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SESIÓN N°4

El RIESGO EN LAS FINANZAS INTERNACIONALES

1. ¿Qué es el riesgo?

Existe una variedad de definiciones al respecto, siendo la más general la que lo


asocia a la incertidumbre que se tiene hoy de aquello que pueda suceder en el
futuro. El riesgo mide la probabilidad de que el evento esperado sea adverso,
situación que obliga a estar siempre a la defensiva y anticipándose más a
resultados adversos que a resultados positivos; su presencia es inevitable en los
negocios y más aún en las finanzas, exponiendo a las empresas a ser afectadas
por el éxito o fracaso de su manejo.

Se puede clasificar al riesgo en dos categorías generales: riesgo comercial y


riesgo financiero.

2. Riesgo Comercial

Se da en el ambiente de negocios en el que opera una compañía y se refiere a


una disminución de la actividad económica, o a un deterioro en las condiciones
de los negocios. Esta categoría corresponde al riesgo que surge por alguna
transacción o actividad comercial entre no residentes (de intercambio de bienes
y servicios, emisión de deuda o inversión), o por operaciones pactadas fuera del
país deudor. El riesgo comercial está asociado a los desarrollos adversos del
sector privado que pueda elevar la exposición o la probabilidad de una pérdida.
3. Riesgo Financiero

Es la posibilidad de que cambios adversos en las condiciones financieras del


futuro que puedan afectar los ingresos o los costos. Evalúa el riesgo al que están
expuestos los agentes internacionales por pérdidas potenciales ante controles de
cambios, expropiaciones y atrasos de deudas o por problemas operativos en el
procedimiento de pagos por el sistema financiero local.

Dentro de estas dos categorías podemos distinguir:

3.1 Riesgo país

Es el riesgo que un negocio pueda experimentar altos costos o bajas utilidades


por sus operaciones dentro de un país, debido a cambios futuros en el ambiente
político, económico o regulatorio del mismo. El riesgo puede ser mas alto en
unos países que en otros; por ejemplo, podemos comparar el caso de Alemania
respecto a Sudáfrica, o el caso de otorgar un crédito a un cliente de un país que
atraviesa por problemas de balanza de pagos; o que un gobierno ingrese al
poder evaluando la posibilidad de imponer restricciones a las transacciones en
moneda extranjera en respuesta a las deterioradas condiciones económicas. Por
lo tanto, una combinación de cambios económicos, políticos y regulatorios
puede tener consecuencias financieras adversas para una compañía que otorga
un crédito, eventualmente, no tendrá la posibilidad de recibir el pago de su
cliente, a pesar de que estee en condiciones de pagar la deuda. El riesgo país
está referido, por lo tanto, a la condición del país en su conjunto, definiéndose
como la exposición a las dificultades de repago en una operación de
endeudamiento con acreedores extranjeros o con deuda emitida fuera del país
de origen y califica a todos los deudores del país sean públicos o privados.

Diversos autores han opinado sobre este tema y aunque existen diferencias
entre ellos, estas no son sustantivas. Por ejemplo, Herring (1983) considera que
el riesgo país se descompone en riesgo político, económico social y cultural; en
tanto Erb, Harvey y Viskanta (1996) consideran que está constituido por el
riesgo político, financiero y económico. Por su parte Kobrin (1982) y Overholt
(1982) estiman que existe una estrecha interrelación entre riesgo político y
económico, por lo que en su opinión no debería existir diferencia. Caso especial
es el de De Boysson (1997) quien afirma que la calificación de riesgo país está
asociada al marco legal y operativo que haga viable la posibilidad del repago de
deuda o la repatriación de las inversiones, distinguiéndose el riesgo de
transferencia, de pago y de ejecución.

Las principales clases de riesgo país son las siguientes:

3.1.1 Riesgo económico

Se presenta ante la posibilidad de incumplimiento por debilitamiento de la


economía en un país, tanto en el frente externo como interno. El deterioro de las
condiciones económicas de un país a raíz de una alta inflación, recesión y
problemas de balanza de pagos, por ejemplo, pueden afectar tanto los costos
como las utilidades de las compañías que allí operen.
3.1.2 Riesgo político

Simón (1992) lo define como el desarrollo de aspectos políticos y sociales que


puedan afectar la posibilidad de repatriación extranjera o el repago de la deuda
externa. Demirag y Goddard (1994) adicionan a esta definición el componente
de interferencia por parte del Estado que podría afectar la rentabilidad o
estabilidad de la inversión extranjera o el pago de la deuda extranjera. El riesgo
político se asocia a la inestabilidad política (más a la inestabilidad de las
medidas políticas, que a la inestabilidad del gobierno en el poder) y a la
voluntad de pago por parte del gobierno. Así, eventos políticos pueden irrumpir
en los negocios de las empresas y tener un efecto guerra del golfo el año
siguiente en sus utilidades. Por ejemplo:

* Guerras o eventos similares, como la invasión de Kuwait en 1990 o la .


