Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Los Fenómenos Fonéticos
Los Fenómenos Fonéticos
1. La ley del menor esfuerzo es cuando se reemplaza dos articulaciones por una
sola o una articulación por una más cómoda.
En concreto podemos entender esta ley como una relajación o un descuido por parte
del hablante y como una contaminación mutua Articulatoria, acústica y auditiva de los
sonidos en la cadena sonora, lo que es inevitable en el uso del lenguaje, pero que no
prejuzga los resultados
4. sinéresis s. f. Licencia poética que consiste en medir dos sílabas como una cuando
existen dos vocales contiguas, una que finaliza una sílaba y la otra que comienza la
siguiente: ''aho-ra´´ por ''a-ho-ra´´ es una sinéresis.
5. diptongación s. f.
1 Proceso de transformación de una vocal en diptongo: la gramática histórica estudia
las diptongaciones que han tenido las palabras a través del tiempo.
2 Pronunciación de un conjunto de dos vocales en una sola sílaba formando
diptongo.
8. Síncopa
La síncopa lingüística es un proceso fonológico consistente en suprimir fonemas en el
interior de una palabra. Aunque ocurre normalmente al usar un lenguaje coloquial
(cantado>cantao), la síncopa es responsable de muchos procesos de evolución de las
lenguas, incluido el español desde el latín: comparare>comprar. Históricamente el
fenómeno afectó especialmente a las vocales átonas y breves precedidas y seguidas
de vocales tónicas o largas, que ya en latín vulgar se pronunciaban neutralizadas y
abreviadas. La síncopa en español provocó la aparición de dobletes de palabras con
significados próximos pero diferentes, uno como resultado de la evolución normal
sincopada de la palabra latina y otro como préstamo lingüístico directo del latín:
"delicado" y "delgado" o "labrar y laborar".
El español cuenta con ejemplos de síncopa contemporáneos de todos los tipos, que
pueden dar lugar a palabras aceptadas (masticar>mascar, con otro verbo similar pero
con registro diferente) o a pronunciaciones no normativas pero comunes (consonante:
cantado>cantao*, vocal: vámonos>amnos*).
9. Apócope
En gramática, una apócope (del griego apokopé < apokopto, "cortar") es un
metaplasmo donde se produce la pérdida o desaparición de uno o varios fonemas o
sílabas al final de algunas palabras (cuando la pérdida se produce al principio de la
palabra se denomina aféresis, y si la pérdida tiene lugar en medio de la palabra se
llama síncopa). Era figura de dicción según la preceptiva tradicional.
El género de esta palabra es femenino.
En español se apocopan algunos adjetivos, adverbios, sustantivos, verbos y
determinativos.
Adjetivos calificativos
Ante masculino singular:
bueno → buen: "buen día"
malo → mal: "mal augurio"
Ante un nombre en singular:
grande → gran: "gran carrera" (Excepto cuando anteceden los adverbios más o
menos: "la más grande carrera")
santo → san: "San Antonio"
Adverbios
Mucho → muy (apócope de muito, del latín multum). Esto sucede cuando precede a
un adjetivo o a un adverbio, pero no ante más, menos, mejor y peor: "muy bajo, muy
temprano".
Tanto → tan y cuanto → cuán. Los dos pierden la sílaba final ante adjetivos o
adverbios: "tan bonito, cuán cercano", pero no ante una forma verbal, aunque en el
lenguaje coloquial se haga a veces: "tan es así, tan era cierto". Las formas correctas
son: "tanto es así, tanto era cierto".
recientemente → recién
Cardinales
ciento → cien. Ciento se apocopa ante un sustantivo (aunque éste vaya precedido de
un adjetivo): "Los cien estupendos libros", "Las cien mejores poesías". Se apocopa
también cuando es multiplicador de mil: "Los cien mil hijos de San Luis".
uno → un. Se apocopa ante nombres masculinos: "Un artículo". También los
cardinales compuestos de uno: "veintiún soldados".
Ordinales
primero → primer. Se apocopa delante de un sustantivo masculino singular: "Su primer
libro no era tan bueno", "Su primer y único novio". Según la Real Academia Española,
la apócope ante sustantivos femeninos es un arcaísmo que debe evitarse en el habla
culta actual.
tercero → tercer. Su uso es igual al de primer.
Sustantivos
moto → motocicleta
foto → fotografía
tele → televisión
mini → minifalda
bici → bicicleta
nazi → nacionalsocialista
Nombres propios
Jose → José/Josefina
Bea → Beatriz
Cris → Cristina o Cristóbal
Rafa → Rafael/Rafaela
Santi → Santiago/Santiaga
Fede → Federico/Federica
Nico → Nicolás
Naty → Natalia o Natividad
Gabo → Gabriel (Gaby → Gabriela)
Dani → Daniel/Daniela
Tere → Teresa
Lili → Liliana
Fer → Fernando/Fernanda
I. Asimilación fonética (Evolucion)
Multu----- mucho
Un ejemplo de asimilación puede ser la palabra juzgar, evolucionada desde judgar, de
más difícil pronunciación, o hasta desde hadta o hatta. Un proceso relacionado es la
coarticulación, en la cual un segmento influye al otro y le produce una variación
alófona, como las vocales que adquieren el timbre nasal (nasalización) ante
consonantes de este tipo cuando el velo del paladar se abre antes, o la labialización,
velarización, etc de ciertas consonantes. Este artículo describirá ambos procesos
englobándolos en el término general de asimilación.
Los mecanismos fisiológicos o psicológicos de la coarticulación no son del todo
desconocidos, se han apuntado por ejemplo leyes de mínimo esfuerzo o empleo de
menor energía articulatoria. A menudo hablamos indirectamente de un segmento
fonémico como "desencadenante" del cambio asimilatorio en otro.
[pic]
Esa regla se interpreta como que el fonema /b/ se articula como oclusiva [b], tras una
pausa o una nasal que tienen rasgo [- cont] y se articula como aproximante [ß], tras
otro sonido que no implique una obstrucción total del flujo de aire.
Este tipo de asimilación apunta a una economía en la cantidad de información que
debe asociarse a un fonema, lo cual aporta cierta luz sobre la utilidad en las lenguas
naturales del mecanismo de asimilación.
Protoitálico *dw > latín b, como en *dwis "dos veces" > lat. bis.
El protocéltico *sw se muestra en irlandés antiguo en posición inicial como s, así
*swesōr "hermana" > ir. ant. siur */ʃuɾ/, *spenyo- > *swinea- > *swine "pezón" > sine.
Pero cuando está precedido de vocal, la secuencia *sw se convierte en /f/: má fiur "mi
hermana", bó tri-fne "una vaca con tres tetillas"
SINÉRESIS Y SINALEFAS
SECUENCIAS VOCÁLICAS
diario,
Dos vocales que forman parte siento,
de una misma sílaba: pie,
cohibir,
a) vocal abierta (/a/, /e/, /o/)
Diptongo antiguo,
seguida o precedida de vocal
doy,
cerrada y átona (/i/, /u/);
viuda,
b) dos vocales cerradas diurno,
distintas (/i/, /u/) ruido,
muy
4. Debe evitarse en el habla la reducción del diptongo a una sola vocal: *[ulójio] por
Eulogio, *[kontíno] por continuo, *[bénte] por veinte, *[trénta] por treinta. En el caso de
los numerales compuestos de las series del veinte y del treinta, esta monoptongación
es común, incluso entre personas cultas, pero es conveniente evitarla en la
pronunciación esmerada: *[bentikuátro] por veinticuatro, *[trentaidós] por treinta y dos.
Son extremadamente vulgares los casos de cierre de la e en i: *[bintikuátro]. También
debe evitarse pronunciar como diptongos algunas combinaciones vocálicas que son
siempre hiatos en la dicción culta: *[golpiár] por golpear, *[kuéte] por cohete.
a) Vocal abierta + vocal cerrada o, en orden inverso, vocal cerrada + vocal abierta,
siempre que la cerrada no sea tónica: amáis, peine, alcaloide, aplauso, Eugenio,
estadounidense; suave, huevo, continuo, confiado, viento, canción.
b) Dos vocales cerradas distintas: huida, ciudad, jesuítico, veintiún, diurno, viudo.
Las palabras con diptongo se acentúan siguiendo las reglas generales de acentuación.
