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hacia la
Libertad
La importancia de
la educación en mi
propia vida
Mirando
hacia la
Libertad
La importancia de
la educación en mi
propia vida
Coordinación Nacional de
Educación para Personas Jóvenes y Adultas
Mirando hacia la Libertad
La importancia de la educación en mi propia vida
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Dedicamos esta publicación a la memoria
de Alexandra Barrientos Pefaur, periodista
de nuestra Coordinación Nacional, quien
siempre contribuyó al éxito de la línea
de educación en contextos de encierro,
particularmente en sus publicaciones.
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Indice
Indice
Presentación 9
La extensión curricular, una forma de aprendizaje permanente. 13
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La educación, un arma para enfrentar al mundo CARLOS A. ARANEDA P. 48
¿Qué ha significado la educación ROBERTO C. RIVEROS M. 49
en mi desarrollo personal?
Más allá MAIKOL F. ALVARADO A. 50
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Nunca es tarde JUAN F. ÁLVAREZ M. 81
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Presentación
Presentación
“A veces me siento solo, abro un libro, leo y me siento libre. Entonces viajo con las
maravillas de las lecturas. Entonces, me digo: de todas las cosas que he hecho en
mi vida, lo mejor es y ha sido esta, aprender…”
“Fue como si un pedazo de la calle llegara hasta aquí y que, como el mejor bálsamo,
suavizara mi angustia y soledad. Lo primero que aprendí fue lo bueno y lindo que
es ir a clases, que los largos y grises días se hacen más cortos y alegres; mi mente
vuela libre…”
9
“Vuelvo a abrir el baúl de sueños y las ganas de tener una nueva vida y ser un nuevo
hombre. Para eso he retomado mis estudios en un colegio que atiende a todos los
que aún tienen sueños y no han perdido la esperanza de ser mejores…”
A todas las personas que participaron en este certamen literario, les agradecemos
que nos hayan abierto algo de sus vidas.
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La extensión curricular,
una forma de aprendizaje permanente
La extensión curricular,
una forma de aprendizaje permanente
13
Las publicaciones Mirando hacia la libertad, muy valoradas por los internos e
internas, recogen recogen las experiencias de vida y las expectativas de los
estudiantes de los centros ubicados al interior de los recintos penitenciarios
relacionadas con la pérdida de la libertad, con hechos y personajes de la
educación en contextos de encierro y ahora, con el significado que la
educación ha tenido en sus vidas.
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Textos escogidos
en el certámen literario realizado en los centros
educativos en contextos de encierro
Motivación de la educación en prisión
CRISTOFER A. SEPULVEDA R.
Es bueno aprender,
es bueno saber,
Mientras no hay nada que hacer,
es bueno leer.
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Mi proyecto de vida
ALEXI A. CASTILLO C.
18
Letras y números
ROLANDO A. GALLEGOS D.
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El resto de tus días
RAUL GONZALEZ V.
Me iluminó su expresión,
algo me interesó
Y siguiendo a ese libro
a la escuela me llevó.
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La importancia de estudiar
(Versos en modalidad de cuartetos dedicados a mi Padre)
PATRICIO GUERRERO B.
Un día de primavera
a la sombra de un peral,
el campo estaba florido
y me empezó a conversar.
El no haber estudiado
ha sido duro para mí,
siempre con sueldos muy bajos
y un sacrificio sin fin.
Mi padre tomó un descanso,
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luego se refrescó,
llenó de aire sus pulmones
y con la historia prosiguió.
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Un comienzo a la libertad
ROLANDO A. GALLEGOS D.
23
Superar la adversidad
RODRIGO SILVA S.
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Mirando el horizonte
CLAUDIO PEÑA G.
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Observación de lo aprendido
MANUEL A. MARDONES J.
La enseñanza es el camino
de aprender para el saber
comprender toda lectura
y estructurar lo que hay que hacer.
La enseñanza es el principio,
el intermedio y el final
de superar el conocimiento
y podernos realizar.
Ya avanzada la enseñanza
otra ciencia ha de llegar.
Cosas que son productivas,
para empezar a armar.
La enseñanza es el sistema
de estudio y aplicación,
de todo conocimiento
que se ocupa con razón.
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La enseñanza nunca es mala
si la usas para bien.
Te dota de atributos
y conocimientos a la vez.
La enseñanza es aplicada
con razón para aprender
por los profes de la ciencia
y el conocimiento del saber.
Si no hubiera enseñanza
no lo podría contar,
menos haber aprendido
como poderme realizar.
Yo admiro la enseñanza
porque la necesité.
En los tiempos de equívoco
ni siquiera la busqué.
Se me ha dado aliento
para volver a estudiar,
para que en tiempos cercanos
sea un hombre de provecho.
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Hoy termino cuarto medio
y carrera a la vez.
Me siento muy orgulloso,
lo repetiría otra vez.
Agradezco la enseñanza y
al politécnico en verdad,
porque en mí ha sido progreso
con toda seguridad.
La enseñanza me ha entregado
algo digno de aprender,
algo bueno hacia el futuro
para poderlo ejercer.
La enseñanza no se compra,
ni se usa para el mal;
tiene mejores objetivos:
formarnos como profesional.
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El pasar de la vida
ROMAN A. MONARDES I.
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Culto y elegante
JUAN F. ÁLVAREZ M.
La escuela en la cárcel
es muy importante,
porque reos como yo,
aunque siendo ignorante,
aprenden y salen adelante.
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Recuerdos
MAURICIO N. EPUL Q.
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¿Yo o Yo?
J. MELL L.
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Entre rejas, una carta a mis hijos
LIDIA HERNÁNDEZ M.
Hijos, les escribo esta carta para contarles acerca del el día más amargo de
toda mi vida, más que el dolor de perder a mis padres, de perder al hombre
con el que compartí toda una vida y el que me permitió la dicha de ser madre
de ustedes, este día es más doloroso aún.
Recuerdo cuando tuve a la mayor de sus hermanas. Fui la mujer más feliz
porque era madre y verla ¡tan linda! La miraba como el fruto del gran amor
con el hombre de mi vida. Luego nació mi negra la que fue el orgullo de su
padre porque era igual a él. Después nace el hijo varón que yo quería, el que
nació y se crio como yo deseaba: inteligente, capaz de salir adelante, ser
“mi cable a tierra”, el que lograría lo que yo no pude. Finalmente nace mi
tesoro, mi negra, la que me hace ser madre a los 43 años, aquella que en el
momento más difícil, nos dejó con la boca abierta al defenderme de los que
se creen con la autoridad de tratarnos mal, sólo por cometer un error.
… Nunca me imaginé lo que era tener que lidiar con gente que ustedes no se
imaginan, que por todo pelean. Para que se hagan una idea, les contaré mi
rutina diaria.
