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Coordinador
Agustín Julián Jiménez
Especialista en Medicina Interna
Médico Adjunto del Servicio de Urgencias
Hospital Virgen de la Salud
Complejo Hospitalario de Toledo
Nota Importante:
Los Autores y Colaboradores han puesto todo su empeño en asegurarse de que las indicacio-
nes, dosis y pautas de los fármacos que figuran en el Manual se correspondan con las reco-
mendadas por las Autoridades Sanitarias y la Literatura Médica en el momento de su elabora-
ción. No obstante, debemos recordar a todos los lectores que deben de consultar y utilizar los
fármacos mencionados en el Manual de acuerdo con el prospecto del fabricante. No podemos
hacernos responsables de las consecuencias que pudieran derivarse de cualquier error en el tex-
to que haya podido pasar inadvertido.
Y lo hago con satisfacción. Por varios motivos, de una parte, porque he tenido
ocasión de percatarme personalmente de la enorme ilusión con que el Dr. Agustín Ju-
lián ha desarrollado la ingente tarea de coordinar a más de 140 autores y colabora-
dores. De otra, porque una de las más queridas actividades de la Sociedad Española
de Medicina de Urgencias y Emergencias es la formación. De todos es sabido que, a
pesar de ser uno de los países de la Unión Europea con mayor número de especialida-
des médicas, en España aún no está reconocida oficialmente la Medicina de Urgencias
y Emergencias como especialidad, lo cual determina que no exista una formación re-
glada y tutelada de los médicos que, ya en la actualidad, más tarde en el futuro, pres-
tan y han de prestar asistencia a los millones de conciudadanos que año tras año de-
mandan atención en los Servicios de Urgencias hospitalarios y los dispositivos
asistenciales extrahospitalarios. De aquí mi gratitud para todos aquellos que, como los
que colaboran en esta obra, prestan tan altruistamente su esfuerzo en aras a la mejor
formación de los más inexpertos.
Este manual de Protocolos está, según mi criterio, muy bien concebido y muy bien
realizado. A lo largo de sus 109 capítulos se expone todo el repertorio de procesos que
a diario hemos de resolver quienes nos dedicamos a la asistencia de los pacientes en el
ámbito de la urgencia hospitalaria y extrahospitalaria. Me decía el Dr. Agustín Julián
que el libro "podría quedarse pequeño o escaso para algunos profesionales" y que "no
pretende sustituir a los grandes textos que deberán ser consultados tras las guardias pa-
ra ampliar y consolidar los conocimientos". Creo sinceramente que el empeño está muy
bien conseguido y me parece que no falta ni sobra nada.
Querría, no obstante, hacer especial mención de los tres primeros capítulos, que
tratan conceptos que denominaría de carácter "doctrinal", que no suelen ser objeto de
comentario en obras similares y que considero extraordinariamente importantes.
Yo deseo, estoy seguro de que será así, que la acogida y el éxito de este Manual
será parejo a la ilusión y el esfuerzo que coordinador, autores y colaboradores han pues-
to en su realización. En todo caso siempre les quedará la satisfacción de haber dedica-
do parte del tiempo que sus obligaciones profesionales les dejan a una causa noble, cual
es la formación de los nuevos médicos en el difícil y proceloso mar de las urgencias.
En este sentido es un honor para mí prologar este libro, realizado por ex-
celentes profesionales de esta disciplina, en el que se plasma el quehacer diario
de la asistencia urgente.
Estoy convencido que este manual será ampliamente utilizado por todos los
profesionales no sólo de urgencias sino también del ámbito de la Atención Prima-
ria y Especializada.
Como cada año el Hospital acogerá "con los brazos abiertos" a una nueva
generación de residentes e ineludiblemente llegará "la primera guardia" sin haber
tenido tiempo de saber, ni siquiera, donde está el Box rápido. En cualquier caso
todas las guardias, hasta las peores, terminan siempre y tras la tempestad llega la
calma.
Este Manual ha sido el fruto del trabajo de ciento ochenta personas con el
objetivo de conseguir una descripción clara, sintética y sobre todo práctica de mu-
chos de los problemas médicos que llevan al ciudadano a solicitar atención médi-
ca urgente en el ámbito hospitalario y también extrahospitalario. Así surgió, en
sus orígenes, pensado como obra docente para los nuevos residentes que llegan a
nuestros hospitales, pero que sirviera de guía y ayuda para todos los médicos, que
en el quehacer diario, nos enfrentamos a infinidad de dudas y momentos de "de-
samparo y desconcierto".
Durante el pasado año el Manual tuvo una amplia difusión por La Comuni-
dad de Castilla la Mancha y seguidamente por el resto del estado español, que en
este año 2003 se está completando; por lo que ya es conocido por bastantes de
los colegas (adjuntos y residentes) que cada día nos enfrentamos a lo imprevisi-
ble, diverso y diferente que supone nuestra categoría y futura especialidad de Me-
dicina de Urgencias y Emergencias. Deseamos que su lectura y consulta sirva pa-
ra guiar, aconsejar y orientar en los momentos, que todos pasamos, de "desam-
paro y confusión" que surgen en las guardias. Si ésto ocurre una sola vez
habremos conseguido nuestro objetivo y todo el esfuerzo hecho se dará por váli-
do. El Manual no es un libro de texto ni un gran tratado, éstos se deberán con-
sultar posteriormente para consolidar los conocimientos adquiridos.
AUTORES
▲ Álvarez Aguilera, R. (M.I.R de U.V.I.)
▲ Álvarez Martín, J. (Médico adjunto Cirugía.)
▲ Amengual Occhi, M.A. (M.I.R de Digestivo.)
▲ Amor Andrés, S. (M.I.R de Geriatría.)
▲ Arrabal Arrabal, M.A. (M.I.R. de Medicina Interna.)
▲ Arribas Blanco, S. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ Balaguer Guallart, I. (M.I.R de Geriatría.)
▲ Barbado Cano, A. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ Barca Fernández, I. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ Blanco Bravo, A. (Médico adjunto Cirugía-Urgencias.)
▲ Blanco Orenes, A. (M.I.R de Geriatría.)
▲ Buendía González, E. (Médico adjunto Urología.)
▲ Campos Campos, N. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ Carmona Lambooy, S. (M.I.R de Geriatría.)
▲ Carrero García, C. (M.I.R de Anestesia.)
▲ Casas Zarzuelo, R. (M.I.R de Anestesia.)
▲ Castillo Portales, S. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ Créspo Moreno, R. (M.I.R de Medicina Interna.)
▲ Cuevas del Pino, D. (M.I.R de Cirugía.)
▲ Delgado Cejudo, Y. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ Escobés Mendoza, A. (M.I.R de Geriatría.)
▲ Estebarán Martín, M.J. (Médico adjunto Cirugía-Urgencias.)
▲ Expósito Manzano, R. (M.I.R de Rehabilitación.)
▲ García Manríquez, A.. (M.I.R de ORL.)
▲ García Vila, B. (M.I.R de U.V.I.)
▲ García Villamuza, Y. (M.I.R de Alergia.)
▲ Gargallo Quintero, A.B. (M.I.R de Dermatología.)
▲ Gil Ibañez, M.P. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ González Alonso, N. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ González Barboteo, J. (M.I.R de Geriatría.)
▲ González de Frutos, C. (Médico adjunto Digestivo.)
▲ González Pérez, P. (M.I.R de Cardiología.)
▲ Grau Jiménez, C. (M.I.R de Geriatría.)
▲ Herrera Molpeceres, J.A. (M.I.R de Traumatología.)
▲ Honorato Guerra, S. (M.I.R de Dermatología.)
▲ Jiménez Caballero, P.E. (M.I.R de Neurología.)
▲ Jiménez Leiro, J.F. (M.I.R de Urología.)
▲ Julián Jiménez, A. (Médico adjunto Medicina Interna-Urgencias.)
▲ Lafuente González, P. (M.I.R de Ginecología.)
▲ Laín Terés, N. (Médico adjunto Medicina de Familia-Urgencias.)
▲ Lázaro Fernández, E. (M.I.R de Cardiología.)
▲ Leal Sanz, P. (Médico adjunto U.V.I-Urgencias.)
▲ Led Domínguez, M.J. (M.I.R de Geriatría.)
▲ López del Toro Martín-Consuegra, I. (M.I.R de U.V.I.)
▲ López Díaz, J. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ López Pardo, R. (M.I.R de Cirugía.)
▲ López-Barrantes, O. (M.I.R de Dermatología.)
▲ López-Reina Torrijos, P. (M.I.R de U.V.I.)
▲ Madruga Sanz, J.M. (M.I.R de Traumatología.)
▲ Málaga Shaw, O. (M.I.R de Traumatología.)
▲ Márquez Moreno, M.D. (Médico adjunto Medicina Interna.)
▲ Martín Pérez, I. (Médico adjunto Medicina Interna-Urgencias.)
▲ Mira Vázquez, A. (Médico adjunto Cirugía.)
▲ Mogío Gómez, C. (M.I.R de Alergia.)
▲ Moraleda Barba, S. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ Moya Saiz, M.J. (Médico adjunto Medicina Interna-Urgencias.)
▲ Muñiz Nicolás, G. (M.I.R de Medicina Interna.)
▲ Nuñez Aceves, A.B. (M.I.R de Alergia.)
▲ Ojalvo Holgado, M.J. (M.I.R de Neurología.)
▲ Padilla Parrado, M. (Médico adjunto de ORL.)
▲ Palomares Rabadán, D. (Médico adjunto Cirugía.)
▲ Parejo Miguez, R. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ Parras García de León, N. (Médico adjunto Geriatría-Urgencias.)
▲ Pereira de Castro Juez, N. (M.I.R de Geriatría.)
▲ Pérez Villaverde, N. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ Redondo de Pedro, S. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ Repiso Ortega, A. (M.I.R de Digestivo.)
▲ Rivilla Marugán, L. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ Roca Muñoz, A. (Médico adjunto Nefrología.)
▲ Rodríguez Blanco, M.L. (M.I.R de U.V.I.)
▲ Rodríguez Nieto, C. (M.I.R de Geriatría.)
▲ Rodríguez Sanjuán, P. (M.I.R de Geriatría.)
▲ Salcedo Martínez, R. (Médico adjunto Medicina Interna- Urgencias.)
▲ Sánchez Bonome, L. (M.I.R de Psiquiatría.)
▲ Sánchez Castaño, A. (Médico adjunto Medicina Interna.)
▲ Sánchez García, R. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ Sánchez Ríos, C. (M.I.R de Traumatología.)
▲ Sánchez Santos, R. (M.I.R de U.V.I.)
▲ Sanjuán de Moreta, G. (M.I.R de ORL.)
▲ Santamaría Rodríguez, T. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ Sentenac Merchán, J.G. (Médico adjunto Urgencias.)
▲ Sepúlveda Berrocal, M.A. (Médico adjunto Medicina Interna-Urgencias.)
▲ Sevilla García, C. M. (M.I.R de Oftalmología.)
▲ Soto Fernández, S. (M.I.R de Digestivo.)
▲ Soto García, M. (M.I.R de Medicina de Familia.)
▲ Velasco Peña, F. (M.I.R de Bioquímica.)
▲ Vélez Pérez, C. (Médico adjunto Medicina Interna-Urgencias.)
▲ Vidal Díaz, B. (M.I.R de Neurología.)
▲ Villanueva Alonso, R. (Médico adjunto Medicina Interna.)
▲ Yera Bergua, C. (M.I.R de Medicina Interna.)
SUPERVISORES
OTROS COLABORADORES
Capítulo 1
LA HISTORIA CLÍNICA EN URGENCIAS
A. Julián Jiménez - A. Tutor Martínez
INTRODUCCIÓN
La Historia Clínica es el documento más importante, y a veces, el único, que refleja y
certifica la relación, actuaciones, exploraciones y decisiones en relación con el enfer-
mo en Urgencias. Es un documento personal, médico y legal. Es por ello indispensa-
ble, que se realice de forma sistemática y lo más unificada posible (aunque deberá
adaptarse a las circunstancias, el medio y al enfermo). Aunque muchos son los mode-
los propuestos todos ellos se asemejan bastante. Siempre que hagamos una Historia
Clínica deberemos incluir lo citado a continuación:
9.- Extremidades:
Edemas, insuficiencia venosa, úlceras, pulsos, movilidad y asimetrías, signos de
trombosis venosa.
EXPLORACIÓN NEUROLÓGICA:
1.- Valoración del nivel de conciencia y estado mental:
Nivel de conciencia: alerta, confusión, obnubilación, estupor, coma.
Para evaluarlo se realizarán estímulos verbales, táctiles y dolorosos y se analiza-
rán las respuestas del paciente viendo si se produce apertura de los ojos y valo-
rando el lenguaje y los movimientos. FF.CC. (Funciones corticales):
1.- Orientación temporal, personal y espacial.
2.- Valoración de la atención y memoria: repetición de dígitos, vigilancia. Me-
moria inmediata: recordar 3 palabras a los 3 minutos. Memoria próxima: ¿qué
ha comido?, ¿cuándo ingresó?. Memoria remota: hechos históricos, información
personal.
3.- Capacidad constructiva y perceptiva: praxias (acciones): de la marcha, del
vestir, ideatoria... gnosias (reconocimientos): visual, táctil, auditiva, del esquema
corporal, de su propia enfermedad. Valorar apraxias y agnosias.
4.- Alteraciones del lenguaje: afasias y disartria.
2.- PPCC (Pares craneales):
▲ I.- Olfatorio: cada ventana por separado (rara vez se explora en urgencias).
▲ II.- Óptico: agudeza visual, campimetría, FONDO de OJO.
▲ III, IV, VI.- Nervios oculomotores. Pupilas: simetría, tamaño, forma, reactivi-
dad. Motilidad ocular extrínseca: párpados, mirada conjugada, paresias, re-
flejos oculo-cefálicos, nistagmus.
▲ V.- Trigémino: sensibilidad de la cara (división superior, media e inferior). Re-
flejo corneal.
▲ VII.- Facial: movilidad de la cara. Hay que discriminar entre los centrales (el dé-
ficit respeta la porción superior contralateral) y los déficits periféricos (debilidad
facial global).
▲ VIII.- Estatoacústico: explora la porción coclear-audición y vestibular-equilibrio.
Maniobras oculo-cefálicas, índices de Barany, marcha en estrella, pruebas ca-
lóricas.
▲ IX, X.- Glosofaringeo y Vago.- (se exploran juntos): reflejo nauseoso. Sensibi-
lidad y motilidad velopalatina.
▲ XI.- Espinal: exploración del esternocleidomastoideo y del trapecio. (Volver la
cabeza y elevar el hombro contra resistencia.)
▲ XII.- Hipogloso: motilidad de la lengua. (Se desvía al lado lesionado.)
5
CAPÍTULO 1
prueba. Debemos huir de las analíticas en serie y "los completos" que solicitamos
en ocasiones, sin haber escuchado y explorado al enfermo.
Como siempre, es bueno recoger los datos de una forma ordenada:
1. Pruebas de laboratorio: hemograma, VSG, coagulación, bioquímica, gaso-
metría, S. orina...
2. ECG.
3. Radiología: placa de tórax y abdomen, ecografía, TAC, arteriografía, RMN...
4. Datos de microbiología y procedimientos realizados en Urgencias: Gram,
Ziehl, cultivos, punción lumbar, paracentesis, toracocentesis...
5. Otras: endoscopia oral, ecocardiograma...
8.- COMENTARIOS Y EVOLUCIÓN EN URGENCIAS
En ocasiones el enfermo pasa muchas horas en el Servicio de Urgencias o se en-
cuentra en observación, produciéndose cambios en la sintomatología, explora-
ción o situación del mismo que hay que dejar reflejados. Así como nuevas prue-
bas paraclínicas, opiniones de consultores o especialistas, tratamientos
efectuados y sus consecuencias.
9.- JUICIO DIAGNÓSTICO O LISTA DE DIAGNÓSTICOS
Siempre "legible" y sin iniciales o siglas que lleven a confusiones. Debemos "ha-
cer el esfuerzo" de escribir palabras y frases completas.
10.-PLAN Y TRATAMIENTO A SEGUIR
1. Ingreso (en plata, U.V.I...). Alta. Derivación (consultas, otro hospital...).
2. Ordenes de tratamiento y normas.
11.-DATOS DEL MÉDICO Y FIRMA.
Nombre y apellidos. Número de colegiado. Fecha y lugar. Firma.
12.-FECHA Y HORA DE SALIDA DE URGENCIAS Y DESTINO.
No olvides:
1. La Historia Clínica es un documento médico-legal (sólo servirá de referencia lo que
escribas y cómo lo escribas, nunca lo que no quede reflejado).
2. Evita poner abreviaturas e iniciales (tú las entiendes, ¿y los demás?).
3. Siempre que puedas, recoge los datos cronológicamente.
4. Haz la historia en el momento de obtenerla... Horas después puede haber "fallos
de memoria".
5. Intenta dentro de lo posible preservar la intimidad y confidencialidad con el enfer-
mo y la familia al informarla. Una buena relación desde el principio y la informa-
ción periódica pueden evitar "descontentos" y posteriores problemas.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Sapira J.D. The History. En: The Art and Science of Bedside Diagnosis. Baltimore: Urban &
Schwarzenberg; 1990. p. 33-47.
▲ Laín Entralgo P. La Historia clínica. 3ª ed. Madrid: Editorial Triacastela; 1998.
▲ Casas Sánchez J.D, Rodríguez Albarrán M.S. Manual de Actuación Médica Legal en Ur-
gencias. Madrid Smithkline Beecham; 2000.
7
CAPÍTULO 2
Capítulo 2
SERVICIO DE URGENCIAS
CONCEPTOS Y ORGANIZACIÓN
Y. Delgado Cejuto - A. Julián Jiménez
INTRODUCCIÓN
Actualmente, en el Servicio de Urgencias, los médicos que actúan en él proceden de
distintas especialidades, siendo generalmente residentes de los primeros años. Por
ello es necesario unificar conductas diagnósticas y terapéuticas según protocolos de
actuación. El objetivo fundamental es solucionar el problema por el que el enfermo
consulta y tomar decisiones rápidas. Con frecuencia hay que limitarse a mantener al
enfermo con vida y muchas veces sólo se llega a un diagnóstico sindrómico.
Todos los Servicios de Urgencias suelen estar sobresaturados por enfermos con pato-
logía no urgente, muchos de ellos presentan problemas que se podrían haber solu-
cionado fuera del hospital. Por ello, es fundamental seleccionar el orden de atención
de los enfermos según su gravedad.
En muchas ocasiones se dan situaciones banales en las que el médico debe tranqui-
lizar al paciente y a los familiares indicándoles que los síntomas que presenta care-
cen de importancia.
ingreso, alta o traslado a otro centro), informando a los acompañantes de todo ello
y contestando a las dudas que puedan plantearnos.
RECUERDA:
▲ El objetivo principal de la actuación en Urgencias debe ser intentar solucionar el
problema por el que el paciente consulta con la mayor premura que sea posible.
Si durante el estudio encontramos una patología asociada no será indicación de
atención inmediata siempre que no suponga un riesgo vital para el paciente.
▲ En ocasiones es necesario emitir un parte judicial. (Ver capítulo 3: Aspectos Médi -
co-Legales en Urgencias).
BIBLIOGRAFÍA:
▲ S.E.M.E.S (Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias) Actitud integral en
urgencias. [Citado en 15 de Noviembre del 2000]. Disponible en URL: http://www.se-
mes.org/web_institucional/la_semes/semes_institucional.htm
10
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
▲ Moya Mir MS. Concepto de urgencia médica. En: Moya Mir MS., editor. Normas de actua-
ción en urgencias. Clínica Puerta de Hierro. Ed. 2000. Madrid: Smithkline-Beechan; 2000.
p. 23-26.
▲ Vicente Rañada M. Organización de la urgencia médica. En: Medina Asensio J, editor. Ma-
nual de urgencias medicas. Hospital 12 de Octubre. 2ª. ed. Madrid: Díaz de Santos; 1998.
p. 29-30.
11
CAPÍTULO 3
Capítulo 3
EL MÉDICO INTERNO RESIDENTE EN
URGENCIAS, ASPECTOS MÉDICO-LEGALES
I. Barca Fernández - R. Parejo Miguez - A. Julián Jiménez
INTRODUCCIÓN
En este capítulo se comentará brevemente el papel y funciones del MIR en el Servicio
de Urgencias, sus "derechos y obligaciones", aspectos en cuanto a la responsabilidad
de los mismos. También se darán unas normas básicas de actuación en determinadas
situaciones cotidianas de Urgencias y que pudieran plantearnos dudas o problemas
legales. Para todo ello, hemos contado con el asesoramiento de María Soledad Ro-
dríguez Albarrán y Juan de Dios Casas Sánchez del Departamento de Medicina Le-
gal y Forense de la Facultad de Medicina de la U.C.M, así como de Javier Sánchez
Caro (Subdirector General de la Asesoría Jurídica del Instituto Nacional de la Salud).
3. Tienen capacidad para decidir sobre el destino del paciente y sobre la nece-
sidad de valoración del enfermo por otro especialista, así como consensuar
decisiones con el Médico Adjunto de Urgencias.
c) Residente de 4º y 5º año:
1. Deberán llevar el control y responsabilidad de la Urgencia bajo la supervisión
del Médico Adjunto al que ayudarán en las funciones de reanimación y si-
tuaciones en las que se vean involucrados enfermos críticos.
2. Supervisar a los Residentes de primer año.
3. Colaborar con los Residentes de 2º y 3º año en todas sus funciones. Se en-
cargará de resolver "todos" los problemas médicos que le planteen los otros
Residentes, teniendo por lo tanto una función de "consultor".
4. En situaciones especiales, con enfermos conflictivos y cuando exista algún pro-
blema con implicaciones legales o partes al Juez lo pondrá en conocimiento
del Adjunto, Coordinador o Jefe de la Guardia.
● Además, los Residentes deben participar en actividades de investigación, con-
gresos, sesiones clínicas y en la publicación de artículos en revistas científicas.
También han de ser conscientes de que trabajan en equipo y que el respeto mu-
tuo y las discusiones forman parte de su trabajo diario. El residente deberá par-
ticipar en la totalidad de las actividades médicas del departamento donde rea-
lice la formación, incluidas las guardias, de manera que dedique a esta
formación práctica y teórica toda su actividad profesional durante toda la se-
mana de trabajo y durante todo el año.
● El MIR en ningún caso puede considerarse un estudiante, ya que es un médico,
siendo su derecho recibir docencia y supervisión pero su deber prestar una la-
bor asistencial. Aunque siempre que exista cualquier tipo de duda en el mane-
jo de un paciente deberá pedir ayuda, sea la hora que sea.
Responsabilidades:
La responsabilidad legal del acto médico en Urgencias recae en el MIR de guar-
dia, ya que la titulación exigida para pertenecer al Servicio de Urgencias es la de
Licenciado en Medicina por lo que, en Urgencias, se actúa como médico general,
no como especialista en formación, aunque "se valorará" y tendrá en cuenta el
grado de responsabilidad según el año de residencia.
Contrato del MIR
El contrato del MIR se caracteriza por:
1. Ser contrato típico, configurado por la ley y con normas de apoyo, por ejemplo
en formación, directivas europeas...
2. Ser contrato de formación, por lo que el Juez no podrá tratar igual a un MIR que
a un médico ya formado.
3. Ser temporal, estando condicionada su renovación a la evaluación positiva de
la Comisión de Docencia.
4. Ser laboral por pronunciamiento de las normas laborales, reuniendo todos los
requisitos: relación prestada voluntariamente, retribuída, dependiente y por
cuenta ajena.
5. El MIR no puede acogerse al Estatuto del Personal Médico ya que su relación no
es funcional ni estatutaria, sino puramente laboral.
6. Los MIR se someten a los Servicios Mínimos como cualquier otro trabajador, por
lo que no puede obligárseles a ser el soporte de la asistencia sanitaria cuando
se declara una huelga.
14
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
3.1 Que el paciente esté incapacitado y no pueda dar su CI, como ocurre en
pacientes con disminución del nivel de conciencia, ciertos enfermos men-
tales...
3.2 Que la lesión o la enfermedad supongan una amenaza vital y requieran un
tratamiento inmediato. La situación deberá ser lo suficientemente grave como
para no poder conseguir el CI de alguien autorizado para actuar por el pa-
ciente.
4. Cuando el paciente renuncia a recibir información pero no renuncia a ser trata-
do. Ningún médico tiene obligación de informar a un paciente si éste renuncia a
ello, sin embargo, el médico debe asegurarse que el paciente sabe lo que hace,
informarle de que tiene un derecho legal al CI y deberá evaluar su capacidad
mental.
Los pacientes pueden tener sus propios motivos para desear no conocer ciertos as-
pectos de su salud, debiéndose respetar este deseo. Esto no significa que el pa-
ciente no de su CI para un tratamiento, sino que puede no querer conocer qué en-
fermedad tiene pero si querer ser tratado. La renuncia al CI quedará reflejado por
escrito y se informará de ésta a los familiares.
5. Privilegio terapéutico: se entiende por tal la ocultación al paciente de aquella par-
te de la información que el médico considere que puede ser gravemente perjudi-
cial para la salud del mismo. Se informará en primer lugar a los familiares.
6. Diagnóstico muy grave: en determinadas ocasiones, en beneficio del paciente,
puede ser oportuno no comunicarle inmediatamente un pronóstico muy grave. Se
informará en primer lugar a los familiares. No obstante, hay que tener en cuenta
el derecho del paciente a decidir sobre su futuro.
Características del consentimiento:
▲ El CI es una obligación legal que consiste en proporcionar al paciente la informa-
ción necesaria para que decida libremente someterse a un determinado procedi-
miento diagnóstico o terapéutico. Siempre que el acto médico entrañe un riesgo,
debe obtenerse el CI.
▲ El CI es un acto clínico más y no sólo jurídico, por eso que el médico deba firmar-
lo y poner su número de colegiado.
▲ Un menor de edad podría dar su CI siempre que tenga suficiente juicio (ésto a ve-
ces tendrá que ser valorado por un psiquiatra).
▲ Un menor de edad podría negarse al CI siempre que demuestre tener suficiente
madurez como para comprender las consecuencias y los riesgos que suponen re-
chazar el tratamiento.
▲ La Ley excluye de la patria potestad aquellos actos que el hijo, de acuerdo con las
leyes y su situación de madurez, pueda realizar por sí mismo.
▲ En el caso que necesitemos el CI de los padres, bastará con el de uno de los dos.
Si existiese discrepancia entre los padres, el Juez atribuirá a uno de ellos la facul-
tad de decidir, teniendo siempre en cuenta los intereses del menor.
▲ Un incapacitado puede dar su CI siempre que tenga suficiente juicio y que la cau-
sa de la incapacidad no le inhabilite para tomar ese tipo de decisiones. Un inca-
paz puede serlo para unos temas y no para otros.
▲ Un menor incapaz tendrá un representante legal que serán sus padres o los de-
signados por el Juez.
16
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
MALTRATO A MENORES
El Síndrome del Menor Maltratado se define como cualquier enfermedad de tipo físi-
ca o mental que no se produce de forma accidental, sino intencionada por acción
(maltrato activo) u omisión (maltrato pasivo) a un menor, y por sus padres, tutores o
cuidadores. En España, se calcula que requieren atención médica uno de cada 4.000
niños, sobre todo de menos de 2 años.
Las formas de maltrato pueden ser:
a) Maltrato físico activo: acciones no accidentales que causen lesiones, enferme-
dades o abuso sexual en el menor.
b) Maltrato físico pasivo: negligencia en el cuidado físico (alimentación, higiene,
revisiones médicas, etc.) cuyo máximo exponente es el abandono.
c) Maltrato psíquico activo: conducta de tipo intencional que cause daño emo-
cional o intelectual en el menor.
d) Maltrato psíquico pasivo: negligencia en el cuidado psíquico del niño como
falta de cariño, no estimulación al juego...
En el delito de lesiones provocado a un menor, se suma una pena especial a la que
ya existiese según la lesión (p.ej: pérdida de un órgano), por el solo hecho de haber
sido producido por los padres o personas encargadas del cuidado del menor.
18
MANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
MALTRATO DOMÉSTICO
El Servicio de Urgencias es, posiblemente, el lugar más adecuado para la detección
de lesiones por malos tratos en el ambiente doméstico. Incluye todas aquellas situa-
ciones que, revistiendo en principio los caracteres de delito o falta, tengan por base
conductas intencionales en el ámbito familiar, con resultado de lesiones o maltrato fí -
sico o psicológico.
La actuación a seguir será la siguiente:
1. Tranquilizar a la víctima y obtener su consentimiento para poder informar al Juez
de los hechos.
2. Reconocimiento médico completo. Este reconocimiento se realizará, en principio,
por el Médico de Asistencia Primaria o del Centro Hospitalario al que acuda la
víctima. El facultativo, en caso de gravedad o complejidad técnica, se encargará
de avisar al Médico Forense de guardia en el correspondiente Partido Judicial.
3. Relato pormenorizado de los hechos y valoración precisa de las lesiones y daños de
la agresión. El informe médico es un documento esencial para la actuación judicial.
4. Valoración inmediata por atención especializada si procede.
19
CAPÍTULO 3
5. Enviar el informe médico de malos tratos al Juez, a través de la dirección del cen-
tro o de la policía, dejando una copia en la Historia Clínica.
6. Asesorar a la víctima sobre sus derechos y sobre las medidas sociales y de pro-
tección a través de los propios servicios del centro sanitario o servicios sociales.
MENOR MALTRATADO
ABUSO SEXUAL
EXPLORACIÓN Y FOTOS
RECOGIDA DE MUESTRAS
EXPLORACIÓN EXPLORACIÓN
Y FOTOS Y FOTOS
JUEZ
SERVICIO GINECOLOGÍA
HISTORIA ACTUAL
APARIENCIA GENERAL
Y VESTIDOS
RECOGIDA DE MUESTRAS
riesgo para el paciente o para terceros. Siempre será una medida con una duración
lo más corta posible y nunca como forma de vigilancia.
Posibles internamientos:
1. VOLUNTARIO: con consentimiento del paciente, que deberá ser expreso y por es-
crito, dejando patente si consiente también el tratamiento o sólo el internamiento. El
médico debe tener claro que el enfermo entiende en qué consiste el ingreso. Si en el
22
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
curso del internamiento el enfermo empeora o solicita el alta, éste pasará a ser invo-
luntario.
2. INVOLUNTARIO: es aquel en el que no existe consentimiento del paciente para el
mismo, debiendo ser siempre el Juez el que tome tal decisión. El internamiento de una
persona que no está en condiciones de decidirlo, aunque esté sometida a la patria
potestad, requerirá actuación judicial y, bien será por una orden judicial en el ámbi-
to penal (tras la comisión de delitos por el enfermo), o por autorización judicial en el
ámbito civil (exclusivamente por motivos médicos).
Podemos considerar varios tipos:
a) Impuesto por la Ley y sometido a Legislación Penal; como medida de seguri-
dad o sospecha de enfermedad mental tras cometer un delito. El médico de Ur-
gencias no interviene.
b) Urgente.
c) No urgente.
d) En menores.
e) En residencias de ancianos.
Podremos diferenciar entre:
- Internamiento involuntario URGENTE: el enfermo tiene criterios médicos o clínicos
que justifican su ingreso inmediato, no esperando la autorización judicial pero te-
niendo un plazo de 24 horas para dar noticia al Juez de la sede del Partido Judicial
donde se encuentre el Centro donde se le ingresa. El Juez acudirá al Centro Hospita-
lario, generalmente acompañado del Médico Forense, y tras la valoración del pa-
ciente autorizará o no que se mantenga el internamiento. Es decir, finalmente, es el
Juez el que decide ya que constituye una privación de libertad. Es importante saber
que el médico que en un primer momento asiste al enfermo, debe remitir al Juez de
Guardia un informe con sus datos de identificación, fecha, lugar, identificación del
paciente, pequeña Historia Clínica, tratamientos aplicados (si es posible deberán ha-
ber sido comentados con la unidad de psiquiatría a la que se le traslada), modo de
traslado, ayuda de fuerzas de seguridad y centro psiquiátrico al que se deriva.
En este tipo de internamiento el médico actúa con carácter de autoridad, no preci-
sando autorización judicial previa para su intervención y puede y debe pedir ayuda
policial por tratarse de una alteración del orden público.
- Internamiento involuntario NO URGENTE: en ésta situación no existe riesgo inme-
diato pero se observa que el paciente precisa asistencia hospitalaria y él, permitien-
do o no su reconocimiento, o admitiendo o no su enfermedad, niega su ingreso hos-
pitalario. (Ver apartado de altas médicas-alta voluntaria). El médico debe realizar la
propuesta de ingreso al Juez de Guardia que examinará personalmente al enfermo
tras el dictamen del Médico Forense y autorizará o denegará su ingreso y avisará a
los servicios de ambulancia. La actuación médica se limitará a realizar el informe,
que no siempre será elaborado por Médicos Forenses (el Juez puede decidir que otro
facultativo que conozca el caso lo realice) y en el que deben constar las identifica-
ciones del médico y paciente, antecedentes personales, estado psicopatológico y las
consideraciones y conclusiones médicas oportunas. Una vez realizado el ingreso, la
Autoridad Judicial estará informada periódicamente y reevaluará al enfermo para
garantizar sus derechos.
- Internamiento involuntario EN MENORES: precisa autorización del tutor, informe
médico, informe de los Servicios de Asistencia al Menor y autorización judicial.
- Internamiento involuntario EN RESIDENCIAS DE ANCIANOS: si el anciano está in -
capacitado legalmente, el tutor designado por el Juez, dará el consentimiento para su
23
CAPÍTULO 3
DIAGNÓSTICO - TRATAMIENTO
RESULTADO
"Circular nº 5/00 de 18-05-00 del Presidente Ejecutivo del INSALUD sobre el Pro-
cedimiento para la gestión del contrato de Seguro de Responsabilidad Civil suscri-
to para el INSALUD ". (Ver apartado "Instrucciones sobre el procedimiento para la
gestión del contrato de seguro de Responsabilidad Civil del INSALUD"). "Estas Ins-
trucciones son de aplicación a las reclamaciones presentadas por hechos ocurridos
como consecuencia de la actividad sanitaria que incluyan una solicitud de indem-
nización o contraprestación económica, de cuantía determinada o indeterminada,
por daños o perjuicios corporales, materiales, y consecuenciales consecutivos cau-
sados a los mismos, con ocasión de la actividad desarrollada en los Centros, enti-
dades e instituciones pertenecientes al INSALUD o administrados por éste, y que se
encuentren amparados por el contrato de seguro suscrito con la compañía ase-
guradora ZURICH".
"El seguro ampara los costes y gastos judiciales y extrajudiciales que se deriven y
la prestación de fianzas para garantizar las resultas de dichos procedimientos".
▲ Dependiendo del lugar donde se reciba la reclamación se deberá actuar de una
forma determinada aunque las unidades administrativas o los profesionales recep-
tores de las mismas la pondrán de inmediato en conocimiento del responsable de
la Institución o Centro donde se presenten (Director territorial, Director provincial o
Gerente) quien impulsará y coordinará el proceso de cumplimentación del "Parte
de Reclamación del Seguro de Responsabilidad Sanitaria".
Copia de la reclamación a:
- Director territorial (o Prov.)
Unidad Administrativa GERENTE - Compañía aseguradora
Profesional Receptor Atención primaria o especializada - Todos los afectados
- Jefe de Servicio
- Director Médico
En caso de duda:
1.- Consultar al Jefe de la Guardia.
2.- Consultar a Dirección médica.
3.- Solicitar asesoramiento a la administración de justicia.
BIBLIOGRAFÍA
▲ Casas Sánchez J.D, Rodríguez Albarrán M. S. Manual de actuación Médica legal en Ur-
gencias. Madrid: Smithkline Beecham; 2000.
▲ Fernández-Cruz A, editor. Manual de habilidades para la Práctica Clínica. Madrid: Grupo
MSD; 1999.
28
MANUAL DE PROTOCOLOS Y A CTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
Capítulo 4
SOPORTE VITAL: ACTUACIÓN EN
URGENCIAS
P. Leal Sanz. - J.A. Cantalapiedra santiago
INTRODUCCIÓN
La actuación ante una parada cardiorrespiratoria constituye la emergencia médica
que, probablemente, más ansiedad produzca al médico en Urgencias. Una respues-
ta rápida y estructurada secuencialmente es fundamental para que la resucitación
cardiopulmonar sea exitosa. Sobre esta base y ante la necesidad de establecer unos
criterios comunes, sencillos y ordenados, en los últimos años se han ido creando pro-
tocolos de actuación basados en la evidencia científica y sencillez de manejo. Con es-
te propósito, resumiremos a continuación las recomendaciones establecidas en 1998
por el "European Resuscitation Council" según la declaración de consenso del "In-
ternational Liaison Committee on Resuscitation" (ILCOR) de 1997.
CONCEPTO
Estableceremos una serie de conceptos básicos en el ámbito de la resucitación car-
diopulmonar:
▲ PARADA CARDIORRESPIRATORIA:
Es la situación clínica que cursa con el cese brusco, espontáneo y potencialmen-
te reversible de la circulación y ventilación espontáneas. Constituye la muerte clí-
nica y, en pocos minutos, la muerte biológica por hipoxia tisular. Su causa ini-
cial puede ser:
● Respiratoria: la hipoxia inicial conducirá al posterior cese de la función car-
díaca. Es la causa más frecuente de parada cardiorrespiratoria de origen pe-
diátrico.
● Cardíaca: el cese brusco de la actividad cardíaca condiciona la anoxia tisular,
daño neurológico e inmediato paro respiratorio. Se asocia a alteraciones del rit-
mo cardíaco: fibrilación ventricular, taquicardia ventricular sin pulso, asistolia y
disociación electromecánica. En el adulto, la enfermedad coronaria constituye la
causa más frecuente de parada cardiorrespiratoria.
▲ RESUCITACIÓN CARDIOPULMONAR:
Engloba el conjunto de maniobras destinadas a revertir la parada cardiorrespira-
toria en un intento de reinstaurar la ventilación y circulación espontáneas.
● Resucitación cardiopulmonar básica: constituída por el conjunto de maniobras
y técnicas necesarias para identificar a los pacientes en parada cardiorrespira-
toria, realizando una sustitución precaria de las funciones cardíacas y respira-
toria, hasta que pueda recibir tratamiento especializado. No se utiliza material
salvo los mecanismos de barrera.
● Resucitación cardiopulmonar avanzada: conjunto de maniobras y técnicas cu-
yo objetivo final es el tratamiento definitivo de la parada cardiorrespiratoria,
hasta normalización de las funciones respiratoria y circulatoria.
30
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
▲ SOPORTE VITAL:
Este concepto conlleva dos objetivos:
a) PREVENCIÓN del paro respiratorio y reconocimiento de los signos clínicos de
alarma.
b) MANIOBRAS DE SOPORTE para situaciones de emergencia incluidas el paro
cardíaco o respiratorio.
● Soporte vital básico: realizado sin otro material que los mecanismos de barre-
ra utilizados para la ventilación con aire exhalado. Incluye el conocimiento del
sistema de respuesta ante una emergencia médica que permita prevenir la ins-
tauración de la parada cardiorrespiratoria y en ese caso iniciar maniobras de
resucitación cardiopulmonar.
● Soporte vital avanzado: amplía el concepto de resucitación cardiopulmonar
avanzada, incluyendo las acciones necesarias para la prevención y el trata-
miento de situaciones de riesgo vital así como los cuidados intensivos para pa-
cientes con cardiopatía crítica.
▲ CADENA DE SUPERVIVENCIA:
El manejo de una parada cardiorrespiratoria en el Servicio de Urgencias repre-
senta el eslabón final de la llamada "cadena de supervivencia", constituida por
una serie de actuaciones:
● Activación de un Sistema de Emergencias.
Figura 4.1: Soporte vital básico: algoritmo de actuación: según recomendaciones del
E.R.C. (Copenhague 1998), adoptadas por el Plan Nacional de RCP de la SEMICYUC.
COMPROBAR CONSCIENCIA
SI GRITAR Y SACUDIR
NO
Observar y tratar:
Hemorragias
Atragantamiento
ABRIR LA VÍA AÉREA
ELEVACIÓN
MANDIBULAR
COMPROBAR VENTILACIÓN
SI
VENTILAR
DOS INSUFLACIONES
EFECTIVAS
SI
PALPAR
Continuar ventilación (signos de circulación)
NO
COMPRESIÓN TORÁCICA
100/minuto (2:15)
Comprobar circulación
(cada minuto)
Figura 4.2: Soporte vital avanzado: algoritmo de actuación: según recomendaciones del
E.R.C. (Copenhague 1998), adoptadas por el Plan Nacional de RCP de la SEMICYUC.
PARO CARDÍACO
Colocar DESFIBRILADOR-MONITOR
Valorar RITMO
Comprobar PULSO
FV/TV No TV/FV
DURANTE LA RCP:
1º.- Desfibrilación secuenciada a 200-200-360 julios sin levantar las palas del des-
fibrilador del pecho del paciente y esperando unos segundos entre cada des-
carga para valorar ritmos de salida postdesfibrilación. Si persiste:
2º.- Secuencia de 5 compresiones/ una ventilación durante un minuto.
3º.- Valorar ritmo y comprobar pulso.
4º.- Nueva serie de tres desfibrilaciones a 360-360-360 julios. Series posteriores se
realizarán siempre con estos niveles de energía.
5º.- Nueva secuencia de compresiones torácicas y ventilaciones durante un minuto.
Esta serie de maniobras se continúa las veces necesarias sin suspender la resu-
citación cardiopulmonar mientras persistan estos ritmos en el monitor.
Durante la resucitación cardiopulmonar se valorará:
● Intubación orotraqueal y canalización de vía venosa.
● Soporte Vital Avanzado ante paro cardíaco con ritmos distintos a la fibrilación
ventricular y taquicardia ventricular sin pulso:
Estos ritmos tienen peor pronóstico que la taquicardia ventricular sin pulso y la fibri-
lación ventricular. En el caso de la asistolia, la respuesta a las maniobras de resuci-
tación es menor del 5% si la causa es cardiopatía, pero aumenta la supervivencia en
otras situaciones como la hipotermia, ahogamiento, intoxicaciones y cuando es la ex-
presión final de bradicardias severas.
El soporte vital en estos ritmos está basado fundamentalmente en la secuencia de
compresiones/ventilaciones en serie de 3 minutos, con valoración del ritmo y pul-
so de forma periódica. Durante las mismas se planteará la realización lo más pre-
coz posible de:
● Intubación orotraqueal y canalización de vía venosa.
artefactos.
● Estudiar posibles causas de la parada cardiorrespiratoria.
suficientemente su utilidad sino que en algunos casos pueden tener efectos ad-
versos.
● Se considerará la implantación de marcapasos si existe alguna actividad eléc-
Mascarilla laríngea:
Es una alternativa a la intubación difícil aunque no aísla completamente la vía
aérea, pudiendo existir algún pequeño riesgo de aspiración.
Cricotiroidotomía y punción cricotiroidea:
Indicadas en obstrucción grave de la vía respiratoria e imposibilidad de intuba-
ción si la oxigenación es vital para revertir la parada cardiorrespiratoria.
● SOPORTE CIRCULATORIO:
Se practica masaje cardíaco externo a frecuencia de 100 latidos por minuto.
● FÁRMACOS Y VÍAS DE ADMINISTRACIÓN:
Fármacos:
1. ADRENALINA: fármaco de elección ante parada cardiorrespiratoria en pre-
sencia de cualquier tipo de ritmo en el monitor.
Presentación: ampollas de 1mg en 1 ml de solución al 1/1.000.
Dosis: 1miligramo/intravenoso cada 3 minutos seguido de 20 mililitros de
suero.
2. ATROPINA: utilizado en dosis única de 3 miligramos tras acceso venoso en
situación de parada con ritmos distintos a la fibrilación ventricular y taqui-
cardia ventricular sin pulso.
Presentación: ampollas de 1mg. en 1 ml.
3. LIDOCAÍNA: se plantea su utilización tras 4 series de desfibrilación sin éxito.
Presentación: ampollas de 10 ml. al 1% = 100 mg.
Dosis: 1-1,5 miligramos/kilogramo de peso que se pueden repetir cada 5-
10 minutos hasta una dosis máxima de 3 miligramos/kilo peso.
4. Se valorará de forma individualizada la administración de bretilio, magne-
sio, procainamida o calcio.
5. BICARBONATO: utilizado sólo tras varios ciclos de resucitación no eficaz y con
pH < 7,10 o exceso de bases menor de –10 mEq./l, a dosis de 40-50 mEq.
Presentación: -Ampollas de 1 molar con 10 ml. y 10 mEq.
-Frascos de 1 molar de 100 ml. con 100 mEq.
-Frascos de 1/6 molar con 250 ml. y 41,5 mEq.
-Frascos de 1/6 molar con 500 ml. y 83 mEq.
-Frascos de 0,69 molar con 250 ml. y 172,5 mEq.
Vías de administración:
- DE ELECCIÓN INICIAL:
Periférica supradiafragmática: antecubital.
Yugular externa.
- VÍAS CENTRALES:
Yugular interna.
Subclavia.
Femoral.
- VÍA ENDOTRAQUEAL:
Permite la administración de fármacos (atropina, naloxona, adrenalina, li-
docaína).
Dosis: 2,5-3 veces superior a las necesarias por la vía intravenosa, segui-
do de 10 mililitros de suero fisiológico por el tubo y 5 insuflaciones con el
resucitador manual.
39
CAPÍTULO 4
- VIA INTRAÓSEA:
Permite administrar fármacos y fluídos (incluido sangre) a las mismas do-
sis que la vía intravenosa.
En el adulto la punción intraósea se realiza proximal al maleolo interno,
en la parte distal de la tibia con angulación de 90º.
CUIDADOS POSTRESUCITACIÓN
Una vez restablecido el ritmo cardíaco eficaz en un paciente que ha sufrido parada
cardiorrespiratoria hay que considerar una serie de cuidados para mantener una
adecuada función cardiopulmonar, perfusión tisular y, si es posible, corregir aquellas
complicaciones derivadas de la propia parada cardiorrespiratoria.
La mitad de los pacientes que sobreviven a una parada cardiorrespiratoria presentan
déficits neurológicos moderados o severos al cabo de un año. Esto depende de:
1.- Duración de la isquemia cerebral hasta el inicio de la resucitación cardiopulmonar.
2.-Hipoperfusión cerebral durante la resucitación cardiopulmonar.
3.- La situación cardíaca previa.
4.- El agravamiento del daño cerebral tras la recuperación del latido cardíaco eficaz,
que se produce por una perfusión cerebral inadecuada durante la hiperemia pos-
tresucitación.
Estableceremos dos tipos de medidas:
▲ CUIDADOS ENCAMINADOS A EVITAR LA RECURRENCIA DE LA PARADA
CARDIORRESPIRATORIA:
● Identificar la causa de la parada cardiorrespiratoria.
● Intentar corregir desequilibrios hidroelectrolíticos.
● Valorar la posibilidad de revascularización en el caso de que la causa sea car-
diopatía isquémica aguda.
● Control continuo de la vía aérea.
Dobutamina
Presentación: ampollas de 250 mg. en 20 ml. de suero = 12,5 mg./ml.
Dosis: 2-20 microgramos/kilo/minuto.
Noradrenalina
Presentación: ampollas de 1cc = 1mg.
Dosis: 2-10 microgramos/minuto.
● Mantener normoxia y normoventilación.
● Controlar posible hiper/hipoglucemia.
● Analgesia y sedación.
● Evitar el aspirado del contenido gástrico: colocación de sonda nasogástrica.
● Diagnóstico y tratamiento de las posibles complicaciones de la resucitación car-
diopulmonar (desplazamiento del tubo endotraqueal, lesiones costales, neumo-
tórax, taponamiento cardíaco).
● Tratamiento de las posibles convulsiones (pueden aumentar el metabolismo ce-
rebral en un 300-400%). Su control es vital para evitar el agravamiento de las
secuelas neurológicas.
Diacepam Dosis: 5-10 miligramos/iv (lentamente).
Clonacepam Dosis: 1 miligramo /iv (lentamente).
BIBLIOGRAFÍA
▲ Consejo Español de RCP. Manual de Soporte Vital Avanzado. 2ª Edición. Barcelona: Mas-
son; 1999.
▲ Basic Support Working Group of the European Resuscitation Council. The 1998 European
Resuscitation Council guidelines for adult single rescuer basic life support. British Medical
Journal 1998 June 20; 316 (7148): 1870-1876.
▲ Sociedad Española de Medicina de Emergencias. Subcomité de RCP. Recomendaciones en
Resucitación Cardiopulmonar Básica. Madrid: Arán; 1995
▲ N. Perales y Rodríguez de Viguri. Avances en emergencias y resucitación. Barcelona: Edika
Med; 1996.
▲ Advanced Life Support Working Group of the European Resuscitation Council. The 1998 Eu-
ropean Council guidelines for adult advanced life support. British Medical Journal 1998 Ju-
ne 20; 316 (7148): 1863-1869.
▲ Coma I, García I, Ruano M, Loma A, Malpartida F, Rodríguez JE. Guías de actuación clíni-
ca de la Sociedad Española de Cardiología en Resucitación cardiopulmonar. Revista Clínica
Española de Cardiología 1999 52: 589-603.
▲ Advisor y Statements of the International Liaison Committee on Resuscitation 1997. 97-149.
Circulation 1007 95: 2172-2210.
41
CAPÍTULO 5
Capítulo 5
MANEJO INICIAL DEL POLITRAUMATIZADO
EN URGENCIAS
A. Blanco Bravo
INTRODUCCIÓN
▲ Se puede definir el politraumatizado como todo herido con lesiones orgánicas
múltiples producidas en un mismo accidente y con repercusión circulatoria y/o
ventilatoria, que conlleve riesgo vital.
▲ El politraumatizado puede serlo solamente del aparato locomotor, por lo que se les
denomina polifracturados. Si las lesiones son sólo viscerales se dice que estamos
ante un politraumatizado visceral. Si se combinan las dos, lo que ocurre la mayor
parte de las veces, hablamos de politraumatizado mixto. La enfermedad traumá-
tica representa hoy día en occidente la principal causa de muerte en las primeras
cuatro décadas de la vida. La correcta valoración y tratamiento inicial de estos pa-
cientes ha sido desde hace años establecida por el "American College of Surge-
ons" y universalmente aceptada debido a su sencillez. El objetivo es, dado las múl-
tiples lesiones que presentan estos pacientes, el diagnóstico y tratamiento de las
mismas por orden de importancia, para lograr la reanimación eficaz del enfermo.
El orden de actuación es fundamental para tener éxito, no debiendo pasar de un
nivel a otro sin haber resuelto o puesto en práctica las medidas para solucionar el
anterior. Por ejemplo: no debemos drenar un neumotórax a tensión si el enfermo
tiene la vía aérea obstruida y no hemos conseguido permeabilizarla. Este mismo
orden evita que la "acumulación de síntomas graves" nos haga perder un tiempo
precioso al intentar resolver todo a la vez y no saber por donde empezar. Por otro
lado, la reevaluación continua del paciente durante las primeras horas hasta su es-
tabilización es fundamental. Globalmente, la mitad de las muertes se producen an-
tes de la hospitalización del paciente y las restantes en el hospital, ocurriendo el
60% de ellas dentro de las primeras 4 horas después del ingreso. Estos enfermos
se mueren habitualmente en cuestión de minutos en las roturas de corazón y gran-
des vasos, y en horas, si la causa es hemoneumotórax, trauma craneal o rotura de
hígado o bazo, y en días-semanas, por sepsis o fallo multiorgánico. El objetivo
principal es el segundo grupo, ya que múltiples estudios demuestran que muchas
de estas muertes son previsibles y tratables por un equipo bien entrenado.
1.-Reconocimiento primario
1. Asegurar permeabilidad de la vía aérea (cuadro 5.1) con control de la columna
cervical.
2. Asegurar correcta ventilación/oxigenación descartando neumotórax a tensión.
3. Control circulatorio: identificar y tratar el shock; cohibir la hemorragia externa.
4. Valoración neurológica: despistar edema cerebral y posibles urgencias de
neurocirugía. Hacer Escala de Coma de Glasgow.
5. Acabar de desnudar al paciente y colocar sondas (nasogástrica y vesical).
42
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
Paciente grave
Dificultad respiratoria No
Sí
Sí No
Cánula orofaríngea
Aspirar, limpiar y retirar
Sí
Ventila bien espontáneamente
RECONOCIMIENTO PRIMARIO
1.- Asegurar permeabilidad de la vía aérea con control de la columna cervical.
Lo primero que debemos hacer es acercarnos al enfermo y preguntarle su nombre:
a) Si contesta: nos indica que su vía aérea está permeable y su cerebro perfundi-
do. Entonces, administramos oxígeno a alto flujo (50%).
b) Si el paciente no contesta: debemos abrir la boca y mirar. La causa más fre-
cuente de muerte evitable en traumatismos graves, es la obstrucción de la vía
aérea por la lengua al disminuir el nivel de conciencia. Si la vía aérea está obs-
truida por sangre o líquido lo aspiramos, si son sólidos, se sacan con pinzas o
43
CAPÍTULO 5
con los dedos, y si es por la lengua se coloca una cánula de Guedel. Si el pro-
blema no se resuelve se procede a intubación orotraqueal. Excepcionalmente si
no se consigue la intubación, se realiza cricotirotomía ó traqueotomía.
Todas estas técnicas se realizan con riguroso control cervical.
2.- Control de la respiración.
Una vez permeabilizada la vía aérea, procederemos a desvestir el tórax y visuali-
zar los movimientos respiratorios que deben ser simétricos en ambos hemitórax.
Comprobamos la integridad de la pared torácica, asi como la profundidad y fre-
cuencia de la respiración.
Lo inmediato y más urgente es descartar la presencia de neumotórax a tensión. El
silencio absoluto en la auscultación o la presencia de enfisema subcutáneo rápi-
damente progresivo, con clínica de grave insuficiencia respiratoria, son datos su-
gestivos de esta complicación.
Si existe este problema y sin necesidad de hacer radiografía de tórax, se procede-
rá a colocar catéter tipo Abbocath grueso (nº 14) en 2º espacio intercostal, línea
medio clavicular, y posteriormente tubo torácico de drenaje pleural, en 4º-5º espa-
cio intercostal, línea medio axilar.
3.- Control de la circulación y de la hemorragia.
Se debe controlar inmediatamente la hemorragia externa aplicando compresión
local directa.
La morbi-mortalidad del shock hipovolémico guarda relación directa con la dura-
ción del mismo. Para identificar la hipovolemia debemos explorar:
- Pulso: fijándonos en su amplitud, frecuencia y regularidad.
- Piel: una piel fría, pálida y sudorosa nos indica hipoperfusión.
- Relleno capilar: si es superior a dos segundos indica lo mismo.
La tensión arterial en las primeras fases del shock, puede ser normal ("fase de com-
pensación"), lo cual puede inducir a errores. Si se considera el enfermo como hi-
povolémico se deben canalizar dos vías periféricas de grueso calibre (G14) e in-
fundir rápidamente soluciones isotónicas, como Ringer lactato o suero salino al
0’9%, en sobrecarga de 1.000-2.000cc en diez minutos, valorando la respuesta
hemodinámica del paciente y repetir si es preciso.
Se extraen muestras de sangre para analítica de rutina y pruebas cruzadas. Se
monitoriza ECG.
4.- Examen neurológico.
Se debe despistar con urgencia la presencia o no de focalidad neurológica y va-
lorar la necesidad de TAC.
Se debe explorar: Escala de Coma de Glasgow, tamaño y reacción pupilar y nivel
de conciencia.
5.- Desnudar completamente al paciente y colocar sondas.
▲ Nasogástrica: en traumatismos faciales colocar siempre por la boca por el peligro
de introducirla en la fosa craneal media.
▲ Vesical: evitar el sondaje cuando se vea sangre en meato o hematoma escrotal.
RECONOCIMIENTO SECUNDARIO
Una vez salvada la urgencia vital se procede a un examen exhaustivo desde la cabe-
za a los pies basado en la inspección, palpación y auscultación.
Asimismo se solicita como mínimo radiografía de tórax, lateral de cervicales y antero-
posterior de pelvis.
Se realiza inmunización antitetánica.
44
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
TÓRAX
INSPECCIÓN
PALPACIÓN Drenaje
AUSCULTACIÓN
Compromiso
Enfisema subcutáneo hemodinámico
Hipoventilación
uni o bilateral
Valorar tubo de drenaje Taponamiento
pericárdico
Hemoneumotórax Monitorización ECG
Rx de tórax Contusión pulmonar
Traumatismo
abdominal
ABIERTO CERRADO
Hemodinámicamente Hemodinamicamente
LAPAROTOMÍA estable inestable
LAPAROSCOPIA
Exploración clínica Punción lavado peritoneal
Laparotomía Observación
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Cachecho R, Clas D, Gersin K, Grindlinger GA. Evolution in the management of the complex
liver injury at a level I trauma center. J Trauma 1998; 45: 79-82.
▲ Fuss MA, Pasquale MD. Clinical management protocols: the bedside answer to clinical prac-
tice guidelines. J Trauma Nurs 1998; 5: 4-11; quiz 27-28.
▲ Blow O, Bassam D, Butler K, Cephas GA, Brady W, Young JS. Speed and efficiency in the re-
suscitation of blunt trauma patiens with multiple injures: the adventage of diagnostic peritone-
al lavage over abdominal computerized tomography. J Trauma 1998 ; 44: 287-90.
47
CAPÍTULO 6
Capítulo 6
TÉCNICAS INVASIVAS EN URGENCIAS
M.P. Gil Ibañez - A. Barbado Cano - A. Julián Jiménez
INTUBACIÓN OROTRAQUEAL
Es la técnica de elección para el aislamiento definitivo de la vía aérea.
La intubación es útil en Urgencias para:
▲ Apertura de la vía aérea.
▲ Evitar el paso de cuerpos extraños a la vía aérea.
▲ Facilitar la ventilación artificial.
▲ Administración de fármacos (hasta el acceso intravenoso).
Criterios de intubación
Trabajo respiratorio excesivo (más de 40 r.p.m.).
Hipoxemia progresiva rebelde al tratamiento (p O2<50) con medios no invasivos.
Acidosis respiratoria progresiva (p CO2>50-60 y pH<7,2).
Apertura de la vía aérea en obstrucciones de la misma.
Protección de la vía aérea en pacientes en coma.
Material
● Laringoscopio de pala recta/curva ● Cánula orofaríngea.
(varios tamaños). ● Lubricante anestésico hidrosoluble.
● Tubo endotraqueal con manguito distal de ● Bolsa autohinchable con válvula y
neumotaponamiento (*) y con fiador o guía. conexión estándar a tubo endotraqueal.
● Dispositivo de aspiración (y sondas) nº 14. ● Fuente de oxígeno, bolsa reservorio.
● Jeringuilla de 5-10 cc (para hinchar el manguito) ● Vendas de hilo, esparadrapo.
● Fiadores semirrígidos. ● Guantes de látex.
● Pinzas de Kocher.
● Pinzas curvas de Magill.
(*) En adultos varones se usa del nº 8,5 y en mujeres se usa del nº 8. Se cogen el seleccionado junto
a otro mayor y otro menor a ése por si se necesitan.
Técnica:
1º. Colocados en la cabecera del enfermo: extraer prótesis y aspirar secreciones,
sangre o vómito.
2º. Ventilar y oxigenar al 100% del paciente con bolsa autohinchable con mascari-
lla y válvula conectada a reservorio y a la fuente de oxígeno.
3º. Seleccionar y comprobar el material adecuado en función de la complexión del
paciente y de la situación clínica en concreto.
4º. Lubrificar el tubo endotraqueal.
5º. Posición del paciente: ligera flexión cervical inferior con hiperextensión modera-
da de la primera articulación cervical (para conseguir la alineación de boca, fa-
ringe y laringe).
6º. Suspender la ventilación-oxigenación como máximo durante 20 segundos, para
realizar la maniobra de intubación (punto 7º), se controlará por algún ayudante
en el pulsioxímetro la oxigenación del paciente.
7º. Maniobra de intubación:
7.1.- Abrir la boca del paciente y visualizar la cavidad bucal y la vía de acceso.
48
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
7.2.- Con la mano izquierda asir el mango del laringoscopio e introducirlo por
la comisura bucal derecha de manera que la aleta desplace la lengua a la
izquierda.
7.3.- Visualizar la epiglotis para situar la punta de la pala en la vallécula (rece-
so gloso-epiglótico).
7.4.- Traccionar con la mano izquierda hacia delante y arriba, es decir, a 90º
respecto de la pala del laringoscopio (cuidado: no apoyarse en los incisi-
vos centrales superiores). Está correctamente situado si se visualizan las
cuerdas vocales y los cartílagos aritenoides.
7.5.- Cuando sólo se visualiza la comisura posterior de la glotis, puede realizar
"la maniobra de Sellick": un ayudante presiona hacia abajo sobre el car-
tílago cricoides.
8º. Introducir con la mano derecha el tubo endotraqueal sobre el canal de la pala
hasta atravesar las cuerdas vocales y llegar a la tráquea con el manguito de neu-
motaponamiento (justo al dejar de verlo tras pasar la glotis). No forzar el avan-
ce. Habitualmente la comisura bucal corresponde con la marca en el tubo de los
23-25 cms. en el varón y 21-23 cms en la mujer; de este modo queda coloca-
da la punta del tubo al menos a 2 cms de la carina.
9º. Retirar el laringoscopio sin mover el tubo.
10º. Inflar el manguito de taponamiento con 5 -10 cms de aire en una jeringuilla y
retirar el fiador o guía.
11º. Insuflar a través del tubo con la bolsa de ventilación manual para comprobar el
correcto posicionamiento del mismo al auscultar ventilación en ambos hemitórax
simétricamente, y en ausencia de ruidos hidroaéreos en epigastrio.
12º. Colocar una cánula orofaríngea lateralizando el tubo endotraqueal.
13º. Fijar el tubo y la cánula al cuello mediante cinta o venda de hilo, con nudo de
vuelta de cabo o con un fijador comercial.
14º. Conectar el tubo a la fuente de oxígeno y ventilar artificialmente.
Complicaciones agudas
● Intubación endobronquial o intubación endoesofágica.
● Obstrucción por hiperinsuflación del manguito, por secreciones, por acodaduras del tubo
o por mordedura del tubo.
● Desplazamiento del tubo.
● Traumatismos, laceraciones, perforaciones o hemorragias de los dientes o tejidos blandos.
● Aspiración de contenido gástrico.
49
CAPÍTULO 6
Indicaciones
● Administración de fármacos y/o fluidos.
● Extracción muestras para el laboratorio.
● Acceso a circulación venosa central (con el extremo distal de catéteres largos).
Posibles contraindicaciones
● Infección partes blandas zona de punción.
● Flebitis o linfedema de la extremidad.
● Fístula arteriovenosa.
Material
● Gasas, guantes y apósitos estériles.
● Torniquete ("cinta de Smarck").
● Antiséptico local (povidona yodada).
● Sistema de gotero, llave de tres pasos y suero.
● Catéteres (tipos):
- aguja metálica ("palomilla").
- catéter de plástico montado sobre aguja (angiocatéter, Abbocath‚).
- catéter insertado dentro de una aguja (intracatéter, de menor uso).
Técnica:
1º. Lugar de elección: la vena antecubital es segura y rápida de obtener, venas del
brazo (basílica, cefálica) y del dorso de manos, cuanto más distal mejor.
2º. Colocar un torniquete o elástico por encima del lugar de punción.
3º. Aplicar solución antiséptica sobre la piel.
4º. Fijar y traccionar la piel para evitar desplazamiento de la vena.
5º. Venopunción con bisel hacia arriba e inclinación de 20-30º.
6º. Introducir la cánula hasta que se observe reflujo de sangre.
- Angiocatéter: al entrar en la vena fijar la aguja, luego avanzar la cánula y re-
tirar la aguja.
- Intracatéter: canalizada la vena, avanzar catéter a través de la aguja.
7º. Retirar torniquete o cinta elástica.
8º. Extraer muestras. Conectar con el sistema de infusión.
Complicaciones
● Hematoma.
● Punción estructuras adyacentes (arterias, nervios).
● Infección: local (flebitis) o sistémica (bacteriemia, sepsis).
● Trombosis venosa, enfermedad tromboembólica.
Indicaciones
● Ausencia o dificultad para canalizar un acceso periférico.
● Administración fármacos irritantes, tóxicos o vasoactivos, soluciones hipertónicas o
irritantes.
● Nutrición parenteral.
● Monitorización hemodinámica (PVC, PCP, gasto cardíaco).
● Aporte urgente de gran volumen de fluidos.
● Colocación de marcapasos temporal endocavitario.
● Hemodiálisis.
● Catéteres de luz múltiple (medicación incompatible, vasopresores).
● Radiología vascular intervencionista.
Posibles contraindicaciones
● Generales :
- Diátesis hemorrágica severa, alteraciones de la coagulación.
(Tº Quick < 50-60 %, Plaquetas < 50.000mm).
- Infección local.
- Trombosis del vaso elegido.
- Agitación psicomotriz.
● Particulares :
VÍA YUGULAR INTERNA
- Cirugía o radioterapia cervical.
- Síndrome de vena cava superior.
- Reanimación cardiopulmonar (obligaría a pararla).
VÍA SUBCLAVIA
- Cirugía o radioterapia subclavicular.
- Neumotórax contralateral.
- Síndrome de vena cava superior.
- Reanimación cardiopulmonar (obligaría a pararla).
VÍA FEMORAL
- Cirugía inguinal previa.
- Injerto protésico femoral.
51
CAPÍTULO 6
Material
● Bata, mascarilla, guantes, paños, gasas y gorro estériles.
● Antiséptico local (povidona yodada).
● Anestésico local (mepivacaína al 1%).
● Jeringas de plástico (5 y 10 ml), agujas intramusculares y hoja de bisturí.
● Trócar y guía metálica (0,035, en J y de mayor longitud que el catéter que se coloca),
dilatador.
● Sutura y apósito local.
Técnica:
1º. Posición del enfermo: en decúbito supino y con la extremidad inferior extendida
y en discreta abducción de cadera.
2º. Lugar de punción: abordaje a 1-2 cms medial a la arteria femoral y a unos 3 cms
debajo del ligamento inguinal con aguja en dirección 45º hacia la vena respecto
al plano cutáneo.
3º. Resto de la técnica igual que vía subclavia (Seldinger).
PARACENTESIS
Definición: punción percutánea para la evacuación de líquido de la cavidad perito-
neal con fines diagnósticos o evacuadores (terapéutica).
53
CAPÍTULO 6
Indicaciones
● Deterioro clínico: ascitis asociada a fiebre, dolor abdominal, alteración del estado
mental, ìleo intestinal, encefalopatía de reciente inicio o hipotensión.
● Signos de infección de laboratorio: leucocitosis periférica, acidosis o alteración de la
función renal en paciente con ascitis sin otro foco o con sospecha de peritonitis bac-
teriana espontánea o peritonitis bacteriana secundaria.
● Ascitis a tensión.
● Ascitis asociada a insuficiencia respiratoria.
● Ascitis refractaria a tratamiento médico.
● Sospecha de hemoperitoneo.
● Ascitis con lesión ocupante de espacio en hígado.
Posibles contraindicaciones
● Coagulopatía severa y/o trombocitopenia severa (Quick <50%, plaquetas <50.000),
asociado a fibrinolísis primaria o a una CID clínicamente manifiesta (única absoluta).
● Dilatación importante de las asas intestinales u obstrucción intestinal (íleo).
● Infección de la pared abdominal.
● Deformidad de la pared abdominal por cirugía previa.
● Hepato y/o esplenomegalia gigante.
● Gran hipertensión portal con varices peritoneales.
● Embarazo (relativa).
● Colecciones pequeñas (relativa).
Material
● Guantes, apósitos, paños fenestrados ● Jeringa de 10 ml.
y tubos estériles. ● Aguja intramuscular.
● Apósito oclusivo. ● Abbocath 14-16G.
● Anestésico local (clorhidrato de ● Sistema de venoclísis de 3 pasos.
Mepivacaína al 1%). ● Frasco de vacío y sistema para
● Antiséptico de piel (povidona yodada). conexión.
Técnica:
1º. Posición del enfermo: colocar al
paciente en decúbito supino, con
30-45 º de elevación del cabecero,
y ligeramente lateralizado hacia la
izquierda.
2º. Localizar el punto de punción en
hemiabdomen inferior izquierdo:
en la línea imaginaria que va des-
de el ombligo hasta la espina ilíaca
antero-superior izquierda, en el
punto de unión del 1/3 externo con
los 2/3 internos.
3º. Desinfectar la piel con antiséptico en solución. Se aplicará en espiral, desde el
punto de punción hacia fuera, 3 veces.
4º. Colocar paños de campo estéril.
5º. Puncionar en el punto elegido, perpendicularmente a la pared abdominal, pro-
gresando-aspirando hasta obtener líquido. Si existe edema de pared importan-
te, hacer la punción con angiocatéter y, si es preciso, bajo control ecográfico.
54
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
6º. Conectar a llave de tres pasos para realizar sucesivas extracciones de muestras
para laboratorio. Observar características macroscópicas del contenido. Ante la
sospecha de hemoperitoneo avisar al cirujano de guardia.
7º. Tras finalizar las extracciones retirar la aguja de la pared abdominal (normal-
mente no se hará una evacuación superior a los 4.000-5.000 ml)
8º. Desinfectar con antiséptico y cubrir con apósito la región de punción.
9º. Expansión de volumen con infusión de albúmina endovenosa lentamente a ra-
zón de 8 gr por cada litro de líquido extraído (como alternativa se podrá infun-
dir Poligelina al 3.5% o Hidroxietilalmidón al 6% a razón de 150 ml por cada
litro de líquido extraído).
10º. Colocar al paciente en decúbito lateral derecho durante unos 60-90 minutos.
Determinaciones
A. Bioquímica: proteínas/glucosa/recuento celular y fórmula/LDH/albúmina/proteínas
totales y, de modo electivo, amilasa, marcadores, TG, Br, ADA, pH.
B. Microbiología: Gram/cultivo (jeringa cerrada sin aire para anaerobios), muestra en
frasco de hemocultivos, muestra para Ziehl y medio Lowestein.
C. Anatomía patológica: citología.
Complicaciones
● Neumoperitoneo.
● Hemorragia incisional (laceración de vasos epigástricos).
● Íleo paralítico (perforación intestinal).
● Hemoperitoneo (laceración de vasos epiplóicos o mesentéricos).
● Perforación de la vejiga.
● Perforación de útero grávido.
● Peritonitis.
● Absceso parietal.
ARTROCENTESIS
Definición: punción percutánea en la cavidad articular para extracción de líquido si-
novial.
Indicaciones
● Monoartritis sobre todo si hay sospecha de artritis séptica.
● Alivio de dolor en derrames a tensión.
● Confirmación de hemartros o lipohemartros en artritis traumática.
● Evaluación inicial de derrame articular no traumático.
Posibles contraindicaciones
● Infección de partes blandas y/o piel periarticular.
● Trastorno grave de la coagulación (actividad de protombina <50%; plaquetas
<50.000).
● Bacteriemia.
● anatómica.
● Alteración psicomotriz del paciente o falta de colaboración.
55
CAPÍTULO 6
Material
● Guantes, gasas, paños fenestrados ● Aguja intramuscular del 20.
estériles. ● Angiocatéter 16-18 G.
● Solución antiséptica. ● Tubo estéril con oxalato potásico
● Jeringa desechable de 5-10 ml. (para glucosa).
● Anestésico local (clohidrato de ● 3 Tubos con heparina sódica al 1%.
mepivacaína al 1%). ● Frascos de hemocultivos.
● Apósito para vendaje.
Técnica:
1º. Colocar al paciente en posición cómoda (ver cada articulación, su postura).
2º. Localizar anatómicamente el punto de punción (ver cada articulación).
3º. Desinfectar la piel con povidona yodada previo lavado de la zona con jabón y
secado riguroso. Se aplicará en espiral, desde el punto de punción hacia fuera,
por 3 veces.
4º. Colocar los paños estériles.
5º. Anestesiar por planos sin llegar a la cavidad articular.
6º. Realizar punción perpendicular a la piel y progresar la aguja ejerciendo vacío
ligero mediante el émbolo de la jeringa. Nunca traccionar de la piel ni guiar la
aguja con el dedo.
7º. Extraer las muestras de líquido sinovial. Realizar glucemia simultánea.
8º. Retirar la aguja lentamente.
9º. Aplicar apósito realizando ligera presión compresiva.
Rodilla
a) Decúbito supino.
b) Rodilla extendida.
c) Cuádriceps relajado (rótula deslizable horizon-
talmente sin resistencias).
d) Delimitar a la palpación el plano posterior de la
rótula.
e) Sujetar la rótula; abordar en la mitad del eje
longitudinal de la misma, por su borde medial,
e introducir la aguja en la línea interarticular. Si
el derrame es excesivo, puncionar a 1-2 cm por
encima del polo proximal de la rótula.
f) Comprimir manualmente, y de forma suave, en
el fondo de saco subcuadricipital.
56
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
Tobillo
a) Decúbito supino.
b) Flexionar la rodilla haciendo apoyo del pie en la
camilla (ligera flexión plantar) o en posición neu-
tra del tobillo.
c) Palpar la línea interarticular (línea imaginaria
que une los maleolos). Localizar el tendón del fle-
xor largo del 1º dedo (identificado mediante la
flexión dorsal del 1º dedo del pie). Puncionar
ahí, a nivel del relieve superior del astrágalo.
d) Inmediatamente medial al tendón del flexor largo del 1º dedo, a 2 cm próximo al
vértice del malelo interno, medial al tendón del tibial anterior (identificado al fle-
xionar dorsalmente el pie de manera activa siendo el más interno de los tendones
que pasan por la corredera tarsiana).
e) Introducir la aguja a 45º sobre el plano de la piel y en dirección postero-lateral
hacia el talón.
Hombro
a) Paciente sentado.
b) Mano colgante con brazo en rotación interna for-
zada.
c) Relajar del hombro.
d) Vía anterior: delimitar con el dedo índice la apó-
fisis coracoides, introducir la aguja a 1,5 cm de-
bajo de la punta del acromion, en dirección a la
coracoides, y medial a la cabeza del húmero.
e) Vía posterior: introducir la aguja a 1-2 cm por
debajo del acromion en su borde postero-lateral,
avanzando antero-medialmente hacia la coracoi-
des, hasta tocar hueso.
Codo
a) Paciente sentado.
b) Flexionar el codo a 90º sobre su regazo con el
antebrazo en prono-supinación intermedia.
c) Palpar el triángulo supraolecraneano (entre la
punta del olécranon, el epicóndilo y la cabeza
radial).
d) Puncionar en el medio de la línea entre la punta
del olécranon y el epicóndilo, introduciendo la
aguja a 45º respecto al plano horizontal y per-
pendicular al eje longitudinal del antebrazo.
57
CAPÍTULO 6
Muestras a enviar
A. Bioquímica: glucosa/ recuento celular y fórmula/ proteínas/ LDH/ ADA/ muccina/
ácido láctico/ complemento/ lípidos/ enzimas.
B. Microbiología: Gram/ cultivo (valorar estudio para Micobacterias; hongos; gonococo).
C. Anatomía Patológica: citología y estudio de microcristales (urato; pirofosfato).
Complicaciones
● Artritis infecciosa yatrógena.
● Hemartros.
TORACOCENTESIS
Definición: punción transtorácica para la evacuación de líquido pleural.
Indicaciones
Diagnóstica ante la sospecha de:
● Origen infeccioso - empiema.
● Derrame neoplásico.
● Hemotórax.
● Rotura esofágica.
Terapéutica:
● Compromiso clínico o gasométrico por derrame pleural.
● Neumotórax a tensión (temporal).
Posibles contraindicaciones
● Alteración importante de la hemostasia: actividad de protombina <50%, plaquetas
<50.000.
● Infección de la pared torácica (zoster torácico / pioderma).
● Colección de líquido menor de 10 mm. en la Rx. en decúbito ipsilateral.
Material
● Guantes estériles. ● Jeringa de 10 ml.
● Apósitos estériles. ● Jeringa de gasometría.
● Paño fenestrado estéril. ● Abbocath 16-18G.
● Apósito oclusivo. ● Aguja intramuscular.
● Anestésico local (mepivacaína al 1%). ● Tubos estériles de muestras y frascos
● Antiséptico de piel (povidona yodada). para cultivos.
58
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
Técnica:
1º Coger vía venosa periférica y
monitorizar la frecuencia cardí-
aca y la saturación de oxígeno.
2º Localizar el derrame: mediante
Rx. de tórax, por percusión
(matidez) y/o auscultación
(murmullo vesicular abolido).
3º Posición del paciente: sentado
en el borde de la camilla, lige-
ramente inclinado hacia delan-
te, con los brazos apoyados en
una mesa auxiliar.
4º Usando guantes estériles, colo-
car paño estéril y con gasa es-
téril, aplicar solución antisépti-
ca sobre la piel. Se aplicará en espiral, desde el punto de punción hacia fuera
por 3 veces.
Determinaciones
A. Bioquímica: recuento celular y fórmula / proteínas / glucosa (en jeringa heparinizada)
y electivamente: amilasa/ADA/colesterol-TG/LDH/complemento/pH.
B. Microbiología: Gram/cultivo (jeringa cerrada sin aire para anaerobios). Ziehl, Lowes-
tein/hongos (tubo sin heparina).
C. Anatomía patológica: citología. Papanicolau.
Complicaciones
● Hemotórax, hidroneumotórax.
● Hematoma parietal.
● Pleuritis.
● Edema agudo de pulmón unilateral o edema ex-vacuo.
● Cuadro vaso-vagal.
● Punción de hígado o bazo.
● Embolia grasa.
● Rotura intrapleural del catéter.
● Tos.
● Dolor local.
PUNCIÓN LUMBAR
Definición: es la obtención del LCR de la médula espinal tras la punción en el espa-
cio L3-L4 o L4-L5.
Indicaciones
● "Siempre que se piense en ella".
● Sospecha de infección del SNC (meningitis y/o encefalitis).
● Sospecha de hemorragia subaracnoidea (sin focalidad y con TAC normal).
● Otras: Guillain Barré, hipertensión intracraneal benigna, carcinomatosis meníngea,
etc.
Posibles contraindicaciones
● Infección de la zona de la punción.
● Sospecha de hipertensión intracraneal y/o lesiones intracraneales que produzcan co-
nos de presión o déficits neurológicos focales (riesgo de herniación cerebral).
● Alteraciones de la coagulación o diátesis hemorrágica:
Quick < 60 %, plaquetas < 50.000.
● Sospecha de compresión medular espinal.
Material
● Paños fenestrados, guantes y apósitos estériles.
● Anestésico local (mepivacaína al 1%).
● Apósito oclusivo.
● Antiséptico local (povidona yodada).
● Trócar estandar 90 mm largo y del 18-22 G (existen otros según las características del
enfermo: más gruesos, mayor longitud, etc).
● Tubos estériles de muestras.
● Manómetro o dispositivo para medir la presión de apertura.
60
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
Técnica:
1º. Informar al enfermo del pro-
cedimiento y solicitar consenti-
miento informado.
2º. Posición del enfermo: "tumba-
do", en decúbito lateral izquier-
do (si el médico es diestro), en
el borde de la cama cercano al
médico, con flexión de las EEII
sobre el abdomen y flexión an-
terior de la cabeza y cuello
("posición fetal"), el hombro y
la cadera deben estar alinea-
dos. Alternativa: "sentado", en
el borde de la cama lejano al
médico con las piernas colgan-
do, brazos apoyados en una
almohada o dejando colgar los
brazos hacia delante y flexio-
nando ligeramente la cabeza.
3º. Lugar de la punción: en el punto de intersección de una línea imaginaria entre
ambas espinas ilíacas anterosuperiores y el eje de la columna vertebral que co-
rrespondería al espacio interespinoso L3-L4 donde hay menos riesgo de puncio-
nar la médula. También se podría hacer en los espacios L2-L3 o L4-L5.
4º. Aplicar de forma circular solución antiséptica sobre la piel.
5º. Tras excluir alergia al anestésico, se puede infiltrar la zona con mepivacaína al 1%.
6º. Introducir el trócar, con el bisel en dirección cefálica, paralelo al eje de la cama
en dirección "hacia el ombligo" con un ángulo 15-30º. Avanzar de forma lenta y
continua, al notar una "resistencia" (tras atravesar el ligamento amarillo) retirar el
fiador y podremos observar:
1. Que sale LCR; se acopla el manómetro y se obtienen las muestras necesarias.
2. Si el LCR sale con dificultad, girar el trócar (desobstrucción de su entrada).
61
CAPÍTULO 6
3. Si no sale LCR o punción ósea: retirar trócar hasta zona subcutánea y elegir
nueva dirección.
4. Si confirmo una presión de apertura muy elevada: nunca se retirará el fiador
del todo. Se obtendrá la mínima cantidad LCR necesaria para las muestras.
Se vigilará estrictamente y si se produce deterioro (herniación cerebral), se so-
licita ayuda urgente a neurocirugía, posición Trendelemburg y administrar
manitol al 20%, frasco de 250 ml, en 20-30 minutos.
7º. Retirar el trócar con el fiador puesto y aplicar un apósito estéril.
8º. Cuidados post-punción:
- reposo durante al menos 2 horas.
- hidratación adecuada.
- vigilancia de complicaciones.
Determinaciones
A. Bioquímica-Hematología (2-4 cc, 10-20 gotas):
– Recuento celular y fórmula (PMN, MN, hematíes).
– Glucosa (con glucemia capilar simultánea).
– Proteínas.
– Si se sospecha hemorragia subaracnoidea se solicitará específicamente Xantocromía.
B Microbiología (2-8 cc), según sospecha clínica: Gram, Ziehl, cultivo para bacterias,
anaerobios, Micobacterias y hongos, Antígenos capsulares (neumococos, meningoco-
co, H. influenzae), Tinta china y antígeno criptocócico, PCR (virus-herpes, VIH, Mico-
bacterias), Rosa de Bengala, VDRL,etc.
C Anatomía patológica: Si sospecha de carcinomatosis meníngea.
Complicaciones
● Cefalea y meningismo postpunción. Puede surgir horas o hasta semanas tras PL. Se
trata con reposo, analgésicos, relajantes e ingestión hídrica.
● Hematomas o hemorragias locales.
● Infección trayecto de la aguja.
● Dolor lumbar o radicular. Parestesias en EEII.
● Herniación cerebral o enclavamiento amigdalar. (Fatal en la mayoría de los casos, pe-
ro si se hace una PL correcta el riesgo es menor de 0.2-0.3%).
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Díaz Castellanos MA, Cantalapiedra Santiago JA, Ruiz Bailén M, Fierro Rosón LJ, Cardenas
Cruz A, Ramos Cuadra JA. Asistencia respiratoria y circulatoria avanzadas. En: Ruano Mar-
co M, editor. Manual de soporte avanzado. Consejo español de RCP. 2ª ed. Barcelona: Mas-
son; 1999. p. 49-59.
▲ De Latorre Arteche FJ, Fernández López MA. Tratamiento farmacológico y vías de adminis-
tración. En: Ruano Marco M, editor. Manual de soporte avanzado. Consejo español de RCP.
2ª ed. Barcelona: Masson; 1999. p. 79-85.
▲ Caballero Cubedo R. Técnicas y monitorización en Medicina Intensiva. En: Sánchez-Izquier-
do Riera JA, Senifar SL, editores: Guía Práctica de Cuidados Intensivos. Madrid: editorial;
1996. p. 15-56.
62
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
▲ Coto López A, Medina Asensio J. Técnicas instrumentales en Medicina de Urgencias. En: Me-
dina Asensio J, editor. Manual de Urgencias Médicas H. 12º de Octubre. 2ª ed. Madrid: Dí-
az Santos; 1996. p. 763-779.
▲ Moya Mir MS, editor. Manual de habilidades para Práctica Clínica. Madrid: MSD; 1999.
▲ García Gil D, editor. Manual de urgencias. Cádiz: Roche-farma; 2000.
63
CAPÍTULO 7
Capítulo 7
INTERPRETACIÓN DE LAS RADIOGRAFÍAS
DE TÓRAX Y ABDOMEN EN URGENCIAS
M. S. Amor Andrés - M. C. Ruíz Yagüe
INTRODUCCIÓN
A pesar del surgimiento de otras técnicas más sofisticadas, la radiografía simple (Rx)
sigue siendo por excelencia la prueba de imagen más utilizada en Urgencias. Por ello
es fundamental un conocimiento básico y claro, tanto de las indicaciones de las dife-
rentes técnicas, así como su uso racional para disminuir riesgos innecesarios (efectos
biológicos, locales, orgánicos, superficiales y/o genéticos).
pericárdico, sospecha de derrame pleural, clínica coronaria (IAM, angor, sospecha de car-
diopatía isquémica).
● Hemoptisis.
● Adenopatías periféricas.
Rx tórax lateral
Húmero Tráquea
Esternón Escápulas
Aurícula
Espacio izqda.
retroesternal
Ventrículo
Salida izqdo.
aortopul- Vena cava
monar inferior
Sombra Cámara
de la gástrica
mama Hemidia-
Ventrículo fragma
drcho. izqdo
Seno
Hemidia- posterior
fragma
drcho.
66
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
▲ HUESOS
▲ VÍSCERAS MACIZAS
▲ DISTRIBUCIÓN DEL GAS INTESTINAL
▲ PSOAS
▲ CALCIFICACIONES
▲ EXISTENCIA O NO DE MASAS
71
CAPÍTULO 7
Indicaciones de la Rx abdomen
● Dolor abdominal.
● Palpación de masa.
● Traumatismos.
Masa abdominal
• Masa retroperitoneal: • Masa peritoneal:
- Desplaza vísceras retroperitoneales - Inframesocólica → se caracteriza por
(riñones, duodeno, aorta…). A veces desplazar hacia arriba el colon transverso.
existe el signo de la silueta con el m. psoas, - Supramesocólica → se caracteriza por
y otras veces afectación vertebral… En los desplazar hacia abajo el colon transverso.
casos del abceso de psoas habrá una Las vísceras macizas (riñones) pueden
asimetría en el tamaño y densidad de los asociarse a megalias.
músculos, gas, con actitud escoliótica, etc.
• Masa de pared: • Masa pélvica:
- Se continúa con los tejidos blandos - Elevan el sigma.
de la pared. - Impronta sobre estructuras de vecindad
- Presenta ángulos obtusos con los tejidos. (recto, vejiga…).
- Borde bien definido.
Completar estudio con ecografía y/o TAC (urgente o no en función de la clínica).
72
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
Rx Simple de Abdomen
Costillas Cámara
gástrica
Sombra Sombra
hepática esplénica
Columna Silueta
dorsal renal
izqda.
Silueta Apófisis
renal transversa
drcha.
Apófisis
Línea espinosas
psoas Hueso
sacro
Cresta
ilíaca Cóxis
Pelvis
Articulación menor
sacroilíaca (gas distal)
Fémur Rama
iliopubiana
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Sánchez Alvarez-Pedrosa C., editor. Diagnóstico por imagen. Tratado de radiología clínica.
1ª ed., 5ª reimp. Madrid: Interamericana, McGraw-Hill. 1990.
▲ Felson B. Radiografía torácica. 2ª Ed., corr. Madrid: científico médica. 1985.
73
CAPÍTULO 8
Capítulo 8
DOLOR TORÁCICO
E. Lázaro Fernández - L. Rodríguez Padial
INTRODUCCIÓN
El dolor torácico es una de las causas más frecuentes de consulta a un Servicio de Ur-
gencias. Existen múltiples causas de dolor torácico, muchas de las cuales no requie-
ren ingreso hospitalario. El problema más importante a la hora de evaluar un dolor
torácico estriba en diferenciar patología potencialmente mortal de molestias torácicas
que no comprometen la vida del enfermo. El reto fundamental del Servicio de Urgen-
cias es, por una parte, evitar ingresos innecesarios que sobrecargan económicamen-
te al sistema sanitario, y, por otra, no dar de alta a pacientes con patologías poten-
cialmente peligrosas. En el cuadro 8.1 (pág. 78) se recogen las causas más frecuentes
de dolor torácico.
1.- CLÍNICA:
Es fundamental la realización de una Historia Clínica cuidadosa, recogiendo datos
referentes a:
1.- Antecedentes personales:
1. Factores de riesgo cardiovascular: hipertensión arterial (HTA), diabetes melli-
tus (DM), hipercolesterolemia, tabaquismo, sedentarismo, edad, sexo, obesi-
dad, edad de la menopausia.
2. Antecedentes familiares de cardiopatía isquémica.
3. Antecedentes de infección: a favor de neumonía o pericarditis.
4. Uso de determinados fármacos (hidralazina, isoniacida, procainamida).
5. Antecedente de inmovilización: que haría sospechar tromboembolismo de pul-
món (TEP).
2.- Características del dolor:
1. Comienzo: brusco, progresivo.
2. Localización: retroesternal, precordial, costal.
3. Irradiación: cuello, mandíbula, brazos...
4. Duración: segundos, minutos, horas o días.
5. Causas desencadenantes: ejercicio, frío, ingesta.
6. Circunstancias que alivian el dolor: reposo, nitroglicerina sublingual (NG sl),
antiácidos, analgésicos...
7. Síntomas asociados: disnea, sudoración, náuseas, vómitos, parestesias, síncope.
74
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
Las características clínicas del dolor permiten distinguir diferentes perfiles clínicos, los
cuales orientan a sus posibles causas. Estos perfiles se indican a continuación y se re-
sumen en el cuadro 8.2.
1.- PERFIL ISQUÉMICO: (ver capítulo 9):
1.1. Angina de pecho: frecuentemente opresivo, retroesternal o precordial con irra-
diación a brazo izquierdo, derecho o mandíbula, con una duración inferior a 20
minutos. Desencadenado con el ejercicio o estrés. Mejora con nitroglicerina su-
blingual (NG sl), y no varía con los movimientos respiratorios ni la postura. Sue-
le asociarse a cortejo vegetativo importante (sudoración fría, náuseas y vómitos).
– Se dice que el dolor es típico para angina de esfuerzo, el más específico,
cuando tiene las características (tipo, irradiación) y los factores desenca-
dentes (ejercicio, estrés) típicos de ésta. Se considera atípico cuando tie-
ne las características pero no los factores desencadenantes o viceversa,
los factores desencadenantes y no las características. El dolor torácico no
coronario no tiene ni las características ni los factores desencadenantes tí-
picos de la angina de esfuerzo.
– Hay una serie de características que hacen poco probable que el dolor
sea isquémico. Las más importantes son: dolor pleurítico, dolor localiza-
do fundamentalmente en abdomen (meso e hipogastrio), cualquier dolor
localizado "a punta de dedo", dolor constante que dura días, dolor de
pocos segundos de duración, y dolor irradiado a extremidades inferiores
o por encima de la mandíbula.
1.2. Infarto de miocardio: de similares características al previo, pero de mayor
duración, que no cede con el reposo ni la NG sl.
2.- PERFIL PLEURÍTICO: dolor punzante, de localización costal que puede irradiarse
a cuello, que aumenta con la inspiración.
2.1. Neumotórax: (ver capítulo 26). El paciente suele ser joven, delgado, fuma-
dor. Dolor repentino, de localización en zona costal lateral, que se asocia a
respiración superficial y disnea.
2.2. Neumonía: asociado a fiebre y tos con expectoración purulenta.
2.3. TEP: (ver capítulo 25): antecedentes de inmovilización o de TVP. Dolor pun-
zante, repentino, intensificado con la tos y la respiración. Se asocia con res-
piración entrecortada, disnea, tos, hemoptisis, síncope o palpitaciones.
3.- PERFIL OSTEOMUSCULAR: dolor insidioso, persistente, muy localizado. Duración
variable (incluso de días o semanas). Exacerbado con la tos y movilización. Se
asocia con traumatismo.
4.- OTROS:
4.1. Perfil de patología aórtica aguda: (ver capítulo 17): antecedentes de dolor
súbito, intenso. En caso de disección aórtica puede asociarse a síncope, dé-
ficits neurológicos o insuficiencia aórtica, según avanza la disección.
4.2. Perfil esofágico: antecedentes de reflujo, disfagia o hernia de hiato. Dura-
ción variable. Se agrava con la ingesta, mejora con antiácidos.
4.3. Perfil psicógeno: antecedentes de ansiedad. Duración variable (horas) con
exacerbaciones. Se asocia a hiperventilación (parestesias) y palpitaciones.
4.4. Perfil pericárdico: (ver capítulo 15): antecedentes de infección respiratoria
IAM o uso de determinados fármacos. Dolor punzante, se agrava con la res-
piración y mejora inclinándose hacia delante o con la sedestación.
76
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
Las Figuras 8.1 y 8.2 resumen los aspectos fundamentales de la evaluación clínica del
dolor torácico y del dolor isquémico en Urgencias.
ACTITUD CLÍNICA ANTE EL DOLOR TORÁCICO EN URGENCIAS
La actitud clínica ante el dolor torácico en Urgencias va a depender, lógicamente, de
la etiología, la cual vamos a sospechar en función del perfil clínico del mismo.
1.- Dolor torácico probablemente isquémico: en el dolor torácico de perfil isquémico es
fundamental distinguir si el paciente tiene angina estable, angina inestable o IAM
(figuras 8.1, 8.2 y tabla 8.3) dado que el pronóstico y la actitud clínica es distinta.
En la evaluación del paciente, es importante conocer según sus factores de riesgo
cardiovascular, sus antecedentes clínicos y las características del dolor, la probabili-
dad de padecer enfermedad coronaria (cuadro 8.3). Según esta probabilidad, po-
demos dividir a los pacientes en dos grupos, de baja y de intermedia-alta probabi-
lidad. A continuación, se resume la actitud clínica ante cada uno de ellos.
a. Baja probabilidad de enfer medad coronaria:
1. Disección aórtica: exploración física, ECG, Rx tórax, ETT, TAC torácico.
2. TEP: GAB, Dímero D, Rx tórax, TAC helicoidal.
3. Neumotórax: Rx tórax en inspiración y espiración profunda.
4. Esofágico.
5. Abdominal: considerar si dolor en región abdominal inferior.
6. Pleuropulmonar: considerar si aumenta con los movimientos respiratorios
o con la tos.
7. Musculoesquelético: reproducible a la palpación.
8. Psicógeno.
9. Si la probabilidad de enfermedad coronaria es baja, en pacientes con do-
lor torácico prolongado (>20 minutos) y una vez descartados diagnósticos
alternativos, se procede a seriación enzimática (CPK y troponina I a las 0,
4 y 12 horas) y ECG en 4 horas, valorando actitud según resultados (ver
apartado siguiente).
ALTA
Importante afectación del estado
general, derrame pericárdico
Reposo significativo, elevación de CPK
AAS/AINE o troponina I
Control por médico de
Atención Primaria
Valoración por cardiólogo
Dolor torácico
Sí No
Sí No
P. PLEURÉTICO P. ISQUÉMICO
78
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
Duración
IAM ANGINA
PATOLOGÍA AÓRTICA AGUDA
¿Desencadenado por esfuerzo o estrés?
NO SÍ
SÍ NO
SÍ NO
AC: roce
Retroesternal. pericárdico.
Precordial Sedestación. Respiración ECG:
PERICÁRDICO // Respiración Inclinándose superficial. elevación
Cuello hacia delante Fiebre. difusa de ST.
Mandíbula. Rx Tórax:
cardiomegalia.
Ecocardiograma
Neumotórax:
Rx tórax:
línea de
neumotórax.
Respiración Neumotórax: AP:
Costal. superficial. Disnea. hipoventilación.
PLEURíTICO // Respiración Inmovilización Neumonía: Neumonía: Rx:
Cuello. Fiebre, tos con infiltrado
expectoración. pulmonar.
SS:
leucocitosis.
AP:
crepitantes.
Subesternal ECG:
Epigástrico. Antiácidos. alteraciones
// Decúbito. Espasmo Pirosis. inespecíficas
ESOFÁGICO
Espalda esofágico con Disfagia. de la
Cuello NG s.l. repolarización
Mandíbula
Asimetría de
Anterior No se Síncope. pulsos.
DISECCIÓN tórax. modifica con la Déficit RX Tórax:
AÓRTICA // respiración. neurológico. ensanchamiento
Interescapular I.Ao. mediastínico.
TAC.
Tos. Rx tórax:
OSTEO-
Zona concreta. Palpación. Analgésicos. Contusiones.
MUSCULAR fracturas.
Movilización.
IAM, muerte súbita recupe- Dolor torácico probable no Onda T aplanada o inverti-
rada, historia de enferme- angina en paciente con da < 1 mm en derivaciones
dad coronaria conocida. diabetes mellitus. con onda R prominente.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Braunwald E. The History: Cardinal Symptoms of heart disease: Chest pain or discomfort. En:
Braunwald E. A textbook of Cardiovascular medicine. 5th ed, New York: Saunders; 1999.
p. 3-7.
▲ O´Rourke RA, Shaver JA. The history, physical examination and cardiac auscultation: Chest
pain. En: Schlant RC, Alexander RW, Fuster V, editors. Hurst´s the Heart. 9th ed. New York:
McGraw-Hill; 1998. p. 231-236.
▲ Lee T H, Goldman L. Evaluation of the Patient with Acute Chest Pain. N Eng J Med 2000;
342:1187-95.
▲ Kontos M C, Jesse R L. Evaluation of the Emergency Departament Chest Pain Patient. Am J
Cardiol 2000;85:32B-39B.
▲ Goldman L. Dolor torácico y palpitaciones. En: Fauci AS, Braunwald E, Isselbacher KJ, Wil-
son JD, Martin JB, Kasper DL, et al., editors. Harrison Principios de Medicina Interna. 14ª
ed, Madrid: McGraw-Hill; 1999. p. 67-73.
81
CAPÍTULO 9
Capítulo 9
SÍNDROMES CORONARIOS AGUDOS
P. López-Reina Torrijos - M. Rodríguez Alonso
CONCEPTO
▲ Clásicamente se llama Cardiopatía Coronaria (o Cardiopatía Isquémica) a una se-
rie de situaciones que tienen una causa común; la disminución en mayor o menor
grado del aporte de sangre al miocardio, como consecuencia de la obstrucción to-
tal o parcial de las arterias coronarias por placas de ateroma, por sí mismas o por
formación de trombos sobre ellas.
CLASIFICACIÓN
▲ Hoy en día se consideran dos grandes grupos dentro de esta enfermedad:
1. Angina estable o de esfuerzo, que no representa una situación de urgencia.
2. SÍNDROMES CORONARIOS AGUDOS (SCA), que constituyen siempre una si-
tuación de urgencia y que se pueden desglosar en:
a) Angina inestable (AI), en la que no llega a producirse necrosis miocárdi-
ca.
b) Infarto agudo de miocardio (IAM), en el que existe necrosis miocárdica,
bien de todo el espesor de su pared (IAM "clásico", transmural o con on-
da Q), bien de zonas parciales del mismo (IAM "no transmural" o sin on-
da Q).
▲ Es de vital importancia que los SCA sean reconocidos y clasificados según su ries-
go en los primeros momentos de la llegada del paciente a Urgencias, puesto que
su pronóstico a corto y largo plazo depende de la rapidez con la que se empie-
cen a tratar.
▲ Como veremos, el diagnóstico de SCA se realiza basándose en la Historia Clíni-
ca, el electrocardiograma y las determinaciones séricas de enzimas de necrosis
miocárdica. Pero estas últimas no deben retrasar el hacer una estratificación del
riesgo y el comenzar el tratamiento adecuado inmediatamente; por tanto, en un
primer momento, basta con la Historia clínica y el ECG para empezar a actuar.
1.- ANAMNESIS
▲ Debe ir dirigida a dos puntos fundamentales:
Factores de riesgo: presencia de HTA, hipercolesterolemia, tabaquismo, diabetes
mellitus, postmenopausia, obesidad.
Características del dolor: el dolor isquémico típico es un dolor opresivo, centro-
torácico, irradiado hacia la región cubital de ambos brazos, en ocasiones a la
82
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
Nota: En un IAM agudo encontraremos, elevación de ST en vez de Q, como se explico anteriormente. Modi-
ficado: Dubin. Introducción a la ECG, p.312.
AAS
β bloqueantes si no están contraindicados
≤ 12 horas ≥ 12 horas
No Sí
FIBRINOLISIS
PRECOZ EN ACTP primaria Tto. médico Considerar
UVI en UVI tratamiento
de reperfusión
Riesgo
Riesgo muy alto: pacientes con tratamiento antianginoso crónico previo que presen-
tan dolor continuo de más de 20 min., asociado a signos de inestabilidad hemodi-
námica (hipotensión) o EAP. O que, sin presentar esos signos, tienen alteraciones elec-
trocardiográficas muy evidentes: descenso del segmento ST ≥ 2 mm. en derivaciones
precordiales. O con angina postinfarto.
87
CAPÍTULO 9
Riesgo alto: pacientes con tratamiento antianginoso crónico previo que presentan do-
lor recurrente, o dolor en reposo de mas de 20 min. de duración, asociado a altera-
ciones electrocardiográficas menos evidentes: descenso del segmento ST ≥ 2 mm. en
dos derivaciones al menos.
Riesgo intermedio: pacientes con angor de comienzo, o aparentemente estables, cu-
yo último episodio ocurrió en las 24 horas anteriores y que se acompaña de altera-
ciones electrocardiográficas poco evidentes (descenso del segmento ST £ 1 mm. o T
negativa ≥ 3 mm en 2 derivaciones al menos).
Riesgo bajo: pacientes cuyo último episodio de dolor ocurrió hace más de 24 horas.
La decisión de aplicar tratamiento fibrinolítico debe de ser tomada de acuerdo con el
especialista de UCI. La de aplicar tratamientos que impliquen técnicas invasivas
(ACTP), por el especialista de UCI y el cardiólogo conjuntamente. Estos tratamientos
deben de ser aplicados en la UCI, o en su entorno.
La aparición de complicaciones del IAM durante la estancia del paciente en Urgen-
cias cambia el enfoque de toma de decisiones y de actuación, según la gravedad de
las mismas.
Precauciones/contraindicaciones relativas:
● Hipertensión severa no controlada al ingresar (TA>180/110 mmHg) ✷.
contraindicaciones.
● Tratamiento crónico con anticoagulantes en dosis terapéuticas (INR≥2.3); diatesis he-
morrágica diagnosticada.
● Traumatismo reciente (en las últimas 2-4 semanas, incluyendo traumatismo craneal o
RCP traumática o prolongada (>10 minutos) o cirugía mayor en las últimas 3 sema-
nas.
● Punciones vasculares que no se puedan comprimir.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Alcalá Llorente M.A. Angina inestable: Aproximación terapéutica actual. Edikamed. Barce-
lona; 2000.
▲ Braunwald E. Riesgo coronario e isquemia miocárdica. En: Braunwald E. A textbook of Car-
diovascular medicine. 5th ed. New York: Saunders; 1999. p. 2490-1.
▲ Ryan TJ, Anderson JL, Antman EM, Braniff BA, Brooks NH, Califf RM et al. ACC/AHA gui-
delines for the management of patients with acute myocardial infarction. J Am Coll Cardiol,
Vol 28, nº5, November 1, 1996; 1328-428.
89
CAPÍTULO 10
Capítulo 10
SHOCK
I. López de Toro Martín-Consuegra – L.C. Marina Martínez
INTRODUCCIÓN
Cuando hablamos de shock, no nos referimos a una enfermedad ni a un síndrome,
sino a una situación que puede tener origen en múltiples procesos patológicos, por
ejemplo: infarto agudo de miocardio (IAM), neumonía, hemorragia digestiva, etc. El
shock tiene una elevada mortalidad a corto plazo y cuanto más dure esta situación
más probable será el daño en diversos órganos (fracaso renal agudo, distress respi-
ratorio agudo, insuficiencia hepática, coagulopatía, etc.).
DEFINICIÓN
Podemos definirlo como un defecto de la perfusión tisular en que el sistema circulato-
rio es incapaz de suministrar los elementos necesarios, particularmente el oxígeno, a
los tejidos. Es un cuadro patológico generalizado que puede lesionar a todos los ór-
ganos independientemente de la causa desencadenante y el pronóstico está directa-
mente relacionado con la duración de la situación, por lo que urge un tratamiento rá-
pido antes de iniciar las medidas diagnósticas.
CLASIFICACIÓN
▲ Hipovolémico: caracterizado por una disminución del volumen intravascular. Co-
mo respuesta compensadora se produce un aumento de la frecuencia cardíaca y
una vasoconstricción arterial y venosa como un intento de mantener el gasto car-
díaco y en el ámbito renal disminuye la excreción de sodio y agua para conse-
guir la perfusión de los órganos vitales.
▲ Cardiogénico: en esta situación la contractilidad cardíaca está alterada produ-
ciéndose una disminución del gasto cardíaco y por consiguiente una disminución
de la perfusión tisular, aunque en esta circunstancia el volumen intravascular es-
tá conservado. La causa más frecuente de shock cardiogénico es el infarto agu-
do de miocardio (IAM).
▲ Obstructivo: está causado por una obstrucción mecánica al flujo sanguíneo y es
típico del embolismo pulmonar.
▲ Distributivo: en esta circunstancia, la alteración se produce a nivel del tono va-
somotor y está mediado generalmente por sustancias vasoactivas que ocasionan
un estancamiento venoso, y por la pérdida del tono arteriolar, una redistribución
del flujo vascular. Así mismo, se producen alteraciones en los capilares que ori-
ginan la pérdida de líquido intravascular al espacio intersticial, con lo que el vo-
lumen circulante disminuye, dándose la circunstancia de una hipovolemia relati-
va. Su ejemplo más representativo es el shock séptico.
▲ En la tabla 10.1 se enumeran las causas más frecuentes de los diferentes tipos de
shock.
90
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
No hemorrágicos:
●
■ Quemaduras.
■ Pancreatitis aguda.
▲ Cardiogénico:
● Cardiopatía isquémica:
■ Angor.
● Miocardiopatías:
■ Miocarditis agudas.
■ Miocardiopatía dilatada.
● Valvulopatías:
■ Estenosis aórtica.
● Arritmias:
■ Arritmias ventriculares.
▲ Obstructivo:
● Embolismo pulmonar.
● Taponamiento cardíaco.
● Neumotórax a tensión.
▲ Distributivo:
● Shock adrenal.
● Shock séptico.
● Shock neurogénico.
● Shock anafiláctico.
ACTITUD TERAPÉUTICA
▲ Los objetivos del tratamiento van encaminados a: (Cuadro 10.3)
- Mantener una presión arterial media mayor o igual de 60 mmHg.
- Asegurar una saturación arterial de oxígeno mayor o igual del 92%.
- Evitar la hipoperfusión tisular.
▲ En este punto debemos responder tres preguntas básicas:
- ¿Es necesaria la ventilación mecánica para aislar la vía aérea o como soporte
respiratorio?
- ¿La hipotensión arterial es lo suficientemente severa como para iniciar la re-
posición de volumen?
- ¿Existe una causa obvia o probable identificada como desencadenante de la
situación?
93
CAPÍTULO 10
UCI: unidad cuidados intensivos. PAM: presión arterial media. SNC: sistema venoso central. SDMO: síndrome
de disfunción multiorgánica. Fuente: Modificado de "Guidelines for the care of patiens in Schock". Critical
Care (cap. 26, pag. 373). Joseph M. Civetta.
DOPAMINA:
▲ DILUCIÓN: 1 gramo en 500 ml de glucosado 5% o salino 0.9%. Diluir 5 ampo-
llas (1 amp= 200 mg= 5 ml) en 475 ml de glucosado 5% o salino 0,9%. (2 mili-
gramos/ml.)
▲ DOSIS:
● 0,5-2 microgramos/kg/min: actúan sobre los receptores dopaminérgicos
(efecto diurético).
● 2-5 microgramos/kg/min: actúan sobre los receptores dopaminérgicos y be-
ta con un efecto inotropo y cronotropo débil, la tensión se incrementará débil-
mente.
● 5-10 microgramos/kg/min: mayor efecto cronotropo y aumenta más la Ten -
sión arterial.
● >10 microgramos/kg/min: no tiene efectos dopaminérgicos y actúa sobre los
receptores alfa y beta.
● >20 microgramos/kg/min: actúa sobre los receptores alfa.
95
CAPÍTULO 10
DOBUTAMINA: efectos.
1) Incrementa la automaticidad del nodo sinusal. Aumenta la conducción intravent-
ricular.
2) Efecto inotrópico positivo.
3) Vasodilatación periférica (por aumento del estímulo beta).
4) No tiene efectos dopaminérgicos sobre el riñón, pero puede aumentar la diuresis
por aumento del gasto cardíaco.
5) Aumenta el flujo pulmonar y por lo tanto el shunt.
▲ DOSIS: de 2-20 microgramos/kg/min. Se han llegado a emplear dosis de 40 mi-
crogramos/kg/min.
▲ DILUCIÓN: 4 viales (1 vial=250 mg=20 ml) en 420 ml de suero salino 0,9% o
glucosado 5%.
Recordar que tanto la dopamina como la dobutamina tienen taquifilaxia, sobre todo
la primera, al deplecionarse los depósitos de noradrenalina.
La dobutamina puede tener un efecto beneficioso prolongado incluso después de re-
tirarse la perfusión.
NORADRENALINA:
▲ DILUCIÓN: 2 ampollas (1 amp.=10 mg de bitartrato de noradrenalina=10 ml) en
230 ml de suero salino 0,9% equivalen a 40 microgramos/ml.
▲ DOSIS: 0,05 microgramos/kg/min a 0,5 microgramos/kg/min. En el shock sép-
tico se ha llegado a dosis de 1,5 microgramos/kg/minuto.
▲ Efectos:
La noradrenalina actúa sobre los receptores a y b aunque preferentemente sobre
los primeros.
Tiene efecto inotrópico positivo y mejorara el gasto cardíaco si el corazón es ca-
paz de mejorar el aumento de la potscarga.
Produce vasoconstricción arterial y venosa.
Puede producir bradicardia por efecto vagal por la hipertensión.
Produce vasoconstricción renal por lo que se debe asociar a dopamina a dosis
bajas.
96
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
6. Tratamiento específico:
● Shock cardiogénico:
Infarto agudo de miocardio: fibrinolíticos, angioplastia primaria, balón de
contrapulsación intraaórtico, cirugía de las complicaciones mecánicas.
Tratamiento de las arritmias: antiarrítimicos, marcapasos (externos, provi-
sionales).
● Shock séptico:
Antibioterapia empírica de amplio espectro.
● Shock obstructivo:
Taponamiento cardíaco: pericardiocentesis.
Neumotórax: drenaje torácico.
Tromboembolismo pulmonar: fibrinolíticos.
● Shock adrenal:
Pensar en él, en caso de shock refractario a fluidoterapia y vasopresores. Se
administrarán 100 mg de hidrocortisona cada 6-8 horas intravenoso.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Kollef M, Goodenberger D. Medicina intensiva y urgencias médicas. En: Ewald GA, Mc-
Kenzie CR, directores. Manual de Terapéutica Médica. 9ª edición. Washington University;
1.997. p. 224-228.
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editors. Oxford textbook of Critical Care. Oxford medical publications; 1.999. p. 215-229.
▲ Cheatham ML. Shock: An Overview. En: Irwin and Rippe´s,editors. Intensive Care Medicine.
4th ed. Lippincott-Raven; p. 1961-1979.
▲ Sánchez Casado M, Pérez Vela JL. Shock. En: Acedo Gutiérrez MS, Barrios Bladino A, edi-
tores. Manual de diagnóstico y terapéutica. Hospital Universitario "12 de Octubre". 4ª edi-
ción ;1.998. p. 139-149.
97
CAPÍTULO 11
Capítulo 11
INSUFICIENCIA CARDÍACA
EDEMA AGUDO DE PULMÓN
P. González Pérez - J. Alcalá López
CONCEPTO
▲ Se denomina insuficiencia cardiaca (IC) al síndrome clínico derivado de la inca-
pacidad del corazón para mantener un volumen minuto adecuado, en relación
con las necesidades metabólicas y el retorno venoso.
CLASIFICACIÓN
▲ Podemos clasificar a la IC según varios aspectos:
- En función de la clínica predominante en IC izquierda (donde predominan los
síntomas de congestión pulmonar) e IC derecha (donde los síntomas que pre-
dominan son los de congestión sistémica).
- En función de la fisiopatología en IC sistólica (donde predomina la disminución
de fuerza contráctil del miocardio) e IC diastólica (donde predomina la dificul-
tad al llenado ventricular, con función sistólica conservada) (ver cuadro 11.1).
ETIOLOGÍA
▲ La etiología de la IC es múltiple, ya que la IC es la vía final de multitud de pato-
logías que afectan al corazón (cuadro 11.2).
Fuente: Guías de actuación en IC. Rev Es Cardiología. Vol 52, sup 2. 1999.
98
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
ESTUDIO DIAGNÓSTICO
▲ En una primera aproximación, al paciente con sospecha de IC en Urgencias, to-
mamos las constantes: tensión arterial (TA), frecuencia cardiaca (Fc), frecuencia
respiratoria (FR) y temperatura (Tª), realizamos un ECG y una gasometría arterial
preferentemente basal (GAB), comenzando con la oxigenoterapia. Una vez com-
probada la estabilidad de nuestro paciente pasamos a realizar una anamnesis y
exploración física detenida.
A- Antecedentes:
▲ Debemos investigar principalmente sobre factores de riesgo cardiovascular, car-
diopatías previas (estudios y diagnósticos sobre las mismas) y tratamiento actual.
Además debemos recabar otros datos de interés como enfermedades concomi-
tantes (con especial atención a las pulmonares) y factores de riesgo para trom-
boembolismo pulmonar (TEP).
▲ También nos será de gran ayuda conocer la situación basal del paciente, funda-
mentalmente el grado funcional que presentaba previamente (usamos la clasifi-
cación funcional de la NYHA, cuadro 11.3).
B- Historia actual:
▲ En la IC podemos encontrar síntomas por congestión pulmonar, congestión sisté-
mica o por bajo gasto (Cuadro 11.4).
● Ortopnea.
Congestión pulmonar ● Disnea paroxística nocturna (DPN).
(IC izquierda) ● Tos.
● Hemoptisis.
● Nicturia.
Congestión sistémica ● Dolor abdominal.
(IC derecha) ● Distensión abdominal.
● Edemas.
▲ Siempre debemos indagar sobre los posibles factores precipitantes que han in-
troducido al paciente en la situación de IC (cuadro 11.5).
▲ Por último, estableceremos el grado funcional que presenta el paciente en el mo-
mento actual (cuadro 11.3).
99
CAPÍTULO 11
C- Exploración física:
▲ En la exploración vamos a encontrar signos de IC derecha e izquierda, así como
de situaciones precipitantes.
▲ En una primera aproximación tendremos en cuenta el aspecto general: hidrata-
ción (generalmente deshidratado por situación prerrenal), perfusión y nutrición;
coloración de piel y mucosas (cianosis por I.C izq, ictericia por I.C drcha, pali-
dez por anemia); y la actitud de reposo (fundamentalmente la tolerancia al de-
cúbito). Constantes: pulso (frecuencia, ritmo y características), TA, FR (muy im-
portante para valorar la GAB y describir si existe tiraje respiratorio), y Tª.
▲ A continuación realizamos una exploración topográfica:
- Cabeza y cuello: presión venosa yugular (signos de ingurgitación yugular a
45º, reflujo hepatoyugular; signos de I.C drcha), carótidas (simetría y ritmo).
- Auscultación cardiaca: ritmo, extratonos (podemos encontrar un cuarto ruido
o un tercer ruido por disfunción sistólica), y soplos (sistólicos o diastólicos en
función de la valvulopatía de base).
- Auscultación pulmonar: podemos encontrar una auscultación patológica, fun-
damentalmente en la I.C izq. La congestión pulmonar vendrá determinada por
la presencia de estertores húmedos crepitantes, que predominan en bases,
siendo simétricos (normalmente) y no desaparecen con la tos. Además pode-
mos encontrar sibilancias (por edema peribronquial, donde habrá que hacer
un diagnóstico diferencial con broncoespasmo) e hipoventilación.
- Abdomen: en situación de I.C drcha podemos encontrar ascitis y hepatomegalia.
- Extremidades: pulsos, presencia de edemas con fóvea (en IC derecha) y des-
cartar trombosis venosa profunda.
D- Pruebas complementarias:
▲ ANALITICA: Sistemático de Sangre (anemia, puede ser la única causa de IC si
Hb<5 o Hcto<25%); Estudio de coagulación (TEP, IAM, toma de anticoagulantes);
GAB (efecto shunt, hipoxemia con normo-hipocapnia); Sistemático de orina (io-
nes en orina, insuficiencia renal prerrenal); Bioquímica: urea y creatinina (insu-
ficiencia renal), iones (sodio bajo signo de mal pronóstico, alteraciones del pota-
sio), CPK-mb (C. Isquémica aguda).
▲ ECG: a veces puede diagnosticar el factor desencadenante (fibrilación auricular,
IAM, ondas q patológicas, crecimiento de cavidades, etc). Generalmente patoló-
gico, si fuese normal dudar del diagnóstico de IC.
100
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
▲ RADIOGRAFIA DE TORAX:
- Signos de congestión venosa: redistribución del flujo (hipertensión pulmonar
postcapilar), edema intersticial (líneas de Kerley, derrame pleural, derrame en
cisuras) y edema alveolar (infiltrados alveolares algodonosos hileofugos, respe-
ta bordes del tórax, frecuentemente simétricos, en ancianos a veces en bases).
- Cardiomegalia: sin la presencia de ésta pensar en IC diastólica o aguda.
- Otros: infiltrados neumónicos, signos de EPOC.
E- Diagnóstico diferencial
▲ EPOC REAGUDIZADO:
- Historia de tabaquismo, tos y expectoración crónica. Ingresos previos por rea-
gudizaciones EPOC.
- Auscultación pulmonar (AP): disminución del murmullo vesicular, sibilancias y
roncus, alargamiento espiratorio.
- Rx tórax: enfisema, signos de hipertensión pulmonar (HTP).
- GAB: hipercapnia con o sin hipoxemia. Acidosis menor de la esperada.
- ECG: imagen de sobrecarga en cavidades derechas. Frecuentes arritmias su-
praventriculares (taquicardia sinusal, fibrilación y flutter auricular).
▲ TROMBOEMBOLISMO PULMONAR:
- Factores de riesgo para TEP.
- Disnea brusca inexplicable.
- Dolor torácico pleurítico o isquémico.
- AP normal.
- Rx tórax normal, o sin hallazgos que justifiquen la clínica.
- GAB: hipoxemia con hipocapnia.
- ECG: taquicardia sinusal, eje derecho, bloqueo de rama derecha.
F-Clasificación
Cuadro 11.6: Clasificación de la ICC
● Frecuencia respiratoria a 30-40 respiraciones por minuto.
● Ortopnea o disnea de reposo.
IC grave ● Estertores húmedos hasta campos medios.
● PO2<60 mmHg (basal o con O2).
● Patrón alveolo-intersticial en Rx tórax.
● Anasarca.
ALGORITMO DIAGNÓSTICO
INSUFICIENCIA CARDIACA AGUDA
TÉCNICA INFORMACIÓN
DIAGNÓSTICA PROPORCIONADA
———————————————————————
HISTORIA CLÍNICA Y EXPLORACIÓN ANTECEDENTES
FÍSICA DIRIGIDAS SÍNTOMAS ASOCIADOS
EXPLORACIÓN FÍSICA:
TA, PVY, frecuencia cardiaca
INICIAR AC: soplos, galope
TRATAMIENTO AR: estertores, sibilancias
MONITORIZACIÓN
ECG —————————————————————————
PROLONGADA Isquemia, necrosis previa
Alteraciones del ritmo
Crecimiento cavidades
RADIOGRAFÍA DE TÓRAX
————————————————
Edema intersticial/alveolar
cardiomegalia
————————————————————
ANALÍTICA Hemoglobina y hematocrito
Urea, creatinina
Iones
CPK, CPK-MB, troponina
————————————————
GASOMETRÍA Insuficiencia respiratoria
———————————
ECOCARDIOGRAMA
Función de VI global y segmentaria
Valvulopatía
Cálculo de presión pulmonar sistólica
(si existe insuficiencia tricúspide)
Descarta o informa acerca de otras
patologías:
(taponamiento, tromboembolismo
pulmonar, EPOC reagudizado
103
CAPÍTULO 11
VALORACIÓN CLÍNICA
Estado de bajo gasto (extremidades frías). Estado de gasto alto (extremidades calientes)
Galope ventricular / Aumento presión No galope, no aumento de PVY
venosa yugular (PVY). Crepitantes secos, sibilancias.
