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Dolor es una vivencia sensorial y afectiva desagradable relacionada con una lesión
tisular real o potencial. La sensación dolorosa es la consecuencia de la combinación de
factores fisiopatológico y psicológicos.
Los factores fisiopatológicos comprenden:
Las fibras que recogen los estímulos del peritoneo parietal posterior y pelviano, lo
hacen a través de los nervios esplácnicos.
Las del peritoneo parietal anterior y las de la raíz del mesenterio alcanzan la medula
por via de los nervios espinales (intercostales).
Las del peritoneo diafragmático transitan por el nervio frénico.
Las que recogen los estímulos de las vísceras transcurren por los nervios
autonómicos hacia el sistema nerviosos central, por los nervios vago y pelvianos
(parasimpáticos) y por los nervios simpáticos toracoabdominales.
El cuerpo de la primera neurona se halla en el ganglio anexo a la raíz posterior de
la medula espinal. La prolongación central de la primera neurona hace sinapsis con
la segunda neurona, cuyo cuerpo se encuentra en la asta dorsal de la medula. A ese
mismo nivel, algunas fibras aferentes se conectan con neuronas eferentes y forman
importantes arcos reflejos que luego describiremos en detalles. La prolongación central
de la segunda neurona se cruza inmediatamente al lado opuesto de la medula
pasando por la comisura gris anterior y luego asciende por la sustancia blanca
anterolateral para formar parte del haz espinotalámico lateral, en dirección al tálamo
donde se halla el cuerpo de la tercera neurona.
A su vez, la eferencia de la tercera neurona llega hasta la corteza somato sensitiva
primaria donde se halla la cuarta neurona, ultima de la vía.
Esta vía, que se extiende desde la medula al tálamo y a la corteza somato sensitiva, es
especialmente importante para la percepción de los caracteres sensitivos del dolor:
localización intensidad y calidad. Los axones de haz espinotalámico alcanzan ciertas
regiones del tronco cerebral (formación reticular), del tálamo y de la corteza cerebral
relacionada con las respuestas emocionales, como son la circunvolución callosa y el lóbulo
frontal. Se cree que a estas comunicaciones se debe el carácter afectivo o emocional
desagradable asociado con una sensación dolorosa, conocido como sufrimiento.
3. Trastornos vasculares
Embolia o trombosis
Rotura vascular
Oclusión por compresión o torsión
Ademia de células falciformes
4. Alteraciones de la pared abdominal
Distorsión o tracción del mesenterio
Traumatismo o infecciones de los músculos.
2. Originados en la columna
Radiculitis debida a artropatías
Causas metabólicas:
1. Exógenas
Picaduras de la araña viuda negra
Intoxicación por plomo y otras intoxicaciones
2. Endógenas
Hiperazoemia
Cetoacidosis diabética
porfiria
causas neurogénicas
1. Orgánicas
Tabes dorsal
Héroes zoster
Causalgia
2. Funcionales.
Dolor visceral:
Aumento de presión dentro de una víscera hueca, por distención (como ocurre en
las obstrucciones o contracciones muscular exagerada. Es el caso de los dolores originados
en el intestino, el uréter, la trompa de Falopio y la vesícula biliar. Habitualmente son
intermitentes de carácter cólico o retorcijones y ceden o se alivian con la administración de
antiespasmódicos.
Distención de la capsula de un órgano macizo, por ejemplo, el dolor hepático por
hepatitis, insuficiencia cardiaca, obstrucción biliar o metástasis de rápido crecimiento.
Procesos inflamatorios que provocan daño hístico y liberación de serotonina,
bradicina, histamina, acetilcolina y prostaglandinas que estimulan las terminaciones
nerviosas.
Isquemia aguda que origina aumento de la concentración de iones hidrogeno, como
por ejemplo las oclusiones arteriales agudas mesentéricas.
Características:
Es mal localizado, difuso y se siente profundamente en la línea media. Cuando se
le pide al paciente que indique el sitio que le duele, realiza un movimiento circular que
abarca todo el abdomen.
Se describe como continuo, sordo, angustioso o quemante y, con frecuencia, de carácter
cólico. Esto se debe a que las fibras aferentes son poco numerosas y transmiten los
impulsos dolorosos a ambos lados de la medula.
Está asociado con síntomas vegetativos para simpáticos.
Desde el punto de vista embriológico, el tracto gastrointestinal está dividido en tres
segmentos:
El intestino anterior: (superior) que corresponde al sector irrigado por el tronco celiaco,
del cual se originan el esófago, el estómago, una porción del duodeno (hasta la
desembocadura del colédoco, las vías biliares y el páncreas.
El intestino medio, que se correlaciona con el territorio de la arteria mesentérica superior,
del cual se derivan la porción restante del duodeno, y el yeyuno, el íleon, el ciego con el
apéndice cecal, el colon ascendente y los dos tercios proximales del colon transverso.
El intestino posterior que corresponde al sector irrigado por la arteria mesentérica inferior,
que da lugar al tercio distal del colon transverso, el colon descendente y el sigmoides. Esto
hace que el dolor visceral originado en los padecimientos de órganos derivados del intestino
superior se refiera al epigastrio,
Dolor somático:
Causas:
Estimulación de:
taquicardia
Hipertensión
Dilatación pupilar
Aumentos del cortisol plasmático
Hiperglucemia.
El dolor debido al estímulo de órganos internos (dolor visceral) evoca una respuesta de
preferencia parasimpática, con liberación de acetilcolina que produce los siguientes efectos:
Bradicardia
Hipotensión
Sudoración
Nauseas
Vomito
Sincope
La persistencia del dolor puede disminuir el flujo renal, causar oliguria, arritmias
cardiacas y shock neurogénico.
Por lo general un dolor abdominal de mas de 6 horas de duración es quirúrgico.
Lo expuesto anteriormente obliga a discriminar si los signos y los síntomas graves
que observamos en un abdomen agudo son propias del proceso patológico o constituyen
manifestaciones colaterales por la intensidad del dolor.
La intensidad del dolor depende, por un lado, de la naturaleza de la agresión, de
la riqueza de nociceptores en el sitio de la agresión (ya dijimos que son mas abundantes
en las áreas de sensibilidad somática y mucho menos abundante en las vísceras), y por
otor, del umbral de sensibilidad del individuo, que está en relación con su estado
psicológico y físico:
Se halla aumentado en:
El hipertiroidismo
El hipersuprarrenalismo
La menopausia
Los jóvenes
La ansiedad
Se halla disminuidos en:
El hipotiroidismo
El shock
La diabetes
La uremia
La toxemia
Los pacientes en tratamiento con corticoesteroides o aquellos con síndrome de
Cushing.
Las edades extremas, especialmente ancianos, obnubilados, debilitado so muy
grades.
Ciertas psicosis.
De allí la importancia de recordad que un mismo estimulo provoca reacciones
dolorosas distintas en un paciente u otro y aun en el mismo paciente en diferentes
momentos.
Vómitos y nauseas:
Los vómitos y las náuseas son síntomas frecuentes en una enfermedad de abdomen
agudo el acto de vomito se halla bajo el control de dos estructuras:
El centro del vomito, ubicado en el bulbo raquídeo, integra y controla la actividad
emética. Para ello recibe los estimulo aferentes del tubo digestivo y otras partes de cuerpo,
de estructuras localizadas en el tronco cerebral y la corteza del aparato laberintico y de la
zona quimiorreceptora gatillo. Las señales eferentes se vehiculizan por los nervios frénicos
(diafragma9, los nervios espinales (musculatura intercostal y abdominal) y el nervio vago
(laringe, faringe, esófago y estomago).
La zona quimiorreceptora gatillo: consiste en un quimiorreceptor localizado en el
piso del cuarto ventrículo y cerca del área postrema, que puede ser activado por una gran
cantidad de fármacos, toxinas bacterianas radiación uremia, hipoxia. Su activación es
incapaz por si sola de provocar el vómito, pero genera impulsos dirigidos al centro del
vomito, que a su vez inician el acto emético.
El vómito reconoce diferentes mecanismos:
La irritación brusca del peritoneo parietal, mesenterio o diafragmático ocasiona
vómitos que suceden al dolor, así ocurre en la pancreatitis aguda por irritación del plexo
solar, en la torsión del pedículo de un quiste de ovario, en la peritonitis etc.
El aumento de la presión dentro de los conductos que origina, por mecanismo reflejo,
la expulsión del contenido gástrico: cólico hepático, cólico renal, colecistitis, hipertensión y
distensión del intestino en la obstrucción.
La irritación de la mucosa gástrica puede manifestarse por vómitos por ejemplo
ingestión de medicamento o alimentos en el estado toxinas.
La hipertensión Endo craneana suele acompañarse de vómitos.
Reducción del aporte del oxígeno al centro del vomito como en las enfermedades
que se acompañan de shock o de b ¿vasoconstricción grave.
