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El arte peruano

No es muy simple escribir un resumen de nuestra historia del arte en el Perú,ya que desde que
aparece el primer poblador en nuestro territorio va de lamano con el arte.Dese que aparece el
hombre primitivo en el Perú va dejando muestras ohuellas de ese espíritu que lo empuja a
dejar testimonio real de todo aquelloque lo motiva, sus necesidades, sus anhelos, sus acciones
cotidianas.Huellas que vemos reflejadas desde las curvas de Toquepala
(Moquegua)maravilloso Arte Rupestre, o con los petroglifos que existen (por dar unejemplo
tenemos petroglifos de Checta) en muchos lugares de nuestra patria,que nos emocionan al ir y
observar este arte que ya conocían y tenían lanecesidad de plasmar en Piedras, muros o suelo
peruano (geoglifos).Las culturas remotas Pre-Incas, nos asombran y nos seguirán asombrando
asípasen 100 años y los siglos.Estas culturas Pre-Incas, que lograron florecer y alcanzar un
desarrollo, nosmuestran un arte peruano particular, autóctono, original que se desarrolla
atodo lo largo y ancho de nuestro territorio.Tenemos un sinnúmero de exponentes en el arte
arquitectónico, para nombrar algunos la hermosa “Ciudadela del Chan-Chan” (en La Libertad),
el imponentecastillo de Chavín (en Ancash), las hermosas ruinas de Pachacamac (enLima), etc.
En lo referente al arte cerámico, las hermosas piezas “HuacosRetratos” de la cultura Mochica,
los huacos imitando la piedra de
la culturaChavín, las maravillosas
piezas cerámica multicolor de los
Nazcas, tambiéntenemos los
huacos Vecín, Chancay, Chimú,
Wari, etc.En lo que se refiere a
escultura no podemos dejar de
citar las estelas,columnas,
cabezas clavas, etc.; de la cultura
Chavín.Los altos y bajos relieves
de Sechín, las esculturas en
madera, de la culturaMochica y Chimú.El arete textil se desarrolló en muchas esculturas como
Chimú, Chancay, etc.;pero logra la perfección en los maravillosos tejidos de la cultura
Paracas.En lo referente al arte del metal o “La Orfebrería” tenemos en el Norte piezasde oro,
plata y piedras semi-preciosas de inigualable belleza que ellas solashablan de los artistas que
las crearon y así podríamos seguir enumerandoobras artísticas de mucho valor estético de
nuestros artistas Pre-Incaicos.Luego con el desarrollo del imperio Incaico y su extensión
geográfica, tenemosya la evolución del arte peruano en todos sus aspectos, y en lo que se
refiereal arte monumental, arquitectónico podemos admirar las maravillas en Machu-Picchu,
Choquequirao, Sacshuaman, Pissac, Ollantay Tambo, etc.En el Siglo XVI a la llegada de los
españoles a nuestro territorio, se producecomo bien dijo alguna vez el Doctor Juan Manuel
Ugarte Eléspuru, la primeraruptura artística del “Arte Peruano”, nuestra esencia Cultural –
Artística sequiebra, nos vamos a encontrar bajo la influencia occidental y ese arte
nuestro,autóctono se queda dormido hasta que el mestizaje se realiza y poco a pocovuelve a
surgir un arte peruano distinto.
José Gil de Castro y la transición
La proclamación de la independencia en 1821 anuncia el fin del dominio español en América y
la inauguración de una nueva etapa en la historia del país. Pero
este dramático cambio político no fue acompañado por una
transformación similar en el ámbito cultural. Por lo general, los
artistas continuaron con los esquemas y tradiciones establecidos
durante la época colonial. El pintor José Gil de Castro,
representado en el museo por su Retrato de Mariano Alejo
Alvarez y su hijo (1834) consiguió dar forma a una nueva
sensibilidad pictórica. Creador de la imagen pública de los
libertadores, Gil de Castro supo adecuar la tradición retratística colonial a las nuevas exigencias
de su época. Ante él posaron los principales actores de la Independencia y en especial los
letrados y mandos medios militares que conformaron la nueva clase dirigente de la joven
República. Con la muerte de Gil de Castro (c. 1840) y la simultánea desaparición de otros
retratistas formados en la tradición colonial, se cierra un capítulo en la historia del arte
peruano. Aparece por entonces una nueva generación de artistas, como Francisco Laso,
Ignacio Merino y Luis Montero, quienes, a diferencia de los artistas coloniales, procedían de la
clase media y alta.

