Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Procedimientos Especiales Problemas de Aplicacion Del Codigo Procesal Penal de 2004 PDF
Procedimientos Especiales Problemas de Aplicacion Del Codigo Procesal Penal de 2004 PDF
manual
PROCEDIMIENTOS
ESPECIALES
Problemas de aplicación
del Código Procesal Penal de 2004
GACETA
manual
PROCEDIMIENTOS
ESPECIALES
Problemas de aplicación
del Código Procesal Penal de 2004
5
Procedimientos especiales
Precisamente en este libro (como en los otros tres que componen esta
obra) los autores pretenden llamar la atención acerca de esos aspec-
tos problemáticos que ya se han presentado en la práctica o que, even-
tualmente, podrían enfrentar los aplicadores del Derecho, sugiriendo
los criterios que podrían tenerse en cuenta para solucionarlos.
6
1
artículo
Problemas de aplicación e interpretación
de los procesos especiales
I. INTRODUCCIÓN
Una de las mayores novedades que el proceso penal del nuevo Código Pro-
cesal (NCPP) ha incorporado a la normativa nacional es la correcta tipifica-
ción de los procesos especiales. En ese sentido, tenemos un sistema de pro-
cesos especiales regulados de forma sistemática, lo que implica un mejor
entendimiento de estos mecanismos procesales.
[*] Coordinador del Área de Investigación de Derecho Procesal Penal del Instituto de Investigación de Derecho
Público. Miembro del Área Penal de Gaceta Jurídica.
9
Procedimientos especiales
Estos procesos se rigen por lógicas propias, buscando llegar a una mejor
justicia penal, pero son derivados del proceso ordinario o común que
instaura el Código Procesal Penal. Por ello el presente trabajo busca, a
diferencia de otros trabajos sobre el mismo tema, primero, conceptuali-
zar lo que es un proceso especial y buscar su justificación en el sistema
procesal. Esto es importante en la medida que nos dará herramientas
para poder afrontar los diversos problemas que se dan en el proceso de
reforma procesal penal. Por ello se analizará los problemas más relevan-
tes que se han podido suscitar, buscando incorporar criterios que pue-
dan ayudar a un mejor entendimiento y aplicación de estos procesos
especiales.
Los procesos, vistos desde la teoría general del proceso están clasificados[1]
de diversas maneras. Así se clasifica por la tendencia del Tribunal a actuar
el Derecho Penal o cualquier otra rama del derecho objetivo en procesos
civiles y penales, dando lugar a una diversidad de procesos. Además, en ra-
zón de la generalidad o especialidad, los procesos se dividen en ordinarios
y especiales; mientras que por la función que cumplen, los procesos –y los
procesos penales– se dividen en procesos de declaración, de ejecución y
cautelares.
Los primeros sirven para declara un derecho, en el caso especial del pro-
ceso penal para decidir si una persona ha cometido un delito o una falta, o
[1] MONTERO AROCA, Juan. Derecho jurisdiccional. Parte general. Tomo I, Tirant lo Blanch, Valencia, 2000,
p. 294 y ss.
10
Problemas de aplicación e interpretación de los procesos especiales
1. Proceso ordinario
Todos los procesos que no tienen ese carácter general del proceso ordina-
rio, en caso de la existencia de alguna laguna en su regulación legal, tie-
nen que remontarse a este proceso ordinario[3], pues la estructura de estos
[2] MONTERO AROCA, Juan. “Los privilegios en el proceso penal”. En: Proceso (civil y penal) y garantía: el
proceso como garantía de libertad y responsabilidad. Tirant Lo Blanch, Valencia, 2006, p. 480.
[3] LEONE, Giovanni. Tratado de Derecho Procesal Penal. Tomo II, Ediciones Jurídicas Europa - América,
Buenos Aires, 1963, p. 436. La disposiciones que disciplinan cada procedimiento especial por el hecho de
presentarse en derogación a las disposiciones concernientes al procedimiento ordinario, asumen en relación
a este carácter excepcional y, por lo tanto, no pueden ser objeto de aplicación analógica con respecto a la
disciplina del procedimiento ordinario, mientras que es obvio que las normas concernientes al procedimiento
11
Procedimientos especiales
procesos depende del de aquel. Como se verá, las estructuras de los proce-
sos especiales toman como referencia el proceso ordinario o común, así en
la terminación anticipada se da la etapa de investigación, pero no la etapa
intermedia ni de juicio, aunque sí la sentencia; en el proceso especial para
altos funcionarios se requiere la previa interposición de una denuncia cons-
titucional y se realiza por órganos jurisdiccionales especiales.
Así, tenemos que luego de la caída del sistema inquisitivo –en su más pura
expresión– con la revolución francesa se creó el proceso mixto que tomaba
la investigación del inquisitivo y el juicio oral del acusatorio. En el Perú se
dieron varias reformas luego de la República, entre ellas tenemos el código
de 1920 de una tendencia acusatoria aún incomprendida en su tiempo, por
ello se dio una contrarreforma que logró su culminación con la dación del
Código de Procedimientos Penales de 1940 que regresaba a su tendencia
inquisitiva.
Esto lo podemos ver de los procesos ordinarios destinados para conocer de-
litos: el proceso ordinario y el proceso sumario.
ordinario se aplican al procedimiento especial, a menos que resulte una derogación expresa o preveniente de
la estructura de dicho procedimiento.
12
Problemas de aplicación e interpretación de los procesos especiales
Luego se termina con la fase del juicio oral en la cual se debate la respon-
sabilidad del procesado, en esta fase la contradicción es limitada y sujeta
a reglas formales que la impiden. Asimismo, la prueba de oficio es la regla,
así como la intervención oficiosa de los jueces integrantes del Colegiado,
quienes realmente son los actores principales del juicio, cuando deberían
serlo las partes.
Si bien este panorama de cara a los principios del derecho procesal penal es
criticable, es mucho peor el otro procedimiento “ordinario” que, incluso, es
la que tramita la gran mayoría de causas penales.
Lo que es peor aun, el mismo juez que instruye es el mismo que sentencia,
siendo una violación expresa al principio de imparcialidad; sin embargo, en
nuestro país esta regulación fue aprobada (en España una regulación similar
fue declarada inconstitucional por su Tribunal Constitucional). Por ello se
dice que este proceso sumario responde únicamente a un proceso inquisiti-
vo y no a uno acusatorio o mixto con tendencia acusatoria.
13
Procedimientos especiales
Tomando estas críticas, y basándose en los principios básicos del sistema acu-
satorio, se tiene que en el nuevo sistema procesal penal, el proceso ordinario
y sumario se fundió en uno solo, a fin de respetar los derechos de defensa,
presunción de inocencia, inmediación, contradicción, imparcialidad, etc.
Así, tenemos que se tramitan bajo el nuevo proceso común, que es el nuevo
proceso ordinario, pues conoce todos los delitos que están ubicados en el
Código Penal. El nuevo proceso penal divide sus etapas en tres muy marca-
das: etapa de investigación preparatoria, etapa intermedia y juicio oral.
Luego, tenemos la etapa intermedia que tiene por función primordial diluci-
dar si concurren o no los presupuestos del juicio oral, esto es, si se ha acredita-
do suficientemente, a lo largo de la investigación preparatoria, la existencia de
un hecho punible y si se ha determinado a su presunto autor. Asimismo, tiene
por función criticar las actuaciones que se hubieren realizado a lo largo de la
investigación, es un análisis de la legalidad de las actuaciones.
[4] FENECH, Miguel. “Puntos de vista sobre el proceso penal español”. En: Estudios de Derecho Procesal. [S.E.],
Barcelona, 1962, p. 692. Citado por: ORMAZÁBAL SÁNCHEZ, Guillermo. El periodo intermedio del proceso
14
Problemas de aplicación e interpretación de los procesos especiales
Por último, tenemos la fase de juicio oral, que es la fase más importante del
proceso penal acusatorio, pues en él tienen plena vigencia los principios de
oralidad, inmediación, publicidad, contradicción etc., todas las etapas ante-
riores están en función de ella[5], así, constituye el verdadero debate penal,
pues en esta oportunidad procesal debe ponerse a prueba más allá de toda
duda razonable la culpabilidad del acusado[6].
c. Proceso de faltas
Por ello, señala Gimeno Sendra[7] que dentro de la clasificación tripartita que
inauguró el Código Procesal Penal napoleónico conforme a la cual las in-
fracciones penales habían de clasificarse en “crímenes” (o delitos muy graves
de la competencia del jurado), delitos y contravenciones, el juicio de faltas
está arbitrado para el enjuiciamiento de estos últimos actos antijurídicos,
que nuestro código penal diferencia nítidamente de los delitos, tanto por la
escasa lesión social, como por la mitigada entidad de la pena, la cual suele
ser privativa de libertad.
penal. McGraw-Hill, Madrid, 1997, p. 3. Señala que la etapa intermedia es la fase situada entre la investiga-
ción formalizada (investigación preparatoria o instrucción), que cumple el papel de filtro de lo actuado en la
investigación y que determina si una causa debe pasar o no a la fase del juicio oral; por ello se dice que la
fase intermedia se presenta como un periodo bifronte, pues de una parte, mira a la fase anterior (revisión de
la instrucción) y de otra, al juicio oral (ejercicio de la acusación, reconocimiento de la acción); hecho que la
caracteriza como periodo de transición, en el que se decide si el resultado de la fase concluida justifica el inicio
de la posterior.
[5] En ese sentido: BAYTELMAN, Andrés. “El juicio oral”. En: AAVV. Nuevo Proceso Penal. Lexis Nexos, Santiago
de Chile, 2000, pp. 228 y 229. Refiere que todos Los sistemas acusatorios comparados insisten en instalar al
juicio oral como la etapa central del procedimiento penal, negándole valor probatorio a los antecedentes reco-
gidos por el fiscal durante la investigación y resguardando la audiencia principal con un conjunto de garantías
procesales. En un modelo acusatorio, el proceso penal es el juicio oral. La investigación criminal no pasa de
ser un conjunto de actos administrativos, en ocasiones controlados jurisdiccionalmente, en ocasiones no. (…)
Lo cierto es que el juicio oral determina intensamente lo que ocurre en todo otro momento de la persecución
penal: el trabajo de la policía, las actuaciones del fiscal durante la investigación, la posibilidad de efectuar pro-
cedimientos abreviados (terminación anticipada) o terminar el caso a través de una salida alternativa, todo está
determinado por la sombra del juicio oral que se cierne sobre el resto de etapas, aun en la inmensa mayoría
de casos que jamás llegaran a él
[6] PÉREZ SARMIENTO, Eric Lorenzo. Fundamentos del sistema acusatorio de enjuiciamiento penal. Temis,
Bogotá, 2005, p. 147.
[7] GIMENO SENDRA, Vicente. Derecho Procesal Penal. Editorial Cólex, Madrid, 2007, p. 829.
15
Procedimientos especiales
Entonces, podemos señalar que, por lo general, existen dos procesos or-
dinarios, uno para delitos y otro para faltas; pues ellos son aplicables a la
generalidad de personas y a la generalidad de infracciones. Siguiendo a
Montero Aroca podremos decir que “por medio de ese proceso, los órganos
jurisdiccionales pueden conocer objetos de toda clase sin limitación alguna,
habiéndose establecido con carácter general. Se prevén en principio para
todo tipo de hechos punibles y se determinan atendiendo a su naturaleza:
faltas o delitos[8].
Acto seguido, el juez efectuará una breve relación de los cargos que apa-
recen del informe policial o de la querella. Cuando se encontrare presente
el agraviado, el juez instará una posible conciliación y la celebración de un
acuerdo de reparación de ser el caso. Si se produce, se homologará la conci-
liación o el acuerdo, dando por concluida las actuaciones.
[8] MONTERO AROCA, Juan, et ál. Derecho jurisdiccional: proceso penal. Tomo III. Tirant lo blanch, Valencia,
2007, pp. 305 y 526.
16
Problemas de aplicación e interpretación de los procesos especiales
otros actos de prueba, el juez dará por concluido el debate y dictará inme-
diatamente la sentencia correspondiente. La sentencia puede pronunciarse
verbalmente y su protocolización por escrito se realizará en el plazo de dos
días.
2. Procesos especiales
[9] MAZA MARTÍN, José Manuel. “Breves apuntes para una reforma del juicio de faltas”. En: Revista del Poder
Judicial, España, Número especial XIX de 2006, pp. 375 y 376. Citado por: NEYRA FLORES, José Antonio.
Manual del nuevo proceso penal & litigación oral. IDEMSA, Lima, 2010, p. 480.
[10] LEONE, Giovanni. Ob. cit., p. 435. El concepto de procedimiento especial es negativo, esto es, caracterizado
por la derogación al procedimiento ordinario, pero no puede asumir un contenido positivo, ya que existen tan-
tos procedimientos especiales, configurando cada uno de ellos de acuerdo a un esquema propio, cuantas son
las situaciones particulares que aconsejan derogar el esquema del procedimiento ordinario: lo cual, por otra
parte es natural dada la heterogeneidad de tales situaciones.
17
Procedimientos especiales
18
Problemas de aplicación e interpretación de los procesos especiales
por ese motivo es que Monroy Gálvez[18] lo define como “el conjunto dialéc-
tico, dinámico y temporal de actos que se realizan durante la ejecución de
la función jurisdiccional del Estado, bajo su dirección, regulación y con el
propósito de obtener fines (…) Los que son comunes a todos los partici-
pantes del proceso”, es decir, el proceso es lo que esta detrás de las formas,
de la sucesión de actos, el proceso implica contradicción entre partes que
hacen dinámica esta relación jurídico procesal, es lo que da vida al segundo
concepto que estudiaremos: el procedimiento.
[18] MONROY GÁLVEZ, Juan. Introducción al proceso civil. Tomo I. Editorial Temis, Santa Fe de Bogotá, 1996,
p. 135. El proceso es el medio jurídico, el instrumento, con el que los órganos jurisdiccionales cumplen las
funciones asignadas constitucionalmente. MONTERO AROCA, Juan, et ál. Derecho jurisdiccional: proceso
penal. T. III. Ob. cit., p. 289.
[19] Procedimiento es el conjunto de normas o reglas de conducta que regulan la actividad, participación y las
facultades y deberes de los sujetos procesales y también la forma de los actos realizados en un proceso o en
partes de este, provistos por el Estado con anticipación a su inicio. MONROY GÁLVEZ, Juan. Ob. cit., p. 135.
[20] MONTERO AROCA, Juan, et ál. Derecho jurisdiccional: proceso penal. Tomo III. Ob. cit., p. 290.
[21] Ibídem, pp. 290 y 291.
[22] Ibídem, p. 291.
19
Procedimientos especiales
a. Regulación en el CdePP
b. Regulación en el NCPP
20
Problemas de aplicación e interpretación de los procesos especiales
[24] Ibídem, pp. 426-428. Existen dos tipos de procesos especiales: aquellos que recurren a formas simplificadas
de tramitación del proceso penal (como son los casos de la terminación anticipada, el proceso inmediato y
la colaboración eficaz) que desarrollan un trámite reducido en comparación con el proceso común y aquellos
que existen por la mayor idoneidad de su trámite para conocer ciertos casos (como el proceso de seguridad,
el proceso por ejercicio privado de la acción penal, el proceso por razón de la función pública).
[25] STC Exp. N° 1277-2003-HC/TC, caso Orlando Montesinos Torres. La igualdad ante la ley no es sólo un princi-
pio constitucional, sino también un derecho subjetivo que garantiza el trato igual entre los iguales y el desigual
entre los desiguales. En ese sentido, y con objeto de determinar cuándo se está frente a una medida que
implica un trato desigual no válido a la luz de la cláusula de la igualdad, la medida diferenciadora no solo debe
sustentarse en una base objetiva, sino, además, encontrarse conforme con el test de razonabilidad. Mediante
este test se controla, en primer lugar, si el tratamiento diferenciado está provisto de una justificación; en se-
gundo lugar, si entre la medida adoptada y la finalidad perseguida existe relación y, finalmente, se determina si
se trata de una medida adecuada y necesaria, esto es, si respeta el principio de proporcionalidad.
[26] En sentido contrario y desarrollando la tesis que los procesos especiales se definen de modo negativo LEONE
dice que: “No puede valer siquiera para caracterizar el procedimiento especial, el objeto particular de la rela-
ción procesal contemplando en función de la naturaleza de la imputación (…). A nuestro juicio la especialidad
tratándose de materia procesal, solo puede inferirse de la disciplina del procedimiento: cuando un procedi-
miento se regula de manera diferente que el procedimiento ordinario, nos hallamos en presencia de un pro-
cedimiento especial (…). Por consiguiente procedimiento especial es cualquier procedimiento cuya disciplina
presente, en todo o en parte, una derogación al esquema del procedimiento ordinario (…). Cualquier deroga-
ción al tipo de procedimiento así descrito [instrucción, etapa intermedia, juicio], da lugar a un procedimiento
21
Procedimientos especiales
Por ello, cada proceso especial está diseñado para una situación especial
(pero siempre teniendo como base el proceso ordinario), así se reconoce
en la doctrina; por ejemplo Montero Aroca[27] dice que “[en estos] no exis-
ten sino simples particularidades en algunos aspectos de aquellos procedi-
mientos [ordinarios] –esencialmente en su fase preliminar- considerándose
la condición de la persona a enjuiciar, el tipo de delito y la forma de su co-
misión. Gimeno Sendra[28] refiere que la existencia de procesos especiales ha
de encontrar su justificación en razones especificas, que en el orden penal
pueden derivarse fundamentalmente de las características del delito o de la
persona a enjuiciar, y la necesidad de lograr una mayor eficacia y celeridad
por razones de política criminal, que pueden aconsejar al legislador la adop-
ción de reglas procesales especiales ante la inadecuación de las comunes
para lograr tales objetivos.
Por ello, San Martín Castro[29] señala que los procesos especiales están pre-
vistos para delitos muy concretos o para circunstancias especificas de es-
pecial relevancia procesal, que obliga a una configuración procedimental
propia, alejada del procedimiento ordinario y que de modo general están
informados por los principios de celeridad, simplificación y consenso, según
el caso.
especial, que se caracteriza solamente bajo este aspecto (…)” LEONE, Giovanni. Ob. cit., pp. 437 y 438. Como
apuntamos líneas arriba, no somos partidarios de esta teoría.
[27] MONTERO AROCA, Juan, et ál. Derecho jurisdiccional: proceso penal. Tomo III. Ob. cit., p. 526
[28] GIMENO SENDRA, Vicente, et ál. Derecho Procesal Penal. Proceso penal. Ob. cit., p. 563.
[29] SAN MARTÍN CASTRO, César. “Introducción general al estudio del nuevo Código Procesal Penal (apuntes
preliminares)”. En: CUBAS VILLANUEVA, Víctor (coord.) El nuevo Código Procesal Penal. Estudios fundamen-
tales. Palestra, Lima, 2005, p. 15.
[30] Ídem.
22
Problemas de aplicación e interpretación de los procesos especiales
Como vemos, esto se condice con el NCPP ya que los procesos por razón de
la función pública, y el de seguridad, se han dado por razón de la persona
a quien se procesa; el proceso por delito de ejercicio privado de la acción
penal es por razón del delito y la acción privada, el proceso de terminación
anticipada y proceso por colaboración eficaz, se dan por motivos de celeri-
dad procesal y la facultad negocial de las partes. El proceso inmediato se da
por la suficiencia probatoria.
1. Proceso inmediato
a. Antecedentes
[31] BUTRÓN BALIÑA, Pedro. La conformidad del acusado en el proceso penal. McGraw-Hill Interamericana de
España editores, Madrid, 1998, pp. 35 y 36.
23
Procedimientos especiales
24
Problemas de aplicación e interpretación de los procesos especiales
judicial, y sobre todo reiterar conductas delictivas, lo que genera una impre-
sión generalizada de aparente impunidad y de indefensión de la ciudadanía
ante cierto tipo de delitos[35].
2. Delitos de hurto.
3. Delitos de robo.
6. Delitos de daños.
[35] RIFA SOLER, José Maria; GONZÁLES, Manuel Richard y RIAÑO BRUN, Iñaki. Derecho Procesal Penal.
Instituto Navarro de Administración Pública, Pamplona, 2006, p. 496.
25
Procedimientos especiales
hurto simple, hurto agravado, tobo tipo básico, robo agravado, microcomer-
cialización de drogas. Teniendo como presupuesto fundamental el que haya
una actividad probatoria suficiente como para dejar de lado la instrucción lo
que se evidencia en que para instar esta institución debe de existir, flagran-
cia, confesión o evidencia suficiente.
Pues como sabemos, la etapa de instrucción del CdePP tiene como objeto
reunir los elementos de convicción, de cargo y de descargo, que permitan
al fiscal decidir si formula o no acusación y, en su caso, al imputado prepa-
rar su defensa siendo su finalidad determinar si la conducta incriminada es
delictuosa, las circunstancias o móviles de la perpetración, la identidad del
autor o partícipe y de la víctima, así como la existencia del daño causado,
por lo que si con lo actuado en la investigación preliminar se tiene elemen-
tos probatorios suficientes para sustentar una acusación, ya no es necesario
realizar la instrucción.
b. Presupuestos
El proceso inmediato del NCPP requiere para poder instarse el contar con
elementos que aboguen por la realidad del delito, el NCPP, a la usanza
italiana, lo ha esbozado en el sentido que el fiscal debe contar con un caso
que tenga: 1. Suficiencia probatoria, 2. Flagrancia o 3. Confesión del impu-
tado.
i) Flagrancia
[36] CAROCCA PÉREZ, Alex. El nuevo sistema procesal penal. Lexis nexos, Santiago de Chile, 2004, p. 163.
26
Problemas de aplicación e interpretación de los procesos especiales
[37] CLARÍA OLMEDO, Jorge. Derecho Procesal Penal. Tomo II, Rubinzal-Culzoni editores, Buenos Aires, p. 368
[38] La norma original señalaba que la Policía detendrá, sin mandato judicial, a quien sorprenda en flagrante delito.
