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UNIVERSIDAD CATOLICA LOS ANGELES DE CHIMBOTE


FILIAL - PUCALLPA
FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS

LA ORATORIA Y EL DERECHO

ELABORADO POR:
Salas Arrunátegui, Rosa Milagros.

DOCENTE :
Dra. SISSY KAREN ROBALINO CARDENAS

CICLO :
VIII

UCAYALI – 2016
ÍNDICE

 Portada 1, 2
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 Índice 3

 Agradecimiento 4

 Introducción 5

 Capítulo I 6

 Fundamentación del tema 6

 Capítulo II 7

 Marco Teórico 7

 Concepto Oratoria 7

 Oratoria Jurídica 19

 Oratoria – Requisito esencial del Abogado 34

 Importancia y Fines de la Oratoria 37

 Conclusiones 42

 Anexos 43

 Ilustraciones 44

 Web grafía 46
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A los catedráticos que en este andar por la vida,

influyeron con sus lecciones y experiencias en

formarnos como unas personas de bien y preparados

para los retos que pone la vida, a todos y cada uno de

ellos le dedico cada una de estas páginas de mi

trabajo.
INTRODUCCION
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La Oratoria ocupa un lugar especial, en la vida misma, es pues, unos de los

elementos fundamentales en la unificación de criterios, la comprensión y el

estímulo de masas.

Su intrínseca facultad de la oratoria, está inmerso en cada ser humano, aflorarlo y

desarrollarlo es una de las metas de las personas que buscan un bienestar.

Es por eso que nos dirigimos al orador jurídico ya que debe ser, además, un

buen actor que debe convencer al auditorio con sus alegatos y argumentaciones,

mostrando su conocimiento de las leyes y jurisprudencias, tener una visión integral

y profunda del caso, cuidar cada detalle de forma tal que a la hora de exponerlo el

oyente pueda cambiar de parecer obteniendo su cooperación voluntaria. Por lo

tanto mostraremos en nuestra investigación todos los conocimientos necesarios

para que se comprenda y se tome importancia , que la oratoria no solo es el arte

de la buena expresión, sino que también es la puerta al éxito.


CAPÍTULO I
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1.1. FUNDAMENTACIÓN DEL TEMA.-

Si bien la oratoria, es nuestro medio de dominio de la expresión oral y el derecho

las normas y leyes dirigidas por el estado a una sociedad, observamos claramente

la relación entre oratoria-derecho como la forma exacta en las que ambas se

cohesionan; en donde el derecho utiliza la oratoria para poder llegar a convencer

a los destinatarios, he ahí el nombre de oratoria jurídica como instrumento

necesario para la efectiva aplicación del derecho expresado en la realidad.

Por lo tanto el abogado intérprete de la norma debe poseer un lenguaje avanzado

pero que inspire seguridad y un claro entendimiento a fin de evitar conflictos sin

sentido. El trabajo del abogado es preservar, administrar, servir y defender a toda

costa la justicia, convirtiéndose la oratoria como su principal medio para llegar a

ella, no basta con ser un buen comunicador sino también mostrar mediante la

imagen corporal seguridad y autenticidad cuando se toma la palabra, teniendo

siempre presente la buena conducta y los conocimientos intelectuales.


CAPITULO II
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MARCO TEORICO

ORATORIA JURIDICA

2.1. CONCEPTO DE ORATORIA.

La oratoria es el arte de conmover, deleitar y persuadir, por medio de la

palabra, inflexiones de voz y otros recursos. Así, se entiende como el

dominio de la expresión oral están muy ligados a la historia de Roma y al

desarrollo de su literatura. La oratoria pública era, en la vida política de la

República romana, un instrumento esencial para conquistar el prestigio y

poder en el Senado, en las asambleas ciudadanas, en los tribunales...que se

fue perfeccionando con la influencia griega.

Las cinco facultades que debe dominar todo buen orador son:

 Inventio: búsqueda de argumentos apropiados.

 Dispositio: colocación de estos argumentos en las partes del discurso.

 Elocutio: elección de la forma elegante de expresar las ideas.

 Actio: modulación de la voz, ademanes y gestos del orador para

resultar persuasivo.

 Memoria: capacidad de retener todos los argumentos.


Y las partes de las que debe constar un discurso son:

 Exordium (introducción) parte inicial del discurso en la que se intenta

captar la atención del auditorio y se presenta someramente el asunto Página | 8

del discurso.

 Narratio (narración) exposición de los hechos.

 Argumentatio (argumentación) defensa de los argumentos a favor o

refutación de los posibles en contra.

 Peroratio (conclusión) recapitulación d los puntos más importantes e

invocación a los oyentes con el fin de conmoverlos.

2.2. PRINCIPIOS DE LA ORATORIA.

2.2.1. LA ELOCUENCIA

El abogado debe ser elocuente tanto cuando escribe como cuando habla. El

buen escribir permite el buen hablar Se requiere de mucho ejercicio. LA

ELOCUENCIA ES EL ALMA QUE ALIENTA Y DA VIDA AL CUERPO DE LA

ORATORIA. Elocuencia deriva del verbo latino “eloquor” que significa hablar

clara y distintamente, manifestar nuestros pensamientos por medio del

lenguaje. Actualmente se ha convertido en el talento de persuadir. Sin

instrucción y conocimientos adecuados del asunto a tratar. No puede haber

oratoria. La Oratoria viene ser el ropaje, la forma exterior de las ideas.


2.2.2. GRAMÁTICA

Para la oratoria, el conocimiento de la Gramática es básico. Esto le permite

evitar las incorrecciones en el empleo de ciertos verbos irregulares, en la Página | 9

acentuación de las palabras, en el empleo de ciertos plurales en que cambia

la acentuación de las Argumentación Jurídica palabras. En el fluir de las

ideas es donde concentrará su atención el orador ya que si la preocupación

sobre el fondo del discurso se ha de agregar la minuciosa valoración previa

de cada palabra, la actividad intelectual pierde intensidad y en la frase dicha

descubre su aire vacilante. De gran utilidad será el conocimiento de los

sinónimos que permitirá repetir o insistir en la misma idea variando con

habilidad las palabras sin cansar al auditorio.

2.2.3. LÓGICA

Muy importante para el Informe Forense, porque la LOGICA es la ciencia

analítica de las operaciones del entendimiento humano y se ocupa de la

FORMACIÒN REGULAR DE LAS IDEAS, JUICIOS y RACIOCINIOS para

llegar seguramente a la consecución de la verdad.

El Derecho es una ciencia constituido por una serie de principios

fundamentales de carácter abstracto y universal, que en cada Informe se han

de desenvolver hasta la última consecuencia aplicable. El Derecho pone de

manifiesto los fundamentos de la Defensa y la Lógica le da la GUÍA para

aprovecharlos y en el método y coordinación de sus razonamientos.


La Lógica es la disciplina que enseña a formar los juicios con exactitud y

precisión a considerar cada objeto bajo todos sus puntos de vista y discernir

todas sus relaciones; a desenvolver su composición y analizarla; a


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caracterizar los hechos y deducir sus efectos y consecuencias ; a deducir lo

verdadero de lo falso; la certeza de la probabilidad.

De modo que los conceptos y reglas lógicas son LA LUZ QUE HA DE

CONDUCIR AL ORADOR EN LA INVESTIGACIÒN Y CALIFICACIÒN DE

LAS IDEAS que han de entrar en su obra. Finalmente, que la Lógica es de

arquitectura total de la inteligencia, el método ordenador del informa,

sometido a una racional armonía, incluye también la abstracción, la

generalización, la inducción, la división, la demostración.

2.2.4. DIALÉCTICA

La Dialéctica es el tipo cierto y seguro para calificar y comprobar la verdad

sobre toda clase de ideas o hechos. Ya ARISTÒTELES nos decía que la

esencia de la Oratoria es la Dialéctica. Es la PALANCA MOTRIX DEL

CONVENCIMIENTO y a la vez el arma fuerte con que el orador se ha de

dirigir, al ánimo judicial para persuadirlo y el escudo invulnerable con que

puede ser frente a los tiros sofísticos.

2.2.5. EXPOSICIÓN

El orador puede exponer los hechos de la materia de litis, sin descender a

menudencias inútiles, y al mismo tiempo debe de animar su exposición


haciendo uso de figuras o imágenes sencillas y valiéndose de periodos

cortos. No olvidar que las cuestiones en el foro se fundan ordinariamente en

hechos que conviene exponer con exactitud y recordando las circunstancias


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fundamentales, al hacer mención de las pruebas de la otra parte debe

efectuarse con verdad pues las consecuencias don desastrosas cuando se

descubre el engaño sino ya en toda la exposición forense. El Orador ante los

jueces debe hablar, repetirnos, con la verdad. Argumentación Jurídica

2.2.6. MODO

Es conveniente mostrar siempre algún grado de calor en defensa de la

causa. El abogado representa a su cliente y habla en nombre de éste. Por

consiguiente no debe mostrarse frío o indiferente al defender intereses que

se han confiado a su capacidad y su talento. Pero esto debe hacerse con

cierta dignidad, con cierta prudencia económica, con discreta oportunidad y

según lo reclame la naturaleza. Las pasiones en el orador se dirigen a

convencer o a mover las voluntades.

Las Primeras son más moderadas y las segundas son más vehementes.

Cuando examinamos una verdad, sentimos un vivo placer en descubrirla y

en comunicarla a los demás, nos apasionamos de ella, y pretendemos que

los que nos oyen se penetren íntimamente de la misma. Si a esto se agrega

la gloria del triunfo sobre el entendimiento de los demás nuestro interés se

aumenta y se aviva nuestro deseo de comunicar nuestro convencimiento a

los que nos oyen o a quienes nos dirigen. En consecuencia, hay sentimientos
que nacen de la convicción o instrucción, y que son de agrado si se consigue

nuestro deseo y de desagrado, si se conoce y sufre la privación de ella. En

dicho sentimiento no es reprochable que el orador en el foro al momento de


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su exposición, muestre cierto grado de animación y calor o emoción.

2.2.7. CONOCIMIENTO

El abogado debe tener un conocimiento profundo de su profesión. Ninguna

otra cosa es de tanta importancia para èl ni merece tanto un estudio serio y

fundamental. Por sobresaliente que sea en la oratoria, si pasa por superficial

en el conocimiento de las leyes y de las jurisprudencias, habrá pocos que

quieran confiarle la defensa de sus intereses. Además debe tener una visión

integral y profunda del caso que se le encomienda y para lo cual cuidara que

cuando el cliente le cuente su caso , no haya testigos de dicha conversación

a los fines de que dicho cliente hable con toda libertad y no oculte nada que

pueda ser de alguna utilidad para la defensa del caso. Al respecto habría

que tener en cuenta lo que CICERON recomendaba: 1.- Objetar el relato del

cliente como si fuera la parte contraria para que así pudiera verse mejor la

fuerza de los argumentos a esgrimirse. 2.- Sopesar todos los hechos

conforme a su criterio, como el juez podría plantearlo y como lo defendería

el abogado contrario sólo así se forjaba un amplio y verdadero conocimiento

de la materia de litis.
2.2.8. CAUSAS JUSTAS

El abogado debe tratar de aceptar lo que considera como “causas justas”, y

lo cual le valdrá una buena reputación que a su vez le permitirá un mayor Página | 13

grado de credibilidad ante los jueces o tribunales que lo escuchen. Caso

contrario, al aceptar casos injustos notorios, pierde niveles de credibilidad

ante los juzgadores y lo que se pueda reflejar negativamente en la sentencia

misma.

2.2.9. HABLAR EN PÚBLICO

Una de las cuestiones que atrae a los jóvenes que emprenden la carrera de

abogado, es la posibilidad de hablar en público y brillar en dicho ejercicio.

Naturalmente que ello requiere de muchas condiciones, algunas adquiridas,

otras que da la propia naturaleza. Pero para quién no tiene condiciones

oratorias les podemos decir que se puede ser abogado sin ser orador, pero

no se puede ORADOR FORENSE sin ser abogado. Es decir que la abogacía

permite niveles dentro de los cuales puede desempeñarse el estudioso de

ésta carrera sin que ello afecte lo esencial: EL SER ABOGADO. Para adquirir

la perfección en la elocuencia se requiere tener una gran dosis de Juicio y

talento, se requiere tener imaginación viva, memoria fiel, aspecto agradable,

voz clara, pronunciación correcta, acción noble, confianza plena y gran

facilidad de hablar. Las cuatro últimas cualidades pueden adquirirse con los

preceptos del arte y con un largo ejercicio, las demás, son dones de la

naturaleza, que el arte puede perfeccionar, pero no puede suplir.