* Nacionalización de los activos de una empresa por el estado.
* Elecciones en la percepción de un cambio en el gobierno afectan los
movimientos de la tasa de interés y del tipo de cambio.

3.1.3 Riesgo regulatorio

Riesgo que puede surgir ante la posibilidad de que las entidades regulatorias
puedan modificar principios contables o tributarios o tomar decisiones que
tengan impacto en las utilidades de las empresas, por ejemplo para:
* Compañías listadas en la bolsa de valores (nuevas acciones emitidas etc)
* Absorciones o fusiones de instituciones.

*Regulación bancaria.

3.2 Riesgo soberano

Es un subconjunto del riesgo país y califica a las deudas garantizadas por el


estado o por algún agente del mismo. El riesgo no soberano es la calificación
asignada a las deudas de las corporaciones o empresas privadas donde se
presenta el riesgo comercial, que surge por alguna transacción de intercambio
de bienes y servicios, emisión de deuda o inversión entre no residentes, o por
operaciones fuera del país deudos asociadas a acciones del sector privado, lo que
puede elevar la exposición o la probabilidad de perdida.

4. Riesgo de crédito

Es el que esta inherente en las actividades crediticias y evalúa la probabilidad de


incumplimiento en los compromisos de una deuda. Para un banco este tipo de
riesgo es parte importante en la evaluación de su riesgo comercial; en este
sentido, los bancos están interesados en aislar y reducir su exposición al riesgo y

Por lo tanto, en calificarlo.

Al tratar de definir un crédito el problema principal que se plantea es el de como


cuantificar además de los préstamos bancarios normales, las modalidades
crediticias menos directas. Una opción sería adoptar en bloque la medición del
riesgo crediticio que norma el acuerdo de Basilea de Adecuación del Capital
para calcular las concentraciones del riesgo crediticio. El uso de esta estructura
de ponderación del riesgo tendría la ventaja de ser una norma de amplia
aceptación por parte de las autoridades de varios países; su desventaja seria que
esta se concibió, en general, como una medida apropiada de los riesgos
crediticios de los bancos considerados como una ‘canasta’. El comité de
supervisión bancaria de Basilea (1990) sugiere que la medida de la exposición
abarque el monto de riesgos crediticios emanados tanto de los títulos
efectivamente vigentes (incluidos bonos, participaciones y acciones ordinarias)
como de los potenciales de toda clase (por ejemplo, títulos a futuro que el banco
se ha comprometido a suministrar), así como también de las obligaciones
contingentes.
Una proporción considerable de las grandes quiebras bancarias se ha debido a
la concentración en una u otra especie del riesgo crediticio. La experiencia
demuestra que la concentración de crédito puede producir considerables
pérdidas de no existir un aumento proporcional de los rendimientos esperados.
El riesgo de crédito es potencial si existen malas deudas que devienen en
pérdidas.
De esta manera, las empresas que otorgan crédito enfrentan el riesgo del no-
pago o de pago-demorado, como resultado potencial de:

*Pérdidas por malas deudas.

*Costos de intereses o costos de mantenimiento de los fondos adecuados.

*Costos administrativos que originan los pagos a destiempo.


5. Riesgo de tasas de interés

Es el riesgo de pérdida de movimientos adversos de las tasas de interés. Cuando


una empresa toma prestado o presta fondos enfrenta riesgo financiero asociado
de la volatilidad de las tasas de interés, cuyos cambios se dan por:

*Pagar mar cargos por intereses por fondos que han sido prestados.
*Recibir menores ingresos de intereses por depósitos (o préstamos en el caso
de los bancos), de los que debieron haber ingresado.

