Está en la página 1de 24

LOS FENÓMENOS FONÉTICOS

1. La ley del menor esfuerzo es cuando se reemplaza dos articulaciones por una
sola o una articulación por una más cómoda.
En concreto podemos entender esta ley como una relajación o un descuido por parte
del hablante y como una contaminación mutua Articulatoria, acústica y auditiva de los
sonidos en la cadena sonora, lo que es inevitable en el uso del lenguaje, pero que no
prejuzga los resultados

Ejemplos. Sándwich, para que etc. (Tarea: buscar palabras)

2. Un hiato, también conocido como a diptongo, se da cuando dos vocales que se


encuentran separando dos sílabas, lo que provoca que se rompa el diptongo, aquí les
dejo unos ejemplos de hiato:
Caoba
Saeta
Octaedro
Reúne
Oído
3. La sinalefa (alemán: Synalöphe) es un recurso poético, también propio del lenguaje
coloquial, por el que se enlaza la última sílaba de una palabra con la primera sílaba de
la palabra siguiente. Mejor dicho, es la pronunciación en una misma sílaba de la vocal
final de una palabra y la inicial de la palabra siguiente: la alameda > *la’lameda. Puede
reunir más de dos vocales: volvió a Europa > volvióaeuropa / relumbra en la oscuridad
> relumbraen la oscuridad / curado al sol > curadoal sol
En el habla diaria usamos mucho la sinalefa, sobre todo cuando pronunciamos rápido
o descuidado:

va a acabar mal > va’cabar mal


todo eso > todoeso
la harina > la’rina
la alameda > la’lameda
va a haber lío > va’ber lío

No se debe confundir la sinalefa con la sinéresis, la síncopa, el hiato o la contracción:

4. sinéresis s. f. Licencia poética que consiste en medir dos sílabas como una cuando
existen dos vocales contiguas, una que finaliza una sílaba y la otra que comienza la
siguiente: ''aho-ra´´ por ''a-ho-ra´´ es una sinéresis.

5. diptongación s. f.
1 Proceso de transformación de una vocal en diptongo: la gramática histórica estudia
las diptongaciones que han tenido las palabras a través del tiempo.
2 Pronunciación de un conjunto de dos vocales en una sola sílaba formando
diptongo.

6. Metátesis: Es la transposición o cambio de lugar de algún sonido. Observamos en


el habla vulgar casos frecuentes de metátesis, como Grabiel por Gabriel, sastifación
por satisfacción. En numerosas palabras este cambio fonético se ha consolidado, p.
ej.: periculo > periglo > peligro; spatula > espadla > espalda; parabola > parabla >
palabra."

7. Aféresis es la pérdida de un sonido o grupo de sonidos al comienzo de una


palabra. Esta puede darse en la evolución patrimonial de una palabra, por ejemplo, del
latín al español:
lectorile > letril > latril > atril.
La aféresis puede ser de una letra inicial; por ejemplo, la pérdida de la p en la palabra
psicología > sicología.
Más concretamente, la aféresis es un metaplasmo donde se produce la pérdida o
desaparición de uno o varios fonemas o sílabas al principio de algunas palabras
(cuando la pérdida se produce al final de la palabra se denomina apócope, y si la
pérdida tiene lugar en medio de la palabra se llama síncopa).

8. Síncopa
La síncopa lingüística es un proceso fonológico consistente en suprimir fonemas en el
interior de una palabra. Aunque ocurre normalmente al usar un lenguaje coloquial
(cantado>cantao), la síncopa es responsable de muchos procesos de evolución de las
lenguas, incluido el español desde el latín: comparare>comprar. Históricamente el
fenómeno afectó especialmente a las vocales átonas y breves precedidas y seguidas
de vocales tónicas o largas, que ya en latín vulgar se pronunciaban neutralizadas y
abreviadas. La síncopa en español provocó la aparición de dobletes de palabras con
significados próximos pero diferentes, uno como resultado de la evolución normal
sincopada de la palabra latina y otro como préstamo lingüístico directo del latín:
"delicado" y "delgado" o "labrar y laborar".
El español cuenta con ejemplos de síncopa contemporáneos de todos los tipos, que
pueden dar lugar a palabras aceptadas (masticar>mascar, con otro verbo similar pero
con registro diferente) o a pronunciaciones no normativas pero comunes (consonante:
cantado>cantao*, vocal: vámonos>amnos*).

9. Apócope
En gramática, una apócope (del griego apokopé < apokopto, "cortar") es un
metaplasmo donde se produce la pérdida o desaparición de uno o varios fonemas o
sílabas al final de algunas palabras (cuando la pérdida se produce al principio de la
palabra se denomina aféresis, y si la pérdida tiene lugar en medio de la palabra se
llama síncopa). Era figura de dicción según la preceptiva tradicional.
El género de esta palabra es femenino.
En español se apocopan algunos adjetivos, adverbios, sustantivos, verbos y
determinativos.

Adjetivos calificativos
Ante masculino singular:
bueno → buen: "buen día"
malo → mal: "mal augurio"
Ante un nombre en singular:
grande → gran: "gran carrera" (Excepto cuando anteceden los adverbios más o
menos: "la más grande carrera")
santo → san: "San Antonio"
Adverbios
Mucho → muy (apócope de muito, del latín multum). Esto sucede cuando precede a
un adjetivo o a un adverbio, pero no ante más, menos, mejor y peor: "muy bajo, muy
temprano".
Tanto → tan y cuanto → cuán. Los dos pierden la sílaba final ante adjetivos o
adverbios: "tan bonito, cuán cercano", pero no ante una forma verbal, aunque en el
lenguaje coloquial se haga a veces: "tan es así, tan era cierto". Las formas correctas
son: "tanto es así, tanto era cierto".
recientemente → recién

Cardinales
ciento → cien. Ciento se apocopa ante un sustantivo (aunque éste vaya precedido de
un adjetivo): "Los cien estupendos libros", "Las cien mejores poesías". Se apocopa
también cuando es multiplicador de mil: "Los cien mil hijos de San Luis".
uno → un. Se apocopa ante nombres masculinos: "Un artículo". También los
cardinales compuestos de uno: "veintiún soldados".

Ordinales
primero → primer. Se apocopa delante de un sustantivo masculino singular: "Su primer
libro no era tan bueno", "Su primer y único novio". Según la Real Academia Española,
la apócope ante sustantivos femeninos es un arcaísmo que debe evitarse en el habla
culta actual.
tercero → tercer. Su uso es igual al de primer.

Sustantivos
moto → motocicleta
foto → fotografía
tele → televisión
mini → minifalda
bici → bicicleta
nazi → nacionalsocialista

Nombres propios
Jose → José/Josefina
Bea → Beatriz
Cris → Cristina o Cristóbal
Rafa → Rafael/Rafaela
Santi → Santiago/Santiaga
Fede → Federico/Federica
Nico → Nicolás
Naty → Natalia o Natividad
Gabo → Gabriel (Gaby → Gabriela)
Dani → Daniel/Daniela
Tere → Teresa
Lili → Liliana
Fer → Fernando/Fernanda
I. Asimilación fonética (Evolucion)

Ejem.- masticar --- mascar


Moral

Multu----- mucho
Un ejemplo de asimilación puede ser la palabra juzgar, evolucionada desde judgar, de
más difícil pronunciación, o hasta desde hadta o hatta. Un proceso relacionado es la
coarticulación, en la cual un segmento influye al otro y le produce una variación
alófona, como las vocales que adquieren el timbre nasal (nasalización) ante
consonantes de este tipo cuando el velo del paladar se abre antes, o la labialización,
velarización, etc de ciertas consonantes. Este artículo describirá ambos procesos
englobándolos en el término general de asimilación.
Los mecanismos fisiológicos o psicológicos de la coarticulación no son del todo
desconocidos, se han apuntado por ejemplo leyes de mínimo esfuerzo o empleo de
menor energía articulatoria. A menudo hablamos indirectamente de un segmento
fonémico como "desencadenante" del cambio asimilatorio en otro.