Pero además se requiere trato de mundo y estudio, mucho estudio. Antes de

que emprenda la gran tarea de poder hablar en público es indispensable

enriquecer nuestro espíritu con la LECTURA DE BUENOS AUTORES y


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particularmente de los originales de la CIENCIA DEL DERECHO. Saber lo

que dijeron y pensaron los grandes del pensamiento Jurídico. Asimismo el

trato con las personas cultas y la lectura de las mejores obras de la

actualidad. Pero como decíamos anteriormente, en la carrera del foro hay

puestos honrosos para todos los talentos. Moderadamente se habla del

abogado de los tribunales y del abogado del bufete. Este último que estudia

el caso y le aplica las LEYES, DOCTRINA O JURISPRUDENCIAS más

concordante.

2.2.10. LA IMPROVISACIÓN.

El objeto de la elocuencia forense es el CONVENCIMIENTO. Su principal

mira es mostrar lo verdadero y por lo tanto debe dirigirse al juicio y a la razón.

Esta es la ELOCUENCIA JUDICIAL. Frente a ello surge la IMPROVISACIÒN

como un móvil reflejo de la naturaleza íntima del hombre. Aquello que es la

vida del discurso como el pensamiento es su alma; viene a ser el arma

familiar de los que emplean la palabra como su instrumento de poder y de

convencimiento.

La improvisación es flexible a todas las expresiones del sentimiento, austera

y a veces grave, y a veces rápida y suave, sencilla, natural, fecunda, otras

veces es tórrida, se estremece y conmueve tocando las fibras del


sentimiento. La improvisación es la más bella de las manifestaciones de la

inteligencia; es el talento que mejor sabe subyugar los ánimos. El abogado

que escribe lo que va a decir, sólo camina con andadores; el que improvisa
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no lleva trabas.

El abogado que improvisa tiene sobre el que escribe la misma ventaja que

un hombre en automóvil respecto de otro a pie. Una LUCHA FORENSE es

un cambio animado de ideas. Un abogado habla y el juez y el abogado

contrario escuchan atentamente el curso de sus palabras. En vez de la

palabra, poned de abogado en la mano un discurso escrito, y se acaba su

poder.

El juez conserva cierta desconfianza del que por medio de un manuscrito se

inspira de tibias emociones. Su atención necesita fijarse por medio de los

sentidos. Requiere que el orador tenga los ojos fijos en el juez o miembro

del tribunal, que las miradas de ambos se encuentren. Es negativo tener

delante una máquina de lectura. Se requiere de una PERSONA QUE HABLE

Y EXPRESE POPR MEDIO DEL GESTO, DEL ACENTO Y DE LAS

MIRADAS, la vida que lo anima, una persona que diga la verdad porque en

ella está la fuerza de la expresión.

2.2.11. FIN

La elocuencia se propone convencer, persuadir, conseguir en fin un objeto;

pero halla obstáculos que necesita destruir. En tal caso debe, según sea

necesario, hablar con rapidez, con fuerza para ejercer su imperio, para
imprimir profundamente en las almas los sentimientos que pretenden

comunicar. Unas veces se comienza con animación y otras con calma y

tranquilidad. Pero es la forma que traduce el pensamiento y el pensamiento


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que es mejor expresado cuanto más cuidadoso es la forma.

Para ello se requiere utilizar lo que se llama las FORMULAS ORATORIAS o

sea el discurso previamente escrito en sus partes esenciales para que

aprendido bien, posteriormente la expresión oral sea fluida y convincente.

2.2.12. TRANSICIONES

Son los aspectos brillantes del discurso, los adornos tonos, matices y

descansos de la elocuencia. Pero es fundamental que las partes del discurso

se hallen juntas, en forma que parezca algo no forzado, natural. Así el

discurso surge como un todo pleno, creado y no construido.

Pero como se pueden enseñar estos secretos de la elocuencia sino es

escuchando y tratando con los célebres. Estúdiense continuamente dichos

discursos y así se podrán apreciar como ideas de engarzan, se desarrollan

por si mismas y con libertad, adquiriendo aquella sencillez y belleza que

cautiva y que domina.

Es necesario observar atentamente la manera de desarrollarse las ideas,

como surgen las mismas del alma del que habla, como son representadas y

adquieren carácter inteligible, comprensible. Así, podremos no solo percibir

un conjunto de ideas, sino que descubriremos como procede la mente de un


pensador y asistimos también, en cierto modo, a la operación interior del

espíritu, al trabajo íntimo de donde surge la elocuencia.

2.2.13. IDEAS Página | 17

El desarrollo de las ideas en el intelecto del que habla se observa por

el tiempo que se emplea en seguir los periodos los cuales no se

producen todos con la misma rapidez. El periodo que expresa un

sentido nuevo, se desarrolla más lentamente, que el que es una

consecuencia inmediata del anterior, también se aprecia por el

movimiento correspondiente a la acción del intelecto. El hombre

piensa, duda, desecha, elige, comprende, interroga, responde. Todos

estos movimientos son operaciones de su espíritu. Todas estas

modificaciones diversas del pensamiento, modifican también la

expresión.

La convicción se expresa con una voz firme, como si el espíritu

quisiera dar peso a aquello mismo que le atormenta. La incertidumbre

en el pensamiento hace la voz débil y vacilante; los pensamientos

dudosos y tímidos no osan producirse en alta voz. La expresión de la

actividad interior del espíritu por medio de la voz, se basa

esencialmente en la simpatía del cuerpo y del espíritu producen

movimientos del espíritu producen movimientos análogos en el

cuerpo. Entendemos por espíritu a la realidad pensante en general, el


sujeto de la representación con sus leyes y su actividad propia, en

cuanto se opone al objeto de la representación.

Este es el sentido más general en el lenguaje filosófico actual. Las Página | 18

modificaciones de esta expresión del pensamiento determinan las

transiciones y dan a conocer su causa psicológica. Por el análisis

reiterado se llega a descubrir este secreto. La primera mirada que

fijamos en este discurso, sólo nos presenta un conjunto en que todo

se halla confundido, en que todos los elementos se mezclan se

combinan en un solo resultado infinitamente complejo.

Es como un vasto circulo en que no se distinguen los puntos. Sólo se

descubre que gira y el pensamiento es aparentemente vago. Pero

cuando la reflexión ha dividido y segregado las partes aparece el arte,

a quién puede interrogarse, aprovechar sus respuestas y reconocer

leyes, cuya existencia se nos ocultaba al comienzo. En consecuencia

el artificio de las transiciones se les debe estudiar con provecho en los

modelos de los grandes oradores, en los discursos pronunciados y así

se podrá adquirir aquel arte por el cual cada parte del discurso

procede del anterior, y se enlaza con el que sigue.