Existiendo esta cuando: la realización del hecho punible es actual y, en esa circunstancia, el autor es descu-
bierto, o cuando es perseguido y capturado inmediatamente de haber realizado el acto punible o cuando es
sorprendido con objetos o huellas que revelen que acaba de ejecutarlo. Sin embargo, esta fue modificado por
el artículo 3 del Decreto Legislativo Nº 983, publicado el 22 de julio de 2007 que determinaba que la Policía
detendrá, sin mandato judicial, a quien sorprenda en flagrante delito. Existe flagrancia cuando el sujeto agente
es descubierto en la realización del hecho punible, o acaba de cometerlo, o cuando: a) ha huido y ha sido
identificado inmediatamente después de la perpetración del hecho punible, sea por el agraviado, o por otra
persona que haya presenciado el hecho, o por medio audiovisual o análogo que haya registrado imágenes de
este y, es encontrado dentro de las 24 horas de producido el hecho punible; b) Es encontrado dentro de las 24
horas, después de la perpetración del delito con efectos o instrumentos procedentes de aquel o que hubieren
sido empleados para cometerlo o con señales en sí mismo o en su vestido que indiquen su probable autoría o
participación en el hecho delictuoso. Esta misma fue modificada por el artículo 1 de la Ley N° 29372, publicada
el 9 de junio de 2009, y luego por artículo 1 de la Ley Nº 29569, publicada el 25 de agosto de 2010; quedando
la norma solo con los siguientes supuestos: 1. el agente es descubierto en la realización del hecho punible, 2.
El agente acaba de cometer el hecho punible y es descubierto, 3. El agente ha huido y ha sido identificado du-
rante o inmediatamente después de la perpetración del hecho punible, sea por el agraviado o por otra persona
que haya presenciado el hecho, o por medio audiovisual, dispositivos o equipos con cuya tecnología se haya
registrado su imagen, y es encontrado dentro de las veinticuatro (24) horas de producido el hecho punible,
y; 4. El agente es encontrado dentro de las veinticuatro (24) horas después de la perpetración del delito con
efectos o instrumentos procedentes de aquel o que hubieren sido empleados para cometerlo o con señales en
sí mismo o en su vestido que indiquen su probable autoría o participación en el hecho delictuoso.
27
Procedimientos especiales
ii) La Confesión
[39] Donde la intervención policial es posterior al momento que fue descubierto cometiendo el hecho por el mismo
agraviado, parientes o terceros o cuando la misma víctima reduce al agresor, logrando escapar este, circuns-
tancia en la que se incorpora a perseguirlo la policía, logrando capturarlo.
[40] Donde la aparición de datos indiciarios objetivos que constituye para una persona media, de nuestra sociedad,
motivos racionalmente suficientes para concluir que nos hallamos ante un ilícito temporalmente próximo o
material, queda configurada cuando el policía hace el descubrimiento del hecho delictivo, determinando su
intervención.
[41] CAFFERATA NORES, José. La prueba en el proceso penal. De Palma, Buenos Aires, 1998, p. 161.
28
Problemas de aplicación e interpretación de los procesos especiales
c. Trámite
Sin embargo, y como señala el Acuerdo Plenario citado, en este caso resulta
necesario que el requerimiento de incoación de este proceso incorpore los
mismos elementos que una disposición de formalización de investigación
preparatoria, para así no causar indefensión. Por ello, este requerimiento
debe contener los requisitos del artículo 336.2 del NCPP[43]. Como se puede
ver, en este problema imperó una solución que se basa en las reglas del pro-
ceso ordinario, esto de conformidad con el derecho de defensa.
Siguiendo con el trámite, tenemos que el artículo 448 señala que el juez
de la investigación preparatoria, previo traslado al imputado y a los demás
sujetos procesales del requerimiento, por el plazo de tres días, decidirá di-
rectamente en igual plazo de tres días, si procede el proceso inmediato o si
29
Procedimientos especiales
Algunos autores han considerado que este trámite es escrito[44], sin embar-
go, el Acuerdo Plenario Nº 6-2010/CJ-116, emitido por la Corte Suprema,
señala que en el marco de los principios de oralidad, inmediación, contra-
dicción y publicidad –así como para evitar la indefensión–, que inspiran el
nuevo Código Procesal Penal, puede ser factible, atento a las circunstancias
de la causa, establecer una audiencia para el proceso inmediato, que se se-
guirá conforme a las pautas establecidas de manera genérica por el artículo
8 del NCPP. Esto es positivo, toda vez que, se pone de relieve la importancia
del sistema de audiencias en un sistema acusatorio, siempre y cuando esto
no entorpezca la celeridad del trámite de proceso inmediato, toda vez que
está previsto para simplificar el proceso penal.
Sin embargo, han surgido una serie de críticas, pues en el trámite de proceso
inmediato no se ha estipulado la existencia de una etapa intermedia, pues la
finalidad de este proceso es evitarla –así como la investigación–; sin embar-
go, esta etapa es importantísima en la medida que posibilita que cualquier
causa no ingrese a juicio oral, es decir, excluye procesos innecesarios.
El Acuerdo Plenario citado ha referido que este control está a cargo del juez
de juicio oral, quien analizará la acusación de acuerdo al artículo 349 del
NCPP, luego dictará auto de enjuiciamiento.
[44] En ese sentido, señala el Primer Pleno Jurisdiccional Distrital en Materia Procesal penal de la Corte Superior
de Justicia de Moquegua 2009 de 28 de mayo de 2009 que se tiene que privilegiar el Principio de Legalidad,
conforme a lo establecido en los artículos 446 al 448 del Código Procesal Penal, debiéndose dar estricto cum-
plimiento a dichas normas, por lo tanto el Juez de la Investigación Preparatoria no puede realizar una audiencia
preliminar de control de acusación en el proceso inmediato.
30
Problemas de aplicación e interpretación de los procesos especiales
[45] Sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos del 26 de octubre de 1986 recaído en el caso De
Cubber vs. Bélgica.
31
Procedimientos especiales
Como reglas adicionales tenemos que el artículo 488.3 señala que de ser
pertinente, antes de la formulación de la acusación, a pedido del imputado
puede instarse la iniciación del proceso de terminación anticipada.
El artículo 488. 4 señala que notificado el auto que rechaza la incoación del
proceso inmediato, el fiscal dictará la disposición que corresponda dispo-
niendo la formalización o la continuación de la investigación preparatoria.
[46] Señala el Primer Pleno Jurisdiccional Distrital en Materia Procesal penal de la Corte Superior de Justicia de
Moquegua, del 28 de mayo de 2009, que de no haber una etapa intermedia en el proceso inmediato se corre
el riesgo de contar con: a) una imputación que no sea precisa, clara y concreta como lo ha venido exigiendo el
Tribunal Constitucional, b) una imputación sin prueba que la respalde o existiendo prueba esta podría ser im-
pertinente, prohibida, sobreabundante o de imposible consecución, y; c) una acusación con defectos formales.
32
Problemas de aplicación e interpretación de los procesos especiales
Para otros esto no puede ser así, porque la acusación directa es parte del
proceso común pero simplificado, en cambio, el proceso inmediato es un
proceso especial[48].
[47] Informe Final Pleno Jurisdiccional Distrital Penal 2010 de la Corte Superior de Justicia de la Libertad
“Dr. Florencio Mixán Mass” in memorian de 22 de julio de 2010.
[48] Ídem, señala que el requerimiento fiscal de acusación directa no debe adecuarse al trámite del proceso in-
mediato porque la acusación directa es una de las opciones simplificadas que el CPP le proporciona al Fiscal
para efectivizar sus prerrogativas constitucionales y legales, específicamente, ante el supuesto de fuerza
conviccional de las Diligencias Preliminares, privilegiándose la celeridad del proceso. Asimismo, a diferencia
del proceso inmediato, la acusación directa no precisa del previo interrogatorio del imputado. Adicionalmente,
los mecanismos de defensa (incluso la nulidad) y pedidos de constitución en actor civil, pueden plantearse una
vez notificado el requerimiento de acusación directa. Por último, la acusación directa es más garantista que el
proceso inmediato; pues contempla la etapa intermedia.
33
Procedimientos especiales
Este proceso legislado con mucha mayor técnica legislativa que el regu-
lado en el Código de Procedimientos Penales de 1940 recoge tres espe-
cialidades procesales, el proceso por delitos de función atribuidos a altos
funcionarios, procesos por delitos comunes atribuidos a congresistas y
altos funcionarios y proceso por delito de función atribuido a otros fun-
cionarios públicos.
Por ello, Montero Aroca señala que estamos ante tutelas judiciales privilegia-
das, pues se han creado para favorecer determinado grupo de poder[49]. Este
tipo de consideraciones se han entendido como gravosas para la igualdad
[49] MONTERO AROCA, Juan. “Los privilegios en el proceso penal”. Ob. cit., p. 481.
34
Problemas de aplicación e interpretación de los procesos especiales
Estos privilegios consisten en los llamados vías previas al proceso penal co-
mún, como son el antejuicio constitucional, la inmunidad y la indagación
preliminar a cargo de la fiscalía de la nación. Estos actos, extraños a un pro-
ceso común, constituyen la especial regulación que se hace de estos proce-
sos, además de las reglas de competencia, pues es a nivel de la Corte Supre-
ma y no de otra instancia de menor jerarquía:
[50] El Congreso no puede atribuir responsabilidad penal; al no ser parte de un proceso penal, busca determinar la
existencia de indicios razonables de delito, en los supuestos del artículo 99 de la Constitución, mientras que
en el supuesto del artículo 93 busca eliminar la presencia de móviles políticos. SÁNCHEZ MERCADO, Miguel
Ángel. “El proceso especial por razón de la función pública. Arts. 449 a 455 del Código Procesal Penal”. En:
AA.VV. Comentarios al nuevo Código Procesal Penal. Ara, Lima, 2009, p. 499.
[51] SALINAS MENDOZA, Diego. “El nuevo proceso penal especial por razón de la función pública”. En: Actualidad
Jurídica, Tomo 188, julio de 2009, p. 151.
35
Procedimientos especiales
• Presidente de la República.
• Congresistas.
• Ministros de Estado.
[52] Ídem.
[53] Pues vencido el plazo de cinco años, previsto en el artículo 99 de la Constitución, siempre que no se haya
incoado el proceso penal, el ex alto funcionario público estará sometido a las reglas del proceso penal común.
36
Problemas de aplicación e interpretación de los procesos especiales
• Fiscales supremos.
• Contralor general.
Este proceso se regirá bajo reglas del proceso común, el enjuiciamiento será
realizado por un juzgado colegiado, procediendo el recurso de apelación y
casación.
37
Procedimientos especiales
• Procurador público.
3. Proceso de seguridad
38
Problemas de aplicación e interpretación de los procesos especiales
[54] Señala MIR PUIG que “pese a las diferentes concepciones que se han sustentado y se siguen sustentando
sobre las condiciones de la imputación personal, existe consenso en entender que, además de la antijuricidad
como juicio despersonalizado de desaprobación sobre el hecho, el delito requiere la posibilidad de impu-
tación de ese hecho desvalorado a su autor”. MIR PUIG, Santiago. Derecho Penal. Parte general. Tecfoto,
Barcelona, 1998, p. 545.
[55] VILLA STEIN, Javier. Derecho Penal. Parte general. Lima, San Marcos, 2001, p. 380
[56] Esta adopción de la edad de 18 años para determinar la imputabilidad de una persona es una elección legisla-
tiva, que convierte, a través de una presunción iure et de iure, en inimputables a los menores de 18 años, pues
se considera que en la evolución de la personalidad del habitante peruano promedio a los 18 años recién sería
maduro como para poder comprender la ilicitud de su conducta.
[57] VILLA STEIN, Javier. Ob. cit., p. 389.
39
Procedimientos especiales
Para los casos en los cuales los procesados son inimputables, la sanción
no puede ser la pena, pues esta se encuentra dirigida a las personas
imputables, quienes entienden el desvalor que significa la imposición de esta.
[58] ROXIN, Claus. Derecho Penal. Parte general. Fundamentos. La estructura de la teoría del delito. Tomo I,
Civitas, Madrid, 1997, pp. 828 y 833.
[59] VILLA STEIN, Javier. Ob. cit., p. 405
[60] Ibídem, p. 412
40
Problemas de aplicación e interpretación de los procesos especiales
b. Regulación procesal
El proceso de seguridad instaurado por el NCPP viene a salvar una gran defi-
ciencia de nuestra anterior regulación procesal, ya que no había una regula-
ción expresa de este tema. En ese sentido la Segunda Sala Penal Transitoria
de la Corte Suprema trató de corregir las deficiente regulación para imponer
medidas de seguridad en la Ejecutoria Suprema recaída en el Recurso de
nulidad N° 104-2005-Ayacucho, donde señaló:
41
Procedimientos especiales
Para ver mejor las diferencias adjuntamos un cuadro tomado del libro de
Neyra Flores[61]:
42
Problemas de aplicación e interpretación de los procesos especiales
Sin embargo, la Corte Suprema señaló que “la discusión si el proceso co-
mún es diferente al proceso de seguridad no se puede responder en abs-
tracto. Es claro que cambia su objeto jurídico: el proceso de seguridad dis-
cute no sólo los hechos, aspecto en el que es idéntico al proceso común,
43
Procedimientos especiales
[62] Sin embargo, la Corte Suprema resolvió este problema aplicando las normas de preclusión, así señala: “Lo
que en verdad inobservó el Tribunal de Apelación al extender la anulación de lo actuado al auto de transfor-
mación del proceso es, precisamente, el principio de preclusión procesal, que integra la garantía del debido
proceso. La decisión anulada no guarda relación con el vicio que detectó y censuró, única posibilidad legal
de hacerlo conforme al artículo 154, apartado 1), del CPP. No hay dependencia entre el vicio que se dice
incurrió el Tribunal de Primera Instancia, centrado en el juicio de culpabilidad, con la declaración previa de
transformación de la causa en común. Es de aplicación, por tanto, el artículo 150, literal d), del NCPP. Cabe
puntualizar que el nuevo juicio oral que realizará el Tribunal Penal de Primera Instancia, en los marcos amplios
de la discusión procesal y de acuerdo a las pretensiones de las partes, podrá dilucidar ampliamente si son de
aplicación los artículos 20.1 y 71 y siguientes del Código Penal. Es de recordar que el auto de transformación
del proceso no causa estado, no genera cosa juzgada, por lo que a la luz del debate oral y de la discusión pe-
ricial –recuérdese que la etapa principal es el enjuiciamiento– el Tribunal podrá muy bien optar por la decisión
que considere arreglada a derecho. Desde luego no será pertinente una discusión incidental tendente a poner
en crisis el juicio para que se suspenda la causa y se reoriente al juicio de seguridad, porque ello vulneraría
el principio de concentración procesal, pero sí una discusión de fondo acerca de la aplicación de normas de
Derecho penal material referentes al juicio de imputabilidad y a la necesidad y proporcionalidad de una posible
medida de seguridad. Limitar esa posibilidad al imputado sería, eso sí, restringir irrazonablemente su derecho
de defensa y producirle efectiva indefensión material”.
44
Problemas de aplicación e interpretación de los procesos especiales
[63] MARTÍNEZ HUAMÁN, Raúl Ernesto. “Ejercicio privado de la acción penal en la aplicación del Código Procesal
Penal de 2004”. En: Procedimientos especiales: problemas de aplicación del Código Procesal Penal de 2004.
Gaceta Jurídica, Lima (en prensa).
45
Procedimientos especiales
5. Terminación anticipada
Así el plea bargaining es una modalidad del guilty plea (declaración de cul-
pabilidad), que se estableció hace más de 100 años en Estados Unidos, de
forma consuetudinaria, sin asidero legal ni jurisprudencial hasta los años se-
tenta donde recién se reconoce de forma jurisprudencial. Pero esta práctica
es exportada luego de la Segunda Guerra Mundial a los países de Europa,
quienes lo acogen bajo su propia concepción, así en Alemania se regula el
absprache y en Italia el patteggiamento, para casos de mínima criminalidad.
46
Problemas de aplicación e interpretación de los procesos especiales
Algunos autores han señalado que solo se puede aplicar esta institución
hasta que finalice la investigación preparatoria, la otra parte de la doctrina
señala que se puede aplicar aun en la etapa intermedia, pues es un criterio
de oportunidad.
[64] “Esta idea encuentra asidero en que este es el único lugar donde se trataría el principio de oportunidad como
criterio de oportunidad, lo que, en apariencia, es un error”. BROUSSET SALAS, Ricardo. Citado por: IBARRA
ESPÍRITU, Carlos Enrique. “La aplicación de la terminación anticipada en la etapa intermedia del nuevo
proceso penal”. Disponible en: <http://www.incipp.org.pe/index.php?mod=documento&com=documento>.
47
Procedimientos especiales
[65] BENAVENTE CHORRES, Hesbert. “La terminación anticipada del proceso en el Código Procesal Penal de 2004:
aspectos conceptuales y procedimentales”. En: Gaceta Penal & Procesal Penal. Tomo 2, agosto de 2009, p. 24.
[66] MONCADA CASAFRANCA, Vanessa. “La aplicación de la terminación anticipada en la etapa intermedia en
el nuevo Código Procesal Penal”. En: Revista de Derecho y Ciencia Política. Facultad de Derecho y Ciencia
Política de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Vol. 66, N° 1 - N° 2, 2009, p. 377 y ss.
[67] Vide Acuerdo Plenario Nº 5-2008/CJ-116 del dieciséis de noviembre de 2008.
48
Problemas de aplicación e interpretación de los procesos especiales
todo proceso tuviera que finalizar en un juicio oral, donde se pudiera llegar
a la verdad de los hechos (verdad aproximativa). Sin embargo, el Estado ha
fracasado en este intento, no puede llevar a juicio oral a todos los casos,
frente a su impotencia se crea este medio de juzgar que implica un auxilio
para el Estado, es decir, es un arma que facilita la aplicación de la pena, no
por razones justas, sino por razones de necesidad, ahora lo peligroso es que
la razón sea una razón de Estado.
Así pues, este proceso penal debería ser la excepción y no la regla –a pesar
de la referida y ansiada descarga procesal– para usarla debe de estar reves-
tida de todas las garantías y no aplicarse por mera voluntad. De ahí que, si
se quiere usar en la etapa intermedia debe de garantizarse el derecho de
defensa de todos los intervinientes, así como la absoluta comprensión del
posible condenado.
Siguiendo con el trámite del proceso tenemos que una vez arribado a un
acuerdo provisional, este será revisado por el juez quien de aprobarlo dicta-
rá sentencia en este sentido. Esto no implica que las partes de manera infor-
mal hayan acordado antes los términos del acuerdo por lo que la aplicación
del traslado a la otra parte por parte del juez y la realización de la audiencia
pasen por una mera formalidad[68].
[68] UGAZ ZEGARRA, Ángel Fernando. “Técnicas de negociación de acuerdos en el nuevo Código Procesal Penal
(especial referencia a los acuerdos de terminación anticipada)”. Disponible en: <http://www.cejamericas.org/
doc/documentos/negociacionpenal.pdf>.
49
Procedimientos especiales
Pero también se limita los ámbitos de apelación, pues se señala que es-
tos sujetos procesales legitimados solo pueden cuestionar la legalidad del
acuerdo y, en su caso, el monto de la reparación civil, siendo que en este últi-
mo caso, la Sala Penal Superior puede incrementar la reparación civil dentro
de los límites de la pretensión del actor civil.
Sin embargo, señala Neyra Flores[71] que, en el caso del auto que aprueba el
acuerdo, este es producto de la voluntad de las partes, por lo que a primera
impresión no se podría apelar, pues al ser manifestación de su voluntad no
existiría agravio, ya que nadie puede ir en contra de sus propios actos. Pero
el auto que aprueba la terminación anticipada no solo es un acto dispositivo,
[69] TABOADA PILCO, Giammpol. “El proceso especial de terminación anticipada en el nuevo Código Procesal
Penal. Especial referencia a su aplicación en el Distrito Judicial de La libertad”. En: Gaceta Penal & Procesal
Penal. Tomo 2, agosto de 2009, p. 40.
[70] Ídem.
[71] NEYRA FLORES, José Antonio. Ob. cit., p. 475.
50
Problemas de aplicación e interpretación de los procesos especiales
como los contratos, sino que implica un control por parte del juez, por ello,
cuando un acuerdo original ha sido modificado por el juez, se debe deter-
minar si esto ha perjudicado a alguna de las partes.
[72] Acuerdo Plenario Nº 5-2009/CJ-116 del trece del noviembre de 2009, asunto: Terminación anticipada: aspec-
tos esenciales.
[73] QUIRÓZ SALAZAR, William. “La colaboración eficaz como estrategia política procesal contra el crimen en el
Perú”. En: Revista Oficial del Poder Judicial. Corte Suprema de Justicia de la República, Vol. 2, Nº 1, año 2008,
p. 160.
51
Procedimientos especiales
Este proceso especial tiene como antecedentes la Ley N° 27378 del 20 de di-
ciembre de 2000, encuentra su especialidad –así como la terminación antici-
pada– en el principio del consenso y en ser un instrumento no convencional
de lucha contra el crimen organizado. En la actual regulación el fiscal puede
celebrar un acuerdo de beneficios y colaboración con el colaborador quien
se puede encontrar o no sometido a un proceso penal, pero además puede
acordar con quien ha sido sentenciado, siempre y cuando la colaboración
que presten a las autoridades sirva para la eficacia de la justicia penal.
De ahí que se puede entender el uso de este Derecho Penal premial. Pues
no hay otra forma de lograr los fines del proceso penal y la política criminal
en general, es por ello que resulta coherente lo que señala Quiroz, en el sen-
tido de que la regulación del NCPP debe extender el ámbito de aplicación
del colaborador eficaz para toda aquella persona investigada, procesada o
[74] SÁNCHEZ VELARDE, PABLO. “Criminalidad organizada y procedimiento penal. La colaboración eficaz”. En:
HURTADO POZO, José. Anuario de Derecho Penal 2004. La reforma del proceso penal peruano. Fondo edi-
torial de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Lima, 2005, p. 245.
52
Problemas de aplicación e interpretación de los procesos especiales
IV. CONCLUSIONES
53
Procedimientos especiales
V. BIBLIOGRAFÍA
• BAYTELMAN, Andrés. “El juicio oral”. En: AA.VV. Nuevo Proceso Penal.
Lexis Nexos, Santiago de Chile, 2000.
54
Problemas de aplicación e interpretación de los procesos especiales
• NEYRA FLORES, José Antonio. Manual del nuevo proceso penal & litiga-
ción oral. Idemsa, Lima, 2010.
55
Procedimientos especiales
• VILLA STEIN, Javier Derecho Penal. Parte general. Lima, San Marcos,
2001.