Así, vio no lleva tilde por ser monosílaba; bonsái la lleva por ser aguda terminada en
vocal, y huésped, por ser llana terminada en consonante distinta de -n o -s; superfluo,
cuentan y viernes se escriben sin tilde por ser llanas terminadas en vocal, -n y -s,
respectivamente; y cuáquero y lingüístico se tildan por ser esdrújulas.
a) En los diptongos formados por una vocal abierta tónica y una cerrada átona, o
viceversa, la tilde se coloca sobre la vocal abierta: adiós, después, marramáu, soñéis,
inició, náutico, murciélago, Cáucaso.
b) En los diptongos formados por dos vocales cerradas, la tilde se coloca sobre la
segunda vocal: acuífero, casuística, demiúrgico, interviú.
«En los diptongos, la vocal más abierta representa el punto vocálico de la sílaba; la
más cerrada se halla en la tensión o en la distensión. El hablante tiende a extremar la
diferencia que entre ambas exista en su grado de abertura, bien abriendo más la
abierta, bien derrando más la cerrada, o ambas cosas a la vez. Tal es el caso, en
español, de las vocales extremas i, u, llamadas débiles porque forman diptongos con
las más abiertas a, e, o (fuertes), éstas constituyen el núcleo silábico y aquéllas
quedan en posición inicial (tensiva) o final (distensiva). En estas condiciones i, u, se
abrevian, al mismo tiempo que estrechan su articulación hasta el punto de perder en
parte su naturaleza vocálica y convertirse en semiconsonantes y semivocales: j, w, i, u.
Son crecientes:
ja (viaje)
je (tiempo)
jo (salió)
wa (guapo)
we (bueno)
wo (cuota)
Tiende igualmente nuestra lengua a juntar en diptongo creciente las dos vocales
débiles i, u, haciendo semiconsonante la que está en primer lugar, con lo cual el
núcleo silábico se sitúa en el segundo elemento de diptongo: ju, wi. Esta tendencia
ofrece numerosas vacilaciones dialectales que mantienen el hiato o hacen núcleo
silábico en el primer elemento. Así en la lengua moderna conviven, por ejemplo, ju-
i-cio, tri-un-fo con jui-cio, triun-fo, con predominio de estos últimos.
ai (aire)
ei (reina)
oi (voy)
au (aurora)
eu (feudal)
Tenemos, por tanto, en el uso actual de nuestro idioma ocho diptongos crecientes,
seis decrecientes y cuatro triptongos (jai, jei, wai, wie). Todos ellos están fuertemente
consolidados en el habla actual. Los diptongos crecientes se dan en español moderno
con frecuencia notablemente mayor que los decrecientes.»
En los grupos iu, ui predomina siempre como principal elemento del diptongo la
segunda vocal, reduciéndose la primera a semiconsonante.»
«A efectos ortográficos, para que haya diptongo debe darse una de estas dos
situaciones:
a) que se sucedan una vocal abierta (a, e, o) y una cerrada (i, u), o viceversa,
siempre que la cerrada no sea tónica: aire, causa, peine, oiga, bou, viaje,
ciego, quiosco, suave, fuerte, cuota.
b) que se combinen dos vocales cerradas (i, u) distintas: ui, iu: ruido, diurético,
etc.
Algunas de estas combinaciones vocálicas pueden articularse como hiatos (es decir,
en dos sílabas), dependiendo de distintos factores: su lugar en la secuencia hablada,
el mayor o menor esmero en la pronunciación, el origen geográfico o social de los
hablantes, etc. Este es el caso, por ejemplo, de fluir (pronunciado fluir, con diptongo, o
flu-ir, con hiato), de incluido (pronunciado in-clui-do o in-clu-i-do), de cruel
(pronunciado cruel o cru-el), de des-viado (que se pronuncia des-via-do o des-vi-a-do),
etc.
Los sonidos gue, gui, que, qui no se consideran diptongos ya que la u al ser muda en
estos casos no forma una emisión de voz con la e ni con la i, pero sí forman una sola
sílaba. Si la u ante e, i después de g es sonora, lleva diéresis y forma diptongo con la
vocal siguiente: ver-güen-za, ci-güe-ña.