2.3. ANÁLISIS Y SÍNTESIS

Podemos decir que el análisis y la síntesis son las partes potenciales del

espíritu humano. Por el análisis se determina las partes esenciales de un

discurso y por medio de la síntesis reconstruimos las partes del mismo para
situar en sus exactas proporciones una exposición. ASÌ PODREMOS

COMPRENDER MEJOR LO DICHO YA QUE CAPTAREMOS LOS

PENSAMIENTOS ESENCIALES, LAS IDEAS CLARAS QUE SE HAN


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MANEJADO.

2.4. LA ORATORIA JURÍDICA

Los discursos Jurídicos son aquellos que se pronuncian ante un tribunal,

bien como abogado defensor o como acusador;

El Discurso Jurídico debe estar estructurado utilizando elementos

fundamentales del lenguaje:

 La Palabra: Es la expresión simple de una idea libre para indicar o

señalar los objetos reales o los hechos abstractos que surgen en

nuestra mente.

 La Frase: Es la unión de palabras entre sí, para lograr una unidad de

expresión de mayor entidad.

 La Oración: Es un elemento gramatical que permite expresar un juicio

o una acción mediante su esencia de lenguaje, "El Verbo".

 El Párrafo: Este se construye a partir de las palabras que, unidas las

unas a las otras, forman frases y oraciones, las cuales se ordenan en

forma lógica para exponer, entre un punto y otro del discurso toda una

argumentación completa.

 El Discurso: Representa la forma mas acabada del razonamiento

sistemático; Es la expresión lógica y completa que se logra sobre un

tema dado sumando párrafos.


2.5. NATURALEZA DEL DISCURSO JURIDICO.

Cuando tomamos en consideración, que el discurso jurídico es el que está

relacionado directamente con el sistema judicial, donde la jerga está


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compuesta por terminologías propias de las leyes, las jurisprudencias, las

sentencias o fallos, el estricto orden del protocolo jurídico legal.

Podemos afirmar que su naturaleza no es otra que las leyes, donde todos

los involucrados deben guardar una correcta observancia de

sus principios y normas.

Los primeros intentos de construir un discurso jurídico a imagen y semejanza

de la ciencia moderna se dio en el siglo XVI con la teoría del derecho

natural racionalista que pensó hacer de la filosofía del derecho

una ciencia natural del derecho y que, influenciada por

el concepto racionalista de ciencia, intentó conocer el derecho justo o

correcto asumiendo el modelo de conocimiento de las nacientes ciencias.

No obstante, el iusnaturalismo racionalista nunca se interrogó por la

cientificidad de la labor del jurista; todo lo contrario, dio por cierto que existía

una ciencia natural del derecho y que era posible conocer el derecho natural

y metafísico tal y como se conocían los objetos de la realidad.

Ahora bien, el problema de si es posible o no hacer de la tarea del juez o del

jurista una ciencia como la matemática o la lógica, o que pueda funcionar

con los mismos niveles de certeza de las ciencias naturales, es propia de la

mentalidad positivista que se gesta en el siglo XIX. Así, bajo la influencia


del positivismo jurídico formalista: la exégesis y el conceptualismo alemán

construyen muy buenos ejemplos de ello.

También la teoría general del derecho que surgió a mitad del siglo XIX y de
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la cual la teoría pura del derecho kelseniana es una fiel expresión, quiso,

apoyado en la lógica tradicional, construir una ciencia jurídica formal en

sustitución de la llamada dogmática jurídica. Hoy en día se admite que la

teoría general del derecho no da cuenta de la naturaleza de la actividad del

jurista teórico o práctico, quedando reducida a una forma

deanálisis filosófico.

Como reacción a la tendencia formalista surge al interior de la corriente

positivista una postura que quiso equiparar su labor a la sociología, cuyo

modelo epistemológico lo constituían las ciencias sociales o culturales. Ello,

sin embargo, no deja de traer serios inconvenientes. El primero tiene que ver

con que la igualación no da cuenta de la naturaleza misma de la actividad

concreta del jurista; por tanto, identificar la actividad del jurista a la del

investigador social es, de alguna manera, desnaturalizar la actividad o dar

cuenta de una actividad que no es la del jurista propiamente dicha sino a lo

sumo la del sociólogo del derecho.

Durante gran parte de la historia del pensamiento jurídico de occidente nadie

cuestionó la racionalidad del discurso jurídico, al que se veía como

proyección de los diversos sistemas filosóficos. Así lo vieron los romanos y

así se concibió en el mundo medieval por los glosadores y si bien en los

inicios del positivismo se planteó el problema de la racionalidad éste surge


atado al problema de la cientificidad, si se resuelve la cuestión de la

cientificidad se resuelve el problema de la racionalidad.

En el siglo XX, luego de cuestionados los supuestos del positivismo que los
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teóricos del derecho se cuestionaron con acuciosidad por la posibilidad de

determinar si en el proceso de interpretación del derecho el resultado final

puede ser sometido a algún esquema de control por parte de la razón que

nos permita valorar esa decisión como racional o, por el contrario, al

proponerse una forma de interpretar el derecho o elegir una premisa o decide

en favor de una de las partes o de ninguna lo hace guiado por la intuición, el

deseo o los simples intereses personales.

Luego de que aparecieran los trabajos de Perelman y Viehweg (mitad del

siglo XX) reivindicando el carácter dialéctico, retórico o tópico del

razonamiento jurídico, el problema de la racionalidad y de la argumentación

en el derecho se convirtió en uno de los temas centrales en la reflexión

filosófica jurídica. Con posterioridad a este hecho, emergen a finales de los

años setenta un conjunto de autores cuyos trabajos giran en torno al

problema del razonamiento jurídico y de la justificación de la decisión judicial.

De estos autores el más conocido para nosotros es sin lugar a dudas Robert

Alexy cuya teoría del discurso racional se ha convertido en la teoría estándar

de la argumentación jurídica.

La teoría del discurso racional permite fundamentar racionalmente

enunciados normativos y valorativos por medio de argumentos. No supone

que haciendo uso de ella se puede determinar exacta, objetiva y


definitivamente una valoración o una decisión sino que al menos son

posibles los argumentos racionales acerca de los derechos.

Según Alexy, la jurisprudencia y en particular la argumentación jurídica versa


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sobre cuestiones prácticas, por ello debe considerarse un caso especial del

discurso práctico general. El discurso jurídico tiene en común con el discurso

práctico general que en ambos trata sobre la corrección de enunciados

normativos y, por tanto, ambos son portadores de una pretensión de

corrección.