Día 1
6 AM: Te levantan
8:30 AM: Se hace “El número” que es el conteo de las internas. Desde
allí hasta las 16 horas sin hacer nada, luego nos vuelven a encerrar. No se
imaginan lo horrible que es compartir un cuadrado, de un metro de ancho,
con cuatro personas. En esos momentos me di cuenta del error que cometí
al jugar con mi vida y la justicia que no perdona. Pero ya es tarde para
lamentarse. Aprendí que la libertad de una persona no se compra con toda
la plata que se gana vendiendo drogas.
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El estar en estas cuatro paredes te hace pensar mucho, sobre todo cuando
se tienen unos hijos como los míos, que de una u otra manera te necesitan
como madre.
Tu hija mayor débil, tu negra metida en la droga, tu gordo fuerte pero frágil
y tu hija menor que necesita todo tu cuidado y amor, pero no estoy presente
porque fallé en la vida. Les fallé y constatarlo fue el día más amargo que he
vivido. Estar aquí es una puñalada que te pegan en el corazón.
Día 2
Hoy vuelvo a tener esperanza, sé que algún día esto pasará y volverá a ser
como siempre tuvo que ser, vivir con un sueldo mínimo pero en libertad.
Hijos míos, ustedes deben saber que esta es una mala experiencia: con
mucho dolor para ustedes y muy mala para mí. Pero debemos aprender
como familia que debemos salir adelante y ustedes, mis hijos, deben salir de
aquel hoyo en donde nunca debieron caer.
Ustedes cuatro son hijos del amor de sus papás, que los quieren y cuidan uno
desde aquí y el otro desde el cielo.
Fabi, tú tienes que volver a ser mi Fabita, mi niña linda, mi rucia, la que
siempre fue fuerte y avasalladora. Esa es mi hija y no la de ahora; esta debe
desaparecer porque tiene dos hijos lindos que la quieren mucho y un esposo
que, a pesar de todo, te ama.
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Día 3
De mi Pame nacen mis otras dos nietas, mi señorita Canela, que es muy
detallista conmigo y muy amorosa. Además fui abuela de mi última nieta,
Claudia, la que por cosas de la vida, Dios se la llevó a su lado siendo un
angelito. La disfruté poquito porque vi en su sonrisa su carita de ángel.
Espero que esté acompañando a su abuelito en el cielo.
Esos son mis pequeños tesoros: la vida de aquellos que con sólo su presencia
me dan fuerza para seguir aquí, en la cárcel, pero no duden de que mi alma
sigue libre. Eso jamás me lo quitarán. Esto es sólo un mal sueño, me levanto
y acuesto pensando en ustedes y sé que Dios me dará la posibilidad de tener
vida para compartir y recuperar el tiempo perdido con ustedes, mis hijos,
nietos, yernos. Es decir, con ustedes, mi familia.
Día X
Comprendí que yo no era para estar en este lugar mirando las paredes. Esto
te hace comprender que no vale toda la plata que tengas por la humillación
que tienes que pasar. Hijos, no se imaginan el dolor que se siente al pasar por
esto. No se lo doy a nadie. Ojalá que mis hijos comprendan por lo que pasó su
madre y lo tomen como lección amarga, que no deben repetir.
Ustedes son hijos del sacrificio de su padre, él se sacó la mugre para educarlos,
por eso les escribo esta carta, para que cuando la lean comprendan que la
vida es dura. Sólo le pido a Dios que no sea tarde para cuando me vaya de
aquí y espero llegar y encontrar el mismo cariño que les inculcamos con su
padre.
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Día de cumpleaños
Hijos: yo no duraré toda la vida, por eso hagan bien las cosas porque no quiero
verlos sufrir como lo he hecho aquí. Los errores la sociedad los condena muy
duro; piensen bien en sus familias porque son el pilar fundamental y verlos
sufrir duele mucho.
Día de escuela
Como verán, ya no es tan angustiante esta espera; los días de penas existen
pero no son tan largos, porque asisto a clases en los horarios de patios,
aprendo y obtengo conocimientos que antes no tenía y que no pensé
aprenderlos por mi edad. Esto me servirá para terminar de educar a mi
pequeña, porque quiero salir y trabajar de manera digna, quiero ser ejemplo
y contar mi experiencia, porque la educación traspasa las rejas de esta cárcel.
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La educación que obtuve en esta escuela me servirá para cuando me
vaya a la calle. Me demostraré que puedo rehabilitarme y trabajar, ya que
la educación es lo más importante cuando estas sin libertad. Me ayudó a
reconocer que como mujer valgo mucho, independiente de mi edad. Y eso
es lo más importante para ser una buena persona.
La despedida
Hijos míos, en estas letras quiero demostrarles cuánto los amo y cuánto he
sufrido en la cárcel. Quiero que respeten y entiendan que estoy pagando un
error que cometí por darles una mejor calidad de vida; que me he superado
y he comprendido que con trabajo y esfuerzo se logran más cosas que con
el dinero fácil.
Porque han sido y son mi pilar he soportado todo esto. No lo olviden: cuídense,
respétense y espérenme.
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Colegio y barrotes
ELIAS F. REBOLLEDO G.
Un día, casi igual o parecido a los demás, pasó un paco muy de prisa, con
la prepotencia que los caracteriza, enrolando internos para estudiar. De
inmediato atrajo mi atención, a paso raudo me acerqué, me anoté motivado
por romper la rutina carcelaria y conectarme a la libertad.
Pasaron un par de semanas muertas hasta que llego el día: ¡a estudiar! – dijo
el paco. ¡A estudiar! Estas palabras hicieron saltar mi corazón: salgo confuso,
tomo lápiz y cuaderno y me dirijo al salón. Me di cuenta de lo fácil que se
abrían puertas y candados, como propiciando la tarea de estudiar.
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¿Qué ha significado para mí la educación?
CARLOS D. YÁÑEZ F.
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ganas de compartir con ellos. Todos eran de mi edad y mientras observaba a
mi alrededor, me quedé en una salita esperando que ella terminara de hacer
algunos trámites. Luego salió y con mucha alegría me abrazó y nos fuimos
al centro a comprar ropa adecuada para la ocasión. Hasta ese momento, yo
no sabía bien de qué se trataba, pero intuía un gran acontecimiento. Cuando
llegamos a la población entramos al negocio y compró muchas cosas como
cuadernos, lápices y otras cosas que no recuerdo. Llegamos la casa y por fin
pude preguntarle para qué había comprado tantas cosas. Me contestó que
todo lo que había comprado era para mí, para que fuera a la escuela…Sentí
mucha felicidad…Pronto llegó el día en que fui a estudiar.
Llegó el primer día de clases, recuerdo que sentí mucho miedo, me puse
a llorar pues era la primera vez que me separaba de mi mamá, luego de
recomendarme que me portara bien y aprendiera mucho. Desde ese día
comencé a aprender. Con el tiempo aprendí a sumar, a restar, a dividir y a
leer. Aprendí muchas otras cosas más. Quería salir de ahí para demostrar lo
que sabía.
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Viaje al conocimiento
SEBASTIÁN PAVÓN C.
Este viaje lo tomo por ti, hija mía, y quiero que sepas que todo lo que hago
por mejorar es para ti. Mi vida está llena de fracasos y errores, pero en el
estudio en este lugar, “en la cárcel”, he de encontrar la forma de cambiar.
Creo que puedo decir que esta invitación a estudiar cambió mi forma de vivir
y de pensar, la rutina de mi celda, el largo y agobiante día hoy es más rápido
y hoy, ya mayor, me es más fácil aprender.
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Cómo ha influido la educación en mi vida
MANUEL A. ORTIZ U.
Recuerdo que cada vez que asistíamos al taller de música, sentí que mi
mente se expandía al saber e integrar nuevos conocimientos que me hacían
soñar. Entonces recordaba mis sueños de ser un gran abogado o un médico.
Quizás un gran arquitecto…, pero los sueños con los años fueron decayendo,
hasta ser solo eso: sueños…
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¡Viva la educación!
RODRIGO J. CIFUENTES G.
Nunca es tarde para estudiar. Nunca es tarde para superarse. Nunca es tarde
para levantarse y también reencontrarse. Hoy vuelvo y quiero aprender para
crecer y darle un ejemplo a mi hijo y reencontrarme con ella, mi mujer.
A veces me siento solo, abro un libro, leo y me siento libre. Entonces viajo
con las maravillas de las lecturas. Entonces, me digo: de todas las cosas que
he hecho en mi vida, lo mejor es y ha sido ésta, aprender.
43
El renacer de mi educación
OSCAR F. SALAS G
Recuerdo bien como fue que nos enseñó el señor Luis Gálvez hasta 8° básico,
profesor normalista, un caballero, correcto, respetuoso, nunca alzaba la voz
y todos aprendíamos.
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que los conocimientos y la sabiduría son para mi alma, para mi esperanza
y mi porvenir. Tal vez mi buen rendimiento en el colegio de la cárcel no sea
motivo de orgullo para otros, pero sí estoy seguro que mi familia y mis hijos
valorarán este proceder y mi interés por cambiar y rehabilitarme.
45
¿Qué ha significado la educación en mi vida?
JONATHAN E. FIGUEROA O.
Primero que todo debo aclarar que ingresé al colegio por “hacer conducta”,
que es uno de los requisitos para optar a un beneficio. Pero al pasar el
tiempo, el Colegio me ha enseñado cosas muy importantes para mí. Como
señalaba hace un momento, comencé a estudiar sin pensar que esto me iba
a dar mucho más que la opción de la libertad; me está dando la posibilidad
de aprender cosas que para mí son nuevas e interesantes y que el día de
mañana me servirán para educar a mis dos pequeños, que son mi vida.
(Es muy difícil aprender y estudiar dentro de un penal, en que día a día
vivimos en un mundo diferente al del exterior: problemas, falta de afecto,
sentimientos encontrados hasta con tratos indignos en algunos momentos).
Pero el hecho de sentarnos en una sala frente a un profesor nos hace sentirnos,
aunque sea por un rato, “personas” y un “alumno” más para el profesor y no
como delincuente, que dicen que soy. Así que he tomado la educación como
una parte importante en mi vida, que me da fuerzas para seguir adelante y
no decaer, porque hay un profesor que se dignifica a enseñarnos, al educar a
personas a quienes los tribunales señalan como un peligro para la sociedad.
Es valorable. No cualquiera viene a enseñarle a un grupo de reos sin recibir
nada más a cambio que su escaso sueldo. Pero le queda la satisfacción de
que logró que gente, como nosotros, se interesara en aprender, aunque sea
tarde. Por eso sigo adelante, no importa que llueva o haya sol, solo importa
que para mí no son solo números o ecuaciones sino que son códigos que voy
descifrando día a día y que me abren puertas y ventanas a través de las que
vislumbro la libertad.
(Con todo el respeto que la Educación se merece yo soy uno de los que ha
optado por un poco más de educación para mi relación con la gente que
trataré más adelante).
Gracias a todos los profesores que me han enseñado. Cada uno de ellos me ha
dejado algo en su ramo. El día que me vaya de este recinto carcelario me iré
con la satisfacción de haber aprendido no solo a multiplicar y decir “funny”
que significa divertido en inglés. Además de los saberes, he aprendido a
valorar y respetar a todos los que me intentan ayudar.
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Educación a la mano de todos
FABIÁN MORALES C.
47
La educación, un arma para enfrentar al mundo
CARLOS A. ARANEDA P.
Ha sido un gran paso, ya que podré tener el privilegio de dar la PSU, sueño
hecho realidad, porque jamás pensé que iba a llegar hasta donde me
encuentro y viviendo una gran experiencia porque todo esto lo saben mis
familiares, los que me acompañan y están contentos de este gran paso
estando ahora, privado de libertad.
48
¿Qué ha significado la educación
en mi desarrollo personal?
ROBERTO C. RIVEROS M.
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Más allá
MAIKOL F. ALVARADO A.
Doy gracias a Dios por poner en mi camino una motivación, por poner en mis
ojos el brillo del verdadero amor, por dar un nuevo valor a mis sentidos para
utilizarlos como es debido, por darme la fuerza para seguir adelante, porque
al fin comprendo que educarse es respetarse.
50
Mis estudios
CESAR VILLARROEL D.
Mi primer día de clases en este penal fue mi primer cambio: podía ser un
solitario caminante pero estoy entre el alumnado de una escuela que nos
ofrece una nueva oportunidad, la de abrazarnos al estudio.
Somos gente amable, respetuosa, que sabe que se merece algo mejor, que
sabe que el cambio se puede, que la educación es la principal esperanza de
la condena y si no se aprovecha, se va como mariposa entre las manos.
51
Un paso importante
CARLOS FERNÁNDEZ F.
Muchas personas pasan por la vida como cualquier ser vivo, nacen, crecen,
se reproducen y mueren. Algunas creen que con ser padres han completado
su existencia y consideran que han hecho lo necesario. Otros buscan en el
trabajo y dinero la realización que tanto anhelan, pero para mí existe una
oportunidad que nunca antes había valorado hasta hoy: educarme.
Hoy, como padre, mi mayor anhelo es que mis hijos nunca dejen de estudiar
porque es la única y más importante herencia que les puedo dejar.
52
La educación dentro de la cárcel,
relajación y esparcimiento
CRÍSTOFER ARAVENA C.
Para un reo común puede resultar molesto, incomodo o quizás una obligación
más el asistir a clases dentro de una Unidad Penal, para regularizar su
situación educacional.
Para mí, resulta un grato momento del día asistir a clases aun dentro de
la cárcel, porque me permite desconectarme del diario vivir, completar mis
estudios y sobre todo, comprender temas que interesan, que me llaman la
atención y me interesa aprender sus características y cómo desarrollarlos.
53
La importancia de la educación en mi vida personal
OMAR MELLADO J.
Todo el tiempo que llevo en esta cárcel me ha servido para terminar mis
estudios de enseñanza media, ya que solo había llegado hasta 5° año básico.