Generalmente nos e forma diptongo en las palabras compuestas cuyo primer elemento
es un prefijo: re-u-nir, re-in-cor-po-rar.
Los verbos acabados en -iar y –uar en los que se destruye el diptongo en la primera
persona del singular del presente de indicativo: confiar > con-fí-o, también lo destruyen
en las demás personas del singular y tercera persona del plural del presente de
indicativo, del presente de subjuntivo e imperativo. En la segunda persona del plural el
grupo –ais, -eis forma diptongo siempre, pues en realidad lo que se destruye es el
triptongo –iais, -ieis, -uais, -ueis, así con-fi-áis, con-fi-éis, a-cen-tu-áis, a-cen-tu-éis.
Diptongos impropios
«Distinta es la calidad de las combinaciones que forman entre sí las vocales fuetes a,
e, o. Sus diferencias relativamente pequeñas en el grado de apertura motivan
numerosas vacilaciones entre el hiato y el diptongo que vienen a sumarse a las
producidas por el acento, la composición de las palabras, la etimología, las variantes
dialectales y la mayor o menor rapidez y esmero en la dicción. Compárese las
pronunciaciones al-co-hol y al-col, al-de-a-no y al-dea-no, pe-or y peor, re-al y real, bo-
a-to y boa-to, le-er y ler. Son diptongos consolidados, a los cuales la Gramática
tradicional da el nombre de impropios, por no haber en ellos semiconsonante o
semivocal. Cuando se forma el diptongo con vocales fuertes, la más abierta tiene
intensidad y duración normales pero la más cerrada se debilita y abrevia, al mismo
tiempo que tiende a cerrar más su articulación. Así se explican las pronunciaciones
vulgares tjatro (teatro) pjor (peor), trai (trae), twala (toalla), etc., y los frecuentes
cambios históricos que tienden a resolver con un diptongo consolidadeo la sucesión
inmediata de dos vocales fuertes (a e r e > aire; c r e a r e > criar). El diptongo formado
por aquéllas es de un equilibrio poco estable, en el cual las vocales componentes
conservan su individualidad como fonemas.»
[Gili Gaya, Samuel: Elementos de fonética general. Madrid: Gredos, 1966, p. 120-121]
Triptongos
1. Un triptongo es la secuencia de tres vocales que forman parte de una misma sílaba:
a - pre - ciáis, co - piéis, buey. Para que exista un triptongo han de combinarse dos
vocales cerradas (i, u) átonas y, en medio de estas, una vocal abierta (a, e, o):
anunciáis, guau, miau, confiéis. No son triptongos en español las secuencias de vocal
cerrada + vocal abierta + vocal cerrada cuando alguna de las dos vocales cerradas es
tónica. Lo que hay en esos casos es un hiato seguido de un diptongo, cuando es
tónica la primera vocal cerrada: vivíais (vi - ví - ais); o un diptongo seguido de un hiato,
cuando es tónica la segunda vocal cerrada: limpiaúñas (lim - pia - ú - ñas).
2. Una misma secuencia de vocal cerrada átona +vocal abierta + vocal cerrada átona
puede pronunciarse, en unas palabras, formando parte de la misma sílaba, esto es,
como un triptongo y, en otras, en dos sílabas diferentes, es decir, como un hiato
seguido de un diptongo, o viceversa; así, la secuencia iei se pronuncia como triptongo
en la palabra cambiéis [kam - biéis] y como hiato + diptongo en confiéis [kon - fi - éis],
al menos en España y en los países americanos en los que la tendencia antihiática es
menos fuerte. Sin embargo, a efectos de acentuación gráfica, cualquier secuencia
formada por una vocal abierta entre dos vocales cerradas átonas siempre se
considerará un triptongo, con independencia de su articulación real en una o en dos
sílabas.
Triptongos ortográficos
Cualquier grupo de tres vocales formado por una vocal abierta situada entre dos
vocales cerradas, siempre que ninguna de las vocales cerradas sea tónica, se
considera un triptongo a efectos de acentuación gráfica: averiguáis, buey, Paraguay,
vieira, confiáis, opioide.