Ignacio Merino
Tras recibir una formación europea, Ignacio Merino (1817-1876) llega a Lima hacia fines de
1838. Entra directamente a la enseñanza impartiendo
cursos de dibujo en varias escuelas, pero sobre todo en la
Academia de Dibujo que funcionaba en la Biblioteca
Nacional. Gracias al prestigio que le daba haber estudiado
en Europa, Merino alcanzaría un aura de autoridad que lo
convertiría en el maestro de toda una generación, la de
Laso, Montero y Masías. Influido primero por el interés
pintoresquista europeo y luego por la presencia en el Perú de artistas viajeros como Léonce
Angrand y Juan Mauricio Rugendas, Merino creará una serie de apuntes sobre tipos, paisajes y
costumbres de Lima. Son estas obras -que forman una contraparte visual del costumbrismo
literario- las que tendrán mayor resonancia en el arte peruano de la década de 1840.

Francisco Laso
La colección de obras de Francisco Laso (1823-1869), procedente en su mayor parte de la
donación "Memoria Prado", es una de las más completas
en existencia. Laso fue el primer pintor que intentó crear
una tradición pictórica local en base a las tradiciones
académicas europeas en las que había sido entrenado. La
lavandera (1858) es un lienzo representativo del intento
de Laso por crear una pintura de tema nacional con
medios académicos. El lienzo nos muestra una lavandera
limeña en plena actividad, tendiendo la ropa a secar ante el paisaje típico de los techos
limeños. A diferencia de otros pintores costumbristas que representaron los usos y costumbres
del país en un tono ligero, Laso otorga en este lienzo un aire de solemnidad a un tema de la
vida cotidiana. El entierro del mal cura (c. 1863) es otra importante obra de Laso que
representa una tradición local.

Luis Montero y la pintura de tema histórico


De la generación de Laso -que incluye a pintores como Francisco Masías (1838 -1894), Juan de
Dios Ingunza (1824-1871) y Federico Torrico (1820-1879),
Luis Montero (1826-1869) es quizás el artista académico de
mayor trascendencia en el medio local. Becado en 1849
por el gobierno peruano para realizar estudios en Europa,
Montero regresa al Perú en 1851. Exhibe entonces su
Venus dormida, quizás el primer lienzo de desnudo en la
pintura peruana. Su presencia en el Perú se verá
continuamente interrumpida por viajes de estudio al
extranjero. De los pintores peruanos del XIX, Montero es el
más influido por el academicismo y el que practicó con
mayor insistencia la pintura de tema histórico. A diferencia de Laso, trabaja la alegoría pura y
la narrativa pictórica; de manera más enfática que Merino, y siguiendo la línea más tradicional
de la pintura del XIX, opta por darle un tratamiento noble a esos temas elevados que se
expresan en actos heroicos. Prueba de ello es el famoso lienzo de Los Funerales de Atahualpa
que se exhibe en el descanso de las escaleras posteriores del museo. Pintada en Florencia en
1867, la obra fue exhibida en cada puerto que tocaba en el trayecto hacia Lima: Río de Janeiro,
Montevideo, Buenos Aires. Quizás sea ésta la pintura más importante de tema histórico
realizada en el Perú, y su influencia se dejó sentir en los pintores de fines de siglo pasado como
Ramón Muñiz, Juan O. Lepiani (1864-1943) y José Effio (1845-c. 1920). De estos últimos el
museo guarda varios ejemplos de pintura de tema histórico entre los que cabe destacar La
muerte de Pizarro (1878) de Ramón Muñiz, artista español radicado en el Perú.

Los emigrados
A diferencia de la generación precedente, en el último tercio de siglo el viaje de estudios se
convirtió en largas residencias en el exterior, e incluso en la migración definitiva. Al igual que
Federico del Campo, quien se estableció en Europa en 1865, Alberto Lynch (1855-1931)
abandonó el Perú en 1878 y realizó toda su obra en el extranjero; Carlos Baca-Flor no volvió al
Perú tras su partida en 1890. Abelardo Alvarez-Calderón (1847-1911) y Herminio Arias de Solís
(1881-1926) solo regresaron tras décadas de ausencia. Pero los artistas emigrados dejaron una
definida influencia en el medio local. Los diarios y las revistas ilustradas daban cuenta con
regularidad de su participación en los salones europeos y en las exposiciones universales. Así a
través de sus obras, reproducidas en revistas o adquiridas por coleccionistas peruanos, estos
artistas mantuvieron una significativa presencia local a pesar de la distancia que los separaba
de su país.
Carlos Baca-Flor (1867-1941)
El ciclo de arte del XIX concluye en realidad en el siglo XX, con la obra de Carlos Baca Flor
(1867-1941), artista que vivió poco en el Perú, radicando
principalmente en Europa, pero cuya obra tuvo una
profunda influencia en nuestro medio. El museo guarda la
colección más importante y completa de su obra, en la que
destacan sus estudios académicos al carboncillo y pinturas
al óleo. Como retratista de la alta sociedad francesa y
norteamericana, Baca Flor logró un amplio reconocimiento
internacional, gracias al éxito del estilo pulido de sus
lienzos, en los que el artista parece querer competir con la
fotografía. Esta forma pictórica se deja ver en sus célebres
retratos de John Pierpont Morgan, del Cardenal Vicente
Pacelli o del Presidente irlandés Eamon de Valera. Pero al margen de su actividad como
retratista, Baca Flor realizó una obra personal -estudios de paisaje, retratos íntimos y bocetos-,
en la que experimentó con una técnica más moderna influenciada por ciertos aspectos del
impresionismo francés. A contrapelo del arte de su época, Baca Flor logra perpetuar en su obra
las tradiciones académicas de la pintura del XIX hasta bien entrado el siglo XX.