Modos de asimilación: precedencia y adyacencia


La asimilación se da tanto en condiciones de adyacencia estricta como de cercanía, y
se puede dar respecto de del fonema anterior (progresiva o "de izquierda a derecha")
o del fonema posterior (regresiva, "de derecha a izquierda" o anticipatoria). Muchos
encuentran confusos los términos progresivo y regresivo, ya que parecen oponerse a
los términos descritos. Por consiguiente, se ha planteado una variedad de términos
alternativos - de los cuales no todos eluden el problema tradicional -. La regresiva
también es conocida como de derecha a izquierda o anticipatoria. La progresiva
encuentra los sinónimos de izquierda a derecha o preservativa, o asimilación posterior.
Los términos anticipatoria y posterior serán los usados aquí. En total los criterios de
adyacencia y precedencia, dan las cuatro siguientes posibilidades ordenadas por
frecuencia en las lenguas del mundo:
• Asimilación regresiva por adyacencia o anticipatoria, cuando un fonema se articula
con rasgos fonéticos del fonema inmediatamente posterior.
• Asimilación progresiva por adyacencia, cuando un fonema se articula con rasgos
fonéticos del fonema inmediatamente precedente.
• Asimilación regresiva y por cercanía, cuando un fonema se articula con rasgos
fonéticos un fonema cercano posterior.
• Asimilación progresiva y por cercanía, cuando un fonema se articula con rasgos
fonéticos un fonema cercano precedente.
Como puede verse la asimilación por adyacencia es más frecuente que la no
adyacente, y dentro de cada grupo la progresiva o anticipatoria es más frecuente. Esa
frecuencia de ocurrencia de los diferentes tipos de asimilación puede suponer una
pista sobre los mecanismos implicados en la asimilación. Junto con los tipos anteriores
también se han encontrado casos de:
• Asimilación recíproca, que es una asimilación doble en dos fonemas adyacentes
sufriendo el primero asimilación progresiva y el segundo asimilación regresiva. Cuando
la asimilación recíproca
Cuando resulta en un único segmento con algunas de las características de ambos
componentes, se produce una coalescencia o fusión.
Algunos autores distinguen entre asimilación parcial y completa, como por ejemplo
entre cambios en los cuales permanece diferencia fonética entre las partes incluidas, y
aquellos en que todas las diferencias se resuelven. No hay ventaja teórica en esta
clasificación, como uno de los ejemplos siguientes mostrará.
La pronunciación puede mostrar la asimilación fonética, mientras que la escritura
también lo hará cuando las características de los fonemas vecinos se mezclen.

Asimilación como compleción de rasgos


De hecho puesto que los fonemas muchas veces están subespecificados en alguno de
sus rasgos fonéticos la asimilación constituye una de las formas más económicas y
más empleadas por las lenguas del mundo para especificar la realización sonora
completa de un determinado fonema. Así por ejemplo en español las obstruyentes
sonoras no están especificadas respecto a su continuidad, y se realizan según los
fonemas adyacentes, por ejemplo para el fonema /b/ tenemos:

[pic]
Esa regla se interpreta como que el fonema /b/ se articula como oclusiva [b], tras una
pausa o una nasal que tienen rasgo [- cont] y se articula como aproximante [ß], tras
otro sonido que no implique una obstrucción total del flujo de aire.
Este tipo de asimilación apunta a una economía en la cantidad de información que
debe asociarse a un fonema, lo cual aporta cierta luz sobre la utilidad en las lenguas
naturales del mecanismo de asimilación.

Ejemplos de asimilación fonética

Asimilación anticipatoria contigua


Este tipo de asimilación es el tipo más común de asimilación y afecta al primero de dos
fonemas en contacto directo. Tiene el carácter típico de cambio condicionado en la
pronunciación, y se aplica a todos los vocablos con el problema. Así, en latín los
prefijos acabados en nasal (com- "con", "junto con"; in- "en" (también marca el
comienzo de la acción); in- (forma adjetivos privativos)) muestran sin excepción los
siguientes procesos asimilatorios relativos al sonido posterior:
Se convierten en /m/ ante /p/, /b/, y /m/: impendeō' "amenazar", imbibō "embeber",
immēnsus "inmenso" Se convierten en /n/ ante /t/, /d/, y /n/ (en este último caso, el
prefijo con- puede convertirse en cō-): contāminō "contaminar", connīveō o cōnīveō
"cerrar los ojos; disimular", condōnō "regalar" Se convierten en /l/ o /r/ ante /l/ y /r/,
respectivamente: corrumpō "destruir", irrētiō "coger en una red", illūdō "jugar",
illītterātus "iliterado", colloquor "conversar", collūdō "jugar con otro". La asimilación a
[ŋ] ante /k/ o /ɡ/ no se mostraba en la escritura.
También en latín, una sorda seguida de nasal se asimila a ésta: el protoindoeuropeo
*swepnos "sueño" > lat. somnus [los cambios vocálicos también son regulares],
*supmos "en mayor grado" > summus, *ad-nec- > annectō "atar" (cf. anexo), sub-
moenium "barrio oriental" (lit. "bajo los muros") > summoenium. (Este ejemplo también
indica el sinsentido de las división entre asimilaciones "parciales" y "completas": esta
es sencillamente una única ley fonética de sorda-se convierte en-sonora y si la
asimilación producida es de un tipo u otro no depende de las características fonéticas
iniciales)
En italiano, las sordas sin vocal intermedia se asimilan a la siguiente /t/: Protorromance
*oktọ "ocho" > It. otto, Prom. lęktu "cama" > letto, *suptu "bajo" > sotto.

Asimilación anticipatoria no-contigua


Este tipo de asimilación no-contigua o asimilación a distancia, es menos frecuente que
el anterior. A veces es un accidente ideosincrático de la palabra que no se presenta
sistemáticamente en otras palabras similares. Por ejemplo en Francés antiguo cercher
'perseguir, buscar' /ser.ʧer/ > fr. moderno chercher /ʃɛʁ.ʃe/ (compárese el catalán
cercar 'buscar').
Algunos de los casos más abundantes de asimilaciones, lo constituye el fenómeno de
asimilación vocálica conocida como umlaut. En este tipo de asimilaciones una vocal se
ve influenciada por la de la sílaba siguiente y acaba tomando un timbre similar a la
vocal de la sílaba siguiente. Los ejemplos de umlaut abundan en la historia de las
lenguas germánicas, el rumano, el irlandés antiguo, y algunas otras lenguas. La
sinarmonía vocálica, que se da en el lexema, de algunas lenguas puede proceder en
algunos casos de umlaut generalizado.
Algunos ejemplos más de asimilación anticipatoria a distancia serían:
• En castellano antiguo, la yod, esto es, el sonido palatal del moderno mayor, ejercía
una influencia importante en las vocales y consonantes inmediatas. Así, latín basium >
cast. beso, mientras que sin ella, casum > caso. Un fenómeno parecido era provocado
por la semivocal u, o waw.
• Otro ejemplo de cambio regular es la asimilación a la sibilante del sánscrito, en la
cual si había dos sibilantes diferentes al comienzo de sílabas sucesivas, la /s/ simple
se reemplazaba siempre por la /ɕ/ palatal: PIE *smeḱru- "barba" > Sns. śmaśru-;
*ḱoso- "gris" > Sns. śaśa- "conejo"; PIE *sweḱru- "suegra" > Sns. śvaśrū-.

Asimilación posterior contigua


Este tipo de asimilación es bastante común y sistemática, por lo que a menudo puede
formularse como una ley fonética regular.
PIE *-ln- > -ll- en las familias germánica e itálica. Así, *ḱļnis "colina" > lat. ant. *kolnis >
lat. collis; > protogerm. *hulniz, *hulliz > anglosaj. hyll /hyl/ > inglés hill.

Asimilación posterior no-contigua


Al igual que la asimilación anterior no-contigua, es menos frecuente que el fenómeno
contiguo correspondiente. En concreto, la asimilación posterior no-contigua es
infrecuente y usualmente de tipo esporádico y no sistemático (excepto como parte de
algo mayor, como en el sánscrito śaśa- ejemplo anterior): el griego leirion > latín līlium
"lirio".
La armonía vocálica de los sufijos de algunas lenguas altaicas, es en cierto modo
opuesta al umlaut, a saber, la fonética de una vocal se ve afectada por la de la
precedente. Así, por ejemplo la mayoría de los marcadores de caso en el finés se
hacen según los gustos /a/ o /æ/ (escrito ä) dependiendo de si la vocal precedente es
posterior o frontal. Sin embargo, es difícil conocer dónde y cómo se dio en la historia
de este idioma un cambio asimilatorio. El reparto de los posibles finales en finés es
sólo eso, ni mucho menos el cambio operado por una asimilación (aunque
probablemente sí el reflejo de una innovación anterior).
Coalescencia (fusión)

Protoitálico *dw > latín b, como en *dwis "dos veces" > lat. bis.
El protocéltico *sw se muestra en irlandés antiguo en posición inicial como s, así
*swesōr "hermana" > ir. ant. siur */ʃuɾ/, *spenyo- > *swinea- > *swine "pezón" > sine.
Pero cuando está precedido de vocal, la secuencia *sw se convierte en /f/: má fiur "mi
hermana", bó tri-fne "una vaca con tres tetillas"

DIPTONGOS, TRIPTONGOS, HIATOS,

SINÉRESIS Y SINALEFAS

SECUENCIAS VOCÁLICAS

diario,
Dos vocales que forman parte siento,
de una misma sílaba: pie,
cohibir,
a) vocal abierta (/a/, /e/, /o/)
Diptongo antiguo,
seguida o precedida de vocal
doy,
cerrada y átona (/i/, /u/);
viuda,
b) dos vocales cerradas diurno,
distintas (/i/, /u/) ruido,
muy

Tres vocales que forman parte buey,


de la misma sílaba: vocal dioico,
Triptongo abierta (/a/, /e/, /o/) seguida y confiáis,
precedida de una vocal guau,
cerrada átona (/i/, /u/) apreciéis
María,
Dos vocales que forman parte púa,
de sílabas sucesivas distinta: búho,
cría,
Hiato a) vocal cerrada tónica (/i/,
caer,
/u/) seguida o precedida de
aorta,
vocal abierta (/a/, /e/, /o/);
roedor,
b) dos vocales iguales dehesa,
chiita
La h intercala no influye en que sean hiatos o diptongos las
secuencias de vocales entre las que se sitúa: de.sahu.cio,
prohi.bir, ahi.ja.do.
Diptongos

1. Un diptongo es la secuencia de dos vocales distintas que se pronuncian dentro de la


misma sílaba: vien - to, a - cei - te, cau - sa, sua - ve. Desde el punto de vista fonético,
en español pueden dar lugar a diptongos las siguientes combinaciones vocálicas:
vocal abierta (a, e, o) + vocal cerrada (i, u) átona; vocal cerrada átona + vocal abierta;
y vocal cerrada + otra vocal cerrada distinta (es decir, las secuencias iu o ui): aula,
cuadro, cantáis, peine, androide, justicia, cielo, función, ciudad, descuido, vacuo.
Aunque, en el habla, la secuencia de dos vocales abiertas —especialmente cuando
ninguna de ellas es tónica (petróleo, raedera)— puede articularse como diptongo, esta
combinación vocálica se considera siempre hiato desde el punto de vista normativo.

2. De las secuencias anteriores, se pronuncia siempre como diptongo el grupo


formado por una vocal abierta tónica y una cerrada átona (en ese orden): Sainz,
teméis, voy, causa. Pero, por lo general, aparte de este grupo, una misma
combinación vocálica de las mencionadas en el párrafo anterior se pronuncia, en unas
palabras, dentro de la misma sílaba —diptongo— y, en otras palabras, en sílabas
diferentes —hiato—; por ejemplo, la secuencia ie se pronuncia como diptongo en la
palabra miedo (mie - do) y suele pronunciarse como hiato, al menos en España y
algunas zonas de América, en rieron (ri - e - ron). Por otra parte, algunas de estas
combinaciones vocálicas (las formadas por una vocal cerrada átona y una abierta
tónica, o por dos vocales cerradas diferentes) pueden, en una misma palabra, fluctuar
en su pronunciación entre el hiato y el diptongo, dependiendo de diversos factores,
como el mayor o menor esmero en la pronunciación, el origen geográfico o social del
hablante, etc.; así ocurre, por ejemplo, en gratuito, que puede pronunciarse con
diptongo (gra - tui - to) o con hiato (gra - tu - i - to), y en cruel (cruel o cru - el). Dada
esta variabilidad, se ha optado por establecer una serie de convenciones sobre qué ha
de considerarse diptongo y qué ha de considerarse hiato a la hora de acentuar
gráficamente las palabras. Así, cada secuencia vocálica será considerada siempre un
hiato o siempre un diptongo al colocar las tildes, con independencia de su
pronunciación real dentro de la palabra.

3. La h intercalada no influye en absoluto en la consideración como diptongo o como


hiato de una secuencia vocálica. Así, hay grupos de vocales con h intermedia que
forman diptongo: ahijado, ahumar, prohibir, y otros que forman hiato: ahínco,
turbohélice, prohíbe.

4. Debe evitarse en el habla la reducción del diptongo a una sola vocal: *[ulójio] por
Eulogio, *[kontíno] por continuo, *[bénte] por veinte, *[trénta] por treinta. En el caso de
los numerales compuestos de las series del veinte y del treinta, esta monoptongación
es común, incluso entre personas cultas, pero es conveniente evitarla en la
pronunciación esmerada: *[bentikuátro] por veinticuatro, *[trentaidós] por treinta y dos.
Son extremadamente vulgares los casos de cierre de la e en i: *[bintikuátro]. También
debe evitarse pronunciar como diptongos algunas combinaciones vocálicas que son
siempre hiatos en la dicción culta: *[golpiár] por golpear, *[kuéte] por cohete.

Acentuación de las palabras con diptongo


Diptongos ortográficos

A efectos de acentuación gráfica, se consideran diptongos las secuencias vocálicas


siguientes:

a) Vocal abierta + vocal cerrada o, en orden inverso, vocal cerrada + vocal abierta,
siempre que la cerrada no sea tónica: amáis, peine, alcaloide, aplauso, Eugenio,
estadounidense; suave, huevo, continuo, confiado, viento, canción.

b) Dos vocales cerradas distintas: huida, ciudad, jesuítico, veintiún, diurno, viudo.

Acentuación de palabras con diptongo

Las palabras con diptongo se acentúan siguiendo las reglas generales de acentuación.
Así, vio no lleva tilde por ser monosílaba; bonsái la lleva por ser aguda terminada en
vocal, y huésped, por ser llana terminada en consonante distinta de -n o -s; superfluo,
cuentan y viernes se escriben sin tilde por ser llanas terminadas en vocal, -n y -s,
respectivamente; y cuáquero y lingüístico se tildan por ser esdrújulas.

Colocación de la tilde en los diptongos

a) En los diptongos formados por una vocal abierta tónica y una cerrada átona, o
viceversa, la tilde se coloca sobre la vocal abierta: adiós, después, marramáu, soñéis,
inició, náutico, murciélago, Cáucaso.

b) En los diptongos formados por dos vocales cerradas, la tilde se coloca sobre la
segunda vocal: acuífero, casuística, demiúrgico, interviú.

«En los diptongos, la vocal más abierta representa el punto vocálico de la sílaba; la
más cerrada se halla en la tensión o en la distensión. El hablante tiende a extremar la
diferencia que entre ambas exista en su grado de abertura, bien abriendo más la
abierta, bien derrando más la cerrada, o ambas cosas a la vez. Tal es el caso, en
español, de las vocales extremas i, u, llamadas débiles porque forman diptongos con
las más abiertas a, e, o (fuertes), éstas constituyen el núcleo silábico y aquéllas
quedan en posición inicial (tensiva) o final (distensiva). En estas condiciones i, u, se
abrevian, al mismo tiempo que estrechan su articulación hasta el punto de perder en
parte su naturaleza vocálica y convertirse en semiconsonantes y semivocales: j, w, i, u.

Los diptongos así formados pueden ser de abertura creciente o de abertura


decreciente.

