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La Arquitectura Penitenciaria
La Arquitectura Penitenciaria
Este capítulo tiene como objeto el estudio de las construcciones carcelarias en todo sues
aspectos.
Para Julio ALTANN “la arquitectura penitenciaria es un arte y una ciencia que se ocupa
de la proyección y de la construcción de establecimientos penales”.
Su importancia se da por cuanto el tipo de ambientes físicos en el que son recluidos los
condenados de muy diversas categorías debe ser congruente con los principios
modernos de la Ciencia Penitenciaria y contribuir también a la mejora conductual del
delincuente proporcionando un ambiente humano. Estos aspectos que se plantean hacen
necesario a su vez la participación de los técnicos especializados en la materia en todos
los proyectos y construcciones carcelarias, lo que significa que deberían integrar las
comisiones asesoras o los organismos encargados de orientar la política de
construcciones penitenciarias. La necesidad de una arquitectura carcelaria concorde con
los regímenes penitenciarios que se adopten se hace cada vez mas evidente, motivo por
lo que este capitulo de la penología esta adquiriendo la importancia debida.
Históricamente hay que tener en cuenta que en la Edad Media, en el sistema de penas
primaba la sanción capital y las corporales, posteriormente hubo mayor difusión de las
penas privativas de libertad. Se observa así que a fines del siglo XII aparecieron en
Europa las llamada “casas de corrección”, que no eran penales si no casas de asistencia
social para huérfanos, enfermos, ancianos y otras a las que también se enviaban vagos,
prostitutas y criminales, concibiendo como establecimiento de educación social para el
trabajo. La institución mas famosa de este tipo fue la “CASA DE CORRECCION DE
AMSTERDAM” por el tipo de actividad que allí predominaba, el escofinado de madera
de color; y luego en 1596 se creo la “SPINHUIS” para mujeres que fundamentalmente e
dedicaban a la hilandería, esta casa tuvo mucha influencia en su época.
2. La Prisión de Gante (1775), edificado por orden del burgomaestre Juan VILANIN
XIV (1712-1777), y que era de forma octogonal con ocho patios trapezoidales.
Entre los modelos arquitectónicos carcelarios mas conocidos tenemos los siguiente:
I. MODELOS CERRADOS.
– En Y o en T.
– En cruz.
– En abanico.
– En estrella.
Este tipo de prisiones que se caracterizan por ser fuertes, macizas y sombrías,
prácticamente han sido abandonadas por la mayoría de países.
El modelo paralelo fue creado por el arquitecto Francisco E. POUSSIN (1898), quien
construyo la prisión de FRESNES en Francia, que consta de tres pabellones celulares
paralelos entre sí, unidos por un pasadizo central, en uno de cuyos extremos se ubica el
edificio administrativo y en el otro la capilla.
Una prisión con este diseño se compone de un corredor central, denominado “espina”,
al cual llegan los pabellones perpendicularmente. A veces estos pabellones laterales se
hallan a un solo lado del corredor (peine simple), y otras a ambos lados (peine doble),
por lo que se le conoce como “poste de telégrafo”. Como los pabellones celulares se
edifican paralelamente unos a otros, se le denomina también “modelo paralelo”.
El arquitecto Alfredo HOPKINS, introdujo este modelo en los Estados Unidos de Norte
América, y fue su principal difusor. Entre las diversas construcciones carcelarias que se
diseño destacan la penitenciaria general de LEWISBURG en Pensylvania, inaugurada
en 1932. el modelo paralelo fue reajustado por Hopkins, dando lugar a diversas
variantes del patrón inicial de Poussin. Otra de las construcciones importantes, de
acuerdo a este modelo, realizada por este famoso arquitecto fue la prisión de
WESTCHESTER, en el estado Nueva Cork.
La disposición de la edificación de este modelo permite que por entre los espacios
vacíos que existen entre los pabellones, todas las celdas reciban el sol por la mañana o
por la tarde, así como ventilación adecuada e iluminación natural.
Los diseños arquitectónicos que han sido elaborados para los diversos tipos de prisiones
cerradas de mediana o máxima seguridad y de acuerdo a lo regímenes adoptados o
predominantes en cada caso.
La arquitectura de una prisión abierta debe guardar intima relación con las
características del régimen ya descrito.
Cuello Calón dice que l construcción de la prisión debe tener los diversos servicios,
generalmente alrededor de un patio común y sin muros de contención ni puertas con
seguros especiales.
Eugenio Cuello considera que este tipo de prisión es necesaria para separar a los
delincuentes peligrosos que requieren este grado de seguridad, ya que en caso contrario
se tendría que aplicar normas muy severas e incluso a los no peligrosos si no existiera
tal separación.
Dentro de este esquema se podría ubicar a la cárcel de mujeres de chorrillos, así como al
Centro de Inculpados de San Jorge.
Son construcciones que tienen un mínimo de condiciones materiales que tratan de evitar
l fuga de los internos. En estas construcciones generalmente se suprimen las
tradicionales medidas físicas de contención como puertas sólidas, cerrojos especiales,
muros sólidos y elevados, entre otros.
Las instituciones abiertas se incluirán en este tipo de prisiones que albergan a los
condenados no peligrosos, y cuyas características de personalidad hacen probable su
readaptación y su permanencia en el centro penitenciario.
Se recomienda que el tamaño de la construcción debe ser mediana y que permita recibir
unos 500 reclusos como máximo, en el caso de prisiones cerradas, esta recomendación
esta por las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas. El Decreto Ley 17581 dado por el
gobierno Peruano en el año 1969, consideraba también en su artículo 7º que la
capacidad máxima de reclusos no deberá exceder de 500 en las nuevas construcciones
carcelarias que se edifiquen.
Nosotros señalamos que la cifra señalada debe ser efectivamente la máxima que
albergue para un óptimo manejo; así como para un adecuado control de la disciplina e
implementación del tratamiento recomendado, además que previene los peligros del
hacinamiento y la promiscuidad carcelaria que originan una serie de aberraciones de
conductas en los reclusos.
Algunos otros especialistas consideran que la cifra ideal debe ser aún más pequeña.
JENSEN por ejemplo propone que el tamaño de las construcciones carcelarias en las
que prime el tratamiento educativo debería ser para 15 o 30 internos en caso de reclusos
jóvenes, y de 60 tratándose de adultos. Sin embargo estas construcciones serían muy
costosas, aunque en el caso de las prisiones abiertas las cifras deben ser bajas y menos
que las cerradas, pudiendo fluctuar entre los 50 y 100 internos.
– EMPLAZAMIENTO DE LA PRISIÓN.
La tendencia que primó en alguna oportunidad fue la de construir los centros carcelarios
en zonas totalmente Alejadas de la población, tal como en el caso de la colonias penales
de “EL SEPA” y “EL FRONTON”. Sin embargo si bien deben estar separados de los
lugares céntricos de la ciudad, no deben ser ubicados muy distantes a centros poblados,
sobre todo los establecimientos de detención de inculpados.
DUPREEL, estudioso Belga señala que no es conveniente construir las prisiones muy
alejadas de los centros urbanos, por cuanto su proximidad permite lo siguiente:
Ø Facilita los ciudadanos del servicio, por cuanto permite alojamiento y escuela para el
personal que labora en ella y su familia.
– REQUISITOS DE CELDA.
a- Deben ser exteriores y dispuestas adecuadamente para que e permita el ingreso del
sol y ventilación.
e) Comedor
j) Oficinas de administración.