Abdomen agudo:
Duran sacristan:
El termino abdomen agudo se define como un síndrome caracterizado por la
aparición de dolor originada y referido al abdomen, de carácter agudo por su cronología e
intensidad, acompañado de alteraciones en el transito digestivo (vómitos, diarrea,
estreñimiento o íleo.) y con deterioro progresivamente grave del estado general. Son
numerosos los procesos determinantes del abdomen agudo, pero todos ellos coinciden en
un mismo terreno, representado por la serosa peritoneal, en su fase mas avanzada aquella
se verá afectada produciéndose una peritonitis por irritación química o contaminación
bacteriana cutos síntomas dominará el cortejo clínico de esta etapa final.
Por dichas razones la sintomatología mas especifica de cada afección será
especialmente evidente es sus etapas iniciales, circunstancia que incrementa el interés del
diagnostico precoz respecto al origen etiológico del síndrome.
Dolor abdominal:
Constituye el síntoma más importante y común del abdomen agudo como expresión
de la lesión tisular que lo determina. A su vez apremia sobre la necesidad de realizar un
diagnóstico rápido y de aplicar una terapéutica inmediata. Es por ello que su valoración
meticulosa es de gran utilidad diagnostica, no debiéndose amortiguar su expresividad
clínica hasta haber detectado du origen. Solamente a partir de este momento podrán
administrarse analgésicos. Por otra parte, el dolor abdominal representa una
manifestación precoz del síndrome y mantiene sus características peculiares durante
las fase s iniciales del mismo, ya que tardíamente se transforma en un dolor
peritonitico de difícil matización.
Neuroanat omía del dolor abdominal:
El aparato sensorial receptor del dolor esta constituido por terminaciones nerviosas
libres emplazadas a nivel de la pared abdominal, peritoneo y vísceras del abdomen. Los
estímulos desencadenados por las distintas agresiones (mecánicas, químicas, o vascular)
son transmitidos por las denominadas fibras C de Gasser, que están escasamente
mielinizadas, de pequeño calibre y conducción lenta. Estas características las
diferencia de las fibras mielinizadas fibras sensitivas A-delta, gruesas y de conducción
rápida de los estímulos dolorosos provocados en la periferia (piel, músculos), el
dolor abdominal es conducido inicialmente a través de los nervios autónomos
simpáticos (dolor procedente de las vísceras del peritoneo visceral), aunque también
puede hacerlo a expensas de los nervios intercostales y del nervio frénico del sistema
somático o cerebroespinal (dolor procedente de las raíces de los meses y del
peritoneo parietal: paredes del abdomen, diafragma y suelo pelviano). Como se indica,
su conducción por uno u otro sistema dependerá de la localización de los receptores
comprometidos por la agresión. En cualquier caso, las fibras de ambas procedencia o
modalidades (autónomas simpáticas y cerebroespinales) coinciden a nivel de las raíces
espinales posteriores comprendidas entre el 5to segmento raquídeo dorsal o torácico y el
1er lumbar. Aproximadamente. Mientas que en los nervios somáticos las fibras del dolor
superficial se dirigen directamente hacia los ganglios raquídeos, el dolor visceral conducido
a expensas de los nervios simpáticos alcanza dichos ganglios por una vía mas compleja.
Estos nervios autónomos llevan a sus estímulos desde los receptores los receptores
viscerales hasta la medula por medio de los nervios esplácnicos, plexo mesenterios y
nervios pélvicos. En consecuencia, atraviesas los ganglios mesentéricos y celiaco,
alcanzan la cadena simpática latero vertebral, y finalmente sus fibras penetran en los
nervios periféricos (intercostales) mediante las ramas comunicantes blancas. A través de
los mismos alcanzan la raíz posteríos coinciden con las fibras cerebro espinales, ya que
ambas tienen localizado su cuerpo neuronal en el ganglio raquídeo dorsal correspondiente.
No parece que el nervio vago actúe en la conducción del dolor, aunque puede transmitir
determinadas sensaciones orgánicas (necesidad de defecar, náuseas y vómitos).
Las fibras eferentes de las neuronas ganglionares raquídeas ascienden en el interior
de la medula a una distancia variable para terminar en sinapsis con las células de la asta
posterior. Cada axón concretara entonces con las neuronas de este sector medular, incluso
a distintos niveles. Dichas neuronas de la asta posterior en consecuencia reciben impulsos
procedentes tanto del territorio esplácnico como de las estructuras superficiales (piel y
musculo). A su vez conectan con las neuronas motoras de la asta anterior y vegetativas de
la columna intermedio lateral de la medula, a expensas de neuronas intercalares.