Las palabras con triptongo siguen las reglas generales de acentuación. Así, lieis no
lleva tilde por ser monosílaba (aunque pueda llevarla si se articula como bisílaba;
continuéis y despreciáis la llevan por ser agudas terminadas en -s, mientras que
biaural y Uruguay, que también son agudas, no se tildan por terminar en consonante
distinta de -n o -s; tuáutem lleva tilde por ser llana terminada en consonante distinta de
-n o -s, mientras que vieira y opioide no la llevan por ser llanas terminadas en vocal.
Sinéresis
Hiato
«Hiato
Secuencia fónica formada por dos vocales contiguas que pertenecen a sílabas
diferentes, v.g., roer, tío. (Cf. Diptongo.)»
2. Las otras combinaciones posibles de dos vocales (salvo la secuencia de una vocal
abierta tónica seguida de una cerrada átona, que forma siempre diptongo en español)
se pueden pronunciar como hiatos o como diptongos, dependiendo de diversos
factores: las palabras concretas en las que se encuentren incluidas, el origen
geográfico o social del hablante, el mayor o menor esmero en la pronunciación, etc.
Dada esta variabilidad, se ha optado por establecer una serie de convenciones sobre
qué ha de considerarse diptongo y qué ha de considerarse hiato a la hora de acentuar
gráficamente las palabras; así, las secuencias vocálicas distintas de las descritas en el
primer párrafo se considerarán siempre diptongos a efectos de acentuación gráfica.
4. Tanto en España como en América existe una tendencia antihiática muy marcada
en el habla popular, lo que provoca que determinadas secuencias vocálicas que son
hiatos en el habla culta se pronuncien como diptongos entre hablantes poco instruidos,
con el consiguiente cierre en el timbre de la vocal átona; así, en el habla esmerada,
deben evitarse pronunciaciones como *[golpiár] por golpear, *[akordión] por acordeón,
*[kuéte] por cohete, *[pelié] por peleé, etc. No obstante, en algunos países de América,
particularmente en México, este cierre vocálico se da también en el nivel culto.
Hiatos ortográficos
c) Vocal cerrada tónica + vocal abierta átona o, en orden inverso, vocal abierta átona +
vocal cerrada tónica: alegría, acentúa, insinúe, enfríe, río, búho; raíz, baúl, transeúnte,
reír, oír.
a) Las palabras con hiato formado por dos vocales iguales, o por dos vocales abiertas
distintas, siguen las reglas generales de acentuación. Así, creó y deán llevan tilde por
ser agudas terminadas en vocal y en -n, respectivamente, mientras que poseer y peor,
también agudas, no la llevan por terminar en consonante distinta de -n o -s; bóer y
Sáez llevan tilde por ser llanas terminadas en consonante distinta de -n o -s, mientras
que bacalao, chiita, vean y anchoas no la llevan por ser llanas terminadas en vocal, -n
y -s, respectivamente; océano, coágulo y zoólogo se tildan por ser esdrújulas.
b) Las palabras con hiato formado por una vocal cerrada tónica y una vocal abierta
átona, o por una vocal abierta átona y una cerrada tónica, siempre llevan tilde sobre la
vocal cerrada, con independencia de que lo exijan o no las reglas generales de
acentuación: armonía, grúa, insinúe, dúo, río, hematíe, laúd, caída, raíz, feúcho,
cafeína, egoísmo, oír. La presencia de una hache intercalada no exime de la
obligación de tildar la vocal tónica del hiato: búho, ahíto, prohíbe.
«Cuando dos o más vocales seguidas se pronuncian sin formar una sílaba única, se
dice que están en hiato. En español existe desde antiguo una tendencia muy marcada
a reducir los hiatos a diptongos y a juntar por sinalefa la vocal o vocales finales de una
palabra con las iniciales de la palabra siguiente, dentro del mismo grupo fónico.»
«A efectos ortográficos, para que haya diptongo debe darse una de estas dos
situaciones:
a) que se sucedan una vocal abierta (a, e, o) y una cerrada (i, u), o viceversa,
siempre que la cerrada no sea tónica: aire, causa, peine, oiga, bou, viaje, ciego,
quiosco, suave, fuerte, cuota.
b) que se combinen dos vocales cerradas (i, u) distintas: ui, iu: ruido, diurético, etc.