El riesgo de tasas de interés afecta a las empresas que toman fuertes préstamos
o prestan o depositan grandes montos, exponiéndolas a altos costos de interés o
bajos ingresos por interés. Dicho riesgo se presenta también por prestar (o
invertir) en diferentes monedas. Las tasas de interés en los mercados varían
entre monedas; se puede prestar en una moneda y luego ver en retrospectiva
que hubiera sido más barato haberlo hecho en otra. Esta ‘exposición a la
denominación de moneda’ combina el riesgo de tipo de cambio.
6. Riesgo de tipo de cambio

Cuando una empresa posee activos o pasivos en moneda extranjera o establece


contratos donde recibirá o pagara montos también en moneda extranjera,
enfrenta el riesgo de la volatilidad de los tipos de cambio. Al producirse
movimientos adversos en los tipos de cambio se afecta el ingreso de efectivo, los
desembolsos y el resultado de reportes de utilidades. Asimismo, los flujos de
caja corren riesgo frente a movimientos adversos en los tipos de cambio cuando:

* Las empresas que reciben ingresos en moneda extranjera tienden a


cambiarla a moneda local. Por ejemplo, una compañía francesa que recibe
US$50,000 por vender cierto equipo a arabia saudita, deseara convertir los
dólares a francos franceses.

* Las empresas que deben efectuar pagos en moneda extranjera deben


convertir suficiente cantidad de moneda local en moneda extranjera para poder
hacerlos.

Un ejemplo clásico es el de las subsidiarias extranjeras. Así, una compañía


inglesa puede generar utilidades anuales por US$ 600,000 de su subsidiaria en
los E.E.UU. Si el tipo de cambio dólar/libra esterlina se mueve de US$1,50 por È
1 a US$ 2, el valor de las utilidades anuales disminuirá de È 400,000 a È
300,000. Del mismo modo, el valor de los activos subsidiarias extranjeras
expresados en la moneda local de la matriz se encuentra en riesgo frente a
movimientos adversos del tipo de cambio.
La competitividad entre empresas, tanto en el mercado doméstico como
internacional puede verse afectada por el riesgo cambiario. Por ejemplo, si
existen dos fabricantes de radios, uno localizado en el Reino Unido y otro en
Alemania y el costo de producción de la compañía inglesa es de È 10 por unidad
y el de la alemana de DM 30, el producto se vende en US$ 30. Si el tipo de
cambio es US$2 por È 1 y DM 1,50 por US$1, las dos compañías competirán en
mercado mundiales con igualdad de costos. Cada compañía afrontara un costo
de producción equivalente de US$ 20 y obtendrá US$ 10 de utilidad por unidad.
La utilidad de la compañía inglesa será de È 5 por unidad y el de la alemana será
de DM 15. No obstante, si la libra esterlina aumenta su valor a US$ 2,40 y DM
3,60, la compañía inglesa podría perder competitividad; su costo de È 10 por
unidad producida equivaldría a US$24 y su utilidad por unidad producida de
US$6 equivaldría a È 2,50. Las utilidades de la compañía alemana podrían no
verse afectadas, proporcionando considerables ventajas de costos sobre sus
principales competidores en el Reino Unido.

El riesgo de pérdida por movimientos adversos del tipo de cambio surge de la


posición que se adopte en cuanto a las divisas. Para los bancos en general, una
larga experiencia y la cercanía al mercado significan utilidades cambiarias a la
larga y no tienen por qué privarse de esa importante fuente de utilidades; sin
embargo, los tipos de cambio pueden variar muy rápidamente. En varios casos,
por demás conocidos, los bancos han sufrido perdida en sus operaciones con
divisas que, incluso, llegaron a poner en riesgo su solvencia. Esto puede ocurrir
en particular en bancos comerciales, cuando los operadores del dealing room se
exceden y pueden tratan de resarcirse de sus pérdidas especulando de nuevo.
Dada su naturaleza, se considera que la mejor protección contra el riesgo
cambiario en el plano internacional consiste en imponer requisitos de capital a
las posiciones abiertas de los bancos cuando se trate de divisas. En este proceso
intervienen tres tareas distintas: I) medir el riesgo en una sola moneda; II)
determinar cómo evaluar los riesgos derivados de la combinación de posiciones
cortas y largas de un banco en diferentes divisas y; III) establecer un requisito
de capital apropiado.

I) medición del riesgo en una sola divisa.