Ello explica la impresión y difusión del dolor visceral, su manifestación referida a
sectores cutáneos de la misma métame, la contractura refleja de los músculos abdominales
y las eventuales consecuencias en la esfera vegetativa (sudoración, alteración del tránsito
digestivo etc.).
Desde las neuronas de la asta posterior el dolor sigue distintas vías ascendentes
siendo las más conocidas la espinotalámica lateral y medial que alcanzan la región
ventral posterior del tálamo. También se conduce por las vías espino reticulares que
hacen escala en la sustancia reticular para terminar en la porción dorsal y medial del tálamo.
Las neuronas de la corteza parietal y aéreas de asociación, en donde el dolor se matiza
con sus características de localización, intensidad y calidad.
Mecanismos del estímulo dolores:
El dolor intrabdominal puede ser desarrollado por diversos estimulo, mecánicos,
químicos y vasculares (hiperemia e isquemia) que producen las despolarizaciones
de las fibras receptoras periféricas la correspondiente transmisión de impulsos hacia
los centros superiores. Se ha implicado a diversas sustancias como responsables de
dichos impulsos, histamina, bradiquinina, serotonina, acetilcolina y prostaciclina,
habiéndose comprobado que disminuyen el umbral al dolor. Los factores físicos
culpables del dolor en las vísceras huecas son la distención y la contracción intensa de la
musculatura lisa que acontecen especialmente en la obstrucción intestinal y en los
episodios cólicos. A su vez el mesenterio es muy sensible a la tracción, y a la distención
intestinal. La distensión de las capsulas de las vísceras solidas y de la adventicia vascular
son asimismo otros factores mecánicos responsables del dolor intrabdominal. Por su parte,
el dolor ocasionado por inflamación, hiperemia, vascular e isquemia, está relacionado con
alteraciones químicas en las terminaciones nerviosas. Finalmente, los dolores que
proceden de la inervación cerebroespinal se desarrollan por circunstancias similares al
dolor cutáneo; estímulos mecanismo térmicos, químicos y osmóticos.
Variedades del dolor abdominal:
Se describen tres modalidades dolorosas con arreglo a su origen fisiopatológico,
aunque en la practica se encuentran imbricadas y son difíciles de diferenciar.
Dolor visceral:
Es percibido aplomadamente en el lugar del estimulo y conducido por fibras del
sistema nervioso autónomo, mal localizado, procede de la profundidad del abdomen con
carácter sordo e impreciso, aunque provoca en el paciente angustia y preocupación ante
lo desconocido. Las características poco matizadas de esta sensación dolorosa
obedecen a la relativa escasez de terminaciones nerviosas viscerales y a la falta de
adiestramiento cortical por ausencia de experiencias previas. Además, la interconexión de
fibras simpáticas aferentes y eferentes procedente de un extenso sector del abdomen
justifica los patrones dolorosos similares en las afecciones de las distintas vísceras.
En general el dolor visceral suele percibirse en la línea media por ser conducido a
través de las vías nerviosas de ambos lados. Con frecuencia se acompaña de
manifestaciones vágales con bradicardia, sudoración, nauseas o vómitos
hipotensión e inactividad.
Dolor sotico parietal o superficial:
A diferencia del anterior obedecer a la estimulación de fibras nerviosas
cerebroespinales emplazadas en el peritoneo parietal. Por ello tiene limites precisos
y se localiza a punta de dedo siendo mas agudo y delimitable que el dolor visceral. En
consecuencia, se caracteriza por ser de aparición brusca nítido y sin resultar extraño
al paciente. Puede acompañarse de hipersensibilidad e hiperestesia cutáneas, y
rigidez muscular. Como su impulso parten del peritoneo parietal enfermo se
intensifica cuando este es estimulado con la actividad física, movimientos, tos y
estornudo. Puede provocar manifestaciones simpáticas con taquicardia, palidez, y
reflejo de retirada.