56
2
artículo
El procesamiento penal de altos
dignatarios por delitos realizados
sin ejercer la función pública
I. Preliminares
[*] Adjunto de docencia en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Investigador invitado del Centro de
Investigación en Filosofía y Derecho Penal de la Universidad Externado de Colombia. El autor desea expre-
sar su profundo agradecimiento al Instituto de Estudios Constitucionales “Carlos Restrepo Piedrahita” de la
Universidad Externado de Colombia, pues sin el acceso a su prolija biblioteca, no hubiese sido posible contar
con el soporte bibliográfico necesario para realizar la presente investigación.
[1] Cfr. Sánchez - Vera GÓmez - Trelles, Javier. Delitos de infracción de deber y participación delictiva,
Marcial Pons, Madrid 2002, pássim; Jakobs, Günther. Acción y omisión en Derecho penal. Trad. Luis Rey y
Javier Sánchez-Vera, Universidad Externado de Colombia, Bogotá 2000, p. 7 y ss.
[2] Vide Portero García, Luis. Inviolabilidad e inmunidad parlamentaria. Universidad de Málaga, Málaga
1979, pp. 7-19.
59
Procedimientos especiales
[3] La inviolabilidad es una prerrogativa de carácter sustantivo, cuyo objeto es eximir de responsabilidad al alto
dignatario, por las opiniones vertidas en el ejercicio de su función. Para una mayor referencia en el ámbito
internacional de la institución puede consultarse: Portero García. Inviolabilidad e inmunidad parlamen-
taria. Ob. cit., pp. 21-77. En el ámbito nacional la institución ha sido desarrollada por: Eguiguren Praeli,
Francisco. “La infracción constitucional como límite a la inviolabilidad por votos u opiniones de los parla-
mentarios”. En: Revista del Taller de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú. N° 1, Lima,
2002, pp. 151-159.
[4] Desde una perspectiva estrictamente constitucional: García Chavarri, Abraham. “Acusación constitucio-
nal, juicio político, antejuicio. Desarrollo teórico y tratamiento jurisprudencial”. En: Cuadernos de trabajo del
Departamento de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú, N° 9, Lima 2008, pássim. Asimismo,
con un enfoque más procesal penal: San MartÍn Castro, César. Derecho Procesal Penal. Tomo II, segunda
edición, Grijley, Lima, 2003, p. 1273 y ss. Puede encontrarse un estudio detallado, del mismo autor en: San
Martín CAstro, César. “La persecución de la corrupción política en el Perú”. En: Jus - Doctrina & Práctica,
Nº 7, Lima 2007, p. 111 y ss.
[5] Vide Latorre Boza, Derick. “Inmunidad parlamentaria”. En: Revista Derecho y sociedad. N° 31, Lima,
2008, pp. 166-173; GarcÍa Chavarri, Abraham. “Cuando las prerrogativas parlamentarias favorecen la
impunidad. Algunas anotaciones críticas a la labor del Congreso”. En: Revista Derecho y sociedad. N° 31,
Lima, 2008, pp. 117-124.
[6] Cfr. Caro john, José Antonio y Huamán castellares, Daniel Osarim. “¿”Delito de función” o “delito en
ejercicio de la función” de alto dignatario? Precisiones sobre el ámbito objetivo del antejuicio político. En: Jus
Constitucional. N° 1, Lima, 2008, pp. 159-160.
[7] Para un mayor detalle sobre el tema en particular: Vide Eguiguren Praeli, Francisco. La responsabilidad
penal del Presidente de la República: razones para una reforma constitucional. Fondo editorial de la Pontificia
Universidad Católica del Perú, Lima, 2007, pássim.
60
El procesamiento penal de altos dignatarios por delitos realizados sin ejercer la función pública
61
Procedimientos especiales
[8] De esta opinión: Prieto Figueroa, Luis Beltrán. Inmunidades parlamentarias. Dirección Nacional de
Información, Caracas, 1960, p. 8.
62
El procesamiento penal de altos dignatarios por delitos realizados sin ejercer la función pública
Las instituciones jurídicas no son más que el fruto del espíritu de su tiem-
po. Cuando este varía, las instituciones precisan ser redefinidas[12]. El caso de
las prerrogativas funcionales no es la excepción, toda vez que las mismas
surgen en un contexto histórico determinado, y, con una finalidad determi-
nada. Si bien en la actualidad ya no nos encontramos en el mismo contex-
to histórico, toda vez que el Estado democrático se encuentra consolidado
como la opción más fuerte en la mayoría de Estados, y, la separación de po-
deres es una realidad innegable; ello no necesariamente conlleva la desapa-
rición de las prerrogativas funcionales. Mientras subsista el riesgo de que
el funcionario público sufra el riesgo de ser perseguido por desempeñar
adecuadamente su función, y, sea necesaria su protección para el correcto
desempeño de su cargo, entonces se precisará de la existencia de las prerro-
gativas tanto materiales como sustantivas[13].
[9] Un estudio detallado sobre este periodo y sus consecuencias puede encontrarse en: Zagrebelsky,
Gustavo. Le immunitá parlamentari. Natura e limiti di una garanzia constituzionale, Giulio Eiunadi, Torino
1979, pp. 1-20.
[10] Cfr. Zagrebelsky, Le immunitá parlamentari… Ob. cit., p. 7; Jaeger, Michael, “Inmunität”. En: Handbuch
des deutschen Parlamentarismus. Piper, München 1970, p. 198.
[11] Cfr. García, Eloy. Inmunidad parlamentaria y estado de partidos. Tecnos, Madrid 1989, pp. 28-37.
[12] Cfr. Hegel George Friedrich Wilhelm. Filosofía del derecho. Claridad, Buenos Aires, 1968, § 3, § 211.
[13] En la actualidad existen algunos paises en los cuales ya no se considera necesaria la protección al alto dig-
natario, toda vez que se da un respeto absoluto de la función pública. Por ello, en países como el Reino Unido
si bien subsisten las prerrogativas funcionales, las mismas han caído en desuso o han sido atenuadas. Cfr.
May, Thomas Erskine, Erskine May’s Treatise on the law, privilegies, proceedings and usage of Parliement,
21a edición, Buterworths, London, 1989, p. 83; Abellán, Ángel Manuel. El estatuto de los parlamentarios y
los derechos fundamentales, Tecnos, Madrid, 1992, p. 16.
63
Procedimientos especiales
el funcionario público. Debido a que una decisión, en las esferas más altas
del poder puede implicar que un determinado sector se vea perjudicado,
este sector puede buscar que la decisión no se tome o se revoque, siendo la
manera de lograrlo el tratar de separar al alto dignatario del ejercicio de la
función pública. Por ello, es necesario dar una serie de prerrogativas al alto
dignatario, para protegerlo de estos posibles ataques, ya que la decisión
que ha de adoptar tiene una importancia fundamental para la sociedad.
[14] Vide Portero García, Luis. Inviolabilidad e inmunidad parlamentaria. Ob. cit., pp. 13-19. De opinión contra-
ria, al no considerarlas como privilegios: Duque Villanueva, Juan Carlos y Díaz-Maroto Villarejo,
Julio. “La vigencia de la ley penal y la inmunidad parlamentaria”. En: <http://portal.uam.es/portal/page/portal/
UAM_ORGANIZATIVO/Departamentos/AreasDerecho/AreaDerechoPenal/docenciapenal/Materiales/inmuni-
dad_parlamentaria.pdf>, p. 49, última fecha de consulta: 11 de marzo de 2010.
[15] STC Exp. N° 048-2004-PI, caso “Ley de Regalías Mineras”, fundamentos jurídicos 62 y 63; STC Exp. N° 0001-
2004-PI, caso “Ley que crea el fondo y contribución solidaria para la asistencia provisional”, fundamento jurídico 4.
[16] Vide, en el caso español, STC N° 084/1992, fundamento jurídico 2, STC Exp. N° 253/2004, fundamento jurídi-
co 5; en el caso colombiano, puede observarse las Sentencias T- 553 de 1994, T. 207 de 1997, T- 011 de 1999,
T- 1103 de 2000, C-1112 de 2000, C-101 de 2003, de la Corte Constitucional.
[17] Un claro ejemplo de este concepto lo constituyen las denominadas acciones afirmativas, como la cuota electo-
ral femenina y juvenil. En estos casos se reconoce que el grupo beneficiado tiene una posición de desventaja
en la realidad con respecto a la colectividad. Por ello, se trata de compensar esta desventaja mediante normas
que puedan suplirla y coloquen en un estatus igual al grupo desfavorecido. Cfr. Juárez, Mario. Igualdad y
acciones afirmativas. Universidad Autónoma de México, México, 2007, pássim.
64
El procesamiento penal de altos dignatarios por delitos realizados sin ejercer la función pública
[18] En este sentido, nuestro Tribunal Constitucional se ha pronunciado señalando que: “La diferenciación está
constitucionalmente admitida pues no todo trato desigual es discriminatorio. Se estará frente a una diferen-
ciación cuando el trato desigual se funde en causas objetivas y razonables.” (STC Exp. N° 048-2004-PI,
caso “Ley de Regalías Mineras”, fundamento jurídico 62. En la misma línea de pensamiento se encuentra el
Tribunal Constitucional español al señalar que “no toda desigualdad de trato en la Ley supone una infracción
del artículo 14 de la Constitución, sino que dicha infracción la produce sólo aquella desigualdad que introduce
una diferencia entre situaciones que pueden considerarse iguales y que carece de una justificación objetiva y
razonable” (STC Exp. N° 253/2004, fundamento jurídico 5).
[19] Dicha interpretación es la acogida por nuestro Tribunal Constitucional (STC Exp. N° 048-2004-PI, caso “Ley
de Regalías Mineras”, fundamento jurídico 64), la misma que haya pleno respaldo en la doctrina, que considera
al principio de proporcionalidad como el criterio válido para la determinación de la legitimidad de la medida
que afectará un derecho fundamental. Cfr. Bernal Pulido, Carlos. El principio de proporcionalidad y los
derechos fundamentales, tercera edición, Centro de Estudios Constitucionales, Madrid, 2007, pássim.
[20] Cfr. Bernal Pulido. El principio de proporcionalidad y los derechos fundamentales. Ob. cit., p. 693.
[21] Ibídem, p. 696.
[22] Ibídem, p. 724.
65
Procedimientos especiales
[23] Cfr. Bernal Pulido, Carlos. “Consideraciones acerca de la fórmula de ponderación de Robert Alexy”. En:
La ponderación en Derecho, Eduardo Montealegre (Coord.), Universidad Externado de Colombia, Bogotá,
2008, pp. 115-132.
[24] De igual opinión la jurisprudencia española, STC 206/1992, fundamento jurídico 3. Asimismo, la jurispruden-
cia constitucional colombiana se encuentra acorde a esta interpretación al considerar que las prerrogativas
funcionales no afectan al derecho a la igualdad, pues “se busca evitar que mediante el abuso del derecho de
acceso a la justicia se pretenda paralizar ilegítimamente el discurrir normal de las funciones estatales y el ejer-
cicio del poder por parte de quienes han sido elegidos democráticamente para regir los destinos de la nación”
(Sentencia C - 222/96).
66
El procesamiento penal de altos dignatarios por delitos realizados sin ejercer la función pública
[25] Vide Fernández segado, Francisco. El sistema constitucional español. Dykinson, Madrid, 2005, p. 598;
Santaolalla, Fernando. “La inmunidad parlamentaria en el Derecho comparado”. En: Derecho parlamen-
tario Iberoamericano. Instituto de Investigaciones Legislativas, pp. 157-158.
[26] Sentencias C - 222/96, C - 386/96, ambas de la Corte Constitucional de Colombia.
[27] La utilización de esta metodología dentro del Derecho ha sido siempre muy polémica, sobre todo en lo referen-
te al juicio de proporcionalidad en sentido estricto. Sobre este punto en particular tenemos la opinión contraria
de: Vide García Cavero. “Comentario al Artículo VIII del Título Preliminar del Código Penal peruano”.
En: Código Penal comentado. Gaceta Jurídica, Lima, 2004, pp. 218-220, quien rechaza de plano toda idea
utilitarista. De distinto parecer: Mir Puig, Santiago. “Límites al normativismo en Derecho Penal”. En: <http://
criminet.ugr.es/recpc/07/recpc07-18.pdf>, fecha de consulta 22 de enero de 2010, p. 14, quien considera que
precisamente el análisis costo beneficio precisa de ser realizada en el análisis de la proporcionalidad en sen-
tido estricto. Como puede apreciarse el debate sobre el punto no ha sido zanjado. No obstante, somos de la
idea de que en el estado actual de la teoría del derecho, no existe método más racional para argumentar las
razones por las cuales se debe o no tomar una determinada opción. (Cfr. Roemer, Andrés. Introducción al
análisis económico del derecho. Fondo de Cultura Económica, México, 1994, pássim).
67
Procedimientos especiales
2. La inmunidad
a. Noción
[28] Un incentivo perverso es aquel que opera en sentido contrario de los efectos deseados al momento de crear
la norma. Vide Kornhauser, Lewis. “El nuevo análisis económico del derecho: las normas jurídicas como
incentivos”. En: Derecho y Economía: Una revisión de la literatura, Fondo de Cultura Económica, México, 2000,
pp. 19-50.
68
El procesamiento penal de altos dignatarios por delitos realizados sin ejercer la función pública
b. Origen histórico
[29] En la doctrina comparada se suele utilizar bajo el nombre de inmunidad diversos términos. De este modo,
en Francia se habla de inviolabilite e irresponsabilite, mientras que en Italia la institución se conoce como
inviolabilita e insindicabilita. Ahora bien, la equivalencia correcta de los términos en español sería la inmunidad
en sentido estricto para los primeros, y, la inviolabilidad para los segundos, ambos agrupados bajo el nombre
genérico de inmunidades. Cfr. Pizzoruso, Alessandro. “Le immunita’ parlamentari, rassegna comparada”.
En: I Jornadas de Derecho parlamentario. Tomo I, Congreso de los diputados, Madrid, 1884, pp. 61-62.
[30] Como más adelante fundamentaremos, la garantía de la inmunidad, para que tenga una vigencia real, su
ámbito temporal durará desde el momento de la elección del funcionario hasta el cese en sus funciones.
[31] Cfr. García. Inmunidad parlamentaria y estado de partidos. Ob. cit., p. 23.
69
Procedimientos especiales
[32] El primer enfrentamiento entre el Rey y la Cámara de los Comunes se dio con ocasión de la emisión de un Bill
por parte de esta última institución, en la cual se criticaba duramente la administración ejercida por el gobierno
de Ricardo II. Vid. Zagrebelsky, Le immunitá parlamentari…, Ob. cit., p. 2.
[33] Vide Mc Hardy, A.K. “Haxey’s case, 1387: The petition and its presenter reconsidered”. En: The age of
Richard II, Sutto Publisching Limited, London, 1997, pp. 93-114.
[34] Tal como señala Abellán, en el sentido estricto de la palabra no podría considerarse una representación,
porque en este inicial periodo los parlamentarios tenían una función de mandatarios, es decir, que expresa-
ban en la Cámara la opinión y el deseo explícito de los Burgos que los habían enviado a tal institución. (Vide
Abellán. El estatuto de los parlamentarios…, Ob. cit., p. 16).
[35] Vide Strode’s Case en 1513.
[36] Cfr. May, Erskine May’s Treatise on the law…, Ob. cit., pp. 71-74.
[37] Cfr. Abellán. El estatuto de los parlamentarios…, Ob. cit., p. 14.
[38] La protección inicial no impedía la protección por hechos derivados de causas penales, sino civiles estricta-
mente. Cfr. May, Erskine May’s Treatise on the law…, Ob. cit., p. 74.
70
El procesamiento penal de altos dignatarios por delitos realizados sin ejercer la función pública
Si bien tanto el freedom of speach como el freedom of arrest son el origen di-
recto de la inmunidad en sentido estricto y la inviolabilidad parlamentarias,
sus contornos son absolutamente distintos a lo que actualmente podemos
considerar como contenido material de tales garantías. La actual configura-
ción de ambas instituciones se debe en gran medida a la Asamblea Nacio-
nal francesa, que necesitaba dotar de garantías sus miembros, para lo cual
adaptó a su realidad nacional las mencionadas garantías inglesas.
[39] Cfr. May, Erskine May’s Treatise on the law…, Ob. cit., p. 74.
[40] Para graficar este punto basta mencionar el caso de la clausura de la Asamblea del 20 de junio de 1780, el cual
derivó en la necesidad de que el Parlamento sesionara en una sede distinta a la inicial. Un mayor desarrollo sobre
estas tensiones entre el Rey y la Asamblea Nacional: Vide Zagrebelsky. Le immunitá parlamentari…, Ob. cit.,
pp. 7-19.
[41] Vid. García. Inmunidad parlamentaria y estado de partidos. Ob. cit., pp. 28-29.
71
Procedimientos especiales
[42] Ídem.
72
El procesamiento penal de altos dignatarios por delitos realizados sin ejercer la función pública
[43] Un caso claro de esta persecución, dentro de nuestra realidad nacional, podía verse en el caso del intento de
procesamiento de la exintegrante del Tribunal Constitucional Delia Revoredo Mur, por la supuesta comisión del
delito de contrabando.
[44] Proponiendo una nueva fundamentación: García Morillo, Joaquín. “Contenido, finalidad constitucional y
control de la inmunidad parlamentaria”. En: Inmunidad parlamentaria y jurisprudencia constitucional”. Centro
de Estudios Constitucionales, Madrid, 1993, pp. 78-80, 86-89.
[45] En este sentido: Garcia Chavarri. “Cuando las prerrogativas parlamentarias favorecen la impunidad...”,
Ob. cit., p. 124.
73
Procedimientos especiales
[46] De acorde a los postulados que rigen la teoría general del procesal, el mismo se inicia cuando la acción es
ejercida. A entender de nuestro modelo procesal, la misma se daría con la focalización de la investigación
preparatoria, pues contra la misma pueden ejercerse los medios de defensa técnicos (ellos se ejercen contra
la acción por naturaleza), de conformidad a lo dispuesto con el artículo 7 del Código procesal penal de 2004.
[47] En ese sentido: STC N° 006-2003/AI, fundamento jurídico 6.
[48] Vide SSTC Exps. N° 006-2003-AI/TC; N° 026-06-AI; N° 013-2009-AI, fundamentos jurídicos 22-29, 33-39.
[49] STC Exp. N° 006-2003-AI/TC, fundamento jurídico 17.
74
El procesamiento penal de altos dignatarios por delitos realizados sin ejercer la función pública
Podemos afirmar que, en un futuro muy próximo, los fundamentos que ac-
tualmente sustentan la inmunidad en sentido estricto han de variar. Por ello,
los contornos de la institución sufrirán una sustantiva modificación, en la
cual la principal característica será la devolución del control de la juridicidad
o no de la causa penal al Poder Judicial y al Ministerio Público. Si bien la ins-
titución sufrirá modificaciones, no desaparecerá como sucedió en el sistema
jurídico inglés[50], sino que quizá nos decantemos por un modelo atenuado
que sería el previsto en Colombia donde la inmunidad fue reducida sólo a
un fuero privilegiado.
3. Ámbito de procedencia
a. Ámbito subjetivo
La inmunidad debería aplicarse en estricto solo para los miembros del Con-
greso de la República, si es que nos acogemos estrictamente a la razón his-
tórica de su surgimiento[51]. No obstante, al igual que lo sucedido en otros
ordenamientos jurídicos, nuestra Constitución Política se ha decantado por
incluir dentro del sistema de inmunidades a dos funcionarios públicos: el
[50] Actualmente en el Reino Unido podría hablarse de una desaparición de la inmunidad, la cual se habría dado
desde el momento en el que se eliminó la prisión por deudas, que era el ámbito central de protección de esta
institución. Cfr. Abellán. El estatuto de los parlamentarios…, Ob. cit., pp. 15-16.
[51] Cfr. Pizzoruso. “Le immunita’ parlamentari, rassegna comparada”. Ob. cit., pp. 63-65.
75
Procedimientos especiales
Defensor del Pueblo (artículo 161, tercer párrafo) y los miembros del Tribu-
nal Constitucional (artículo 102, segundo párrafo).
[52] Constitución Política del Perú de 1979, artículo 279: “(…) No responden por los votos u opiniones emitidos
en el ejercicio de su cargo. No pueden ser denunciados ni detenidos durante su mandato, salvo los casos de
flagrante delito y de acusación constitucional”.
[53] Al respecto, es interesante el caso español, pues en él la ampliación de las prerrogativas, en el caso del
Tribunal Constitucional, no es realizada por la Constitución Política, sino que es prevista dentro de la Ley
Orgánica de la mencionada institución. Sobre este tema en particular puede verse: Punset Blanco,
Ramón. “Sobre la extensión del ámbito personal de las prerrogativas parlamentarias”. En: Revista española de
Derecho Constitucional, N° 3, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Madrid 1981, pp. 93-119.
76
El procesamiento penal de altos dignatarios por delitos realizados sin ejercer la función pública
b. Ámbito temporal
El segundo aspecto es determinar cuáles son los procesos penales que caen
dentro del ámbito de esta garantía. Si solo los iniciados por hechos ocurri-
dos a partir de la proclamación de la elección del alto dignatario, o si po-
drían caber también los procesos penales iniciados o por iniciarse sobre la
base de hechos anteriores a la proclamación. Sobre este punto nada dice
nuestra Constitución Política. Sin embargo, dicho vacío ha pretendido ser
llenado por el Reglamento del Congreso de la República y la jurisprudencia
del Tribunal Constitucional.
77
Procedimientos especiales
78
El procesamiento penal de altos dignatarios por delitos realizados sin ejercer la función pública
[59] Un tratamiento a profundidad de la mencionada norma, puede verse en: Abellán. El estatuto de los parla-
mentarios…, Ob. cit., pp. 80-87.
[60] STC 009/1990.
[61] Vid. García ChÁvarri, Abraham. “Acusación constitucional, juicio político y antejuicio …”, Ob. cit., pássim.
[62] Cfr. Caro John, y Huamán Castellares. “¿”Delito de función” o “delito en ejercicio de la función” de alto
dignatario?...”, Ob. cit., pp. 165-167.
[63] Ídem.
79
Procedimientos especiales
[64] Cfr. Bacigalupo Zapater, Enrique. Derecho Penal. Parte General, ARA, Lima 2004, pp. 229-233.