El modelo del discurso racional recibe su mayor influencia de la teoría de

Habermas quien, considera que las cuestiones prácticas pueden discutirse

racionalmente. Con fundamento en ella, Alexy formula un sistema de reglas

que permita establecer las condiciones de la racionalidad del proceso

discursivo en el ámbito judicial, que de ser seguidas permitirían

discutir problemas prácticos-jurídicos en el marco de una teoría de la

argumentación racional.

Si nos planteamos el problema de la dogmática jurídica en términos de

cientificidad es caer en las trampas del positivismo filosófico y del positivismo

jurídico que reduce la racionalidad humana a racionalidad analítico-

instrumental, según la imagen de la ciencia. Por ello, defendemos

la hipótesis de que la pregunta de la teoría y de la filosofía del derecho no es

por la cientificidad, sino por la racionalidad y más concretamente por el

modelo de racionalidad en el proceso de interpretación y aplicación del

derecho, actividades que constituyen el núcleo central de la dogmática

jurídica o jurisprudencia.
Al hacernos esta pregunta, hemos descubierto que desde sus orígenes, la

actividad del jurista estuvo emparentada con un modelo de racionalidad

distinto del profesado por la ciencia: la racionalidad dialéctica. Esto puede


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constatarse, al indagar por la naturaleza y práctica del derecho en

la roma antigua, y en el Medioevo, con los glosadores y posglosadores. La

racionalidad dialéctica relaciona al derecho con la tópica y la retórica antigua,

que constituía una disciplina orientada a discutir los problemas, que no

tenían como punto de partida las primeras verdades fundadas en la

evidencia, sino lo verosímil; aquellos problemas que caen en el terreno de lo

meramente opinable, según la tipificación propuesta por Aristóteles.

Esta distinción entre el razonamiento analítico o teórico y el dialéctico o

práctico es el punto de partida de la tópica jurídica propuesta por Viehweg y

la nueva retórica de Perelman, teorías éstas que defienden la naturaleza

tópica y retórica del razonamiento jurídico en oposición a la propuesta del

positivismo jurídico, y de la teoría del discurso racional de Alexy que plantea

el razonamiento jurídico como un caso especial del razonamiento practico

general.

2.6. EFICACIA DE LOS DISCURSOS Y EL EJERCICIO DEL PODER

Los discursos de poder son elaboraciones discursivas complejas en las

cuales se mezclan dimensiones semióticas propias de todo discurso, con

construcciones epistemológicas, marcos analíticos, aspectos normativos,

propuestas regulatorias y de intervención, y que, además, poseen


intenciones políticas específicamente determinadas, es decir, son discursos

que no buscan "comunicar", ni transmitir ningún tipo de conocimiento o

elaboración teórica nueva o re interpretativa, tampoco se inscriben dentro de


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una "acción comunicativa", sino que tienen más bien la intención explícita de

manipular, convencer, disuadir, actuar estratégicamente sobre los otros y

administrar de manera consciente y explícita los consensos y los disensos,

en función de las coordenadas del poder.

Dentro de esos discursos existe una disposición de conceptos, de

categorías, de usos de la retórica cuya finalidad real no está en lo que dicen

sino en lo que callan, o a veces en la forma en cómo lo dicen, o en el contexto

en el que sitúan lo que dicen. Más allá de toda verdad posible, su función es

práctica y releva de la eficacia en el ejercicio del poder. Los criterios de

verdad que los estructuran dependen de ese complejo entramado de

relaciones de poder y de contrapoder que nacen en toda sociedad. Más allá

de la verdad y más acá de la historia, son formas discursivas e ideológicas

que se corresponden a una relación entre el orden del saber, de la verdad y

del poder.

Los discursos de poder utilizan los mismos elementos de cualquier discurso

pero su disposición conceptual está hecha de tal modo que quien los recibe

sea susceptible de ser "direccionado", convencido, disuadido, persuadido,

cooptado, manipulado, neutralizado, bloqueado. Se inscriben en los

claroscuros del significante, en los intersticios de la verdad, en las


ambigüedades de la razón, en las suspicacias de la lógica. Juegan con las

ambigüedades de las palabras, utilizan conceptos que relevan de la ciencia,

se enmascaran de analítica y los articulan dentro de un marco conceptual


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estratégico: son un claroscuro de sombras en el espejo.

Aquello que hace que los discursos de poder tengan fuerza y legitimidad está

justamente en esa disposición estratégica en la analítica de los conceptos

que utilizan, porque en general se trata de conceptos o nociones con las

cuales aparentemente no podemos estar en desacuerdo. ¿Quién podría

sospechar o imaginar siquiera que los pedidos de protección a la naturaleza

hechos desde el discurso del desarrollo sustentablepuedan esconder una

intencionalidad más profunda que sería justamente lo contrario de lo que se

proclama? ¿Quién puede pensar que en el discurso de la gobernabilidad

pueda esconderse una intencionalidad más profunda y real que aquella

específicamente enunciada en la teoría del buen gobierno? sospechar de

estos discursos, podría aparecer como una exageración, o incluso como un

acto de suspicacia gratuita ante discursos que han logrado una gran

legitimidad social y cierto consenso social; pero hay algo en esas formas

discursivas que llaman la atención y que tienen que ver justamente con esa

eficacia, con ese uso instrumental que está más allá de toda consideración

académica o analítica, porque si existe un campo de relaciones de poder, la

cuestión es que sobre y desde ese campo se generan, discursos o prácticas

discursivas que tienden a legitimarlo, que tienden a ser funcionales a ese

poder, que tienden a convertirse en recurso de ese poder.


Los discursos entonces relevan de prácticas históricas concretas que

albergan a su interior un campo de relaciones de fuerza y de resistencia. Si


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la historia está transida de esa tensión conflictual del poder, entonces, esos

discursos que operan y se generan desde el poder y que le son altamente

funcionales pueden ser también comprendidos como verdaderos "discursos

de poder".

Los discursos de poder nacen vinculados a prácticas sociales concretas, y

se forman, estructuran y se extienden desde un marco institucional

determinado. Los discursos de poder son formulaciones teóricas elaboradas,

pensadas, concebidas y estructuradas previamente. No son discursos

espontáneos. No son parte de una retórica producida en común, aunque

puede ser que después se conviertan en parte de la retórica social, pero en

su elaboración, en su formulación participan de una práctica compleja que

está muy vinculada con las relaciones existentes entre el saber (o el conocer)

y el poder.

Los discursos de poder han logrado consolidar en su interior aquello que

para las ciencias sociales siempre ha parecido una utopía, y es la

interdisciplinaridad. Porque los discursos de poder son elaboraciones

complejas, que recurren a la validación de diferentes campos

epistemológicos, que estructuran en su interior puntos de convergencia

desde diversos campos analíticos, que se formulan desde los requerimientos


del poder, pero que se forman, se consolidan, se estructuran, se diseminan,

se propagan, y extienden desde las universidades de los países más ricos,

y los institutos de investigación.