Hace algunos años el Bank for International Settlements (BIS) sometió a prueba
un sistema de medición de riesgo en una sola divisa mediante una encuesta en
la que participaros catorce principales instituciones financieras. Si bien es cierto
no hicieron objeciones de importancia a la metodología empleada, conviene
comentar dos aspectos:

a) tratamiento de los intereses y de los ingresos y egresos: solo deben


incluirse en el sistema de medición de divisas los intereses imputados (es decir,
intereses devengados no pagados). Los flujos de intereses futuros (es decir,
pagos de intereses no imputados) pueden excluirse ya que los montos pueden
ser inciertos y los bancos pueden recurrir más adelante a operaciones de
protección cambiaria; no obstante, se reconoce que ciertos bancos pueden
cubrir sus futuros flujos de intereses y en tales casos, registrarse la cantidad
correspondiente. Asimismo, cuando un banco sabe que incurrirá en gastos
futuros son contrapartida de ingresos en la misma moneda o viceversa, debería
haber tomado medidas para cubrirlos. Por lo tanto, las instituciones declarantes
deben estar en libertad de incluir o no sus ingresos y egresos futuros a su propia
elección siempre que lo hagan para todos sus ingresos y egresos no seleccionen
únicamente los futuros flujos de intereses que reduzcan su posición.
b) opciones en divisas: son los instrumentos más difíciles de incluir en un
sistema de medición de divisas. La principal complicación es que el precio de las
opciones no varía a la par de la tasa del contado de la moneda por entregar ya
que el valor de una opción es una función compleja, no solo del nivel de la tasa
del contado, entre otras que son ‘observables’, sino también de su volatilidad
que es ‘inobservable’ y su duración.

II) medición del riesgo cambiario para una cartera de posiciones de divisas.
De primera intención se puede pensar que el riesgo cambiario puede medirse
multiplicando la posición abierta de un banco en cada divisa por un factor de
conversión determinado, según la volatilidad de esa moneda en relación con la
moneda local; sin embargo, ese procedimiento no toma en cuenta el grado de
correlación entre las posiciones en terceras monedas. Por ejemplo, una posición
larga en una moneda del euro zona compensada por una posición corta en otra
moneda de la misma zona, es a prori, menos arriesgada que una posición larga
en una moneda del euro zona compensada por una posición corta en yenes o
dólares. Aplicando técnicas basadas en una estimación de la desviación estándar
de los rendimientos de la cartera, aquellos bancos que negocian
predominantemente en monedas de baja volatilidad (o de alta volatilidad pero
estrechamente correlacionadas), podrían someterse a requisitos de capital mas
bajos que los bancos que adoptan posiciones de mayor riesgo. No obstante, el
enfoque descrito tiene el inconveniente de que el proceso de medición sería
sumamente complejo ya que implica calcular y aplicar factores de conversión
para un gran número de pares de monedas. No obstante, el BIS viene
desarrollando enfoques más sencillos al respecto.
III) ponderación de capital.

El comité de supervisión bancaria de Basilea llego a la conclusión de que un


coeficiente de intensidad de capital de 8% es suficiente para cubrir las pérdidas
de los bancos internacionales para cubrir una cartera de riesgo promedio en casi
todas las circunstancias.

7. Riesgo sistémico

De acuerdo a Aglietta, Brender y coudert (1990), este tipo de riesgo puede tener
hasta tres orígenes:

a) un desajuste del mercado que provoca fluctuaciones importantes del precio


de los activos, sin relación con su valor fundamental;

b) una inestabilidad del crédito bancario que conduce a situaciones de sobre


endeudamiento y estrangulamiento del crédito y, c) el mecanismo mismo de
pagos cuando la búsqueda exacerbada de liquidez conduce a retiros masivos de
los depósitos y por ende, al pánico bancario.

Según Aglietta y Moutot (1993), el riesgo sistemático se define como ‘La


eventualidad de que aparezcan estados económicos en los cuales las respuestas
racionales de los agentes individuales a los riesgos que perciben, lejos de
conducir a una mejor distribución de los riesgos por diversificación, aumentan
la inseguridad general’.

En estas condiciones se dan fenómenos de contagio o propagación


generalizados que pueden llevar a todo el sistema económico a la catástrofe.
Existen dos tipos de contagio: contagio horizontal, que obedece a la
interconexión de las plazas financieras. La solidaridad de las plazas, asegurada
por los procedimientos de cotización automática del tipo NASDAQ, permite
cotizar de manera automática varios miles de acciones en Londres y Nueva
York; a este hecho que puede facilitar el contagio, se pueden sumar las múltiples
formas de trasmisión electrónica de información a escala mundial. Por su parte,
el contagio vertical se explica por la interconexión de los mercados, ya que la
integración vertical de estos avanza cada vez más. A la interdependencia de los
mercados monetarios y financieros mediante la tasa de interés, se añade la que
se presenta en las cotizaciones de las acciones y de las obligaciones. Fuera de
estos canales clásicos de transmisión, hay que tomar en cuenta los vínculos
entre los mercados financieros y los de instrumentos a plazo y entre los
mercados de cambios y de opciones, etc.

