Medio: Clarín - Revista Ñ Fecha: 12/08/2006 Libro: SEGURIDAD, TERRITORIO, POBLACIÓN Autor del libro: Michel Foucault
A pesar de que Foucault consideraba "fragmentarias, repetitivas y
discontinuas" sus investigaciones de los años 70, la erudición y lucidez de sus últimos cursos -editados ahora en español- constituyen una herramienta eficaz para abordar la política actual.
Sería imposible explicar la reorientación del pensamiento filosófico en
Francia después de la Segunda Guerra sin referirse a Jean Hyppolite. En 1939 y 1941, en dos volúmenes, ofreció la primera traducción completa de la 'Fenomenología del espíritu' de Hegel al francés, y en 1946 publicó su célebre 'Génesis y estructura de la Fenomenología del espíritu'. Con ambos trabajos marcó las interpretaciones del filósofo alemán. Más tarde dirigió la École Normale Supérieure de la rue d’Ulm, donde se forma la aristocracia de la inteligencia francesa. En 1945 Foucault frecuentó sus cursos. Cuando Hyppolite falleció, le tocó sucederlo en el Collège de France. En 1969 la cátedra de Hyppolite fue reemplazada por la de Historia de los sistemas de pensamiento. Más tarde, Foucault fue elegido como su titular. A partir de 1997, en Francia, comenzaron a editarse las clases de Foucault. En los cursos publicados de los años 1976-1979 ('Defender la sociedad', 'Seguridad, territorio, población', que acaba de aparecer en español, y 'Nacimiento de la biopolítica'), Foucault lleva a cabo un análisis innovador de la política moderna. Para comprender la estrategia filosófico-política de estos cuatro cursos y del trabajo de Foucault en general, nada mejor que retomar la primera lección de 'Defender la sociedad', del 7 de enero de 1976.
En los últimos cuatro o cinco años, sostiene, sus investigaciones han
sido "fragmentarias, repetitivas y discontinuas". Aunque se ha ocupado extensamente del poder, ni ha elaborado ni elaborará una teoría al respecto. Foucault ofrece al inicio una explicación literaria. Estos trabajos son el producto de la "pereza febril" propia de quien pertenece a la "tierna y cálida francmasonería de la erudición inútil", una sociedad formada en los orígenes del cristianismo y al margen de las ciudades. Inmediatamente agrega una explicación política: sólo las críticas locales son eficaces.
Según Foucault, en los embates contra las instituciones judiciales,
penales, psiquiátricas y contra la jeraquía sexual tradicional, se ha puesto de manifiesto la eficacia de las críticas locales, las que no están sostenidas por ninguna sistematización de conjunto. Si las teorías englobantes (marxismo y psicoanálisis son los ejemplos de Foucault) han sido utilizadas, sólo han podido serlo porque la unidad de sus discursos ha sido suspendida. Más allá de los eslóganes utilizados (por ejemplo, oponer la vida o la experiencia al saber), estas críticas señalan, más bien, el retorno de los saberes no-sujetados, de los saberes de las luchas (el saber de los enfermos psiquiatrizados, de los detenidos, etc.). También la erudición es un saber de las luchas. Sólo los contenidos históricos permiten reencontrar los enfrentamientos "que los acomodamientos funcionales y las organizaciones sistemáticas se proponen, justamente, enmascarar". Y la erudición cuando se articula con los saberes no-sujetados constituye, para Foucault, una 'genealogía'. En este sentido, los cursos de 1976 a 1979 pueden leerse como una genealogía de la nuestra modernidad política.
Disciplina y seguridad
En un diálogo del Instituto franco-japonés de Kyoto, en 1978,
Foucault afirmaba: "Desde hace cuatro, cinco siglos, se consideraba que el desarrollo de la sociedad occidental dependía de la eficacia del poder para poder cumplir con su función. Por ejemplo, era importante que, en la familia, la autoridad del padre o de los padres controlara los comportamientos de los hijos. Cómo el sujeto obedecía era un tema importante. En estos últimos años, la sociedad ha cambiado y también los individuos. Éstos son cada vez más diversos, diferentes e independientes. Cada vez hay más categorías de personas que no están absorbidas por la disciplina, de modo que estamos obligados a pensar en una sociedad sin disciplina. La clase dirigente está siempre impregnada de la antigua técnica. Pero es evidente que debemos separarnos en el futuro de la sociedad de disciplina actual". En 'Seguridad, territorio, población', también de 1978, afronta esta tarea estudiando los dispositivos de seguridad.
Cuatro nociones desempeñarán un papel fundamental en esos
dispositivos: la noción de caso, no el caso individual simplemente, sino, más bien, la distribución de los casos individuales se sitúan en la cuantificación del fenómeno colectivo. En segundo lugar, la noción de riesgo: la cuantificación de las probabilidades de que, por ejemplo, alguien que ha sido vacunado, más tarde contraiga la enfermedad.
La noción de peligro, la cuantificación del riesgo diferenciado. No
todos los que contraen la enfermedad, luego de haber sido vacunados, corren el mismo peligro. Y, finalmente, la noción de crisis que identifica los fenómenos de escalada, de aceleración, de multiplicación. Según Foucault, estas cuatro nociones conforman un sistema exactamente inverso al de las disciplinas. En éstas, se partía de la norma para establecer lo normal. En los dispositivos de seguridad, en cambio, se "parte de lo normal" para establecer la norma.
Guerra y economía
A partir del análisis de los dispositivos de seguridad, Foucault pasa a
ocuparse de las nociones de población y de territorio. La emergencia de estas nociones, que son al mismo tiempo campos de intervención política, requerirá de nuevas técnicas de gobierno. En los siglos XVI y XVII se denominó 'policía' a la elaboración técnica propia de la Razón de estado. Para fijarle límites a esta última, la economía política será la técnica propuesta por el liberalismo. En el enfrentamiento entre ambas técnicas se formó esa forma de gobierno que se ejerce sobre todos y cada uno ('omnes et singulatim') y que define la racionalidad de la gubernamentalidad moderna. Además, según Foucault, con el liberalismo se establecerá en Occidente la época de la biopolítica, el poder que se ejerce sobre la vida biológica de la población. El curso 'Seguridad, territorio, población' no marca un abandono de las disciplinas, pero sí un encuadramiento de éstas en relación con los dispositivos de seguridad. Junto con 'Nacimiento de la biopolítica', señala también un desplazamiento respecto del modo en que Foucault había abordado la biopolítica en 'Defender la sociedad'. Aquí, Foucault llega a la biopolítica a partir de la transformación biologicista de la "guerra de razas", que alcanza su forma paroxística en los totalitarismos nazi y soviético. Recordemos que la noción de guerra había sido propuesta como categoría de análisis del poder, al inicio del curso, con la finalidad de dejar de lado el economicismo que dominaba las teorías marxistas y liberales. Ahora, en cambio, la noción de biopolítica aparece en relación con la economía. En estos cursos encontramos también otro importante desplazamiento respecto de la biopolítica, a diferencia de cuanto había intentado en 'Vigilar y castigar' y en 'La voluntad de saber', Foucault busca incorporar el tema de la soberanía y del Estado. Entre estos desplazamientos queda planteada la problemática relación entre totalitarismo y liberalismo, entre guerra y economía en el ejercicio de la soberanía estatal.
En una época como la nuestra, donde la política parece reducirse a
acciones de guerra y terrorismo -buscando revitalizar la tiranía de los discursos englobantes, sea cual fuere el sentido que los anime- o la administración de la economía y el espectáculo -pretendiendo la inutilidad de todo discurso y desarticulando la memoria de toda lucha-, la erudición foucaulteana muestra toda su actualidad. Ella es, con su fragmentariedad, repetitividad y discontinuidad, el instrumento político eficaz de los intelectuales específicos.