[65] “Sentencia Penal de la Corte Suprema: Contienda de Competencia N° 18-2004”. En: Revista Peruana de
Doctrina y Jurisprudencia Penales, Nº 5, Lima, 2004, p. 380.
[66] Los Ministros de Estado solo tienen la prerrogativa funcional del antejuicio político, cuyo ámbito de protección solo
comprende a “delitos en el ejercicio de la función”, conforme lo establece el artículo 99 de nuestra Constitución
Política.
80
El procesamiento penal de altos dignatarios por delitos realizados sin ejercer la función pública
[67] El caso puede verse en: STC Exp. N° 4747-2007/PHC, caso Rospigliosi Capurro.
81
Procedimientos especiales
82
El procesamiento penal de altos dignatarios por delitos realizados sin ejercer la función pública
4. Tratamiento procedimental
a. En el Poder Judicial
[68] Artículo 186: “De los delitos que cometan los congresistas conocerán como investigador y acusador la Fiscalía
General de la Nación previa petición de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia de conformidad con la
ley, a través del señor Fiscal General o su delegado ante la Corte, y como juzgador en primera instancia la Sala
Penal de la Corte Suprema de Justicia y en segunda instancia la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia”.
[69] Por fuero privilegiado se entiende a la creación de un proceso especial para el juzgamiento de un alto dig-
natario, que se encuentra –por lo general– bajo competencia de la Corte Suprema. Sobre este punto, si
bien Colombia no es el único país que preve un sistema de fuero privilegiado en el ámbito iberoamericano
(España tiene uno), si es el único que elimina la solicitud previa de autorización para el procesamiento. Cfr.
Figueruelo, Ángela. En torno a las garantías del sistema parlamentario español, Universidad Externado de
Colombia, Bogotá 1992, pp. 52-56.
83
Procedimientos especiales
El artículo 453 del Código Procesal Penal hace mención expresa de que
cuando se determine que el imputado tenga la condición de alto dignata-
rio, que goce de inmunidad, entonces el juez deberá suspender la investiga-
ción. Lo primero que aquel hará, sea de oficio o a pedido de una parte, es lla-
mar a una audiencia. En ella lo que se habrá de discutir es si la persona tiene
o no la prerrogativa de la inmunidad. La discusión deberá tener en cuenta
si la persona tiene o no la prerrogativa de la inmunidad parlamentaria, para
lo cual se habrán de discutir los tres ámbitos antes señalados. De decidirse
que no concurre, entonces dentro del proceso penal no cabrá otra opción
que continuar con su curso normal, lo que no obsta que el alto dignatario
pueda plantear una demanda de hábeas corpus, amparado en el artículo 25,
numeral 15, del Código Procesal Constitucional.
Si se opta por considerar que concurren los tres ámbitos, entonces todos
los actuados serán elevados a la Corte Superior del distrito judicial del juez,
cuyo Presidente los elevará al Congreso de la República o al Tribunal Cons-
titucional, para que estos fueros decidan o no el levantamiento de la inmu-
nidad del alto dignatario cuyo procesamiento es deseado. Esta interpreta-
ción puede contradecir a lo previsto en el tercer párrafo del artículo 16 del
Reglamento del Congreso de la República, pues dispone que quien solicite
el levantamiento de la inmunidad es una comisión conformada por Vocales
titulares de la Corte Suprema de la República (entiéndase Jueces Supremos).
Ahora bien, estamos frente a un caso de conflicto de normas, cuya solución
da preferencia a la norma del Código Procesal Penal de 2004, pues al ser la
disposición del Código vigente posterior, habría derogado tácitamente a la
disposición contenida en el Reglamento del Congreso.
84
El procesamiento penal de altos dignatarios por delitos realizados sin ejercer la función pública
en estos casos. Un similar problema sucede en el caso del Defensor del Pue-
blo, cuyo procedimiento para el levantamiento de inmunidad tampoco se
encuentra previsto expresamente, aunque en su caso es el Congreso de la
República quien decidirá si se le debe o no de levantar su inmunidad. Ahora
bien, el desarrollo a tratar a continuación, ante la ausencia de un procedi-
miento específico, y, la derivación en el caso del Defensor del Pueblo, nos
hemos de centrar en el procedimiento previsto en el Reglamento del Con-
greso de la República, que solo abarca a los congresistas de la República y al
Defensor del Pueblo.
85
Procedimientos especiales
III. Conclusiones
86
El procesamiento penal de altos dignatarios por delitos realizados sin ejercer la función pública
87
3
artículo
El proceso por delito de ejercicio
privado de la acción
penal
I. INTRODUCCIÓN
Son casi cinco años desde que el nuevo modelo procesal penal, de corte
acusatorio, viene aplicándose en el Perú, dando resultados satisfactorios[1].
Dicho modelo se estructura, básicamente, sobre el triangulo juez, fiscal e
imputado, los cuales cumplen un rol específico y excluyente: El fiscal se en-
carga de la investigación y, en base al resultado de esta, de acusar o no; el
imputado, a través de su defensa técnica, y bajo una serie de derechos y
garantías, se defiende de la imputación penal; y, finalmente, el juez tiene el
deber de resolver el conflicto penal de manera imparcial, en base a la infor-
mación brindada por los sujetos procesales.
[*] Abogado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Integrante de la Secretaría Técnica de la Comisión
Especial de Implementación del Código Procesal Penal en el Perú. Miembro del Instituto de Ciencias Penales
“Cesare Beccaria”.
[1] Vide el informe realizado por la Secretaría Técnica de la Comisión Especial de Implementación del Código
Procesal Penal: MINISTERIO DE JUSTICIA. La reforma procesal penal peruana (2006-2010). Hacia una jus-
ticia rápida y transparente. Lima, mayo de 2011. Asimismo, el informe CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE
LA LIBERTAD. La reforma procesal penal en cifras. Una nueva visión de justicia (2007-2009). Trujillo, 2010.
[2] Considero que ello se debe principalmente al cambio del papel de la víctima en el proceso penal tras el ingreso
del fiscal, pues antes de ello la víctima se encargaba de la acusación de todos los delitos. Tal como señala
Joachim Herrmann, la posición de las víctimas en el proceso penal ha evolucionado a lo largo de los siglos de
91
Procedimientos especiales
No hay que olvidar, conforme señala Horvitz Lennon, que “de todo delito
nace una acción penal para su persecución procesal[5]”. En el Perú, tradicio-
nalmente, para iniciar y tramitar la persecución penal la víctima debe inter-
poner la querella respectiva, ya que a través de dicho acto la víctima –de
forma exclusiva– concretiza su interés de perseguir y sancionar el delito[6]. Es
decir, que el Ministerio Público se encuentra privado de toda intervención
en este tipo de proceso[7].
forma crucial. Así, pues, en un inicio la víctima contaba con más derechos en el proceso penal, los que con
la entrada al proceso penal inquisitivo perdió en forma considerable, limitándose su papel –en la mayoría de
casos– al de simple denunciante. HERRMANN, Joachim. Die Entwicklung des Opferschutzes im deutschen
Strafrecht und Strafprozessrecht. Eine unendliche Geschichte. ZIS 3/2010. En: <www.zis-online.com>, p. 1.
[3] TALAVERA ELGUERA, Pablo. Los procesos especiales en el nuevo Código Procesal Penal. Selección de
lecturas del Instituto de Ciencia Procesal Penal - Incipp, p. 525. También CLARIÁ OLMEDO, Jorge A. Derecho
Procesal Penal. Tomo III, Rubinzal-Culzoni, Buenos Aires, 1998, p. 351.
[4] Vide TALAVERA ELGUERA, Pablo. Ob. cit., p. 525.
[5] HORVITZ LENNON, María Inés y LÓPEZ MASLE, Julián. Derecho Procesal Penal chileno. Tomo II, Editorial
Jurídica de Chile, 2004, p. 333.
[6] CAROCCA PÉREZ, Alex. Manual del nuevo sistema procesal penal. 3ª edición, Lexis Nexis, Santiago de Chile,
2005, p. 265. Cfr. HORVITZ LENNON, María Inés y LÓPEZ MASLE, Julián. Ob. cit., p. 336.
[7] Ello a diferencia de lo que ocurre en Alemania, donde el fiscal sí puede intervenir en el proceso y apropiarse
de la persecución penal. Así, por ejemplo, el Ministerio Público puede ejercer una acción penal, en principio
privada, cuando exista un interés público comprometido o la paz jurídica general es alterada (§376 y el §377
de la Strafprozeßordnung - StPO). Tal situación podría ocurrir, por ejemplo, en las injurias dirigidas a un círculo
de personas o por motivos racistas. En estos casos, el Ministerio Público puede no solo iniciar el correspon-
diente procedimiento penal, sino también tomar en sus manos un procedimiento de acción privada ya inicia-
do; sin embargo, el ofendido no se encuentra completamente desplazado, sino que puede intervenir como
querellante adhesivo (§395). Vide a ESER, Albin. “Acerca del renacimiento de la víctima en el procedimiento
penal. Tendencias nacionales e internacionales”. En: De los delitos y las víctimas. J. Maier (compilador). Ad
Hoc, Buenos Aires, 1992, pp. 21-22. En Chile sucede algo similar, pues la víctima tiene la posibilidad –como
querellante– de forzar la continuación del proceso penal en determinados casos; vide HORVITZ LENNON,
María Inés y LÓPEZ MASLE, Julián. Ob. cit., p. 538.
[8] En la legislación comparada los delitos privados se diferencian a los tipificados en nuestro país. Así en Chile
son la calumnia, la injuria, la falta, la provocación a duelo, el denuesto o descrédito público por no haberlo
aceptado, y el matrimonio del menor llevado a efecto sin el consentimiento de la persona designada por ley
y celebrado de acuerdo con el funcionario llamado a autorizarlo. En México los delitos privados son ciertas
92
El proceso por delito de ejercicio privado de la acción penal
por la poca gravosidad social del acto[9], y porque afectan de manera directa
al agraviado.
hipótesis de lesiones, abuso de confianza, daño en propiedad ajena, amenazas, robo de uso, despojo, re-
velación de secretos industriales y aquellos contra la propiedad industrial. En Bolivia, el giro de cheque en
descubierto, el giro defectuoso de cheque, el desvío de clientela, la corrupción de dependientes, la apropiación
indebida, el abuso de confianza, los delitos contra el honor, la destrucción de cosas propias para defraudar,
la defraudación de servicios o alimentos, y el daño simple. En Paraguay, el maltrato físico, la lesión culposa,
la amenaza, el tratamiento médico sin consentimiento, la violación de domicilio, la lesión a la intimidad, la
violación del secreto de comunicación, la calumnia, la difamación, la injuria, el daño, y la violación del derecho
de autor o inventor. En Ecuador, el estupro perpetrado en una mujer mayor de dieciséis años y menor de die-
ciocho, la injuria calumniosa y la no calumniosa grave, los daños, la usurpación, y el atentado al pudor de un
mayor de edad. En Alemania los delitos perseguibles mediante acusación privada son la violación de domicilio,
las injurias, la violación del secreto postal, las lesiones corporales, las amenazas, el daño, los delitos relativos
a la competencia empresarial, así como infracciones al derecho de patentes, de autor, de registros de marcas
y de registro de diseños gráficos para el consumo o la moda.
[9] Vide a MIXÁN MASS, Florencio. Manual de Derecho Procesal Penal. Ediciones Jurídicas, Lima, 2006,
p. 101: “Solo pueden encontrarse razones para su fundamentación en aquellos delitos en los cuales el interés
público lesionado es de poca importancia, prevaleciendo en cambio el interés del damnificado”. Cfr. ESER.
Albin. Ob. cit., p. 19, quien señala a estos delitos como comparativamente “inofensivos”. Cfr. NORIEGA
HURTADO, Eduardo. “¿Qué hacer con la acción penal privada?”. En: Iter Criminis. Revista de Ciencias
Penales. Inacipe. Nº 6, 4ª Época, México D.F., noviembre - diciembre de 2008, p. 95: “(…) Los delitos a los que
se aplique tendrán que ser aquellos en que sea menor el reproche social”.
[10] Vide MARTINEZ HUAMAN, Raul Ernesto. “El delito de uso indebido del patrimonio de la persona jurídica”.
En: RAE jurisprudencia. Tomo 18, Lima, diciembre de 2009, p. 333 y ss.
[11] Vide ESER, Albin. Ob. cit., p. 20.
[12] Vide GIMENO SENDRA, Vicente et ál. Los procesos penales. Comentarios a la Ley de Enjuiciamiento crimi-
nal. Tomo 6, Bosch, Barcelona, 2000, p. 663.
[13] Vide SAN MARTÍN CASTRO, César. Derecho Procesal Penal. Volumen 2, 2ª edición, Grijley, 2006, p. 1373.
93
Procedimientos especiales
Por ello, en caso de que este proceso especial no cuente con un dispositivo
normativo específico para la regulación de un determinado acto procesal, se
tendrá que recurrir a la normativa procesal general[18]. En ese sentido, resulta
errada la concepción de un sector de la doctrina que considera a este proceso
especial como un proceso de partes –un adversarial puro–. Propiamente no
es un proceso de partes[19], ya que está en juego, como todo delito, un interés
[14] CÁRDENAS RUIZ, Marco A. Apuntes jurídicos sobre la querella. En: <www.derechoycambiosocial.com>, p. 3.
[15] Vide GIMENO SENDRA, Vicente et ál. Ob. cit., p. 663.
[16] Vide SAN MARTÍN CASTRO, César. Ob. cit. p. 1737.
[17] Vide ROXIN, Claus. Derecho Procesal Penal. Editores del Puerto, Buenos Aires, 2003, p. 526.
[18] En este sentido, TALAVERA ELGUERA, Pablo. Ob. cit. p. 514. Asimismo, SÁNCHEZ CÓRDOVA, Juan
Humberto. “Los procesos especiales en el Código Procesal Penal del 2004”. En: Dialogo con la Jurisprudencia.
Nº 130, Año 15, Gaceta Jurídica, Lima, julio de 2009, p. 253, quien señala: “Todos los procesos que no tienen
ese carácter general del proceso ordinario, en caso de la existencia de alguna laguna en su regulación legal
tienen que remontarse a este proceso ordinario, pues la estructura de estos procesos especiales depende del
de aquel. Como se verá, las estructuras de los procesos especiales toman como referencia el proceso ordina-
rio o común, así en la terminación anticipada se da la etapa de investigación pero no la etapa intermedia, ni de
juicio aunque sí la sentencia”.
[19] Vide ROXIN, Claus. Ob. cit., p. 526, al señalar que “no es un verdadero procedimiento de partes [el acusador
privado] debe reunir, con responsabilidad propia, el material fáctico que contribuye a fundar su sentencia.
94
El proceso por delito de ejercicio privado de la acción penal
II. LA QUERELLA
[20] Vide MARTINEZ HUAMAN, Raul Ernesto. “La etapa intermedia dentro de la lógica del sistema acusatorio del
nuevo Código Procesal Penal”. En: Manual del Código Procesal Penal. Gaceta Jurídica, Lima, 2011, p. 143.
[21] Así, CLARIÁ OLMEDO, Jorge A. Ob. cit., p. 353.
[22] SCHÜNEMANN, Bernd. “Cuestiones básicas de la estructura y reforma del procedimiento penal bajo una
perspectiva global”. En: Revista del Instituto de Ciencias Penales y Criminológicas. Volumen 25, Nº 76,
Universidad del Externado, Bogotá, 2004. En: <http://foros.uexternado.edu.co/ecoinstitucional/index.php/der-
pen/article/view/1034>.
[23] Vide ROXIN, Claus. Al citar el §383 StPO, p. 527. Asimismo, MARTÍNEZ HUAMÁN, Raul Ernesto. Ob. cit. p. 144.
[24] Vide SAN MARTÍN CASTRO, César. Ob. cit., p. 258, señala que se le llamaba [en el Código de 1940] impropia-
mente procedimiento de querella, cuando la querella propiamente es el mecanismo, mas no el procedimiento.
[25] Vide SAN MARTÍN CASTRO, César. Ob. cit., p. 312: “El sujeto pasivo de la acción penal es siempre el Estado”.
Cfr. CÁRDENAS RUIZ, Marco A. Ob. cit., p. 2.
[26] En este sentido, SAN MARTÍN CASTRO, César. Ob. cit., p. 259: “La querella de la víctima significa no solo
poner en conocimiento de la autoridad judicial la comisión de un hecho delictivo en su agravio sino la voluntad
de perseguirlo y lograr la sanción del presunto responsable”.
[27] GACETA PENAL & PROCESAL PENAL. Procedimientos especiales. Lo nuevo del Código Procesal Penal de
2004. Guía práctica. Gaceta Jurídica, Lima, 2010, p. 107: “(…) En el ejercicio privado de la acción penal ya no
se habla de denuncia sino de querella”.
95
Procedimientos especiales
Como señala Clariá Olmedo: “La querella del particular inicia directamente
la persecución en sede jurisdiccional y contiene la acusación formulada
contra el perseguido [querellado]. Ab initio se tiene ya la base del juicio[28]”.
[28] Cfr. CLARIÁ OLMEDO, Jorge A. Ob. cit., p. 352, quien señala que el querellante puede solicitar en otra vía el
pago de la reparación civil, lo cual consideramos correcto. Pues, como en todo proceso penal, lo más relevante
es la pretensión punitiva, ya que está en juego la vigencia de las expectativas de conductas institucionalizadas,
y no la reparación del daño causado; sin embargo, como se señalará más adelante, el Código Procesal Penal
de 2004 en su artículo 107 establece que la pretensión punitiva irá siempre acompañada de la pretensión
resarcitoria.
[29] Vide SAN MARTÍN CASTRO, César. Ob. cit., p. 1374.
[30] En un sentido similar, la legislación argentina. Vide CLARIÁ OLMEDO, Jorge A. Ob. cit., p. 353.
[31] Vide HORVITZ LENNON, María Inés y LÓPEZ MASLE, Julián. Ob. cit., p. 543. Conforme al artículo 400 del
Código Procesal Penal chileno, el procedimiento solo podrá comenzar con la interposición de la querella por
quien estuviere habilitado para promover la acción penal, esto es, por la víctima, su representante legal o su
heredero testamentario (artículos 55 y 111 inciso 1 del referido código). Cfr. CAROCCA PÉREZ, Alex. Ob. cit.,
p. 266.
96
El proceso por delito de ejercicio privado de la acción penal
97
Procedimientos especiales
Ahora bien, una vez recepcionada la querella por el juez unipersonal, este se
encargará de realizar un control de admisibilidad, a fin de establecer si cum-
ple con los requisitos establecidos por el Código Procesal Penal de 2004,
conforme a lo señalado en el artículo 460[36].
Al respecto, cabe señalar que el Código establece que este control de ad-
misibilidad será realizada por el juez penal en su despacho, sin intervención
del querellado, pues hasta ese momento el querellado no se tiene por noti-
ficado y, por ende, informado de la posible persecución penal en su contra.
Por otro lado, el artículo 460 señala que si el juez considera que la quere-
lla no es clara o está incompleta, dispondrá que el querellante particular,
dentro del tercer día, aclare o subsane la omisión respecto a los puntos que
señale. Si el querellante no lo hiciere, se expedirá resolución dando por no
presentada la querella y ordenando su archivo definitivo. Asimismo, una vez
consentida o ejecutoriada esta resolución, se prohíbe renovar la querella
sobre el mismo hecho punible.
[36] CAMPOS BARRANZUELA, Edhín. Buenas prácticas procesales en los delitos contra el honor. En: <www.
lozavalos.com.pe>, p. 9.
[37] Consideramos que la audiencia permite concretar los principios de oralidad, inmediación y contradicción, que
permiten al juez tomar una decisión más elaborada. La audiencia es una de las características más represen-
tativas del nuevo diseño del sistema de justicia penal peruano traída por la reforma procesal penal. Cfr. ORÉ
GUARDIA, Arsenio. Las garantías constitucionales del debido proceso en el nuevo Código Procesal Penal. En:
<www.oreguardia.com.pe>, p. 8.
98
El proceso por delito de ejercicio privado de la acción penal
“(…) la pretensión del actor radica en que este Tribunal le asigne al auto
de no ha lugar a la apertura de instrucción, carácter de cosa juzgada, ca-
lidad de la que no goza la resolución judicial mencionada, toda vez que
las situaciones jurídicas allí declaradas carecen de la firmeza e intangi-
bilidad que caracteriza al principio de inmutabilidad, el cual es atributo
esencial de la cosa juzgada”.
Así, la Sala de Apelaciones de Ica consideró “que esta afirmación [la de pri-
mera instancia] constituye un error, pues (…) la norma [el artículo 460.2 del
Código Procesal Penal de 2004] no asume que el rechazo de la demanda
liminarmente es cosa juzgada. (…) consideramos que este órgano jurisdic-
cional no puede renunciar a la facultad de administración [de] justicia que le
asigna el artículo 138 de la Constitución, sobre la base de una interpretación
literal y restrictiva del artículo 460.2 del Código Procesal Penal, por lo que se
hace necesario declarar la nulidad de la resolución recurrida y disponer que
el a quo proceda a emitir nueva resolución, calificando la demanda en el
sentido que corresponda”.
[38] Primer Juzgado Unipersonal de Ica, Exp. N° 2542-2009, Resolución N° 1, de fecha 8 de enero de 2010.
[39] Vide SERWE, Bochum. Aufsätze Privatklageverfahren. En: <www.schiedsamt.de>, quien señala que si se
rechaza la acusación privada, el querellante puede solicitarla nuevamente, siempre condicionado al aporte de
nuevas pruebas.
99
Procedimientos especiales
Ya Roxin señaló, para el caso alemán –donde el juez que realiza el control
de la acusación es el mismo que se encarga del juicio–, dichos cuestiona-
mientos: “(…) el valor del procedimiento intermedio ha sido siempre cues-
tionado. El argumento principal de sus enemigos reside en que, en caso de
una decisión positiva, el tribunal (por lo menos exteriormente) concurre con
prejuicios al juicio oral, pues ya con el auto de apertura ha declarado al acu-
sado suficientemente sospechoso de la comisión del hecho punible[41]”.
Empero, no hay que olvidar que uno de los desarrollos más importantes del
nuevo modelo procesal penal es la etapa intermedia[42], la que permite que
el juez que realiza el control sobre la acusación (en este caso, de la querella)
no sea el mismo que el juez del juicio. Por ello, lo más conveniente hubiese
sido que sea otro juez el encargado de realizar el control de admisibilidad
de la querella, a fin de que el juez de juzgamiento no se encuentre –objeti-
vamente– parcializado[43].