Algunas de estas combinaciones vocálicas pueden articularse como hiatos (es decir,
en dos sílabas), dependiendo de distintos factores: su lugar en la secuencia hablada,
el mayor o menor esmero en la pronunciación, el origen geográfico o social de los
hablantes, etc. Este es el caso, por ejemplo, de fluir (pronunciado fluir, con diptongo, o
flu-ir, con hiato), de incluido (pronunciado in-clui-do o in-clu-i-do), de cruel
(pronunciado cruel o cru-el), de des-viado (que se pronuncia des-via-do o des-vi-a-do),
etc.
[Real Academia Española. Ortografía de la lengua española. Edición revisada por las
Academias de la Lengua Española. Madrid: Espasa Calpe, 1999, p. 43]
Hiato y sinéresis
«Con frecuencia aparecen juntas, dentro de una misma palabra, dos vocales que no
forman diptongo, sino que por tradición gramatical constituyen sílabas distintas. Al
efecto prosódico que produce la pronunciación de las vocales colocadas en dicha
posición se llama hiato. La lengua hablada no se ajusta siempre en este punto a la
tradición gramatical. El uso consiente que en ciertos casos las vocales que se hallan
en hiato se reduzcan a una sola sílaba. A esta reducción se le da el nombre de
sinéresis. La sinéresis puede producir modificaciones importantes en la pronunciación
de las vocales a que afecta.
hiato sinéresis
viaje bi-á-xe bjá-xe
suave su-á-be swá-be
cruel kru-él krwél
aún a-ún áun
ahí a-í ái
hiato sinéresis
aldeano al-de-á-no al-deá-no
lealtad le-al-tád leal-tád
línea lí-ne-a lí-nea
toalla to-á-lla toá-lla
coagular ko-a-gu-lár koa-gu-lár
En la palabra real, la e es abierta en hiato, y breve y relajada en sinéresis; la
lengua vulgar dice en unas partes [rjál] y en otras [reál y rál].
El habla popular hace en muchos de estos casos ea > ja, oa > wa: teatro [tjátro],
pasear [pasjár], Joaquín [xwakín], pedazo [piáθo], todavía [twabía], etc. La
evolución de ea > ja, con j más o menos cerrada, se da también abundantemente
en América hasta en la pronunciación de las personas cultas.
hiato sinéresis
empeorar em-pe-o-rár em-peo-rar
teólogo te-ó-lo-go teó-lo-go
níveo ní-be-o ní-beo
incoherente in-ko-e-rénte in-koe-rénte
cohete ko-é-te koé-te
hiato sinéresis
traerán tra-e-rán trae-rán
caen ka-en káen
Israel is-ra-él is-ráel
ahogado a-o-gá-do ao-gá-do
ahora a-ó-ra áo-ra
extraordinario es-tra-or-di-ná-rio es-traor-di-ná-rio
Bilbao bil-bá-o bil-báo
Sinalefa
Pronunciación en una misma sílaba de la vocal final de una palabra y la inicial de la
palabra siguiente: la alameda > *la’lameda. Enlace de sílabas por el cual se forma una
sola de la última de un vocablo y de la primera del siguiente, cuando aquel acaba en
vocal y este empieza con vocal, precedida o no de h muda. A veces enlaza sílabas de
tres palabras; p. ej., Partió a Europa.
«Cuando dos o más vocales seguidas se pronuncian sin formar una sílaba única, se
dice que están en hiato. En español existe desde antiguo una tendencia muy marcada
a reducir los hiatos a diptongos y a juntar por sinalefa la vocal o vocales finales de una
palabra con las iniciales de la palabra siguiente, dentro del mismo grupo fónico. La
posibilidad de la sinalefa con más de dos vocales depende de que éstas se hallen en
serie de abertura creciente o decreciente, o de que las más abiertas estén en el centro
de la sílaba como ápice silábico de ella: las más cerradas están en posición explosiva
o implosiva, en la tensión o en la distensión, respectivamente.» [Gili Gaya, Samuel:
Elementos de fonética general. Madrid: Gredos, 1966, p. 117]
«La posibilidad de juntarse por sinalefa varias vocales españolas depende de que
formen serie de abertura creciente (iea) o decreciente (aei); o de que las de
articulación más cerrada se hallen en los extremos de la sílaba, y las más abiertas en
el centro. Por ejemplo, en salió a esperarlo se juntan cuatro vocales, porque la
articulación se abre progresivamente i-o-a, y luego se cierra en e. En la frase esta o
aquella no pueden unirse las tres vocales porque la o es más cerrada que las dos aes
en que está intercalada, y exige un nuevo impulso articulatorio, es decir, una sílaba
distinta. Cabe, por lo tanto, definir en este sentido la sílaba como el conjunto de
sonidos comprendidos entre dos depresiones de la articulación.» [Gili Gaya, o. cit., p.
