Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Hay una serie de moléculas accesorias que ayudan al linfocito B a activarse, entre
las que desteca el complejo correceptor que se compone de 3 moléculas
asociadas de modo no covalente: CD19, CD21 y CD81. CD21 reconoce a la
molécula CD23 de las células dendríticas foliculares, o alternativamente
fragmentos del componente 3 del complemento (CD21 es también llamado CR2, o
receptor de complemento 2). CD19 se expresa en todos los linfocitos B maduros y
su activación activa a cinasas intracitoplasmáticas. La función de CD81 (TAPA-1)
es hasta el momento desconocida.
Además del complejo correceptor, hay otras moléculas accesorias importantes en
la activación del linfocito B: CD45 (cuya porción intracelular tiene actividad
fosfatasa), CD22, CD40, CD72 y los antígenos HLA de clase II, todas estas
participando en el intercambio de señales entre linfocitos B y T, ya que sus
ligandos más probables se encuentran en los linfocitos T (proteínas sializadas,
CD40L, CD5 y TcR/CD4, respectivamente)
4.2.1. TcR.
– Dos dominios globulares de tipo C-Ig (90 aminoácidos), con puente disulfuro
intracatenario. El dominio externo es más variable y se une al Ag. Tienen escasez
de Pro y por eso no hay región bisagra.
– Región transmembranal que contiene residuos cargados positivamente
(infrecuente).
– Región citoplasmática en el extremo C-terminal.
Existen menos genes para codificar la región variable que en las Ig, pero sigue
habiendo tres CDR en posiciones análogas.
Hay dos tipos de Rc. Ello hace que los linfocitos T se subdividan en dos
poblaciones excluyentes: