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rinaje de paz
pa en el santuario romano del Divino Amor

Zanetti, ayudante de cámara. El Papa se acercó a la balaustrada oblato, capellán de la cárcel de Rebibbia, que está combatiendo
que mira a la plaza frente a la torre del primer milagro para salu- contra una grave enfermedad, mientras continúa su ministerio.
dar al millar de personas que se reunieron, agradeciéndoles por En la sala de al lado el alegre encuentro con niños y madres
la festiva acogida e invitándoles a unirse a él: «Os pido conti- huéspedes de dos casas familia: la Mater Divini Amoris, que se
nuar la oración desde aquí. Recemos juntos. Nos vemos después, encuentra en un edificio de propiedad de la congregación de las
pero rezamos, ¿eh?» hijas del Divino Amor a quienes es encomendada y que desde
El Pontífice después se detuvo con un grupo de scouts, entre 2008 puede acoger seis niños más otros dos menores por exigen-
ellos muchos de la rama lobatos y lobeznas y algunas de las «da- cias inmediatas de primera acogida; y la Tienda de Abraham,
mas» del santuario, reconocibles por una franja azul, que llevan una estructura que se encuentra en el territorio parroquial, fun-
a cabo obras de acogida a los peregrinos y servicio litúrgico. dada hace diez años por el matrimonio Sara y Salvatore Carbo-
Después se detuvo con una decena de seminaristas procedentes ne, y que aloja a unas treinta personas —menores y madres con
de Vietnam, Colombia, India, Haiti y Brasil. hijos— acompañadas en un recorrido que va hasta la reinserción
Al llegar al atrio, saludó algunos enfermos antes de recoger el
abrazo alegre de los fieles que desde detrás de las barreras le ten-
dían una mano para dársela o para una caricia, le pasaban los ni-
ños para un beso, le pedían una bendición o pararse para los ya
inevitables selfies, a los cuales Francisco no se negó. Eran nume- Mayo
rosos también los hijos y las hijas de la Virgen del Divino Amor,
congregaciones fundadas por el siervo de Dios don Umberto Te- el mes dedicado a la Virgen
renzi, primer rector y párroco.
Al entrar en el pequeño, antiguo santuario, acogido por el A lo largo de la historia ha sido llamado también como el «mes de las
himno a la Virgen, antes de iniciar la oración del rosario, el Papa flores», porque con la llegada del buen tiempo y tras las lluvias inver-
se detuvo en oración silenciosa, en pie, delante de la imagen de nales, el campo y los jardines comienzan a cubrirse de un verde inten-
la Virgen del milagro. Este lugar no está unido a una aparición, so y de los colores y aromas de las flores. Y así, desde la Edad Media
sino a un evento prodigioso sucedido en la primavera de 1740, se consagró el «mes de las flores» a la Virgen María para rendir culto
a las virtudes y bellezas de la Madre de Dios. Las primeras referencias
cuando un caminante, perdido en estos campos, rodeado de pe-
que se tienen son del siglo XIII, en el que el Alfonso X el Sabio, rey de
rros rabiosos, se dirigió a la imagen mariana que vio allí cerca en
Castilla, invita a rezar a María en una de sus cantigas: «Bienvenido
la torre de un castillo derruido. Su invocación fue acogida: los Mayo». En el siglo XVI la devoción se extiende por Alemania e Italia:
perros se calmaron de repente, mientras que el desafortunado un monje alemán legó un pequeño opúsculo titulado «Mayo espiri-
hombre fue rescatado por algunos pastores que acudieron al oír tual», en el que figura el primer esbozo de la celebración del Mes de
sus gritos desesperados. La noticia del milagro se difundió rápi- María. Por esas fechas san Felipe Neri aconsejaba a los jóvenes que ve-
damente y dos años después fue tomada de la antigua torre y lle- neraran a María durante el mes de mayo.
vada a la cercana iglesia de Santa María ad Magos, mientras se
recogían ofrendas para construir un nuevo templo en su lugar. El
19 de abril de 1975, lunes de Pascua, la figura fue trasladada al
santuario. Hoy, no lejos de allí se levanta una iglesia más grande
y moderna, inaugurada durante el jubileo del 2000. en la sociedad. Francisco saludó a los presentes, deteniéndose en
El rosario —con la oración de los misterios dolorosos— fue particular con los más pequeños, de los cuales recibió muchas
guiado por el maestro de las celebraciones litúrgicas pontificias, sonrisas, dibujos, poesías e incluso una invitación para comer.
Que no rechazó. Regalaron al Papa una cesta con productos de
monseñor Marini, asistido por el ceremoniero Dubina, y fue ani-
la tierra, entregado por el Ebrima Dando, procedente de Gam-
mado por representantes de algunas realidades del santuario: una
bia, uno de los chicos extranjeros que trabajan en la Nueva Arca,
religiosa, un seminarista, un niña de catequesis, una «dama» y empresa social nacida en el seno de la Tienda de Abraham con
un miembro del grupo de lectio divina. Al finalizar, después de el fin de ofrecer un trabajo digno a personas en situación desfa-
haber impartido la bendición, le regalaron al Pontífice un cuadro vorecida a través de una agricultura ecosostenible y a precios jus-
que reproduce la imagen venerada en el santuario. Por su parte, tos.
el Papa dejó un cáliz. Después fue a las salas adyacentes a la Antes de regresar al Vaticano, fue saludado de nuevo por el
iglesia, que conservan los ex votos de los fieles. En la primera, lo abrazo afectuoso de los fieles que habían participado en la ora-
atendieron veintitrés ancianos alojados en la casa de acogida si- ción en el atrio, Francisco mantuvo la promesa inicial: fue de
tuada no lejos del complejo y gestionada por una cooperativa. nuevo cerca de la barandilla con vistas a la plaza frente al anti-
Francisco les saludó uno a uno: un momento conmovedor, hecho guo complejo del santuario y desde allí dio las gracias a los que
de palabras de consuelo, peticiones de bendición, caricias, alien- se habían quedado para atenderlo, invitándoles, antes de impar-
to. El Pontífice también se detuvo con Roberto Guarnieri, un tirles la bendición, a rezar un Avemaría.

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