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2.7. EL DISCURSO DEL DERECHO, SU SENTIDO TELEOLÓGICO Y LAS

RELACIONES SOCIALES

"El Derecho ha cumplido desde la antigüedad una función básica en la vida

humana". A través del Derecho los seres humanos han definido su forma de

organizarse en sociedad, y en las sociedades modernas

las instituciones jurídicas y los tribunales son los que deciden quiénes ganan

y quiénes pierden, quiénes dirigirán y quiénes pasan a la oposición. Podría

pensarse que con el polifacético desarrollo de la ciencia y la técnica y con el

inmenso alcance de los medios masivos de comunicación a nivel

internacional, especialmente a través de Internet y en todos los idiomas

imaginables, las instituciones administradoras del derecho y

la legalidad tendrían gran cuidado a la hora de dar sus dictámenes, a la hora

de decidir la suerte de demandantes y de demandados, a la hora de dar los

resultados de las causas jurídicas; pero la realidad actual nos dice todo lo

contrario: el fraude, la impunidad, la corrupción, la ilegalidad, la mentira, la

ausencia de estado de derecho, la anarquía, la anomia, la injusticia, la

incompetencia en todos los sentidos de los tribunales y de todo el aparato

jurídico-legislativo, etc., siguen apareciendo como en los antiguos tiempos

del atraso social, científico y tecnológico.


A través de la historia en la literatura jurídica o textos jurídicos se han

plasmado acuerdos y se han establecido normas que, supuestamente, han


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regulado las relaciones entre las personas y entre los pueblos, es decir nos

referimos al "derecho nacional o derecho comunitario" y al "derecho

internacional o derecho intergrupal". Con respecto a los "derechos

nacionales" nos puede quedar claro, que en los países pluriculturales,

pluriétnicos, plurilingüísticos, multinacionales, el derecho nacional es toda

una nebulosa incongruente que se interpreta a discreción, según los

intereses, los poderes de los litigantes y, por supuesto, según las variantes

conceptuales y nacionales que acarrea la misma interpretación de las leyes.

La existencia de todo grupo, aun del más pequeño, exige unas reglas

de juego claras. Los grupos humanos, en especial los llamados "grupos

civilizados", tienen la necesidad de crear un mundo con "reglas confiables".

A nivel público: leyes prácticas y legibles en el Derecho, en la Jurisprudencia,

en Derecho Internacional; los protocolos, etiquetas y cortesías para la

convivencia social; las leyes del tránsito vial, marítimo, aéreo, urbano o rural;

las políticas educativas y de salud pública. A nivel especializado

o laboral: derecho laboral, normas y reglamentos laborales, función de las

áreas de Recursos Humanos o áreas de contratación de mano de

obra, seguros y prestaciones laborales. A nivel íntimo: reglas y directivas

que se relacionan con la familia, con el matrimonio, con las relaciones de


pareja, con las relaciones afectivas íntimas y sexuales, con la clasificación y

el tratamiento de los sexos y la sexualidad.

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El Derecho siempre ha tenido un lugar destacado, entre las materias que

fueron objeto de los escritos más remotos que conservamos. A ello hay que

añadir que son muchos los testimonios documentales que demuestran la

influencia del Derecho, por el impulso que supuso en el cambio hacia la

abstracción y la precisión, dentro del proceso de configuración de

las lenguas de cultura. Las leyes siempre han sido administradas y aplicadas

por tribunales y jueces.

Si a los aspectos de carácter público nos referimos,

la Constitución determina el marco político del Estado, y las leyes que

aprueban los parlamentarios y las disposiciones que dictan nuestros

gobernantes nos afectan, aunque sea de una forma más o menos indirecta,

más o menos evidente. En el orden privado, las relaciones humanas se

formalizan a menudo a través del Derecho, la compra o el alquiler de una

vivienda, elcontrato laboral, el testamento, tienen su reflejo en un documento

jurídico.

La sociedad se ha transformado profundamente ya desde el mismo siglo xx.

Dicha transformación ha tenido su repercusión en el Derecho. Se han

modificado las relaciones laborales, la informatización está ejerciendo una

profunda influencia en nuestro comportamiento, los avances en


las comunicaciones y en las disciplinas científicas han obligado a

replantear soluciones jurídicas que han quedado desfasadas y a construir

nuevas formulaciones que den respuesta a las nuevas realidades.


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En cuanto a las particularidades verbo-corporales del discurso jurídico en

Iberoamérica, según las regiones, los países, las comunidades y los grupos

en concreto en donde se imparten y se administran las leyes, tiene una

marcada oposición y complejidad en la actuación comunicativa , tanto al nivel

de los juzgadores o acusadores como al nivel de los juzgados o acusados,

todo lo cual se relaciona tanto con el ámbito social de la procuración

de justicia como con el ámbito lingüístico-sistémico del área de procuración

de justicia, y hasta inclusive con ciertos factores psicológicos contextuales

que imperan en este tipo de relaciones juzgadores / juzgados.

 DISCURSO ANTE EL DEFENDIDO O LA DEFENDIDA

Es el que se utiliza el abogado asesor que ha sido contratado en defensa

de una causa, para convencer al defendido de que las acciones que se

le planteen a desarrollar son las más apropiadas, demostrándole las

razones de ley que sustenten esa teoría. Debe ser seguro, claro, en un

lenguaje llano y preciso.

 DISCURSO ANTE EL TRIBUNAL

Es el discurso que con más cuidado debe de realizar el abogado,

tomando en consideración la causa que represente, este tiene que ser

exquisito en el léxico, profundamente claro, convincente no puede estar


cargado de dudas o inconsistencias, debe basarse en argumentos reales

que demuestren los hechos.

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 DISCURSO ANTE EL JURADO

Este discurso, es muy parecido al anterior, en cuanto a su fondo y forma

solo lo diferenciamos en el modo de su presentación, ya que al ser

dirigido a un jurado que puede estar compuesto por personas de variedad

de criterios y nivel de educación, debe estar acompañado de una carga

de dramatismo real, que busque conmover los sentimientos del jurado.

 DISCURSO DESDE LA VISIÓN DEL PLURALISMO JURÍDICO.

El pluralismo jurídico implica la aceptación de que varios órdenes

jurídicos pueden convivir en un mismo espacio y tiempo, negando la

exclusividad estatal en la producción de normas jurídicas.