8. El riesgo sistémico vinculado al crédito

Fisher (1933) ya se pronunciaba sobre el endeudamiento y los encadenamientos


depresivos que conducen a una crisis global de la economía. Según su punto de
vista, el dinero ‘fácil’ es la causa principal del sobre endeudamiento; sin
embargo, el riesgo de crisis no se sitúa en este nivel, sino ulteriormente cuando
las empresas quieren rembolsar y sanear la estructura de su hoja de balance.
Los rembolsos masivos crean una presión deflacionaria que origina la caída de
precios y contribuye a inflar un volumen real de deuda que ya que se considera
excesivo. Es el refuerzo de los individuos por disminuir una carga de deuda que
aumenta, lo que lleva a un desorden financiero creciente que conduce al pánico
y a las quiebras.

9. El riesgo sistémico vinculado a los mecanismos de pago


Los medios de pago (depósitos de particulares y compensación interbancaria)
pueden constituir la base de un riesgo sistémico ya sea porque los particulares
convierten sus depósitos en billetes, o porque los pagos interbancarios no
pueden efectuarse. Las dos formas de riesgo están vinculadas: si los medios de
pago ya no son convertibles entre bancos, necesariamente no lo son para el
público, lo que conduce a quiebras bancarias que pueden propagarse al
conjunto del sistema bancario e incluso a toda la economía.

10. ¿Qué hacer frente al riesgo sistémico?

Entre las soluciones preventivas destaca el establecimiento de coeficientes


prudenciales. Desde 1975 con el Acuerdo del Concordato y posteriormente con
el de Basilea, los países anfitriones son considerados responsables de la liquidez
de las filiales de los bancos extranjeros, mientras que las matrices lo son de su
solvencia. En 1993 se dio un paso adicional al establecerse la relación de Cooke,
que exige a los bancos que cubran con fondos propios el 8% de sus
compromisos. La idea es obligar a los bancos a limitar los créditos que otorgan.
En efecto, les resulta muy costoso aumentar los fondos propios, por lo que
tienen que frenar el aumento de los créditos. Al lado de los coeficientes
prudenciales se han desarrollado otros mecanismos cuyo propósito es
interrumpir las transacciones cuando estas son perturbadas.

Referencia Bibliográfica:

Ricalde O. (1999) El riesgo en las finanzas internacionales, Moneda


N°-116-1999 BCRP, pagina 47-52
Anexo 1
CATEGORIAS DEL RIESGO FINANCIERO

Anexo
1. Cambios 2 en las condiciones
adversos
1. Pagos Atrasados.
2. Malas deudas.
Financieras de un país en particular 3. Fracaso en honrar
entre ellos, la tasa de inflación, las obligaciones contractuales.
tasas de interés, el valor de la moneda,
el crédito etc.

RIESGO DE CREDITO
RIESGO PAIS
ANEXO 2

1. Altos costos bajos ingresos o caída 1. Bajos ingresos o altos costos debido a
en el valor de las inversiones por movimientos adversos del tipo de cambio.
cambios adversos en las tasas de 2. Pérdida de competitividad en los mercados
interés. internacionales.
RIESGO DE TASAS DE INTERES
RIESGO TIPO DE CAMBIO
ANEXO 2

CONTROLANDO EL RIESGO FINANCIERO

*Cuidado con el manejo de las


*Crédito cuidadoso, gestión y
deudas e inversiones del portafolio.
control de créditos.
Cierta cobertura respecto a la
exposición es posible.
RIESGO DE CREDITOS

RIESGO DE TASA DE INTERES

*Limitar las inversiones en países


*Limitar el riesgo al compatibilizar las monedas
de alto riesgo.
incursas tanto en ingresos como en gastos, en
*Trasladar las inversiones a países
activos o en pasivos; también con coberturas
de bajo riesgo.
respecto a exposiciones donde la posibilidad de
riesgo es sustancial.
RIESGO PAIS RIESGO DE TIPO DE CAMBIO

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