Ahora, creo que si uno coloca algo de su parte, todo es posible. Es bueno
darse cuenta que aun privado de libertad es posible estudiar y salir adelante.
En mí caso, todo lo que he logrado aprender quiero que me sirva cuando esté
en libertad, para por fin seguir por el buen camino con otras herramientas.
Que si hubiera tenido la oportunidad de estudiar cuando niño mi vida sería
distinta. A esta altura de mi vida solo queda el arrepentimiento por causar
daño a personas inocentes.
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Mi educación entre rejas
ALDO JAQUE L.
Creo que mi mayor meta es terminar mis estudios, con buenos promedios
y demostrar que no estoy en el colegio para “ganarme una conducta” como
muchos, sino porque quiero ser el mejor. Es mi desafío personal, pero no para
los demás, sino para demostrarme a mí mismo que soy capaz y que un par
de rejas no son un impedimento para salir adelante, con sacrificio y esfuerzo.
No quiero que mi estadía en este lugar sea una pérdida de tiempo, quiero
aprovecharla para aprender y rescatar lo bueno, que lo hay, de este lugar
para ponerlo en práctica cuando esté en libertad. Por eso valoro cada clase
que es impartida en este penal.
55
Mi experiencia en la escuela de la cárcel
CRISTIAN DÍAZ U.
56
Mi mayor anhelo
CLAUDIO LAGOS V.
A veces pienso que estar en el colegio es como salir al medio libre, me divierto
mucho con la “profe”, con su simpatía y me siento bien. Luego tenemos que
volver al módulo y esperar hasta el otro día y cuando llega la mañana me
preparo para salir nuevamente al colegio.
57
Oportunidad
LUIS RIVERA R.
Soy un joven que le gusta payasear, jugar y también estudiar. Pienso que
cuando recupere mi libertad terminaré mis estudios, porque creo que se lo
debo a mi padre. Él siempre me decía:
Hijo, estudia mucho para que seas un gran profesional y tengas tu cartón-.
Nunca le hice caso y fue así que me puse a delinquir. Ahora estoy cumpliendo
condena en la cárcel de Valparaíso.
58
A la salida del sol cada mañana
REINALDO ZAMORA M.
Cada día que pasa, me siento con la mente más despejada y saludable, con
las ganas de querer seguir aprendiendo un poco más cada día, para ver si
la vida me da una nueva oportunidad para reinsertarme en la sociedad y
poder construir un camino que me permita transitar, con alegría y orgulloso
de mis logros, por las calles de mi ciudad. Poder mirar a los ojos a los
míos, sonriente, y decir que el tiempo que estuve privado de libertad pude
educarme y aprender en el colegio.
Dios sabe que el tiempo en que estoy recluido está siendo útil a mi vida, para
poder quitarme el velo de mis ojos y así entender que en la educación puedo
encontrar otra salida.
59
El camino al templo del saber
LUIS JORQUERA P.
Todos los días temprano, en la mañana, espero que el carcelero nos llame
para la escuela. Camino a la escuela, me voy por los pasillos llenos de
historias, de aventura y muchas tristezas.
60
Historia de un hombre de Socaire versus educación
CASTRITO FIDEL M.
Comencé a estudiar a los seis años, y solamente cursé hasta el quinto año
básico; luego mi padre fallece y nuestra vida familiar sufre un cambio total,
ya que yo era el hermano mayor de cuatro hermanos. En ese escenario,
conozco a un personaje mayor, que llegó al pueblo en calidad de turista, al
que mostré las bondades del pueblo, en cuanto a agricultura (cultivos de
papas, maíz, trigo, cebolla, zanahorias, habas), ganadería (corderos, llamas,
conejos), lagunas y lugares pintorescos e interesantes para el afuerino.
Todo a cambio de una suculenta propina. Además de premiarme con una
gran propina, me ofreció trabajo remunerado en la ciudad de Arica, a lo que
mi madre se opuso rotundamente. Después de un año, este señor vuelve al
pueblo a buscarme y en conversación con mi madre, llegan a un acuerdo
familiar y económico, motivo por el cual salí de Socaire a Arica, con el
permiso de mi madre y la protección de este señor de más o menos 30 años
de edad. Una vez establecido en la ciudad de Arica, en una parcela del Valle
de Azapa, comencé a trabajar en agricultura con el fin de ayudar a mi madre
y a mis hermanos menores.
61
mi educación básica y media, trunqué todas las expectativas de ser otra
persona.
Hoy tengo 51 años de edad. En todo este tiempo logré darme cuenta que
tenía otras virtudes y capacidades de trabajo. Por ejemplo, el “arte de la
artesanía”, con la que cubro mis gastos comunes; también valoro que gracias
a los conocimientos entregados por mi escuela, logré encontrarme conmigo
mismo y valorarme como persona; ver un norte a alcanzar, y espero algún
día, cuando salga de este lugar tenebroso, luchar por rescatar a mi esposa y
mis dos hijos para volver a formar una familia como debe ser en este “mundo
civilizado,” que día a día exige educación, educación y educación, para
cumplir con proyectos de vida positivos y ser personas útiles a la sociedad.
62
El colegio
DAVID FUENTES
Primero que todo, me presento, Soy David Fuentes y alumno del 2° nivel
de educación básica, curso A. y puedo decir que el colegio ha sido muy
importante en muchos aspectos: he adquirido nuevos conocimientos, he
recordado cosas de mi infancia y gracias al colegio, he recordado cosas que
creí habían desaparecido, pero no era así. Por ejemplo “cuando jugábamos
a la pelota en el recreo justo cuando estaban por tocar la campana y nos
íbamos corriendo a colocar detrás del balón, de esos plásticos que en
esos tiempos valían cien pesos. También me acordé que cuando estaba en
quinto año básico tenía una compañera llamada Fabiola. Me gustaba mucho,
porque la encontraba muy bonita, pero no me prestaba atención, ni siquiera
sabía que yo existía (creo yo) Así pasaron los años y hoy, al recordar siento
anhelos de esos momentos.
Hoy han pasado los años, estudio en una escuela muy distinta a la de mi
infancia, aquella en la que perseguíamos el balón de plástico. Hoy estudio
en una escuela que está dentro de un penal. He aprendido cosas como sumar
potencias, números naturales, el efecto del calentamiento global, historia
de mi país y tantas otras cosas que podría seguir contando.
Otra cosa que creo que es muy importante de contar es que era un joven
que explotaba muy fácilmente, por cualquier problema y aquí en la cárcel
es muy fácil meterse en problemas. Pero gracias al colegio he madurado
y aprendido a llevarlos presente en todo momento. Profesores, les digo de
verdad que me han ayudado mucho, estoy aprendiendo a llevarme bien con
la gente y ya no he tenido problemas.
63
quiero terminar mi enseñanza básica y luego iniciar y terminar la media para
cuando esté en libertad pueda seguir con una profesión. Me gustaría mucho
perfeccionarme y superarme como persona.