Dolor referido:
Es aquel que se expresa en una localización distinta a su origen generalmente
cutánea. Queda explicado por la coincidencia en la misma metanera o segmento
medular de las fibras autónomas viscerales aferente con las fibras sensitivas
cerebroespinales procedentes de los territorios cutáneo, desembocando todas ellas
hacia las mismas área talámicas y corticales de esta suerte se produce un a
rebosamiento del dolor visceral que se expresaría sobre distintas áreas cutáneas,
variablemente localizadas en dependencia del origen del estimulo y conocidas como
zonas de head. Se interpreta que dichos estímulos dolorosos viscerales se diseminan
hacia zonas medulares, del mismo segmento o de los próximos, que también conducen
impulsos nociceptivos provocando su excitación y la expresión dolorosa en el
correspondiente sector cutáneo. El dolor referido puede acompañarse o no de hiperestesia
e hipersensibilidad cutáneas del dolor visceral se establecen preferentemente sobre áreas
más acostumbradas al dolor.
Por la conjunción de estas tres variedades, las manifestaciones dolorosas de los
distintos territorios abdominales adoptan características mas o menos peculiares. Así el
estomago inervado sensitivamente a expensas del plexo celiaco (raíces D,5 a D9), expresa
su dolor visceral en la zona media del epigastrio y su dolor somático a nivel del epigastrio y
cuadrante superior derecho del abdomen careciendo generalmente de dolor referido.
Vesícula y vías biliares poseen una inervación similar, por lo que su dolor visceral también
se traduce en el epigastrio y el somático sobre el cuadrante superior derecho. Sin embargo,
dichas estructuras tienen una zona de head muy concreta, irradiando su dolor referido hacia
el hombro derecho, región interescapular y Angulo inferior de la escapula derecha. En el
caso del páncreas, con inervación común a la de los órganos anteriores expresa su dolor
visceral y somático en el epigastrio, aunque el ultimo también se manifiesta en cinturón
sobre ambos hipocondrios. El dolor pancreático referido suele localizarse en la línea media
de la espalda a nivel de la 1era vertebra lumbar. Todo el intestino delgado y la mayor parte
del grueso, excepto el colon distal participa una inervación idéntica a expensas del plexo
mesentérico superior (raíces D10 a D12). Generalmente carecen de dolor cutáneo referido
su dolor visceral se expresa sobre la zona umbilical (salvo el colon proximal también lo hace
en el flanco derecho del abdomen), y su dolor somático surge en el lugar donde acontece
el estimulo del peritoneo parietal que en el caso del apéndice cecal es típicamente la fosa
iliaca derecha (la apendicitis aguda inicia sus manifestaciones dolorosas viscerales sobre
la zona umbilical, pero según se va desarrollando una irritación del peritoneo parietal
aquellas son desplazadas por los estímulos mas intensos y selectivos de carácter somático,
producidos en el peritoneo que tapiza la pared de la fosa iliaca derecha). El Colom distal es
inervado por el plexo mesenterio inferiores (raíces D 12 y L1), expresando su dolor visceral
en hipogastrio e inglés, el somático sobre la zona de irritación parietal vecina y el referido
hacia las ingles y cara interna del muslo.
En consecuencia, las características topográficas de las manifestaciones dolorosas
pueden orientas hacia la localización del proceso morboso. No obstante, su intensidad y
matización se encuentran supeditadas a otras influencias como ansiedad, angustia o miedo,
debiéndose recordar que en el anciano generalmente ofrece una menor expresividad
clínica. Normalmente aparecen en primer lugar el dolor visceral y el referido, ya que el dolor
somático solo surge cuando se produce irritación en el peritoneo parietal inmediatamente
próximo a la víscera lesionada. Cuando ello sucede el dolor se hace mas localizado e
intenso se incrementa cualquier estimulo mecánico (respiración, palpación cutánea,
contractura abdominal, y abolición de los movimientos parietales. Es el clásico dolor del
puritanismo localizado.
El dolor en la anamnesis del abdomen agudo:
Puede aceptarse que la intensidad y duración de las manifestaciones dolorosas son
directamente proporcionales a la gravedad del proceso, orientándonos en este sentido por
el aforismo de Cope; todo dolor abdominal agudo que se mantenga en un periodo superior
a las 6 horas suele corresponder a una emergencia de tratamiento quirúrgico. Sin embargo,
esta regla general no debe asumirse sin reservas, ya que un dolor sordo puede
corresponder a una afección grave, o una enfermedad relava mente banal puede
manifestarse con dolor intenso. En cualquier caso, la matización de las características
dolorosas durante el interrogatorio es sumamente útil para orientar el diagnostico.