Son crecientes:

ja (viaje)

je (tiempo)

jo (salió)

wa (guapo)

we (bueno)
wo (cuota)

Tiende igualmente nuestra lengua a juntar en diptongo creciente las dos vocales
débiles i, u, haciendo semiconsonante la que está en primer lugar, con lo cual el
núcleo silábico se sitúa en el segundo elemento de diptongo: ju, wi. Esta tendencia
ofrece numerosas vacilaciones dialectales que mantienen el hiato o hacen núcleo
silábico en el primer elemento. Así en la lengua moderna conviven, por ejemplo, ju-
i-cio, tri-un-fo con jui-cio, triun-fo, con predominio de estos últimos.

Los diptongos decrecientes son:

ai (aire)

ei (reina)

oi (voy)

au (aurora)

eu (feudal)

ou (bou) (el diptongo ou no es genuinamente castellano, puesto que sólo se


encuentra en la palabra catalana bou y en algunos topónimos)

Tenemos, por tanto, en el uso actual de nuestro idioma ocho diptongos crecientes,
seis decrecientes y cuatro triptongos (jai, jei, wai, wie). Todos ellos están fuertemente
consolidados en el habla actual. Los diptongos crecientes se dan en español moderno
con frecuencia notablemente mayor que los decrecientes.»

«Diptongos: Las vocales i, u, combinadas entre sí o acompañada cada una de ellas


por otra vocal, dente de una misma palabra, forman el grupo fonético que se llama
diptongo. La i y la u se pronuncian como semivocales cuando van al fin del diptongo, y
como semiconsonntes cuando van al principio. Las vocales e, o ante la semivocal i
resultan relativamente abiertas. La a ante la u se hace un poco velar. La o ante esa
misma u alcanza su matiz más cerrado.

En los grupos iu, ui predomina siempre como principal elemento del diptongo la
segunda vocal, reduciéndose la primera a semiconsonante.»

«A efectos ortográficos, para que haya diptongo debe darse una de estas dos
situaciones:

a) que se sucedan una vocal abierta (a, e, o) y una cerrada (i, u), o viceversa,
siempre que la cerrada no sea tónica: aire, causa, peine, oiga, bou, viaje,
ciego, quiosco, suave, fuerte, cuota.

b) que se combinen dos vocales cerradas (i, u) distintas: ui, iu: ruido, diurético,
etc.

Algunas de estas combinaciones vocálicas pueden articularse como hiatos (es decir,
en dos sílabas), dependiendo de distintos factores: su lugar en la secuencia hablada,
el mayor o menor esmero en la pronunciación, el origen geográfico o social de los
hablantes, etc. Este es el caso, por ejemplo, de fluir (pronunciado fluir, con diptongo, o
flu-ir, con hiato), de incluido (pronunciado in-clui-do o in-clu-i-do), de cruel
(pronunciado cruel o cru-el), de des-viado (que se pronuncia des-via-do o des-vi-a-do),
etc.

Sin embargo, a efectos de la acentuación gráfica, se considerará siempre que se trata


de diptongos. La h intercalada entre dos vocales no impide que estas formen diptongo:
ahu-mar, ahi-ja-do.»

Ejemplos de diptongos decrecientes (vocal y semivocal):

baile, hay, causa, aceite, ley, feudal, heroico, hoy, bou

Ejemplos de diptongos crecientes (semiconsonante y vocal):

aciago, viejo, sabio, ciudad, cuadro, fuerza, vacuo, cuida

El grupo ui se considera siempre como diptongo: ca-suis-ta.

Los sonidos gue, gui, que, qui no se consideran diptongos ya que la u al ser muda en
estos casos no forma una emisión de voz con la e ni con la i, pero sí forman una sola
sílaba. Si la u ante e, i después de g es sonora, lleva diéresis y forma diptongo con la
vocal siguiente: ver-güen-za, ci-güe-ña.

Generalmente nos e forma diptongo en las palabras compuestas cuyo primer elemento
es un prefijo: re-u-nir, re-in-cor-po-rar.

Los verbos acabados en -iar y –uar en los que se destruye el diptongo en la primera
persona del singular del presente de indicativo: confiar > con-fí-o, también lo destruyen
en las demás personas del singular y tercera persona del plural del presente de
indicativo, del presente de subjuntivo e imperativo. En la segunda persona del plural el
grupo –ais, -eis forma diptongo siempre, pues en realidad lo que se destruye es el
triptongo –iais, -ieis, -uais, -ueis, así con-fi-áis, con-fi-éis, a-cen-tu-áis, a-cen-tu-éis.

Diptongos impropios

«Distinta es la calidad de las combinaciones que forman entre sí las vocales fuetes a,
e, o. Sus diferencias relativamente pequeñas en el grado de apertura motivan
numerosas vacilaciones entre el hiato y el diptongo que vienen a sumarse a las
producidas por el acento, la composición de las palabras, la etimología, las variantes
dialectales y la mayor o menor rapidez y esmero en la dicción. Compárese las
pronunciaciones al-co-hol y al-col, al-de-a-no y al-dea-no, pe-or y peor, re-al y real, bo-
a-to y boa-to, le-er y ler. Son diptongos consolidados, a los cuales la Gramática
tradicional da el nombre de impropios, por no haber en ellos semiconsonante o
semivocal. Cuando se forma el diptongo con vocales fuertes, la más abierta tiene
intensidad y duración normales pero la más cerrada se debilita y abrevia, al mismo
tiempo que tiende a cerrar más su articulación. Así se explican las pronunciaciones
vulgares tjatro (teatro) pjor (peor), trai (trae), twala (toalla), etc., y los frecuentes
cambios históricos que tienden a resolver con un diptongo consolidadeo la sucesión
inmediata de dos vocales fuertes (a e r e > aire; c r e a r e > criar). El diptongo formado
por aquéllas es de un equilibrio poco estable, en el cual las vocales componentes
conservan su individualidad como fonemas.»

[Gili Gaya, Samuel: Elementos de fonética general. Madrid: Gredos, 1966, p. 120-121]

Triptongos

1. Un triptongo es la secuencia de tres vocales que forman parte de una misma sílaba:
a - pre - ciáis, co - piéis, buey. Para que exista un triptongo han de combinarse dos
vocales cerradas (i, u) átonas y, en medio de estas, una vocal abierta (a, e, o):
anunciáis, guau, miau, confiéis. No son triptongos en español las secuencias de vocal
cerrada + vocal abierta + vocal cerrada cuando alguna de las dos vocales cerradas es
tónica. Lo que hay en esos casos es un hiato seguido de un diptongo, cuando es
tónica la primera vocal cerrada: vivíais (vi - ví - ais); o un diptongo seguido de un hiato,
cuando es tónica la segunda vocal cerrada: limpiaúñas (lim - pia - ú - ñas).

2. Una misma secuencia de vocal cerrada átona +vocal abierta + vocal cerrada átona
puede pronunciarse, en unas palabras, formando parte de la misma sílaba, esto es,
como un triptongo y, en otras, en dos sílabas diferentes, es decir, como un hiato
seguido de un diptongo, o viceversa; así, la secuencia iei se pronuncia como triptongo
en la palabra cambiéis [kam - biéis] y como hiato + diptongo en confiéis [kon - fi - éis],
al menos en España y en los países americanos en los que la tendencia antihiática es
menos fuerte. Sin embargo, a efectos de acentuación gráfica, cualquier secuencia
formada por una vocal abierta entre dos vocales cerradas átonas siempre se
considerará un triptongo, con independencia de su articulación real en una o en dos
sílabas.

Acentuación de las palabras con triptongo

Triptongos ortográficos

Cualquier grupo de tres vocales formado por una vocal abierta situada entre dos
vocales cerradas, siempre que ninguna de las vocales cerradas sea tónica, se
considera un triptongo a efectos de acentuación gráfica: averiguáis, buey, Paraguay,
vieira, confiáis, opioide.

Acentuación de palabras con triptongo

Las palabras con triptongo siguen las reglas generales de acentuación. Así, lieis no
lleva tilde por ser monosílaba (aunque pueda llevarla si se articula como bisílaba;
continuéis y despreciáis la llevan por ser agudas terminadas en -s, mientras que
biaural y Uruguay, que también son agudas, no se tildan por terminar en consonante
distinta de -n o -s; tuáutem lleva tilde por ser llana terminada en consonante distinta de
-n o -s, mientras que vieira y opioide no la llevan por ser llanas terminadas en vocal.