Nos referimos a aquella acepción que cree posible reconocer

subsistemas en el interior del ordenamiento jurídico, formados -incluso-

con principios distintos y hasta opuestos a éste, pero que son permitidos

por la actividad estatal, cuando no son delegaciones de la misma norma

jurídica. Un ejemplo de este tratamiento es el que realiza "M. Reale". Si el

Estado es el detentor de la coacción incondicionada, ¿No habrá otros

organismos con análogo poder? Y responde: " El Estado es el detentador

en última instancia, pero en realidad se da en otros grupos y en otras

instancias que no son el Estado, por ej.: la Iglesia,


las organizaciones deportivas, etc. Es procedente, entonces, la teoría de

la pluralidad de órdenes jurídicas positivas, un derecho pluralista que

surja al lado ó dentro del Estado".


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2.7.1. PLURALISMO JURÍDICO Y LEGALIDAD ALTERNATIVA.

Por lo expuesto, se percibe que la emergencia de nuevas y múltiples formas

de producción del Derecho está internalizada en el fenómeno "práctico

histórico" del pluralismo jurídico.

Se trata de la producción y la aplicación de derechos provenientes de las

luchas y de las prácticas sociales comunitarias, independientes del favor de

los órganos o agencias del Estado. La prueba de esta realidad, por demás

innovadora, que no se centraliza en los Tribunales, ni en las Asambleas

Legislativas ni en las Escuelas de Derecho sino en el seno de la

propia comunidad, que son los nuevos sujetos sociales. Con esto, aflora toda

una nueva lógica y una "nueva" Justicia que nace de las prácticas sociales y

que pasa, dialécticamente a orientar la acción libertadora de los agentes

sociales excluidos.

Se rompe con la configuración mítica de que el Derecho emana sólo de la

norma estatal, instaurándose la idea consensual del Derecho como

"acuerdo", producto de necesidades, confrontaciones y reivindicaciones de

las fuerzas sociales en la arena política.


Por lo tanto, en un espacio como el latinoamericano, donde la fluidez de

significados y prácticas sociales derivados del pluralismo jurídico irrumpen

como hendiduras en la fija unidad mono racionalista de la modernidad, " no


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es de extrañar que el derecho oficial, deba ser re conceptualizado como un

sistema cultural en el cual diferentes posiciones discursivas interactúan en

un proceso constructivo".

Un conjunto de vestigios confirman la implementación creciente de nuevos

mecanismos de autorregulación de los conflictos y de la resolución de los

intereses emergentes. Sin negar o abolir las manifestaciones normativas

estatales, se avanza democráticamente en dirección a una legalidad plural,

fundada no exclusivamente en la lógica de una racionalidad formal, sino en

la satisfacción de las necesidades y en la legitimación de nuevos sujetos

legales.

2.8. LA ORATORIA, REQUISITO ESENCIAL EN UN ABOGADO

Una de las habilidades que debe poseer un abogado a la hora de ejercer su

profesión es la oratoria, una demostración de seguridad, liderazgo y

formación. Los profesionales de la abogacía deben ser capaces de

persuadir, callar, escuchar, liderar y trabajar en equipo, cualidades todas

ellas dignas de un buen orador.

Actualmente, en un abogado no se buscan ya tan solo conocimientos

legales, sino otras características como empatía, accesibilidad y capacidad


de comunicación. Las relaciones entre contratado y cliente se estrechan

cada vez más, proporcionando una mayor confianza en los servicios.

Las nuevas expectativas han provocado que la demanda de formación en


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oratoria se generalice en los estudiantes de derecho y también para aquellos

profesionales que ya ejercen y que pretenden mejorar su actividad laboral

ofreciendo este plus a sus clientes.

No es posible obviar que la abogacía requiere aprender a comunicar. De

hecho, los expertos definen la abogacía como un debate en un ámbito

jurídico en el que se busca defender unos argumentos, con un discurso que

consiga convencer al juez.

La oratoria pretende dar a los abogados los recursos necesarios para

conseguir demostrar una mejor capacidad de expresión, un lenguaje más

rico, con reflejos a la hora de argumentar, y con la capacidad de adaptar el

registro o la seguridad en el habla. En definitiva, se puede decir que aporta

fortaleza y seguridad al abogado, tanto en un juicio como en reuniones de

empresa.

De igual manera, hay que señalar que la oratoria también es positiva a la

hora de ganar clientes, que van a decidirse en un 80% por un abogado

teniendo como principal valor el cómo hable y cómo se exprese.

Por otro lado, la oratoria aporta inteligencia emocional, que mejora la

comunicación con el cliente, creando entorno a éste una relación emocional

que le permita confiar en sus juicios y en su talento.


2.9. BUENA COMUNICACIÓN

En una profesión, como la abogacía, que tiene como presupuesto básico el

conflicto, saber comunicar es el primer paso hacia el éxito. Por ello, la


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formación en oratoria puede ser un activo a valorar dado que, como señala

Gemma Llígadas, mejor oradora de la Liga de Debates universitario 2009 y

actual profesora asociada de Teoría del Derecho, «la abogacía no es más

que un debate pero en un ámbito estrictamente jurídico en el que se busca

defender unos argumentos, que tu discurso convenzan más al juez y

ganes».

Por ello, formar en oratoria a los profesionales en derecho es formarles en

una serie de herramientas eficaces en las que se busca una mejor expresión,

la amplitud de lenguaje, la profundidad del discurso, la rapidez en el

contraataque, la capacidad de adaptar el registro o la seguridad en el habla.

Pero no es lo único, porque la oratoria aporta también una serie de valores

añadidos, como el de no hablar por hablar, a ser coherente, a cuidar los

gestos, a cuidar la vestimenta… «una manera de hacer», en palabras de

Gerard Guiu, profesor de oratoria en Esade, que puede marcar la diferencia

y que, seguro, aporta fortaleza y seguridad al abogado.

Una seguridad que, además, pueden ser beneficiosas en muchas otras

ocasiones y no sólo en la sala del tribunal dado que la formación en oratoria

se traduce también en «un saber mantener una reunión, en saber exponer


los problemas, en una comida de negocios… » o, lo que es lo mismo, en

todas las facetas profesionales del abogado.

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Facetas que incluye también la escrita, dado que, como señala Gemma

Llígadas, «la oratoria es expresión, y lo que haces de forma oral, también

puedes aprenderlo a hacerlo de forma escrita, por lo tanto si eres un abogado

que va a juicios, pero también si vas a negociaciones, o si trabajas más en

el interior de un despacho la oratoria es una herramienta fundamental».