95-96]
«El encuentro de vocales que resulta del contacto de las palabras en la frase da
también lugar a casos de hiato o contracción análogos a los indicados arriba para hiato
y sinéresis. Al grupo de vocales formado por el enlace de las palabras y pronunciado
en una sola sílaba se le da el nombre de sinalefa. Dentro de la palabra nunca se
juntan más de tres vocales en una sílaba. Del enlace de unas palabras con otras
resultan frecuentemente grupos vocálicos hasta de cinco o seis elementos.
aa escalera arriba
ae amada esposa
ai oferta injusta
ao palabra osada
au casa humilde
ee puede escribir
ei nombre ilustre
eo tiene orgullo
eu gente humilde
ia casi apagado
ie mi esperanza
ii casi imposible
io mi obligación
iu ni una vez
uu espíritu humano
uo por su honor
Las vocales representan aproximadamente el 50% del material fónico del idioma
español. Las consonantes, aunque forman una serie más numerosa que la de las
vocales, no entran en mayor proporción que éstas en la composición de las palabras.
La vocal más frecuente es la a. Las variantes abiertas e, o, en la pronunciación
española normal, son menos frecuentes que las cerradas e, o. En el habla regional de
algunas provincias del Sur, las variantes cerradas son, por el contrario, menos
frecuentes que las abiertas.
Diéresis
Signo ortográfico auxiliar, también llamado «crema», representado por dos puntos (¨)
que se disponen horizontalmente sobre la vocal a la que afectan. En español tiene los
usos siguientes:
«En las palabras en que el grupo con vocal débil no está en la sílaba final, este grupo
se pronuncia unas veces diptongado (‘p(ue)esto, r(ue)da’), y otras con diéresis (‘ri-àda,
tortu-òso). Esta diéresis debería marcarse gráficamente. Lo indicado sería hacerlo con
el signo específico (¨), llamado “diéresis”; pero este signo es desusado actualmente.
(Se usa especialmente en algunas palabras coo ‘rüido, süave, vïuda’, para indicar esta
pronunciación, por ejemplo en poesías viejas en que esa palabras están medidas así.)
Hay, pues, que aclarar en la diccionario la pronunciación. Se debe advertir que esas
palabras tienden rápidamente a pronunciares diptongadas y, con raras excepciones,
como ‘riada’, en dicción rápida se pronuncian siempre así.»
La h muda
«La letra h es un verdadero fósil dentro de nuestro alfabeto, puesto que no representa
hoy ningún fonema. La existencia actual de esta letra obedece a razones puramente
históricas y en ocasiones es incluso arbitraria. Su presencia o ausencia en la grafía de
las palabras debe ser aprendida por el trato intenso de la lengua escrita. Solo en un
caso hay norma fija para el uso: se pone h siempre ante los grupos ue, ui en comienzo
de palabra: hueco, hueso, huésped, huida.»
La presencia de una h ortográfica entre vocales no impide que estas formen diptongos,
hiatos, sinéresis o sinalefas. La h colocada entre dos vocales permite que se pueda
destruir el diptongo acentuando la vocal débil: bú-ho.
Para los efectos de la división de palabras al final de renglón, hay que tener en cuenta
que “cuando la primera sílaba de una palabras es una vocal, se evitará dejar esta letra
sola al final de la línea. Si la vocal está precedida de una h, se invalida la norma.
Ejemplos: amis-ta-des, he-re-de-ros”.