Por otro lado, en la querella también se tendrá que establecer, en caso sea
necesario para el desarrollo del proceso, la solicitud de alguna medida
de coerción personal contra el querellado. Así, el artículo 463 del Código
100
El proceso por delito de ejercicio privado de la acción penal
Procesal Penal de 2004 establece que el juez podrá dictar la medida de com-
parecencia simple o restrictiva, mas no una medida de prisión preventiva.
Sin embargo, el artículo 461 del Código Procesal Penal de 2004 concede la
posibilidad de una etapa preliminar de investigación en el proceso de ejer-
cicio privado de la acción penal, a fin de que se obtenga el nombre o domi-
cilio de la persona querellada, o cuando dicha investigación fuese necesaria
para describir clara, precisa y circunstanciadamente el delito, siempre que el
querellante lo solicitara en su querella[47].
[44] Sobre las medidas cautelares personales, y específicamente la prisión preventiva, vide ORÉ GUARDIA,
Arsenio. Las medidas cautelares personales en el proceso penal peruano. En: <www.incipp.com>.
[45] Cabe señalar que en determinados Estados de Argentina sí se puede aplicar la prisión preventiva para los
casos de delitos de ejercicio privado de la acción penal; vide CLARIÁ OLMEDO, Jorge A. Ob. cit., p. 358.
[46] Vide CLARIÁ OLMEDO, Jorge A. Ob. cit., p. 352: “la ausencia total de un periodo preparatorio es, pues, la nota
característica de este procedimiento”. Cfr. ROXIN, Claus. Ob. cit., p. 530.
[47] Similar a lo que sucede en la legislación chilena. Así señalan Horvitz Lennon y López Masle que el querellante
tiene la posibilidad de solicitar su práctica [de elementos de prueba] al juez de garantía quien, a su vez, deberá
disponer la realización de las diligencias solicitadas a la Policía, HORVITZ LENNON, María Inés y LÓPEZ
MASLE, Julián. Ob. cit., p. 546. Crítico con dicha actividad: CAROCCA PÉREZ, Alex. Ob. cit., p. 266: “Debería
ser el mismo querellante quien debe procurarse sus elementos de prueba.
101
Procedimientos especiales
Para Gimeno Sendra[49], los actos investigativos solo podrán ser practicados
para diligencias de carácter urgente, a fin de comprobar los hechos, sin em-
bargo, el Código Procesal Penal de 2004 no establece tal especificación.
Por otro lado, al ser el querellante el que a través de la querella hace que en-
tre en funcionamiento el sistema de justicia penal, y al cumplir una función
similar a la del fiscal, tendrá que realizar actividades de investigación –sin
necesidad de solicitarlas al juez–, a fin de obtener los elementos probato-
rios suficientes para poder acreditar la realización del hecho delictivo y la
responsabilidad penal del querellado. Sin embargo, esta carga, conforme lo
señala Herrmann, es un arma de doble filo para el acusador privado, debido
a los costos –recolección de los medios de prueba– y tiempo considerables
que toma una acusación privada[50].
Una vez realizado el acto investigativo por la Policía, esta elevará un infor-
me al juez unipersonal señalando los resultados de la investigación. El juez
notificará de este resultado al querellante a fin de que complete su querella,
lo que deberá hacer a más tardar al quinto día de la notificación. Si no lo
hiciere, caducará el derecho a ejercer la acción penal, conforme al artículo
144.1 del Código Procesal Penal de 2004, pudiendo hacer valer su preten-
sión resarcitoria en la vía civil.
[48] Vide HORVITZ LENNON, María Inés y LÓPEZ MASLE, Julián. Ob. cit., p. 546.
[49] Vide GIMENO SENDRA, Vicente et ál. Ob. cit., p. 670.
[50] Vide HERRMANN, Joachim. Ob. cit., p. 240. En sentido similar, ESER, Albin. Ob. cit., p. 21.
102
El proceso por delito de ejercicio privado de la acción penal
Ahora bien, el artículo 461 del Código Procesal Penal de 2004 no señala la
situación del futuro querellado en dicha investigación. Sin embargo, con-
forme a las garantías que le son inherentes en su calidad de imputado, tie-
ne derecho de defenderse desde el primer momento que se le imputa un
hecho delictivo, conforme ya lo ha señalado el Tribunal Constitucional en
reiteradas oportunidades[51].
[51] STC Exp. N° 04799-2007-PHC/TC, caso Manuel Jesús Áybar Marca; STC Exp. N° 01425-2008-PHC/TC, caso
Luis Grover González Gallardo.
[52] Vide ORÉ GUARDIA, Arsenio. Las garantías constitucionales del debido proceso en el nuevo Código Procesal
Penal. En: <www.oreguardia.com.pe>, p. 13.
[53] Dadas a partir de la Ley N° 397/2000, del 7 de diciembre de 2000. Vide PEPINO, Livio. Breve aproximación al
sistema procesal italiano. En: <dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=758345>, p. 98. Por su lado, señala
Giovanni Caso que “junto a la investigación llevada a cabo por el Ministerio Público y la Policía Judicial para la
verificación de los hechos y recoger las pruebas en contra de la persona investigada, se introdujo en el código
la ‘investigación defensiva’. Con tal ley se pretendió garantizar equidad entre el acusador y la defensa”; Caso,
Giovanni. El sistema procesal penal italiano (ventajas y desventajas), 2003. En: <http://redalyc.uaemex.mx/src/
inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=72001203>, p. 4. Cfr. Mirjan Damaska, quien señala que este tipo de normas, que a
su entender tienen un origen angloamericano, generaría a sistemas de corte eurocontinental transformaciones
sustanciales, pues deja de un lado el monopolio investigativo de los funcionarios estatales y autoriza a los abo-
gados defensores llevar a cabo sus propias investigaciones, generando así un estilo genuino de contienda en
etapas previas al juicio; DAMASKA, Mirjan. “Aspectos globales de la reforma del proceso penal”. En: Sistema
acusatorio y juicio oral. Editorial Jurídica de Colombia, Bogotá, 2009, p. 22.
[54] Conforme lo señalado por Perfecto Andrés Ibáñez “(…) la posibilidad de contradecir es una exigencia que,
aunque en general ha estado solo asociada al momento del juicio verdadero y propio, es también necesaria
–como garantía de calidad– en fase de investigación; ANDRÉS IBÁÑEZ, Perfecto. Las garantías del imputado
en el proceso penal. En: <http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/refjud/cont/6/pjn/pjn2.pdf>, p. 12.
103
Procedimientos especiales
Así, Schünemann señala: “(…) Para que el defensor pueda verificar los repa-
ros que tenga, debe disponer de posibilidades propias de investigación. Sin
embargo, cuando se lee actualmente en la bibliografía procesal penal, que
el defensor debe tener derecho a realizar investigaciones por sí mismo, se
desconoce por completo que la mera posibilidad de interrogar por sí mismo
a los testigos no aporta nada, pues el testigo no está obligado a responder.
Por consiguiente, siguiendo el modelo de la declaración subpoena norte-
americana (es decir, bajo amenaza de pena), debe ser creada la posibilidad
de que el defensor, con autorización judicial, pueda tomar declaración por sí
mismo a testigos importantes que a su juicio hayan sido interrogados insu-
ficientemente, y, a raíz de esas declaraciones, pueda apreciar con seguridad
la fiabilidad del resultado de las investigaciones[55]”.
Sin embargo, sería preferible que al momento de que el juez penal ordene
la investigación a la Policía establezca un plazo, a fin de que este pueda ser
controlado por el querellado cuando se le informe sobre la investigación
realizada en su contra. En caso de que la Policía no remita el informe en el
plazo establecido, el querellado tendrá el derecho de solicitar al juez que
ordene a la Policía que cumpla con remitir dicho informe. Volvemos a rei-
terar, si bien el ejercicio privado de la acción penal es un proceso especial,
no puede limitar por ningún motivo las garantías que le son innatas a toda
persona investigada, pues la posición de imputado de un delito no varía por
el tipo de procedimiento en que se encuentre.
104
El proceso por delito de ejercicio privado de la acción penal
V. JUZGAMIENTO
[57] Vide Serwe, al señalar que si el magistrado encuentra sospecha suficiente, abrirá procedimiento; SERWE,
Bochum. Aufsätze Privatklageverfahren. En: <www.schiedsamt.de>.
[58] En Alemania, conforme al §383.II.1., el juez tiene la posibilidad de sobreseer la causa si la culpabilidad del
autor es leve; vide ROXIN, Claus. Ob. cit., p. 531.
[59] Vide CLARIÁ OLMEDO, Jorge A. Ob. cit., p. 354. CAROCCA PÉREZ, Alex. Ob. cit., p. 266.
[60] Vide SAN MARTÍN CASTRO, César. Ob. cit., p. 1376. Asimismo, la STC Exp. Nº 1643-2002-HC/TC.
[61] Vide GIMENO SENDRA, Vicente. Ob. cit., p. 669, señala que “[En la] conciliación (…) se trata de posibilitar
la avenencia para evitar las cargas negativas del proceso penal en una materia en la que no existe un interés
público predominante en la persecución del hecho delictivo (…) antes de poner en marcha el aparato coercitivo
más contundente de que dispone el ordenamiento jurídico”.
105
Procedimientos especiales
[62] En Alemania existe una autoridad arbitral designada por la administración de justicia para la realización de la
conciliación extrajudicialmente (§380 StOP); vide ROXIN, Claus. Ob. cit., p. 530.
[63] Vide SCHMIDT, citado por ROXIN, Claus. Ob. cit., p. 530, señala que el acto de conciliación no es un presu-
puesto del proceso, sino un requisito de procedibilidad, pero para el juicio.
[64] Vide GIMENO SENDRA, Vicente. Ob. cit., p. 671.
[65] Conocido en el Código de Procedimientos Penal de 1040 como comparendo, el que no se limitaba al acto de
conciliación, sino que también incluía la actuación de los medios de prueba. Vide SAN MARTÍN CASTRO,
César. Ob. cit., p. 1375.
[66] Vide SAN MARTÍN CASTRO, César. Ob. cit., p. 1380, quien señala que tanto el comparendo –audiencia del
juicio– y la lectura de sentencia deben ser públicos, por tratarse de una garantía a nivel constitucional, y que
una infracción del mismo generaría una nulidad del procedimiento o del fallo.
[67] Vide ROXIN, Claus. Ob. cit., p. 531: “El juicio oral se corresponde, en general, con el procedimiento penal
ordinario” (§384 StOP).
106
El proceso por delito de ejercicio privado de la acción penal
Respecto a este tema, cabe señalar que existen distritos judiciales en donde
no se cita judicialmente a los testigos y peritos, sino que cada una de las
partes debe llevarlos a juicio, alegándose que ello se debe al carácter adver-
sativo del proceso.
Además, al no estar citado el testigo o perito por un juez penal, sino median-
te el aviso que pudiesen hacer el querellante o el querellado, los referidos
órganos de prueba no se encuentran formalmente obligados a comparecer
a juicio. Por ejemplo, el testigo o perito no podrían faltar a su trabajo seña-
lando que el imputado le ha comunicado que debe asistir a juicio, sino solo
con una citación judicial que otorgue la formalidad y seguridad respectiva
de que se les necesita en un juicio[68].
Ello no quiere decir, como algunos autores señalan, que el testigo o perito
se vuelvan reacios a sus pretensiones, sino, todo lo contrario, que ante un
juicio tienen el deber de decir toda la verdad. Al respecto, señala San Martín
Castro que “dicha norma [el artículo 305 del Código de Procedimientos Pe-
nales] incluye la citación judicial de los órganos de prueba ofrecidos por el
querellante”[69].
[68] En el mismo sentido, HORVITZ LENNON, María Inés y LÓPEZ MASLE, Julián. Ob. cit., p. 548, al hablar de
notificación al imputado y citación a los intervinientes al juicio.
[69] Vide SAN MARTÍN CASTRO, César. Ob. cit., p. 1376.
107
Procedimientos especiales
Esto haría de este proceso especial uno de ciudadanos con recursos eco-
nómicos o donde el ganador sea quien cuente con ellos. Reiteramos, todo
imputado de un delito tiene el derecho irrestricto de contar con un aboga-
do defensor público cuando no cuente con los recursos para contratar uno
particular.
De otro lado, el artículo 462.5 del Código Procesal Penal de 2004 señala que
si el querellante no concurre injustificadamente o se ausenta durante el
desarrollo del juicio, se sobreseerá la causa[70]. Ahora bien, si el querellante
otorga un poder especial para que una persona en su representación asista
al juicio, este se realizará de forma normal, así no asista la víctima; sin embar-
go, el representante sí debe estar presente en el juicio, de lo contrario, se le
tendrá por desistido tácitamente de la querella.
Continuando con el desarrollo del juicio, lo primero, por regla general, que
hará el juez es preguntar al querellado si admite los cargos atribuidos por el
querellante. Si los admite, se podrá realizar una audiencia privada entre el
querellado y el querellante para que lleguen a un acuerdo sobre la pena y la
reparación civil[71]. Sin embargo, consideramos muy difícil que ello suceda,
debido a que en la audiencia previa de conciliación ya se ha tratado de arri-
bar –sin éxito– a un acuerdo para llegar a una solución pacífica del conflicto.
[70] Vide HORVITZ LENNON, María Inés y LÓPEZ MASLE, Julián. Ob. cit., p. 549.
[71] Ibídem, p. 550.
108
El proceso por delito de ejercicio privado de la acción penal
[72] En el Código de Procedimientos Penales no existía propiamente dicho un verdadero juicio oral, pues las partes
solo se limitaban a realizar su informe oral, sin que comenzaran con los alegatos de apertura ni terminaran con
los alegatos finales. Cfr. SAN MARTÍN CASTRO, César. Ob. cit., p. 1377.
[73] Vide SAN MARTÍN CASTRO, César. Ob. cit., p. 1378, quien justifica esta situación señalando que: “Por la na-
turaleza oral y breve del procedimiento, las excepciones y demás medios de defensa técnicos se deducen en
el acto del comparendo y se resuelven en la sentencia. No se tramitan como incidentes en cuaderno aparte”.
[74] Vide CLARIÁ OLMEDO, Jorge A. Ob. cit., p. 359.
[75] Vide PEPINO, Livio. Ob. cit., p. 99.
[76] Vide CLARIÁ OLMEDO, Jorge A. Ob. cit., p. 360.
109
Procedimientos especiales
110
El proceso por delito de ejercicio privado de la acción penal
[84] Algo similar ocurría con el recurso de nulidad para los delitos cometidos mediante imprenta y otros medios de
publicidad, regulado en el Código de Procedimientos Penales, donde era el Fiscal Supremo quien sustentaba
los fundamentos realizados por el querellante, lo cual sin duda resultaba incoherente, pues se trataba de un
delito privado.
[85] Vide CLARIÁ OLMEDO, Jorge A. Ob. cit., p. 352.
[86] Vide MIXÁN MASS, Florencio. Ob. cit., p. 104.
111
Procedimientos especiales
Ahora bien, cabe la posibilidad de que esta inactividad sea imputable al tri-
bunal. Así, si este tarda en disponer la realización de las diligencias solici-
tadas por el querellante, o si la Policía demora en cumplir la investigación
ordenada por el juez[88], no será responsabilidad del querellante dicha in-
acción o pasividad, debiendo continuar el proceso de forma normal. Para
la configuración del desistimiento tácito, la inactividad debe ser necesaria-
mente atribuible al querellado.
VII. BIBLIOGRAFÍA
• CAROCCA PÉREZ, Alex. Manual del nuevo sistema procesal penal. 3ª edi-
ción, Lexis Nexis, Santiago de Chile, 2005.
112
El proceso por delito de ejercicio privado de la acción penal
113
Procedimientos especiales
• ROXIN, Claus. Derecho Procesal Penal. Editores del Puerto, Buenos Aires,
2003.
114
4
artículo
La terminación anticipada y sus
conflictos internos
I. INTRODUCCIÓN
[*] Asistente Jurisdiccional de los Juzgados de la Investigación Preparatoria de Huaura. Docente invitado en la
cátedra de Derecho Procesal Penal por la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Nacional
José Faustino Sánchez Carrión.
117
Procedimientos especiales
dejando con poca información sobre este proceso especial a los estudio-
sos[1]. Por ello, me parece que se generan muchos problemas si se deja de
abordar este tema que pareciera zanjado con el Acuerdo Plenario Nº 5-2008/
CJ-116. Sin embargo, creo que es necesaria su continua discusión, pues so-
lamente con la unificación de la doctrina y la información que proporcionan
sus aplicadores podremos reforzar esta institución procesal que cambia ra-
dicalmente la forma de administrar justicia a la que por décadas estuvimos
acostumbrados.
[1] Hacia dicho sector proyecto este trabajo, pues creo que ellos constituyen el refuerzo que muchos estamos
esperando.
[2] Al respecto: VELÁSQUEZ VELÁSQUEZ, Fernando. “La justicia negociada: un ejemplo del peligro de la privatiza-
ción del proceso penal con el nuevo sistema”. Ponencia inaugural presentada el día cinco de octubre 2009, en el
Congreso de Estudiantes de Derecho Penal sobre “Evaluación y retos del sistema procesal penal acusatorio: un
debate sobre sus debilidades y perspectivas”, Bogotá, Colombia, disponible en: <http://www.sergioarboleda.edu.
co/santamarta/institucional/escuelas/derecho/eventos/1er_congreso_penal/ponencias/2009_velasquez_justi-
cia_negociada.pdf>.
118
La terminación anticipada y sus conflictos internos
[3] BINDER, Alberto. “¿Qué significa implementar un nuevo sistema de justicia penal?”. Disponible en: <www.ceja-
mericas.org>.
[4] BARONA VILAR, Silvia. La conformidad en el proceso penal. Tirant lo Blanch, Valencia, 1994, p. 31.
[5] BINDER, Alberto, Ob. cit.
119
Procedimientos especiales
[6] Alguna doctrina refiere que es mejor hablar de reestructuración o refundición de la justicia que de reforma judicial,
a consecuencia de la época de los noventa que se vivió con el Gobierno de Alberto Fujimori y su injerencia y ma-
nipulación política de la justicia. Al respecto: JUSTICIA VIVA. “¿Se puede reformar el Poder Judicial?”. Disponible
en: <www.justiciaviva.org.pe>.
[7] Sobre dichas cifras de sobrecarga procesal, véase: REYNA ALFARO, Luis Miguel. La terminación anticipada en
el Código Procesal Penal. Jurista editores, Lima, 2009, pp. 111-114.
[8] HERNÁNDEZ BREÑA, Wilson. La carga procesal bajo la lupa: por materia y tipo de órgano jurisdiccional. Justicia
Viva, Lima, 2008, p. 8.
[9] Conforme a la carga procesal del año 2006, existían 2’186, 321, de un total de 1’083, 460 expedientes ingresa-
dos en ese periodo y 1’102, 861 pendientes, habiéndose solo resuelto 935, 131. Ver cuadro en: Hernández
Breña. Ob. cit., p. 19.
120
La terminación anticipada y sus conflictos internos
Por ello, surge la posibilidad de buscar salidas alternativas como una res-
puesta a la gran crítica que se hace a la administración de justicia por su
retardo en la reparación de daños (puesto que perjudica la certeza del De-
recho y la seguridad jurídica que todo proceso penal debe siempre cum-
plir[10]) y en resolver la situación jurídica de los procesados (por cuanto son
privados de su libertad y olvidados en aquellas cárceles sobrepobladas, con
pocas posibilidades de rehabilitación y resocialización).
[10] En ese sentido: SAN MARTÍN CASTRO, César, Derecho Procesal Penal. Vol. I, Grijley, Lima, 2003, p. 99.
[11] HORVITZ LENNON, María Inés y LÓPEZ MASLE, Julián. Derecho Procesal Penal. Tomo I. Editorial jurídica de
Chile, Santiago de Chile, 2002, pp. 72 y 73.
[12] BARONA VILAR, Silvia. Ob. cit., p. 31.
121
Procedimientos especiales
Pastor advierte que el tema del plazo razonable proviene del artículo 6.1 del
Convenio Europeo sobre Salvaguarda de los Derechos del Hombre y de las
Libertades Fundamentales (CEDH), suscrito en Roma en 1950, el que es re-
producido literalmente por el artículo 8.1 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos (CADH), firmada en San José de Costa Rica en 1969[14]. Y
si bien otras legislaciones no hacen específica referencia al plazo razonable,
sí recurren al derecho del imputado a ser juzgado sin dilaciones indebidas o
injustificadas, establecido en el artículo XXV de la Declaración Americana de
los Derechos y Deberes del Hombre (DADDH) de Bogotá, 1948, en el artículo
14.3 lit. c del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP) de
1966 y el artículo 24.2 de la Constitución Española de 1978. Asimismo, en la
Sexta Enmienda de la Constitución de los EE.UU. donde se prevé el derecho
a un juicio rápido[15]. Como vemos, el sistema americano tiene ese respal-
do constitucional para la aplicación de sistemas alternativos de solución
[13] LANDA ARROYO, César. “Bases constitucionales del nuevo Código Procesal Penal peruano”. En: Aportes al
Derecho Penal peruano desde la perspectiva constitucional. Revista Institucional, Academia de la Magistratura,
N° 7, 2006, p. 143.
[14] PASTOR, Daniel R. El plazo razonable en el proceso del Estado de Derecho. Ad-Hoc, Bueno Aires, 2002, p. 47.
[15] Ibídem, p. 47.
122
La terminación anticipada y sus conflictos internos
123
Procedimientos especiales
vez, pero necesario para entender que la sociedad no debe estar ajena a
estos cambios legislativos, pues no necesariamente es importante su legali-
zación, sino también su legitimación.
IV. EVOLUCIÓN
[20] CUBAS VILLANUEVA, Víctor. El nuevo proceso penal peruano. Teoría y práctica de su implementación. Palestra,
Lima, 2009, pp. 539 y 540.
[21] CUBAS VILLANUEVA, Víctor. Ob. cit., p. 541.
[22] VELÁSQUEZ VELÁSQUEZ, Fernando. Ob. cit., pp. 7 y 8.