Crepitantes húmedos. Datos de enfermedad primaria (sepsis,
pancreatitis, tóxicos, traumatismo,
aspiración).
EXÁMENES DE LABORATORIO
CRITERIOS DE INGRESO
A-Criterios de ingreso en UCI:
▲ Necesidad de intubación y ventilación mecánica.
▲ EAP sin mejoría tras tratamiento inicial, a los 20-30 minutos de comenzar el mis-
mo.
▲ IC grave sin mejoría tras tratamiento inicial (a los 20-30 minutos).
▲ IC grave y estenosis aórtica o miocardiopatía hipertrófica.
B-Criterios de ingreso en planta:
▲ EAP e IC grave con mejoría tras tratamiento inicial de Urgencias.
▲ IC moderada con:
- Sospecha de estenosis aórtica o miocardiopatía hipertrófica.
- Historia de angor reciente.
- Conocida con tratamiento adecuado y máximo.
▲ IC moderada sin mejoría tras tratamiento de Urgencias.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Garcimartin, J. Alonso. Tratamiento de la insuficiencia cardiaca grave. Actitud en el área de
urgencias. Criterios de ingreso y ubicación. En: F. Fernández-Avilés (ed). Guías de actuación
en las enfermedades del corazón. Primera edición. Barcelona: Doyma; 1999. p. 19-26.
▲ Castro-Beiras et al. Guías del diagnóstico, clasificación y tratamiento de la insuficiencia car-
díaca y del shock cardiogénico. Rev. Esp. Cardiol. 1999; 52 (supl. 2): 1-54.
▲ A Berlango Jiménez et al. Edema agudo de pulmón cardiogénico. En: L. Jiménez Murillo
(ed). Protocolos de actuación en medicina de urgencias. Madrid: Mosby/Doyma.1996. p.
19-25.
▲ JJ Olalla Antolín. Actitud ante el edema agudo de pulmón. En: JC Garcia-Monco (ed). Ma-
nual del médico de guardia. Tercera edición. Madrid: Díaz de Santos. 1993. p. 59-65.
▲ E. Braunwuald (ed). Tratado de cardiología. 5ª edición. Mexico D.F: McGraw-Hill interna-
tional. 1997.
105
CAPÍTULO 12
Capítulo 12
INTOXICACIÓN DIGITÁLICA
E. Lárzaro Fernández - T. Cantón Rubio
INTRODUCCIÓN
La intoxicación por digital se produce como resultado del uso terapéutico en las pa-
tologías cardiovasculares o con fines autolíticos, pudiéndose así diferenciar dos cate-
gorías; la intoxicación crónica o la intoxicación aguda. La incidencia y la mortalidad
de la intoxicación digitálica actualmente tiende a disminuir gracias al mayor conoci-
miento de la farmacocinética de la digoxina y al uso de sus niveles séricos para con-
trol de dosis en los tratamientos a largo plazo.
Náuseas Vómitos
Clínica gastroduodenal Diarrea Dolor abdominal
Cefalea Confusión
Clínica Delirium Alucinaciones
Neuropsiquiátrica Visión verdosa
Extrasístoles Ventriculares Bloqueo
Manifestaciones Bigeminismo sinoauricular
cardíacas Taquicardia auricular + Bloqueo AV Ritmo nodal
Taquicardia supraventricular Taquicardia
ventricular
3.- Diagnóstico:
Los niveles plasmáticos considerados normales oscilan entre 0.8 y 2.2 ng/dl y de-
ben medirse al menos 6 horas después de la última dosis, si la administración ha
sido oral, o 3 horas después, si ha sido intravenosa. Este rango debería utilizar-
se como una guía para controlar la dosis en los tratamientos a largo plazo y no
como indicador de toxicidad, ya que determinados factores, comentados ante-
riormente, pueden predisponer a toxicidad con niveles plasmáticos por debajo de
2 ng/ml, que normalmente es considerado límite alto de la normalidad.
Se debe solicitar:
- Sistemático de sangre.
- Bioquímica: iones y función renal (urea, creatinina) y niveles de digoxina.
- Monitorización de ECG: pondrá de manifiesto la existencia de arritmias.
4.- Tratamiento:
1.- Lavado gástrico:
En las primeras dos horas tras la ingestión. El sondaje gástrico o los vómitos
pueden producir estimulación vagal empeorando la conducción cardíaca, por
lo que algunos autores recomiendan evitar este primer paso.
2.- Carbón activado:
Si la ingestión ha ocurrido incluso hace 6 u 8 horas (la colestiramina y el co-
lestipol son también una opción terapéutica).
3.- Corrección de los trastornos hidroelectrolíticos:
a) Hipopotasemia: la corrección de potasio debe hacerse de forma cuidadosa
(siempre que la función renal sea normal y no exista bloqueo cardíaco) ya que
una elevación plasmática importante puede producir bloqueo auriculoventri-
cular. Suelen emplearse dosis de 60 a 120 mEq/24 horas en sueros fisiológi-
cos, sin sobrepasar un ritmo de 20 mEq/hora. (Ver capítulo 77: Alteraciones
del potasio)
b) Hiperpotasemia: en las intoxicaciones agudas pueden encontrarse altas
concentraciones de potasio que requieren el uso de glucosa, insulina y bi-
carbonato sódico. En situación de hiperpotasemia refractaria se puede re-
currir a diálisis. (Ver capítulo 77: Alteraciones del potasio).
4.- Tratamiento de las bradiarritmias:
a) Atropina: a dosis de 0.5 a 1 mg intravenosas en bolo, repetidos cada 3-5 mi-
nutos hasta una dosis total de 0.04 mg/kg de peso. (También puede adminis-
trarse por vía endotraqueal, si es imposible obtener una vía intravenosa).
b) Beta agonistas: (Tales como el isoproterenol) deben ser evitados si es po-
sible, debido al riesgo de precipitar arritmias severas. Si es necesario su
uso (porque no se consigue una frecuencia cardiaca aceptable) se inicia
perfusión de isoproterenol a dosis de 1 a 4 microgramos/min para lo que
se diluyen 5 ampollas en 250 ml de suero glucosado al 5% iniciándose per-
fusión a 10 gotas/min.
c) Marcapasos transitorio: si a pesar del tratamiento anterior no se consigue
una respuesta adecuada está indicada la implantación de marcapasos
transitorio.
107
CAPÍTULO 12
BIBLIOGRAFÍA
▲ Kelly RA, Smith TW. Recognition and Management of Digitalis Toxicity. Am J Cardiol 1992;
69: 108G-119G.
▲ Digoxin. En: Porfitt K, editors. The Complete Drug Reference. 32th ed.London: Pharmaceuti-
cal Press; 1999. p. 849-852.
▲ Kelly RA, Smith TW. Drugs used in the tratament of heart failure: Cardiac Glycosides. En:
Braunwald E. A textbook of Cardiovascular medicine, 5th ed, New York: Saunders; 1999.
p. 480-484
▲ Lebemtel TH, Sonnenblick EH, Frishman WH. Diagnosis and Management of Heart Failure:
Digitalis. En: Schlant RC, Alexander RW, Fuster V, editors. Hurst´s the Heart. 9th ed. New
York; McGraw-Hill; 1998. p. 754-756.
▲ Linden CH, Lovejoy FH. Intoxicación aguda y sobredosis de medicamentos. En: Fauci AS,
Braunwald E, Isselbacher KJ, Wilson JD, Martín JB, Kasper DL, et al., editors. Harrison Prin-
cipios de Medicina Interna. 14ª ed, Madrid: Mc Graw-Hill; 1999. p. 2886-2887.
109
CAPÍTULO 13
Capítulo 13
MANEJO DE LAS ARRITMIAS
Mª L. Rodríguez Blanco - J. R. Mampaso Recio
INTRODUCCIÓN
Las arritmias representan uno de los problemas más frecuentes en la sala de Urgen-
cias. Arritmia se define como toda alteración del ritmo cardíaco normal, es decir, cual-
quier ritmo diferente del sinusal. El ritmo normal o sinusal comienza en la aurícula de-
recha a nivel del nodo sinusal, produciéndose la despolarización de la aurícula (onda
P del ECG), siendo positiva en II, III, aVF y negativa en aVR. El impulso alcanza el no-
do A-V experimentando un retraso en la conducción (segmento PR). Una vez que al-
canza el Haz de His se distribuye rápidamente a los ventrículos, dando lugar al QRS
típicamente estrecho; posteriormente aparece la repolarización ventricular que se re-
presenta en el ECG con la onda T, teniendo la misma polaridad que la onda P.
CRITERIOS DE INGRESO
En cardiología:
▲ Arritmias diagnosticadas y tratadas que han presentado alteraciones hemodi-
námicas moderadas, una vez revertidas.
▲ Arritmias diagnosticadas y tratadas que producen alteraciones hemodinámicas
leves o moderadas que no han revertido en su totalidad.
En UCI:
▲ Arritmias diagnosticadas y tratadas que han presentado alteraciones hemodi-
námicas graves.
▲ Cuando la arritmia haya descompensado alguna cardiopatía previa.
▲ Arritmias secundarias a IAM.
▲ Arritmias secundarias a fármacos con potencial arritmogénico o secundarias a
intoxicación por antiarrítmicos.
Alta:
▲ Arritmias detectadas accidentalmente en pacientes asintomáticos.
▲ Arritmias con repercusión leve, una vez resueltas.
2. ARRITMIAS DE LA UNION
1.- EXTRASISTOLES DE LA UNION
▲ Ondas P ectópicas.
▲ QRS ectópico y prematuro.
▲ Onda P’ ectópica antes o después del QRS.
▲ Intervalo PR ectópico de menor duración.
▲ Pausa compensadora.
112
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
4. TRASTORNOS DE CONDUCCIÓN
1.- BLOQUEO AV DE PRIMER GRADO
▲ Prolongación del intervalo PR.
▲ Ritmo regular.
▲ Onda P y QRS normales.
B. TIPO II
▲ Intervalo PR constante.
▲ Intervalo RR de la P bloqueada es el doble que los conducidos.
▲ Intra o infrahisiano.
SI - Administrar oxígeno
- Vía venosa
(Fuente: Modificado de "Arritmias". Manual de Soporte Vital Avanzado. (cap. 6 pág.114), según las reco-
mendaciones del ERC,1998).
115
CAPÍTULO 13
✓ Administrar oxígeno
✓ Vía venosa periférica
Maniobras vagales
(Valsalva, masaje del seno)
¿Presenta signos adversos?
• TA sistólica < 90 mmHg
• Dolor precordial
• Insuficiencia cardíaca
NO • Frecuencia cardíaca > 200 lpm. SI
(Modificado del Manual de Soporte Vital Avanzado, de acuerdo con las recomendaciones del ERC
(cap. 6 pág.115), 1998)
✓ Administrar oxígeno
✓ Vía venosa periférica
¿Existe riesgo de asistolia?
• Antecedentes de síncope
• Pausa > 3 seg
• BAV de 2º grado Mobitz II
NO • BAV completo con QRS ancho SI
SITUACIONES ESPECIALES
1.- FIBRILACION AURICULAR
▲ Actividad auricular rápida, irregular, desorganizada. No hay ondas P, en su
lugar hay ondas f.
▲ No hay relación entre la actividad auricular y QRS.
▲ Frecuencia auricular >400 lpm. Frecuencia ventricular limitada por el periodo
refractario del nodo AV.
▲ Puede ser paroxística, asociarse al WPW (riesgo de FV y muerte súbita).
SI NO CVF Frenar
Anticoagular
4 semanas
2. TORSADES DE POINTES
Características:
▲ TV polimorfa.
▲ Aparece con ritmos lentos y QT largos.
▲ QRS cambiante.
▲ Autolimitada y recidivante.
▲ Precedida de bigeminismo.
BIBLIOGRAFÍA
▲ Douglas P. Zipes. Genesis of cardiac arrhythmias: electrophysilogical considerations. En: Eu-
gene Braunwald, editor. Heart disease. 4th Ed. Philadelphia: W. B. Saunders Company;
1992. p. 588-627.
▲ Douglas P. Zipes. Management of cardiac arrhythmias: pharmacological, electrical, and sur-
gical techniques. En: Eugene Braunwald, editor. Heart disease. 4th Ed. Philadelphia: W. B.
Saunders Company; 1992. p. 628-666.
▲ Douglas P. Zipes. Specific arrhythmias: diagnosis and treatment. En: Eugene Braunwald, edi-
tor. Heart disease. 4th Ed. Philadelphia: W. B. Saunders Company; 1992. p. 667-725.
▲ Robert Rinkenberger. Cardiac Rhythm in the Critical Care Setting: Treatment. En: David R.
Dantzker, editor. Cardiopulmonary Critical Care. Orlando, Florida: Grune & Stratton, Inc;
1986. 481-586.
▲ Marta Sayers, M. D., J. O’Neal Humphries, M. D. Tachyarrhythmias. En: Shoemaker, Thomp-
son, Holbrook, editors. Textbook of Critical Care. 3th Ed. Philadelphia: W. B. Saunders Com-
pany; 1984. P. 502-513.
▲ Hernández Afonso J, Velázquez Martín Mª T, Lázaro Salvador Mª. Arritmias. En: M. S. Ace-
do Gutiérrez, A. Barrios Blandino, R. Díaz Simón, S. Orche Galindo, R. M. Sanz García,
editores. Manual de Diagnóstico y Terapéutica Médica. 4ª Ed. MSD; 1998. p. 175-193.
▲ M. Ruano Marco, C. Tormo Calandín y J. Cuñat de la Hoz. Arritmias. En: M. Ruano, editor.
Manual de Soporte Vital Avanzado. 2ª Ed. Barcelona: Masson, S.A; 1999. p. 95-116.
119
CAPÍTULO 14
Capítulo 14
SÍNCOPE
P. González Pérez - L. Rodríguez Padial
CONCEPTO
▲ El síncope se define como la pérdida brusca de conciencia y de tono postural, de
duración breve, que se recupera espontáneamente sin necesidad de maniobras
de reanimación. Como presíncope entendemos la sensación de pérdida inminen-
te de conciencia, sin llegar a perderla.
▲ El síncope es un problema frecuente en la población general. Alrededor del 20%
de la población adulta ha sufrido un episodio sincopal en algún momento de su
vida, con una incidencia anual según el "estudio Framingan" del 3% en hombres
y del 3,5% en mujeres, aumentando con la edad.
▲ En la Sala de Urgencias el síncope representa un 1-2% de todas las consultas, con
múltiples etiologías identificables (no pudiéndose llegar a un diagnóstico de pre-
sunción en al menos el 30%), siendo por lo tanto fundamental la estratificación
de riesgo en estos pacientes.
CLASIFICACIÓN
▲ Etiológicamente podemos clasificar al síncope en tres grandes grupos:
-Síncope cardíaco.
-Síncope no cardíaco.
-Síncope de causa indeterminada.
La importancia de esta clasificación radica en la variación pronóstica dependiendo
del grupo en el que nos situemos.
antidepresivos.
● Patologías del Sistema Ner vioso Autónomo.
APROXIMACIÓN DIAGNÓSTICA
En una primera aproximación al paciente que llega a Urgencias tras sufrir un sínco-
pe debemos realizar una toma de constantes, un examen del nivel de conciencia y del
aspecto general, un ECG y análisis de glucemia capilar (BM-test). Tras asegurarnos
de su estabilidad hemodinámica y que no hay necesidad de una intervención inme-
diata pasamos a realizar una aproximación diagnóstica completa.
121
CAPÍTULO 14
A- ANTECEDENTES PERSONALES:
Dentro de los antecedentes del paciente debemos indagar principalmente sobre:
- Edad y situación basal previa.
- Factores de riesgo cardiovascular.
- Factores de riesgo para tromboembolismo pulmonar (TEP).
- Cardiopatía previa.
- Síncopes o mareos previos: frecuencia, características y estudio sobre estos si
los hubiera.
- Otras patologías.
- Tratamiento actual (con especial atención a los fármacos capaces de producir
síncope (Cuadro 14.3).
Fuente: Nguyen T. Sincope. En: T. Nguyen (ed). Tratamiento de problemas cardiovasculares complejos. Pri-
mera edición. 2000. p. 97-119.
B- HISTORIA ACTUAL:
En primer lugar debemos comprobar que el paciente ha sufrido un verdadero episo-
dio de síncope, y siempre consultar a la persona (si la hubiera) que haya presencia-
do el mismo.
La anamnesis debe estar dirigida a recabar información de las posibles situaciones
precipitantes, pródromos, actividad durante el episodio, duración y recuperación del
síncope.
1. Factores precipitantes.
- Postura: la mayoría de los síncopes se van a producir en bipedestación (sobre
todo los ortostáticos y vasovagales). La situación de decúbito nos debe hacer sos-
pechar una etiología neurológica, cardiogénica, psiquiátrica o metabólica. A
veces, el desencadenante no es la postura, sino el cambio de la misma como en
el mixoma auricular.
122
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
C- EXPLORACIÓN FÍSICA:
1. Constantes: tensión arterial (TA), frecuencia cardiaca (Fc), frecuencia respiratoria
(Fr) y temperatura (Tª). En todo paciente con síncope debemos tomar la TA y la Fc
tanto en decúbito como tras bipedestación-sedestación, ya que de esta manera po-
demos desenmascarar síntomas debido a ortostatismo.
Se toman unas medidas basales, repitiéndose dichas medidas con el cambio de pos-
tura brusco y tras bipedestación-sedestación mantenida (al menos 2 minutos). Se de-
be tomar como una respuesta positiva a ortostatismo cuando hay una caída de al
menos 20 mmHg de TA sistólica (TAs) o de 15 mmHg de TA diastólica (TAd) acom-
pañadas de reproducción de los síntomas; también damos como positiva a la prue-
ba si reproducimos el síncope aunque no se objetive descenso significativo de la TA.
En función de las distintas relaciones de la TA y la Fc con la bipedestación vemos
varias respuestas:
- Disminución de la TAs y en menor medida de la TAd con un incremento im-
portante de la Fc. Esta es la respuesta típica de la hipovolemia.
- Disminución de la TA con escasa respuesta de la Fc. Esta es la respuesta típica
de la disfunción autonómica.
- Disminución de la TAs con el cambio brusco de postura, que se estabiliza a los
pocos minutos. Esta es la respuesta típica en ancianos.
2. Inspección general: nivel de conciencia (descartar estado poscrítico, o situación de
coma), hidratación (sobre todo en ancianos), perfusión y coloración de piel y mu-
cosas (atención a los signos de anemia).
3. Cabeza y cuello: nos fijamos en la presión venosa yugular (IC) y en las carótidas
(descartando soplos carotídeos). Ante toda sospecha, y en ancianos, siempre pre-
via comprobación de ausencia de soplos carotídeos, debemos realizar el masaje
del seno.
Se monitoriza al paciente el ECG y la TA, procediendo a masajear la carótida de un
lado en la localización del seno carotídeo (ángulo mandibular, palpando el pulso, sin
llegar a colapsar la arteria) durante 5-10 segundos observando los cambios en ECG
o TA. Si no obtenemos cambios probamos con la otra carótida (con un intervalo mí-
nimo de 2 minutos), dando la prueba como negativa si tampoco obtenemos cambios.
4. Auscultación cardíaca: alteraciones del ritmo, extratonos y soplos sistólicos (Este-
nosis aórtica, miocardiopatía hipertrófica, insuficiencia mitral...) o diastólicos (in-
suficiencia aórtica-disección, estenosis mitral).
5. Auscultación pulmonar: signos de insuficiencia cardiaca o de patología pulmonar.
6. Abdomen: con especial atención a megalias y soplos (aterosclerosis, disección
aórtica).
7. Extremidades: pulsos (si no son simétricos pensar en disección aórtica, coartación
aórtica o robo de la subclavia), edemas y signos de trombosis venosa profunda.
8. Tacto rectal si hay sospecha de hemorragia digestiva.
9. Exploración neurológica y fondo de ojo.
D- PRUEBAS COMPLEMENTARIAS:
Comprobada la estabilidad del paciente pedimos una serie de pruebas diagnósticas
de rutina y otras según los hallazgos en la anamnesis y la exploración física.
1.-ECG: se debe realizar siempre y debe ir acompañado de tira de ritmo. A veces nos
da el diagnóstico (casi siempre en síncopes arrítmicos) y otras veces nos apoya a
diagnósticos de sospecha (fundamentalmente en cardiopatía). Un ECG normal no
descarta la presencia de un síncope cardiogénico.
124
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
▲ Riesgo bajo:
- Pacientes menores de 30 años sin datos de cardiopatía.
- Pacientes menores de 70 años y síncope psicógeno, ortostático, vagal, si-
tuacional o indeterminado.
B-CRITERIOS DE INGRESO:
Para realización de estudio completo y tratamiento específico si precisa deben de in-
gresar todos los pacientes a los que hemos catalogado de riesgo alto. También deben
ingresar los pacientes de riesgo medio, con síncopes de repetición indeterminados y
los que sufren recidivas múltiples a pesar del tratamiento, si no hay posibilidad de re-
alizar un estudio ambulatorio de manera preferente en los días previos al episodio.
TRATAMIENTO
A-Medidas generales:
- Terminal heparinizado.
- Sueroterapia (en función de TA y BM-test).
- Oxigenoterapia si precisa.
- Monitorización ECG en pacientes con inestabilidad hemodinámica, arrit-
mia significativa o sospecha de síncope arrítmico.
B-Medidas específicas:
Según etiología de sospecha (ver capítulo correspondiente).
C- Tratamiento ambulatorio:
SÍNCOPE
Anamnesis
Cardiogénico No cardiogénico
Exploración física
ECG
Diagnóstico Dx Dx
Dx probable
definitivo indeterminado indeterminado
(IAM, arritmia
TEP)
Alta
Control por A primaria
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Boudoulas H. Diagnosis and management of syncope. In: Alexander R. W. (ed). The heart.
Ed. 9th ed. 1998. p. 1059-1081.
▲ Kapoor W. N. Síncope e hipotensión. En: E. Braunwald (ed). Tratado de cardiología. 5ª. Ed.
1997. p. 936-953.
▲ Linzer M. Diagnosing syncope; part 1: Value of history, Physical examination, and electro-
cardiography. Ann Intern Med. June 1997; 126: 989-996.
▲ Nguyen T. Síncope. En: Nguyen T. Tratamiento de problemas cardiovasculares complejos. 1ª.
Ed. 2000. p. 97-119.
▲ García Civera R. Síncope. Monocardio. 1999. Vol. 1; 1.
▲ Martín T. Risk stratification of patients with syncope. Ann Emerg Med. 1997; 29: 459-466.
▲ De la Torre M.. Actuación en el síncope. En: F. Fernández Avilés. Guías de actuación en las
enfermedades del corazón. 1997. p. 11-19.
▲ Barrios. Mareo, síncope y vértigo. En: Acedo M.S. Manual de diagnóstico y terapéutica mé-
dica. 4ªEd. 1998. p. 99-109.
127
CAPÍTULO 15
Capítulo 15
ENFERMEDADES DEL PERICARDIO
B. García Vila - Mª José Sánchez Carretero
INTRODUCCIÓN
La patología del pericardio puede dar lugar a los siguientes síndromes: pericarditis
aguda (PA), taponamiento cardiaco (TC), derrame pericárdico crónico (DPC) y peri-
carditis constrictiva (PC).
PERICARDITIS AGUDA
Es un síndrome provocado por la inflamación del pericardio. Es más frecuente en va-
rones adultos.
Etiología:
▲ Existe un gran número de enfermedades y agentes que pueden provocar derra-
me pericárdico; siendo las más frecuentes las infecciones virales y la idiopática
(ver cuadro 15.1).
Diagnóstico
Es fundamentalmente clínico con la triada: dolor torácico, fiebre y roce pericárdico.
1- Clínica: hay que realizar una historia clínica dirigida a definir las características del
dolor torácico, preguntando al paciente si aumenta el dolor con la tos, con la respi-
ración y el decúbito supino y si mejora al sentarse e incorporarse hacia delante, y
animando al paciente a que realice éstas maniobras. Siendo estas cualidades típi-
cas del "dolor pericardítico". Habrá que preguntar también si nota disnea o ha pre-
sentado fiebre, y si existen antecedentes de cuadro infeccioso (catarro, diarrea, etc).
2- Exploración: habrá que registrar las siguientes constantes: tensión arterial, fre-
cuencia cardiaca, frecuencia respiratoria y temperatura. Debemos buscar la exis-
tencia de Pulso Paradójico (descenso de la presión arterial mayor de 10 mm Hg
durante la inspiración) y el Signo de Kussmaul (aumento de la PVY durante la ins-
piración), que indican compromiso hemodinámico del paciente y orientan hacia
el diagnóstico de taponamiento.
128
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
MANEJO EN URGENCIAS
▲ Una vez diagnosticado al paciente de Pericarditis, el primer paso consiste en es-
tablecer si existe compromiso hemodinámico (mediante la exploración clínica del
paciente), y descartar un proceso sistémico subyacente que requiera un trata-
miento específico.
▲ El tratamiento inicial de un episodio de P.A incluye reposo en cama hasta la de-
saparición del dolor y la fiebre si existe; está indicado el ingreso en observación
las primeras horas hasta descartar IAM, pericarditis piógena o taponamiento car-
díaco (presente en el 15% de los pacientes con PA).
▲ El dolor pericárdico se tratará inicialmente con AINES como el ácido acetil salicíli-
co (AAS) por vía oral 1comp=500mg, a dosis de 1 o 2 comprimidos/6h o por vía
intravenosa 1 vial=500mg de AAS (1 o 2 viales i.v /6h según respuesta), o In-
dometacina (1capsula=25mg), 2 cápsulas vía oral cada 8 horas manteniéndose
un mínimo de 2 semanas, para iniciar posteriormente la retirada paulatina del
AINE durante otras dos semanas. Cuando la clínica no mejora en 48 horas se
puede emplear corticoesteroides una vez descartada la tuberculosis y la pericar-
ditis purulenta. Usaremos prednisona a dosis de 60-80 mg/día; tras 5-7 días, si
la clínica ha desaparecido, se inicia la reducción de la dosis. Los antibióticos só-
lo se deben emplear en caso de evidencia de pericarditis purulenta.
▲ La anticoagulación en estos pacientes no debe ser usada en la fase aguda, salvo
en el caso de válvula protésica mecánica que se empleará heparina sódica in-
travenosa.
Sospecha de PA.
ECG/Rx tórax.
Confirmación diagnóstica.
Descartar: P purulenta/TBC.
Miocarditis.
TAPONAMIENTO CARDIACO
Es un síndrome provocado por el aumento de presión intrapericárdica secundaria a
la acumulación de líquido pericárdico que origina una limitación progresiva del lle-
nado diastólico ventricular y la reducción del volumen diastólico, compensado ini-
cialmente con un aumento de la frecuencia cardíaca pero fracasando posteriormen-
te, lo que provoca una disminución del gasto cardíaco.
Etiología
Es múltiple, cualquier tipo de agente que produzca pericarditis puede producir TC, pero
en este caso la más frecuente es la neoplásica seguida de la pericarditis viral y urémica.
Diagnóstico
1- Clínica: el cuadro clínico va a depender de la velocidad de instauración del de-
rrame; el paciente puede referir dolor torácico y fiebre, pero habitualmente lo que
le lleva a acudir al médico es la disnea.
2- Exploración: el paciente presentará habitualmente taquipnea, taquicardia, hipo-
tensión, junto con otros signos de bajo gasto como disminución del nivel de
conciencia, oliguria y aumento de PVY. Habrá que investigar la existencia de pul-
so paradójico y signo de Kussmaul, que con mucha frecuencia pueden presentar-
se.
3- Pruebas Complementarias:
▲ ECG: podemos encontrar alternancia eléctrica y disminución del voltaje del QRS.
▲ Ecocardiograma: ha de realizarse siempre que se sospeche TC, siendo diag-
nósticos los hallazgos encontrados.
▲ Rx de tórax: no hay datos característicos de TC. En taponamientos agudos la
silueta cardiaca suele ser normal, mientras que si se acumula lentamente más
de 250 ml, la silueta estará aumentada de tamaño.
▲ Laboratorio: hay que realizar las mismas pruebas que en el caso de una sos-
pecha de PA: Sistemático de Sangre, Estudio de Coagulación, Bioquímica con
iones, urea, glucosa, CPK y su fracción MB.
Manejo en Urgencias
▲ Va dirigido a mejorar el gasto cardíaco:
1. Aumentando la precarga con expansores de volumen, que pueden ser coloi-
des según respuesta de TA y FC.
2. Mejorando la contractilidad y las resistencias vasculares sistémicas con drogas
inotropas como la Dopamina (perfusión de 1gr de en 500 cc de dextrosa al 5%),
131
CAPÍTULO 15
Confirmación con
ECOCARDIOGRAMA
Ingreso en UCI y
pericardiocentesis: Actitud conservadora
- Vía subxifoidea
- Registro ecocardiográfico
- Análisis líquido extraído
Tratamiento médico:
- Expansores de volumen:
Coloides.
Cristaloides.
- Monitorización hemodinámica:
Presión venosa central.
Presión arterial.
- Fármacos inotropos:
Si persiste inestabilidad
PERICARDITIS CONSTRICTIVA
Es el resultado del engrosamiento fibroso y calcificación del pericardio que impide el
llenado diastólico del corazón, con un aumento de las presiones diastólicas de las
cuatro cavidades, lo que provoca signos de bajo gasto cardíaco y aumento de las
presiones de llenado tanto derecho como izquierdo.
Etiología
Cualquier pericarditis puede evolucionar hacia una PC, pero con mayor frecuencia lo
hacen la tuberculosa, la purulenta, la hemorrágica y los derrames postcirugía cardí-
aca y radioterapia.
132
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
Diagnóstico
1- Clínica: cuadro clínico de insuficiencia cardíaca derecha progresiva.
2- Exploración: aumento de presión venosa yugular con la inspiración, que consti-
tuye el signo de Kussmaul. Destaca un seno "Y" profundo en el pulso venoso. Se
objetiva chasquido protodiastólico en el borde esternal izquierdo en la ausculta-
ción cardiaca.
3- Pruebas Complementarias:
▲ Rx tórax: podemos encontrar calcificación del pericardio en la proyección la-
teral y silueta cardíaca normal o aumentada si existe derrame pericárdico
acompañante.
▲ ECG: muy inespecífico, puede existir bajo voltaje de QRS, inversión o apla-
namiento de onda T y fibrilación auricular en un 50%.
▲ Ecocardiograma: es menos sensible y específico que para el TC, puede mos-
trar un pericardio denso e inmóvil, engrosado y calcificado.
▲ Laboratorio: como en las otras enfermedades del pericardio se ha de realizar
un SS, EC y BQ con CPK.
Una vez ingresado al paciente se realizaran de forma programada una serie
de pruebas que establecerán el diagnóstico definitivo como son: TAC o RMN,
cateterismo cardíaco, donde se puede observar como se igualan las presiones
en las cuatro cavidades con imagen de "dip-plateau", (curva de presión ven-
tricular con defecto de llenado que no afecta a la protodiástole) y la biopsia
miocárdica.
4- Diagnóstico diferencial: es importante hacer un diagnóstico diferencial con: ci-
rrosis hepática, valvulopatías (como estenosis tricuspidea) y miocardiopatías.
Tratamiento
El tratamiento específico es la pericardiectomía.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Ralph Shabetai. Diseases of percardium. En: The Heart. Hurst. 8ª ed: Lorell BH. p. 1467-
1667.
▲ Beverly H. Lorell. Braunwald. Pericardial Disease. En: Heart disease 4ª ed. Philadelphia;
1998. p. 1478-1535.
▲ Bernhard Maissch, MD. Pericardial diseases, with a focus on etiology, new diagnostic and
tratment. En: Current Opinion in Cardiology; 1994, 9. p. 379-388.
▲ Ricardo Zayas, MD. Incidence of Specific etiology and role of methods for specific etilogy
diagnosis of primary acute pericarditis. En: Am J Cardiol 1995;75. p.378-382.
▲ Marmesat Rios, Gónzalez García. Taponamiento cardiaco. J.C Montejo. En: Manual de Me-
dicina intensiva.1996. p.136-38.
▲ Sánchez Sánchez, Santos Conde, Hernández Simón.M.S. Enfermedades del pericárdio.
Acedo Gutiérrez. Manual de Diagnostico y Terapéutica Médica, 4ª edicion; 1998. p. 215-
221.
133
CAPÍTULO 16
Capítulo 16
HIPERTENSIÓN ARTERIAL EN URGENCIAS
Ana Roca Muñoz
INTRODUCCIÓN
La valoración de un paciente con crisis hipertensiva es una situación tan frecuente en
la práctica clínica diaria que puede representar hasta el 27% de las Urgencias médi-
cas de un hospital general. La mayoría de las veces se trata de pacientes con hiper-
tensión arterial (HTA) esencial ya diagnosticada y mal controlada. Pero hay otras pa-
tologías asociadas a hipertensión arterial severa. La elevación tensional a su vez
puede dar lugar a diferentes cuadros clínicos independientemente de su causa.
Las crisis hipertensivas se clasifican en emergencias y Urgencias en función de su di-
ferente pronóstico y tratamiento.
CONCEPTOS
▲ Emergencia Hipertensiva: situación que requiere una reducción inmediata (en no
más de 1 hora) de la tensión arterial (TA) con tratamiento parenteral ya que se
acompaña de lesión aguda o progresiva de "los órganos diana" (cerebro, cora-
zón y riñón) que puede ser irreversible y de mal pronóstico vital. Los cuadros clí-
nicos incluidos en esta definición se enumeran en el cuadro 16.1, aunque en oca-
siones algunos de ellos, dependiendo de su gravedad, pueden manejarse como
urgencias hipertensivas.
▲ Urgencia hiper tensiva: situación de elevación tensional (de forma arbitraria se
ha establecido una TA ≥ 200/120 mmHg) en ausencia de lesión aguda de los ór-
ganos diana, que no representa una amenaza vital, asintomática o con síntomas
leves e inespecíficos, y que permite su corrección gradual en 24-48 horas con
medicación oral.
▲ Hay situaciones que no son una verdadera urgencia hipertensiva, son elevacio-
nes de la presión arterial, con ausencia de síntomas y daño en órganos diana,
secundarias a ansiedad, dolor, hipoxia, retención urinaria, etc. y que no precisan
tratamiento hipotensor sino de la causa desencadenante.
EVALUACIÓN DEL PACIENTE EN URGENCIAS
La historia y la exploración física iniciales deben dirigirse a diferenciar la emergen-
cia de la urgencia hipertensiva. LA GRAVEDAD DE LA SITUACIÓN NO SE DEFINE
POR LAS CIFRAS DE PRESIÓN ARTERIAL SINO POR LA AFECTACIÓN ORGÁNICA
QUE OCASIONA.
▲ Anamnesis: (recogiendo siempre los siguientes datos)
- Historia previa de hipertensión arterial, duración, repercusión visceral, trata-
miento hipotensor y eficacia del mismo.
- Enfermedades asociadas: cardiovasculares, diabetes mellitus, dislipemias, taba-
quismo, consumo de otros tóxicos (cocaína, etc) y otras.
- Posible daño de los órganos diana: estado cardiovascular (disnea, ortopnea,
disnea paroxística nocturna, edema, dolor precordial…), alteraciones visuales y
síntomas neurológicos fundamentalmente.
▲ Exploración física. Exploración general valorando especialmente: la toma de ten-
sión arterial (que debe hacerse en decúbito y en bipedestación, si es posible, y
en los dos brazos si sospechamos disección aórtica), signos de insuficiencia car-
díaca y disección aórtica, déficit neurológicos y examen del fondo de ojo.
134
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
2-ENCEFALOPATÍA HIPERTENSIVA:
Puede producirla la elevación progresiva de la tensión arterial, con o sin la afectación
descrita en la hipertensión maligna. El cuadro clínico consiste en un deterioro neuro-
lógico agudo o subagudo: cefalea severa, somnolencia, síndrome confusional, dismi-
nución del nivel de consciencia, convulsiones y coma. Si el paciente presenta focali-
dad hay que pensar en un accidente cerebrovascular y solicitar una TAC craneal.
Ocurre porque la elevada presión arterial sobrepasa los mecanismos de autorregula-
ción del flujo cerebral, produciendo edema difuso. Está indicado el ingreso en nefro-
logía y el tratamiento parenteral. El fármaco habitualmente utilizado es el nitropru-
siato, si bien, se sabe que éste puede producir aumento del flujo cerebral (vía
vasodilatación de arterias cerebrales) aumentando así la presión intracraneal (PIC).
Otros fármacos que pueden utilizarse son: labetalol, hidralazina y nicardipina.
4-DISECCIÓN AÓRTICA:
La presentación clínica habitual es la de un paciente de edad avanzada con hiper-
tensión arterial de larga evolución que acude por dolor torácico intenso y persisten-
te; el diagnóstico se confirma con ecocardiografía (transesofágica) y/o TAC helicoi-
dal. El objetivo es disminuir la presión arterial (conseguir una TA sistólica de 100-120
mmHg si es tolerada) y la contractilidad cardiaca. Puede hacerse con nitroprusiato y
un beta-bloqueante (propanolol) o con labetalol. Antes se utilizaba el trimetafán, in-
hibidor adrenérgico ganglionar con efecto parasimpaticolítico, pero provocaba im-
portantes efectos adversos.
6-CARDIOPATÍA ISQUÉMICA:
En el caso de angor o infarto agudo de miocardio (IAM) con hipertensión arterial, el
objetivo es una reducción gradual hasta conseguir una TA diastólica de 100 mmHg
para no disminuir el flujo coronario. El fármaco de elección es la nitroglicerina IV,
produce vasodilatación coronaria y disminuye las resistencias periféricas, se puede
administrar sublingual o transdérmica mientras conseguimos una vía venosa. También
se ha utilizado el labetalol, antagonistas del calcio y nitroprusiato. Los fármacos que
aumentan el gasto cardiaco (diazóxido o hidralazina) están contraindicados.
8-ECLAMPSIA:
La hidralazina IV es el tratamiento de elección en la paciente embarazada con hi-
pertensión arterial severa (en preeclampsia no controlada con tratamiento oral,
eclampsia o hipertensión arterial preexistente); labetalol o nicardipina son también
otras opciones. El nitroprusiato y los inhibidores de la ECA están contraindicados en
el embarazo.
137
CAPÍTULO 16
VASODILATADORES: 0,25-10
mcg/Kg/min en Náuseas, La mayoría de
infusión vómitos, tirones las EH;
Nitroprusiato continua musculares, precaución en
sódico protegida de la Inmediato 1-2 minutos sudoración, los casos con
(amp. de 50 luz (1 amp. en intoxicación por PIC elevada y
mg). 500 cc de S. sus metabolitos retención
Glucosado al (cianida). nitrogenada
5%) máxima severa.
dosis 10 min.
Cefalea,
Nitroglicerina 5-100 mcg/min vómitos,
(amp. de 5 y en infusión metahemo- Isquemia
50 mg) continua (50 2-5 minutos 3-5 minutos globinemia, coronaria.
mg en 500 cc) tolerancia con
el uso.
Taquicardia,
Hidralacina 5-20 mg IV 10-20 minutos 3-8 horas rubor, cefalea, Eclampsia.
(amp. de 25 mg) 10-50 mg IM 20-30 minutos vómitos,
angina.
Caída severa
de la TA si hay Insuficiencia
elevación de ventricular
Enalaprilato 0,625-5 mg 15-30 minutos 6 horas renina aguda; evitar
(amp. de 1 mg) cada 6 horas plasmática; en IAM.
respuesta
variable.
La mayoría de
las EH salvo
Taquicardia, I.cardiaca
Nicardipina 2-10 mg/hora 5-10 minutos 1-4 horas cefalea, rubor, aguda; cuidado
flebitis local. en la isquemia
coronaria.
INHIBIDORES Vómitos,
ADRENÉRGICOS: 20-80 mg IV en náuseas,
5-10 min. cada quemaduras La mayoría de
10 min. orales, vértigo, las EH salvo
5-10 minutos 3-8 horas ortostatismo, I.cardiaca
Labetalol 0,5-2 mg/min bloqueo aguda.
(amp. de 100 en infusión cardiaco,
mg) continua. craneo-
parestesias.
200-500
Esmolol mcg/Kg/min en Disección
(amp. de 100 4 min, después 1-2 minutos 10-20 minutos Hipotensión, aórtica
mg y 2,5 gr) 50-300 náuseas. postoperatoria.
mcg/Kg/min.
Modificado de N.M.Kaplan. Hypertensives Crises. In: Clinical Hypertension. 7th ed. Williams and Wilkins;
1998. P. 272.
138
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
TA ≥ 220/120 mmHg
1.- Confirmar las cifras de presión arterial (de forma arbitraria hemos aceptado co-
mo urgencia hipertensiva una TA ≥200/120 mmHg) y DESCARTAR LA EMER-
GENCIA HIPERTENSIVA con la historia clínica y la exploración física.
2.- Reposo en decúbito, en una habitación tranquila, durante 15-30 minutos y repe-
tir la toma de TA, de esta forma se controlarán las cifras tensionales hasta en un
45% de los pacientes.
3.- Si persiste la elevación de tensión arterial iniciaremos tratamiento oral. Si el pa-
ciente no ha tomado su medicación pautada es posible que sólo haya que res-
taurarla. Podemos utilizar los siguientes fármacos vía oral: Captopril (desde 6.25
139
CAPÍTULO 16
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Kaplan, NM. Hypertensive Crises. En: Kaplan NM, editor. Clinical Hypertension. 7ª ed. Bal-
timore: Williams and Wilkins; 1998. p. 265-80.
▲ Mann SJ, Atlas SA. Hypertensives Emergencies. En: Brady HR, Wilcox CS, editors. Therapy
in Nephrology and Hypertension A Companion to Brenner and Rector’s The Kidney. 1ª ed.
Philadelphia: W.B. Saunders Company; 1999. p. 404-11.
▲ Kaplan NM, Rose BD. Hypertension. Up To Date 2000; 8 (2).
▲ Joint National Committee. The sixth report of the Joint National Comittee on detection, eva-
luation, and treatment of high blood presure. Arch Intern Med 1997; 157: 2413-46.
▲ Alcázar J.M. Tratamiento de la hipertensión arterial. En: Luis Hernando Avendaño, editor.
Nefrología Clínica. 1ª ed. Madrid: Panamericana; 1997. p. 193-97.
▲ Ruilope Urioste LM, editor. Hipertension arterial. En: Rodríguez Pérez JC, Orte Martínez LM,
editores. Normas de actuación clínica en Nefrología. Sociedad Española de Nefrología. Ma-
drid: Harcout Brace de España; 1999. p. 99-116.
141
CAPÍTULO 17
Capítulo 17
ANEURISMA DISECANTE DE AORTA
R. López Pardo - J. Alvarez Martín - J. Fontcuberta García
CONCEPTO
Dilatación del calibre aórtico secundario a la rotura de la íntima con penetración de
la corriente sanguínea y separación de las capas aórticas.
Más frecuente en varones > 40 años y de raza negra.
ETIOLOGÍA:
▲ Los dos factores etiológicos más importantes son:
- HTA.
- Cambios degenerativos de la pared aórtica.
▲ Otras causas y patologías relacionadas:
- Necrosis quística media.
- Sd. Marfán.
- Estenosis aórtica.
- Coartación aórtica.
- Válvula aórtica bicúspide.
- Embarazo.
- Sd. Ehler Danlos.
- Policondritis.
- Traumatismo torácico.
- Cirugía o cateterismo cardíaco.
PATOGENIA
▲ ROTURA DE LA INTIMA: por causa desconocida, se produce una rotura en la ín-
tima sobre todo en aquellos lugares de mayor fricción; Aorta ascendente (61%) y
segmento distal a la subclavia izquierda (16%).
▲ PROGRESION DEL HEMATOMA: "disecando" las capas de la aorta y favorecido
por la HTA y la contractilidad cardíaca.
COMPLICACIONES
▲ COMPROMISO ARTERIAL: IAM, isquemia en miembros, ACV, isquemia renal o
mesentérica según el vaso afectado.
▲ INSUFICIENCIA AORTICA: fallo ventricular izquierdo (EAP), soplo diastólico
(25%).
▲ ROTURA EXTERNA: hemopericardio (Taponamiento), derrame pleural izquierdo
(hemotórax), rotura mediastínica o esofágica.
Signos de buena evolución:
- Trombosis del hematoma.
- Recanalización: por rotura "interna" del hematoma.
142
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
CLASIFICACIÓN
Clasificación de Stanford:
▲ TIPO I: afecta la aorta ascendente, pudiendo estar localizada la rotura de la ínti-
ma en la aorta ascendente, cayado o descentente.
▲ TIPO II: no afecta la aorta ascendente, estando localizada la rotura la mayoría de
las veces distal a la subclavia.
ACTUACIÓN EN URGENCIAS
Historia y exploración física
▲ Toma de TA, FC, FR, Tª.
▲ Antecedentes de importancia: HTA, patología valvular aórtica, cardiopatía isqué-
mica, isquemia crónica en miembros, cirugía cardíaca, cateterismo y existencia de
radiografía de tórax previas (solicitarlas para comparar).
▲ Dolor: de aparición súbita, muy intenso, retroesternal irradiado a espalda y que
" no deja al enfermo quieto". Puede irradiarse a epigastrio y abdomen superior si
la disección llega a la aorta descendente-abdominal.
▲ Otros síntomas: síncope (taponamiento), dolor en miembros, disnea (EAP), déficit
sensorial o motor, oliguria, dolor y frialdad en extremidades, dolor abdominal di-
fuso.
▲ Datos clínicos: síntomas: HTA (50%) o hipotensión (taponamiento o Shock), pérdi-
da de pulsos periféricos (50%), soplo diastólico (insuficiencia aórtica), fallo del
ventrículo izquierdo (taquipnea, crepitantes), isquemia cerebral, ingurgitación yu-
gular con pulso paradójico (taponamiento), hipoventilación de la base pulmonar
izquierda (derrame).
* El debut puede ser fulminante o la disección puede progresar dando lugar a los
diferentes cuadros clínicos.
Pruebas complementarias de inicio
Cuando se nos presente un cuadro clínico de este tipo debemos solicitar de inicio:
▲ ECG: suele ser normal y en ocasiones presenta alteraciones en la cardiopatía is-
quémica (IAM), que es la patología que más veces se confunde con la disección.
▲ Rx Tórax: en el 80% será patológica, pudiendo encontrar ensanchamiento me-
diastínico, doble contorno de la pared aórtica y derrame pericárdico o pleural. Si
es normal no descarta disección.
▲ Analítica: Hemograma, Bioquímica con amilasa, Estudio de coagulación y sacar
pruebas cruzadas. Gasometría arterial.
Diagnósticos diferenciales:
- IAM, angor.
- Pericarditis.
- Embolia Pulmonar.
- Neumotórax.
- Pancreatitis.
- Perforación visceral.
Si la sospecha es alta: (HTA, dolor intenso, ECG normal, Rx patológica):
▲ Iniciar tratamiento médico en Urgencias.
▲ Solicitar TAC tóraco-abdominal.
▲ Avisar a UCI.
143
CAPÍTULO 17
CIRUGÍA DE URGENCIA
▲ Se indica si:
● El aneurisma afecta a la aorta ascendente.
● El aneurisma afecta a la aorta descendente y:
- Aumenta progresivamente la imagen aórtica en la radiografía de tórax.
- Aparece derrame pleural o pericárdico hemático.
- Dolor persistente, en especial si aumenta en intensidad.
- Aparece roce pericárdico o signos de insuficiencia valvular aórtica.
- Obliteración de la luz aórtica o de una rama aórtica principal.
● Aneurisma sacular agudo.
● Rotura del aneurisma.
PRONÓSTICO
▲ La mortalidad en la fase aguda es alta, aunque las posibilidades de superviven-
cia mejoran si el enfermo alcanza la fase crónica.
▲ Así, aproximadamente el 5 % presentan muerte súbita, el 25% fallecen en las pri-
meras 24 horas y solo un 10% sobreviven tres meses. A partir de este momento la
supervivencia es de un 80% a los tres años.
144
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Pape LA. Dissection of the aorta. En: Irwin RS, Cerra FB, Rippe JM, editors. Irwin and Rip-
pe´s Intensive Care Medicine. 4 th. ed. Philadelphia: Lippincott-Raven; 1999. p. 343-355.
▲ Walker PJ, Sarris GE, Miller DC. Peripheral vascular manifestations of acute aortic dissec-
tion. En: Rutherford RB, editor. Vascular Surgery. 4 th. ed. Philadelphia: Saunders; 1995. p.
1087-1103.
▲ Zimmerman JL. Hypertensive crisis: Emergencies and urgencies. En: Shoemaker WC, Gren-
vik A, Holbrook PR, editors. Textbook of critical care.3 rd. ed. Saunders: Philadelphia; 1995.
p.522-529.
145
CAPÍTULO 18
Capítulo 18
PATOLOGÍA VASCULAR PERIFÉRICA AGUDA
D. Cuevas del Pino - P. López Beret
Complicaciones
▲ EMBOLIA PULMONAR: fragmentación y migración del trombo hacia vasos de la
circulación pulmonar.
▲ SÍNDROME POSTROMBÓTICO: prevalencia del 75%. Se produce destrucción val-
vular, aumento de la circulación colateral, con dilatación venosa y los fenómenos
de recanalización. Lesiones en piel y subcutáneo.
Clínica
▲ Asintomática en el 50% de los casos. Es inespecífica; útil para sospecha de TVP
pero no para el diagnóstico.
146
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
▲ Es variable según la localización y extensión del sector ocluido; cuanto más pro-
ximal y oclusivo es el trombo, más evidente es la sintomatología.
▲ Dolor, edema, impotencia funcional, red venosa colateral, empastamiento muscu -
lar, aumento de temperatura.
▲ Signos diagnósticos inespecíficos son el dolor a la dorsiflexión del pie ("Homans")
o a la presión intergemelar.
Diagnóstico.
▲ HISTORIA CLÍNICA Y EXPLORACIÓN FÍSICA.
▲ PRUEBAS COMPLEMENTARIAS:
- Hemograma, Estudio de Coagulación, Bioquímica elemental.
- Estudio de hipercoagulabilidad, Dímero-D.
- Radiografía de tórax.
- Eco abdominal si se sospecha neoplasia.
- TAC torácico helicoidal si se sospecha TEP.
❑ METODOS NO INVASIVOS:
- Eco-doppler (duplex venoso): sensibilidad del 100% en TVP proximales y del
90% en las infrapoplíteas. Es el estudio diagnóstico inicial de elección.
❑ METODOS INVASIVOS:
- Flebografía.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
- Contusión o ruptura muscular: equímosis - Linfedema: edema leñoso.
maleolar o inframaleolar. - Lipedema: mujeres obesas con
- Hematoma espontáneo (toma de anticoagu- extremidades inflamadas y dolorosas
lantes). sin fovea.
- Ruptura de quiste de Baker. - Embarazo; anticonceptivos orales.
- Celulitis, linfangitis o linfedema inflamatorio. - Isquemia arterial aguda: no existe edema,
Se acompañan de sintomatología sistémica la extremidad está fría y pálida, no existen
(fiebre y leucocitosis). pulsos y el dolor es más intenso.
- TV superficial: cordón indurado, eritematoso - Inmovilización o declive prolongado de
y doloroso en el trayecto de una vena. la extremidad.
- Insuficiencia venosa crónica y síndrome - Edemas de origen sistémico: suelen ser
postrombótico. bilaterales y no existe empastamiento
- Compresión venosa extrínseca: neoplasias, muscular (ICC, síndrome nefrótico,
adenopatías, linfomas, hematomas, etc. metabólicos etc.).
147
CAPÍTULO 18
SOSPECHA DE TVP
ECO DOPPLER
Etiología
OBSTRUCCIÓN OBSTRUCCIÓN OTRAS
INTRÍNSECA EXTRÍNSECA
- Embolia. - Traumatismos. - Bloqueo del retorno venoso.
- Trombosis. - Compresión extrínseca. - Situaciones de bajo gasto.
- Ateroembolización. - Fármacos: digital, esteroides...
- Punciones e inserción - Radiaciones, arteritis, etc.
de catéteres.
En éste capítulo nos ocuparemos de las dos causas más frecuentes de isquemia arte-
rial aguda (IAA): embolia y trombosis arterial de extremidades.
CLINICA:
- Dolor que aparece de forma súbita, localizado en la extremidad afectada.
- Parestesias y parálisis, orientan sobre la viabilidad de la extremidad isquémica.
149
CAPÍTULO 18
- Frialdad y palidez, por debajo del nivel de obstrucción. Con el tiempo se sustituye
por el color violáceo típico del tejido isquémico.
- Ausencia de pulsos, distales a la obstrucción. EN LA MAYORIA DE LOS CASOS ES
SUFICIENTE PARA ESTABLECER UN DIAGNOSTICO DE LOCALIZACIÓN DEL EM-
BOLO.
ETIOLOGÍA
- ARTERIOESCLEROSIS: es la causa más frecuente. En el 95% de los casos afecta a extremida-
des inferiores (el sector fémoro-poplíteo es el más frecuentemente afectado –45%-; en pacien-
tes diabéticos es más frecuente la afectación del sector distal).
La estenosis arterial arterioesclerótica previa, estimula el desarrollo de circulación colateral.
- ANEURISMA: el aneurisma periférico más frecuente y el que se trombosa con mayor frecuen-
cia es el aneurisma poplíteo.
- Displasias y disección arterial.
- Degeneración quística de la media.
- Vasculitis.
- Administración intraarterial de fármacos.
- Traumatismos.
- Yatrogenia: inserción de catéteres.
- Compresiones: síndrome de atrapamiento poplíteo, síndrome compartimental.
CLÍNICA:
Varía desde una afectación leve con acortamiento del nivel de claudicación, hasta un
síndrome de isquemia aguda con parálisis e infarto muscular, dependiendo de la lo-
calización y extensión del trombo, el desarrollo previo de circulación colateral, tiem-
po de evolución, etc.
▲ 42% en segmento arterial arterioesclerótico no ocluido (clínica similar a embolia).
▲ 68% en segmento arterial arterioesclerótico ocluido (clínica más gradual).
DIAGNÓSTICO:
▲ HISTORIA CLÍNICA Y EXPLORACIÓN FÍSICA. Antecedentes personales y factores
de riesgo. Es fundamental la exploración de pulsos.
▲ ARTERIOGRAFÍA: establece en la mayoría de los casos el diagnóstico de isquemia
aguda, su topografía, su posible etiología así como el pronóstico. Sus indicacio-
nes son: sospecha de IAA y en aquellos casos en los que la embolectomía se re-
aliza después de las 6-10 horas de instauración del cuadro con el fin de evaluar
el estado del lecho distal.
Actualmente se emplea la técnica de Seldinger (acceso arterial por vía femoral en
la mayoría de los casos). En caso de embolia arterial, se observa un lecho arte-
150
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
rial normal previo a la obstrucción, con una imagen de "stop" y un lecho distal
espasmodizado. La etiología trombótica, muestra un lecho arterial lesionado, con
la imagen de "stop" y abundante circulación colateral.
▲ DOPPLER ARTERIAL
▲ DUPLEX ARTERIAL
TRATAMIENTO.
Actuación en Urgencias:
- Extremidad afecta en declive.
- Estudio preoperatorio (hemograma, estudio de coagulación, bioquímica elemental,
ECG y Rx de tórax).
- Heparinización sistémica (5.000-7.000 UI heparina sódica intravenosa iniciales,
seguido de 1.000 UI/hora) para evitar la formación de trombosis secundaria.
- PIC urgente a Hematología.
- Analgesia: Metamizol 2gr. i.v, Meperidina o Cloruro mórfico subcutáneo ó en per-
fusión i.v de cloruro mórfico ó catéter epidural para analgesia si precisa.
Tratamiento posterior:
▲ Tratamiento médico: Hemorreológicos (Hemovás®) amp. de 300 mgr; 2-3 ampo-
llas i.v en 500 cc suero salino fisiológico cada 24 horas), prostaglandinas (PG
E–Surgirán® ampollas 20µg, 2 ampollas i.v en 250 cc suero salino fisiológico a
pasar en 3 horas cada 12 horas), anticoagulación (heparina sódica o HBPM), fi-
brinolíticos.
▲ Tratamiento quirúrgico: Embolectomía con catéter Fogarty, trombectomía y/o re-
vascularización (by-pass) ó amputación si la extremidad no es viable.
BIBLIOGRAFÍA
▲ Luján S, Fontcuberta J, Ayala S, Torres, J.A. Isquemia aguda de miembros inferiores. Proce-
sos venosos agudos. En: Manual de Urgencias Quirúrgicas Hospital Universitario Ramón y
Cajal 1997. 191. 197. p. 209-216.
▲ Sainz González F, Rodríguez González C, Gutiérrez Baz M. Isquemias agudas. Manual
práctico de Urgencias Quirúrgicas "12 Octubre". p. 525-533.
▲ Cuenca Manteca J, Rodríguez González C, Sainz Rodríguez F. Enfermedad tromboembóli-
ca venosa. Manual práctico de Urgencias Quirúrgicas "12 Octubre". p. 547-555.
▲ Coffman J.D, Davies W.T. Intermittent claudication and rest pain. Physiologic concepts and
therapeutic approaches. Prog Cardiovasc 1979; 22. 53.
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117-256.
▲ Güell Fortuny J, Rosendo Carrera A. Enfermedad tromboembólica venosa. Síndrome pos-
trombótico. Edika Med; 1995.
▲ Blebea J, Kempczinski R. Acute Limb Isquemia. In: Yao J, Brewster D, editors. Diagnosis &
Treatment in Vascular Surgery. Connecticut: Appleton & Lange; 1995. p. 282-297.
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p. 55-6.
▲ Brewster D, Chin A.K, Hermann G.D, Thomas B.S, Fogarty J. Arterial Thromboembolism. In:
Rutherford R.B, editors. Vascular Surgery. 3ª ed. Philadelphia: Saunders Company; 1995.
▲ Mark A, Creager, J, Víctor J. Enfermedades vasculares de las extremidades. In: Wilson J.D,
Braunwald E, Isselbacher K.J, Petersdorf R.G, Martin J. B, Fauci A.S editors. Harrison: Prin-
cipios de Medicina Interna. 13ª ed. Interamericana McGraw-Hill; 1995. p. 1179-187.
151
CAPÍTULO 19
Capítulo 19
DISNEA EN URGENCIAS
INSUFICIENCIA RESPIRATORIA AGUDA
C. Yera Bergua - M. J. Espinosa de los Monteros
INTRODUCCIÓN
▲ La disnea se define como dificultad para respirar o como percepción desagra-
dable de la respiración. Este síntoma es una causa frecuente de consulta en los
Servicios de Urgencias por parte de los pacientes.
▲ Hay que tener en cuenta que la disnea es una manifestación de muy diversas en-
fermedades (pulmonares, cardíacas, metabólicas, ansiedad...), por lo que es fun-
damental, a parte de un soporte terapéutico inmediato, una buena historia clíni-
ca y una exploración física detallada que nos guíen hacia la causa de dicho
síntoma para un tratamiento adecuado y específico.
4º) Una vez realizada la primera intervención de soporte básico, es el momento de realizar
una exploración física detallada que nos hará sospechar la causa de la disnea y nos per-
mitirá iniciar el tratamiento específico. Las pruebas complementarias nos confirmarán el
diagnóstico de sospecha.
CAUSAS DE DISNEA
▲ La primera diferencia importante a tener en cuenta es distinguir entre disnea agu-
da o de reciente comienzo y, disnea crónica o progresiva. Esta diferencia se es-
tablece en función del tiempo de aparición.
▲ Esta clasificación básica inicial va a tener importantes implicaciones tanto para
la actitud terapéutica, como para el diagnóstico diferencial.
▲ Hay innumerables causas de disnea crónica que en un momento dado pueden
presentar una agudización y que se detallan en el cuadro 19.2.
152
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
ANSIEDAD - Situación
emocional especial
- Parestesias en - Taquipnea. - GAB: hipocapnia.
EESS, EEII y
periorales.
*GAB: Gasometría arterial basal; *S. Sg: Sistemático de sangre; *Rx: Radiografía.
153
CAPÍTULO 19
ANAMNESIS
La clínica debida a la IR es con frecuencia inespecífica. Generalmente el paciente pre-
senta disnea y, en casos severos, alteración del nivel de conciencia. Desde el punto de
vista etiológico es fundamental conocer los antecedentes previos (asma, OCFA, car-
diopatía, enfermedades neuromusculares, enfermedades restrictivas, inmunosupresión,
adicciones, medicación, etc.), determinar la existencia de factores de riesgo para el S.
de distress respiratorio o para TEP, (exposición a humos o gases, tóxicos ingeridos o
inyectados, traumatismo torácico, aspiración masiva). La clínica acompañante, así co-
mo la rapidez de instauración, es fundamental para la orientación diagnóstica.
Dado que la manifestación más frecuente de la insuficiencia respiratoria es la disnea,
el esquema de actuación inicial es superponible al que aparece al principio de este
capítulo.
EXPLORACIÓN
Es fundamental una adecuada exploración cardiológica y respiratoria (estridor, sibi-
lancias, crepitantes focales/difusos, signos de consolidación, asimetría del murmullo
vesicular) así como el patrón ventilatorio (lento y superficial en la hipoventilación cen-
tral, rápido y superficial en patología con ocupación alveolar).
Hay que tener en cuenta que determinadas situaciones de insuficiencia respiratoria
extrema van a requerir intubación orotraqueal de forma urgente por riesgo de para-
da respiratoria y muerte.
PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
1) GASOMETRÍA ARTERIAL: es imprescindible y debe realizarse inicialmente, prefe-
riblemente de forma basal, salvo que su extracción interfiera con maniobras tera-
péuticas, en cuyo caso se realizará tan pronto como sea posible. Proporciona in-
formación sobre la oxigenación, ventilación y equilibrio ácido-base y permite
monitorizar las medidas terapéuticas establecidas.
P(A-a)O2=[[(PB-PH2O)XFiO2]-PaCO2/R]-PaO2
ORIENTACIÓN DIAGNÓSTICA
1) IRA NO HIPERCÁPNICA.
* IRA con infiltrado pulmonar difuso
Incluye las enfermedades con ocupación alveolar difusa. El mecanismo predominan-
te de hipoxemia es el shunt. Cursan con hipoxemia severa, y mala respuesta a la oxi-
genoterapia. No suele haber hipercapnia salvo en fases evolucionadas con fatiga
muscular y fracaso ventilatorio asociado.
Ejemplos de esta patología: síndrome del distrés respiratorio del adulto; edema agu-
do de pulmón cardiogénico; neumonía; hemorragia pulmonar; embolia grasa; neu-
monitis por radiación; contusión pulmonar; aspiración de líquidos.
* IRA con infiltrado pulmonar localizado
Enfermedades con ocupación alveolar o atelectasia localizadas. El mecanismo pre-
dominante es una baja relación ventilación/ perfusión (V/P) en la zona y en menor
medida el shunt. La respuesta al O2 es mejor.
Ejemplos de este mecanismo fisiopatológico: neumonía; infarto pulmonar; atelectasia;
hemorragia; aspiración.
* IRA con campos pulmonares claros
Obstrucción difusa de la vía aérea, TEP y microatelectasias son también una causa de
IRA, sobre todo después de una cirugía torácica o abdominal superior. El mecanismo
de hipoxemia es la elevación en la relación V/P. Producen hipoxemia y aumento del
gradiente. Sin embargo, la respuesta al aumento de FiO2 es mejor (a diferencia del
shunt en que no se modifica al ser la ventilación nula en esas zonas).
2) IRA HIPERCÁPNICA
Supone un intercambio inadecuado del gas alveolar para mantener una PaCO2 nor-
mal. Al disminuir la ventilación alveolar (VA), aumenta la PaCO2. Este incremento tie-
ne efectos sobre la oxigenación y sobre el equilibrio ácido-base. Las causas de fallo
ventilatorio pueden radicar a nivel del centro respiratorio (disminución del estímulo
ventilatorio), incompetencia neuromuscular o incremento excesivo del trabajo respi-
ratorio, bien por aumento de la resistencia de la vía aérea, bien por disminución de
la distensibilidad del pulmón o de la caja torácica. El objetivo terapéutico en todas es-
tas situaciones de fallo ventilatorio es garantizar la ventilación, a diferencia de las si-
tuaciones anteriores en que se trata de garantizar la oxigenación.
a) IRA hipercápnica con gradiente normal
Es poco frecuente. La respuesta de la PaO2 al aumento de FiO2 es excelente, pero el
objetivo fundamental es asegurar la ventilación. Esta causa, dada la normalidad del
gradiente, es siempre extrapulmonar. Puede no presentar disnea si se debe a altera-
ción del centro respiratorio. Patología intracraneal con depresión del centro respira-
torio (hemorragia cerebral, infarto cerebral); enfermedades neuromusculares; lesión
medular alta; obstrucción de la vía aérea superior.
b) IRA hipercápnica con gradiente elevado
Patología pulmonar con elevado trabajo respiratorio y fatiga muscular. Cualquier
causa de IRA no hipercápnica que produzca fatiga muscular. Cualquier causa de IRA
hipercápnica con alteraciones pulmonares asociadas.
157
CAPÍTULO 19
TRATAMIENTO
Los objetivos del tratamiento en la IRA es asegurar la oxigenación del paciente, ga-
rantizar la ventilación si se halla comprometida, tratar la causa y las circunstancias
desencadenantes de la IRA, y prevenir las complicaciones.
Oxigenoterapia
Supone la administración de O2 para aumentar la PAO2 y por tanto la PaO2.
Formas de administración:
1) Gafas nasales. Son cómodas y permiten la alimentación sin prescindir del O2. Su
inconveniente es que proporcionan una FiO2 variable en función del patrón res-
piratorio del paciente, lo que las hace poco aconsejables en situaciones agudas
severas. En general, un flujo de 1 lpm equivale a FiO2 de 0,24; 2 lpm a 0,28; 3-
5 lpm a 0,31-0,35.
2) Máscara tipo Venturi. Proporciona una FiO2 constante independiente del patrón
ventilatorio del enfermo, ajustable desde 0,24 a 0,25. No es posible proporcio-
nar FiO2 por encima de 0,5 ó 0,6.
3) Máscara con reservorio. Permiten llegar a FiO2 de 0,8.
4) En ventilación mecánica (VM). De forma no invasiva mediante máscara nasal o
facial, o de forma invasiva mediante traqueotomía o tubo traqueal. Puede admi-
nistrarse hasta FiO2 de 1 (100 %)
Los objetivos de la VM son garantizar la ventilación alveolar, una adecuada oxi-
genación, y proporcionar descanso a los músculos respiratorios.
Indicaciones de VM en la IRA
- Incapacidad para conseguir una adecuada oxigenación mediante la oxigenoterapia.
- Hipoventilación severa o progresiva.
- Fatiga muscular que predice un fracaso ventilatorio inminente.
- Inestabilidad hemodinámica.
- Alteración del nivel de conciencia asociada a la IRA.
BIBLIOGRAFÍA:
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Medina Asensio J. editor. Manual de urgencias médicas. 2ª ed. Madrid: Díaz de Santos;
1996.
▲ Alvarez Martínez C. Insuficiencia respiratoria aguda. En: Medina Asensio J. editor. Manual
de urgencias médicas. 2ª ed. Madrid: Díaz Santos; 1996. p. 409-19.
▲ Coto López A. Asma. En: Medina Asensio J. editor. Manual de urgencias médicas. 2ª ed.
Madrid: Díaz de Santos; 1996. p. 421-26.
▲ Martín Escribano P, Dorado Uña J.R, Álvarez Martínez C. Insuficiencia respiratoria aguda.
En: Caminero Luna J.A, Fernández Faro C. Editores. Manual de Neumología y Cirugía to-
rácica. Volumen I. Editores Médicos. 1998. p. 745-58.
▲ Izquierdo Alonso J.L, Rodríguez González J.M, Díaz Loleto S. Insuficiencia respiratoria. En:
Manual de neumología clínica; 1999. p. 121-135.
▲ Herrera de la Rosa A, García Río F, Álvarez Sola J.L. Exploración funcional respiratoria. En:
Manual de Neumología Clínica; 1999. p. 71-105.
159
CAPÍTULO 20
Capítulo 20
EL PACIENTE CON TOS EN URGENCIAS
N. Pérez Villaverde - A. Julián Jiménez
INTRODUCCIÓN
La tos se define como la expulsión brusca de aire procedente del aparato respirato-
rio que presiona contra las cuerdas vocales, las cuales se encuentran cerradas, en in-
tento de dejar libre la luz de cuerpos extraños y/o secreciones.
Es el síntoma respiratorio más común, aunque tiene otras causas.
MANEJO DEL PACIENTE CON TOS EN URGENCIAS
Se debe aclarar si la tos es un síntoma único o el reflejo de alguna patología urgen-
te acompañándose o no de otros signos y/o síntomas.
1- ANAMNESIS. Se debe realizar una historia clínica general del paciente, prestan-
do luego atención a determinadas características de la tos que precisaremos. Nos
preguntaremos: ¿es aguda, subaguda o crónica?, ¿se acompaña de fiebre o de
otros síntomas?, ¿se acompaña de expectoración? Si es así ¿qué características
tiene?, ¿cuáles son los hábitos tóxicos del enfermo y sus antecedentes patológicos?
A- Comienzo de la tos:
▲ Aguda (menos de 3 semanas): de comienzo reciente, que probablemente
el paciente relacione con algún desencadenante (interrogar sobre éstos).
▲ Subaguda (de 3 a 8 semanas).
▲ Crónica (más de 8 semanas): hasta de varios años de evolución, lo cual se-
rá difícil de precisar por el propio paciente. Interrogar por los cambios re-
cientes de la misma que le han llevado a Urgencias (Así p.ej: "Cualquier
cambio de una tos crónica en un fumador requiere una valoración para
descartar un Carcinoma broncógeno")
B- Características de la tos:
▲ Seca o irritativa (sin expectoración).
▲ Productiva, en cuyo caso habrá que precisar el aspecto del esputo.
▲ Presencia o no de sangre (¿esputo hemoptoico? o ¿hemoptisis franca?)
C- Factores desencadenantes:
▲ Ingesta.
▲ Decúbito.
▲ Ejercicio.
▲ Cambios posturales.
▲ Determinado horario.
▲ Fármacos.
▲ Irritantes (humos, vapores, agentes químicos...)
D- Síntomas o signos acompañantes:
▲ Disnea. ▲ Mialgias.
▲ Dolor torácico. ▲ Pirosis.
▲ Fiebre. ▲ Bocio.
▲ Ruidos respiratorios. ▲ Diarrea.
▲ Edemas. ▲ Cianosis.
▲ Cefalea. ▲ Malestar general.
▲ Estridor. ▲ Síntomas constitucionales.
160
MANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
2- EXPLORACIÓN
Se pondrá especial interés en aquellos datos que sugieran inestabilidad hemodi-
námica del paciente, y por lo tanto gravedad: TA, FC, FR y temperatura.
Posteriormente se hará una exploración general, buscando datos que nos orien-
ten hacia un diagnóstico de sospecha.
▲ Cabeza y cuello: palpación del tiroides, ingurgitación yugular, adenopatías...
Exploración detallada de la esfera ORL: moco o eritema en orofaringe, pila-
res, amígdalas, glotis... descartando causas de inflamación, irritación o infec-
ción superficial o profunda (abscesos). En ocasiones y siempre que no haya-
mos encontrado una causa o cuando además date de más de 3-4 semanas se
solicitará la exploración por el especialista de ORL.
▲ AP: estridor inspiratorio (enfermedad respiratoria alta), roncus o sibilancias es-
piratorias (enfermedad respiratoria baja), crepitantes inspiratorios (proceso
parenquimatoso), abolición o hipoventilación (derrame pleural)...
▲ AC: taquicardia, soplos, roce...
▲ Abdomen: hepatomegalia, ascitis...
▲ Extremidades: edemas, signos de TVP...
4- TRATAMIENTO Y ACTITUD
Una vez llegado al diagnóstico, el tratamiento prioritario va encaminado a actuar
sobre la enfermedad que está desencadenando la tos. Además:
▲ En el caso de tos productiva no debe limitarse (salvo que el paciente sea inca-
paz de toser). Se facilitará la expectoración mediante:
● Mucolíticos (de eficacia controvertida) como la acetilcisteína a dosis de
200 mg/8horas.
● Humidificación ambiental.
● Correcta hidratación.
● Fisioterapia respiratoria.
▲ Si la tos es irritativa y molesta mucho al paciente se puede tratar con:
● Codeína a dosis de 15 mg cada 4-6 horas. Produce como efecto secunda-
rio estreñimiento y depresión del SNC a dosis altas.
● Dihidrocodeína (10 mg/ 4-6 horas). No aporta ventajas sobre la codeína.
● Dextrometorfano. Tener cuidado en EPOC, asma y ancianos. La dosis ha-
bitual es de 15mg/4h ó 30mg/6-8horas. No produce efectos sobre el
SNC.
▲ El paciente será controlado por su médico de atención primaria, o bien segui-
rá revisiones por el otorrinolaringólogo o neumólogo de zona cuando se diag-
nostique patología relacionada con estas especialidades si no reúne criterios
de ingreso.
162
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
BIBLIOGRAFÍA
▲ Braun J. Pulmón. En: Schäffler A. et al. Manual clínico. Medicina Interna. 5ªEdición. Madrid:
Editores Médicos S.A; 1996. p. 165-197.
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Guía de terapia farmacológica. 5ª Edición. Madrid: Adis Internacional Ltd; 2000. p. 679-
683.
▲ Salgado Marqués R. Tos. En: Moya Mir MS., editor. Normas de actuación en urgencias. Clí-
nica Puerta de Hierro. Ed. 2000. Madrid: Smithkline-Beechan; 2000. p. 194-197.
▲ Irwin R.S, Madison J.M. The Diagnosis and Treatment of Cough. N Engl J Med 2000; 343:
1715-1722.
163
CAPÍTULO 21
Capítulo 21
HIPO
A. B. Núñez Aceves - J. G. Sentenac Merchán
INTRODUCCIÓN
▲ El hipo es un fenómeno frecuente y generalmente transitorio que no suele reflejar
patología grave. Sin embargo, en ocasiones se hace persistente o rebelde al tra-
tamiento. En estos casos no debemos restarle importancia, ya que puede tener de
base, enfermedades tan graves como una neoplasia, una lesión del SNC u otras
patologías que sí pueden suponer una urgencia médica.
▲ Por otro lado, no debemos olvidar que lo pueden producir algunos fármacos.
CONCEPTO
Es un sonido inspiratorio que resulta de la contracción brusca, espasmódica, involun-
taria e intermitente del diafragma y músculos intercostales inspiratorios y que finaliza
debido a un cierre brusco de la glotis.
CLASIFICACIÓN
ACTITUD EN URGENCIAS
1º.-El hipo agudo no requiere intervenciones médicas especiales, sólo tratamiento sin-
tomático (ver más adelante) por el médico de Atención Primaria, una vez que se
descarten razonablemente por la Historia Clínica y la exploración causas que re-
quieran evaluación hospitalaria como el I.A.M, etc.
2º.-En el hipo persistente o intratable debemos valorar:
- Historia clínica (antecedentes personales, consumo de alcohol, drogas...).
Es importante saber la duración del hipo o si le deja dormir o no (p.e: en la his-
teria no impide el sueño).
- Exploración física completa.
- Pruebas complementarias (según sospecha clínica):
164
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
CRITERIOS DE INGRESO
▲ Si la enfermedad causante diagnosticada o probable lo requiere.
▲ En el hipo que no ceda con tratamiento habitual y que dificulte el normal desa-
rrollo de las actividades de la vida diaria del paciente; se ingresará para estudio
y tratamiento más intensivo.
TRATAMIENTO
1º NO FARMACOLÓGICO: maniobras de Valsalva; hiperextensión del cuello; com-
presión del epigastrio o del nervio frénico entre los cabos del músculo esterno-
cleidomastoideo; provocación del estornudo; estimulación faríngea con sonda;
contención de la respiración; ingestión de sorbos de agua helada; gargarismos.
Si no cede con las maniobras anteriores:
2º FARMACOLÓGICO:
- Causa conocida: tratamiento etiológico.
- Causa desconocida: Clorpromacina, en el Servicio de Urgencias se administra
1/2 o 1 ampolla de 25 mg i.m. Se pueden utilizar comprimidos de 25 y 100
mg, 3 ó 4 veces al día durante 7 ó 10 días. Si se administra i.v. cuidado con la
hipotensión que puede producir.
De 2º elección Metoclopramida: comprimidos de 10 mg, (en solución oral contie-
ne 100 mg, utilizaremos cucharillas dosificadoras de 5-10 mg; en inyectable con-
tiene 10 mg en 1 ampolla de 2 ml i.m o i.v), 3 ó 4 veces al día. Es más seguro
que Clorpromacina, pero menos eficaz.
Otros fármacos: el Baclofen se usa a dosis de 5 mg/8 horas; los anticonvulsivan-
tes, antidepresivos y antiarrítmicos, también se podrían usar en casos selecciona-
dos.
3º QUIRÚRGICO: si fallan los anteriores tratamientos, de forma excepcional se pue-
de hacer frenicotomía o colocar un marcapasos diafragmático.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Salgado Marqués R. Hipo. En: Moya Mir MS, editor. Normas de actuación en urgencias.
Edición. 1998. p. 142-144.
▲ Pérez Arellano JL. Hipo. En: Laso FJ, editor. Diagnóstico diferencial en Medicina Interna. Ma-
drid: McGraw-Hill-Interamericana; 1997. p. 43-46.
▲ Friedman, NL. Hiccups: A treatment review. Pharmacotherapy 1996; 16: 986
165
CAPÍTULO 22
Capítulo 22
HEMOPTISIS
S. Moraleda Barba - C. Vélez Pérez
CONCEPTO
La hemoptisis es la expulsión de sangre, de procedencia subglótica, por la boca. Su in-
tensidad puede ser muy variable, oscilando desde estrías hemáticas hasta expectora-
ción de sangre franca.
Según la etiología (cuadro 22.1), el 60-70% de las hemoptisis se deben a bronquitis y
bronquiectasias.
CLASIFICACIÓN
En función del volumen del sangrado y su repercusión clínica:
▲ Cuantía: - Leve: menor de 30 ml/día.
- Moderada: 30-150 ml/día.
- Grave: igual o superior a 400 ml/24h o 600 ml/48h o ritmo de
sangrado igual o mayor a 150 ml/h o signos de asfixia o hipovolemia.
▲ Repercusión clínica: respiratoria, hemodinámica o anemización.
CRITERIOS DE GRAVEDAD
La gravedad de una hemoptisis está determinada por la cantidad de sangre perdida y
la situación basal del paciente. La hemoptisis amenazante o masiva se define por su
cuantía y tiene una mortalidad aproximada del 40%. A la hora de valorar el riesgo de
muerte es importante conocer otros datos como la cantidad de sangre retenida en pul-
món, reserva funcional y patología asociada, y si presenta síntomas o signos de hipo-
tensión y/o compromiso respiratorio grave (asfixia).
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS
▲ Antes de iniciar el estudio etiológico hay que confirmar el origen de la hemoptisis.
En la historia clínica siempre debe incluirse la valoración otorrinolaringológica, pa-
ra descartar sangrado supraglótico (fosas nasales, laringe, faringe o cavidad oral),
y valoración del tracto digestivo; donde se intentará descartar una hematemesis
por la clínica (cuadro 22.2), aunque habrá ocasiones en las que sea necesario uti-
lizar una sonda nasogástrica o recurrir a una endoscopia para distinguirlas.
▲ La anamnesis y la exploración física orientan a sospechar la etiología (cuadro
22.3), pero es importante concretar la causa y magnitud del sangrado, con prue-
bas complementarias, en todos los casos (en el Servicio de Urgencias o de forma
diferida).
166
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
HEMOPTISIS LEVE
No hemoptisis
Hemoptisis no masiva confirmada
• Pruebas iniciales:
• Radiografía de tórax
• Gasometría arterial basal
• SS, BQ, EC, EKG, Ziehl-esputo
Normal Patológico
Tratamiento Ingreso
y alta a domicilio hospitalario
HEMOPTISIS MASIVA
ASEGURAR SOPORTE RESPIRATORIO Y HEMODINÁMICO
Traslado a UCI o Unidad Quirúrgica
Pruebas iniciales:
• Anamnesis
• Radiografía de tórax
• Gasometría arterial basal
• SS, BQ, EC, EKG, Ziehl-esputo
BRONCOSCOPIA
Medidas conservadoras
Indicado: cirugía
168
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
Medidas farmacológicas:
▲ Antitusígenos: están indicados para disminuir el estímulo irritativo que supone la
presencia de sangre en el árbol bronquial y que puede condicionar un aumen-
to de la hemoptisis (ver apartado anterior).
▲ Antibióticos de amplio espectro: se iniciará el tratamiento empírico ya comenta-
do, sobre todo en pacientes con OCFA y bronquiectasias.
▲ Corrección de los posibles trastornos de la hemostasia, si existiesen: plasma fres-
co, trasfusión de plaquetas, vitamina K, crioprecipitados de factores, etc. (ver ca-
pítulo 68). La acción de sustancias coagulantes sobre el vaso pulmonar no ha si-
do demostrada, salvo la vitamina K, en caso de déficit de la misma (hepatopatía,
etc): dosis de 4-20 mg de vit. K, iv en inyección lenta de al menos 30 segundos.
▲ En caso de broncoespasmo asociado: broncodilatadores como los betadrenérgi-
cos nebulizados, y también los corticoides por vía parenteral. (ver capítulo 24).
BIBLIOGRAFÍA
▲ González Gómez C. Hemoptisis. En: Medina Asensio J, ed. Manual de urgencias médicas,
2ª ed. Hospital "12 de Octubre". Madrid, Díaz de Santos S.A., 1997; 393-399.
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Barrios Blandino A, Díaz Simón R, Orche Galindo S, Sanz García RM, ed. Manual de diag-
nóstico y terapéutica médica, 4ªed. Hospital "12 de Octubre". Madrid, Díaz de Santos S.A.,
1998; 255-262.
▲ Agüero Balbín R. Conducta ante una hemoptisis. En: García- Moncó Carra JC, ed. Manual
del médico de guardia, 2ª ed. Madrid, Díaz de Santos S.A., 1988; 167- 173.
▲ Lama Martínez R, Jiménez Murillo L y Montero Pérez FJ. Actitud de urgencia ante una he-
moptisis. En: Jiménez Murillo L, Montero Pérez FJ. Protocolos de actuación en medicina de
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▲ De Miguel E, Alfaro JJ. Hemoptisis. En: Martín Escribano P, López Encuentra A. Pautas de
Práctica Clínica en Neumología (Algoritmos clínicos y procedimientos). Madrid: IDEPSA,
1996.
▲ Roig J, Llorente JL, Ortega FJ, Orriols R, Segarra A. Normativa sobre el manejo de hemop-
tisis amenazante. Recomendaciones SEPAR. Barcelona: Doyma, 1994.
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171
CAPÍTULO 23
Capítulo 23
ENFERMEDAD PULMONAR OBSTRUCTIVA
CRÓNICA EN URGENCIAS
A. Blanco Orenes - M. González Rubio - A. Julián Jiménez
EXPLORACIÓN FÍSICA
▲ Observación: estado general, nivel de conciencia y orientación, flapping, ciano-
sis, uso de musculatura accesoria, incoordinación tóraco-abdominal. Frecuencia
respiratoria, frecuencia cardiaca, T.A, Tª. Estado de nutrición.
▲ Inspección: se pueden detectar signos de hiperinsuflación, como aumento del diá-
metro anteroposterior del tórax, borde hepático palpable sin hepatomegalia, res-
piración con labios fruncidos.
▲ Percusión: puede existir timpanismo, localizado o generalizado, por atrapamien-
to aéreo.
▲ Auscultación pulmonar: roncus y sibilancias por ambos campos pulmonares, si se
modifican con la tos se deben a secreciones. Crepitantes difusos en caso de insu-
ficiencia cardíaca izquierda o localizados si hay neumonía. Abolición o disminu-
ción del murmullo vesicular cuando existe neumotórax o derrame pleural. Taquip-
nea.
▲ Auscultación cardíaca: ritmo de galope en caso de insuficiencia cardíaca izquier-
da, refuerzo del 2º tono en cor pulmonale, arritmias si hay fibrilación auricular o
ritmo auricular caótico. En general, suelen aparecer arritmias supraventriculares
en la patología respiratoria.
▲ Otros: Ingurgitación yugular, reflujo hepatoyugular, hepatomegalia, edemas,
acropaquias.
PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
▲ Laboratorio: gasometría arterial (antes de iniciar el tratamiento)
Hay que valorar deterioro de la PO 2, así como un aumento brusco de la PCO2 con el
pH acidótico.
Bioquímica rutinaria: glucosa, iones, urea, creatinina, CPK.
Hemograma: valoración de anemia, poliglobulia, leucocitosis-leucopenia, signos de
desviación izquierda, trombocitosis o trombopenia.
▲ ECG: taquicardia, arritmias, sobrecarga del ventrículo derecho, IAM, TEP.
▲ Rx tórax PA y L o si no es posible una Rx AP portátil: para descartar neumonía,
neumotórax, derrame pleural, insuficiencia cardíaca, cardiomegalia, atrapamien-
to aéreo.
▲ Otras exploraciones: se realizarán en una segunda línea según el caso.
TRATAMIENTO
1.- MEDIDAS GENERALES:
- Colocación del paciente, preferiblemente sentado salvo inestabilidad hemodi-
námica o alteración del nivel de conciencia.
- Permeabilización de la vía aérea, aspiración de secreciones.
- Canalización de una vía venosa.
173
CAPÍTULO 23
- Prevención tromboembólica.
2.- OXIGENOTERAPIA:
Con el fin de evitar la hipoxia, debemos conseguir una PO2: 55-60 mm Hg y sa-
turación O 2 superior o cercana al 90% con la menor FiO2 posible. Tras la admi-
nistración de oxígeno existe el riesgo de aumentar la PCO2 al disminuir el estímu-
lo que produce la hipoxemia sobre el centro respiratorio. Sin embargo el objetivo
es corregir la hipoxemia aún a riesgo de aumentar la hipercapnia, ya que la pri-
mera representa mayor riesgo de sufrir parada cardiorrespiratoria.
Si el paciente presenta criterios clínico-gasométricos (Cuadro 23.3) de gravedad
está indicada la intubación endotraqueal y la ventilación mecánica.
El oxígeno se administrará en general por máscara o por gafas nasales con la
FiO2 necesaria para conseguir una oxigenación adecuada sin aumentar la PCO2.
Máscara reservorio
- con reventilación 60-80% 10-15 l/min
- sin reventilación > 80% 10-15 l/min
Solicitar una nueva gasometría con oxígeno tras el tratamiento y ajustar la FiO2.
3.- BRONCODILATADORES:
Se utilizan habitualmente agonistas beta2, metilxantinas, anticolinérgicos y este-
174
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Montemayor Rubio T, Alfajeme Michavilla I, Escudero Bueno C, Morera Prat J, Sánchez Agu-
do L. Diagnóstico y tratamiento de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. En: Cami-
nero Luna JA, Fernández Pau L, editores. Recomendaciones de la SEPAR. Barcelona: Doy-
ma; 1998. p. 115-146.
▲ American Thoracic Society. Standards for the diagnosis and care of patients with chronic
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editores. Manual de diagnóstico y terapéutica médica. Hospital Universitario "12 de Octu-
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En: Fauci AS, Braunwald E, Isselbacher KJ, Wilson JD, Martín JB, Kasper DL. et al., editores.
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▲ Barnes PJ. Chronic obstructive pulmonary disease. N Engl J Med 2000; 343: 269-80.
177
CAPÍTULO 24
Capítulo 24
CRISIS DE ASMA
Y. García Villamuza - N. Cabañes Higuero
CONCEPTO
▲ El asma es una alteración inflamatoria crónica de las vías aéreas en la que par-
ticipan mastocitos, eosinófilos y linfocitos T. En los individuos susceptibles, esta in-
flamación produce episodios recurrentes de sibilancias, disnea, opresión toráci-
ca y tos, particularmente por la noche. Estos síntomas se asocian generalmente
con un grado variable de limitación al flujo aéreo, parcialmente reversible de for-
ma espontánea o con el tratamiento.
▲ La hiperreactividad bronquial (HRB) es una alteración funcional que constituye
una característica cardinal del asma bronquial. Es una sensibilidad exagerada de
las vías respiratorias a estímulos fisiológicos, químicos y farmacológicos, que pro-
duce broncoconstricción más intensa que en individuos normales. No es lo mis-
mo asma que HRB, ya que ésta puede estar presente en individuos sanos y en en-
fermedades como EPOC, síndrome de distrés respiratorio, insuficiencia
ventricular izquierda, etc.
▲ El broncoespasmo es la máxima expresión de la HRB. Se traduce clínicamente por
disnea, tos y "pitos", auscultándose roncus y sibilancias, y suele ser reversible.
▲ La crisis de asma es el empeoramiento progresivo, en un plazo breve de tiempo,
de alguno o todos los síntomas comentados y que implica una disminución del
flujo aéreo.
TIPOS Y CLASIFICACIÓN
A.- Desde el punto de vista etiológico, el asma se puede clasificar en: "extrínseco", en el
que se incluye asma ocupacional, producido por agentes del entorno laboral e "in-
trínseco". El "asma extrínseco" es más frecuente, predomina en varones y en jóve-
nes, tiene pruebas cutáneas positivas e IgE total alta, y antecedentes familiares; mien-
tras que el "asma intrínseco" predomina en adultos y mujeres, las pruebas cutáneas
e IgE total son negativas, suelen tener eosinofilia y no tienen antecedentes familiares.
B.- Desde el punto de vista de la gravedad, el asma se clasifica en 4 estadios.
e) Peak-flow meter. (Ver figura 24.1) Mide el PEF (pico flujo espiratorio)
y reproduce la obstrucción de las vías aéreas de gran calibre. Debe
usarse en todos los Servicios de Urgencias en donde existen tablas in-
dicativas en función de la edad, sexo y talla.
PEF superior – PEF inferior
▲ La variabilidad es: –––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––– X 100
PEF superior
Una variabilidad mayor del 20 % es diagnóstico de asma.
Pico flujo espiratorio en personas normales:
Valor real
Cálculo del porcentaje del PEF: ––––––––––––––––––––––––– X 100
Valor teórico
Agudización leve–––––––– > 70 %
Agudización moderada –– 50 - 70 %.
Agudización grave –––––– < 50 %.
Valoración de la eficacia terapéutica:
PEF > 70 % --- BUENA RESPUESTA
PEF < 60 % --- INGRESO
PEF < 30 % --- UVI
TRATAMIENTO (algoritmo)
1.- Oxígeno, en todos los pacientes, mascarilla de Ventimask‚ con FiO2 28-30 %, pa-
ra mantener una Sat O2 > 90 % (ver pulsioxímetro).
2.- Beta2-adrenérgicos (primera línea):
a) Nebulizado (preferible): Salbutamol 0.5-1 cc diluido en 3-5 cc de suero salino
cada 30 minutos, hasta estabilizar al paciente (máximo 2-3 veces).
b) Otras vías: destinado a pacientes con deterioro del nivel de conciencia o inca-
pacidad para la inspiración:
- Subcutáneo, Salbutamol 1 amp=0.5 mg, a dosis de 1/4-1/2 de ampolla
en cada brazo cada 6 horas; y Adrenalina 1 amp=1cc, a dosis de 0.3-0.5
cc, pudiéndose repetir cada 15-30 minutos, tres veces como máximo.
- Intravenoso (en unidad de reanimación y de cuidados intensivos), Salbutamol 1
amp=0.5 mg, a dosis de 1/2 ampolla en 200 cc de suero glucosado al 5 % a
pasar en 15-30 minutos. En este caso hay que monitorizar siempre al paciente.
3.- Corticoides parenterales: su uso aún controvertido, aunque siguen siendo la ba-
se del tratamiento de las crisis de asma y aceleran la resolución de las graves. De-
ben administrarse a todo paciente que ingresa y a todo paciente dado de alta sal-
vo en las crisis leves (vo).
- Hidrocortisona: amp. de 100 y 500 mg, a dosis de 2 mg/kg iv. en bolo ca-
da 4 horas.
- Metilprednisolona: 60-125 mg iv. en bolo cada 6 horas.
4.- Anticolinérgicos: se añaden en crisis graves. Bromuro de ipratropio: 250 y 500
mcg nebulizado. Se puede utilizar asociado al broncodilatador o tras él.
5.- Metilxantinas: fármacos de tercera línea. Aminofilina: 1 amp=193 mg, en am-
pollas de 10 ml, a dosis de 6 mg/kg (1-1.5 amp. en 250 cc de suero salino o glu-
cosado en 20-30 minutos), como dosis de carga, en pacientes que las toman. La
dosis de mantenimiento 0.4 mg/kg/h en perfusión continua.
6.- Hidratar con precaución (ritmo lento) con solución glucosada o salina, mientras
recibe el resto del tratamiento.
181
CAPÍTULO 24
7) Técnica de inhaladores.
8) La educación comienza en el Servicio de Urgencias.
▲ En adultos prescribir los sistemas de polvo seco (turbuhaler, accuhaler y spinhaler)
y en ancianos o personas discapacitadas los sistemas MDI (inhaladores) con cá-
mara espaciadora.
▲ Cuando coincidan por la mañana y por la noche beta2-agonista y corticoide in-
halado, primero administrarse beta2-agonista y 10-15 minutos después el corti-
coide.
▲ Siempre que se utilicen corticoides inhalados es recomendable después enjuagar-
se la boca con agua (prevención de candidiasis).
Valoración inicial
• Historia (h), exploración física (EF), (auscultación pulmonar, uso de musculatura
accesoria, frecuencia respiratoria y cardíaca, PEF, Sat O 2, gases arteriales).
Tratamiento inicial
1. Beta2 –agonistas nebulizados, cada 20 minutos durante 1 hora.
2. Oxígeno para mantener Sat O 2 > 90 %.
3. Corticoides sistémicos si no hay respuesta inmediata, episodio severo o re-
cientemente los ha tomado.
• La sedación está contraindicada en las crisis.
Nueva valoración
EF, PEF, Sat O2
MEJORA NO
MEJORA
PACIENTE
DE ALTO
RIESGO
ALTA
PLANTA
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Abengózar Muela R. Gª Lázaro MA. "Protocolo ASMA". Área de Toledo Atención Primaria.
Junio 1996.
▲ Pocket Guide for asthma manegement and prevention. Global inititive for asthma (GINA) Re-
vised 1998.
▲ Moya Mir MS."Broncoespasmo. Afecciones respiratorias". Capítulo 3. Guías de actuación
en Urgencias. Mcgraw-Hill-Interamericana de España, SAU Madrid 1998: 131-132.
▲ De Diego Damia y cols. "Diagnóstico y tratamiento del asma aguda y crónica. Recomenda-
ciones" SEPAR. Sociedad Española de Neumología torácica. Editoriales Doyma, SA Barce-
lona 1998: 331-369.
▲ Pittman A. Tillinghast J. "Asma. Alergia e Inmunología. Capítulo 11. Manual Washington de
terapéutica médica.10ª edición. Masson. Barcelona 1999: 246-2.
187
CAPÍTULO 25
Capítulo 25
TROMBOEMBOLISMO PULMONAR
R. Sánchez Santos - M.J. Moya Sáiz
INTRODUCCIÓN
El tromboembolismo pulmonar es una entidad clínica de difícil diagnóstico que, si bien
puede resolverse sin secuelas tras instaurar tratamiento precoz, continúa siendo una de
las causas de muerte hospitalaria no esperada más frecuente y la tercera en frecuen-
cia dentro de las enfermedades cardiovasculares.
DEFINICIÓN
El tromboembolismo pulmonar (TEP) es la consecuencia de la migración de un trombo
venoso que produce la oclusión de uno o más vasos de la circulación pulmonar. De-
pendiendo de la localización, grado y extensión de esta obstrucción se producen dis-
tintas alteraciones en la función cardiovascular y pulmonar.
FACTORES PREDISPONENTES
▲ En general, se considera que todos los enfermos con tromboembolismo pulmonar
clínicamente significativo tienen al menos un factor predisponente, de ahí la impor-
tancia de una meticulosa anamnesis.
▲ Más del 90% de los TEP tienen su origen en una trombosis venosa profunda (TVP)
de los miembros inferiores, sin embargo, sólo un tercio de ellos presentan signos o
síntomas.
▲ Las poblaciones de alto riesgo para padecer TVP y consecuentemente trombo-
embolismo pulmonar son múltiples (ver cuadro 25.1).
PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
Ante la sospecha de tromboembolismo pulmonar se solicitará:
- Sistemático de Sangre con fórmula.
- Estudio de Coagulación y Dímero D.
- Gasometría Basal.
- Bioquímica con iones, urea, glucosa y CPK.
- Electrocardiograma.
- Radiografía posteroanterior y lateral de tórax.
▲ Gasometría arterial:
El hallazgo más frecuente es la hipoxemia e hipocapnia, siendo estos datos muy úti-
les en ausencia de otra patología respiratoria; sin embargo, la ausencia de hipo-
xemia no descarta tromboembolismo pulmonar.
La hipoxemia severa es indicativa de shunt derecha-izquierda a través del foramen
oval permeable.
▲ Radiografía de tórax:
No es infrecuente encontrar una radiografía de tórax normal en el paciente con TEP.
Entre los hallazgos patológicos están:
- Elevación diafragmática (2-3 cm) frecuentemente bilateral.
189
CAPÍTULO 25
DIAGNÓSTICO DE CERTEZA
▲ Arteriografía pulmonar: requiere la realización de un cateterismo selectivo de las
arterias pulmonares. Detecta émbolos de 3mm. Sensibilidad y especificidad mayor
del 90%.
190
MANUAL DE PROTOCOLOS Y A CTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
Determinación de Dímero D
TRATAMIENTO Doppler
miembros
inferiores
Positivo Negativo
Arteriografía
TRATAMIENTO
1. Soporte respiratorio.
2. Soporte hemodinámico.
3. Anticoagulación – Trombolisis.
4. Filtros de vena cava.
5. Embolectomía.
1.- Soporte respiratorio: según el grado de hipoxemia.
O2 Suplementario, CPAP con mascarilla o ventilación mecánica.
2.- Soporte hemodinámico:
- Cuando se objetiva fallo de ventrículo derecho: expansión de volumen con cris-
taloides/coloides.
- Si tras ello persiste hipotensión arterial:
Dopamina: 2-3 µg/kg/min (dosis renal).
Dobutamina: 5 – 15 µg/kg/min (inotrópico).
3.- Anticoagulación :
▲ Heparina de alto peso molecular.
- Dosis inicial: bolo de 5.000-10.000 UI o bien 80 UI/kg de peso.
- Perfusión continua de 20 UI/kg/hora durante 7-10 días.
▲ Heparina de bajo peso molecular: tan eficaces como las de alto peso molecu-
lar en el tratamiento de la TVP, es posible que en futuro sustituyan a éstas en
el tratamiento del tromboembolismo pulmonar. Podemos utilizar la Enoxipari-
na 1 mg/Kg peso cada 12 horas vía subcutánea o Nadroparina 0.6 ml (60-69
Kg peso), 0.7 ml (70-79 Kg peso), 0.8 ml (más de 80 Kg peso).
▲ Contraindicaciones del uso de anticoagulantes:
- Accidente cerebrovascular agudo hemorrágico reciente (menos de dos semanas).
- Traumatismo craneoencefálico severo.
- Trombopenia (< 50.000).
- Neoplasia intracraneal o intramedular.
- Intervención neuroquirúrgica, ocular o medular reciente (< de 3 semanas).
- Hipertensión arterial grave no controlada.
▲ Trombolisis: uso restringido a pacientes con shock o inestabilidad hemodinámica.
▲ Embolectomía: indicado en los pacientes que empeoran en las tres primeras ho-
ras tras tratamiento fibrinolítico.
▲ Filtros de vena cava: TEP y TVP proximal con contraindicación o fallo de trata-
miento anticoagulante.
BIBLIOGRAFÍA
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192
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
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193
CAPÍTULO 26
Capítulo 26
NEUMOTÓRAX
A. Mira Vázquez
CONCEPTO
Es la presencia de aire en el interior del espacio pleural que despega la pleura pa-
rietal y visceral provocando un colapso pulmonar de grado variable. Esto produce
una disminución en la capacidad ventilatoria cuya repercusión clínica está en rela-
ción con la reserva ventilatoria del sujeto y con el grado de colapso pulmonar.
CLASIFICACIÓN
▲ YATROGÉNICO: causado por maniobras diagnósticas o terapéuticas sobre el tó-
rax, por ejemplo, canalización vía subclavia, broncoscopia, etc.
▲ TRAUMÁTICO: puede ser tras traumatismos abiertos o cerrados. Lo más habitual
es que se produzca por lesiones pulmonares, de la vía aérea o de la pared cos-
tal. Con frecuencia se acompaña de hemorragia (hemoneumotórax).
▲ ESPONTÁNEO: es el que aparece en ausencia de los factores etiológicos ex-
puestos. Es el más frecuente. Diferenciaremos dos tipos:
- Primario, idiopático o juvenil: se produce en pacientes sin enfermedad pulmo-
nar subyacente. Es más frecuente entre 20 y 40 años y en el sexo masculino.
La causa suele ser la rotura de bullas subpleurales generalmente apicales.
- Secundario: hay una base lesional pulmonar, por ejemplo: EPOC, enfisema,
TBC, asma bronquial, etc. Supone un 20% de los neumotórax (NMT) espontá-
neos y se suele producir en pacientes de edad avanzada.
CLÍNICA
▲ El NMT produce dolor agudo de características pleuríticas en el hemitórax afec-
to, a veces acompañado de manifestaciones vegetativas y con un grado variable
de insuficiencia respiratoria.
▲ El NMT espontáneo primario cursa en el 96% de los pacientes con dolor pleuríti-
co y en el 80% con disnea. Es característico que estos síntomas remitan poco a
poco, incluso pueden desaparecer aunque persista el NMT. El hallazgo físico más
frecuente es la taquicardia sinusal. Un NMT importante en un paciente joven pue-
de no tener mucha repercusión clínica.
▲ El NMT espontáneo secundario generalmente produce alteración importante de la
función respiratoria por la enfermedad pulmonar subyacente, aunque el NMT sea
pequeño. El síntoma más llamativo es la disnea y no suele remitir espontáneamente.
DIAGNÓSTICO
▲ A la exploración objetivamos disminución de la movilidad del hemitórax ipsila-
teral, hiperinsuflación, timpanismo a la percusión y disminución del murmullo ve-
sicular. Los NMT pequeños pueden no descubrirse a la exploración.
▲ Para confirmar el diagnóstico debe practicarse Rx de tórax PA y lateral en ins-
piración y espiración forzadas.
▲ Si no pudiese ponerse al paciente en posición erecta se realizará Rx en decúbito
lateral sobre el lado sano (con esto aumentamos la distancia entre las pleuras pa-
rietal y visceral del lado afecto).
194
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
TRATAMIENTO
Reposo: en NMT primarios, cuando su tamaño no supere el 20% del campo pulmo-
nar, el paciente esté asintomático y no haya tenido episodios anteriores. El paciente
debería ser vigilado en régimen de ingreso hospitalario. La oxigenoterapia acelera la
resolución.
▲ Si el NMT persiste cinco días o progresa radiológicamente, se debe colocar dre-
naje pleural.
▲ En los NMT secundarios el reposo no es aconsejable.
Drenaje pleural: Está indicado en todos los NMT primarios, salvo en los descritos en
el apartado anterior y en todos los NMT secundarios.
La colocación del drenaje torácico se practica con anestesia local a través del 2º es-
pacio intercostal en la línea clavicular media o a través del 5º espacio intercostal en
la línea axilar anterior. Inmediatamente se pone el drenaje bajo agua y se conecta a
un sistema de aspiración suave con presión negativa entre 30 y 50 cm de agua. Re-
cientemente se prefieren para el tratamiento del NMT catéteres de pequeño calibre de
8 F, que se conectan a un sistema de drenaje convencional.
▲ TÉCNICA DE COLOCACIÓN: paciente en decúbito supino, semiincorporado. Se
prepara la piel con una solución antiséptica. Infiltración con anestesia local, con
aguja intramuscular, de piel, subcutáneo, músculo y periostio. Profundizar por en-
cima de la costilla, aspirando al infiltrar hasta observar salida de aire, lo que in-
dica que estamos en cavidad pleural. Retirando la aguja 2 mm. infiltraremos la
pleura parietal. Incisión cutánea de 2 cm. Disección roma de los músculos inter-
costales, siempre por encima del borde superior de la costilla para evitar lesión
de los vasos intercostales. Se profundiza hasta llegar a la cavidad pleural. Colo-
cación del drenaje torácico dirigido en sentido apical y clampado con una pinza
de Kocher hasta conectarlo al sistema aspirativo. Fijación del drenaje a la piel
con puntos de seda.
En el caso del NMT traumático se prefieren los drenajes de grueso calibre por la
alta frecuencia de hemotórax asociado.
Tratamiento definitivo:
Actualmente el tratamiento de elección para el NMT espontáneo es la cirugía tora-
coscópica para resección de bullas. La pleurodesis química se puede utilizar en casos
de NMT en pacientes diagnosticados de EPOC, con alto riesgo para la cirugía.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Muguruza Trueba I, De Olaiz Navarro B. Urgencias en Cirugía torácica. Lobo Martínez E.
Manual de Urgencias Quirúrgicas. Hospital Universitario Ramón y Cajal. Editorial IM&C:
Madrid; 2000. p. 231-242.
▲ Loscertales J., Jiménez Merchán R., Ayarra Jarne F.J., García Díaz F., Arenas Linares C., Gi-
rón Arjona J.C. et al. Nuestra experiencia en el tratamiento del neumotórax espontáneo por
videotoracoscopia. Cirugía Española 1995; 57: 526-529.
▲ Thomas M. Daniel, John A. Kern, Curtis G. Tribble, Irving L. Kron, William B. Spotnitz, Brad-
ley M. Rodgers et al. Thoracoscopic Surgery for Diseases of the Lung and Pleura. Ann. Surg.
1993; 217: 566-575.
197
CAPÍTULO 27
Capítulo 27
DERRAME PLEURAL
C. Rodríguez Nieto - N. Parras García de León - A. Julián Jiménez
DEFINICIÓN
Acúmulo patológico de líquido en el espacio subpleural, que se produce "cuando la
velocidad de formación supera a la de absorción", siendo el reflejo de múltiples si-
tuaciones patológicas.
CLASIFICACIÓN Y ETIOLOGÍA
Según el mecanismo patogénico implicado se dividen en: trasudados (alterados los
factores sistémicos que influyen en la absorción o formación del líquido pleural) y
exudados (implicados trastornos de la superficie pleural, capilares, linfáticos locales).
Exudado si cumple al menos uno de los criterios, con un índice de certeza del 95%.
En casos de I.Cardiaca tratada con diuréticos, pueden elevarse las proteínas totales,
en estos casos si la diferencia entre la albúmina sérica y la pleural es mayor de
1,2gr/dl, se trata de un trasudado.
*LP: líquido pleural; **S: suero.
Aspecto
Color Toracocentesis
Olor
Trasudado
Cumple uno o más criterios
Tratamiento de la
enfermedad de base
Exudado
TRATAMIENTO.
A) Trasudado: Causal, actitud expectante.
B) Exudado:
▲ Hemotórax: Sacar pruebas cruzadas, control de Hemoglobina
DRENAJE (control Rx (TAC) y/o cirugía)
▲ Empiema:
a) Cefotaxima: 2gr iv cada 6 horas ó Ceftriaxona: 2gr Iv cada 12 horas.
+
Clindamicina: 600-900mg iv cada 8 horas ó Metronidazol: 500 mg Iv
cada 12 horas.
ó
Sustituir la asociación anterior por tratamiento en monoterapia con:
Amoxicilina-Clavulánico: 2gr iv cada 8 horas ó
Piperacilina-Tazobactan: 4gr iv cada 8 horas ó
Imipenem: 500 mg-1gr iv cada 6-8 horas.
b) DRENAJE PLEURAL con control radiológico y/o cirugía.
▲ D.P Paraneumónico:
a) Cefotaxima: 2gr iv cada 8 horas ó Ceftriaxona: 2 gr Iv cada 24 horas.
+
Clindamicina: 600 mg iv cada 8 horas.
b) DRENAJE PLEURAL en caso de: Fiebre persistente, disminución del pH, au-
mento de la cuantía del derrame, ó del nº de PMN pese al tratamiento.
▲ D.P Postquirúrgico: Cloxacilina: 2gr iv cada 6 horas ó Teicoplanina: 400-600
mg Iv cada 24 horas ó Vancomicina: 1gr iv cada 12 horas.
+
Cefalosporina de 3ª ó 4ª generación: Ceftazidima: 1-2gr iv cada 8 horas
ó
Cefepime: 2 gr iv cada 12 horas.
BIBLIOGRAFÍA:
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JB, Kasper DL. et al., editores. Harrison principios de medicina interna. 14ª ed. Madrid: Mc-
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▲ Light RW. Management of pleural effusions. J Formos Med Assoc 2000; 99: 523-31.
201
CAPÍTULO 28
Capítulo 28
NÁUSEAS Y VÓMITOS
N. González Alonso - A. Julián Jiménez
INTRODUCCIÓN
▲ Las náuseas y los vómitos pueden aparecer de forma independiente, pero por lo
general están estrechamente unidos y se supone que están regulados por las mis-
mas vías neurológicas.
Debido a que se pueden producir por múltiples patologías, es importante conocer
su etiología para descartar gravedad y poder actuar de forma inmediata.
▲ Concepto o definición:
El vómito consiste en la expulsión forzada y violenta del contenido gastrointestinal a
través de la boca. Representa un mecanismo de defensa que se pone en marcha en
respuesta a diferentes estímulos, desde procesos banales como transgresión dietéti-
ca, a otros más graves como obstrucción intestinal o infarto agudo de miocardio.
▲ Fases del vómito:
El acto del vómito consta de tres fases:
1. Náusea: durante esta fase el paciente tiene la desagradable sensación de de-
volver el contenido gástrico. Presenta sialorrea, sudoración y mareo.
2. Esfuerzo para vomitar (arcada): se producen movimientos respiratorios aborti-
vos y espasmódicos contra la glotis cerrada.
3. Vómito: el diafragma desciende y la musculatura abdominal se contrae ele-
vando la presión intragástrica por lo que se empuja el contenido gástrico por
el esófago a la boca.
ETIOLOGÍA
▲ En primer lugar, son numerosos los fármacos responsables de estos síntomas, unas
veces por estimulación directa del centro del vómito y otras por causar irritación
de la mucosa gastrointestinal. (Cuadro 28.1).
▲ Por otro lado, la práctica totalidad de las enfermedades orgánicas y funcionales
del aparato digestivo y una buena parte de las integradas por otros aparatos y
sistemas, pueden ser origen de náuseas y vómitos. (Cuadro 28.2).
● IAM.
CARDIOLÓGICAS ● HTA.
● Insuficiencia cardíaca.
Por obstrucción de víscera hueca:
● Estenosis pilórica péptica o neoplásica.
● Obstrucción intestinal (hernias, vólvulos, tumores).
Por irritación o inflamación visceral:
● Úlcera péptica, gastritis.
DIGESTIVAS ● Hepatitis aguda.
● Apendicitis, colecistitis, pancreatitis, diverticulitis.
● Gastroparesia diabética.
Por perforación de víscera hueca.
Por oclusión vascular mesentérica.
● Coma hepático.
ENDOCRINOMETA- ● Cetoacidosis diabética.
BÓLICAS ● Alteraciones iónicas.
● Crisis adrenal.
● Crisis hipertiroidea.
● Cólico nefrítico.
RENALES ● Insuficiencia renal.
● Pielonefritis.
● Glomerulonefritis.
PSICÓGENAS Vómitos crónicos o recurrentes por una alteración
emocional o psicológica.
● Embarazo.
● Anestesia general.
OTRAS ● Radioterapia.
● Reacción vaso-vagal.
● Infecciones sistémicas.
MANEJO EN URGENCIAS
Lo más importante en el Servicio de Urgencias es evaluar el estado general del en-
fermo y realizar una anamnesis cuidadosa para descartar patología urgente. Debe-
mos preguntarnos:
▲ ¿Puede ser el vómito un síntoma de una patología urgente?
▲ ¿Qué pruebas solicito?
▲ ¿Qué tratamiento es el más adecuado?
203
CAPÍTULO 28
a) ANAMNESIS:
El vómito es un síntoma común a múltiples enfermedades, por lo que un diagnóstico
correcto requerirá una anamnesis detallada y sistematizada centrada en los siguien-
tes aspectos del vómito (cuadro 28.3).
Contenido:
- Sangre (hematemesis): "en posos de café" o sangre roja; hemorragia
digestiva.
- Bilis: suelen ser matutinos y amargos, por secuela de cirugía gástrica,
obstrucción alta del intestino delgado.
- Alimento no digerido: causa psicógena, acalasia, divertículo esofágico,
estenosis pilórica, tumor esofágico.
- Heces: oclusión intestinal, íleo paralítico.
Tiempo de evolución:
- Corta evolución (horas o días): pueden tener múltiples causas,
generalmente orgánicas, que requieren un análisis clínico global.
- Evolución larga (semanas o meses): debe pensarse en origen psicógeno
si el estado general es bueno. Si existe deterioro se debe pensar en
patología gástrica (úlcera péptica, cancer gástrico, etc.) o en proceso
intracraneal (tumor).
▲ Debemos realizar:
- Una analítica general (glucosa, urea, iones, amilasa y creatinina), Hemograma
y Estudio de Coagulación según la patología.
- Radiografía de tórax y abdomen según la sospecha y ECG.
- En diabéticos y ancianos se debe realizar una CPK para descartar cardiopatía
isquémica.
- En vómitos incapacitantes o repetidos se realizará gasometría venosa para des-
cartar alteraciones del equilibrio ácido-base.
c) COMPLICACIONES:
Los vómitos cuantiosos y/o prolongados de cualquier etiología conducen a situacio-
nes de alcalosis hipoclorémica e hipopotasémica con deshidratación y estados de
desnutrición. Asimismo hay que estar atentos a la aparición de posibles complicacio-
nes:
▲ Síndrome de Boerhaave o rotura espontánea del esófago:
Se produce un dolor brusco retroesternal o epigástrico con sudoración, fiebre,
neumomediastino o derrame pleural. Es una urgencia quirúrgica.
▲ Síndrome de Mallory-Weiss:
Es la laceración de la mucosa esófagocardial con la consiguiente hematemesis. Es
más frecuente en alcohólicos y se debe realizar una endoscopia (de urgencia).
▲ Broncoaspiración:
Ocurre en pacientes debilitados o con deterioro del nivel de conciencia. Se debe
sospechar cuando aparece disnea súbita, condensación pulmonar o fiebre.
TRATAMIENTO
a) PAUTA INICIAL EN URGENCIAS:
El tratamiento eficaz de las náuseas y vómitos dependen en la mayoría de los casos de
la corrección de la causa subyacente, de ahí que sigamos una pauta de actuación inicial
(figura 28.1). Las causas que no sean urgentes las estudiaremos en consultas externas.
b) CRITERIOS DE HOSPITALIZACIÓN:
▲ Sospecha de una causa grave.
▲ Casos tributarios de tratamiento quirúrgico.
▲ Signos de desnutrición y deshidratación.
▲ Complicaciones.
SITUACIONES ESPECIALES
- VÓMITOS EN EL EMBARAZO: los vómitos ocurren en el 25-50 % de todos los em-
barazos y suelen ser matutinos, aunque pueden aparecer a lo largo del día.
Se define Hiperemesis gravídica como los vómitos incoercibles que cursan con al-
teraciones nutricionales e hidroelectrolíticas importantes.
Se han demostrado tratamientos no teratógenos eficaces, en este tipo de vómitos,
con Doxilamina + Vit B6. En los casos más graves se debe hospitalizar para corre-
gir los trastornos electrolíticos.
- VÓMITOS EN EL PACIENTE ONCOLÓGICO: ver capítulo 64.
205
CAPÍTULO 28
ANTIHISTAMÍNICOS H1
▲ Doxilamina + Vit B6 1cap/ 8 h ● Control de náuseas matutinas
(embarazo).
ANTICOLINÉRGICOS
▲ Escopolamina 300 microgr dosis ● Empleados en cinetosis.
antes del viaje. ● Múltiples efectos secundarios.
FENOTIACINAS
▲ Clorpromacina IM o IV:25-150 mg/d ● Vómitos inducidos por
en 3 dosis opiáceos, anestésicos
VO: 15-75 mg/d y agentes quimioterápicos
en 3 dosis ● Pueden producir sedación,
hipotensión y efectos
extrapiramidales.
ANTIDOPAMINÉRGICOS
▲ Metoclopramida VO, IM, IV: ● Útil en gastroparesia y
10mg/8h quimioterapia.
Profilaxis en QT: ● Efectos extrapiramidales
1-2 mg/Kg IV como: hiperprolactinemia,
en 100 cc de SS en insomnio, confusión,... Estos
15 min, 30 min efectos son más frecuentes
antes de QT. en niños y ancianos.
ANTAGONISTA DE LOS
RECEPTORES 5-OHT3
▲ Ondansetrón IV:0’15 mg /Kg diluido ● Náuseas y vómitos por
en 100 SS en 15 min, quimioterapia.
30 min antes de QT ● Ef 2°: cefalea, calor,
alteración de transaminasas,
estreñimiento o diarrea.
206
MANUAL DE PROTOCOLOS Y A CTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
VÓMITOS AGUDOS
Observación y Obstrucción
rehidratación intestinal
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Guirao R, Gómez R. El paciente con náuseas y vómitos. En: Montoro M, editor. Principios
básicos de gastroenterología para médicos de familia. Barcelona: Almirall; 1997. p. 89-
101.
▲ Friedman LS, Isselbacher KJ. Náuseas, vómitos e indigestión. En: Fauci AS, Braunwald E, Is-
selbacher KJ, Wilson JD, Martín JB, Kasper DL et al., editores. Harrison principios de Medi-
cina Interna. 14ª ed. Madrid: Mc-GrawHill Interamericana; 1998. p. 263-269.
▲ Muñoz B. Náusea, vómito y gastroparesia. En: Muñoz Calvo B, Villa Alcázar LF, editores.
Manual de Medicina Clínica, diagnóstico y terapéutica. 2ª ed. Madrid: Ediciones Díaz de
Santos; 1993. p. 248-249.
207
CAPÍTULO 29
Capítulo 29
DOLOR ABDOMINAL AGUDO
D. Cuevas del Pino - D. Palomares Rabadán - A. Blanco Bravo
INTRODUCCIÓN
Cuadro clínico que incluye procesos de diversa gravedad.
El término abdomen agudo se aplica al cuadro clínico cuyo síntoma principal es el
dolor abdominal y que implica generalmente un proceso intraabdominal grave, ur-
gente y que requiere solución quirúrgica inmediata.
Hay que descartar o confirmar lo antes posible: perforación de víscera hueca, di-
sección aórtica, rotura de vaso de grueso calibre y hemorragia intraabdominal,
procediendo a tratamiento quirúrgico en la mayor brevedad.
DIAGNÓSTICO
1. HISTORIA CLÍNICA:
▲ EDAD: patologías más frecuentes en los distintos grupos de edad.
▲ SEXO: en mujeres debe considerarse la patología ginecológica como respon-
sable de un cuadro de dolor abdominal.
▲ ANTECEDENTES PERSONALES:
Alergias medicamentosas, intervenciones quirúrgicas previas, antecedentes mé-
dicos, ingestión de fármacos, etc.
▲ CARACTERISTICAS DEL DOLOR:
● CRONOLOGÍA DE LOS SÍNTOMAS: horas de evolución, forma y sitio de
comienzo, factor desencadenante.
El dolor severo de instauración brusca sugiere perforación de víscera hueca, ro-
tura de órgano sólido, isquemia-infarto intestinal o embarazo ectópico. El dolor
abdominal de comienzo gradual, generalmente indica proceso inflamatorio.
208
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
● LOCALIZACIÓN:
El dolor vago y difuso en la línea media, usualmente es de origen visceral
(isquemia o distensión de víscera hueca), sin olvidar el dolor referido.