Colocación de la tilde en los triptongos

La tilde va siempre sobre la vocal abierta: consensuéis, habituáis, tuáutem.


«La presencia de los sonidos i, u, en una misma palabra, al principio y al fin de un
grupo vocálico cuyo elemento central y predominnte sea a o e da lugar a los triptongos
iai, iei, uai, uei. El triptongo empieza con movimiento articulatorio de abertura creciente
y termina con abertura decreciente. El primer elemento es una semiconsonante; el
último, una semivocal. La a, en los triptongos citados, especialmente en iai, adquiere
cierto matiz palatal. La e es normalmente abierta, del mismo modo que en el diptongo
ei, sin que el hallarse entre dos elementos palatales, como ocurre en iei, impida su
abetura. Ejemplos: despreciáis, limpiéis, averiguáis, santigüéis, buey.»

[Navarro Tomás, T.: Manual de pronunciación española. Madrid: Consejo Superior de


Investigaciones Científicas, 141968, § 67]

Sinéresis

Sinéresis o sinícesis (gr. sunaíresis ‘contracción, agregación’). En métrica, el


procedimiento inverso al de la diéresis: dos vocales contiguas pasan a convertirse en
una. Reducción a una sola sílaba de vocales que están juntas o separadas por «h»,
las cuales no constituyen propiamente digtongo; como «(ao)ra» por «a-ho-ra». Figura
entre las licencias poéticas: álzala gorgeador alta en volandas (G. Diego).

Hiato

«Hiato

Secuencia fónica formada por dos vocales contiguas que pertenecen a sílabas
diferentes, v.g., roer, tío. (Cf. Diptongo.)»

1. Hiato es la secuencia de dos vocales que se pronuncian en sílabas distintas: grú - a,


pa - ís, ca - er, dis - cu - tí - ais. Desde el punto de vista fonético, son hiatos las
combinaciones de vocal abierta (a, e, o) átona + vocal cerrada (i, u) tónica: raíz, laúd,
reír, transeúnte, oír; de vocal cerrada tónica + vocal abierta átona: María, ríe, frío,
cacatúa, acentúe, búho; de dos vocales iguales: azahar, poseer, chiita, alcohol; y de
dos vocales abiertas distintas: caer, aorta, teatro, etéreo, coágulo, poeta (aunque, en
el habla, la secuencia de dos vocales abiertas –especialmente cuando ninguna de
ellas es tónica– puede articularse como diptongo, esta combinación vocálica se
considera siempre hiato desde el punto de vista normativo).

2. Las otras combinaciones posibles de dos vocales (salvo la secuencia de una vocal
abierta tónica seguida de una cerrada átona, que forma siempre diptongo en español)
se pueden pronunciar como hiatos o como diptongos, dependiendo de diversos
factores: las palabras concretas en las que se encuentren incluidas, el origen
geográfico o social del hablante, el mayor o menor esmero en la pronunciación, etc.
Dada esta variabilidad, se ha optado por establecer una serie de convenciones sobre
qué ha de considerarse diptongo y qué ha de considerarse hiato a la hora de acentuar
gráficamente las palabras; así, las secuencias vocálicas distintas de las descritas en el
primer párrafo se considerarán siempre diptongos a efectos de acentuación gráfica.

3. La h intercalada no influye en absoluto en la consideración como diptongo o como


hiato de una secuencia vocálica; así, hay grupos de vocales con h intermedia que
forman diptongo: ahijado, ahumar, prohibir, y otros que forman hiato: ahínco,
turbohélice, prohíbe.

4. Tanto en España como en América existe una tendencia antihiática muy marcada
en el habla popular, lo que provoca que determinadas secuencias vocálicas que son
hiatos en el habla culta se pronuncien como diptongos entre hablantes poco instruidos,
con el consiguiente cierre en el timbre de la vocal átona; así, en el habla esmerada,
deben evitarse pronunciaciones como *[golpiár] por golpear, *[akordión] por acordeón,
*[kuéte] por cohete, *[pelié] por peleé, etc. No obstante, en algunos países de América,
particularmente en México, este cierre vocálico se da también en el nivel culto.

5. En amplias zonas de América es muy frecuente que se pronuncien como diptongos


secuencias formadas por una vocal cerrada átona y una vocal abierta tónica, o por dos
vocales cerradas distintas; estas mismas secuencias, por el contrario, se pronuncian
mayoritariamente como hiatos en el español de España y de algunos países
americanos, por ejemplo, la Argentina o el Ecuador. Así, en España y parte de
América, la palabra guion se pronuncia como bisílaba ([gi - ón]), debido al hiato,
mientras que en otras áreas americanas se pronuncia como monosílaba ([gión]),
debido al diptongo; lo mismo sucede con jesuita, que vacila, según las zonas, entre el
hiato ([je - su - í - ta]) y el diptongo ([je - suí - ta]).»

Acentuación de las palabras con hiato

Hiatos ortográficos

A efectos de acentuación gráfica, se consideran hiatos las combinaciones vocálicas


siguientes:

a) Dos vocales iguales: afrikáans, albahaca, poseer, dehesa, chiita, microondas,


duunviro.

b) Dos vocales abiertas: anchoa, ahogo, teatro, aéreo, eólico, héroe.

c) Vocal cerrada tónica + vocal abierta átona o, en orden inverso, vocal abierta átona +
vocal cerrada tónica: alegría, acentúa, insinúe, enfríe, río, búho; raíz, baúl, transeúnte,
reír, oír.

Acentuación de las palabras con hiato

a) Las palabras con hiato formado por dos vocales iguales, o por dos vocales abiertas
distintas, siguen las reglas generales de acentuación. Así, creó y deán llevan tilde por
ser agudas terminadas en vocal y en -n, respectivamente, mientras que poseer y peor,
también agudas, no la llevan por terminar en consonante distinta de -n o -s; bóer y
Sáez llevan tilde por ser llanas terminadas en consonante distinta de -n o -s, mientras
que bacalao, chiita, vean y anchoas no la llevan por ser llanas terminadas en vocal, -n
y -s, respectivamente; océano, coágulo y zoólogo se tildan por ser esdrújulas.

b) Las palabras con hiato formado por una vocal cerrada tónica y una vocal abierta
átona, o por una vocal abierta átona y una cerrada tónica, siempre llevan tilde sobre la
vocal cerrada, con independencia de que lo exijan o no las reglas generales de
acentuación: armonía, grúa, insinúe, dúo, río, hematíe, laúd, caída, raíz, feúcho,
cafeína, egoísmo, oír. La presencia de una hache intercalada no exime de la
obligación de tildar la vocal tónica del hiato: búho, ahíto, prohíbe.

«Cuando dos o más vocales seguidas se pronuncian sin formar una sílaba única, se
dice que están en hiato. En español existe desde antiguo una tendencia muy marcada
a reducir los hiatos a diptongos y a juntar por sinalefa la vocal o vocales finales de una
palabra con las iniciales de la palabra siguiente, dentro del mismo grupo fónico.»

«A efectos ortográficos, para que haya diptongo debe darse una de estas dos
situaciones:

a) que se sucedan una vocal abierta (a, e, o) y una cerrada (i, u), o viceversa,
siempre que la cerrada no sea tónica: aire, causa, peine, oiga, bou, viaje, ciego,
quiosco, suave, fuerte, cuota.

b) que se combinen dos vocales cerradas (i, u) distintas: ui, iu: ruido, diurético, etc.

Algunas de estas combinaciones vocálicas pueden articularse como hiatos (es decir,
en dos sílabas), dependiendo de distintos factores: su lugar en la secuencia hablada,
el mayor o menor esmero en la pronunciación, el origen geográfico o social de los
hablantes, etc. Este es el caso, por ejemplo, de fluir (pronunciado fluir, con diptongo, o
flu-ir, con hiato), de incluido (pronunciado in-clui-do o in-clu-i-do), de cruel
(pronunciado cruel o cru-el), de des-viado (que se pronuncia des-via-do o des-vi-a-do),
etc.