Finalmente, quiero dar gracias a las personas que están a cargo de este
sistema educacional, nos hacen un bien a muchas personas. … Gracias por
todo su esfuerzo.
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Sin título
HERNÁN MADARIAGA O.
Así conocí la cárcel y tuve que vivir un proceso como imputado del nuevo
sistema procesal penal y estar privado de libertad durante un año en otra
ciudad, mientras se probaba mi responsabilidad y participación en los
hechos.
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Trabajé en distintas labores, pero mal remuneradas por no contar con una
educación completa. Fue así que me desempeñé como ayudante mecánico,
aprendí oficios diversos y también trabajé como chofer de una empresa
ferretera, en la que conducía camiones para los que no contaba con la licencia
correspondiente. Un día me tocó conducir un camión con materiales de
construcción, desde La Serena a Coquimbo. Fui controlado por carabineros y
cuando se percataron que no contaba con la licencia para conducir vehículos
de carga y con mayor tonelaje fui detenido nuevamente. Esto ya no era una
falta porque es considerado un delito, algo que ignoraba por completo y se
castiga con una pena de 61 días, a cumplir privado de libertad.
Así volví a estar preso. Caí en una profunda depresión desatada por el encierro
y el alejamiento de mi familia. Me costó mucho asumir esta nueva situación.
Sentía que les había fallado nuevamente a quienes más amo, que mis errores
me costaban demasiado caro y consideraba injusta esta situación, ya que
me encontraba trabajando y me sucedió esta desgracia…. ¿O era justo estar
nuevamente preso y en esta situación?
Al pasar los meses me fui dando cuenta que debía emplear en algo
provechoso este tiempo. Comencé a buscar en qué utilizarlo y demostrar
que soy diferente al resto de los que me rodean. Muy pronto me dieron
la oportunidad de inscribirme en el liceo y terminar mis estudios medios,
pues de alguna manera debía enmendar el rumbo perdido cuando deje de
estudiar.
66
El tiempo que llevo en la escuela ha sido de provecho, siento que los
profesores me valoran y puedo dar más de mí, siento que realmente es
la oportunidad que necesitaba, quiero retomar mis relaciones familiares ,
cuidar a mi hijo y no quiero que él viva lo que yo he vivido.
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La importancia de la educación para las personas
VICTOR M. PINILLA S.
Soy una persona, tengo treinta y siete años y no tengo mis estudios
terminados. ¿La causa? En mi niñez no pude estudiar, por la enorme distancia
que había entre mi hogar y la escuela, por problemas económicos, ya que en
nuestro hogar éramos ocho hermanos y mi madre, una persona sin educación
al igual que mi padre, el que lamentablemente fallece cuando tenía catorce
años, por ese motivo tuve que empezar a trabajar a temprana edad.
Les contaré cómo fue mi vida: Mi familia estaba formada por mis cuatro
hermanos hombres y tres mujeres. Yo soy el número cinco dentro de mis
hermanos; ninguno de ellos, de los mayores, ha terminado su educación
básica, al igual que yo. Hoy me doy cuenta lo importante que es la educación
para enfrentar la vida y formar una familia.
Como decía, inicié mi vida laboral a los catorce años en el campo, sector
rural de la comuna de Santa Bárbara, localidad de Rucalhue, realizando
labores forestales junto a mi hermano mayor, de dieciocho años. Él cortaba
árboles con hacha, yo los podaba (cortaba las ramas de estos) y me pagaba
mi hermano del sueldo que recibía. Era bonito trabajar, me sentía grande al
realizar estas labores, igual me cansaba y por cortar todos los días ramitas
de los árboles tenía mi hachita bien afilada. Así fui creciendo en el campo,
después trabajé en otras cosas, como vendiendo leña en el pueblo para
que la gente se calentara en sus casas; esta leña la picaba yo mismo con mi
hachita.
Con el tiempo quise buscar trabajo en el pueblo más cercano que era Santa
Bárbara, pero me pedían mis estudios básicos terminados. Yo no los tenía y
ahí comprendí lo importante que eran los estudios. Me perdía oportunidades
por no haber estudiado. En el campo la vida es difícil.
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Pero nunca es tarde para aprender. Hoy que me encuentro recluido en este
penal; Gendarmería de Chile me ha dado la posibilidad de terminar mi
educación básica y estoy cursando los estudios de quinto y sexto básico.
Además quiero terminar la enseñanza básica para luego terminar la
enseñanza media y más. Me he puesto esa meta para ayudar a mis hijos
cuando esté en el medio libre y, ojalá, tener un trabajo digno y sé que lo
lograré con el esfuerzo para tener una mejor educación que me ayudará en
mi desarrollo laboral y personal.
Concluyendo, diciendo que una de las grandes pérdidas en la vida del hombre
es soltar la mano de la educación… Por ello siempre a mis hijos les digo que
caminen junto a ella; además, le ruego a Dios que nunca coloquen sus pies
en la mala huella en que yo los posé.
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Lo difícil que es vivir sin educación
PATRICIO A. NUÑEZ C.
Hoy con treinta y nueve años yo, Patricio Nuñez Cid, les cuento que vengo
de una familia de cuatro hermanos más, mis padres, todos con educación
básica incompleta. En mi niñez tuve que trabajar a muy temprana edad, a
los siete años salía junto a mi padre a trabajar en el campo donde vivíamos,
en la localidad del fundo las Malvinas, ubicado al interior de Mulchén.
Realizábamos labores de limpieza de terrenos para la plantación. Esto lo
hice hasta los diez años.
Mi vida como niño no la pude disfrutar como debiera ser. Tuve una tardía
posibilidad de ingresar a la escuela, pero por trabajar - que era lo que a mis
padres más les interesaba – solo pude llegar hasta quinto año básico. Ahora
me doy cuenta lo difícil que es la vida sin tener educación.
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todo volví a la escuela, por el gran compromiso que he contraído con mi hija:
que una vez volviendo a ser un hombre libre me iré de frentón al mundo
del trabajo honrado, seguro y permanente, para - con la ayuda de Dios -
nunca más volver a fallarles para que deje de trabajar en la frutería donde
lo hace para que retome sus estudios (desea ser enfermera) y se muestre
como ejemplo de superación para su hermano y sus padres. Mientras tanto,
cerraré un oscuro y negativo pasado y comenzaré a vivir de manera honrada
y feliz de emprender otra etapa.
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Los mejores capítulos de mi vida
JOSE A. VASQUEZ R.
Soy José Abdón Vásquez Rozas, cincuenta y seis años, escolaridad quinto
año básico y mi familia estaba compuesta por mis nueve hermanos más
mis padres. Mi papá de oficio carpintero y mi madre cumplía las labores de
casa; ambos con escasa educación. Pero, a pesar de ello, hubo una enseñanza
permanente de valores a todos sus hijos, dentro de las posibilidades que nos
podían entregar por el hecho de llevar una vida cristiana. Mi padre trabajó
como minero en Lota y después se trasladó a la localidad de Laja, a trabajar
en su oficio de carpintero, actividad que adquirió de mi abuelo.