El dolor localizado, agudo, quemante, corresponde a irritación peritoneal en
progresión.
● IRRADIACIÓN.
● CARÁCTER:
Cólico en la obstrucción de víscera hueca o espasmo intestinal. Continuo en
procesos inflamatorios o isquémicos.
● INTENSIDAD Y DURACIÓN.
● FACTORES DESENCADENANTES.
▲ SINTOMAS ACOMPAÑANTES:
● DIGESTIVOS: náuseas, vómitos, anorexia, alteraciones del ritmo intestinal,
características de las heces (preguntar sobre posibles datos de hemorragia
digestiva).
● EXTRAABDOMINALES: fiebre, sintomatología miccional, tos, disnea o dolor
torácico, mareo, síncope etc.
2. EXPLORACIÓN FÍSICA:
▲ Exploración general del paciente:
● Determinar constantes vitales, estado de perfusión, nutrición e hidratación.
● Posición adoptada por el paciente y su actitud (inmóviles en un cuadro de
irritación peritoneal; agitado en el dolor cólico).
▲ Auscultación cardiopulmonar.
▲ Exploración abdominal:
● INSPECCIÓN: descubrir completamente el abdomen del paciente (quitar pa-
ñales de incontinencia a las personas mayores), buscar hernias de pared ab-
dominal, cicatrices de intervenciones previas (obstrucción intestinal por bri-
das), distensión abdominal, circulación colateral, alteraciones cutáneas
(signos de Grey-Turner o Cullen), hematomas, etc.
● AUSCULTACIÓN: valora la motilidad intestinal. Aumento del peristaltismo en
obstrucción intestinal y GEA; disminución del peristaltismo en peritonitis e
íleo paralítico. Detecta la existencia de soplos arteriovenosos.
● PALPACIÓN: superficial comenzando distal al lugar de máximo dolor. Detec-
tar zonas de dolor y resistencia muscular (defensa); La contractura muscular
constituye un signo de irritación del peritoneo parietal (debe diferenciarse de
la defensa voluntaria realizada por el paciente ante el temor a experimentar
dolor). La contractura generalizada dará lugar al llamado "vientre en tabla".
El rebote doloroso (Blumberg) también indica irritación peritoneal.
La palpación profunda pondrá de manifiesto la existencia de visceromega-
lias, hernias, eventraciones, masas o tumoraciones.
EN TODOS LOS CASOS SE EXPLORARÁN LOS ORIFICIOS HERNIARIOS,
SOBRE TODO EN PACIENTES CON SÍNTOMAS DE OBSTRUCCIÓN INTES-
TINAL DE DELGADO.
● PERCUSIÓN: detecta irritación peritoneal. Valora matideces o timpanismos
en localizaciones anómalas.
▲ Exploración rectal: tono esfinteriano, masas, características de las heces,
próstata y cuello uterino, ocupación del fondo de saco de Douglas...
▲ Exploración genital.
209
CAPÍTULO 29
▲ Otras:
Valoración del contenido gástrico por medio de SNG (sangrado disgestivo, as-
pirado fecaloideo en obstrucción intestinal distal...).
3. EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS:
▲ Pruebas de laboratorio:
● Hemograma.
● Estudio de coagulación.
● Bioquímica: urea, creatinina, glucosa, iones, amilasa, lipasa, CPK-MB.
● Gasometría arterial o venosa.
▲ ECG: Cuando se sospeche origen cardíaco en un cuadro de dolor abdominal y
en aquellos pacientes que vayan a ser sometidos a cirugía.
210
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
▲ Estudios radiológicos:
● RX TÓRAX: pedir siempre en bipedestación, ya que puede visualizarse neu-
moperitoneo como primer indicio de aire libre intraperitoneal. Se descarta-
rán neumonías, neumotórax, derrame pleural, hernias diafragmáticas, en-
sanchamiento mediastínico, etc.
● RX ABDOMEN: siempre en decúbito supino y bipesdestación (o decúbito la-
teral izquierdo si el paciente no puede mantenerse de pie) para ver niveles
hidroáereos, neumoperitoneo, etc. Valora estructuras óseas, patrón gas in-
testinal, silueta de vísceras sólidas, aerobilia, etc.
● ECO ABDOMINAL: es el método de imagen de elección en patología hepá-
tica, de vesícula y vía biliar, patología renoureteral y ginecológica, aneuris-
mas abdominales y existencia de líquido libre abdominal. Es fácilmente dis-
ponible, indolora e inocua.
● TAC ABDOMINAL: ante sospecha de patología retroperitoneal, traumatismo
abdominal, complicaciones postquirúrgicas y dudas diagnósticas tras estu-
dios anteriores. Útil en patología hepática, pancreatitis y sus complicaciones,
tumores intraabdominales y localización de colecciones intraabdominales
(puede ser terapéutica: drenaje percutáneo).
● ENEMA OPACO: en obstrucción intestinal baja. Terapéutico en vólvulo de
sigma.
● ARTERIOGRAFÍA: isquemia mesentérica, aneurismas disecantes o hemorra-
gia digestiva baja de origen desconocido.
● ENDOSCOPIA: en episodio de hemorragia digestiva alta.
▲ Punción-lavado peritoneal: En traumatismos abdominales severos ó con pre-
sencia de inestabilidad hemodinámica para confirmar o descartar sospecha de
hemoperitoneo.
MANEJO Y TRATAMIENTO
* Establecer diagnóstico diferencial entre entidades que requieran tratamiento médi-
co y aquellas que constituyan una emergencia quirúrgica. El enfermo debe ser va-
lorado por el cirujano, ante la menor duda de indicación terapéutica.
* Siempre estabilizar al enfermo antes de proceder a solicitar pruebas complementarias.
* El tratamiento e indicación de ingreso dependen del diagnóstico y su repercusión.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Dorado Pombo S. Dolor abdominal. En: Medina Asensio editor. Manual de Urgencias Mé-
dicas. 12 de Octubre. 2ª ed. Madrid: Ediciones Díaz de Santos; 1997. p. 441-451.
▲ Krestin GP, Choyke PL. Acute Abdomen. Diagnostic Imaging in the Clinical Context. New
York: Thieme Medical Publishers; 1996.
▲ Silen W. Abdominal pain. En: Fauci AS, Braunwald E, Isselbacher KJ, Wilson JD, Martin JB,
Kasper DL. Et al., editores. Harrison’s Principles of Internal Medicine. 14ª ed. New York: Mc-
Graw Hill; 1998. p. 65-68.
▲ Schwartz SI, Shires GT, Spencer FC, Daly JM, Fisher JE, Galloway AC. Principles of Surgery.
7ª ed. New York: McGraw Hill; 1999.
▲ Andreoli TE, Carpenter CJ, Plum F, Smith LH, Bass NM. Cecil, Compendio de Medicina In-
terna. Madrid: McGraw-Hill; 1990.
▲ Levitt MD. Enfoque del paciente con dolor abdominal. En: Kelley WN ed. Medicina Interna
2ª ed. Buenos Aires: Panamericana; 1993. p. 651-656.
213
CAPÍTULO 30
Capítulo 30
DIARREAS AGUDAS
J. González Barboteo - F. Madruga Galán
DEFINICIÓN
▲ Se define como diarrea un aumento en el volumen de las deposiciones (más de
250 gr/día) o de su contenido acuoso (más del 70 %). También se considera dia-
rrea el aumento en el número de las deposiciones (más de tres al día o dos si se
acompaña además de síntomas intestinales).
▲ Recibe el nombre de diarrea aguda aquella que dura menos de 2 semanas. En
caso de mantenerse la clínica más de dos semanas se denomina diarrea per-
sistente. Si la duración del cuadro llega al mes se considera diarrea crónica.
▲ La gastroenteritis aguda es una entidad nosológica caracterizada por ser un pro-
ceso diarreico de menos de 2 semanas de evolución, acompañado o no de vó-
mitos y dolor abdominal, producido por un germen o sus toxinas.
ETIOLOGÍA
En el cuadro 30.1 podemos apreciar las principales causas de diarreas agudas.
d) Expresión aguda de una diarrea crónica: Enf. Inflamatoria intestinal, sd. de malabsorción...
g) Otros: Impactación fecal (pseudodiarrea), diverticulitis, abdomen agudo (fases iniciales), etc.
CLASIFICACIÓN
▲ Las gastroenteritis clásicamente se han clasificado por su mecanismo de produc-
ción en (ver cuadro 30.1): A) Por toxinas: 1. Enterotoxinas; 2. Citotoxinas.
B) Por gérmenes enteroinvasivos.
214
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
dado a los signos de deshidratación (sequedad de mucosas, signo del pliegue cu-
táneo, tono ocular), nivel de conciencia y signos de inestabilidad hemodinámica
(ortostatismo, taquicardia...). Nos podemos encontrar dolor abdominal difuso sin
signos de irritación peritoneal y aumento de los ruidos abdominales. En los casos
de dolor abdominal severo el perfil temporal del dolor y una valoración exhaus-
tiva seriada (3, 6, 12 y 24 horas) clarifica la mayoría de los dudosos en la valo-
ración inicial de Urgencias.
3.- PRUEBAS COMPLEMENTARIAS:
a ) Pacientes con diarrea leve: basta sólo con la historia clínica y la exploración
física sin necesidad de exploraciones complementarias para indicar trata-
miento ambulatorio, ver más adelante.
b ) Resto de pacientes con diarrea: se deberá solicitar en un primer momento:
▲ Sistemático de sangre y fórmula leucocitaria (podemos encontrar aumen-
to del hematocrito por hemoconcentración y leucocitosis con desviación iz-
quierda en las diarreas enteroinvasivas).
▲ Iones, urea, glucosa y creatinina (aumento de la urea y de la creatinina,
hipernatremia e hipopotasemia).
▲ Gasometría venosa si número de deposiciones elevado o vómitos acom-
pañantes para valorar posibles alteraciones del pH plasmático (acidosis
metabólica por pérdida de electrolitos y bicarbonato en heces).
▲ Determinación de leucocitos en heces: que refleja una inflamación difusa de
la mucosa intestinal, siendo positivo en infecciones por Salmonella, Shigella,
Enf. Inflamatoria intestinal o diarreas en relación con tratamiento antibiótico.
c) En un segundo escalón de pruebas complementarias tenemos:
▲ Gasometría arterial en casos de shock.
▲ Realizar coprocultivos en aquellos pacientes con al menos uno de los si-
guientes supuestos:
- Diarrea severa o heces sanguinolentas.
- Temperatura > 38´5º C.
- Si test de leucocitos, lactoferrina o sangre oculta en heces son positivos.
- Diarrea persistente no tratada con antibióticos de forma empírica (en es-
tos casos se recomienda realizar estudio de parásitos en heces).
- Si existe cuadro disenteriforme.
- Pacientes inmunocomprometidos.
- Signos de deshidratación o toxicidad clínica.
▲ Detección de la toxina de Clostridium dif ficile tras el uso de antibióticos.
▲ Aquellos que van a ser ingresados se les extraerá dos hemocultivos (uno
de cada brazo).
▲ Si se sospecha cólera se puede enviar una muestra fresca de heces para
ver la movilidad del vibrio.
▲ La radiografía simple de abdomen deberá realizarse en aquellos casos en
los que exista duda diagnóstica entre la gastroenteritis y otros procesos.
No está indicada la realización de radiografía de abdomen en bipedes-
tación salvo que se sospeche la presencia de abdomen agudo o de cua-
dro obstructivo.
TRATAMIENTO
▲ La mayor parte de los procesos diarreicos agudos, infecciosos o no, ceden de for-
ma espontánea sin requerir tratamiento específico.
216
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Dorado Dupont HL, The Practice Parameters Committee of The American College of Gastro-
enteroly. Guidelines on acute infectious diarrhea in adults. Am J Gastroenterol 1997; 92:
1962-1975.
▲ Wanke CA. Approach to the patient with infectious diarrheal disease. Up to date 1999; 8 (1).
▲ Mensa J, Gatell JM, Jiménez MT, Prats G. Guía terapéutica antimicrobiana. 10ª ed. Barce-
lona: Masson; 2000.
▲ Hernández Surmann E, Garmendía Fernández C, Pérez Arellano E. Diarrea. En: Acedo Gu-
tiérrez M.S, Barrios Blandino A, Díaz Simón R, Orche Galindo S, Sanz García R.M, edito-
res. Manual de diagnóstico y terapéutica médica. Hospital Doce de Octubre. 4ª ed. Madrid:
Grupo MSD; 1998. p. 461-472.
219
CAPÍTULO 31
Capítulo 31
HEMORRAGIA DIGESTIVA ALTA
S. Soto Fernández - T. de Artaza Varasa
INTRODUCCIÓN Y CONCEPTOS
▲ Se puede definir HEMORRAGIA DIGESTIVA (H.D) como toda pérdida de sangre
procedente del aparato digestivo. Es una patología muy frecuente en Urgencias
con una mortalidad media del 10%, variando ésta en función de factores pronós-
ticos tales como la edad, enfermedades asociadas, cuantía del sangrado y etiolo-
gía de la hemorragia.
▲ Su localización respecto al ángulo de Treitz las clasifica en H.D. ALTA (HDA) y BA-
JA (HDB), respectivamente.
▲ POSIBLES FORMAS DE PRESENTACIÓN DE UNA HEMORRAGIA DIGESTIVA:
Hematemesis: vómito de sangre fresca o restos hemáticos digeridos (posos de ca-
fé). Indican HDA pero hay que descartar que no sea sangre deglutida proceden-
te del área ORL o hemoptisis.
Melenas: heces negras, brillantes, pastosas, pegajosas y malolientes. Sugiere
HDA o bien HDB si el tránsito es lento. Siempre descartar que no esté tomando
hierro, bismuto o que haya ingerido alimentos que tiñan las heces (regaliz, mor-
cilla, calamares en su tinta...). Para que se produzca precisa que la sangre per-
manezca en el tubo digestivo al menos 8 horas.
Hematoquecia: heces sanguinolentas. Suele indicar HDB o bien HDA si el tránsi-
to es rápido y las pérdidas importantes (>1 litro en <1hora).
Rectorragia: expulsión de sangre roja por el ano. Suele indicar hemorragia en
tramos distales de colon y recto aunque puede provenir de tramos superiores si el
sangrado es muy intenso y el tránsito muy rápido.
Anemia microcítica hipocroma: signo de hemorragia digestiva crónica.
Síntomas de hipovolemia sin manifestaciones externas de sangrado: mareo, hi-
potensión ortostática, palidez, disnea, angor, síncope...
Grave TAs<100,FC>100-120
Pulso débil,sudor, palidez 1.250-1.750cc=25-35%
Test de ortostatismo(+)
▲ Ante una HDA grave o masiva debemos tomar las siguientes medidas:
1.- Canalizar 2 VÍAS VENOSAS periféricas de gran tamaño. Si el paciente es
cardiópata, nefrópata o entra en shock, es recomendable canalizarle una vía
venosa central para medir la PVC.
2.- Reponer VOLUMEN con cristaloides (S. Salino al 0.9 %, S. Glucosado al 5 %,
S. Glucosalino). Si TAS<100 o shock, utilizar coloides artificiales Poligenina al
3.5 % o Hidroxietilalmidón al 6 % "a chorro" ya que aumentan la expansión
de plasma con poco líquido y disminuyen el riesgo de sobrecarga hídrica. Los
coloides naturales (plasma fresco congelado y seroalbúmina) no son reco-
mendados como expansores plasmáticos en la HDA.
3.- TRANSFUSIÓN (necesario consentimiento informado).
- Urgente: sin cruzar, sangre total isogrupo en shock hipovolémico o hipoxia.
- No urgente, tras pruebas cruzadas, concentrados de hematíes en pacientes
estables hemodinámicamente si Hto <25%.
- Si Hto 25-30%, estables: transfundir considerando otros factores como edad,
enfermedad de base que no permita correr riesgos (cardiopatía isquémica,
ICC, hipoxia cerebral...) y las posibilidades de resangrado.
- Si estable, Hto>30%: no suele requerir transfusión.
221
CAPÍTULO 31
▲ ESOFAGITIS/HERNIA HIATAL:
Suelen presentarse como sangrado oculto y anemia crónica. Si causan
HDA suele ser escasa y autolimitada.
Tto: si HDA leve antiH2 iv ⇒ omeprazol / lansoprazol / pantoprazol 1
cap. (=20mg/30mg/40mg) /12-24h vo.
Si HDA severa: omeprazol /pantoprazol iv.
▲ ÚLCERAS DE ESTRÉS:
Realizar profilaxis intrahospitalaria en todos los pacientes gravemente en-
fermos, politraumatizados y grandes quemados.
Si está en dieta absoluta: ranitidina 1 amp/8h iv.
Si tolera dieta oral: omeprazol/ lansop../ pantop. 1 cap /24h vo.
3.2. TRATAMIENTO ENDOSCOPICO URGENTE. INDICACIONES:
▲ Úlceras con sangrado activo.
▲ Úlceras con vaso visible (tto/ prevención de resangrado).
El 20-25% de las HDA en pacientes cirróticos no son por VGE sino secundarias a
gastropatía de la HTP, úlcera péptica, LAMG o Mallory-Weiss.
- TAPONAMIENTO ESOFÁGICO:
▲ Control transitorio de la HDA por compresión directa del punto hemorrágico (tto
de rescate):
-Balón de Sengstaken-Blakemore para varices esofágicas.
-Balón de Linton-Nachlas para varices gástricas.
Precisa vaciamiento del contenido gástrico mediante SNG para reducir las posi-
bilidades de aspiración. Contraindicado en hernias hiatales grandes.
▲ Control de la hemorragia en el 80-90%, presentando recidiva hemorrágica al re-
tirar el taponamiento en el 50%.
▲ Debe permanecer insuflado <36 horas para disminuir el riesgo de necrosis de la
unión esfagogástrica.
▲ Complicaciones graves en un 10-50%: neumonía aspirativa, rotura esofágica, as-
fixia...
- CIRUGÍA URGENTE Y TIPS:
Sólo cuando haya fracasado el tto médico y endoscópico (10-20%).
En cirrosis estadío C de Child la cirugía comprende demasiados riesgos, por lo que
se prefiere la implantación de un TIPS (Shunt Portosistémico Intrahepático Transyu-
gular) (mejor opción en candidatos a trasplante hepático).
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Laine L. Hemorragia digestiva aguda y crónica. En: Feldman M, Scharschmidt BF, Sleisenger
M, editores. Enfermedades gastrointestinales y hepáticas. Fisiopatología diagnóstico y trata-
miento. 6ªed. Buenos Aires: Panamericana; 2000. p. 215-38
▲ Junquera F. Hemorragia digestiva alta. En: Servicio de Aparato Digestivo Hospital General
Vall d´Hebron, editores. Protocolos diagnóstico-terapéuticos en patología digestiva. 1ª ed.
Barcelona: Prous Science; 1998. p. 61-74
▲ Planas R, Boix J.Hemorragia digestiva por hipertensión portal. Tratamiento hemostático. En:
Bruguera M, Miño G, Pons F, Moreno R, editores. Tratamiento de las Enfermedades Hepáti-
cas.1ªed. Asociación Española para el Estudio del Hígado; 1997. p. 77-84
▲ Sáinz R, Arroyo MT. Profilaxis de la gastropatía por antiinflamatorios no esteroideos. En:
Arenas JI, Figueroa M, editores. AINE y Aparato Digestivo. 1ª edición, Madrid: Ediciones
Ergon, S.A.; 1996. p. 91-104
▲ Gostout CJ. Hemorragia digestiva aguda. En: American College of Gastroenterology, edito-
res. Actualización en Gastroenterología y Hepatología. 2ª ed. Barcelona: Medical Trends,
SL; 1999. p. 69-83.
227
CAPÍTULO 32
Capítulo 32
HEMORRAGIA DIGESTIVA
M. Amengual Occhi. - J. L. Martínez Potenciano
INTRODUCCIÓN
▲ Se denomina hemorragia digestiva baja (HDB) a aquel sangrado cuyo origen es
distal al ángulo de Treitz y que se manifiesta por evacuación de sangre roja (rec-
torragia) o de heces con sangre (hematoquecia) por el orificio anal. Hay casos
en que puede presentarse como melenas (sangrado de yeyuno, ileon o colon de-
recho asociados con tránsito gastrointestinal lento).
ETIOLOGÍA
Según la edad y en orden decreciente de frecuencia:
▲ Lactantes y niños: divertículo de Meckel, pólipos y poliposis, enfermedad infla-
matoria intestinal (EII), duplicación intestinal, intususcepción.
▲ Adolescentes y adultos jóvenes: divertículo de Meckel, EII, pólipos y poliposis.
▲ Adultos<60 años: hemorroides, fisuras, divertículos, EII, neoplasias, malforma-
ciones arteriovenosas.
▲ Adultos>60 años: divertículos, angiodisplasia, colitis isquémica, neoplasias coló -
nicas, pólipos.
CLASIFICACIÓN
La HDB se puede presentar de dos formas:
▲ AGUDA: puede ser moderada o masiva según exista o no compromiso hemodi-
námico. Se presenta como rectorragia o hematoquecia.
▲ CRÓNICA: la pérdida sanguínea suele ser muy lenta e intermitente y suele debu-
tar como anemia ferropénica. Se puede manifestar como sangre oculta en heces,
melenas intermitentes o rectorragias pequeñas e intermitentes.
La mayoría de consultas por HDB son casos de rectorragia leve y/o intermitente que
no suelen provocar alteraciones hemodinámicas importantes y que pueden ser ma-
nejados de forma conservadora. Sólo un 10-20% de los casos se presenta como HDB
masiva, y hasta en un 80% de los casos el sangrado cede espontáneamente.
MANEJO DEL PACIENTE CON HDB AGUDA
En todo paciente con una HDB aguda se debe realizar:
1. VALORACIÓN DEL ESTADO HEMODINÁMICO (igual que en HDA):
La repercusión hemodinámica del sangrado se estima con la toma de constantes vi-
tales (FC, TA y sus cambios posturales) y el aspecto del enfermo (pálido, sudoroso, ob-
nubilado...). Una pérdida del 25-35% de la volemia (1.250-1.750 cc) se considera
una hemorragia grave y cursa con TA sistólica inferior a 100 mm Hg, FC superior a
100-120 lpm y cambios posturales al adoptar el ortostatismo (aumento de al menos
20 lpm de la FC o caída de al menos 20 mm Hg de la TA sistólica). Se debe actuar
de la siguiente forma:
▲ Canalizar dos vías periféricas gruesas, una para reposición de volumen y otra
para transfundir. Vía central en cardiópatas, nefrópatas y chocados, para ajus-
tar la perfusión según PVC.
▲ Monitorización de TA, FC, FR, Tª, perfusión periférica, diuresis.
228
MANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
lantes y AINES).
A continuación se realizará una exploración física, haciendo hincapié en la explora-
ción abdominal, la inspección anal y el tacto rectal.
▲ Pruebas complementarias en Urgencias:
■ ANALÍTICA (debe ser extraída mientras se valora inicialmente al enfermo):
TRATAMIENTO
En general el sangrado leve y crónico y/o intermitente en el que no existe repercu-
sión analítica, deterioro clínico ni hallazgos radiológicos que hagan sospechar una
causa aguda sobreañadida, no precisa ingreso, aunque es importante la realización
de exploraciones complementarias (colonoscopia) lo antes posible. En el resto de ca-
sos se debe ingresar al paciente.
SNG
Fallida Diagnostica
COLONOSCOPIA GASTROSCOPIA TTO
específico
SI NO
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Zuccaro, G. Management of the Adult Patient whit Acute Lower Gastrointestinal Bleeding.
Am J Gastroenterol 1998; 93: 1203-1208.
▲ Calleja JL, Vera MI. Hemorragia digestiva baja. En: Moya Mir M S, ed. Normas de actua-
ción en urgencias. Clínica Puerta de Hierro. Madrid: P. 211-213.
▲ Diaz C, Hernandez E. Hemorragia digestiva. En: Acedo MS, Barros A, Díaz R, Orche S,
Sanz R M, eds. Manual de diagnóstico y terapéutica médica. Hospital Doce de Octubre. 6ª
ed. Madrid: p. 473-485.
231
CAPÍTULO 33
Capítulo 33
PANCREATITIS AGUDA
A. Repiso Ortega - I. Martín Pérez
INTRODUCCIÓN
La pancreatitis aguda (PA) es la inflamación súbita del páncreas sobre una glándula
previamente sana, debido a la activación intraparenquimatosa de enzimas digestivas,
pudiendo existir una respuesta inflamatoria sistémica de distinta intensidad y pudien-
do tener un carácter recurrente. Supone aproximadamente el 0,15% de las Urgencias
Hospitalarias y el 0,6% de los ingresos hospitalarios. En los últimos años se ha obser-
vado un aumento en la incidencia, en relación con un incremento en la expectativa de
vida, un mayor consumo de alcohol y unos mejores métodos diagnósticos. Se trata de
una enfermedad con una incidencia máxima entre la cuarta y la sexta década.
CLASIFICACIÓN
La clasificación más utilizada actualmente distingue entre:
▲ Pancreatitis aguda leve: con mínima repercusión sistémica, ausencia de compli-
caciones locales y buen pronóstico. Se caracteriza por la existencia de edema in-
tersticial sin focos de necrosis.
▲ Pancreatitis aguda severa: caracterizada por la existencia de fallo orgánico,
complicaciones locales (necrosis, abscesos, pseudoquistes) y un peor pronóstico.
Generalmente existe necrosis parenquimatosa, áreas hemorrágicas y necrosis
grasa peripancreática.
ETIOLOGÍA
La litiasis biliar (causa más frecuente en nuestro medio) y el alcohol son responsables
del 80% de las PA; un 10% son debidas a múltiples causas que se exponen en el cua-
dro 33.1, y otro 10% son consideradas idiopáticas.
ACTITUD DIAGNÓSTICA
Ante todo paciente con dolor abdominal y/o en espalda se deberá descartar una
pancreatitis aguda sobre todo si existen factores predisponentes. Ante la sospecha de
PA se deberán seguir los siguientes pasos:
1.- Control de constantes: tensión arterial, frecuencia cardiaca, frecuencia respira-
toria, temperatura.
2.- Clínica:
▲ Dolor abdominal: es el síntoma principal, localizado en epigastrio y/o hipo-
condrios pudiendo irradiarse a espalda, en cinturón o ser difuso. Alcanza su
máxima intensidad a los 15-60 minutos de su presentación, disminuyendo de
forma progresiva en 48-72 horas. Puede ser desencadenado por transgresio-
nes dietéticas, consumo de alcohol, traumatismo, etc. Empeora con la ingesta,
en decúbito y se alivia al sentarse con el tronco flexionado y transitoriamente
con el vómito.
▲ Náuseas y vómitos: frecuentemente asociados al dolor abdominal.
▲ Shock: como forma de presentación en el 2% de las PA pudiendo no aparecer
dolor, por lo que ante todo paciente con shock de etiología no clara se debe
descartar una PA.
232
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
CRITERIOS PRONÓSTICOS
Suele cursar de una forma benigna generalmente sin complicaciones, si bien, un 10%
desarrollan formas necrotizantes con elevada tasa de mortalidad. Para realizar una
valoración del pronóstico disponemos de:
1. Valoración de la insuficiencia orgánica:
▲ Shock- TA sistólica < 90 mmHg.
▲ Insuficiencia pulmonar - PaO 2 < 60 mmHg.
▲ Insuficiencia renal - Creatinina > 2 mg/dL.
▲ Hemorragia digestiva > 500 ml/24h
2. Criterios pronósticos tempranos: los criterios de Ranson presentan la limitación
de necesitar 48 horas para obtener los datos (Cuadro 33.3).
235
CAPÍTULO 33
3. Complicaciones locales:
▲ La necrosis, siendo el mejor método diagnóstico para valorar su existencia la
TC dinámica con realce de contraste (TCRC), que deberá realizarse tras tres o
cuatro días de evolución de la enfermedad, en aquellos pacientes con tres o
más criterios de Ranson y/o evidencia de insuficiencia orgánica.
▲ Un absceso o un pseudoquiste deberán sospecharse ante la persistencia (una
semana) o la reaparición (tras dos o tres semanas) de dolor, fiebre, leucocito-
sis y/o hiperamilasemia.
4. Otros datos con valor pronóstico: la obesidad (>30 kg/m 2) es un factor asocia-
do con un mayor número de complicaciones y mayor mortalidad. La proteína C
reactiva (PCR) es útil para valorar la intensidad del proceso inflamatorio con el in-
conveniente de tener que ser valorada a partir de las 72 horas de evolución.
TRATAMIENTO
En la mayoría de los casos sólo serán necesarias una serie de medidas generales,
pues la PA suele ceder de modo espontáneo.
1. Monitorización de constantes: temperatura, T.A, diuresis cada 8 horas y el aspi-
rado por SNG.
2. Dieta absoluta. La restauración de la dieta se hará no antes de las 72 horas,
cuando desaparezca el dolor, reaparezca el peristaltismo intestinal y los valores
de amilasa sérica sean inferiores a dos veces su valor normal.
3. Sonda nasogástrica con aspiración continua suave: no será necesaria en la PA
leve o moderada pero si estará indicada en el tratamiento del íleo intestinal o gás-
trico, en la PA severa para prevenir la aspiración del contenido gástrico, en los
casos de dolor abdominal intenso y si existen vómitos abundantes.
4. Tratamiento sintomático:
▲ En caso de vómitos o sensación nauseosa se pautará un antiemético como la
metoclopramida, a dosis de 10 mg cada 8 horas por vía endovenosa.
▲ Tratamiento con Anti H2: no han demostrado efectos beneficiosos en el trata-
miento de la PA y sólo son necesarios en pacientes con criterios de gravedad
o con antecedentes ulcerosos, para prevenir el riesgo de hemorragia digestiva,
a dosis de 50 mg cada 8 horas por vía endovenosa.
▲ Tratamiento del dolor: se comenzará con metamizol, a dosis de 2 gr cada 6
horas i.v. Si no cede se pautará tramadol, a dosis de 100 mg diluidos en 100
ml de suero glucosado al 5% i.v. cada 6 horas. Se puede utilizar la meperidi-
na, a dosis de 100 mg i.v. cada 6 horas.
236
MANUAL DE PROTOCOLOS Y A CTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Banks PA. Practice Guidelines in Acute Pancreatitis. Am J Gastroenterol 1997; 92: 377-386.
▲ Arenas Miravé JI, Bujanda Fernández de Piérola L. Pancreatitis aguda. Rev Esp Enf Digest
1996; 88: 851-864.
▲ Steinberg W, Tenner S. Acute Pancreatitis. N Engl J Med. 1994; 330: 1198-1210.
▲ Acebo Gutiérrez MS, Manzano Alonso ML. Pancreatitis. In: Acedo MS, Barrios A, Díaz R,
Orche S, Sanz RM, editors. Manual de diagnostico y terapéutica médica. 4nd ed. Madrid;
1998. p. 367-373.
▲ Banks PA. Pancreatitis aguda y crónica. In: Sleisenger, Feldman, Scharschmidt, editors. En-
fermedades gastrointestinales y hepáticas. 6nd ed. Madrid: Panamericana; 2000. p. 864-
920.
237
CAPÍTULO 34
Capítulo 34
ICTERICIA
M. Amengual Occhi - J. M. Carrobles Jiménez
CONCEPTO
Coloración amarilla de piel y mucosas debida a un aumento de la bilirrubina (normal
entre 0.3-1 mg/dl). Clínicamente evidente cuando la bilirrubina es mayor de 2-2.5
mg/dl. Se debe diferenciar de otras causas de coloración amarilla cutánea como la ca-
rotenemia en la que a diferencia con la ictericia, nunca se pigmenta la esclerótica.
CLASIFICACIÓN
Se debe a una alteración en el metabolismo de la bilirrubina.
1. Aumento de bilirrubina indirecta (BI) o no conjugada: BI > del 85% del total. No
coluria, acolia ni hipocolia.
▲ Aumento de producción: hemólisis, reabsorción de grandes hematomas, eri-
tropoyesis ineficaz.
▲ Alteración del transporte y la captación: sulfamidas, ácido flavaspídico, ayu-
no, sepsis, posthepatitis viral.
▲ Alteración de la conjugación: ictericia fisiológica del recién nacido, enferme-
dad de Gilbert, enfermedad de Crigler-Najjar, novobiocina, cloranfenicol…
2. Aumento de la bilirrubina directa (BD) o conjugada: BD > del 50% del total. Apa-
rece coluria, acolia o hipocolia.
▲ Alteración de la excrección:
- INTRAHEPÁTICA: puede ser hereditaria (Sd. Rotor, Sd. Dubin-Johnson) o ad-
quirida (hepatitis viral o alcohólica, infiltración hepática de cualquier etiolo-
gía, cirrosis, tumores hepáticos primarios y secundarios, fármacos, embara-
zo, colestasis recurrente benigna, CBP, colangitis esclerosante, sepsis…).
- EXTRAHEPÁTICA: obstáculo en el árbol biliar. Puede ser congénito (atresia
de vías biliares) o adquirido (cálculos, tumores, compresión extrínseca).
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Una vez confirmada la existencia de ictericia, se debe intentar diferenciar si es debi-
da a un aumento de BI (ictericia hemolítica y otras hiperbilirrubinemias no conjuga-
das) o de BD (ictericia hepatocelular o ictericia obstructiva). El fraccionamiento se
puede solicitar en Urgencias. La aparición de bilirrubina en orina es signo de hiper-
bilirrubinemia conjugada o aumento de BD.
ANAMNESIS
Es importante resaltar la existencia de hábitos tóxicos (alcohol, drogas, fármacos), an-
tecedentes de transfusión, intervenciones quirúrgicas anteriores, antecedentes familiares
de ictericia, viajes a áreas endémicas de hepatitis o contacto con enfermos afectados,
existencia de dolor abdominal, náuseas, vómitos, fiebre, pérdida de peso, anorexia, etc.
Se debe indagar la forma de comienzo y evolución temporal de la ictericia.
La existencia de anorexia, malestar general, mialgias, pródromos de tipo viral, ex-
posición infecciosa conocida, antecedentes de transfusiones, uso de drogas IV, alco-
hol, fármacos hepatotóxicos o antecedentes familiares de ictericia sugieren enferme-
238
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
EXPLORACIÓN
La aparición de ascitis, estigmas de hepatopatía crónica (eritema palmar, arañas vas-
culares, ginecomastia, hipertrofia parotídea, retracción palmar), hepatomegalia, es-
plenomegalia o signos de encefalopatía, orientan hacia origen hepatocelular mien-
tras que la fiebre, hipersensibilidad a la palpación abdominal, masa abdominal
palpable, coluria, prurito, lesiones de rascado o xantelasmas a obstrucción.
PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
- ANALITICA: se debe solicitar un S. Sangre, Estudio de coagulación, Bilirrubina,
GOT, GPT, GGT, FA, LDH y S. Orina. El hemograma confirmará o descartará la
existencia de anemia. Si se sospecha anemia hemolítica, determinar reticulocitos,
extensión de sangre periférica y test de Coombs.
▲ Si aumento de bilirrubina con transaminasas y FA normales: es improbable
que se deba a obstrucción biliar o enfermedad hepatocelular (investigar hemó-
lisis o defectos aislados del metabolismo de la bilirrubina).
▲ Si aumento predominante de transaminasas (citolisis) y tiempo de protrombi-
na alargado que no corrige con vitamina K, sospechar origen hepatocelular.
▲ Si aumento predominante de bilirrubina y FA, amilasa sérica elevada, T. Quick
normal o bajo que se normaliza tras vitamina K, sospechar origen obstructivo.
▲ Si los antecedentes, la exploración y las pruebas de laboratorio sugieren obs-
trucción biliar, se debe realizar un estudio de imagen (ecografía o TAC) para
confirmar la presencia de obstrucción biliar y localizarla o para excluirla.
- ECOGRAFIA: permite valorar el estado de la vía biliar, la existencia de colelitiasis,
el parénquima hepático y esplénico, la existencia de ascitis y el calibre de la por-
ta. Se debe realizar en Urgencias siempre que exista ictericia.
- RX ABDOMEN: puede ser útil para reconocer un aumento del tamaño del hígado
o del bazo, la presencia de ascitis, calcificaciones hepáticas o la detección de aire
o gas en el hígado, sistema biliar o en la porta.
EVALUACIÓN Y TRATAMIENTO
▲ En la ictericia de origen hepatocelular el tratamiento dependerá de la etiología.
Se debe ingresar siempre que existan datos de insuficiencia hepática (ver capítu-
lo 37). En la hepatitis aguda, la edad avanzada, existencia de enfermedades pre-
vias, encefalopatía, descompensación hidrópica, bilirrubina elevada, hipogluce-
mia, hipoalbuminemia o alargamiento del tiempo de protrombina (valores <
40-50%) son factores que indican gravedad.
▲ En la ictericia obstructiva se debe ingresar al paciente siempre. El tratamiento de-
be ser:
1. Médico: Analgésicos; antibióticos de amplio espectro si sospecha de colangi-
tis: Imipenem 500 mgr iv/6h, Piperacilina-Tazobactam 4/0.5 gr iv/8h, Me-
ropenem 1 gr iv/8h ó Amoxicilina- Clavulánico 1gr iv/8h (Ver capítulo 35);
Colestiramina un sobre (3 gr) 30 minutos antes de cada comida si prurito; Vi-
tamina K 1 ampolla iv / 24 h si alteraciones de la coagulación.
2. Solución de la obstrucción: Mediante Colangio Pancreatografía Retrógada En-
doscópica (CPRE) o bien Colangiografía Trans Parietohepática (PTC) o bien
quirúrgicamente según la etiología.
239
CAPÍTULO 34
BILIRRUBINA ELEVADA
CPRE o
PTC
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Lidofsky S, Scharschmidt, B. Ictericia. En: Sleisenger-Fordtran, eds. Enfermedades gastroin-
testinales y Hepáticas. Fisiopatología, diagnóstico y tratamiento, 6ª ed. Buenos Aires: Pana-
mericana; 2000. p. 246-254.
▲ Abellan J, Tomas E. Ictericia. En: Acedo MS, Barrios A, Díaz R, Orche S, Sanz R M, eds. Ma-
nual de diagnóstico y terapéutica médica. Hospital Doce de Octubre. 6ª ed. Madrid p. 487-
495.
▲ JM Moreno Planas y MI Vera Mendoza. Ictericia. En: Moya Mir M S, ed. Normas de actua-
ción en urgencias. Clínica Puerta de Hierro. Madrid: p.224-227.
241
CAPÍTULO 35
Capítulo 35
PATOLOGÍA URGENTE DE LA VÍA BILIAR
R. López Pardo - J. Alvarez Martín - A. Bravo Blanco
COLELITIASIS
▲ Epidemiología: afecta al 10 % de los hombres y al 20 % de las mujeres en paises
occidentales, siendo más frecuente en edades a partir de 65 años.
▲ Clínica: asintomáticos la mayoría (60%). Aproximadamente un 20-30 % presen-
tarán dolor o complicaciones a lo largo de su vida.
CÓLICO HEPÁTICO
▲ Causa: obstrucción por un cálculo del conducto cístico o del colédoco.
▲ Clínica: dolor de inicio brusco en hipocondrio derecho, a veces irradiado a epi-
gastrio o espalda, constante e intenso. Suele durar 3-4 horas y se puede acom-
pañar de náuseas o vómitos, generalmente biliosos. Suele desencadenarse tras la
ingesta de alimentos ricos en grasas o proteínas.
▲ A la exploración física el enfermo está afebril, no presenta ictericia, coluria o aco-
lia; y el abdomen es depresible con dolor a la palpación en hipocondrio derecho-
epigastrio. Puede presentar defensa abdominal de tipo voluntario a este nivel.
▲ Pruebas Complementarias:
Analítica: se debe solicitar al menos hemograma con fórmula leucocitaria y bio-
química con amilasa. Estos no deben mostrar alteraciones. Si es posible, es útil la
determinación de Transaminasas.
Rx Abdomen: sólo el 10% de los cálculos biliares son radio opacos (por presen-
cia de sales de calcio). Debe solicitarse para excluir otros diagnósticos.
Ecografía abdominal: no esta indicada de Urgencias, a no ser que coexistan otros
signos como fiebre, ictericia o intenso dolor abdominal con defensa que no res-
ponde a analgesia.
▲ Diagnósticos diferenciales:
- Patología biliar: colecistitis aguda, ictericia obstructiva de causa no litiásica.
- Patología Gastro intestinal: gastritis, Ulcus péptico sintomático, hernia de Hiato.
- Pancreatitis Aguda.
▲ Tratamiento
- En Urgencias: analgesia intravenosa; Metamizol magnésico / Bromuro de
Hioscina 1 amp. diluida en 100 cc de Fisiológico cada 8h. Si no responde a
analgesia, el paciente debe quedar ingresado para realizar ecografía pre-
ferente y observación; pautando dieta absoluta, analgesia y protección gástri-
ca con Ranitidina una amp. iv c/8h.
- De elección: Colecistectomía laparoscópica.
COLECISTITIS AGUDA
▲ Incidencia: 5- 10 % de los abdomenes agudos.
▲ Etiología:
- Litiásica: 90%. Se produce por obstrucción del conducto cístico y sobreinfec-
ción de la bilis vesicular. Cultivos más frecuentes: E. coli, Klebsiella y anaero-
bios (Bacteroides fragilis y Clostridium).
* Hasta un 10% de las colecistitis litiásicas se producen tras realizar ERCP.
242
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
COLANGITIS
▲ Etiología: coledocolitiasis: 70 %, estenosis benignas (postoperatorias) 10 %, este-
nosis malignas 10 %, Otras: colangitis esclerosante, post ERCP o PTC, pancreati-
tis crónica, pseudoquiste pancreático,...
Gérmenes: Gram (-): E. coli, Klebsiella pneumoniae, enterococo, Pseudomona o
Bacteroides.
▲ Clinica: Triada de Charcot:
- Fiebre: (85%) > 38ºC con tiritona.
- Ictericia: (75 %) bilirrubina total 5-9 mg/dl. Puede ser mayor en neoplasias.
- Dolor abdominal (60%).
Si asocia Confusión mental y Shock además de los síntomas previos, se habla
de la Pentada de Reynolds.
▲ Pruebas Complementarias:
- Analítica: solicitar hemograma con fórmula y Estudio de Coagulación, Bioquí-
mica con amilasa, bilirrubina y Transaminasas. Encontraremos Leucocitosis >
10.000 o en los casos graves leucopenia. Elevación de la bilirrubina, FA, GGT,
GOT y GPT (si persiste más de 48 h pensar en hígado séptico y descartar he-
patitis vírica).
244
MANUAL DE PROTOCOLOS Y A CTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Lavelle-Jones M, Cuschieri A. Acute Cholecystitis. En: Blumgart LH ed. Surgery of the liver
and biliary tract. 2nd. Ed.Edimburgh: Churchill Livingstone; 1994. p. 589-599.
▲ Schwartz SI. Evaluación de la ictericia. En: Schwartz SI, Ellis H, editores. Maingot Opera-
ciones Abdominales. 8ª. ed. Buenos Aires: Panamericana; 1985. p.1703-1713.
▲ Hawes RH, Sherman S. Choledocholithiasis. En Haubrich WS, Schalffner F, Berk JE, editors.
Bockus Gastroenterology. 5th. ed. Philadelphia: Saunders; 1995. p. 2745-2780.
245
CAPÍTULO 36
Capítulo 36
ASCITIS
A. Repiso Ortega - J. J. Sánchez Ruano
INTRODUCCIÓN
La ascitis es la acumulación patológica de líquido en la cavidad peritoneal.
Su etiología puede ser múltiple, siendo las causas más frecuentes las hepatopatías,
fundamentalmente la cirrosis hepática (80-85%). La segunda causa más frecuente la
constituyen enfermedades que afectan al peritoneo, en especial la carcinomatosis pe-
ritoneal y la peritonitis tuberculosa. Otras causas son las cardiopatías, las pancrea-
topatías o las nefropatías.
HISTORIA CLÍNICA
Los volúmenes pequeños de ascitis no causan síntomas (menos de 2 litros), pero a me-
dida que aumenta la cantidad de líquido en la cavidad peritoneal el paciente obser-
va un aumento del perímetro abdominal.
La ascitis a tensión puede acompañarse de saciedad precoz, pirosis, anorexia, náu-
seas, disnea, ortopnea y/o taquipnea.
Los pacientes con ascitis deben ser preguntados sobre una serie de datos que orien-
tan sobre la etiología y/o la presencia de complicaciones:
▲ Factores de riesgo para las hepatopatías: alcohol, drogas, transfusiones, historia
familiar o personal de hepatopatías, etc. También por la historia de cáncer, insu-
ficiencia cardiaca, tuberculosis o nefropatías.
▲ Dolor abdominal: deberá pensarse en la posibilidad de pancreatitis, hepatoma o
peritonitis (bacteriana espontánea, tuberculosa o secundaria).
▲ Fiebre: orienta hacia la presencia de una peritonitis (bacteriana espontánea, tu-
berculosa o secundaria).
▲ Disnea: puede deberse a la coexistencia de derrame pleural, insuficiencia car-
diaca o a la elevación del diafragma en la ascitis a tensión.
▲ Síndrome constitucional: en la carcinomatosis peritoneal o en la peritonitis tuber-
culosa.
La evolución clínica de la ascitis también puede sugerir datos acerca de su etiología:
▲ En la hepatopatía alcohólica puede existir un curso de años de evolución de as-
citis intermitente con episodios asintomáticos coincidiendo con las abstinencias.
▲ En las hepatopatías de otra etiología la ascitis suele tener un curso progresivo.
▲ Una ascitis dolorosa de rápido desarrollo debe hacernos pensar en una peritoni-
tis bacteriana espontánea, hepatoma, hepatitis alcohólica y sobre todo ascitis ne-
oplásica.
EXPLORACIÓN FÍSICA
La exploración física suele ser suficiente para el diagnóstico clínico del síndrome as-
cítico, pero hay que tener en cuenta que no todo aumento del perímetro abdominal
está causado por la ascitis y debe descartarse distensión por obstrucción intestinal,
embarazo, masas u organomegalias gigantes.
1. Exploración física general:
La existencia de edemas en extremidades inferiores es frecuente en estos pacien-
tes pudiendo incluso aparecer antes que la ascitis.
246
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
La presencia de una hernia umbilical, edema escrotal o derrame pleural puede su-
gerir la presencia de ascitis.
Una exploración física meticulosa orientará sobre la causa de la ascitis al encon-
trar uno o varios de los siguientes hallazgos:
▲ Semiología de hepatopatía crónica: eritema palmar, arañas vasculares, gine-
comastia o distribución feminoide del vello pubiano.
▲ Signos de etilismo crónico: hipertrofia parotidea, telangiectasias o enfermedad
de Dupuytren.
▲ Semiología peritonítica y/o estado séptico: en los casos de peritonitis (bacte-
riana espontánea, tuberculosa o secundaria).
▲ Signos de insuficiencia cardiaca.
▲ Datos que orienten hacia la existencia de una neoplasia subyacente: como
puede ser la existencia de una adenopatía supraclavicular o periumbilical.
▲ Signos de mixedema: como el bocio, la bradipsiquia o la macroglosia.
2. Exploración abdominal:
▲ Inspección: pudiéndose encontrar desde un ligero aumento del perímetro ab-
dominal hasta un abdomen tenso con la piel tirante, con los flancos abultados
y el ombligo evertido.
Se puede observar circulación colateral en el caso de existir hipertensión portal.
▲ Percusión: un signo que indica la existencia de líquido peritoneal (si hay al me-
nos 1 litro) es la matidez desplazable consistente en la obtención de matidez
en flancos e hipogastrio con el enfermo en decúbito supino y un sonido timpá-
nico en el centro; sin embargo al colocar al enfermo en decúbito lateral la ma-
tidez se acumula en el flanco que sirve de apoyo haciéndose timpánico el otro.
Serán necesarios volúmenes importantes de líquido (unos 10 litros) para que
sea evidente la oleada ascítica, que se obtiene al percutir con un dedo en uno
de los flancos al tiempo que se palpa en el otro una sensación característica
debida al movimiento del líquido en la cavidad peritoneal.
▲ Palpación: en los casos de grandes ascitis será útil para valorar la existencia
de visceromegalias el signo del témpano, que se investigará comprimiendo
bruscamente el abdomen en el hipocondrio derecho, y si existe hepatomegalia
se percibirá en los dedos una sensación de choque.
PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
En Urgencias ante un paciente con ascitis se solicitará siempre: Bioquímica sérica (in-
cluyendo glucosa, iones, urea y creatinina), sistemático de sangre, estudio de coagu-
lación, sistemático de orina (incluyendo iones en orina) y radiografía de tórax y sim-
ple de abdomen.
I. Estudios radiológicos:
▲ Radiografía de tórax: se puede encontrar elevación diafragmática bilateral
(en el caso de ascitis intensa) o derrame pleural. También puede aportar datos
sobre la existencia de tuberculosis, insuficiencia cardiaca o tumores que nos
orienten sobre la etiología.
▲ Radiografía de abdomen: si el volumen de líquido acumulado es pequeño, se
observará una zona de densidad homogénea a nivel de la pelvis menor.
En ascitis de mayor cuantía encontraremos un borramiento del ángulo infero-
lateral del hígado o de todo el borde hepático inferior y de la línea del psoas,
así como un aspecto general en "vidrio deslustrado" con localización central
de las asas intestinales.
247
CAPÍTULO 36
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Runyon B. Management of Adult Patients With Ascites Caused by Cirrhosis. Am J Gastroen-
terol 1998; 27: 264-272.
▲ Manzano Alonso ML, Morales Gavilán M. Ascitis. In: Acedo MS, Barrios A, Díaz R, Orche
S, Sanz RM, editors. Manual de diagnóstico y terapéutica médica. 4ª ed. Madrid; 1998. p.
505-510.
▲ Glickman RM. Isselbacher KJ. Hinchazon abdominal y ascitis. In: Harrison, Fauci, Braun-
wald, Isselbacher, Wilson, Martín, Kasper, Hauser, Longo, editors. Principios de Medicina In-
terna. 14nd ed. Madrid: McGraw-Hill Interamericana; 1998. p. 291-294.
▲ Runyon B. Ascitis y peritonitis bacteriana espontánea. In: Sleisenger, Feldman, Scharschmidt,
editors. Enfermedades gastrointestinales y hepáticas. 6nd ed. Madrid: Panamericana; 2000.
p. 1441-1425.
▲ Runyon B. Care of patients with ascites. N Engl J Med 1994; 330: 337-342.
251
CAPÍTULO 37
Capítulo 37
ENCEFALOPATÍA HEPÁTICA
INSUFICIENCIA HEPÁTICA AGUDA GRAVE
S. Soto Fernández - R. Gómez Rodríguez
ENCEFALOPATÍA HEPÁTICA
INTRODUCCIÓN
▲ La encefalopatía hepática es un conjunto de síntomas neuropsiquiátricos origina-
dos por la acumulación sanguínea de sustancias nitrogenadas que no pueden me-
tabolizarse en el hígado por insuficiencia hepatocelular o por comunicaciones
portosistémicas (cirugía o TIPS).
▲ Puede ocurrir tanto en enfermedad hepática aguda como crónica y es potencial-
mente reversible. Puede ser de instauración aguda, crónica recurrente, crónica
permanente o subclínica.
▲ Sustancias neurotóxicas implicadas: Amoníaco, manganeso, endorfinas, aminoá-
cidos aromáticos, falsos neurotransmisores, sistema inhibidor GABA...
ACTITUD DIAGNÓSTICA
1.- SOSPECHAR ENCEFALOPATÍA PORTAL en todo hepatópata (o paciente con sos-
pecha de que pueda serlo) que presente cambios en la conducta o disminución
del nivel de conciencia.
2.- RECOGER HISTORIA CLÍNICA DE FAMILIARES: antecedentes patológicos, factores
precipitantes, tiempo de instauración de la encefalopatía...
3.- LA EXPLORACIÓN FÍSICA puede orientar hacia el diagnóstico; además de las al-
teraciones del estado mental y la asterixis podemos encontrar: fetor hepático, es-
tigmas de hepatopatía crónica, ictericia, hepatomegalia, ascitis. Siempre hay
que valorar la existencia de focalidad neurológica realizando una exploración
neurológica completa y descartar sangrado digestivo mediante tacto rectal.
falopatía y presenta un retraso de 24-72 horas desde que se elevan los niveles
hasta el inicio de los síntomas. Resulta útil cuando existen dudas sobre la etio-
logía de la encefalopatía y para valorar la respuesta al tratamiento.
- El EEG no se realiza de urgencia, pero puede solicitarse una vez ingresado,
siendo típico aunque no patognomónico.
TRATAMIENTO
1.- Medidas generales en Urgencias:
- Vía permeable, oxígeno VM al 24%, sondaje vesical.
- Suero glucosado al 5% (p.ej. 500 cc para 2 horas) + vitamina B1 1 vial IM y
B6 1vial iv. Para 24 h: 2.500 cc (1.500 SG 5%, 1.000 cc SSF 0.9% + CLK en
sueros según necesidades y grado de Insuficiencia Renal (IR).
- Sondaje nasogástrico si la encefalopatía es de grado III o IV.
2.- Tratamiento de la causa desencadenante:
- Si existe infección, antibióticos (evitar nefrotóxicos).
- Si existe sobrecarga proteica (estreñimiento, HDA, dieta): Laxantes, paramomi-
cina (ver más adelante) y tto específico de la HDA (cap 31).
- Si desequilibrio hidroelectrolítico o IR: hidratación, suspender diuréticos.
- Si intoxicación por BZD: Flumazenil (ver caps. 81 y 82).
3.- Disminución de la absorción de compuestos nitrogenados:
- Dieta pobre en proteínas si el paciente está consciente (<1gr/kg/día, empe-
zando por 44 gr/día y siendo preferentemente de origen vegetal).
- Antibióticos no absorbibles: Paramomicina 1/2 frasco (15cc) cada 6 horas, vía
oral o por SNG.
- Disacáridos no absorbibles: Lactulosa o lactitol: 20 gramos=30ml (2 sobres o 2
cucharadas) cada 8 horas vía oral o por SNG. Modificar dosis hasta conseguir
2-3 deposiciones diarias. Efectos secundarios: Flatulencia, dolor abdominal, hi-
pernatremia, hipokalemia... Son inactivados parcialmente por los antiácidos.
- Enemas de limpieza con lactulosa (200g en 700 ml de agua) cada 8-12 horas,
especialmente indicados en encefalopatía grado IV o si existe íleo.
- Aminoácidos ramificados (F080 ®): corrigen el disbalance aminoacídico. Reco-
mendados en encefalopatía grado IV. Una pauta utilizada es 1.000cc de F080
+ 1.000cc de glucosado al 10% + 500cc SSF 0.9% (añadiendo ClK en los sue-
ros según necesidades). Puede ser necesario recurrir a la nutrición parenteral
total cuando la duración del cuadro es demasiado prolongada.
4.- Otros ttos: Bromocriptina, quelantes del amoniaco, zinc (controvertidos).
5.- Indicación de ingreso según el grado de encefalopatía:
▲ Si la encefalopatía es de grado I-II, el tratamiento puede realizarse de manera am-
bulatoria o ingresado, dependiendo del estado basal del paciente y de la causa
de la encefalopatía (ingresarlo si no existe causa clara o es el primer episodio).
▲ En caso de encefalopatía grado III-IV siempre es necesario el ingreso, dejan-
do al paciente en dieta absoluta con fluidoterapia, medicación por SNG (lac-
tulosa, paramomicina) y medidas mecánicas de sujección.
▲ En caso de pacientes candidatos a trasplante hepático, se pueden tomar me-
didas extraordinarias (incluido el ingreso en UCI).
▲ Si la encefalopatía es secundaria a una hepatitis fulminante, se debe trasladar
con urgencia a un centro donde exista Unidad de Trasplante Hepático. Son tri-
butarios de trasplante hepático programado, los casos de encefalopatía cró-
nica o aguda en cirróticos estadío B-C de Child.
254
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
INTRODUCCIÓN
* El Fallo Hepático Fulminante o Insuficiencia Hepática Aguda Grave (IHAG) se ca-
racteriza por una disfunción aguda del hígado secundaria a una necrosis masiva o
submasiva de los hepatocitos, que conlleva la aparición de encefalopatía hepática
y coagulopatía con T.Q<40% en las primeras ocho semanas desde el inicio del cua-
dro y que ocurre en un hígado previamente sano. Cursa con una mortalidad muy
elevada (70-90%). Se clasifica en:
- Hiperaguda: menos de 7 días de intervalo ictericia-encefalopatía.
- Fulminante o Aguda: 8-28 días. -
Subaguda: 29-72 días.
*Fallo hepático tardío o subfulminante: 2-6 meses.
ACTITUD DIAGNÓSTICA
1.- CONFIRMAR QUE SE TRATA DE UNA IHAG.
Imprescindibles: -Ausencia de enfermedad hepática previa.
-Encefalopatía hepática.
-TQ<40% (descartar otras causas de coagulopatía).
2.- DIAGNÓSTICO ETIOLÓGICO.
- Anamnesis detallada: Preguntar sobre exposición a virus, tóxicos, fármacos,
antecedentes personales y familiares de hepatopatía, síntomas de hepatitis agu-
da (náuseas, astenia, ictericia...), etc.
- Exploración física:
A.- Descartar estigmas de hepatopatía crónica.
B.- Manifestaciones propias de la insuficiencia hepática:
▲ Encefalopatía hepática. De instauración brusca, progresa rápido a
grado III-IV.
▲ Ictericia.
▲ Matidez hepática disminuida. Es un signo de mal pronóstico, ya que es
indicativo de necrosis hepática importante.
▲ Signos de sangrado, equímosis, hematomas: indican coagulopatía.
- Exploraciones complementarias en Urgencias:
▲ Sistemático de sangre: signos de infección, pancitopenia.
255
CAPÍTULO 37
TRATAMIENTO
El objetivo principal del tratamiento de la IHAG es el mantenimiento de las funciones
vitales mientras el hígado reestablece sus funciones espontáneamente o se realiza un
trasplante ortotópico de hígado, por lo que se debe ingresar siempre al paciente en
una Unidad de Cuidados Intensivos a la espera de ser trasladado a un hospital con
Unidad de Trasplante Hepático, lo cual debe realizarse lo antes posible.
1.- TRATAMIENTO EN URGENCIAS:
▲ Control estrecho de TA, FC, diuresis, temperatura, nivel de conciencia, gluce-
mia (cada 1-2 horas).
▲ Elevar la cabecera de la cama 30º, mantener la cabeza semiflexionada y evi-
tar situaciones de hipervolemia como profilaxis del edema cerebral.
▲ Vía central para medición de la PVC.
▲ En encefalopatía grado III-IV, SNG a caída libre (no en aspiración por coagu-
lopatía) para evitar aspiraciones. Suele ser necesaria la intubación y ventila-
ción mecánica hasta el traslado a UCI.
▲ Sondaje urinario con monitorización de la diuresis.
▲ Infusión de glucosa hipertónica (al 10%) (sueroterapia para 24 horas 3.000cc,
1.500 cc de glucosa hipertónica, 1.500 cc de glucosalino).
2.- TRATAMIENTO DE LAS COMPLICACIONES:
▲ Encefalopatía hepática: Ver primera parte del capítulo.
▲ Edema cerebral: Monitorización invasiva de la PIC, manitol (en UCI).
▲ Insuficiencia renal: Evitar fármacos nefrotóxicos e hipotensión arterial. Si la
creatinina >4.5, dializar (hemodiálisis o hemofiltración).
▲ Diátesis hemorágica: No transfundir plasma fresco como profilaxis, sólo si exis-
te hemorragia o si se van a realizar maniobras invasivas. Es recomendable
mantener un TQ>15% y plaquetas>30.000.
Administrar vitamina K, 2 ampollas /24 horas iv.
Profilaxis de la HDA: Ranitidina, 1 ampolla/8 horas iv.
▲ Alteraciones hidroelectrolíticas, del equilibrio ácido-base: corregirlas.
▲ Hipoglucemia: Mantener glucemias entre 150-200 mg/dl mediante glucosas
hipertónicas (al 10%). Con frecuencia es necesaria la nutrición parenteral
▲ Infecciones:
- Profilaxis: descontaminación intestinal; Norfloxacino 400mg/12h y anti-
fúngicos; fluconazol 100mg/24h, ambos por SNG.
- Si existe sospecha de infección, iniciar tto con cefotaxima iv. 2g/6h de ma-
nera empírica y ajustar según antibiograma.
▲ Inestabilidad hemodinámica: ajuste de líquidos, drogas vasoactivas (evitar va-
soconstrictores), catéter de Swan-Ganz, ttos de soporte temporal (en UCI).
3.- MEDIDAS ESPECÍFICAS SEGÚN ETIOLOGÍA:
▲ Tóxica: retirada del tóxico o fármaco implicado, medidas generales para una
intoxicación y antídotos específicos si es posible (ver caps. 81 y 82). Adminis-
trar siempre 1 mg de flumazenil por si es 2ª a BZD.
▲ Hígado de shock: corrección de los trastornos hemodinámicos.
▲ Esteatosis aguda del embarazo: Inducción del parto o cesárea.
▲ Hepatitis autoinmune: tratamiento inmunosupresor antes de establecerse la
IHAG.
257
CAPÍTULO 37
BIBLIOGRAFÍA
▲ Butterworth RF. Complications of cirrhosis III. Hepatic encefalopathy. J Hepatol 2000; 32
(suppl. 1): 171-80.
▲ Córdoba J, Blei AT. Treatment of Hepatic Encefalopathy. Am J Gastroenterol 1997; 92: 1429-
37.
▲ Mullen KD, Gacad R. Hepatic encefalopathy. Gastroenterology 1996; 4: 188-202.
▲ Mas A, Salmerón JM. Hepatitis fulminante. En: Bruguera M, Miño G, Pons F, Moreno R, edi-
tores Tratamiento de las Enfermedades Hepáticas. 1ª ed. Asociación Española para el Estu-
dio del Hígado; 1997. p. 191-200.
▲ Casanova D. Casafont F. Fábrega E, Pons F. Indicaciones del trasplante hepático en el Fallo
Hepático Fulminante. En: Vicente E, Barrios C, Pereira F, editores. Curso de Actualización en
Trasplante Hepático.1ª ed. Madrid: Drug Farma; 1998.p. 55-64.
259
CAPÍTULO 38
Capítulo 38
OBSTRUCCIÓN INTESTINAL
A. Mira Vázquez - A. Blanco Bravo
INTRODUCCIÓN Y CONCEPTOS
▲ Es un cuadro clínico consecuencia de la detención completa y persistente del trán-
sito de gases y contenido intestinal en algún punto del tubo digestivo. Es uno de
los cuadros más frecuentes en la urgencia quirúrgica. Desde el primer momento
es importante diferenciar dos cuadros: Ileo paralítico y obstrucción mecánica.
1.- ILEO PARALÍTICO
▲ Supone una alteración en la motilidad intestinal sin que exista un obstáculo real
al tránsito intestinal.
- Etiología: postquirúrgico; reflejo por traumatismos pélvicos o de columna; se-
cundario a procesos infecciosos intraabdominales o retroperitoneales; meta-
bólico (uremia, hipokaliemia, coma diabético).
- Clínica: cursa con náuseas y vómitos, dolor abdominal generalizado de inten-
sidad leve y cese en la emisión de heces y gases con distensión abdominal.
- Exploración: abdomen distendido y timpánico generalizadamente; a la aus-
cultación ausencia de ruidos peristálticos. No cursa con reacción peritoneal ni
con defensa abdominal.
- Diagnóstico: Rx abdominal en decúbito y bipedestación que demostrará dila-
tación de intestino delgado y grueso con gas en ampolla rectal. Solicitar ana-
lítica: Hemograma, estudio de coagulación, glucosa, urea e iones, gases ve-
nosos y amilasemia.
- Tratamiento: Además de tratar la causa subyacente consiste en dieta absoluta,
SNG con aspiración continua y sueroterapia con reposición hidroelectrolítica.
2.- OBSTRUCCIÓN MECÁNICA
▲ Es importante distinguir dos entidades diferentes: Obstrucción de intestino delga-
do y de intestino grueso, ya que tanto la etiología como el manejo son distintos
en una y otra.
ETIOLOGÍA
▲ La causa más frecuente de obstrucción de delgado son las bridas o adherencias
en los pacientes operados (35-40%); y la segunda más frecuente son las hernias
incarceradas (20-25%).
▲ La causa más frecuente de obstrucción de colon es la neoplasia de recto-sigma.
▲ En los menores de dos años lo más frecuente es la invaginación intestinal.
▲ Otras posibles causas son los vólvulos (de delgado en niños y de sigma en adul-
tos) y la diverticulitis aguda.
FISIOPATOLOGÍA
▲ Los dos hechos más importantes son la distensión intestinal proximal a la obs-
trucción y la pérdida de líquidos y electrolitos debida al tercer espacio que se pro-
duce en la luz intestinal.
260
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
CLÍNICA
▲ El síntoma más frecuente es el dolor abdominal de tipo cólico y difuso. Cuando
se produce isquemia y gangrena intestinal se torna continuo e intenso.
▲ Náuseas y vómitos; sus características están en relación con el nivel de la obs-
trucción; así serán claros en casos de estenosis pilórica, biliosos en obstrucciones
de delgado alto y fecaloideos en obstrucciones bajas. En la obstrucción de colon
son tardíos y fecaloideos.
▲ Ausencia de emisión de heces y gases.
▲ Deshidratación por las alteraciones hidroelectrolíticas que se producen por el ter-
cer espacio que se crea en la luz intestinal.
EXPLORACIÓN
▲ Determinar el estado general del paciente, signos vitales y signos de deshidrata-
ción así como la existencia de fiebre.
▲ Inspección abdominal: encontraremos un grado variable de distensión abdomi-
nal. Ante la sospecha de una obstrucción intestinal es fundamental una inspec-
ción rigurosa del abdomen, buscando cicatrices de intervenciones quirúrgicas
previas y EXPLORACIÓN SIEMPRE DE TODOS LOS ORIFICIOS HERNIARIOS,
BUSCANDO HERNIAS INCARCERADAS.
▲ Palpación: el abdomen es generalmente doloroso de forma difusa a la palpación
profunda. Pueden existir signos de irritación peritoneal y defensa muscular que
deben alertarnos de la posibilidad de necrosis y/o perforación intestinal.
▲ A la auscultación lo característico son ruidos intestinales aumentados, de lucha,
con tono metálico.
▲ Percusión: timpanismo.
▲ Tacto rectal: puede evidenciar fecalomas, neoplasias rectales, masas abdomina-
les, restos hemáticos en heces, etc. "Mejor meter el dedo que meter la pata".
PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
▲ Analítica básica: Hemograma y estudio de coagulación, glucosa, urea, iones, ga-
ses venosos, gasometría arterial basal si disnea y amilasemia. Generalmente se
detecta deshidratación con pérdida de todos los electrolitos y cierta tendencia a
la acidosis metabólica por disminución de bicarbonato. La leucocitosis suele ser
leve o moderada a no ser que haya necrosis intestinal.
▲ Rx de tórax PA y lateral.
▲ Rx abdomen en decúbito y bipedestación. Es la prueba diagnóstica más útil.
- En obstrucciones de delgado se observan asas dilatadas y niveles hidroaéreos,
producidos por acúmulo de gas y líquido en las asas proximales a la obstruc-
ción. Las asas generalmente adoptan una posición central y la imagen de las
válvulas conniventes atraviesa toda la sección del asa mostrando la típica ima-
gen "en pila de monedas".
- En obstrucciones de colon se objetiva dilatación del marco cólico hasta el nivel
de la obstrucción; y los pliegues de las haustras no atraviesan completamente
261
CAPÍTULO 38
el asa. Cuando el ciego está dilatado más de 10 cm hay alto riesgo de perfo-
ración. Puede coexistir una dilatación del delgado si la válvula ileocecal es in-
competente lo que reduce las posibilidades de perforación.
- Hay situaciones que cursan con imágenes Rx características; por ejemplo en los
vólvulos se produce "imagen en grano de café"; la tríada del ileo biliar consis-
te en aerobilia más obstrucción de delgado más imagen del cálculo emigrado
generalmente en fosa ilíaca derecha.
- Si el paciente no tolera la bipedestación, se hará en decúbito lateral con rayo
horizontal.
▲ Cuando se sospecha una obstrucción de colon está indicada la realización de
enema opaco que puede evidenciar estenosis neoplásicas. En casos de vólvulo in-
testinal puede ser diagnóstico y terapéutico. En casos de vólvulo de sigma la co-
lonoscopia también puede resolver el cuadro.
TRATAMIENTO
▲ Depende en gran medida de la causa de la obstrucción.
▲ Ante cualquier obstrucción intestinal las medidas básicas iniciales incluyen: dieta
absoluta, aspiración nasogástrica, rehidratación y reposición hidroelectrolítica. Si
hay datos de sepsis se deben asociar antibióticos, por ejemplo Gentamicina (5
mg / kg peso vía intravenosa cada 24 horas) + Metronidazol (500 mg intrave-
nosos cada 8 horas) ó Metronidazol (dosis descritas) + Cefotaxima (1 gr i.v ca-
da 8 horas) (ver capítulo 54).
▲ En los casos de obstrucción por bridas se intenta inicialmente tratamiento con-
servador ya que un importante porcentaje de estos casos se resuelven con estas
medidas. Debe hacerse valoración continuada del paciente y si el cuadro no se
resuelve en 48-72 horas, o existe un empeoramiento clínico, analítico o radio-
lógico, está indicada la cirugía urgente.
▲ Una hernia incarcerada es siempre indicación de cirugía urgente.
▲ En los casos de neoplasias obstructivas de recto-sigma lo ideal es, si la obstruc-
ción no es completa, preparar al paciente para cirugía electiva. Si la dilatación
del marco cólico es importante (ciego de 10 cm) o existen signos de necrosis in-
testinal, hay indicación de cirugía urgente.
▲ En casos de vólvulo sigmoide debe intentarse la desvolvulación mediante sonda
rectal, enema opaco o rectosigmoidoscopia.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Torres Moreno C, Hernanz Hernández MI. Obstrucción intestinal. En: Lobo Martínez E, edi-
tor. Manual de Urgencias Quirúrgicas. Madrid: IM&C; 2000. p.155-161.
▲ Lozano Salvá L, Guadarrama González FJ, Benavides Buleje JA, Sánchez de Pedro F, Calvo
Córdoba A, López López A. Obstrucción intestinal. En: Benavides Buleje JA., García Borda
FJ, Guadarrama González FJ, Lozano Salvá LA, García Carranza A., Martín Esteban ML et
al., editores. Manual Práctico de Urgencias Quirúrgicas. Hospital Universitario Doce de Oc-
tubre. Madrid:SmithKline Beecham; 1998. p. 233-238.
▲ Ellis H. Acute Intestinal Obstruction. En: Schwartz SI, Ellis H, Husser WC editors. Maingot´s
Abdominal Operations. 9th. ed. New York: Appleton & Lange; 1990. p. 887-903.
263
CAPÍTULO 39
Capítulo 39
ACTITUD EN LA ENFERMEDAD INFLAMATORIA
INTESTINAL EN URGENCIAS
C. González de Frutos
DEFINICIÓN
Se define la Enfermedad Inflamatoria Intestinal Crónica (E.I.I.C.) como un grupo de
trastornos inflamatorios crónicos de etiología desconocida que afectan preferente-
mente al tracto gastrointestinal y cuyo curso clínico es recidivante y muy variable. Su
patogenia se debe a una serie de factores ambientales, no claramente identificados,
que provocan una respuesta inmunológica anormal en un huésped genéticamente
predispuesto. Su incidencia va en aumento y la edad de aparición tiene un pico má-
ximo a los 15-25 años y otro menor a los 50-70 años.
CLASIFICACIÓN
▲ La EIIC engloba: Colitis Ulcerosa (CU), Enfermedad de Crohn (EC) y colitis inde-
terminada, que posee características de ambas.
2. EXPLORACIÓN FÍSICA:
Debe ser completa valorando manifestaciones sistémicas y signos de desnutrición.
Hacer hincapié en la exploración abdominal e incluir siempre región perianal y
tacto rectal.
265
CAPÍTULO 39
3. PRUEBAS COMPLEMENTARIAS:
ANALÍTICA: - S. Sangre: Anemia por pérdidas digestivas crónicas o agudas. Leu-
cocitosis con desviación izquierda.
- E. Coagulación: trombocitosis como reactante de fase aguda. -Iones,
urea, creatinina, gases venosos: deshidratación, acidosis metabólica
en casos severos.
RX. ABDOMINAL: descartar megacolon tóxico, perforación y obstrucción.
ECOGRAFÍA -TAC: descartan complicaciones locales.
ENDOSCOPIA: es el método de diagnóstico definitivo. Permite la toma de biopsias,
indica el grado de afectación y su extensión y sirve para el despistaje del cáncer co-
lorrectal. No se realiza de forma urgente. Está contraindicada en fases agudas gra-
ves de la enfermedad y en el megacolon tóxico.
CRITERIOS DE SEVERIDAD
Con objeto de cuantificar la severidad clínica de la EIIC se han diseñado índices de
actividad constituidos por distintas variables que orientan sobre la gravedad del cua-
dro y la actitud terapéutica a tomar en cada momento.
Para calcular el resultado multiplicar el valor de cada factor por la constante de la casilla derecha y sumar el
total. Un valor entre 150 y 250 indica enfermedad leve, de 250 a 350 moderada y > de 350 severa.
CRITERIOS DE INGRESO
- Brote de actividad clínica severa.
- Brote moderado que no responde tras 2 semanas de tratamiento.
- Complicaciones agudas de la enfermedad : megacolon tóxico, perforación, he-
morragia severa, suboclusión u obstrucción intestinal, abscesos y fístulas.
266
MANUAL DE PROTOCOLOS Y A CTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
TRATAMIENTO
El tratamiento va destinado a controlar el brote agudo y sus complicaciones así como
a mantener la remisión retrasando la aparición de nuevos brotes.
Medidas dietéticas: si hay diarrea disminuir el contenido en residuos de la dieta. Evi-
tar lácteos en la fase aguda si presenta intolerancia. Si precisa hospitalización y die-
ta absoluta mantener sólo con sueroterapia 3 días, si se prolonga añadir nutrición pa-
renteral.
PAUTAS DE TRATAMIENTO
▲ PANCOLITIS ULCEROSA Y ENF CROHN COLÓNICA:
LEVE Aminosalicilatos: 5-ASA comp. v.o. ----- 500-1000 mg/8h
+ Enemas corticoides: Prednisolona ----- 20-40 mg/24 h
ó budesonida ----- 2 mg/24 h
± Corticoides v.o.(0.25-0,5mg/kg/día) ----- 12- 35 mg/24 h
▲ MEGACOLON TÓXICO:
Dieta absoluta, nutrición parenteral total, sonda nasogástrica aspiración
+ 6mPrednisolona (1mg/kg/dia) i.v. ----- 20 mg/6-8 h
+ Metamizol (amp. 2 mg) i.v. ----- 2 mg/6-8 h
+ Metronidazol 500mg/8h +
Gentamicina 240mg/día + Ampicilina 1gr / 6h i.v.
Seguimiento con Rx abdominal y analítica diaria. Si fracasa el tto en 48-72 h ha-
cer colectomía urgente. NO intentar la descompresión del colon mediante colo-
noscopia.
▲ PERFORACIÓN INTESTINAL:
Indicación de tratamiento quirúrgico (ver manejo en capítulo correspondiente)
▲ HEMORRAGIA SEVERA:
Tratamiento como un brote clínico severo más las medidas de sosten y transfusio -
nales referidas en el capítulo de hemorragia digestiva baja. Si la hemorragia es
masiva está indicada la cirugía urgente.
▲ ABSCESO INTRABDOMINAL:
Dieta absoluta, nutrición parenteral total
+ Metronidazol (vial 500 mg) i.v. ----- 500 mg/8 h
+ Amoxicilina-clavulánico (vial 1gr) i.v. ----- 1gr/8 h
ó Cefotaxima (vial 1 gr) i.v. ----- 1-2 gr/6 h
ó Ciprofloxacino (vial200 mg) i.v. ----- 200 mg/12 h
+ Drenaje percutáneo por ecografía o TAC y/o
intervención quirúrgica.
▲ FÍSTULAS INTESTINALES:
De bajo débito : dieta sin residuos, tratamiento de la enfermedad activa.
+ Metronidazol ( comp. 500mg) v.o.----- 500 mg/8 h
De alto débito : dieta absoluta, nutrición parenteral.
+ Metronidazol 10-20 mg /k/día i.v.
Cirugía si: No responde al tratamiento, estenosis, abscesos o sobrecrecimiento
bacteriano.
268
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
RECUERDA:
▲ No iniciar tratamiento esteroideo en un sd. diarreico sin una razonable se-
guridad diagnóstica ya que si es de etiología infecciosa se agravará.
▲ No pautar antidiarreicos opiáceos o anticolinérgicos en una diarrea exuda-
tiva o con productos patológicos ya que si es una EIIC podría causar mega-
colon tóxico.
▲ No realizar colonoscopia precoz en los casos de brote grave.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Kornbluth A, Sachar D, Salomon P. Crohn´s Disease. In: Feldman M, Scharschmidt BF, Slei-
senger M, editors. Gastrointestinal and liver disease: Pathophysiology, diagnosis, manage-
ment. 6nd ed. Pennsylvania: Saunders Company; 1998. p. 1708-34.
▲ Jewell DP. Ulcerative colitis In: Feldman M, Scharschmidt BF, Sleisenger M, editors. Gastroin-
testinal and liver disease: Pathophysiology, diagnosis, management. 6nd ed. Pennsylvania:
Saunders Company; 1998. p. 1735-61
▲ F. Casellas. Capítulo 14: Enfermedad Inflamatoria Intestinal. Protocolos diagnósticos- tera-
péuticos en patología digestiva. Servicio de Apto Digestivo Hospital Gral. Vall d’Hebrón.
1998. p. 123-140.
▲ V. González. Enfermedad Inflamatoria Intestinal. Servicio de Apto Digestivo Hospital Gre-
gorio Marañón. Ediciones Ergon. 1995.
▲ B. Stephen. Inflammatory Bowel Disease. N Engl J Med 1996; 334: 841-848.
269
CAPÍTULO 40
Capítulo 40
PATOLOGÍA ANORRECTAL
T. Santamaría Rodríguez - A. Aranzana Gómez - A. Blanco Bravo
INTRODUCCIÓN
▲ La patología anorrectal es una de las consultas más frecuentes en el Servicio de
Urgencias. Aunque son numerosos los pacientes aquejados de patología ano-
rrectal que acuden, las afecciones más frecuentes son: hemorroides, fisuras, fís-
tulas, abscesos y quistes pilonidales (sin olvidar el diagnóstico diferencial con la
más grave de ellas, el cáncer anorrectal).
▲ En cuanto a síntomas existe uno común a todas las patologías: el dolor anal. Sin
embargo, habrá que hacer hincapié en otros aspectos de la anamnesis que nos
orientarán el diagnóstico, entre ellos los siguientes:
- Masa o nódulo perianal.
- Sangrado concomitante.
- Fiebre, escalofríos.
- Supuración perianal.
- Incontinencia anal.
- Prurito.
- Ritmo intestinal.
- Sintomatología urinaria.
- Antecedentes de patología anal, general e intervenciones quirúrgicas.
- Hábitos tóxicos (alcohol, tabaco, picantes...).
- Hábitos sexuales.
- Ingesta cuerpos extraños.
- Medicamentos.
▲ Además de la anamnesis, es sumamente importante la realización de una ex-
ploración adecuada, para ello se pueden utilizar tres posiciones:
- Decúbito lateral o de Sims: muy utilizado en ancianos y embarazadas, el pa-
ciente se situa de costado con ambas rodillas flexionadas sobre el tronco.
- Genupectoral (posición mahometana): los muslos estarán en ángulo recto con
respecto a la mesa y los pies extendidos sobre el extremo de ella.
- Ginecológica: en decúbito supino y con perneras.
▲ Igualmente importante es el tacto rectal, que permitirá detectar la presencia de
masas, características del área prostática, Tª de determinadas zonas, provocar
dolor, presencia o no de supuración, sangrado, contractura de esfínteres... (Siem-
pre se realizará utilizando lubricante y de forma suave).
▲ A continuación realizaríamos anuscopia y rectoscopia, si se dispone de ello en el
Servicio de Urgencias.
HEMORROIDES
▲ CONCEPTO O DEFINICIÓN:
Dilataciones venosas de plexos rectales superior, medio o inferior.
▲ TIPOS, CLASIFICACIÓN:
Las hemorroides las podemos clasificar en internas y externas.
270
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
FISURAS ANALES
▲ DEFINICIÓN:
Desgarro lineal del conducto anal en la línea dentada o justo en sentido distal a
ésta y continua a lo largo del conducto.
Generalmente se localizan en la línea media en el plano posterior (90%), en me-
nor número de casos en el plano anterior.
▲ CLASIFICACIÓN:
- Agudas.
- Crónicas: estas se caracterizan por la presencia de inflamación distal a la fisu-
ra (hemorroide centinela), bordes engrosados y fibrosos.
▲ CLÍNICA:
Dolor anal agravado con la defecación, que cede entre las mismas, aunque pue-
de persistir varias horas. Sangrado rojo brillante y escaso, a veces sólo puesto de
manifiesto en el papel higiénico. Estreñimiento, muchas veces voluntario (ocasio-
nado por el dolor y espasmo de esfínteres), síndrome miccional y prurito (relacio-
nado en muchas ocasiones con enfermedades dermatológicas si persiste).
▲ DIAGNÓSTICO:
Nos lo suele proporcionar la clínica. La exploración (si es posible realizarla) nos
mostrará el extremo distal de la fisura o la hemorroide centinela. Es importante te-
ner en cuenta que en numerosas ocasiones la exploración no es posible por el in-
tenso dolor, aconsejando en dicho caso al paciente tratamiento y exploración ba-
jo anestesia general.
▲ TRATAMIENTO:
● Fisura aguda:
- Si el dolor y espasmo esfinteriano no son muy intensos se puede realizar un
tratamiento conservador con baños de asiento, control de estreñimiento y anal-
gésicos. Si no existen enfermedades dermatológicas y/o infección, se valora-
rá utilizar pomadas anestésicas antihemorroidales durante corto periodo de
tiempo, asimismo se pueden utilizar pomadas con nitratos aunque con estas se
producen bastantes recaidas y son mal toleradas ya que provocan cefaleas.
- Si el dolor es intenso y tiene gran espasmo o no hay respuesta al tratamiento
conservador en tres semanas, se realizará tratamiento quirúrgico bajo seda-
ción, realizando previamente un estudio preoperatorio (S.Sangre, bioquími-
ca, estudio de coagulación, Rx de tórax). Hay dos técnicas fundamentales: Di-
latación forzada de ano o esfinterotomía lateral interna.
● Fisura crónica:
Tratamiento quirúrgico programado, realizar previamente exploración bajo
anestesia con anuscopio descartando criptitis, rectitis, tumoraciones, masas
rectales...
FÍSTULAS ANALES
▲ DEFINICIÓN:
Se define como un conducto anormal que comunica el conducto anal con la piel,
revestido de epitelio y tejido de granulación.
272
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
▲ CLASIFICACIÓN:
Según la regla de Goodsall las podemos clasificar en:
- Anteriores: si la apertura es anterior, el orificio interno suele estar cerca del ex-
terno, siguiendo un trayecto rectilíneo.
- Posteriores: si la apertura es en la mitad posterior del ano, el orificio interno se
localiza en la línea media posterior del canal del ano, su trayecto es curvilíneo.
- Laterales: si el origen es lateral, el trayecto es en herradura.
▲ CLÍNICA:
Característicamente se trata de pacientes que han tenido uno o varios episodios de
abscesos perianales que se han drenado quirúrgicamente o de forma espontánea,
continuando con supuración persistente o intermitente a lo largo de meses o años.
Si en algún momento el drenaje es inadecuado se acumulará material purulento
formándose un absceso y provocando un intenso dolor.
▲ DIAGNÓSTICO:
Mediante la inspección apreciaremos uno o varios orificios de salida drenando pus.
A la palpación apreciaremos un trayecto indurado, se puede intentar realizar
sondaje, con el dedo dentro del canal anal y seguir el recorrido.
Para completar el estudio se realizará rectosigmoidoscopia que permita ver el ori-
ficio y descartar otros procesos.
▲ TRATAMIENTO:
Será quirúrgico, ya que suelen ser procesos persistentes y cabe la posibilidad de
degeneración maligna.
Si existe absceso, se tratará éste dejando la fistulectomía para un segundo tiempo.
En las fístulas simples, se realizará fistulectomía sin incluir el esfínter, se realiza
apertura del trayecto y cicatrización con tejido de granulación.
Si son fístulas complejas en las que se puede lesionar el anillo anorrectal, se rea-
lizarán métodos alternativos, el más utilizado es el del sedal, que consiste en pa-
sar una ligadura a través del trayecto fistuloso y rodear los esfínteres por debajo
de este nivel.
ABSCESOS PERIANALES
▲ DEFINICIÓN:
Se trata de un proceso infeccioso agudo, de localización perianal con formación
de pus, por infección de una cripta y/o glándula anal.
El germen generalmente aislado es E. Coli.
▲ CLASIFICACIÓN:
Según la localización los abscesos los clasificamos en:
- Perianales: son los más frecuentes, se produce cuando el pus se disemina en
sentido caudal, entre ambos esfínteres.
- Isquiorrectales: lateral a los esfínteres y por debajo del músculo elevador del ano.
- Submucosos o intermusculares altos: entre los esfínteres o por dentro del es-
fínter interno.
- Pelvirrectales: por encima del músculo elevador del ano.
- Atípicos.
273
CAPÍTULO 40
▲ CLÍNICA:
Se manifiestan como dolor anal e inflamación de la zona. El dolor se intensifica
con la defecación, así como con maniobras de Valsalva, es de carácter pulsátil,
constante día y noche. En ocasiones se acompaña de fiebre, síndrome miccional
y tenesmo rectal.
▲ EXPLORACION:
Al igual que en el resto de las patologías realizaremos inspección anal y tacto rectal.
En el caso de los abscesos perianales podemos descubrir tumefacción de la zona,
con los signos claros de inflamación: rubor, tumor, calor y dolor.
En el resto es posible que no se aprecie tumefacción, pero el tacto rectal es inten-
samente doloroso e incluso imposible de realizar.
▲ CRITERIOS DE GRAVEDAD:
- Infección necrotizante de partes blandas.
- Abscesos en pacientes leucémicos, diabéticos o inmunocomprometidos.
▲ TRATAMIENTO:
Salvo que sean muy superficiales y localizados, en cuyo caso se realizará drena-
je quirúrgico bajo anestesia local, se realizará tratamiento quirúrgico urgente ba-
jo anestesia general.
CÁNCER ANORRECTAL
▲ Únicamente citaremos alguno de los signos y síntomas ante los cuales debemos
sospechar esta patología:
- Ulceración crónica no cicatrizada tras un adecuado tratamiento.
- Estreñimiento, tenesmo y evacuación incompleta en pacientes mayores de 40
años.
- Presencia de fisura anal no localizada en la línea media.
- Cambio en el hábito intestinal.
El tacto rectal nos puede orientar aún más el diagnóstico, completándolo con la
realización de una rectosigmoidoscopia con toma de biopsias si es necesario y
otras pruebas complementarias que se realizarán de forma ambulatoria o ingre-
sando al paciente si se considera conveniente.
BIBLIOGRAFÍA
▲ Kodner IJ, Fry RD, Fleshman JW, Birnbanm EH, Read TE. Colon, rectum and anus. En: Sch-
wartz SI, editor. Principles of surgery. 7th.ed. New York: McGraw- Hill; 1999. p. 1265-
1382.
▲ Nuño Vázquez- Garza JM, Margán Horcajo JA, Olivares Cerez JI, Nehme R. Problemas
anorrectales comunes. En: Delgado Millán MA, Cano Egea JM, Santoyo Santoyo J, Lozano
Vilardell P, editores. Manual de diagnóstico y tratamiento quirúrgico. Madrid: Arán; 1987.
p. 241-248.
▲ Bouzoukis JK. Enfermedades anorrectales. En: Tintinalli JE, Ruiz MD, Krome RL, editores. Me-
dicina de Urgencias. Méjico: Interamericana; 1997. p. 582-595.
▲ García Gil D. Patología anorrectal en la urgencia. En: García Gil D, editor. Manual de Ur-
gencias. Cádiz: Egraff; 2000. p. 405-410.
▲ Boucchia Naranjo O, García Villar O., Martín Esteban Mª L, García Rodríguez MP, García
Borda FJ, Pascual Montero JA. Problemas anorrectales más comunes. En: Benavides Buleje
JA, Gª Borda FJ, editores. Manual Práctico de urgencias quirúrgicas. Madrid: Litofinter;
1998. p. 305-319.
275
CAPÍTULO 41
Capítulo 41
ISQUEMIA MESENTÉRICA AGUDA
R. López Pardo - M.J. Estebaran Martín - A. Bravo Blanco
INTRODUCCIÓN
▲ La Isquemia Mesentérica Aguda se define como un descenso brusco del riego es-
plácnico que produce lesiones intestinales y/o viscerales de extensión variable y
que pueden llegar a ser irreversibles. Está presente en el 0.9 % de los cuadros de
dolor abdominal de pacientes hospitalizados y en el 0.4% de las laparotomías ur-
gentes, si bien su incidencia está en aumento debido a la mayor longevidad de
la población y mayor supervivencia de enfermos cardiovasculares.
▲ Se caracteriza por la ausencia de signos o síntomas específicos, lo que conlleva
un diagnóstico tardío en la mayoría de las ocasiones. Ésto, a su vez, condiciona
una mortalidad muy elevada (60-85 %), siendo lo más importante en el manejo
de esta patología la sospecha clínica de la misma.
PATOGENIA
▲ El riego sanguíneo intestinal depende de tres fuentes: el Tronco Celíaco, la Arte-
ria Mesentérica Superior y la Arteria Mesentérica Inferior; con múltiples inter-
conexiones entre ellas (Arteria de Riolano, plexo pancreático, Arteria Marginal
de Drummond...) Solamente la obstrucción de la arteria mesentérica superior pro-
ducirá lesiones intestinales.
- Fase de isquemia aguda: previa a la necrosis y potencialmente reversible.
- Fase precoz: el enfermo presenta hiperperistaltismo y dolor cólico abdomi-
nal, pudiendo durar este periodo entre 30 y 60 minutos.
- Fase tardía: se produce un íleo paralítico con dilatación radiológica de asas
intestinales, siendo la duración de esta fase variable según la gravedad de
la isquemia (6 a 24 horas).
- Fase de Infarto Mesentérico: necrosis intestinal irreversible.
Afecta fundamentalmente a intestino delgado (difusa o segmentaria), mesente-
rio y con menor frecuencia colon y otras vísceras. Es en ésta fase cuando es más
frecuente el diagnóstico y tiene menos éxito el tratamiento.
CLÍNICA
▲ El cuadro clínico establecido de isquemia mesentérica fue descrito por primera vez
por Mondor en 1933; caracterizado por dolor abdominal continuo, meteorismo y
vómitos, defensa abdominal, ausencia de ruidos hidroaéreos y estado de shock.
▲ La Isquemia Mesentérica aguda presenta ciertas características que nos deben
hacer sospechar:
- En primer lugar, la disociación que existe entre el dolor abdominal intenso y la
exploración abdominal en las primeras fases del cuadro, que suele ser anodina.
- Se presenta en enfermos en edades superiores a 60 años, que suelen tener an-
tecedentes de patología cardiaca (arritmia, valvulopatía, isquemia o bajo gas-
276
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
▲ FORMAS CLÍNICAS:
1 .- Embolia arterial: 40% de los casos.
- Se acompaña de antecedentes de enfermedad embolígena casi siempre de ori-
gen cardiáco (F.A. crónica o valvulopatía mitral) y de episodios de embolia en
otras localizaciones (50 %).
- La localización más frecuente es en la arteria mesentérica superior a continua-
ción de la salida de la cólica media, con afectación de asas de yeyuno e íleon.
- En la fase inicial se presenta como un dolor abdominal de inicio brusco, acom-
pañado de vómitos y diarrea y con una exploración abdominal anodina. Se
puede acompañar de una discreta leucocitosis y un ligero déficit de bases, pu-
diendo ser normal la Rx de Abdomen.
- En la fase tardía e IRREVERSIBLE, el dolor aumenta en intensidad, apareciendo
defensa e irritación peritoneal a la exploración, hemorragia digestiva y estado
de Shock. En la analítica encontraremos leucocitosis, acidosis metabólica, hi-
peramilasemia, hemoconcentración y elevación de la CPK.
2 .- Trombosis arterial: 30%
- Antecedentes de arteriosclerosis (Isquemia crónica en MMII, cardiopatía isqué-
mica o angor intestinal), aneurisma de aorta o arteritis.
- El dolor se instaura de forma más insidiosa y la afectación intestinal es más di-
fusa, teniendo peor pronóstico.
3 .- Isquemia no oclusiva: 20%
- Se produce por vasoconstricción esplácnica en situaciones clínicas de bajo gas-
to (insuficiencia cardiaca congestiva, enfermedad hepatorrenal, hemodiálisis) o
empleo de drogas vasoactivas; siendo típica de enfermos de U.C.I.
- El dolor es muy inespecífico, estando ausente en un 25 % de los casos; y a ve-
ces se llega al diagnóstico por la presencia de distensión abdominal y hemo-
rragia digestiva. La mortalidad de esta variante llega al 90%.
4 .- Trombosis venosa:
- Aparece en pacientes con antecedentes de trombosis en otras localizaciones o
estados de hipercoagulabilidad.
- La trombosis de las venas mesentéricas produce un infarto hemorrágico de la
pared intestinal y del mesenterio; dando lugar a un dolor progresivo y también
a una elevada mortalidad.
5 .- Isquemia intestinal aguda postoperatoria: tras cirugía cardiaca o vascular.
277
CAPÍTULO 41
DIAGNÓSTICO
Como en todo dolor abdominal severo debemos solicitar de entrada: Hemograma,
Bioquímica (Iones, urea, glucosa y amilasa), Estudio de Coagulación, Gasometría ve-
nosa, Sistemático de Orina, Radiografía de tórax PA y lateral, Radiografía de abdo-
men simple y bipedestación y ECG. A continuación, estableceremos una sospecha clí-
nica del cuadro, y tras realizar un diagnóstico diferencial con otros cuadros clínicos,
valoraremos solicitar una Arteriografía abdominal. Si ésta técnica no está disponible
o resulta negativa solicitaremos TAC helicoidal que además podría descartar otros
procesos que se incluirían en el diagnóstico diferencial.
▲ DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL:
- Pancreatitis aguda (colelitiasis, elevación de amilasa, lipasa)
- Perforación de víscera hueca (úlcera péptica, tumor, neumoperitoneo)
- Obstrucción intestinal (cirugía abdominal previa, hernias, dilatación de asas
con niveles hidroaéreos).
TRATAMIENTO
▲ Quirúrgico: de elección.
Se realiza laparotomía para valorar el estado de las asas intestinales y así realizar
técnicas de revascularización (embolectomía o By-pass), resección intestinal o como
sucede con frecuencia, cerrar el abdomen por la gran extensión de la isquemia.
▲ Médico: iniciarlo en Urgencias.
- Control de TA, frecuencia cardiaca y Tª.
- Reequilibrio hidroelectrolítico: perfusión de cristaloides.
- Control del hematocrito, diuresis, colocación de sonda vesical.
- Antibióticos: Metronidazol a dosis de 500mg cada 8 horas vía intravenosa y
Gentamicina a dosis de 5 mg/ Kg cada 24 horas.
- Anticoagulación con heparina en perfusión.
- Control de la acidosis metabólica: gasometrías seriadas, perfusión de bicarbo-
nato 250 cc 1/6 M. a pasar en 2 horas sí PH < 7.20 ó HCO3 < 20 mEq.
- Colocación de Sonda Nasogástrica.
- Administración de antiácido: Ranitidina 50 mg cada 8 horas vía intravenosa.
278
MANUAL DE PROTOCOLOS Y A CTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Reys P, Doerfler JP. Tácticas y técnicas quirúrgicas ante un infarto mesentérico. En: Horay P,
editor. Enciclopedia Médico Quirúrgica. Técnicas Quirúrgicas en Aparato Digestivo. Paris:
Elsevier; 1998. p. 40/492-40/503.
▲ The acute abdomen and acute gastrointestinal hemorrhage. En: Burkitt, Quick, Gatt, editors
Essential Surgery. Problems, diagnosis and management. Edimburgh: Churchill Livingstone;
1995. p. 234-235.
▲ Rodríguez C, Veras M, Saínz F, Gutiérrez M, Quintana M, Cuenca J. Isquemia mesentérica
aguda. En: Benavides JA, editor. Manual Práctico de Urgencias Quirúrgicas . Hospital Uni-
versitario Doce de Octubre. Madrid: SmithKline Beecham; 1998. p. 557.
279
CAPÍTULO 42
Capítulo 42
SÍNDROME CONFUSIONAL AGUDO
P. E. Jiménez Caballero - C. Marsal Alonso
INTRODUCCIÓN
El Síndrome Confusional Agudo (SCA) puede traducir sólo agitación banal, ser el pri-
mer escalón para un proceso más severo, o ser la manifestación de una patología
grave de base. Algunos autores han establecido que supone hasta un 5% de toda la
patología que llega al Servicio de Urgencias de un hospital general.
CONCEPTO
▲ El Síndrome Confusional Agudo es un cuadro clínico de instauración rápida y po-
tencialmente reversible caracterizado por alteración en las funciones cognitivas
(nivel de conciencia, ATENCIÓN, lenguaje, memoria, percepción), comporta-
miento psicomotor, emoción y ciclo vigilia-sueño. Puede tener un curso fluctuante.
▲ Se considera sinónimo de DELIRIUM (no confundir con delirium tremens etílico,
aunque algunos autores relacionen este último con la forma agitada del SCA) al
estado evolutivo con mayor alteración del nivel de conciencia, o bien, cuando se
asocia a hiperactividad simpática. Se han establecido unos criterios diagnósticos.
(cuadro 42.1)
A) Dificultad para mantener la atención ante estímulos externos y para dirigir la atención de
forma apropiada a estímulos nuevos.
B) Pensamiento desorganizado que se manifiesta a través de un lenguaje vago, irrelevante
e incoherente.
C) Al menos 2 de los siguientes síntomas:
● Alteración del ciclo sueño-vigilia, con insomnio o somnolencia durante el día.
● Deterioro de la memoria.
de una causa orgánica especifica que se estima etiológicamente relacionada con la al-
teración.
● En ausencia de tal evidencia, puede presuponerse un factor etiológico orgánico si la al-
ETIOLOGÍA
▲ Las etiologías más frecuentes (cuadro 42.2) son: a) Enfermedades sistémicas que
afectan secundariamente al cerebro, b) Enfermedades neurológicas y c) drogas o
fármacos, por abstinencia o abuso. (La más frecuente de éstas es la ABSTINEN-
CIA ALCOHÓLICA) En pacientes ancianos la INFECCIÓN URINARIA es una cau-
sa siempre a considerar en Urgencias.
280
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
▲ Ambiente no familiar.
▲ Privación de sueño.
▲ Cambios de habitación.
▲ Realización de pruebas diagnósticas, sobre todo si son invasivas.
▲ Dolor.
DIAGNOSTICO DIFERENCIAL
▲ DEMENCIA: su inicio es más insidioso en meses o años, suele ser irreversible y la
atención y el nivel de conciencia están indemnes al menos al principio. No fluc-
túa a lo largo del día. No hay que olvidar que en pacientes con demencia pue-
den aparecer síndromes confusionales agudos intercurrentes.
▲ CUADROS CONVERSIVOS: la alteración psicopatológica es más selectiva y el
conflicto emocional relacionado con la aparición del cuadro suele ser evidente.
▲ ESQUIZOFRENIA Y ESTADOS MANÍACOS: cursa con claridad de conciencia,
mayor alteración del pensamiento, las alucinaciones suelen ser auditivas.
▲ MELANCOLÍA ESTUPOROSA DEL DEPRESIVO.
TRATAMIENTO
El Síndrome Confusional Agudo es una URGENCIA MÉDICA. Requiere 3 tipos de
abordajes: tratamiento general, sintomático y etiológico.
1) TRATAMIENTO GENERAL:
▲ Estabilización hemodinámica del paciente, asegurando vía aérea, controlando
temperatura, frecuencia cardíaca, tensión arterial, frecuencia respiratoria, y si
fuese necesario sondaje vesical y nasogástrico.
▲ Protección de la camilla con barras laterales, evitando en lo posible la conten-
ción física, que contribuye a la agitación.
▲ Proporcionar un ambiente relajado, acompañado de familiares, fotos, música
plácida, reloj, calendario, evitando fuentes de ruidos y cambios de habitación,
manteniendo una luz tenue por la noche.
▲ Medidas médicas básicas: rehidratación, aporte calórico suficiente y suero glu-
cosado al 5%; administración de vitamina B12 (1 ampolla al día vo o im), vi-
tamina B1 (1 ó 2 ampollas al día im), vitamina B6 (1 ó 2 ampollas iv/im al
día) y vitamina C (1 sobre cada 12 horas vo).
283
CAPÍTULO 42
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Delirio y otros estados confusionales agudos. En: Adams R, Victor M, Ropper A. Principios
de Neurología. 6ª ed. México DF: McGraw-Hill Internacional; 1999. p. 355-364.
▲ Vaquero Cajal F, Losantos Pascual R. Síndromes confusionales agudos, delirium. En: More-
no Martínez JM, editor. Urgencias en neurología. 2ª ed. Madrid: FAES; 1998. p .228-238.
▲ Trzepacz PT. Advances in diagnosis, pathophysiology and treatment. Psychiatr Clin North
Am 1996; 19: 429-448.
▲ Chan D, Brennan N. Delirium: making the diagnosis, improving the prognosis. Geriatrics
1999; 54 (3): 28-42.
▲ American Psychiatric Association. Practice guideline for the treatment of patients with deli-
rium. Am J Psychiatry 1999; 156 Suppl. 5: 1-20.
285
CAPÍTULO 43
Capítulo 43
COMA
P.E. Jiménez Caballero - C. Marsal Alonso
INTRODUCCIÓN
El coma se engloba dentro de los síndromes clínicos por alteración de la conciencia.
Supone el desenlace final de multitud de procesos así como el debut de muchos otros.
Algunos autores han estimado su frecuencia en un 3% de los pacientes que llegan al
Servicio de Urgencias de un Hospital General.
Para su valoración es crucial la anamnesis a través de los testigos y acompañantes.
Si no los hubiera, siempre habrá que tener especial cuidado en diagnosticar y tratar
procesos de etiología precisa y rápidamente reversibles: hipoglucemia, intoxicación
por benzodiacepinas, opiáceos, etc.
CONCEPTOS
El nivel de conciencia se gradua de menor a mayor profundidad en:
▲ CONFUSIÓN: el enfermo es incapaz de pensar con la claridad y rapidez habi-
tuales, su pensamiento se hace incoherente y puede presentar alternancia de pe-
riodos de irritabilidad con otros de ligera somnolencia.
▲ SOMNOLENCIA: el paciente se halla semidormido, pero presenta un rápido des-
pertar y movimientos de defensa ante estímulos dolorosos. Es incapaz de realizar
órdenes sencillas, el habla se limita a pocas palabras o frases cortas, no se da
cuenta de lo que ocurre alrededor y generalmente presenta incontinencia de es-
fínteres.
▲ ESTUPOR: en este estado las actividades mental y física se hallan reducidas al mí-
nimo. Sólo se despierta ante estímulos muy vigorosos y las respuestas son lentas
e incoherentes.
▲ COMA: es incapaz de despertarse, aunque contesta con respuestas primitivas a
estímulos dolorosos. Si el coma es profundo no se obtiene ningún tipo de res-
puesta, desapareciendo reflejos cornéales, pupilares, faríngeos y osteotendinosos.
▲ MUERTE CEREBRAL: también conocido como "Coma Depassé" supone la ausen-
cia de signos de actividad del córtex cerebral o tronco de encéfalo. La respiración
sólo se mantiene artificialmente. (En este estado cabe la posibilidad de donación).
ETIOLOGÍA
El mantenimiento de un adecuado nivel de conciencia requiere la integridad del sis-
tema reticular activador ascendente situado en el tronco encefálico por un lado y de
la corteza cerebral por otro, ambos conectados a través del tálamo. Se deduce fácil-
mente que para que se produzca un coma tendremos que tener afectado el tronco de
encéfalo y/o corteza cerebral. Esta última debe estar difusamente afectada y gene-
ralmente de forma bilateral. La afectación del tronco de encéfalo puede ser primaria
o secundaria a un proceso supratentorial que lo comprima por herniación de masa
encefálica.
Las etiologías más frecuentes se dividen en tres grupos principales (ver cuadro 43.1).
286
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico de un paciente en coma debe componerse de:
A) Diagnóstico sindrómico: es decir, hacer un diagnóstico diferencial con otros pro-
cesos que pueden simular un coma.
B) Diagnóstico topográfico: en la que localizaremos la estructura dañada responsa-
ble del coma.
C) Diagnóstico etiológico: atendiendo especialmente a la anamnesis, exploración fí-
sica y pruebas complementarias.
A) Diagnóstico sindrómico: es el paciente que se ajusta a la definición mencio-
nada y en el que se han descartado otros procesos clínicamente parecidos:
▲ DEMENCIA TERMINAL: progresión lenta de una demencia previa, signos
de larga evolución como la rigidez espástica de las extremidades.
▲ PSEUDOCOMA PSIQUIÁTRICO: (psicosis catatónicas, depresiones profun-
das, reacciones histéricas) se descubren con la anamnesis y la exploración;
generalmente el paciente responde a estímulos dolorosos y "se despierta"
parcial o totalmente.
▲ CUADROS DE HIPERSOMNIA: (narcolepsia, síndromes apneicos) valorar
la clínica que así lo sugiera.
▲ SÍNDROME DEL CAUTIVERIO: también denominado "Locked-in syndrome"
o síndrome de desaferentización. Secundario a lesiones de la vía córtico-
espinal y córticobulbar en la base de la protuberancia. Presentan tetraple-
287
CAPÍTULO 43
▲ TAC CRANEAL: se debe de hacer en todos los pacientes en los que no se co-
nozca la causa del coma y es obligada si se sospecha lesión estructural. Puede
ser normal pese a tener patología orgánica en lesiones isquémicas tempranas,
encefalitis, hematoma subdural isodenso o patología de la fosa posterior.
▲ RMN CRANEAL: obtiene mejor definición en fases precoces de ictus isquémi-
cos o áreas de cerebritis, además de valorar mejor la fosa posterior, sin em-
bargo es poco útil en las hemorragias agudas. No disponible en todos los
hospitales para urgencias.
▲ PUNCIÓN LUMBAR: se debe hacer si se sospecha meningitis, encefalitis o he-
morragia subaracnoidea, o bien, para completar el estudio en pacientes sin
alteración objetivada en la neuroimagen y que aún no estén diagnosticados.
Hacer SIEMPRE DESPUÉS DEL TAC, por el alto riesgo de enclavamiento.
CRITERIOS DE GRAVEDAD
Para valorar la profundidad del coma se ha establecido una escala que valorando la
respuesta ocular, verbal y motora a diferentes estímulos nos da una idea general de la
profundidad del coma, es la "ESCALA DE GLASGOW" que puntúa desde 3 (coma pro-
fundo) a 15 (sujeto normal). Se considerar coma una puntuación menor de 7-8 y se de-
bería intubar. Esta escala valora rápidamente el estado del paciente y se utiliza para
traumatismos craneales, aunque no es útil para enfermedades médicas. (Cuadro 43.2).
TRATAMIENTO
El coma debe de considerarse una EMERGENCIA MÉDICA y por lo tanto la actuación
debe ser lo más rápida posible. El tratamiento puede iniciarse incluso antes que el
diagnóstico etiológico si la situación del paciente así lo aconseja. Básicamente con-
siste en: 1) Medidas iniciales de urgencia, 2) Medidas generales y por último 3) Me-
didas etiológicas.
1.- MEDIDAS INICIALES DE URGENCIA:
▲ Lo primero que debemos hacer es mantener libre la vía aérea (guedel, aspirar
secreciones), una vez realizado ésto se valorará la necesidad de oxigenación
mediante ambú o intubación y ventilación asistida (siempre por personal expe-
rimentado), teniendo en cuenta en pacientes con traumatismos la inmovilización
cervical.
▲ Después se procederá a la estabilización hemodinámica, revirtiendo situaciones
de shock con reposición de líquidos, cierre de posibles heridas, así como trata-
miento de las alteraciones del ritmo cardíaco. Simultáneamente se canaliza la
vía parenteral se obtienen muestras sanguíneas para analítica.
▲ Posteriormente se administra una ampolla de vitamina B1 y 20 cc de suero glu-
cosado al 50%, para tratar hipoglucemia o alcoholismo. Si no se recupera y pu-
diéramos estar ante una sobredosis de opiáceos y/o intoxicación por benzio-
diacepinas se administran 2 ampollas i.v. de naloxona y 2 ampollas de
flumacenil respectivamente.
▲ Una vez estabilizado paciente y llevados a cabo las primeras medidas terapéu-
ticas deberemos seguir con el diagnóstico etiológico si es posible.
2. MEDIDAS GENERALES:
▲ Colocación de barras laterales e incluso sujeción mecánica, con elevación de la
cabecera a 30º.
▲ Aspiración de secreciones y fisioterapia respiratoria.
▲ Sondaje nasogástrico y vesical.
▲ Evitar escaras mediante cambios posturales y protección-lubricación ocular.
3. MEDIDAS ETIOLÓGICAS:
En función de la causa subyacente (ver capítulo correspondiente según la etiología).
▲ Si es una lesión orgánica podría precisar tratamiento quirúrgico.
292
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Coma y otros trastornos relacionados del conocimiento. En: Adams R, Victor M, Ropper A.
Principios de neurología. 6ª ed. México DF: McGraw Hill Internacional; 1999. p. 302-322.
▲ Urbano-Márquez A, Estruch R. Generalidades: Coma y otros trastornos de la conciencia. En:
Farreras. P, Rozman C, editores. Medicina Interna. 12ª ed. Barcelona: Doyma; 1992. p.
1326-1330.
▲ Martín Araguz A, Ruiz Aláez A. Comas. En: Moreno Martínez JM, editor. Urgencias en Neu-
rología. 2ª ed. Madrid: FAES; 1998. p. 264-278.
▲ Plum F, Posner JD. The diagnosis of stupor and coma. 3th. ed. Philadelphia: Davis Co; 1980.
▲ Trastornos de la vigilancia. En: Zarranz JJ, editor. Neurología. 2ª ed. Madrid: Harcourt Bra-
ce; 1998. p. 173-193.
293
CAPÍTULO 44
Capítulo 44
ACCIDENTE CEREBROVASCULAR AGUDO
P.E. Jiménez Caballero - J.A. Garrido Robres
INTRODUCCIÓN
▲ Los accidentes cerebrovasculares (ACV) son uno de los procesos médicos más fre-
cuentes de nuestros hospitales, suponen el 50 % de los ingresos de los Servicios
de Neurología. Según la OMS representa la tercera causa más frecuente de
muerte, tras el cáncer y otras enfermedades cardiovasculares, y es la primera
causa de invalidez en los adultos. Tienen gran impacto socioeconómico tanto por
la atención que requieren en fase aguda como en sus secuelas.
▲ En los últimos años el tratamiento de la fase aguda del ACV está sufriendo una
profunda revisión. Actualmente ya existen en algunos hospitales Unidades de Pa-
tología Cerebrovascular para tratar la fase aguda de estos procesos puesto que
el pronóstico va a depender en gran medida de la atención dispensada en dicha
fase del ACV.
CONCEPTO
Se entienden por ACV aquellos trastornos en los que hay un área cerebral afectada
de forma transitoria o permanente por isquemia o hemorragia y/o cuando uno o más
vasos sanguíneos cerebrales estén afectados por un proceso patológico. Englobaría
la isquemia cerebral, la hemorragia intraparenquimatosa y la hemorragia subarac-
noidea.
El término de ictus es poco apropiado por la falta de contenido que presenta (viene
del griego y significa repentino), aunque lo usemos por su universalidad.
CLASIFICACIÓN
Los ACV se clasifican por su mecanismo etiopatogénico en isquémicos y hemorrágicos.
1) ISQUÉMICOS:
Suponen el 80% de los ACV, que a su vez se clasifican:
A) Según su etiología y clínica:
▲ Aterotrombóticos: suponen el 60-70 %. La causa más frecuente es la arterioscle-
rosis. La placa de ateroma puede ulcerarse y ocluir la luz vascular (trombosis), o
desprender pequeños fragmentos de calcio, colesterol o agregados fibrinopla-
quetarios (émbolos arterioarteriales). Suelen localizarse a nivel del cayado aórti-
co o de la bifurcación de la carótida común.
▲ Cardioembólicos: debidos a la oclusión de una arteria por un émbolo que procede
de un corazón patológico, con arritmias y/o dilatación de cavidades cardiacas. La
fibrilación auricular es la cardiopatía embolígena más frecuente. Otras posibles
etiologías son: infarto de miocardio, cardiopatía reumática, prótesis valvulares, tu-
mores cardiacos, endocarditis, miocardiopatía dilatada, enfermedad del seno.
▲ Lacunares: lesión en arteriolas perforantes cerebrales en pacientes con HTA y
otros factores cardiovasculares. Dan una serie de cuadros clínicos característicos;
hemiparesia motora pura, síndrome hemisensitivo puro, hemiparesia-ataxia, di-
sartria-mano torpe, síndrome sensitivo-motriz, síndrome pseudobulbar y síndro-
mes lacunares atípicos.
294
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
DIAGNÓSTICO
- Hay que separar por un lado la patología isquémica y las hemorragias intracere-
brales que producen clínica de DÉFICIT NEUROLÓGICO FOCAL AGUDO, y por otro
las hemorragias subaracnoideas que producen un cuadro de CEFALEA CON O SIN
SÍNDROME MENÍNGEO Y/O FOCALIDAD NEUROLÓGICA ASOCIADA.
▲ Así mismo la instauración y progresión del cuadro nos harán pensar en una u
otra etiología: los hemorrágicos y embólicos suelen tener un inicio brusco diur-
no, mientras que los aterotrombóticos suelen tener un inicio más insidioso y fluc-
tuante, apareciendo al despertar. De igual modo los hemorrágicos suelen aso-
ciarse a cefalea, vómitos y crisis comiciales y los embólicos se sugieren ante una
afasia de Wernicke, alexia sin agrafia o hemianopsia. De todos modos la clí-
nica sólo es orientativa.
▲ Determinados síntomas aislados no deben ser considerados de entrada como
AIT: síncope, episodios confusionales agudos, amnesia global o parcial transi-
torias, disartria aislada, la diplopía aislada, los escotomas y fotopsias aisladas
y el vértigo aislado.
II. EXPLORACIÓN FÍSICA: se realizará una exploración general buscando soplos ca-
rotídeos, soplos cardiacos y signos de arteriopatía periférica. En el fondo de ojo
se valorarán signos de hipertensión crónica y edema de papila. Valoración de
constantes vitales. La exploración neurológica se hará sistemática y lo más preci-
sa posible para ayudarnos en el diagnóstico topográfico (cuadro 44.1).
VERTEBROBASILAR
▲ Variada presentación.
▲ Coma con reflejos oculocefálicos abolidos y reflejo cutaneoplantar extensor bilateral.
▲ Síndrome de cautiverio.
▲ Combinación variable de afectación de nervios craneales (diplopía, vértigo, disfagia, pare-
sia facial, alteración de la motilidad lingual); cerebelo (disartria, ataxia, signos cerebelosos);
alteración del nivel de conciencia y vía piramidal bilateral.
2) HEMORRAGIA SUBARACNOIDEA
El cuadro clínico es característico: cefalea intensa y brusca a veces en relación con es-
fuerzos, siendo inconstante el síndrome meníngeo con náuseas, vómitos y rigidez de
nuca. Es posible la focalidad neurológica.
▲ DIAGNÓSTICO SINDRÓMICO: el primer eslabón es el TAC sin contraste obje-
tivándose una hiperdensidad en el espacio subaracnoideo. Si fuese negativo y
tenemos gran sospecha, se realizará punción lumbar recogiendo la muestra en
3 tubos numerados. El LCR debe permanecer igual de hemático en los tres tu-
bos, con sobrenadante amarillento tras la centrifugación (Xantocromía), discre-
ta pleocitosis mononuclear y aumento leve de proteínas.
▲ DIAGNÓSTICO ETIOLÓGICO Y TOPOGRÁFICO: la arteriografía es la prueba
de elección, que se debe realizar pasadas 24 horas tras la estabilización del
paciente, excepto en el caso que se vaya a realizar tratamiento quirúrgico o en-
dovascular inmediato. Si estuviera contraindicada se hará angio-resonancia o
TAC helicoidal aunque tienen peor rendimiento.
▲ VALORACIÓN DEL VASOESPASMO: mediante doppler transcraneal se realiza
el diagnostico y el seguimiento.
TRATAMIENTO
Supone tres frentes terapéuticos que comprenden:
1.- Medidas generales: son la base del mismo y las que más influyen en el pronósti-
co final. Valen para todos los tipos de ACV.
2.- Prevención y tratamiento de complicaciones.
3.- Tratamiento específico.
1.- MEDIDAS GENERALES:
1) Permeabilidad y protección de la vía aérea, especialmente en pacientes que
presenten disminución del nivel de conciencia. En muchos casos bastará mante-
ner al paciente semiincorporado para evitar la broncoaspiración, en otras oca-
297
CAPÍTULO 44
ACV embólico
Infarto Antiagregación*
TAC urgente Hemorrágico Reevaluación en
7-10 días.
Ausencia de
hemorragia
* Una vez resuelto el sangrado, tratamiento con
dicumarínicos desde el inicio salvo en casos de alto riesgo
Hedparinización 400
UI/kg/día/IV
perfusión continua
Dicumarínicos a
partir del 5º-7º día
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Enfermedades vasculares cerebrales. En: Adams R, Victor M, Ropper A. Principios de neu-
rología. 6ª ed. Mexico DF: Mc Graw-Hill Internacional; 1999. p. 674-758.
▲ Castillo J, Chamorro A, Dávalos A, Díez Tejedor E, Galván C, Matías-Guiu J y cols. Aten-
ción multidisciplinar del ictus cerebral agudo. Med Clín (Barc) 2000; 114: 102-106.
▲ Alvarez Sabín J, Castillo Sánchez J, Díez Tejedor E, editores. Protocolos Diagnóstico-Tera-
peúticos en Patología Cerebrovascular. Grupo de Estudios de Enfermedades Cerebrovascu-
lares de la Sociedad Española de Neurología. Barcelona: URIACH; 1999.
▲ Diez Tejedor E. La Enfermedad cerebrovascular en la atención primaria de salud. Barcelo-
na: Grupo Ferrer; 1998.
▲ Enfermedades vasculares cerebrales. En: Zarranz JJ, editor. Neurología. 2ª ed. Madrid: Har-
court Brace; 1998. p. 329-418.
301
CAPÍTULO 45
Capítulo 45
CEFALEA
M.J.Ojalvo Holgado - J.A. Garrido Robres
INTRODUCCIÓN
La cefalea representa uno de los motivos de consulta más frecuente en el área de Ur-
gencias. Ante un paciente que acude por cefalea es fundamental diferenciar si nos
encontramos ante una cefalea primaria o secundaria ya que la actitud terapéutica es
radicalmente diferente. Para ello debemos realizar una anamnesis y exploración cui-
dadosas, valorando el patrón temporal del proceso y siguiendo una sistemática que
nos ayude a enfocar correctamente el caso. Por estas razones, y aún más en el área
de Urgencias, hay que establecer las características propias de cada tipo de cefalea
para poner en práctica el tratamiento oportuno.
CONCEPTO
Cefalea, cefalalgia o dolor de cabeza se denomina al síntoma que aparece en diver-
sas circunstancias. Puede ocurrir de forma aislada, formando parte de un cuadro
agudo más complejo (migraña), o ser parte de un proceso subyacente (hemorragia
subaracnoidea, tumor cerebral, meningitis, alteraciones metabólicas).
CLASIFICACIÓN
C. PRIMARIAS (no alteración cerebral C. SECUNDARIAS (alteración cerebral
subyacente). subyacente).
