilizó la curvatura
de la sombra que proyecta la Tierra sobre la Luna en un eclipse lunar, un método
ideado por Aristarco de Samos.

Las rocas y muestras de suelo lunar recogidas por las misiones Apolo son
extremadamente secas. La Luna no tiene agua por sí misma. No obstante, como está
bombardeada por cometas y meteoritos ricos en agua, aunque la mayor parte de esta
se pierde en el espacio, otra queda atrapada en las áreas permanentemente
sombreadas y cercanas a ambos polos. Para el ojo humano, las brillantes montañas
lunares y oscuros mares forman “una cara en la Luna”, pero con un telescopio se
aprecia que se trata de una gran variedad de impactos redondos, cicatrices dejadas por
cuerpos que chocaron con ella mucho tiempo atrás. Toda la superficie lunar está
cubierta de regolita, polvo rocoso consecuencia del constante bombardeo de
meteoritos, asteroides y cometas. La sincronización de la rotación lunar hace que
muestre siempre la misma cara a la Tierra. Un hemisferio está siempre mirando a
nosotros, mientras que el otro mira hacia atrás.
¿Cómo se formó la Luna?

Sin la Luna, un día en nuestro planeta duraba poco más de seis horas y la vida era
impensable. Pero hace aproximadamente 4, 53 miles de millones de años todo
cambió. Existen cinco teorías sobre cómo se formó nuestro satélite natural.
Teoría de Fisión: fue una teoría propuesta por George Darwin en 1878 y que en la
actualidad tiene como uno de sus principales defensores a Alan Blinder de la NASA.
Dicha teoría se basa en que la Luna fue formada a partir de la fisión, o rotura, de la
Tierra Primigenia en fragmentos de menor tamaño que acabaron dando lugar a la
Luna.

La hipótesis plantea el inicio del proceso de formación lunar a partir del proceso de


formación de nuestro propio planeta siguiendo unos pasos:

1. La llamada “Tierra Primigenia”, “Proto Tierra” o Tierra en formación se


encontraba a temperaturas muy altas (3,000°C - 4,000°C) y experimentaba
una fuerte aceleración rotatoria.

2. Cuando el núcleo de Hierro de la Tierra empieza a formarse, se llega a pasar


el límite de estabilidad provocando deformaciones en la estructura de
la Tierra.

3. Debido a la intensa fuerza centrífuga, provocada por la acelerada rotación, una


parte del manto (correspondiente con el actual océano pacífico) se acabó
desprendiendo y empezó a orbitar en torno a la Tierra.

4. Una vez finalizado el proceso de enfriamiento y estabilización de las órbitas la


Tierra y la Luna terminaron formando el sistema que hoy se conoce.

Teoría de Colisiones Planetesimales o Teoría Planetesimal: es una teoría que


explica el origen de los planetas y otros cuerpos del sistema solar a partir de la
formación de nuestro Sol. Fue desarrollada en 1905 por los estadounidenses Thomas
Chrowder Chamberlin y Forest Ray Moulton, aunque las primeras ideas acerca de
dicha teoría datan del siglo XVIII.

Expone que hace 4.568 millones de años cuando se produjo la formación de nuestro
Sol (en la que se cree que colapso una nube molecular gigante), la mayor parte de la
masa del proceso se concentró formando el Sol, mientras que el resto se desprendió
en fragmentos que con el paso del tiempo se solidificaron y se establecieron en
órbitas formando los planetas que hoy en día conocemos.

Teoría de la Co-Formación: propone que la Luna se creó de forma similar que en


la teoría de las colisiones planetesimales, se formó a partir de la nebulosa primitiva
que dio lugar al Sol y al resto del Sistema Solar. Fue formulada en 1734 por el
científico sueco Emanuel Swedenborg.

