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139-147
* Parte de las ideas de este artículo se presentaron en el curso “Celos: perspectivas teóricas y problemas de investigación”, dictado por la primera
autora, en 2006, en el XV Encuentro Brasileño de Medicina y Psicoterapia Conductual (Brasília-DF).
** Profesora asistente del Departamento de Psicología de la Universidad Federal do Maranhão. Doctoranda en Psicología en Teoría e Investigación del
Comportamiento en la Universidad Federal do Pará, con becaria Capes.
*** Profesor asociado al Departamento de Psicología Experimental de la Universidad Federal de Pará, con beca de Productividad del CNPQ (Conselho
Nacional de Desenvolvimento Científico e Tecnológico [proceso número 311073/2006-9]), que es un incentivo a la productividad científica.
Abstract
Jealousy is something present in everyday life and in different relational contexts (such as family,
school, and work). It is more common and frequently studied in the context of love affairs, being
categorized as sexual jealousy or romantic jealousy. In spite of that, our understanding of this
phenomenon is still limited. In Brazil, the scientific production on jealousy is limited and essentia-
lly based on clinical dada. By contrast, the American scientific production on this subject is more
extensive and frequently based on empirical data. Additionally, it is also correct to say that studies
on jealousy are rare in context of behavior analysis. Considering that, the purpose of the present
paper is to improve a preliminary behavior analytic approach of jealousy presented elsewhere by
the first author of this paper in 2005, incorporating Skinner’s argumentation on the topic as well
as ideas of contemporary behavior analysts such as Tourinho (a Brazilian researcher) and Donahoe
and Palmer (North American researchers).
tos encontrados en las definiciones de los celos y plo, una persona puede estar alegre (emoción)
la diferenciación entre emoción y comportamien- y sonreír, cantar (comportamiento emocional),
to emocional. En un análisis reciente de la litera- pero también, aunque esté alegre, puede que no
tura sobre los celos románticos y no románticos, presente ningún comportamiento emocional. De
realizado por la primera autora (Costa, 2005), se igual manera, puede sonreír y cantar sin que esté
revisaron 78 materiales, entre artículos, libros, alegre. Esta proposición se sustenta, por lo menos
disertaciones y tesis de la década de los ochen- en parte, en las siguientes afirmaciones: “Dentro
ta hasta el año 2006, con algunas excepciones a de algunas condiciones, una unidad [output] pue-
este periodo. El estudio evidenció que se citaron de ser activa sin una variación correspondiente
30 aspectos en las definiciones propuestas sobre en comportamiento público” (Donahoe y Palmer,
los celos. Siete de éstos se discutirán posterior- 1994, p. 276), y “No toda contingencia operante
mente, teniendo como fundamento el Análisis de involucra el componente reflejo” (E.Z. Tourinho,
la Conducta. Ellos son: respuesta anticipatoria, comunicación personal, 23 de agosto de 2007).
relación valorizada, función de proteger la re- Entonces, mientras que la emoción envuelve res-
lación, situación imaginada, posesión, complejo puestas provocadas, el comportamiento emocio-
de comportamientos, cogniciones y emociones, y nal se refiere a comportamientos operantes.
presencia de eventos cognoscitivos. Estos aspec-
tos se seleccionaron para debatirlos, ya que todos Teniendo como base el análisis anterior de la lite-
son importantes en un análisis de los celos. ratura sobre los celos, entonces se propone que
sean definidos como una respuesta emocional
El otro punto para destacar se refiere a la distin- provocada por una situación de competición por
ción entre “emoción” y “comportamiento emo- reforzadores primarios y secundarios, mientras
cional”. Esta distinción puede ser útil para una que la conducta celosa sea concebida como una
caracterización y posterior análisis de un episodio clase operante, en general, reforzada negativa-
de celos. Así, en un episodio en el que, por ejem- mente por la eliminación del rival o atenuación
plo, el individuo A manifiesta celos del individuo de la situación de competición y controlada por
B (su pareja) en función de la aproximación del la misma situación de competición por reforza-
individuo C (rival), las reacciones provocadas que dores1. La conducta celosa puede efectivamente
pasan privadamente en A (los cuales A puede des- interferir en la situación de competición y puede
cribir a los otros, pero accesibles a observación interrumpirla, siendo, por lo tanto, reforzada. Las
sólo para sí mismo) se consideran emociones. contingencias que envuelven la conducta celosa,
efectiva o no, tendrían sus subproductos emocio-
En cambio, los comportamientos de A en relación nales como cólera, tristeza, miedo, satisfacción,
con el rival o con el objeto de los celos son con- placer, etc. Algunos de estos subproductos son
siderados conductas celosas; éstas, a su vez, con citados como componentes de los celos por auto-
frecuencia son públicamente observables. Buena res como Buss (2000), Harris (2000,2003a, 2005),
parte de este conjunto de eventos incluye res- Mathes (1991) y Sabini y Green (2004).
puestas provocadas por la presencia del rival en
competición por el acceso al compañero. Por lo Es importante resaltar que Bandeira (2005), en un
tanto, la distinción “emoción” y “comportamien- estudio hecho con niños de dos y tres años, obser-
to emocional” no trata de diferenciar eventos no vó que la conducta celosa aumenta o disminuye de
conductuales de eventos conductuales, tan sólo frecuencia si la consecuencia es reforzadora o no,
trata de distinguir componentes conductuales del respectivamente, como cualquier operante, corro-
episodio celoso, como se verá más adelante.