▲ Migraña. ▲ Traumatismo craneal.
▲ Cefalea de tensión. ▲ Trastornos vasculares.
▲ Cefalea en acúmulos. ▲ Enfermedad intracraneal de origen
▲ Hemicránea paroxística crónica. no vascular.
▲ Miscelánea: cefalea punzante idio- ▲ Ingesta o supresión de determinadas
pática, c. por compresión externa, c. sustancias.
benigna de la tos, c. asociada a ▲ Infección no cefálica.
ejercicio físico y actividad sexual. ▲ Trastornos metabólicos.
▲ Cefalea crónica diaria. ▲ Alteración de estructuras faciales o
craneales (ojos, oídos, nariz y senos,
mandíbulas, etc).
▲ Neuralgias craneales y faciales.
Cefalea aguda,
subaguda progresiva o
cambio de cefalea previa
Deterioro nivel
conciencia. *No focalidad Normal Elevada
Persiste el No HTIC
dolor
Biopsia Tto.
TAC temporal
Tumor Hipertensión
Seguimiento Hematoma Intracraneal benigna REEVALUACIÓN
clínico Abceso Meningitis
HSA HSA
En general siempre TAC antes de P.L (salvo que no sea posible realizarlo en menos de 15 minutos y haya una
sospecha clara de meningitis aguda bacteriana).
HSA: hemorragia subaracnoidea; P.L: punción lumbar; Hª: historia; HTIC: hipertensión intracraneal; VSG: ve-
locidad de sedimentación globlular.
305
CAPÍTULO 45
Migraña 10-35 Hemicraneal 4-72 horas Variable Moderada- Pulsátil M>H Náuseas,
años severa vómitos,
fotofono-
fobia
Cefalea 15-40 Unilateral 15-180 min. Diariamente Intensísima, Severa H>M Inyección
en años retroorbitaria durante penetrante conjuntival,
acúmulos semanas o lagrimeo,
varios meses miosis,
rinorrea
HSA Cq. Global, Variable Única Agudísima, Explosiva Cq. n/v, rigidez
edad Occípito- atroz nuca, p.
nucal conciencia
Hemicránea Adulto Unilateral, 2-45 min. >5 veces Intensísima Severa M>H Inyección
paroxística orbitario o al día conjuntival,
crónica temporal lagrimeo,
rinorrea
EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS
▲ Prácticamente la única indicación para la solicitud de una analítica es la sospe-cha
de una arteritis de la temporal, midiendo la VSG.
▲ Valoración de prueba de neuroimagen ante manifestaciones clínicas de alarma de
una cefalea.
▲ Se realizará punción lumbar si: 1) clínica altamente sospechosa de HSA con TAC
craneal normal, 2) cuadro infeccioso con síndrome meníngeo, previa realización
de TAC craneal y, 3) para medir presión de LCR ante sospecha de hipertensión in-
tracraneal benigna (con TAC craneal normal). Antes de una P.L. debe realizarse
previamente estudio de coagulación y bioquímica elemental.
TRATAMIENTO
1. GENERALIDADES:
- La decisión terapéutica ante la cefalea debe ir precedida por una correcta actitud
diagnóstica: la anamnesis y exploración física, en la gran mayoría de los casos,
permitirán establecer el diagnóstico.
- Se debe iniciar el tratamiento con el fármaco que menos contraindicaciones tenga
para el paciente.
- Es fundamental utilizar la dosis adecuada y, en la mayoría de los casos, al princi-
pio de la cefalea.
- Evitar utilizar preparados comerciales con combinación de varios analgésicos, pues
suelen tener dosis insuficientes con el peligro de favorecer el cuadro de cefalea cró-
nica diaria.
2. MIGRAÑA:
2.1 - Conocer, y si es posible, suprimir los factores desencadenantes.
2.2 - El tratamiento sintomático se basa en analgésicos simples, AINEs, antieméticos
y agonistas serotoninérgicos 5-HT 1B/1D. Estos últimos, en el caso de migraña con
aura, se administrarán cuando haya pasado el aura, y están contraindicados en la
migraña basilar, hemipléjica, retiniana y en la migraña con aura prolongada o com-
plicada.
- Fármacos habituales para el tto. sintomático:
▲ Analgésicos / AINEs: Generalmente c/8h.
● Aspirina: dosis: 500-1000 mg. vo.
● Naproxeno: dosis: 500-1000 mg. vo.
● Ibuprofeno: dosis: 600-1200 mg. vo.
● Diclofenaco sódico: dosis: 50-100 mg. vo / v.rectal
● Ketorolaco: dosis: 30-60 mg. parenteral o 10 mg. vo.
● Dexketoprofeno: dosis 25-50 mg. vo.
● Paracetamol: dosis: 1000 mg. vo.
● Metamizol magnésico: Cap. 0,575 gr, o amp. 2 gr.
▲ Antieméticos:
● Metoclopramida: dosis: 10 mg. vo / parenteral.
● Domperidona: dosis: 10-30 mg. vo.
▲ Agonistas serotoninérgicos 5-HT 1B/1D:
● Sumatriptán: dosis: 50-100 mg. vo., 20 mg. intranasal, 6 mg. parenteral.
● Naratriptán: dosis: 2,5-5 mg. vo.
● Zolmitriptán: dosis: 2,5-5 mg. vo.
● Rizatriptán: dosis: 10 mg. vo.
● Almotriptán: dosis: 12.5 mg. vo.
307
CAPÍTULO 45
LEVE-MODERADA MODERADA-SEVERA
3. ESTATUS MIGRAÑOSO:
Se denomina estatus a un episodio de migraña con cefalea de duración superior a 72
horas a pesar del tratamiento. Pueden existir intervalos sin cefalea inferiores a 4 horas
(sin incluir el periodo de sueño). Suele asociarse con el abuso prolongado de fárma-
cos (analgésicos, ergóticos y triptanes). Las náuseas y vómitos suelen ser severos.
Dentro de las cefaleas primarias es la que realmente requiere tratamiento más inten-
so y en muchos casos incluso ingreso hospitalario si no responde al mismo. Consi-
derarlo también si la cefalea es muy intensa, requiere tto. parenteral y reposición de
líquidos o ha persistido más de 5 días, en ausencia de abuso de medicación.
Si mejoría Si falla
4. CEFALEA TENSIONAL:
- Tratamiento sintomático. Debe evitarse al máximo el consumo de medicación sinto-
mática, sobre todo en los casos que las crisis sean frecuentes. Los fármacos de 1ª
elección son los AINEs a dosis similares que en la migraña. Mucho cuidado con los
fármacos que producen dependencia y/o cefalea crónica por abuso (sobre todo los
que llevan en su composición cafeína y/o codeína, y ergóticos).
- Tratamiento preventivo. Se instaurará en los casos de cefalea recurrente y en fun-
ción de la frecuencia, duración e intensidad del dolor, así como de la respuesta al
tratamiento sintomático. Los antidepresivos tricíclicos son de 1ª elección (amitriptili-
na, 25 mg./noche vo.); los ISRS son una alternativa eficaz.
5. CEFALEA EN ACÚMULOS:
La clínica de la cefalea en acúmulos se puede producir de dos formas:
309
CAPÍTULO 45
1.- Episódica. Los períodos de acúmulo duran entre 7 días y 1 año, generalmente en-
tre 2 semanas y 3 meses, separados por períodos sin dolor que duran 14 días o más.
2.- Crónica. Los períodos de acúmulo se producen durante más de 1 año sin remi-
siones o con remisiones que duran menos de 14 días.
El tratamiento sintomático y preventivo deben utilizarse asociados desde el inicio del
racimo.
- Tratamiento sintomático de los ataques.
- Sumatriptán: 6 mg. subcutáneos para cada ataque, que se puede repetir hasta
12 mg/24 h.
- Oxígeno con mascarilla al 100 % a 8-10 litros/min. durante 15 minutos.
- Tratamiento preventivo.
- Variante episódica:
1. Prednisona: 40-80 mg. vo. en dosis matutina. Mantener hasta dos semanas li-
bre de dolor y posteriormente supresión gradual en 2-3 semanas. Se reco-
mienda su administración sola o asociada a verapamilo .
2. Verapamilo: 240-360 mg./día vo. repartidos en 3-4 tomas. Mantener hasta
dos semanas libre de dolor y después reducir 80 mg. cada 3 días.
3. Carbonato de litio: 200-400 mg./12 horas vo., hasta mantener un nivel plas-
mático de litio de 0,5-1,0 mEq./l. Se utiliza si ha fracasado lo anterior. Mante-
ner hasta dos semanas libre de dolor, y reducir 150 mg. cada 3 días.
4. Si fracasa lo anterior valorar valproato, asociaciones verapamilo + litio.
- Variante crónica:
1. Carbonato de litio: 200-400 mg./12 horas. Es el fármaco de elección, solo o
asociado a verapamilo. Control de la litemia, función renal y tiroidea. Contra-
indicado en insuficiencia renal crónica e hipotiroidismo. Si la cefalea desapa-
rece mantener el tratamiento 1 mes y suspender. Si no tolera el litio o persiste
la cefalea asociar:
2. Verapamilo: 240-360 mg./día vo. repartidos en 3-4 tomas. Si no hay mejoría
asociar:
3. Tartrato de ergotamina: 1-2 mg./día vo/vr. Tener en cuenta las con-traindica-
ciones, efectos adversos y riesgo de ergotismo.
4. Si fracasa lo anterior valorar capsaicina, valproato, clorpromazina y ci-rugía
en casos excepcionales.
6. NEURALGIA DEL TRIGÉMINO:
Constituye el 90 % de las algias faciales. En el 10 % de los casos son neuralgias sin-
tomáticas. La edad de comienzo suele ser a partir de los 50 años (en la presentación
juvenil debe descartarse neuralgias sintomáticas).
- Tratamiento sintomático:
1. Carbamacepina: es el tratamiento de elección. Dosis: 600-1200 mg/día vo. Se
empieza con dosis de 200 mg/día y se va aumentando cada 3-4 días 100 mg
hasta llegar a 600 mg. Necesita controles hemáticos periódicos.
2. Baclofén: empezar con 5 mg. /8 h. hasta llegar si es preciso a dosis de 75 mg./
día dividido en tres tomas vo.
3. Clonazepám: se suele dar asociado a carbamacepina a dosis máximas de 20
mg./día vo. y con escalada progresiva.
4. Fenitoína: 200-400 mg./día vo.
5. Gabapentina: experiencia corta con este fármaco en este tipo de patología. Se
administra en dosis de 900-2.400 mg./día vo. con escalada progresiva, em-
pezando por 300 mg./ 8 horas.
310
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Laínez Andrés JM. Diagnóstico diferencial y tratamiento de la jaqueca. Madrid: Ediciones
Ergón; 1998.
▲ Leira R, Díez Tejedor E, Laínez JM, Pascual J. Actitud diagnóstica y terapéutica en la cefa-
lea. Grupo de estudio de cefalea de la Sociedad Española de Neurología. Madrid: Edicio-
nes Ergón; 1999.
▲ Lledó Macau A. Cefalea. En: Pérez Sempere A, Martínez Menéndez B. Manual de Urgen-
cias Neurológicas. Madrid: Ediciones Ergón; 1993. p. 103-113.
▲ Silberstein SD, Lipton RB, Goadsby J. Headache in Clinical Practice. Oxford: Isis Medical;
1998.
▲ Castro MD, Díaz R, Matilla B. Cefaleas y algias faciales. En: Acedo MS, Barrios A, Díaz R.
Manual de diagnóstico y terapéutica médica. 4ª ed. Madrid: Grupo MSD; 1998. p. 65-72.
▲ Calero S et al. Curso de cefaleas en Atención Primaria. Formación Médica Continuada en
Atención Primaria 1999; 6 (10): 1-85.
311
CAPÍTULO 46
Capítulo 46
CRISIS COMICIALES
M.J. Ojalvo Holgado - C.I. Cabeza Alvarez
INTRODUCCIÓN
Las crisis epilépticas son algunos de los procesos neurológicos más frecuentes que se
pueden ver en el área de Urgencias; una de cada 20 personas sufrirá una crisis epi-
léptica a lo largo de su vida. Una de cada 200 sufrirán crisis de repetición. La inci-
dencia de la epilepsia se estima en torno a 20-70 por 100.000 habitantes y año (se-
gún las distintas series) variando notablemente con la edad.
CONCEPTO
Es importante diferenciar entre crisis comicial y epilepsia. Las crisis comiciales son
episodios que reflejan alteración cerebral como consecuencia de una descarga neu-
ronal excesiva, hipersíncrona y simultánea.
La epilepsia, según la OMS, se define como una afección crónica de diferentes etio-
logías caracterizada por la repetición de crisis debidas a una descarga excesiva de
las neuronas cerebrales asociadas eventualmente a síntomas clínicos y paraclínicos.
No se considera epilépticos a aquellos individuos que padecen crisis agudas sinto-
máticas, es decir, en el contexto de patologías agudas accidentales tales como ACV,
encefalitis, etc.
CLASIFICACIÓN
1.- SEGÚN EL TIPO DE CRISIS: (cuadro 46.1)
Cuadro 46.1: Clasificación internacional del tipo de crisis-liga internacional
contra la epilepsia
I) CRISIS PARCIALES -evidencia clínica/ EEG de comienzo focal.
A - Crisis parciales simples (sin afectación de la conciencia)
- Con síntomas motores.
- Con síntomas sensitivos.
- Con síntomas vegetativos.
- Con síntomas psíquicos
B - Crisis parciales complejas (con afectación de la conciencia).
- Comienza como CPS y posteriormente se afecta la conciencia.
- Sin otros síntomas.
- Con automatismos.
- Comienza con afectación de la conciencia.
- Sin otros síntomas.
- Con síntomas de CPS.
- Con automatismos.
C - CPS o CPC que se generaliza secundariamente.
II) CRISIS GENERALIZADAS (convulsivas/ no convulsivas).
A - Ausencias.
- Ausencia simple.
- Ausencia atípica.
B - Mioclónicas.
C - Clónicas.
D - Tónicas.
E - Tónico-clónicas.
F - Atónicas.
III) CRISIS EPILÉPTICAS NO CLASIFICADAS -todas aquellas crisis que no se incluyen en los tipos
anteriores, ya sea por falta de datos o porque no se ajustan a ellas.
312
MANUAL DE PROTOCOLOS Y A CTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
3) PUNCIÓN LUMBAR:
Indicaciones de realizar punción lumbar:
- Sospecha de infección del SNC.
- Sospecha de HSA.
- Diagnóstico etiológico dudoso.
(SIEMPRE PREVIA REALIZACION DE TAC CRANEAL).
CRITERIOS DE INGRESO
- Status epiléptico.
- Varias crisis en 24 horas.
- Sospecha de patología subyacente.
- Necesidad de un estudio rápido.
- Determinadas situaciones sociales (presión familiar, nadie que se haga cargo, etc).
318
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
BIBLIOGRAFÍA
▲ Arroyo S, Campistol J, Comes E, Fossas P, Martínez I, Padró Ll y cols. El tratamiento de las
epilepsias. Guía terapéutica de la Societat Catalana de Neurología. Rev Neurol 1999; 29;
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▲ Willmore LJ. Epilepsy emergencies: the first seizure and status epilepticus. Neurology 1998;
51: 534-538.
▲ Castro Vilanova MD, Hernández Laín A, Ferreiro Sieiro A. Crisis comiciales. En: Acedo Gu-
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Manual de diagnóstico y terapéutica médica. 4ª ed. Madrid: Grupo MSD; 1998. p. 745-
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▲ Lowenstein DH. Status epilepticus: an overview of the clinical problem. Epilepsia 1999; 40:
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▲ Oller-Daurella L, Oller Ferrer-Vidal L, Martínez-Lage JM, Viteri-Torres C, Martínez-Lage Al-
varez P, Codina Puiggros A y cols. Epilepsia. En: Codina Puiggros A, editor. Tratado de Neu-
rología. Barcelona: ELA Editorial; 1994. p. 685-731.
▲ Engel J Jr, Pedley TA. Epilepsy: A comprehensive textbook. Philadelphia: Lippincott-Raven Pu-
blishers; 1997.
319
CAPÍTULO 47
Capítulo 47
MAREOS Y VÉRTIGOS
M.J. Ojalvo Holgado - E. Cano Vargas-Machuca
G. Sanjuán de Moreta - J. A. Jiménez Antolín
INTRODUCCIÓN Y CONCEPTOS
▲ El "mareo", después de la cefalea, es la 2ª entidad en frecuencia que se suele
atender en el área de Urgencias las especialidades de Neurología y ORL. Se pue-
de corresponder con múltiples procesos e incluso sintomatologías y, a veces, la
descripción que hace el paciente de lo que le ocurre puede ser francamente difí-
cil de entender, complicando su valoración.
▲ Puede ser secundario a múltiples procesos y pueden verse implicados numerosos
sistemas como: aparato vestibular y sus vías, sistema oculomotor, aparato cardio-
vascular o diversas enfermedades sistémicas que a su vez producen alteraciones
a varios niveles (anemia, alteraciones endocrinológicas...)
▲ Generalmente, el mareo se puede catalogar en distintos tipos:
A) Ilusión de movimiento (VÉRTIGO).
B) Alteraciones del equilibrio o de la marcha (DESEQUILIBRIO).
C) Sensación de caída inminente o desmayo (SÍNCOPE O PRESÍNCOPE).
D) Mareo psicógeno.
E) Mareo fisiológico (CINETOSIS).
F) Mareo multisensorial.
MAREO: ETIOLOGÍA
A) PRESÍNCOPE:
Habitualmente se describe como sensación de desmayo inminente. Suele ir prece-
dido por pródromos como sudoración, palidez, visión borrosa o acúfenos, y ge-
neralmente si no se adopta la posición de decúbito, deterioro del nivel de concien-
cia. Sus causas son las siguientes:
- Hipotensión ortostática.
- Crisis vasovagales.
- Disminución del débito cardiaco (IAM, arritmias, etc).
B) DESEQUILIBRIO:
Los pacientes lo refieren como inestabilidad en la marcha, sin vértigo asociado. Es
secundario a alteraciones del sistema vestibular, propioceptivo, cerebeloso, visual,
extrapiramidal, etc.
C) MAREO FISIOLÓGICO:
Es el provocado por los movimientos. Se da en personas normales.
D) MAREO MULTISENSORIAL:
Se da sobre todo en ancianos. Se ven implicados diversos factores; alteraciones
en el sistema vestibular, visual, propioceptivo, neuromuscular, esquelético y tam-
bién factores yatrogénicos.
E) MAREO PSICÓGENO:
El mareo agudo se produce como consecuencia de un síndrome de hiperventila-
ción, que desciende el dióxido de carbono en la sangre, lo que a su vez provoca
vasoconstricción y disminución del flujo cerebral. Se suele acompañar de pareste-
sias peribucales y en zona distal de extremidades. Puede haber mareo crónico
descrito como "flotabilidad".
320
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
F) MISCELÁNEA:
Aquellos que se encuentran dentro de los síntomas de una enfermedad:
▲ Enfermedades hematológicas (anemia, policitemia, disproteinemia, etc).
▲ Enfermedades endocrinológicas (diabetes, hipertiroidismo, etc).
▲ Otras (neoplasias, etc).
En ocasiones determinados fármacos pueden favorecer la aparición de esta sinto-
matología (anticomiciales, alcohol, sedantes, algunos antibióticos como los ami-
noglucósidos).
Estoy mareado
Cardíaco
VÉRTIGO: CONCEPTO
Dentro del término mareo merece una especial atención aquel que describe el pa-
ciente como ilusión de movimiento, es decir, el vértigo. Se produce por afecciones de
los órganos vestibulares o de sus vías. Hay que distinguir entre vértigo y otras sensa-
ciones que se puede calificar como tal. Habitualmente se clasifican los vértigos en dos
subtipos: central y periférico. La distinción entre los dos es de vital importancia por-
que el enfoque y el manejo son diferentes. (Cuadro 47.2)
El vértigo se suele asociar a fenómenos vegetativos más o menos intensos y, en de-
terminadas ocasiones, aumenta con los movimientos cefálicos. El síndrome vestibular
es aquel que integra las siguientes características: vértigo, nistagmo y alteración del
equilibrio.
DIAGNÓSTICO
A.- Anamnesis:
Se debe realizar una historia clínica exhaustiva de cara a catalogar los diversos ti-
pos de mareo, sobre todo diferenciar el vértigo central del periférico, ya que el enfo-
que, manejo y pronóstico van a ser diferentes. Nos pueden ayudar varios datos:
322
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
1) Perfil temporal:
▲ Frecuencia y antigüedad de la sintomatología: (cuadro 47.3) es importante
constatar si es la primera crisis que padece o ha tenido crisis anteriores de ca-
racterísticas similares, así como si es un hecho aislado o se reproduce con cier-
ta frecuencia. En la neuronitis vestibular es característico que padezcan una so-
la crisis, mientras que en el vértigo de Meniére, la migraña, el vértigo posicional
paroxístico benigno (VPPB) o la insuficiencia vértebrobasilar refieren numero-
sas crisis. En los cuadros presincopales la aparición de la sintomatología es más
o menos aguda, y siempre aparecen en bipe o sedestación y no suelen recurrir
de forma numerosa a menos que haya un proceso subyacente.
▲ Duración de la crisis: la prolongación en el tiempo es muy importante pues nos
indicará la intensidad de la afectación, orientándonos al diagnóstico.
- Vértigo de segundos de duración (normalmente menos de 1 minuto) nos
orienta hacia un VPPB o un presíncope.
- Vértigo de minutos de duración (entre 5 y 20 minutos) nos orienta hacia una
migraña, insuficiencia vértebro-basilar o isquemia laberíntica transitoria.
- Vértigo de horas de duración (entre 20 minutos y 48 horas) nos orienta ha-
cia una enfermedad de Menière o vestibulopatía recurrente.
- Vértigo de días de duración (entre 2 días y 1 semana) nos orienta a una neu-
ronitis vestibular o una laberintitis.
▲ Desencadenamiento de la crisis:
- En relación con los movimientos cefálicos o cambios posturales, si se desenca-
dena una crisis es sugerente de un VPPB. Aunque debemos insistir en que to-
dos los vértigos se agravan con los movimientos cefálicos, cuando se trata de
un VPPB, éste no se agrava sino que se desencadena con dichos movimientos.
- Si se desencadena con la maniobra de Valsalva, sugiere el diagnóstico de
fístula perilinfática o de enfermedad cardiovascular.
2) Síntomas acompañantes:
Las náuseas y vómitos acompañan a la mayor parte de crisis vertiginosas, a la mi-
graña y al presíncope.
La existencia de hipoacusia, acúfenos y plenitud auditiva, nos orienta hacia un
Síndrome de Menière.
La disartria, la diplopia o las parestesias nos debe dirigir hacia una posible insu-
ficiencia vertebro-basilar transitoria.
La sudoración, palpitaciones, opresión torácica, disnea y parestesias son síntomas
más propios de un ataque de pánico que de un proceso vestibular.
ciarse distintos tipos de nistagmos y otros tipos de discinesias oculares, así como
otras anomalías en la exploración neurológica.
G) Epilepsia
En determinadas crisis epilépticas, sobre todo aquellas que involucran al lóbulo
temporal, puede haber vértigo asociado. Sin embargo, es raro que no se acom-
pañe de otra sintomatología neurológica.
H) Vértigo - patología cervical
Aunque no se trata de un vértigo central, merece la pena hacer mención sobre es-
ta asociación, ya que no es infrecuente que el paciente refiera molestias cervica-
les y vértigo. En general entran en esta categoría aquellos trastornos del equilibrio
de escasa duración, secundarios a una torsión del cuello y que se acompañan nor-
malmente de contractura muscular cervical.
BIBLIOGRAFÍA
▲ Portera Sánchez A, Pérez Sempere A, Codina Puiggros A, García Arumi AM. Mareo, vérti-
go (Sd. vestibular) y otros trastornos del equilibrio. Trastornos de la audición. En: Codina
Puiggros A, editor. Tratado de Neurología. Barcelona: ELA Editorial; 1994. p. 35-48.
▲ Moreno Martín JM, Barón Rubio M, Feito Ibartz N. Vértigos. En: Moreno Martínez JM edi-
tor. Urgencias en Neurología. 2ª ed. Madrid: FAES; 1998. p. 127-131.
▲ Todd Troost B. Dizziness and vertigo. En: Bradley WG, Daroff RB, Fenichel GM, Marsden CD.
2nd ed. Neurology in Clinical Practice. Boston: Butterworth-Heinemann; 1996. p. 219-232.
▲ Samuels MA ed. Manual of Neurological therapeutics. 5th ed. Boston: Little Brown; 1995. p.
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▲ Brookes GB. The pharmacological treatment of Meniere’s disease. Clin Otolaringol 1996; 21:
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▲ Paparella MM, Shumlick DA, Gluckman JL, Meyerhoff WL. Otolaryngology. Philadelphia:
WB Saunders S Company; 1991.
▲ Gil-Carcedo García M, Marco Algarra J, Medina J, Ortega del Alamo P, Sánchez Nieto C,
Trinidad Pinedo J. Tratado de Otorrinolaringología y Cirugía de cabeza y Cuello. Madrid:
proyectos Médicos SL; 1999.
329
CAPÍTULO 48
Capítulo 48
DISTONÍAS AGUDAS POR FÁRMACOS
B. Vidal Díaz - J.M. Velázquez Pérez
INTRODUCCIÓN
▲ El término distonía define al trastorno del movimiento caracterizado por la exis-
tencia de contracciones musculares mantenidas o breves, que ocasionan movi-
mientos involuntarios repetitivos y torsionantes (movimientos distónicos) o postu-
ras anómalas (posturas distónicas). Se producen por la contracción simultánea y
excesiva de músculos agonistas y antagonistas. Característicamente los movimien-
tos distónicos empeoran con la fatiga y el estrés y con cualquier acto motor volun-
tario; mejoran con la relajación y el sueño y típicamente también pueden mejorar
usando ciertos trucos sensitivos. Rara vez producen dolor. Pueden presentarse en
reposo o durante una acción voluntaria (distonía de acción). En ocasiones se
acompañan de temblor postural o de acción.
▲ Aproximadamente la tercera parte de las distonías son secundarias a causas de-
mostrables y, dentro de este grupo, a la distonía aguda por fármacos dedicare-
mos el presente capítulo.
CLASIFICACIÓN
Las distonías pueden clasificarse en diferentes grupos atendiendo a su distribución,
etiología o según la edad de presentación.
a) Clasificación de la distonía por su localización: según el área corporal afecta se
pueden clasificar en 5 grandes grupos (cuadro 48.1).
En líneas generales, las distonías focal y multifocal suelen ser esporádicas, la distonía
generalizada generalmente es idiopática o inducida por drogas y toda hemidistonía
nos obligará a descartar lesiones focales neurológicas centrales.
c) Finalmente también la edad de aparición orienta hacia la etiología de la distonía
y determinación del pronóstico: en la infancia y adolescencia las distonías son más a
menudo hereditarias, en cambio los adultos presentan con más frecuencia distonías
esporádicas.
CONCEPTOS
▲ Dentro del grupo de distonías secundarias de causa ambiental conocida se en-
cuentra la distonía por fármacos. Esta puede tener dos formas de presentación clí-
nica: distonía aguda o reacción distónica aguda y distonía tardía. Cada una tie-
ne un diferente mecanismo patogénico y un tratamiento diferente, aunque están
producidas por los mismos fármacos (cuadro 48.3).
▲ La distonía aguda por fármacos es aquella que aparece en relación con la admi-
nistración de sustancias con acción bloqueante dopaminérgica, fundamentalmen-
te antipsicóticos y antieméticos (paradójicamente y con menor frecuencia puede
aparecer con agonistas dopaminérgicos). Es la forma más frecuente de movimien-
to anormal visto en el Servicio de Urgencias y por este motivo dedicaremos el pre-
sente capítulo a la identificación y manejo de esta patología.
4.- En ocasiones podemos tener dudas en cuanto a diagnóstico diferencial con algu-
nas entidades como:
- Tétanos: por el trismus que aparece en la distonía oromandibular. El antece-
dente de herida y la progresión de la clínica lo apoyarán.
- Crisis de tetania: cuando existe afectación distal en MMSS con postura típica.
- Crisis parciales simples: cuando sólo existe distonía de cuello y crisis óculogi-
ras. En este caso las contracciones serán bruscas y puede existir generalización
secundaria.
TRATAMIENTO
1.- El primer paso en el tratamiento de la distonía aguda por fármacos es tranquili-
zar al paciente, evitaremos en parte la acentuación de la sintomatología.
2.- Debemos retirar el fármaco responsable (en su defecto reducir la dosis o sustituir-
lo por otro de menor efecto extrapiramidal).
3.- Respecto a los fármacos utilizados para revertir la distonía, disponemos de las si-
guientes opciones:
- Anticolinérgicos: los más ampliamente aceptados. Biperideno a dosis de 2,5-5
mg iv diluido o im (niños: 0,04 mg/kg y máx tres dosis). Se puede repetir ca-
da 30 min sin sobrepasar 20 mgr. Hay que tener en cuenta y vigilar los posi-
bles efectos secundarios, sobre todo en ancianos. En este caso podrían apare-
cer alucinaciones, alteración del nivel de conciencia, visión borrosa, sequedad
de boca.
- Difenhidramina: antihistamínico H1 con acción anticolinérgica, utilizado en dis-
tonías agudas inducidas por fenitoína y por neurolépticos. Dosis: 50 mg iv.
333
CAPÍTULO 48
- Benzodiacepinas: Clonacepam (2 mgr iv), diacepam (dosis de 5-10 mgr iv), di-
luidos y administrados lentamente. Son útiles en los espasmos musculares. Re-
cordar que el midazolam puede provocar la aparición de distonías.
-Agonistas dopaminérgicos: podría utilizarse la apomorfina a dosis bajas.
4.- Finalmente, remitiremos al paciente a su domicilio con tratamiento durante al me-
nos 48 horas: Biperideno 2 mg vo. cada 6 horas o 4mg vo. cada 8 h.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Anomalías del movimiento y la postura secundarias a enfermedades de los ganglios basa-
les. En: Adams R, Victor M, Ropper A, editores. Principios de Neurología. 6ª ed. México DF:
McGraw Hill Internacional; 1999. p. 54-77.
▲ Martínez-Menéndez B. Movimientos anormales. En: Pérez Sempere A, Martínez Menéndez
B, ed. Manual de Urgencias Neurológicas. Madrid: ERGON; 1993. p. 87-88.
▲ Burguera Hernández JA, Ferrer Casanova JM, Tembl Ferrairó JI. Distonías secundarias. En:
Jiménez-Jiménez FJ, Luquin MR, Molina JA, ed. Tratado de los trastornos del movimiento.
Barcelona: IM&C; 1998. p. 695-722.
▲ Linazasoro G. Tratamiento de la distonía. En: Terapéutica de los trastornos del movimiento.
2ª ed. Madrid: Grupo Aula Médica; 1997. p. 107-135.
▲ Kulisevsky J. Nuevos tratamientos en trastornos del movimiento. Nuevas perspectivas de tra-
tamiento en neurología. Neurología 1999; 14 (supl 6): 56-57.
335
CAPÍTULO 49
Capítulo 49
PARÁLISIS FACIAL PERIFÉRICA
B. Vidal Díaz - M. Padilla Parrado - J.M. Velázquez Pérez
INTRODUCCIÓN
El nervio facial (o VII nervio craneal) es un nervio mixto. Está formado por un com-
ponente motor (el principal), encargado de la inervación de los músculos relaciona-
dos con la expresión facial, y un componente sensitivo (nervio intermediario de
Wrisberg), encargado de conducir la sensación del gusto desde los dos tercios an-
teriores de la lengua y la sensación cutánea desde la pared anterior del conducto
auditivo externo.
La afectación patológica del nervio facial da lugar a la parálisis facial. La mayoría de
los casos son parálisis faciales periféricas (o del tipo motoneurona inferior) y consti -
tuyen además una de las mononeuropatías más frecuentes. En este capítulo revisare-
mos el diagnóstico, etiología y tratamiento de la parálisis facial periférica.
CONCEPTO
La parálisis facial periférica es un síndrome de inicio agudo con debilidad de la mus-
culatura facial y debida a lesiones del VII nervio craneal desde su núcleo de origen o
en cualquier lugar de su recorrido hasta alcanzar las estructuras que inerva.
CONSIDERACIONES ANATÓMICAS
El núcleo motor del VII nervio craneal se encuentra a nivel de la protuberancia, ínti-
mamente relacionado con el núcleo del VI nervio craneal. Sus fibras abandonan la
protuberancia en la cara ventrolateral, justo lateralmente al haz córticoespinal. Des-
de aquí el nervio facial se dirige al conducto auditivo interno con el nervio estatoa-
cústico; su recorrido lo realiza dentro de un conducto óseo (acueducto de Falopio)
dentro del hueso temporal. La primera rama surge próxima al ganglio geniculado
(nervio petroso superficial mayor). A continuación dará una rama llamada cuerda del
tímpano y un finalmente la rama estapedial para el músculo del estribo. Su salida del
cráneo la hace por el agujero estilomastoideo. En su recorrido extracraneal, atravie-
sa la glándula parótida y se divide en cinco ramas que se dirigen a los músculos fa-
ciales, el músculo estilohioideo y el vientre posterior del músculo digástrico.
ETIOLOGÍA Y CLASIFICACIÓN
1.- Parálisis facial periférica idiopática o primaria: Parálisis de Bell o Parálisis a
Frigore.
Es la más común de las parálisis faciales, con una incidencia alrededor de 23 por
100.000 personas al año. Afecta por igual a hombres y mujeres, en todas las edades
y no tiene predominio estacional. Se habla de mayor incidencia en mujeres embara-
zadas o puérperas, en diabéticos y en hipertensos. No es rara la agregación familiar.
Se postulan como factores etiopatogénicos diferentes mecanismos: genético, vas-
cular, infeccioso (fundamentalmente infección por virus herpes simple tipo I) y au-
toinmune. Se originaría así una inflamación del nervio y su posterior compresión
a nivel del conducto óseo.
Tiene una presentación clínica aguda (los síntomas se establecen generalmente en
48 horas) y en ocasiones se precede de dolor retroauricular y facial. A veces los
336
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
3.- Parálisis facial periférica bilateral: cuando nos encontremos con una afectación
bilateral periférica del nervio facial deberemos pensar en las siguientes entidades:
- Simultánea (diplejia facial): manifestación del síndrome de Guillain-Barré, en-
fermedad de Lyme, esclerosis lateral amiotrófica (ELA), sindrome de Möebius
(diplejia facial congénita con estrabismo convergente).
- Sarcoidosis: fiebre uveoparotídea o Síndrome de Heerfordt.
- Sindrome de Melckersson-Rosenthal: parálisis facial recurrente, edema facial
(sobre todo labial) y lengua plicata.
- También producen parálisis facial periférica bilateral infecciones por VEB, neu-
rolúes, sarampión, tétanos, parotiditis, polio, meningitis.
PRONÓSTICO
1.- Parálisis de Bell: El 80% de las parálisis faciales idiopáticas evolucionan favorable-
mente de forma espontánea y se recuperarán en un plazo máximo de 8 semanas.
338
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
BIBLIOGRAFÍA:
▲ López Aguado D, Quesada Marín P. Parálisis facial periférica. Ponencia oficial en XII Con-
greso Nacional de la Sociedad Española de Otorrinilaringología y Patología Cérvicofacial.
1984.
▲ Parálisis facial y sorderas. Otorrinolaringología. Quesada Marín P, Navarrete Alvaro ML,
editores. Barcelona: Doyma; 1992. p. 181-186.
▲ Cabeza Alvarez CI. Pérdidas de fuerza focales. En: Pérez Sempere A, Martínez Menéndez
B, editores. Manual de Urgencias Neurológicas. Madrid: ERGON; 1993. p. 35-36.
▲ Santos Lasaosa S, Pascual Millán LF, Tejero Juste C, Morales Asín F. Parálisis facial periféri-
ca: etiología, diagnóstico y tratamiento. Revista de Neurología 2000; 30 (11): 1084-1053.
339
CAPÍTULO 50
Capítulo 50
DEBILIDAD AGUDA SIMÉTRICA
B. Vidal Díaz. - R. García Montero
INTRODUCCIÓN
▲ Cuando hablamos de debilidad muscular nos referimos a la imposibilidad de uno
o varios músculos para ejercer una fuerza normal. Existirá, en este caso, un défi-
cit motor que podrá presentarse como disminución de fuerza (paresia) o como pér-
dida total de la misma (plejía), acompañados o no de alteración sensitiva y/o au-
mento del tono muscular (espasticidad). El motivo de este déficit puede residir en
una lesión de la vía corticoespinal (desde la corteza cerebral hasta la médula es-
pinal) o en una alteración de la unidad motora (asta anterior medular, nervio peri-
férico, unión neuromuscular o músculo).
▲ En líneas generales la debilidad muscular se puede presentar con cuatro patrones
de distribución:
- Monoparesia o monoplejía: déficit motor de todos los músculos de un brazo o
de una pierna.
- Hemiparesia o hemiplejía: afectación del brazo y la pierna del mismo lado
(con o sin afectación de la musculatura facial).
- Paraparesia o paraplejía simétrica: debilidad o parálisis de ambas piernas.
- Tetraparesia o tetraplejía simétrica: debilidad de las cuatro extremidades.
GENERALIDADES
▲ Los pasos a seguir en la valoración de un paciente con pérdida de fuerza simétri-
ca de evolución aguda-subaguda no son distintos a los de cualquier otro proceso,
es decir: anamnesis detallada, exploración física y neurológica minuciosas, exá-
340
M ANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
3.- El siguiente paso será solicitar los estudios necesarios para conocer la etiología
de la lesión y comenzar el tratamiento. Aunque son múltiples las causas de debilidad
muscular aguda-subaguda (cuadro 50.2) nos centraremos en el manejo diagnóstico-
terapéutico en Urgencias de tres entidades: Lesión medular aguda, Miastenia Gravis
y Síndrome de Guillain-Barré. Otros procesos como el botulismo o la intoxicación por
organofosforados se estudian en otros capítulos del manual (capítulos 60 y 82).
2.- ANAMNESIS: no olvidar recoger datos sobre antecedente traumático, proceso tu-
moral conocido, cuadros infecciosos. No es infrecuente la aparición de dolor en re-
gión cervical, torácica o lumbar con valor localizador y más a menudo en relación
con patología vascular (infarto medular) o infecciosa (absceso epidural).
3.- EXPLORACIÓN: recordar que ante la sospecha de lesión medular aguda debemos
buscar un nivel sensitivo (exploración de sensibilidad táctil y dolorosa con aguja) y
motor (motilidad voluntaria de dedos en las 4 extremidades, exploración de reflejos
osteomusculares). Cuadro 50.4.
4.- EXÁMENES COMPLEMENTARIOS: en primer lugar debemos descartar una lesión
medular compresiva (cuadro 50.5) y para ello solicitaremos RMN medular urgente
indicando el nivel (si esta exploración está contraindicada o no disponible, solicitare-
mos TAC de columna o mielografía). ¡Cuidado con la movilización del paciente!
Si se trata de una lesión medular de etiología no compresiva (cuadro 50.6), se ini-
ciarán los estudios clínicos para un diagnóstico precoz:
- Punción lumbar para estudio de LCR : se solicitarán urgentes las determinacio-
nes habituales para glucosa, células con recuento y proteínas y no urgentes las
siguientes: bandas oligoclonales e IgG en bioquímica y serología lúes, borrelia,
virus neurotropos, cultivos habituales (incluido para mycobacterias), Ziehl en
microbiología. Si sospechamos proceso neoplásico o paraneoplásico, debemos
enviar muestra a anatomía patológica para citología del LCR.
342
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
5.- TRATAMIENTO:
a) Medidas generales de la lesión medular aguda: cuadro 50.7.
MIELOPATÍA AGUDA
Dexametasona iv
b) En el trauma espinal:
- Movilización cuidadosa (sobre apoyo rígido), fijación de cabeza en posición neu-
tra evitando desplazamientos laterales de la misma (importantísimo en lesiones cer-
vicales).
- Medidas generales de paciente politraumatizado (ver capítulo 5).
- Tratamiento médico del shock medular (cuadro 50.7).
- Cirugía urgente en caso de:
▲ Necesidad de reducción abierta.
▲ Fractura cervical con lesión medular y fragmentos óseos.
▲ Trauma cervical con lesión medular por compresión discal.
▲ Fractura del arco vertebral con fragmentos deprimidos.
▲ Fracturas conminutas.
▲ Lesión medular parcial con deterioro progresivo.
c) En la lesiones medulares compresivas no traumáticas deberá realizarse tratamiento
quirúrgico (urgente en caso de abscesos o hematomas epidurales); en las metástasis de
tumor primario conocido, en primer lugar está indicada la radioterapia urgente.
d) En los procesos medulares no compresivos de etiología no traumática, comenza-
remos en Urgencias el tratamiento con corticoides iv: Dexametasona en bolo inicial
de 12 mgr iv seguido de 4 mgr/6h iv. Una vez conocida la etiología, se iniciará el
tratamiento específico.
del 10-15% de los enfermos. Son factores de buen pronóstico la edad inferior a 40
años, la evolución sin complicaciones respiratorias y la ausencia de daño axonal en
el estudio neurofisiológico.
5.- Tratamiento:
▲ Anticolinesterásicos: de elección. Piridostigmina a dosis máxima de 60 mg/4-6 h.
Si es necesaria la administración intravenosa, usaremos Neostigmina a dosis de
0.5mg/4h.
▲ Corticoides: Indicados cuando no es suficiente el tratamiento con anticolinesterá-
sicos. Normalmente comenzando por dosis altas (Prednisona 1 mg/kg/día en do-
sis única matutina) y descenso según respuesta hasta la dosis mínima eficaz.
Siempre que comencemos tratamiento con corticoides deberemos seguir de cerca
al paciente (ya sea de forma ambulatoria o ingresado si es preciso) porque en las
primeras 2 semanas puede existir un empeoramiento clínico. Este deterioro clíni-
co se controla con Piridostigmina o con plasmaféresis.
▲ Plasmaféresis: usada en la crisis miasténica con síntomas bulbares y compromiso
respiratorio, en MG sin respuesta al tratamiento previo. Habitualmente los ciclos
son de diez sesiones.
▲ Timectomía: en caso de timoma o MG generalizada (incluso sin timoma, sobre to-
do en adultos < 60 años). Debe realizarse preferiblemente dentro de los 2 prime-
ros años del diagnóstico y con el paciente en las mejores condiciones clínicas, so-
bre todo desde el punto de vista respiratorio. Si el paciente recibe tratamiento con
348
MANUAL DE PROTOCOLOS Y A CTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
Existen dos formas de deterioro agudo que precisan ingreso del paciente y trata-
miento urgente: crisis miasténica y crisis colinérgica.
a) Crisis miasténica: definida por debilidad marcada de la musculatura respiratoria
o bulbar. Es una emergencia que precisa cuidados intensivos; la complicación ca-
racterística es la insuficiencia respiratoria aguda que puede requerir intubación
orotraqueal (capacidad vital <15 ml/kg). La plasmaféresis, junto con el trata-
miento habitual, parece acelerar la recuperación (no hay estudios controlados).
b) Crisis colinérgica: se manifiesta como aumento de los síntomas miasténicos junto
con fasciculaciones, miosis, salivación, sudoración, palidez cutánea, bradicardia,
broncorrea, dolor abdominal y diarrea (síntomas indistinguibles de la intoxicación
por organofosforados). La confirmación diagnóstica se puede hacer siempre que
dispongamos de apoyo ventilatorio inmediato, monitorizando al paciente y admi-
nistrando edrofonio (2-10 mg iv): la sintomatología empeorará. En ese caso, sus-
penderemos la medicación colinérgica durante 2-3 días. Los efectos de la acetil-
colina se antagonizarán con la atropina. Igualmente es precisa la vigilancia
estrecha. (No olvidar monitorización de la función respiratoria).
7.- Miastenia Gravis y Embarazo:
▲ La gestación en pacientes con MG se considera como embarazo de alto riesgo.
El primer trimestre del embarazo y el primer mes postparto son los periodos críti-
cos.
349
CAPÍTULO 50
BIBLIOGRAFÍA
▲ Adams R, Victor M, Ropper A. Principios de Neurología. 6ª ed. México DF: McGraw Hill In-
ternacional; 1999.
▲ Samuels MA. Manual of Neurologic Therapeutics. 5th ed. Boston: Little-Brown; 1995.
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henia gravis during pregnancy. Neurology 1999; 52: 447-452.
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miastenia y síndromes miasténicos. Continua Neurología 2000; 3 (1): 1-15.
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▲ Serrano Munuera C, Illa I. Avances terapéuticos en enfermedades neuromusculares. Neuro-
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▲ Criteria for diagnosis of Guillain-Barré Syndrome. Ann Neurol 1978; 3 (6): 565-566.
▲ Vaquero Ruipérez JA. Enfermedades agudas de la médula espinal. En: Moreno Martínez JM,
ed. Urgencias en neurología. 2ª ed. Madrid: FAES; 1998. p 417-435.
351
CAPÍTULO 51
Capítulo 51
DIPLOPÍA, NISTAGMUS Y PÉRDIDA VISUAL
C. Grau Jiménez - C.I. Cabeza Alvarez
DIPLOPÍA
CONCEPTO
▲ Se entiende por diplopía la visión doble. Está causada generalmente por paráli-
sis de los músculos oculomotores y la consiguiente desalineación de los ojos for-
mándose así la imagen en distintos lugares de la retina en cada ojo. Los múscu-
los encargados de la motilidad ocular extrínseca son: ver figura 51.1:
- Rectos: superior, inferior, externo, interno.
- Oblicuos: superior, inferior.
▲ En general la diplopía es binocular (desaparece al cerrar uno de los dos ojos),
aunque existen algunos casos de diplopía monocular (generalmente en relación
con trastornos psicógenos o subluxación del cristalino).
En principio y, salvo indicación en contra nos referiremos en este capítulo a la di-
plopía relacionada con la afectación de los nervios craneales.
O. DCHO. O. IZDO.
RS RS (OI) OI OI RS (OI) RS
RE RInt RE
RI RI (OS) OS OS RI (OS) RI
RS: Recto superior; RI: Recto inferior; RE: Recto externo; RInt: Recto interno; OS: Oblicuo superior;
OI: Oblicuo inferior
2- Valorar posición espontánea de los ojos (tienden a desviarse al lado contrario del
músculo o músculos afectados por acción de los antagonistas).
3- Buscar limitación en los movimientos oculares. Para ello se pide al paciente que fi-
je la mirada en todas las direcciones del espacio. Se realiza siempre con ambos
ojos y con cada uno por separado. A veces, por ser una paresia leve no identifi-
cable para la vista, no se descubre la parálisis de la mirada en la exploración con-
siderando entonces la diplopía según la posición de la mirada en la que esta vi-
sión doble es mayor ya que al mirar en esa dirección aumenta la diplopía.
4- Buscar trastornos asociados: alteraciones en el reflejo fotomotor, ptosis, alteracio -
nes campimétricas, dolor orbitario...).
DIAGNÓSTICO
La zona de lesión debe buscarse a lo largo del trayecto de los nervios o músculos im-
plicados:
1- Nivel supranuclear: Se trataría de una lesión a nivel de vías corticales. General-
mente asocia otra sintomatología. Suele ser de causa vascular.
2- Fascículo longitudinal medial que conecta los nucleos óculomotores para las mi-
rada conjugada. Su lesión asocia nistagmo. Se produce una alteración en la mi-
rada conjugada. Su causa más frecuente es la esclerosis múltiple.
3- Alteración a nivel periférico o infranuclear: Es la mas frecuente. Lesión en el tron-
co, distalmente al núcleo y en el trayecto de los nervios craneales.
4- Musculatura ocular y unión neuromuscular (P. Ej. Miastenia Gravis).
Cuadro 51.1: Etiología de la paresia de n. craneales
Etiología Trauma Tumor Aneurisma Indeterminada Miscelánea Vascular
III 13% 18% 18% 20% 14% 17%
IV 28% 10% - 34% 13% 15%
VI 11% 31% 3% 22% 24% 9%
III n.c.- Elevador del párpado superior. Constrictor de la pupila. Recto interno. Recto su-
perior. Recto inferior. Oblicuo menor. IV n.c.- Oblicuo mayor. VI n.c.- Recto externo.
- Pruebas de imagen: TAC craneal: para descartar patología orgánica, debe re-
alizarse siempre que hay datos asociados en la exploración, si hay varios n.
oculomotores afectados o se sospecha la existencia de aneurisma del Polígono
de Willis, tumor, Hipertensión intracraneal, patología orgánica... (sería preferi-
ble la utilización de RMN pero no se suele disponer de esta técnica en los Ser-
vicios de Urgencias).
3- Tratamiento en Urgencias:
- Control de constantes. Evaluación neurológica.
- Oclusión ocular alternando un ojo cada día (evita el mareo secundario a la di-
plopía).
- Complejo vitamínico B (Hidroxil B12,B6,B1): 1 comp. c/ 8 h. durante 1 – 3 meses.
- Si sospecha de Sd. De Tolosa-Hunt utilizar corticoides a dosis altas (Prednisona
80 mg. vo / 24 horas)
- Si sospecha de Mucormicosis anfotericina B más drenaje quirúrgico.
- Si hay criterios de gravedad valorar ingreso o derivar a consulta de neurología
en breve plazo.
- Resto derivar a consultas externas por vía normal.
NISTAGMUS
CONCEPTO
Consiste en la aparición de movimientos rítmicos involuntarios de ambos ojos.
CLASIFICACIÓN
- N. en sacudida: un componente lento y uno rápido de corrección. La dirección la
marca el componente rápido. Es con diferencia el más frecuente. Puede ser vertical,
horizontal, rotatorio o de torsión. El vertical suele indicar lesión central.
- N. pendular: es muy raro. Sólo diremos de él que puede aparecer en una amplia
gama de situaciones en las que se pierde la visión central en fases tempranas de la
vida: albinismo, enfermedades de la retina, como anomalía congénita aislada, en
mineros y "espasmus nutans" en los niños.
A partir de este momento nos referiremos exclusivamente al primer tipo descrito.
ETIOLOGÍA
N. fisiológicos: consisten en sacudidas que aparecen al fijar la mirada en posiciones
extremas. Incluiría el N. optocinético (se produce al fijar la mirada en un objeto que
se desplaza) y los secundarios a medicación, alcohol, sedantes, hipnóticos, estimula-
ción laberíntica, etc.
N. patológicos: hay que diferenciar entre dos grandes grupos:
1- Nistagmo periférico: se produce por lesión en el aparato vestibular. Se asocian
con vértigo (ver capítulo 47).
2- Nistagmo central: se produce por lesión a nivel de tronco-encéfalo o cerebelo. Son evo-
cados al fijar la mirada en una o varias direcciones. Puede acompañarse o no de vér-
tigo. No presentan un predominio direccional claro. No se compensa ni se extingue (el
nistagmus se mantiene mientras dura la exploración). Se asocia con otros hallazgos
patológicos en la exploración neurológica. En general, si sólo aparecen en la mirada
hacia abajo proceden de tronco (como en la malformación de Arnold-Chiari).
3- Otros: Sd. de Parinaud, N. retractorios, N. de vaivén (masas selares o parasela-
res), etc.
355
CAPÍTULO 51
PÉRDIDAS DE VISIÓN
Constituyen un motivo muy frecuente de asistencia en Urgencias.
CONCEPTO
Perdida total o parcial de la capacidad para percibir imágenes. Hablaremos de pér-
dida de visión una vez descartada patología orgánica.
CLASIFICACIÓN:
- Súbitas o progresivas.
- Monoculares o binoculares.
- Completas o incompletas.
ANAMNESIS:
Preguntar por antecedentes, enfermedades sistémicas, factores de riesgos cardiovas-
cular, cronología de la sintomatología...
EXPLORACIÓN:
Exploración clínica y neurológica exhaustiva: valorar con ambos ojos y con cada uno
por separado el campo visual, las alteraciones pupilares y , sobre todo, el fondo de ojo
mediante un oftalmoscopio, fijándonos en la retina, vascularización, mácula y papila.
ETIOLOGÍA
1- Pérdida de visión brusca, monocular y transitoria: amaurosis fugax: de etiología
en un 80% de los casos embólica. Su mayor importancia radica en el hecho de
ser factor de aviso para ACV posteriores (en un 30%). Debe estudiarse y tratarse
lo antes posible.
2- Pérdidas de visión monoculares, súbitas y permanentes: neuropatía óptica isqué-
mica aguda (NOIA): se debe a una trombosis de las arterias ciliares. Se relacio-
na con presencia de factores de riesgo cardiovascular. Puede ser dolorosa. Sus
dos etiologías principales son la ateroesclerótica y la arteritis de células gigantes.
Otra etiología frecuente es la neuritis óptica que puede ser anterior (con papilitis en
el fondo de ojo) o posterior (sin afectación del fondo de ojo, siendo la esclerosis múl-
tiple una de las causas más frecuentes).
Otras posibles etiologías: TCE, migrañas, ambliopía alcohol-tabaco...
3- Pérdidas de visión bilaterales: su causa más frecuente es el papiledema, cuya etio-
logía más habitual es el aumento de presión intracraneal secundaria a patología
intracraneal o por Hipertensión Intracraneal (HTI) benigna y patologías que pro-
ducen un aumento de proteínas en el LCR. Cursa con alteración en el fondo de ojo
en forma de un borramiento que evoluciona hacia la atrofia óptica. Se asocia con
el resto de síntomas de HTI. Requiere una evaluación urgente. Una patología que
puede ser confundida con papiledema son las drusas y las fibras mielínicas. La Hi-
pertensión intracraneal benigna (pseudotumor cerebri) también cursa con papile-
dema, aunque generalmente sin alteraciones visuales iniciales,...
PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
1.- Laboratorio: Hemograma, Bioquímica básica, E. Coagulación.
2.-Campimetría.
3.- Pruebas de neuroimagen (TAC / RMN): indicadas en el caso de pérdidas de agu-
deza visual progresivas y papiledema y siempre que se sospeche patología orgá-
nica subyacente. Permiten detectar procesos vasculares, neoplásicos, infecciosos.
En general no son necesarias en NOIA.
BIBLIOGRAFÍA
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▲ Glasser JS. Neurooftalmología. Barcelona: Ediciones Científicas y Técnicas SA. Masson-Sal-
vat; 1993.
357
CAPÍTULO 52
Capítulo 52
TRAUMATISMO CRÁNEO-ENCEFÁLICO
A. Blanco Bravo - M.J. Herguido Bóveda
INTRODUCCIÓN
▲ El Traumatismo cráneo-encefálico (TCE) ha adquirido proporciones "epidémicas" en
nuestra sociedad. En general, los traumatismos representan la primera causa de
muerte e incapacidad en la población por debajo de los 40 años de edad, y apro-
ximadamente en el 70% de los casos, el TCE es la causa de muerte del paciente.
▲ Los accidentes de tráfico son la causa de un 25% del total de TCE en los países in-
dustrializados, considerando todos los grupos de edad, sin embargo, éstos consti -
tuyen el motivo más frecuente de TCE en pacientes varones jóvenes. Con frecuen-
cia interviene en ello el consumo de alcohol y drogas. Los accidentes de tráfico son
causa de las lesiones más graves, llegando a ser responsables de un 60% del to-
tal de las muertes por TCE, de las cuales aproximadamente la mitad se producen
antes de llegar al hospital.
▲ El TCE, además de poner en peligro la vida del politraumatizado, puede producir
graves secuelas definitivas tanto físicas como intelectivas, todo ello unido a una lar-
ga hospitalización y posterior rehabilitación.
FISIOPATOLOGÍA:
▲ La lesión cerebral traumática es, en mayor o menor medida, dinámica y evolutiva
durante al menos las primeras 48 horas. Existe por un lado lo que se conoce co-
mo lesión cerebral primaria, que es la que se produce como consecuencia del im-
pacto inicial y por lo tanto inevitable y, por otro la lesión cerebral secundaria, que
puede producirse en cualquier momento después del impacto y que es evitable, por
lo cual constituye el principal objetivo del tratamiento del TCE.
▲ La lesión cerebral primaria incluye:
- Contusiones y laceraciones corticales que pueden afectar al lugar del impacto o
al lado contrario (contragolpe). Pueden ser únicas o múltiples y suelen localizarse
en la base de los lóbulos frontales y en la punta y base de los lóbulos temporales.
- Lesión axonal difusa que consiste en un desgarro axonal mecánico. Puede pro-
ducir una alteración más o menos importante del nivel de conciencia, o incluso
la muerte en fase aguda, y graves incapacidades psíquicas y estados vegetati-
vos en fase crónica. Este tipo de lesiones pueden no manifestarse macroscópi-
camente, pero a nivel microscópico se observan pequeños focos hemorrágicos
en cuerpo calloso, pedúnculos cerebelosos superiores y sustancia blanca he-
misférica, que posteriormente dan lugar a una degeneración waleriana de los
tractos largos y de la sustancia blanca.
▲ La lesión cerebral secundaria se debe a la aparición de:
- Hematomas (epidural, subdural e intraparenquimatoso), los cuales se compor-
tan como masas expansivas.
- Edema cerebral.
- Desplazamientos cerebrales (herniación subfalciana, transtentorial o amigdalar)
- Isquemia cerebral.
- Infección (meningitis y/o absceso cerebral) como consecuencia de una comuni-
cación extra-intracraneal por desgarro de la duramadre secundario a una frac-
tura compuesta con hundimiento o a una fractura de la base del cráneo. Rara
358
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
vez ocurre en las primeras 48 horas después del traumatismo, y puede apare-
cer después de varios meses o años.
Estas lesiones secundarias suelen asociarse, de modo que las que actúan como ma-
sas expansivas (hematomas intra y/o extracerebrales, y edema cerebral focal o difu-
so) crean un conflicto de espacio dentro de la inextensible cavidad craneal y una hi-
pertensión intracraneal. Esto es causa de otro tipo de lesiones secundarias como son
los desplazamientos cerebrales y en último término la isquemia cerebral global que a
su vez incrementa el edema cerebral, perpetuando "el círculo vicioso".
La hipertensión intracraneal se manifiesta clínicamente como un deterioro progresivo
del nivel de conciencia que se acompaña, en ausencia de shock, de hipertensión ar-
terial y bradicardia.
Por otra parte las lesiones sistémicas asociadas, especialmente el traumatismo toráci-
co, (por el riesgo de hipoxemia secundaria, la inestabilidad hemodinámica y por su
repercusión sobre la perfusión cerebral), empeoran considerablemente el pronóstico
del TCE, incrementando enormemente la morbi-mortalidad con respecto al TCE puro.
VALORACIÓN INICIAL
▲ El diagnóstico de las posibles lesiones intracraneales no es prioritario en un primer
momento y, sin embargo sí lo es establecer una enérgica resucitación cardio-res-
piratoria, para evitar una isquemia cerebral asociada a una ya posible hiperten-
sión intracraneal.
▲ Se debe realizar una rápida valoración inicial comprobando la permeabilidad de
la vía aérea, ventilación y circulación. A continuación se debe examinar tórax y
abdomen para descartar hemo/neumotórax y/o hemorragias peritoneales, y casi
a la vez realizar una rápida exploración neurológica que nos permita sospechar
la existencia y/o gravedad de posibles lesiones intracraneales y/o medulares.
▲ Para realizar esta valoración neurológica existe la "escala de Coma de Glasgow"
(ECG), a la que debemos asociar en la fase inicial la exploración pupilar y la mo -
vilidad de las extremidades.
▲ La gravedad del TCE puede ser establecida en función de la puntuación obtenida
en la ECG, que va de 3 a 15, de modo que se consideran traumatismos leves los
que tienen una ECG ≥ 14, moderados los que están entre 9-13, y severos los trau-
matismos con puntuaciones ≤ 8.
▲ Criterios de intubación:
- Bajo nivel de conciencia.
- ECG ≤ 8 (se precisa hiperventilación).
- Traumatismo máxilo-facial severo.
- Necesidad de parálisis farmacológica para manejo del paciente.
▲ Indicaciones de tratamiento con manitol en Urgencias:
- Presencia de signos de herniación (dilatación pupilar).
- Presencia de signos de efecto de masa (hemiparesias, plejías...)
- Deterioro súbito del nivel de conciencia antes de hacer el TAC craneal.
- Identificación en el TAC de una lesión que produce hipertensión intracraneal.
- Traslado del paciente con hipertensión intracraneal desde el TAC al quirófano.
- Prueba de viabilidad en un paciente con signos clínicos de lesión de tronco de
poco tiempo de evolución antes de tomar una decisión quirúrgica agresiva.
Dosis: bolo de 1 g / kg en menos de 20 min.
Contraindicaciones: hipotensión y trastornos de la coagulación (relativa).
359
CAPÍTULO 52
Vía aérea
Ventilación
Circulación
Lesión
sangrante ECG > 8 ECG < 8
Sí No Exploración
Intubación
Hiperventilación
Laceraciones Manitol si procede
CIRUGÍA Hematomas, Fracturas
de calota. Fractura de
base. Fístula de LCR. TAC inmediato
Rx de cráneo, Rx de
columna, TAC, según
proceda
Ingreso en UVI
Neurocirugía
Ver protocolos de
actuación TCE
Apertura
4 Confuso Retira
espontánea
A estímulos Respuesta
3 Flexiona
verbales inapropiada
2 A estímulos Respuesta
dolorosos incomprensible Extiende
La ECG para niños ≤ 4 años es igual que la de los adultos, excepto en las respuestas
verbales, cuya valoración se detalla a continuación.
alarma, y que en caso de aparecer éstos, el paciente debe ser traído de nuevo
al Servicio de Urgencias.
- Los pacientes con ECG inicial = 14 deben ser vigilados en el Servicio de Ur-
gencias durante 6 horas. Si en este periodo de tiempo pasan a tener un ECG =
15, se actuará de la forma anteriormente descrita. Si tras este periodo de vigi-
lancia persiste la puntuación inicial, pasan a formar parte del grupo de pa-
cientes de riesgo moderado (ver más adelante).
- Las fracturas lineales no desplazadas no precisan tratamiento, si bien estos pa-
cientes deben ser vigilados durante al menos 12 horas (24 horas en niños). Las
fracturas con hundimiento real superior a 1 cm, deben ser valoradas por el neu-
rocirujano.
2.- RIESGO MODERADO DE LESIÓN INTRACRANEAL:
- ECG =13 y ECG = 14 mantenido a las 6 horas del traumatismo sin otra causa que
lo justifique (hipovolemia, alcohol, drogas...).
- Pérdida de conciencia confirmada ≥ 15 minutos durante o después del traumatis-
mo.
- Cefalea intensa y/o progresiva.
- Vómitos persistentes.
- Síndrome vestibular.
- Amnesia postraumática ≥ 15 minutos.
- Crisis comiciales postraumáticas.
- Anamnesis incoherente o desconocida.
- Signos de fractura de base de cráneo con/sin fístula de LCR y/o parálisis de pares
craneales.
- Politraumatismo.
- Traumatismo facial severo.
- Posible fractura craneal deprimida o herida penetrante.
- Presencia de uno o varios de los factores de riesgo descritos en el apartado anterior.
▲ RECOMENDACIONES:
- Solicitar TAC craneal (con ventana ósea si se sospecha fractura) +/- Rx cráneo
+/- Rx columna (según sintomatología del paciente y criterios descritos en el
apartado anterior).
- Vigilancia domiciliaria durante 48 horas si cumplen los siguientes criterios (en
niños es conveniente la vigilancia hospitalaria durante al menos 24 horas):
- TAC craneal normal.
- ECG = 14, siempre que el único criterio de riesgo moderado sea la pérdi-
da de conciencia, y el paciente se encuentre asintomático (se acepta la am-
nesia del episodio).
- Adulto responsable que acompañe y observe al paciente durante al menos
24 horas, y que conozca cuáles son los signos de alarma y cuándo debe
traer de nuevo al paciente al Servicio de Urgencias.
- Paciente con posibilidad de volver al hospital si lo precisa.
- Si no se cumplen los criterios anteriores, ingreso a cargo de Neurocirugía +/-
consulta al neurocirujano según hallazgos en el TAC o presencia de criterios clí-
nicos de lesión grave (ver apartado 3).
3.- RIESGO ALTO DE LESIÓN INTRACRANEAL:
- Trastorno del nivel de conciencia establecido o progresivo (ECG < 13) no debido a
intoxicación por alcohol, drogas, alteraciones metabólicas, estado post-crítico..., aun-
que no se acompañe de focalidad neurológica.
362
MANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
- Focalidad neurológica.
- Fractura craneal deprimida o traumatismo craneal penetrante confirmados.
▲ RECOMENDACIONES:
- Solicitar TAC craneal (se recomienda hacer ventana ósea) +/- Rx cráneo +/-
Rx columna (según sintomatología del paciente y criterios descritos en el
apartado 1).
- Consultar al neurocirujano y/o intensivista (si ECG ≤ 10).
- Ingreso hospitalario que deberá realizarse en U.C.I. si ECG ≤ 10 y según ha-
llazgos del TAC.
BIBLIOGRAFÍA
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the management of severe head injury. Brain Trauma Foundation. Eur J Emerg Med 1996;
3: 109-27.
363
CAPÍTULO 53
Capítulo 53
SÍNDROME FEBRIL EN URGENCIAS
A. Julián Jiménez
INTRODUCCIÓN
El centro termorregulador está situado en el Hipotálamo anterior y trata de mantener
un equilibrio entre la producción y la pérdida de calor.
La temperatura "normal del organismo en un adulto" puede oscilar en función de las
características del individuo, el momento y el lugar de la determinación, entre 36.4º
- 37.7º C ya que:
▲ Se considera como media el intervalo entre 36.8º +/- 0.4º C.
▲ Existe un ritmo circadiano (que se mantiene incluso en los procesos febriles) con
valores mínimos de la temperatura a las 6:00 horas y máximos a las 16:00 horas.
▲ En general se mide en la axila pero en ocasiones hay que hacerlo en el recto (ha-
bría que añadir 0.6ºC a la medida axilar), boca o en una muestra de orina.
Es una consulta muy frecuente en Urgencias (5-10%), siendo originada muchas veces
por procesos autolimitados y banales.
Aunque deberíamos considerar siempre el origen infeccioso del síndrome febril, has-
ta demostrar lo contrario, no es exclusivo del mismo: neoplasias, enfermedades he-
matológicas, endocrino-metabólicas, colagenosis, fármacos, etc. pueden ser sus cau-
sas. Otras veces, nos encontramos ante enfermedades infecciosas que cursan sin
fiebre e incluso se manifiestan con hipotermia (sobre todo en ancianos, diabéticos, al-
cohólicos, inmunodeprimidos...).
¿A QUÉ LLAMAMOS FIEBRE?. CONCEPTOS
Fiebre: temperatura corporal a partir de los 38ºC como respuesta del organismo a
distintas agresiones (infecciones, inflamaciones, tumores...).
Febrícula: intervalo entre 37-37.9ºC. Valorar su significado en cada situación.
Hipertermia: aumento de la temperatura por fallo del centro termorregulador.
Fiebre de corta duración: desde el inicio de la misma hasta su consulta no han pa-
sado más de 2 semanas. Algunos autores hablan de Fiebre de "Breve duración" si lle-
va menos de 48 horas o "Fiebre Aguda" si está presente menos de una semana.
Fiebre de larga evolución: cuando el proceso se prolonga más de 2-3 semanas .
Fiebre de origen desconocido: para definirla como tal se requiere la existencia de tem-
peraturas de más de 38.3ºC en determinaciones repetidas, con una duración de más
de 3 semanas y donde no se ha podido llegar a un diagnóstico tras una semana de
ingreso y estudio hospitalario. Por todo ello rara vez se diagnostica en Urgencias.
Manejo del paciente con Síndrome Febril en Urgencias.
Cuando un enfermo llega con fiebre al Servicio de Urgencias siempre surgen distin-
tas preguntas que reclaman respuestas y decisiones inmediatas.
Para poder contestar a éstas y otras preguntas tres herramientas básicas nos aproxi-
marán al problema del enfermo:
1. Historia clínica exhaustiva.
2. Exploración física cuidadosa.
3. Pruebas complementarias precisas y seleccionadas.
Después de esta toma de contacto deberemos adoptar las medidas y decisiones apro-
piadas en cada caso.
HISTORIA CLÍNICA
Este motivo de consulta representa uno de los casos donde seguramente la historia clí-
nica necesita individualizarse y ser "más curiosa y policial" que nunca. Siguiendo el
modelo base de toda historia investigaremos con especial atención:
Criterios clínicos
de gravedad
Criterios analíticos
de gravedad
▲ Acidosis metabólica.
▲ Alteraciones metabólicas (Na+ < 130), rabdomiolisis.
▲ Insuficiencia respiratoria (PO2 < 60 en ancianos o PO2 < 75-80 en jóvenes).
▲ Insuficiencia renal (Cr. > 2-2,5).
▲ Alteración de la función hepática, ictericia.
▲ Leucocitosis > 12.000-15.000 o leucopenia < 4.000 con desviación izquierda (> 10-
20% cayados).
▲ Coagulopatía (CID), trombopenia.
▲ Anemia (Hb < 10, Htco < 30).
▲ Neutropenia (< 1.000 Ne)
Estos valores analíticos son orientativos y habrá que ser flexibles en su interpretación
sobre todo en enfermos crónicos y ancianos.
- No pautar antibióticos.
- Recomendar medidas físicas y valorar antipiréticos tipo paracetamol 500-650
mg/6-8 horas o ácido acetilsalicílico 500 mg/6-8 horas u otros antiinflamato-
rios no esteroideos en casos seleccionados.
BIBLIOGRAFÍA:
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Wilson JD, Martin JB, Kasper DL. Et al., editores. Harrison, Principios de Medicina Interna.
14ª ed. Madrid. McGraw-Hill Interamericana; 1998. p. 97-102.
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▲ Gutiérrez A, Ugalde F, Martínez M. Síndrome febril en urgencias. En: Cisterna Cancer R, edi-
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▲ Hirschmann J.V. Fever of Unknown origin in adults. Clin Infect Dis.1997; 24: 291-302.
▲ Moya Mir M.S. Síndrome febril. En: Normas de actuación en urgencias. Ed 2000. Madrid:
SmithKline Beecham; 2000. p. 45-50.
371
CAPÍTULO 54
Capítulo 54
SEPSIS. TRATAMIENTO EMPÍRICO
DE LAS INFECCIONES
I. Martín Pérez
INTRODUCCIÓN
El síndrome séptico viene definido por un proceso infeccioso con evidencia de altera-
ciones en la perfusión tisular. Está desencadenado por la entrada de microorganis-
mos o sus toxinas en el torrente circulatorio, lo que provoca una respuesta inflamato-
ria por parte del huésped, con pérdida de autorregulación e hiperproducción de
sustancias proinflamatorias o mediadores; todo ello origina un daño multiorgánico,
desarrollándose un cuadro clínico con inestabilidad hemodinámica y disfunción or-
gánica que se traduce en una elevada mortalidad.
DEFINICIÓN DE CONCEPTOS
▲ Las definiciones actualmente utilizadas, según American College of Chest Physi-
cians / Society of Critical Care Medicine para definir las distintas situaciones clí-
nicas son las siguientes:
▲ Infección: presencia de microorganismos en un lugar normalmente estéril, que
puede, pero no necesariamente, estar acompañado de manifestaciones clínicas.
▲ Bacteriemia: presencia en la sangre de microorganismos, confirmado por cultivos.
Puede observarse tres situaciones: transitoria (minutos a horas, en casos de mani-
pulación de tejidos infectados, instrumentalización de mucosas infectadas o co-
mienzo de una infección); intermitente (absceso no drenado); y continua (infeccio-
nes endovasculares severas o endocarditis).
▲ Síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (SRIS): respuesta a una amplia va -
riedad de insultos clínicos (infección, quemaduras extensas, pancreatitis, politrau-
matismo, sangrado digestivo, etc.) que se caracteriza por dos o más de las si-
guientes condiciones: temperatura > 38º C o < 36º C; FC > 90; FR > 20 o pCO2
< 32 mm Hg; leucocitos > 12.000 / mm3 o < 4.000 / mm3 o > del 10 % de ca-
yados.
▲ Sepsis: situación clínica de infección (documentada con cultivos positivos) con evi-
dencia de SRIS. Dentro de este concepto podemos establecer varios grados de gra-
vedad:
▲ Sepsis severa: aquella situación asociada a disfunción de órganos, hipoperfu-
sión o hipotensión; puede cursar con: acidosis metabólica (lactato > 2 mEq / l),
hipoxemia (pA O2 < 75 o pA O 2 / FI O2 < 250), oliguria (<10 ml / h o < 700
ml / 24h), alteración del estado mental (Glasgow < 14), coagulopatía (TP pro-
longado, plaquetas < 100.000 o descenso del 50 %).
▲ Shock séptico: síndrome séptico con hipotensión a pesar de reposición de vo-
lumen de al menos 500 ml de solución salina.
▲ Shock séptico refractario: shock séptico de al menos una hora de duración y
que no responde a la administración de fluídos o de drogas vasoactivas.
▲ Síndrome de fallo multiorgánico: ocurre a la segunda o tercera semana del inicio
de la enfermedad, con evidencia de fallo secuencial o simultáneo de las funciones
de los distintos órganos.
372
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
ETIOLOGÍA
- La incidencia anual de sepsis sigue siendo muy elevada; se estima que un 40 – 60
% de procesos infecciosos desarrollarán un cuadro séptico y de ellos aproximada-
mente la mitad evolucionarán a shock; lógicamente influirán no sólo la gravedad
de la propia infección sino la situación previa del paciente y de las patologías cró-
nicas concurrentes.
- Con relación al lugar de adquisición, se está observando un incremento en el nú-
mero de casos de origen extrahospitalario frente a los de origen nosocomial, y con
respecto a la distribución de microorganismos se aprecia un aumento de los gram-
positivos hasta igualar o superar ligeramente a los gram-negativos.
- El origen más frecuente es el genitourinario, tanto extrahospitalario como nosoco-
mial. La segunda causa son las infecciones respiratorias que representan la princi-
pal causa de muerte dentro de las infecciones nosocomiales. Los procesos abdomi-
nales, catéteres y heridas quirúrgicas les siguen en frecuencia.
- Como Sepsis primaria se define aquella situación en la que el foco de infección no
ha podido ser localizado (20 – 30 % de casos). En las de origen extrahospitalario
debemos sospechar etiología por gram-negativos (E. coli, Enterobacterias), S. au-
reus, Estreptococos A y D, y S. pneumoniae. En la sepsis intrahospitalaria los agen-
tes más frecuentes son Estafilococos (> 50 %) siendo más frecuentes los coagulasa
- negativos, BGN, Enterococo y Candida (nutrición parenteral).
▲ Infecciones por gram-positivos: generalmente proceden de foco cutáneo (o par-
tes blandas subyacentes), pulmonar y genitourinario. El incremento de estas in-
fecciones, sobre todo en las nosocomiales, es debido al uso de catéteres endo-
vasculares, aparición de resistencias (incluídas las adquiridas en la comunidad)
y profilaxis frente a gram-negativos en pacientes sometidos a tratamiento con
quimioterapia antineoplásica.
▲ Infecciones por gram-negativos: a menudo proceden de focos internos (tracto
gastrointestinal, biliar o urinario). Las sepsis por estos agentes (E.coli, Klebsie-
lla, Enterobacter, Proteus y Pseudomonas), son las que causan los cuadros más
severos.
▲ Las infecciones virales o fúngicas sistémicas e incluso la tuberculosis pueden ma-
nifestarse como síndromes sépticos graves.
PRIMARIOS COMPLICACIONES
Fiebre. Hipotensión.
Escalofríos. Hemorragias.
Hiperventilación. Leucopenia.
Hipotermia. Trombocitopenia.
Lesiones cutáneas. Disfunción orgánica:
Cambios en estado mental. - Pulmón: cianosis, acidosis.
- Riñón: oligoanuria, acidosis.
- Hígado: ictericia.
- Insuficiencia cardíaca.
375
CAPÍTULO 54
drome; se deberán tener también en cuenta algunos datos del paciente (estado in-
munitario previo, alergias y disfunción hepática o renal) y del medio (patrones de
resistencia microbiana en la comunidad y el propio hospital). Se deben obtener
hemocultivos y muestras de los posibles focos infecciosos para procesamiento
microbiológico antes del inicio de antibioterapia.
▲ Recomendaciones generales:
1.- En pacientes no inmunodeprimidos con foco evidente se utilizará la pauta anti-
biótica recomendada en pacientes sin sepsis pero a dosis más altas (ver capítulos
correspondientes).
2.- En el shock séptico se utilizarán antibióticos que cubran gram-positivos, gram-ne-
gativos y anaerobios. En el cuadro 54.4 figuran las recomendaciones de trata-
miento.
BIBLIOGRAFÍA
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379
CAPÍTULO 55
Capítulo 55
ENDOCARDITIS INFECCIOSA
R. Villanueva Alfonso - A. Sánchez Castaño
INTRODUCCIÓN
La endocarditis infecciosa es una de las infecciones más graves que pueden ocurrir
en el organismo. La mayoría de los casos ingresarán a través del Servicio de Urgen-
cias por lo que habrá que tener un alto índice de sospecha para no infradiagnosticar
esta enfermedad. Por otra parte, en este nivel se darán los primeros pasos diagnósti-
cos que son fundamentales para la toma de decisiones posteriores: extracción de he-
mocultivos en condiciones adecuadas antes de iniciar tratamiento o retirar antibióti-
cos durante 48 horas en un paciente que los estaba tomando para extraer los
hemocultivos en óptimas condiciones. Los falsos diagnósticos llevarán a semanas de
tratamiento innecesario con sus efectos secundarios y costes, y a la realización de
pruebas molestas y caras.
CONCEPTO
La endocarditis infecciosa (EI) es la colonización séptica de las válvulas cardíacas, el
endocardio mural o los defectos septales, por bacterias o por hongos.
DIAGNÓSTICO
▲ Actualmente para el diagnóstico de EI se utilizan los criterios propuestos en 1994
por investigadores de la Universidad de Duke que establecieron las categorías de
EI definitiva o posible en base a criterios patológicos y clínicos (cuadros 55.4 y
55.5).
▲ Sin embargo, en el Servicio de Urgencias no se va a disponer de datos patológi-
cos y en la mayoría de las ocasiones tampoco vamos a tener los resultados micro-
biológicos ni ecocardiográficos. El diagnóstico lo haremos basándonos en:
- Una Historia Clínica cuidadosa.
- Exploración física.
- Estudios analíticos.
- Hemocultivos.
- Electrocardiograma.
- Radiografía de tórax.
- Ecocardiograma.
▲ Historia Clínica: irá encaminada a investigar la existencia de cardiopatía previa
predisponente y algún procedimiento que pueda haber causado bacteriemia. En
cuanto a las manifestaciones clínicas hay que tener en cuenta que la EI puede re-
medar a otras enfermedades y que aunque es fácil identificarla cuando tiene ma-
nifestaciones típicas, a veces lo más llamativo puede ser una complicación pulmo-
nar, neurológica, renal o de otro tipo que nos lleve a no considerar EI en el
diagnóstico diferencial.
▲ Exploración física: es necesario una exploración general completa haciendo es-
pecial hincapié en la búsqueda de fenómenos embólicos o inmunológicos (inclu-
yendo fondo de ojo), signos cardíacos y una exploración neurológica aunque el
paciente no tenga síntomas.
▲ Estudios analíticos: en el Servicio de Urgencias debemos solicitar:
- Hemograma: suele haber leucocitosis, pero también puede ser normal la cifra
de leucocitos. Dependiendo del tiempo de evolución puede haber anemia nor-
mocítica normocrómica. Aumento de la velocidad de sedimentación.
- Bioquímica rutinaria: puede mostrar alteraciones renales.
- Análisis elemental de orina: es muy frecuente encontrar hematuria microscópi-
ca, leve proteinuria o piuria que pueden ser inespecíficos y no representar al-
teración renal significativa. Sin embargo, la presencia de cilindros hemáticos si
se acompaña de hipocomplementemia es indicativo de afectación inmunológi-
ca renal.
- Gasometría arterial si hay afectación pulmonar.
▲ Hemocultivos: el resultado de los hemocultivos es fundamental para el diagnóstico
y el tratamiento por lo que se debe ser muy riguroso en su extracción para evitar
errores de interpretación. Nuestra recomendación es:
- Extraer tres hemocultivos de tres sitios diferentes a lo largo de una hora; si el
paciente no está gravemente enfermo esperar unas 48 horas los resultados an-
tes de iniciar tratamiento. Si a las 48 horas son negativos y existe una fuerte
sospecha clínica, extraer otros tres antes de iniciar tratamiento empírico.
- Si el paciente estaba recibiendo antibióticos y no está grave, recomendamos re-
tirar 24-48 horas los antibióticos y extraer tres hemocultivos pasado este tiem-
po. Si el paciente está grave, extraer tres hemocultivos y avisar al laboratorio
para que los incube de forma prolongada dado que la toma de antibióticos re-
trasa el crecimiento de los gérmenes.
382
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
Tomado de referencia 4.
TRATAMIENTO
▲ El tratamiento definitivo se realiza en función de los resultados microbiológicos de los
que habitualmente no disponemos en el Servicio de Urgencias. Cuando decidamos
iniciar tratamiento tendremos que tener en cuenta una serie de principios como son:
- Utilización de antibióticos por vía parenteral.
- Usar antibióticos bactericidas.
- Puede ser necesario emplear combinaciones con efecto sinérgico.
- Los pacientes con EI izquierda deben ser manejados al menos inicialmente en
un Hospital con Servicio de Cirugía Cardiovascular.
383
CAPÍTULO 55
▲ Es razonable, si el paciente no está grave, esperar 24-48 horas para tener resul-
tados de los hemocultivos. Si el paciente está grave y sobre todo si se trata de una
EI sobre válvula protésica o si necesitase antibióticos por otra razón, recomenda-
mos como tratamiento empírico:
- EI sobre válvula nativa: Cloxacilina (2 g/4 h i.v) más Gentamicina (1 mg/kg/
8 h i.v). Si hay alergia a beta-lactámicos se sustituirá la Cloxacilina por Vanco-
micina (15 mgs/kg/12 h i.v).
- EI sobre válvula protésica: Vancomicina (15 mgs/kg/12 h i.v) más Gentamici-
na y puede añadirse Rifampicina (300 mgs/8 h por vía oral).
¿Anticoagulación? En las EI sobre válvula nativa no se recomienda anticoagular.
En los pacientes con EI sobre válvula protésica mantener la anticoagulación con
heparina i.v en perfusión contínua.
CRITERIOS MENORES:
1. Predisposición: cardiopatía preexistente o uso de drogas por vía parenteral.
2. Temperatura mayor o igual a 38 ºC.
3. Fenómenos vasculares: émbolos en arterias mayores, infartos pulmonares sépticos, aneu-
rismas micóticos, hemorragia intracraneal, hemorragia conjuntival y lesiones de Jane-
way.
4. Fenómenos inmunológicos: glomerulonefritis, nódulos de Osler, manchas de Roth y fac-
tor reumatoide positivo.
5. Ecocardiograma sugestivo de endocarditis infecciosa sin alcanzar los criterios mayores
antes mencionados.
6. Evidencia microbiológica (hemocultivos positivos que no cumplen los criterios mayores,
excluyendo un único hemocultivo con estafilococo coagulasa negativo y microorganismos
no relacionados con endocarditis infecciosa) o evidencia serológica de infección con un
microorganismo productor de endocarditis infecciosa.
Tomado de referencia 4.
384
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
PROFILAXIS
Para determinar si a un individuo dado es necesario administrarle profilaxis de EI, es
necesario estimar el riesgo relativo de desarrollar EI. Esto se puede calcular evaluan-
do el riesgo de un procedimiento dado de producir bacteriemia (cuadro 55.7) y el
riesgo de la alteración cardíaca subyacente (cuadro 55.6). En el cuadro 55.8 se ofre-
cen algunas de la pautas recomendadas de profilaxis. Habrá que tener en cuenta que
los pacientes anticoagulados no deben recibir inyecciones intramusculares.
Comunicación
interauricular.
Soplos fisiológicos.
Modificado de referencia 3.
385
CAPÍTULO 55
Modificado de referencia 3.
BIBLIOGRAFÍA:
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and management of infective endocarditis and its complications. Circulation 1998; 98:
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delphia: W.B. Saunders company; 1997. p. 1077-1104.
387
CAPÍTULO 56
Capítulo 56
INFECCIONES DE
VÍAS RESPIRATORIAS BAJAS
C. Vélez Pérez - F. Cuadra García - Tenorio
INTRODUCCIÓN
▲ Las infecciones respiratorias representan un motivo de consulta frecuente en Aten-
ción Primaria; los procesos más severos serán derivados a las consultas especiali-
zadas y frecuentemente a los Servicios de Urgencias de los hospitales.
▲ Como infecciones de vías respiratorias bajas (IVRB) consideramos las traqueítis,
bronquitis agudas, infecciones asociadas a las exacerbaciones de la bronquitis
crónica y las neumonías.
▲ La traqueítis es de causa vírica la mayoría de las veces; cursa con malestar gene-
ral, fiebre, tos irritativa y una auscultación pulmonar sin datos de focalidad. No re-
querirá pruebas complementarias ni tratamiento antibiótico, siendo suficientes me-
didas sintomáticas (hidratación, antitérmicos y antitusígenos).
▲ La bronquitis aguda consiste en una inflamación aguda y difusa de la mucosa
bronquial, generalmente de causa infecciosa (en el 95 % de los casos vírica y en
menor proporción por Mycoplasma pneumoniae y Chlamydia pneumoniae). Es
más frecuente en niños y fumadores. Su curso suele ser autolimitado, con tos, ex-
pectoración, que puede ser purulenta, fiebre, dolor retroesternal y sintomatología
general; en la auscultación pulmonar se aprecian roncus y sibilancias y la radio-
grafía de tórax es normal. El tratamiento es sintomático con analgésicos, antitusí-
genos y broncodilatadores si hay broncoespasmo; cuando el esputo es franca-
mente purulento y hay datos de gravedad se asociarán antibióticos (pueden
utilizarse macrólidos -claritromicina o azitromicina- o quinolonas respiratorias -le-
vofloxacino o moxifloxacino- aunque las quinolonas deben evitarse en niños).
▲ Las infecciones asociadas a exacerbaciones de bronquitis crónica son tratadas en
tema aparte (capítulo 23). Debe tenerse en cuenta que sólo en un 50 % de los ca-
sos las agudizaciones tienen una causa infecciosa y de éstas un porcentaje impor-
tante son de etiología vírica.
▲ Las neumonías son las infecciones más graves del parénquima pulmonar; es por
ello por lo que es importante hacer un buen enfoque diagnóstico e iniciar un tra-
tamiento correcto rápidamente. El resto del capítulo se centrará en el manejo diag-
nóstico y terapéutico en Urgencias de las neumonías comunitarias y nosocomiales,
dedicando algunos comentarios a la tuberculosis pulmonar. Las neumonías en pa-
cientes inmunodeprimidos (pacientes con infección por VIH, trasplantados y neu-
tropénicos) se tratan en capítulos aparte (62, 63 y 65 respectivamente).
ETIOLOGÍA
Generalmente difícil de establecer incluso cuando se emplean métodos diagnósticos
complejos y hasta invasivos (en algunas series solamente se consigue identificar la
causa en el 30 – 50 % de los casos).
Deben tenerse en cuenta una serie de datos con relación a la etiología de las neu-
monías:
▲ El agente causal más frecuente es S. pneumoniae, siendo otros microorganismos
importantes H. influenzae, M. catarrhalis y M. pneumoniae.
▲ La etiología suele ser monomicrobiana excepto en las neumonías aspirativas en
que suelen estar producidas por múltiples microorganismos de la orofaringe (cocos
grampositivos, bacilos gramnegativos y raramente anaerobios).
▲ Los microorganismos poco comunes suelen asociarse a determinadas patologías o
condiciones predisponentes; así por ejemplo, la neumonía por Klebsiella pneumo-
niae aparece casi exclusivamente en etílicos crónicos, Pseudomonas va asociada
frecuentemente a fibrosis quística o bronquiectasias y S. aureus puede ser causa
de neumonía tras un cuadro gripal.
Dado que el manejo terapéutico va a ser empírico en la inmensa mayoría de los ca-
sos debemos considerar estos puntos para evitar tratamientos de amplio espectro in-
necesarios y costosos.
ENFOQUE DIAGNÓSTICO
▲ Para llegar a un diagnóstico de neumonía se requiere ante todo una ANAMNESIS
DETALLADA, teniendo muy en cuenta las patologías previas (diabetes, enfermeda-
des pulmonares crónicas), hábitos tóxicos (tabaquismo, etilismo), lugar de resi-
dencia (domicilio, residencia de crónicos) posibles episodios de pérdida de
conciencia (¿aspiración?), viajes recientes, casos de neumonía en el entorno fami-
liar, contacto con animales, etc. Si es posible recoger información sobre estos as-
pectos podremos aproximarnos bastante no sólo al diagnóstico sindrómico de in-
fección pulmonar sino también al agente causal y al pronóstico de la misma.
▲ Con relación a la SINTOMATOLOGÍA, suelen considerarse dos síndromes en fun-
ción de la forma de presentación:
a) Síndrome típico: suele presentarse con fiebre alta, escalofríos, tos productiva y
dolor pleurítico; en la auscultación pueden apreciarse crepitantes o signos de
consolidación según la fase evolutiva y en la radiografía de tórax se objetiva
una condensación bien delimitada y homogénea. Este cuadro clínico suele co-
rresponder con infección por S. pneumoniae, H. influenzae o M. catarrhalis.
b) Síndrome atípico: las neumonías atípicas pueden considerarse enfermedades
infecciosas generales en las que el pulmón es sólo uno de los órganos afecta-
dos; no infrecuentemente dominan los síntomas extrapulmonares y ello a veces
conduce a diagnósticos erróneos en Urgencias. La sintomatología puede ser de
curso subagudo, con fiebre, mialgias, cefalea, artralgias y tos seca. La radiolo-
gía es variable, desde afectación multifocal a patrones intersticiales. Se habla
de neumonías atípicas zoonóticas (Psittacosis, Fiebre Q y Tularemia) y no zoo-
nóticas (M. pneumoniae, C. pneumoniae y Legionella).
▲ En ocasiones se trata de un síndrome mixto o indeterminado de inicio atípico que
evoluciona hacia uno típico (no infrecuente en caso de Legionella).
▲ En el caso de los ancianos la forma de presentación puede ser aún más atípica y es
en ellos donde debe elevarse el grado de sospecha: la fiebre puede estar ausente
(posiblemente por la toma de AINEs para problemas reumáticos), suele faltar la ex-
389
CAPÍTULO 56
pectoración e incluso la tos puede ser escasa; no es infrecuente que la clínica inicial
de una neumonía en estos enfermos sea el deterioro cognitivo, caídas frecuentes, in-
continencia de esfínteres reciente o descompensación inexplicada de sus patologí-
as previas; además, la presencia de cardiopatía, enfermedad cerebrovascular, de-
mencia y broncopatía crónica son factores de riesgo añadido para determinados
tipos de neumonía como la neumocócica en la población geriátrica.
▲ Una anamnesis detallada permitirá identificar síntomas extrapulmonares (cambios
de conducta, diarrea) que orientarán a la etiología por microorganismos atípicos.
La exploración física, además de una auscultación pulmonar cuidadosa (en fases
iniciales pueden apreciarse solamente crepitantes sin semiología de consolidación)
deberá incluir la búsqueda de alteraciones a otros niveles (bradicardia relativa,
exantema, adenopatías, etc.); asimismo debemos buscar signos de posible des-
compensación cardíaca, hepática o renal ya que ésto tendrá gran importancia en
el pronóstico. Una neumonía en situación de shock es muy rara: en estos casos muy
frecuentemente la etiología es neumocócica y hay un defecto de función esplénica;
debe descartarse también que la causa del shock sea otro problema asociado.
DATOS COMPLEMENTARIOS
▲ Hemograma: datos como la leucocitosis o leucopenia intensas pueden orientar so-
bre la gravedad del cuadro; la presencia de anemia o trombopenia pueden servir
para valorar la situación general del paciente.
▲ Bioquímica básica: la presencia de hiponatremia, insuficiencia renal o hiperglu-
cemia pueden tener valor pronóstico, aparte de servir para detectar patologías no
conocidas previamente y que pueden influir en la evolución de la neumonía.
▲ Saturación de O 2 mediante pulsioximetría y gasometría arterial: debe realizarse
cuando haya datos de insuficiencia respiratoria en sujetos jóvenes y siempre en
pacientes mayores o con patologías de base, ya que será un dato de gran valor
para decidir la necesidad de ingreso hospitalario.
▲ Coagulación elemental: puede ser útil en casos seleccionados para descartar si-
tuación de sepsis.
▲ Hemocultivos: deben realizarse cuando el paciente vaya a ingresar, debiendo ex-
trarse antes del inicio del tratamiento antibiótico; la positividad, aunque es poco
frecuente, sirve para establecer la etiología y además indica un peor pronóstico.
▲ Radiografía de tórax PA y lateral: debe valorarse en casos dudosos conjunta-
mente con el radiólogo (suministrándole datos clínicos para una mejor interpreta-
ción); la radiología puede ser poco demostrativa en fases iniciales de la neumo-
nía, así como en casos de deshidratación, neutropenia e infección por
determinados patógenos (P. carinii en inmunodeprimidos). No debe asumirse que
todo infiltrado pulmonar se trata de una neumonía y deben descartarse con datos
clínicos otros procesos (insuficiencia cardíaca, tromboembolismo pulmonar con in-
farto, hemorragia pulmonar, etc).
▲ La utilidad del análisis del esputo (tinción y cultivo) es controvertida aunque en ca-
sos seleccionados puede resultar útil (la presencia de abundantes diplococos gram-
positivos como especie predominante en una muestra de buena calidad es prácti-
camente diagnóstica de neumonía neumocócica).
▲ Análisis del líquido pleural: en caso de radiología con derrame para descartar
empiema.
390
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
TRATAMIENTO
▲ Hay multitud de artículos dedicados al tratamiento empírico de la neumonía co-
munitaria; algunos ensayos clínicos publicados aportan datos de difícil interpreta-
ción y en ocasiones los intereses comerciales contribuyen a aumentar la confusión.
En el año 1998 se publicaron las recomendaciones de un grupo multidisciplinar
de la Sociedad Española de Quimioterapia y en el año 2000 se han publicado las
recomendaciones de la Sociedad Americana de Enfermedades Infecciosas y las re-
alizadas conjuntamente por las Sociedades de Enfermedades del Tórax y Enfer-
medades Infecciosas de Canadá. De ellas extraemos las recomendaciones que se
comentarán más adelante.
▲ Antes de comentar las pautas de tratamiento antibiótico repasaremos algunos con-
ceptos útiles:
● La gravedad de la neumonía depende de la situación inmunológica del enfer-
mo y de las patologías asociadas (fundamentalmente cardiopulmonares) inde-
pendientemente del microorganismo causal; por lo tanto el tratamiento anti-
biótico será el mismo en el caso de una neumonía moderada y una grave.
● En enfermos con neumonías graves (en los que generalmente habrá enferme-
dades crónicas de base) tan importante como un buen tratamiento antibiótico
es el cuidado de los problemas asociados (insuficiencia cardíaca, descompen-
sación diabética, etc.). Será necesaria una oxigenoterapia adecuada, atención
a las alteraciones hidroelectrolíticas y valorar la necesidad de analgesia y he-
parina de bajo peso molecular a dosis profilácticas según cada caso.
● Las neumonías de la comunidad son en la mayoría de los casos monomicro-
bianas y son pocos agentes los responsables; por lo tanto el tratamiento empí-
rico debe ir dirigido a ellos, evitando antibioterapias de muy amplio espectro;
en pacientes con determinados factores de riesgo puede ser necesario emplear
antibióticos que cubran adecuadamente bacilos gramnegativos o Pseudomo-
nas, pero no siempre.
● Es raro que patógenos típicos y atípicos estén presentes en el mismo paciente;
en caso de que no pueda distinguirse con los datos clínicos entre un síndrome
de neumonía típica o atípica se emplearán antibióticos que cubran ambos tipos
de microorganismos (Doxiciclina, macrólidos o quinolonas respiratorias).
● Las neumonías por aspiración suelen estar producidas por microorganismos aero-
bios de la orofaringe; el uso de antibióticos con actividad específica frente a ana-
erobios puede estar indicado en pacientes con enfermedad periodontal severa, es-
puto pútrido o evidencia de neumonía necrotizante o absceso pulmonar en la
radiografía. El tratamiento de elección en el absceso pulmonar es Clindamicina.
● Cuando la situación clínica lo permita se debe plantear al menos la utilización
de antibióticos por vía oral con buena biodisponibilidad y penetración en teji-
do pulmonar (macrólidos, quinolonas); de ellos deben elegirse aquellos con po-
cos efectos adversos, escasas interacciones farmacológicas y pocas dosis al día
para favorecer una buena cumplimentación (aspecto muy importante en enfer-
391
CAPÍTULO 56
NEUMONÍA NOSOCOMIAL
▲ Se considera como nosocomial a la neumonía que se presenta tras las 48-72 ho-
ras de ingreso en el hospital o en los 7-10 días tras el alta; es este último grupo el
que veremos en el Servicio de Urgencias y aunque no sea un caso frecuente con-
viene tenerlo en cuenta a la hora de valorar a un paciente que acude pocos días
después de ser dado de alta con fiebre o clínica respiratoria.
▲ En pacientes que han estado ingresados (sobre todo aquellos que han precisado
hospitalizaciones prolongadas, cirugía mayor o estancia en UCI) las tasas de co-
393
CAPÍTULO 56
▲ El inicio del tratamiento antibiótico empírico debe estar orientado a cubrir los pató-
genos más habituales, centrándonos en P. aeruginosa; en general se prefiere iniciar
el tratamiento con monoterapia (Ceftazidima, Cefepime, Imipenem o Meropenem a
las dosis señaladas en el apartado de la neumonía comunitaria); posteriormente y si
se demuestra que la etiología es P. aeruginosa se añadiría otro antibiótico antipseu-
domónico (Ciprofloxacino o Aztreonam); los aminoglucósidos no son considerados
actualmente antibióticos de elección en el tratamiento de las infecciones pulmonares
por su pobre penetración a nivel intracelular y en las secreciones bronquiales.
TUBERCULOSIS PULMONAR
▲ Los pacientes con tuberculosis pueden presentarse en Urgencias con diversos sín-
tomas y síndromes por lo que el grado de sospecha debe ser muy elevado dada
la alta prevalencia en nuestro país; dicha sospecha será mucho mayor ante deter-
minadas situaciones sociosanitarias (etilismo crónico, malnutrición, inmigrantes de
países subdesarrollados, personas sin hogar, toxicómanos, pacientes con infección
por VIH e inmunodeprimidos en general).
394
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
PATRONES RADIOLÓGICOS
● Infiltrados apicales y posteriores, uni o bilaterales, cavitados; en diabéticos no
es infrecuente la localización en lóbulos inferiores.
● Adenopatías hiliares y/o mediastínicas: frecuente en las formas primarias de tu-
berculosis y en pacientes con infección por VIH.
● Derrame pleural.
● Patrón micronodular (miliar).
● Cuadro radiológico similar al distress respiratorio: raro pero muy grave.
▲ Ante un paciente con sintomatología sospechosa de tuberculosis (incluso antes de
contar con la radiografía) se deben tomar una serie de medidas para evitar el po-
sible contagio a otros pacientes o al personal sanitario de Urgencias. Si se dispo-
ne de habitación independiente se le colocará en aislamiento respiratorio y si ello
no es posible se le pondrá una mascarilla adecuada. Además de realizar la ana-
lítica general y la radiografía de tórax en 2 proyecciones se solicitará lo antes po-
sible una tinción en esputo específica para micobacterias (auramina-rodamina o
Ziehl), debiendo tener en cuenta que aunque sea negativa no puede excluirse la
posibilidad de tuberculosis ( la muestra posteriormente se procesará para cultivo).
▲ No todos los casos de tuberculosis pulmonar son tributarios de ingreso en el hos-
pital, habiendo motivos médicos y en ocasiones sociales que aconsejan dicha ac-
titud. En el cuadro 56.5 se señalan los criterios de ingreso aceptados en general.
▲ Con relación al tratamiento, si disponemos en Urgencias de una tinción de esputo
positiva puede iniciarse el mismo; a veces, el cuadro clínico y radiológico es tan
sugestivo o grave que está indicado el inicio del tratamiento sin datos microbioló-
gicos pero en casos dudosos es preferible confirmar el diagnóstico (debemos tener
en cuenta que otros microorganismos pueden dar lugar a una tinción de Ziehl po -
sitiva: Micobacterias atípicas, Nocardia, algunas especies de Legionella y R. equi,
aunque todos ellos son poco frecuentes).
Deben tomarse en una sola dosis al día con estómago vacío para favorecer la absor-
ción. Es preferible administrar los 3 fármacos en formulaciones integradas para dismi-
nuir el número de comprimidos y asegurar una mejor cumplimentación a largo plazo.
Rifater® contiene 50 mgs de INH, 120 mgs de RIF y 300 mgs de PZA por comprimido;
en pacientes de 50 kgs o más se administran en general 5 comprimidos y por debajo
de 50 kgs 4 comprimidos; cuando haya problemas para utilizar la vía oral pueden em-
plearse INH y RIF por vía i.v. y sustituir PZA por Estreptomicina i.v. (1 gr/día).
▲ En casos de sospecha de tuberculosis resistente (tratamientos incompletos previa-
mente, pacientes procedentes de prisiones, etc) deberá añadirse un cuarto fárma-
co al esquema anterior, generalmente Etambutol (800-1200 mgs / día).
▲ En embarazadas PZA debe ser sustituida por Etambutol.
▲ El enfermo que ingrese debe ser colocado en aislamiento respiratorio (debe ha-
cerse constar claramente en las órdenes de tratamiento).
▲ El caso debe ponerse en conocimiento del Servicio de Medicina Preventiva.
▲ Si el enfermo no ingresa debe indicársele claramente las medidas para evitar el
contagio (durante las 2 primeras semanas sobre todo) y el tratamiento que debe
seguir (los 3 fármacos indicados arriba durante 2 meses para continuar con INH
y RIF 4 meses más o 7 meses más en el caso de los pacientes con infección VIH);
debe ser remitido en el plazo de unos días a una consulta especializada de Medi -
cina Interna, Enfermedades Infecciosas o Neumología para valoración. El caso de-
be notificarse a Sanidad.
BIBLIOGRAFÍA
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396
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
397
CAPÍTULO 57
Capítulo 57
INFECCIONES DEL TRACTO URINARIO
A. Escobés Mendoza - Mª. A Sepúlveda Berrocal
INTRODUCCIÓN
▲ Las infecciones del tracto urinario (ITU) suponen un importante problema sanitario
por su alta morbilidad en todas las edades, siendo el grupo poblacional de ma-
yor prevalencia las mujeres jóvenes sexualmente activas. Es la infección nosoco-
mial más frecuente y la primera causa de bacteriemia por Gram negativos.
▲ La distribución por sexos varía según la edad. En lactantes menores de 3 meses
predominan en varones. Por encima de esa edad y en adultos son más frecuentes
en mujeres. En edades avanzadas aumenta la incidencia en ambos sexos, sobre
todo en el varón.
DEFINICIONES
1.- INFECCIÓN DEL TRACTO URINARIO:
Presencia de un microorganismo en el tracto urinario.
2.- CISTITIS AGUDA NO COMPLICADA:
Síndrome miccional asociado a bacteriuria, a menudo a piuria y ocasionalmente
a hematuria, secundario a la inflamación superficial de la mucosa vesical, en mu-
jeres jóvenes y sanas no embarazadas.
3.- CISTITIS COMPLICADA:
Inflamación de la mucosa vesical en pacientes que presentan uno o varios facto-
res de riesgo (sexo masculino, edades extremas, menopausia, diabetes, inmuno-
deficiencia, insuficiencia renal, infección adquirida en el hospital, síntomas de
más de 7 días de evolución sin tratamiento adecuado, uso reciente de antimicro-
bianos, sonda vesical, manipulación reciente del tracto urinario, anomalía anató-
mica o funcional del mismo) con alto índice de fracaso terapéutico.
4.- PIELONEFRITIS AGUDA:
Infección del parénquima renal generalmente de etiología bacteriana.
5.- PROSTATITIS AGUDA:
Inflamación aguda de la glándula prostática debido a una infección bacteriana.
ETIOLOGÍA
El origen bacteriano es el más frecuente.
▲ En el 80 - 90% de los cultivos: E. coli, Staphylococcus saprophyticus, Proteus mi-
rabilis y Klebsiella pneumoniae.
▲ En pacientes con factores predisponentes (ancianos, embarazo, sondaje vesical,
tratamiento antibiótico previo, origen nosocomial): Enterococo, Citrobacter, Ente-
robacter, Serratia, Pseudomonas, Staphylococcus aureus, Corynebacterium, Gard-
nerella vaginalis). Los pacientes sondados suelen presentar infecciones polimicro-
bianas.
Las infecciones por Candida albicans se diagnostican fundamentalmente en pacien-
tes diabéticos, sondados o sometidos a tratamiento antibiótico previo. Más raramen-
te y en pacientes inmunodeprimidos, se pueden aislar Aspergillus o Criptococcus en
orina.
398
MANUAL DE PROTOCOLOS Y A CTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
APROXIMACIÓN DIAGNÓSTICA
1. ANAMNESIS:
▲ Síntomas: ante la presencia de síndrome miccional bajo (disuria, polaquiuria, te-
nesmo y urgencia miccional) de inicio brusco, sospecharemos el diagnóstico de
cistitis. La tríada de fiebre, dolor en fosa renal y síndrome miccional bajo es típi-
co de la pielonefritis, aunque su ausencia no excluye la presencia de formas asin-
tomáticas.
▲ Descartar factores de riesgo de ITU complicada: ver indicaciones de urocultivo.
2. EXPLORACIÓN FÍSICA:
Exploración general que incluye tensión arterial, temperatura y frecuencia cardiaca,
para descartar signos de gravedad. Realizar siempre puño-percusión renal para va-
lorar posible pielonefritis, aunque es positiva también en tumores y litiasis y puede ser
negativa en presencia de infección del tracto urinario superior. En los varones se de-
be realizar tacto rectal para valorar la próstata. Ante una próstata dolorosa, tume-
facta, y edematosa sospecharemos una prostatitis aguda.
3. PRUEBAS COMPLEMENTARIAS:
3.1.- Sistemático de orina y sedimento: se realizará siempre de forma rutinaria ante
la sospecha de ITU en busca de piuria y/o bacteriuria. La presencia de otras
anomalías como cilindros leucocitarios, hematuria, proteinuria, pH alterado y
la presencia de nitritos pueden ser también de interés. El 90 % de los pacientes
sintomáticos presentan piuria; la ausencia de la misma hace poco probable la
ITU aunque puede ocurrir en fases iniciales de la enfermedad o en pacientes
tratados previamente con antibióticos. Un pH > 8 orienta hacia infección por
Proteus spp.
3.2.- Urocultivo: no está indicado de forma rutinaria. En la interpretación del resul-
tado es obligado conocer la sintomatología del paciente. Se debe realizar en
las siguientes situaciones:
3.3.- Hemograma y bioquímica general: útil para descartar leucocitosis con desvia-
ción izquierda y valorar función renal.
3.4.- Hemocultivos: se deben obtener cuando haya fiebre, afectación del estado ge-
neral, sospecha de ITU superior o infección complicada, clínica sugerente de
prostatitis aguda y sospecha de sepsis o bacteriemia. Debe tenerse en cuenta que
los pacientes ancianos y aquellos en tratamiento con fármacos antiinflamatorios
pueden tener una respuesta febril atenuada aún con infecciones graves.
399
CAPÍTULO 57
TRATAMIENTO
1. CISTITIS AGUDA NO COMPLICADA:
▲ Dado que la distribución de microorganismos causantes de cistitis en mujeres jó-
venes y su perfil antimicrobiano es predecible, está indicado iniciar tratamiento
antibiótico de forma empírica con:
- Fluorquinolonas: Ciprofloxacino 250 mgs cada 12 horas ó Norfloxacino 400
mgs cada 12 horas u Ofloxacino 200 mgs cada 12 horas.
- Amoxicilina / Clavulánico 500 / 125 mgs cada12 horas.
- Cefuroxima axetilo 250 mgs cada 12 horas.
▲ El tratamiento será por vía oral y durante tres días.
2. CISTITIS COMPLICADA:
Se utilizarán los mismos fármacos y dosis que en las no complicadas, pero se
mantendrá el tratamiento 7 días.
3. PIELONEFRITIS AGUDA:
Se realizará por vía oral o parenteral según la severidad del cuadro clínico:
▲ Poca afectación general con buena tolerancia oral: se iniciará tratamiento anti-
biótico por vía oral, hasta completar 14 días con Ciprofloxacino 500 mgs cada
12 horas u Ofloxacino 400 mgs cada 12 horas.
▲ Importante afectación de estado general, intolerancia a la vía oral o embarazo
son indicación de hospitalización y antibioterapia intravenosa al menos durante
72 horas con: Ciprofloxacino 400 mgs i.v. cada 12 horas u Ofloxacino 400 mgs
i.v. cada 12 horas ó Ceftriaxona 1 gr. i.v. cada 24 horas. Una vez que se produ-
ce la mejoría clínica puede pasarse el antibiótico a la vía oral y completar los 14
días de tratamiento.
▲ Si se sospechan microorganismos multirresistentes o infección por Enterococo se
deben usar de forma empírica: Ampicilina 2 grs i.v. cada 6 horas y Gentamicina
240 mgs i.v. cada 24 horas (ajustar según función renal).
400
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
BIBLIOGRAFÍA
▲ Pedroche Díaz C, Fernández Ramos R. Infecciones urinarias. Manual de diagnóstico y tera-
péutica médica 12 de Octubre. 4ª Edición.1997. Cap. 31 (359 -367).
▲ Orenstein,R; Wong, ES. Urinary tract infections in adults. Am Fam Physician. 1999; 59:
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▲ Stamm WE, Hooton TM. Current Concepts: Management of Urinary Tract Infections in Adults.
N Engl J Med, 1993; 329: 1328-1334.
401
CAPÍTULO 58
Capítulo 58
INFECCIONES
DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL
A. Julián Jiménez - N. García Barragán
INTRODUCCIÓN
▲ Las infecciones del sistema nervioso central (SNC) engloban un grupo variado de
cuadros clínicos causados por diferentes agentes infecciosos (bacterias, virus,
hongos, parásitos). Estas infecciones son muy importantes desde el punto de vista
clínico, tanto por su frecuencia como por las graves complicaciones que pueden
tener si no se aplica un tratamiento adecuado en las primeras horas de evolución.
▲ Las claves para su correcto diagnóstico y tratamiento son:
- Definir un síndrome clínico (meníngeo, encefalomielítico).
- Considerar distintas posibilidades etiológicas.
- Tener siempre presente factores como la edad, enfermedades de base, trau-
matismos previos, antecedentes epidemiológicos (casos especiales serán el in-
munodeprimido y el enfermo VIH).
▲ Los cuadros que con más frecuencia encontramos en Urgencias son:
1.- Meningitis agudas, 2.- Meningitis subagudas-crónicas, 3.- Encefalitis,
4.- Abscesos cerebrales. Y también problemas neurológicos en relación con el en-
fermo VIH (se verán en el capítulo 62).
▲ Principales variables para definir un cuadro clínico:
- Localización de la infección: meníngea, encefalítica, medular. No obstante, es
importante recordar que con frecuencia, se afectarán simultáneamente varias
localizaciones dando lugar a encefalomielitis o meningoencefalitis.
- Duración o curso evolutivo: agudo (menos de 48 horas); subagudo (más de 3-
7 días); crónico (más de 4 semanas).
▲ En la mayoría de las infecciones del S.N.C existe afectación meníngea. Esta afecta-
ción se refleja por hallazgos patológicos en el líquido cefalorraquideo (L.C.R); por lo
que el estudio de este líquido es fundamental en el diagnóstico de las infecciones del
SNC. (Ver capítulo 6: "Técnicas invasivas en Urgencias"). Clínicamente el SINDRO-
ME MENÍNGEO se define ante la existencia de alguno/s de los síntomas o signos si-
guientes: fiebre, cefalea, náuseas, vómitos, alteración del nivel de conciencia, "signos
meníngeos" y rigidez de nuca. Puede ser el reflejo de procesos infecciosos o no.
L.C.R.
La interpretación de los datos encontrados en el LCR es fundamental en el estudio de
las infecciones del SNC. Para poder analizar estos valores es necesario enviar pre-
viamente una cantidad de LCR suficiente para el análisis, detallando además correc-
tamente las peticiones que hacemos a los distintos laboratorios. A continuación ex-
ponemos los estudios solicitados más frecuentemente en Urgencias, aunque éstos
pueden variar un poco según la sospecha clínica:
1. Tubo para Bioquímica (2-4 ml, unas 10-20 gotas) donde solicitaré: células, proteínas
y glucosa (recuerda que debemos conocer simultáneamente la glucemia del enfermo).
2. Tubo para Hematología (2-4 ml, unas 10-20 gotas) donde solicitaré recuento di-
ferencial celular (Polimorfonucleares-Mononucleares) y veremos si hay hematíes.
402
M ANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
MENINGITIS AGUDA
Meningitis Aguda Bacteriana
Es una infección-inflamación de las meninges y del espacio subaracnoideo causada
por bacterias. Es una URGENCIA MÉDICA por su gran morbi-mortalidad. Se diag-
nostican en los Servicios de Urgencias unos 5 casos/100.000 habitantes/año.
Ante la posibilidad de una meningitis aguda en Urgencias lo primero que deberemos
hacer es intentar distinguir entre meningitis aguda bacteriana (M.A.B) y otras menin-
gitis. Así, clásicamente se dice que si existe la posibilidad de que pudiéramos estar
ante una M.A.B habrá que actuar de forma inmediata y en menos de 30 minutos
haber iniciado el tratamiento empírico.
404
MANUAL DE PROTOCOLOS Y A CTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
Cuadro 58.2: ¿Cuándo hay que hacer TAC craneal antes de una punción lumbar?
▲ Si es un cuadro clínico agudo (sospecha de meningitis aguda):
●Cuando exista deterioro evidente del nivel de conciencia (confusión, estupor, coma)
●Si ha habido crisis comiciales.
● Si existe focalidad neurológica en la exploración.
● Si existe, o hay sospecha de un foco infeccioso crónico en la vecindad (foco paramenín-
geo), sospecha de sinusitis, otomastoiditis.
● Si existe algún dato que sugiera hipertensión intracraneal o herniación progresiva: papi-
ledema, paresia del III o VI par.
● Ante un "fondo de ojo dificultoso" o no concluyente (cataratas, enfermo agitado, asime-
trías) se solicitará la ayuda del oftalmólogo y si existe duda se hará TAC.
▲ En todos los casos de sospecha de meningitis subagudas-crónicas, encefalitis, abscesos craneales.
405
CAPÍTULO 58
En una M.A.B (ver cuadro 58.1) obtendremos habitualmente un L.C.R con un perfil
purulento (pleocitosis sobre todo de PMN, con aumento de proteínas e hipoglucorra-
quia), no obstante, hay que recordar que en fases muy precoces de la enfermedad
podemos encontrar un perfil mixto o un perfil que no sea el purulento típico; ésto no
debe hacernos excluir la posibilidad de una MAB y el tratamiento debe ser aplicado
inmediatamente. En situaciones compatibles con una M.A.B decapitada (es decir,
aquella que ha recibido alguna dosis de antibiótico antes de ser evaluada en Urgen-
cias) la actitud debe ser la misma que para una MAB.
3.- Tratamiento en el área de Urgencias:
* En las comunidades donde exista gran tasa de resistencias del neumococo a penicilinas y ce-
falosporinas de 3ª generación se añadirá vancomicina hasta conocer antibiograma y la C.M.I
(si CMI<1 para cefalosporinas de 3ª generación se retirará la vancomicina). La dosis de van-
comicina recomendada es 1-2 gr/12 h.
Todos los fármacos enunciados en el cuadro 58.3 deben administrarse por vía intravenosa.
406
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
(1): La clínica puede comenzar con dolor abdominal y fiebre junto con sintomatología neuroló-
gica. Deberemos descartar foco abdominal primario, realizar TAC craneal y avisar a Neu-
rocirugía para recambio del dispositivo.
(2): Hablaremos de "enfermos debilitados crónicamente" en el caso de pacientes diabéticos, pacien-
tes alcohólicos, pacientes sometidos a tratamiento esteroideo y pacientes con enfermedades de
base que aumenten la susceptibilidad ante agresiones externas. Además, en estos enfermos hay
que tener en cuenta la posibilidad de infección por Mycobacterium tuberculosis (ver tratamiento
posteriormente) y Cryptococus neoformans que requeriría tratamiento específico con anfoterici-
na B liposomal 1-3 mg/Kg/día en dosis crecientes con 5-fluocitosina 100mg/kg/día (alternati-
va fluconazol).
(*) Numerosos autores avalan la asociación sinérgica de gentamicina a la ampicilina en el tra-
tamiento de L. monocytogenes.
Algunos autores establecen que los "enfermos inmunodeprimidos no neutropénicos" se de-
bería tratar con: Ceftazidima ó Cefepime + Ampi/Genta ó TMP-SMX +/- Vancomicina. En
este caso las alternativas serían Meropenem +/- Vancomicina. En caso de alergia a beta-
lactámicos: Levofloxacino + TMP-SMX.
Nota: los fármacos mencionados en el cuadro 58.4 deben administrarse por vía intravenosa.
407
CAPÍTULO 58
Analítica
Indicada Contraindicada
punción lumbar inmediata
Hemocultivos
1ª dosis de A, B según ¿Precisa TAC
cuadros 58.3 y 58.4 previo a P.L.?
Valorar perfil ver cuadro 58.2
L.C.R.
Perfil purulento
M.A.B. Otros Perfiles
Valorar
Adecuar tratamiento Ingreso en tratamiento
A.B según cuadro 58.1 aislamiento adecuados
Meningitis subagudas-crónicas
Así definimos a aquellos cuadros que tienen una duración desde 3-7 días hasta 3 se-
manas (subagudo) o más de 4 semanas (crónico).
Este grupo incluye meningitis virales y un gran número de meningitis bacterianas que
se presentan como subagudas. En España y en enfermos no inmunodeprimidos las
causas más frecuentes son:
▲ Tuberculosis (40 %).
▲ M.A.B decapitada.
▲ Brucelosis.
▲ B. burgdorferi (enfermedad de Lyme); criptococosis; sífilis; leptospirosis y otras.
▲ Descartar, si procede, meningitis carcinomatosa y vasculitis.
Los datos epidemiológicos son muy importantes cuando sospechamos uno de estos
cuadros.
La aproximación diagnóstica y las pruebas complementarias serán similares a las que
se especifican en los apartados de perfiles del L.C.R de meningitis agudas linfocitarias.
Si se llega a identificar la causa se comenzará tratamiento según las siguientes reco-
mendaciones:
1) M.A.B decapitada: igual que en una M.A.B.
2) En la Meningitis por Brucella se puede optar por:
A) Doxiciclina 100 mg cada 12 h v.o ó i.v con Rifampicina 600 mg/día v.o ó i.v
con/sin Estreptomicina 1 gr i.m/día ó Gentamicina 5 mg/kg/día i.v.
B) Doxiciclina 100 mg cada 12 h v.o ó v.i.v con Cotrimoxazol (TMP-SMX). 5 mg
TMP/kg/6h i.v con/sin Rifampicina 600 mg/día v.o o i.v.
3) Enfermedad de Lyme: Ceftriaxona 2 gr i.v cada 12 horas.
4) Por su frecuencia, la meningitis tuberculosa merece un especial comentario:
410
MANUAL DE PROTOCOLOS Y A CTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
ENCEFALITIS INFECCIOSA
Se denomina así a la inflamación del encéfalo, difusa o focal, de causa infecciosa.
Generalmente está producida por virus. Mención especial se hará en este capítulo a
la "Encefalitis Herpética" ya que también se convierte en una URGENCIA MÉDICA y
se debe actuar inmediatamente como hemos descrito en las M.A.B.
▲ La etiología más frecuente de las encefalitis infecciosas es la viral siendo los agen-
tes causales similares a los comentados en las M.A.V. Otras causas de meningo-
encefalitis pueden ser listeriosis, toxoplasmosis, criptococosis, tuberculosis (más
frecuente en inmunodeprimidos), Rickettsias, Espiroquetas.