2.10. IMPORTANCIA Y FINES DE LA ORATORIA

A. IMPORTANCIA DE LA ORATORIA

En año el 450 a. C. el pensador ateniense Pericles acuñó magistralmente

la frase "El que sabe pensar pero no sabe expresar lo que piensa, esta

en el mismo nivel del que no sabe pensar" , frase inmortal que hoy cobra

alarmante vigencia pues al verificar las estadísticas, comprobamos que

en nuestro medio, son escasas las personas que tienen la habilidad de

hablar con efectividad y firmeza, a fin de transmitir sus pensamientos e

impresiones sin que el miedo les paralice el cuerpo, cuando están frente

a un público numeroso y variado.

En nuestra condición de instructores de oratoria, podemos asegurar que

hablar en público no es algo imposible o inalcanzable, la facultad

elocutiva requiere como cualquier otra facultad del hombre, cultivo y


educación. Tengamos presente que una persona que no sepa

expresarse correctamente ante los demás, esta condenada a fracasar y

a ser relegada a un plano inferior, en cambio los que si dominan el arte


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de la elocuencia están destinados a sobresalir y a triunfar en todas las

esferas de su vida.

Es importante recordar que el hombre es el único ser viviente que habla

y que la palabra es uno de los dones más extraordinarios que posee, éste

le permite manifestar la prodigiosa riqueza de su alma y establecer

relación con sus semejantes.

Por ello, llama la atención que en los centros escolares y de educación

superior no se ponga especial atención en la enseñanza de la expresión

oral. Se nos enseña a leer y a escribir pero nunca se nos enseña a

“hablar” y mucho menos a hacerlo en público y con las técnicas

apropiadas.

El arte de la palabra oral se ha constituido paulatinamente y a través de

los siglos en un patrimonio cultural sin dueños ni formulas mágicas, de

tal forma que ha sido conceptualizada acertadamente como “el arte de

hablar en público” toda vez que el orador es un artista que combina

armoniosamente; ademanes, gestos, expresión verbal y corporal,

encausando todo ello a cumplir cabalmente los fines que ella conlleva, es

decir; persuadir, educar, conmover y agradar.


B. LOS FINES DE LA ORATORIA

Es importante precisar que la oratoria, como toda ciencia o arte, tiene una

serie de propósitos que anhela alcanzar a través de su práctica efectiva. Página | 39

Estos propósitos que también podemos llamar fines, han sido materia de

debate desde los tiempos antiguos.

Rememorar la diversidad de opiniones en torno a los fines de la oratoria,

sería caer en una bizantina y fatigosa enumeración; en esencia, casi

todas las teorías coinciden entre sí. La divergencia de opinión suele tener

sus orígenes en el tiempo y en el espacio geográfico en el que le toca

desarrollarse. En esencia cuatro son los fines de la oratoria:

a) PERSUADIR:

Implica convencer a otras personas de que nuestras opiniones e ideas

son las correctas y moverlas a la acción de acuerdo con ellas.

Involucra también la motivación para que otros realicen lo que en el

fondo muchas veces no quieren hacer. Es el caso del vendedor que

busca por medio de la persuasión que los clientes se sientan

motivados a comprar sus productos o servicios. La persuasión se

orienta a la voluntad de los receptores, por ello podemos decir que “es

la actividad de convencer a nuestros semejantes para que tomen una

decisión o hagan una acción determinada”.

b) ENSEÑAR:
Comprende la acción de transmitir, a alumnos o discípulos,

conocimientos y cultura general a través de la palabra hablada. Esta

transmisión pedagógica se realiza en sesiones académicas, debates


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o incluso, en una plática común. Aquí la oratoria se orienta a la

inteligencia de los receptores, su propósito es comunicar no sólo las

noticias cotidianas sino, va más allá; transferir conocimientos de todo

tipo por medio de un emisor y/o profesor, ya sea de manera formal; en

los centros de enseñanza de diferentes niveles o, ya sea de manera

informal; esto es en el hogar, la calle o la comunidad.

c) CONMOVER:

Involucra provocar por intermedio de la oratoria, determinados

sentimientos, pasiones y emociones en el espíritu de las personas que

escuchan nuestras palabras. El ser humano en la vida diaria llora, ríe,

se asusta, se encoleriza etc. Es decir, experimenta emociones. Estas

emociones también las puede crear un orador a través de sus

palabras siempre y cuando estas lleguen a la fibra interna del público

oyente. Si logramos conmover a nuestro público podemos cautivarlo

y comunicarle satisfactoriamente nuestros sentimientos.

d) AGRADAR:

Agradar es crear belleza con la palabra hablada; es decir, producir en

el alma ajena un sentimiento de placer con fines determinados. La


oratoria como entretenimiento se orienta al campo del sentimiento.

Por eso, cuando leemos un libro de chistes o espectamos un

programa humorístico, sentimos que perdemos todo contacto con la


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realidad, reímos y nos alegramos. Cuando escuchamos a un

cantante, su voz; o nos agrada o nos desagrada, lo mismo ocurre con

un conductor radial al momento de hablarnos románticamente con su

voz impostada.
CONCLUSIONES

PRIMERO: La oratoria es el conjunto de principios y técnicas que permiten

expresarnos con claridad, desenvoltura y sin desconfianzas ante un Página | 42

público, la misma que nació en Sicilia y se desarrolló

fundamentalmente en Grecia, donde fue considerada un instrumento

para alcanzar prestigio y poder político. La oratoria además busca

persuadir, enseñar, conmover y agradar.

SEGUNDO: La oratoria es una de las habilidades que debe poseer un abogado a

la hora de ejercer su profesión, los abogados deben ser capaces de

persuadir, callar, escuchar, liderar y trabajar en equipo, cualidades

todas ellas dignas de un buen orador y aporta fortaleza y seguridad,

tanto en un juicio como en reuniones de empresa.

TERCERO: La oratoria es el uso de técnicas que permiten expresarnos con

claridad, desenvoltura y sin desconfianzas ante un público por lo

tanto busca y tiene la intención de convencer .

CUARTO: Oratoria Jurídica Es el tipo de oratoria, que tiene la finalidad hacer

triunfar a la justicia y Tiene como fin persuadir a los jueces , exige

el decoro de la prudencia y saber acorde con la gravedad de la

instancia
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ANEXOS
ILUSTRACIONES

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WEBGRAFIA
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 http://www.monografias.com/trabajos89/oratoria-juridica/oratoria-

juridica2.shtml

 http://ual.dyndns.org/Biblioteca/Argumentacion%20Juridica/Pdf/Unidad_13.

pdf

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