Sin embargo, a fectos de la acentuación gráfica, se considerará siempre que se trata


de diptongos. La h intercalada entre dos vocales no impide que estas formen diptongo:
ahu-mar, ahi-ja-do.»

[Real Academia Española. Ortografía de la lengua española. Edición revisada por las
Academias de la Lengua Española. Madrid: Espasa Calpe, 1999, p. 43]

Hiato y sinéresis

«Con frecuencia aparecen juntas, dentro de una misma palabra, dos vocales que no
forman diptongo, sino que por tradición gramatical constituyen sílabas distintas. Al
efecto prosódico que produce la pronunciación de las vocales colocadas en dicha
posición se llama hiato. La lengua hablada no se ajusta siempre en este punto a la
tradición gramatical. El uso consiente que en ciertos casos las vocales que se hallan
en hiato se reduzcan a una sola sílaba. A esta reducción se le da el nombre de
sinéresis. La sinéresis puede producir modificaciones importantes en la pronunciación
de las vocales a que afecta.

a) Vocales iguales se reducen en sinéresis a una sola vocal de cualidad y duración


ordinarias:
hiato sinéresis
albahaca al-ba-á-ka al-bá-ka
acreedores a-kre-e-dó-res a-kre-dó-res
nihilista ni-i-lis-ta ni-lista
alcohol al-ko-ól al-kól

b) La i y la u, pronunciadas en hiato como vocales corrientes, se convierten por


sinéresis en semivocales o semiconsonantes, como en los diptongos o triptongos:

hiato sinéresis
viaje bi-á-xe bjá-xe
suave su-á-be swá-be
cruel kru-él krwél
aún a-ún áun
ahí a-í ái

La pronunciación vulgar reduce corrientemente a una sola sílaba cualquier grupo


vocálico de esta especie: país [páis], maíz [máiθ], baúl [bául]. En la América
española este uso se halla también, más o menos desarrollado, aun entre las
personas instruidas. En el ambiento culto de Castilla, fuera de ciertas ocasiones en
que se admite la sinéresis de dichas formas, la pronunciación [páis, máiθ], etc.,
tiene un carácter marcadamente vulgar. En aún, ahí, había, día, y en algunos otros
casos, alternan el hiato y la sinéresis con arreglo a determinadas circunstancias.

En las combinaciones iu, ui, el elemento que se modifica al producirse la sinéresis


es siempre el primero de cada grupo: viuda [b-ú-da], ruido [r-í-do], con hiato; con
sinéresis, [bjú-da, rwí-do].

c) Las vocales e, o, delante de a, se pronuncia asimismo, en hiato, como vocales


ordinarias, con el timbre abierto o cerrado que en cada caso les corresponda,
según las circunstancias en que se hallen, es decir, pronunciándose siempre como
vocales cerradas menos cuando van precedidas de erre que se oyen con timbre
abierto; en sinéresis, se cierran y abrevian, relajando su articulación, apagando su
sonido y produciéndose, aunque con mayor abertura, con un movimiento análogo
al de las semiconsonantes j, w.

hiato sinéresis
aldeano al-de-á-no al-deá-no
lealtad le-al-tád leal-tád
línea lí-ne-a lí-nea
toalla to-á-lla toá-lla
coagular ko-a-gu-lár koa-gu-lár
En la palabra real, la e es abierta en hiato, y breve y relajada en sinéresis; la
lengua vulgar dice en unas partes [rjál] y en otras [reál y rál].

El habla popular hace en muchos de estos casos ea > ja, oa > wa: teatro [tjátro],
pasear [pasjár], Joaquín [xwakín], pedazo [piáθo], todavía [twabía], etc. La
evolución de ea > ja, con j más o menos cerrada, se da también abundantemente
en América hasta en la pronunciación de las personas cultas.

d) En los casos en que se encuentran juntas las vocales e, o, el elemento que se


cierra y abrevia al pronunciarse la sinéresis es, como en las combinaciones iu, ui,
el que va en primer lugar:

hiato sinéresis
empeorar em-pe-o-rár em-peo-rar
teólogo te-ó-lo-go teó-lo-go
níveo ní-be-o ní-beo
incoherente in-ko-e-rénte in-koe-rénte
cohete ko-é-te koé-te

Vug. peor [pjór], empeorar [empjorár], cohete [kwéte].

e) Detrás de la a, las vocales e, o, se abrevian y relajan también, pero conservan su


propio timbre más claramente que en los casos anteriores, pronunciándose, dentro
de su brevedad, con matiz más o menos abierto o cerrado, según las mismas
circunstancias que hacen variar el sonido de las vocales e, o, ordinarias:

hiato sinéresis
traerán tra-e-rán trae-rán
caen ka-en káen
Israel is-ra-él is-ráel
ahogado a-o-gá-do ao-gá-do
ahora a-ó-ra áo-ra
extraordinario es-tra-or-di-ná-rio es-traor-di-ná-rio
Bilbao bil-bá-o bil-báo

Vulg. traerán [trairán], caen [káin]. En extraordinario la velarización de la a y la


abertura de la o dan lugar a que dicha palabra se oiga con frecuencia con
reducción de las dos vocales a un solo sonido. En Bilbao, bacalao, etc., la o final,
en sinéresis, en pronunciación vulgar es normalmente cerrada, con tendencia a u
más o menos abierta; en algunas regiones se oye en realidad una u: [bilbáu,
bakaláu].»

Sinalefa
Pronunciación en una misma sílaba de la vocal final de una palabra y la inicial de la
palabra siguiente: la alameda > *la’lameda. Enlace de sílabas por el cual se forma una
sola de la última de un vocablo y de la primera del siguiente, cuando aquel acaba en
vocal y este empieza con vocal, precedida o no de h muda. A veces enlaza sílabas de
tres palabras; p. ej., Partió a Europa.

«Cuando dos o más vocales seguidas se pronuncian sin formar una sílaba única, se
dice que están en hiato. En español existe desde antiguo una tendencia muy marcada
a reducir los hiatos a diptongos y a juntar por sinalefa la vocal o vocales finales de una
palabra con las iniciales de la palabra siguiente, dentro del mismo grupo fónico. La
posibilidad de la sinalefa con más de dos vocales depende de que éstas se hallen en
serie de abertura creciente o decreciente, o de que las más abiertas estén en el centro
de la sílaba como ápice silábico de ella: las más cerradas están en posición explosiva
o implosiva, en la tensión o en la distensión, respectivamente.» [Gili Gaya, Samuel:
Elementos de fonética general. Madrid: Gredos, 1966, p. 117]

«La posibilidad de juntarse por sinalefa varias vocales españolas depende de que
formen serie de abertura creciente (iea) o decreciente (aei); o de que las de
articulación más cerrada se hallen en los extremos de la sílaba, y las más abiertas en
el centro. Por ejemplo, en salió a esperarlo se juntan cuatro vocales, porque la
articulación se abre progresivamente i-o-a, y luego se cierra en e. En la frase esta o
aquella no pueden unirse las tres vocales porque la o es más cerrada que las dos aes
en que está intercalada, y exige un nuevo impulso articulatorio, es decir, una sílaba
distinta. Cabe, por lo tanto, definir en este sentido la sílaba como el conjunto de
sonidos comprendidos entre dos depresiones de la articulación.» [Gili Gaya, o. cit., p.
95-96]

La sinalefa es la fusión de la vocal o vocales finales de una palabra con la vocal o


vocales iniciales de la palabra siguiente, de modo que se integren, a efectos fonéticos
y métricos, en una sílaba: Muerta la lengua a Euridice respira (Jáuregui). Puede haber
fusión de una sola sílaba de la vocal final de una palabra y la inicial de la siguiente;
puede ser la misma vocal: ‘larina’ (por la harina); vocales que forman normalmente
diptongo: ‘t(uo)jo’; o vocales de las que no lo forman ordinariamente: ‘l(ao)rden’.