En pacientes que llegan del trópico pensar en Plasmodium falciparum y Arbovirus.
▲ El cuadro clínico suele ser agudo-subagudo con fiebre, alteración del nivel de
conciencia, meningismo, focalidad neurológica (p.e: afectación de pares cranea-
les, afasia, hemiparesia, alucinaciones), puede haber crisis comiciales. En caso de
existir además afectación medular (mielitis) podríamos ver parálisis flácida, alte-
ración de la sensibilidad con un nivel sensitivo y disfunción esfinteriana. Si se afec-
ta el hipotálamo podríamos encontrar SIADH, diabetes insípida, hipertermia.
¿ Por qué es la encefalitis herpética la más importante ?
1.- El VHS-I es la causa de encefalitis esporádica más frecuente en nuestro medio.
2.- Produce una necrosis hemorrágica en lóbulos temporales y frontales.
3.- Es la única encefalitis viral que tiene un tratamiento eficaz.
4.- Sin tratamiento tiene una mortalidad del 70-80 %.
411
CAPÍTULO 58
RECUERDA;
▲ Cuando ni la clínica, ni las pruebas de imagen, ni el perfil del L.C.R sean defini-
torios para una meningitis o encefalitis determinada, habrá que considerar iniciar
tratamiento además de con antibióticos con aciclovir y/u otros fármacos que cu-
bran Listeria, TBC, hongos según la valoración apropiada de cada caso.
RECUERDA:
- Todas las infecciones del S.N.C (incluyendo las meningitis virales) deben ser in-
gresadas.
- Si existen dudas sobre la etiología de una infección del S.N.C es conveniente co-
menzar un tratamiento con múltiples fármacos hasta que se aísle el agente cau-
sal (p.e: Ceftriaxona + Ampicilina + Aciclovir + tratamiento para meningitis tu-
berculosa).
- Ante la sospecha de una infección del S.N.C es inadmisible no tratar de forma
inmediata.
- En una sospecha de MAB hay que extraer hemocultivos e iniciar el tratamiento
antibiótico de forma empírica antes de hacer la P.L., si se va a demorar esta
prueba por cualquier motivo.
- Si un enfermo con/sin cefalea +/- fiebre nos plantea dudas se ingresará en ob-
servación.
- En caso incierto entre M.A.V y M.A.B se tratará con antibióticos.
- Cuando se realice una P.L en Urgencias, el enfermo se quedará en observación
manteniendo una vía periférica canalizada y reposición hidroelectrolítica, si
precisa, durante al menos 4 horas antes de ser dado de alta si procede (las 2
primeras en decúbito).
- En una meningitis con líquido claro y glucosa baja habría que valorar incluir en
el tratamiento inicial Ceftriaxona, Aciclovir, antituberculosos y Ampicilina o Co-
trimoxazol.
- En pacientes con foco infeccioso ORL o parameníngeo y en los que se piensa
que existe afectación meníngea o encefalítica es imprescindible realizar TAC
craneal previo a la P.L.
414
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
BIBLIOGRAFÍA
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Mandell, Douglas and Bennett’s Principles and Practice of Infectious Diseases. 5 th. ed. Phi-
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cipios de Medicina Interna.14ª ed. Madrid. McGraw-Hill Interamericana; 1998. p.2779-
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ce de Octubre". 4ª ed, Madrid: MSD;1998. p. 421-431.
415
CAPÍTULO 59
Capítulo 59
INFECCIONES DE PIEL Y TEJIDOS BLANDOS
O. López - Barrantes - F. Cuadra García - Tenorio
INTRODUCCIÓN
▲ Infecciones de la piel y tejidos blandos son las que afectan a la epidermis, der-
mis, tejido celular subcutáneo, fascia y tejido muscular, pudiendo incluir también
entre ellas las que afectan a los distintos anejos cutáneos (folículo piloso, glándu-
las, etc.). Son infecciones relativamente frecuentes en nuestro medio y en especial
en sujetos con determinados factores de riesgo tales como edades extremas de la
vida, diabetes, inmunodepresión, problemas circulatorios o consumo de drogas
intravenosas; será precisamente en estos casos en los que debamos tener un ma-
yor índice de sospecha y pongamos especial atención a la hora de elegir el tra-
tamiento adecuado dadas las potenciales complicaciones que pueden desarro-
llarse. Los aspectos particulares de las infecciones de los tejidos blandos en
usuarios de drogas por vía parenteral se tratan en capítulo aparte.
▲ Ante un paciente que acude a Urgencias con clínica de infección de partes blan-
das, debemos plantearnos rápidamente una serie de preguntas cuyas respuestas,
aunque en un principio no nos conduzcan al diagnóstico definitivo, nos pueden
ayudar a determinar la gravedad del proceso y por consiguiente la necesidad de
actuación médica y/o quirúrgica inmediata:
- ¿Se trata de un paciente con factores de riesgo conocidos para infecciones cu-
táneas?.
- ¿Hay datos epidemiológicos favorecedores de infección?. (Consumo de dro-
gas parenterales, edad de riesgo, alteraciones de la inmunidad).
- ¿Es una infección superficial o afecta a capas más profundas?.
- ¿Hay datos clínicos o analíticos de repercusión sistémica?.
- ¿Es un cuadro de instauración aguda o subaguda?.
- ¿Ha realizado ya el paciente algún tratamiento?.
Estas cuestiones serán de gran utilidad en la aproximación inicial al paciente y pro-
bablemente en la decisión sobre la necesidad de un ingreso hospitalario para diag-
nóstico definitivo y tratamiento.
CLASIFICACIÓN
Según el nivel de afectación, describimos de forma resumida los principales tipos de
infección (no se tratarán las infecciones asociadas a mordeduras humanas o de ani-
males). [Figura 59.1, cuadro 59.1]
▲ IMPÉTIGO: frecuente en niños y en relación con hacinamiento y humedad; se tra-
ta de una vesículo - pústula que se rompe y origina una placa costrosa melicéri-
ca, altamente contagiosa y pruriginosa.
▲ ECTIMA: ampollas o pústulas en número escaso, que evolucionan a fase costrosa
y dejan una úlcera necrótica con cicatriz residual; pueden cronificarse, especial-
mente en pacientes con problemas circulatorios de base. Una variedad produci-
da por Pseudomonas aeruginosa, denominado "Ectima Gangrenoso", afecta so-
bre todo a pacientes con compromiso inmunológico (neutropenia, neoplasias
hematológicas) y suele tener extensión dérmica.
416
MANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
Figura 59.1
▲ CELULITIS: eritema mal delimitado con edema y signos de inflamación local, a ve-
ces con linfangitis y adenopatías regionales, que puede asociar fiebre, escalofrí-
os y malestar general y en ocasiones complicaciones locales (tromboflebitis en
miembros inferiores, alteraciones neurológicas en celulitis orbitarias). También es
más frecuente en pacientes con otras enfermedades crónicas
▲ FASCITIS NECROTIZANTE: existen dos entidades diferentes: Fascitis tipo 1, pro-
ducida por flora mixta aerobia/anaerobia (más frecuente en diabéticos y tras
procedimientos quirúrgicos), y la Fascitis tipo 2 producida por Streptococcus del
grupo A (puede afectar a sujetos previamente sanos). Son cuadros muy graves,
con rápida evolución hacia la necrosis tisular en los planos fasciales; los cambios
en la piel pueden ser muy leves en las fases iniciales y el intenso dolor con pocos
signos locales deben elevar nuestra sospecha; cuando aparecen bullas hemorrá-
gicas el proceso suele estar muy avanzado; las zonas que se hacen anestésicas
son la expresión de trombosis de los pequeños vasos del tejido profundo. La afec-
tación sistémica es severa y puede evolucionar a shock séptico en pocas horas.
El desbridamiento quirúrgico inmediato ante la sospecha de este cuadro es fun-
damental para reducir la mortalidad (de hasta un 70 % cuando no se realiza en
las primeras 24 – 36 horas).
▲ PIOMIOSITIS: suele ser secundaria a la infección del músculo por vía hematóge-
na desde un foco a veces inaparente. En nuestro medio afecta más frecuente-
mente a pacientes inmunodeprimidos y usuarios de drogas parenterales. La ma-
yoría de los casos se presentan en la fase intermedia o supurativa, con fiebre,
dolor y a veces fluctuación en músculos de los miembros.
▲ GANGRENA GASEOSA: aparece tras contaminación de heridas con tierra y otros
productos. La evolución es rápida, con dolor muy intenso y síntomas de toxicidad
general. Hay formas de gangrena espontánea tras bacteriemia con puerta de en-
trada intestinal.
▲ FOLICULITIS, FORÚNCULO Y ÁNTRAX: se produce una pápula inflamatoria con
una pústula central donde pueden quedar restos del pelo; ocurre especialmente
en zonas de roce y en relación con mala higiene o con tratamientos corticoideos
tópicos. Cuando la inflamación se hace más profunda provocando la destrucción
del folículo genera un nódulo rojo edematoso, doloroso, que puede abscesificar-
se y acompañarse de fiebre, denominándose forúnculo. La coalescencia de va-
rios de ellos, con supuración por varios orificios, se denomina ántrax.
▲ HIDROSADENITIS: son nódulos inflamatorios, dolorosos, que se pueden abscesi-
ficar y posteriormente drenar un material purulento, dejando en su evolución ci-
catrices y trayectos fistulosos. Ocurre en las regiones axilar e inguinal funda-
mentalmente, a menudo en relación con uso de ropas ajustadas, obesidad o
depilaciones traumáticas.
pista de una fascitis necrotizante ya que es uno de los cuadros más graves con
los que nos vamos a enfrentar.
▲ Una batería analítica sencilla (hemograma, estudio de coagulación, bioquímica
básica con iones, función renal, glucosa y CPK) nos informará de la posible re-
percusión sistémica (datos como la leucocitosis con neutrofilia o leucopenia, trom-
bocitosis o trombopenia importantes, hipoglucemia y alteraciones en la coagula-
ción son indicativos de ello y tienen valor pronóstico); otros datos como la
hiperglucemia o la elevación de las cifras de urea o creatinina pueden servir pa-
ra detectar patologías no conocidas hasta entonces e influir en la decisión sobre el
manejo del paciente; puede observarse hipocalcemia moderada y una elevación
importante de la CPK (≥ 10 veces) en casos de miositis o fascitis necrotizante.
▲ En el caso de que haya exudados visibles o zonas de fluctuación debe tomarse
una muestra para tinción de GRAM y cultivo; si hay sintomatología sistémica de-
ben obtenerse hemocultivos antes de iniciar el tratamiento antibiótico.
▲ Las exploraciones diagnósticas de imagen deberán solicitarse de manera juicio-
sa y serán generalmente útiles cuando se sospeche afectación de tejidos profun-
dos (así por ejemplo una TAC podrá ser utilizada tanto para el diagnóstico como
para realizar punciones – aspiraciones con fines diagnósticos o terapéuticos).
TRATAMIENTO
▲ Ante una infección de partes blandas y tras la valoración clínica inicial, debe es -
tablecerse la necesidad o no de abordaje urgente mediante punción y drenaje
percutáneos (o desbridamiento quirúrgico del tejido desvitalizado en infecciones
más profundas). No está justificado el retraso de una exploración quirúrgica an-
te la sospecha de fascitis necrotizante aún cuando las técnicas de imagen no se-
an concluyentes ya que el pronóstico está directamente relacionado con la pre-
cocidad de la intervención.
▲ Si hay datos clínicos de afectación sistémica severa o sepsis debe iniciarse inme-
diatamente el tratamiento médico con antibióticos y líquidos intravenosos abun-
dantes. Debemos tener siempre presentes al seleccionar la pauta antibiótica a los
microorganismos más frecuentemente implicados en este tipo de infecciones (ha-
brá que pensar por tanto en los cocos grampositivos como responsables únicos o
en combinación con otras bacterias). La Clindamicina es superior a las penicili-
nas en el tratamiento de las infecciones estreptocócicas (no se ve afectada por el
tamaño de la población bacteriana y puede bloquear la producción de diversas
toxinas y/o componentes de la pared celular que confieren virulencia a la bacte-
ria). En pacientes alérgicos a betalactámicos se planteará la utilización de Ma-
crólidos, Clindamicina o Glicopéptidos según los casos.
▲ A continuación se recogen algunas de las pautas de tratamiento antibiótico más
recomendadas (ver cuadro 59.2):
419
CAPÍTULO 59
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Stapczynski JS. Infecciones de tejidos blandos. En: Tintinalli JE, Ruiz E, Krome RL, editores.
Medicina de Urgencias. 4ª ed. Mexico: McGraw-Hill Interamericana editores S.A.; 1996. p.
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▲ Swartz MN. Cellulitis and subcutaneous tissue infections. En: Mandell GL, Bennett JE, Dolin
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ed. Philadelphia: Churchill Livingstone; 2000. p. 1037-1055.
▲ Swartz MN. Myositis. En: Mandell GL, Bennett JE, Dolin R, editors. Mandell, Douglas and Be-
nett´s principles and practice of infectious diseases. 5th ed. Philadelphia: Churchill Livingsto-
ne; 2000. p. 1058-1065.
420
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
▲ Swartz MN, Weinberg MN. Infecciones por bacterias grampositivas. En: Fitzpatrick TB, Ei-
sen AZ, Wolff K, Freedberg I, Austen KF, editores. Dermatología en Medicina General. 4a
ed. Buenos Aires: Editorial Médica Panamericana; 1997. p. 2402-2427
▲ Brogan TV, Nizet V. A clinical approach to differentiating necrotizing fasciitis from simple ce-
llulitis. Infect Med 1997; 14: 734-738.
421
CAPÍTULO 60
Capítulo 60
TÉTANOS. BOTULISMO. RABIA
MA Sepúlveda Berrocal
TÉTANOS
- El agente causal es Clostridium tetani productor de tetanospasmina (bloquea las
neuronas inhibitorias presinápticas medulares y del tronco cerebral). Suele aso-
ciarse a:
▲ Herida cutánea o mucosa.
▲ Quemaduras o congelación.
▲ Punción hipodérmica (especialmente en CDVP).
▲ Instrumentación rectal, vaginal (parto y aborto) u oral.
- Es una enfermedad de declaración obligatoria.
CLÍNICA
▲ TÉTANOS GENERALIZADO:
● Contracturas musculares de los maseteros (trismus) y de otros grupos muscu-
lares (faciales - "risa sardónica" - cuello, paravertebrales, abdominales y de
extremidades inferiores). Contracciones tónicas episódicas generalizadas y
dolorosas (opistótonos). Hiperreflexia y clonus.
● Disfunción autonómica: hipertensión y taquicardia sostenidas o lábiles, arrit-
mias (taquicardia ventricular o supraventricular paroxística, bradicardia), dia-
foresis, hipertermia, vasoconstricción periférica.
● Nivel de conciencia normal.
▲ TÉTANOS LOCALIZADlO:
● Cefálico: paresia o parálisis de la musculatura facial y más raramente de la
lengua, faringe y ocular externa.
● Otras localizaciones: rigidez de los músculos próximos a una herida con do-
lor, paresia e hiperreflexia local. Contracciones tónicas episódicas de la mus-
culatura afecta.
EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS
▲ Analítica básica: hemograma, iones, urea, glucosa, calcio, CPK y gasometría ar-
terial.
▲ Determinación del título de anticuerpos antitoxina tetánica en suero.
▲ Tinción de Gram y cultivo en medio aerobio y anaerobio de muestras de exuda-
do de la eventual puerta de entrada.
▲ Rx de tórax y abdomen.
TRATAMIENTO
▲ Gammaglobulina humana antitetánica: la dosis de 500 UI i.m. es igual de eficaz
que las dosis de 3.000 UI recomendadas habitualmente.
▲ Tratamiento antibiótico:
- De elección: Metronidazol 500 mgs/8 horas i.v.
- Alternativa: Doxiciclina 100 mgs/12 horas i.v. o Clindamicina 600 mgs/8h iv.
▲ Administración de benzodiacepinas (por ejemplo Midazolam) por via i.v. para
controlar los espasmos. (Dosis recomendadas en capítulo 108).
422
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
PROFILAXIS ANTITETÁNICA
▲ Persona no vacunada, vacunación dudosa o con menos de 3 dosis: vacuna an-
titetánica (Toxoide tetánico Leti ®): dosis de 0.5 mm3 a los 0, 1 y 12 meses + in-
munoglobulina específica i.m. (250 UI en niños y 500 UI en adultos). La vacuna
y la inmunoglobulina deben administrarse con jeringas y agujas distintas y en lu-
gares separados.
▲ Persona vacunada: vacunar si hace más de 5 años de la última dosis.
Todos los pacientes con un tétanos clínico deben ser inmunizados durante la convale-
cencia de la enfermedad.
BOTULISMO
El agente causal son las cepas de Clostridium botulinum productoras de toxina botu-
línica. Se asocia a:
▲ Alimentos (botulismo alimentario: alimentos contaminados con toxina preforma-
da).
▲ Heridas infectadas (botulismo de heridas).
▲ Colonización del tubo digestivo con esporas botulínicas y producción de toxinas in
vivo (botulismo en lactantes de menos de 6 meses o casos esporádicos en adultos).
Es una enfermedad de declaración obligatoria.
CLÍNICA
▲ Síntomas gastrointestinales: náuseas, vómitos, diarrea.
▲ Disfunción de pares craneales: diplopia, disartria, disfagia, ptosis palpebral, de-
bilidad o parálisis facial.
▲ Síntomas de bloqueo parasimpático: visión borrosa, midriasis arreactiva, se-
quedad de boca, íleo, retención de orina.
▲ Parálisis fláccida simétrica descendente.
▲ Cursa con nivel de conciencia normal, ausencia de fiebre y de alteraciones sen-
sitivas.
EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS
▲ Analítica básica: hemograma, iones, urea, glucosa, calcio y gasometría arterial.
▲ Determinación de la toxina botulínica en sangre, heces y muestras de alimentos.
▲ Cultivo en medio aerobio y anaerobio de heces o del exudado de una herida.
▲ Rx de tórax y abdomen.
▲ El electromiograma es una prueba útil para confirmar el diagnóstico de botulismo.
TRATAMIENTO
▲ Eliminación de la toxina del tracto gastrointestinal (lavado gástrico si la ingestión
ha ocurrido unas horas antes o enemas si han pasado días). Se debe descartar
íleo paralítico.
▲ El tratamiento antibiótico sólo está indicado en el botulismo originado en heridas
( y aún así su eficacia es desconocida).
- De elección: Penicilina G sódica 2-4 millones UI/4 horas i.v.
- Alternativa: Metronidazol 500 mgs/8 horas i.v.
423
CAPÍTULO 60
RABIA
El agente causal es el virus de la rabia. La infección se produce cuando piel no intac-
ta o las mucosas son expuestas a un líquido orgánico (generalmente saliva, pero tam-
bién líquido cefalorraquídeo o tejido cerebral) de un animal infectado.
La exposición al virus puede ser por:
▲ Mordedura: Animales salvajes (coyotes, zorros, murciélagos, roedores) o domés-
ticos (perros, gatos, caballos, cerdos).
▲ Sin mordedura. La exposición de piel y mucosa intactas a orina, sangre o heces
no se considera de riesgo.
Es una enfermedad de declaración obligatoria.
CLÍNICA
Produce una encefalomielitis de evolución fatal.
▲ Dolor o parestesias en la herida por mordedura.
▲ Síntomas neurológicos: hiperactividad, hidrofobia, erofobia, hiperventilación, hi-
persalivación, inestabilidad autonómica, parálisis ascendente y finalmente coma.
TRATAMIENTO
Sintomático, pero la evolución es uniformemente fatal salvo casos excepcionales.
7, 14 y 28 (administrada en el deltoides).
▲ Pacientes vacunados:
● Vacuna: 1ml el primer día y a los 3 días.
424
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Pegran S. Botulism. Up to Date. Vol 7. No 3. 1999
▲ Duane R. Rabies in Primary Care. Clinician Reviews, 9 (7): 55-68, 1999
▲ Mensa J et al. Infecciones en Urgencias. Editorial Antares. 1999
425
CAPÍTULO 61
Capítulo 61
VALORACIÓN DEL PACIENTE CONSUMIDOR
DE DROGAS POR VÍA PARENTERAL
CON FIEBRE EN URGENCIAS
R. Crespo Moreno - F. Cuadra García - Tenorio
INTRODUCCIÓN
▲ Los consumidores de drogas por vía parenteral (CDVP) son pacientes de muy difí-
cil manejo tanto en Atención Primaria como Especializada debido a las múltiples
condiciones socioeconómicas adversas que concurren en ellos. Cuando consultan
en los Servicios de Urgencias de los hospitales, las dificultades a veces se multipli-
can porque las patologías que presentan son en ocasiones graves y los datos clí-
nicos disponibles son generalmente escasos y poco precisos. Por todo ello es im-
portante tener un esquema práctico de abordaje a estos enfermos que nos permita
en poco tiempo valorar la situación, orientar el diagnóstico y decidir si es preciso
o no su ingreso hospitalario.
▲ En los últimos años hemos asistido a cambios en los hábitos de los toxicómanos,
en parte al menos influido por el temor a la infección por VIH. Se ha podido apre-
ciar un descenso en el consumo de las drogas por vía intravenosa y un incremen-
to en el consumo de cocaína y heroína inhaladas. Como consecuencia de ello, el
número de infecciones asociadas a la drogadicción por vía parenteral se ha re-
ducido de forma considerable (no así las infecciones que estos pacientes presen-
tan por otro tipo de motivos; malas condiciones higiénicas, tabaquismo, promis-
cuidad sexual, etc.).
Pasamos a continuación a repasar algunos de los síndromes infecciosos más fre-
cuentes y las etiologías más probables a sospechar:
SÍNDROMES CLÍNICOS
C) CANDIDIASIS DISEMINADA:
Es un síndrome que merece ser considerado aparte, ya que a pesar de la escasa
frecuencia, es lo suficientemente característico como para ser reconocido con fa-
cilidad en el contexto apropiado. La funguemia se produce como consecuencia de
la contaminación con Candida albicans del limón utilizado para diluir la heroína
marrón. A las 48 – 72 horas de la inyección el paciente presenta fiebre y a con-
tinuación (en el plazo de días o semanas) y con frecuencia variable: foliculitis del
cuero cabelludo y la zona de la barba, osteocondritis costal y afectación visual por
coriorretinitis. Ante la presencia de nódulos dolorosos en cuero cabelludo, dolor
en zonas condrocostales y pérdida de visión (suele acompañarse de exudados
blanquecinos en el examen de fondo de ojo) debe sospecharse fuertemente y pro-
427
CAPÍTULO 61
ABORDAJE DIAGNÓSTICO
Ante un paciente consumidor de drogas parenterales que acude al Servicio de Ur-
gencias con fiebre debemos realizar una anamnesis dirigida lo más exhaustiva posi-
ble y recoger además una serie de datos que posteriormente nos podrán orientar so-
bre el origen del síndrome clínico:
▲ Tiempo de evolución de la fiebre (aguda o subaguda).
▲ Tipo de droga utilizada y tiempo de evolución de la drogadicción (el consumo de
heroína se asocia con candidemia y la utilización de cocaína i.v. hace más pro-
bable una endocarditis).
▲ Hábito o no de compartir jeringuillas.
Con respecto a la exploración física deberemos poner especial atención a:
▲ Signos de venopunciones recientes. Deben examinarse otros lugares menos habi-
tuales de punciones (venas del cuello, triángulo femoral); se conocen como "hue-
cos de disparo."
▲ Presencia de úlceras, heridas o signos de celulitis.
▲ Aspecto de las venas periféricas (¿flebitis séptica?).
▲ Examen del cuero cabelludo y zona de la barba (¿foliculitis?).
▲ Soplos cardíacos.
▲ Signos de bacteriemia (hipotensión, escalofríos, sudoración).
▲ Examen del fondo de ojo en busca de exudados.
▲ Datos físicos de infección por VIH no conocida (adenopatías, muguet, lesiones ex-
tensas de dermatitis seborreica).
Tras la recogida de la Historia Clínica y la realización de una exploración general y
neurológica completas, pasaremos a solicitar las exploraciones de laboratorio o de
imagen pertinentes: en general, hemograma y bioquímica elemental pueden conside-
rarse útiles en todos los casos. Las pruebas de coagulación deben solicitarse si se sos-
pecha sepsis y un elemental de orina puede orientar en ciertos casos (piuria, hema-
turia en casos de endocarditis, etc.). La solicitud de otras pruebas de laboratorio (CPK,
enzimas hepáticas) debe estar justificada por sospecha de síndromes concretos (rab-
429
CAPÍTULO 61
MEDIDAS TERAPÉUTICAS
▲ Las medidas iniciales de tratamiento en pacientes toxicómanos infectados son si-
milares a las que se deben tomar en otros tipos de enfermos; así por ejemplo, en
caso de presentar signos de sepsis debe iniciarse la administración de líquidos i.v.
y tras la obtención de muestras para analítica y hemocultivos proceder al inicio del
tratamiento antibiótico.
▲ A la vista de lo comentado hasta ahora, debemos tener en cuenta que debido a la
presencia de cocos Gram (+) y en concreto S. aureus en la mayoría de los proce-
sos (infecciones de partes blandas, osteomielitis, bacteriemia y endocarditis) el ré-
gimen antibiótico empírico inicial debe contener un fármaco con actividad anties-
tafilocócica y de ellos Cloxacilina es el de elección; las dosis serán de 2 gramos
i.v. cada 4 horas en las formas clínicas severas. En casos menos graves y para ad-
ministración oral pueden utilizarse Cloxacilina, Clindamicina y Cotrimoxazol. En
caso de alergia a Penicilina o probabilidad de infección por cepas resistentes a
meticilina (SAMR) elegiremos Vancomicina. En caso de sospechar endocarditis se
asociará Gentamicina a dosis habituales aunque no está demostrado que sea más
eficaz que Cloxacilina sola en endocarditis derecha.
▲ En caso de infecciones respiratorias bajas u otros procesos focales, el tratamiento
no será muy diferente al requerido por pacientes no adictos.
▲ La coexistencia de infección por VIH en pacientes toxicómanos nos obligará a am-
pliar el espectro de diagnósticos posibles (considerar incluso la primoinfección por
VIH ante un cuadro febril de tipo gripal o mononucleósico). Las complicaciones in-
fecciosas secundarias a la infección por VIH son tratadas en capítulo aparte.
▲ No debemos olvidar por último que estos enfermos, además de las infecciones que
hemos tratado aquí, pueden padecer el resto de las patologías que afectan a la
población general y habrá que tener presente las enfermedades infecciosas con al-
ta prevalencia en la zona (Brucelosis, Rickettsiosis, etc.).
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Sterbach G, Moran J, Eliastam M: Heroin addiction: Acute presentation of medical compli-
cations. Ann Emerg Med 1980; 9: 161-169.
▲ Marantz PR, Linzer M, Feiner CJ, et al.: Inability to predict diagnosis in febril intravenous
drug abusers. Ann Intern Med 1987; 106: 823-828.
▲ Miró J. M., et al.: Infecciones en drogadictos. En: Perea, E. J. (eds): Enfermedades infeccio-
sas. Ediciones Doyma, S. A. Barcelona, 1991: 547-545.
▲ Frontera Jennifer A.: Right – Side Endocarditis in injection drug users: Review of proposed
mechanism of pathogenesis. Clin Infect Dis 2000; 30: 374-9.
431
CAPÍTULO 62
Capítulo 62
EVALUACIÓN EN URGENCIAS DEL PACIENTE
CON INFECCIÓN POR VIH
R. Crespo Moreno - A. Sánchez Castaño
INTRODUCCIÓN
¿Por qué puede consultarnos un paciente con infección por VIH?
- Por complicaciones derivadas de su infección, fundamentalmente infecciosas.
- Por efectos secundarios de los fármacos que toma.
- Por cualquier otra enfermedad no relacionada con la infección por el VIH.
En este capítulo nos ocuparemos de las dos primeras situaciones. Algunos de los al-
goritmos diagnósticos que presentaremos obviamente no se pueden desarrollar com-
pletamente en el Servicio de Urgencias.
Algunas consideraciones de la Historia Clínica y la exploración física:
▲ Práctica de riesgo: determinadas complicaciones como el Sarcoma de Kaposi son
más frecuentes en homosexuales; otras como la neumonía bacteriana o la tuber-
culosis son más frecuentes en consumidores de drogas.
▲ Exposiciones ambientales: viajes, animales, pacientes con tuberculosis.
▲ Fármacos que toma: entre ellos la profilaxis primaria y secundaria de infecciones
oportunistas y si las toma bien.
▲ Informes recientes sobre niveles de linfocitos CD4 y carga viral: en ninguna otra
enfermedad hay tan buena correlación entre el grado de inmunosupresión medi-
do por la cifra de linfocitos CD4 y la aparición de determinadas infecciones opor-
tunistas (cuadro 62.1).
Cuadro 62.1: Correlación de complicaciones con linfocitos CD4
Linfocitos CD4/mm3 Infecciones No infecciones
> 500 Síndrome retroviral agudo Linfadenopatía persistente
Vaginitis Candida Polimiositis
Meningitis crónica
Guillain-Barré
200-500 Neumonía bacteriana Neoplasia de cérvix intraepitelial
TBC pulmonar Cáncer de cérvix
Sarcoma de Kaposi Neumonitis linfocítica
Herpes zóster Mononeuropatía múltiple
Candidiasis oral Anemia
Leucoplasia oral vellosa Trombopenia inmune (PTI)
< 200 PCP Wasting syndrome
Esofagitis Candida Linfoma B
Herpes simple diseminado Cardiomiopatía
Toxoplasmosis Neuropatía periférica
Criptococosis Demencia-VIH
Criptosporidiosis Linfoma del SNC
LMP Nefropatía-VIH
TBC extrapulmonar
< 50 Enfermedad por CMV
MAC diseminada
Tomado de referencia 3.
En el cuadro 62.2 presentamos la clasificación de los CDC que utilizamos desde 1993
basada en las complicaciones de la enfermedad y en el nivel de linfocitos CD4 /mm3.
En los tres cuadros siguientes se enumeran las enfermedades incluidas en cada una
de las categorías clínicas.
432
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
Cuadro 62.2:
Clasificación de la infección por VIH Cuadro 62.5: Categoría clínica C.
Tomadas de referencia 1.
COMPLICACIONES RESPIRATORIAS
Las infecciones respiratorias suponen una de las causas más frecuentes de consulta en
el Servicio de Urgencias de los pacientes con infección por VIH. La forma de presen-
tación clínica, la radiografía de tórax y la situación inmunitaria del paciente, si la co-
nocemos, pueden orientarnos hacia la posible etiología y ayudarnos a elegir el tra-
tamiento empírico (Figura 62.1). Revisaremos las más frecuentes:
▲ Bronquitis y neumonía bacteriana: la forma de presentación es aguda con fiebre, leu-
cocitosis y en el caso de Neumococo con un alto porcentaje de casos con bacteriemia
(60-70%). Las bacterias más frecuentes son: Neumococo, H influenzae, S. aureus y en
fases avanzadas P. aeruginosa. Aunque L. pneumophila es mucho más frecuente en los
pacientes con SIDA que en la población general, sigue siendo una causa poco frecuen-
te de neumonía en estos pacientes. Considerar la posibilidad de aspiración sobre todo
en consumidores de drogas o alcohol. Desde el punto de vista radiológico lo más fre-
cuente es observar una consolidación lobar o una bronconeumonía; en fases avanza-
433
CAPÍTULO 62
Figura 62. 1: Algoritmo diagnóstico ante un paciente con infección por el VIH
que consulta por síntomas respiratorios
Síntomas pulmonares
Rx normal Rx anormal
Progresa el No Dx
Gasometría basal Broncoscopia infiltrado Dx
(si no está hecha) LAB +/- biopsia
Broncoscopia Tratamiento
Tratar PCP No PCP
Modificada de referencia 3.
▲ La neumonía por P. Carinii (PCP) suele tener un curso subagudo o crónico. Es fre-
cuente en fases avanzadas de la infección generalmente cuando los CD4 son me-
nos de 200 (media 130 en los que no realizan profilaxis y 30 en los que la hacen).
En la Rx vemos infiltrados intersticiales bilaterales; un 10-30% de los casos pueden
tener una Rx normal o con ligeras anormalidades; pero en estos casos el TAC heli-
coidal casi siempre será anormal. En pacientes con sospecha de esta infección y en-
fermedad moderada-severa iniciaremos tratamiento empírico sin esperar los resul-
tados microbiológicos con cotrimoxazol (Trimetoprim 15 mgs/kg/día +
Sulfametoxazol 75 mgs/kg/día repartido en 3-4 dosis) por vía oral o i.v. En pa-
cientes con PO2 basal menor de 70 mmHg se debe administrar prednisona: 40
mgs/12 h durante los primeros 5 días para ir disminuyendo progresivamente des-
pués. Hasta tener confirmación asociamos una Cefalosporina de tercera generación
o Levofloxacino para cubrir infecciones bacterianas como alternativa diagnóstica.
COMPLICACIONES NEUROLÓGICAS
Las complicaciones neurológicas graves asociadas al VIH que pueden motivar una con-
sulta en el Servicio de Urgencias suelen aparecer en fases avanzadas. Quizás una ex-
cepción pueden ser la neurosífilis y la tuberculosis del SNC que pueden aparecer en cual-
quier estadío de la enfermedad, pero ambas son raras en nuestro medio y suelen tener
un curso clínico poco sintomático o en cualquier caso crónico. (Figuras 62.2 y 62.3).
▲ La toxoplasmosis cerebral es una de las más frecuentes. Se presenta de forma
aguda o subaguda en pacientes con menos de 100 CD4, combinando signos fo-
cales con síntomas y signos de encefalitis (fiebre, cefalea, letargia). En el TAC sue-
len aparecer múltiples lesiones con efecto masa que captan contraste en anillo; la
mayoría de los pacientes tienen IgG positiva frente a Toxoplasma. Ante hallazgos
clínicos y radiológicos típicos está indicado iniciar tratamiento empírico con Piri-
metamina (una dosis de 200 mgs. el primer día seguido de 50-75 mgs. posterior-
mente) más Sulfadiazina 1-1.5 grs. cada 6 h. junto con 10-15 mgs/día de Ácido
folínico. Corticoides si hay edema con desplazamiento de estructuras.
▲ El linfoma cerebral primario aparece en pacientes con menos de 100 CD4. Su cur-
so es subagudo y generalmente se diagnostica en un paciente que ha sido some-
tido a tratamiento empírico para toxoplasmosis sin respuesta.
▲ La meningitis criptocócica es el cuadro meníngeo más frecuente. Aparece con menos
de 100 CD4 y generalmente con menos de 50. El curso clínico puede ser agudo, su-
bagudo o crónico con cefalea fiebre y letargia; rigidez de nuca sólo en el 25 % y el
LCR puede tener pocas anormalidades. No presenta lesiones focales en las pruebas
de imagen. El diagnóstico se hace mediante tinción con tinta china o mejor detección
del antígeno criptocócico en LCR o suero (sensibilidad > 90%) o cultivo de LCR. El tra-
tamiento ante la sospecha es Anfotericina B: 0.7-1 mg/kg/día i.v hasta quedar asin-
tomático y posteriormente continuar con 400 mgs de Fluconazol al día v.o.
▲ Las meningitis bacterianas (Neumococo, H. influenzae, Meningococo) se compor-
tan clínicamente como en pacientes no VIH. El diagnóstico y el tratamiento también
son similares a los pacientes sin infección por el VIH.
▲ Síndrome retroviral agudo: es la infección aguda sintomática que ocurre en 50-
90% de los pacientes 2-6 semanas después de infectarse. En el cuadro clínico pue-
den aparecer manifestaciones neurológicas como cefalea, neuropatías o menin-
goencefalitis aséptica.
▲ Efectos adversos de los fármacos: neuropatía periférica en pacientes tomando zal-
citabina, didanosina o estavudina. Con efavirenz es frecuente el insomnio, vértigo,
alteración en la concentración y sueños anormales al inicio del tratamiento.
435
CAPÍTULO 62
TC con contraste
o RNM
Punción
lumbar
Siguiente
algoritmo
Modificada de referencia 3.
COMPLICACIONES GASTROINTESTINALES
Los problemas gastrointestinales más frecuentes en pacientes con infección por VIH son
la intolerancia a las medicaciones, la candidiasis oral y la diarrea que generalmente
es crónica, acompañada de pérdida de peso y malnutrición. Se deben tener en consi-
deración una serie de principios generales cuando evaluamos este tipo de problemas:
- Existe una correlación entre muchos de estos trastornos y el nivel de CD4: Las infec-
ciones por bacterias o las neoplasias son más probablemente la causa de las moles-
tias en pacientes con más de 400 CD4/mm3. Las infecciones por CMV, hongos, mi-
cobacterias atípicas o Cryptosporidium aparecerán siempre con menos de 100 CD4.
436
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
Tratamiento empírico
de encefalitis por toxoplasma Punción lumbar
(Pirimetamina + Sulfadiazina)
Efecto masa
Desametasona
Modificada de referencia 3.
▲ Paciente con infección por VIH que consulta por dolor abdominal: la etiología del do-
lor abdominal en estos pacientes es muy amplia e incluye además de las específicas
suyas, las de los pacientes no VIH. El abordaje diagnóstico en general es similar te-
niendo en cuenta las complicaciones específicas que se ven en estos pacientes.
La perforación intestinal generalmente se debe a infección por CMV, ocurre en fase
avanzada (< 100 CD4) y es la causa más frecuente de abdomen agudo en esta fase.
La obstrucción intestinal está producida con más frecuencia por neoplasias intestinales.
Los cuadros de peritonitis y ascitis pueden ser consecuencia de una perforación vis-
ceral, de un proceso infeccioso o a veces de causas inespecíficas en ausencia de
perforación intestinal. Las infecciones que causan con más frecuencia peritonitis sin
perforación de víscera hueca son tuberculosis, MAC, Vibrio vulnificus, toxoplas-
mosis y criptococosis. El abordaje diagnóstico es igual que en pacientes no infec-
tados, con paracentesis y estudio del líquido ascítico.
La pancreatitis en estos pacientes está generalmente producida por los fármacos que
toman o por infecciones. Es rara la etiología litiásica. De las medicaciones, las más
frecuentes son, la Pentamidina y la Didanosina; entre las causas infecciosas destacan
CMV, micobacterias, Cryptococcus y Herpes simple. La presentación de la pancre-
atitis y el abordaje diagnóstico es similar a los pacientes sin infección por VIH.
El tratamiento en general de todos estos procesos de dolor abdominal es el etiológico
y las indicaciones quirúrgicas son las mismas que en pacientes no infectados por VIH.
▲ Evaluación de la odinofagia y disfagia: el hallazgo que más orienta en la evaluación
de este problema es la presencia de candidiasis oral ya que puede ser predictivo de
437
CAPÍTULO 62
candidiasis esofágica (causa más frecuente de disfagia). Sin embargo, hasta un 18%
de los pacientes con candidiasis esofágica no tienen a nivel oral. En estos pacientes con
disfagia generalmente administramos tratamiento empírico frente a Candida con 200
mg de Fluconazol el primer día seguido de 100 mg/día hasta completar dos semanas;
sólo si no hay respuesta al fluconazol recomendamos realización de endoscopia para
evaluar otras posibilidades como esofagitis ulcerativa por CMV, Herpes simple o idio-
pática. En estos casos es más frecuente que el paciente se queje de odinofagia.
Diarrea aguda
+/-
Brote diarreico
Toxiinfección Situación estable Inestable
Modificada de referencia 3
▲ Evaluación del paciente con diarrea: hay una gran cantidad de patógenos que
pueden producir diarrea en estos pacientes. Factores importantes a tener en cuen-
ta cuando evaluamos este problema son: nivel de CD4, historia de uso reciente de
antibióticos y establecer si el cuadro es agudo o crónico. Cuando se acompaña de
dolor en el piso abdominal superior o medio junto a sensación de plenitud y náu-
seas sugiere afectación de estómago, intestino delgado o ambos lo cual ocurre con
más frecuencia con MAC, Cryptosporidium o Isospora belli. Un cuadro de diarrea
severa acuosa que puede causar deshidratación y trastornos electrolíticos es más
probable con Cryptosporidium. La presencia de hematoquezia y dolor en piso ab-
438
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
dominal inferior generalmente implica una infección a nivel de colon y los pató-
genos más frecuentes serían: CMV, C. difficile, Shigella o Campylobacter. Si hay
tenesmo es más probable que se trate de una colitis bacteriana. En cuanto a la eva-
luación diagnóstica en el Servicio de Urgencias, lo más importante es valorar la
repercusión hemodinámica del cuadro diarreico para ver si requiere ingreso o se
puede hacer estudio ambulatorio e iniciar la recogida de muestras: coprocultivo,
investigación de toxina de C. difficile en heces y recoger 2-3 muestras para inves-
tigación de huevos y parásitos. Los hemocultivos son útiles si se consideran en la
etiología bacterias o micobacterias. En general no se recomienda tratamiento em-
pírico en estos pacientes dada la gran cantidad de patógenos que pueden produ-
cir diarrea; en el caso de que se utilice por cuadro severo de fiebre, escalofríos y
afectación del estado general lo más recomendable sería una Quinolona (Levoflo-
xacino o Ciprofloxacino) añadiendo Metronidazol si hay sospecha de C. difficile.
En la figura 62.4 se propone un algoritmo diagnóstico de la diarrea aguda.
Figura 62.5: Algoritmo diagnóstico del paciente con infección por VIH
que consulta por fiebre
Diarrea
Modificada de referencia 3.
439
CAPÍTULO 62
BIBLIOGRAFÍA:
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▲ Wallace JM, Hansen NI, Lavange L, Glassroth J, Browdy BL, Rosen MJ, et al. Respiratory
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Crit Care Med 1997; 155: 72-80.
▲ Sharpstone D, Gazzard B. Gastrointestinal manifestations of HIV infection. Lancet 1996;
348: 379-83.
▲ Simpson DM, Tagliati M. Neurologic manifestations of HIV infection. Ann Intern Med 1994;
121: 769-85.
441
CAPÍTULO 63
Capítulo 63
INFECCIONES EN EL TRASPLANTADO:
ACTITUD EN URGENCIAS
G. Muñiz Nicolás - F. Cuadra García - Tenorio
INTRODUCCIÓN
▲ Los pacientes trasplantados representan uno de los grupos con especial predispo-
sición a las infecciones, de tal forma que dichas complicaciones son las más im-
portantes junto con la disfunción del injerto.
▲ El riesgo de infección estará relacionado con: a) Situación inmunitaria del huésped
(enfermedades crónicas, quimioterapia previa, infecciones virales latentes); b) Tipo
de trasplante y técnica quirúrgica; c) Intensidad de la exposición a los agentes in-
fecciosos y virulencia de los mismos; d) Tratamiento inmunosupresor requerido.
▲ En cuanto a las infecciones virales crónicas subclínicas pueden considerarse va-
rias situaciones:
- El paciente receptor no tiene infección vírica crónica y el injerto funciona bien:
el tratamiento inmunosupresor suele ser de baja intensidad y por lo tanto tienen
las mismas infecciones que la población general.
- El receptor tiene infección crónica por CMV y otros virus hepatotropos: presen-
tan mayor riesgo de pérdida del órgano trasplantado y de neoplasias malignas
asociadas a los virus.
- El receptor tiene infección crónica, y es necesario aumentar la inmunosupresión
por disfunción del órgano: este subgrupo presenta la mayor probabilidad de in-
fecciones por agentes oportunistas.
▲ Debemos distinguir entre el trasplante de médula ósea (inmunodeficiencia severa
con periodo de neutropenia) y el de órgano sólido (ausencia de neutropenia pe-
ro con inmunosupresión farmacológica permanente y el riesgo de infección aso-
ciado a la cirugía) ya que las infecciones y los periodos en los que éstas se pre-
sentan son diferentes.
▲ En el caso de los trasplantes de médula ósea (ya sean células progenitoras de san-
gre periférica o de médula ósea) el riesgo de infección será menor si procede del
mismo paciente (autólogo) que de un donante (alogénico).
▲ Ante un paciente que acude a Urgencias con fiebre y refiere ser receptor de un
trasplante, es importante conocer el periodo transcurrido desde el mismo para po-
der pensar en los posibles agentes causales de la infección, ya que éstos varían
según el intervalo de tiempo.
▲ Es necesario preguntar al paciente si está realizando alguna profilaxis antiinfec-
ciosa; las más frecuentes son:
a) Ganciclovir en pacientes seropositivos para Citomegalovirus.
b) Aciclovir o Valaciclovir para Herpes simplex y Virus varicela – zóster.
c) Cotrimoxazol frente a Pneumocystis carinii.
d) Fluconazol frente a hongos.
▲ Junto con una anamnesis detallada será muy importante una exploración minu-
ciosa, sobre todo, en lo relativo al órgano trasplantado. En estos pacientes con-
viene no olvidar que la fiebre sin focalidad puede ser de origen no infeccioso, fun-
damentalmente en relación con el rechazo del órgano.
442
MANUAL DE PROTOCOLOS Y A CTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
(1) Sobre todo por CMV; (2) Síndrome mononucleósico; (3) Herpes; (4) V. Varicela - Zóster; (5) Infección di-
seminada, casi exclusiva en los trasplantes cardíacos; (6) Generalmente son abscesos polimicrobianos. Alta
incidencia de infecciones por hongos. Se localizan en hígado, bazo, zonas pericólicas y pelvis; (7) Estenosis
biliares postquirúrgicas. Agentes importantes son Herpes tipo 6 y CMV.
443
CAPÍTULO 63
CLÍNICA
- Los pacientes pueden presentarse como un síndrome febril sin focalidad o con sinto-
matología sugerente de infección localizada (cuadro 63.2).
- Es importante no olvidar que el tratamiento inmunosupresor modifica la respuesta
inflamatoria, por lo que los síntomas y signos pueden ser inexpresivos aún en pre-
sencia de infecciones avanzadas.
(1) Lesiones cutáneas, inflamación e infecciones del tubo digestivo, diarrea, neumonías.
(2) Enfermedad injerto contra huésped; más frecuente en trasplantes alogénicos.
(3) Infecciones respiratorias altas y neumonías por H. influenzae y S. pneumoniae.
CLÍNICA
▲ En el periodo preinjerto las infecciones son similares a las padecidas por los pa-
cientes con leucemias agudas en tratamiento con quimioterapias de inducción.
Con la utilización extendida de profilaxis antibiótica se ha producido en los últi-
mos años una disminución de las infecciones por bacilos Gram (-) y un incremento
paralelo de las infecciones por cocos Gram (+). También es muy frecuente en es-
te periodo la reactivación de infecciones por Herpes simple en sujetos seropositi-
vos para este virus. Otros síndromes característicos de esta fase son la Cistitis He-
morrágica (viral o secundaria al tratamiento con Ciclofosfamida) y la Enfermedad
Venooclusiva (afectación hepática severa).
▲ En el segundo periodo (comienza con la recuperación de los neutrófilos y se ex-
tiende aproximadamente hasta los 100 días) las infecciones son más frecuentes
en los receptores de trasplante alogénico; en sujetos seropositivos para CMV pue-
de presentarse una reactivación hasta en el 40 % de los casos.
▲ En el periodo post – injerto tardío (se prolonga hasta que el enfermo recupera la
inmunidad, 18 – 36 meses después del trasplante) las infecciones son más fre-
444
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Dunn DL, Acton RD. Solid organ transplantation. En: Armstrong D, Cohen J, editors. Infec-
tious Diseases. 1st ed. Mosby Harcourt; 1999. p. 4.3.1-16.
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Diseases. 1st ed. Mosby Harcourt; 1999. p. 4.4.1-18.
▲ García Gil D. Fiebre en el receptor de trasplante de órgano sólido. En: García Gil D, editor.
Manual de Urgencias Hospital Universitario Puerta del Mar. 1ª ed. Madrid: Roche Farma
EGRAAF, 2000. p. 633-41.
▲ Fishman JA, Rubin RH. Infection in Organ-Transplant Recipients. N Engl J Med 1998; 338:
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▲ Anaisse E. Overview of infections following bone marrow transplantation. UptoDate 2000;
Vol 8 nº 2.
▲ Fishman JA. Infection in the solid organ transplant recipient. UptoDate 2000; Vol 8 nº 2.
▲ Van Burik JA. Infections in recipients of blood and marrow transplantation. En: Mandell GL,
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fectious diseases. 5th ed. Philadelphia: Churchill Livingstone; 2000. p. 3136-47.
447
CAPÍTULO 64
Capítulo 64
URGENCIAS ONCOLÓGICAS
M. J. Moya Saiz - M. A. Cruz Mora
INTRODUCCIÓN
Debido a la gran diversidad de enfermedades oncológicas, existen múltiples compli-
caciones que pueden requerir una actuación urgente, bien porque existe compromi-
so vital, o bien para evitar posibles secuelas.
En este capítulo nos ocuparemos de las principales patologías que pueden presentar
este tipo de pacientes.
URGENCIAS CARDIOVASCULARES
SÍNDROME DE LA VENA CAVA SUPERIOR
Se denomina así al conjunto de síntomas producidos como consecuencia de la obs-
trucción parcial o completa del flujo sanguíneo a través de la vena cava superior ha-
cia la aurícula derecha.
▲ ETIOLOGÍA: el síndrome de vena cava superior está producido en un 80-97% por
neoplasias. Los tumores que lo producen con mayor frecuencia son:
- Carcinoma de pulmón (80%). El microcítico supone 2/3 de los casos.
- Linfoma no Hodgkin y enfermedad de Hodgkin (15%).
- Otros tumores (5%).
Las causas no tumorales del síndrome de vena cava suponen menos del 5% de los
casos, son debidas a trombosis, fibrosis, etc.
▲ CLÍNICA: es una complicación subaguda que raramente constituye una urgencia
vital, salvo que se acompañe de colapso circulatorio y signos neurológicos de hi-
pertensión intracraneal. Es fundamental establecer la velocidad de instauración
del síndrome.
La clínica viene determinada por la disminución del drenaje de la vena cava su-
perior en la aurícula derecha, produciendo un aumento retrógrado de la presión
venosa en cabeza, cuello y extremidades superiores, apareciendo así:
- Cefalea, edema facial, en el cuello y en las extremidades superiores.
- Disnea que típicamente empeora con el decúbito.
- Circulación colateral torácica superficial. Aumento de la presión venosa yu-
gular.
- Convulsiones, síncope y papiledema (por aumento de la presión intracraneal).
▲ EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS: las exploraciones solicitadas serán las si-
guientes:
- Analítica convencional: hemograma, estudio de coagulación, iones, urea, glu-
cosa y gasometría arterial basal.
- Electrocardiograma.
- Radiografía de tórax. Donde podemos encontrar: ensanchamiento del me-
diastino superior (64%); derrame pleural (26%); masa hiliar (16%)
y será normal (12%).
- TAC torácico con contraste.
- Estudio angiográfico de la vena cava superior, que generalmente se postpone
hasta la colocación de la prótesis vascular.
448
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
URGENCIAS PULMONARES
HEMOPTISIS MASIVA
La hemoptisis masiva en los pacientes oncológicos es una situación grave que puede
ser mortal (más por asfixia que por hipovolemia). Se define hemoptisis masiva como
la expectoración de más de 500cc de sangre en 24 horas.
▲ ETIOLOGÍA:
La causa más frecuente es la infecciosa: TBC, abscesos pulmonares, infecciones
por hongos (especialmente aspergillus).
En segundo lugar se encuentran las neoplasias broncogénicas o trombopenia se-
vera asociada a leucemias.
▲ EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS.
En caso de hemoptisis masiva solicitaremos:
- Gasometría arterial basal.
- Hemograma, estudio de coagulación, pruebas cruzadas (por la posibilidad
de transfusión).
- Bioquímica elemental.
- Radiografía de tórax.
▲ TRATAMIENTO:
- Sintomático: - Oxigenoterapia (según gasometría).
- Posición semisentado en decúbito lateral del lado de la lesión.
- Corregir las posibles alteraciones de la coagulación.
- Transfusión según los casos.
- Localización del punto sangrante: mediante FIBROBRONCOSCOPIA o ARTE-
RIOGRAFÍA bronquial con intención de embolizar el punto sangrante, o bien
planificar resección lobar QUIRÚRGICA.
- Valorar ingreso en UCI por la necesidad de intubación selectiva.
- La hemoptisis masiva siempre es un criterio de ingreso.
URGENCIAS NEUROLÓGICAS
COMPRESIÓN MEDULAR
▲ INTRODUCCIÓN:
Esta complicación ocurre en el 5% de todos los pacientes con neoplasias, y en el
20% la compresión medular es el primer signo del tumor. Ante la sospecha clíni-
ca de compresión medular las maniobras diagnósticas y terapéuticas deben rea-
lizarse lo antes posible, debido a que condiciona el pronóstico neurológico; así
por ejemplo la pérdida de la deambulación y la alteración esfinteriana previa al
tratamiento conlleva un mal pronóstico. Por lo tanto la compresión medular es una
URGENCIA ABSOLUTA. Los tumores que la producen con mayor frecuencia son:
449
CAPÍTULO 64
- Neoplasia de pulmón.
- Neoplasia de mama.
- Linfomas, mieloma.
- Neoplasia de próstata y riñón.
La localización más frecuente de la compresión medular es a nivel DORSAL, se-
guida de la lumbar, sacra y cervical.
▲ CLÍNICA:
El DOLOR constituye uno de los síntomas más frecuentes (96%), por este motivo la
evaluación de este síntoma debe ser distinta en el paciente oncológico que en la po-
blación general. El dolor aumenta de forma selectiva a la presión de las apófisis es-
pinosas, es característico que empeore con el decúbito y mejora con la sedestación
(lo que lo diferencia del dolor por patología del disco intervertebral); así mismo em-
peora con la maniobra de Valsalva. El dolor puede tener también irradiación meta-
mérica. Recordad que el paciente con cáncer no tiene ciática, tiene metástasis.
El segundo síntoma en frecuencia es la DEBILIDAD MOTORA, localizada en fun-
ción del nivel de afectación medular (paraparesia o tetraparesia).
La ALTERACIÓN DE LA SENSIBILIDAD aparece característicamente por debajo de
la lesión. También es frecuente observar alteración de los reflejos osteotendinosos
(hiperreflexia, clonus, Babinsky).
Las ALTERACIONES ESFINTERIANAS suelen ser las más tardías y se asocian a
mal pronóstico.
▲ EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS:
Es fundamental la sospecha clínica para realizar un diagnóstico lo más precoz
posible. En el Servicio de Urgencias solicitaremos:
- ANALÍTICA HABITUAL: hemograma, estudio de coagulación, bioquímica ele-
mental, gasometría arterial basal.
- La RADIOLOGÍA SIMPLE puede demostrar alteraciones características como ero-
siones en pedículos, lesiones osteolíticas u osteoblásticas, o bien aplastamientos
vertebrales. Una radiología simple normal no excluye el diagnóstico.
- La RESONANCIA MAGNÉTICA NUCLEAR constituye en la actualidad la técni-
ca de elección para el diagnóstico de este proceso; debe realizarse lo más pre-
cozmente posible. La resonancia se solicitará de toda la columna, ya que el ni-
vel sensorial puede estar muy por debajo de la compresión medular.
▲ TRATAMIENTO:
- ESTEROIDES: se debe iniciar tratamiento con dexametasona; la dosis inicial es-
tá discutida, pero se debe pautar en bolo entre 40 y 100 mgr i.v seguido de
32 mgr/8h/i.v. Se pautará protección gástrica y se controlará la glucemia.
- El tratamiento definitivo será la RADIOTERAPIA local, que se debe iniciar lo an-
tes posible.
- Es necesaria la valoración por neurocirugía.
METÁSTASIS CEREBRALES
Constituyen la complicación neurológica más frecuente en el paciente oncológico. A
su vez las metástasis cerebrales son 10 veces más frecuentes que los tumores pri-
marios del SNC.
En adultos, los tumores que con mayor frecuencia metastatizan al SNC son: carcino-
ma de pulmón, carcinoma de mama y melanoma.
En menores de 21 años los responsables de las metástasis son: sarcomas óseos, rab-
domiosarcomas y tumores germinales.
450
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
▲ MANIFESTACIONES CLÍNICAS:
- Cefalea progresiva: está presente en la mitad de los casos; es el síntoma clínico
más frecuente.
- Alteraciones cognitivas y del comportamiento.
- Déficit neurológicos focales.
- Crisis convulsivas.
- Estupor e incluso coma.
▲ EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS:
En todo paciente con sospecha de metástasis cerebrales solicitaremos un TAC
CRANEAL con contraste que generalmente será suficiente para hacer el diagnós-
tico. Sin embargo, cuando la clínica es sugerente y en la TAC no se demuestran
las lesiones está indicado realizar una RMN.
Además solicitaremos las siguientes determinaciones: hemograma, estudio de
coagulacíon, bioquímica con calcio, gasometría arterial basal (si ha existido cri-
sis comicial) y radiología de tórax.
▲ TRATAMIENTO:
- Tratamiento sintomático:
- Dexametasona a dosis de 10-100 mg /iv en bolo (lo habitual es pautar 10 mg),
seguidas de 4-24 mg/iv/6h
- Si existen convulsiones: trataremos la crisis de forma convencional con Diace-
pam iv, y posteriormente iniciaremos la impregnación con Fenitoína vía oral o
vía intravenosa en función de la situación clínica del paciente. (Ver capítulo 46).
El uso de fármacos anticomiciales en pacientes con metástasis cerebrales que no
han presentado convulsiones está discutido.
- Tratamiento específico:
- Radioterapia craneal: es el tratamiento de elección.
- Valorar neurocirugía si: metástasis técnicamente extirpables con tumor primario
controlado, o bien necesidad de diagnóstico etiológico.
URGENCIAS GASTROINTESTINALES
VÓMITOS POSTQUIMIOTERAPIA
▲ INTRODUCCIÓN:
- A la hora de valorar al paciente oncológico con vómitos, debemos tener en
cuenta que existen múltiples causas por las que estos enfermos sufren vómitos,
distintas del efecto secundario de la quimioterapia. Por este motivo, estaremos
obligados a descartar en función de la clínica otras patologías como: obstruc-
ción intestinal, hipertensión intracraneal, hipercalcemia, vómitos secundarios a
tratamiento con mórficos etc.
- La capacidad emetógena de los fármacos citotóxicos es muy variable; a conti-
nuación vamos a citar una relación de los citostáticos según el porcentaje de pa-
cientes que desarrollan este efecto secundario.
Muy alto: Cisplatino, Dacarbacina, Ara-C (dosis altas) y Estreptotozina.
Alto: Ciclofosfamida, Ifosfamida, Adriamicina, Daunorrubicina, Carboplatino,
Nitrosureas, Actinomicina D y Procarbacina.
Moderado:Metotrexate, Etopósido, 5-Fluorouracilo y Mitomicina-C.
Bajo: Bleomicina, Busulfán,Melfalán, Cloranbucil y Ara-C (dosis bajas).
451
CAPÍTULO 64
▲ ACTITUD EN URGENCIAS:
1. Solicitar analítica convencional, que incluirá: sistemático de sangre, iones,
urea, glucosa, creatinina, calcio y gases venosos.
2. Canalizar vía venosa para iniciar hidratación endovenosa si se precisa, e ini-
ciar tratamiento con:
- Ondansetrón a dosis de 8 mg /iv diluido en 100 cc de suero salino 0,9% a
pasar en 20 minutos (utilizaremos Ondansetrón, si el paciente ya está sien-
do tratado con Tropisetrón en su domicilio). O bien Tropisetrón 5 mg/iv di-
luido en 100 cc de suero salino 0,9% a pasar en 30 minutos (si el paciente
ha recibido previamente Ondansetrón en su domicilio).
- Metilprednisolona 125 mg iv/24h (se administrará junto con la pauta anterior).
3. Se mantendrá al paciente en observación durante 3 horas, y posteriormente se
intentará tolerancia oral. Si el paciente tolera, se procederá al alta domicilia-
ria con el siguiente tratamiento:
- Ondansetrón 8 mg/8h/vo o bien Tropisetrón 5 mg/24h/vo durante 3-5 días,
más:
- Metilprednisolona 125 mg im/24h durante 3-5 días, más:
- Metoclopramida 10 mg/8h o Clorpromazina 10-25 mg/6-8h durante 10-15
días.
Si el paciente no tolera, o bien existen alteraciones hidroelectrolíticas se valo-
rará el ingreso hospitalario con el siguiente tratamiento:
- Dieta absoluta.
- Sueroterapia intravenosa según estado de hidratación del paciente, con su-
plementos de ClK según analítica.
- Ondansetrón 8 mg/iv/8h o Tropisetron 5 mg/iv/24h.
- Metilprednisolona 125 mg/iv/24h.
URGENCIAS METABÓLICAS
HIPERCALCEMIA
▲ INTRODUCCIÓN:
La hipercalcemia es la complicación metabólica más frecuente en el paciente
oncológico. Los tumores que la producen con más frecuencia son:
- Cáncer de pulmón, mama, próstata, ovario y riñón.
- Mieloma múltiple.
- Cualquier tumor que curse con metástasis óseas.
- Linfoma no Hodgkin y leucemia-linfoma de células T del adulto.
▲ CLÍNICA:
La sintomatología de la hipercalcemia dependerá del nivel de calcio y de la velo-
cidad de instauración del mismo. Generalmente la clínica aparecerá con niveles
de calcio iónico por encima de 11,5 mg/dl.
No debemos olvidar que el valor del calcio en sangre debe ser corregido con el
nivel de albúmina sérica. Esta apreciación es especialmente importante en el pa-
ciente oncológico que con mucha frecuencia tiene hipoalbuminemia, pudiendo
presentar clínica de hipercalcemia con niveles de calcio normales o ligeramente
elevados.
Calcio corregido = calcio determinado (mg/dl) + (4-albúmina(g/dl)) por 0,8
La clínica de la hipercalcemia es muy inespecifica e insidiosa. Lo fundamental pa-
ra diagnosticarla es PENSAR EN ELLA.
452
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
BIBLIOGRAFÍA
▲ Artal A, Espinosa E, García Paredes ML. Urgencias oncológicas. En: González Barón M,
García de Paredes ML, Feliú J, Zamora P, editores. Oncología clínica. Fundamentos y pato-
logía general. 1ª ed. Madrid: McGraw-Hill; 1992. p. 198-213.
▲ Chacón JI. Urgencias en oncología. En: Abad Esteve A, Lluch Hernández A, Martín Jiménez
M, Mendiola Fernández C, editores. Protocolos en oncología. 2ª ed. Madrid: Glaxo Well-
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▲ Rodríguez Sánchez CA, López Mateos Y, Cruz Hernández JJ, García Pérez M, García Do-
mínguez R, Salazar Sáez R. et al. Manual de urgencias en oncología. Salamanca: Bristol-
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dicina de urgencias. 4ª ed. Mexico DF: Interamericana McGraw Hill; 1997. p. 1232-37.
▲ Schiff D, Batchelor T, Wen PY. Neurologic emergencies in cancer patients. Neurol Clin 1998;
16: 449-83.
453
CAPÍTULO 65
Capítulo 65
NEUTROPENIA FEBRIL
M. J. Moya Saiz - M.A. Cruz Mora
INTRODUCCIÓN
▲ Las infecciones en el paciente oncológico son más frecuentes que en la población
general debido a la propia inmunosupresión del tumor, así como a la producida
como consecuencia del tratamiento quimioterápico.
DEFINICIÓN
La definición de neutropenia febril según los criterios de la Sociedad Americana de
Enfermedades Infecciosas es la siguiente:
▲ FIEBRE: una sola toma de temperatura oral de 38,3ºC, o una temperatura de
38°C mantenida durante una hora (la temperatura axilar es 0,5-0,6°C inferior a
la oral).
▲ NEUTROPENIA: menos de 500 neutrófilos/mm3 o menos de 1.000 neutrófi-
los/mm3 si se prevee un descenso a menos de 500.
TRATAMIENTO
Debido a la gran mortalidad que se asocia a la infección en el paciente inmunocom-
prometido, el tratamiento antibiótico debe ser PRECOZ e iniciarse antes de conocer
la etiología. Es preciso asegurarse de que se inicia en la Sala de Urgencias tras ex-
traer los dos hemocultivos y la analítica general.
La neutropenia febril siempre es un criterio de ingreso.
▲ Cuidados generales:
● Aislamiento del paciente.
● Dieta sin crudos.
● Lavados corporales con un antiséptico (clorhexidina).
● Enjuagues orales con un colutorio antiséptico (hexetidina +/- nistatina).
▲ Tratamiento antibiótico en pacientes sin foco infeccioso:
Como norma general se usará un beta-lactámico con actividad frente a Pseudomo-
nas más un aminoglucósido. La combinación actualmente más recomendada es:
Cefepime 2 gr/iv/8h o Ceftazidima 2 gr/iv/8h
+
Amikacina 500 mgr/iv/12h o 1 gr/iv/24h en 250cc de salino 0,9% en 60-
90 minutos.
En pacientes alérgicos a penicilina:
Ciprofloxacino 400 mgr/iv/8h + Vancomicina 1 gr/iv/12h +/- Amikacina 1
gr/iv/24h.
▲ Tratamiento antibiótico en pacientes con foco infeccioso:
● Pacientes con mucositis, infección perineal o intraabdominal:
Meropenem 1 gr/iv/8h.
+
Amikacina 1 gr/iv/24h diluido en 250cc de suero salino 0,9% en 60-90 mi-
nutos.
● Infección del catéter intravascular:
- Añadiremos al tratamiento con Cefepime (o Ceftazidima) y Amikacina:
Vancomicina 1 gr i.v en 500cc de suero salino 0,9% cada 12h a pasar en
60-90 minutos.
- Si el paciente es alérgico a Vancomicina, se usará Teicoplanina 600
mg/IV/24h. (Las tres primeras dosis cada 12 h y después cada 24 h).
- Será necesario retirar el catéter cuando exista una tromboflebitis séptica o in-
fección purulenta del túnel.
- El uso de la Vancomicina en estos pacientes desde Urgencias, se limita a la
evidencia de infección del catéter, o bien en ausencia de ésta, cuando exista
inestabilidad hemodinámica.
● Infiltrados pulmonares:
- El paciente neutropénico con infiltrados pulmonares suele tener mal pronósti-
co. Se deberá considerar la realización de broncoscopia con lavado bronco-
alveolar de forma precoz para intentar aislar los microorganismos responsa-
bles.
- Inicialmente desde la Sala de Urgencias pautaremos tratamiento antibiótico
con Cefepime (o Ceftazidima) más Amikacina, a las mismas dosis recomen-
dadas en apartados anteriores. Una vez dispongamos del lavado broncoal-
veolar, modificaremos el tratamiento en función de los gérmenes aislados.
456
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
BIBLIOGRAFÍA:
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▲ Avery RK, Longworth DL. Evolving concepts in the management of patients with neutropenia
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457
CAPÍTULO 66
Capítulo 66
SÍNDROME ANÉMICO
R. Salcedo Martínez
INTRODUCCIÓN
La anemia es una de las manifestaciones más comunes de enfermedad. Alrededor del
35% de los pacientes que ingresan en un Servicio de Urgencias tienen anemia.
Se debe considerar la anemia como un indicador o manifestación de un trastorno
subyacente, y no como una entidad en sí.
DEFINICIÓN
Se define la anemia como el descenso del nivel de hemoglobina o del hematocrito
más de 2 desviaciones estándar por debajo de la media esperada para un paciente
dado sobre la base de la edad, sexo y estado fisiológico.
A efectos prácticos será útil el siguiente cuadro:
INDICACIONES DE TRANSFUSIÓN
Resulta imposible establecer criterios específicos para la transfusión aunque se pueden
usar guías generales adaptándolas a cada situación clínica. Deberemos tener en cuenta:
● Causa subyacente.
● Tasa de le pérdida hemática.
● Estado de salud del paciente.
● Reserva cardiopulmonar.
● Grado de actividad del paciente.
1. En anemia aguda:
En situaciones de hemorragia aguda es de suma importancia la situación clínica del
paciente. Inicialmente repondremos el volumen circulante con sustancias coloides y cris-
taloides teniendo a nuestra disposición concentrado de hematíes para transfusión
cuando estimemos pérdida hemática > 25% de la volemia (hematocrito < 30%). Una
adecuada oxigenación se produce con hemoglobina de 8-10 gr/dl en pacientes sin
enfermedad cardiopulmonar de base. En caso de isquemia cerebral, miocárdica o en-
fermedad cardiorrespiratoria se recomienda mantener hemoglobina de 10-11 gr/dl.
2. En anemia subaguda:
Transfundiremos concentrados de hematíes si:
● Hematocrito > 30 % cuando haya descendido 6 puntos en 24 horas o 12 pun-
tos en 50 horas.
461
CAPÍTULO 66
NOTAS DE INTERÉS
▲ Recordad que la anemia es la expresión de una enfermedad subyacente.
▲ Gran importancia de la anamnesis y exploración física para filiar el origen de la
anemia.
▲ La situación clínica, más que los valores analíticos, marcará nuestra pauta de ac-
tuación.
▲ En muchas ocasiones las anemias son multifactoriales.
▲ La mayoría de las anemias que veréis en Urgencias serán carenciales.
▲ Recordad que la transfusión de 1 concentrado de hematíes aumentará la hemo-
globina en 1 gr/dl en condiciones normales en el adulto medio.
BIBLIOGRAFÍA
▲ Hillman RS. Anemia ferropénica y otras anemias hipoproliferativas. En: Fauci AS, Braunwald
E, Isselbacher KJ, Wilson JD, Martin JB, Kasper DL. et al., editores. Harrison principios de
medicina interna. 14ª ed. Madrid: McGraw-Hill Interamericana; 1998. p. 729-37.
▲ Eberst ME. Transfusión de sangre y tratamiento con componentes. En: Tintinalli JE, editor. Me-
dicina de Urgencias. 4ª ed. Mexico: Interamericana McGraw-Hill. 1997. p. 1225-31.
▲ Carey CF, Lee HH, Woeltje KF, editores. Manual Washington de terapéutica médica.10ª ed.
Barcelona: Masson; 1999.
▲ Acedo Gutiérrez MS, Hernández Ruiz B, Giménez Mesa E. Anemias. En: Acedo Gutiérrez
MS, Barrios Blandino A, Díaz Simón R, Orche Galindo S, Sanz García RM, editores. Ma-
nual de diagnóstico y terapéutica médica. Hospital Universitario "12 de Octubre". 4ª ed.
Madrid: MSD; 1998. p. 683-93.
▲ Lindenbaum J. Estudio de las anemias. En: Bennett JC, Plum F., editores. Cecil tratado de me-
dicina interna. 20ª ed. Mexico: McGraw-Hill Interamericana; 1997. p. 943-52.
463
CAPÍTULO 67
Capítulo 67
LEUCOPENIA. TROMBOPENIA. PANCITOPENIA
G. Muñiz Nicolás - S. Carmona Lambooy - A. Julián Jiménez
LEUCOPENIA
INTRODUCCIÓN
▲ Leucopenia es el descenso en la cifra de leucocitos totales < 4.000 - 4.500/mm3.
Según el tipo de leucocito que desciende hablaremos de:
NEUTROPENIA < 1.000 - 1.500/mm3 LINFOPENIA < 1.000/mm 3
MONOCITOPENIA < 100/mm3 EOSINOPENIA < 50/mm 3
NEUTROPENIA
Es la entidad de mayor trascendencia clínica y frecuencia en el Servicio de Urgencias.
Produce una mayor susceptibilidad de padecer infecciones bacterianas y fúngicas.
Por ello a partir de ahora en este capítulo identificaremos leucopenia con neutrope-
nia.
CLASIFICACIÓN
- LEVE: con > 1.000/mm 3. Se asocia a baja frecuencia de infecciones, por lo que se
puede manejar de forma extra-hospitalaria.
- MODERADA: entre 500-1.000/mm3. Presenta mayor frecuencia de infecciones y re-
quiere un seguimiento clínico-analítico.
- GRAVE: con < 500/mm 3. La frecuencia de infección es alta, se altera la flora endó-
gena, y con < 100-200/mm 3 MUY GRAVE no se inicia el proceso inflamatorio. Re-
quieren ingreso hospitalario.
ETIOLOGÍA
Cuadro 67.1: Etiología de las neutropenias
Alteración en la producción y Por destrucción periférica
maduración en la médula ósea (m.o) o acúmulo periférico
TRATAMIENTO
▲ Medidas generales:
- La evolución y el pronóstico de la neutropenia depende del control de las com-
plicaciones infecciosas. Por ello hay que tomar una serie de medidas preventi-
vas:
1. Higiene corporal y oral estricta. Enjuagues orales con clorhexidina o hexedi-
tina, 5-10 cc de solución cada 8 horas.
2. Dieta exenta de alimentos crudos, para evitar la colonización del tubo diges-
tivo por enterobacterias.
3. "Aislamiento inverso" en habitación individual (con restricción de visitas, la-
vado de manos, uso de bata, mascarilla y guantes) o en cámaras estériles
(con filtros HEPA), con aire a presión positiva o flujo laminar, no disponibles
en todos los hospitales pero mucho más eficaces.
▲ Profilaxis antibiótica:
- Siendo un tema controvertido no se han establecido acuerdos, entre los distintos
autores, sobre la profilaxis antibiótica en pacientes neutropénicos.
- Las recomendaciones más aceptadas son:
1. Profilaxis con quinolonas. Disminuyen las infecciones por gram negativos, pe-
ro aumentan las producidas por gram positivos y gram negativos resistentes.
Se usa para la descontaminación oral, ya que los patógenos entéricos son
una importante causa de infección. Es una profilaxis muy discutida, hay que
valorar su uso individualizado en cada caso. Se recomienda Ciprofloxacino
500 mg. v.o. cada 12 horas. Como alternativa Trimetropim-Sulfametoxazol
160/800 mgr.v.o cada 12 horas.
2. Profilaxis fúngica. En neutropenias prolongadas que requieren tratamiento
con antibióticos de amplio espectro y/o corticoides. Los hongos más fre-
cuentes son Candida spp. y Aspergillus spp. Se utiliza Fluconazol 100-200
mg v.o. al día, (que tiene buena absorción y poca toxicidad, pero Aspergi-
llus y algunas cepas de Candida son resistentes), e Itraconazol 100-200 mg
v.o. al día activo frente a Aspergillus pero con absorción oral irregular en pa-
cientes con mucositis.
▲ Factores estimulantes de las colonias (G-CSF y GM-CSF):
- Acortan la duración de la neutropenia y disminuyen la frecuencia y duración de
los episodios febriles después del tratamiento con quimioterapia. Está indicado
en la neutropenia prolongada, si el paciente presenta infección severa, en el fa-
llo multiorgánico por sepsis, en la agranulocitosis por fármacos (tras descartar
otra etiología en el estudio de m.o.) y sobre todo si no hay respuesta al trata-
miento antimicrobiano adecuado. Se utiliza G-CSF (factor estimulante de las co-
lonias de granulocitos), 30 millones de UI SUBC 5 µg por kilo de peso y día, s.c.
o GM-CSF (factor estimulante de las colonias de granulocitos y macrófagos) 5-
10 µg por kilo de peso y día, s.c. Ambos fármacos se retiran cuando los neu-
trófilos se encuentren entre 500-1.000/mm3.
▲ Tratamiento empírico de las infecciones en la neutropenia (ver cap. 65):
- Todo paciente con fiebre y neutropenia severa, y aquellos con neutropenia mo-
derada, en los que se espera descenso del número de neutrófilos, deben ser tra-
tados con antibióticos de amplio espectro, bactericidas y a dosis máximas. Las
infecciones deben ser tratadas de forma precoz, pues pueden ser fatales en po-
co tiempo. Se debe ser muy exhaustivo en su despistaje, buscando signos y sín-
tomas de infección. No olvidar que puede existir infección sin fiebre.
466
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
TROMBOPENIA
CONCEPTO
Es el descenso del número de plaquetas circulantes, por debajo de 100.000 -
150.000/mm3. Al ser las responsables de la hemostasia primaria su principal mani-
festación clínica es el síndrome hemorrágico.
CLASIFICACIÓN
A. Según el recuento plaquetario:
- Más de 50.000/mm 3, el sangrado es raro salvo en presencia de traumatismos,
lesión local, trombopatía o alteraciones de la coagulación.
- De 20.000 a 50.000/mm 3, sangrados espontáneos y leves.
- Menos de 10.000/mm3, sangrados espontáneos y graves, hemorragia cerebral.
B. Según su mecanismo de producción: (ver cuadro 67.4).
Un recuento bajo plaquetario puede ser debido a:
▲ Pseudotrombocitopenia o falsa trombopenia debida en general a los recuen-
tos automáticos, uso de EDTA como anticoagulante en los tubos de extracción,
y en el caso de que existan plaquetas gigantes.
▲ Producción deficiente, se suelen afectar otras series, p.ej. drogas, anticuerpos
que afectan a la stem-cell o a los megacariocitos.
▲ Destrucción acelerada, es la causa más frecuente, se debe a defectos intra o
extracorpusculares.
▲ Distribución anormal del pool, p.ej. desórdenes con esplenomegalia.
CRITERIOS DE INGRESO
1. Trombopenia aguda intensa, menos de 20.000/mm3, valorando la causa subya-
cente y la situación clínica del paciente (con/sin sangrado).
468
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
TRATAMIENTO
Se debe iniciar tratamiento con < 20.000 plaquetas /mm3 o con hemorragia difusa.
Los demás casos se valorarán individualmente.
- Medidas generales:
▲ El paciente debe evitar traumatismos que puedan inducir sangrado: cepillado
de dientes, afeitado con cuchilla y maniobras de valsalva, para lo cual se pau-
tarán laxantes. No se deben usar fármacos antiagregantes ni administrar me-
dicación intramuscular.
▲ Retirar fármacos sospechosos de ser su origen y aporte de vitaminas en casos
de déficits.
- Transfusión de plaquetas:
La dosis habitual es 1 unidad/ 10 kilos de peso, aunque si el consumo es severo se
puede aumentar la dosis o el intervalo. El rendimiento que se obtiene de cada uni-
dad sería la elevación del recuento plaquetario entre 5.000 y 7.000/mm3.
- Indicaciones terapéuticas:
1. Plaquetas < 50.000/mm 3 y hemorragia grave.
- Indicaciones profilácticas:
1. Plaquetas < 10.000/mm 3 con una causa reversible a corto-medio plazo.
2. Plaquetas < 20.000/mm3 con leucocitosis importante, fiebre de 38ºC, sepsis,
CID o lesión anatómica.
3. Pacientes con plaquetas < 50.000/mm3 que se vayan a someter a cirugía ma-
yor o técnicas invasivas.
4. No se debe transfundir profilácticamente a pacientes refractarios a los trata-
mientos pero estables, en PTT, SHU, PTI y anemia aplásica, sobre todo si se va
a hacer transplante.
- Tratamiento farmacológico: esteroides e inmunoglobulinas. (En trombopenias de
origen inmunológico-PTI):
▲ Los Esteroides suponen la primera línea de tratamiento, son esperables res-
puestas en 2-4 semanas cuando se administra metilprednisolona 20-150
mg/día, y como dosis de mantenimiento 2,5-15 mg/día. Otra pauta es 0.25
mg-1 mg/kg/día durante 3 semanas e iniciar pauta de descenso en la 4ª se-
mana. Cuando se necesita una rápida recuperación del recuento plaquetario o
la situación clínica lo requiere se podrán usar "las macrodosis" administrando
una pauta de 1gramo/día durante 3-5 días (1 g. diluido en 500 cc de suero a
pasar en 3-6 horas).
▲ Las Inmunoglobulinas (inmunoglobulina humana polivalente) están indicadas
en sangrados que comprometen la vida, PTI refractaria al tratamiento, previo a
la cirugía y postransfusión de plaquetas para alargar la vida de las mismas. Se
utiliza inmunoglobulina humana polivalente a dosis de 400 mg/kg/d durante
5 días, o bien 1.000 mg/kg/d durante 2 días. Es un fármaco muy caro y de
efecto transitorio. Como efectos secundarios produce: cefalea, mialgias, fiebre
y rash cutáneo.
469
CAPÍTULO 67
PTT Glucocorticoides y
Plasmaféresis y/o Valorar otros tratamientos
Criosobrenadante
PANCITOPENIA
Se define como la asociación de anemia, leucopenia y trombopenia. El hallazgo de
una pancitopenia de reciente aparición, obliga a descartar la presencia de fallo he-
matopoyético.
ETIOLOGÍA
La causa más frecuente es el fracaso en la función de la m.o.
APROXIMACIÓN DIAGNÓSTICA
1. ANAMNESIS: antecedentes de hepatopatía crónica, historia de neoplasia y trata-
mientos recibidos (quimio y radioterapia), toma de fármacos, contacto con ani-
males y tóxicos, infección por VIH, antecedentes de cirugía gástrica, síndrome
constitucional, clínica compatible con síndrome anémico, susceptibilidad a pade-
cer infecciones o hematomas o sangrado fácil.
2. EXPLORACIÓN FÍSICA: debe ser minuciosa en busca de adenopatías, viscerome-
galias, estigmas de hepatopatía, masas palpables, petequias, desnutrición, bús-
queda de focos de infección, lesiones dermatológicas, etc.
470
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
3. PRUEBAS COMPLEMENTARIAS:
- Hemograma: valora la presencia y severidad de la pancitopenia.
- Frotis de sangre periférica: permite ver la presencia de blastos, hipersegmenta-
ción de los neutrófilos. Se puede solicitar la determinación de reticulocitos, los
cuales si están elevados sugieren cuadro hemolítico, hemorragia o hiperesple-
nismo, y si están descendidos indican hipoplasia o aplasia medular.
- Estudio de coagulación y bioquímica básica, con función hepática y renal, LDH,
Br indirecta.
- Ecografía abdominal, la cual permite demostrar la presencia de hipertensión
portal, hepatopatía e hiperesplenismo.
- Se comentará con el hematólogo de guardia, para realizar de forma urgente o
programada estudio de m.o. que revela la desaparición total o parcial del teji-
do hematopoyético. El aspirado de la médula nos informa de la citomorfología.
La biopsia de la arquitectura y celularidad, siendo ésta última obligada en el
estudio de aplasia.
CRITERIOS DE INGRESO
1. Presencia de fiebre y requerimientos transfusionales.
2. Sospecha de anemia aplásica o leucemia aguda.
3. Cualquier otra pancitopenia a estudio, que por la situación clínica del paciente,
no pueda ser manejada de forma ambulatoria.
TRATAMIENTO
1. Tratamiento etiológico específico.
2. Tratamiento de soporte ante cada citopenia según lo comentado. Ante un fallo he-
matopoyético, si la anemia es sintomática, se transfunde concentrado de hematí-
es si los niveles de hemoglobina son inferiores a 8-9 gr/dl. También se puede re-
alizar transfusión profiláctica de plaquetas, salvo en casos intratables de mal
pronóstico en cuyo caso se transfundirá sólo si hay hemorragia. Es necesaria la
profilaxis y el tratamiento de las complicaciones infecciosas.
BIBLIOGRAFÍA
▲ Pérez de Albéniz MA, Comité hospitalario de transfusión. Recomendaciones para el mane-
jo de hemoderivados primarios. Toledo: Complejo hospitalario, 1999.
▲ Martínez J, Martín ML, Díaz I. Leucopenia, trombopenia y pancitopenia. En: Acedo MS, Ba-
rrios A, Díaz R, Orche S, Sanz RM. Manual de diagnóstico y terapéutica médica. Hospital
12 de Octubre. 4ª ed. Madrid: MSD. 1998. p. 695-706.
▲ Orientación de una trombopenia en urgencias. En: García Gil D., ed. Manual de urgencias.
Hospital universitario Puerta del Mar. Cádiz: Daniel García Gil. 2000. p.555-560.
▲ Pancitopenia: aproximación en urgencias. En: García Gil D., ed. Manual de urgencias. Hos-
pital universitario Puerta del Mar. Cádiz: Daniel García Gil. 2000. p. 561-563.
471
CAPÍTULO 68
Capítulo 68
DIÁTESIS HEMORRÁGICAS
M. A. Arrabal Arrabal - A. Julián Jiménez - M. A. Adrados Ruíz
INTRODUCCIÓN Y CONCEPTO
Se denomina diátesis hemorrágica a un estado en el que existe una tendencia anor-
mal al sangrado.
El sistema normal limita la pérdida de sangre al regular de forma precisa con una se-
rie de interacciones entre los componentes de la pared vascular, las plaquetas circu-
lantes y las proteínas plasmáticas. Sin embargo, puede aparecer una hemorragia ex-
cesiva a pesar de la normalidad del sistema hemostático. Con menos frecuencia la
hemorragia se debe a un trastorno hereditario o adquirido del propio sistema he-
mostático.
*MG (medidas generales): suspender ACO ese día, vigilar sangrados, control. E. coagulación en 24 h.
*ML (medidas locales): enjuagues con ac. e Amino-caproico...
Nota: Al neutralizar la heparina con S. de Protamina hay que tener en cuenta que la vida media de la He-
parina son 4 h. Si se trata de Heparina en perfusión continua será necesario determinar la heparinemia o ha-
cer un cálculo aproximado. Se prefiere neutralizar por defecto debido a sus graves efectos secundarios (ries-
go de parada cardiovascular y trombosis).
6. DÉFICITS DE FACTORES:
Cuadro 68.6
Factor TTP Quick T. Trombina Tratamiento Vida media Sangrado
I L L N [Fibri]/Criop 4d Medio/seve
II L L N Plasma 3d Medio/mod
V L L N Plasma 36 h Moderado
VII N L N Plasma [VII] 3–6h Medio/seve
VIII L L N DDAVP [VIII] 12 h Medio/seve
IX L N/L* N [IX] 24 h Medio/seve
X L L N Plasma 40 h Medio/seve
XI L N N Plasma 80 h Medio/mode
XII L N N - 50 – 70 h No sangra
XIII N N N Plasma [XIII] 9d Mod/seve
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Ayala Díaz R, Schoebel Orbea N, Cedena Martín T. Trastornos de la hemostasia. Anticoa-
gulación. En: Acedo Gutiérrez MS, Barrios Blandino A, Díaz Simón R, Orche Galindo S,
Sanz García RM, editores. Manual de diagnóstico y terapéutica médica. Hospital Universi-
tario "12 de Octubre". 4ª ed. Madrid: MSD; 1998. p. 705-20.
▲ Handin RI. Trastornos de la coagulación y trombosis. En: Fauci AS, Braunwald E, Isselbacher
KJ, Wilson JD, Martin JB, Kasper DL. et al., editores. Harrison principios de medicina inter-
na. 14ª ed. Madrid: McGraw-Hill Interamericana; 1998. p. 842-50.
▲ Bañas Llanos HM. Diátesis hemorrágica. En: Moya Mir MS., editor. Normas de actuación en
urgencias. Clínica Puerta de Hierro. Ed. 2000. Madrid: Smithkline-Beechan; 2000. p. 375-
94.
477
CAPÍTULO 69
Capítulo 69
INSUFICIENCIA RENAL AGUDA
A. Roca Muñoz
INTRODUCCIÓN
▲ El fracaso renal agudo (FRA) es un síndrome clínico, secundario a múltiples etio-
logías, que se caracteriza por un deterioro brusco de la función renal cuya ex-
presión es el aumento de los productos nitrogenados en sangre, pudiendo tam-
bién producir alteraciones hidroelectrolíticas y del equilibrio ácido-base.
Aproximadamente un 60% de los casos cursan con oliguria.
▲ En un estudio epidemiológico sobre FRA, realizado en la Comunidad de Madrid,
se objetivó que en un 60% de los casos el deterioro de la función renal (Crs > 1.5
mg/dl) es anterior a su ingreso en el hospital y el 40% restante se presentaba en
pacientes hospitalizados con función renal previa normal. Las causas más fre-
cuentes fueron la necrosis tubular aguda, el FRA prerrenal, la insuficiencia renal
crónica reagudizada y la uropatía obstructiva.
CLASIFICACIÓN
El FRA puede clasificarse en tres grandes grupos según la causa que lo produce:
1 FRACASO RENAL AGUDO FUNCIONAL O PRERRENAL: se produce por disminu-
ción de la perfusión renal, manteniéndose el riñón indemne. El descenso del fil-
trado glomerular es secundario a una caída de la presión de perfusión y/o a una
vasoconstricción renal intensa que sobrepasan los mecanismos de autorregulación
intrarrenales. La insuficiencia renal que se produce es reversible tras restaurar el
flujo plasmático: es un FRA funcional. Pero si persiste la situación que lo ha de-
sencadenado evolucionará hacia la necrosis tubular aguda, es decir a un FRA pa-
renquimatoso, establecido, de origen isquémico. Las causas que pueden provo-
carlo se enumeran en el cuadro 69.1.
2 FRACASO RENAL AGUDO PARENQUIMATOSO: hay una lesión renal estructural,
establecida, que puede afectar predominantemente al túbulo, al intersticio, al glo-
mérulo o a los vasos sanguíneos (grandes o pequeños), lo que da lugar a dife-
rentes síndromes clínicos:
▲ TÚBULO: ésta es la afectación más frecuente y da lugar a la necrosis tubular
aguda (NTA). El origen de la NTA es fundamentalmente isquémico o tóxico. Las
causas que pueden producirla se enumeran en el cuadro 69.2. Todas las si-
tuaciones que provocan un fallo renal prerrenal, si se mantienen, pueden dar
lugar a una necrosis tubular. Cuando la isquemia es muy severa puede produ-
cirse incluso una necrosis cortical (en situaciones de hemorragia severa, la ma-
yoría de las veces en relación con procesos obstétricos y coagulación intra-
vascular diseminada). La NTA secundaria a nefrotoxicidad es muy frecuente en
pacientes hospitalizados, sobre todo en relación con aminoglucósidos y con-
trastes iodados. La edad avanzada, la depleción de volumen, la diabetes me-
llitus, el mieloma, la existencia de nefropatía previa y la concurrencia de va-
rios nefrotóxicos son factores predisponentes para desarrollar una NTA.
▲ INTERSTICIO: se afecta por hipersensibilidad a fármacos, procesos inmuno-
lógicos o infecciosos, y da lugar a la nefritis tubulointersticial aguda (NTIA).
El cuadro clínico es muchas veces incompleto pero puede presentarse con fie-
478
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
1- Establecer si se trata de una insuficiencia renal aguda o crónica (IRC), o una IRC
reagudizada. Únicamente el conocimiento de que la función renal previa era nor-
mal (por analítica o informes previos) nos permite asegurar que el fracaso renal
es agudo. El tamaño renal disminuído es indicativo de un proceso crónico aunque
hay nefropatías crónicas con tamaño renal conservado (amiloidosis, diabetes me-
llitus). La historia previa de nefropatía, diabetes o hipertensión arterial de larga
evolución, la presencia de poliuria, polidipsia, nicturia, calambres y prurito de me-
ses de evolución junto con palidez y coloración amarillenta de la piel, y la buena
tolerancia al síndrome urémico orientan hacia un proceso crónico.
2- Descartar la uropatía obstructiva: sospecha clínica y realización de ecografía renal.
3- Diferenciar el FRA prerrenal del parenquimatoso: Historia Clínica, exploración fí-
sica y pruebas complementarias.
a) Historia Clínica:
- Antecedentes personales y familiares de nefropatía, diabetes mellitus, hiper-
tensión arterial, arterioesclerosis, enfermedades sistémicas, procesos infec-
ciosos recientes, tratamiento habitual y de pauta reciente (dosis y duración),
exposición a tóxicos y a contrastes iodados intravenosos (NTA o ateroembo-
lismo por colesterol).
- Volumen de diuresis: puede ser muy variable, el 60% cursa con oliguria (<
400 ml/día). La NTA por tóxicos y muchos casos de NTIA suelen cursar con
diuresis conservada. La anuria total es muy rara y debe hacer pensar en una
obstrucción total del sistema colector o de las arterias renales (bilateral o uni-
lateral en el caso de riñón único funcionante) secundaria por ejemplo a car-
diopatía embolígena o disección aórtica. También puede verse en la necro-
sis cortical y las GN con gran proliferación extracapilar. La diuresis fluctuante
es típica de la uropatía obstructiva.
- Valorar todos los factores, ya comentados, que provocan un FRA prerrenal o
funcional. Ingesta de líquidos y volumen de diuresis de los días previos.
- Investigar historia previa de patología urológica que nos orientará a causa
obstructiva.
- Valorar síntomas que orienten hacia una enfermedad sistémica.
- Tener en cuenta que en muchas ocasiones concurren varios factores.
b) Exploración física: hay que valorar los signos de deplección de volumen, insu-
ficiencia cardíaca y hepatopatía crónica; la presencia de soplos vasculares;
descartar globo vesical e hipertrofia prostática; buscar lesiones en piel o muco-
sas y otros signos de enfermedad sistémica; explorar el fondo de ojo (retinopa-
tía hipertensiva o diabética, cristales de colesterol).
c) Exploraciones complementarias: se debe solicitar en Urgencias:
- En sangre: hemograma, estudio de coagulación, ionograma, urea, creatini-
na, calcio, gasometría (arterial o venosa) y osmolalidad si es posible.
- En orina: sedimento, sodio, potasio y si fuera posible urea, creatinina y os-
molalidad.
- ECG.
- Técnicas de imagen: ecografía abdominal. RX tórax según la situación del
paciente. RX abdomen puede resultar útil en ocasiones.
Valoraremos los hallazgos en el contexto de la Historia y la exploración clí-
nica de cada paciente:
481
CAPÍTULO 69
IFR=(Nao x Crpl)/Cro. EFNa=(Nao x Crpl)/(Napl x Cro) x 100. U: urea; Cr: creatinina; o: en orina; pl: en plasma.
482
MANUAL DE PROTOCOLOS Y A CTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Liaño F, J. Pascual, Caramelo C, López Farré A, Rodríguez Puyol D. Fracaso renal agudo.
En: Hernando Avendaño L, editor. Nefrología clínica. 1ª ed. Madrid: Panamericana; 1997.
p. 481-526.
▲ Liaño F, Pascual J. Insuficiencia renal aguda. En: Lorenzo Sellarés V, editor. Manual de Ne-
frología clínica, diálisis y trasplante renal. 1ª ed. Madrid: Harcourt Brace de España; 1998.
p. 105-141.
▲ Burton David Rose, editor. Clinical physiology of acid-base and electrolyte disorders. 4ª edi-
ción. New York: Mc Graw Hill; 1994.
▲ Burton David Rose. Diagnosis of acute tubular necrosis and prerrenal disease. Fractional ex-
cretion of sodium in acute renal failure. Nonoliguric versus oliguric acute tubular necrosis.
Duration and possible therapy of acute tubular necrosis. Up To Date 2000; 8 (2). Hernández
Martínez E. Fracaso renal agudo. En: Medina Asensio J, editor. Manual de Urgencias Mé-
dicas. Hospital Doce de Octubre. 2ª ed. Madrid: Díaz de Santos; 1997. p. 517-33.
▲ Liaño F, editor. Insuficiencia renal aguda. En: Rodríguez Pérez JC, Orte Martínez LM, edito-
res. Normas de actuación clínica en Nefrología. Diagnóstico sindrómico y exploraciones
complementarias. Sociedad Española de Nefrología. Madrid: Harcourt Brace de España;
1999. p. 59-73.
485
CAPÍTULO 70
Capítulo 70
INSUFICIENCIA RENAL CRÓNICA
Mª José Led Domínguez - A. Roca Muñoz
INTRODUCCIÓN
▲ Insuficiencia renal crónica (IRC) es la disminución del filtrado glomerular (FG) irre-
versible, con la consiguiente retención de productos tóxicos por pérdida de la ca-
pacidad excretora y reguladora del metabolismo hidrosalino y ácido-base, y dis-
minución de la actividad endocrinológica renal, que determinan el síndrome
urémico (cuadro 70.1). Los trastornos comienzan a aparecer cuando el FG es in-
ferior a 30-40 ml/min.
▲ Las causas más frecuentes de IRC son: diabetes, hipertensión y glomerulonefritis
crónica. Otras menos frecuentes son: patología intersticial, uropatía obstructiva,
enfermedades sistémicas (lupus, mieloma...), enfermedades heredo-familiares
(poliquistosis, etc).
Modificado del capítulo de IRC del Manual de Diagnóstico y Terapéutica Médica. Hospital Doce de Octubre.
ACTUACIÓN EN URGENCIAS
1- AVISAR SIEMPRE A NEFROLOGÍA para valoración del paciente, sobre todo ante
aquellos que ya reciben tratamiento sustitutivo o presentan un Ccr de 20 ml/min,
y ante situaciones que puedan requerir hemodiálisis urgente (insuficiencia cardí-
aca-edema agudo de pulmón e hiperpotasemia tóxica).
2- Valorar si existe o no deterioro agudo de la función renal, y si existen factores
que hayan contribuido o causado dicho deterioro que podamos corregir: (ver ca-
pítulo 69).
488
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Alfrey AC. Chronic renal disease. En: Schrier RW, editor. Manual of Nephrology. 4th ed.
Boston: Little, Brown and Company; 1995. p. 152-160.
▲ Mon Mon C, Orche Galindo S, Segura de la Morena J. Insuficiencia renal crónica. En: Ace-
do Gutierrez MS, Barrios Blandino A, Díaz Simón R, Ordre Galindo S, Sanz García RM, edi-
tores. Manual de diagnóstico y terapéutica médica. Hospital Doce de Octubre. 4ª ed. Ma-
drid: EGRAF; 1998. p. 563-570.
▲ Martín de Francisco AL. Sistemática diagnóstica en el enfermo con insuficiencia renal cróni-
ca. En: Hernando Avendaño, editor. Nefrología clínica. 1ª ed. Madrid: Panamericana;
1997. p. 529-534.
▲ Signs and symptoms of uremia. En: Rose BD, Black RM, editores. Clinical problems in Neph-
rology. 1st ed. Boston: Little, Brown and Company; 1996. p. 497-523.
▲ Montoliu Duran J, Lorenzo Sellarés V. Insuficiencia renal crónica. En: Lorenzo Sellarés, edi-
tor. Manual de Nefrología Clínica, Diálisis y Trasplante renal. 1ª ed. Madrid: Harcourt Bra-
ce de España; 1998. p.183-213.
489
CAPÍTULO 71
Capítulo 71
CÓLICO NEFRÍTICO
J. F. Jiménez Leiro - A. Sampietro Crespo
INTRODUCCIÓN
La obstrucción aguda supravesical da lugar a una distensión retrógrada del sistema
calicial cuya traducción clínica es el cólico nefrítico. La causa más frecuente es la li-
tiasis urinaria.
ETIOLOGÍA
▲ Causas Intrínsecas:
- Litiasis
- Coágulos o pus.
- Tumores de urotelio.
- Estenosis pieloureterales o ureterales.
▲ Causas Extrínsecas:
- Lesiones vasculares.
- Procesos benignos del aparato genital femenino: embarazo, endometriosis,
quistes.
- Tumores malignos: vesicales, prostáticos.
- Enfermedades del tracto gastrointestinal: apendicitis, diverticulitis.
- Procesos retroperitoneales benignos: fibrosis retroperitoneal benigna, hematomas.
- Tumores retroperitoneales: linfomas, metástasis retroperitoneales.
CLÍNICA
Dolor en el área renoureteral (ángulo costo-lumbar) irradiado a vejiga y genitales (si-
guiendo una trayectoria anterodescendente) de gran intensidad, tipo cólico y suele ser
unilateral. Suele ir acompañado de: agitación, cortejo vegetativo (náuseas, vómitos,
abdomen timpánico), hematuria, síndrome miccional (polaquiuria, disuria).
DIAGNÓSTICO
Se basa fundamentalmente en la clínica.
Exploración física: el abdomen puede presentar cierta defensa voluntaria, la puño-
percusión renal hay que realizarla con extrema suavidad.
PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
▲ Sedimento de orina: hallazgos habituales de cristaluria y/o microhematuria.
▲ Hemograma, estudio de coagulación y bioquímica elemental si complicaciones.
▲ Radiografía simple de abdomen:
- Ligera escoliosis de concavidad hacia el lado afecto.
- Discreto aumento de la silueta renal.
- Posibles imágenes radiopacas sugestivas de cálculos. La no visualización de
imágenes radiopacas puede ser por cálculos radiotransparentes (ácido úrico) o
pequeño tamaño (arenillas).
▲ Ecografía abdominal:
- Indicación: cólico nefrítico resistente a tratamiento, fiebre, leucocitosis con des-
viación a la izquierda.
490
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
▲ Procesos renales; embolismo renal.
▲ Procesos digestivos; apendicitis, diverticulitis aguda, pancreatitis aguda.
▲ Procesos ginecológicos; embarazo extrauterino, anexitis, torsión de quiste de ovario.
▲ Procesos vasculares; embolismo renal, trombosis mesentérica.
▲ Procesos extraabdominales; infarto agudo de miocardio.
TRATAMIENTO
1. Conservador.
a. Vía parenteral: primera medida para controlar el dolor.
- N-butilbromuro de hioscina / dipirona a dosis de 20 mg / 2500 mg dilui-
dos en 100 ml de suero fisiológico.
- Si no cede el dolor o alergia al medicamento anterior: Ketorolaco trometa-
mol, a dosis de 30 mg diluidos en 100 ml de suero fisiológico.
- Si no cede el dolor o alergia a los medicamentos anteriores: clorhidrato de
petidina, a dosis de 50 mg por vía subcutánea.
b. Vía oral: cuando el dolor está controlado y para tratamiento ambulatorio.
- N-butilbromuro de hioscina / dipirona a dosis de 10 mg / 250 mg cada 6
u 8 horas.
- Ketorolaco trometamol a dosis de 10 mg cada 8 horas.
2. Desobstrucción de la vía urinaria (avisad al urólogo de guardia).
a. Cateterismo ureteral: cuando se evidencia que la causa de la obstrucción es un
cálculo que no es demasiado grande, resistencia a tratamiento conservador,
signos de sepsis.
b. Nefrostomía percutánea: cuando existe dilatación del sistema excretor sin evi-
denciarse la causa, para litiasis muy grandes y que se localicen muy cerca de
la vejiga, cuando fracasa el cateterismo ureteral, signos de sepsis.
3. Tratamiento etilógico: de forma diferida.
CRITERIOS DE INGRESO
▲ No cede a tratamiento médico.
▲ Reaparece de forma consecutiva.
▲ Cálculo no expulsable.
▲ Fiebre.
491
CAPÍTULO 71
Persiste dolor
Mórfico parenteral
Normal Litiasis Anulación renal
Ecografía urgente
Cateterismo
BIBLIOGRAFÍA
▲ Medina López R, García Matilla F. Dolor urológico. En: García Matilla F, editor. Patología
urogenital de urgencia. 1ª ed. Madrid: ENE; 1998. p. 217-27.
▲ Chicharro Almarza J, Hermida Gutierrez JF, Moreno Sierra J, Silmi Moyano A. Uropatía
obstructiva supravesical. Crisis renoureteral. En: Resel Estévez L, Esteban Fuertes M, editores.
Urgencias en Urología: manual para residentes. 1ª ed. Madrid: Jarpyo; 1995. p. 155-65.
▲ Vicente J. Dolor lumbar. En: Pautas de actuación y protocolos asistenciales del Servicio de
Urología de la Fundació Puigvert. 1ª ed. Barcelona: Pulso; 1995. p. 15-25.
▲ Ambroj Navarro C, Valdivia Uria JC. Uropatía obstructiva. En: Resel Estévez L, editor. Uro-
logía: libro del residente. 1ª ed. Madrid: ENE; 1998. p. 89-103.
493
CAPÍTULO 72
Capítulo 72
HEMATURIA
E. Buendía González - F. Álvarez Fernández
INTRODUCCIÓN
▲ La hematuria es una de las principales causas de consulta urológica en Urgen-
cias, siendo un síntoma que obliga a una evaluación urológica completa del pa-
ciente. Los pacientes con un episodio de hematuria macroscópica habitualmen-
te se asustan por la presencia de sangre en orina lo que les lleva a la consulta
urgente. El médico debe tranquilizar al paciente pero en ningún caso, indepen-
dientemente de la magnitud de la hematuria, debe ser ignorada puesto que en
muchas veces y sobre todo en varones mayores de 50 años puede ser debida
a un proceso tumoral subyacente del tracto urinario. Es motivo de consulta del
aproximadamente 30% de los tumores renales, del 60% de los piélicos/urete-
rales y del 84% de los vesicales. El manejo y enfoque diagnóstico que se haga
de esta patología en el Servicio de Urgencias es importante en el pronóstico de
estos pacientes.
CONCEPTOS
▲ Hematuria: se define como la emisión simultánea de sangre y orina durante la
micción, procedentes de cualquier nivel de la vía urinaria; desde el glomérulo
hasta el esfínter externo de la uretra. Hay que diferenciarla de la uretrorragia, en
la cual el sangrado es independiente de la micción y sugiere lesión por debajo
del esfínter externo de la uretra.
▲ Así mismo hay que diferenciarla de la pseudohematuria o falsa hematuria,
procesos o sustancias que colorean la orina (cuadro 72.1). El diagnóstico de-
finitivo, en este caso, se establece mediante el estudio microscópico del sedi-
mento urinario que demostrará la presencia de hematíes o pigmentos en la
orina. Es importante asegurarse que la orina no se ha mezclado con sangre
procedente de hemorragia vaginal o de otros órganos distintos del aparato
urinario.
▲ Se considera hematuria significativa aquella con más de 3 htíes/campo en tres
muestras de orina, más de 100 htíes/c en una sola muestra, o un episodio de
hematuria macroscópica, teniendo en cuenta que puede ser intermitente en
muchos casos.
▲ En este capítulo nos centraremos en el diagnóstico y tratamiento de la hematu-
ria macroscópica no traumática, quedando fuera de nuestros límites el manejo
de la microhematuria, aunque debe tenerse en cuenta que ésta puede repre-
sentar las mismas lesiones que una hematuria macroscópica, por lo que en to-
do paciente diagnósticado de hematuria microscópica, se debe realizar un es-
tudio urológico completo. Así mismo, ante cualquier paciente que haya sufrido
un traumatismo y presente hematuria, lo prioritario será determinar el nivel del
tracto genito-urinario lesionado y la actuación terapéutica estará en relación
con la lesión traumática.
494
MANUAL DE PROTOCOLOS Y A CTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
TRATAMIENTO DE LA HEMATURIA
▲ El tratamiento de la hematuria en Urgencias dependerá de la causa que la ha pro-
vocado y de la intensidad de la misma. Generalmente una hematuria que no pro-
voca anemización o retención urinaria por coágulos, no precisa ingreso.
▲ CONSIDERACIONES GENERALES:
- Cuando la hematuria está causada por la administración de algún fármaco,
deberá ser sustituido por otro de efecto similar.
- Las de causa nefrológica, no suelen ser muy copiosas, lo importante es orien-
tarlas adecuadamente.
- En la hematuria de causa hematológica, ver capítulo 68.
- En las hematurias de origen urológico, si es monosintomática, moderada, no
anemizante y no provoca dificultad miccional únicamente deberemos tranquili-
497
CAPÍTULO 72
CRITERIOS DE INGRESO
1. Hematuria grave con alteraciones hemodinámicas.
2. Retención urinaria por coágulos.
3. Hematuria recidivante.
Clínica
Exploración
Tira reactiva y/o sedimento
(+)
estudio htíes
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Segura Martín M, Lorenzo Romero JG, Salinas Sánchez A. Hematuria. En: Resel Estévez L,
editor. Libro del Residente. 1º ed. Madrid: Smithkline Beecham; 1998. p. 45-50.
▲ Sanz Chinesta S, Jiménez Cruz F. Microhematuria. Pautas Diagnósticas. Actas Urol Esp.
1998; 22:83-93.
▲ Sánchez-Carrera Aladrín F, Leal Hernández F, Moncada Iribarren F, Rodríguez Fernández E,
Diez Cordero JM. Hematuria. En: Urgencias Urológicas, Tema Monográfico LXI Congreso
Nacional de Urología. Madrid: Ene; 1996. p. 73-83.
▲ Vicente J. Pauta de Actuación. Hematuria. En: Vicente J, editor. Pautas de Actuación y pro-
tocolos asistenciales. 1ª ed. Barcelona: Pulso; 1995. p. 9-11.
▲ Lowe FC, Brendler CB. Evaluación del Paciente Urológico. En: Walsh, Retik, Stamey, Vaug-
hau, editores. Campbell Urología. 6ª ed. Argentina: Medica Panamericana; 1994. p. 303-
323.
499
CAPÍTULO 73
Capítulo 73
UROPATÍA OBSTRUCTIVA
J.F. Jiménez Leiro - A. Sampietro Crespo
CONCEPTO
Se considera uropatía obstructiva (UO) el cese de paso de orina en alguna parte del
tracto urinario por un obstáculo mecánico o funcional, de causa congénita o adquirida.
La UO puede ser aguda o crónica, completa o incompleta, infravesical o supravesical.
ETIOLOGÍA
Existe una gran diversidad, lo más frecuente a nivel:
- Renal: litiasis, estenosis pieloureterales, neoplasias.
- Uréter: litiasis, compresiones extrínsecas, estenosis, embarazo.
- Vejiga y uretra posterior: hipertrofia prostática, esclerosis de cuello, carcinoma de
próstata, litiasis, vejiga neurógena, neoplasias.
- Uretra: estenosis, fimosis, litiasis.
CLASIFICACIÓN
▲ UO de tracto urinario superior:
- Aguda:
- Cólico nefrítico.
- Anuria excretora.
- Crónica:
- Hidronefrosis.
- Megauréter.
- Caliectasia, pielocaliectasia, ureteropielocaliectasia.
▲ UO de tracto urinario inferior:
- Retención aguda de orina.
- Retención crónica de orina.
CÓLICO NEFRÍTICO
Se trata en el capítulo 71.
ANURIA EXCRETORA
Se suele producir generalmente por obstrucción del uréter de un riñón único.
▲ Clínica: suele estar precedido de cólico nefrítico. No hay deseo miccional al estar
la vejiga vacía. Síntomas de insuficiencia renal.
▲ Diagnostico diferencial: insuficiencia prerrenal y renal.
▲ Pruebas complementarias:
a. Obligatorias (en Urgencias):
- Estudio analítico: iones, urea, creatinina, sistemático de sangre.
- Radiografía simple de abdomen: siluetas renales, cálculos.
- Ecografía: dilatación de sistema excretor, obstáculo en algunas ocasiones.
b. Diferidas:
- Urografía intravenosa (si la función renal lo permite) para visualizar el obs-
táculo y localización.
500
MANUAL DE PROTOCOLOS Y A CTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
HIDRONEFROSIS
Dilatación de la cavidad pielocalicial. Síndrome de la unión pieloureteral.
▲ Clínica:
- Dolor en fosa renal que suele ser fijo y persistente, menor intensidad que el có-
lico nefrítico. Puede irradiarse anterodescendente.
- Derivado de complicaciones: hematuria, piuria, fiebre, expulsión de cálculos o
arenillas, insuficiencia renal crónica si es bilateral.
▲ Pruebas complementarias:
a. Obligatorias (en Urgencias):
- Analítica de sangre, sistemático de orina y urocultivo.
- Radiografía simple de abdomen: descarta cálculos.
- Ecografía abdominal: dibuja con gran nitidez el árbol pielocalicial, visuali-
za el espesor del parénquima.
b. Diferidas:
- Urografía intravenosa: retraso en la eliminación de contraste, dibuja el ár-
bol pielocalicial completo.
- Renograma isotópico (Tc99 DTPA + Furosemida): diferencia una dilatación
residual (sin obstáculo) de una dilatación por un proceso obstructivo. En la
obstrucción no se registra la fase diurética.
- "Test urodinámico de Whitaker y Vela Navarrete": precisan nefrostomía.
▲ Tratamiento:
- Avisad al urólogo.
- Endopielotomía percutánea o transuretral.
- Pieloplastia desmembrada: por cirugía abierta o laparoscópica.
- Nefrectomía: lesión renal irreversible.
▲ Criterios de ingreso: en las hidronefrosis complicadas.
MEGAURÉTER
Uréter grande. El megauréter obstruido puede ser primario o secundario a obstruc-
ción ureteral, vejiga neurogénica u obstrucción ureteral extrínseca. El primario se aso-
cia con un segmento distal adinámico, suele ser unilateral, más frecuente en varones
y en el lado izquierdo.
▲ Clínica:
- Anodina: malestar o ligero dolor renoureteral.
- Complicaciones: infección urinaria, litiasis e insuficiencia renal.
▲ Pruebas complementarias:
a. Obligatorias (en Urgencias):
- Analítica de sangre, sistemático de orina y urocultivo.
- Radiografía simple de abdomen.
- Ecografía abdominal.
b. Diferidas:
- Urografía intravenosa: uréter que se va dilatando distalmente hasta alcan-
zar una forma fusiforme o bulbosa que bruscamente se convierte en un cor-
to segmento ureteral no dilatado que ingresa en la vejiga.
- Cistografía: diferencia el megauréter primario del reflujo vesicoureteral.
- Renograma isotópico: en pacientes neonatos.
501
CAPÍTULO 73
▲ Tratamiento:
- Avisad al urólogo.
- Si el megauréter funcional es muy discreto sin repercusión clínica no deben ser
operados (ej. hallazgo casual en el adulto).
- Tratamiento quirúrgico: reimplante ureterovesical antirreflujo tras extirpación de
segmento adinámico ureteral.
▲ Criterios de ingreso: megauréteres complicados.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Ambroj Navarro C, Valdivia Uria JC. Uropatía obstructiva. En: Resel Estévez L, editor. Uro-
logía: libro del residente. 1ª ed. Madrid: ENE; 1998. p. 89-103.
▲ Vicente J. Oliguria, oligoanuria. En: Pautas de actuación y protocolos asistenciales del Ser-
vicio de Urología de la Fundació Puigvert. 1ª ed. Barcelona: Pulso; 1995. p. 25-29.
▲ López-Tello García JJ, Alonso Donego JM, Madrid García FJ. Obstrucción del tracto urinario
inferior. Retención aguda de orina. En: Resel Estévez L, Esteban Fuertes M, editores. Urgen-
cias en Urología: manual para residentes. 1ª ed. Madrid: Jarpyo;1995. p. 165-77.
▲ García Matilla F, Medina López R. Retención aguda de orina. En: García Matilla F, editor.
Patología urogenital de urgencias. 1ª ed. Madrid: ENE; 1998. p. 193-203.
▲ Martínez Rodríguez J, García Matilla F. Fracaso renal agudo. Anuria obstructiva. En: Gar-
cía Matilla F, editor. Patología urogenital de urgencia. 1 ed. Madrid: ENE Publicidad SA;
1998. p. 157-67.
503
CAPÍTULO 74
Capítulo 74
ESCROTO AGUDO
E. Buendía González - A. Gómez Rodríguez
INTRODUCCIÓN
▲ El escroto agudo o síndrome escrotal agudo (SEA) es una urgencia urológica, que
se caracteriza por la aparición brusca de dolor escrotal que puede acompañarse
de otros síntomas y signos según la etiología del proceso, y que generalmente
conducirán al diagnóstico y tratamiento adecuado.
▲ La torsión testicular (TT) es dentro de las causas de SEA, la que requiere una aten-
ción inmediata ya que un error o retraso en el diagnóstico puede llevar a la pér-
dida del testículo con la consiguiente repercusión para el paciente desde el punto
de vista psicológico, de la fertilidad así como las posibles implicaciones médico-
legales.
ETIOLOGÍA
▲ Existen tres causas fundamentales de SEA (cuadro 74.1), pero en todos los pacien-
tes que llegan al Servicio de Urgencias con un cuadro de dolor escrotal agudo hay
que hacer diagnóstico diferencial con otros procesos testiculares o extra-testiculares
que lo pueden causar y que tendrán un tratamiento específico (Cuadro 74.2).
La forma de presentación clínica en los tres procesos es similar siendo el síntoma prin-
cipal el dolor escrotal con diferentes matices según la causa que lo origine. Se pue-
de acompañar de síntomas miccionales, cuadro vegetativo (naúseas, vómitos, sudo-
ración) o fiebre (cuadro 74.4).
TRATAMIENTO
▲ En los casos de certeza diagnóstica o de duda razonable (por edad, clínica y ex-
ploración física) de TT el tratamiento es el abordaje quirúrgico de urgencia.
▲ En ocasiones puede intentarse la detorsión manual, rotando el testículo hacia fue-
ra en un eje vertical, si esta maniobra aumenta el dolor se intentará en dirección
opuesta. En caso de éxito, puede convertirse una urgencia en una cirugía electiva.
▲ En la TA, si el diagnóstico es correcto el tratamiento es antiinflamatorios y anal-
gésicos, la inflamación desaparece en 4-5 días.
▲ En los casos evolucionados (más de 24 horas) existe controversia en cuanto al ma-
nejo, algunos autores proponen la orquiectomía y fijación contralateral, en nues-
tro grupo preferimos la conservación del testículo.
▲ Tratamiento de orquiepididimitis aguda (cuadro 74.5).
SEA
Anamnesis
Exploración física
TT TA Orquiepididimitis Casos
DUDA Dx evolucionados
< 24 H > 24 H
Isquemia No isquemia
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Peinado Ibarra F, Gómez Sánchez F, Fernández Arjona M. Síndrome Escrotal Agudo. En: Re-
sel Estévez L, editor. Libro del Residente, 1ª ed. Madrid:Smithkline Beecham; 1998. p. 81-87.
▲ Granados EA, Caicedo P, Garat JM. Torsión testicular antes de 6 horas. Arch Esp Urol.
1998; 51: 971-974.
▲ Rodríguez Fernández E, Díez Cordero JM, Moncada Iribarren I, Sánchez Carreras F, Leal
Hernández F. Escroto Agudo. En: Urgencias Urológicas. Tema Monográfico LXI Congreso
Nacional de Urología. Madrid: Ene; 1996. p. 43-51.
▲ Vicente J. Pauta de Actuación. Síndrome Escrotal Agudo. En: Vicente J. Pautas de Actuación
y protocolos asistenciales. 1ª ed. Barcelona: Pulso; 1995. p. 35-39.
509
CAPÍTULO 75
Capítulo 75
TRASTORNOS DEL EQUILIBRIO -ÁCIDO-BASE
R. Álvarez Aguilera - R. Salcedo Martínez
CONCEPTO
▲ El pH arterial sistémico se define por la actividad de los hidrogeniones en la san-
gre, situándose sus valores normales entre 7.35 y 7.45.
▲ Se mantiene gracias a la amortiguación química extra e intracelular, junto al efec-
to regulador de dos sistemas:
- Sistema respiratorio: de rápida instauración (aproximadamente 1 hora) y de
claudicación temprana.
- Sistema renal: instauración más tardía (24-48 horas) y acción más duradera.
Los riñones regulan el bicarbonato plasmático mediante tres procesos:
1.- Reabsorción del bicarbonato filtrado.
2.- Formación de acidez titulable.
3.- Excreción de amoniaco por la orina.
ACIDOSIS METABÓLICA
Se trata del trastorno primario de mayor relevancia clínica en un Servicio de Urgencias.
▲ DEFINICIÓN: se define como un incremento en la concentración plasmática de hi-
drogeniones, con un pH <7.35 debido al descenso de la concentración de bicar-
bonato, obteniéndose como respuesta compensadora hiperventilación con el ob-
jeto de disminuir la pCO2.
▲ CLÍNICA: taquicardia, diaforesis, dolor abdominal y taquipnea (respiración de
Kussmaul con pH <7.20) son los síntomas más frecuentes, pudiendo evolucionar
a alteraciones del nivel de conciencia, hipotensión, arritmias, signos de mala per-
fusión, shock y muerte.
▲ CLASIFICACIÓN: distinguiremos dos grandes grupos según el anión gap (AG),
que representa aquellos iones no medidos en el plasma.
te. Dicha pauta deberá ser modificada en función de la situación clínica y he-
modinámica del paciente (sobrecarga de volumen, deshidratación severa).
d.- Infusión de bicarbonato sódico. En casos de acidemia grave o causas no tratables.
Por norma se suele administrar con valores de pH inferiores a 7.20.