El arte peruano ha logrado fama mundial gracias a la obra de artistas tan dispares
como Grimanesa Amorós y Marcos Zapata. El arte de Perú se remonta a la
cultura Cupisnique asentada en el litoral del Pacífico y a la cultura Chavín al
norte de la actual Lima. Estas dos culturas, surgida en torno al siglo IX a.C
trabajaban el oro y la plata y elaboraban cerámicas.
La civilización incaica, bajo cuyo imperio se encontraba Perú en el siglo XVI,
dejó una influencia de gran importancia en el arte peruano. En los museos de
Perú, como el de Arte de Lima se pueden contemplar reliquias de esta era
y Machu Picchu nos queda como hermosa memoria de los que fue el Imperio de
los Inca y el icono más conocido de la arquitectura de Perú.
Habiendo introducido los españoles el estilo pictórico europeo, éste se
desarrolló a principios del XVI en la escuela cuzqueña, formada por artistas
peruanos de origen indígena quechua. Diego Quispe Tito fue una sus mayores
figuras y sigue siendo hoy en día uno de los artistas de Perú más
valorados. Durante el siglo XIX, el pintor peruano Ignacio Merino capturó de forma
sobresaliente la esencia del romanticismo francés. Hoy en día, el arte
peruano sigue aprovechando la herencia de su pasado precolombino.
En Italia el mayor exponente del barroco es la Escuela Bolognesa caracterizada por tener
grandes luces, utilizar temas mitológicos. Exponentes: Carracci, Tiepolo. Por otro lado,
en España el Barroco esta más ligado al estilo tenebrista y utilizó el Claroscuro para modelar la
forma y respetando la escala. No embellece la forma ni en lo formal ni en lo temático. Su
mayor antecedente lo encontramos incluso antes de Zurbarán, con El Greco (pre-barroco s.
XVI)
Podemos distinguir dos etapas del Estilo Barroco, la primera llamada de la plenitud
del realismo, tuvo entre sus mayores exponentes en España a Velázquez, Zurbarán y José de
Ribera llamado el españoleto.
La segunda etapa llamada del desarrollo pleno del Barroco, se ubica en el último tercio del
siglo XVII en España. Se caracteriza por ser una pintura de características mayormente
italianas, innova en las composiciones, dándole un mayor dinamismo con ayuda de las
perspectivas arquitectónicas (abre puertas y pasadizos). Entre sus mayores exponentes en
españoles distinguimos a Valdés Leal y Murillo. Escuela de Zurbarán en Lima Zurbarán es la
figura más influyente en el Barroco Hispanoamericano y Lima es la ciudad con mayor número
de obras relacionadas con su taller.
Escultura Durante el siglo XVII trabajaron en Lima los siguientes escultores:
Pedro de Noguera (catalán), inicialmente activo en Sevilla. Llega a Lima en 1619. Su obra
sevillana, de gusto manierista, evoluciona hacia el barroco en obras como la sillería de la
Catedral de Lima. Gana el concurso para la creación de la Sillería del Coro de la Catedral,
en sociedad con Luis de Vargas (escultor) y Martínez A. (diseño-escultura), después para Santo
Domingo. Es nombrado maestro mayor de la Catedral de Lima. Entre sus obras figuran:
Cristo del Santo Entierro hermosa e inédita imagen articulable que procesionaba en la Semana
Santa de Lima de los años coloniales, se encuentra en la Iglesia de la Soledad, Lima.
• Sillería del Coro de la Iglesia de San Agustín, Lima 1620
• Diseño de la Pileta de la Plaza Mayor de Lima (Fundida y ejecutada por Antonio Rivas)
Gomes Hernández Galván (Valladolid) Documentado siglo XVI, Entre sus obras figuran:
• Tablas de la catedral. Antigua Sillería del Coro
• El Profeta(relieve). trabajó el canon manierista, manos grandes al estilo Berruguete, postura
Bitti a la inversa. Museo Histórico regional del Cusco:
Diego de Medina
• En la Iglesia de San Agustín de Lima, observamos su obra en la Cajonería de la sacristía y
techo de la antesacristía elaborado al estilo mudéjar. Trabajó supervisado por el padre
Bejarano.
Juan Bautista Vásquez
Escultura de la Virgen conocida como La Rectora, actualmente se encuentra en el Instituto Riva
Agüero (PUCP)
Diego Rodrigues
Nuestra Señora de Copacabana de Lima
venerada en el Santuario homónimo del