La única diferencia que presenta respecto a la anterior teoría reside en que, según la
teoría de la co-formación, la Luna se formó dentro de la misma nebulosa planetaria 
que formó la Tierra, aunque no al mismo tiempo, pues se ha demostrado que la Tierra
y la Luna tienen distinta edad (siendo la Luna más joven).

Esta teoría demuestra el porqué de las similitudes entre la Tierra y la Luna respecto a
composición y geología.

Teoría de Captura: habla justamente sobre una posible captura del satélite por parte
de la Tierra y fue una teoría muy popular en la década de los 80. Básicamente, dice
que la Luna se habría formado cuando un fragmento de otro planeta, como por
ejemplo Venus, se desprendió y fue capturado por la atracción gravitacional de la
Tierra. En realidad, se tiene constancia de que esto ya ha sucedido con otros planetas.

Teoría del Gran Impacto: es la teoría científica más aceptada para explicar la


formación de la Luna. Al principio, la joven Tierra no tenía Luna, pero en algún
momento de su primitiva historia, un cuerpo celeste mayor que Marte que recibe el
nombre de Tea (o Theia) u ocasionalmente Orpheus u Orfeo, pasó casi tocando el
planeta. En el acto, la mayor parte de ese cuerpo y una porción considerable de la
Tierra se convirtieron en una nube de vapor que se elevó a más de 22.500 km de
altitud, donde se condensó en infinitas partículas sólidas que orbitaban sobre la Tierra
aglomerándose en pequeñas lunas que a su vez se juntaron para formar la luna actual.
La hipótesis de este “colosal impacto” como origen de la Luna se basa en
simulaciones de ordenador y en análisis de laboratorio de rocas lunares recogidas por
seis equipos de astronautas del programa Apolo. Además, coincide con los datos
sobre la topografía y el entorno lunares de la astronave Clementine y Lunar
Prospector de Estados Unidos.

  La hipótesis se planteó por primera vez en una conferencia sobre satélites en 1974 y


luego fue publicada en la revista científica Icarus por William K. Hartmann y Donald
R. Davis en 1975.
¿Cuáles son las fases de la luna?

Las fases lunares son los cambios aparentes de la porción visible iluminada


del satélite, debido a su cambio de posición respecto a la Tierra y al Sol.

Un ciclo lunar es el lapso de 29.5 días durante los cuales se observan todas las fases.
Al término de la última fase, el ciclo se repite y así sucesivamente, siempre en el
mismo orden. Las 4 formas más conocidas son la Luna nueva, la Luna llena, el cuarto
menguante y el cuarto creciente, pero existen otras intermedias. Su apariencia varía
de 0% de iluminación durante la Luna nueva hasta el 100% cuando es Luna llena.

 Luna nueva: también denominada "novilunio" o "interlunio", es una fase


lunar que sucede cuando la Luna se encuentra situada exactamente entre la
Tierra y el Sol, de manera que su hemisferio iluminado no puede ser visto
desde nuestro planeta.

 Luna Creciente: la Luna comienza a vislumbrarse 3 o 4 días después de la


Luna nueva. En el Hemisferio Norte es visible del lado derecho y del lado
izquierdo en el Hemisferio Sur. Puede observarse tras la puesta del Sol.
Durante esta fase, la Luna recorre entre 45 y 90° de su órbita. La parte visible
de la Luna es entre 3 y 34% durante esta fase.

 Cuarto creciente: durante esta fase está iluminada la mitad del disco lunar, el
lado derecho en el Hemisferio Norte y el lado izquierdo en el Hemisferio Sur.
Es observable desde el mediodía hasta la medianoche, y ya durante la puesta
del Sol se ve alta en el cielo. Durante el cuarto creciente,  la Luna recorre
entre 90 y 135° de su órbita. La parte visible de la Luna es entre 35% - 65% es
decir, en algún momento se ve media Luna iluminada durante esta fase.