«El encuentro de vocales que resulta del contacto de las palabras en la frase da
también lugar a casos de hiato o contracción análogos a los indicados arriba para hiato
y sinéresis. Al grupo de vocales formado por el enlace de las palabras y pronunciado
en una sola sílaba se le da el nombre de sinalefa. Dentro de la palabra nunca se
juntan más de tres vocales en una sílaba. Del enlace de unas palabras con otras
resultan frecuentemente grupos vocálicos hasta de cinco o seis elementos.

Las principales modificaciones que las vocales experimentan al contraerse en sinalefa


son las mismas que se han indicado con relación a la sinéresis. La i y la u se reducen
a semiconsonantes o semivocales, según se hallen respectivamente al principio o al
fin del grupo vocálico. La e y la o se abrevian y relajan, inclinándose al tipo cerrado o
al abierto, según la influencia de los sonidos vecinos y según también su posición en el
grupo. La vocal menos variable es la a, sin que esto signifique que no se deje
asimismo influir hasta cierto punto por las otras, y en especial por las velares o, u.

La reunión de las vocales en sinalefa ofrece multitud de combinaciones distintas

aa escalera arriba
ae amada esposa

ai oferta injusta

ao palabra osada

au casa humilde

ee puede escribir

ei nombre ilustre

eo tiene orgullo

eu gente humilde

ia casi apagado

ie mi esperanza

ii casi imposible

io mi obligación

iu ni una vez

uu espíritu humano

uo por su honor

aaa llega a adorar

aae iba a encender

aao estaba ahogada

eaa aprende a hablar

eao presume ahondar

iau justicia humana

oaa vuelvo a atarlo

oao dispuesto a obedecer

uau fatua humildad

uou monstruo humano

iaau regia autoridad


ioae corrió a esperarlo

ioau palacio augusto

uoau inicuo augurio

ioaeu envidio a Eusebio

Las vocales representan aproximadamente el 50% del material fónico del idioma
español. Las consonantes, aunque forman una serie más numerosa que la de las
vocales, no entran en mayor proporción que éstas en la composición de las palabras.
La vocal más frecuente es la a. Las variantes abiertas e, o, en la pronunciación
española normal, son menos frecuentes que las cerradas e, o. En el habla regional de
algunas provincias del Sur, las variantes cerradas son, por el contrario, menos
frecuentes que las abiertas.

No existen en la pronunciación española vocales anteriores labializadas o mixtas,


como la ü y la ö del francés y del alemán; ni relajadas, como en portugués; ni largas y
breves, como en alemán. Se puede decir con Storm que la brevedad, claridad y la
precisión son los rasgos característicos de las vocales españolas. Menéndez Pidal ha
indicado oportunamente que la gran uniformidad fonética del español, “mayor, por
ejemplo, que la de las otras dos grandes lenguas europeas extendidas por América, se
debe en gran parte a la sencillez, claridad y formeza de nuestro sistema vocálico”.»

[Navarro Tomás, T.: Manual de pronunciación española. Madrid: Consejo Superior de


Investigaciones Científicas, 141968, § 69]

Diéresis

Signo ortográfico auxiliar, también llamado «crema», representado por dos puntos (¨)
que se disponen horizontalmente sobre la vocal a la que afectan. En español tiene los
usos siguientes:

1. Debe colocarse obligatoriamente sobre la u para indicar que esta vocal ha de


pronunciarse en las combinaciones gue y gui: vergüenza, pingüino. Como ocurre
con la tilde, la diéresis debe escribirse también sobre las letras mayúsculas:
BILINGÜE, LINGÜÍSTICA. En ediciones actuales de textos antiguos no
modernizados, también puede encontrarse este signo escrito sobre la u en las
combinaciones que, qui, con esta misma finalidad: qüestión, qüistión (en lugar de
la forma moderna cuestión).

2. En textos poéticos, la diéresis puede usarse colocada sobre la primera vocal de un


diptongo para indicar que las vocales que lo componen deben pronunciarse en
sílabas distintas. Esta licencia poética recibe igualmente el nombre de diéresis. De
este modo, la palabra a la que afecta y, en consecuencia, el verso en que aparece
cuentan con una sílaba más a efectos métricos: «Como tórtola vïuda / quedé, pero
no sin ramo, / pues en el de una taberna / estuve arrullando tragos»
«La diéresis es una licencia poética de aplicación muy restringida. En el habla
corriente sólo aparece por arcaísmo, o bien por motivos etimológicos o relacionados
con la composición de las palabras.»

En español, se llama diéresis al signo diacrítico, llamado también crema, que,


colocado sobre la u en los grupos gu + e, i, indica que debe ser pronunciada:
lingüística / agüero / vergüenza. No es lo mismo que sinéresis. En el verso se coloca a
veces sobre la vocal cerrada de un diptongo, o sobre la segunda si ambas son
cerradas, en la licencia poética llamada también diéresis: Donde el límite rojo de
Orïente (Herrera).

«En las palabras en que el grupo con vocal débil no está en la sílaba final, este grupo
se pronuncia unas veces diptongado (‘p(ue)esto, r(ue)da’), y otras con diéresis (‘ri-àda,
tortu-òso). Esta diéresis debería marcarse gráficamente. Lo indicado sería hacerlo con
el signo específico (¨), llamado “diéresis”; pero este signo es desusado actualmente.
(Se usa especialmente en algunas palabras coo ‘rüido, süave, vïuda’, para indicar esta
pronunciación, por ejemplo en poesías viejas en que esa palabras están medidas así.)
Hay, pues, que aclarar en la diccionario la pronunciación. Se debe advertir que esas
palabras tienden rápidamente a pronunciares diptongadas y, con raras excepciones,
como ‘riada’, en dicción rápida se pronuncian siempre así.»

La h muda

«La letra h es un verdadero fósil dentro de nuestro alfabeto, puesto que no representa
hoy ningún fonema. La existencia actual de esta letra obedece a razones puramente
históricas y en ocasiones es incluso arbitraria. Su presencia o ausencia en la grafía de
las palabras debe ser aprendida por el trato intenso de la lengua escrita. Solo en un
caso hay norma fija para el uso: se pone h siempre ante los grupos ue, ui en comienzo
de palabra: hueco, hueso, huésped, huida.»

«En la pronunciación correcta española, la h no representa la aspiración laríngea que


en otros idiomas le corresponde y que en determinados casos tuvo también, en otro
tiempo, en nuestra lengua; la h ortográfica es actualmente en nuestra escritura una
letra muda sin ningún valor fónico: hoja [óxa], ahora [aóra], alcohol [alkól], huerta
[wérta], hueco [wéco], ahuecar [awekár], etc.; la antigua aspiración aparece aún, sin
embargo, en palabras como humo, horno, etc

«La h es un signo meramente ortográfico, sin valor alguno en la pronunciación,


enlazándose, por consiguiente, los sonidos entre los cuales se encuentra como si de
hecho la h no existiese: ahora [aóra], exhibición [egsibiθjón], deshojar [desoxár], los
hijos [los íxos], los honores [los onóres].» [Navarro, o. cit., § 135, nota 1]

La presencia de una h ortográfica entre vocales no impide que estas formen diptongos,
hiatos, sinéresis o sinalefas. La h colocada entre dos vocales permite que se pueda
destruir el diptongo acentuando la vocal débil: bú-ho.

Para los efectos de la división de palabras al final de renglón, hay que tener en cuenta
que “cuando la primera sílaba de una palabras es una vocal, se evitará dejar esta letra
sola al final de la línea. Si la vocal está precedida de una h, se invalida la norma.
Ejemplos: amis-ta-des, he-re-de-ros”.
«A diferencia de lo establecido en normas ortográficas anteriores, cuando una palabra
tenga h intercalada no se colocará delante de esta letra el guion de final de línea, con
el fin de no romper sílabas ni secuencias vocálicas (no hay que olvidar que la h es una
letra «muda»): alhón- / diga o alhóndi- / ga, y no *al- / hóndiga; al- / mohada o almoha-
/ da, y no *almo- / hada; prohi- / bir, y no *pro- / hibir; inhu- / mano o inhuma- / no, y no
*in- / humano; de- / sahucio o desahu- / cio, y no *des- / haucio ni *desa- / hucio. La
única excepción son los casos en que la h intercalada precede a los diptongos ie, ue,
en que sí puede colocarse el guion de final de línea delante de la h: des- / hielo, des- /
hierba, vi- / huela, des- / huesar; aquí la h sí es principio de sílaba y la vocal posterior
es, en realidad, una semiconsonante, por lo que, en estos casos, el guion respeta la
norma de no romper sílabas ni secuencias vocálicas.»