El déficit de bicarbonato lo calculamos mediante la siguiente fórmula:
ACIDOSIS METABÓLICA
>10 <10
GAP orina = (Na + + K-) - CI - Etanol Salicilatos
Normal = ± 40 Etilenglicol Otros
ALCALOSIS METABÓLICA
▲ Concepto: se define por un pH > 7.45 y aumento del bicarbonato plasmático por
encima de 26 mEq/l. Debe ser inicialmente generada por pérdidas digestivas o
renales de ácidos o por aporte exógeno de álcalis y mantenida por factores que
impidan al riñón eliminar el exceso de CO3H (depleción de volumen y potasio) y
los excesos de actividad mineralcorticoide.
▲ Etiología:
1.- POR CONTRACCIÓN DEL VEC. (Causa más frecuente).
Pérdidas digestivas de Cl- e H+: vómitos, aspiración gástrica, diarrea, laxantes.
Pérdidas renales de Cl- e H+: diuréticos, síndrome de Bartter.
2.- POR EXCESO DE ACTIVIDAD MINERALOCORTICOIDE.
Hiperaldosteronismo primario o secundario.
Síndrome de Cushing.
Fármacos con actividad mineralcorticoide: Fludrocortisona, Carbenoxolona.
3.- APORTE EXÓGENO DE ÁLCALI: infusión i.v. de bicarbonato o precursores:
Citrato y Acetato.
4.- ALCALOSIS POSTHIPERCAPNIA.
5.- HIPOPARATIROIDISMO SECUNDARIO: Síndrome leche-álcali y la
hipercalcemia inducida por tumores.
6.- OTRAS: hipopotasemia importante, hipoproteinemia grave, deshidratación,
so excesivo de antiácidos, etc.
▲ Clínica: la alcalosis metabólica se caracteriza clínicamente por respiraciones len-
tas y superficiales. Los síntomas serán inespecíficos y estarán en relación con la
depleción de volumen, la hipopotasemia (debilidad, íleo paralítico), la hipocalce-
mia (taquiarritmias, tetania), incluso si la alcalosis es grave producirá disfunción
cerebral (estupor y coma) al aumentar la amoniemia.
▲ Pruebas complementarias: tendremos que solicitar: gasometría, urea, iones, glu-
cosa, sistemático de orina con iones, Rx de tórax y ECG.
▲ Tratamiento:
- SALINOSENSIBLES: son aquellas alcalosis metabólicas con valores de cloro uri-
nario menores a 15 mEq/l. Se generan por pérdidas digestivas o renales de Cl
y se mantienen por depleción de volumen.
Su tratamiento consiste en reposición de volumen con suero salino y suplemen-
tos de potasio (0.6 mEq/kg de peso reponen 1 mEq de potasio plasmático) y
retirada o descenso de diuréticos si estuviese en tratamiento con ellos.
La mitad del déficit se corrige en forma de ClK a una velocidad no superior a 20
mEq/h, evitándose si la potasemia es > 5 mEq/l. El resto se administra en forma
de cloruro sódico (podrá administrarse diluida en H2O v.o o bien en sueroterapia).
- SALINORRESISTENTES: se generan y mantienen por un exceso de actividad mi-
neralocorticoide o hipopotasemia grave. El Cl urinario es > 15 mEq/l.
513
CAPÍTULO 75
ACIDOSIS RESPIRATORIA
▲ Definición: se produce en situaciones clínicas con pH inferior a 7.35, que tienen
como trastorno primario un aumento de la pCO2 > 45mm Hg siendo el principal
desencadenante la hipoventilación prolongada en pacientes broncópatas cróni-
cos. Otras causas de hipoventilación serían: TCE, traumatismos torácicos, seda-
ción excesiva, enfermedades neuromusculares, etc.
▲ Clínica:
- Pacientes crónicos. Toleran bien la hipercapnia hasta ciertos niveles, gracias al
mecanismo compensador renal que mantiene el pH en niveles aceptables.
Habitualmente presentan flapping, hipersomnia, disminución del nivel de
conciencia, en fases de reagudización de su patología, que provocan aumento
de sus niveles habituales de pCO2.
- Pacientes agudos. La causa más frecuente es la crisis asmática.
Clínicamente presentarán: disnea severa, taquipnea, uso de musculatura respi-
ratoria accesoria, taquicardia, sudoración...
La terapia precoz mejora el pronóstico de estos enfermos por lo que deberemos
actuar con premura, para mejorar la ventilación alveolar con dos finalidades:
- Conseguir una mayor oxigenación.
- Aumentar el intercambio gaseoso.
▲ Pruebas complementarias:
Solicitaremos: gasometría, hemograma, glucosa, urea e iones, Rx de tórax y ECG.
▲ Tratamiento:
- Consistirá básicamente en mejorar la ventilación alveolar.
- En pacientes EPOC la insuficiencia respiratoria mejora con broncodilatadores,
simpaticomiméticos y esteroides, junto a la administración cuidadosa de pe-
queños volúmenes de O2 (para evitar retención excesiva de CO2), para mayor
información sobre el tratamiento véase cap. 23.
- En casos particulares será preciso ventilación mecánica, especialmente en si-
tuaciones agudas sin mejoría gasométrica (disminución del pH y aumento de
pCO2) o signos evidentes de claudicación respiratoria (disminución de la fre-
cuencia respiratoria, respiración superficial, hipersomnia, etc.).
- En pacientes con acidosis respiratoria crónica, la reducción de pCO2 debe ha-
cerse lentamente, no superior a 5 mEq/h, y hasta niveles de estabilidad clínica.
- La correción rápida hará que surjan bruscamente alcalosis respiratorias y me-
tabólicas graves, junto a arritmias o convulsiones debido al descenso brusco del
calcio ionizado.
ALCALOSIS RESPIRATORIA
▲ Definición: se produce en situaciones de hiperventilación alveolar, cursando con
pH > 7.45 y pCO2 < 35 mm Hg.
▲ Etiología:
- Por estimulación del centro respiratorio: ansiedad e histeria son las dos causas
principales. Otras: encefalopatía hepática, intoxicación por salicilatos, sepsis,
514
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Hood VL, Tannen RL. Protection of acid-base balance by pH regulation of acid production.
N Engl J Med 1998; 339: 819-26.
▲ Gluck SL. Acid-base. Lancet 1998; 352: 474-9.
▲ Dubose TD. Acidosis y alkalosis. En: Fauci AS, Braunwald E, Isselbacher KJ, Wilson JD, Mar-
tin JB, Kasper DL, et al, editores. Harrison: Principios de medicina interna. 14ª ed. Madrid:
McGraw-Hill-Interamericana;1998. p. 316-26.
▲ Wilson RF, Barton C. Problemas en el equilibrio ácido-básico. En: Tintinalli JE, editor.Medi-
cina de Urgencias. 4ª ed. Méjico: Interamericana-Mcgraw-Hill; 1997. p. 116-33.
▲ Black RM. Metabolic acidosis and metabolic alkalosis. En: Irwin RS, Cerra FB, Rippe JM, edi-
tores. Intensive Care Medicine. 4ª ed. Phyladelphia. Lippincott-Raven; 1999. p. 926-40.
▲ Calderón de la Barca Gázquez JM, Glez. Barranco JM, Jiménez Murillo L. Alteraciones del
equilibrio ácido-base. En: Jiménez Murillo L, Montero Pérez FJ, editores. Protocolos de ac-
tuación en medicina de urgencias. Hospital Reina Sofía de Córdoba.2ª ed. Madrid: Harcourt
Brace, S.A.; 1998. p. 249-252.
515
CAPÍTULO 76
Capítulo 76
ALTERACIONES DEL EQUILIBRIO DEL SODIO
J. G. Sentenac Merchán
HIPONATREMIA
CONCEPTO
▲ La hiponatremia se define como una concentración de sodio (Na +) en plasma <
135 mEq/l y es una situación relativamente frecuente en la práctica clínica.
▲ El sodio, junto al cloro y el bicarbonato a los que va unidos, es el principal deter-
minante de la osmolalidad (número de partículas de soluto por unidad de masa
solvente) del espacio extracelular, por lo que habitualmente hiponatremia equi-
vale a hipoosmolalidad debido a un exceso de agua, con el consiguiente riesgo
de edema cerebral por el paso de agua al interior de las neuronas, dependiendo
la gravedad de la rapidez de instauración del cuadro.
▲ Hablamos de hiponatremia aguda cuando su instauración se produce en un pla-
zo inferior a 48 horas. En este caso el paso de agua del espacio extracelular (hi-
potónico) al espacio intracelular (isotónico) determina que las neuronas "se hin-
chen" con riesgo de producir hipertensión intracraneal y enclavamiento del uncus
y las amígdalas cerebelosas, constituyendo una urgencia vital.
▲ Cuando el tiempo de instauración es superior a 48 horas es una hiponatremia
crónica, y las células se defienden eliminando potasio y desplazando agua del es-
pacio intracelular al extracelular.
APROXIMACIÓN DIAGNÓSTICA
▲ Historia Clínica y exploración física.
▲ Radiografía de tórax y abdomen.
▲ Electrocardiograma.
▲ Analítica a solicitar:
- Sistemático de sangre.
- Bioquímica sanguínea (glucosa, urea, iones, creatinina).
- Gasometría venosa.
- Orina: sistemático, iones, osmolalidad.
ACTITUD EN URGENCIAS
Ante el hallazgo de una hiponatremia, en primer lugar hay que confirmarlo median-
te una segunda determinación analítica y solicitar osmolalidad plasmática (Osm. p).
Además solicitaremos iones y osmolalidad en orina (Osm. u.).
La Osm. p. se puede calcular con la siguiente fórmula:
El valor de la Osm p. nos permitirá distinguir entre hiponatremia falsa (Osm p. nor-
mal o aumentada) e hiponatremia verdadera (Osm p. baja).
1.- HIPONATREMIAS FALSAS:
▲ Osmolalidad plasmática normal (280-295) (Hiponatremia isotónica).
Causas: hiperlipidemia, hiperproteinemia.
Tratamiento: no precisa.
516
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
CLÍNICA
En la hiponatremia hipotónica, como consecuencia de la disminución de la osmolali-
dad del espacio extracelular, se produce edema celular secundario al paso de agua
al interior de la célula. A nivel cerebral, la expansión de volumen se traduce en un
aumento de la presión intracraneal.
La morbilidad y la mortalidad dependen de la intensidad de la hiponatremia, así co-
mo de la rapidez de instauración de la misma. Los síntomas no suelen aparecer has-
ta que el sodio desciende por debajo de 125 mEq/l, siendo éstos progresivos según
la natremia:
▲ < 125 mEq/l: anorexia, náuseas, malestar general, calambres.
▲ 120-110 mEq/l: cefalea, letargia, confusión, agitación, obnubilación.
▲ <110 mEq/l: convulsiones, coma (incluso herniación cerebral).
CRITERIOS DE INGRESO
▲ Hiponatremia leve (135-125 mEq/l): el ingreso o no, depende de la patología
subyacente y de la situación clínica (valorar cada caso).
▲ Hiponatremia moderada (125-115 mEq/l) o grave (<<115 mEq/l): ingreso.
Pasar la mitad del déficit calculado en las primeras 12 horas, con controles analíticos
periódicos y el resto en 24-36 horas.
HIPERNATREMIA
CONCEPTO Y CLÍNICA
▲ Se define la hipernatremia por una concentración de Na + >145 mEq/l, lo cual
conduce a un aumento en la osmolalidad del espacio extracelular. En situaciones
normales esto provocaría sensación de sed por estímulo a nivel hipotalámico, co-
rrigiéndose el trastorno con la ingestión de agua. Por lo que este cuadro ocurre
en pacientes ancianos, niños, enfermos graves o con deterioro del nivel de
conciencia. Hipernatremia equivale a hiperosmolalidad, y la sintomatología, fun-
damentalmente neurológica, es a causa de la deshidratación de las neuronas, de-
pendiendo la gravedad de la rapidez de instauración del cuadro.
▲ La sintomatología consiste en hiperreflexia, irritabilidad, convulsiones, confusión,
letargia y coma, pudiendo llegar a producir trombosis de los senos venosos cere-
brales y hemorragias cerebrales (intraprenquimatosa o subaracnoidea).
APROXIMACIÓN DIAGNÓSTICA
Solicitaremos las mismas pruebas que en la hiponatremia.
ACTITUD EN URGENCIAS
Ante una hipernatremia hay que valorar el estado del volumen extracelular (VEC).
- VEC bajo (hipovolemia). ¡Es lo más frecuente! Es por pérdida de Na + y agua.
▲ Pérdidas extrarrenales (Na + en orina <20 mEq/l, Osm u. ↑).
- Externas (diarrea, vómitos, sudor).
- Internas (pérdidas a tercer espacio).
▲ Pérdidas renales (Na + en orina >20 mEq/l, Osm u.≤ Osm p.).
- Diuresis osmótica (presencia de iones no electrolitos en orina).
*glucosa (diabetes mellitus, ingesta excesiva).
*urea (ingesta proteica excesiva, catabolismo aumentado).
*manitol (tras su administración intravenosa).
- Diuréticos de asa.
- VEC normal (euvolemia). Por pérdida pura de agua.
▲ Hipodipsia primaria (ausencia de la sensación normal de sed).
▲ Hipodipsia geriátrica.
▲ Falta de acceso al agua o incapacidad para beber (niños, ancianos).
▲ Aumento de las pérdidas insensibles (fiebre, calor, hiperventilación).
▲ Diabetes insípida (DI): síndrome caracterizado por la disminución de la capaci-
dad renal de concentrar la orina, y es consecuencia de una deficiencia de hor-
mona antidiurética (ADH) cuando es de origen central, o de falta de respuesta
renal a la acción de la ADH cuando es de origen nefrogénico.
519
CAPÍTULO 76
CRITERIOS DE INGRESO
▲ Si la cifra de sodio es < 160, el ingreso o no, depende de la patología responsa-
ble y situación clínica del enfermo.
▲ Si la cifra de sodio es > 160 o el paciente está sintomático, debe ingresar.
TRATAMIENTO
▲ Si VEC bajo:
1º) Reponer la volemia con s. salino hipotónico (0,45%) o isotónico (0,9%) hasta
normalizar el VEC (estabilizar la tensión arterial).
2º) Reponer el agua vía oral o intravenosa (s. glucosado 5%) (ver cálculo del dé-
ficit de agua).
▲ Si VEC normal:
- Reponer el agua vía oral o intravenosa (s. glucosado 5%) (ver cálculo del défi-
cit de agua).
- Si DI central: tratamiento sustitutivo con ADH.
*en situaciones agudas: Desmopresina vía sc., im., o iv. a dosis
de 0,5-2 mcg.
*en situaciones crónicas: Desmopresina en forma de aerosol
intranasal a dosis de 10-20 mcg (1-2 insuflaciones) cada 12 h.
También se puede usar carbamacepina (100-300 mg/día) o
clofibrato (500 mg/día).
- Si DI nefrogénica:
* Corregir los trastornos metabólicos (hipopotasemia, hipercalcemia).
* En situaciones crónicas se pueden usar tiazidas como la hidroclorotiazida a
dosis de 25 a 100 mg/día.
▲ Si VEC alto: ¡El edema pulmonar es frecuente!
- Con función renal normal: Furosemida + s. glucosado 5%.
- Con función renal alterada: diálisis (avisar al nefrólogo).
¡Reposición lenta!:
- Al volumen calculado añadir las pérdidas insensibles (800-1.000 ml).
- No administrar más del 50% del déficit calculado en las primeras 24 horas.
- No disminuir la osmolalidad plasmática a una velocidad superior a 2 mOsm/kg/h.
- Tratar la causa subyacente.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Weisberg LS, Szerlip HM, Cox M. Enfoque del paciente con alteraciones de la homeostasia
del sodio y agua. En: Kelley WN, Devita VT, Dupont HL, Harris DE, Hazzard WR, Holmes
EW et al., editores. Medicina interna 2ª ed. Buenos Aires: Panamericana; 1992. p. 921-
932.
▲ Serrano I, Jiménez l, Muñoz J, Montero FJ. Trastornos del equilibrio hidrosalino. En: Berlan-
go A, Benavides J, Calderón JM, Jiménez L, Montero FJ, editores. Protocolos de actuación
en medicina de urgencias. Madrid: Mosby/Doyma Libros; 1996. p. 253-257.
▲ Martínez A, Torras A. Alteraciones del metabolismo hidrosalino. En: Rozman C, Castillo R,
Estapé J, Foz M, Lience E, Montserrat E et al., editores. Farreras Rozman Medicina interna.
13 ed. Madrid: Mosby-Doyma Libros; 1997. p. 1827-1839.
▲ Singer GG, Brenner MB. Alteraciones de líquidos y electrolitos. En: Fauci AS, Braunwald E,
Isselbacher KJ, Wilson JD, Martin JB, Kasper DL et al., editores. Harrison principios de me-
dicina interna. 14ª ed. Madrid: McGraw-Hill-Interamericana; 1998. p. 303-310.
▲ Calabrese S, Moya MS. Alteraciones del equilibrio del sodio. En: Moya MS, editor. Guías de
actuación en urgencias. Madrid: McGraw-Hill-Interamericana; 1999. p. 149-153.
521
CAPÍTULO 77
Capítulo 77
ALTERACIONES
DEL EQUILIBRIO DEL POTASIO
N. Pereira de Castro Juez - J. G. Sentenac Merchán
INTRODUCCIÓN
▲ El contenido total de potasio en un adulto de 70 Kg es de 3.500 mEq (50
mEq/Kg), localizándose el 98% del mismo en el espacio intracelular (140-150
mEq/l) y el 2% restante en el espacio extracelular (3.5-5 mEq/l). Esta amplia di-
ferencia de concentración a ambos lados de la membrana celular es el determi-
nante del potencial de membrana en reposo, siendo fundamental para la trans-
misión neuromuscular y el mantenimiento de las funciones celulares.
▲ El aporte del K+ al organismo se produce a través de la ingesta y la eliminación
se realiza en el 90% por el riñón y el 10% por el colon.
▲ La alcalosis, insulina, catecolaminas y aldosterona favorecen la entrada de pota-
sio en la célula. La acidosis, el ejercicio y la lisis celular entre otros sacan el po-
tasio de la célula.
HIPOPOTASEMIA
DEFINICIÓN
Disminución del potasio plasmático por debajo de 3.5 mEq/l. Puede ser el reflejo de
una pérdida absoluta de K + o de la redistribución de éste por su paso al interior de
las células.
ETIOLOGÍA
1) Por falta de aporte:
▲ Anorexia nerviosa.
▲ Perfusión de líquidos sin potasio a pacientes en ayunas.
▲ Alcoholismo.
2) Por redistribución (extracelular ➠ intracelular):
▲ Alcalosis.
▲ Aporte de insulina.
▲ Descarga de catecolaminas en situaciones de estrés.
▲ Fármacos betadrenérgicos.
▲ Hipotermia.
▲ Parálisis periódica hipopotasémica.
▲ Tratamiento de anemia megaloblástica con B12 y ácido fólico.
3) Por pérdidas extrarrenales (K + en orina < 20 mEq/l):
a) Si acidosis metabólica ➠ diarrea, laxantes, fístulas.
b) Si alcalosis metabólica ➠ aspiración nasogástrica, vómitos, adenoma velloso
de colon.
4) Por pérdidas renales (K + en orina > 20mEq/l):
a) Si acidosis metabólica, calcular el anión GAP [Na-( Cl + CO3H)]
- Normal (10-14) ➠ acidosis tubular renal.
- Alto ➠ cetoacidosis diabética.
b) Si alcalosis metabólica:
522
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
No suelen existir manifestaciones por encima de 3 mEq /l, aunque hay situaciones es-
pecialmente sensibles a la hipopotasemia como la toma de digitálicos, patología car-
díaca o neuromuscular previa, hipocalcemia e hipomagnesemia, y la disminución rá-
pida de la concentración plasmática de potasio. Las manifestaciones pueden ser:
a) Neuromusculares: debilidad, astenia, parálisis con hiporreflexia e incluso parada
respiratoria por afectación de los músculos respiratorios, rabdomiolisis con fracaso
renal agudo (hipopotasemia grave) y atrofia muscular (hipopotasemia crónica).
b) Cardíacas: alteraciones ECG tales como aplanamiento e inversión de las ondas T,
onda U prominente, descensos del ST, prolongación del QT y PR. Todo ello pre-
dispone a latidos ectópicos aurículo-ventriculares y se potencia la toxicidad digi-
tálica, pudiendo producirse arritmias mortales.
c) Renales: por alteración de la función tubular, produciendo una disminución de la
capacidad de concentrar la orina con poliuria y polidipsia secundaria.
d) SNC: letargia, irritabilidad, síntomas psicóticos, favorece la entrada en encefalo-
patía hepática (en hipopotasemia grave crónica).
e) Metabólicas: alcalosis metabólica, intolerancia a los hidratos de carbono.
APROXIMACIÓN DIAGNÓSTICA
1. Anamnesis e Historia Clínica: valorar antecedentes de vómitos, diarrea, episodios
de debilidad muscular, toma de diuréticos o laxantes, etc.
2. Exploración física: buscar signos de depleción de volumen (vómitos, diuréticos),
HTA (hiperaldosteronismo), etc.
3. ECG.
4. Pruebas de laboratorio:
▲ Hemograma con fórmula y recuento leucocitario.
▲ Bioquímica sanguínea: glucosa, urea, creatinina, sodio, potasio, cloro, calcio.
▲ Bioquímica orina: sodio, potasio.
▲ Gasometría.
CRITERIOS DE INGRESO
▲ Ingresarán los pacientes con hipopotasemia grave (k+ < 2’5 mEq / l) e hipopo-
tasemia moderada (2’5-3 mEq /l) y leve (3-3’5 mEq /l) siempre que exista into-
lerancia oral.
▲ Si los niveles de potasio son > 2’5 mEq /l y no existe intolerancia oral, los crite-
rios de ingreso dependerán de la causa desencadenante "per se" y de la situa-
ción clínica del paciente.
TRATAMIENTO
A) Hipopotasemia leve (K+ = 3-3’5mEq/l). Suplementar la dieta con alimentos ricos
en potasio como naranja, plátano, tomate, etc.
B) Hipopotasemia moderada (K+ = 2’5-3mEq/l). Aporte oral de potasio, siendo re-
comendable su administración con la comida por riesgo de ulcus gastroduodenal.
523
CAPÍTULO 77
HIPERPOTASEMIA
DEFINICIÓN
Elevación del potasio plasmático por encima de 5 mEq/l. Es una situación infrecuen-
te cuando la función renal es normal; en estos casos suele existir redistribución del po-
tasio al espacio extracelular, yatrogenia o alguna forma de hipoaldosteronismo.
ETIOLOGÍA
1) Por exceso de aporte:
Es excepcional con función renal normal.
- Suplementos orales de potasio o sustitutivos de la sal.
- Administración intravenosa desproporcionada.
- Tratamiento con Penicilina a altas dosis.
- Transfusión de sangre vieja.
2) Por redistribución (intracelular ➠ extracelular):
A: Destrucción celular:
- Rabdomiolisis.
- Hemólisis.
- Traumatismos.
- Agentes citotóxicos.
B: Fármacos:
- Arginina.
- Succinilcolina.
- Intoxicación digitálica.
- B-bloqueantes (los B1 cardioselectivos tienen menor interferencia).
C: Acidosis.
D: Hiperosmolaridad.
E: Déficit de insulina. Hiperglucemia.
F: Parálisis periódica hiperpotasémica.
G: Ejercicio extenuante.
3) Por excreción inadecuada:
La eliminación urinaria de potasio depende de la tasa de filtrado glomerular y de
la aldosterona.
A: Insuficiencia renal (IR):
- IRA: en presencia de oliguria o anuria se produce una hiperpotasemia pro-
gresiva.
524
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Suelen aparecer cuando K+ > 6’5 meq / l.
a) Manifestaciones neuromusculares: debilidad, parestesias, arreflexia, parálisis mus-
cular ascendente que progresa hasta cuadriplejia fláccida y parada respiratoria.
b) Manifestaciones cardíacas: cambios ECG progresivos tales como ondas T picudas,
bloqueo AV 1º grado, ensanchamiento QRS, depresión del ST, onda bifásica (fu-
sión QRS ancho y onda T), FV y PCR.
El ECG sirve de apoyo diagnóstico, pero nunca se debe considerar criterio único.
APROXIMACIÓN DIAGNÓSTICA
1. Anamnesis e Historia Clínica: investigar ingesta de suplementos de K+, toma de
fármacos, historia de enfermedad renal y diabetes,etc.
2. Exploración física: buscar signos de depleción de volumen, estados edematosos,
hiperpigmentación (enf. Addison), etc.
3. ECG: hacerlo en todos los pacientes, especialmente digitalizados y con insuficien-
cia renal, ya que la hiperpotasemia aumentará el bloqueo AV inducido por nive-
les tóxicos de Digital.
525
CAPÍTULO 77
4. Pruebas de laboratorio:
▲ Hematimetría con fórmula y recuento leucocitario.
▲ Bioquímica sanguínea: glucosa, sodio, potasio, cloro, calcio, urea, creatinina.
▲ Bioquímica orina: potasio, sodio.
▲ Gasometría.
CRITERIOS DE INGRESO
Ingresarán todos los pacientes con hiperpotasemia moderada (K+ = 6’5 - 7’5mEq/l)
e hiperpotasemia grave o tóxica (K+ > 7’5 mEq/l). Si los niveles son < 6’5 mEq/l la
indicación de ingreso dependerá de la patología causal.
Tratamiento
A) Hiperpotasemia leve (k+ = 5’5- -6’5mEq /l):
▲ Restricción de potasio de la dieta: excluir zumos y frutas.
▲ Resinas de intercambio iónico (Poliestireno sulfonato cálcico): Se unen al K+ a
cambio de liberar otro catión, en general al sodio, en el intestino delgado.
Puede administrarse vía oral a dosis de 20-40 gr diluidos en 200 cc de agua
cada 8 horas o por vía rectal en forma de enemas de 50-100 gr en 200 cc
de agua cada 6-8 horas.
B) Hiperpotasemia moderada (k+ = 6‘5-7’5 mEq /l):
Además de las medidas adoptadas en la hiperpotasemia leve previamente descri-
tas, también administraremos:
▲ 500 cc de suero glucosado al 20 % con 15 U.I. de insulina cristalina a pasar
en 1 hora. Si existen problemas de sobrecarga de volumen se pone 100 cc de
suero glucosado al 50 % en 5 minutos seguidos de 10 U.I. de insulina crista-
lina por vía iv. Esta medida favorece el paso del potasio al interior de la célu-
la y su efecto dura unas 6 horas.
▲ Bicarbonato sódico 1 M a dosis de 1 mEq / Kg de peso por vía iv a pasar en
30 minutos. Esto favorece la captación celular de potasio.
▲ Furosemida: A dosis de 40 mg vía intravenosa (o dosis mayores si hay insu-
ficiencia renal). Está contraindicado si existe hipotensión o depleción de volu-
men significativa.
C) Hiperpotasemia tóxica (k+ > 7’5 mEq / l o con alteraciones ECG):
Es una emergencia médica que debe ser tratada inmediatamente. Además de las
medidas anteriores se administrará:
▲ Gluconato cálcico 10 %: se administran 2 ampollas iv a pasar en 2-5 minu-
tos, que se puede repetir a los 5 minutos si no hay respuesta. Su efecto dura
1hora.
▲ Salbutamol: se administra 0’5 mg en 100 cc de glucosado al 5 % en 20 mi-
nutos vía iv o en aerosolterapia a dosis de 20 mg en 1 cc de suero fisiológi-
co nebulizado en 10 minutos. El estímulo betadrenérgico favorece la entrada
de K+ al interior de la célula.
▲ Hemodiálisis: única medida terapéutica eficaz en pacientes con insuficiencia
renal avanzada e hiperpotasemia tóxica.
526
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Levinsky NG. Líquidos y electrolitos. En: Fauci AS, Braunwald E, Isselbacher KJ, Wilson JD,
Martín JB, Kasper DL. et al., editores. Harrison principios de medicina interna. 14ª ed. Ma-
drid: McGraw Hill Interamericana; 1998. p. 271-276.
▲ Kohan DE. Tratamiento de los trastornos hidroelectrolíticos. En: Dunagan WC, Ridner
ML.,editors. Manual de terapéutica médica, department of Medicine Washington University.
7ª ed. Barcelona: Salvat; 1990. p. 72-78.
▲ Iglesias ML, Gutiérrez J, López MJ, Pedro-Botet J. Eficacia del salbutamol en el tratamiento
de la hiperpotasemia aguda grave. Emergencias 1999; 11: 54-57.
▲ Serrano I, Jiménez L, Berlanga A, Montero FJ. Trastornos del equilibrio del potasio. En: Pro-
tocolos de actuación en medicina de urgencias. 1ª ed. Madrid: Harcourt Brace; 1996. p.
259-262.
▲ Kamel KS, Halperin ML, Faber MD, Steigerwalt SP, Heilig CW, Narins RG. Disorders of po-
tasium balance. En: Brenner BM; editor. The kidney. 5th.ed. Philadephia: W.B. Saunders
company; 1996. p. 1007-1030.
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S, Díaz R, Orche S, Sanz RM., editores. Manual de diagnóstico y terapéutica médica Hos-
pital Universitario "12 de Octubre". 4ª ed. Madrid: MSD; 1998. p. 591-598.
527
CAPÍTULO 78
Capítulo 78
ALTERACIONES
DEL EQUILIBRIO DEL CALCIO
I. Balaguer Guallart - Lázaro Rodríguez
INTRODUCCIÓN
▲ El calcio es el catión más abundante del organismo, localizándose el 99% en el
esqueleto óseo.
▲ La función del calcio es primordial para la excitación neuromuscular, la estabili-
zación de membrana, la coagulación y en otros múltiples procesos.
▲ Las cifras normales de calcio en plasma son de 8.5 a 10.2 mg/dl. El calcio se ha-
lla en plasma en tres fracciones: 47% calcio libre o calcio iónico, 40% calcio uni-
do a proteínas, principalmente albúmina, y el 13% calcio unido a aniones.
▲ El calcio iónico es la forma activa. Está regulado por la parathormona (PTH) y la
Vit. D por un circuito de retroalimentación negativo.
▲ Debido a la íntima relación entre las proteínas plasmáticas y el calcio sérico, ha-
brá que corregir su determinación según la siguiente fórmula:
Ca real = Ca medido - (proteínas totales x 0.676) + 4.87
▲ El calcio iónico también varía con las alteraciones del equilibrio ácido-base: au-
mentando en la acidosis y disminuyendo en la alcalosis.
▲ La hiperpotasemia y la hipomagnesemia disminuyen el calcio iónico potenciando
la irritabilidad cardíaca.
HIPERCALCEMIA
Es la elevación del calcio plasmático por encima de 10.5 mg/dl. Es importante confir-
marlo con una segunda analítica. Suele ser asintomático hasta 12 mg./dl. Cifras de 12
a 15 mg./dl. se suelen acompañar de alteraciones de nivel de conciencia. En cifras ma-
yores a 15 mg./dl. el paciente suele estar en coma. Con cifras mayores de 18 mg./dl.
se producen alteraciones cardíacas, pudiéndose llegar a una parada cardíaca.
ETIOLOGÍA
1) Tumoral (55%): metástasis óseas, ca. pulmón, ca. renal, ca. próstata, mieloma, lin-
foma y leucemia.
2) Hormonal: hiperparatiroidismo (35%), hiper o hipotiroidismo, insuficiencia supra-
rrenal, feocromocitoma, adenomatosis múltiple.
3) Insuficiencia renal crónica.
4) Ingesta de fármacos: Vit. D, Vit. A, aluminio, tiazidas, litio, Sd. leche-álcalis.
5) Enfermedades granulomatosas: TBC, sarcoidosis, beriliosis, histoplasmosis.
6) Inmovilización prolongada.
7) Hipercalcemia idiopática familiar.
CLÍNICA
Es muy variable, dependiendo de la cifra de calcio y de la velocidad de instauración
de la hipercalcemia. Síntomas más frecuentes:
▲ Neurológicos: estupor, obnubilación, debilidad, cefalea, crisis convulsivas, etc.
▲ Gastrointestinales: anorexia, vómitos, ulcera, pancreatitis, etc.
528
MANUAL DE PROTOCOLOS Y A CTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
HIPOCALCEMIA
Concentración plasmática de calcio inferior a 8 mg/dl.
ETIOLOGÍA
1. HIPOALBUMINEMIA: es una falsa hipocalcemia. Los niveles de calcio total están
disminuidos, permaneciendo normal el calcio iónico. No ocasiona síntomas. Si se
determinara el calcio corregido, éste tendría un valor dentro de la normalidad. Es
la causa más frecuente de "hipocalcemia".
2. DÉFICIT DE PTH: ↓ PTH + ↑ FÓSFORO:
Hipoparatiroidismo primario o postquirúrgico.
3. PSEUDOHIPOPARATIROIDISMO: ↑ PTH + FÓSFORO normal.
Insuficiencia renal crónica.
4. DÉFICIT DE VITAMINA D: ↑ PTH + ↓ FÓSFORO.
Raquitismo, desnutrición, Sd. de malabsorción y Raquitismo Vit. D resistente.
5. HIPOMAGNESEMIA.
6. HIPERFOSFATEMIA.
7. MOVILIZACIÓN Y DEPÓSITO DE CALCIO PLASMÁTICO.
Pancreatitis aguda, síndrome del hueso hambriento, transfusiones masivas, etc.
CLÍNICA
▲ Puede producirse parestesias acras y peribucales, espasmos musculares, incluso
espasmo laríngeo, trastornos de memoria, confusión, alucinaciones, paranoia,
convulsiones, alargamiento del QT y alteraciones inespecíficas de la onda T; pero
la manifestación más característica es la tetania.
▲ En ocasiones existe tetania latente que se pone de manifiesto con determinadas
maniobras: Signo de Chvostek (contracción muscular al percutir el nervio facial
en la región preauricular próxima al trago) y Signo de Trousseau (espasmo del
carpo y la mano tras comprimir con el manguito del esfingomanómetro por enci-
ma de la presión sistólica).
PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
En Urgencias se debe solicitar la siguiente analítica:
▲ Bioquímica: Na, K, Cl, Ca, glucosa, urea, creatinina, CPK, proteínas totales, al-
búmina, gasometría y si es posible Mg.
▲ Hemograma y estudio de coagulación.
▲ Electrocardiograma.
▲ RX tórax.
530
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
BIBLIOGRAFÍA
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14.
531
CAPÍTULO 79
Capítulo 79
HIPERGLUCEMIAS. HIPOGLUCEMIAS.
EL DIABÉTICO EN URGENCIAS
G. Muñiz Nicolás - J. López López
INTRODUCCIÓN
▲ La Diabetes Mellitus (DM) es un síndrome caracterizado por hiperglucemia cróni-
ca que asocia una serie de complicaciones y que, sin tratamiento, aumenta el ca-
tabolismo graso y de las proteínas. Es causada por un descenso absoluto o rela-
tivo de la secreción o de la acción de la insulina.
▲ Las patologías que se deben de tener en cuenta ante un diabético que llega a Ur-
gencias son:
- La hiperglucemia aislada.
- La cetoacidosis diabética o descompensación cetósica.
- El coma hiperosmolar o situación hiperosmolar.
- La hipoglucemia.
HIPERGLUCEMIA AISLADA
CONCEPTO
Se entiende por hiperglucemia cifras de glucemia en sangre mayores de 200 mg/dl
en un análisis sistemático o en glucemia capilar, sin otros problemas metabólicos agu-
dos asociados.
APROXIMACIÓN DIAGNÓSTICA
▲ Es importante saber si el paciente es diabético conocido previamente o no.
▲ Si el paciente es diabético conocido, hay que ver la posible causa desencade-
nante de su actual situación de hiperglucemia; infecciones, corticoides, abando-
no de tratamiento.
▲ Si el paciente no se conocía diabético, y es joven, edad inferior a 40 años, de-
bemos de pensar en el debut de una DM tipo 1. Con más de 40 años, si es obe-
so, pensaremos en una DM tipo 2.
CRITERIOS DE INGRESO
1. Cetoacidosis.
2. Inicio de una DM tipo 1, sin cetoacidosis y sin poder ser visto a corto plazo.
3. Hiperglucemia con descompensación cetósica con algún factor no solucionable en
breve.
4. Hiperglucemia mayor de 300 mg/dl y deshidratación sin situación hiperosmolar.
TRATAMIENTO
1. Durante su estancia en Urgencias se administrarán 500 cc de suero salino 0,9%
con 6-8 UI de Insulina rápida a pasar en 2 horas. Después, según el grado de hi-
perglucemia, se ajustará el tratamiento para el alta.
2. Si el paciente se va de alta:
2.1. Si es diabético conocido, en tratamiento con Insulina, se corregirá la hiperglu-
cemia, con Insulina rápida a razón de 1 unidad por cada 50 mg/dl que la glu-
cemia esté por encima de 150 mg/dl antes del desayuno, comida y cena, y se
aumentará en 10-20% la dosis habitual de Insulina que se inyectaba según la
532
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
CETOACIDOSIS DIABÉTICA
CONCEPTO
▲ La Cetoacidosis diabética (CAD) es un cuadro caracterizado por hiperglucemia y
cetonemia, debido a un déficit de Insulina total o relativo, con aumento de las hor-
monas contrarreguladoras secundariamente, que produce por todo, movilización
de ácidos grasos y cetogénesis importante. Se ve con mayor frecuencia en los pa-
cientes insulin-dependientes. El inicio del cuadro puede ser de forma progresiva,
en pocas horas o bien en varios días.
CAUSAS
Cuadro 79.1: Causas de cetoacidosis diabética
Diabético no conocido Diabético conocido
Deficiencia de Insulina por debut de Procesos infecciosos.
DM tipo 1.
Transgresiones dietéticas.
Errores o defecto de insulinoterapia
(omisión, disminución de dosis, técnica incorrecta).
Otras causas: corticoides, problemas
vasculares (ACVA, IAM), enfermedades
intercurrentes (fracturas, hemorragias, etc.).
APROXIMACIÓN DIAGNÓSTICA
La clínica, exploración y los datos analíticos darán el diagnóstico de estos pacientes.
Cuadro 79.2: Síntomas y signos en la cetoacidosis diabética
Síntomas Mecanismo posible
Poliuría, polidipsia. Hiperglucemia, diuresis osmótica.
Astenia. Deshidratación, pérdida de proteínas.
Pérdida de peso. Catabolismo, deshidratación.
Anorexia. Cetonemia.
Náuseas, vómitos y dolor abdominal. Cetonemia, estasis gástrica, íleo paralítico,
déficit de electrolitos.
Calambres musculares. Déficit de potasio.
Signos Mecanismo posible
Deshidratación. Diuresis osmótica, vómitos.
Hiperventilación (respiración de Kussmaull). Acidosis metabólica.
Taquicardia e hipotensión. Deshidratación, acidosis.
Piel caliente y seca. Acidosis (vasodilatación).
Disminución de conciencia hasta coma Hiperosmolaridad, alteraciones de electrolitos.
(sólo en 10%).
Fetor cetósico. Hipercetonemia.
533
CAPÍTULO 79
TRATAMIENTO
1. Medidas generales:
- Toma de constantes: Tª, TA, FC, FR. Dejar al paciente en dieta absoluta.
- Se deben realizar controles periódicos de glucemia, cetonuria y/o betahidro-
xibutirato (por tiras reactivas). Al principio, las determinaciones serán horarias,
hasta conseguir cifras de glucemia alrededor de 250 mg/dl, posteriormente se
espaciarán a determinaciones cada 4-6 horas.
- Vigilaremos cifras de potasio y bicarbonato.
- Colocaremos sonda vesical, en aquellos casos que la situación del enfermo no
permita un buen control de la diuresis.
2. Tratamiento específico:
2.1. Hidratación: es importante en los primeros momentos atender a la correc-
ción de los líquidos, pues estos pacientes tienen una pérdida de 5-10 % de
su peso y una falta de sodio de unos 450 mEq. Deberemos de usar suero
salino normal o isotónico (0. 9%), hasta que las cifras de glucemia sean <
250 mg/dl, que será, cuando comencemos a pasar sueros glucosados
(5%) con insulina, y sueros salinos para completar la hidratación.
534
MANUAL DE PROTOCOLOS Y A CTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
CRITERIOS DE INGRESO
Siempre hay que ingresar a estos pacientes ya que los episodios requieren más de 24
h para su resolución. No debemos olvidar que estos pacientes pueden presentar en
las primeras 24-48 horas dos complicaciones graves, edema cerebral e hipopota-
semia.
CAUSAS
1. Debut de una DM tipo 2.
2. Disminución de los líquidos por baja ingesta o tratamiento médico (diuréticos).
3. Tratamientos farmacológicos (corticoides).
4. Enfermedades intercurrentes (infecciones, etc.).
5. Abandono de tratamiento antidiabético.
APROXIMACIÓN DIAGNÓSTICA
1. Por la clínica y la exploración física sospecharemos el cuadro ante un paciente
con DM tipo 2, no conocida, o en tratamiento con dieta y/o antidiabéticos orales
que presenta hiperglucemia progresiva, con poliuria y diuresis osmótica, produ-
ciéndose como consecuencia deshidratación y en sangre aumento de la osmolali-
dad. El estado de deshidratación provoca alteraciones del nivel de conciencia, au-
mento de la viscosidad e hipovolemia, aumentando el riesgo de trombosis venosas
y arteriales.
No hay cetoacidosis, pero podemos encontrar acidosis láctica secundaria a la hi-
poperfusión periférica debido a la deshidratación. Esta situación también provo-
ca insuficiencia renal.
2. Las pruebas complementarias que se han de solicitar son:
- Bioquímica con glucosa, urea, creatinina, sodio, potasio, cloro, osmolalidad,
CPK.
536
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
TRATAMIENTO
1. Medidas generales:
Las mismas que en la cetoacidosis diabética Además colocaremos sonda naso-
gástrica si el nivel de conciencia está disminuido, sonda vesical siempre y vía cen-
tral según la gravedad del paciente. (Ver medidas generales en CAD).
2. Tratamiento específico:
2.1. Hidratación: en general haremos la misma reposición que en la CAD, te-
niendo en cuenta que si el sodio está en cifras mayores de 155 mEq repon-
dremos con suero salino hipotónico (0,45%), si no, lo haremos con suero sa-
lino isotónico hasta que la glucemia sea menor de 250 mg/dl para pasar
posteriormente a glucosados. (Ver apartado 2.1 del tratamiento de la CAD
y cuadro 79.4).
Para el mejor manejo se puede calcular el déficit de agua libre, corrigien-
do la mitad del déficit en 12-24 h y la otra mitad en las siguientes 24 h, sin
olvidar añadir las necesidades basales y las pérdidas insensibles y por diu-
resis. (Ver cuadro 79.9).
2.2. Iones: el sodio se repone con el suero salino, sabiendo que el salino al 0,9%
tiene 154 mEq/l y el salino al 0,45% tiene 77 mEq /l de sodio. Si el sodio
es normal o elevado hay que corregirlo respecto a la glucemia, y hay que
calcular el déficit real de sodio para reponer. (Ver cuadro 79.9).
El bicarbonato sólo se repone si existe acidosis láctica con pH < 7,20. (Ver
apartado 2.3 de tratamiento de la CAD).
El potasio se repone después de confirmar que existe buena función renal,
buen ritmo de diuresis y de conocer su cifra. (Ver apartado 2.4 de trata-
miento de la CAD).
2.3. Insulina: se deben administrar dosis bajas continuas i.v. en bomba de infu-
sión a razón de unas 6 UI/h inicialmente. Se administra en Y con la suerote-
rapia. Otra forma de administrar la Insulina es en la sueroterapia. Se debe
conseguir un descenso de 75-100 mg/dl/hora hasta una cifra de 250 mg/dl.
(Veáse apartado 2.2 de tratamiento de la CAD y pautas en los cuadros).
2.4. Heparina: se puede administrar heparina de bajo peso molecular 20-40 mg
s.c., como profilaxis de trombosis.
2.5. Otros tratamientos: cuando existen complicaciones, tipo edema cerebral, se
puede administrar manitol o dexametasona.
537
CAPÍTULO 79
CRITERIOS DE INGRESO
Se ingresa siempre ya que el tratamiento específico requiere entre 24-48 horas por
lo menos.
HIPOGLUCEMIA
CONCEPTO Y CAUSAS
Es un síndrome clínico que se define como niveles de glucemia inferiores a 50 mg/dl.
Pueden existir síntomas de hipoglucemia con cifras normales de glucemia, debido al
descenso brusco de los niveles. Se trata de una urgencia peligrosa, ya que al ser la
glucosa un nutriente importante del SNC puede ocasionar lesiones irreversibles e in-
cluso la muerte.
CAUSAS:
Paciente diabético Paciente no diabético
Dosis excesiva de Insulina Hiperinsulinismo endógeno (insulinoma,
o Sulfonilureas. fármacos).
Dieta inadecuada (baja ingesta, Comidas poco frecuentes.
omisión de tomas…). Hipoglucemia postprandial:
Horario de ingesta alterado. post-cirugía gástrica.
Exceso de ejercicio físico.
Aumento de la vida media de los
hipoglucemiantes por insuficiencia renal
APROXIMACIÓN DIAGNÓSTICA
1. Por la clínica y la exploración física a la cabecera del enfermo. Puede presentar
dos tipos de síntomas:
- Adrenérgicos: diaforesis, palpitaciones, ansiedad, temblor, hambre.
- Neurológicos por glucopenia: trastornos de la conducta, agresividad, confu-
sión, focalidad neurológica, somnolencia, convulsiones, coma. Los síntomas
adrenérgicos predominan cuando la glucemia desciende rápidamente, y se en-
mascara cuando hay tratamiento con beta-bloqueantes o si existe neuropatía.
Si se sospecha hiperinsulinismo endógeno ha de objetivarse la tríada de Whipple:
Hipoglucemia con el ayuno, hipoglucemia analítica, se recupera con glucosa.
2. Las pruebas complementarias que se deben solicitar son:
- Glucemia capilar a la cabecera del paciente confirma el diagnóstico.
- Bioquímica con glucosa, iones, creatinina, urea.
- Sistemático de sangre.
TRATAMIENTO
1. Tratamiento urgente:
Según el estado de consciencia del paciente usaremos vía oral o intravenosa.
- Sí el paciente está consciente y tolera la vía oral sin riesgo de aspirar, primero
se administran líquidos azucarados con 20 g de glucosa.
- Si el paciente está inconsciente o no tolera la vía oral, se canaliza una vía ve-
nosa periférica, aportando glucosa hipertónica, que se pueden dar 20 cc al
50% (1 ampolla) o 30 cc al 33% (3 ampollas de 10 cc). Si no es posible cana-
lizar una vía periférica, se puede administrar 1 mg de glucagón i.m. (1 ampo-
lla) o s.c. y después sueros glucosados (10%).
538
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
CRITERIOS DE INGRESO
1. Si la hipoglucemia es secundaria a Sulfonilureas, es importante saber cual es el
fármaco causal, conocer su vida media y observar al paciente entre dos y tres ve-
ces el tiempo de su vida media. En general estos fármacos tienen una vida media
de 4-24 horas (3-4 horas la Repaglinida y 12-24 horas Sulfonilureas).
2. Si la hipoglucemia es causada por Insulina, para calcular la observación hay que
conocer el tipo de acción y duración.
3. Si se sospecha una enfermedad orgánica no diagnosticada, se ingresa para una
vez remitido el proceso agudo se haga el diagnóstico etiológico.
4. Si el paciente tras el tratamiento y la observación en Urgencias no recupera com-
pletamente el estado de consciencia o hay secuelas neurológicas.
5. Si se trata de una hipoglucemia por hiperinsulinismo endógeno.
6. El resto de pacientes pueden ser dados de alta ajustando tratamiento según cau-
sa.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ López López J. Cetosis y cetoacidosis diabética. Educ Diabetol 1991; 1 (3): 36-39.
▲ Jiménez L, Durán M. Coma hiperosmolar. Cetoacidosis diabética. Actitud de urgencia ante
una hipoglucemia. En: Jiménez L, Montero FJ, editores. Protocolos de actuación en medici-
na de urgencias. 1ª ed. Madrid: Mosby / Doyma Libros; 1994. p. 87-97.
▲ Pesquera C. Diabetes Mellitus. Hipoglucemia. En: García-Moncó JC, editor. Manual del mé-
dico de guardia. 4ª ed. Madrid: Díaz de Santos ; 1998. p. 243-61.
▲ Ragland G. Hipoglucemia. Cetoacidosis diabética. Coma hiperosmolar. En: Tintinalli J, Kro-
me R, Ruiz E, editores. Medicina de urgencias. 3ª ed. México: Nueva Editorial Interameri-
cana, McGraw-Hill; 1993. p. 885-900, 904-8.
539
CAPÍTULO 80
Capítulo 80
URGENCIAS ENDOCRINOLÓGICAS
(TIROIDEAS Y SUPRARRENALES)
Mª D. Márquez Moreno
COMA MIXEDEMATOSO
INTRODUCCIÓN
El hipotiroidismo se caracteriza por un déficit de secreción de hormonas tiroideas, co-
mo consecuencia de una alteración orgánica o funcional de la glándula tiroidea o se-
cundario a un déficit del estimulo de la TSH.
CONCEPTO
El coma mixedematoso se presenta como el estadio final de un hipotiroidismo de lar-
ga evolución, que no ha recibido tratamiento adecuado. Constituye la forma más se-
vera y grave del hipotiroidismo del adulto, (pone en peligro la vida del paciente, si
no se llevan a cabo actuaciones rápidas e inmediatas). Tiene elevada mortalidad
(50%), y le confiere mal pronóstico.
ETIOLOGÍA
Suele desencadenarse en pacientes con hipotiroidismo larvado no diagnosticado o
con enfermedad conocida que han abandonado el tratamiento. Puede presentarse co-
mo estadio final de la enfermedad o precipitado por diversos desencadenantes, (lo
más frecuente): infecciones (incluso triviales), traumatismos, intervenciones quirúrgi-
cas, hipoglucemia, exposición al frío, consumo de analgésicos o fármacos depreso-
res del SNC (sedantes, etc). Se observa fundamentalmente en ancianos y personas
abandonadas… sobre todo en invierno.
CRITERIOS DE GRAVEDAD
Clínicos: hipotermia, (si Tª rectal < 32º C; índice de mal pronóstico). Si la temperatu-
ra axilar es normal en el contexto de un coma mixedematoso, sospechar infección o
sepsis. Hipoglucemia severa si coexiste con insuficiencia suprarrenal (Síndrome de
Schmidt). Hiponatremia dilucional por síndrome de secreción inadecuada de hormo-
na antidiurética (SSIADH), que obliga a una corrección gradual de la natremia, (con
riesgo añadido de mielinolisis central pontina). Pueden aparecer graves trastornos
ventilatorios con depresión respiratoria (hipercapnia y acidosis respiratoria), hipoten-
sión arterial, bradicardia intensa, hiporreflexia, disminución del nivel de conciencia,
estupor, coma y muerte.
CRITERIOS DIAGNÓSTICOS
El diagnóstico de coma mixedematoso requiere una alta sospecha clínica.
1. De sospecha: paciente con Historia Clínica compatible; intensificación de los cri-
terios clínicos del hipotiroidismo (ver cuadro 80.1) y presencia de los criterios clí-
nicos de gravedad.
540
MANUAL DE PROTOCOLOS Y A CTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS
Además de TSH y T4 libre solicitaremos bioquímica sanguínea con iones, glucemia,
urea, creatinina y enzimas (CPK; AST; ALT; LDH). Gasometría arterial. Hemograma
541
CAPÍTULO 80
TRATAMIENTO
Tras el diagnóstico de sospecha, comenzar tratamiento de forma prioritaria, a ser po-
sible en una UCI. Nunca esperar a realizar un diagnóstico de confirmación. Hasta
que la sustitución hormonal consiga los primeros efectos, es fundamental instaurar
medidas generales. Se puede tardar hasta 24-48 horas en obtener resultados.
1. Medidas generales:
▲ Iniciar maniobras para intubación orotraqueal y ventilación asistida si existe hi-
poventilación severa con acidosis respiratoria.
▲ Reposición de volumen y soporte con fármacos inotrópicos (Dopamina), para
el tratamiento de la hipotensión. (Ver cap. 10).
▲ La hiponatremia dilucional por SSIADH, puede responder a la restricción hí-
drica. Si coexiste hiponatremia severa (< 110 mEq/l) administrar Furosemida
i.v. bolo inicial de 40-60 mg y posteriormente 20 mg/6 horas, (excepto si exis-
te depleción de volumen) y suero salino hipertónico al 3% i.v. (Previamente cal-
cular la cantidad de sodio requerida), con monitorización de la natremia. (Ver
capítulo 76)
▲ Si hay sospecha de infección, iniciar tratamiento antibiótico empírico.
▲ Iniciar gradualmente tratamiento de la hipotermia. (No se recomienda en ge-
neral, hasta no haber comenzado con el tratamiento hormonal). Es preferible
cubrir con mantas que emplear maniobras de recalentamiento externo, porque
favorecen la vasodilatación cutánea y el colapso vascular. Si la temperatura es
menor de 30ºC, iniciar maniobras de recalentamiento interno. (Ver cap. 105).
2. Medidas específicas:
Iniciar tratamiento con corticoterapia sustitutiva antes de hacerlo con hormonas ti-
roideas, (de lo contrario, puede desencadenarse una grave crisis Addisoniana),
porque en una emergencia no puede descartarse con cer teza el origen hipotalá-
mico o hipofisario del hipotiroidismo.
CRISIS TIROTÓXICA
INTRODUCCIÓN Y CONCEPTOS
▲ El hipertiroidismo es un síndrome producido por un exceso de concentración de
hormona tiroidea circulante y en los tejidos. Agrupa varias enfermedades de etio-
logía diversa. En la actualidad se prefiere el término tirotoxicosis, por ser un con-
cepto que engloba todas las causas de origen tiroideo y extratiroideo. La enfer-
medad de Graves constituye la forma más frecuente de hipertiroidismo. El espectro
clínico de presentación es muy variable y abarca desde formas leves (inaparen-
tes), a situaciones con grave amenaza para la vida del paciente (crisis tirotóxica).
▲ La crisis tirotóxica es la forma más severa de hipertiroidismo. Se asocia con ma-
yor frecuencia a la enfermedad de Graves y consiste en una intensificación de la
clínica habitual del hipertiroidismo. En la actualidad, aparece en pacientes mal
tratados o sin diagnosticar y el desencadenante suele ser la cirugía de urgencia
o complicaciones como la sepsis. También influyen otras causas, como una ceto-
acidosis diabética, enfermedades cardiovasculares o tratamientos recientes con
Yodo radiactivo. A pesar de ello su incidencia actual ha disminuido considera-
blemente.
CLASIFICACIÓN. ETIOLOGÍA
HIPERTIROIDISMO: enfermedad de Graves. Bocio multinodular hiperfuncionante.
Adenoma tóxico. Hipertiroidismo inducido por Yodo (fenómeno "job-Basedow"). En-
fermedad trofoblástica. Hipersecreción de TSH. Tejido tiroideo ectópico.
NO ASOCIADA A HIPERTIROIDISMO: Tiroiditis subaguda. Fases transitorias de tiro-
toxicosis, en la tiroiditis crónica autoinmune. Tirotoxicosis facticia. Tejido tiroideo ec-
tópico.
EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS
Hemograma completo con fórmula y recuento leucocitario. Bioquímica sanguínea con
glucosa, iones, urea, creatinina, enzimas hepáticas y calcio. Gasometría arterial. Ori-
na completa con sedimento. Se recogerán muestras para hemocultivos y urocultivo, si
hay sospecha de infección y para determinación hormonal de TSH y T4 libre (confir-
mación diagnóstica a posteriori). Radiografía de tórax y simple de abdomen (en
cuanto se consiga la estabilización del paciente).
TRATAMIENTO
Es una Urgencia médica. Precisa ingreso sin demora en una Unidad de Cuidados In-
tensivos. Igualmente, es imprescindible iniciar tratamiento de urgencia, en todo pa-
ciente hipertiroideo con enfermedad coronaria o insuficiencia cardíaca descompen-
sada.
1. Medidas de soporte: fundamentales. No olvidar que el tratamiento con antitiroi-
deos de síntesis (ATS) o yoduro potásico i.v. no produce efectos inmediatos, (tar-
dan 24-48 horas en hacer efecto).
▲ Tratamiento de soporte con corrección de la deshidratación y administración de
suero glucosado al 5% y fisiológico al 0,9% (sistema en Y) a 21 gotas/minuto.
▲ Pueden requerir digitalización y soporte con drogas inotrópicas en caso de
shock o insulinoterapia si coexiste una cetoacidosis diabética. (Tener en cuenta
que las dosis necesarias, suelen ser mayores de las habituales).
▲ Control de la hipertermia: empleo de medidas físicas (hielo, manta refrigera-
dora…) y farmacológicas: Paracetamol 500-650 mg cada 6 horas v.o. (por
sonda nasogástrica) o i.v. 500-1.000 mg/6 horas, Clorpromacina 25-50
mg/4-6 horas i.v. o Meperidina 100 mg/4-6 horas i.v. Contraindicado el em-
pleo de AAS, (agrava la situación): aumenta la fracción libre de T4, tras des-
plazarla de la proteína de transporte (TBG). Si es preciso tienda de oxígeno hu-
midificada.
2. Tratamiento del hipertiroidismo: el tratamiento combinado con Propiltiouracilo
(PTU), Yodo y Dexametasona, permiten el control de la clínica y la normalización
de la concentración sérica de T3, en 24-48 horas.
2.1. Bloqueo de la síntesis hormonal: antitiroideos de síntesis. (Numerosos pro-
tocolos) primera elección: PTU. Dosis inicial: 200 mg/4 horas o 300 mg/8
horas v.o. Dosis de mantenimiento: 10-20 mg/8-12 horas hasta normalizar
la función tiroidea (o por sonda nasogástrica o rectal si hay disminución del
nivel de conciencia). Segunda elección: Metimazol 30 mg/6 horas o 40
mg/12 horas v.o. continuando con 10-20 mg/8-12 horas, hasta normalizar
la función tiroidea.
2.2. Bloqueo de la liberación hormonal: (aunque controvertido), administrar a las
2 horas de la 1ª dosis de PTU: Yodo v.o. 10 gotas/8 horas o Yoduro potásico
saturado: 5 gotas/8 horas v.o. o Ácido Yopanoico o Ipodato Sódico: 1 gr/día
v.o (que además inhibe la conversión periférica de T4 en T3). En caso de ad-
ministración i.v: Yoduro Sódico 0,5-1 gr/12 horas en infusión continua.
544
MANUAL DE PROTOCOLOS Y A CTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
3. Tratamiento Coadyuvante:
▲ Antagonistas beta adrenérgicos. Primera elección: Propranolol 40-80 mg/6
horas v.o. o 1 mg/5 minutos i.v. (con monitorización electrocardiográfica), has-
ta el control de la frecuencia y posteriormente 5-10 mg/hora. Disminuye ade-
más la conversión de T4 en T3. Precaución en pacientes con Insuficiencia car-
díaca. Alternativas: beta bloqueantes cardioselectivos (Atenolol, Metoprolol,
Esmolol).
▲ Corticoides: Dexametasona 2 mg/6 horas i.v. (inhibe la liberación hormonal,
disminuye la conversión periférica de T4 en T3 y proporciona soporte supra-
rrenal, por existir mayor demanda y disminución de la reserva suprarrenal en
la tirotoxicosis). Segunda elección: Hidrocortisona 100 mg/8 horas i.v.
▲ Fundamental el tratamiento enérgico del factor desencadenante.
▲ Controles: T4 plasmática cada 3-4 días. Ir reduciendo gradualmente la dosis
de PTU y Yodo, a medida que los niveles de T4 se vayan normalizando.
CONCEPTOS Y ETIOLOGÍA
La Insuficiencia Suprarrenal Aguda (ISA) o Crisis Addisoniana, es la forma grave y
de curso fulminante de I. Suprarrenal. La causa más frecuente es la interrupción brus-
ca del tratamiento esteroideo, en pacientes sometidos a tratamientos crónicos, que
han desarrollado atrofia secundaria de las glándulas suprarrenales. También se ob-
serva en pacientes con disminución de la reserva suprarrenal, sometidos a trata-
mientos inhibidores de la síntesis esteroidea (Mitotano, Ketoconazol) o aceleradores
de su metabolismo (Fenitoína, Rifampicina). La segunda causa lo constituye la des-
compensación de una insuficiencia suprarrenal crónica, latente o establecida, por una
sepsis, intervención quirúrgica, que no han tomado las previsiones profilácticas de la
crisis y la tercera, por destrucción hemorrágica aguda como la presencia de una sep-
sis meningocócica en niños, (síndrome de Waterhouse Friderichsen), después de un
traumatismo de las suprarrenales tras el parto en recién nacidos, o secundario a un
tratamiento anticoagulante en adultos.
CLASIFICACIÓN ETIOLÓGICA
A) Insuficiencia Suprarrenal primaria o Enfermedad de Addison:
Atrofia idiopática o autoinmune (75%): forma parte del síndrome de deficiencia po-
liendocrina. Tuberculosis (20%). Otras (5%): Infecciones bacterianas: Neisseria me-
ningitidis (Síndrome de Waterhouse-Friderichsen: Hemorragia adrenal bilateral) o di-
seminadas (H. influenzae, S. piógenes, S. pneumoniae). Infecciones fúngicas:
Criptococosis, sporotricosis, coccidioidomicosis, blastomicosis, Histoplasma capsula-
545
CAPÍTULO 80
tum (el más frecuente y con lesiones anatomopatológicas similares a las de tubercu-
losis). Abscesos neonatales adrenales o en adultos, sífilis. Vascular: Hemorragia su-
prarrenal (inicio abrupto), en cirugía, metastásis, enfermedades críticas, fármacos an-
ticoagulantes (heparina), trombosis venosas, adrenales (tratamientos con ACTH),
traumatismos, partos complicados, neonatos tras hipoxia neonatal, grandes quema-
dos y sepsis, trombocitopenias (heparina), síndrome antifosfolípido primario. Infarto:
Trombosis, embolismo, arteritis. Cirugía: adrenalectomía bilateral. Fármacos: Ketoco-
nazol, Etomidato, Itraconazol, Rifampicina, Metirapona, Ciproterona. Además: SIDA,
adrenoleucodistrofia, falta de respuesta a la ACTH, metástasis, linfoma, amiloidosis,
irradiación, hemocromatosis…
B) Insuficiencia suprarrenal secundaria: causa más frecuente de ISA.
▲ Por supresión del eje hipotálamo-hipofisario-adrenal: por administración de es-
teroides exógenos o síndrome de ACTH ectópico (recordar que tras suspender
el tratamiento, la supresión de ACTH puede persistir hasta un año después).
▲ Por causas hipotálamo-hipofisarias: por déficit de secreción de ACTH (isquemia,
tumor, cirugía, radiación, traumática).
TRATAMIENTO
Es una urgencia vital. Requiere tratamiento enérgico e inmediato.
Finalidad: restaurar la volemia mediante la corrección del déficit de sodio y agua, de
los trastornos hidroelectrolíticos asociados y la reposición de glucocorticoides circu-
lantes. Si es necesario valorar la necesidad del empleo de drogas vasoactivas (Do-
pamina, Dobutamina…). Ver capítulo 10.
1. Tratamiento de urgencia:
▲ Administración i.v. de suero salino al 0,9% y glucosado al 5%, en perfusión rá-
pida (en "Y"), hasta corregir la hipotensión. Puede ser necesario administrar
varios litros en pocas horas, (hasta 3-6 litros: pérdida del 20% del volumen ex-
tracelular). Para el cálculo del déficit ver capítulo 76.
▲ Simultáneamente cargar bolo i.v. de 100 mg de Hemisuccinato de Hidrocorti-
sona, seguido de goteo i.v. de Hidrocortisona a velocidad de 10 mg/hora. (Se
prefiere el goteo continuo a los émbolos: 100 mg/6 horas).
▲ Tras la remisión de los síntomas y estabilización, disminuir gradualmente la Hi-
drocortisona, hasta alcanzar la dosis de mantenimiento y posteriormente pasar
al tratamiento de mantenimiento por vía oral: no administrar tratamiento de
sustitución con mineralocorticoides, hasta que la dosis con Hidrocortisona no
descienda por debajo de 100 mg/día.
2. Tratamiento de Mantenimiento:
▲ Iniciar tratamiento sustitutivo con Prednisona 5 mg/ mañana y 2,5 mg/tarde
v.o. o Hemisuccinato de Hidrocortisona 20-30 mg/día: 20 mg/mañana y 10
mg/tarde. Si no se tolera la vía oral utilizar la vía i.m. 1 ampolla/8 horas.
▲ Añadir mineralocorticoide: 9-alfa-Fluorocortisol 0,05-0,1 mg/día v.o. con in-
gesta flexible de sal (cloruro sódico), 3-4 gr/día. Regular la dosis en función
de la presión arterial y los niveles de potasio plasmáticos. En insuficiencia su-
prarrenal secundaria no se necesita tratamiento sustitutivo con mineralocorti-
coides.
BIBLIOGRAFÍA
▲ Bunevicius R, Kazanavicius G, Zalinkevicius R, Prange AJ Jr. Efeccts of thyroxine as compa-
red with thyroxine plus triiodothyronine in patients with hypothyroidism. N Engl J Med 1999;
340: 424-9.
▲ Clutter WE. Insuficiencia Suprarrenal. En: Ewald GA, McKenzie CR, editors. Manual de Te-
rapéutica médica. 9ª ed. Barcelona: MASSON-Little, Brown; 1996. p. 563-65.
▲ Espósito S, Prange AJ Jr, Golden RN. The thyroid axis and mood disorders: overview and fu-
ture prospects. Psychopharmacol 1997; 33: 205-17.
▲ Lamberts SW, Bruning H, de Jong F. Corticosteroid therapy in severe illness. N Engl J Med
1997; 337: 1285-92.
▲ Oelkers W. Adrenal insufficiency. N Engl J Med 1996; 335: 1206-12.
547
CAPÍTULO 81
Capítulo 81
ACTITUD GENERAL
EN LAS INTOXICACIONES AGUDAS
N. Laín Terés
INTRODUCCIÓN
▲ Los pacientes que presentan un cuadro de Intoxicación Aguda, en primer lugar,
deben ser sometidos a una rápida valoración de sus constantes vitales, y si es
preciso, proceder a estabilizarlas y comenzar en caso necesario con maniobras
de RCP.
▲ Mientras se procede a lo anterior, debe evitarse que se retire cualquier testigo, ya
que puede aportar información sobre el caso.
▲ El Instituto Nacional de Toxicología da información telefónica sobre todos los pro-
ductos tóxicos y otras cuestiones las 24 horas del día, en los teléfonos:
Madrid: 915620420 Barcelona: 933174400
Teléfono exclusivo para facultativos: 914112676
5. TRATAMIENTO PSIQUIÁTRICO
▲ Todos los intentos de suicidio con tóxicos deberán ser valorados y/o tratados
por un Psiquiatra, por tanto:
1) Si no precisan ingresar en el Hospital por ausencia de sintomatología somática,
deberán ser vistos por el Psiquiatra del Hospital previamente al alta o traslada-
dos con las correspondientes medidas de seguridad a un centro con Psiquiatra
de guardia, (en nuestro centro, al Psiquiatra de guardia del Hospital Provincial).
2) Si ingresan en el hospital, deberán tomarse medidas de seguridad (bloqueo
ventana, presencia permanente de un familiar, evitar que salga de la habi-
tación, sujetar o sedar si es preciso, etc.) y se deberá consultar siempre al
Psiquiatra para que se haga cargo de los aspectos psiquiátricos del caso.
553
CAPÍTULO 81
Deferoxamina Hierro
(Desferín®) amp 500mg 15 mg/Kg (iv)
EDTA dicobáltico
(Ketocyanor®) Cianuro 600 mg (iv)
amp.300mg
Antidiabéticos orales
Glucosa Coma desconocido 25 g (iv)
Insulina
Naloxona
(Naloxona Abelló ®) Coma de origen desconocido 0,4-1,6 mg (iv)
amp. 0,4mg Opiáceos
Cianuro, Sulfhídrico
Oxígeno Monóxido de carbono Fi O2 > 0.5
Metahemoglobinemia
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Grupos de trabajo de Toxicología de la ACMI (GITAB) y de la SEMIUC (GT-TOX). Recomen-
daciones de la indicación de depuración renal y extrarrenal en las intoxicaciones agudas.
Med Intensiva 1997; 21: 156-166.
▲ American College of Emergency Physicians. Clinical Policy for the Initial Approach to Patients
Presenting with Acute Toxic Ingestion or Dermal or Inhalation Exposure. Ann Emerg Med
1999; 33: 735-761.
▲ Asociación Española de Toxicología, Sección de Toxicología Clínica. Tratamiento General de
las Intoxicaciones Agudas. Bol AET- STC 1998; (4): 1-7.
▲ Hoffman RS, Goldfrank LR: The poisoned patient With altered consciousness. JAMA 1995;
274: 562 - 569.
555
CAPÍTULO 82
Capítulo 82
INTOXICACIONES. MEDIDAS ESPECÍFICAS
N. Laín Terés
1.- METANOL
Es una sustancia de uso muy habitual como solvente de pinturas, barnices, lacas, lí-
quidos de fotografía o aditivos de gasolina. Puede usarse en los hogares como fuen-
te de calor ("alcohol de quemar" o "alcohol de madera"). También es utilizado como
sustituto del Etanol en la fabricación de bebidas clandestinas. La toxicidad se debe
tanto al propio Metanol como a sus metabolitos.
▲ Su vía de intoxicación más frecuente es la oral.
▲ Dosis tóxica mínima: 30 ml de Metanol puro.
▲ Es una intoxicación grave, con una mortalidad alta.
CLÍNICA:
El inicio de los síntomas suele ocurrir en las 12 - 24 horas siguientes a la ingesta, aun-
que pueden ser más precoces (a los 40 min), o más tardíos (72 h.) sobre todo si se
asocia a Etanol.
▲ Afectación del SNC: intoxicación leve o moderada; estado de embriaguez (similar
a la producida por Etanol) con cefalea, mareo, ataxia, letargia.
Intoxicación grave; Convulsiones, coma, edema cerebral.
▲ Afectación ocular: disminución de agudeza visual, visión borrosa, fotofobia. Midria-
sis hiporreactiva, edema de papila y al final ceguera por atrofia del nervio óptico.
▲ Afectación digestiva: náuseas, vómitos, dolor abdominal, pancreatitis aguda en
fases tardías.
▲ Afectación metabólica: acidosis metabólica es lo más característico, con disminu-
ción de bicarbonato y aumento de Ac. Láctico. Aumento de hematocrito y de VCM,
aumento de la osmolaridad plasmática, hiperglucemia e hiperamilasemia.
▲ La hipotensión y bradicardia: cuando aparecen son datos de mal pronóstico.
DIAGNÓSTICO:
▲ El diagnóstico es fundamentalmente clínico.
▲ Realizar analítica con Hemograma, S. Orina, E. Coagulación, Bioquímica comple-
ta, ECG, Gasometría arterial basal. Es fundamental valorar el grado de acidosis.
▲ Confirmar con niveles de Metanol en sangre, pero estos sólo suelen hacerse en la-
boratorios especializados y tardan un tiempo (varias horas o días) en el cual es
preciso haber tratado al paciente. También es necesario tener niveles de Etanol,
para valorar la ingestión conjunta y tratarla.
▲ Factores de gravedad y mal pronóstico:
- Ingestión superior a 30 ml.
- Niveles séricos > 50 mg/100 ml.
- Bicarbonato< 18 mEq/l.
- Aumento del VCM y del hematocrito.
- Presencia de convulsiones, coma, bradicardia y/o hipotensión.
▲ Factores de buen pronóstico:
- Ingesta de dosis fraccionadas en el tiempo.
- Ingesta conjunta de Etanol.
- Instauración rápida de tratamiento específico.
556
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
TRATAMIENTO:
La intoxicación de Metanol debe considerarse muy grave, por lo que debe instaurar-
se un tratamiento precoz lo antes posible, sin esperar a confirmaciones analíticas. Es
preferible tener una actitud inicial agresiva, que lamentar después una inhibición te-
rapéutica. Iniciar la administración del antídoto si hay ingesta importante confirmada
(> 30 ml) y acidosis o coma.
▲ Medidas de soporte vital (capítulo 4).
▲ Lavado gástrico: eficaz hasta las 2 horas de la ingesta. No está indicado el car-
bón activado ni los catárticos.
▲ Alcalinización: iniciar lo antes posible la administración de Bicarbonato 1M (Bi-
carbonato Griffols® 1M, 1 ml= 1 mEq) si el bicarbonato es menor de 18. Calcu-
lar el déficit total (capítulo 75) e iniciar una perfusión para 24 horas (a veces de
500 - 1.000 mEq). Es frecuente que los pacientes presenten pH inferior a 7, que
es muy difícil de tratar a pesar del bicarbonato.
▲ Antídoto: ETANOL vo o iv: tener en cuenta que el Etanol puede incrementar la se-
dación del paciente y favorece la aparición de hipoglucemia.
Dosis inicial de ataque:
- 1 mgr/Kg peso de Etanol (la farmacia del Hospital dispone de ampollas de 10
ml de Etanol puro, al 100%, estériles), para preparar la dilución:
Si es VO (por SNG) solución en agua al 20%; por ejemplo para 70 kg diluir 70
ml de etanol al 99-100% en 280 ml de agua.
Si es IV (por vía central preferiblemente) solución al 10%; por ejemplo para 70
kg, diluir 70 ml de Etanol al 100% en 630 ml de SG al 5% en 30 min.
Dosis de mantenimiento:
- 0,16 ml/kg/h de Etanol puro en el mismo caso antes descrito.
Si VO: 0,16 x 70 = 11,2 ml de Etanol puro diluido en 56 ml de agua dándolo
cada hora.
Si IV: para 70 kg 11,2 ml de Etanol puro diluido en 100 ml de SG 5% cada ho-
ra o perfusión de 100 ml de Etanol puro en 1.000 ml de SG al 5% a pasar en
4.5 h o a ritmo de 112 ml/h en bomba.
Mantener perfusión de Etanol hasta que los niveles de Metanol sean inferiores a
20 mg/100 ml, o si no se dispone de este dato, hasta que el pH se mantenga ma-
yor de 7,30 sin bicarbonato.
Se aconseja determinar niveles de Etanol cada 6 horas, si es posible, y mantener
niveles en sangre de 1gr/l, también hacer glucemia capilar cada 3 horas.
▲ Otro antídoto: Fomepizol o 4 metil-pirazol: (Antizol ®, un vial = 1.5 ml = 1.500
mg). Dosis de ataque: 15 mg/Kg que se diluyen en 100 ml de suero y se pasará
en 30 minutos, seguido de 10 mg/Kg cada 12 horas durante 2 días (4 dosis),
posteriormente 15 mg/Kg cada 12 horas hasta la normalización del paciente.
(Cada dosis se diluye en 100 ml de suero salino).
Es una alternativa al Etanol que presenta ventajas: no incrementa la sedación del
paciente, menor riesgo de hipoglucemia, precisa menor volumen de líquido para
su administración. Su inconveniente el elevado precio.
▲ Hemodiálisis: es muy eficaz, debe realizarse cuando:
- Metanol superior a 50 mgr/100 ml en sangre.
- Acidosis metabólica con pH < 7,25.
- Alteraciones visuales y/o depresión del nivel de conciencia.
- Insuficiencia renal.
557
CAPÍTULO 82
fermo está en coma añadir 100 ml de suero glucosado al 50%, a pesar de que la
glucemia sea normal, ya que puede haber hipoglucemia cerebral. No poner en
diabéticos con hiperglucemia.
- Añadir Bicarbonato 1M a dosis de 1mEq/kg diluido en el primer suero, con el
fin de alcalinizar la orina y favorecer la eliminación del tóxico.
- Ritmo de infusión en adultos sanos: 500 ml/ hora hasta corregir la deshidra-
tación, siempre que mantenga una buena diuresis. Disminuir este ritmo si el
paciente presenta edema pulmonar no cardiogénico, o alguna patología pre-
via que lo contraindique.
▲ Tratamiento de la hipopotasemia: a la hora de corregirlo tener siempre presente
la función renal (creatinina) y mantener una buena diuresis.
Ritmo de infusión: 10 mEq /hora diluidos en 500 ml de suero, usar una vía dife-
rente a la del bicarbonato para evitar la formación de sales de bicarbonato.
▲ Corrección de la acidosis: debe hacerse de forma muy lenta para no agravar la hi-
popotasemia. Si pH superior a 7,30 basta con el bicarbonato inicial. Si es inferior a
7,20 añadir una nueva dosis de bicarbonato 1M de 1 mEq/Kg en 15 min, y volver a
controlar el pH. Con cifras intermedias a las anteriores infundir más lentamente.
▲ Diuresis forzada alcalina: clásicamente se ha utilizado, nosotros no la recomen-
damos debido a sus numerosas contraindicaciones. Los diuréticos (Furosemida,
etc.) están absolutamente contraindicados, ya que no tienen ningún beneficio y
pueden agravar notablemente los trastornos electrolíticos.
▲ Hemodiálisis: indicada en:
1. Intoxicaciones graves: ingestas superiores a 300 mgr/kg o niveles por encima
de 100 mgr/100 ml.
2. Intoxicaciones inferiores, pero en pacientes con insuficiencia renal, cardíaca, o
acidosis intratable.
3. Enfermos con sintomatología severa: coma, depresión respiratoria, etc.
▲ Se recomienda tratamiento en UVI de las intoxicaciones graves o con síntomas se-
veros.
Niveles Terapéuticos:
Fenitoína .......................... 10 - 20 microgr./ml.
Valproato.......................... 50 - 100 microgr./ml.
Carbamacepina................. 4 - 12 microgr./ml.
Fenobarbital...................... 10 - 40 microgr./ml.
1.- FENITOÍNA
La gravedad de la intoxicación depende de las dosis y de la vía por la que se pro-
duce:
▲ Vía oral: nistagmus, náuseas, vómitos, ataxia, diplopia, disartria, letargia, a veces
irritabilidad. En intoxicaciones severas (niveles > 40 microgr./ ml) coma y depre-
sión respiratoria, más raramente convulsiones paradójicas y toxicidad cardiovas-
cular.
▲ Vía intravenosa: arritmias ventriculares e hipotensión, sobre todo en administra-
ciones rápidas. Es conveniente monitorización cardíaca del enfermo en caso de
"impregnación IV", así como realizarla en un tiempo no inferior a 1 hora.
TRATAMIENTO:
▲ Medidas de soporte para corregir la hipotensión (Sueroterapia, y si es preciso dro-
gas vasoactivas).
▲ Lavado gástrico y Carbón activado a dosis repetidas (50 gr/4 horas durante 24
horas).
▲ Tratamiento específico de las arritmias, si las hubiera.
▲ Ingreso hospitalario. Si hay arritmias, depresión severa de la conciencia, o niveles
sanguíneos altos, valorar ingreso en UVI.
2.- VALPROATO
Muchas de las manifestaciones de este cuadro pueden ser retardadas, y son funda-
mentalmente neurológicas: disminución del nivel de conciencia, miosis, hiporreflexia,
mioclonias, depresión respiratoria, lo cual nos puede confundir con una intoxicación
por opiáceos. También aparecen convulsiones paradójicas, edema cerebral, hiperna-
tremia, hipocalcemia, acidosis metabólica. Anemia, trombocitopenia, alteraciones en
la coagulación. Hipertransaminasemia, (la hepatotoxicidad grave en las intoxicacio-
nes agudas es rara).
- TRATAMIENTO:
▲ Medidas de soporte.
▲ Lavado gástrico y Carbón activado con dosis repetidas (ver apartado anterior).
▲ Naloxona 1 ampolla iv diluida a pasar en 2 min. Los resultados son discordantes,
pero se recomienda utilizarla, ya que es inocua, sobre todo, si hay duda sobre la
ingesta de opiáceos.
▲ Si convulsiones: Diacepam, 10 mg iv lentamente, repitiendo si es necesario.
▲ Si edema cerebral: Manitol al 20 % (250 ml en 30 minutos) y Dexametasona 12
mg i.v y posteriormente 4 mg /6 horas i.v.
▲ Si acidosis: Bicarbonato pasando 1 mEq/ Kg en la primera dosis en 30 minutos,
posteriormente ajustar dosis según controles (ver cáp. 75).
▲ Hemoperfusión o diálisis si niveles > 1.500 microg./ml.
▲ Ingreso hospitalario. Valorar UVI si intoxicación o clínica grave.
3.- CARBAMACEPINA
Estructuralmente está relacionada con los antidepresivos tricíclicos y tiene cierta acti-
vidad anticolinérgica por lo que puede producir nistagmus, oftalmoplejia, crisis ocu-
logiras, midriasis, depresión del nivel de conciencia y respiratoria. Arritmias diversas,
prolongación del QT y del QRS, hipotensión arterial. Ileo, hiponatremia.
TRATAMIENTO:
▲ Medidas de soporte cardiocirculatorio.
▲ Lavado gástrico y Carbón activado a dosis repetidas, ver anteriores apartados.
562
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
4.- FENOBARBITAL
Puede haber toxicidad a dosis relativamente bajas y se caracteriza por disminución
del nivel de conciencia hasta coma profundo con hipotermia, hiporreflexia, depresión
respitatoria. En casos severos hipotensión y disminución del gasto cardíaco.
TRATAMIENTO:
▲ Medidas de soporte cardiorrespiratorio.
▲ Lavado gástrico y Carbón activado a dosis repetidas (ver apartados anteriores).
▲ Valorar hemoperfusión en intoxicaciones severas (con síntomas de gravedad).
▲ Ingreso hospitalario y valorar UVI si sintomatología severa.
CÁUSTICOS
Son productos cuya característica principal es producir una acción corrosiva, funda-
mentalmente por contacto. Son de dos tipos: álcali o ácido (cuadro 82.1).También
existen PRODUCTOS NO CÁUSTICOS o de escasa acción corrosiva que suelen pro-
ducir síntomas gastrointestinales, a veces neumonitis química por aspiración, pero no
las lesiones destructivas de los Cáusticos. Los más habituales son:
– Jabones.
– Lavavajillas a mano.
– Lava- ropa a mano y a máquina (la mayoría).
– Suavizantes.
– Enceradoras y limpiasuelos con aceite de pino.
– Pastillas para la cisterna.
CLÍNICA:
– Los cáusticos sólidos producen lesiones graves en la boca, laringe y faringe y me-
nos en el esófago.
– Los cáusticos líquidos causan lesiones en tractos inferiores, como esófago y estómago.
▲ Síntomas: dolor, disfagia, odinofagia y a veces incapacidad para deglutir, sialo-
rrea, náuseas y vómitos, epigastralgia. En casos graves hemorragia digestiva, per-
foración gástrica o esofágica, con abdomen agudo, infecciones, shock.
▲ Si afectación laríngea, estridor.
563
CAPÍTULO 82
▲ Analgésicos:
- Metamizol magnésico (nolotil®) 1 ampolla de 2 gr iv diluida en 100 ml de suero
glucosado cada 6-8 horas.
- Morfina (Cloruro mórfico Braun ®‚ ampollas de 10 mgr) 5 - 10 mg iv o subc. ca-
da 4 horas si a pesar de lo anterior el paciente tiene dolor.
▲ Anti H2 vía parenteral: Ranitidina (Zantac®) 1 ampolla iv cada 8 horas.
▲ No se deben ingerir alimentos hasta que no se realice la gastroscopia.
▲ Endoscopia que es fundamental para decidir el tratamiento (ver cuadro 82.2).
▲ Corticoides: están bastante controvertidos. Su uso de forma precoz disminuye la fi-
brosis esofágica.
- Indicación: siempre que haya afectación de la vía aérea y en lesiones esofágicas
por álcali, grado II y III. (No está demostrado efecto beneficioso con los ácidos).
- Contraindicaciones: hemorragia digestiva, perforación, lesiones gástricas en au-
sencia de lesiones esofágicas importantes.
- Dosis: 1-2 mg/kg/día de metilprednisolona repartidos cada 8 horas, iniciándo-
se de manera precoz después de la endoscopia y manteniéndose 1 o 2 sema-
nas. Después, pauta descendente.
▲ Antibióticos: uso discutido.
- Indicación: infección constatada, perforación visceral, asociados siempre al tra-
tamiento con corticoides.
▲ Ausencia de lesiones: Sucralfato (Urbal‚ sobres de 5 ml) media hora antes de las comidas y
por la noche. Alta hospitalaria.
▲ Lesiones grado I: hiperemia, eritema, edema, no úlceras:
- Sucralfato 1 sobre media hora antes de las comidas.
- Omeprazol 20 mgr cada 24 h. o Ranitidina 150 mgr cada 12 h.
- Antieméticos: Metoclopramida 1 ampolla cada 8 horas.
- Iniciar tolerancia gástrica a las 24 h.
- Mantener en observación durante 24 - 48 h. y alta, con posterior control ambulatorio.
▲ Lesiones grado II: úlceras superficiales, localizadas o circunferenciales.
- Dieta absoluta, sueroterapia.
- Omeprazol iv (ampollas de 40 mg), según pauta del Hospital: 80 mgr diluidos en 100 ml
de suero fisiológico en 30 min, posteriormente 3 ampollas en 500 ml a pasar en 12 h. con
bomba de infusión continua.
- Valorar iniciar corticoides iv. (ver anterior apartado).
- Ingreso hospitalario.
▲ Lesiones grado III: úlceras profundas, escaras, necrosis.
- Dieta absoluta. Sueroterapia
- Omeprazol a las dosis del apartado anterior.
- Corticoides, si se trata de un álcali (ver en el anterior apartado).
- Valorar ingreso en UVI.
▲ Lesiones grado IV: perforaciones.
- Dieta, Omeprazol, antibiótico, fluidoterapia, como en apartados anteriores.
- CIRUGÍA lo más precoz posible, sobre todo si es un ácido.
565
CAPÍTULO 82
CIANURO
Los compuestos conocidos como Cianuro son sales derivadas de la combinación de
ácido cianhídrico con otros compuestos. Dependiendo de estos compuestos unos se
absorben bien por el tubo digestivo (cianuro potásico) y otros no (azul de Prusia), de
ello depende la toxicidad. Se utiliza en la industria para la fabricación de compues-
tos pulidores de metales (fábricas de espadas y damasquinados), o de productos pa-
ra quitar el pelo de la piel (fábricas de cuero y talabardería). También lo poseen cier-
tas plantas y semillas de frutas.
Las vías de intoxicación pueden ser:
▲ Inhalatoria: por inhalación de acido cianhídrico (en incendios, etc.), ver capítulo 83.
▲ Digestiva: generalmente con fines autolíticos, homicidas o accidental.
▲ Yatrogénica: por pefusión de Nitroprusiato iv durante tiempo prolongado.
En este capítulo solo nos ocuparemos de las intoxicaciones por sales de cianuro.
CLÍNICA:
Produce afectación metabólica, cardíaca y del SNC.
▲ Fases iniciales:
- Taquipnea con hiperventilación y ansiedad (ya que el paciente teme la muerte).
- Acidosis metabólica (es el dato clave de la intoxicación en estas fases).
▲ Fases más tardías: una vez que se inicia lo anterior, en pocos minutos (30 - 60) hay:
- Afectación del SNC: cefalea, agitación, estupor, convulsiones y coma.
- Afectación cardiovascular: taquicardia, hipotensión, extrasístoles ventriculares y a
medida que pasa el tiempo, shock, bradicardia y asistolia por toxicidad miocárdica.
DIAGNÓSTICO:
▲ Historia minuciosa, profesión y circustancias en las que se encontraba el paciente.
▲ Exploración física en la que se observa el deterioro muy rápido del nivel de
conciencia y el típico olor a "almendras amargas", sólo detectable en el 20 - 40
% de los pacientes.
▲ Solicitar Gasometría arterial: Acidosis metabólica con aumento de ácido láctico y
carboxihemoglobina normal. Solicitar Hemograma, E. Coagulación, Bioquímica
completa, ECG.
▲ Si no hay antecedente claro de exposición descartar otras causas de coma: hacer
TAC craneal, solicitar niveles de Carboxihemoglobina (para descartar intoxicación
por Monóxido de carbono).
▲ Detectar la presencia de Cianuro en sangre (no es posible su cuantificación). Co-
mo no es posible en la mayoría de los Hospitales, valorar su envío a un centro es-
pecializado (Instituto Nacional de Toxicología). No esperar nunca a tener estos re-
sultados para iniciar el tratamiento.
▲ Diagnóstico diferencial: el diagnóstico es difícil si el paciente o acompañantes no
refieren la posibilidad de ingesta. Pensar en ella en pacientes con deterioro rápi-
do del nivel de conciencia y acidosis metabólica. En el cuadro 82.3 se enumeran
los tóxicos más probables de coma - acidosis.
Cuadro 82.3: Tóxicos que cursan con coma-acidosis
Acidosis- coma, tóxico inhalado Acidosis-coma, tóxico ingerido
– Sulfuro de hidrógeno (inhalación - Metanol.
de gases de tangeas). - Etilenglicol.
– Monóxido de carbono (niveles - Salicilatos.
elevados de Carboxihemoglobina). - Hierro.
– Cianuro (ac. cianhídrico). - Cianuro.
566
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
TRATAMIENTO:
La gravedad de la intoxicación es extrema y se requiere aplicar medidas de soporte
vital rápidamente así como estar preparados para efectuar RCP en cualquier mo-
mento. Se recomienda trasladar al paciente a la UVI lo antes posible.
▲ Oxigenoterapia con mascarilla de alto flujo, a 15 l /min.
▲ Corrección de la acidosis con Bicarbonato 1M a dosis de 1 meq/kg, a pasar en
15 - 30 min. Repetir dosis si es necesario más lentamente.
▲ Lavado gástrico siempre (aunque hallan pasado más de 4 horas), con protección
de la vía aérea si el paciente está en coma. Está contraindicada la administración
de Jarabe de Ipecacuana.
▲ Carbón Activado: 50 gr por sonda nasogástrica.
▲ Hidroxicobalamina o vitamina B12: no está comercializada en España. Hay que
pedirla como medicamento extranjero. Es un antídoto y se utiliza a dosis de 5 gr
iv diluidos en 100 ml de S. glucosado, a pasar en 15 min.
▲ Si no hay respuesta a la Hidroxicobalamina (empeora la acidosis, se deteriora la
conciencia...), administrar EDTA di cobalto (kelocyanor‚, ampollas de 300 mgr)
600 mgr iv diluidos, si no hay respuesta a los 15min, repetir 300 mgr una sola vez
más. Este antídoto, debido a su toxicidad, sólo es recomendable darlo en enfer-
mos graves o con certeza de ingesta o inhalación de Cianuro.
▲ Si continúa sin respuesta, añadir Tiosulfato sódico al 25% (Tiosulfato sódico‚ al
25%, ampollas de 50 ml con 12,5 gr), a dosis de 12,5 gr a pasar en 10 minutos
por una vía central. Repetir 25 ml (media ampolla) a los 30 min.
▲ No indicado: diuresis forzada, hemoperfusión, diálisis, cámara hiperbárica.
Los agentes metahemoglobinizantes del kit Anticianuro (Nitrito de amilo, Nitrito só-
dico) hoy se consideran obsoletos en Europa, aunque todavía se recomiendan en
la bibliografía americana.
3. COCAÍNA
La Cocaína es un alcaloide natural que se encuentra en las hojas de una planta. Có-
mo droga de abuso puede encontrarse en forma sólida o "Crack" que se fuma, ab-
sorviéndose vía pulmonar con un efecto muy rápido, y en forma de polvo o Clorohi-
drato de Cocaína que se puede ingerir o esnifar y si se disuelve con el solvente
adecuado se puede consumir vía iv.
CLÍNICA:
– Hipertermia muy severa (se han descrito casos de hasta 45ºC).
– Hipertensión, midriasis, taquicardia, diaforesis...
– Agitación psicomotriz, convulsiones y coma.
Los síntomas suelen ocurrir en consumidores de altas dosis de forma repetida.
▲ Complicaciones:
- CARDÍACAS: infarto agudo de miocardio, arritmias supra y ventriculares, mio-
cardiopatía dilatada.
- SNC: accidente cerebrovascular (ACV), hemorragia subaracnoidea (HSA), cefa-
lea, convulsiones.
- PSIQUIÁTRICAS: agitación psicomotriz y delirio paranoide.
- RESPIRATORIAS: edema agudo de pulmón (EAP), hemorragia pulmonar.
- OTRAS: rabdomiolisis, isquemia intestinal, obstrucción de la arteria central de la
retina, etc.
DIAGNÓSTICO:
– Historia Clínica y se solicitará Hemograma y E. Coagulación, Bioquímica con CPK,
ECG, Gasometría arterial basal.
– Detectar metabolitos de la Coca en orina (presentes hasta 3 días en no consumi-
dores y hasta 7 días en consumidores).
TRATAMIENTO:
▲ Soporte respiratorio, monitorización ECG.
▲ Enfriar al paciente, con hielo generalmente, y mantenerlo en un ambiente frío.
▲ Reposición hidroelectrolítica vía iv con suero glucosado (hay hipoglucemia y de-
plección de volumen) y suero fisiológico.
▲ SEDACIÓN: Benzodiacepinas si agitación.
569
CAPÍTULO 82
4. OPIÁCEOS
Los Opiáceos son un amplio grupo de sustancias que derivan de la planta "amapola
del opio". Se han utilizado a lo largo de siglos en medicina por su efecto analgésico,
antitusígeno, astringente, somnífero, euforizante y sedante. Los principales compues-
tos de esta familia los enumeramos en el cuadro siguiente (cuadro 82. 4):
La causa más frecuente de intoxicación por Opiáceos es la "sobredosis de Heroína"
intravenosa o inhalada, aunque cualquiera de estas sustancias puede producirla,
Además la intoxicación puede producirse casi por cualquier vía: oral, nasal, inhala-
toria, subcutáneo, im, iv y rectal.
CLÍNICA:
– HIPOVENTILACIÓN, a veces con parada respiratoria.
– Miosis, hipotermia.
– Somnolencia, estupor, coma.
– Arritmias.
– Ileo paralítico, retención urinaria.
– Edema pulmonar no cardiogénico cuya fisiopatología no está bien aclarada.
DIAGNÓSTICO:
– Historia Clínica y exploración física, poniendo especial cuidado en la búsqueda de
signos de venopunción.
– Analítica con Hemograma, E. Coagulación, Bioquímica con CPK., Gasometría arterial
– Determinar la presencia de Heroína en orina.
TRATAMIENTO:
– Soporte ventilatorio, a veces intubación.
– Antídoto: Naloxona (Naloxona Abelló ®) amp. de 0,4 mgr, se puede dar intrave-
nosa, subcutánea, o a través del tubo endotraqueal.
570
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
HIDROCARBUROS
Este grupo lo constituyen una amplia variedad de sustancias, las más frecuentes co-
mo causa de intoxicación son los derivados del petróleo, y entre ellas la Gasolina (in-
gesta accidental al transportarla de un depósito a otro).
Hidrocarburos más frecuentes en Toxicología: Aguarrás, Benceno, Fueloil, Gasolina,
Gasoil, Nafta, Parafina, Queroseno, Tolueno, Xileno.
CLÍNICA: son volátiles y liposolubles y atraviesan la barrera hematoencefálica.
▲ Síntomas digestivos: son precoces pero de escasa importancia. Náuseas, vómitos,
a veces diarrea.
▲ Síntomas del SNC: aparecen sobre todo con el Benceno, Tolueno, Xileno y la ga-
solina. Irritabilidad o euforia, letargia, estupor y coma.
▲ Síntomas respiratorios: se producen por aspiración durante la ingesta (son voláti-
les) y son variables, desde pequeña irritación de la vía aérea con tos irritativa has-
ta importantes neumonitis químicas con disnea, cianosis e hipoxia severa, así co-
mo roncus, sibilancias y estertores en la auscultación. A veces la auscultación es
mínima y hay grandes alteraciones radiológicas.
DIAGNÓSTICO:
▲ Historia Clínica y exploración física.
▲ Solicitar Hemograma y E. Coagulación, Bioquímica con transaminasas, Gasome-
tría arterial, ECG.
▲ Solicitar RX de tórax: las alteraciones tardan en aparecer entre 30 min y 8 h, des-
pués no suelen aparecer. Las lesiones son muy variables; lo más frecuente son in-
filtrados intersticiales o alveolares múltiples, pero a veces sólo hay ligero infiltrado
perihiliar.
TRATAMIENTO:
▲ Contraindicado el lavado gástrico y la inducción de la emesis por el riesgo de as-
piración. Las únicas excepciones a esto las tenemos en ingestas masivas y en caso
de ingestas asociadas de derivados del petróleo con otros venenos o insecticidas.
En estos casos antes de realizar el lavado hay que proteger la vía aérea con intu-
bación orotraqueal.
▲ Tampoco tiene ninguna indicación la endoscopia.
▲ No es útil el Carbón activado.
▲ Administrar antieméticos: Ondansetrón 8 mgr iv diluidos en suero glucosado o fi-
siológico, o Metoclopramida 1 ampolla iv cada 8 h.
▲ Tratamiento de la insuficiencia respiratoria, si la hubiera:
- Con O 2 con Ventimask al 35- 50% y si es preciso intubación y respiración me-
cánica.
572
MANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
INSECTICIDAS
1. ORGANOFOSFORADOS
Los Organofosforados (OPP) son productos ampliamente utilizados, fundamen-
talmente como insecticidas (cuadro 82.5), en forma sólida o líquida, con fines agrí-
colas y de jardinería. Pero también nos encontramos con OPP utilizados en Medicina
(Fisostigmina, Neostigmina) o con fines bélicos, estos últimos son los llamados "GA-
SES NERVIOSOS" (Tabun, Sarín, Soman, DFT, VX), utilizados en la guerra química.
El mecanismo de intoxicación puede ser vía enteral, por ingesta accidental o autolí-
tica. Vía respiratoria, como en la guerra química o por incorrecta manipulación del
producto. Vía cutánea accidental o por mala manipulación.
Son liposolubles, distribuyéndose por todos los tejidos, sobre todo el tejido graso. Se
metabolizan en hígado y se eliminan vía renal y fecal en un periodo corto, aunque
algunos compuestos (Fenthión, Fenitrothión) pueden permanecer varias semanas en el
organismo.
CLÍNICA:
Los Organofosforados actúan uniéndose de forma irreversible a la Acetilcolinestera-
sa (ACHE), produciéndose como consecuencia, una excesiva actividad colinérgica so-
bre receptores muscarínicos y nicotínicos que es la responsable de la sintomatología
(cuadro.82.6). Si se actúa precozmente antes de que se produzca la unión irreversi-
ble, se puede activar la ACHE. Si ya se ha producido la unión irreversible, no se pue-
de reactivar la ACHE, y sólo se conseguirá la acción con síntesis de nueva enzima.
▲ MANIFESTACIONES MUSCARÍNICAS:
OFTÁLMICAS: miosis, epífora, inyección conjuntival, dolor ocular, visión borrosa.
RESPIRATORIAS: rinorrea, estridor, hipersecreción bronquial, disnea, cianosis, apnea.
CARDIOVASCULARES: bradiarritmias, bloqueos A-V, hipotensión.
DERMATOLÓGICOS: flush, sudoración.
GASTROINTESTINALES: salivación, náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal, tenesmo,
incontinencia fecal.
GENITOURINARIOS: frecuencia, urgencia e incontinencia urinaria.
▲ MANIFESTACIONES NICOTÍNICAS:
MÚSCULO ESTRIADO: fasciculaciones, calambres, debilidad y parálisis.
CARDIOVASCULARES: taquicardia, hipertensión.
METABÓLICOS: hiperglucemia, acidosis metabólica, cetosis, leucocitosis, hipocaliemia.
▲ MANIFESTACIONES DEL SNC:
Ansiedad, insomnio, depresión, confusión, ataxia, convulsiones, depresión respiratoria, coma.
573
CAPÍTULO 82
Complicaciones:
- Respiratorias: neumonía, que es la causa de la mayoría de las muertes. En su etio-
logía aparecen la aspiración, la broncorrea, ventilación mecánica... Una incorrec-
ta atropinización, la favorece.
- Neurológicas:
▲ Neuropatía tardía: se manifiesta a las a las 2-4 semanas del cuadro colinérgico y
consiste en debilidad y parestesias en zonas distales de extremidades y a veces es-
pasticidad.
▲ Trastornos del comportamiento: confusión, irritabilidad, letargia, alteraciones de la
memoria, psicosis.
▲ Síndrome intermedio: descrito por algunos autores, se manifiesta a los 4-6 días de
la intoxicación tras una mejoría inicial, y consiste en debilidad muscular, incluida la
musculatura respiratoria, que obliga a la ventilación mecánica. Este cuadro es con-
trovertido puesto que otros autores consideran que se debe a un aumento de los ni-
veles de OPP en sangre, procedentes del tejido graso donde estaban almacenados,
con el consiguiente descenso de la ACHE que ya empezaba a recuperarse.
DIAGNÓSTICO:
▲ Es fundamentalmente CLÍNICO: Historia Clínica y exploración.
▲ Solicitar siempre Hemograma, E. Coagulación, Gasometría arterial, Bioquímica
con CPK, ECG, Radiografía de tórax.
▲ Determinación en suero de la actividad plasmática de la ACHE y la actividad in-
traeritrocitaria de la ACHE que son extraordinariamente bajas.
La actividad plasmática de ACHE disminuye en hepatopatías, desnutrición, embara-
zo, infecciones y contraceptivos orales, y la actividad de ACHE intraeritrocitaria de-
pende de la vida media del eritrocito y de las variaciones que pueda sufrir por dife-
rentes patologías.
Ante una sospecha de intoxicación por OPP nunca se debe demorar el tratamiento en
espera de los niveles de ACHE.
TRATAMIENTO:
▲ Medidas de soporte vital con ventilación mecánica si es preciso (capítulo 4).
▲ Medidas de descontaminación cutánea si la intoxicación es por esa vía, con reti-
rada de la ropa y lavado de la piel con agua y jabón. Proteger al personal con
guantes.
▲ Lavado gástrico y Carbón activado (50 - 100 mgr).
▲ Soporte inotropo y medidas antiedema cerebral.
▲ El tratamiento específico se realiza con ATROPINA iv (Atropina®, ampollas de 1
mgr) y OXIMAS, fundamentalmente Pralidoxima (la Obidoxima se utiliza mucho
menos).
– ATROPINA:
- 1ª Dosis de "prueba": 1 - 2 mg iv. Si no aparecen síntomas de atropinización
seguir.
- 2ª Dosis: 2-4 mg iv, repitiendo cada 5-10 min hasta objetivarse signos de atro-
pinización (fundamentalmente desaparición de la hipersecreción bronquial).
- 3ª Perfusión continua (si persisten síntomas): 0,02- 0,08 mgr/kg/h. Por ejemplo:
en un paciente de 70 Kg se diluyen 24 ampollas en 500 ml de suero fisiológico
que pasarían en 4-16 horas.
– OXIMAS: iniciarlas siempre tras haber iniciado la Atropina, nunca solas.
PRALIDOXIMA (Contrathión®):
- 1gr iv diluido en 100 ml de suero fisiológico.
- Repetir cada 6 h si intoxicación grave.
- Repetir cada 12 h si intoxicación moderada.
Lo más cómodo es poner una perfusión tras la primera dosis: DOSIS MÁXIMA 0,5
gr/h.
OBIDOXIMA (Toxogonin®): 200-400 mgr im o iv , repetir si es necesario. Dosis má-
xima: 15 mgr/kg.
Recomendamos ingreso en UVI siempre que sea necesario el tratamiento con Atropi-
na y Pralidoxima.
2. CARBAMATOS
Son insecticidas que producen una inhibición de la ACHE de forma reversible, por lo
que la intoxicación produce los mismos síntomas que la de organofosforados, pero en
menor intensidad; la afectación del SNC es poco frecuente. El diagnóstico es similar a
los organofosforados, aunque la determinación de la ACHE tiene escaso valor.
TRATAMIETO:
▲ Medidas similares a los organofosforados.
▲ Antídotos: - Atropina con la misma pauta que en la intoxicación con organofos-
forados.
- Oximas: en general no indicadas.
METALES PESADOS
1. ARSÉNICO
El Arsénico es un compuesto altamente tóxico con diversas utilidades, como hervicida
y fungicida (sales inorgánicas). También se utiliza en la industria del vidrio. La Arsina
es la forma gaseosa del arsénico y es la más tóxica. Se produce en los galvanizados,
fundidos y refinados de metales. En nuestro medio, la causa más frecuente de intoxi-
cación es por ingesta accidental de sales inorgánicas, utilizadas como herbicidas pa-
ra los viñedos, por confusión con el agua, ya que estas sales no tienen ni olor ni color.
575
CAPÍTULO 82
▲ Intoxicación por Arsina: no son útiles los antídotos. Transfundir hematíes para tra-
tar la hemólisis e incluso valorar la exanguinotransfusión.
▲ Resto de tratamiento, sintomático, de acuerdo con las complicaciones que vayan
surgiendo.
Recomendaciones: ingreso de todos los pacientes con sospecha de intoxicación, aún
sin síntomas. Valorar UVI.
2. Hierro
El hierro se utiliza como tratamiento de las anemias ferropénicas.
Dosis tóxicas: - > 20 mgr/kg de hierro elemento, produce toxicidad gastrointestinal.
- > 60 mgr/kg de hierro elemento se produce toxicidad sistémica.
- 180 - 300 mgr/Kg de hierro elemento, dosis mortal.
CLÍNICA:
Clásicamente se divide en tres fases:
Fase I, las 2 primeras horas: náuseas, vómitos, diarrea, hematemesis y melenas (el
hierro a altas dosis produce efecto corrosivo).
Fase II, de 2 a 12 horas: falsa mejoría con desaparición de los síntomas de la fase I.
Fase III, después de 12 horas: si la ingesta ha sido suficientemente grande, o si el en-
fermo no es tratado precozmente; reaparece la hemorragia digestiva, acidosis meta-
bólica, shock, insuficiencia hepatorrenal, convulsiones, letargia y coma.
Si se supera lo anterior, tras días o semanas de la ingesta, aparecen estenosis y obs-
trucciones intestinales secundarias a cicatrices, por la acción corrosiva del hierro.
DIAGNÓSTICO:
▲ Historia Clínica y exploración física.
▲ Hemograma, E. Coagulación, Bioquímica con pruebas hepáticas, creatinina, CPK.
▲ Sideremia (normal hasta 150 microgramos/100ml). Debe hacerse durante las 4
primeras horas tras la ingesta, ya que más tarde no es fiable, pues el hierro desa-
parece en plasma y se fija en los tejidos.
▲ Rx de tórax, Rx de abdomen: pueden verse comprimidos radiopacos en el estó-
mago.
TRATAMIENTO:
▲ Medidas de soporte vital (capítulo 4).
▲ Lavado gástrico añadiendo al líquido de lavado Bicarbonato sódico 1M a dosis de
50 mEq por cada 1.000 ml de líquido, dejando tras el lavado, 100 ml de suero
con 5 mEq de bicarbonato 1M (5 ml).
▲ Tras el lavado realizar una Rx de abdomen para comprobar si existe una "pelota"
de pastillas que no sale por la sonda, en cuyo caso puede estar indicada la lapa-
rotomía urgente para extraerlas.
▲ Carbón activado no indicado, no adsorbe el hierro. Tampoco se ha demostrado
útil el lavado con deferoxamina.
▲ Hidratación correcta del enfermo para garantizar una diuresis adecuada.
▲ Tratamiento de la acidosis con Bicarbonato 1M a dosis de 1 mEq/Kg repitiendo si
es necesario.
▲ Antídoto: Deferoxamina (Desferín® viales de 0,5 gr). Iniciarla precozmente iv en
casos de intoxicaciones graves en pacientes con buena función renal:
- Con niveles de hierro > 500 microgramos /100ml
- Si síntomas graves de intoxicación (shock, letargia, coma).
- En pacientes con niveles inferiores a 500 microgramos o asintomáticos, pero que
se supone que han ingerido dosis de hierro elemento > 50 mgr/Kg, se reco-
577
CAPÍTULO 82
2. BENZODIACEPINAS
Es la causa más frecuente de intoxicación con fines autolíticos, aunque en muy pocos
casos resulta letal si se toma de forma aislada. Hay que tener en cuenta que en un
porcentaje alto, en la intoxicación se asocian a otros productos, sobre todo Alcohol y
Antidepresivos.
CLÍNICA:
▲ Ataxia, obnubilación, disartria, hiporreflexia, disminución de las funciones intelec-
tivas.
▲ Disminución del nivel de conciencia.
▲ Depresión respiratoria.
▲ Hipotensión ocasional.
Diagnóstico y TRATAMIENTO:
Habitualmente el diagnóstico se realiza con la Historia Clínica, siendo minucioso a la
hora de recoger datos a los familiares y acompañantes.
- Valorar siempre la posibilidad de asociación con otros tóxicos, sobre todo Alcohol
y Antidepresivos.
- Canalizar una vía y solicitar Hemograma, Gasometría arterial, Bioquímica básica.
- Administrar O2 con Ventimask.
- Lavado gástrico y carbón activado (50 mg).
- Si hay disminución del nivel de conciencia: usar un antídoto: Flumacenil (Anexate ®,
ampollas de 0.5 mg = 5 ml o 1 mgr = 10 ml) a dosis 0,3 mgr/min (3 ml) hasta 2
mgr (2 ampollas). Si reaparece la somnolencia o coma poner una perfusión de 4
mgr (4 amp) en 500 cc de S. Glucosado 5% en 4 h o 0,1 mgr/kg/min.
Recomendamos mantener al enfermo en observación hasta 6 horas después de que
el enfermo haya recuperado el nivel de conciencia y se mantenga estable sin perfu-
sión de Flumacenil.
Realizar valoración psiquiátrica antes del alta domiciliaria.
3. INHIBIDORES DE LA RECAPTACIÓN DE LA SEROTONINA (ISRS)
Su mecanismo de acción consiste en la inhibición de la recaptación de la Serotonina
a nivel presináptico.
Son más selectivos que los IMAO y que los Tricíclicos y con menos efectos tóxicos por
lo que están desplazándolos en el uso diario.
Los fármacos más utilizados de esta familia son:
▲ Fluoxetina (Prozac ®). 1988.
- Dosis terapéutica: 5 - 80 mgr
- Dosis tóxica: 1.000 - 1.500 mgr.
▲ Sertralina 1991.
- Dosis terapéutica: 50 - 200 mgr.
▲ Paroxetina (Paxil ®) 1993.
- Dosis terapéutica: 10 - 50 mgr.
▲ Fluvoxamina (Luvox ®) 1995.
579
CAPÍTULO 82
CLÍNICA:
Asintomáticos, casi siempre con dosis inferiores a 1.500 mgr.
A dosis más altas: taquicardia sinusal, cambios inespecíficos en el ST y en la onda T,
no en el QT, PR o en el QRS. Somnolencia, temblores, náuseas y vómitos e HTA leve.
A veces se produce el "Síndrome Serotonínico".
También se han observado casos de hiponatremia, sobre todo en ancianos.
Síndrome Serotonínico (SS):
– Se suele producir cuando se asocia un ISRS con otros serotoninérgicos como por
ejemplo: Litio, Cocaína, Clorimipramina, Levodopa, Buspirona, Bromocriptina, Des-
tromtorfán, Codeína.
– SI pueden asociarse sin que se produzca SS: AINEs, AAS, Paracetamol, Morfina y
Fentanilo a bajas dosis.
Los síntomas que se producen son: agitación, ansiedad, inquietud, diaforesis, hipe-
rreflexia, taquicardia sinusal, HTA, temblores, diarrea, mioclonias, contracturas.
Raramente: convulsiones, coma, taquicardia ventricular, hipertermia, hipotensión.
El diagnóstico del SS es clínico, por exclusión.
DIAGNÓSTICO:
▲ Antecedentes, Historia Clínica y exploración física.
▲ Se recomienda ECG, Hemograma, E. Coagulación, Bioquímica básica con CPK.
TRATAMIENTO DE LAS INTOXICACIONES POR ISRS:
Si sobredosis de un único fármaco, hay buen pronóstico.
▲ Lavado con SNG + Carbón activado.
▲ Tratamiento sintomático y observación durante 6 horas en el Hospital, posteriormente:
- Si dosis < 1.000 mgr y el paciente está asintomático: observación domiciliaria.
- Si dosis > 1.000 mgr y/o síntomas: observación hospitalaria.
Si tras 6 horas de observación el paciente está asintomático, se puede dar de Alta.
▲ Si Síndrome Serotonínico:
- Ingreso Hospitalario.
- Tratamiento sintomático y preventivo de la rabdomiolisis.
- Benzodiacepinas: Diacepam a dosis de 10 mgr i.v (repetir nueva dosis si es pre-
ciso) pasando luego a la vía oral 5-10 mgr/8 h. Son antagonistas inespecíficos.
- Valorar el uso de Antiserotoninérgicos dependiendo de la severidad de los sín-
tomas o si persisten a pesar del Diacepam.
Suele haber mejoría a las 24h de aparición de los síntomas.
4. LITIO
El Carbamato de Litio, se utiliza en Psiquiatría como tratamiento de los trastornos bi-
polares. Por su estrecho índice terapéutico, es mínima la diferencia entre las dosis
adecuadas y las dosis tóxicas, por lo que para el control del tratamiento es preciso la
monitorización de sus niveles en sangre.
- Dosis tóxica aguda: > 40 mgr/kg. Nombre comercial: Plenur®, comprimidos de
400 mgr.
- También pueden producirse intoxicaciones durante el tratamiento crónico con Litio,
lo cual es más frecuente. Por ejemplo, al disminuir la ingesta de agua y/o sal de la
dieta, disminuye el aclaramiento renal del Litio, y aumenta el riesgo de toxicidad.
▲ Fármacos que aumentan el riesgo de toxicidad del Litio:
- Tiacidas, Triamtereno, Ibuprofeno e Indometacina, reducen la excreción renal del Li-
tio.
- Haloperidol y otros neurolépticos aumentan los efectos sobre el SNC.
580
MANUAL DE PROTOCOLOS Y A CTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
CLÍNICA:
▲ La gravedad de la intoxicación depende de la afectación del SNC. Enumeraremos
los síntomas por orden de aparición y gravedad: temblores, irritabilidad neuro-
muscular con espasmos, hiperreflexia, clonus y fasciculaciones, ataxia, letargia, di-
sartria, confusión, estupor, convulsiones, coma.
▲ Síntomas gastrointestinales: náuseas, vómitos y diarrea, en general precoces, pe-
ro poco importantes.
▲ Síntomas cardiovasculares: cambios en el ST y onda T, bradicardia sinusal, blo-
queos, arritmias ventriculares, también se ha descrito algún caso aislado de hi-
pertensión, la hipotensión es más frecuente, generalmente por deshidratación.
DIAGNÓSTICO:
▲ Historia Clínica y antecedentes.
▲ Analítica completa con Hemograma, E. Coagulación, Gasometría arterial basal,
S. Orina, Bioquímica, ECG.
▲ El Anión GAP se encuentra disminuido en los pacientes que toman Litio.
▲ Niveles de Litio en Sangre, se recomienda una determinación inicial y otra a las
12 h de la ingesta o de la última toma terapéutica. Los obtenidos a partir de las
12 h de la ingesta, pueden ser orientativos de la gravedad de la intoxicación, aun-
que no la predicen de manera estricta.
- 0,8 - 1,2 mEq/l Nivel terapéutico.
- 1,6 - 2,5 mEq/l Intoxicación leve.
- 2,5 - 3,5 mEq/l Intoxicación moderada-grave.
- Más de 3,5 mEq/l Intoxicación grave- muy Grave.
TRATAMIENTO:
▲ Lavado gástrico: si se ha ingerido más de 40 mgr/kg y el tiempo transcurrido des-
de la ingesta es inferior a 4h. NO están indicados el Carbón activado ni los ca-
tárticos, salvo que se trate de ingesta asociada de otros fármacos.
▲ Medidas de soporte: es básica la administración de líquidos, fundamentalmente S.
Fisiológico para mantener la diuresis y la corrección hidroelectrolítica. Resto de
medidas de capítulo 81.
▲ Hemodiálisis: es el tratamiento de elección, debe hacerse lo más precoz posible,
y se indicará en:
- Signos clínicos y/o analíticos de intoxicación grave (litemia > 2,5).
- Cualquier intoxicado, con litemias superiores al nivel terapéutico si además exis-
te insuficiencia renal previa o aguda.
- Intoxicados sin exposición previa y sin clínica grave y litemias > 3,5 mEq/l.
La hemodiálisis debe prolongarse 8-10 horas debido a la lenta redistribución del
Litio, con controles posteriores de litemias.
Todos los enfermos con síntomas de intoxicación grave, a pesar de tener litemia
< 2,5 y todos los enfermos con cifras de litemia > 2,5 deberían permanecer mo-
nitorizados y si es posible, en una UVI.
Los enfermos asintomáticos, pero con litemias tóxicas, o con ingestas de dosis tó-
xicas, deben permanecer en observación hospitalaria al menos 12 horas y re-
petir litemia.
5. NEUROLÉPTICOS
Los Neurolépticos son fármacos antipsicóticos, o tranquilizantes mayores, utilizados
en enfermedades psiquiátricas y no psiquiátricas.
581
CAPÍTULO 82
CLÍNICA:
El rango terapéutico es alto, pero dado que su uso es frecuente en pacientes psiquiá-
tricos nos encontramos con intoxicaciones, fundamentalmente de etiología autolítica.
La sobredosis puede producir:
▲ Sedación, letargia, disartria, ataxia, coma, delirio y agitación, en raras ocasiones
depresión respiratoria y convulsiones.
▲ Hipotensión ortostática, taquiarritmias (desde taquicardia compensadora a "torsa-
des de pointes" y otras arritmias ventriculares), alteraciones en la conducción (pro-
longación del QT, inversión de la T, ensanchamiento del QRS, sobre todo con la
Tioridacina). El Haloperidol, no tiene efectos cardiovasculares.
▲ Efectos anticolinérgicos, como midriasis, sequedad de boca, ileo, retención urina-
ria.
▲ A veces rabdomiolisis.
Sin relación con la dosis nos encontramos con:
▲ Cuadros extrapiramidales, son muy frecuentes, sobre todo en el grupo de fárma-
cos descritos en el cuadro como no neurolépticos estrictos. Son de muy variada ín-
dole, distonías agudas (espasmos musculares, crisis oculogiras, tics mandibulares,
tortícolis), reacciones parkinsonianas (acinesia, temblor, salivación), acatisia (im-
posibilidad de estar quieto), agitación motora, discinesias orolinguales, etc.
▲ Síndrome neuroléptico maligno, del que hablaremos en otro apartado.
DIAGNÓSTICO:
▲ Historia y exploración clínica.
▲ Rx de abdomen, ya que algunos de estos preparados son radiopacos y se pueden
ver en la misma.
▲ Hay que realizar analítica completa con Hemograma, E. Coagulación, S. Orina,
Gasometría arterial, ECG y monitorización.
582
MANUAL DE PROTOCOLOS Y A CTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
TRATAMIENTO:
▲ Lavado gástrico, realizarlo hasta transcurridas 6-12 horas de la ingesta, ya que el
efecto colinérgico, retrasa el vaciamiento gástrico.
▲ Carbón activado, dosis inicial de 50 gr y se recomienda repetir dosis de 30 gr ca-
da 4-6 horas.
▲ Síntomas Extrapiramidales: BIPERIDÉN (Akinetón‚) ampollas de 5 mgr a dosis de
5 mgr im o iv (diluido en 100 cc S. Glucosado a pasar en 30 min), repetir dosis
hasta un máximo de 20 mgr/día. Se puede continuar con preparados orales, tras
la primera dosis parenteral.
Si existe acatisia, añadir por v.o: Loracepam 2 gr/8 h y valorar Propranolol 10-
20 mgr /8h.
▲ Hipotensión: perfundir critaloides (suero fisiológico) y coloides (Poligenina o Hi-
droxietilalmidón), y si no responde, usar la Noradrenalina. No utilizar la Dopa-
mina.
▲ Convulsiones: Diacepam, Fenobarbital, Difenilhidantoína a las dosis habituales
(ver apartado de intoxicaciones por A. Tricíclicos de este mismo capítulo).
▲ Arritmias: Bicarbonato sódico 1-2 mEq/Kg diluídos, Lidocaina, Difenilhidantoína.
Contraindicada: Quinidina, Procainamida, Disopiramida.
Recomendaciones: si sólo hay síntomas extrapiramidales sin sobredosificación, se
mantendrá en observación al paciente hasta que desaparezca la sintomatología y
posteriormente se pautará tratamiento vía oral ambulatoriamente.