Momento y modo de aparición:
Suele indicarnos el inicio de la afección determinante del abdomen agudo, ya que a veces
por su aparición brusca es sumamente elocuente como sucede cuando interrumpe
bruscamente el sueño. Así es agudo y violento en las perforaciones en las torsiones, y en
los infartos isquémicos. Se desarrolla progresivamente en los procesos inflamatorios y en
el íleo mecanismo sin compromiso vascular. A veces su aparición esta relacionada con
alguna circunstancia como traumatismos, hiperpresión abdominal, ingesta de alcohol o
fármacos, etc., que pude provocar una rotura visceral, el estallido un embarazo ectópico la
perforación de una ulcera o cualquier otra eventualidad.
Topografía:
Descrita anteriormente, en general comienza bajo la forma de dolor visceral
expresado en la línea media del abdomen, o de dolor irradiado y referido hacia la
correspondiente zona cutánea de head. Posterior me, con arreglo avanza el proceso, va
predominando el dolor parietal selectivo en la zona abdominal relacionada con el órgano
lesionado. A titulo orientativo, el dolor en el cuadrante superior derecho será sospechoso
de enfermedades hepatobiliares, del duodeno, o de la flexura hepática del colon. El
expresado en el cuadrante superior izquierdo suele corresponder a afecciones de la cola y
cuerpo del páncreas, bazo, y cola izquierda por encima del sigmoide. El epigastrio es la
zona mas selectiva de las afecciones gástricas. Si el dolor aparece en el cuadrante inferior
derecho habrá que pensar en patología apendicular, del íleon terminal, tracto urinario y
anejos derechos. Si lo hace en el cuadrante inferior izquierdo puede sugerir afecciones del
colon pelviano o rectosigmoidea, tracto urinario y anejos izquierdos.
No obstante, el dolor parietal puede sugerir extendido a todo el abdomen si este se
inunda bruscamente por algún elemento irritante (perforación de ulcera péptica, rotura de
un embarazo ectópico etc.) otras veces su difusión abdominal es progresiva, cuando el
fluido irritante se vierte paulatinamente a lo largo de las goteras parietocolicas. En este
caso, desde su localización inicial el dolor se extiende a ambos flancos del abdomen para
finalmente abarcar toda su superficie, e incluso a la región pelviana.
Carácter y evolución:
Son aspectos menos importantes que los anteriores al encontrarse en diversas
circunstancias que dificultan su valoración exacta. No obstante, en unos casos el dolor
paroxístico e Inter miéntete es revelador del peristaltismo de lucha ocasionado por una
obstrucción intestinal mientras que el que se inicia con toda su intensidad y de forma
constante es sugestivo de una perforación visceral. El dolor permanentemente y
progresivamente intenso puede corresponder a una isquemia intestinal o a un proceso
inflamatorio. En cualquier caso, la desaparición este síntoma no siempre debe interpretarse
como una mejora del proceso causal, sino que, por el contrario, con frecuencia acompañada
a sus estadios finales con fatiga intestinal en el caso del íleo mecánico y necrosis o muerte
tisular en las afecciones determinante de una isquemia.
Alteraciones del tránsito digestivo:
Los vómitos representan otra manifestación común del abdomen agudo, aunque
pueden faltar en numerosos procesos. Además, en parte depende de las características del
paciente
Así en el anciano puede ser sustituidos por las náuseas como expresión de las
disminuciones en su fuerza muscular y actividades reflejas. Lo mismo sucede con los niños
en los que la inapetencia repentina y las nauseas tienen un significado similar al vomito.
Numerosos procesos graves suelen cursar sin vómitos, como son los casos de las
perforaciones viscerales y de las hemorragias intrabdominales. En otras ocasiones, las mas
frecuentes el dolor precede a los vómitos, y así acontece en las estrangulaciones y en las
inflamaciones peritoneales sépticas como la apendicitis. En los cuadros obstructivos
intestinales el intervalo transcurrido hasta la aparición de los vómitos suele depender del
nivel en el que se localiza la colisión, y así son muy precoces cuando aquella asienta en el
intestino delgado proximal, y tardío o ausentes su lo hace sobre el sector distal del colon.
No obstante, los vómitos también pueden sugerir con anterioridad al dolor, circunstancia
especialmente frecuente en los cólicos biliares y ureterales.
Su aspecto vario asimismo con la causa que los determina. Será alimentario o de
contenido gástrico en las afecciones estomacales, biliar en los cólicos, y en las
obstrucciones intestinales depende del nivel de la oclusión. No obstante, en estas últimas
es común que tenga color verdoso en las fases iniciales, posteriormente amarillento, y
fecaloide en los estadios finales. También interesa detallar su cuantía, que duele ser
importante en las obstrucciones proximales del intestino delgado.