124
La terminación anticipada y sus conflictos internos
[23] Cfr. CUBAS VILLANUEVA, Víctor. Ob. cit., pp. 577 y 579. Asimismo: REYNA ALFARO, Luis Miguel. Ob. cit.,
p. 131, el mismo: El proceso penal aplicado. Grijley, Lima, 2011, pp. 137 y 138. SÁNCHEZ VELARDE, Pablo.
Manual de Derecho Procesal Penal. Idemsa, Lima, 2004, p. 922. SÁNCHEZ VELARDE, Pablo. Introducción al
nuevo proceso penal. Idemsa, Lima, 2005, p. 183. TABOADA PILCO, Giammpol. “El proceso especial de ter-
minación anticipada en el nuevo Código Procesal Penal”. En: Gaceta Penal & Procesal Penal. Tomo 2, Gaceta
Jurídica, Lima, agosto de 2009, p. 33.
[24] De ahí, la discusión de muchos autores en la que se opina que nuestro ordenamiento tiene influencia de la
legislación colombiana, italiana o americana. En ese sentido, ver: SÁNCHEZ VELARDE, Pablo. Manual de
Derecho Procesal Penal. Ob. cit., p. 922-923; REYES ALVARADO, Víctor Raúl. “El proceso especial de termina-
ción anticipada y su aplicación en el Distrito Judicial de Huaura a partir de la vigencia del Código Procesal Penal
del 2004”, febrero, 2007, disponible en: <www.justiciaviva.org.pe>, p. 2; SAN MARTÍN CASTRO, César. Derecho
Procesal Penal. Tomo II, Grijley, Lima, 2003, p. 1384.
[25] REYES ALVARADO, Víctor Raúl. “El proceso especial de terminación anticipada y su aplicación en el Distrito
Judicial de Huaura a partir de la vigencia del Código Procesal Penal del 2004”. Ob. cit., p. 2.
125
Procedimientos especiales
V. CONCEPTO
[26] TABOADA PILCO, Giammpol. “El proceso especial de terminación anticipada en el nuevo Código Procesal
Penal”. Ob. cit., p. 31.
[27] SAN MARTÍN CASTRO, César. Derecho Procesal Penal. Tomo II. Ob. cit., p. 1385.
[28] NEYRA FLORES, José Antonio. Manual del Nuevo Proceso Penal & de Litigación Oral. Idemsa, Lima, 2010,
p. 464.
126
La terminación anticipada y sus conflictos internos
[29] SÁNCHEZ VELARDE, Pablo. Manual de Derecho Procesal Penal. Ob. cit., p. 922.
[30] TABOADA PILCO, Giammpol. “El proceso especial de terminación anticipada en el nuevo Código Procesal
Penal”. Ob. cit., p. 33.
[31] FAIRÉN GUILLÉN, Víctor. “Examen crítico de los principios rectores del proceso penal”. En: XV Congreso Mexi-
cano de Derecho Procesal. UNAM, Ciudad de México, 1998, p. 432.
[32] En: <http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2004/00855-2003-HC.html>.
[33] CASTRO TRIGOSO, Hamilton. “La terminación anticipada en la etapa intermedia del nuevo proceso penal. A pro-
pósito del Acuerdo Plenario N° 05-2009/CJ-116”. En: Gaceta Penal & Procesal Penal. Tomo 6, Gaceta Jurídica,
Lima, diciembre de 2009, p. 17.
127
Procedimientos especiales
Es verdad que la norma procesal prevé que los sujetos procesales puedan
renunciar, total o parcialmente, a los plazos establecidos en su favor, me-
diante manifestación expresa, y si el plazo fuese común, la abreviación o la
renuncia requerirán el consentimiento de todas las partes con la aprobación
previa del juez de la causa[36]; pero esto no implica que se deba apartar del
proceso al agraviado si este aún no ha tenido la oportunidad –dentro de los
plazos comunes que la norma procesal establece– de poderse constituir en
parte como actor civil.
[34] BRENES QUESADA, Carlos. “JUSTICIA RESTAURATIVA. Una herramienta para la solución al fenómeno de la
criminalidad costarricense” (Tesis), Costa Rica, 2009, disponible en: <www.justiciarestaurativa.org/>. De distinta
opinión: ROSAS YATACO, Jorge. Manual de Derecho Procesal Penal. Jurista, Lima, 2009, p. 895.
[35] En un trabajo anterior proponíamos reducir actos procesales en las secretarías con la finalidad de no seguir con
los mismos pasos procedimentales de la norma procesal anterior y continuar con el ritualismo de mantener orde-
nado el expediente o cuadernos. Lamentamos que a pesar del esfuerzo de algunos magistrados, la gran mayoría
de estos aún prefiere un proceso con dilaciones, pero ordenado y formal. BURGOS ALFARO, José David. El
nuevo proceso penal. Su aplicación en la práctica, con jurisprudencia y comentarios críticos. Grijley, Lima, 2009.
[36] Vide artículo 147 del Código Procesal Penal de 2004.
128
La terminación anticipada y sus conflictos internos
Reyna Alfaro reconoce que no solo las partes obtienen algo a cambio, tras
la concretización de un acuerdo negociado de terminación anticipada, tam-
bién el sistema de administración de justicia resultaría beneficiado: el pro-
ceso judicial termina rápidamente, descongestionándose el sistema, con los
efectos económicos de reducción de costes que ello genera[40].
Barona[41] narra que en EE.UU. la mayor parte de los procesos penales vie-
nen a resolverse mediante la solución negociada a la que se denomina
plea bargaining, que consiste en el acuerdo que, previo al juicio, negocian
el Ministerio y el abogado de la defensa. Mediante este acuerdo el Ministerio
promete hacer una recomendación al tribunal que será beneficiosa para el
acuerdo, bien por retirar algún cargo o acusación, bien por imposición de
una sentencia menor, a cambio, el acusado se compromete a manifestar su
culpabilidad. Cuando un imputado decide declararse culpable, esta es co-
municada por su defensor al prosecutor, el cual establece la pena que, en re-
lación con la gravedad del hecho, le reclama al juez: de este modo se realiza
el plea bargaining.
129
Procedimientos especiales
Existen severas críticas sobre la aplicación de este proceso especial, las que
no podemos ignorar. Por ello, es que es necesario que se continúe con in-
vestigaciones y discusiones sobre el tema, pues si bien podríamos conside-
rarla como necesaria dentro de sus aspectos positivos, no podemos dejar
de lado ese aspecto negativo, observado en otras legislaciones en cuanto
a su aplicación práctica de la misma. Ello implica mejorar dicha institución,
adecuándola a nuestra realidad, para que no exista ninguna vulneración de
derechos por las partes involucradas.
[42] REYNA ALFARO, Luis Miguel. “Los actos previos al inicio del proceso de terminación anticipada”. En: Gaceta
Penal & Procesal Penal. Tomo 2, agosto, 2009, p. 15.
[43] MONROY GÁLVEZ, Juan F. Teoría General del Proceso. Tercera edición, Comunitas, Lima, 2009, p. 338.
[44] Ibídem, p. 340.
[45] Ídem.
[46] Ídem.
[47] Ídem.
130
La terminación anticipada y sus conflictos internos
Langbein indica que este diseño opera por intimidación, de tal manera que,
si el sujeto pretende hacer valer sus derechos –para el caso en un juicio con
jurados como lo dispone la Sexta Enmienda a la Constitución de los Estados
Unidos– el Estado lo amenaza con una sanción severa. Además, que el Mi-
nisterio Fiscal se vuelve el sujeto central de la actuación, pues sus poderes
son tan grandes que es él –dice Lynch– el llamado a ejercitar no solo su tra-
dicional discrecionalidad para imputar cargos, sino que también, de hecho,
determina la culpabilidad y fija la pena[49].
En fin, se advierte que con este esquema de juzgamiento hay un gran per-
dedor: el interés público, que no puede mantener un sistema de justicia cri-
minal basado en la verdad material y en la corrección de las condenas en
relación con la exactitud de los hechos y que, de contera, tampoco puede
desarrollar un programa de tratamiento correccional en atención a la par-
ticular problemática del condenado.
Es por ello, que dentro de la doctrina más crítica, se entiende que el plea
bargaining no es sino, una forma de degradación de la justicia penal
norteamericana en cuanto obliga a jueces, representantes de la acusación
y a los defensores; afectando su papel en el proceso penal, sin que pese a
todo, se llegue realmente a tutelar los intereses de la sociedad, ni tampoco
los derechos de los imputados.
[48] VELÁSQUEZ VELÁSQUEZ, Fernando. La justicia negociada: un ejemplo del peligro de la privatización del pro-
ceso penal con el nuevo sistema. Ob. cit., p. 10.
[49] Ibídem, p. 11.
131
Procedimientos especiales
[50] BARONA VILAR, Silvia. La conformidad en el proceso penal. Ob. cit., p. 55.
[51] SAN MARTÍN CASTRO, César. Derecho Procesal Penal. Tomo II. Ob. cit., pp. 1385-1387.
[52] VELÁSQUEZ VELÁSQUEZ, Fernando. La justicia negociada: un ejemplo del peligro de la privatización del pro-
ceso penal con el nuevo sistema. Ob. cit., pp. 28-29.
132
La terminación anticipada y sus conflictos internos
[53] BARONA VILAR, Silvia. La conformidad en el proceso penal. Ob. cit., pp. 55-61.
133
Procedimientos especiales
[54] SAN MARTÍN CASTRO, César. Derecho Procesal Penal. Tomo II. Ob. cit., pp. 1386-1387.
[55] Como lo expresa Carulli, quien inteligentemente refiere que paradójicamente el acusado se defiende declarando
que no quiere defenderse. CARULLI, citado por PEÑA CABRERA, Raúl. “La terminación anticipada en el proceso
penal peruano”. En: Revista Peruana de Ciencias Penales. Año II, Número 3, Grijley, enero-junio, Lima, 1994,
p. 156.
134
La terminación anticipada y sus conflictos internos
Por ello, la capacidad jurídica que debe tener el juez para realizar ese control
de legalidad sobre el acuerdo sustentado oralmente, y constatadas mate-
rialmente en la carpeta fiscal, hará que no existan sentencias que lleven al
proceso penal a una simple pantomima, proclive a su deslegitimación. El
juez, debe saber que cumple un rol muy importante dentro de este proceso
especial, pues recaerá en él, el pronunciamiento final sobre dicho acuerdo
de las partes para que esta se convierta en una sentencia legal.
1. Trámite procesal
135
Procedimientos especiales
El artículo 468.4 del NCPP establece que el juez instará a las partes a que
lleguen a un acuerdo, pudiendo suspender la audiencia por breve término.
[56] BURGOS ALFARO, José. “La función del asistente jurisdiccional y la formación de cuadernos en el nuevo Código
Procesal Penal”. En: Actualidad Jurídica. Tomo Nº 177, Gaceta Jurídica, agosto, 2008, p. 173.
[57] A favor: TABOADA PILCO, Giammpol. “El proceso especial de terminación anticipada en el nuevo Código Pro-
cesal Penal”. Ob. cit., p. 37; en contra: REYNA ALFARO, Luis Miguel. La terminación anticipada en el Código
Procesal Penal. Ob. cit., p. 192.
[58] REYES ALVARADO, Víctor Raúl. “El proceso especial de Terminación Anticipada y su aplicación en el Distrito Ju-
dicial de Huaura a partir de la vigencia del Código Procesal Penal del 2004”. Ob. cit.; de distinta opinión REYNA
ALFARO, Luis. La terminación anticipada en el Código Procesal Penal. Ob. cit., p. 165.
136
La terminación anticipada y sus conflictos internos
137
Procedimientos especiales
[63] Ídem.
[64] PEÑA CABRERA, Raúl. La terminación anticipada en el proceso penal peruano. Ob. cit., p. 162.
[65] Acuerdo Plenario Nº 5-2008/CJ-116, fundamento 10.
138
La terminación anticipada y sus conflictos internos
[66] PEÑA CABRERA, Raúl. La terminación anticipada en el proceso penal peruano. Ob. cit., p. 164.
[67] Cit., fundamento 8.
139
Procedimientos especiales
[68] REYNA ALFARO, Luis Miguel. La terminación anticipada en el Código Procesal Penal. Ob. cit., p. 195; TABOADA
PILCO, Giammpol. “El proceso especial de terminación anticipada en el nuevo Código Procesal Penal”. Ob. cit.,
pp. 36-37.
[69] LUNA CONDE, Álvaro. Terminación anticipada del proceso. Ediciones Jurídicas Gustavo Ibáñez, Colombia,
1995, p. 51.
[70] REYNA ALFARO, Luis Miguel. La terminación anticipada en el Código Procesal Penal. Ob. cit., p. 195
140
La terminación anticipada y sus conflictos internos
paternalistas de instar a las partes las veces que sean necesarias hasta que
le manifiesten expresamente su renuncia al trámite. He allí, la necesaria re-
forma para que este proceso especial tenga la posibilidad de suspender el
proceso en sí para que su trámite no perjudique las investigaciones que, si
esta lo desaprueba, deberán continuarse conforme a su estado.
[71] BURGOS ALFARO, José. El nuevo proceso penal. Ob. cit., p. 253.
141
Procedimientos especiales
Más aún, observamos que en esta audiencia existe presión psicológica por
parte del fiscal si es que el imputado se encuentre sufriendo una medida
coercitiva como la prisión preventiva, pues esta implica la restricción a su
libertad. Es justamente en esta ocasión donde el fiscal aprovecha la situa-
ción jurídica incierta del imputado para poder obtener una negociación que
posiblemente logre ayudarlo en salir de ese encierro declarándose respon-
sable del hecho que se le atribuye por la promesa de una sentencia suspen-
dida en su ejecución.
142
La terminación anticipada y sus conflictos internos
[72] BARONA VILAR, Silvia. La conformidad en el proceso penal. Ob. cit., p. 71.
[73] De distinta opinión: REYNA ALFARO, Luis Miguel. “Los actos previos al inicio del proceso de terminación antici-
pada”. Ob. cit., p. 16.
[74] BARONA VILAR, Silvia. La conformidad en el proceso penal. Ob. cit., pp. 58-59.
143
Procedimientos especiales
No está demás afirmar que la aceptación de los cargos atribuidos, por parte
del imputado, llegan a estar encerrados por una contaminación subjetiva
que lo presionan a llegar a un acuerdo con el fiscal, ya sea por el destino
incierto que podría sufrir si el proceso continúa hasta el juicio oral, ya sea
por índole familiar, laboral, o de simple reputación social. Por ello, es que el
legislador da la salvedad que llevado el acuerdo a manos del juez y, pasado
el control, este lo desaprueba, dicha aceptación de cargos o de responsabi-
lidad penal no será tomada en cuenta, dejándola como inexistente.
Sobre ello, el Acuerdo Plenario profundiza, al señalar que si es que las par-
tes arriban a un acuerdo –que tiene como presupuesto la afirmación de la
responsabilidad penal del imputado y, como condición, la precisión de las
consecuencias jurídico penales y civiles correspondientes, en perfecta ar-
monía con el principio de legalidad–, corresponde al juez, en ejercicio de su
[75] Algunos expertos sobre la teoría de Freud, señalan que el yo, el ello y el super yo, nacen a través de sus obras:
“La interpretación de los sueños”; “Introducción al Psicoanálisis”; y “Los tres ensayos sobre la teoría de la sexua-
lidad”.
144
La terminación anticipada y sus conflictos internos
Por ello, Barona Vilar[77] asegura que no es que el plea bargaining sea un ins-
tituto positivo o negativo, sino que, de alguna forma, su valoración depen-
derá exclusivamente del modo en que se desarrolla en la práctica judicial. Si
se utiliza correctamente este instituto puede contribuir a definir el proceso
de manera satisfactoria, tanto para los intereses de la colectividad, represen-
tados por el órgano de la acusación, como para los intereses de la defensa.
Con este consenso se consigue una justicia penal mucho más rápida y efi-
ciente, creando las condiciones para que el juicio quede reservado exclusi-
vamente a aquellos casos en los que la culpabilidad del imputado deba ser
determinada en los jueces.
X. LA PUBLICIDAD DE LA AUDIENCIA
145
Procedimientos especiales
[80] FAIRÉN GUILLÉN, Víctor. “Examen crítico de los principios rectores del proceso penal”. Ob. cit., p. 444.
146
La terminación anticipada y sus conflictos internos
por haber pasado por el filtro de la etapa intermedia. Por ello, no creemos
que dicha publicidad solo deba ser considerada para los procesos donde se
tiene como afectados al Estado, a la sociedad y a la humanidad[81], sino para
todo tipo de delitos, sin considerar a la parte agraviada o sujeto pasivo de
dicha acción.
Hasta nos podríamos centrar en el error literal del legislador, al utilizar el tér-
mino “juicio” y no “proceso” en el artículo I.2 del Título Preliminar[82], para así
entender que no solamente la publicidad de los actos procesales se realiza
en las audiencias de los juicios orales[83], sino en todas las audiencias que se-
ñala el Código Procesal Penal, pues en las demás también existe el derecho
a la oralidad y la contradicción que esta pregona. Es por ello que concor-
damos con los propios aplicadores de la norma procesal, que el 99% de los
casos donde se instaló una audiencia especial de terminación anticipada
se haya realizado públicamente y sin restricciones en el Distrito Judicial de
Huaura.
[81] Sobre dicha opinión, véase: HURTADO POMA, Juan. “La audiencia privada del proceso de terminación anticipa-
da y su constitucionalidad”, disponible en: <www.lozavalos.com.pe>.
[82] Artículo I.2.- “Toda persona tiene derecho a un juicio previo, oral, público y contradictorio, desarrollado conforme
a las normas de este Código”.
[83] Artículo 357.- “El juicio oral será público (…)”.
[84] BARONA VILAR, Silvia. La conformidad en el proceso penal. Ob. cit., p. 81.
147
Procedimientos especiales
148
La terminación anticipada y sus conflictos internos
Es así que los quince días que se le otorga al fiscal para que presente su
requerimiento, ya sea para acusar o para solicitar el sobreseimiento, tiene y
deben ser considerados como parte de la etapa intermedia.
149
Procedimientos especiales
Es por ello que el vínculo obligatorio del fiscal al estar presente en dicha
audiencia es para sustentar oralmente su acusación formal, de igual forma
que se le obliga a los demás sujetos procesales su presencia para tomar en
cuenta las observaciones planteadas dentro de los diez días que menciona
la ley.
[88] Esto tiene sentido por cuanto la disposición de conclusión de la investigación preparatoria no llega a explicar
cuáles son las verdaderas conclusiones a las que arribó el fiscal luego de su investigación, sino más que todo,
es la comunicación oficial a los sujetos procesales que la etapa de la investigación preparatoria ha culminado, lo
que conlleva a la imposibilidad de continuar con la investigación.
150
La terminación anticipada y sus conflictos internos
151
Procedimientos especiales
152
La terminación anticipada y sus conflictos internos
153
Procedimientos especiales
Debemos separar las funciones del juez en cada etapa procesal; pues man-
tener a un juez de garantías en la etapa donde el fiscal dirige sus investiga-
ciones y que luego actúa en filtrar las acusaciones fiscales, envenena todo
principio de contradicción e inmediación de partes. Por ello, el tratamiento
que se da en la terminación anticipada, debería buscar que mantener incó-
lume el principio de imparcialidad del juzgador, aun así, esta sea tan dimi-
nuta que ni las propias partes la hayan podido palpar.
El artículo IX.3 del Título Preliminar del NCPP, asegura que el proceso pe-
nal garantiza el ejercicio de los derechos de información y de participación
procesal a la persona agraviada o perjudicada por el delito, lo que ha hecho
parecer un pronóstico positivo para la víctima[92].
[90 CAFFERATA NORES, José I. Proceso penal y Derechos Humanos. Editores del Puerto, Buenos Aires, 2000,
p. 33.
[91] Ídem.
[92] REYNA ALFARO, Luis Miguel. “Los actos previos al inicio del proceso de terminación anticipada”. Ob. cit., p. 14.
154
La terminación anticipada y sus conflictos internos
[93] Artículo 95.- Derechos del agraviado.- 1. El agraviado tendrá los siguientes derechos: a) A ser informado de los
resultados de la actuación en que haya intervenido, así como del resultado del procedimiento, aun cuando no
haya intervenido en él, siempre que lo solicite; b) A ser escuchado antes de cada decisión que implique la extin-
ción o suspensión de la acción penal, siempre que lo solicite; c) A recibir un trato digno y respetuoso por parte
de las autoridades competentes, y a la protección de su integridad, incluyendo la de su familia. En los procesos
por delitos contra la libertad sexual se preservará su identidad, bajo responsabilidad de quien conduzca la inves-
tigación o el proceso. d) A impugnar el sobreseimiento y la sentencia absolutoria. 2. El agraviado será informado
sobre sus derechos cuando interponga la denuncia, al declarar preventivamente o en su primera intervención
en la causa. 3. Si el agraviado fuera menor o incapaz tendrá derecho a que durante las actuaciones en las que
intervenga, sea acompañado por persona de su confianza.
[94] Artículo 104.- Facultades del actor civil.- El actor civil, sin perjuicio de los derechos que se le reconocen al agra-
viado, está facultado para deducir nulidad de actuados, ofrecer medios de investigación y de prueba, participar
en los actos de investigación y de prueba, intervenir en el juicio oral, interponer los recursos impugnatorios que
la Ley prevé, intervenir –cuando corresponda– en el procedimiento para la imposición de medidas limitativas de
derechos, y formular solicitudes en salvaguarda de su derecho.
[95] GÁLVEZ VILLEGAS, Tomás Aladino. La reparación civil en el proceso penal. Idemsa, 2ª edición, Lima, 2005,
p. 109.
[96] REYNA ALFARO, Luis Miguel. “Los actos previos al inicio del proceso de terminación anticipada”. Ob. cit., p. 18.
155
Procedimientos especiales
posición y que esta sea tomada en cuenta para la negociación entre el fiscal
y el imputado. No se busca un agraviado cobijado entre los brazos pater-
nales del fiscal, sino uno que revele sus propias pretensiones dentro de los
extremos que la ley le confiere.
Por ello, reiteramos nuestra posición que si hacemos que participe la vícti-
ma en la audiencia, donde se ha negociado la pena y reparación civil entre
el fiscal, imputado y abogado defensor, y no le damos facultades o derechos
para poderse pronunciar sobre ella, solamente estamos utilizando a esta
como objeto mas no como sujeto del proceso.