Sin embargo, no todo fue malo, ya que en este trabajo tuve la fortuna de
conocer a quien fue mi esposa, con la que tuve tres hijos. ¡¡Gracias a mi esposa,
por dedicarse mucho al cuidado de los niños!! Yo, en cambio, me incliné por
el trabajo y mis amistades. Lamentablemente, esto me llevó a perder a mí
familia. Luego, me dediqué al trabajo como buzo por lo que tenía que salir
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de mi hogar por períodos prolongados de hasta veinte días, pero en este
trabajo es frecuente el consumo de alcohol. Llegaba en malas condiciones a
mi hogar, con poca plata de lo que había trabajado y sacrificado, lo que hace
que uno se afecte no solo como persona, sino que también a su familia por
no estar cerca de ella.
Hoy día, a esta edad, creo que es muy importante la educación que nos
entregan en la escuela, etapa que no realicé cuando niño. Por eso agradezco
esta nueva oportunidad para terminar mis estudios y recordaré, con orgullo
personal, que el paso por esta unidad penal me ha servido para terminar algo
que no pude hacer antes.
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¿Qué ha significado para mí la educación?
MARCOS VÁSQUEZ S.
Este también fue el inicio de una vida llena de penas, pero también con algo
de alegrías. A los 16 años conocí el amor de mi vida, con quien tengo la dicha
de permanecer unido hasta hoy y tener nueve hijos: cuatro mujeres y cinco
varones. Su nombre es María Soledad y ha sido un pilar fundamental en mi
vida, porque siendo un delincuente me aceptó, a pesar de que a lo largo de
nuestras vidas hemos pasado muchos momentos amargos, pero los hemos
superado juntos.
Hoy, ya siendo una persona adulta, con mis hijos mayores, trabajadores y
teniendo todo el tiempo disponible, opté por ocupar mi tiempo de buena
manera: ¿Qué mejor decisión que volcar esa energía en estudiar?
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He sido toda mi vida una persona muy detallista y perseverante; cuando me
he propuesto lograr algo me dedico a eso hasta que lo logro, cueste lo que
cueste. En este penal se me ha dado la oportunidad de estudiar y aprender,
y sé que este camino no será fácil. Comprenderán que después de tantos
años sin tomar un libro y un cuaderno, será costoso. De hecho, el primer año
repetí segundo nivel, pero como nada me puede doblegar en esta vida, he
persistido, lo que me ha traído buenos frutos porque una vez más confirmo
que “Querer es poder”.
Estudio por necesidad personal, he pasado por esta vida haciendo maldades
y quiero demostrar con el camino del estudio que puedo convertirme en
una persona de bien. Además, me considero una persona inteligente y sin ser
arrogante, tengo la certeza que si quiero…. ¡Puedo lograrlo!
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niño, pero nunca es tarde para remediarlo y que mejor que graduarme de
enseñanza media y con mi cartón de electricista será lo mejor.
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Mi vida sin educacion
GERMAIN A. LEIVA I.
Yo, Germain Alexis Leiva Illanes, soy un hombre que vivo en la localidad
rural de Licura, fundo la Higuera, como a diez kilómetros de la comuna
de Mulchén y quiero contar mi historia. Nací en este sector y el nombre de
mi madre es Juanita Illanes, una mujer esforzada y sin educación. Junto a
mi padre vivíamos en este sector agrícola, con pocos recursos económicos.
Mi padre, un hombre trabajador agrícola, igualmente sin educación.
Formábamos una familia junto a mi hermano Luis. Cuando llegó la edad
de estudiar, nos mandaron a una escuela de la localidad, a la que asistían
pocos alumnos, los cursos eran mixtos y lo conformaban alumnos de tres
cursos distintos por lo que en una misma sala había alumnos de primero,
segundo y tercero básico.
Por motivos económicos tuve que dejar de estudiar. A los doce años
comenzó mi quehacer laboral para ayudar a mi familia, por lo que tuve
que dejar los estudios. Ahora a mi edad - 32 años - me he dado cuenta lo
importante que es la educación para el ser humano, que lo ayuda a crecer
tanto en lo cultural como en lo familiar y económico.
Mi trabajo era salir con mi padre a laborar en la parte agrícola, a las ocho de
la mañana. No volvíamos hasta la noche; en el lugar de trabajo nos servíamos
un almuerzo que nos preparaba mi mamá, con mucho cariño, todos los días.
Igual era rico estar con mi padre y compartir un plato de porotos o a veces
de tallarines. Pero también había días que solo comíamos un pedacito
de pan con ají y un café de trigo. Eso era cuando no había otras cosas en
mi hogar. Lo ayudaba en todos los quehaceres que realizaba como regar
la remolacha, limpiar canales de regadío con pura pala y mis manitos se
ponían llenas de callos o partidas por el frío de las heladas de las mañanas.
También usaba “chalitas de auto” (chalas confeccionadas de neumáticos)
que se usaban mucho en al campo en esos tiempos. Recuerdo que una vez,
que con lo que mi papá se pagó, me compró unas botas de goma para seguir
trabajando sin pasar frio.
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En la sociedad en que uno está inserto, es fundamental contar con educación,
ya que en la parte laboral es muy importante para desarrollar funciones
específicas en las empresas, que ofrecen oportunidades de trabajo mejor
remunerado.
Hoy, a la edad que tengo, siento mucho no haber podido contar con los
estudios correspondientes. Pero tengo las ganas de seguir estudiando para
realizarme como persona y entregar un mejor pasar a mi hijo de diez años.
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La escuela de la lucha
LEONARDO A. GARRIDO L.
Esto viene siendo un cambio en mi vida, y ya en libertad… ¡será una gran vida!
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La oportunidad de ser alguien
CARLOS M. PAREDES B.
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Nunca es tarde
JUAN F. ÁLVAREZ M.
Érase una vez un niño llamado Carlos; tenía su hermano que era Manuel.
Vivían con su padre que les dio una vida llena de sufrimientos y adicciones.
Carlos y Manuel desde pequeños fueron busca vidas.
Entre los dos hermanos pasaron muchas aventuras cuando salían en busca
de alimentos. A su padre, que era un drogadicto, no se le daba nada por sus
hijos. Solo sabía drogarse.
Carlos, el mayor de los hermanos, fue el primero en probar la droga, era más
curioso que Manuel y sin darse cuenta, fue cayendo en un mundo de excesos
y mala vida. Sin embargo, el primero en pisar una prisión, debido a la vida
que llevaban, fue el menor de los hermanos. Carlos no tardó en llegar a la
cárcel, igual que su hermano. Allí conocieron “El Mundo de la Delincuencia
con todos sus pro y sus contras”.
Una vez en la cárcel, los hermanos tuvieron que abrirse el camino entre
sus pares, que insistentemente probaban su valor. En este lugar “rige la ley
del más fuerte”. Pero en este lugar de sombras y soledad lograron ver una
pequeña luz de esperanza.
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Término de mi enseñanza media
CARLOS M. PAREDES B.
Este es el relato sobre mi vida y mis estudios. Nunca fui bueno para estudiar
por mi comportamiento y mi carácter, siempre me costó concentrarme en la
sala de clases; desde mi niñez que tengo problemas con los estudios.
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Dicen
CRISTIÁN VILLARROEL S.
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Los profesores
HENRY D. SILVA R.
Verso: “Voy a brindar, dijo un profesor, por mis alumnos queridos que, como
jardín florido, los riego con amor, brindo porque son esforzados, por los
ramos enseñados con cariño, brindaré con mucho respeto por el saber que
se ha sembrado”.
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¿Han oído hablar de la educación penitenciaria…?
¿No? …Yo les voy a contar…
RAMÓN H. FUENTES M.
Cuando llegamos al liceo, llegamos a otro mundo; estar en el patio del penal
no lleva a nada. … pero venir a clases te lleva a algo que te hace distinto. Ya
mis pensamientos viajan más allá de lo conocido, siento que aprender me
llena esos vacíos que tenía en mi interior. A veces me pregunto, ¿si hubiera
estudiado en mi niñez? Creo que hubiera sido otra mi realidad, hubiera sido
un hombre de bien. Aquí me di cuenta que no es tarde, que puedo recuperar
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el tiempo perdido con mis estudios y, con el apoyo de mis profesores y de
las personas que confían en mí, puedo lograr convertirme en esa persona de
bien que anhelo ser un día.
En mi escritura, quisiera decir, por último, a todas las personas que se sienten
solas, vacías pero con ganas de aprender, que aunque se encuentran en un
lugar frío y triste, como es una cárcel, que no es tarde para aprender, que
existe un lugar especial y lleno de amor que es este liceo. En él encontrarán
ocupaciones útiles que le permitirán emplear mejor el tiempo y serán
guiados por personas que los valoran y aprecian: los profesores y profesoras.
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Recuerdos imborrables
ROBERTO S. TORRES R.
Me encuentro preso del año 2006, no soy una persona de bien ante la
sociedad, eso lo tengo claro, nadie es perfecto. La desigualdad te hace pensar
de tantas formas, que uno a veces se queda en el pasado. Llegué a la cárcel
de Valparaíso totalmente desorientado, sobreviviendo a todo lo negativo
que es posible imaginar. Pocas son las personas que piensan en superar una
etapa como ésa. He aprendido a convivir con personas de pensamientos tan
diferentes a los míos. Mis delitos fueron de alto compromiso delictual, por
lo que fui mirado con respeto entre los demás. Durante mi condena, tuve
la ocasión de estar en tres cárceles diferentes en aproximadamente nueve
años.
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En Valparaíso estuve casi siete años. Recorrí todo el penal de módulo en
módulo. Jamás tuve buena conducta, mostrando altos y bajos, hasta que
llegué al disciplinario, algo así como militar. Lo llaman el 107, módulo de
seguridad, donde estuve períodos de seis meses alejado del resto del penal.
Permanecí nueve meses sin ver televisión, tampoco escuché radio. Me alejé
totalmente del mundo exterior. Sólo pude leer. Tuve que darme mucho valor,
pues me sentía deprimido. Nada de comunicación, 23 horas encerrado y
una hora circulando en el patio. El módulo brillaba de limpio. En los días de
visitas, podía ver a través de un vidrio a mis familiares, en el denominado
“Locutorio de visitas”, sin ningún contacto físico. Después de haber tenido
tantos lujos, me sentí desvalorado en el encierro.
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Historia de mi vida
CAMILO PINTO
Cuando cumplí los diecisiete años, cometí mi primer delito. Recuerdo que
junto a dos compañeros entramos a un negocio y robamos, a una joven que
trabajaba ahí, todo el dinero que había en caja, luego seguimos bebiendo.
Como éramos menores, nos dejaron en libertad. Con el pasar del tiempo,
cuando ya tenía veintidós años, cometí mi segundo robo. Fui imputado y
luego de un mes y medio dejado en libertad con firma mensual.
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Llegó carabineros, fui detenido y llevado a la cárcel. Había quebrantado el
beneficio.
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La tercera es la vencida
F.A.S.M
“¡Felipe! ¿De nuevo vas a salir?. Has llegado hace una hora y vas a salir de
nuevo”. Era la típica frase de mi madre después de haber estado ausente
tres días sin llegar a casa. El carrete y las drogas se estaban volviendo una
rutina de todos los fines de semana del mes. Si con tan solo contarles que
apenas duraba una hora en mi casa, no alcanzaba a conversar ni con mis
padres y volvía a salir. Podría escribir un libro entero contando mis errores,
pero como solo les vengo a contar del error más grave que he cometido en
mi vida, lo primero que se me viene a la mente es el recuerdo de ese día, un
veintiséis de agosto de 2012.
Recuerdo llegar a casa ebrio ese día sábado a las 5:30 de la mañana. Sueño
era lo único que tenía en ese momento. Me acosté a dormir y desperté de
golpe a causa de una horrenda pesadilla; vi la hora y ya eran las diez de la
mañana y el comienzo de las horas más difíciles que he tenido que pasar en
estos veintisiete años de vida.
Salgo de casa y camino para tomar un taxi, sentí cómo un mal presentimiento
que se apoderó de mi mente. Por unos cuantos segundos me puse a pensar
en los valiosos consejos que me daban mis padres, pero no le di mucha
importancia, porque lo más importante en ese momento era no llegar tarde
a la plaza. Si con tan solo decir que había perdido hasta mi juicio moral es la
prueba latente de que mi vida, en ese preciso instante, se estaba escapando
de mis manos. Pero bueno, volviendo a lo que estoy contando, llego a la plaza,
me encuentro con mi amigo y lo primero que me dice, antes de saludarme,
es “¿Dónde vamos a carretear?”, le respondí que no sabía, pero finalmente
decidimos ir a un pub, ya que me pareció una buena idea.
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Nos dirigimos hacia un pub del centro y entre alcohol y conversa ya me
encontraba mareado y notaba un tanto extraño a mi amigo, puesto que
veía la hora a cada momento. En ese mismo instante me dice: “Felipe, hay
una casa que a esta hora está sola y podríamos entrar a robar. ¿Qué dices,
vamos?”
Antes de caer preso, mi forma de pensar acerca de las cárceles era muy
diferente a lo que hoy en día puedo ver acá en el CCP de Bulnes. Por parte de
Gendarmería el trato hacia el reo es, sin lugar a dudas, un trato digno, pero
lo mejor de acá es el Liceo Polivalente de Adultos de Itata. ¡El primer liceo
Polivalente a nivel penitenciario en la provincia de Ñuble! Aquí realmente
una persona puede terminar sus estudios y reinsertarse en la sociedad.
Me encuentro cursando octavo básico y soy un alumno que destaco en mi
clase y eso me ayuda bastante, ya que lo tomo como un logro personal y
por supuesto como un orgullo para mis padres, ya que ellos me han dado
lo mejor, me han apoyado, no me abandonaron y me han brindado su amor
incondicional. Esto es lo menos que puedo hacer por ellos. Además, nunca
estará de más señalar el profesionalismo de los docentes del Liceo del CCP
de Bulnes; son apasionados por su trabajo y sobre todas las cosas, son un
apoyo psicológico muy importante, ya que nos ayudan a mantener ese
espíritu de superación.
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importante en la vida: la familia, núcleo de confianza, amor, honestidad, de
consejos mutuos, afecto y muchas otras cosas más; que por estar cegado
por los vicios y placeres del mundo no podía ver ni valorar.
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La vida es cuesta arriba
DOMINGO IRRIBARRA
Hasta el día de hoy recuerdo esos momentos cuando pasaba largos momento
hablando con mi profesor jefe en el colegio. Todavía dan vueltas en mi mente
esas palabras que me decía con tanta dedicación y tanta sabiduría, llenas de
aprecio y preocupación, como si hubiese sido alguien súper especial para él,
que siempre me recalcaba las mismas cosas. Para mí parecía disco rayado.
“Estudia, hombre”, - era la frase que siempre me decía - para que seas un
profesional, para que tengas un buen trabajo, un futuro próspero, una linda
familia y un buen vivir. Tal vez por mi corta edad e inmadurez, yo no entendía
a la perfección el significado de su frase. Pero ahora que ya soy un hombre
siempre vuelve a mi memoria.
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Pasaron los meses y finalmente me convencieron. De pronto comencé a
tener dinero, podía disponer de él y darme gustos. En casa comenzaron a
extrañarse y me preguntaban de dónde obtenía dinero para comprar ropa y
tantas otras cosas nuevas. Yo solo respondía que me estaba yendo muy bien
en el trabajo, en el fondo ellos sabían lo que estaba ocurriendo y eso me
hacía sentir pésimo, pues creía que los estaba engañando.
Así pasó el tiempo y yo seguía sin saber qué hacer; solo vagaba por la cárcel
hasta que decidí aprovechar el tiempo que pasaría recluido y comenzaría
a estudiar. Lamentablemente en la unidad solo contaban con enseñanza
básica, la que había aprobado cuando estaba en libertad. Quedé con esa
respuesta hasta que un día un conocido me dijo que en la unidad de Bulnes
había enseñanza media, por lo que me decidí y solicité traslado con el
objetivo de finalizar mis estudios.
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Algo nuevo en mi vida…
MANUEL LEIVA L.
Fue así como llegué a la conclusión que debía inscribirme en el colegio de este
penal, pero cómo lo haría si no tenía ningún certificado que me respaldara.
Comencé a preguntar, cuando vinieron a buscar a unos jóvenes que asistían
al colegio, en ese tiempo, pedí hablar con una de las profesoras. Para mi gran
y buena suerte me encontré a la señorita Daniela, que me informó que como
yo no tenía certificados que me llamaría para efectuar una evaluación.
Fue así como comencé esta peregrinación, hasta que llegó el momento en
que me comunicaron que mi prueba obtuvo una calificación que me permitía
matricularme en tercer nivel de educación básica, lo que me causo una gran
alegría, ya que nunca en mi vida había estado en una escuela. Esto causó que
los meses se me pasaran muy rápido. Llegó marzo y comenzaron a llamar a
todas las personas que estaban matriculadas y en eso suena mi nombre. Fue
una gran alegría, comencé como un niño, ya que todo esto era nuevo para mí,
pero desde el principio me fue bien porque como no sabía nada de colegio,
todo lo que me enseñaban me llamaba la atención y trataba de aprender; lo
me causaba mucha alegría y satisfacción, ya que siempre me recordaba de
mi querida madre.
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cuenta de mi esfuerzo, mis compañeros me tomaron muy buena voluntad,
lo que me llevó a reconocer que con la educación podía conocer muchas
cosas que hasta ese momento eran desconocidas para mí. Llegué a pensar
que tenía cierta facilidad para aprender por lo que me convencí que podía
lograr estudios más altos si me lo proponía. Recordé un sinnúmero de libros
que había leído, la gran mayoría era historia de Chile y universal y fue así
como me di cuenta de que lo que más me gustaba y se me hacía fácil, era
ese ramo, pues tenía las mejores calificaciones.
Por eso quise contar esta experiencia, para que otras personas como yo, que
tienen mucho tiempo libre puedan saber que en el estudio hay una puerta de
escape a muchas cosas, como el desconocimiento o porque nunca tuvimos
la oportunidad de asistir a una escuela. Incluso… ¡¡Por razones que no viene
al caso recordar!!
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Mirando
hacia la
Libertad
Esta publicación forma parte de
“Educación para la Libertad: Propuesta de Mejoramiento Pedagógico para
Centros Educativos en Contextos de Encierro”.
Coordinación Nacional de
Educación para Personas Jóvenes y Adultas
www.epja.mineduc.cl
epja@mineduc.cl
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Mirando
hacia la
Libertad
El texto que usted tiene en sus manos es un producto de las actividades de extensión
curricular que realizan los alumnos de establecimientos educacionales ubicados en
contextos de encierro y el Ministerio de Educación, junto al de Justicia y Gendarmería
de Chile las incentivan porque constituyen una valiosa oportunidad de extender la
labor formativa del centro educativo, en beneficio del aprendizaje y la formación de sus
estudiantes y, además, favorecer la reflexión acerca de si mismo y el contexto en el cual
se desenvuelven, aunque sea temporalmente, sus vidas.
“….Hijos míos, en estas letras quiero demostrarles cuánto los amo y cuánto
he sufrido en la cárcel. Quiero que respeten y entiendan que estoy pagando un
error que cometí por darles una mejor calidad de vida; que me he superado y he
comprendido que con trabajo y esfuerzo se logran más cosas que con el dinero
fácil…”
“… Este viaje lo tomo por ti, hija mía, y quiero que sepas que todo lo que hago por
mejorar es para ti. Mi vida está llena de fracasos y errores, pero con el estudio en
este lugar, “en la cárcel”, he encontrado la forma de cambiar. Creo que puedo decir
que esta invitación a estudiar cambió mi forma de vivir y de pensar, la rutina de mi
celda, el largo y agobiante día hoy es más rápido y hoy, ya mayor, me es más fácil
aprender…”
“… Así fui cayendo preso y adentro descubrí un colegio y retomé mis estudios, me
interesé “por hacer conducta” y además que mataba el largo y aburrido tiempo
dentro de la cárcel. Pero después el esfuerzo que hacia al principio se había
transformado en un hábito y más que eso, en una necesidad…”
.
“… A veces me siento solo, abro un libro, leo y me siento libre. Entonces viajo con
las maravillas de las lecturas. Entonces, me digo: de todas las cosas que he hecho
en mi vida, lo mejor es y ha sido ésta, aprender…”.