«A diferencia de lo establecido en normas ortográficas anteriores, cuando una palabra
tenga h intercalada no se colocará delante de esta letra el guion de final de línea, con
el fin de no romper sílabas ni secuencias vocálicas (no hay que olvidar que la h es una
letra «muda»): alhón- / diga o alhóndi- / ga, y no *al- / hóndiga; al- / mohada o almoha-
/ da, y no *almo- / hada; prohi- / bir, y no *pro- / hibir; inhu- / mano o inhuma- / no, y no
*in- / humano; de- / sahucio o desahu- / cio, y no *des- / haucio ni *desa- / hucio. La
única excepción son los casos en que la h intercalada precede a los diptongos ie, ue,
en que sí puede colocarse el guion de final de línea delante de la h: des- / hielo, des- /
hierba, vi- / huela, des- / huesar; aquí la h sí es principio de sílaba y la vocal posterior
es, en realidad, una semiconsonante, por lo que, en estos casos, el guion respeta la
norma de no romper sílabas ni secuencias vocálicas.»
Cuando al dividir una palabra por sus sílabas haya de quedar en principio de línea una
h precedida de consonante que no sea c, se dejará esta consonante al final del
renglón anterior y se comenzará el siguiente con la h; de modo que nunca se divida
alh-araca, inh-umación, clorh-idrato, desh-idratar, sino al-haraca, in-humación, clor-
hidrato, des-hidratar.
«La “i” y la “u”, si hay una h delante, forman siempre sílaba con la vocal que les sigue:
‘duro-hierro; está-hueco; hermoso-huevo’. Si la vocal intermedia formaba ya diptongo
con una de las extremas antes de unirse las palabras dando lugar a un grupo de
vocales más numeroso, se respeta esa unión: ‘pasó (Eu)genio. Es(toy)hablando. (A
menos que, lo que suele ocurrir sólo en lenguaje rápido, se suprima la primera vocal
del diptongo preexistente: ‘pasóugenio’.) Si la última vocal del grupo es acentuada,
queda sola: ‘sab(eo-í)r; cas(ia-é)reo’. También, si el grupo es de más de tres vocales:
‘yal(oeo-í)do’. Si la vocal acentuada es la primera, va sola si la siguiente no pertenece
a la misma palabra: ‘aqu(í-oa)llí, as(í-oa)sá’. Pero si la siguiente es de la misma
palabra, se diptonga con ella: ‘est(oy-ha)blando, tr(ae)-otro’.»
Enlace de vocales
«Cuando dentro de una misma palabra o grupo fónico aparecen juntas dos o más
vocales sucesivas, lo primero que importa saber es si estas vocales se han de
pronunciar en sílabas distintas, o si todas o algunas de ellas han de agruparse en una
sola sílaba. Aun en el caso de que cada vocal forme por sí misma una sola sílaba, el
paso de una vocal a otra vocal inmediata se hace siempre en nuestra pronunciación
gradualmente y sin interrupción de sonoridad. Las cuerdas vocales, desde el principio
al fin de todo grupo vocálico, y sin perjuicio de las modificaciones de tono, intensidad,
etc., que dentro de él sean necesarias, mantienen su movimiento vibratorio de una
manera continua, siendo a veces perceptibles, en pronunciación lenta, el timbre
espacial que corresponde a cada uno de los tiempos de la transición que efectúan los
órganos para pasar de una vocal a otra.
Como es sabido, esto no ocurre del mismo modo en todos los idiomas. En lenguas
anglosajonas, y sobre todo en alemán, el enlace de la vocal final de una palabra con la
vocal inicial de la palabra siguiente, o de dos vocales de una misma palabra, como en
alemán The ater, be erben, ge eignet, etc., va impedido por la oclusión laríngea que se
hade de ordinario ante la segunda vocal separándola bruscamente de la anterior. En la
pronunciación española, por el contrario, se enlazan las vocales sin corte ni
separación de la sonoridad vocálica, pasando suave y gradualmente de uno a otro
sonido tanto en grupos interiores de palabras, beodo, poeta, maestra, suave, zahúrda,
mohíno, como entre palabras enlazadas, de oro, lo echa, a esta, su ave, la una, lo
hizo, etc. La h es un signo meramente ortográfico, sin valor ninguno en la
pronunciación, enlazándose, por consiguiente, los sonidos entre los cuales se
encuentra como si de hecho la h no existiese: ahora [aóra].
Ejemplos de grupos formados por tres o más vocales, irreducibles a una sola sílaba:
aea ya he hablado