En este sentido, emoción y comportamiento emo- 1 Es necesario decir que no toda conducta celosa es efectiva para
cional no mantienen entre sí una relación de cau- alejar al rival. En algunos casos, el individuo celoso aproxima más su
compañero al rival, debido a la aversividad de sus comportamientos.
salidad; pueden suceder aisladamente. Por ejem- Además, la conducta celosa puede reforzarse también positivamente
con la atención social.
En la figura 1 se muestra que el evento antece- conducta celosa sin la emoción como elemento
dente ocasiona tanto el componente provocado mediador, que es un presupuesto básico del Aná-
(los celos) como el componente operante (con- lisis de la Conducta.
ducta celosa), aunque también pueda evocar ape-
nas uno u otro tipo de respuesta. En el primer Esta interpretación se aproxima al análisis skinne-
caso, imagine que Leticia siente la emoción celos riano sobre la emoción, pero también se aleja por
ante el hecho de que su enamorado está conver- dos motivos principales. Primero, porque Skinner
sando con su exnovia; entretanto, ella continúa (1984, 1965), al abordar la emoción, no parece
la conversación con la pareja de amigos que se separar componentes provocados de operantes y,
encuentra en la misma mesa. En el segundo caso, segundo, por denominar respuestas emocionales
Alejandro y Gabriela están en una fiesta acompa- tanto a las respuestas públicas como a las priva-
ñados de unos amigos. Como Alejandro alegó que das. A decir verdad, es posible estar de acuerdo
estaba cansado, Paulo, un amigo de la pareja, se parcialmente con Skinner en este segundo as-
fue a bailar con Gabriela. Ellos habían bailado va- pecto. A pesar de la conducta celosa sólo si se
rias canciones cuando sus amigos comenzaron a mantiene en función de las consecuencias, por
molestarlo: “¡Oye! ¿Vas a dejar que tu enamorada lo menos algunos precurrentes (o sea, conductas
baile con otro toda la noche? Yo ya habría ido a precedentes que aumentan la probabilidad de
decirles algo”. Al comienzo, Alejandro dijo que efectividad de conductas siguientes) pueden ser
no pasaba nada, que no estaban haciendo nada privados; por ejemplo, el celoso puede contarles
malo, pero por la insistencia del grupo se paró y de manera inaudible a los demás todo lo que pre-
le pidió a Gabriela que lo acompañara. En esta tende decirle al rival, antes de que efectivamen-
situación, uno puede suponer que aunque Alejan- te se lo diga. En caso de que la conducta celosa
dro haya presentado un comportamiento operan- fuera un homicidio, buena parte de la preme-
te, que puede clasificarse como celoso, la emo- ditación del crimen puede caracterizarse como
ción celos puede no estar presente. Es de notar precurrentes privados. Aun así, como se está bus-
que el último ejemplo ilustra una situación en la cando una mayor precisión conceptual, la separa-
cual únicamente es posible considerar la conduc- ción entre respuesta privada y comportamiento
ta como celosa si sólo se mira la topografía. Eso público parece más adecuada al objetivo. Entre
muestra la dificultad en probar que puede haber tanto, lo que llama la atención es el hecho de que
diciones corporales y se autodescribe con miedo; como función proteger la relación de esta posibi-
“pude aprender que tener miedo al profesor es lidad. El componente anticipatorio de esta defi-
característico de personas que no son inteligen- nición produce limitaciones de validez científica
tes y peor todavía, que es motivo de vergüenza de una explicación del fenómeno, en la medida
no ser inteligente” (Tourinho, 2006). En resumen, en que la explicación del comportamiento basada
Tourinho afirma que como esta situación de mie- en eventos futuros no privilegia la manipulación
do involucra diferentes grados de complejidad, experimental y la producción de conocimiento
se recomienda usar intervenciones distintas para empírico.
lidiar con cada uno de los niveles, siendo más
exacto hablar de “miedos” y no de miedo. “Mie- En ese sentido, en un abordaje analítico-conduc-
do es una respuesta verbal que ocurre dentro del tual del problema, sería posible decir que la lla-
control de conjuntos más o menos complejos de mada respuesta anticipatoria puede entenderse
relaciones” (p. 27). como el responder a eventos que en el pasado an-
tecedieron a episodios de pérdida o competición
Se supone que el análisis de conceptos emocio- por reforzadores y que, por lo tanto, se empareja-
nales sugerido por Tourinho (2006) da soporte ron con esas ocasiones asumiendo parte del con-
y complementa tanto la afirmación de Gikovate trol de la respuesta. Si entendemos la presencia
(1998) en relación con el hecho de que es más de competidores por acceso a reforzadores como
adecuado o necesario hablar de celos, como tam- un evento con componentes aversivos, entonces
bién la definición que de éstos se ofrece en el los eventos sistemáticamente emparejados con la
presente artículo. Tan sólo un complemento pa- presencia de competidores pueden adquirir fun-
rece necesario para la definición anterior: un in- ción aversiva.
dividuo siente la emoción celos y/o presenta una
conducta celosa únicamente a partir del momen- Partiendo de estos elementos, se puede decir que
to en que interactúa con una cultura (comunidad la conducta celosa es una respuesta anticipatoria
verbal) que le enseña a denominar estos eventos solamente en el sentido de que, en el pasado,
como celos (Skinner, 1945, 1965; Tourinho, 2006). algunos eventos (teléfono ocupado, tardanzas en
Parafraseando a Tourinho (1997), se puede afir- compromisos, manchas de lápiz labial en la ca-
mar que los celos, “en tanto fenómeno [o concep- misa, olores a perfumes no usuales) se pueden
to] psicológico, tiene su existencia determinada y haber emparejado con el estímulo antecedente
limitada por las prácticas culturales” (p. 180). original (competición por acceso a reforzadores).
De esta manera, cuando en el presente el indivi-
De esta manera, la argumentación de Sharpsteen, duo se encuentra ante aquellos eventos, tiende
hace casi 15 años, es perfectamente contunden- a comportarse como en el pasado, cuando hubo
te: “Los celos románticos [o sencillamente celos] competición por reforzadores ligados a la relación
es mejor definirlos como una situación y no como amorosa. Este análisis también es útil para en-
una emoción” (1993, p. 69). tender la afirmación según lo cual las conductas
celosas pueden ocurrir delante de una situación
Considerando las distinciones y demarcaciones imaginada. El individuo en realidad está respon-
de conceptos hasta aquí mencionadas, a partir diendo a estímulos presentes (y no imaginarios),
de este punto se retomarán los siete aspectos emparejados (estímulos con funciones condicio-
descritos por teóricos de diferentes perspectivas nadas) al estímulo primario.
en materia de celos, con el fin de que puedan
interpretarse desde la óptica del análisis de la Una situación de emparejamiento de estímulos
conducta. también es capaz de explicar la situación citada
por Purshouse (2004), en la cual un compañero
La literatura señala que los celos serían una res- infiel puede ofrecer más atención al compañero
puesta anticipatoria ante la posibilidad de pérdi- de la relación primaria y no menos, como es lo
da, que envuelve una relación valorizada y posee esperado, bajo el control de algún sentimiento de
culpa. En este episodio, desde el punto de vista de La argumentación según la cual los eventos cog-
la persona engañada, puede haber existido empa- noscitivos como creencias e interpretaciones for-
rejamiento entre una atención aumentada para sí man parte de los celos, como proponen los cog-
y la presencia del rival. Ya en el futuro, cuando el nitivistas, lleva a considerar un último aspecto
compañero dispense más atención al otro, podrán necesario para una enunciación más parsimoniosa
presentarse comportamientos celosos. de los celos, también señalada por autores cogni-
tivistas, como Harris (2000, 2002, 2003a, 2003b):
La expresión “relación valorizada” se puede com- la cultura.
prender como una relación en la cual el individuo
obtiene reforzadores. Ya cuando se dice que los Al igual que los cognitivistas, no se descarta la
celos tienen la función de proteger la relación, se participación de la selección natural en la selec-
puede interpretar que la conducta celosa tiende ción de conductas celosas; al fin y al cabo, en el
a garantizar o mantener el acceso a los reforzado- modelo analítico-conductual se considera la con-
res obtenidos en la relación y apartar al rival. ducta como la relación entre el organismo y los
eventos ambientales que ocurren durante la his-
Según Purshouse (2004), los celos pueden ocurrir toria de la especie y de aquellos que están pre-
aunque no se tenga la cosa que es objeto de los sentes en las historias del propio individuo y de la
celos. Por eso, la posesión como un componente cultura en la cual se implanta (Skinner, 1990).
definidor de los celos, en un análisis analítico-
conductual, no es necesaria una vez que el que En relación con las creencias, reglas o auto-re-
debe considerarse es la competición por refor- glas, en una interpretación analítico-conductual,
zadores. Imagine que Carlos está interesado en también de manera semejante a los cognitivistas,
enamorar a una compañera de su clase llamada se cree que éstas pueden ejercer control sobre
Ana. Siempre que otros muchachos la saludan con comportamientos celosos, una vez que la cultura
besos o sencillamente conversan con ella, Carlos establece maneras de comportarse en diferentes
presenta celos o conducta celosa. En este ejem- relaciones. Por lo tanto, el grupo o la cultura pue-
plo, aunque Carlos no tenga una relación amorosa de instalar y mantener conductas celosas. Esto
con Ana, se puede decir que Ana es una fuente de quedó claro en el ejemplo citado anteriormente
reforzadores tanto primarios como secundarios. cuando Alejandro, bajo el control de reglas del
Cuando Ana está sola, Carlos se le aproxima, y grupo de amigos, interrumpe el baile entre Ga-
ella le presta atención, sonriéndole, despejando briela, su enamorada, y un amigo.
sus dudas en algunas materias, conversando sobre
asuntos de interés común, etc. Hupka (1991), autor con formación en psicología
experimental, afirma que “una perspectiva cultu-
Algunos autores también señalan que los celos se ral de celos no puede ignorar la influencia gené-
refieren a un conjunto o complejo de comporta- tica sobre el comportamiento humano” (p. 252).
mientos, cogniciones y emociones. Para el Análisis La capacidad para presentar la emoción se de-
de la Conducta, cogniciones y emociones también termina filogenéticamente, pero su provocación y
son ejemplos de relaciones entre organismo y am- ocurrencia se aprende ontogenéticamente.
biente, pudiendo haber relaciones de control en-
tre respuestas privadas (cogniciones y emociones) De acuerdo con Clanton y Kosins (1991), es la cul-
y públicas (Tourinho, 1997). Así, cuando se trata tura la que enseña a valorizar determinadas rela-
de los celos, no se debe restringir el análisis de ciones. En este orden de ideas,
una respuesta o reacción específica en apenas un
nivel. Sin embargo, se resalta que no se defiende Comportamientos celosos específicos varían
cualquier relación causal entre eventos que ocu- enormemente a través de las culturas… de-
rren en el nivel privado y aquellos que ocurren en bido a la gran diversidad de creencias [re-
el nivel público. glas y auto-reglas] humanas sobre (1) lo que
constituye una relación valorizada, (2) lo que
constituye una amenaza a tal relación y (3) lo Ferreira-Santos, E. (2003). Ciúme: O medo da per-
que se debe hacer para proteger una relación da. São Paulo: Claridade.
amenazada (p. 141).
Gikovate, F. (1998). Ciúme ou “ciúmes”. Em En-
La propuesta de comprensión de los celos a partir saios sobre o amor e a solidão (pp. 103-140).
del Análisis de la Conducta aquí descrita parece São Paulo: MG Editores.
señalar elementos importantes para un análisis
operacional de los celos. Con todo, como se trata Harris, C. R. (2000). Psychophysiological respon-
de una propuesta fundamentalmente interpreta- ses to imagined infidelity: The specific innate
tiva, cabe el desarrollo de estudios que puedan modular view of jealousy reconsidered. Jour-
sustentarla o no, complementándola y perfeccio- nal of Personality and Social Psychology, 78
nándola. (6), 1082-1091.
Bevan, J. L. & Samter, W. (2004). Toward a Harris, C. R. (2003b). Factors associated with jea-
broader conceptualization of jealousy in lousy over real and imagined infidelity: An
close relationships: Two exploratory studies. examination of the social-cognitive and evo-
Communication Studies, 55, 14-28. lutionary psychology perspectives. Psycholo-
gy of Women Quarterly, 27, 319-329.
Buss, D. M. (2000). A paixão perigosa: por que
o ciúme é tão necessário quanto o amor e Harris, C. R. (2005). Male and female jealousy,
o sexo (M. Campello, trad.). Rio de Janei- still more similar than different: Reply to Sa-
ro: Objetiva (trabalho original publicado em garin (2005). Personality and Social Psycholo-
2000). gy Review, 9 (1), 76-86.
Clanton, G. & Kosins, D. J. (1991). Developmen- Hupka, R. B. (1991). The motive for the arousal
tal correlates of jealousy. En P. Salovey (ed.). of romantic jealousy: Its cultural origin. En
The psychology of jealousy and envy (pp. P. Salovey (ed.). The psychology of jealousy
132-147). Londres: The Guilford Press. and envy (pp. 252-270). Londres: The Guil-
ford Press.
Donahoe, J. W. & Palmer, D. C. (1994). Learning
and complex behavior. Massachusetts: Allyn Menezes, A. & Castro, F. (2001, setembro). O
and Bacon. ciúme romântico: uma abordagem analítico-
comportamental. Trabalho apresentado no