 Luna Gibosa creciente: a veces también recibe el nombre de gibosa


creciente. La superficie iluminada es mayor de la mitad; en el Hemisferio
Norte se mira una curva en el lado izquierdo y en el Hemisferio Norte la curva
se vislumbra en el lado derecho. Se pone antes del amanecer y alcanza su
altura máxima en el cielo al anochecer. La parte visible de la Luna es entre
66% - 96%.

 Luna Llena: el disco lunar está completamente iluminado en la cara que


muestra a la Tierra, pues esta, el Sol y la Luna están alineados de forma casi
recta, con la Tierra en el centro. Puede verse desde la puesta del Sol hasta el
amanecer y a la medianoche alcanza su máxima altura en el cielo. En este
momento está en una posición completamente opuesta, 180° de su lugar
inicial en la Luna nueva. O lo que es lo mismo, el ángulo entre la Luna, el Sol
y la Tierra es de 180°. En esta fase del 97 al 100% de la Luna es visible.
 Luna gibosa menguante: la superficie iluminada comienza a mermar y por
eso se observa una curva en el lado izquierdo si se está en el Hemisferio
Norte, y en el lado derecho si se ve en el Hemisferio Sur. El área brillante está
un 51% - 99% iluminada por la luz solar. Sale después de la puesta del Sol y
se ve más alta a la medianoche. La parte visible de la Luna es nuevamente
96% - 66% solamente que su progresión es descendente.

 Cuarto menguante: es la fase contraria al cuarto creciente. Se ve iluminada


solo la mitad de la Luna; el lado izquierdo en el Hemisferio Norte y el derecho
en el Hemisferio Sur. Sale a la medianoche y se observa más alta al amanecer.
La parte visible de la Luna es 65% - 35%.

 Luna menguante: fase también conocida como creciente menguante y Luna


vieja. A estas alturas, solo un delgado segmento de la superficie es visible. En
el Hemisferio Norte es el izquierdo, y el derecho en el Hemisferio contrario.
Sale después de la medianoche, por lo que es más notoria al final de la
madrugada y durante la mañana. La parte visible de la Luna es 34% - 3%.

Después de la Luna menguante, un ciclo lunar de fases ha sido completado y


comienza la Luna nueva. Al intervalo de 29.530589 días terrestres en promedio que
transcurre entre una Luna nueva y otra, se llama mes sinódico.

De vez en cuando, ocurre una perfecta alineación entre el Sol, la Tierra y la Luna, lo
que da lugar a los eclipses. Un eclipse solar ocurre cuando la Luna pasa por delante
del disco solar, y solo puede ocurrir en Luna nueva, mientras que un eclipse
lunar ocurre cuando la Luna pasa a través de la sombra de la Tierra, que solo puede
ocurrir en Luna llena. Esta transición entre las fases se ha utilizado para medir
el tiempo, por lo que muchos calendarios lunares se crearon basándose en el ciclo
lunar. Los eclipses son eventos poco frecuentes. Esto ocurre porque la órbita de la
Luna está inclinada un poco más del 5° al plano de rotación de la Tierra, de forma
que los astros en la mayoría de las veces no se alinean de forma necesaria como para
que ocurra el fenómeno. Esta alineación también llamada sizigia ocurre solamente
cuando la Luna está cerca del modo lunar durante la fase nueva o llena.
Relación Tierra - Luna

La Luna se aleja gradualmente de la Tierra unos 3,8 centímetros por año. Las


consecuencias de este fenómeno podrían ser devastadoras dentro de unos siglos
puesto que la Luna se encarga de mantener estable el clima de nuestro planeta. En el
momento en que la Luna esté demasiado lejos y no tenga afectación gravitatoria con
la Tierra, esto traería consecuencias climáticas devastadoras con la progresiva
destrucción de nuestro planeta.