Los cambios en el habito intestinal:
También pueden aportar algunas orientaciones diagnosticas. La diarrea es un
síntoma importante de la apendicitis aguda, especialmente en niños estado provocada por
la irritación de la serosa peritoneal. Debe recordarse la seudodiarrea de las obstrucciones
altas eliminando el contenido intestinal presente por debajo de las oclusiones. Es
interesante conocer el aspecto de las heces ya que si son hemorrágicas indicaran el
sufrimiento isquemia de la pared intestinal y su tendencia a la necrosis. El tenesmo suele
presentarse en compromisos extrínsecos o intrínseco de la pared del recto 8absece
pelviano, isquemia, cáncer, inflamación). En el otro extremo, el estreñimiento absoluto y la
ausencia del peristaltismo con distención abdominal expresan la existencia de una
obstrucción avanzada o de una irritación peritoneal generalizada. Aunque la parálisis
intestinal constituye una fase tardía del abdomen agudo y no debe esperarse a su
instauración para realizar el diagnostico a veces surge precozmente junto a la distención
abrupta del abdomen como sucede en los vólvulos.
Alteraciones del estado general:
La rapidez e intensidad con que se establecen guardan relación directa con la
gravedad del proceso, de tal suerte que en unos casos el paciente no mostrara deterioro
en sus constante vitales mientras que en otros se encontrarais estado crítico, sin embargo,
esta eventualidad sele acontecer en usos etapas finales y nunca constituye un hallazgo
precoz salvo en accidente especialmente graves como la rotura ms va de una víscera
sólida, o de un aneurisma aórtico.
Fiebre y escalofríos:
Representan manifestaciones relativamente frecuentes del abdomen agudo,
despende tanto de su etiológica como de la edad del paciente, así los niños suelen
responder con elevaciones térmicas muy intensas mientras que en los ancianos estas son
escasa o inexistentes. Así miso la fiebre suele estar ausente en las fases finales de toxemia
y shock por peritonitis difusa. A su vez no es común que la elevación febril aparezca al inicio
del proceso, constancia que de producirse habla en contra de su origen abdominal. No
obstante, puede ser precozmente intensa escalofríos llamativos en los abscesos
intrabdominales, colangitis y pile flebitis.
Los trastornos hidroelectrolíticos:
Depende en su mayor parte de vomito especialmente copiosos y persistente. Ellos
ocasionan hipoclorémica, hipopotasemia y alcalosis metabólica. No obstante, el íleo del
intestino delgado suele originar acidosis por perdida de bicarbonato, siendo a su vez, as
intensa la hipopotasemia. Por lo tanto, el abdomen agudo suele ocasionar, con rapidez
variable, un estado cinco de deshidratación, hipoproteinemia y déficit de electrolitos. A
expensas del mismo el hematocrito estará aumentado salvo si existe hemorragia.
Mucha paciente muestra signos vegetativos de ansiedad, taquicardia, sudoración y
palidez. Al estudiar el dolor se hizo referencia al origen de los mismo. No obstante, a veces
forman parte de un estado de shock junto a una hipotensión variablemente severa,
frecuente en diversas eventualidades. Es precoz cuando obedece a una hemorragia
intrabdominal masiva (rotura de víscera solida) también es común y precoz en las
afecciones que ocasionan rave compromiso vascular (torciones, isquemia intestinal,
aneurisma disecante de la aorta) aparece tardíamente cuando es motivado por el
progresivo acumulo de fluidos o exudados en la cavidad peritoneal (peritonitis) o en el
interior de las asas intestinales (obstruccionen).
Exploración física:
Aporta hallazgos especialmente interesantes como primera medida han de
determinarse las constantes vitales del paciente (presión arterias, pulso, temperatura y
respiración).
En el examen general: se buscará posibles cambios en el color de la piel y mucosas
(palidez, cianosis, ictericia), existencia de manchas catanes, se valorará el grado de
hidratación y se observará la posición adoptada por el tronco y extremidades. Nunca se
prestará atención exclusiva al abdomen, sino que es absolutamente necesario realizar un
estudio físico en todo el cuerpo y de sus correspondientes órganos. Es este sentido la
exploración será especialmente detallada a nivel torácico. Debe recordarse que la
respiración superficial puede obedecer al dolor o a la distención abdominal, pero en otras
ocasiones los trastornos en dicha función corresponden a afecciones torácicas que simula
un abdomen agudo (neumonías basales, embolia pulmonar, pleuritis, neumotórax, IAM
etc.,) la exploración incluirá un examen neurológico y de la columna vertebral, ya que
procesos de estos orígenes también puede simular un abdomen agudo
El estudio particular del abdomen se iniciará con la inspección;
Esta detallara el contorno abdominal, el grado de movilidad parietal, y la existencia o no de
asimetrías peristaltismo visible, o cicatrices por intervenciones anteriores que de alguna
forma pueden relacionarse con la enfermedad actual.