La idea más bien se orienta hacia la obligación del fiscal de darle a conocer
todos sus derechos, apenas reciba la denuncia por parte de la víctima, o
cuando esta es citada a declarar. Posteriormente, debe tener acceso a un
defensor público si es que no cuenta con los recursos económicos necesa-
rios para obtener uno. Por ello, podremos incluirla en el proceso como actor
civil, disfrutando de las facultades que la ley le otorga como tal. Recién ahí,
podríamos hablar sobre la reducción de victimización secundaria.
Advertimos que esta institución procesal tiene mucho por ofrecer, si lo lleva-
mos adecuadamente y sin vulnerar algún derecho de rango constitucional.
156
La terminación anticipada y sus conflictos internos
Por último, el Ministerio Público tiene que darle a conocer al agraviado que
puede y debe participar en el proceso en todas las etapas procesales, in-
formándole sobre sus derechos que adquiere como tal y las facultades que
podría tener si desea constituirse en actor civil; otorgándole un defensor de
oficio para que pueda participar en el proceso, si no desea que el Ministerio
Público lo represente.
[97] BURGOS ALFARO, José. “Terminación anticipada: ¿Solución de conflictos o de carga procesal?”. En: Gaceta
Penal & Procesal Penal. Tomo 6, diciembre, 2009, p. 308.
157
Procedimientos especiales
XVI. BIBLIOGRAFÍA
158
La terminación anticipada y sus conflictos internos
• NEYRA FLORES, José Antonio. Manual del Nuevo Proceso Penal & de Liti-
gación Oral. Idemsa, Lima, 2010.
159
Procedimientos especiales
• REYNA ALFARO, Luis Miguel. “Los actos previos al inicio del proceso
de terminación anticipada”. En: Gaceta Penal & Procesal Penal. Tomo 2,
agosto, 2009.
• SAN MARTÍN CASTRO, César. Derecho Procesal Penal. Tomo II, Grijley,
Lima, 2003, p. 1384.
160
5
artículo
El principio acusatorio y el proceso penal
por faltas en el Código Procesal
Penal de 2004
¿Es el proceso penal por faltas un verdadero proceso?
I. INTRODUCCIÓN
El modo en que una sociedad diseña su proceso penal revela su grado de
civilización. Las legítimas exigencias de celeridad y eficiencia no justifican
en modo alguno el sacrificio de garantías y principios que configuran ac-
tualmente al mecanismo o herramienta de redefinición del conflicto penal
subyacente a la comisión de un delito o una falta que es el proceso. En estos
tiempos hay quienes pretenden privilegiar por encima de todo una drástica
reacción punitiva y la eficacia de la persecución penal. Sin embargo, es bue-
no recordar que la eficacia, la eficiencia, la drasticidad y la celeridad no son
los únicos valores a los que el Estado y la sociedad deben aspirar cuando se
trata de la persecución y la reacción punitivas. Importa también, principal-
mente, el cómo se llega al estado de aplicar una sanción penal.
[*] Magíster en Derecho con mención en Ciencias Penales por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Ex docente de Derecho Procesal Penal en la maestría en Derecho Procesal de la misma casa de estudios y
en el pregrado de la Universidad César Vallejo. Fiscal penal en el Distrito Judicial de Lima. Docente del curso.
Restricción de derechos en la obtención de prueba en la maestría de Derecho Penal de la Universidad Privada
Antenor Orrego (Trujillo).
163
Procedimientos especiales
proceso. Examino, por ello, el concepto y los alcances del llamado principio
acusatorio con la finalidad de conocer si se respeta o no en el proceso penal
por faltas diseñado por el legislador de 2004. Este examen es necesario si
queremos responder a la pregunta antes mencionada, en tanto y en cuanto
es el principio acusatorio fundamental en la exigencia de un proceso penal
respetuoso de la distinción de las funciones de quien acusa y de quien sen-
tencia y, por lo tanto, garantizador de la imparcialidad con la que se debe
resolver el conflicto penal.
164
El principio acusatorio y el proceso penal por faltas en el Código Procesal Penal de 2004
Inicialmente los procesos por faltas instruidos por los Jueces de Paz Letrados
eran sentenciados por los Jueces Penales y podían ser apelados ante el Tri-
bunal Correccional, mientras que los procesos instruidos por los Jueces de
Paz No Letrados eran sentenciados por los Jueces de Paz Letrados y el fallo
podía ser impugnado ante el Juez Penal. Posteriormente, mediante modifi-
cación introducida por ley N° 24965, publicada en el diario oficial El Peruano
el 22 de diciembre de 1988, se estableció que los procesos sentenciados
por los Jueces de Paz Letrados debían ser apelados ante el Juez Instructor,
mientras que los fallos de los Jueces de Paz No Letrados eran impugnables
ante el Juez de Paz Letrado.
165
Procedimientos especiales
El nuevo modelo de proceso por faltas pretende superar la lenidad del trá-
mite y la burocratización del esquema escritural a través de la introducción
en el procedimiento de una audiencia a realizarse en un solo acto y sin in-
terrupción de ninguna clase, excepto causas de fuerza mayor, en la que se
escuchará al agraviado y al procesado, se actuarán las pruebas de actuación
inmediata, se recibirán los alegatos y se dictará sentencia. Sin embargo, si
fuere necesaria la realización de otras diligencias, la instrucción podrá ser de
hasta veinte días, con una prórroga excepcional de hasta diez días, a cuyo
vencimiento se citará a audiencia de lectura de sentencia.
[1] Véase al respecto, CUBAS VILLANUEVA, Víctor, El proceso penal. Teoría y práctica, Palestra Editores, Lima,
2003, quinta edición, pp. 90-91. En el mismo sentido, SAN MARTÍN CASTRO, César, Derecho procesal penal,
Grijley, Lima, 2001, 3ª reimpresión de la primera edición, pp. 926-937, quien sostiene que “la nota diferencial
más saltante del procedimiento sumario o abreviado es, sin duda alguna, la eliminación del juicio oral como
etapa principal y necesaria del proceso penal. Este modelo, inequívocamente atípico, pues ni siquiera respetó
la fuente española, que no se atrevió a eliminar el plenario, ni el modelo del Código de 1863, en que el mismo
Juez del Crimen realizaba el Plenario, como es obvio, no tiene el menor sustento constitucional”.
[2] Esta situación también ha sido advertida en el Informe de la Defensoría del Pueblo N° 119 sobre la justicia de
paz, por lo que se ha recomendado modificar la Ley Nº 27939 en el sentido que la Policía Nacional investigue
las faltas y el Juzgado de Paz Letrado se limite a al juzgamiento, dentro del marco de un modelo acusatorio y
no inquisitivo.
166
El principio acusatorio y el proceso penal por faltas en el Código Procesal Penal de 2004
[3] El modelo de funcionamiento de Juzgados de Paz Letrado en diversas comisarías que, como plan piloto, fue
instaurado por la parte final de la Ley Nº 27939, ha sido calificado por la Defensoría del Pueblo como un modelo
auspicioso y expresión de una estrategia positiva para enfrentar la inseguridad ciudadana (Informe Defensorial
N° 119 Justicia de Paz Letrada en comisarías: una propuesta para enfrentar la inseguridad ciudadana”.
167
Procedimientos especiales
El fallo del Juez de Paz Letrado podrá ser apelado dentro del plazo de un día
ante el Juez especializado en lo penal a cuyo despacho los autos deberán
ser elevados en el día. El trámite ante el Juzgado Penal es sencillo: la vista de
la causa deberá ser fijada dentro de los cinco días de recibidos los autos. Los
abogados podrán alegar por escrito y oralmente en el escenario de la vista
de la causa. La apelación deberá ser resuelta en el plazo improrrogable de
tres días después de realizada la vista.
El CPP de 2004 ha regulado el proceso penal por faltas desde el artículo 482
al 487. Seis artículos que se ocupan de la competencia, iniciación, audiencia,
medidas de coerción, recurso de apelación y desistimiento o transacción.
168
El principio acusatorio y el proceso penal por faltas en el Código Procesal Penal de 2004
El juez dictará auto de citación a juicio sea que reciba el informe policial
con los actos de investigación que se hayan realizado o la denuncia que
no amerite indagación policial previa, siempre y cuando, dicho está, concu-
rran los presupuestos precedentemente señalados. El auto en mención abre
la etapa de juzgamiento en el proceso por faltas. Según el artículo 483.4
del Código, en dos casos el Juez podrá ordenar la celebración inmediata de
la audiencia, a saber: a) Cuando, al tiempo de recibido el informe policial,
estén presentes el imputado, el agraviado y los demás órganos de prueba
cuya presencia sea imprescindible; o b) Cuando el imputado haya reconoci-
do responsabilidad en la comisión de la falta que se le atribuye.
169
Procedimientos especiales
La sentencia dictada podrá ser apelada por las partes para su examen por
el juez penal quien resolverá en el plazo improrrogable de diez días. En la
impugnación no habrá actuación probatoria si es que el recurrente no lo re-
quiere, por lo que, en este caso, se resolverá por el solo mérito de lo actuado.
La vista de la causa se señalará dentro de los veinte días de recibidos los au-
tos, en cuyo marco los abogados podrán informar oralmente, sin perjuicio
de presentar los alegatos por escrito.
170
El principio acusatorio y el proceso penal por faltas en el Código Procesal Penal de 2004
facultad del juez, prevista en el artículo 485.2 del Código, colisiona directa-
mente con lo establecido por el artículo 268.1, literal b) en tanto esta última
norma establece taxativamente que uno de los presupuestos materiales de
la prisión preventiva es que la sanción a imponerse sea superior a cuatro
años de pena privativa de libertad. Que nosotros sepamos, ninguna de las
faltas reguladas en el Código Penal tiene pena superior a los cuatro años.
[4] En la doctrina nacional dos de los autores más connotados de Derecho Procesal penal dedican en sus ma-
nuales sendos capítulos al estudio de la relación entre Constitución y proceso penal. Vide SAN MARTÍN
CASTRO, César. Derecho procesal penal. Grijley, Lima, 2001, 2ª reimpresión de la primera edición, Vol.
I, Cap. III, pp. 49-83; y CUBAS VILLANUEVA, Víctor. El proceso penal. Teoría y práctica. Palestra, Lima,
2003, quinta edición, Cap. I, pp. 23-38.
[5] RODRÍGUEZ HURTADO, Mario Pablo. “La constitucionalización del proceso penal. Principios y modelo del
Código Procesal Penal 2004 (NCPP)”. En: AA.VV. Modernas tendencias de dogmática penal y política criminal.
Libro Homenaje al Dr. Juan Bustos Ramírez, Idemsa, Lima, 2007, p. 857.
[6] De similar criterio: ORÉ GUARDIA, Arsenio. Estudios de Derecho Procesal Penal. Editorial Alternativas, Lima,
1993, p. 3. Este autor precisa que “con razón se ha sostenido que la primera declaración de voluntad del Estado
en materia penal está en la Constitución y no en los códigos. En todo caso, lo que hace el Código Procesal
Penal es desarrollar los principios rectores que contienen la Carta Magna y los Convenios Internacionales
sobre Derechos Humanos”.
171
Procedimientos especiales
[7] Vide AMELUNG, Knut. “Constitución y proceso penal en Alemania”. En: AMBOS, Kai y MONTEALEGRE
LYNETT, Eduardo (Comp.). Constitución y sistema acusatorio. Universidad Externado de Colombia, Lima,
2005, p. 22. El autor puntualiza que “Inglaterra ha establecido disposiciones liberales de derecho constitucio-
nal en materia de proceso penal desde el siglo XVII, mientras que Estados Unidos y Francia le siguieron en el
siglo XVIII”.
[8] GÓMEZ COLOMER, Juan Luis. El proceso penal en el estado de derecho. Diez estudios doctrinales. Palestra
Editores, Lima, 1999, p. 17. (El trabajo concretamente es: “La constitucionalización del proceso penal español”
y está contenido en el libro citado).
[9] TIEDEMANN, Klaus. Constitución y derecho penal, Palestra Editores, Lima, 2003, p. 16. (El trabajo concreta-
mente es “Constitución y derecho penal” y forma parte del libro citado. También ha sido publicado en la Revista
Española de Derecho Constitucional, Madrid, 1991, N° 33, p. 145 y ss., traducción de Luis Arroyo Zapatero).
[10] GÓMEZ COLOMER, Juan Luis. Ob. cit.
[11] Cfr. RIEB, Peter. “Derecho constitucional y proceso penal”. En: AMBOS, Kai y MONTEALEGRE LYNETT,
Eduardo (Comp.). Ob. cit., p. 130.
172
El principio acusatorio y el proceso penal por faltas en el Código Procesal Penal de 2004
[12] Cfr. al respecto MONTERO AROCA, Juan. Principios del proceso penal. Una explicación basada en la razón,
Tirant lo Blanch, Valencia, 1997, p. 29, quien señala que “no todos los caracteres que suelen incluirse como
propios del sistema acusatorio son necesarios para que exista verdadero proceso… pero si afecta a la esencia
del proceso el que el juez sea al mismo tiempo el acusador o el que el acusado no sea sujeto sino objeto del
proceso”. Por su parte, FERRAJOLI precisa que “la separación de juez y acusación es el más importante de
todos los elementos constitutivos del modelo teórico acusatorio, como presupuesto estructural y lógico de
todos los demás”. (FERRAJOLI, Luigi. Derecho y razón. Teoría del garantismo penal, Editorial Trotta, Madrid,
1998, p. 567.
[13] FERRAJOLI, Luigi. Ob. cit., p. 613.
173
Procedimientos especiales
Estricta división entre acusación y decisión, roles ejercidos por personas di-
ferentes: el fiscal y el juez; irrestricto derecho de defensa, publicidad y orali-
dad, elementos todos ellos que parecen constituir la estructura fundamen-
tal del proceso penal a partir de las prescripciones constitucionales.
[14] Vide VÉSCOVI, Enrique. Teoría general del proceso. Editorial Temis, Santa Fe de Bogotá, 1999, p. 59, quien
sostiene que el secreto “se consustancia con el proceso escrito”.
[15] Cfr. MONTERO AROCA, Juan. Principios del proceso penal. Una explicación basada en la razón. Tirant lo
Blanch, Valencia, 1997, p. 28.
[16] FERRAJOLI, Luigi. Derecho y razón. Teoría del garantismo penal. Editorial Trotta, Madrid, 1998, p. 616.
Entre nosotros, del mismo parecer: BURGOS MARIÑOS, Víctor. “Principios rectores del nuevo Código
Procesal Penal Peruano”. En: CUBAS VILLANUEVA, Víctor, et ál (Coords.). El nuevo proceso penal. Estudios
Fundamentales. Palestra Editores, Lima, 2005, p. 52.
[17] Cfr. ESER, Albin. “Un cambio en la función de las máximas del proceso penal: ¿hacia la reprivatización del
proceso penal?”. En: AMBOS, Kai y MONTEALEGRE LYNETT, Eduardo (Comp.). Ob. cit., p. 56. El profesor
alemán citado sostiene al respecto que “(...) el pensamiento liberal de la Ilustración ha conducido finalmente a
la consagración de las siguientes máximas del proceso: el principio acusatorio, para garantizar la imparciali-
dad del juez; la publicidad, para evitar el secreto del proceso y con ello garantizar la corrección formal de las
sentencias, así como las máximas de inmediación y oralidad, para evitar los inconvenientes que pudieran
resultar de tramitarse el proceso por escrito, como podría ocurrir especialmente a la hora de la expedición de
las actuaciones”.
174
El principio acusatorio y el proceso penal por faltas en el Código Procesal Penal de 2004
[18] MONTERO AROCA, Juan. “Principio acusatorio y prueba en el proceso penal. La inutilidad jurídica de un eslo-
gan político”. En: GÓMEZ COLOMER, Juan Luis (Coord.). Prueba y proceso penal. Tirant lo Blanch, Valencia,
2008, pp. 17-66.
[19] Ibídem, p. 22.
175
Procedimientos especiales
Existe en nuestro país, como en otros, una suerte de desdén por el estudio
de las faltas, tanto desde el campo del Derecho penal sustantivo como des-
de el Derecho procesal penal. Casi no existen trabajos sobre el tema que
nos ocupa y la verdad es que son muy pocos los que están dispuestos a
abordar la cuestión referida a las faltas. No es la mencionada una carencia
únicamente peruana. En España, según Carmona Ruano, muchos jueces de
instrucción solicitaron su traslado a órganos colegiados cuando se decretó
que las faltas debían ser de conocimiento de los juzgados de instrucción.
[20] Ídem. Según este autor, los otros dos elementos que dan contenido al principio acusatorio son: a) No se puede
condenar por hechos distintos de los reflejados en la acusación, ni a persona distinta de la acusada, y b) El
juez no debe tener facultades de dirección material del proceso y, en tal medida, no podrá aportar hechos ni
prueba de oficio.
[21] Cfr. al respecto GÓMEZ COLOMER, Juan Luis. “Adversarial System, proceso acusatorio y principio acusato-
rio: Una reflexión sobre el modelo de enjuiciamiento criminal aplicado en los Estados Unidos de Norteamérica”.
En: Revista española del Poder Judicial. Número especial XIX, Madrid, 2006, pp. 25-77.
176
El principio acusatorio y el proceso penal por faltas en el Código Procesal Penal de 2004
Los jueces consideraron que a los cirujanos se les mandaba a que pusieran
inyecciones[22].
Esta tendencia, que nosotros hemos llamado minimizante[24], tiene que ver
con una errada apreciación del funcionamiento del control social. Se olvida
que la regulación y punición de las faltas son la expresión del control social
que el Estado ejerce sobre las grandes mayorías. No es extraña a la doctrina
la consideración de la importancia político-criminal de la regulación penal de
las faltas, por encima, inclusive, que el control ejercido a través de la tipifica-
ción de los delitos[25]. La real importancia de las faltas se ha visto reflejada úl-
timamente en nuestro país en la discusión parlamentaria y posterior reforma
penal a través de la dación de la Ley N° 29407. Es necesario tener en cuenta
que hay faltas, especialmente las que vulneran el bien jurídico patrimonio,
que tienen una enorme incidencia en nuestra sociedad. Según la Defensoría
del Pueblo (Resolución Defensorial N° 015-2007-DP-Informe Defensorial N° 119
“Justicia de Paz Letrada en comisarías: una propuesta para enfrentar la inse-
guridad ciudadana”), en 1997 se registraron 150 532 faltas a nivel nacional,
mientras que en el año 2004 la cifra ascendió a 174 632, siendo las de más alta
incidencia las faltas contra el patrimonio (hurtos y daños materiales), seguido
de las faltas contra la persona (lesiones o maltratos). Ello sin contar la cifra
negra que, intuyo, debe ser aún mayor. De igual modo, según estadísticas de
la Universidad Católica citadas en el debate parlamentario para la dación de
la Ley Nº 29407, durante el año 2007 se registraron en el Perú 210 241 faltas y
144 205 delitos. Adviértase que, en relación con las cifras del año 2004, hay un
[22] CARMONA RUANO, Miguel. “El principio acusatorio y el derecho de defensa en el juicio de faltas”. En:
SAAVEDRA RUIZ, Juan (dir.). Cuestiones de Derecho Procesal Penal. Consejo General del Poder Judicial,
Madrid, 1994, p. 285.
[23] JIMÉNEZ DE ASÚA, Luis. Tratado de derecho penal. Tomo III, Editorial Losada, Buenos Aires, quinta edición
actualizada, 1992, p. 157.
[24] Vide CASTRO TRIGOSO, Hamilton. Las faltas en el ordenamiento penal peruano. Un estudio sustantivo y
procesal. Lima, Grijley, 2008, p. 21.
[25] ZAFFARONI, Eugenio Raúl, et ál. Manual de derecho penal. Ediar, Buenos Aires, 1ª reimpresión de la segunda
edición, 2007, p. 138.
177
Procedimientos especiales
[26] ARMENTA DEU, Teresa. Criminalidad de bagatela y principio de oportunidad: Alemania y España, Promociones
y Publicaciones Universitarias, Barcelona, 1991, p. 24.
[27] Ibídem, p. 23.
[28] ZAFFARONI/ALAGIA/SLOKAR. Ob. cit., p. 138.
[29] Ídem.
178
El principio acusatorio y el proceso penal por faltas en el Código Procesal Penal de 2004
Con todo lo dicho, pienso que no existe razón valedera alguna para me-
diatizar o inaplicar el principio acusatorio en el proceso por faltas[31]. Como
[30] Véase al respecto, GARCÍA-PABLOS DE MOLINA, Antonio. Tratado de Criminología, Tirant lo Blanch,
Valencia, 1999, segunda edición, pp. 76-80.
[31] Esta tendencia a relativizar las garantías del debido proceso en el juicio por faltas, que no es privativa de la
legislación nacional, parece responder al histórico desdén que le ha dispensado a la materia tanto la jurispru-
dencia como la doctrina y las esferas encargadas del diseño de la Política Criminal del Estado, fenómeno al
que nos hemos referido con mayor detalle en la primera parte de este trabajo. En consonancia con esta idea
y para el caso costarricense, SÁENZ ELIZONDO, María Antonieta afirma que “es evidente que la razón más
fuerte para que se sacrifiquen las reglas del debido proceso, en el procedimiento contravencional es ni más
ni menos, que la “poca monta” del hecho perseguido a la luz de la óptica legislativa”. (“Aporte al estudio del
179
Procedimientos especiales
Es verdad que el diseño de proceso penal por faltas del Código de 2004 no es
el mismo que el de la Ley N° 27939 de 2003, vigente aún en buena parte de
la República, y menos que el impuesto por el viejo Código de Procedimientos
Penales de 1940. Es por ello que es válida la pregunta acerca de si también el
nuevo proceso por faltas irrespeta el principio acusatorio y no sigue las pautas
de la Constitución relativas al proceso penal. En el nuevo proceso penal por
faltas el juez ya no instruye sino que se encarga, únicamente, del juzgamiento
en el marco de la audiencia regulada en el artículo 484 del Código. Y cuando
sea necesaria una investigación se la encargará a la Policía que, al concluirla,
la plasmará en un Informe que deberá remitir al Juzgado. Hasta aquí podría
parecer que ha quedado incólume el principio acusatorio, pues no ha sufrido
mella la asignación de las funciones de investigación y juzgamiento a órganos
distintos. Pero veamos si es posible sostener este discurso hasta el final.