distrito del Rimac; Es considerada la
mejor obra de las postrimerías del siglo
XVI y de marcada filiación sevillana.
Alonso Gómez
La adoración de los pastores (relieve), en
la Catedral de Lima.
Anónimo
Sagrada Familia de la Doble Trinidad
Interesante conjunto escultórico de estilo
manierista, que se encuentra en el crucero
de la Iglesia de la Soledad en Lima
Esculturas traídas a Lima durante el siglo XVII [editar]La escultura española durante este
período tuvo tres tendencias, las cuales por su importancia marcaron escuela no sólo es
España sino también en Iberoamérica. Estas fueron:
Escuela castellana, Valladolid
Escuela Andaluza, Sevilla
Escuela Andaluza, Granada
Escuela Castellana
1. Escuela castellana, Valladolid Tiene su antecedente en escultores como Alonso Berruguete,
Juan de Juni (s. XVI) y Francisco del Rincón (Representante máximo del Barroco temprano,
destacando entre sus obras su modelo de los Pasos Procesionales s. XVII).
Gregorio Fernández
En el Barroco a plenitud destacamos la figura de Gregorio Fernández, quien se muestra como
un escultor realista - naturalista. Muy dado a los cristo pasionarios.
Escenas de la pasión
Conjunto escultórico de la Familia de la Virgen (la Virgen niña esta representada parada sobre
una media luna, tiene la vestidura de oro, que destaca el uso de la técnica del estofado). esta
obra la podemos observar en uno de los retablos de la [[Iglesia de San Pedro de Lima.
2. Escuela Sevillana
Sus precedentes son Juan Bautista Vásquez "La Rectora" y Jerónimo Hernández y Martínez
Montañés (s. XVI) llamado el Dios de la Madera por la excelencia en su obra, fue el
representante máximo de esta escuela
Juan Martínez Montañés
Montañés, inicia el barroco, es atemperado en sus esculturas de estilo clásico. Igualmente,
logra crear una tipología de personajes como Cristos (sobresale dentro de su gran obra el
Segunda etapa de la Retablística
1. Diego de Aguirre ( -1718)
Introdujo en Lima las columnas salomónicas - Baldaquino de la Catedral de Lima - Retablo de
las Ánimas en la Iglesia de San Marcelo de Lima, 1681.
Columnas melcochadas y con espejos - Retablos de la
Iglesia de San Pedro de Lima, 1660/1685. Columnas
salomónicas
2. Juan Tomás Tairu Tupac
Tercera etapa de la Retablística- Siglo XVIII
Durante la segunda mitad del siglo XVIII se impone la
ornamentación en rocallas, debido a la influencia
francesa. El uso de la rocalla, consolidado hacia 1760
en obras como los túmulos de Maria Bárbara de
Portugal y Amalia de Sajonia, continuará hacia fines
del siglo. Así, se hace presente en el Retablo Mayor de
San Lázaro, una de las obras iniciales de Matías
Maestro, introductor del neoclacisismo en Lima.
1. José de Castilla
- Retablo del Señor de Burgos, en la iglesia de San Agustín de Lima (desaparecido. - Retablo
Mayor de la iglesia de Jesús María y José, Lima.
2. Atanasio Contreras del Cid
- Retablo Mayor de la Iglesia de San Sebastián, Lima (ca. 1770). Presenta columnas con
elementos de rocalla, carros alegóricos y letanías dela virgen.
3. Fernando Collado
- Retablo Mayor, iglesia de San Agustín, Trujillo - Retablo Mayor, iglesia del Carmen, Trujillo
Arquitectura
La ciudad de Lima fue construida teniendo como modelo la cuadrícula, modelo que ha sido
preservado hasta hoy y que se conoce como el "Damero de Pizarro". Las casas en la costa del
Perú fueron hechas de adobe y luego ladrillo mientras que en la sierra fueron de piedra y luego
"quincha". Cabe mencionar que los más grandes influyentes en cuanto al estilo arquitectónico
fueron los terremotos de 1586, 1687 y 1746.
Durante el siglo XVII las murallas de Lima tuvieron un carácter defensivo más que
delimitatorio. En 1610 se construye el Puente de Piedra en el actual Jr. Trujillo, ubicado detrás
de Palacio Gobierno, la Alameda de los Descalzos (en extramuros pasando el río) que
antiguamente tenía el nombre similar a la Alameda de Hércules en Sevilla. En 1613
los límites de la ciudad de Lima eran de n-s el Barrio de San Lázaro en el Rimac y de e-o el
pueblo indígena del Cercado.

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