[RAE: Diccionario de dudas / Avance]

Otros ejemplos: ahín-co, buhar-dilla, cohi-bido, mohí-no, desahu-cio, prohí-be, sahu-


merio, vahí-do.

La división fonética de estas sílabas sería: a-hín-co, buhar-di-lla, cohi-bi-do, mo-hí-no,


des-ahu-cio, pro-hí-be, sahu-me-rio, va-hí-do.

Cuando al dividir una palabra por sus sílabas haya de quedar en principio de línea una
h precedida de consonante que no sea c, se dejará esta consonante al final del
renglón anterior y se comenzará el siguiente con la h; de modo que nunca se divida
alh-araca, inh-umación, clorh-idrato, desh-idratar, sino al-haraca, in-humación, clor-
hidrato, des-hidratar.

«La “i” y la “u”, si hay una h delante, forman siempre sílaba con la vocal que les sigue:
‘duro-hierro; está-hueco; hermoso-huevo’. Si la vocal intermedia formaba ya diptongo
con una de las extremas antes de unirse las palabras dando lugar a un grupo de
vocales más numeroso, se respeta esa unión: ‘pasó (Eu)genio. Es(toy)hablando. (A
menos que, lo que suele ocurrir sólo en lenguaje rápido, se suprima la primera vocal
del diptongo preexistente: ‘pasóugenio’.) Si la última vocal del grupo es acentuada,
queda sola: ‘sab(eo-í)r; cas(ia-é)reo’. También, si el grupo es de más de tres vocales:
‘yal(oeo-í)do’. Si la vocal acentuada es la primera, va sola si la siguiente no pertenece
a la misma palabra: ‘aqu(í-oa)llí, as(í-oa)sá’. Pero si la siguiente es de la misma
palabra, se diptonga con ella: ‘est(oy-ha)blando, tr(ae)-otro’.»

Enlace de vocales

«Cuando dentro de una misma palabra o grupo fónico aparecen juntas dos o más
vocales sucesivas, lo primero que importa saber es si estas vocales se han de
pronunciar en sílabas distintas, o si todas o algunas de ellas han de agruparse en una
sola sílaba. Aun en el caso de que cada vocal forme por sí misma una sola sílaba, el
paso de una vocal a otra vocal inmediata se hace siempre en nuestra pronunciación
gradualmente y sin interrupción de sonoridad. Las cuerdas vocales, desde el principio
al fin de todo grupo vocálico, y sin perjuicio de las modificaciones de tono, intensidad,
etc., que dentro de él sean necesarias, mantienen su movimiento vibratorio de una
manera continua, siendo a veces perceptibles, en pronunciación lenta, el timbre
espacial que corresponde a cada uno de los tiempos de la transición que efectúan los
órganos para pasar de una vocal a otra.
Como es sabido, esto no ocurre del mismo modo en todos los idiomas. En lenguas
anglosajonas, y sobre todo en alemán, el enlace de la vocal final de una palabra con la
vocal inicial de la palabra siguiente, o de dos vocales de una misma palabra, como en
alemán The ater, be erben, ge eignet, etc., va impedido por la oclusión laríngea que se
hade de ordinario ante la segunda vocal separándola bruscamente de la anterior. En la
pronunciación española, por el contrario, se enlazan las vocales sin corte ni
separación de la sonoridad vocálica, pasando suave y gradualmente de uno a otro
sonido tanto en grupos interiores de palabras, beodo, poeta, maestra, suave, zahúrda,
mohíno, como entre palabras enlazadas, de oro, lo echa, a esta, su ave, la una, lo
hizo, etc. La h es un signo meramente ortográfico, sin valor ninguno en la
pronunciación, enlazándose, por consiguiente, los sonidos entre los cuales se
encuentra como si de hecho la h no existiese: ahora [aóra].

Reducción del grupo vocálico a una sola sílaba

Nuestra pronunciación tiende, preferentemente, a convertir, siempre que es posible,


todo conjunto de vocales en un grupo monosilábico; pero diversas circunstancias
históricas, analógicas o eruditas suelen oponerse en muchos casos a dicha tendencia,
dando lugar, fuera del caso de los diptongos y triptongos etimológicos, a vacilaciones
que a veces hacen posible en una misma palabra una doble forma de pronunciación.
En general, en lenguaje rápido, la reducción de los grupos vocálicos a una sola sílaba
es más frecuente que en lenguaje lento; si las vocales no son acentuadas, su
reducción, en igualdad de circunstancias, se produce más fácilmente que si alguna de
ellas lleva acento; si son iguales, se contraen asimismo más fácilmente que si son
diferentes, y si proceden del enlace de palabras distintas, mejor que si hallan dentro de
una misma palabra.

Los prosodistas se han esforzado inútilmente en reducir a reglas fijas tales


vacilaciones; dada la libertad de que la lengua dispone en este punto, lo único posible
es tratar de señalar en cada caso la forma que hoy tiene un uso más corriente en la
pronunciación correcta. Ofrece un buen testimonio a este propósito el testimonio de los
buenos poetas modernos.

Principio fundamental de la reducción las vocales a grupos silábicos:

Fonéticamente, dos vocales, cualesquiera que sean, son siempre susceptibles de


reducirse a una sola sílaba, aunque en determinados casos, por razones gramaticales
o de otro carácter, deje de cumplirse dicha reducción.

Tres o más vocales pueden, por el contrario, en ciertas combinaciones, ser


fonéticamente irreducibles a un solo núcleo silábico. Para que en estos casos sea
posible la reducción es preciso que las vocales, según el grado de perceptibilidad de
cada una de ellas, se hallen combinadas, dentro de cada grupo, de mayor a menor,
aei, aeu, aoi, aou, aae, aau, etc., o de menor a mayor, iea, uea, ioa, uao, iaa, uaa, ioo,
etc., o bien que la vocal o vocales más perceptibles de cada grupo, o sea las de
articulación más abierta, se hallen en el cento del mismo, mientras que las menos
perceptibles, o de articulación más cerrada, ocupen los extremos, con lo cual el
movimiento de los órganos, abriéndose y cerrándose una sola vez para pronunciar
cada grupo, coincide en lo esencial con el movimiento que requiere la articulación de
cualquier sonido simple. Pueden presentarse, por consiguiente, dentro de este último
caso, en pronunciación monosílaba, grupos de tres o más vocales como, por ejemplo,
iao, eai, eau, uoi, ioae, uaei, uoau, ioaeu, etc.
La reducción de los grupos vocálicos a una sola sílaba es, en cambio, imposible
cuando entre dos vocales relativamente abiertas aparece una vocal más cerada: aoa,
aia, aie, euo, ouo, etc.; el movimiento de estrechez articulatoria a la correspondiente
depresión de perceptibilidad que la vocal más cerrada representa en dichos casos
constituye precisamente el punto de división silábica entre las demás vocales del
grupo.

Ejemplos de grupos formados por tres o más vocales, irreducibles a una sola sílaba:

aoa esta o aquella

aoa blanca o azul

aea ya he hablado

aia sangrienta y ancha

aie apaga y enciende

eie calle y escuche

eue parece hueco

euo siete u ocho

oie mucho hielo

ouo uno u otro

oia voy a morir

oaia no hay ánimo

aiue casa y huerta

uaiai agua y aire

Las modificaciones que las vocales experimentan al agruparse en núcleos silábicos


fueron indicadas al hablar de los diptongos, triptongos, sinéresis y sinalefas. Estas
denominaciones, relacionadas con el distinto carácter gramatical de cada grupo, no
representan diferencia alguna por lo que se refiere a la pronunciación. El grupo au, por
ejemplo, se pronuncia del mismo modo en laurel, diptongo, que en la unión, sinalefa, y
el grupo eo es igual fonéticamente en te ofrecía, sinalefa, que en teología, sinéresis.»

También podría gustarte