180
El principio acusatorio y el proceso penal por faltas en el Código Procesal Penal de 2004
legislador de 2004 para el proceso por faltas, tiene como antecedente una
acusación. Como sabemos, la acusación es un acto procesal realizado por
persona distinta del juez que contiene una pretensión procesal penal con-
creta y fundada, dirigida al órgano jurisdiccional y consistente en un pedido
de pena y reparación civil para una persona de quien se afirma ha incurrido
en la comisión de un hecho punible. No es difícil advertir que en el proceso
penal por faltas regulado en el Código de 2004 no existe algo como lo que
se acaba de describir. Eso sí, en la instalación de la audiencia, según pres-
cribe el numeral 2) del artículo 484 del Código, el juez efectuará una breve
relación de los cargos que aparecen del informe policial o de la querella. Así,
lo que existe antes de la instalación de la audiencia es o un informe policial o
una denuncia de parte; no una pretensión penal acusatoria concreta, previa
y expresa. Cuando se habla de acusación previa al juicio, la exigencia es de
una acusación real, expresa y no implícita, que ha de quedar definitivamen-
te perfilada con miras a posibilitar el ejercicio del derecho a la defensa por el
imputado y la emisión de la sentencia.
[34] Cfr. CARMONA RUANO, Miguel. “El principio acusatorio y el derecho de defensa en el juicio de faltas”. En:
Cuestiones de derecho procesal penal. Juan Saavedra Ruiz (Dir.), Consejo General del Poder Judicial, Madrid,
1994, p. 317.
181
Procedimientos especiales
Hasta aquí hemos constatado que el proceso penal por faltas regulado por
el Código Procesal Penal de 2004 no satisface la exigencia de acusación pre-
via. No es acusación la breve relación de los cargos que el juez hará inme-
diatamente después de instalada la audiencia. Es más, la inconcurrencia del
agraviado constituido en querellante particular no frustraría la audiencia, a
juzgar por lo estipulado por el artículo 484.1 en el sentido que “la audiencia
se instalará con la presencia del imputado y su defensor, y de ser el caso, con
la concurrencia del querellante y su defensor”. No se advierte la obligatorie-
dad de la concurrencia del querellante que, se supone, es quien sostendrá
la acusación. Esta situación se torna aún más grave tratándose de aquellas
[35] En el caso colombiano fue planteada una demanda de inconstitucionalidad contra el artículo 37 de la Ley
Nº 228 de 21 de diciembre de 1995 que prohibió la acumulación de rebajas de pena en materia contraven-
cional, no obstante que dicha posibilidad estaba perfectamente permitida para los agentes de la comisión de
delitos. La Corte Constitucional, como era de esperarse, declaró inexequible el mencionado artículo 37.
[36] SAN MARTÍN CASTRO, César. Derecho procesal penal. Grijley, Lima, 2001, 3ª reimpresión de la primera
edición, p. 939.
182
El principio acusatorio y el proceso penal por faltas en el Código Procesal Penal de 2004
183
Procedimientos especiales
Asimismo, el Código Procesal Penal chileno, en el Título I del Libro IV, re-
servado al procedimiento simplificado, prevé la intervención del fiscal en
el juzgamiento de las faltas que se tramitan por la vía del procedimiento
monitorio, así como, de ser el caso, en el juicio.
1994, p. 297, quien ha señalado que es “especialmente preocupante la senda de trivialización de las garantías
constitucionales en aras del antiformalismo y con excusa en la levedad de la sanción que parece haber em-
prendido en el Tribunal Constitucional (…)”.
[42] CABALLERO GEA, José Alfredo. Ob. cit., p. 115.
[43] MARTÍN Y MARTÍN, José Antonio. La instrucción penal. Marcial Pons, Madrid, 2004, p. 362.
[44] MILICIC, María de los Angeles. “El procedimiento por faltas en la provincia de Santa Fe”, consultado en:
<http://www.buenastareas,com/impresion/Proceso-Por-Faltas-En-Santa-Fe/1721981> [12/5/2011].
184
El principio acusatorio y el proceso penal por faltas en el Código Procesal Penal de 2004
Sin embargo, en el diseño de proceso por faltas del Código Procesal Penal de
2004 está ausente el Fiscal. Así fue también en el Código de Procedimientos
Penales de 1940 y en la Ley Nº 27939 del año 2003. Es entendible que para los
llamados “delitos en miniatura” se desee un juicio rápido y ausente de ras-
gos burocráticos. Pero ¿ello justifica la vulneración del principio acusatorio
que es fundamental en el diseño constitucional de nuestro proceso penal?
Lo que advertimos en el proceso por faltas es no solo la ausencia del fiscal
sino la inexistencia de una persona distinta del juez que asuma y sustente
una verdadera acusación previa a la condena, habida cuenta que la partici-
pación del querellante particular ha sido resaltada por el legislador única-
mente para denunciar la falta ante la policía o el juez directamente, según
prescribe el artículo 483.1, sin que su concurrencia a la audiencia sea obli-
gatoria según parece indicar el artículo 484.1. La base y presupuesto de un
proceso y del debate contradictorio es la existencia de una acusación válida
defendida por persona diferente del tercero imparcial que es el juzgador. Ya
hemos señalado que ni la denuncia ni la relación sucinta de los cargos que
emergen del informe policial sustituyen válidamente a la acusación.
[45] BUSTILLOS, Lorenzo y RIONERO, Giovanni. “El régimen de faltas en el proceso penal venezolano”, consulta-
do en: <http://es.scribid.com/doc/51578415> (13-06-2011).
185
Procedimientos especiales
186
6
artículo
La problemática de los procesos
por faltas en el Código Procesal
Penal de 2004
I. INTRODUCCIÓN
El Código Procesal Penal de 2004 (en adelante, NCPP) ha introducido una se-
rie de modificaciones a la tradición jurídica procesal en nuestro país. Destie-
rra, en primer lugar, la famosa “instrucción”, mecanismo reservado y secreto
característico de los sistemas inquisitivos.
[*] Juez Penal Unipersonal Provisional de Ica. Integrante de la Comisión de Implementación del Código Procesal
Penal en el Distrito Judicial de Ica.
189
Procedimientos especiales
La entrada en vigencia del NCPP, para lo que nos ocupa, nos lleva a con-
siderar nuevamente el tema del descuido legislativo en el tratamiento de
los procesos por faltas. Sin equivocarnos, podemos decir que existe un “uso
despreciativo[1]” de los juicios por faltas, traducido en legislación inexacta,
ausencia del cumplimiento de requisitos procesales básicos, ausencia de ju-
risprudencia uniforme, poca atención por parte del Estado al proceso como
imagen del sistema de justicia, entre otros, lo que según algunos autores
constituye un “injustificado olvido[2]”.
Quizás esto se refleja en la poca aflictividad de las penas en los procesos por
faltas, lo que ocasiona que se haya descuidado su tratamiento legislativo e,
inclusive, no se haya implementado adecuadamente su aspecto procesal
bajo las reglas del NCPP, siendo la mejor muestra de ello que en muchos
distritos judiciales donde está vigente dicho texto legal, aún continúa utili-
zándose el acta escrita como medio de acopio de información en juicio.
El juicio por faltas es el contacto más frecuente del ciudadano con el sistema
de justicia y, como señala Mario Alberto Juliano: “(…) existen sobrados mo-
tivos para sostener que el Derecho contravencional o de faltas, no obstante
su menor intensidad aflictiva en términos relativos, tenga apreciable inci-
dencia en la vida de las personas (…)”[3] . Por lo tanto, no asignarle importan-
cia debida es contraproducente y hace que el ciudadano pierda confianza
en su sistema de justicia.
[1] Así lo califica CARMONA RUANO, Miguel. “El principio acusatorio y el derecho de defensa en el juicio de
faltas”. En: Cuadernos de Derecho Judicial. 10/1994, Consejo General del Poder Judicial del Reino de España,
pp. 283-336.
[2] Así lo conceptualiza también CASTRO TRIGOSO, Hamilton. Las faltas en el ordenamiento penal peruano.
Grijley, Lima, 2008, p. 17.
[3] JULIANO, Mario Alberto. Justicia de faltas o falta de justicia. Editores del Puerto, Buenos Aires, 2007, p. 7.
[4] Fuente: <http://historico.pj.gob.pe/CorteSuprema/documentos/mapas_dependencias_al_311210_pj.pdf>.
190
La problemática de los procesos por faltas en el Código Procesal Penal de 2004
De este número, de acuerdo con la Ley Nº 27939, que diseñó el Plan Piloto
los Juzgados de Paz Letrados en Comisaría, se han implementado en estos
29 juzgados de la siguiente manera: Amazonas: 1, Arequipa: 1, Ayacucho: 2,
Cajamarca: 1, Callao: 1, Cusco: 1, La Libertad: 1, Lambayeque: 3, Lima: 5, Lima
Norte: 2, Lima Sur: 2, Loreto: 2, Madre de Dios: 1, Piura: 2, Puno: 1, Tumbes: 2,
191
Procedimientos especiales
y Ucayali: 1. Todos estos juzgados conocen de los procesos por faltas, empe-
ro, no en todos estos distritos judiciales se viene aplicando el NCPP, el que se
encuentra vigente solo en 16[5]:
[5] Fuente: Gerencia de Planificación, Sub Gerencia de Estadística (al 31 de diciembre de 2010).
[6] Solo como referencia, al implementarse el NCPP en el Distrito Judicial de Ica se tuvo que crear juzgados en
las zonas altoandinas de Santiago de Chocorvos y Córdova (Huancavelica) y Pauza y Coracora (Ayacucho),
192
La problemática de los procesos por faltas en el Código Procesal Penal de 2004
Los Juzgados de Paz conocen, de acuerdo al artículo 482.2 del NCPP, subsi-
diariamente de los procesos por faltas. Pues si bien la norma indica que pue-
den intervenir en los lugares donde no exista Juez de Paz Letrado, también
señala que las Cortes Superiores fijarán anualmente a los juzgados que
puedan conocer de las faltas. Quizá el texto debió ser más general y con-
ceder dicha competencia a los Jueces de Paz. Esto ha motivado que en los
lugares donde la Corte Superior no ha señalado expresamente qué Jueces
de Paz conocen de las faltas, algunos se hayan negado a tramitarlas. Feliz-
mente el problema se ha venido superando, adoptándose el criterio general
de que, aun sin autorización, en los lugares donde no hay Juzgado de Paz
Letrado, los Jueces de Paz conocen los procesos por faltas.
a) Respecto a la capacitación
ello basado sobre todo en la situación geográfica de dichos lugares que impedían a sus habitantes el acceso
a la justicia, circunstancia que las estadísticas no permiten apreciar.
193
Procedimientos especiales
En cuanto a los Jueces de Paz, es evidente que se requiere efectuar una ca-
pacitación más sostenida, pues, siendo legos en Derecho, necesitan instruir-
se sobre los principios básicos del proceso.
b) Respecto a la logística
3. Problemática en lo jurisdiccional
[7] JIMÉNEZ DE ASÚA, Luis. “Las contravenciones o faltas”. En: La Ley. Buenos Aires, 1949, pp. 968-969.
194
La problemática de los procesos por faltas en el Código Procesal Penal de 2004
Debe entenderse que fueron razones presupuestarias las que hicieron que
nuestro legislador se inclinara por no considerar al proceso por faltas como de
acción privada, si bien algunas de ellas necesariamente precisan la interven-
ción de una agente del Estado, como las faltas contra la tranquilidad pública.
[8] En igual sentido, el artículo 311 del Código de Proceso Penal de Uruguay, con la variante de que puede asistir
“el funcionario letrado de su oficina que designare a estos efectos”.
[9] El Código Procesal Penal Modelo para Iberoamérica contempla en su Apéndice III el procedimiento por faltas
y contravenciones, señalando claramente: “1. Requerimiento. El funcionario que comprobó la falta o aquel
que la ley designe para ello, solicitará el juicio (…)”, vide: <www.pravri.hr/hr/zavodi/zkzm/documents/Iberijski-
Zakonik.pdf>.
195
Procedimientos especiales
Pero, en todo caso, al citar a juicio, el juez debe indicar los apercibimientos
precisos: uno para el acusado de ser conducido por la fuerza pública, y otro
para la parte agraviada de tenérsela por desistida de la denuncia.
Otro problema en los procesos por faltas es la ausencia del abogado defen-
sor, especialmente del acusado por una falta. En el caso del agraviado no
existe mayor problema, pues la norma no exige la presencia obligatoria de
su defensor y, además, porque, como se ha reseñado, en muchos casos el
juez se encarga del interrogatorio y la dirección del juicio.
Por ello, ante la ausencia de letrados, en muchos casos, los Jueces de Paz
Letrados se han visto obligados a solicitar el apoyo de letrados particula-
res ad honórem, a fin de cautelar el derecho a la defensa, lo que solo es un
196
La problemática de los procesos por faltas en el Código Procesal Penal de 2004
e) Contumacia
En tal sentido, algunos sostienen que en los procesos por faltas no existe
declaratoria de contumacia. Empero, no debe perderse de vista que el ar-
tículo 79 del NCPP, al contemplar los derechos y deberes del imputado, pre-
vé a la contumacia como una situación especialísima del proceso y no hace
distinción ni restricción alguna respecto a las faltas. Solo requiere pedido de
parte, en este caso, del agraviado. Por lo tanto, estimamos que, fracasada la
conducción compulsiva del imputado, las partes pueden pedir la declarato-
ria de contumacia, cuyo efecto más importante es el archivo provisional del
proceso hasta que aquel sea habido.
197
Procedimientos especiales
En estos casos viene en auxilio la parte in fine del artículo 485.2 del NCPP,
según la cual puede ordenarse la prisión preventiva del imputado hasta que
se realice y culmine la audiencia, la que debe efectuarse de inmediato, te-
niendo en cuenta que a priori no hay prisión por la comisión de una falta.
Por ello, consideramos que la prisión no debe durar más allá de un día, de-
biendo agotarse las gestiones para la concurrencia del agraviado a la au-
diencia. Si este no concurre, deberá sobreseerse la causa, disponiéndose la
libertad inmediata del imputado.
Hasta hace pocos años era muy difícil concebir la conciliación como una
forma de concluir el proceso por faltas. El Código de Procedimientos Pena-
les no tenía espacio alguno para este mecanismo de solución de conflictos
penales intra proceso.
198
La problemática de los procesos por faltas en el Código Procesal Penal de 2004
Sin embargo, los Juzgados de Paz han venido solucionando conflictos esen-
cialmente bajo la óptica de que son Jueces de Conciliación, conforme lo
precisa el artículo 64 de la Ley Orgánica del Poder Judicial. La introducción
de la conciliación como etapa en el proceso evidentemente representa una
forma más ágil de resolver los conflictos. En igual sentido opera la transac-
ción y el desistimiento.
Otro de los problemas habituales de los procesos por faltas es el del empla-
zamiento a los procesados, pues, al tratarse de procesos “poco trascenden-
tes”, hay mucha renuencia, por ejemplo, a señalar domicilio procesal; inclusi-
ve, alguna zonas donde debe realizarse la notificación son “zonas de riesgo”
o muy lejanas para el acto de la notificación.
Ello en muchas ocasiones origina la dilación innecesaria del proceso. Por ello,
es muy importante que el acto de notificación se realice en observancia del Re-
glamento de Notificaciones[10], y en concordancia con el artículo 127 del NCPP.
199
Procedimientos especiales
k) Cuestiones probatorias
advertirse de lo actuado serias deficiencias en la tramitación de este tipo de procesos, corresponde estable-
cer algunos parámetros a observarse en el desarrollo de la audiencia de faltas, las que fluyen de la norma
procesal, no debiendo perderse de vista que en el caso del juicio de faltas –el que resulta similar al juicio
por ejercicio privado de la acción penal– aun cuando la norma establece como regla general la ‘brevedad y
simpleza’, ello no importa dejar de observar reglas elementales de la audiencia y los principios de inmediación
y oralidad que inspiran un modelo procesal penal acusatorio, los que deben observarse para la resolución de
los conflictos penales, aun cuando estos sean de mínima intensidad –como en el caso de las faltas–, todo ello
en resguardo del debido proceso. Sétimo: Dentro de este orden de ideas, cabe precisar que el legislador al
regular el proceso por faltas, lo efectúa dentro del Libro Tercero del Código Procesal Penal, específicamente
en los artículos cuatrocientos ochenta y dos y siguientes, indicando esencialmente lo siguiente: A) el proceso
se inicia por denuncia de parte ante la policía o el juez, B) de considerar atendible la denuncia, el juez dictará
el auto de citación a juicio –siempre que los hechos constituyan falta–, señalando día y hora para la realización
del juicio, resaltándose que la norma (dada la primacía de la audiencia y la oralidad sobre lo escrito) no confiere
el denominado “traslado” de los cargos al encausado, por lo que no existe obligación alguna de absolver el mis-
mo, toda vez que –reiteramos– el proceso por faltas tiene el rasgo de la “simplicidad”, C) iniciada la audiencia,
verificada la concurrencia de los sujetos procesales, y hecho conocer al procesado de sus derechos, el juez
realizará una breve enumeración de los cargos e invitará a las partes a una conciliación, las que, de ser acep-
tada, permite la conclusión del proceso con acuerdo de partes; D) si esta fracasase, procederá con arreglo a
las reglas ordinarias del juicio (artículos 371 a 374 de la norma), lo que importa: Uno: interrogación al acusado
sobre si acepta responsabilidad en la falta imputada y si se encuentra dispuesto al pago de una reparación
civil (artículo 372.1 concordante con el artículo 484.4), lo que en el presente caso no se ha efectuado; en caso
de ser afirmativa la respuesta se declarará la conclusión del juicio y se dictará sentencia de manera inmediata.
Dos: Caso contrario se procederá a la actuación de los medios probatorios que las partes llevaron a juicio,
lo que importa que en este acto –por ser la única ocasión en que puede realizarse– las partes indicarán los
medios probatorios a actuarse en juicio, resultando que dada su inmediatez estos serán actuados en el acto,
siguiendo el orden del artículo 375, esto es, declaración de la parte acusada o denunciada, de la parte agra-
viada, la prueba testimonial y pericial, y finalmente la oralización de los documentos, pudiendo variarse este
orden según discreción del juez. Tres: Culminada la actuación probatoria se escucharán los alegatos de las
partes y la autodefensa del acusado de la falta e inmediatamente se dictará sentencia, la que será efectuada
en el mismo día o dentro del tercero día de su culminación sin más dilación (artículo 484.6) (…)”.
200
La problemática de los procesos por faltas en el Código Procesal Penal de 2004
Por ello consideramos que en los procesos por faltas no operan las reglas
de la denominada audiencia de apelación, esencialmente la de declararse
inadmisible el recurso en caso de inconcurrencia del impugnante, pues el
artículo 486.2 indica que el juez resolverá en un plazo improrrogable de diez
días “por el solo mérito de lo actuado” si es que no se expresa la necesidad
de una concreta actuación probatoria.
201
Procedimientos especiales
En los casos en que no exista informe oral –sea por inconcurrencia de quien
lo solicitó o porque sencillamente no existió solicitud en dicho sentido– el
tribunal vota la decisión en la vista de la causa o la deja al voto, conforme a
lo señalado en el artículo 140 de la norma aludida.
1. Propuesta de digitalización
202
La problemática de los procesos por faltas en el Código Procesal Penal de 2004
Los programas informáticos con los que debe contar el equipo de cómputo
serían el Netscape Communicator 4.03 o superior, e Internet Explorer 9.0 o
superior u Opera 5.0x o superior, teniendo habilitados también las opciones
de Java Script (que es la más utilizada).
Además, se requiere un enlace vía Red Privada Virtual - RPV (con servidores
exclusivos) con la Gerencia General para la validación y certificación de fir-
mas digitales. Asimismo, un sistema para el Almacenamiento Tecnológico
de Documentos (ATD) que en este caso sería compartido por la Gerencia Ge-
neral y la Corte Suprema de Justicia de la República para el almacenamiento
de los expedientes virtuales, mediante discos ópticos no regrabables.
203
Procedimientos especiales
IV. COLOFÓN
Sin embargo, ello no nos debe llevar a un “conformismo”, sino que, de acuer-
do con las tendencias de este siglo, primero, debe replantearse si es adecua-
do el mecanismo punitivo para las faltas y, segundo, debe buscarse la opti-
mización de las normas que regulan las faltas, tarea que compete a todos los
entes relacionados con el tema (Poder Judicial, Policía Nacional, Ministerio
de Justicia e, incluso, Ministerio Público).
JUEZ
Público
204
Índice General
Índice General
Presentación..................................................................................................................................... 5
I. Introducción............................................................................................................................ 9
1. Proceso ordinario........................................................................................................... 11
c. Proceso de faltas.................................................................................................... 15
2. Procesos especiales....................................................................................................... 17
a. Regulación en el CdePP....................................................................................... 20
b. Regulación en el NCPP......................................................................................... 20
207
Procedimientos especiales
1. Proceso inmediato......................................................................................................... 23
a. Antecedentes.......................................................................................................... 23
b. Presupuestos........................................................................................................... 26
c. Trámite....................................................................................................................... 29
3. Proceso de seguridad................................................................................................... 38
b. Regulación procesal.............................................................................................. 41
5. Terminación anticipada............................................................................................... 46
IV. Conclusiones........................................................................................................................... 53
V. Bibliografía............................................................................................................................... 54
208
Índice general
I. Preliminares............................................................................................................................. 59
2. La inmunidad.................................................................................................................. 68
a. Noción........................................................................................................................ 68
b. Origen histórico...................................................................................................... 69
3. Ámbito de procedencia............................................................................................... 75
a. Ámbito subjetivo................................................................................................... 75
b. Ámbito temporal................................................................................................... 77
4. Tratamiento procedimental....................................................................................... 83
a. En el Poder Judicial............................................................................................... 83
III. Conclusiones........................................................................................................................... 86
209
Procedimientos especiales
I. Introducción............................................................................................................................ 91
II. La querella................................................................................................................................ 95
V. Juzgamiento............................................................................................................................ 105
I. Introducción............................................................................................................................ 117
V. Concepto.................................................................................................................................. 126
210
Índice general
I. Introducción............................................................................................................................ 163
211
Procedimientos especiales
III. ¿Cómo debe ser el proceso penal peruano según la Constitución?................... 171
V. ¿Qué significa la ausencia del fiscal en los procesos por faltas?........................... 182
I. Introducción............................................................................................................................ 189
2. Respecto a la operatividad del proceso bajo las reglas del NCPP................ 193
212
Índice general
e. Contumacia.............................................................................................................. 197
213