Si hay evidencia, o sospecha de intoxicación y el paciente no tiene afectación car-
diovascular o del SNC, se recomienda Observación y monitorización 6-12 horas.
Si tiene afectación cardiovascular, o del SNC se valorará su ingreso en UVI.
SÍNDROME NEUROLÉPTICO MALIGNO (SNM)
El SNM es una respuesta idiosincrásica a distintos medicamentos, caracterizada por HI-
PERTERMIA, TRASTORNOS DE CONCIENCIA, RIGIDEZ MUSCULAR Y DISFUNCIÓN
AUTONÓMICA. Es impredecible, y puede aparecer incluso con la primera dosis.
Se produce en un 0,1-2,5 de cada 100 enfermos tratados con neurolépticos y todos
los neurolépticos pueden producirlo, incluido el grupo de las Benzamidas sustituidas,
aunque existe una mayor probabilidad con los neurolépticos "clásicos" sobre todo,
los preparados depot.
Además de los neurolépticos, se han descrito casos en los que estaban implicados
otros fármacos, como el LITIO y los antidepresivos TRICíCLICOS, bien es cierto que a
veces usados en combinación con neurolépticos.
CLÍNICA:
El cuadro clínico suele desarrollarse en tres días y se caracteriza por:
▲ Disminución del nivel de conciencia: desde un estado de hipersomnia o mutista,
palpándose continuamente la ropa, a casos de coma profundo.
▲ Hipertermia, con temperatura > 38º.
▲ Rigidez de caracter plástico, a veces opistótonos, trismo y postura con miembros
superiores en flexión.
▲ Trastornos disautonómicos. Suele haber diaforesis intensa, oscilaciones de la ten-
sión arterial, taquicardia, taquipnea, incontinencia urinaria.
▲ Los hallazgos de laboratorio más comunes son leucocitosis (>20.000 leucos ge-
neralmente), elevación de la CPK.
▲ Las complicaciones más frecuentes son: insuficiencia respiratoria, por la rigidez,
neumonías por aspiración, tromboflebitis y tromboembolismo pulmonar, y edema
agudo de pulmón.
583
CAPÍTULO 82
DIAGNÓSTICO:
▲ Historia Clínica y antecedentes.
▲ Hemograma, E. Coagulación, Bioquímica con CPK, ECG.
▲ Rx de tórax, TAC craneal y Punción Lumbar para descartar otras causas orgánicas.
La clínica clásica, junto con el antecedente de ingesta de Neurolépticos, así como leu-
cocitosis y aumento de CPK, es diagnóstico de SNM, siempre que se haya descarta-
do infección del SNC (TAC craneal y Punción Lumbar negativas).
TRATAMIENTO:
El punto clave es un diagnóstico precoz y retirada rápida del fármaco inductor.
▲ Medidas de soporte. Valorar ingreso en UVI
▲ Aplicar medidas de soporte vital, con refrigeración e hidratación.
▲ Benzodiacepinas para el tratamiento de la rigidez: Diacepam (Valium® ‚ ampollas
de 10 mgr) iv 10 mgr, pudiéndose repetir cada 15 minutos. Sólo con esto la ma-
yoría de los pacientes se recuperan en una o dos semanas.
Clásicamente se ha utilizado Bromocriptina y Dantroleno (dosis de inicio: 1-2'5
mg/Kg i.v, dosis de mantenimiento: 1-2'5 mg/Kg/6 h) pero actualmente esto está
controvertido, ya que en algunos estudios, la recuperación de los enfermos se pro-
longó y las secuelas fueron más frecuentes con estos tratamientos que con los trata-
dos sólo con medidas de apoyo.
Su efecto no es rápido, por lo que su utilidad es escasa en el tratamiento inmediato
del SNM en el servicio de Urgencias.
Una vez recuperado el cuadro, es recomendable no volver a utilizar Neurolépticos en
estos pacientes, al menos los clásicos. Aunque no exentos totalmente de riesgos, la
opción habitual, si no hay otra posibilidad es cambiar a un Neuroléptico "atípico".
SETAS
Hay muchos tipos de setas tóxicas, que pueden producir diferentes cuadros (alucinó-
genos, cuadros colinérgicos, muscarínicos, antabús etc.). Para facilitar el manejo de
estas intoxicaciones, vamos a dividirlos en dos grandes grupos sindrómicos, depen-
diendo del tiempo de latencia en la aparición de los síntomas.
1. SÍNDROMES DE LATENCIA PROLONGADA ( ≥ de 6 h).
2. SÍNDROMES DE LATENCIA CORTA (< de 6h).
BIBLIOGRAFÍA:
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▲ Dueñas Laita A. Intoxicaciones agudas en medicina de Urgencia y Cuidados críticos. Barce-
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591
CAPÍTULO 83
Capítulo 83
EXPOSICIÓN A TÓXICOS INHALADOS
S. Arribas Blanco - A. Julián Jiménez
INTRODUCCIÓN
En la sociedad actual es frecuente la exposición a tóxicos inhalados, siendo el origen
en la mayor parte de las ocasiones los incendios y accidentes laborales o domésticos.
Podemos hacer una clasificación según el mecanismo por el que actúan así como por
la frecuencia con que se dan:
* La exposición puede ocurrir sin que el sujeto se percate de ello. Los de tipo químico producen síntomas co-
mo cefalea, pérdida de conciencia, incoordinación motora, taquipnea, estupor, coma y muerte.
** Es frecuente en la inhalación de humo: tos, expectoración negruzca, estridor, disnea, broncoespasmo y
edema.
*** Existen grupos de riesgo con mayor frecuencia para complicaciones respiratorias:
- Exposición intensa y duradera en lugares cerrados.
- Acompañantes de otros que han muerto o están graves.
- Quemaduras faciales o cilios nasales chamuscados.
592
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
ÁCIDO CIANHÍDRICO
Se utiliza en extracción de oro, plateado, pulimento de metales, en incendios (por
combustión de plásticos, nylon, seda, lana, poliuretano).
Tras la inhalación, la absorción es virtualmente inmediata y los síntomas van a estar en
relación con la concentración del gas inhalado. A veces muerte de forma inmediata.
HISTORIA CLÍNICA: clave para el diagnóstico es la actividad laboral del paciente.
CLINICA: inicialmente cefalea, obnubilación, coma, convulsiones, disnea, hiperten-
sión, taquicardia, arritmias. Luego apnea, hipotensión, bradicardia y asistolia.
EXPLORACIÓN: visualización de vasos retinianos de color rojo brillante, característi-
co olor a almendras amargas...
LABORATORIO: acidosis metabólica, P02 normal, contenido venoso de 02 similar al
arterial.
Importante: sospecharemos esta intoxicación cuando inicialmente tengamos coma
profundo, bradicardia y acidosis inexplicable grave, sin cianosis ni hipoxia en la
gasometría y una COHb normal.
TRATAMIENTO:
Casos leves: oxigenoterapia a altas concentraciones.
Casos graves:
A. Oxigenoterapia.
B. Antídotos específicos: (ver cap. 82)
1. Hidroxicobalamina (vitamina B12): 5 gr i.v. pudiéndose repetir otra dosis
2. EDTA-dicobalto (Kelocyanor®): 600 mgr i.v. en 1 min y si no mejora 300 mgr
en 5 min.
3. Tiosulfato sódico 25%: 1 ampolla (contiene 12,5 mgr en 50 ml de solución)
que se perfunde en 10 min. vía iv. Se puede repetir la mitad a las 2 horas.
C. Acidosis grave se corregirá con bicarbonato. (Cap. 75).
D. 02 hiperbárico está controvertido pero puede considerarse si no responde a las
medidas anteriores.
SULFURO DE HIDRÓGENO
Se origina en industrias petroquímicas, agrícolas, de curtido, minas, alcantarillas y
pozos sépticos. Olor característico a "huevos podridos". Origina anoxia tisular.
CLÍNICA: similar al envenenamiento por cianuro.
596
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
PRODUCTOS DOMÉSTICOS
Supone un 40-50% de las intoxicaciones en nuestro medio. Causa accidental casi
siempre. También importante los intentos de autolisis. Edad pico: 18-24 meses.
▲ Lejía: agente más frecuente. Clínica por inhalación con tos, disnea... Hacer Rx tó-
rax. Tto: oxigenoterapia, broncodilatadores, corticoides iv (1-2 mgr/kg/día me-
til-prednisolona) y antibióticos de amplio espectro.
▲ Salfumán (ácido clorhídrico): produce tos, sensación de ahogo, debilidad, y tras
6-8 horas edema pulmonar con sensación de opresión torácica, disnea, esputo
espumoso y cianosis. Hay estertores húmedos e hipotensión. Semanas después
puede haber hemoptisis y respiración entrecortada. Tto: oxigenoterapia y trata-
miento sintomático (corticoides, a las dosis anteriores).
▲ Amoniaco: causa tos, vómitos, enrojecimiento de mucosas y a concentraciones al-
tas inquietud, opresión torácica, edema pulmonar, pulso rápido y débil. Tto: per-
meabilidad de vía aérea, respiración artificial y tratamiento sintomático (corticoi-
des iv).
▲ Antioxidantes para ropa (A. Fluorhídrico y Oxálico):
- A. Fluorhídrico: tras 1-2 horas causa tos, sofocaciones y escalofríos aparecien-
do luego fiebre, opresión torácica, estertores y cianosis (edema pulmonar).
- A.Oxálico: produce lesión renal. Oxigenoterapia y tratamiento sintomático
(corticoides iv).
▲ Aguarrás (aceite de trementina): su inhalación causa vértigo, respiración super-
ficial, taquicardia, irritación bronquial, inconsciencia, convulsiones. Complicacio-
nes: anuria, edema pulmonar, bronconeumonía. Tratamiento sintomático (corti-
coides iv) y oxigenoterapia.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Barrios Blandino AM, Abellán Martínez J, Vaquerizo Alonso C, Rodríguez Torresano J. Into-
xicaciones. En: Acedo Gutiérrez MS, Barrios Blandino A, Díaz Simón R, Orche Galindo S,
Sanz García RM, editores. Manual de diagnóstico y terapéutica médica. 4ª ed. Madrid:
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▲ Dreisbach RH, Robertson WO. Toxicología clínica. 6ª ed.Washington: MM;1988.
▲ Dueñas Laita A. Intoxicaciones agudas en medicina de urgencia y cuidados críticos. Barce-
lona: Masson; 1999.
▲ Lovejoy FH, Linden CH. Intoxicación aguda y sobredosis medicamentosa. En:Fauci AS,
Braunwald E, Isselbacher KJ, Wilson JD, Martin JB et al.editores Harrison Principios de Me-
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▲ Risdorff EJ, Wiegenstein JG. Intoxicación por monóxido de carbono. En: Tintinalli JE, Ruiz E,
Krome RL editores. Medicina de urgencias. 4ª ed. Mexico:McGraw Hill; 1997. p. 1121-28.
597
CAPÍTULO 84
Capítulo 84
INTOXICACIÓN ETÍLICA
C. Yera Bergua - A. Sánchez Castaño
INTRODUCCIÓN
▲ El consumo de alcohol es una práctica generalizada en toda la población (90%). De
ellos, el 10% sufren problemas de alcoholismo. El consumo de grandes cantidades
de alcohol produce alteraciones multiorgánicas, tanto en personas con consumo es-
porádico, como en personas con consumo crónico del mismo. Nuestro objetivo en
este capítulo no es revisar todos los problemas derivados del consumo agudo o cró-
nico del alcohol, sino de aquellos que con más frecuencia nos plantean problemas
en los Servicios de Urgencias y durante los primeros días de ingreso hospitalario.
▲ El alcohol puede causar problemas tanto por exceso como por abstinencia en una
persona que bebe de forma habitual una cierta cantidad.
INTOXICACIÓN ALCOHÓLICA
▲ Los signos y síntomas de la intoxicación aguda por etanol se relacionan con las con-
centraciones de alcohol alcanzadas en sangre (cuadro 84.1), que traducen los nive-
les de etanol en el cerebro. Los niveles sanguíneos dependen de la cantidad, de la ra-
pidez con la que se haya consumido y del tiempo que ha pasado desde el consumo.
▲ El etanol es un depresor del SNC que disminuye la actividad de las neuronas, aun-
que las concentraciones sanguíneas bajas producen cierta estimulación del com-
portamiento. Esta sustancia tiene tolerancia cruzada con otros depresores cerebra-
les, como las benzodiacepinas o los barbitúricos.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Euforia
50-100 Incoordinación Poco efecto
Locuacidad
Disartria
100-200 Ataxia Cierta incoordinación
Somnolencia Euforia
Nistagmus, diplopia
200-300 Letargia
Agresividad Alteraciones emocionales
Vómitos y motoras leves
Lenguaje incoherente
TRATAMIENTO
La intoxicación alcohólica aguda es una urgencia médica y puede ser letal. Las medi-
das terapéuticas iniciales se deben tomar antes de las exploraciones complementarias y
al mismo tiempo que hacemos la valoración diagnóstica.
▲ Si el paciente está en coma, con alteraciones del patrón respiratorio o hay acúmu-
lo de secreciones, se procederá a la intubación.
▲ Colocar en postura de seguridad en decúbito lateral para evitar aspiraciones por
vómitos.
▲ Generalmente el lavado gástrico no es necesario. Sólo se practicará si la ingestión
es muy reciente o hay sospecha de ingestión de otros tóxicos que puedan retrasar
599
CAPÍTULO 84
CRITERIOS DE INGRESO:
▲ En planta:
- Alteraciones iónicas y/o electrocardiográficas mantenidas durante su estancia en
Urgencias.
- Pobre recuperación del nivel de conciencia tras las medidas terapéuticas, con es-
tabilidad hemodinámica y respiratoria.
▲ En UVI:
- Estupor o coma.
- Inestabilidad hemodinámica.
- Insuficiencia respiratoria severa que requiera intubación.
Recuerda: antes del alta de un paciente con intoxicación etílica comprueba la ausen-
cia de heridas/hematomas que indiquen traumatismo craneoencefálico, dada la alta
incidencia de lesiones intracraneales.
BIBLIOGRAFÍA:
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▲ Schucit M, Segal D.S. Alcohol y alcoholismo. En: Fauci AS, Braunwald E, Isselbacher KJ, Wil-
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gencias médicas. 12 de Octubre. 2ª Ed. Madrid. Díaz de Santos; 1996. p. 139-43.
600
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
601
CAPÍTULO 85
Capítulo 85
MONOARTRITIS AGUDA
S. Redondo de Pedro - J. Zubieta Tabernero
INTRODUCCIÓN
▲ La monoartritis es definida como la inflamación (sinovitis) de una sola articula-
ción; se considera como aguda (MA) cuando su duración es inferior a 6 sema-
nas, si la supera se habla de monoartritis crónica (MC); cuando el compromiso
articular afecta a dos o tres articulaciones, se habla de oligoartritis, y si afecta a
más, de poliartritis.
▲ Debe diferenciarse de condiciones que simulan artritis, como la afectación de te-
jidos periarticulares (edema, abscesos, celulitis, paniculitis), estructuras yuxtarticu-
lares (fascitis, bursitis, tendinitis, miositis) e intrarticulares (ligamentos, osteomieli-
tis, fracturas).
PRESENTACIÓN CLÍNICA
▲ Se puede presentar con una clínica llamativa, con enrojecimiento, calor, aumento
de volumen de la articulación (a expensas del engrosamiento de la sinovial, de la
cantidad del líquido articular y afectación de estructuras periarticulares) y dolor e
impotencia funcional; el dolor es intenso, no desaparece con el reposo, es de pre-
dominio nocturno y aumenta con la movilización. Otras veces, la presentación es
más lenta y menos aparatosa.
▲ El enfoque clínico incluye: 1. - Confirmar diagnóstico de articulación inflamada,
excluyendo afección poliarticular y procesos peri y yuxtarticulares. 2. - Diagnós-
tico diferencial sobre todo entre artritis sépticas y otras causas, dado que preci-
san tratamiento precoz y específico. 3. - Tratamiento adecuado.
EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS
1. ESTUDIO ANALÍTICO:
Se debe solicitar hemograma completo con recuento y fórmula leucocitaria, bio-
química sanguínea elemental y sistemático de orina.
2. RADIOLOGÍA:
▲ Se estudiará la articulación afecta y su simétrica. En el caso de sospecha de
pseudogota, resulta útil la proyección de rodillas, sínfisis del pubis y ligamen-
to triangular del carpo.
▲ Frecuentemente, sólo se observa un aumento de partes blandas, pero puede
verse lesiones del hueso subcondral (osteoporosis localizadas, signos de oste-
ocondritis, líneas de fractura, tumores óseos, signos de osteonecrosis asépti-
ca), calcificaciones peri e intrarticulares, cuerpos extraños, condromas e in-
cluso erosiones o geodas, a veces simulando MA y otras acompañándola.
▲ Eventualmente, un TAC puede confirmar osteocondritis, osteonecrosis, fracturas
de esfuerzo, focos de osteomielitis y abscesos periarticulares y cuerpos extraños.
▲ La ecografía articular puede confirmar el diagnóstico en múltiples patologías
peri y yuxtarticulares.
3. ARTROCENTESIS:
▲ La valoración del líquido sinovial (LS) (ver capítulo 6) (ver cuadro 85.1) debe
realizarse en todos los pacientes con monoartritis, sobre todo si se sospecha
infección articular. En articulaciones profundas, tipo caderas y sacroilíacas, la
602
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
GÉRMENES No No Frecuente No
ETIOLOGÍA
Para llegar a un diagnóstico correcto, es fundamental realizar una buena Historia
Clínica y una cuidadosa exploración física. En la Historia Clínica se deben recoger
datos que nos orienten hacia una u otra patología; tales como la edad del individuo,
sexo, oficio, comienzo, localización anatómica, factores predisponentes o concomi-
tantes (hábitos sexuales, uso de drogas o medicamentos, etilismo crónico, traumatis-
mos) y muy especialmente focos probables de infección.
603
CAPÍTULO 85
1. ARTRITIS MICROCRISTALINAS
1.1. Artritis gotosa: suele presentarse con mayor frecuencia en varones mayores
de 40 años. La podagra, inflamación aguda de la 1a articulación metatar-
sofalángica, es la manifestación inicial de la enfermedad en casi la mitad de
los pacientes, en el resto la enfermedad se inicia como una monoartritis agu-
da de tarso, tobillo, rodilla, muñeca o de alguna articulación metacarpofa-
lángica, inflamación del Tendón de Aquiles o bursa olecraniana. Los signos
característicos son el dolor y la tumefacción. En aquellas articulaciones si-
tuadas cerca de la superficie corporal, es habitual la presencia de eritema,
que al resolverse produce descamación cutánea. Los factores asociados a
ataques agudos de gota son: abusos dietéticos o de ingesta alcohólica, trau-
mas locales, diuréticos.
1.2. Condrocalcinosis: tiene varias formas de evolución crónica, aunque suele
presentarse un acceso agudo llamado Pseudogota. Ésta, como la gota, pue-
de desencadenarse por acontecimientos estresantes como cirugía, infarto de
miocardio, accidentes cerebrovasculares o traumatismos. Se produce de for-
ma repentina e intensa, como en la gota, en crisis o ataques, que suelen ser
menos dolorosos, autolimitados y pueden acompañarse de fiebre. La rodilla
es la articulación más frecuentemente afectada. Hay muchas enfermedades
que pueden asociarse a condrocalcinosis.
2 ARTRITIS SÉPTICAS: generalmente son monoarticulares y en articulaciones de gran
tamaño. Los factores que influyen en la susceptibilidad a la infección son: pacien-
tes inmunodeprimidos o tratados con citotóxicos o corticoesteroides, diabetes, in-
suficiencia renal, enfermedad hepática, linfomas y carcinomas; instrumentación
urogenital; cateterismos intravenosos; especialmente sospechosas son las artropa -
tías en tratamiento con inmunosupresores con MA que escapa al tratamiento.
3. OTRAS ARTRITIS
▲ Las artritis reactivas, después de infección gastrointestinal (Salmonella, Shig-
hella, Yersinia) o genitourinaria, incluyendo la fiebre reumática y también las
artritis postestreptocócicas pueden aparecer como MA / oligoartritis con LS
inflamatorio, simulando artritis séptica.
▲ También pueden debutar como MA / oligoartritis, la espondilitis anquilopo-
yética y las artropatías secundarias a colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn,
formas graves de acné y síndrome SAPHO. En la artritis reumatoide juvenil,
es más frecuente la presentación como monoartritis a veces con fiebre alta y
escalofríos; menos en la forma del adulto.
▲ Esporádicamente puede haber MA en la Fiebre mediterránea familiar, Behcet
y en la Sinovitis Eosinofílica.
▲ Ocasionalmente, se encuentran MA por cuerpo extraño (esporas vegetales y
animales, esquirlas metálicas), sobre todo en niños, jardineros, pescaderos.
4. HEMARTROS
▲ Las hemartrosis, frecuentemente son traumáticas o en relación con fracturas y
lesiones músculo-tendinosas; a veces el LS puede adoptar un aspecto hemopu-
rulento, debido a la grasa, e incluso falsearse el recuento de glóbulos blancos.
▲ Tratamientos anticoagulantes, fibrinolíticos, hemofilia congénita o adquirida,
trombocitopenia, procesos mieloproliferativos y prótesis articulares pueden
asociarse a hemartros. Rara vez la sinovitis villonodular pigmentada puede
debutar como MA. No es frecuente en pacientes con gota, condrocalcinosis,
artrosis, artropatías neuropáticas.
TRATAMIENTO
1. ARTRITIS MICROCRISTALINAS: los objetivos del tratamiento son aliviar el dolor y
la hinchazón de la artritis aguda, prevenir ulteriores ataques de artritis aguda. En
el tratamiento de la artritis por gota / pseudogota, se utilizan antinflamatorios no
esteroideos a las dosis máximas recomendadas, habitualmente vía oral. Los fár-
macos deben mantenerse hasta que desaparezcan los síntomas. Tratamiento ata-
que agudo: (Ver tratamiento poliartritis)
1.1. Colchicina: especialmente útil en la gota, en la condrocalcinosis puede o no
ser efectiva y cuando la sospecha diagnóstica se realiza antes de las prime-
ras 24 horas de evolución. Alivia los síntomas en 6 - 12 horas. Se utiliza a
dosis de 1 mg cada 8 -12 horas. Vía oral: se asocia a toxicidad gastroin-
testinal.
1.2. Antiinflamatorios no esteroideos (AINEs):
● Inicialmente deben administrarse dosis altas, que se reducen luego rápi-
damente en 2 - 8 días.
● Se puede comenzar el tratamiento con Indometacina a dosis de 25-50
mg/8 horas o Diclofenaco a dosis de 50 mg/8 horas.
● Conviene administrar gastroprotectores (Omeprazol a dosis de 20
mg/24 horas o Misoprostol a dosis de 200 mcg/6 horas).
1.3. Glucocorticoides: muy excepcionalmente pueden usarse en contados pa-
cientes que sufren episodios de artritis microcristalinas sin accesibilidad a la
vía oral (hemorragia digestiva, postoperatorio). Se utilizará prednisona a
dosis de 30-50 mg/día oral.
1.4. Nunca se debe suprimir el ya existente, ni instaurar un tratamiento antihi-
peruricemiante (Alopurinol, uricosúricos) durante el episodio agudo.
605
CAPÍTULO 85
CRITERIOS DE INGRESO
▲ Monoartritis séptica o su simple sospecha razonable (MA febril de dudoso
diagnóstico).
▲ Monoartritis en paciente con mal estado general, siempre que predomine la
afectación del aparato locomotor.
▲ Evidencia de LS hemático sin trastorno de la coagulación.
BIBLIOGRAFÍA
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pital Severo Ochoa de Leganés (Madrid). Madrid: Emisa; 1997. p. 263-70.
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Española de Reumatología. Madrid: Mosby / Doyma; 1996. p. 247-56.
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E. Rodríguez Valverde V. et al, editores. Tratado de Reumatología. Madrid: Aran Ediciones;
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cía - Monco Carra J.C, editor. Manual del médico de Guardia. 4ª ed. Madrid: Díaz de San-
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▲ Muñoz Avila JM., Calderón de la Barca Gázquez J, De Burgos Marín J, Martínez Sánchez
F, Montero Pérez FJ, Jiménez Murillo L. Monoartritis Agudas En: Jiménez Murillo L, Montero
Pérez F.J, editores. Protocolos de actuación en Medicina de Urgencias. 1º ed. Madrid: Har-
court Brace; 1998. p. 279-283.
607
CAPÍTULO 86
Capítulo 86
POLIARTRITIS AGUDA
J. López Díaz - R. Expósito Manzano - J. Zubieta Tabernero
INTRODUCCIÓN
Cuando se presenta artritis en una única articulación se denomina monoartritis; si se
afectan simultáneamente o aditivamente dos o tres articulaciones, se habla de oligo-
artritis; si las articulaciones son cuatro o más, se habla de poliartritis. El cuadro se
considera agudo si el tiempo de evolución es menor de 6 semanas, subagudo hasta
12 semanas y crónico si las supera.
2. Exploración física:
Es fundamental una meticulosa exploración tanto general (constantes vitales, aus-
cultación cardiopulmonar, exploración ocular) como articular; y valorar específi-
camente la presencia de:
▲ Adenopatías o nódulos: los nódulos reumatoides los solemos en-contrar en re-
giones como codos, tendón de Aquiles, antebrazos y manos; en cambio los to-
fos aparecen en pabellones auriculares, zona tibial, manos y codos.
▲ Visceromegalias: la palpación en busca de hepatoesplenomegalia es frecuente
en el lupus eritematoso sistémico y en la enfermedad de Still. La artritis reuma-
toide asociada a amiloidosis y síndrome de Felty.
▲ Alteraciones mucocutáneas. La tumefacción parotídea es característica del sín-
drome de Sjögren tanto primario como aso-ciado.
▲ Se debe valorar en las articulaciones:
1. Localización de la afectación.
2. Deformidad articular; diferenciar la artritis de la tumefacción periarticular y
edemas de partes blandas.
3. Grado de limitación funcional activa y pasiva.
4. Presencia de alteraciones periarticulares: musculares, tendinosas o ligamen-
tosas.
5. Alteraciones de la columna vertebral.
▲ A2.Víricas:
La rubéola, y con menor frecuencia su vacuna, pude producir un cuadro si-
milar a la artritis reumatoide, de carácter agudo. La hepatitis B en su fase
preictérica puede producir PA simétrica, migratoria que afecta a pequeñas
articulaciones de manos y rodillas y que generalmente remite al aparecer
la ictericia. La hepatitis crónica por virus C, puede acompañarse de ar-
tralgias, mialgias y de crioglobulinemia con artritis. Otros virus como el de
la varicela, los arbovirus y el parvovirus B19 también pueden producir PA.
La infección por VIH puede manifestarse de forma diversa: 1. Síndrome de
Reiter especialmente en pacientes homosexuales, en los que generalmente
se presenta como oligoartritis grave y persiste con predilección por las
grandes articulaciones de miembros inferiores. 2. La artropatía psoriásica
con mayor incidencia que en la población general, y de gravedad mayor,
con artritis poliarticular, asimétrica, erosiva y deformante, que afecta en
ocasiones articulaciones sacroilíacas y columna vertebral. 3. Artritis aso-
ciada a VIH es una oligoartritis muy dolorosa de curso subagudo con pre-
dilección por rodillas y tobillos, en las que el líquido sinovial es de tipo no
inflamatorio, y que responde bien a analgésicos no esteroideos (AINE) y re-
mite sin secuelas después de 1-6 semanas de evolución; y puede aparecer
en fases iniciales del SIDA. 4. Las artritis sépticas son más frecuentes en
ADVP y hemofílicos, y habitualmente por S. aureus; las articulaciones más
frecuentemente afectadas son: rodillas, sacroilíacas, condrocostales y dis-
cos intervertebrales.
▲ A3. Fiebre reumática:
La fiebre reumática (FR) actualmente excepcional; es la secuela tardía de la
infección por Estreptococo betahemolítico del grupo A, caracterizada por
PA migratoria, que suele afectar a grandes articulaciones con artritis de
máxima actividad a las 12-24 horas, que ceden en una semana y migran
a otra articulación. Este diagnóstico se confirma mediante los criterios de
Jones, y el antecedente de infección faringea.
▲ A4. Artritis reactivas:
Se utiliza este término en los últimos años en relación a las artritis con o sin
es-pondilitis secundarias a infecciones entéricas o urogenitales, que apare-
cen preferentemente en casos de HLA B27(+), incluye:
● Síndrome de Reiter: se caracteriza por artritis periférica asimétrica que
afecta sobre todo a miembros inferiores, sacroileitis, conjuntivitis, úlce-
ras mucosas no dolorosas y uretritis o diarrea.
● Otras: incluye infecciones entéricas por Yersinia, Shigella flexneri, Sal-
monella, Campylobacter y Chlammydia trachomatis.
▲ A5. Enfermedad de Lyme
Está provocada por una espiroqueta, Borrella Burgdorferi; es una entidad
multisistémica que se caracteriza por la lesión cutánea que aparece al ini-
cio de la enfermedad: El Eritema Crónico Migrans . La afectación articular
puede presentarse como artralgias en una primera fase y en etapas poste-
riores se puede producir artritis que suele ser oligoarticular y puede ser cró-
nica o recurrente con períodos de remisión.
610
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
G. Otros:
Son la enfermedad del suero, la fiebre mediterranea familiar, la amiloidosis, algu-
nos trastornos hematológicos, la sarcoidosis, algunos fármacos (diuréticos, Pirazi-
namida, Etambutol, Aspirina o citostáticos) y el alcohol. Excepcionalmente la artro-
sis puede acompañarse de inflamación en varias articulaciones remedando una PA.
BIBLIOGRAFÍA:
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613
CAPÍTULO 87
Capítulo 87
HOMBRO DOLOROSO
C. Sánchez-Ríos - J.A. Herrera Molpeceres - A.A. Rey López
INTRODUCCIÓN
▲ La articulación del hombro es Ia de mayor movilidad de todo el organismo. El do-
lor puede originarse en las estructuras articulares, tejidos periarticulares o en am-
bos. El hombro es un lugar de asiento de dolor referido de lesiones cervicales, ab-
dominales, intratorácicas y diafragmáticas; pensar en ellas si el paciente no
presenta los signos propios de afectación intrínseca:
- Dolor a Ia palpación del hombro.
- Movilidad limitada.
- Aumento del dolor a Ia movilización (activa y pasiva).
▲ El 80-90% de los casos de hombro doloroso son causados por afecciones no arti-
culares como tendinitis, bursitis, tenosinovitis bicipital, capsulitis adhesiva y lesión
del manguito de los rotadores.
ANAMNESIS
▲ Forma de comienzo: agudo como en las bursitis por microcristales o rotura del su-
praespinoso; o más insidioso como en las tendinitis degenerativas del supraespi-
noso.
▲ Historia de traumatismo reciente: esfuerzos inhabituales a sobreesfuerzos físicos
(deporte).
▲ Actividad laboral: suele relacionarse con personas que trabajan con los brazos
por encima de Ia cabeza (pintores, mecánicos, carpinteros).
▲ Existencia de enfermedades generales: se han relacionado con un aumento de
frecuencia de aparición de hombro doloroso enfermedades como artritis reuma-
toide, espondilitis anquilosante, disfunción tiroidea, diabetes, alcoholismo.
▲ Características del dolor: duración, localización, irradiación, ritmo, mecanismo,
circunstancias que lo agravan o mitigan, grado de impotencia funcional.
EXPLORACIÓN FÍSICA
La sistemática de Ia exploración del hombro incluye:
A) INSPECCIÓN:
- Posición espontánea de Ia articulación: el dolor importante impide movilizar el
hombro, el paciente presenta el brazo pegado al cuerpo para evitar Ia abducción.
- Atrofias musculares: la atrofia en Ia fosa supra e infraespinosa de Ia escápula
se relaciona con lesión del manguito rotador. En las artropatías degenerativas
que son procesos de larga duración aparece una atrofia muscular global de Ia
cintura escapular.
- Signos inflamatorios, en caso de artritis.
- Equimosis: en Ia cara interna del brazo como en Ia rotura de Ia porción larga
del bíceps.
- Deformidades de Ia articulación acromio-clavicular o escápulo-humeral: fractu-
ra húmero, luxación hombro.
B) PALPACIÓN:
Buscar puntos dolorosos. Los principales son:
- Troquíter: inserción del supraespinoso, infraespinoso y redondo menor.
- Troquín: inserción del subescapular.
- Surco bicipital: donde transcurre el tendón de Ia porción larga del bíceps.
- Espacio articular glenohumeral.
- Articulación acromio-clavicular.
C) MOVILIDAD:
Se deben valorar el arco de movilidad del hombro de forma activa, pasiva y
contra resistencia.
616
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
▲ RADIOLOGíA. El estudio radiológico básico incluye:
- Proyección anteroposterior de Grashey.
- Axilar, para valorar el perfil glenoideo.
- Lateral en Y, que permite estudiar Ia articulación acromioclavicular y esterno-
clavicular.
617
CAPÍTULO 87
TRATAMIENTO
El tratamiento depende de Ia etiología del hombro doloroso.
▲ TENDINITIS Y BURSITIS.
- Reposo en Ia fase aguda, absoluto inicialmente si el dolor es importante. Tan
pronto como sea posible, ejercicios físicos pasivos, luego balanceo para evitar
el desarrollo de secuelas funcionales.
- Si se posee experiencia, el tratamiento ideal en cuadros agudos es Ia infiltración
local de Ia zona dolorosa. La alternativa es el uso de AINEs (anti inflamatorios
no esteroideos): Diclofenaco a dosis de 50 mg/8h, Indometacina a dosis de 25-
50 mg/8h, Ketorolaco a dosis de 10 mg/8h.
▲ RUPTURA DEL MANGUITO ROTADOR.
- Pacientes jóvenes y con actividad física activa el tratamiento es quirúrgico. En
pacientes ancianos con actividad física disminuida se opta por tratamiento con -
servador, con AINEs o infiltraciones (1 ml de Mepivacaína + 1-2 ml de Acetato
de parametasona) y posterior rehabilitación.
▲ SINDROMES DE PINZAMIENTO.
- En las primeras fases se utiliza fisioterapia, anaIgésicos e infiltraciones.
Cuando los síntomas persisten puede ser necesaria Ia cirugía, que consisten en
Ia descompresión subacromial.
▲ RUPTURA DE LA PORCIÓN LARGA DEL BíCEPS.
- Tratamiento quirúrgico.
▲ TENDINITIS CALCIFICANTE.
- El tratamiento inicial en casos leves es AINEs y fisioterapia; si Ia clínica es
más severa, se recurre a infiltraciones, en casos intratables se realiza trata-
miento quirúrgico mediante legrado de Ia zona.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ McRae R, Kinninmonth A. Manual ilustrado de traumatología y ortopedia. Madrid: Edimsa;
1998. p. 66-71.
▲ Prieto JR, Gómez del Álamo G. Protocolo diagnóstico del hombro doloroso. En: Fundación
Mapfre Medicina. Cursos de actualización XXXV congreso SECOT. Madrid: Mapfre; 1998.
p. 63-78.
▲ Armas C. Reumatismos de partes blandas. En: Herrero Beaumont G, Martín Mola E, Riestra
Noriega JL, Tornero Molina J, Barceló P, editores. Manual de Enfermedades Reumáticas de
la Sociedad Española de Reumatología. Madrid: Doyma; 1992. p. 389-92.
▲ Fonseca del Pozo FJ, Fernández JA, Martínez de la Iglesia J. Un hombro doloroso. Medici-
na Integral 1992; 8: 384-393.
619
CAPÍTULO 88
Capítulo 88
LUMBALGIA
O. Málaga Shaw - I. Bonilla Madiedo
INTRODUCCIÓN
El dolor lumbar es un síntoma que hasta un 80% de los individuos padecerá al me-
nos una vez en la vida. Así mismo, es una de las principales causas de absentismo
laboral entre la población activa.
Las lumbalgias son en su mayoría episodios transitorios producidos por lesiones po-
co importantes, pero existe un porcentaje de ellas que tienen su origen en una pato-
logía sistémica grave, que puede incluso poner en peligro la vida del paciente, o ser
cuadros de dolor que se prolonguen durante meses o incluso años produciendo gra-
ves trastornos personales, sociales o psicológicos al individuo que los padece.
CLASIFICACIÓN
▲ SEGÚN ETIOLOGÍA:
- Desde el punto de vista clínico y de tratamiento del paciente clasificaremos las
lumbalgias en dos grandes grupos en función de las características del dolor:
1.- Lumbalgia mecánica: el dolor mecánico se relaciona con la movilización, me-
jora con el reposo, no existe dolor nocturno espontáneo. Puede ser debido a:
- Alteraciones estructurales.
- Sobrecarga funcional y postural.
Ambas causas referidas a los elementos que forman parte la columna verte-
bral: cuerpo vertebral, ligamentos, discos vertebrales, musculatura paraver-
tebral.
2.- Lumbalgia no mecánica: el dolor es diurno y/o nocturno, no cede con el re-
poso, puede alterar el sueño. La gravedad que se esconde detrás de algunos
cuadros de lumbalgia se presentan en este grupo clínico. Su origen puede ser:
- Inflamatorio.
- Infeccioso.
- Tumoral.
- Visceral.
- Miscelánea.
▲ SEGÚN EVOLUCIÓN:
Este parámetro ayuda a orientar y definir más el cuadro y es de especial interés en
las lumbalgias mecánicas ya que su tratamiento cambia según el tipo de evolución.
- L. Aguda: se denomina así a la que dura menos de seis semanas.
- L. Subaguda: cuando se sitúa entre seis semanas y tres meses.
- L. Crónica: aquella cuyo tiempo de evolución es mayor a tres meses.
APROXIMACIÓN DIAGNÓSTICA
▲ ANAMNESIS:
- La Historia Clínica nos permite mediante la recogida de datos orientar el cua-
dro clínico con bastante precisión. Lograremos saber, en la mayoría de los ca-
sos, si estamos ante una lumbalgia mecánica o no mecánica.
Generalmente bastaran los datos obtenidos para poder encauzar el tratamien-
to y descartar aquellas causas poco frecuentes que son motivo de gravedad. Pa-
ra enfocar bien el diagnóstico conviene responder a estas tres preguntas:
620
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
1)¿Existe alguna causa sistémica que justifique el dolor? 2)¿Existe compromiso neuroló-
gico que requiera evaluación quirúrgica? 3) ¿Existen factores sociales o psicológicos
que puedan aumentar o prolongar el dolor?
SOBRE EL DOLOR
- Forma de comienzo: súbito (esguinces, fracturas, hernia discal, aneurisma dise-
cante de aorta) o insidioso (degenerativo, infeccioso, tumoral).
- Localización: dentro de la región lumbar pude ser central, unilateral o bilateral .
- El dolor irradiado a nalgas y cara posterior o externa de los muslos es muy fre-
cuente, sin que ello implique la existencia de dolor radicular.
- El dolor irradiado no suele acompañarse de parestesias y no suele llegar por de-
bajo de las rodillas a diferencia del dolor radicular. La lumbalgia bilateral será con-
siderada de etiología maligna a priori.
- Tipo de dolor: mecánico (97%): contractura lumbar (70%), degeneración discal o ar-
ticular (10%), hernia discal (4%), estenosis de canal (3%), fractura osteoporótica
(4%), espondilolistesis (2%), fractura traumática (<1%) o inflamatorio (3%): neopla-
sias (0.7 %): mieloma múltiple, carcinoma metastásico, linfoma, tumores retroperito-
neales, primarios vertebrales, medulares, infecciones (0,01%): osteomielitis, discitis,
absceso paraespinal, espondilitis inflamatorias (0,3%): anquilosante, psoriásica, Rei-
ter, viscerales (2%): aneurisma de aorta, pancreatitis, colecistopatías, litiasis renal.
- Síntomas acompañantes: fiebre, hipotensión, cuadro constitucional, déficit neuroló-
gico (si pérdida del control esfinteriano, anestesia en silla de montar y debilidad en
miembros inferiores pensar en el síndrome de la cola de caballo ).
SOBRE EL PACIENTE
- Datos demográficos y socioculturales:
▲ Edad. Causa de lumbalgia según la edad:
- Niños: escoliosis, osteocondritis.
- 15-30 años: espondiloartropatías inflamatorias, espondilolisis, espondilolis-
tesis, fracturas, embarazo, postural, tumores vertebrales benignos.
- 30-50 años: lumbalgia mecánica inespecífica.
- Mayor 50 años: espondiloartrosis, enfermedad de Paget, fracturas vertebra-
les por osteoporosis, neoplasias, seudoespondilolistesis.
▲ Sexo. Causa de lumbalgia según el sexo:
- Varones: espondiloartropatías inflamatorias, osteomielitis, discitis infecciosa,
enfermedad de Paget, hiperostosis anquilosante vertebral.
- Mujeres: osteoporosis, fibromialgia, cristales de pirofofosfato cálcico.
- Ambos: trastornos mecánicos estructurales o posturales. Tipo de trabajo.
- Antecedentes personales:
Enfermedades conocidas (tuberculosis, tumores, reumatismos inflamatorios), inter-
venciones quirúrgicas de la columna lumbar, hábitos posturales y de ejercicio físi-
co, alteraciones del estado de ánimo y patología psiquiátrica, ingesta de lácteos no
pasteurizados.
- Antecedentes familiares:
En casos de enfermedades reumáticas: Espondilitis Anquilopoyética, Enfermedad
de Whipple, Fiebre Mediterránea Familiar.
621
CAPÍTULO 88
▲ EXPLORACIÓN:
- General: estado de nutrición, signos inflamatorios articulares, tensión arterial,
frecuencia cardíaca, pulsos femorales, temperatura, exploración abdominal y
renal.
- De la espalda:
- Inspección: debe realizarse siempre con el paciente de pie, de espaldas al ex-
plorador, y se empezará por valorar la estática vertebral y después la mar-
cha. Buscaremos deformidades y pérdida de la lordosis habitual.
- Exploración: en busca de puntos dolorosos a la palpación tanto de las apófi-
sis espinosas como de la musculatura paravertebral y reproducción del dolor
a la movilización de la columna lumbar. Deben explorarse las articulaciones
sacroilíacas mediante las maniobras de Ericksen (en decúbito supino se pre-
sionan las espinas ilíacas hacia dentro), contra – Ericksen (en la misma posi-
ción presionar hacia abajo y hacia fuera) y Fabre (en la misma posición rea-
lizar flexión, abducción y rotación externa de la pierna, estabilizando la
cadera con la otra mano).
- Neurológica:
- Exploración de fuerza, reflejos osteotendinosos, flexión y extensión de rodi-
llas, tobillos y dedos del pie y sensibilidad incluida la perineal.
● Afectación de L2: debilidad en flexión y adducción de cadera.
● Afectación de L3: debilidad en extensión de rodilla, con abolición del re-
flejo rotuliano.
● Afectación de L4: debilidad en extensión rodilla y dorsiflexión del pie con
abolición del reflejo rotuliano.
● Afectación de L5: debilidad en dorsiflexión del dedo gordo, flexión de la
rodilla e inversión del pie.
● Afectación de S1: debilidad a flexión plantar del pie y flexión de la rodilla
con abolición del reflejo aquíleo.
● Afectación de S2-S4: "Síndrome de la cola de caballo", con incontinencia
o retención urinaria, disminución del tono rectal y debilidad de la muscu-
latura intrínseca del pie.
- Maniobras radiculares. Por medio de las maniobras radiculares ponemos en
tensión las raíces nerviosas que salen por los agujeros de conjunción verte-
brales, y posteriormente, descienden a extremidades inferiores para constituir
plexos y nervios periféricos. En situaciones patológicas la práctica de estas
maniobras es dolorosa.
- Maniobra de Lasségue: con el paciente en decúbito supino se eleva la ex-
tremidad en extensión. En condiciones normales no provoca dolor hasta lle-
gar a los 70º-90º. Es positivo si en algún momento del trayecto, antes de los
70º, el paciente refiere dolor irradiado a la extremidad exploradora por de-
bajo de la rodilla.
- Maniobra de Bragard: se eleva la extremidad hasta el punto en que apa-
rece el signo de Lasségue positivo, se retrocede unos 5º hasta que desa-
parece el dolor y se imprime una flexión dorsal del pie, con lo que au-
mentamos la tensión de la raíz nerviosa. Si hay lesión radicular el dolor
reaparece.
622
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
- Analítica: generalmente no está indicado en el estudio de rutina de una lumbalgia,
salvo sospecha de enfermedad sistémica, en cuyo caso se realizará Hemograma
con VSG, y Bioquímica incluyendo según la sospecha determinación de Calcio, Fós-
foro, Fosfatasa alcalina y PSA.
- Técnicas de imagen:
- Radiología columna lumbar (PA, lateral y oblicuas): sólo deben realizarse en ca-
so de sospecha de enfermedad sistémica, si existe afectación neurológica, o edad
superior a 50 años.
- TAC y RMN: más sensibles en la detección de infecciones espinales incipientes,
tumores, hernias discales y estenosis espinales. Deben reservarse para casos con
sospecha clínica alta de estos padecimientos.
- Mielografía en la actualidad no se utiliza como proceder diagnóstico sino como
estudio preoperatorio.
- Radiografía de sacroilíacas: si procediera.
- Gammagrafía osea (Ga-Tc): puede ser útil en la detección precoz de tumores o
infecciones y en casos incipientes de sacroileitis.
TRATAMIENTO
- MEDIDAS GENERALES:
- Reposo en cama dura no más de 4-5 días, con movilización temprana.
- Disminución de peso en caso de obesidad.
- Ejercicios para desarrollar la musculatura lumbar y abdominal.
- Actitudes posturales adecuadas.
- TRATAMIENTO MÉDICO:
- Dolor lumbar agudo:
Antiinflamatorios: Diclofenaco a dosis de 100 mg/8 horas, Indometacina a do-
sis de 25 mg/8 horas.
Relajantes musculares: Diacepam a dosis de 5-10 mg/8-12 horas, Tetracepam a
dosis de 50 mg/8-12 horas.
- Dolor lumbar crónico: el tratamiento inicial es conservador (médico y ortopédi-
co) y según evolución se realizará tratamiento quirúrgico, se enviará a una uni-
dad de dolor…
- TRATAMIENTO QUIRÚRGICO:
- INDICACIONES: Dolor intenso, duradero o incapacitante.
Fracaso del tratamiento médico.
Déficit neurológico grave o progresivo.
Estenosis espinal grave.
Radiculitis adhesiva.
Síndrome de la cola de caballo (urgencia quirúrgica).
BIBLIOGRAFÍA
▲ Jenner JR, Barry M. Low back pain. BMJ 1995; 310: 929-32.
▲ Deyo RA, Weinstein JN. Low back pain. N Engl J Med 2001; 334: 363-69.
▲ Díaz R, Cepeda MC, Machicado MA. Dolor lumbar. En: Acedo Gutiérrez MS, Barrios Blandino
A, Díaz Simón R, Orche Galindo S, Sanz García RM, editores. Manual de Diagnóstico y Tera-
péutica médica. Hospital Universitario 12 de Octubre. 4ª ed. Madrid: MSD; 1998. p. 91-98.
623
CAPÍTULO 89
Capítulo 89
CERVICALGIA
J. M. Madruga Sanz - C. Martínez Velázquez
INTRODUCCIÓN
▲ El raquis cervical es una estructura compleja, formada por varios segmentos óseos
unidos entre sí por múltiples elementos: articulaciones óseas (interapofisarias y un-
covertebrales), ligamentos y discos intervertebrales, y que está en relación con múl-
tiples estructuras; vasculares, neurológicas (centrales, periféricas y vegetativas),
musculares, orgánicas (esófago, tráquea, ganglios, tiroides, paratiroides). Su fun-
ción es soportar y dotar de movilidad al cráneo y la cara, servir de protección a
parte del SNC y ser el nexo de unión entre el resto del cuerpo y la cabeza.
▲ Todas estas estructuras son susceptibles de enfermar por múltiples causas y producir
una gran variedad de síntomas, que son difíciles de atribuir, por su presentación clí-
nica, a una patología determinada que, a menudo, no puede ser inicialmente iden-
tificada. Esto obliga a que el diagnóstico en el Servicio de Urgencias sea esencial-
mente un diagnóstico de descarte, (fundamentado principalmente en la clínica y
apoyado básicamente por la radiología), a prescribir un tratamiento sintomático y al
seguimiento de una evolución que bien puede ser ambulatoria o intrahospitalaria.
CLASIFICACIÓN
La diversidad de cuadros que asientan en el raquis cervical se pueden sistematizar en:
1 CUADROS SISTÉMICOS:
- INFECCIOSOS: espondilodiscitis (S. aureus, Estreptococos, E. coli, Gram nega-
tivos e infecciones crónicas como tuberculosis o brucelosis).
Diagnóstico difícil: 50% sin fiebre ni leucocitosis. Analítica: ↑ VSG, anemia nor-
mocítica-normocrómica.
Radiología será normal en la mayoría de casos. Signos: disminución de altura
de un espacio discal con erosiones en platillos vertebrales adyacentes (2-3 me-
ses en aparecer).
Importante los antecedentes: ADVP, focos a distancia (amígdalas, urinario...) etc.
- TUMORALES: poco frecuentes, sobre todo metástasis (pulmón, mama, riñón,
melanoma, mieloma) o tumores benignos (osteoma osteoide, hemangioma) o
tumores medulares.
Radiología cambios en la consistencia de una vértebra (blástica o lítica), o en
sus límites (insuflación o erosión cortical), alteración pedículos.
- REUMATOLÓGICOS O METABÓLICOS: A.R, Polimialgia, Paget, Hiperostosis an-
quilosante, etc. Generalmente hay antecedentes: poliartralgias, cuadro sistémico.
Radiología calcificaciones alrededor del anillo fibroso discal: sindesmofitos, oste-
oporosis, subluxación o luxación atlo-axoidea (por proyección transoral) en A.R.
2 CUADROS LOCALES:
- DEGENERATIVOS: osteoartropatía articular, degeneración discal, etc.
Radiología crecimiento exofítico: osteofitos, osteoporosis, acuñamientos verte-
brales, esclerosis subcondral, pinzamiento articular.
624
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
3 SÍNDROMES CERVICALES:
Cuadros clínicos cuya etiología no se identifica porque generalmente el paciente
no reconoce en el tiempo el factor desencadenante: Traumatismo antiguo directo
o indirecto ya olvidado, sobreesfuerzo, posturas viciosas, exposición a frío o hu-
medad, alteraciones rotacionales o axiales mínimas, psicológicas... o porque el
sustrato etiológico es una patología degenerativa no evidente en la radiología a
una edad temprana que no hace sospecharla.
En todos estos cuadros la radiología es normal.
- CERVICALGIA SIMPLE: dolor focalizado a nivel del raquis óseo o de estructuras
blandas afines, sin irradiación a otras zonas y sin síntomas añadidos.
- SÍNDROME CERVICOCEFÁLICO: dolor cervical (generalmente crónico) que se
irradia a región occipital (nucalgia) y vértex, acompañado de síntomas de na-
turaleza imprecisa que pueden sugerir algún trastorno intracraneal, pero sin
objetivar alteración neurológica: mareos, vértigos, náuseas, cefalea, dolor re-
troorbitario, inestabilidad de la marcha (causas: ¿Afectación de simpático ver-
tebral?, ¿afectación arteria vertebral?, ¿neurótico-psicológicas?).
- SÍNDROME CERVICOBRAQUIAL: dolor cervical con irradiación a miembros su-
periores generalmente por irritación de las raíces a nivel del agujero de con-
junción por causas no evidentes en la radiología (afectación ligamentosa, sino-
vitis de las articulaciones posteriores, artrosis incipiente, degeneración,
protrusión o hernia discal...).
CONCEPTOS
La columna cervical es una "gran exportadora" de dolor.
Los signos y síntomas clínicos pueden ser:
- LOCALES:
- Dolor cervical.
- Contractura muscular.
- Limitación funcional (movilidad).
- Actitudes posturales (tortícolis).
- IRRADIADOS: 3 vías de irradiación fundamentales, que se pueden superponer y
que pueden ser originados por cualquier osteoartropatía cervical (degeneración ar-
trósica, neoplasia, infección, reumatismo, traumatismo...):
1 Vía ascendente. Vascular y simpática.
- Afectación del agujero transverso y su contenido vascular (arteria vertebral) y
neurovegetativo por alteración de articulaciones interapofisarias o uncoverte-
brales. Se producen: mareo, vértigos, cefaleas...
2 Vía transversa. Radicular y vascular.
- Afectación a nivel del agujero de conducción de las raíces, nervios espinales o ner-
vios sinovertebrales a consecuencia de patología discal o de articulaciones intera-
pofisarias o uncovertebrales. La irradiación de los síntomas tendrá una expresión
625
CAPÍTULO 89
CLÍNICA
Intentar distinguir si nos encontramos ante un cuadro de origen sistémico o focal.
- CUADROS SISTÉMICOS: infección, tumor, reumatismo.
▲ Dolor y rigidez generalizada.
▲ Contractura bilateral, interesando todos los grupos musculares.
▲ Limitación funcional global afectando la mayoría de los movimientos cervicales.
▲ Ritmo doloroso tipo inflamatorio (no cede en reposo, incluso se exacerba).
▲ Valorar antecedentes: ADVP, focos infecciosos, neoplasias, psicológicos...
▲ Cualquier tipo de irradiación de síntomas.
- CUADROS LOCALES: degenerativos, postraumáticos.
▲ Dolor y rigidez más localizada.
▲ Contractura asimétrica, afectando generalmente a uno o dos grupos musculares.
▲ Limitación funcional parcial estando afectados sólo algunos de los movimientos
cervicales.
▲ Ritmo doloroso mecánico (disminuye en reposo).
▲ Valorar antecedentes: edad, ocupación, traumatismo antiguo...
▲ Cualquier tipo de irradiación de síntomas.
EXPLORACIÓN
- ANAMNESIS: intentar filiar alguna causa o antecedente (trauma, infección, tu-
mor...), ritmo del dolor, inicio y duración de los síntomas, junto a los síntomas aña-
didos o referidos, antecedentes de depresión o distimia.
- INSPECCIÓN: postura antiálgica (tortícolis), proyección anterior de la cabeza, ci-
foescoliosis, tumoración visible... y observación de la forma de evolucionar del en-
fermo al desvestirse, moverse, etc. (fit test).
- PALPACIÓN:
▲ De espinosas: intentar focalizar el dolor en una vértebra o en toda la columna
cervical.
▲ De contracturas musculares focalizadas o generalizadas.
626
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
RADIOLOGÍA
▲ Básicamente proyección AP y L cervical (incluir las 7 vértebras).
▲ Valoración de:
- Alineación del muro posterior.
- Rectificación curvas cervicales.
- Pérdida de la consistencia o contorno de los cuerpos vertebrales.
- Pinzamiento de los espacios discales.
- Signos degenerativos: osteofitos, esclerosis subcondral, osteoporosis.
- Signos reumatológicos: sindesmofitos, luxación atloaxoidea.
- Aparición de costillas cervicales o megaapófisis transversas.
- Valorar partes blandas: esófago, glotis, calcificaciones...
▲ Otras proyecciones:
- Oblicuas: se obtiene visión de agujeros de conjunción y de su posible compro-
miso por osteofitos.
- Transoral: se obtiene una visión del posicionamiento de la odontoides respecto
a las masas del atlas.
- Dinámicas: se observa subluxación de algún segmento cervical sobre otro. No
se realizarán en traumatismo agudo sin haber visionado antes una proyección
AP y L y descartar fractura o luxación vertebral.
* Si no se pueden obtener las 7 vértebras cervicales o si hay patología medular se so-
licitará TAC urgente.
TRATAMIENTO
- INMOVILIZACIÓN con collarín cervical: 7-15 días según la intensidad de los sín-
tomas y su evolución. Se puede retirar mientras el cuello no soporte el peso de la
cabeza (decúbito). Se retira gradualmente llevándolo a tiempo parcial.
- ANALGESIA: inicialmente con analgésicos tipo Metamizol magnésico a dosis de 1
gr cada 6-8 horas, Tramadol a dosis de 50 mg. cada 6-8 horas, o Paracetamol a
dosis de 500-650 mg cada 6-8 horas, pudiendo asociarse dos de ellos según la in-
tensidad del dolor. Se prescribirán pautados y no "si dolor".
- ANTIINFLAMATORIOS: inicialmente cualquier tipo de antiiflamatorio no esteroideo
pautado como Naproxeno a dosis de 500 mg. cada 12 horas, Diclofenaco a do-
627
CAPÍTULO 89
sis de 50 mg. cada 8 horas o Ketorolaco a dosis de 10 mg. cada 6-8 horas En ca-
sos intensos o rebeldes se puede administrar una pauta de CORTICOIDES.
- RELAJANTES MUSCULARES: Tipo Tetracepam a dosis de 50 mg. cada 8 horas o Va-
lium a dosis de 2- 10 mg. cada 6-8 horas para romper el ciclo contractura -dolor.
- MEDIDAS FÍSICAS: calor local.
CRITERIOS DE INGRESO
- Sospecha de infección: se tomarán hemocultivos y se pauta antibioterapia empíri-
ca: Cloxacilina a dosis de 2 gr cada 6 horas + Gentamicina a dosis de 3-5
mg/kg/día.
- Sospecha de tumor no filiado: ingreso con criterios de estudio.
- Tras traumatismo con radiología negativa pero con signos neurológicos centrales o
periféricos positivos: se realizará TAC urgente + inmovilización + ingreso en Servi-
cio de Cirugía Ortopédica o Neurocirugía según el caso.
- Medulopatía no filiada: TAC URGENTE + INGRESO.
- Cuadro clínico muy florido que requiera tratamiento sintomático intrahospitalario.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Andreu Sánchez JL, Sanz Sanz JJJ, Mulero Mendoza. Cervicalgia. En: Moya Mir MS, edi-
tor. Normas de actuación en urgencias. Madrid: Edición 2000; 2000. p. 500-03.
▲ LaBan MM. Dolor de cuello. En: Tintinalli JE, Ruiz E, Krome RL, editores. Medicina de Ur-
gencias 4ª ed. New York: McGraw-Hill Interamericana; 1997. p. 1561-66.
▲ Corts Giner JR, Castellano Cuesta JA. Artrosis cervical y otros síndromes cervicales. En: He-
rrero-Beaumont G, Martín Mola E, Riestra Noriega JL, Tornero Molina J, editores. Manual
de Enfermedades Reumáticas de la Sociedad Española de Reumatología. Madrid: Doyma;
1992. p. 290-99.
629
CAPÍTULO 90
Capítulo 90
EPISTAXIS
M. Padilla Parrado - Jorge A. Jiménez Antolín
CONCEPTO
Llamamos epístaxis a todo sangrado cuyo origen se encuentra en las fosas nasales;
por narinas (anterior), o por cavum (posterior). Es la urgencia otorrinolaringológica
más frecuente, lo que hace importante conocer su manejo y dominio, tanto para la
atención primaria como para la especializada.
LIMPIAR COÁGULOS EN
AMBAS FOSAS NASALES
ESTABILIZAR
CEDE EL NO CEDE EL
SANGRADO SANGRADO
ANAMNESIS COMPLETA
CEDE NO CEDE
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Montogomery WW, Lazor JB. Surgery of the nose. In: Montogomery WW, editor. Surgery
of the upper respiratory system. 3rd ed. Baltimore: Williams & Wilkins; 1996. p. 441-528.
▲ Abelson TI. Epistaxis. En: Paparella MM, Shumrick DA, Gluckman JL, Meyerhoff Wl, edito-
res. Otorrinolaringología. 3a ed. Buenos Aires: Panamericana; 1994. p. 2140-2152.
▲ Raboso García-Baquero E, Frágola Arnau C. Urgencias ORL. Barcelona: Laboratorios Me-
narini; 1999. p. 65-74.
▲ Vallés H. Epistaxis. In: Abelló P, Traserra J. Otorrinolaringología. Barcelona: Doyma; 1992.
p. 311-316.
633
CAPÍTULO 91
Capítulo 91
OTALGIAS
A. García Manríquez - J. A. Jiménez Antolín
CONCEPTO
Dolor de oído. Existen muchas causas que originan dolor de oído, por lo que debe-
mos seguir un método sistemático de estudio para que no se nos pasen por alto diag-
nósticos importantes.
A. DE OÍDO EXTERNO.
A.1. PATOLOGIA NO INFLAMATORIA.
A.1.1. Traumatismos del oído externo: Las lesiones que pueden presentar el
pabellón auricular (PA) y/o el conducto auditivo externo (CAE) son:
heridas, hematomas, congelación, sabañones o perniosis, quemadu-
ras... Las heridas deben ser suturadas y contar con protección anti-
biótica con Amoxicilina 500 mg/8 h. El Hematoma del pabellón au-
ricular consiste en una colección hemática subpericóndrica sin
solución de continuidad en la piel adyacente. Su tratamiento consis-
te en incidir el borde anterior del hélix, drenaje, vendaje compresivo
una semana y protección antibiótica con Amoxicilina 500 mg/8h.
A.1.2. Cuerpos extraños: valoración y extracción por el otorrinolaringólogo.
A.1.3. Tumores: dentro de su proceso evolutivo pueden presentar dolor uni-
lateral de intensidad variable según extensión. Los más frecuentes en
esta zona son los basocelulares seguidos de los espinocelulares. A
valorar por otorrinolaringólogo.
A.2. PATOLOGIA INFLAMATORIA.
A.2.1. Pericondritis del pabellón: el germen más frecuente es la Pseudomona
aeruginosa. Entre los factores predisponentes se encuentran la disemi-
nación de una otitis externa aguda difusa, traumatismos, quemaduras,
diabetes, alergias. Se caracteriza por presentar otalgia, con tumefacción
del pabellón auricular. La lesión puede evolucionar hasta la necrosis del
cartílago, con la deformidad correspondiente del PA. Tratamiento: pre-
coz mediante antibióticos sistémicos como el Ciprofloxacino 500 mg/12
h, corticoterapia de choque con Metilprednisolona 80 mg i.m y conti-
nuar con corticoides en dosis descendentes, por ejemplo con Deflaza-
cort 75 mg vía oral en una dosis por la mañana 3 días e ir disminu-
yendo cada 3 días en 15 mg. Valoración por el otorrinolaringólogo.
A.2.2. Erisipela: infección causada por Streptococcos β-hemolíticos o Staphy-
lococcus, que afecta al tejido celular subcutáneo del pabellón y región
periauricular. Se aprecia un área enrojecida y dolorosa, de bordes pro-
minentes. Cursa con fiebre alta y adenopatías regionales. Tratamiento:
Cloxacilina 500 mg/6 h o Amoxicilina-Clavulánico 500 mg/8h.
A.2.3. Impétigo: infección bacteriana de la piel, provocada por Streptococco b-
hemolítico del grupo A o Staphylococus aureus. Presenta placas erite-
matosas y pústulas que al romperse dejan costras color marrón. Afectan
al CAE y PA. Tratamiento: Cloxacilina 500 mg./6h o Amoxicilina-Cla-
vulánico 500mg/8h, antisépticos locales (Clorhexidina, Povidona Yoda-
da) y aplicación de crema antibiótica con Gentamicina o Mupirocina.
634
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
B. OIDO MEDIO
B.1. Traumatismos: puede haber perforación timpánica con o sin lesión de la cade-
na osicular. En algunas ocasiones sólo se evidencia un hemotímpano en cuyo
caso hay que descartar una fractura del peñasco con TAC. Clínica: dolor por el
635
CAPÍTULO 91
C. OTALGIAS REFERIDAS
Se tratan de dolores óticos que surgen en territorios diferentes al oído, por lo que
su estudio requiere de una valoración de cabeza y cuello, en busca de infeccio-
nes, neoplasias, problemas articulares, neuralgias, etc.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Sendra Tello J, Raboso García-Baquero E. Otalgia. En: Raboso García Baquero E, Fragola
Arnau C, editores. Urgencias ORL. Barcelona: Menarini; 1999; p. 22-32.
▲ Doménech J. Semiología del oído. En: Abello P, Traserra J, editores. Otorrinolaringología. 1ª
ed. Barcelona: Doyma; 1992; p. 121-122.
▲ Otalgia. En: Davidson T M. Manual Clínico de Otorrinolaringología. 2ª ed. México: Intera-
mericana; 1994; p. 56-57.
▲ Patología de los oídos medio e interno. En: Becker W, Naumann H, Pfaltz C, editores. Oto-
rrinolaringología. Manual Ilustrado. 2ª ed. Barcelona: Doyma; 1992. p. 52-60.
▲ Otitis externas. En: Gil Carcedo L M. Otología. Barcelona: Menarini; 1995. p. 237-50.
637
CAPÍTULO 92
Capítulo 92
DISNEA DE CAUSA LARÍNGEA
M. Padilla Parrado - O. Lasso Luis
INTRODUCCIÓN
Disnea es aquel síntoma que presenta un individuo cuando padece sensación subje-
tiva de falta de aire y nosotros percibimos que está realizando un mayor esfuerzo res-
piratorio. Múltiples causas originan disnea, pero sobre todo cuando ésta es laríngea,
supone una amenaza seria para la vida, y nuestra actuación debe ser rápida.
peorar la situación clínica del paciente, teniendo que llevar a cabo medidas
agresivas para restablecer la ventilación.
▲ Endoscopia laríngea con laringoscopio flexible: prueba definitiva por su ra-
pidez, inocuidad y diagnóstica; incluso a veces terapéutica al permitirnos la
extracción del cuerpo extraño.
3. Pruebas complementarias:
▲ Estudio radiológico simple:
▲ Rx lateral y antero-posterior de cuello que aporta información sobre el estado
de los tejidos blandos (epiglotis, retrofaringe) y posible presencia de cuerpo
extraño. No tiene riesgo de empeorar situación.
▲ Rx lateral y postero-anterior de tórax para investigar posible localización del
cuerpo extraño o para identificar alteración de partes blandas.
4. Otras pruebas:
▲ Gasometría arterial, Hemograma, Bioquímica básica.
TRATAMIENTO
1. Disnea Severa:
Nos encontramos ante un caso grave. La vida del paciente está en peligro. Debe-
mos actuar con rapidez. Seguiremos los siguientes pasos:
▲ Maniobra de Heimlich si sospechamos la introducción de un cuerpo extraño
en la vía aérea. Nos colocamos detrás del paciente, nuestros brazos debajo
de los suyos y apretamos los dos puños a la vez, debajo del apéndice xifoi-
des del paciente mediante maniobra brusca y seca. Si no es exitosa pasamos
al siguiente paso.
▲ Cabeza en hiperextensión y aspiración de secreciones de faringe. En esta
postura y con el laringoscopio, a veces vemos cuerpo extraño, con lo cual uti-
lizaremos las pinzas de Magill para extraerlo. Si no lo localizamos o no hay
sospecha de cuerpo extraño pasar a la siguiente, ya que la vía natural de ven-
tilación se nos impide por la obstrucción producida por el agente causal.
▲ Cricotirotomía o coniotomía: permite la permeabilidad de la vía aérea, con
un mínimo riesgo de hemorragia y en breve periodo de tiempo.
Técnica: cuello en hiperextensión, infiltración con anestésico local y epinefrina
en la región prelaríngea, incisión cutánea, incisión en la membrana intercri-
co-tiroidea y posterior entrada en luz laríngea. Mantener introducido un tro-
car con luz suficiente para poder ventilar a través del mismo.
▲ Traqueotomía de emergencia: indicada en aquellos casos de disnea progre-
siva provocada por un agente obstructivo de las vías aéreas, cuya progresión
puede desencadenar la imposibilidad de intubación y el fallecimiento del pa-
ciente por anoxia. Y en aquellos casos de disnea de instauración aguda que
no remite al tratamiento médico y pone en peligro la vida del paciente.
▲ Niveles de traqueotomía:
1. Superior tiroidea: por encima del istmo del tiroides. Indicada más en tra-
queotomías de emergencia.
2. Media tiroidea: a través del istmo tiroideo, previa ligadura del mismo.
3. Inferior tiroidea: debajo del istmo tiroideo. De elección en edad infantil,
pero con mayor posibilidad de complicaciones.
2. Disnea moderada:
▲ Según la causa procederá:
639
CAPÍTULO 92
BIBLIOGRAFÍA
▲ Lore M. Atlas de Cirugía de cabeza y Cuello. Buenos Aires: Panamericana; 1996.
▲ Abelló P, Traserra J. Otorrinolaringología. Barcelona: Doyma; 1992.
▲ Paparella MM, Shumrick DA, Gluckman JL, Meyerhoff Wl, editores. Otorrinolaringología.
Volumen III. Buenos Aires: Panamericana; 1994.
▲ García Gil D, editor. Manual de Urgencias. Madrid: Egraf: 2000.
641
CAPÍTULO 93
Capítulo 93
URGENCIAS OFTALMOLÓGICAS
C. M. Sevilla García - S. B. de Miguel Martín
INTRODUCCIÓN
En oftalmología, la urgencia "por excelencia" que precisa tratamiento inmediato,
obligándonos a dejar lo que estemos haciendo, es la causticación. Es vital para el ojo
hacer un lavado abundante e inmediato (preferiblemente en el lugar de los hechos)
con suero fisiológico (agua, si no tenemos suero), tras haber instilado anestésico tó-
pico (si se tiene), al menos durante 10 minutos.
Ante un traumatismo, un daño ocular severo y amenazante para la visión no siem-
pre es fácil de identificar (un marcado edema palpebral tras un trauma contuso pue-
de ocultar un globo roto). La Historia Clínica (como en cualquier otra especialidad) es
fundamental para hacer un diagnóstico certero y pautar el tratamiento correcto. En
caso de traumatismo ocular debemos saber:
1. - Cómo y cuándo ocurrió y si está afectado un ojo sólo o los dos.
2. - AV (agudeza visual) actual y, si se puede, la previa.
3. - Otros síntomas además de ↓ AV.
4. - Patología ocular previa y/o cirugías previas en ese ojo.
Sospechar globo roto con posibilidad de cuerpo extraño intraocular (CEIO) ante:
1. Historia de trauma contuso severo, uso de proyectiles u objetos afilados, antece-
dente de martillear con objetos metálicos.
2. Hemorragia subconjuntival postraumática, herida conjuntival o escleral que pue-
den ser penetrantes con prolapso uveal.
3. Hipema (sangre en cámara anterior) o hemorragia vítrea.
4. Catarata.
5. PIO (Presión intraocular) ↓.
Ante la sospecha de un globo roto:
1. Dejar inmediatamente de explorar al paciente para evitar la excesiva manipula-
ción del ojo.
2. No poner un parche que puede extruir el contenido del ojo a través de la herida
perforante, si no un protector para evitar una excesiva presión sobre el ojo.
3. Profilaxis antitetánica.
4. Avisar inmediatamente al oftalmólogo.
LA EXPLORACIÓN OFTALMOLÓGICA
▲ Material: en una consulta de urgencias oftalmológicas necesitamos:
1.- Fármacos DIAGNÓSTICOS como:
● Colirio anestésico de Tetracaína y Oxibuprocaína para explorar polo anterior
en pacientes con dolor ocular severo, sobre todo por patología corneal, y pa-
ra extraer cuerpos extraños corneales y/o conjuntivales.
● Colirio midriático de Tropicamida: para ver Fondo de Ojo. 1 g/10 min. 3
veces.
● Tiritas de Fluoresceína: para teñir defectos epiteliales, se utiliza para poner de
manifiesto lesiones corneales y conjuntivales.
2.- Fármacos TERAPÉUTICOS:
642
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
DIPLOPIA
"Visión doble", generalmente se produce por una pérdida del paralelismo entre los
dos ejes visuales. Ver capítulo 51.
▲ La diplopia monocular puede ser debida a astigmatismo, catarata incipiente o a
una iridectomía. Debe ser estudiada en Consultas Externas de Oftalmología.
▲ La diplopia binocular se debe a una alteración de la motilidad extraocular, de
etiología miogénica (alteración de la placa motora –miastenia-, distrofias, miosi-
tis, degeneraciones o fibrosis) o neurógena (vascular –ACVA-, metabólica –dia-
betes, hipovitaminosis-, tumores, enf. degenerativas –EM-, procesos infeccioso-in-
flamatorios, descompensación de forias.
PARÁLISIS DEL III PAR: El III par o motor ocular común inerva todos los músculos ex-
trínsecos excepto el motor ocular externo y el oblicuo superior. La parálisis puede ser
incompleta si sólo se afecta la motilidad ocular extrínseca, o completa si se afecta
también la reactividad pupilar. La etiología más importante es la Diabetes Mellitus.
Otras son el aneurisma carotídeo que constituye una urgencia médica, los tumores y
los procesos inflamatorios (meningitis, encefalitis).
PARÁLISIS DEL IV PAR: El IV par o patético inerva el oblicuo superior. La diplopia
aparece al mirar con el ojo afecto abajo y adentro. Suele cursar con tortícolis com-
pensador.
PARÁLISIS DEL VI PAR: El VI par o motor ocular externo inerva el recto lateral. En ca-
so de parálisis el paciente tendrá diplopia en la mirada lateral al lado afecto.
Las parálisis oculomotoras deben ser estudiadas en Consultas Externas de Oftalmolo-
gía y Neurología.
646
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
Valorar cambio o
retirada del
Valoración por Neurología y/o Cardiología en consultas fármaco.
Informar al
paciente
↓AV DURADERA
DOLOROSA NO DOLOROSA
Suele acompañarse de
ojo rojo
BRUSCA PROGRESIVA
Suele ser por patología
retiniana o del NO. CATARATA: lo más frecuente
en ancianos
Defecto de refracción: lo más
frecuente en jóvenes
Desprendimiento de retina GLAUCOMA DE ÁNGULO
Desprendimiento de vítreo posterior ABIERTO
Hemorragia vítrea Patología retiniana crónica:
Hemorragia macular DMAE, R. Diabética
Oclusión arterio-venosa
Valoración en Consultas
ENVIAR URGENTE A OFTALMOLOGÍA Externas de Oftalmología
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Cullom RD Jr., Chang B, editors. The Wills Eye Manual. 2nd. ed. Philadelphia: Lippincott;
1994.
▲ Pastor Jimeno JC, editor. Guiones de Oftalmología. Nueva ed. Madrid: McGraw-Hill, Inte-
ramericana; 1999.
▲ Medina Asensio J, editor. Manual de urgencias médicas. 2ª ed. Madrid: Díaz de Santos;
1996.
647
CAPÍTULO 94
Capítulo 94
PROBLEMAS DERMATOLÓGICOS
EN URGENCIAS
A.B. Gargallo Quintero - D. García Almagro.
INTRODUCCIÓN
En Dermatología, son poco frecuentes los procesos que suponen un riesgo vital inme-
diato del enfermo (Urgencias absolutas). Son más numerosas aquellas patologías que
sin ser necesariamente graves causan una gran ansiedad en el enfermo y/o familia-
res, bien por la aparatosidad de los síntomas como por la inhabilitación que de un
modo transitorio pueden provocar en el enfermo (Urgencias relativas). Creemos ade-
cuado obtener un diagnóstico correcto antes de cualquier tratamiento empírico, siem-
pre que la situación clínica del paciente lo permita, en caso contrario es mejor remi-
tirle a Dermatología.
URGENCIAS RELATIVAS
1. ZOOPARASITOSIS:
1.1. ENFERMEDADES PRODUCIDAS POR ARÁCNIDOS:
▲ ESCABIOSIS (SARNA): Considerada en este capítulo por la gran alarma social y
ansiedad que puede causar, y además por el riesgo epidemiológico que supone.
Producida por el ácaro Sarcoptes scabiei.
Diagnóstico de sospecha:
- Prurito intenso de predominio nocturno.
- Posible afectación de convivientes (carácter familiar).
- Distribución de las lesiones: Adultos: Pliegues interdigitales, muñecas (cara de extensión
y borde cubital), axilas, areolas mamarias, pene y escroto. Niños: Palmas y plantas.
- Morfología de lesiones: Surco acarino (patognomónico), eminencia acarina, vesí-
culas perladas, pápulas persistentes, eccemas, lesiones por rascado, urticariformes
e impetiginizaciones.
Tratamiento:
- Deben tratarse todos los convivientes (aunque no sean sintomáticos).
- Aplicar durante 3 noches, tras el baño, permetrina al 5% crema o benzoato de ben-
cilo al 10-30% por todo el cuerpo respetando la cabeza, insistiendo en manos y
pies, dejando actuar el producto toda la noche. No aplicar más de tres días conse-
cutivos sin prescripción facultativa.
- Lavar la ropa de uso personal con agua muy caliente o introducirla en bolsa her-
mética al vacío durante una semana.
- Si prurito intenso administrar antihistamínicos orales: Hidroxicina diclorhidrato, 1
comp. de 25 mg v.o./12-24h, preferiblemente por la noche, ó dexclorfeniramina
maleato, 6 mg v.o/8h.
- Aplicación posterior de cremas hidratantes, baños de aceite.
- Ingresar aquellos pacientes en los que se sospeche incumplimiento del tratamiento.
- Consulta a Dermatología.
▲ PICADURAS DE GARRAPATA: Ver capítulo 101.
▲ PICADURAS DE ESCORPIÓN: Ver capítulo 101.
▲ PICADURAS DE ARAÑAS: Ver capítulo 101.
648
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
etiológica para lo cual se deberá realizar una historia clínica meticulosa prestan-
do atención a la posible relación de la erupción con tratamientos prescritos, fechas
de inicio, así como erupciones previas por fármacos.
▲ La forma clínica más frecuente es el exantema maculopapuloso: Puede aparecer
entre primer día y las tres semanas tras el tratamiento, afectando a extremidades
y tronco, de forma simétrica, adoptando un patrón morbiliforme. Se acompaña de
prurito, eosinofilia y fiebre lo que dificulta el diagnóstico diferencial con los exan-
temas de otras etiologías. (Por ejemplo: Exantemas virales). Los fármacos más ve-
ces implicados son las penicilinas, sulfamidas, carbamacepina, hidantoínas, alo-
purinol, sales de oro, fenilbutazona y nitrofurantoína.
▲ Eritema exudativo multiforme: Dermatosis aguda autolimitada y a veces recidi-
vante de etiología múltiple siendo las causas más frecuentes las infecciones previas:
Virus herpes simple, Mycoplasma..., y los fármacos, siendo éstos últimos los cau-
santes de la mayoría de estos eritemas que evolucionan a Síndrome de Steven -
Johnson y la Necrolisis epidérmica tóxica (ver urgencias absolutas).
Se caracteriza por un exantema polimorfo (máculas, pápulas, vesículas...) en manos,
brazos y menos frecuentemente en el resto del tegumento siendo la lesión típica la má-
cula "en escarapela o en diana" (modificaciones concéntricas del color).
Pruebas complementarias: - Hemograma.
- Bioquímica sanguínea.
- Sistemático de orina.
Tratamiento:
- Suspender los agentes desencadenantes.
- Lesiones deanudadas de la piel: Aplicar fomentos durante 5-10 minutos 2 veces al día
con sulfato de zinc al 1/1000 en solución acuosa o lavados con suero fisiológico.
- Si infección de las lesiones aplicar antibióticos tópicos: Ácido fusídico al 2% ó Mu-
pirocina al 2% 2 veces al día.
- Hidratación cutánea abundante.
- Si prurito y/o lesiones edematosas o urticariformes administrar antihistamínicos
orales: Hidroxicina diclorhidrato,1comp. de 25 mg /12-24h ó dexclorfeniramina
maleato, 6 mg / 8h.
- Consulta a Dermatología.
9. LESIONES TUMORALES/PSEUDOTUMORALES SANGRANTES: El grado de
urgencia variará según la cuantía de la hemorragia, generalmente leve, aunque pue-
den causar gran ansiedad. (Epiteliomas, granulomas piógenos, angiomas...)
Tratamiento: - Hemostasia (compresión local, toques con barritas de nitrato de plata).
- Consulta a Dermatología para diagnóstico y tratamiento específico.
URGENCIAS ABSOLUTAS
ERITRODERMIAS: Procesos inflamatorios, extensos o generalizados, que se caracteri-
zan por la presencia de enrojecimiento y descamación cutánea.
Causas: - Eczemas (cualquier etiología).
- Psoriasis.
- Fármacos (sulfamidas, penicilinas, difenilhidantoínas...).
- Neoplasias (micosis fungoide y neoplasias hematológicas).
- Idiopática (≥20%).
Clínica: Eritema generalizado rojo-violáceo con presencia variable de lesiones infla-
matorias (edema, vesículas, pústulas...) que evoluciona por lo general a una desca-
653
CAPÍTULO 94
empeora la evolución del proceso así como la edad avanzada, despegamiento cutá-
neo extenso y la ingesta previa de múltiples drogas.
Pruebas complementarias: - Hemograma, estudio de coagulación, bioquímica san-
guínea y sistemático de orina seriados.
- RX de tórax
- E.C.G
- Biopsia cutánea.
- Hemocultivos y antibiograma (si picos febriles).
Tratamiento: - Ingreso hospitalario (Valorar ingreso en UVI; no necesario siempre).
- Consulta a Dermatología y a Oftalmología (afectación ocular).
- Medidas generales: - Habitación individual con aislamiento de con-
tacto (todo estéril: bata, guantes...).
- Tª ambiental ≥ 30-32º
- Dieta hiperproteica e hipercalórica.
- Control T.A, diuresis y nivel de conciencia.
- Líquidos i.v (reposición hidroelectrolítica)
- Protección gástrica:Omeprazol, 20mg v.o ca-
da 24h. ¡evitar antagonistas H2!
- Medidas locales: - Evitar intensa fricción y desbridamiento cutáneo.
- Colocar vías periféricas en áreas no lesionadas
evitando vías centrales y sondas (si es posible).
- Antisépticos: Fomentos locales durante 10 min/12
h con Sulfato de zinc al 1/1000 en solución acuo-
sa, permanganato potásico al 1/10000 ó clorhe-
xidina al 0,5% en solución acuosa. ¡No aplicar
sulfadiazina argéntica ó nitrofurazona, son sensi-
bilizantes!
- Abstenerse inicialmente del uso tópico de anti-
bióticos y corticoides (barrera cutánea alterada).
- Lavado de mucosas con suero fisiológico
- Antibióticos sistémicos de amplio espectro si sospecha de infección
(Ver capítulo 54).
- Tratamiento específico: - Suspender posibles fármacos implicados.
- Corticoides sistémicos: Uso controvertido,
pueden disminuir la supervivencia.
- Ciclosporina: 3-4mg/kg/d (buenos resulta-
dos).
SINDROME DE STEVEN-JOHNSON: Forma mayor del eritema exudativo multiforme
(ver urgencias relativas) habitualmente tras una infección por Mycoplasma pneumo-
niae (o tras fármacos) caracterizada por presentar además de lesiones típicas de eri-
tema exudativo multiforme ("en diana") afectación de las mucosas oral, ocular y ge-
nitourinaria con importante afectación del estado general.
Pruebas complementarias: - Hemograma, estudio de coagulación, bioquímica de
sangre y sistemático de orina seriados.
- Rx de tórax
- E.C.G
- Biopsia cutánea.
655
CAPÍTULO 94
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Díaz JL,Vicente JM, Mitxelena J, Díaz L y Gardeazabal J. Vasculitis. En: Ocaña J, editor. Lec-
ciones de Cátedra en Dematología. Madrid: Drug Farma, S. L. 1999. p. 43-53.
▲ Camacho F. Toxicodermias. En: Armijo M, Camacho F, editores.Tratado de Dermatología.
Madrid: Grupo Aula Médica, S. A.1998. p. 667-690.
▲ Herrera M. Urgencias en Dermatología; Actas Dermosifiliográficas 1996; 87: 675-680.
▲ Castaño-Molina C y Cockerell CJ. Diagnóstico y tratamiento de enfermedades infecciosas en
huéspedes infectados por el virus de la inmunodeficiencia humana. En: Sadick NS, editor.
Clínicas Dermatológicas. México: McGraw-Hill, Interamericana; 1997; vol. 2: p. 276-277.
▲ Del pozo Losada J.Tratamiento de la necrólisis epidérmica tóxica. Piel 1995;10: 435-438.
▲ Tejedor J y Ródenas JM. Diagnóstico y tratamiento del eritema nodoso. Piel 1994; 9: 285.
▲ Enfermedades cutáneas de etiología viral. En: Lázaro Ochaíta, editor. Dermatología: Texto y
atlas. Madrid: Digra-Publi.1993. p. 157-176.
657
CAPÍTULO 95
Capítulo 95
QUEMADURAS
S. Honorato Guerra - D. García Almagro
EVALUACIÓN INICIAL
- PREGUNTAR por: hora del accidente; tipo de accidente (doméstico; laboral; agre-
sión); mecanismo [térmicas (85%); químicas; eléctricas; por radiación].
- EXPLORACIÓN:
- General: estado de conciencia; permeabilidad vía aérea; signos de inhalación
de humo (sospecha en incendios, espacios cerrados, quemaduras panfaciales,
vibrisas nasales quemadas, esputos carbonáceos, afonía...) pulso, temperatura,
tensión arterial. Atención a posible shock por quemaduras (hipovolémico).
- De la quemadura: extensión; profundidad; localización y edad
CLASIFICACIÓN DE LA QUEMADURA
Va a determinar los criterios de ingreso, el tratamiento y el pronóstico.
a) Extensión:
Cuadro 95.1: “REGLA de los 9”
% de superficie corporal quemada
Adultos Niños (<10 años)
Cabeza 9 19
Extremidades superiores 9 9
Tronco anterior 18 18
Tronco posterior 18 18
Extremidades inferiores 18 13
Genitales 1 1
♣ Regla de la palma de la mano (del paciente) = 1% superficie corporal.
b) Profundidad:
Cuadro 95.2: Clasificación de la quemadura según la profundidad
Clasificación Aspecto clínico Síntomas Pronóstico
1er Grado - Piel eritematosa - Dolor - Curación completa
Q.epidérmica - No exudativa - Hipersensibilidad en 1 semana
- No ampollas -Sin cicatriz
2º Grado superficial - Eritema - Dolor intenso - Curación completa en
Q. dermis superficial - Exudación - Hipersensibilidad 3 semanas
- Ampollas al pinchazo -Sin cicatriz
2º Grado profundas -Alternan zonas -Poco dolor - Curación en >3
Q. dermis profunda induradas, blanque- -Zonas anestésicas semanas
cinas y violáceas al pinchazo - Cicatriz
- Puede haber ampollas - Tracción sin
resistencia de pelos
3er Grado - Blanco nacarado -Curación mediante
Q. subdérmica o carbonáceo -Anestesia injertos cutáneos
Tener en cuenta que puede existir transición de grados (a más o a menos) y áreas con
distintos grados.
658
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
Un paciente con zonas amplias quemadas, excitado y sin dolor tiene pocas posibili-
dades de buena evolución; y es importante explicarlo cuanto antes a los familiares.
c) Localización:
Atención a secuelas funcionales y estéticas por quemaduras en cráneo, cara, cue-
llo, axilas, manos, genitales y pliegues de flexo-extensión.
d) Edad:
Peor pronóstico en edades extremas; niños y mayores de 60 años.
("Regla de Beaux": edad + % superficie quemada: mayor 100% casi siempre
mueren; > 75% mortalidad del 50% y < 50% buen pronóstico vital)
EXPLORACIONES COMPLEMENTARIAS
Ante una quemadura moderada o grave se deben solicitar: Hemograma; Bioquímica
sanguínea (glucosa, urea, iones, creatinina y amilasa); Gasometría arterial (con car-
boxiHb, si sospecha inhalación); Estudio de coagulación y Sistemático de Orina. Y
monitorización cardíaca en quemaduras eléctricas (ver cap. 103).
CRITERIOS DE INGRESO
▲ INGRESO HOSPITALARIO en los casos de:
- Compromiso vital, afectación vía respiratoria, sospecha inhalación.
- Quemadura 2º grado del 10-25 % (adultos) o 5-15% (niños y >60 años).
- Q. 3er grado >2%.
- Quemaduras más patología asociada grave.
- Quemaduras eléctricas (efecto "iceberg": afectación cutánea horas tras acci-
dente; y según tipo de corriente: posible afectación sistémica (corazón, cerebro,
riñón) (ver cap. 103).
- Quemaduras Químicas.
▲ TRASLADO A UNIDAD DE QUEMADOS en los casos de:
- Quemaduras 2º grado >25% (adultos) o >15% (niños y >60 años).
- Quemaduras 3 er grado >10 %.
- Localizaciones con importante compromiso estético-funcional (cráneo, cara, cue-
llo, axilas, manos, genitales, pliegues de flexo-extensión).
→ Normas previas al traslado:
1. Pedir autorización a la Unidad/Centro de Quemados donde se quiera tras-
ladar (Ver Relación de Centros al final).
2. Los pacientes deben ser trasladados una vez que se haya conseguido estabi-
lizar constantes vitales y la situación hemodinámica, y ante sospecha de com-
promiso de la vía aérea (quemaduras naso-bucales, inhalación de humo...)
siempre intubación endotraqueal previa al traslado (ver medidas generales
del tratamiento hospitalario).
3. Aportar la mayor información posible obtenida acerca del paciente: edad;
hora-mecanismo-tipo-clasificación de la quemadura; constantes vitales que
presentaba a su ingreso y durante su estancia en Urgencias, asi como la me-
dicación administrada y todos los datos analíticos de que se dispongan.
TRATAMIENTO
▲ AMBULATORIO:
1. Analgesia: Metamizol 575 mg/6-8 horas.
2. Profilaxis antitetánica (ver cap. 60).
3. Cura local (ver apartado de medidas específicas o tratamiento local).
659
CAPÍTULO 95
"Fórmula de Parkland":
% Superficie quemada* x Kgr peso x 4 = ml Ringer Lactato a administrar
* (Si % de superficie quemada es >50 %: se calcula como si fuera 50)
- La mitad se administra en las primeras 8 horas (contadas desde que se produjo el accidente);
el otro 50 % en las 16 horas siguientes y el 2º día: 50 % de lo calculado para el 1er día
“Regla de Evans”
- El 1er día se administran:
1cc de coloides x % de superficie quemada x Kg peso
1cc de cristaloides x % superficie quemada x Kg peso
1.000 a 2.000 cc solución dextrosada al 5 %
- 2º día:
Mitad de dosis de coloides y cristaloides
1.000 a 2.000 cc solución dextrosada al 5%
- Días sucesivos:
Reducción progresiva de estas cantidades
Comienzo administración oral: dietas hiperproteicas e hipercalóricas
* Estas son dosis orientativas para lograr mantener una DIURESIS de:
>100 cc/hora en Q. Eléctricas.
50 cc/h en adultos.
25 cc/h en >2 años y 1 cc/kg peso/día en los <2 años.
* La velocidad de goteo se puede calcular dividiendo la cantidad total de líquido por 2 y ésta a
su vez por 8 que sería la cantidad a administrar por hora.
BIBLIOGRAFÍA
▲ Braun-Falco O. Plewig G, Wolff HH, Winkelmann RK. Quemaduras y Escaldaduras. En:
Braun-Falco O. Plewig G, Wolff HH, Winkelmann RK, editores. Dermatología. Barcelona:
Springer-Verlag Ibérica, S.A.; 1995. p. 379-82.
▲ Camacho F, Serrano S. Quemaduras. En: Armijo M, Camacho F, editores. Tratado de Der-
matología. Madrid: Grupo Aula Médica, S.A.; 1998. p. 629-38.
▲ Sheridan R, Tompkins R. Evaluation and Management of The Thermally Injured Patient. En:
Fitzpatrick TB, Freedberg IM, Eisen AZ, Wolff K, Austen KF, Goldsmith LA, et al., editores.
Fitzpatrick´s Dermatology in General Medicine. 5ª ed. New York: McGraw-Hill. 1999.
p.1505-14.
663
CAPÍTULO 96
Capítulo 96
HERPES ZÓSTER
I. Martín Pérez
INTRODUCCIÓN
El Herpes Zóster (HZ) es una enfermedad que está producida por el virus de la Vari-
cela-Zóster (VVZ), miembro de la familia herpesvirus, responsable de la infección pri-
maria (varicela), así como de la reactivación (Zóster). Ocurre en personas seropositi-
vas para VZV o, más especifico, en aquellos que han tenido varicela; permanece
latente en el organismo durante toda la vida, reactivándose en 15 % de las personas.
HZ es una enfermedad que ocurre en todas las edades, y afecta a un 20 % o más de
la población general, en su mayoría ancianos. En pacientes inmunocompetentes el
curso es benigno habitualmente, siendo la neuralgia postherpética (NPH) la compli-
cación más común. En pacientes inmunocomprometidos (particularmente HIV) tienen
una incidencia alta y puede ser mortal.
CONCEPTOS
A. El Herpes Zóster se caracteriza por una erupción inicialmente máculopapular que
se transforma rápidamente en un racimo de lesiones vesiculosas, unilaterales cir-
cunscrita a un dermatoma, a menudo acompañada de dolor intenso, que puede
preceder a la erupción por días o semanas. Los dermatomas más afectados son
los torácicos, lumbares, cervical o rama oftálmica del trigémino. Las vesículas co-
alescen formando pequeñas ampollas, de contenido claro en un principio, poste-
riormente con pus o líquido hemorrágico y una costra en aproximadamente 10 dí-
as, pero la curación completa puede llegar a un mes. Es infrecuente, pero a veces
puede aparecer dolor sin vesículas o vesículas sin dolor. Pueden aparecer adeno-
patías satélites, por sobreinfección bacteriana. Puede que la piel afecta quede hi-
perpigmentada o hipopigmentada de forma permanente. Si se afecta las ramas
del trigémino, pueden aparecer lesiones en cara, boca, ojos o lengua. Se debe so-
licitar consulta oftalmológica en todo paciente con sospecha de Herpes oftálmico.
En el "síndrome de Ramsay Hunt " el dolor y las vesículas aparecen en el conduc-
to auditivo externo, pérdida del sentido del gusto en los dos tercios anteriores de
la lengua con parálisis facial periférica ipsilateral y vértigos.
B. Neuralgia postherpética (NPH). Es la complicación más frecuente del HZ, siendo
una condición de dolor crónico, que persiste al menos 3 meses después de la cu-
ración del exantema característico. Se describe como quemazón o dolor agudo
punzante o lancinante o como entumecimiento, hipersensibilidad o anestesia. Una
vez establecida es difícil de tratar. Es raro en individuos jóvenes. Los factores de
riesgo asociados a NPH son: pacientes > 50 años, en aquellos con mayor inten-
sidad de la neuralgia aguda y del exantema, y mayor grado de inmunosupresión.
Cuando dos o más de estos factores se asocian, el riesgo de persistencia del do-
lor aumenta.
C. Las complicaciones viscerales son hepatopatía grave, pancreatitis, miocarditis, ne-
fritis, enterocolitis, cistitis, miositis o neumonitis. Las complicaciones neurológicas
son raras, y en su mayoría aparecen en pacientes inmunodeprimidos; parálisis
motoras, mielitis, encefalitis, arteritis granulomatosa (ACV), encefalitis de peque-
664
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
TRATAMIENTO
▲ Tratamiento Herpes Zóster.
▲ El tratamiento con antivirales (Aciclovir, Famciclovir, o Valaciclovir) está basado
en la inhibición de la replicación del DNA, acelerando la curación de las vesícu-
las, y reducción de la duración de la neuralgia aguda del HZ y neuralgia post-
herpética.
- Aciclovir sólo se absorbe el 15 %-20 % de la dosis oral disponible, y debe ser
administrado a dosis 800 mg vo cinco veces al día, por lo que se prefiere el uso
de:
- Valaciclovir, prodroga oral del aciclovir, que acelera la curación y resolución del
dolor con mayor rapidez que el aciclovir, a dosis de 1.000 mg vo tres veces al
día.
- Famciclovir, prodroga oral del penciclovir, más eficaz que el aciclovir por sus
ventajas farmacológicas y beneficios sobre la NPH, a dosis de 250-500 mg vo
tres veces al día o 750 mg cada 24 h.
▲ El tratamiento con corticoides ha sido ampliamente cuestionado para prevenir la
NPH. Recientes estudios han puesto en evidencia que aceleran la resolución del
dolor agudo en pacientes con dolor moderado severo, pero no el de larga evolu-
ción. En ningún caso deben utilizarse sin antivirales asociados. Puede plantearse
utilización de Prednisona a dosis de 60 mg al día, durante una semana, 30
mg/día durante otra semana y 15 mg /día otra semana.
▲ Las recomendaciones del tratamiento del HZ son las siguientes:
- El tratamiento antiherpético debe administrarse de forma rutinaria en las pri-
meras 72 h, salvo los de localización oftálmica donde los antivirales son efecti-
vos en los 5 primeros días. Ningún antiviral impide el desarrollo de la NPH, pe-
ro puede acortar su duración, por lo que se debe plantear su utilización en
todos los pacientes.
- Si la localización es en la rama oftálmica o del acústico, la posibilidad de com-
plicaciones es alta por lo que siempre deben ser tratados con antivirales.
- Si existe sospecha de complicaciones, se debe iniciar tratamiento por vía intra-
venosa con Aciclovir a dosis de 10 mg / kg o 500 mg/m2 cada 8 h.
- En caso de inmunosupresión grave o pacientes HIV, es criterio de ingreso y tra-
tamiento intravenoso durante 7-10 días, para evitar diseminación. No obstan-
te, en casos de inmunodepresión leve-moderada, se utilizará Valaciclovir o
Famciclovir vía oral, a las dosis antes comentadas (con estrecha observación),
durante 7 días.
- En caso de lesiones resistentes a Aciclovir utilizaremos Foscarnet intravenoso du-
rante 14 días (hasta curación).
▲ Tratamiento de la NPH:
El tratamiento del dolor en la neuralgia aguda y neuralgia postherpética viene co-
mentado en el cap. 107.
1.- Antidepresivos tricíclicos: Amitriptilina. Las limitaciones vienen dadas por los
efectos secundarios (sequedad de boca, retención urinaria, estreñimiento, se-
dación, hipotensión ortostática y bloqueos cardíacos), en especial en pacien-
tes ancianos. Para evitar estos efectos hay que comenzar con dosis bajas e ir
665
CAPÍTULO 96
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Gilden DH, Kleinschmidt-DeMasters BK, LaGuardia JJ, Mahalingam R, Cohrs RJ. Neurologic
Complications of the Reactivation of Varicella-Zoster virus. N Engl J Med 2000; 342: 635-
45.
▲ Cohen JI, Brunell PA, Straus SE, Krause PR. Recent advences in varicella-zoster virus infec-
tión. Ann Intern Med 1999; 130: 922-32.
▲ Snoeck R, Andrei G, De Clercq E. Current pharmacological approaches to the therapy of va-
ricella zoster virus infections: a guie to treatment. Drugs 1999; 57: 187-206.
▲ Beydoun A. Postherpetic neuralgia: role of gabapentin and other treatment modalities. Epi-
lepsia 1999; 40 Suppl 6: S51-6; discussion S73-4.
▲ Whitley RJ, Shukla S, Crooks RJ. The identification of risk factors associated with persistent
pain following herpes zoster. J Infect Dis 1998; 178 Suppl 1 : S71-5.
▲ Whitley RJ. Infecciones por virus de la varicela-zoster. En: Fauci AS, Braunwald E, Isselba-
cher KJ, Wilson JD, Martín JB, Kasper DL et al, editores. Harrison Principios de Medicina In-
terna. 14ª ed. Madrid: McGraw-Hill, Interamericana; 1998. p. 1243-1247.
666
MANUAL DE PROTOCOLOS Y A CTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
667
CAPÍTULO 97
Capítulo 97
URTICARIA - ANGIOEDEMA Y ANAFILAXIA
C. Mogío Gómez - A. Moral de Gregorio
ACTITUD EN URGENCIAS
1. IDENTIFICACIÓN DEL CUADRO
▲ La URTICARIA se define como elevaciones circunscritas de la piel, edematosas, ro-
sadas de contornos geográficos y halo eritematoso, evanescentes y cambiantes en
cuanto a su localización. Tales lesiones se denominan habones y son el resultado
del edema y vasodilatación que tiene lugar en la dermis superficial.
El prurito acompaña al cuadro y suele ser de localización topográfica más exten-
sa que los propios habones.
▲ En general, se habla de urticaria aguda cuando las lesiones tienen una duración
menor a 6 semanas y urticaria crónica a aquellas que se mantienen por encima
de 6 semanas.
▲ El ANGIOEDEMA, EDEMA ANGIONEURÓTICO O EDEMA DE QUINCKE, tienen le-
siones de contornos no nítidos, que no sufren aumento de la temperatura, elásti-
cas, indoloras y no dejan fóvea tras la presión, suelen afectar áreas extensas, pre-
ferentemente la cara, extremidades y genitales, y su distribución es asimétrica.
Este cuadro es el resultado de los fenómenos de vasodilatación y edema que tie-
nen lugar en la dermis profunda. Debido a la ausencia de terminaciones nervio-
sas a este nivel no suele acompañarse de prurito.
▲ Ambos cuadros se asocian con mucha frecuencia; aproximadamente hasta en un
50% de los afectados.
▲ La existencia de episodios de angioedema sin urticaria en pacientes con antece-
dentes familiares deben hacernos pensar en una forma particular de este cuadro de-
nominada Angioedema por déficit de C1 inhibidor, del cual existen dos tipos, las
más frecuentes de carácter hereditario, y el resto formadas por aquellas de carácter
adquirido. Esta patología se caracteriza por brotes recidivantes de angioedema, de
predominio en cara y extremidades, pudiéndose afectar también el aparato respira-
torio y digestivo. En ocasiones se acompaña de lesión macular similar al eritema
marginado. La duración del brote es autolimitada, entre cuarenta y ocho y setenta y
dos horas y generalmente vienen desencadenados por estímulos como traumatismos,
cirugía menor, infecciones, nerviosismo, con menos frecuencia por frío o cambios
bruscos de temperatura. En algunos casos no se evidencia desencadenante.
Su complicación más severa es el edema laríngeo, siendo la causa de mayor mor-
talidad en esta enfermedad.
▲ La ANAFILAXIA, constituye una verdadera urgencia médica de aparición brusca y
afectación multisistémica (cutánea, respiratoria, gastrointestinal, cardiovascular y
sistema nervioso central). Su gravedad varía en función del número de órganos o
aparatos afectados, siendo la obstrucción de las vías aéreas superiores (edema la-
ríngeo) y/o inferiores (broncoconstricción severa) o bien el colapso vascular (shock
anafiláctico) las formas más severas de presentación.
▲ El cuadro puede comenzar con síntomas de malestar general, debilidad, prurito de
inicio en palmas y plantas que se generaliza asociando eritema, y la aparición
668
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
2. TRATAMIENTO
A. Urticaria-Angioedema:
▲ Primer escalón
La base del tratamiento de estos cuadros son los antagonistas de los receptores
H1, utilizados hasta 3-5 días tras desaparecer las lesiones, en el caso de la ur-
ticaria aguda, y de forma mantenida cuando se trata de urticaria crónica.
*Fármacos sin efecto sedante pero con menor potencia, útiles en casos de urticaria moderada y
urticaria crónica.
3. CRITERIOS DE INGRESO
▲ En general, cualquier paciente con compromiso respiratorio o cardiovascular gra -
ve debe de ser hospitalizado y debe considerarse control en unidad de cuidados
intensivos.
▲ En los casos de edema angioneurótico de localización orofaríngea y laríngea, y
en la urticaria aguda generalizada con gran componente edematoso, debe man-
tener en observación al paciente al menos en las siguientes 12-24h.
▲ Por la posibilidad de que un episodio de anafilaxia inicialmente controlado, pre-
sente una fase tardía con reaparición de los síntomas, los pacientes deben per-
manecer en observación al menos durante 6-12h en casos moderados y 24h en
cuadros más severos. Mantener en estos casos antihistamínicos y corticoides en el
tratamiento del paciente.
671
CAPÍTULO 97
4. CRITERIOS DE ALTA
▲ Episodio único de urticaria aguda aparentemente idiopática, no requiere ningún es-
tudio. La urticaria y el angioedema son afecciones comunes que pueden llegar a
afectar al menos hasta un 25% de la población una vez en la vida. En estos casos se
debe proceder al alta y deberá ser controlado por el médico de atención primaria.
▲ Episodio de urticaria aguda en el que sospeche agente desencadenante (alimento,
medicamento, picadura de abeja o avispa) o episodios agudos de presentación
intermintente derivar al servicio de Alergología.
▲ Urticaria crónica, derivar al servicio de Alergología/ Dermatología.
ASPECTOS GENERALES
▲ FACTORES ETIOLÓGICOS:
- Medicamentos, los principales, Penicilinas y sus derivados y AINEs, pero cual-
quier fármaco puede potencialmente producir un cuadro urticarial.
- Alimentos, pueden producir reacciones de origen alérgico (leche, pescado, hue-
vo, frutos secos...) o bien pueden tener alto contenido en histamina o compor-
tarse como histaminoliberadores (fresas, chocolate, mariscos, tomate, conser-
vas...).
- Infecciones y parasitosis, mononucleosis, virus coxsakie, oxiuros, ascaris, hisati-
dosis, anisakiasis...
- Picaduras de insectos, por mecanismos IgE mediado (abeja o avispa).
- Agentes físicos, frío, colinérgica, calor, acuagénica, dermografismo o urticaria
facticia, por presión, solar, angioedema vibratorio.
- Por contactantes, alimentos, telas, productos animales, medicamentos...
- Por inhalantes, pólenes, hongos, epitelios animales...
- Secundarias a otras enfermedades, LES, amiloidosis, neoplasias, leucemias,
transtornos tiroideos, transtornos gastrointestinales, urticaria vascutlitis...
- Anafilaxia por ejercicio.
- Angioedema por déficit de C1 inhibidor (hereditario, adquirido).
- Angioedema con C1 inhibidor normal (idiopático, físico, episódico) .
- Idiopática.
▲ DIAGNÓSTICO:
La herramienta más importante, y en algunos casos el único método diagnóstico
del que podremos disponer es la HISTORIA CLÍNICA, por la cual ésta ha de ser de-
tallada y dirigida a la búsqueda de posibles factores relacionados con la apari-
ción del cuadro.
En un Servicio de Urgencias, en situaciones más severas (urticaria- angioedema
con afectación glótica, anafilaxia) deberá solicitarse hemograma, gasometría ba-
sal, electrocardiograma y radiografía de tórax. En ocasiones resulta de utilidad ex-
traer suero al paciente en ese momento para la determinación posterior de niveles
de triptasa (mediador de células que en los casos de reacción IgE mediada co-
mienza a elevarse a la hora aproximadamente del inicio de la anafilaxia y per-
siste más tiempo elevado que los niveles de histamina). Si es posible, y se sospe-
cha la existencia de angioedema por déficit de C1 inhibidor deberíamos
determinar los niveles de C4, C2 y actividad de C1 inhibidor.
Existen otras técnicas que se pueden realizar, ya en servicios especializados, una
vez iniciado el estudio etiológico de estos cuadros.
672
MANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
BIBLIOGRAFÍA
▲ Gern J. E., Busse W. W.. "Urticaria y Angioedema". Actualización diagnóstica y terapéuti-
ca en Enfermedades Alérgicas y Asma. Ediciones Doyme S.A., 2ª edición, 1999. Pág. 131-
144.
▲ Hernández F. De Rojas Mª.D., Moral de Gregorio A, Senent Sánchez C.. "Anafilaxia". Tra-
tado de Alergología e Inmunología Clínica de la Sociedad Española de Alergología e In-
munología. Tomo VII. Ediciones Luzan 5 S.A.. 1986. Pág. 385-408.
▲ Kaplan A. P.. "Urticaria and Angioedema". Allergy Principles and Practice. Mosby edition.
Fifth edition. 1998. Pág. 1104-1121.
▲ Kobza Black A., Greaves M.W.. "Urticaria and Angioedema". Allergy and Allergic Dise-
ases. Blackwell Science edition. 1997. Pág. 1585-1606.
▲ Senent Sánchez C.. "Urgencias en alergia". Pregrado de Alergología. Ediciones Luzán 5
S.A.. 1985. Pág. 512-527.
▲ Lane S.J., Lee T.H.. "Anaphylaxis". Allergy and Allergic diseases. Blackwell Science edition.
1997. Pág. 1550-1572.
673
CAPÍTULO 98
Capítulo 98
URGENCIAS DE PSIQUIATRÍA:
CRISIS DE ANSIEDAD, LA CONDUCTA
SUICIDA, EL PACIENTE AGITADO
L. Sánchez Bonome - A. Julián Jiménez
CRISIS DE ANSIEDAD
DEFINICIÓN
Aparición temporal y aislada de miedo y malestar intensos, acompañados por una se-
rie de síntomas que se inician bruscamente y suelen alcanzar su máxima expresión en
los primeros 10 minutos, con una duración aproximada de unos 30 minutos (aunque
esto varía mucho de una persona a otra). También se le denomina "ataque de páni-
co". Los síntomas típicos en una crisis de ansiedad son palpitaciones, sudoración, tem-
blores, disnea o sensación de ahogo, opresión torácica, mareo, náuseas o molestias
abdominales, parestesias en diversas partes del cuerpo, escalofríos, despersonaliza-
ción o desrealización, miedo a morir y miedo a volverse loco o a perder el control.
ACTUACIÓN EN URGENCIAS
1.- Sospecha diagnóstica: aunque las crisis de ansiedad se suelen dar conformando
el síndrome clínico del Trastorno de Angustia, también pueden darse dentro de:
1.1. Otros trastornos psiquiátricos: depresiones ansiosas, trastorno de ansiedad
generalizada, trastornos obsesivos, fobias, etc.
1.2.Como respuesta a una situación ambiental estresante.
1.3. Tóxicos: son frecuentes sobre todo tras el consumo de estimulantes del SNC
(como la cocaína y las anfetaminas) y en cuadros de abstinencia a depreso-
res del SNC (como el alcohol o las benzodiacepinas).
1.4.Otras causas orgánicas que habrá que descartar (cuadro 98.1).
2.- Pr uebas complementarias: ante una crisis de ansiedad en la que el origen psi-
quiátrico no quede claro habrá que realizar un examen físico detallado, hemograma
y bioquímica general, placa de tórax, ECG y una gasometría arterial si ha habido
una gran hiperventilación, por el riesgo de alcalosis respiratoria. En caso de sospe-
cha de otras patologías deberemos derivar al paciente a consulta ambulatoria para
un estudio más detallado (función tiroidea, etc.).
3.- Tratamiento y medidas generales:
3.1. Una vez descartada cualquier causa orgánica, habrá que calmar al pacien-
te, informarle que su problema no entraña ningún riesgo vital y que todos los
síntomas que presenta se deben a su estado ansioso. En la medida de lo po-
sible conviene explicarle la naturaleza de la sintomatología.
674
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
LA CONDUCTA SUICIDA
INTRODUCCIÓN
La ideación y el intento suicida son dos de las causas más frecuentes de las Urgencias
médicas en general y psiquiátricas en particular. En sí pueden ser el motivo de la con-
sulta. Pero puede existir riesgo suicida encubierto en todos los pacientes afectos de: tras-
torno psiquiátrico mayor, enfermedad terminal, dolor crónico o crisis personales recien-
tes con importantes sentimientos de desesperanza; por lo que en todos ellos habrá que
explorar las intenciones autolíticas o tenerlas en cuenta al realizar la Historia Clínica.
CRITERIOS DE GRAVEDAD
Para determinar la gravedad de la ideación o intento autolítico habrán de valorarse
varios aspectos:
1. Factores de riesgo: ver cuadro 98.2
2. En un paciente que acaba de realizar un intento de suicidio se debe analizar el
carácter premeditado o impulsivo del mismo, las oportunidades que dió a ser des-
cubierto por alguien y si los factores que llevaron a la tentativa han cambiado o
675
CAPÍTULO 98
no. La letalidad del intento es importante, y deberemos tomar en serio sobre todo
los intentos violentos, con armas de fuego, ahorcamiento o defenestraciones.
ACTITUD EN URGENCIAS
▲ Se ha de dar al paciente la posibilidad de hablar a solas con el médico, pues de
lo contrario, puede tener dificultades para expresar sus ideas y sentimientos suici-
das. El paciente puede describir su ideación suicida de forma espontánea, pero si
no lo hace, conviene preguntarle directamente por ideas de muerte o de querer
matarse, ya que es falso que hablar sobre el suicidio en la entrevista pueda in-
ducir a realizarlo.
▲ Los pacientes de alto riesgo no han de dejarse nunca solos, y si el paciente desea
abandonar la Sala de Urgencias antes de la evaluación hay que retenerlo, aún en
contra de su voluntad. Se tratará de contar con la ayuda de la familia, se avisará
al Jefe de la Guardia y si es preciso, a la policía.
▲ Todo paciente que haya cometido un intento suicida o con ideas autolíticas activas
debe ser valorado por el psiquiatra de guardia, éste deberá determinar la ver-
dadera gravedad y riesgo así como la actuación posterior.
▲ Tras la valoración psiquiátrica pertinente, el manejo dependerá en gran medida
del diagnóstico. Los pacientes con depresión severa pueden ser tratados de mane-
ra ambulatoria si las familias pueden supervisarlos de manera constante y si pue-
de iniciarse el tratamiento de forma inmediata. De igual forma, en los trastornos
de personalidad, la implicación de la familia y los amigos y la manipulación am-
biental pueden resultar útiles a la hora de resolver la crisis. Las ideas suicidas en
los pacientes esquizofrénicos deben ser tomadas en serio, dado que suelen hacer
tentativas violentas con métodos muy letales.
▲ Podremos remitir al paciente a su domicilio cuando exista un bajo riesgo suicida
y el suficiente apoyo familiar o social. A veces es beneficiosa una sedación ligera,
mediante benzodiacepinas, por ejemplo Loracepam, 1 mg 1-3 veces al día, siem-
pre que cuente con alguien que pueda hacerse cargo de administrárselo, para evi-
tar que sea utilizado como instrumento suicida. Hay que dejar claro dónde deben
acudir para recibir asistencia psiquiátrica ambulatoria, a ser posible, con la cita
concertada y con la mayor premura.
▲ Los criterios de ingreso hospitalario son el alto riesgo suicida, el que no tengan su-
ficiente apoyo sociofamiliar y aquellos en los que, tras una correcta evaluación,
persistan dudas.
676
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
EL PACIENTE AGITADO
INTRODUCCIÓN
La agitación es un estado de excitación mental con aumento de la actividad motriz
que puede presentarse en gran variedad de trastornos psíquicos, constituyendo habi-
tualmente una emergencia médica.
MEDIDAS GENERALES
Hay que procurar calmar al paciente si es posible, estableciendo un diálogo con él.
Si esto no resulta eficaz habrá que aislar al enfermo y evitarle una excesiva estimu-
lación por parte del personal y otros pacientes. Ante un paciente agitado y con ries-
go de cometer conductas violentas se deberán de tomar siempre medidas preventivas:
1.- Los miembros del personal deben protegerse. No hay que ponerse en situaciones
en las que se pueda sufrir un ataque. Se debe contar con un número suficiente de
miembros del personal para sujetar al paciente si es preciso.
2.- Prestar atención a cualquier indicio de violencia inminente: cambios en la con-
ducta, humor, habla o afecto.
3.- Si las medicaciones son ineficaces o el riesgo de violencia es inminente ha de
utilizarse la sujeción mecánica.
4.- Si el paciente amenaza con dejar el Hospital en contra del consejo médico, hay
que decidir si ese paciente está capacitado para tomar esa opción. Si se estima
que la capacidad de la persona está disminuida y existe riesgo, el paciente no po-
drá abandonar el Hospital, dando parte en dicho caso al jefe de la guardia y si
es preciso al juez o a la policía. (Ver capítulo 3: Aspectos Médico-Legales en Ur-
gencias).
677
CAPÍTULO 98
Tratamiento
Si el paciente no está excesivamente agitado se le pueden ofrecer sedantes orales,
aunque en la mayoría de los casos y en previsión de una escalada sintomática, se de-
berán utilizar fármacos por vía intramuscular. En general se utilizan neurolépticos y
benzodiacepinas, teniendo en cuenta una serie de principios:
▲ En los pacientes psicóticos los neurolépticos deben ser la primera opción. Los de
mayor utilidad son los de alta potencia, y en concreto el Haloperidol (1 ampolla =
5 mg) a dosis de una ampolla im, que puede repetirse, si es preciso, cada hora,
con una dosis máxima de hasta 100 mg/día. Si se producen efectos secundarios
extrapiramidales se pueden corregir fácilmente con anticolinérgicos como el Bipe-
rideno (1 ampolla = 5 mg) a dosis de una ampolla i.m. También podemos utilizar
neurolépticos de baja potencia o sedativos como la Clorpromacina (1 ampolla =
25 mg) a dosis de una ampolla i.m, pudiendo repetir la dosis en 3-4 horas. La
Clorpromacina no suele provocar efectos extrapiramidales, pero no se debe ad-
ministrar a pacientes hipotensos por el riesgo de aumentar este efecto. Muchas ve-
ces se utilizan conjuntamente benzodiacepinas y neurolépticos, esta combinación
es segura y se usa a menudo. Una combinación útil puede ser Haloperidol y Clo-
racepato (1 ampolla = 50 mg) a dosis de una ampolla i.m de cada fármaco, pu-
diendo repetirse esta combinación con seguridad si el paciente continúa agitado.
▲ Las intoxicaciones por alcohol y otros depresores son una contraindicación rela-
tiva de los neurolépticos de baja potencia y de las benzodiacepinas, ya que se
puede producir una sumación de efectos. En estos casos es útil el Tiapride (1 am-
polla = 100 mg) a dosis de una o dos ampollas IM, pudiéndose repetir en 4-6 ho-
ras, ya que afecta muy poco al nivel de conciencia.
▲ En las intoxicaciones por estimulantes están indicadas las benzodiacepinas, pode-
mos utilizar Diacepam (1 ampolla = 10 mg) a dosis de una ampolla IM, o Clora-
cepato, a dosis de una ampolla IM. Las dosis pueden repetirse cada hora, a me-
nos que aparezcan signos de toxicidad (ataxia, disartria, nistagmus).
▲ En los cuadros de abstinencia a alcohol o a depresores se deben evitar los neu-
rolépticos por riesgo de crisis comiciales, estando indicadas las benzodiacepinas:
Diacepam o Cloracepato.
▲ En los trastornos mentales orgánicos; tanto las benzodiacepinas como los neuro-
lépticos de baja potencia pueden agravar la confusión ya existente, siendo de elec-
ción los neurolépticos de alta potencia, como el Haloperidol o el Tiapride.
BIBLIOGRAFÍA:
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2000.
▲ Kaplan HI, Sadock BJ, Grebb JA. Sinopsis de psiquiatría. 8ª ed. Madrid: Editorial Médica
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▲ Kaplan HI, Sadock BJ. Manual de psiquiatría de urgencias. Buenos Aires: Editorial Médica
Panamericana; 1996.
▲ Vallejo Ruiloba J. Introducción a la psicopatología y la psiquiatría. 4ª ed. Barcelona: Mas-
son; 1998.
679
CAPÍTULO 99
Capítulo 99
SÍNDROME DE ABSTINENCIA.
DELIRIUM TREMENS
C. Yera Bergua - A. Sánchez Castaño
INTRODUCCIÓN
▲ El etanol es un depresor del SNC. En los alcohólicos, el sistema nervioso central se
adapta a la exposición crónica del etanol incrementando la actividad neuronal.
Cuando se abandona o se suspende bruscamente la ingesta, la actividad neuronal
aumentada queda liberada, y ello provoca hiperexcitabilidad. Esto muestra la de-
pendencia física del alcohol.
▲ El síndrome de abstinencia alcohólica es un diagnóstico de exclusión; sobre todo en
casos más graves, tenemos que hacer el diagnóstico diferencial con otras condicio-
nes que puedan remedar el mismo cuadro: infecciones, traumas, trastornos meta-
bólicos, encefalopatía hepática o sobredosis de fármacos o drogas.
DIAGNÓSTICO
▲ Clínica previamente descrita.
▲ Signos físicos de alcoholismo crónico.
▲ Datos analíticos: ↑ GGT, ↑ GOT, ↑ VCM.
▲ Arritmias inexplicables.
▲ Descartar otras patologías causantes de un cuadro clínico similar.
680
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
TRATAMIENTO
- Administrar: vitaminas del complejo B (B12-B6), incluyendo Tiamina (B1) (100
mg/día). En caso de ingreso, esta administración se debe prolongar durante una se-
mana o más tiempo, junto con ácido fólico.