La palpación abdominal se realizará con la mano caliente, con paciencia y cuidado
especialmente si el paciente es aprensivo o se encuentra molesto o nervios. Aquella se
efectuará con la punta de los dedos que se apoyaran absolutamente extendidos sobre la
superficie del abdomen para realizar el área dolorosa se preguntara al paciente sobre su
referencia topográfica. A continuación, la palpación se iniciará en un territorio alejado del
señalado por el enfermo. Con una presión superficial o suave se recorrerá toda la superficie
del abdomen, localizando la zona de máximo dolor. Al mismo tiempo se valorará el grado
de resistencia muscular o arieta efectivamente la contracta abdominal localizada o
generalizada su un signo precoz de irritación del peritoneo parietal, debe diferenciarse de
la defensa voluntaria realizada por el paciente ante el temor a experimentar dolor durante
la exploración del área mas sensible. Aquella desaparecerá si el enfermo es distraído con
preguntas o con otros procedimientos, mientras que la contractura involuntaria persiste.
La resistencia muscular localizada aparece sobre un cuadrante o un sector concreto
del abdomen, y muchas veces es típica (fosa iliaca derecha apendicitis o hipocondrio
derecho de hepatobiliar) en su forma generalizada e intensa vientre en tabla.
La sensibilidad de rebote o signo de Blumberg es así misma un signo importante de
irritación peritoneales explora durante las maniobras de palacio retirando bruscamente y sin
previo aviso la mano que presión el abdomen y comprobando que se despierta dolor más
intenso. Su apreciación localizada o difusa graduara la extensión del proceso.
Con la palpación también podaran evidenciarse visceromegalias dolorosas o no, y
eventuales masas o tumoraciones determinando su contorno forma y dimensiones. El signo
no de la oleada o una matidez que se desplaza revelara la existencia de liquido
intraperitoneal. El todo el caso de exploraran los orificios herniarios especialmente
expaciente con síntomas de obstrucción del intestino delgado.
La hiperestesia cutánea. Del abdomen también es un importante sino de diagnóstico
de inflamación del peritoneo parietal, aunque en muchos pacientes no se evidencia para su
búsqueda se toca suavemente la piel de los distintos escotes abdominales con la pena de
una aguja valorando en los mismo el grande de sensibilidad al pinchazo y el
correspondiente reflejo de retirada Erasmo de la musculatura parietal.
La percusión:
Servirá para detectar la distención por gas o por liquido (sonido timpánico o mate),
a su cómo su localización aunque la desaparición de la matidez hepática no mal es
usualmente acetada como presencia de aire libre en la cavidad peritoneal si existe un
importante distención intestinal aquel hallazgo se valorara con suma precaución ante el
mismo también deberá pensarse en el poco frecuente síndrome de chilaiditi (interposición
del colon entre el hígado y el diafragma que en la radiografía puede ofrecer una falsa
imagen de neumoperitoneo) la auscultación:
No ha de omitirse con objeto de reconocer posibles modificaciones sen os ruidos
intestinales que son intento y activos en las obstrucciones del intestino delgado y en las
fases iniciales de la oclusión de la arteria mesentérica superior, para desaparecer en la
peritonitis y a las pocas horas de desarrollada la isquemia intestinal.
Otro examen útil en el abdomen agudo es el tacto rectal:
Realizado con el paciente y posición de decúbito supino y con las piernas flexionada.
Permite conocer el estado del fondo de saco de Douglas detectando detectan su eventual
ocupación oro un coco lección supurada o de otro origen (sangre) o la existencia de una
semana dolorosa en la periferia del recto. A la vez puede aporta datos sobre el carácter de
las heces que impregnaran los dedos en guantadas en dependencia de que ocupen o no la
ampolla rectal y sobre la presencia de sangre en las misma. Finalmente, en la mujer también
es necesario efectuar una exploración pelviana sobre el útero y sus anejos, para descubrir
el volumen y la posición del útero y descubrir hipersensibilidad o masas a nivel asexual. La