Sin la afectación de la Luna sobre nuestras tierras, los ciclos temporales se volverían
caóticos, el agua de los océanos y mares se estancaría, existiesen fuertes vientos,
la Tierra daría una vuelta cada 8 horas en lugar de cada 24 horas, de modo que un año
tal como lo concebimos estaría compuesto por 1.095 días y esto llevaría a reducir la
esperanza de vida a los 25 años.

  La Luna influye sobre distintos fenómenos en la Tierra. Uno de los aspectos en los
que más influye es en las mareas, las subidas y bajadas del nivel del mar cada 12
horas. Estas mareas se producen a causa de la atracción que la gravedad de la Luna
causa sobre la Tierra. Dado que la gravedad aumenta en la medida que la distancia de
los objetos se acorta, cuando la Luna está más cerca de la Tierra, es cuando sube el
nivel del agua, mientras que cuando esta se aleja vuelven a rebajar su nivel. Es decir,
cuando la Luna está encima de un océano este aumenta su nivel, mientras que cuando
se encuentra en el lado opuesto de la Tierra baja. Las mareas altas harían desaparecer
las ciudades costeras.

Los hombres antiguos reverenciaban la Luna y muchas culturas crearon a su


alrededor leyendas, como la del hombre lobo, los vampiros, y las brujas. Algunos
creen que la Luna llena nos altera, incluso que en esas noches hay más crímenes, en
lo que se ha dado a llamar “efecto Transilvania”, sin embargo, esto es algo que la
ciencia no ha podido comprobar. Pero sí es cierto que muchos animales se vuelven
más activos, sonoros y fértiles cuando brilla la Luna llena.

Una leyenda urbana muy extendida cuenta que la Luna afecta nuestras emociones,
nuestra estabilidad o incluso las fases del sueño, pudiendo propiciar el insomnio. Es
capaz de alterar el crecimiento de las plantas (cosechas), de nuestro cabello y uñas, e
incluso, de fomentar el parto en mujeres embarazadas en luna llena. Por eso, no es de
extrañar que la fuerza de la Luna también sea capaz de cambiar nuestro estado de
ánimo.
Conclusión

De acuerdo al anterior trabajo. La Luna es el único satélite natural, extremadamente


importante para el planeta Tierra. Sin dicho satélite sería casi imposible que se dieran
las condiciones para la vida de nuestro planeta.

A causa de este fenómeno natural, existen las mareas, se mantiene la estabilidad del
clima, la Tierra tarda 24 horas en dar una vuelta completa sobre sí misma,

La Luna es de vital importancia para la vida animal y vegetal, así como la


responsable del equilibro de los distintos ecosistemas con el medio ambiente. En el
momento en que la Luna esté demasiado lejos y no tenga afectación gravitatoria con
la Tierra, esto traería consecuencias climáticas devastadoras con la progresiva
destrucción de nuestro planeta.

Por otro lado, existen diversas teorías de la formación de la Luna, pero como opinión
propia, la teoría más aceptable para mí sería la Teoría del Gran Impacto. Ya que
existen una gran cantidad de pruebas que afirman que pudo ser de esa manera.

Finalmente, las fases lunares sirven para explicar algunos de los fenómenos que
observamos cotidianamente en la Tierra. Como las mareas, consistente en un retiro o
adentramiento del mar sobre las costas. También, las fases lunares son responsables
de la luz que puede existir en la noche, pudiendo esta ser mayor o menor.

Gracias.
Bibliografía

 https://www.geoenciclopedia.com/luna/
Consultado: octubre, 2019.
 https://www.vix.com/es/btg/curiosidades/5777/5-teorias
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 https://investigacionformacionlunar.wordpress.com
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 http://www.sc.ehu.es/sbweb/fisica/celeste/luna/luna.htm
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 https://www.hogarmania.com/galeria-como-influye-luna
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 https://www.ecologiaverde.com/la-importancia-de-la-luna-sobre-la-tierra-
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 Libro: Atlas National Geographic LA TIERRA / EL UNIVERSO.
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