- La mayoría de los pacientes inician la abstinencia con cantidades normales de agua
corporal o cierto grado de sobrehidratación, por lo que no es necesario administrar
líquidos intravenosos salvo en el delirium tremens, en el que por el contrario se pro-
ducen grandes pérdidas de líquidos.
- El tratamiento va dirigido al control de síntomas y a identificar y corregir los trastor-
nos metabólicos. El delirium tremens (Síndrome de abstinencia mayor) debe tratarse
en UCI, aunque en ocasiones es necesario hacerlo en planta bajo estrecha vigilan-
cia. En la tabla 99.2 sugerimos algunas recomendaciones o criterios para ingreso
en UCI de un paciente con Síndrome de abstinencia alcohólica.
DELIRIUM TREMENS
Síndrome de abstinencia grave, en su grado máximo. Se produce en el 5% de los al-
cohólicos. Los factores de riesgo para padecerlo son: enfermedades concurrentes, his-
toria previa de Delirium, antecedentes de convulsiones por abstinencia y la mayor fre-
cuencia y cantidad de ingestión de alcohol. Suele ocurrir a las 72-96 horas de la
abstinencia de la bebida. Los síntomas suelen remitir en 3-5 días. La mortalidad sin tra-
tamiento oscila entre 10-15%.
TRATAMIENTO
- Colocar al paciente en una habitación tranquila y bien iluminada. Si está muy agitado
es mejor sujetarlo a la cama para evitar que se lesione o que agreda a sus cuidadores.
- Reposición hídrica adecuada que suele requerir de 4-8 litros de suero al día. Se pue-
de comenzar con 2.000 ml de suero glucosado al 5% (siempre Tiamina previamen-
te, ya que la glucosa produce un hiperconsumo de la misma) y 2.000 ml de suero
salino al 0,9% con control y reposición de potasio, magnesio y fósforo.
- SEDACIÓN:
▲ Se recomienda en primer lugar benzodiacepinas por vía oral: Diazepam 10-20
mg/4-6 h. o Lorazepam 2 mg/4-6 h. o Clorazepato Dipotásico 50-100 mg/6 h.
o Clometiazol 3 cápsulas/6 h. La dosis se ajusta en función del grado de sedación
valorando la situación del paciente con frecuencia.
▲ Si no se tolera la medicación oral utilizamos Diazepam iv: 5-10 mg/10-15 minutos has-
ta obtener sedación, o bien Clorazepato dipotásico por vía im, 50-100 mg/8 horas.
▲ Otra posibilidad es utilizar Clometiazol iv en infusión continua (frasco de 500 ml).
Se comienza con una infusión rápida hasta obtener un sueño superficial del que se
despierta fácilmente el paciente y se pasa posteriormente a una dosis de manteni-
miento entre 30-60 ml/hora, según grado de sedación. No es recomendable el uso
de este fármaco por vía iv fuera de UCI por el riesgo de parada cardiorrespirato-
ria. En situaciones de extrema necesidad se utilizará teniendo una vigilancia estre-
cha del paciente.
▲ No están recomendados los antipsicóticos por disminuir el umbral para las convul-
siones. Si fuese necesario se recomienda el Haloperidol ya que ha demostrado ser
el más seguro, 5-10 mg im o iv.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Lieber CS. Medical disorders of alcoholism. N Engl J Med. 1995; 333: 1058-65.
▲ Estruch R, Urbano-Márquez A. Patogenia de las enfermedades neurológicas asociadas al al-
coholismo. En: Rozman C, Ausina V, Ballús C, Callejas JM, Cardellach F, et al., editores. Fa-
rreras Medicina interna. 14ª ed. Madrid. Hartcourt; 2000. p. 1732-38.
▲ Schucit M, Segal DS. Alcohol y alcoholismo. En: Fauci AS, Braunwald E, Isselbacher KJ, Wil-
son JD, Martin JB, Kasper DL, et al., editores. Harrison principios de Medicina Interna. 14ª
ed. Madrid: MacGraw Hill Interamericana; 1998. p. 2853-56.
▲ Yamada K, Mozaffar T, Awadalla. Síndrome de abstinencia alcohólica. En: Manual Was-
hington de terapéutica médica, 10ª ed. Barcelona. Masson; 1996. p. 558-60.
▲ Castro C, Medina J. Alcohol y síndrome de abstinencia. En: Medina J, editor. Manual de ur-
gencias médicas. Hospital 12 de Octubre. 2ª ed. Madrid. Díaz de Santos; 1996. p. 139-43.
683
CAPÍTULO 100
Capítulo 100
FÁRMACOS USADOS EN URGENCIAS
EN LA MUJER EMBARAZADA
P. Lafuente González - A. Julián Jiménez
INTRODUCCIÓN
▲ Las mujeres embarazadas se presentan al Servicio de Urgencias con las mismas
afecciones y enfermedades que otro tipo de pacientes, sin embargo, el médico de
urgencias debe afrontar el reto adicional del embarazo y todo lo que ello implica.
▲ El capítulo ha sido dividido en dos apartados, cambios fisiológicos durante el em-
barazo por un lado y fármacos en el embarazo por otro.
VALORES EN LA ORINA
TEST RANGO EFECTO DE LA CAMBIO DEL
NORMAL GESTACIÓN VALOR
CREATININA 15-25 mg/Kg/día No cambia
PROTEÍNAS 150 mg/día ↑ hasta 250-300 A mitad gestación
mg/día
ACLARAMIENTO 90-130 ml/min ↑ 40-50% 16 semanas
DE CREATININA por 1.73m2
ENZIMAS SÉRICAS
Fosfatasa Alcalina 42-98 U/L ↑ 3-5 veces 20 semanas
AMILASA 23-84 IU/L Controvertido
CPK 26-140 U/L ↑ 2-4 veces Después del parto
(fracción MB)
LIPASA 10-140 U/L No cambia
GPT 5-35 mU/L No cambia
GOT 5-40 mU/L No cambia
HEMOGRAMA
HEMATOCRITO 36-46% ↓4-7%
30-34 semanas
HEMOGLOBINA 12-16 g/dL ↓1.4-2.0 g/dl 30-34 semanas
LEUCOCITOS 4.8-10.8 x 103/mm3 ↑ 3.5 x 10 3 /mm3 Incremento gradual
hasta el término de la
gestación (25x10/mm2
en el parto)
PLAQUETAS 150-400 x 10 3/mm3 Leve descenso
↑: Aumento. ↓: Descenso.
FÁRMACOS Y EMBARAZO
▲ En el ejercicio de la profesión médica es importante conocer los fármacos que se
emplean, pero lo es más aún en el mundo de la obstetricia, ya que si cometemos
algún error de administración, puede tener graves consecuencias tanto para la
madre como para el feto.
▲ Los fármacos siempre deben tomarse cuando estén indicados y más aún en una
gestante. El riesgo potencial para el feto, producido por la mayoría de los medi-
camentos, no se conoce con exactitud.
▲ Los efectos de los fármacos sobre el feto o neonato varían mucho, dependiendo
principalmente, del momento del embarazo en que se tomen. Durante el periodo
de organogénesis (12 semanas), los fármacos teratogénicos producen abortos o
malformaciones congénitas. Tomados después, especialmente en las últimas se-
manas del embarazo o durante el parto, pueden alterar la función de órganos o
sistemas enzimáticos específicos afectando así al neonato y no al feto.
▲ Deben considerarse los cambios farmacocinéticos que ocurren durante el emba-
razo y a su vez la variabilidad de la capacidad del fármaco para llegar al feto,
ya sea a través de la placenta o de la leche materna. Así el metabolismo de los
fármacos en la gestante se ve modificado por los siguientes factores: 1.- Náuseas
y vómitos (muy frecuentes en el 1º trimestre), 2.- Debido a la hemodilución hay
una disminución de la cantidad de fármaco ligado a proteínas, aumentando por
tanto la cantidad de fármaco libre, 3.- Trastornos de la depuración renal y 4.- A
686
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
la presencia del feto y placenta. La cantidad de fármaco que llega al feto va a de-
pender de la cantidad administrada, de la vía de administración, edad gestacio-
nal (a mayor madurez placentaria, mayor difusión), del flujo y metabolismo pla-
centario y del grado de transferencia placentaria (a mayor liposolubilidad, menor
grado de ionización y a un menor peso molecular mejor paso transplacentario).
▲ La FDA (Food and Drug Administration) ha propuesto una clasificación en cinco
categorías de fármacos con relación a los riesgos que conlleva la utilización de
éstos durante el embarazo.
Así pues, los fármacos de las categorías A y B pueden ser administrados durante la
gestación. Los fármacos de las categorías C y D pueden ser usados cuando el bene-
ficio potencial justifica el posible riesgo para el feto. Los fármacos de la categoría X
están contraindicados.
A continuación vamos a enumerar los diferentes medicamentos utilizados en cada sis-
tema del organismo y señalar la categoría al que pertenecen según la FDA. Así el mé-
dico es el que debe juzgar la necesidad de la indicación y el que debe sopesar los
riesgos-beneficios.
Por otra parte hemos de educar a la población para que huya de la automedicación.
687
CAPÍTULO 100
SISTEMA CARDIOVASCULAR
Grupo de fármacos Uso durante el embarazo Efectos adversos FDA
DIURÉTICOS Uso como en mujeres no Pueden exacerbar la Furosemida C
gestantes. No se deben preeclampsia, Tiazidas D
indicar profilácticamente ni reduciendo el flujo Espironolactona D
para el edema pédico, a sanguíneo uterino.
menos que halla congestión
vascular.
AGENTES El embarazo no modifica las En mujeres medicadas
INOTRÓPICOS indicaciones de tratamiento con digital, el trabajo
digitálico. A veces se necesita de parto es Digoxina C
una dosis más alta para potencialmente más
alcanzar niveles séricos corto y más precoz.
aceptables.
Los agentes beta-estimulantes Pueden disminuir
o dopaminérgicos se deben potencialmente el flujo Categoría D
reservar para situaciones uterino.
potencialmente fatales.
VASODILATA- Agentes reductores de la La hipotensión puede
DORES postcarga. poner en peligro el Hidralazina C
Agentes reductores de la flujo sanguíneo Nitratos C
precarga: nitratos misma uterino; y anomalías
indicación que en estado no en flujo uterino fetal.
gestacional
AGENTES El embarazo no modifica las Arritmias fetales Adenosina B
ANTIARRITMICOS indicaciones de tratamiento. potenciales. Lincaina B
Quinidina B
(más experiencia)
Disopiramida C
Procainamida C
Flecainida C
Anomalías fetales. Amiodarona D
AGENTES BETA- Se pueden indicar para Todos pertenecen
BLOQUEANTES tratar la HTA, la angina de a la Categoría C
pecho, y las taquiarritmias
supraventriculares cuando
no hay alternativas
razonables. Se requiere Excepto el atenolol
monitorización estricta del que está en
feto y del recién nacido. Categoría D
Los bloqueantes beta 1
selectivos pueden provocar
menos efectos adversos fetales.
ANTI- Acenocumarol. Hemorragia Categoría X
COAGULANTES placentaria y fetal.
Heparina subcutánea de bajo Hipocalcemia, Categoría B
peso molecular, es la de osteoporosis.
elección.
ANTIAGREGANTES Dipiridamol. Categoría B
AAS. Categoría C/D
Ticlopidina. Categoría C/D
CALCIOANTAGO- Verapamilo Categoría C
NISTAS Nifedipino. Categoría C
HTA Labetalol. Categoría B/C
Metil-dopa. Categoría B/C
IECAs. Categoría D/X
Hidralazina. Categoría C
688
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
APARATO DIGESTIVO
GRUPO FÁRMACO FDA
Antieméticos Metoclopramida Categoría B
Doxilamina Categoría B
Ondasetrón Categoría C
Fenotiacidas Gran somnolencia
Antiácidos Ranitidina Categoría B (de elección)
Omeprazol Categoría C
Famotidina Categoría B
Cimetidina Categoría B
EIIC Sulfasalacina y Mesolazina Categoría B/D
Protectores Hidróxido de aluminio o magnesio. Categoría B/C
ANALGÉSICOS, ANTIPIRÉTICOS, ANTIINFLAMATORIOS
FÁRMACO FDA
Levotiroxina Categoría A
Corticoides (excepto la Dexametasona), Insulina,
Glucagón, Acarbosa, Desmopresina Categoría B
Dexametasona , Calcitonina Categoría C
Antidiabéticos orales y antitiroideos Categoría D
Danazol y otros androgénicos y estrógenos Categoría X
ANTIBIÓTICOS
FÁRMACO FDA
Penicilinas y derivados Categoría A/B
Cefalosporinas Categoría B
Amikacina, Gentamicina, Neomicina Categoría C
Estreptomicina, Kanamicina, Tobramicina Categoría D
Ciprofloxacino, Ofloxacino, Levofloxacino Categoría C
Tetraciclinas, Estreptomicina Categoría D
Eritomicina, Azitromicina, Lincomicina Categoría B
Claritromicina, Roxitromicina Categoría C
Clindamicina y Espectinomicina Categoría B
Polimixina B Categoría B
Cloranfenicol Categoría C/X
(en el 3º trimestre Sd gris del RN)
Vancomicina y Teicoplanina Categoría C
Sulfamidas Categoría B/D
(D: inmediatamente antes del parto)
Metronidazol Categoría B/D
(D: en el 1º trimestre totalmente contraindicado)
Cotrimoxazol (TMP-SMX) Categoría C
Isoniazida, Rifampicina, Etambutol Categoría B
ANTIVÍRICOS
FÁRMACO FDA
Famciclovir, Valaciclovir, Ritonavir, Saquinavir, Nelfinavir, Didanosina Categoría B
Aciclovir Categoría B/C
Cidofovir, Efavirenz, Abacavir, Zidovudina, Zalcitabina, Indanavir,
Lamivudina, Nevirapina, Estavudina, Foscarnet, Ganciclovir,
Amantadina, Interferón alfa Categoría C
Rivavirina, Delavirina Categoría D
690
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
ANTIMICÓTICOS
FÁRMACO FDA
Anfotericina B, Nistatina, Clotrimazol Categoría B
Fluconazol, Miconazol, Itraconazol, Griseofulvina, Flucitosina Categoría C
ANTIPARASITARIO
FÁRMACO FDA
Pamoato de Pirantel, Proguanil Categoría A
Prazicuantel, Cloroquina Quinidina, Crotamiton, Lindano Categoría B
Mefloquina, Primaquina, Albendazol, Mebendazol, Tiabendazol,
Tinidazol, Dietilcarbamazina, Pentamidina, Dapsona, Pirimetamina Categoría C
Quinina Categoría D
RECUERDA
▲ Durante el embarazo, la paciente debe huir de la automedicación y el tabaco; y
el médico restringir a lo estrictamente necesario los medicamentos prescritos.
▲ En el primer trimestre evitar, si es posible cualquier tipo de medicación.
▲ Debemos preferir los fármacos que llevan largo tiempo en el mercado, frente a los
de reciente aparición.
▲ Hemos de considerar si es mejor o peor, informar a la paciente de los posibles
efectos teratogénicos asociados al medicamento que necesitamos prescribir du-
rante la gestación para el tratamiento de una enfermedad.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ McAnulty Jhon H, Metcalfe James, Ueland Kent: Enfermedades Cardiovasculares. En Com-
plicaciones Médicas durante el Embarazo. Burrow and Ferris. Editorial Panamericana. 4ª
Ed. 1996: 122-154.
▲ Niebyl Jennifer R.: Drug use in pregnancy and lactation. En Emergency care of the woman.
Pearlman Mark D, Tintinalli Judith E. Editorial McGraw-Hill. 1998: 165-180.
▲ Barclay Mel L.: Critical Physiologic alterations in pregnancy. En Emergency care of the wo-
man.Pearlman Mark D,Tintinalli JudithE.EditorialMcGraw-Hill.1998: 9-18.
▲ De la Fuente, P. Fármacos y Embarazo. En Tratado de Obstericia y Ginecología. Vol I. De la
Fuente P, Usandizaga JA. Ed Mc Graw-Hill.1997. p: 174-9.
▲ Hawkins DF. Medicamentos prescritos en el embarazo que afectan al feto. En Tratado de
Obstetricia Dexeus. Tomo I. Ed Salvat. 1982. Dexeus S. 1982. p: 359-366.
▲ Beischer. Farmacología. En Obstetricia y Neonatología. Beischer-Colditz. Ed Mc-Graw-
Hill.2000.p: 113-9.
▲ Fármacos y Embarazo. En: García Gil D, editor. Manual de urgencias. Madrid; Roche:
2000.p. 961-971.
691
CAPÍTULO 101
Capítulo 101
PICADURAS Y MORDEDURAS
M. Soto García - A. Julián Jiménez
INTRODUCCIÓN
Constituyen un grupo relativamente frecuente de consultas en los Servicios de Urgen-
cias hospitalarios. La mayoría de las veces tienen un carácter benigno pero en oca-
siones revisten gravedad y excepcionalmente pueden producir la muerte. Por lo que
es muy importante saber reconocer estos casos y manejarlos correctamente en Ur-
gencias. Se dividen en dos grupos:
1/ Heridas emponzoñadas, en las que el animal inocula productos venenosos.
2/ Heridas por mordedura de animales no venenosos, en las que existe la posibili-
dad de transmisión de distintas enfermedades infecciosas.
CRITERIOS DE INGRESO:
▲ Extensas lesiones con sangrado importante.
▲ Manifestaciones sistémicas (fiebre, escalofríos u otros signos de infección sistémica).
▲ Afectación de cápsula articular, nervios, huesos o tendones.
▲ Celulitis de la zona, edema significativo o lesión por aplastamiento.
MORDEDURAS DE SERPIENTES
En nuestro medio, zona centro peninsular, las únicas variedades de serpientes cuyas
mordeduras pueden presentar complicaciones graves son: Víbora Hocicuda (habita
693
CAPÍTULO 101
Actitud en Urgencias:
▲ Envenenamientos grado 0-I
1. Limpieza y desinfección de la herida.
2. Inmovilización en posición fisiológica de miembro afecto.
3. Analgésicos: Metamizol magnésico a dosis de 575 mg. vo o 2 gr. im.
4. Profilaxis antitetánica (ver capítulo 60).
5. Alta con tratamiento antibiótico: Amoxicilina-Clavulánico a dosis de 875/125 vo
cada 8 h. durante 7 días.
▲ Envenenamientos grado II-III
1. Garantizar permeabilidad vía aérea si estuviera comprometida.
2. Coger vía periférica (vía central en los casos graves).
3. Mantener TA si fuera necesario con suero salino y otros expansores del plasma.
4. Sacar analítica: Hemograma, E. Coagulación, BQ (con CPK y creatinina), GAB y
pruebas cruzadas.
694
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
CRITERIOS DE INGRESO:
▲ Pacientes que han recibido el antídoto específico.
▲ Envenenamiento grado II.
▲ Envenenamiento grado III ingreso en UVI.
PICADURAS DE ARAÑAS
En general las arañas que se encuentran en la península son inofensivas producien-
do su picadura un efecto local, pero hay tres especies de especial interés por los efec-
tos sistémicos que pueden originar sus picaduras.
VIUDA NEGRA. Clínica: 30-40 minutos tras la picadura:
▲ Dolor importante que progresivamente aumenta de intensidad con sudoración y
agitación.
▲ Escasa inflamación en el lugar de la picadura.
▲ A veces aparecen síntomas sistémicos: cefalea, náuseas, dolor y rigidez abdomi-
nal, aumento de TA, espasticidad muscular, "facies ladrodectísima" (fascies con-
traída con expresión ansiosa y temblorosa).
ARAÑA MARRÓN O DE LOS RINCONES. Clínica:
▲ Dolor urente en el lugar de la picadura.
▲ Edema local con mancha de color rojo vinoso que se puede rodear de un halo de
color marmóreo con vesículas serosas en su interior.
▲ A los 5-6 días: la placa marmórea se ennegrece y se desprende dejando una úl-
cera que posteriormente cicatrizará.
▲ A veces: cefaleas, mialgias, vómitos, diarrea.
TARÁNTULAS. Clínica:
▲ Picadura con dos puntos de inoculación.
▲ Reacción local: dolor, tumefacción, aumento de temperatura.
▲ Ausencia de sintomatología general. Excepcionalmente pueden aparecer reaccio-
nes alérgicas.
695
CAPÍTULO 101
Actitud en Urgencias:
1. Limpieza y desinfección de la herida. Inmovilización del miembro afecto.
2. Analgésicos: Metamizol magnésico (575mg-2gr) o ketorolaco trometanol (30 mg)
(dosis y vía de administración en función de la intensidad del dolor).
3. Antihistamínicos: Dexclorfeniramina a dosis de 5 mg im o iv.
4. Si espasticidad muscular: Diacepam a dosis de 10 mg im.
5. Profilaxis antitetánica (ver capítulo 60).
6. Si aparecen síntomas sistémicos solicitar: Hemograma, E. Coagulación y Bioquí-
mica básica. Siempre dejar en observación al enfermo.
PICADURAS DE ESCORPIÓN
Si bien en España existen dos variedades, en la región centro sólo se encuentra el Es-
corpión Amarillo (Escorpión Campestre o Alacrán) cuya picadura rara vez tiene con-
secuencias graves. Clínica:
▲ Reacción local: lesión eritematosa inflamada con fuerte dolor que se irradia al res-
to de la extremidad.
▲ En niños pequeños, ancianos o si el veneno alcanza la circulación pueden apare-
cer síntomas sistémicos: cefalea, sudoración, vómitos, diarrea, hipotensión, taqui-
cardia, midriasis.
Actitud en Urgencias:
1. Valorar permeabilidad vía aérea, respiración y estado circulatorio tomando las
medidas oportunas.
2. Limpieza y desinfección de la herida.
3. Extremidad en reposo.
4. Analgésicos: Metamizol magnésico (575 mg-2gr) o ketorolaco trometanol (30
mg) (dosis y vía de administración en función de la intensidad del dolor).
5. Antihistamínicos: Dexclorfeniramina a dosis de 5 mg im o iv.
6. Profilaxis antitetánica. (Ver capítulo 60).
7. Si aparecen síntomas sistémicos solicitar: Hemograma, E. Coagulación y Bioquí-
mica básica. Siempre dejar en observación al enfermo.
PICADURAS DE ABEJA, AVISPA, ABEJORRO Y AVISPONES
Clínica:
▲ En función de la cantidad de veneno inoculado, de la sensibilidad de la víctima y
del lugar de la picadura.
▲ En general dan pocos problemas salvo que aparezcan reacciones anafilácticas, sean
ataques de enjambres o las picaduras se localicen en boca, cuello o faringe.
▲ Reacción local: dolor intenso, pápula pruriginosa y sensación de calor.
▲ Afectación generalizada: reacción anafiláctica.
▲ ¡¡¡Si deglución de una abeja o picadura en boca, cuello o faringe riesgo de ede -
ma de glotis!!!.
Actitud en Urgencias:
1. Si sólo reacción local:
▲ Retirar aguijón con unas pinzas (en caso de picaduras de abeja).
▲ Limpieza de la picadura.
▲ Aplicación de hielo local, amoníaco o solución de procaína al 2 %.
▲ Antihistamínicos: Dexclorfeniramina a dosis de 5 mg im.
▲ Si antecedentes de reacción anafiláctica generalizada: corticoide im (Metilpredni-
solona a dosis de 40 mg im).
2. Si reacción anafiláctica: ver capítulo 97, Anafilaxia.
696
MANUAL DE PROTOCOLOS Y A CTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
PICADURAS DE GARRAPATA
Hay que tenerlas en cuenta por la posibilidad de transmitir enfermedades infecciosas
de carácter grave (Enf. de Lyme, fiebre botonosa mediterránea, etc).
Clínica:
▲ Garrapata anclada en la piel, apareciendo a los 3-4 días una pápula pruriginosa.
▲ A veces infección bacteriana secundaria en el lugar de la picadura.
Actitud en Urgencias:
1. Matar la garrapata antes de extirparla; aplicar un algodón empapado en alcohol
(éter, gasolina) sobre la misma hasta que sus patas suelten la piel.
2. Desprender la cabeza de la piel con unas pinzas (asegurarse de que no queda
dentro por el riesgo de infección que supone).
3. Desinfección del lugar de la picadura.
4. Vigilar evolución.
5. Profilaxis antibiótica discutida. En zonas endémicas de Enf. de Lyme se recomienda
tratamiento profiláctico con doxiciclina 100 mg/ 12 horas vo durante 5-10 días.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Goldstein E. Bites. En: Mandell GL, Bennett J.E, Dolin R., editors. Mandell, Douglas, and Ben-
nett´s principles and practice of infectious diseases. 5ª ed. Philadelphia: Churchill Livingsto-
ne; 2000. p. 2765- 2769.
▲ Norris RL, Oslund, Aurebach PS. Disorders caused by reptile bites and marine animal enve-
nomations. En: Fauci AS, Braunwald E, Isselbacher KJ, Wilson JD, Martin JB, Kasper DL. Et
al., editores. Harrison principios de medicina interna. 14ª ed. Madrid: McGraw Hill Intera-
mericana; 1998. P. 2544-2548.
▲ Salluzo R. Picaduras de insectos y arañas. En: Tintinalli JE, Ruiz E, Krome RL, editores. Me-
dicina de Urgencias. 4ª ed. Méjico: MacGraw Hill Interamericana; 1997. P. 1049-1058.
▲ Santos FJ. Mordeduras y picaduras. En: García-Moncó JC. Manual del Médico de Guardia.
3ª ed; 1993. p. 720-728.
▲ Gilbert DN, Moellering RC, Sande MA, editors. The Sanford Guide to Antimicrobial Therapy.
30 th ed. Hyde Park: Antimicrobial Teraphy; 2000.
697
CAPÍTULO 102
Capítulo 102
AHOGAMIENTO Y LESIONES EN EL BUCEO
S. Castillo Portales - A. Julián Jiménez
INTRODUCCIÓN
La actuación inmediata en el paciente que sufre un cuadro de ahogamiento es fun -
damental para lograr la supervivencia, y así, evitar las graves complicaciones aso-
ciadas que puede conllevar. Se estima que los daños irreversibles secundarios a la in-
mersión se desarrollan entre 3-10 minutos, siendo este tiempo modificable por la
temperatura del agua, la ingesta de barbitúricos, etc. La reanimación precoz y las me-
didas encaminadas a prevenir las complicaciones tardías son fundamentales en el
manejo de estos pacientes, que deben ser trasladados lo antes posible al Hospital.
DEFINICIÓN
Podemos referirnos al "ahogado" si la muerte de la persona se debe a la falta de ai-
re por sumersión en agua u otro líquido y de aquel que sufre las consecuencias de la
sumersión en líquido. Deberíamos distinguir entre el ahogamiento propiamente dicho
(fallecimiento) y el "casi o semi-ahogamiento" en el que la persona puede ser reani-
mada y sobrevivir. De manera práctica vamos a utilizar el término ahogamiento co-
mo sinónimo de casi-ahogamiento.
CLASIFICACIÓN
1.- MUERTE SÚBITA: situación de parada cardíaca súbita tras la inmersión en agua
fría. En probable relación con un reflejo vaso-vagal.
2.- AHOGAMIENTO SIN ASPIRACIÓN DE LÍQUIDO: (20% de los casos). Se produce
por un laringoespasmo, con cierre de la glotis, al intentar respirar bajo el agua.
3.- AHOGAMIENTO CON ASPIRACIÓN DE LÍQUIDO: (80% de los casos). Se produ-
ce por la entrada en vía aérea de líquido. Lo más frecuente es que sea agua dul-
ce (hipotónica), pudiendo producirse signos de hipervolemia, debido a la rápida
absorción en alveolos, y hemodilución. En el caso del agua salada puede produ-
cirse hipovolemia y hemoconcentración.
Tanto en el caso de aspiración de agua dulce o salada la hipoxia prolongada es la
causante de la parada cardiorrespiratoria, y la hipoxemia a su vez de la acidosis me-
tabólica. En ambos casos se arrastra la sustancia tensoactiva de los alveolos, dilu-
yéndola y provocando atelectasias, desigualdad entre la ventilación y la perfusión y
la rotura de la membrana alveolo capilar.
La rara aparición de complicaciones electrolíticas, la más frecuente la hiperpotase-
mia, así como los casos de anemia o de hemólisis, se pueden producir con la aspi-
ración de agua dulce o salada respectivamente.
La función renal suele estar preservada, aunque en ocasiones podemos encontrar pro-
teinuria y hemoglobinuria, con necrosis tubular.
Así pues HAY QUE REANIMAR SIEMPRE, y prolongar la RCP en las situaciones men-
cionadas, especialmente en la hipotermia (ver capítulo 105).
3.-A. SI EL PACIENTE ESTÁ CONSCIENTE: Tomar constantes (T. arterial, Frecuencia cardíaca,
Frecuencia respiratoria y Temperatura rectal).
▲ Sin dificultad respiratoria:
O 2 al 100% + collarín cervical.
▲ Como ya hemos visto todos los pacientes deben recibir oxígeno al 100% mien-
tras se les valora, pero si la pO2 arterial no se mantiene por encima de 60
mmHg en adultos, o de 80 mmHg en niños, se debe intubar y dar ventilación
mecánica.
▲ "La intubación electiva debe considerarse incluso en ausencia de depresión res-
piratoria, con el objetivo de proteger la vía aérea, especialmente en individuos
que están neurológicamente deprimidos."
699
CAPÍTULO 102
▲ Son los pacientes con hipoxemia que precisan intubación los que se pueden be-
neficiar de la aplicación de presión positiva al final de la expiración (PEEP), o pre-
sión continua positiva en la vía respiratoria (CPAP). Se consigue en estos casos dis-
minuir el riesgo de desarrollar atelectasias.
▲ La administración de antibióticos y esteroides parecen no alterar la evolución de
la neumonía por aspiración, ni del edema pulmonar en ahogamiento; por lo tan-
to no se deben administrar de forma profiláctica, en general.
Pero si hay evidencia de aguas contaminadas o se duda de posible infección se
puede optar por Piperacilina-Tazobactán 4/0.5 gr cada 6-8 horas o Amoxicilina-
Clavulánico 1-2 gr cada 8 horas o Meropenem 1 gr cada 8 horas. En alérgicos a
Penicilinas: Ciprofloxacino 400 mg/ 12 h (o Levofloxacino 500 mg/24 h) más
Clindamicina 600 mg/ 8 h.
700
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
PRONÓSTICO
Depende en general más del estado neurológico que presente que de las lesiones pul-
monares (salvo el desarrollo de complicaciones como neumonía por aspiración). La
intubación y ventilación mecánica son factores de mal pronóstico también.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Martínez JL, Romera MA, Ruiz de Luna R. Ahogamiento. En: Moya MS. Guías de actuación
en urgencias. McGraw-Hill Interamericana; 1998. p. 376-78.
▲ Sachdeva RC. Near Drowning. Crit Care Clin. 1999 Apr; 15(2): 281-96.
▲ Haynes BE. Semiahogamiento. En:Tintinalli. Medicina de Urgencias. 4 ed. McGraw-Hill In-
teramericana; 1997. p. 1092-1095.
▲ Denicola LK, Falk JL, Swanson ME, Gayle MO, Kisson N. Submersion injuries in children and
adults. Crit Care Clin.1997 Jul; 13(3): 477-502.
701
CAPÍTULO 103
Capítulo 103
LESIONES POR ELECTRICIDAD. ELECTROCUCIÓN
N. Campos Campos - A. Julián Jiménez
INTRODUCCIÓN
Las lesiones eléctricas producen afectación multisistémica. La mayor parte se produ-
cen en el hogar, con corrientes de bajo voltaje (110-220v), de forma accidental. Pe-
ro también es una causa muy importante de morbimortalidad dentro de la industria
de la construcción, produciéndose accidentes con corrientes de alto voltaje.
CONCEPTOS
▲ Las lesiones por electricidad son el resultado de los efectos directos de la corriente
sobre el organismo y de la conversión de la energía eléctrica en energía térmica
al atravesar los tejidos corporales.
▲ Los efectos de la corriente eléctrica al entrar en contacto con el organismo son de
menor a mayor intensidad:
1. Sensación de hormigueo.
2. Dolor.
3. Quemaduras cutáneas.
4. Contracción muscular tetánica que puede producir paro respiratorio secunda-
rio.
5. Fibrilación ventricular.
6. Asistolia.
Dependiendo de una serie de factores (cuadro 103.1) las lesiones tendrán mayor o
menor importancia y consecuencias.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Pueden variar desde una sensación desagradable transitoria por una breve exposi-
ción a corriente de bajo voltaje hasta la muerte súbita instantánea.
Después de una exposición importante puede haber afectación de múltiples órganos.
Ver cuadro103.2.
Cardiovascular Muerte súbita por fibrilación ventricular (s.t c.a) o asistolia (s.t c.c).
Dolor precordial. Alteraciones del ritmo y de la conducción. Altera-
ciones del segmento ST. Shock, hipotensión por hipovolemia, hiper-
tensión por descarga de catecolaminas endógenas.
Neurológico Alteración del grado de conciencia desde confusión a coma, convul-
siones, agitación, afectaciones motoras, neuropatía periférica, edema
cerebral, inestabilidad autonómica, amnesia transitoria del accidente.
Respiratorio Parada respiratoria, edema agudo de pulmón, neumonía por aspi-
ración, contusión pulmonar.
Piel Quemaduras por contacto directo superficiales y/o profundas (buscar
"marcas de entrada y salida"), por arco sin contacto, por "destello",
quemaduras térmicas y secundarias por calentamiento de objetos.
Riñón Insuficiencia renal aguda, mioglobinuria,
Metabólico Acidosis metabólica, hipopotasemia, hipocalcemia, hiperglucemia.
Digestivo Perforación intestinal, ileo paralítico, necrosis hepática o pancreáti-
ca, hemorragia digestiva, úlceras por estrés.
Musculoesquelético Fracturas (s.t húmero y femur), luxaciones (s.t hombro), mionecrosis,
rabdomiolisis. Vigilar la aparición del "Síndrome compartimental".
Ocular Quemadura corneal, cataratas, conjuntivitis.
Auditivo Hipoacusia, perforación de la membrana timpánica.
Infeccioso Sepsis, infección local de la herida, celulitis.
s.t: sobre todo. c.a: corriente alterna c.c: corriente continua
TRATAMIENTO
▲ Medidas generales: combinando técnicas de observación, soporte vital básico y
avanzado respecto a problemas cardíacos y traumatológicos.
▲ Medidas específicas:
1. Descartar y tratar arritmias e inestabilidad hemodinámica. Desfibrilación pre-
coz, actuación según capítulo 4: soporte2 vital. Vigilar constantes vitales (TA, FC,
FR, Tª). Monitorización ECG, T.A, Sat O y control de diuresis y nivel de concien-
cia. Reposición de volemia con suero salino fisiológico o ringer lactato. Las ma-
niobras de RCP deben ser prolongadas.
2. Si lesiones o quemaduras en cara o boca: asegurar vía aérea (valorar intuba-
ción precoz para preservar la vía o necesidad de traqueotomía).
3. Buscar (desnudando al paciente por completo) heridas, quemaduras, fracturas,
luxaciones, síndrome compartimental (descartarlo y prevenirlo). Deberán ser
valoradas siempre por el especialista (cirugía-traumatología) en el Servicio de
Urgencias.
4. No olvidar profilaxis antitetánica y posibles complicaciones infecciosas.
704
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
CRITERIOS DE INGRESO
▲ Lesión eléctrica por corrientes de alta tensión (> 1.000v).
▲ Lesión eléctrica por corrientes de baja tensión (< 1.000v) acompañados de:
a) Sospecha de flujo de corriente conductiva, en especial a través de tronco y ca-
beza.
b) Síntomas que sugieran afectación multisistémica.
c) Afectación neurovascular.
d) Quemaduras con afectación de tejido subcutáneo.
e) Alteraciones en la exploración física o pruebas complementarias (ECG y analí-
tica).
f) Arritmia demostrada o sospechada.
g) Enfermedades de base importantes.
h) Circunstancias violentas, o intentos de autolisis.
i) Alteración de nivel de conciencia, convulsiones, focalidad neurológica.
j) Lesiones óseas, quemaduras, musculoesqueléticas si lo considera el especialista.
k) Rabdiomiolisis o insuficiencia renal.
▲ INGRESO EN UVI: 1.- Si insuficiencia renal con necesidad de hemodiálisis. 2.- Fi-
brilación ventricular. 3.- PCR recuperada. 4.- Arritmias. 5.- Grandes quemados.
6.- Coma o edema cerebral. 7.- TCE o precipitación asociada.
CRITERIOS DE ALTA
▲ Paciente asintomático y sin alteraciones en la monitorización ECG tras permane-
cer en observación durante 12 horas y habiendo sido valoradas las lesiones por
los especialistas correspondientes.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Mosquera J.M. Electrocución. En: Moya Mir MS., editor. Normas de actuación en urgencias.
Clínica Puerta de Hierro. Ed. 2000. Madrid: Smithkline-Beechan; 2000. p.602-6.
▲ Fontanarosa P.B. Lesiones eléctricas y por relámpagos. En: Tintinalli J.E. Medicina de urgen-
cias. 4ª edición. New York: Mc graw Interamericana.1996.p. 1110-1121.
▲ Salvá JA, Rius X. Lesiones por el frío, la electricidad y las radiaciones. En: Balibrea Cantero
JL, editor. Tratado de cirugía. 1ª ed. Barcelona: Toray; 1989. p. 233-43.
705
CAPÍTULO 104
Capítulo 104
URGENCIAS POR CALOR
L. Rivilla Marugán - A. Julián Jiménez
INTRODUCCIÓN
Ante una sobrecarga de calor se ponen en marcha diversos mecanismos que buscan
eliminar ese exceso de temperatura corporal.
▲ Adaptación inmediata al calor: vasodilatación cutánea y sudoración.
Este proceso va a provocar una disminución de resistencias periféricas, y con ello, un
aumento del gasto cardíaco y una SOBRECARGA CIRCULATORIA.
▲ Adaptación tardía al calor: cambios hidroelectrolíticos mediados por la aldostero-
na. En este caso NO se produce SOBRECARGA CIRCULATORIA.
CONCEPTO
▲ Los cuadros clínicos que podemos encontrar son tres: calambres y agotamiento
por calor son cuadros relativamente frecuentes y que traducen un déficit de sodio
y/o agua ("deshidratación"). El golpe de calor es el cuadro más grave y se debe
a la acción citolítica directa del calor como agente físico sobre los órganos diana;
es la clásicamente conocida "insolación". No obstante, en muchas ocasiones am-
bos mecanismos se imbrican y aparecen cuadros mixtos.
▲ Ante una urgencia térmica es fundamental la sospecha diagnóstica; "pensar en
ello" e indagar sobre antecedentes de exposición a temperaturas elevadas o rea-
lización de ejercicio físico. Si no lo tenemos presente son cuadros fácilmente con-
fundibles con otros procesos.
TAC craneal y/o punción lumbar (ver cap. 58: Infecciones del SNC). "Muchos gol-
pes de calor se diagnostican tras objetivar TAC craneal y punción lumbar normales".
CRITERIOS DE INGRESO: siempre valorar ingreso en UVI.
TRATAMIENTO:
1/ Enfriamiento: en el golpe de calor no son útiles los antipiréticos ya que han fra-
casado los mecanismos termorreguladores sobre los que actúan. Sólo son eficaces los
medios físicos. Cuanto más rápido sea el enfriamiento menor es la mortalidad.
▲ Las medidas deben iniciarse cuanto antes y mantenerse hasta que la temperatura
corporal sea de 38-39ºC (0´1-0´2ºC cada 2 minutos). Hay que monitorizar la tem-
peratura cada 5-10 minutos.
▲ Debemos desnudar al paciente y colocarlo en decúbito lateral y posición fetal, pa-
ra aumentar la superficie de evaporación del calor. Se aplicará agua fría (espon-
jas, compresas, rociamiento...) por toda la superficie corporal, especialmente en
ingles, axilas y tórax. Se favorecerá la aireación, a ser posible con ventiladores.
▲ Un masaje vigoroso de la piel favorece el retorno de la sangre periférica enfriada
y disminuye la vasoconstricción provocada por el frío, facilitando la pérdida de ca-
lor.
▲ Otras medidas utilizadas son mantas de hipotermia, enemas fríos, lavado gástrico
con suero enfriado, soluciones intravenosas preparadas a bajas temperaturas.
▲ Con el enfriamiento rápido suelen aparecer escalofríos (que disminuirán la pérdi-
da de calor) e incluso convulsiones. Es muy importante no seguir con las medidas
de enfriamiento una vez la temperatura alcanzada sea la citada (38-39ºC).
▲ En caso de escalofríos o convulsiones debe administrarse Diacepam 5-10 mg. ( 1/2
-1 ampolla) i.v. a pasar en 5 minutos. Otra alternativa será Clorpromacina: una
ampolla i.v. diluida en 100 ml de SSF 0´9% a pasar en media hora.
2/ Medidas de soporte general:
▲ Mantenimiento de vía aérea, con intubación endotraqueal y ventilación si fuera ne-
cesario. Oxigenoterapia con VM al 50%, ajustándose el flujo después según los
datos de la GAB.
▲ Sueroterapia: debe ser cuidadosa (controlando PVC), puesto que el déficit de lí-
quido no es muy elevado y tras el enfriamiento y la vasoconstricción puede pro-
vocarse sobrecarga circulatoria. Monitorizar diuresis horaria.
▲ Administrar inicialmente 500 ml de solución i.v: Ringer Lactato o SSF 0´9% (según
estado del paciente). Las necesidades de fluido oscilan entre los 1.000-1.500 ml
en las 4-6 primeras horas. Vigilar PVC, diuresis, TA.
▲ A veces es necesario el apoyo con fármacos vasoactivos (ver capítulo 10) y si exis-
te pH < 7´20 se administrará bicarbonato (ver capítulo 75). En estos casos el pa-
ciente ya debe estar en la U.V.I.
3/ Prevención y tratamiento de las complicaciones:
Prevenir el desarrollo de insuficiencia renal aguda y de la hemorragia digestiva, tra-
tar las convulsiones, los trastornos hepáticos y de la coagulación y las arritmias ven-
triculares si aparecen ver capítulos correspondientes).
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Walker J.S. Vance M.V. Urgencias por calor. En: Tintinalli J.E. Medicina de urgencias. 4ª edi-
ción. New York: McGraw Interamericana.1996.p. 1043-1049.
710
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
▲ Gazapo Navarro M.T Hipertermia. En: Moya Mir M.S. Guías de actuación en urgencias.1ª
edición. Madrid: McGraw Hill Interamericana de España. 1998. p. 367-371.
▲ Coto López A. Alteraciones de la regulación de la temperatura. En: Medina Asensio J.Ma-
nual de urgencias médicas. 2ª edición 1996. p. 609-614.
▲ Serrano Alférez I. Patología inducida por el calor. En: Jiménez Murillo L. Montero Pérez F.J.
Protocolos de actuación en medicina de urgencias. Madrid:Harcourt Brace. 1998. p. 299-
305.
711
CAPÍTULO 105
Capítulo 105
HIPOTERMIA Y CONGELACIÓN
R. Sánchez García - A. Julián Jiménez
INTRODUCCIÓN
▲ El hombre no puede sobrevivir a no ser que se encuentre rodeado de una tem-
peratura en la superficie de la piel de 21,7ºC proporcionada por la ropa, el calor
ambiental o un refugio.
▲ Las personas que más predisposición tienen de padecer hipotermia son sobre to-
do los ancianos y los neonatos. Las personas que más van a acudir al Servicio de
Urgencias con este problema serán aquellos con disminución del nivel de concien-
cia (por ejemplo: alcohólicos) y los que padecen enfermedades crónicas o debili-
tantes.
▲ Ante la disminución de la temperatura el hipotálamo actúa controlando la tem-
peratura corporal; produciendo vasoconstricción cutánea, aumentando la produc-
ción de calor, "tiritando", suprimiendo la sudoración y dando un estímulo hormo-
no-humoral mediado por catecolaminas y tiroxina.
CONCEPTO
La hipotermia se define como una situación clínica en la que la temperatura central
o corporal es menor o igual a 35°C.
TIPOS
1.- Según la causa que produce la hipotermia:
1.1. Hipotermia accidental: consecuencia de la exposición prolongada al frío. Es-
tamos ante un síndrome general hipotérmico primario donde la única causa
que produce la hipotermia es que la intensidad del frío desborda la capaci-
dad de respuesta fisiológica del organismo.
1.2. Hipotermia secundaria a enfermedades agudas o crónicas (en este caso no
existe exposición al frío).
1.3. Hipotermia por inmersión.
2.- Según la severidad de la hipotermia:
2.1. Leve: de 35ºC a 32.2ºC.
2.2. Moderada: de 32.2ºC a 28ºC.
2.3. Grave: menos de 28ºC.
2.4. Menos de 26ºC o 25ºC se considera incompatible con la vida.
HIPOTERMIA ACCIDENTAL
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
En el cuadro 105.1 se describen las manifestaciones clínicas en relación con el gra-
do de hipotermia:
712
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
3. PRUEBAS COMPLEMENTARIAS:
▲ BMtest junto a la toma de las constantes.
▲ Sistemático de sangre y Estudio de coagulación: Puede aparecer leucopenia,
granulocitopenia, trombopenia, hemoconcentración e incluso CID.
▲ Bioquímica: IONES, es importante la determinación del potasio sérico por la
posibilidad de hiperpotasemia que pueden producir arritmias.
Ligero aumento de UREA.
GLUCOSA, pueden aparecer hipoglucemias que en algunos casos pueden ser
las responsables de la hipotermia o hiperglucemias que no deben tratarse.
CPK, descartar rabdomiolisis.
AMILASEMIA, se pedirá siempre ya que la pancreatitis aguda puede ser la cau-
sa de hipotermia y la hipotermia puede ser la causa de una pancreatitis.
Si se sospecha que es un alcohólico se pedirá CALCIO y PRUEBAS DE FUN-
CIÓN HEPÁTICA.
Si en el laboratorio está disponible se pedirán unas HORMONAS TIROIDEAS
urgentes. Pueden dar el diagnóstico de mixedema típico. Ante la duda y si se
confirma administrar Hidrocortisona previo al tratamiento hormonal tiroideo.
▲ Gasometría arterial o en su defecto venosa: al principio suele haber alcalosis
respiratoria y al final habrá acidosis metabólica que es consecuencia de acide-
mia láctica.
▲ Sistemático de orina.
▲ Cultivos: hemocultivos, urocultivos, etc.
▲ ECG: a medida que va disminuyendo la temperatura van apareciendo los si-
guientes cambios ECG (ver cuadro 105.2):
TRATAMIENTO
Es muy importante el mantenimiento de la vía aérea permeable, así como una ven-
tilación y oxigenación adecuadas.
1. Después de aplicar las maniobras de resucitación, si fuesen necesarias, se proce-
derá a retirar la ropa húmeda y a aislar del frío. El manejo y movilización del pa-
ciente debe ser lo más cuidadoso posible ante el riesgo de desencadenar una fi-
brilación ventricular. Si el paciente está consciente se le darán bebidas calientes.
2. Mantener una vía aérea permeable, oxigenando al paciente con O2 calentado.
714
MANUAL DE PROTOCOLOS Y A CTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
HIPOTERMIA SECUNDARIA
A ENFERMEDADES AGUDAS O CRÓNICAS
Estos pacientes son por lo general de edad avanzada y presentan Tª de 33.3º a
34.4ºC. Suelen tener una intensa acidosis metabólica y arritmias cardíacas. La ma-
yoría de estos pacientes están comatosos.
duce con el contacto con el agua fría. Normalmente las personas obesas tienen
una mayor resistencia a la hipotermia producida por inmersión.
▲ Pasos en el diagnóstico y tratamiento similares a la hipotermia accidental. En la
RCP es importante tomar las mismas precauciones que en un paciente traumatiza-
do (ver capítulo 5).
LESIONES DE CONGELACIÓN
▲ La congelación tiene una acción parecida a las quemaduras sobre los tejidos vi-
vos, así aparecerá eritema con edema, ampollas o ulceraciones según la intensi-
dad y el tiempo de exposición a temperaturas bajas (< 2ºC).
▲ El tratamiento local será muy parecido al de las quemaduras: extremar las medi-
das de asepsia (aplicar Nitrofurazona o Clorhexidina de 1 a 4 aplicaciones dia-
rias), drenar precoz y asépticamente las ampollas, administrar Toxoide tetánico y
tratamiento antibiótico si se sospecha infección Amoxicilina-Clavulánico 1 gr/8 h
o Vancomicina 1 g/12h o Teicoplanina 400 mg/24h i.v. + Amikacina 10
mgKg/12h. La técnica quirúrgica debe ser lo más conservadora posible, con la ex-
cepción de los síndromes compartimentales que pueden requerir liberación qui-
rúrgica.
▲ Además del tratamiento local se hará un recalentamiento general del individuo y
con posterioridad del lugar afectado por medio de inmersión en agua que se va
calentando progresivamente desde los 10º a los 40ºC de forma cuidadosa (apro-
ximadamente 5ºC cada 5 minutos).
▲ Siempre serán valoradas por el especialista y suelen precisar analgesia potente.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Petty KJ. Hipotermia. En: Fauci AS, Braunwald E, Isselbacher KJ, Wilson JD, Martin JD, Kas-
per DL, et al., editores. Harrison principios de medicina Interna, 14ª ed. Madrid: McGraw
Hill Interamericana; 1998. p. 111-4.
▲ Kollef M, Goodenbenger D. Medicina Intensiva y Urgencias Médicas: Enfermedades am-
bientales. En: editores: Manual Washington, 9ª ed. Barcelona: Masson; 1996. p. 243-6.
▲ Coto López A. Alteraciones de la regulación de la temperatura. Manual de Urgencias Mé-
dicas (Hospital Universitario 12 de Octubre), 2ª ed. Madrid: Díaz de Santos SA; 1998. p.
609-11.
▲ Hanania NA, Zimmerman JL. Accidental Hypothermia. Crit Care Clin 1999; 15: 235-49.
▲ Kulkarni RG, Thomas SH. Severe accidental hypothermia: the need for prolonged aggresive
resucitative efforts. Prehosp Emerg Care 1999; 3: 254-9.
717
CAPÍTULO 106
Capítulo 106
EL PACIENTE GERIÁTRICO EN URGENCIAS
P. Rodríguez Sanjuán - E. F. Jiménez Torres
INTRODUCCIÓN
▲ El anciano, como grupo poblacional es usuario del 25% al 40% de las asistencias
prestadas en el Servicio de Urgencias de cualquier Hospital. Es preciso por parte
del profesional de este Servicio el conocimiento de sus patologías y las peculiari-
dades del mismo.
▲ Los ancianos suelen acudir a Urgencias refiriendo síntomas inespecíficos o bien
patologías graves y en las situaciones más extremas, convirtiéndose así en un can-
didato potencial al ingreso hospitalario (hasta 6 veces más frecuente que en el jo-
ven).
▲ Las personas envejecen de forma diferente y en una misma persona, el envejeci-
miento de cada órgano o sistema también varía.
▲ Para proporcionar una atención eficaz desde el Servicio de Urgencias al ancia-
no, existen una serie de puntos que siempre debemos tener en consideración:
a) Comorbilidad presente, entendida como el conjunto de enfermedades (ante-
cedentes personales) y discapacidades existentes previamente y/o que acon-
tecen en el momento de acudir a Urgencias.
b) La frecuente atipicidad de presentación clínica de la enfermedad, así como la
diferenciación de los cambios fisiopatológicos que ocurren durante el envejeci-
miento que hacen al anciano especialmente vulnerable ante la enfermedad.
c) La polifarmacia y la susceptibilidad de reacciones adversas a los fármacos.
d) Las modificaciones del entorno que incidirán en el desarrollo y progresión de
la enfermedad.
* Como ejemplos de esta atipicidad, cabe señalar cómo en el anciano, el infarto agu-
do de miocardio (IAM) en más de un tercio de las veces cursa asintomático, "IAM
silente" y en los casos que cursan sintomáticos, el síntoma inicial más frecuente es
718
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
la disnea, en lugar del dolor torácico como en los más jóvenes. Es frecuente la pre-
sentación tardía (IAM subagudo) y generalmente en forma de síntomas vagos e
inespecíficos como molestias abdominales o síncope aislado.
* En el caso de la patología infecciosa, se debe prestar mayor importancia a los cam-
bios en el patrón térmico de base, que a la presentación de fiebre elevada.
* Existen unos datos propios del anciano, que van a condicionar la evolución de los
procesos infecciosos por su mal pronóstico (cuadro 106.2).
POLIFARMACIA
▲ La prevalencia de enfermedades aumenta con la edad, y con ello la pluripatolo-
gía y el predominio de entidades crónicas (Comorbilidad). La consecuencia in-
mediata es un mayor consumo de medicamentos y de recursos por parte de la po-
blación geriátrica.
▲ Factores que se asocian a este mayor consumo son padecer tres o más enferme-
dades, tener una pobre percepción de la salud, ser portador de algún tipo de in-
capacidad, edad superior a 74 años, padecer algún trastorno psiquiátrico/de-
presivo, manejo de las patologías por diferentes facultativos, haber estado
hospitalizado una o más veces el año previo y visitar con frecuencia el Servicio
de Urgencias.
▲ Se estima que las personas mayores triplican el riesgo de presentar reacciones ad-
versas a las drogas.
Ello se debe fundamentalmente a:
A - El incremento de la edad conlleva un aumento de la grasa corporal, mientras
la masa magra y el agua del cuerpo disminuyen. La suma de estos cambios,
junto a la disminución de Albúmina sérica, y el deterioro de la función renal
y hepática, hacen más factible que los ancianos acumulen niveles tóxicos de
fármacos así como la aparición de reacciones adversas. (Cuadro 106.3).
B - La tolerancia a los fármacos disminuye no sólo respecto a la droga en sí, si-
no también respecto a las interacciones entre las mismas. (Cuadro 106.4).
▲ En el Servicio de Urgencias debemos prestar atención a: la dosis, el tiempo y el
tipo de fármaco, informándonos sobre el cumplimiento y la regularidad en la to-
ma, así como del seguimiento de dietas.
719
CAPÍTULO 106
DESNUTRICIÓN
Ante un anciano que pierde peso o apetito debemos buscar una razón y no atribuir-
lo únicamente a la edad. Algunas de las causas que favorecen la desnutrición son:
mala dentición, enfermedades crónicas o agudas severas, fármacos, deterioro cogni-
tivo, aislamiento, etc.
Signos sospechosos de desnutrición son la sequedad de piel y mucosas, engrosa-
miento de parótidas, pelo quebradizo, atrofia papilar de la lengua, etc. (Cuadro
106.6).
720
MANUAL DE PROTOCOLOS Y A CTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
INMOVILIDAD
La capacidad de moverse en su medio traduce el grado de salud del anciano. La mo-
vilidad es una función completa e integral, que afecta a muchas capacidades interre-
lacionadas, en la que están implicados y afectados varios órganos (cuadro 106.7).
Respiratorias:
EPOC, enfermedades restrictivas. Menor capacidad vital, disminución
de la actividad ciliar y reflejo tusígeno.
Neurológicas:
Ictus, Parkinson, demencia. Deterioro cognitivo, deprivación sensorial,
alteración del equilibrio.
Otros:
Enfermedades genitourinarias Incontinencia, retención, infección.
Enfermedades digestivas Impactación fecal, inapetencia.
Enfermedades dérmicas Dermatitis, úlceras por presión.
CAÍDAS
Ante un anciano que se cae, especialmente si se trata de caídas de repetición, debe-
mos investigar siempre patología subyacente; interrogando sobre las circunstancias
de la caída, síntomas asociados, equilibrio y estabilidad en la marcha, fármacos (an-
tihipertensivos, neurolépticos, antidepresivos, ansiolíticos, digitálicos, antiarrítmicos,
vasodilatadores y broncodilatadores) que nos orientarán hacia un diagnóstico más
completo y exacto.
INCONTINENCIAS
Las incontinencias, tanto fecales como urinarias, especialmente éstas últimas, son re-
levantes en el Servicio de Urgencias como causa de infecciones urinarias de repeti-
ción, tanto en pacientes portadores de sonda vesical como en los que no. Es impor-
tante conocer la preocupación individual y el trastorno social que ocasiona.
721
CAPÍTULO 106
1. FÍSICA
Se pretenderá como objetivo básico obtener información acerca de la situación
funcional y calidad de vida del anciano, intentando identificar cualquier incapa-
cidad que incida en su salud.
1.1. Actividades de la Vida Diaria (AVDs):
Realizadas por el anciano en situación basal de forma independiente, consi -
derando las básicas (ABVDs) y las instrumentales (AIVDs).
▲ Entre las ABVDs están la posibilidad de realizar de forma independiente
el baño, vestido, ir al water, realizar las transferencias cama-sillón sin
ayuda exterior, alimentarse, la continencia urinaria y la continencia fecal.
Se recogen en el "Indice de KATZ" sirviendo de información incluso de
valor pronóstico el número y la secuencia de pérdida de actividades.
(Cuadro 106.8). Otra herramienta es "la escala de Barthel", que puntúa
"0" la total dependencia hasta 100 la máxima independencia; se reco-
noce que un anciano con puntuaciones superiores a 60 puede ser sufi-
ciente para su autocuidado en el domicilio.
722
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
1.2. Marcha:
En Urgencias, describiremos si camina solo o depende de ayudas físicas co-
mo bastón, andador, silla de ruedas o supervisión de personas para conse-
guir una marcha estable y eficaz.
Una forma más específica para valorar la marcha y el equilibrio es la "esca-
la de Tinetti", que valora sobre 28 puntos el grado de actividad y sirve para
comparar con estadios evolutivos previos o posteriores.
1.3. Actividad.
Interesa conocer la relación con el entorno, si el paciente realiza vida activa;
si está limitado al domicilio; realiza vida cama-sillón o encamado, ello podrá
condicionar nuestras decisiones y actitudes posteriores.
1.4. Otros factores a considerar:
1.4.1 Agudeza Visual y Auditiva: el déficit de los mismos limitará la activi-
dad física y la vida de relación del anciano, incrementando su depen-
dencia y facilitando la aparición de síndromes geriátricos asociados,
como las caídas, síndrome depresivo, etc.
1.4.2 Disnea: al describir el grado de disnea en relación con la actividad del
paciente, se utiliza la clasificación de la NYHA.
1.4.3 Portador de Sonda Vesical y/o Sonda NasoGástrica: debemos tener
en cuenta el cuidado y manejo de las mismas con cambios frecuentes
para evitar la aparición de infecciones, úlceras y adiestrar en el ma-
nejo de las mismas a la familia.
2. PSÍQUICA
2.1 Cognitivas: describiremos presencia o no de alteraciones cognitivas y/o de
memoria. Si no tenemos confirmación de diagnóstico de demencia, es prefe-
rible en el Servicio de Urgencias, decantarse por el término deterioro cogniti-
vo, antes de un diagnóstico erróneo, ya que puede condicionar ulteriores ac-
titudes médicas nihilistas. Describiremos, la presencia o no de pérdida de
capacidades verbales, funciones psicomotoras, rigidez articular, atraganta-
miento, delirium, cambios de personalidad y de afectividad, etc. Una escala
723
CAPÍTULO 106
Total aciertos:
Total de ERRORES:
3. EVALUACIÓN SOCIAL
▲ Es fundamental en el Servicio de Urgencias que el médico realice una evaluación
básica sobre las condiciones de vida y ambientales del anciano.
▲ Un anciano puede tener problemas sociales más o menos resueltos, pero cuando
se producen los problemas clínicos, la problemática social latente se manifiesta en
toda su intensidad.
▲ Existe un grupo de ancianos de alto riesgo en donde la problemática social cobra
especial interés: los que viven solos, cuando no existe cuidador principal, si viven
itinerantes con los hijos, los muy incapacitados o con alta probabilidad de dete-
rioro rápidamente progresivo así como la presencia de problemática económica.
RECUERDA
Es imprescindible trasmitir la importancia de considerar al anciano en su conjunto,
como una entidad multidisciplinar; teniendo en cuenta que de nuestra actitud en Ur-
gencias, dependerá, no sólo su evolución inmediata y posterior, sino también el ma-
nejo y uso adecuado de los recursos sanitarios.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Kane RA, Rubinstein LZ. Assessment of funcional status. En: Parthy MSJ, editor. Principles and
practice of geriatric medicine. 3rd. Ed. Chichester: John Wiley & Sons; 1998. p. 209-21.
▲ Applegate WB, Blass JP, Williams TF. Instruments for the functional assessment of older pa-
tients. N Eng J Med 1990; 322: 1.207-1.214.
▲ Sanders AS. Care of the elderly in emergency departments. Where do we stand?. Ann Emerg
Med 1992; 21:792-95.
▲ Bosker G, Schwartz JR. Jones JS, Sequeira M. Geriatric emergency medicine. St. Louis:
Mosby Year Book; 1990.
▲ Pousada L, editor. Geriatric emergency care. Clin Geriatr Med. 1993; 9(3).
▲ Selva O´Callaghan A, San José Laporte A, Solans Laqué R, Vilardell Tarrés. Características
diferenciales de la enfermedad de los ancianos. Fragilidad. Medicine 1999; 7: 5789-96.
725
CAPÍTULO 107
Capítulo 107
ENFOQUE PRÁCTICO DEL DOLOR
EN URGENCIAS
C. Carrero García - J. de Andrés Ares
La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP) definió en 1973 el dolor
como una "experiencia sensorial y emocional desagradable asociada con una lesión
hística presente o potencial o descrita en términos de la misma ".
CONCEPTOS
1- ALODINIA: estímulo no nocivo se percibe como doloroso.
2- ANALGESIA: ausencia de dolor como respuesta a estímulo doloroso.
3- PARESTESIA: sensación anormal.
4- DISESTESIA: parestesia dolorosa.
5- HIPOESTESIA: disminución de la sensibilidad a estímulos.
6- ANESTESIA DOLOROSA: dolor en área desensibilizada.
7- NEURALGIA: dolor en la distribución de un nervio.
8- HIPERPATÍA: respuesta dolorosa anormalmente intensa.
9- DOLOR POR DESAFERENCIACIÓN: producido por la pérdida de aferencias ner-
viosas de una zona.
TIPOS DE DOLOR:
Desde el punto de vista neurofisiológico: 1.- DOLOR NOCICEPTIVO producido por
activación nociceptores por medio de estímulos mecánicos, térmicos o químicos. El
Sistema Nervioso está intacto. Hay relación causa lesiva-efecto doloroso. Responde
bien a AINEs y Opiáceos. Se divide en: 1.1.- SOMÁTICO: dolor bien localizado que
refleja una lesión subyacente. Fijo y continuo, se exacerba con el movimiento y cede
con el reposo. Ejemplos: dolor postquirúrgico, postraumático, musculoesquelético.
1.2.- VISCERAL : por distensión de un órgano hueco. Mal localizado, profundo y a
modo de calambres. Suele ser referido a alguna zona cutánea y se acompaña de re-
acciones autónomas (nauseas, vómitos y sudoración). Ej: dolor por cáncer pancreáti-
co, apendicitis aguda, cólico ureteral... 2.- DOLOR NEUROPÁTICO: producido por le-
sión del Sistema Nervioso. Persiste después de haber cesado el estímulo que lo
originó. Es quemante, lacinante, hormigueante, "alfileres y agujas clavadas". Alodi-
nia. Raramente responde a AINEs y su repuesta a Opioides es errática. Su trata-
miento es complejo e incluye Antidepresivos, Anticonvulsivantes, Anestésicos Locales.
Ejemplos: Neuralgia Herpética y Postherpética, Plexopatías, Dolor Regional Comple-
jo I y II, Síndrome Postlaminectomía.
Desde el punto de vista temporal: 1- DOLOR AGUDO : desaparece con el periodo
normal de curación (< 3-6 meses) 2- DOLOR CRÓNICO: dolor que persiste más allá
del periodo normal de curación o más de 3-6 meses.
El arsenal terapéutico del que disponemos para tratar el dolor en el Servicio de Ur-
gencias es muy amplio, pero es preferible conocer muy bien unos pocos que super-
ficialmente muchos.
1º ESCALÓN NO OPIOIDES(NOP)+COADYUVANTES
Constituido por analgésicos periféricos o menores o no opioides (NOP). Son los anal-
gésicos antiinflamatorios no esteroideos y los analgésicos antitérmicos. Indicaciones:
•Dolor de etiología somática, intensidad moderada y cierto componente inflamato-
rio. •Dolor óseo degenerativo, inflamatorio o tumoral y musculoesquelético. •Dolor
visceral leve o moderado. •Procesos que cursen con aumento de las prostaglandinas.
•Algias infantiles, siendo de elección. •De elección en pacientes con dolor leve-mo-
derado (1-4 en EVA de 1 -10 que no estén recibiendo analgesia previamente).
Principales limitaciones: techo, tolerancia y efectos secundarios. Su asociación con
codeína mejora este techo analgésico.
El Paracetamol es un analgésico antipirético pero no AINE ni antiagregante, con es-
casas alteraciones gastrointestinales aunque puede producir alteraciones hepáticas
importantes. El techo terapéutico del fármaco aparece relativamente pronto en dolo-
res moderados-intensos.
727
CAPÍTULO 107
analgesia y utilizar aquellas que consiguen efectos aditivos disminuyendo efectos se-
cundarios. No administrar opiáceos mayores y menores juntos.
Codeína: efectos secundarios: estreñimiento, náuseas, vómitos y mareo.
La asociación de 500 mg de Paracetamol + 30 mg de Codeína hace que mejore el
techo analgésico del no opioide.
Dihidrocodeína: efectos secundarios: estreñimiento, náuseas, vómitos, mareos.
Tramadol: agonista opioide con acción no opioide. Efectos secundarios similares a la
codeína.
FENTANILO: opioide de síntesis que se comporta como agonista puro con una po-
tencia analgésica unas 80-100 veces superior a la Morfina.
Utilización: debido a las características especiales de la liberación transdérmica, su
uso se reduce al control del dolor crónico intenso en pacientes sintomáticamente es-
tables.
730
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
CONVERSIÓN:
Morfina oral (mg día): 2 = Parche de Fentanilo µ/h
731
CAPÍTULO 107
COADYUVANTES
CUARTO ESCALÓN
Sistemas implantables de control de dolor: Catéteres Espinales. Reservorios Subcu-
táneos. Bombas de Infusión. Sistemas de PCA.
El 4º Escalón esta reservado a los profesionales de las unidades de dolor.
▲ Catéteres Espinales: la vía espinal puede ser utilizada de varias formas; Epidural
(cervical torácica y lumbar), intratecal (lumbar) e intraventricular (ventrículo late-
ral).
733
CAPÍTULO 107
La vía epidural se utiliza con infiltraciones en dosis únicas, con catéteres, reservorios
y bombas de infusión. Útil en dolor postoperatorio, oncológico localizado, arteriopa-
tía de miembros inferiores y determinadas formas de dolor neuropático.
La vía intratecal lumbar se utiliza por medio de reservorios subcutáneos conectados a
sistemas de infusión externos también pueden usarse bombas de infusión implanta-
bles.
Sistemas de PCA: es un sistema de administración de fármacos cada vez más usado.
Es la analgesia controlada por el paciente. Su empleo fundamental es el dolor posto-
peratorio vía iv pero también se usa epidural e intratecal en el tratamiento del dolor
oncológico ambulatorio. Se administra un bolo inicial analgésico para que sea efec-
tivo y se programan otros.
Algunas de las causas que pueden hacer acudir a un paciente tratado en una Unidad
de Dolor a un Servicio de Urgencias Hospitalarias son: inadecuada analgesia, com-
plicaciones sistémicas por alguno de los fármacos administrados y problemas ca-
racterísticos en relación con los diferentes sistemas.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Benedetti C, Butler SH. Systemics Analgesics. En: Bonica JJ, editor. The management of pain
2nd. ed. Philadelphia: Lea&Febiger; 1990 p.1640-1672.
▲ Miralles Pardo Fs, editor. Guía práctica de tratamiento del dolor en Atención Primaria. Ma-
drid: Jarpyo; 1995.
▲ Galvez Mateos R, editor. Manual Clínico: Manejo Práctico del dolor en Atención Primaria.
Madrid: Luzan;1995.
▲ Savage SR. Opioid therapy of chronic pain: assement of consequences. Acta Anaesthesiol
Scand 1999; 43: 909-917.
▲ Seddon R. Opioid use in the management of chronic pain. Med Clin North Am 1999; 83:
761-785.
735
CAPÍTULO 108
Capítulo 108
SEDACIÓN EN URGENCIAS
R. Casas Zarzuelo - F. Bustos Molina
INTRODUCCIÓN
▲ El objetivo de la sedación, es crear un estado que permita al paciente, tolerar pro-
cedimientos y técnicas que condicionan ansiedad, disconfort o dolor. Así como,
realizar en niños y adultos "no colaboradores", procedimientos que aunque no
sean particularmente incómodos, requieren inmovilización. Se puede diferenciar
entre:
1- Sedación ligera: estado de mínima depresión del nivel de conciencia; el pa-
ciente conserva la capacidad para mantener de forma independiente y conti-
nua, una vía aérea permeable, y para responder a estímulos físicos o verbales.
2- Sedación profunda: estado de depresión consciente o inconsciente del cual el
paciente no es fácilmente despertado. Puede acompañarse de pérdida de los
reflejos protectores, incluyendo la habilidad de mantener una vía aérea y de
responder a estímulos.
3- Neurolepsis: estado de disminución de la actividad motora y ansiedad, indu-
cida mediante tranquilizantes mayores o neurolépticos (tipo Haloperidol y
Droperidol). Es útil en Servicios de Urgencias para control de pacientes vio-
lentos o agitados, principalmente los que suponen un riesgo para si mismos o
para otros.
La combinación de opiáceos y neurolépticos originan un estado conocido co-
mo Neuroleptoanalgesia.
4- Ansiolisis: estado en el que se disminuye el grado de ansiedad del paciente
sin deprimir el nivel de conciencia.
▲ Se han desarrollado múltiples escalas descriptivas de niveles de sedación, entre
ellas la "Escala de Ramsay":
Escala de Ramsay
Nivel 1- paciente despierto, ansioso o agitado.
Nivel 2- paciente despierto, tranquilo, orientado y colaborador.
Nivel 3- despierto, pero sólo responde a órdenes.
Nivel 4- dormido con respuesta rápida a órdenes.
Nivel 5- dormido con respuesta tardía.
Nivel 6- sin respuesta.
tima ingesta, abuso de alcohol o drogas y situaciones que supongan mayor ries-
go como la obesidad o el embarazo.
Es importante tener en cuenta que durante la sedación disminuyen los reflejos
protectores de la vía aérea, favoreciendo la aspiración pulmonar, especialmente
en situaciones de urgencia donde la mayoría de los pacientes presentan estóma-
go lleno.
2.- MONITORIZACIÓN: durante la sedación se debe monitorizar:
▲ El nivel de conciencia (valorando la respuesta verbal o motora a órdenes).
▲ La ventilación (mediante la observación de la mecánica respiratoria y la aus-
cultación pulmonar o mediante monitores automáticos de apnea, como los
que miden el CO2 espirado, en aquellos pacientes en los que es imposible va-
lorar la mecánica ventilatoria). Y la oxigenación (por pulsioximetría).
▲ Estabilidad hemodinámica (con determinación de la tensión arterial antes de
iniciar la sedación, a intervalos regulares una vez establecida y durante el
tiempo de recuperación. El registro electrocardiográfico no debe olvidarse).
3.- CONOCIMIENTO FARMACOLÓGICO: el personal responsable de la administra-
ción de agentes sedantes debería conocer:
▲ La potenciación de la depresión respiratoria inducida por sedantes con la ad-
ministración conjunta de opioides.
▲ La combinación de fármacos puede ser más efectiva en algunas circunstan-
cias que el uso de un único fármaco; sin embargo aumenta la aparición de
efectos adversos. Será necesario por lo tanto disminuir la dosis cuando utili-
cemos varios fármacos asociados.
▲ La administración intravenosa de sedantes debe hacerse en pequeñas dosis
incrementales, con intervalos suficientes entre ellas, para permitir que se es-
tabilice el efecto de cada dosis.
▲ Siempre que se utilicen opiáceos o benzodiacepinas como sedantes, se debe
disponer de sus antagonistas (Naloxona y Flumacenil respectivamente). Hay
que tener en cuenta que la reversión de los efectos de los opioides con Nalo-
xona, puede originar dolor, HTA, taquicardia o edema pulmonar. Mientras
que la reversión con Flumacenil de una sobresedación con benzodiacepinas,
origina gran ansiedad. Una vez revertida la sedación debe vigilarse al pa-
ciente para asegurarse que la sedación no recurre.
4.- MATERIAL DE EMERGENCIAS: es preciso disponer de un equipo para la admi-
nistración de oxígeno suplementario, así como del material necesario para esta-
blecer una vía aérea y realizar las maniobras de RCP.
5.- ACCESO INTRAVENOSO: es necesario disponer de un acceso venoso, y mante-
nerlo durante la fase de recuperación, hasta que el paciente esté fuera de riesgo
de sufrir depresión respiratoria. Independientemente de la vía de administración
de los agentes sedantes.
BENZODIACEPINAS:
▲ Son los fármacos más utilizados por sus efectos ansiolíticos, hipnóticos, anticon-
vulsivantes, capacidad para producir amnesia anterógrada y una cierta relaja-
ción muscular. No tienen acción analgésica.
▲ En ancianos, debilitados o con enfermedades crónicas se recomienda una dosis
menor y como el efecto máximo tarda más en alcanzarse, las dosis adicionales
debe regularse de manera lenta y cuidadosa.
Cuadro 108.1: Benzodiacepinas
Benzodiacepinas Dosis bolo Perfusión
OPIÁCEOS:
▲ Son potentes analgésicos, pero moderados sedantes dosis dependiente. A dosis
mayores puede originar amnesia y pérdida de conciencia. Deprimen el centro res-
piratorio y a nivel cardiovascular disminuye la tensión arterial y la frecuencia car-
díaca, siendo bastante estables hemodinámicamente. Otros efectos son rigidez
muscular y miosis (excepto la Meperidina que causa midriasis).
▲ Se utilizan cuando se precise una analgesia intensa y asociados a Benzodiacepi-
nas cuando además se pretenda sedar al paciente.
738
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
PROPOFOL:
▲ Hipnótico de acción corta (10-15 min), con moderado efecto ansiolítico y amné-
sico. No tiene efecto analgésico. Puede producir hipotensión y bradicardia. Con-
traindicado en alérgicos a proteína de huevo.
▲ Su administración intravenosa es dolorosa, para evitar el dolor se utilizan vías de
calibre grueso, se inyecta de forma lenta y se puede añadir Lidocaína.
Cuadro 108.5: Propofol
Propofol (Diprivan ) ®
Bolo Perfusión
Presentaciones de
200 mg/20 ml ó 500 mg/50 ml iv: 0.5–1 mg/kg, lento 1-5 mg/kg/h
Propofol 50 kg 60 kg 70 kg 80 kg 90 kg
Dilución: usar el vial de 50 ml
1 mg/kg/h 5 ml/h 6 ml/h 7 ml/h 8 ml/h 9 ml/h
2 mg/kg/h 10 ml/h 12 ml/h 14 ml/h 16 ml/h 18 ml/h
3 mg/kg/h 15 ml/h 18 ml/h 21 ml/h 24 ml/h 27 ml/h
4 mg/kg/h 20 ml/h 24 ml/h 28 ml/h 32 ml/h 36 ml/h
5 mg/kg/h 25 ml/h 30 ml/h 35 ml/h 40 ml/h 45 ml/h
KETAMINA:
▲ Agente con actividad analgésica y broncodilatadora. No produce inestabilidad
hemodinámica. Se ha relacionado con sensación de disconfort y fenómenos alu-
cinatorios, con dosis mayores de 2 mg/kg. Para disminuir la incidencia de estas
secuelas se asocia la administración de una Benzodiacepina.
▲ Se utiliza como sedante y analgésico en procedimientos cortos. Está contraindi-
cado en hipertensión intracraneal, glaucoma y cardiopatía isquémica.
Cuadro 108.6: Ketamina
Bolo
Ketamina (Ketolar )®
- iv: 0.2 – 0.4 mg/kg repetir cada 10 –15 min si es necesario.
Presentación de 100 mg/ml - im: 2- 4 mg/kg
HALOPERIDOL:
▲ Su uso está indicado en deprivación alcohólica y paciente con agitación psico-
motriz.
739
CAPÍTULO 108
ANTAGONISTAS:
FLUMACENIL (Anexate® 1 mg = 10 ml).
Se caracteriza por un rápido comienzo de acción y una vida media corta, menor que
la de las Benzodiacepinas, por lo que hay que tener en cuenta la posibilidad de que
aparezca una resedación.
NALOXONA (Naloxone Abelló® 0.4 mg = 1 ml).
Antagonista competitivo de los receptores opiáceos. Puede revertir la analgesia, hi-
pertensión, arritmias, edema pulmonar, y delirio o síndrome de abstinencia. Su vida
media (15 – 40 min) es menor que la mayoría de los opiáceos, lo que obliga a man-
tener vigilancia del paciente, una vez revertida la situación de emergencia. La inver-
sión de la depresión respiratoria se produce en 1-2 min y dura 30-60 min. En pa-
cientes con tratamiento opioide crónico, administrar lentamente, ya que puede
desencadenar un síndrome de abstinencia.
Cuadro 108.9: Antagonistas
Antagonistas Dosis bolo Perfusión
RELAJANTES MUSCULARES:
Su uso en Urgencias se limita a facilitar la intubación endotraqueal y la tolerancia a
la ventilación mecánica. El paciente debe estar adecuadamente sedado.
BIBLIOGRAFÍA:
▲ Practice guidelines for sedation and analgesia by non-anesthesiologist. A report by the Ame-
rican Society of Anesthesiologist Task Force on sedation and Analgesia by Non-Anesthesio-
logist. Anesthesiology 1996; 84: 459-71.
▲ Innes G, Murphy M, Nijssen-Jordan C, Ducharme J, Drummond A. Procedural sedation and
analgesia in the emergency department. Canadian Consensus Guidelines. J Emerg Med
1999;17: 145-56.
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gesia in the emergency department. Ann Emerg Med. 1998; 31: 663-77.
▲ Barash P, Cullen B F, Stoelting R K, editores. Anestesia clínica. Mexico: McGraw-Hill Intera-
mericana; 1999.
741
CAPÍTULO 109
Capítulo 109
ACTITUD ANTE UN ACCIDENTE CON
MATERIAL BIOLÓGICO
A. Sánchez Castaño - E. Muñoz Platón
INTRODUCCIÓN
Aunque hay más de 20 enfermedades que se transmiten por sangre o fluidos san-
guinolentos, sólo vamos a ocuparnos en este tema de las más importantes: infección
por el virus de la hepatitis B (VHB), infección por el virus de la hepatitis C (VHC) y de
la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Es necesario recordar
que el método más efectivo para prevenir la infección por estos virus es evitar la ex-
posición a ellos. Las medidas que utilizamos para realizar la profilaxis postexposi-
ción, no deben nunca suplir a las medidas para evitar la exposición (utilización de
guantes, material desechable, preservativo, vacuna frente al VHB y otras).
En los últimos años diversas instituciones han difundido protocolos de actuación ante
estas situaciones en el ambiente laboral sanitario (exposiciones ocupacionales); no
hay datos fiables, sin embargo, que nos permitan hacer recomendaciones claras fue-
ra del ambiente laboral sanitario (exposición no ocupacional).
En nuestro Hospital es el Servicio de Medicina Preventiva el que se encarga de manejar
estas exposiciones accidentales y de hacer el seguimiento posterior. Al no estar disponi-
bles sus servicios durante las 24 horas del día, en muchas ocasiones es necesario iniciar
la valoración del riesgo y las medidas para evitar el contagio antes de que se le pueda
consultar, dado que estas situaciones deben ser consideradas una Urgencia médica.
▲ DEFINICIONES
Trabajador de la salud. En este capítulo lo definimos como cualquier persona cuyas
actividades se desarrollen en contacto con el paciente o con sangre u otros fluidos cor-
porales de un paciente (médicos, personal de enfermería, auxiliares, celadores, vo-
luntarios, estudiantes, técnicos de laboratorio y otros) y personas que trabajen en el
laboratorio con concentrados de virus.
Fuente. Persona que potencialmente puede transmitir estos virus.
Exposición. Situaciones que supongan algún riesgo de contagio por alguno de estos
virus:
- Lesión percutánea (pinchazo con aguja, objeto cortante).
- Salpicaduras en mucosas.
- Contacto en piel no intacta (heridas, abrasiones, dermatitis).
- En algunos casos contacto con piel sana: gran cantidad de sangre y exposición
prolongada (varios minutos).
▲ PROFILAXIS PRE-EXPOSICIÓN. Actualmente no existe profilaxis pre-exposición
para el VIH y el VHC. Existe vacuna frente al VHB; todos los trabajadores con ries-
go de exposición a este virus deben estar vacunados. Existen dos vacunas en el
mercado actualmente: Engerix-B de la que se administran 20 mcg im en el del-
toides los meses 0, 1 y 6 ó 0, 1, 2 y 12.; y Recombivax-HB de la que se adminis-
tran 10 mcg los meses 0, 1 y 6.
Uno o dos meses después de la vacunación deben cuantificarse los títulos de anti-
HBsAg; los trabajadores de la salud cuyos títulos de anti-HBsAg sean inferiores a
10 mUI/mL deben ser vacunados de nuevo y volver a cuantificar sus títulos al fi-
nal. Si continúan siendo inferiores a 10 mUI/mL se les considerará no responde-
dores.
Los anticuerpos producidos por la vacunación declinan gradualmente con el tiem-
po, pero no parece necesario poner dosis de recuerdo de vacuna para trabaja-
dores sanitarios inmunocompetentes, debido a que las personas que han respon-
dido a la vacunación inicial, permanecen protegidas durante muchos años (no
claro si es de por vida) frente a la hepatitis clínica y frente a la hepatitis crónica
incluso cuando sus títulos de anticuerpos se vuelven indetectables.
▲ PROFILAXIS POSTEXPOSICIÓN (PPE)
¿ Qué hacer cuando nos consulte un trabajador de la salud que ha tenido un acci-
dente ocupacional?
Se deben recoger datos relevantes del accidente para valorar el riesgo de la exposi-
ción y la necesidad de PPE inmediata.
1. Se debe recoger algunos datos del accidente como: fecha, hora.
2. Los datos del procedimiento que se estaba realizando: cómo ocurrió el accidente,
si fue con un objeto punzante.
3. Detalles de la exposición: el tipo y la cantidad de líquido o material que intervino
en la exposición; el grado de lesión como una lesión percutánea; profundidad de
la lesión; si se inyectó líquido o si fue una exposición de la piel o las mucosas: la
cantidad de líquido y el tiempo que permaneció en contacto con la piel.
4. Recoger todos los datos posibles de la fuente:
- Si se conoce que tiene infección por VHB, VHC o VIH.
- ¿Realiza prácticas de riesgo?.
744
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
- Si se sabe que está infectado es interesante saber las complicaciones que ha te-
nido, el estado de la enfermedad, la carga viral en el caso del VIH, la situación
inmunológica y si está realizando tratamiento y los que ha hecho previamente.
Si no se conoce su status se debe intentar extraer una muestra de sangre para
estudio previa información.
5. Recoger datos del trabajador expuesto:
- Si tiene serologías previas para estos virus.
- Si se ha vacunado frente al VHB y si se sabe si hubo respuesta.
- Si padece alguna enfermedad previa que pueda alterar su sistema inmune.
Tratamiento de la zona expuesta. Las heridas o las zonas de la piel que han estado
en contacto con sangre u otros fluídos potencialmente contagiosos deben ser lavados
con jabón y agua; las mucosas se limpian con agua. No hay evidencia de que el uso
de antisépticos en las heridas o exprimirlas reduzca el riesgo de transmisión aunque
la utilización de antisépticos no está contraindicado.
PPE ESPECÍFICA DE CADA UNO DE LOS VIRUS:
▲ VHB. Se considerará la profilaxis postexposición frente a este virus ante exposi-
ciones percutáneas, salpicaduras en mucosas o piel no intacta o intacta si el con-
tacto es muy prolongado; también se considerará en casos de pinchazo sin líqui-
do visible (inyecciones intramusculares o subcutáneas o con aguja pinchando en
goma sin tener seguridad de no presencia de sangre). Consideraremos varias si-
tuaciones.
Fuente conocida con HBsAg positivo, o que se niega a realizarse serología o que
no es posible por no ser conocida:
a) Si la persona expuesta sabe que tiene protección natural (anti-HBc y anti-HBs) no
es necesario tomar medida alguna en relación al VHB.
b) Si la persona expuesta está vacunada existen varias posibilidades:
- Si se sabe que tuvo buena respuesta después de la vacunación no se hace na-
da.
- Si se sabe que no respondió a la vacuna se administrará una dosis de gam-
maglobulina específica anti-VHB en ese momento y otra un mes más tarde.
Cuando no se cuantificaron los Ac anti-HBs tras la vacunación puede extraerse
una muestra para serología y administrar una dosis de gammaglobulina anti-
VHB; posteriormente se actuará según resultados de serología.
c) Si el trabajador sanitario no está vacunado se extraerá una muestra para reali-
zar serología y se administrará una dosis de gammaglobulina anti-VHB (0.06
ml/kg). Posteriormente si no tiene inmunización natural se iniciará vacunación lo
antes posible. No hay problemas en administrar la gammaglobulina anti-VHB o
vacuna a gestantes, vacunados o portadores ya del VHB. La gammaglobulina an-
ti-VHB puede administrarse al mismo tiempo que la vacuna, pero en lugares dife-
rentes.
Fuente conocida con HBsAg negativo:
No es preciso tomar medida alguna, pero es buen momento para recomendarle al
trabajador de la salud vacunación si no lo había hecho antes.
▲ VHC. Actualmente no disponemos de medidas de profilaxis postexposición efecti-
vas frente al VHC. Se debe extraer muestra al trabajador expuesto para estudio
basal de Ac anti-VHC y transaminasas. Se hará un seguimiento durante 12 meses.
745
CAPÍTULO 109
▲ VIH. Es el que más angustia genera actualmente a pesar de ser el menos conta-
gioso. La necesidad de profilaxis postexposición se establece en función del nivel
de exposición y del status de la fuente. Es necesario discutir con la persona ex-
puesta las ventajas e inconvenientes de la profilaxis si el riesgo del accidente nos
lleva a recomendársela y se debe solicitar que después de la discusión nos firme
su consentimiento informado. En los cuadros 109.2 y 109.3 se muestra la forma
de determinar estas variables y en el 109.4 las recomendaciones de profilaxis pos-
texposición en función de ellas.
Si No No hay necesidad
de PPE
NE 1 NE 2 NE 2 NE 3
1. OMPI se refiere a semen, secrecciones vaginales, LCR, líquido pericárdico, pleural, sinovial, amniótico o te-
jidos. En general el riesgo de contagio es muy bajo pero hay que valorar cada caso individualmente.
2. El contacto con la piel intacta se considera que no tiene riesgo de transmisión. Sin embargo, si la exposi-
ción fue a sangre con gran cantidad de volumen, afectando a amplias zonas y de varios minutos de duración
debe considerarse de riesgo.
746
M ANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
No PPE
3. Una fuente se considera negativa para VIH si hay documentación de Ac anti-VIH, PCR-VIH o Ag p24 de
VIH negativos en el momento de la exposición o cercano a ella y no hay evidencia clínica de infección agu-
da por VIH reciente.
4. Una fuente es considerada positiva si hay evidencia de infección por VIH detectado por una prueba de Ac,
PCR para VIH o Ag p24.
5. El régimen básico consiste en la administración durante 4 semanas de 300 mg cada 12 horas de Zidovu-
dina (Retrovir® ) más 150 mg cada 12 horas de Lamivudina (Epivir ®). Existe el preparado Combivir ® en el que
cada comprimido incluye los 300 mg de Zidovudina y los 150 mg de Lamivudina.
6. El régimen expandido consiste en la administración durante 4 semanas del régimen básico más o Indina-
vir (Crixivan ®) a la dosis de 800 mg cada 8 horas o Nelfinavir (Viracept®) a la dosis de 750 mg cada 8 ho-
ras o 1.250 mg cada 12 horas.
747
CAPÍTULO 109
Selección del régimen de PPE de VIH. Aunque hemos descrito el régimen básico y ex-
pandido en el cuadro 109.4, hay que individualizar el régimen en cada paciente. Al-
gunos autores recomiendan utilizar siempre triple terapia. Por otra parte, si la fuente
está tomando antirretrovirales o los ha tomado antes sería razonable ofrecer un régi-
men que incluya fármacos frente a los que sea menos probable que haya resistencias.
Se deben tener en cuenta la toxicidad y las interacciones. Si se trata de una mujer en
edad fértil, comprobad si está embarazada. Si lo estuviese y la exposición aconseja
PPE; explicar el riesgo de contagio y el desconocimiento que tenemos de los posibles
efectos de los antirretrovirales sobre el feto; si decide tomarlos debe firmar el consen-
timiento informado.
¿Cuándo iniciar la profilaxis?. La PPE debe ser iniciada lo antes posible; mejor en las
primeras horas tras el contacto. En humanos no se conoce realmente el intervalo den-
tro del cual es eficaz, pero parece poco probable que lo sea si han pasado más de
48-72 h desde el contacto. La duración recomendada es de cuatro semanas.
Seguimiento del trabajador accidentado. Se recomienda realizar la prueba de Ac an-
ti-VIH basal y a las 6, 12 semanas y 6 meses independientemente de si realiza PPE o
no. Un 5% de las seroconversiones ocurren después de los 6 meses por lo que algu-
nos protocolos incluyen otra prueba a los 12 meses. No está indicado de forma ruti-
naria la investigación del Ag p24 del VIH ni del ARN-VIH mediante la reacción en
cadena de la polimerasa (PCR). Si el trabajador tiene un cuadro compatible con un
síndrome antirretroviral agudo se investigará en ese momento la presencia de Ac an-
ti-VIH y de ARN-VIH por PCR.
Monitorización de la toxicidad farmacológica. Son muy frecuentes los efectos secun-
darios con estos tratamientos, pero con estos regímenes de 4 semanas no es habitual
observar efectos secundarios graves. Se realizará un hemograma y bioquímica ruti-
naria basal y a los 15 días de iniciado el tratamiento. Si el régimen incluye Indinavir
se incluirá un análisis sistemático de orina.
Con AZT lo más frecuente es sufrir trastornos gastrointestinales que pueden responder
al aumento del intervalo (200 mg cada 8 horas) o a la ingestión con alimentos; no se
suele producir toxicidad hematológica con estos regímenes tan cortos. Con Indinavir
se debe recomendar tomar más de 1.5 litros de líquido al día por el riesgo de nefro-
litiasis aunque la frecuencia con el régimen de un mes es del 0.8%. El Nelfinavir sue-
le producir diarrea que se tolera bien y mejora con Loperamida.
Consejos y educación al trabajador expuesto. La exposición al VIH genera gran an-
gustia. Es necesario mantener la confidencialidad y ofrecerle apoyo psicológico si lo
solicita. El trabajador expuesto debe ser informado de la posibilidad de transmisión
secundaria si él se infecta y por lo tanto se le recomendará sobre todo durante las 6
a 12 primeras semanas tras la exposición: abstinencia sexual o uso de preservativo;
no donar sangre, plasma, órganos, tejidos o semen; a las mujeres en edad fértil les
recomendamos que eviten el embarazo en los siguientes 6 meses; si una mujer está
lactando debe suspender la lactancia de forma temporal; no es necesario que el tra-
bajador expuesto deje su trabajo habitual. Si va a realizar PPE es necesario infor-
marle acerca de la importancia de una buena cumplimentación.
nales como: exposición sexual, uso de drogas por vía parenteral u otras. El riesgo de
transmisión del VIH en una exposición esporádica por compartir una aguja intrave-
nosa es de 0.67%; de exposición percutánea es de 0.4%; por exposición sexual anal
receptiva es de 0.1-3%; el riesgo por episodio de exposición receptiva vaginal es de
0.1-0.2%; si es vaginal insertiva 0.03-0.09%. No hay datos sobre el riesgo de la ex-
posición receptiva oral, pero está descrita. Respecto al VHB y VHC se describen en el
cuadro 109.1. La PPE no debe ser nunca administrada de forma rutinaria o sólo por-
que la solicita el paciente; es, sobre todo en el caso del VIH un tratamiento complejo
y caro que no puede convertirse en "la píldora de la mañana siguiente".
¿Qué hacer ante una relación heterosexual esporádica con una persona cuyo sta-
tus VIH es desconocido?. El riesgo es bajo aunque más alto para la mujer. Depende-
rá también de si existen otras prácticas de riesgo. En principio no se recomienda PPE,
pero si el paciente insiste se le ofrecerá el régimen básico y si es posible se les inves-
tigará para Ac anti-VIH a los dos. Si es negativo el estudio se suspenderá la PPE.
¿Qué hacer ante una relación sexual oral insertiva o receptiva con una persona in-
fectada?. El riesgo es muy bajo aunque está descrita la transmisión. No se debe re-
comendar ni ofrecer PPE ni siquiera cuando haya eyaculación.
¿Qué hacer si nos consulta una persona por exposiciones repetidas sexuales o pa-
renterales?. No se debe recomendar ni ofrecer PPE. No es conocida la efectividad de
la profilaxis continua y tiene riesgo de efectos secundarios severos además de ser ca-
ra. Se le debe aconsejar que tome medidas para evitar la exposición.
¿Qué hacer ante un caso de violación? (ver capítulo 3)
Se recogerá una Historia Clínica enfocada a los hechos y de los antecedentes de aler-
gias, vacunaciones, métodos anticonceptivos así como la fecha de la última menstrua-
ción. Haremos una exploración general y ginecológica. Se tomarán cultivos de la zona
vaginal, perianal u oral según el sitio de penetración para gonococo y Chlamydia (de
la zona oral sólo para gonococo); recogeremos una muestra para serología de VHB,
VHC, VIH y sífilis así como una prueba de embarazo para mujeres en edad fértil.
Ofreceremos a la paciente: profilaxis antitetánica si no está inmunizada; gammaglo-
bulina anti-VHB seguida de vacunación si no tiene inmunización natural; y profilaxis
antibiótica (ver cuadro 109.5).
¿Qué hacer en relación con el VIH?: el umbral para recomendar PPE frente al VIH en
un caso de violación debe ser más bajo que en los casos anteriores. El riesgo de trans-
misión del VIH tras violación puede ser más alto que con las relaciones sexuales con-
sentidas debido a la posibilidad de trauma rectal o genital y sangrado, exposición a
múltiples personas o exposición a través de múltiples sitios receptivos.
La PPE puede ayudar a disminuir la ansiedad. Si el violador puede ser detenido y se
le puede realizar una prueba para infección por VIH, la PPE se suspenderá si la prue-
ba es negativa. Recomendar el régimen básico o triple terapia dependerá de las ca-
racterísticas individuales de cada caso.
Ofrecer contracepción hormonal postcoito.
BIBLIOGRAFÍA:
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care worker exposures to HIV and recomendations for postexposure prophylaxis. MMWR
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nonoccupational exposure to HIV, including considerations related to antirretroviral therapy.
MMWR 1998; 47 (RR-17): 1-19.
▲ Lurie P, Miller S, Hecht F. Postexposure prophylaxis after nonoccupational HIV exposure. JA-
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56: 1011-18.
▲ Martin JN, Roland ME, Bamberger JD. Contrasting nonoccupational from occupational ex-
posures: initial findings from the San Francisco HIV postexposure prevention ( PEP ) project
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▲ Hampton HL. Care of the woman who has been raped. N Engl J Med 1995; 332: 234-7.
751
VALORES DE REFERENCIA
VALORES DE REFERENCIA
F. Velasco Peña - E. Fernández Rodríguez
DETERMINACIONES EN SANGRE
DETERMINACIONES HEMATOLÓGICAS
Coagulación:
PDF (Productos de degradación de la fibrina) < 10 µg/ml
Dímero D < 0.5 mg/L
Tiempo de Protrombina 70-130 %
TPTa (Tiempo de tromboplastina parcial activada) 20-37 seg.
Fibrinógeno (derivado) 100-600 mg/dl
Plaquetas x 1.000 130-350/µL
Hemograma:
Leucocitos x 1.000 4.8-10.8/µL
Hematíes x 106 H 4.7-6.1/µL
M 4.2-5.4/µL
Hemoglobina H 14-18 gr/dl
M 12-16 gr/dl
Hematocrito H 42-52 %
M 37-47 %
VCM (Volumen corpuscular medio) H 80-94 µm3
M 81-99 µm3
HCM (Hemoglobina corpuscular media) 27-31 pg/célula
CHCM (Concentración de hemog. corpuscular media) 33-37 gr/dl
RDW (Amplitud de distribución eritrocitaria) 11.5-14.5 %
Fórmula leucocitaria:
Neutrófilos x 1.000 1.9-8/µL (40-74%)
Linfocitos x 1.000 0.9-5.2/µL (19-48%)
Monocitos x 1.000 0.16-1/µL (3.4-9%)
Eosinófilos x 1.000 0-0.8/µL (0-7%)
Basófilos x 1.000 0-0.2/µL (0-1.5%)
DETERMINACIONES DE FÁRMACOS
Carbamacepina 4-12 ng/ml
Digoxina 0.5-2 ng/ml
Fenitoína 10-20 ng/ml
Fenobarbital 15-40 ng/ml
Litio 0.5-1.3 mmol/L
Salicilato < 20 mg/dl
Teofilina 10-20 µg/ml
Valproato 50-100 ng/ml
756
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
DETERMINACIONES EN ORINA
Prueba Valores normales
Acido d-aminolevulínico Muestra 24 horas 0.01-4.5 mg/L
Acido 5-hidroxiindolacético Muestra 24 horas < 10 mg/24H
Acido cítrico Muestra 24 horas 140-940 mg/24H
Acido homovanílico Muestra 24 horas
< 1 año < 2.3 mg/24H
2-4 años < 3 mg/24H
5-9 años < 3.5 mg/24H
10-19 años < 6 mg/24H
>19 años < 6.8 mg/24H
Acido oxálico Muestra 24 horas 7-44 mg/24H
Acido vanilmandélico Muestra 24 horas 1.8-6.7 mg/24H
Adrenalina Muestra 24 horas < 15 µg/24H
Amilasa Muestra aleatoria 32-641 U/L
Coproporfirinas Muestra 24 horas 160-180 µg/24H
Cortisol Muestra 24 horas 40-158 µg/24H
Dopamina Muestra 24 horas 65-400 µg/24H
Hidroxiprolina Muestra 24 horas
1 semana-1 año 55-220 mg/24H/m2
1 año-13 años 25-80 mg/24H/m2
22 años-65 años 6-22 mg/24H/m 2
> 66 años 5-17 mg/24H/m2
Microalbuminuria Muestra 24 horas 0-19 mg/L
Noradrenalina Muestra 24 horas 0-70 µg/24H
Osmolalidad Muestra aleatoria 50-1.200 mOsm/kg
Muestra 24 horas 300-900 mOsm/kg
pH 5-8
Porfobilinógeno Muestra 24 horas <0.2 mg/dl
Potasio Muestra aleatoria 35-90 mmol/L
Sodio Muestra aleatoria 130-260 mmol/L
Uroporfirinas Muestra 24 horas <35 µg/24H
LÍQUIDO CEFALORRAQUÍDEO
Prueba Valores normales
Leucocitos < 10/mm3
Glucosa 60-80% del valor en suero
IgG 0.48-5.86 mg/dl
Proteínas 15-40 mg/dl
LÍQUIDO PLEURAL
Prueba Valores normales
Leucocitos < 1000 leucos/mm 3
Glucosa Dif. (Suero – Liq.) < 30 mg/dl
Adenosín deaminasa (ADA) < 40 U/L
LÍQUIDO SINOVIAL
Prueba Valores normales
Leucocitos < 200 leucos/mm 3
Glucosa Dif. (Suero – Liq.) < 10 mg/dl
LIQUIDO ASCÍTICO
Prueba Valores normales
Leucocitos < 300 leucos/mm 3
757
ÍNDICE DE TÉRMINOS
ÍNDICE DE TÉRMINOS
R. Sánchez García - A. Julián Jiménez
A Anciano: 717
Anemia: 457-462.
Abdomen agudo: 207. Aneurisma disecante de aorta: 141-144,
Absceso abdominal: 210, 264. 210.
--- perianales: 272. Angina de pecho: 75.
Angiodisplasia: 227.
--- del SNC: 412. Angioedema: 667.
Abstinencia alcohólica: 279, 679. Angor estable: 76, 78.
---- menor: 680. --- inestable: 76, 81.
Abuso sexual: 19. --- de Prinzmetal: 78.
Accidente cerebrovascular agudo en Urgen- Anión gap: 509.
Anorrectal (patología): 269-274.
cias: 293-300, 135.
Ansiolisis: 735.
ACVA hemorrágico: 294. Antecedentes personales: 2.
-- isquémico: 293. Antiarrítmicos: 117.
Accidente isquémico transitorio (TIA): 294. Anticoagulación: 147.
Accidente con material biológico: 741-750. Anticoagulantes orales: 473.
Acidosis láctica: 509, 535. Anticomiciales (Cuadro 46.4.): 316, 732.
Antídotos (Cuadro 81.1.): 553.
--- metabólica: 509 Antieméticos (Cuadro 23.4.): 205.
--- ---- con anión gap elevado: 509. Antirretrovirales: 439.
--- ---- con anión gap normal: 510 Antivirales: 664.
--- respiratoria: 513. Ántrax: 417.
Addison: 544. Anuria excretora: 499.
Adenopatías mediastínicas (Rx): 67. Aplasia de médula ósea: 467.
Arcada: 201.
Adjunto: 11. Arnold-Chiari: 330
Aerobilia: 71. Arritmias: 109-118.
Agitación: 676. --- supraventriculares: 110
Agotamiento por calor: 706. --- de la unión: 111.
Agresión: 19. --- ventriculares: 112.
Arteriografía: 210, 222, 228.
Ahogamiento y lesiones en el buceo: ---- pulmonar: 189.
697-700. ---- abdominal: 276.
Alcalosis hipoclorémica: 204. Arteritis de células gigantes: 305, 356.
---- hipopotasémica: 204. Artritis crónica juvenil: 610.
---- metabólica: 512. --- gotosa: 602.
---- respiratoria: 513. --- microcristalina: 602, 609.
--- reactivas: 609.
Alta médica: 16. --- séptica: 426, 603.
--- voluntaria: 16. Artrocentesis: 54, 601, 611.
Alteraciones del equilibrio del calcio: Ascitis: 245-250, 53.
527-530. --- a tensión. 248.
---- - ---- - potasio: --- radiológica: 71.
--- refractaria: 250.
521-526. Asma (Crisis de): 177-186.
---- - ---- - sodio: Aspectos médico-legales: 11.
515-520. Asterixis: 251.
Alucinosis alcohólica: 679. Atelectasia radiológica: 66.
Amaurosis fugax: 356,646.
Amilasa: 74, 232. B
Anafilaxia: 667-672, 656. Babinski-Weil: 324.
Analgésicos: 726. Bacteriemia: 371.
758
M ANUAL DE P ROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
VADEMECUM
S. Carmona Lambooy - Y. Delgado Cejudo - A. Julián Jiménez
ABREVIATURAS: ®: registrado; v.o: vía oral; v.i.v: vía intravenosa; v.i.m: vía intramuscular;
v.inh: vía inhalada; v.inas: vía intranasal; v.sbc: vía subcutánea; v.t: vía tópica; caps: cápsu-
las; sob: sobres; comp: comprimidos, sol: solución; amp: ampollas; mcg: microgramos; mg:
miligramos; gr: gramos; ml: mililitros; U.I: unidades internacionales.
▲ AAS: (Aspirina®) v.o comp de 500 mg. (Adiro®) v.o. comp de 100, 300 y 500 mg. (Tro-
malyt®) v.o: caps 150 y 300 mg.
▲ ACETATO CÁLCICO: (Royen®) v.o caps de 500 mg.
▲ ACETILSALICILATO DE LISINA: (Inyesprin® ) v.i.v: viales de 900 y 1.800 mg. (Inyesprin oral
forte® ) v.o sob 900 y 1.800 mg.
▲ ACICLOVIR: (Zovirax®) v.o comp de 200 y 800 mg, suspensión 5 ml = 400 mg. (Zovirax
i.v®) v.i.v vial de 250 mg. (Virherpes®) v.o comp de 200 y 800 mg. (Virherpes i.v®) v.i.v vial
de 250 mg.
▲ ÁCIDO AMINOCAPROICO: (Caproamin Fides ®) v.o o v.i.v amp de 4 gr.
▲ ÁCIDO FÓLICO: (Acfol®) v.o comp de 5 mg.
▲ ÁCIDO FUSÍDICO: (Fucidine®) v.o comp de 250 mg. v.t crema y pomada de 30 gr.
▲ ÁCIDO TRANEXÁMICO: (Amchafibrin®) v.o comp de 500 mg. v.i.v o v.i.m amp de 500 mg.
▲ ADENOSINA: (Adenocor®) v.i.v: vial 2 ml = 6 mg. (Adenoscan®) v.i.v: vial 10 ml = 30 mg.
▲ ADRENALINA: (Adrenalina Braun ®) v.i.v amp de 1 ml =1mg. (Adrenalina level ® ) v.i.v: je-
ringas de 1 ml al 1%. (Adreject®) v.i.v: jeringas de 2ml de 0.15 y 0.3 mg.
▲ ALMOTRIPTÁN: (Almográn®) v.o comp 12.5 y 25 mg.
▲ ALOPURINOL: (Zyloric®) v.o comp de 100 y 300 mg.
▲ ALPRAZOLAM: (Trankimazin®) v.o comp de 0.25, 0.5, 1 , 2 y 3 mg.
▲ AMIKACINA: (Biclin®) v.i.v amp de 2 ml = 500 mg.
▲ AMILORIDE + HIDROCLOROTIAZIDA:(Ameride®, Diuzine®) v.o comp 5 mg/ 50 mg
▲ AMINOÁCIDOS RAMIFICADOS: (Aminosteril N Hepa 8% ®) frasco de 500 ml.
▲ AMINOFILINA: (Eufilina®) v.i.v o v.i.m amp de 240 y 360 mg. supositorios de 360 mg.
▲ AMIODARONA: (Trangorex®) v.o comp 200 mg v.i.v amp 150 mg
▲ AMITRIPTILINA: (Tryptizol®) v.o comp de 10, 25, 50 y 75 mg.
▲ AMOXICILINA SÓDICA: (Clamoxyl®) v.o caps de 500 mg. comp de 1 gr. sob de 500 mg y
1 gr. (Clamoxyl® inyectable intramuscular) v.i.m viales de 500 mg y 1 gr. (Amoxi-Gobens®)
v.o caps de 500 mg.sob de 500mg y 1 gr.v.i.v vial de 1gr.
▲ AMOXICILINA-CLAVULÁNICO: (Augmentine oral ®) v.o comp de 500/125 y 875/125 mg.
sob de 250/62.5, 500/125 y 875/125 mg. (Augmentine iv ®) v.i.v viales de 500/50 mg,
1 gr/200 mg y 2 gr/200 mg.
▲ AMPICILINA: (Britapén®) v.i.v amp de 500 mg. v.o caps de 500 mg y 1 gr. y frasco jarabe
de 100 ml(250mg).
▲ ANFOTERICINA B: (Abelcet® ) v.i.v viales de 50 y 100 mg.
▲ ANFOTERICINA B LIPOSOMAS: (Ambisome®) v.i.v viales de 50 mg.
▲ ANISTREPLASA: (Iminase®) v.i.v: vial 30 UI.
▲ ASCORBATO POTÁSICO: (Boi-k®) v.o comp de 10 mEq.
▲ ASCORBATO-ASPARTATO POTÁSICO: (Boi-k aspartico ®) v.o comp de 25 mEq.
▲ ATENOLOL: (Blokium®) v.o comp 50 y 100 mg. (Tenormin®) v.o comp 50 y 100 mg v.i.v
amp 10 ml = 5 mg.(Neatenolol®) v.o comp. 100 mg.
▲ ATROPINA: (Atropina Braun ® ) v.i.v amp de 1ml , de 0.5 y 1 mg. (Atropina sulfato serra ®)
v.i.v: amp 1ml=1mg.
▲ AZATIOPRINA: (Imurel®) v.o comp de 50 mg. v.i.v vial de 50 mg.
▲ AZITROMICINA: (Zitromax®) v.o caps de 250 mg. comp de 500 mg.sob de 150, 200, 250,
500, 1.000 y 1.500 mg
▲ AZTREONAM: (Azactam®) v.i.m viales de 500 mg, 1 y 2 gr. v.i.v vial de 2 gr.
768
MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES
▲ MESALAZINA – 5 ASA:(Claversal®) v.o comp 500 mg, supositorios 500 mg. (Lixacol® ) v.o
comp 400 mg. (Quintasa®) enemas 1 gr.
▲ METAMIZOL MAGNÉSICO: (Nolotil®, Lasain®) v.o caps de 0.575 gr, supositorios 500 mg y
1 gr. v.i.v amp de 5ml = 2 gr.
▲ METILPREDNISOLONA: (Urbason®) v.o comp de 4, 16 y 40 mg.(Urbason soluble ®) v.i.v o
v.i.m amp de 8, 20 y 40 mg. (Solu-moderin®) v.i.v o v.i.m viales de 40, 125, 500 mg y 1
gr.
▲ METOCLOPRAMINA: (Primperán®) v.o comp de 10 mg. Sol 5ml = 5 mg, gotas 1 ml = 2.6
mg. v.i.v o v.i.m amp de 10 mg (2ml)y 100 mg.
▲ METOPROLOL: (Lopresor®) v.o comp 100 mg. ( Seloken®) v.o comp 100 mg v.i.v amp 5 ml
= 5 mg. (Seloken retard ®) v.o comp 100 y 200 mg.
▲ METOXAMINA: (Metoxamina Wellcome®) v.i.v amp 1 ml = 20 mg.
▲ METRONIDAZOL: (Flagyl®) v.o comp de 250 mg.comp. vaginal 500 mg.sol 4% (120 ml).
(Metronidazol Normon®) v.o comp de 250 mg. v.i.v frascos de 100 y 300 ml (1ml=5mg).
▲ MIDAZOLAM: (Dormicum®) v.o comp de 7.5 mg. v.i.v o v.i.m amp de 5 y 15 mg.
▲ MILRINONA: (Corotrope®) v.i.v amp de 1 mg/ml.
▲ MORFINA: (Sevredol®) v.o comp de 10 y 20 mg. (MST Continus ®) v.o comp. retard de 5,
10, 15, 30, 60, 100 y 200 mg.(Oglos®) v.o comp. Retard 10,30,60,100 y 200 mg.v.i.v amp
1% y 2%.(Skenan®) v.o caps retard 10,30,60,100 y 200 mg.
▲ MOXIFLOXACINO: (Actira®) v.o comp de 400 mg.
▲ MUPIROCINA: (Bactroban®) v. tópica pomada al 2%. (Bactroban nasal ®) pomada al 2%.
▲ N-ACETIL-CISTEÍNA: (Fluimucil Antídoto®) v.i.v amp de 2 gr. (Fluimucil® oral Forte) v.o comp
de 600 mg. sob de 1gr.
▲ NADROPARINA CALCICA: (Fraxiparina®) v. sbc jeringas precargadas 0.3, 0.4, 0.6, 0.8 ml.
▲ NALOXONA: (Naloxona Abelló ®) v.i.v amp de 0.4 mg.
▲ NAPROXENO: (Naproxyn®) v.o comp de 500 y 1.000 mg. sob de 500 mg. (Antalgin®) v.o
comp 275 y 550 mg.
▲ NARATRIPTÁN: (Naramig®) v.o comp 2.5 mg.
▲ N-BUTILBROMURO DE HIOSCINA/DIPIRONA: (Buscapina Compositum®) v.o comp de
10/250 mg. v.i.v o v.i.m amp de 20/2.500 mg.
▲ N-BUTILBROMURO DE HIOSCINA: (Buscapina®) v.o comp de 10 mg. v.i.v o v.i.m amp de
20 mg.
▲ NEOSTIGMINA: (Prostigmina®) v.i.v amp 0.5 mg.
▲ NICARDIPINO: (Nerdipina®, Vasonase®) v.o grageas 20 mg, caps 30 mg, caps retard 40
mg. v.i.v amp 5 ml = 5 mg . (Lincil®) v.o comp 20 y 30 mg, gotas 20 mg/ml.
▲ NIFEDIPINO: (Adalat®, Dilcor ®) v.o caps 10 mg, retard 20 mg. (Adalat oros ®) v.o comp 30
y 60 mg.
▲ NITROFURAZONA: (Furacin®) v. topica polvo, pomada y sol quirurgica al 0,2 %
▲ NITROGLICERINA: (Solinitrina®) v.o: grageas 0.8 mg, v.i.v: amp 5 ml = 5 mg y amp 10 ml
= 50 mg. (Nitroderm TTS®) v.t: parches 5 (25 mg), 10 (50 mg) y 15 (75 mg). (Diafusor®) v.t:
parches 5, 10 y 15 mg. (Trinispray spray®) v.inh: pulsión de 0.4 mg. (Cafinitrina®) v. sl: (Ver-
nies®) v.sl: tabletas 0.4 mg.
▲ NITROPRUSIATO: (Nitropussiat Fides®) v.i.v: vial 50 mg
▲ NORADRENALINA: (Noradrenalina Braun®) v.i.v: amp 10 ml al 0.1%
▲ NORFLOXACINO: (Noroxin®, Baccidal®) v.o comp de 400 mg.
▲ OBIDOXINA: (Toxogonin®) v.i.v o v.i.m amp de 200 y 400 mg.
▲ OCTREÓTIDE: (Sandostatin® ) v.sc o v.i.v vial 1 ml = 5 mg, amp de 1 ml de 50 y 100 mcg.
▲ OFLOXACINO: (Surnox®) v.o comp de 200 mg. v.i.v vial con 2 mg/ml.
▲ OMEPRAZOL: (Losec®) v.o caps de 20 mg. v.i.v vial de 40 mg. (Mopral®) v.o caps de 20
mg. v.i.v vial de 40mg.
▲ ONDASETRÓN: (Zofran®) v.o comp de 4 y 8 mg. v.i.v o v.i.m amp de 4 y 8 mg.
▲ OXCARBAZEPINA: (Trileptal®) Pendiente de comercialización.
▲ PAMIDRONATO: (Aredia®) v.i.v viales de 15, 30, 60 y 90 mg.
▲ PANTOPRAZOL: (Pantocarm®) vo comp 20, 30 y 40 mg v.i.v vial 40 mg
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VADEMECUM
▲ PARACETAMOL: (Dolostop® ) v.o comp de 650 mg. (Termalgin®) v.o comp de 500 mg. (Ef-
feralgan® ) v.o comp de 500 mg y 1 gr.(Pro-Efferalgan®) v.i.v amp 1 gr.
▲ PARAMOMICINA: (Humatin® ) v.o caps 250 mg, sol 125 mg/ 5 mg.
▲ PENICILAMINA: (Cupripén®) v.o comp de 50 mg. caps de 250 mg.
▲ PENICILINA G SÓDICA: (Unicilina® ) v.i.v frascos de 1, 2 y 5 millones de U.I.
▲ PENTOXIFILINA: (Hemovás®) v.o grageas 400 mg.comp retard 600 mg. v.i.v amp 15 ml =
300 mg. (Elorgan®) v.o grageas 400 mg.
▲ PERMETRINA: (Kife-P®) frasco de 60 ml.
▲ PIPERACILINA-TAZOBACTAN: (Tazocel®) v.i.v viales de 2/0.25 y 4/0.5 gr.
▲ PIRAZINAMIDA: (Pirazinamida prodes®) v.o comp 250 mg.
▲ PIRIDOSTIGMINA: (Mestinón®) v.o comp 60 mg.
▲ PIRIDOXINA (vitamina B6): (Benadón Roche ®) v.o comp de 300 mg. v.i.v amp de 300 mg.
▲ PIRIMETAMINA: (Daraprim®) v.o comp de 25 mg.
▲ POLIESTIRENO SULFONATO CÁLCICO: (Resincalcio®) v.o polvo de 400 gr.
▲ POLIETILÉNGLICOL: (Solución evacuante Bohm ®) v.o sob de 17.5 gr.
▲ PRALIDOXINA: (Contrathion®) v.i.v amp de 200mg.
▲ PREDNISONA: (Dacortin®) v.o comp de 2.5, 5 y 30 mg. (Prednisona Alonga®) v.o comp de
5, 10 y 50 m.
▲ PRIMIDONA: (Mysoline®) v.o vomp 250 mg.
▲ PROCAINAMIDA: (Biocory®) v.o caps 250 mg.v.i.v vial 1 gr.l
▲ PROPAFENONA: (Rytmonorm ®) v.o comp 150 y 300 mg. v.i.v amp 20 ml = 70 mg
▲ PROPILTIOURACILO: (Propiltiouracilo®) v.o comp de 50 mg.
▲ PROPOFOL: (Diprivan®) v.i.v amp 10 y 20 mg.
▲ PROPRANOLOL: (Sumial®) v.o comp de 10 y 40 mg. v.i.v amp de 5 ml= 5 mg. ( Sumial Re-
tard®) v.o caps de 160 mg.
▲ PROSTAGLANDINA: (Surgiran®) v.i.v amp 20 mcg.
▲ QUINIDINA: (Cardioquine®) v.o caps 165 mg. (Longacor Nativelle ®) v.o caps 275 mg.
▲ RANITIDINA: (Zantac®) v.o comp 150 y 300 mg. v.i.v amp de 50 mg. (Tanidina®) v.o comp
150 y 300 mg.
▲ RETEPLASA: (Rapilysin®) v.i.v: viales 10 UI + jeringas 10 ml.
▲ RIFAMPICINA: (Rifaldín®) v.o caps de 300 mg y 600 mg, suspensión 100 ml = 2 gr. v.i.v vial
de 600 mg. (Colirio de Rifamicina ®) sol. oftalmica.
▲ RISPERIDONA: (Risperdal® ) v.o comp 1 y 3 mg, sol 1 mg=1 ml.
▲ RIZATRIPTÁN: (Maxalt®) v.o comp 6 y 10 mg.
▲ ROFECOXIB: (Vioxx®) v.o comp 12,5 y 25 mg, suspensión 5 ml = 12,5 mg y 25 mg.
▲ SALBUTAMOL: (Ventolín®) v.o comp de 2 y 4 mg. (Ventolin® soluc. Nebulización) inhalado
de 100 mcg.(Ventolin® inyectable) v.i.v o v.sbc amp de 1 ml/0.5 mg.
▲ SILIBININA: (Legalón®) v.o caps de 150 mg.(Legalón sil ®) v.i.v vial 598.5 mg.
▲ SOMATOSTATINA: (Somatión®) v.i.v viales 0.25 y 3 mg.
▲ SUCRALFATO: (Urbal®) v.o comp de 1 gr. sob de 1gr.
▲ Sueroral®.
▲ SULFADIAZINA/TRIMETOPRIMA: (Triglobe®) v.o comp de 820/180 mg.
▲ SULFASALAZINA: (Salazopirina®) v.o comp 500 mg, supositorios 500 mg.
▲ SULFATO DE MAGNESIO: ( Sulmetin Papaverina®) v.i.v o i.m: amp 5 ml = 600 mg.
▲ SULFATO DE PROTAMINA: (Protamina Rovi ®) v.i.v frasco de 5 cc/50 mg.
▲ SULPIRIDA: (Dogmatil®) v.o caps de 50 mg, sol 100 ml/500 mg v.i.m amp de 100mg. (Dog-
matil fuerte ®) v.o comp 200 mg.
▲ SUMATRIPTÁN: (Imigran®) v.o comp 50 mg, intranasal 20 mg v.sbc jeringa 6 mg.
▲ TACRINA: (Cognex®) v.o caps 10, 20, 30 y 40 mg.
▲ TEICOPLANINA: (Targocid®) v.i.v o v.i.m viales de 200 y 400 mg
▲ TELITROMICINA: (Ketek®) v.o comp de 800 mg.
▲ TEOFILINA: (Eufilina® Retard) v.o comp 73 mg y 250 mg. (Eufilina® Venosa) v.i.v amp de
10 ml/193.2 mg.
▲ TETRACEPAM: (Myolastan®) v.o comp de 50 mg.
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MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES