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Aplicaciones de La Psicología en La Educación
Aplicaciones de La Psicología en La Educación
LA EDUCACIÓN
El desarrollo actual de la psicología Educativa y de otras disciplinas afines, como la pedagogía
y la Sociología de la Educación, ha propiciado una forma distinta de analizar la educación.
Actualmente somos testigos y partícipes de la emergencia de un sin número de enfoques y de
una diversidad de propuestas cuya intención fundamental es la de resolver la problemática que
se presenta en el terreno de la educación, la cual se ha vuelto más compleja.
Así mismo interviene en todos los procesos psicológicos que afectan al aprendizaje, o que de
este se derivan, independientemente de su origen personal, grupal, social, de salud etc.,
responsabilizándose de planos e implicaciones educativas, de su intervención profesional y
coordinandose, si procede, con otros profesionales.
Se deben tener presentes, desde una perspectiva didáctica crítica, las particularidades propias
que asume el aprendizaje en un contexto escolarizado, el que es regulado por una especie de
contrato didáctico implícito que pauta y condiciona los comportamientos de los alumnos en el
aula y que pasa a formar parte de lo que podríamos llamar el modo escolarizado de aprender
que hacen que el sujeto ponga en juego un repertorio particular de procesos y acciones, que
difieren de los que se ponen en juego en otros contextos.
1. Desde una perspectiva que contemple la estructura cognitiva del sujeto, es decir, sus
esquemas de aprendizaje.
2. Con dificultad de aprendizaje, que puede ser pensada como síntoma.
3. Considerando lo psíquico en el aprendizaje a partir de operadores como la transferencia
y el deseo de saber –entre otros aportes significativos del psicoanálisis a la relación
pedagógica.
Desde hace mucho tiempo se ha considerado que una de las razones que explicaría el éxito o
el fracaso escolar sería el “saber estudiar”. De hecho, la dificultad de muchos estudiantes para
enfrentarse al libro de texto o a los apuntes, para desarrollar un examen escrito, o para recoger
las ideas expuestas en clase, se ha convertido en una preocupación importante tanto para
profesores como para padres. La psicología de la educación también se ha preocupado por
dichas dificultades; esta inquietud se ha materializado en una gran expansión de numerosos
programas dedicados a mejorar las técnicas de estudio sustentados en distintos enfoques
teóricos. Casi todos estos métodos y estrategias de estudio derivan, fundamentalmente,
de dos enfoques de la psicología: el conductista y el cognitivo.
Por tanto, la necesidad de enseñar y aprender estrategias para sacar provecho de la lectura y
del estudio es compartida por la comunidad científica, los profesionales de la educación y, en
general, por los padres de los alumnos. Tradicionalmente, el desarrollo de habilidades para una
mayor eficacia en el estudio ha sido sugerida de manera intuitiva, e incluso, la mayoría de los
manuales y guías de técnicas de estudio o de trabajo intelectual que hoy podemos
encontrarnos en el mercado son fruto de la experiencia pedagógica de sus autores al intentar
paliar algunos de los problemas con los que se encuentra el alumno al estudiar. Pero no cabe
duda de que las aportaciones más relevantes para describir y optimizar el estudio provienen de
la psicología educativa.
LA RELACIÓN PEDAGOGÍA-PSICOLOGÍA
Esquematizando, puede decirse que existen tres actitudes fundamentales ante el tema de las
relaciones de la pedagogía con la psicología.
El error básico del psicologismo, que en nuestros días adopta formas muy diversas, se produce
en la superposición de círculos que deben ser tangenciales o, si se quiere, hasta insertos el
uno en el otro, perdiendo de vista la totalidad del fenómeno educacional, y, por consiguiente, su
simultánea naturaleza de realidad social y proceso cultural supraindividual y objetivo. No
obstante, el error debidamente analizado permite sacar algunas conclusiones defendibles. Es
así como la esfera pedagógica se presenta como más amplia, al menos cuando se habla de la
relación pedagogía-psicología desde el punto de vista de la primera. Al penetrar en el mundo
educacional, atraída y requerida por éste, la esfera psicológica se convierte en parte de la
ciencia educacional, pues es el interés pedagógico quien determina el propósito y la necesidad
de la investigación. Lo contrario sería caer en el psicologismo, sin perjuicio por cierto de que el
psicólogo pueda asimilar elementos valiosos para su ciencia, o penetrar en el campo educativo
con exclusivas intenciones psicológicas.
Aquí se manifiesta claramente el tercero de los supuestos arriba enunciados, referido al mutuo
servicio de las ciencias. Con respecto a la de la educación, múltiples disciplinas vienen en su
ayuda para esclarecer su temática específica, pero es siempre la intención pedagógica la que
da sentido a los aportes llegados desde fuera. Hermann Nohl lo ha expresado en su Teoría de
la educación con un ejemplo muy convincente: "¿Qué es lo que no participa en la escuela
activa o del trabajo? Intereses sociales, económicos, éticos, psicológicos y cívicos; todos estos
factores particulares tienen que ser precisos, pero, en última instancia, la escuela activa es
una idea pedagógica y partiendo de la pedagogía tiene que justificarse la síntesis peculiar de
todos los factores de la escuela activa". Es decir que la inserción de otros campos o elementos
científicos en la compleja realidad educacional no puede hacerse con sacrificio de todos los
que caben en ella, y mucho menos de la idea central y del enfoque que ha de ser
eminentemente pedagógico. El breve tramo recorrido nos facilita el acceso a las otras dos
soluciones anunciadas sobre la relación de la pedagogía con la psicología. De éstas la primera
fue sólidamente fundamentada ya a principios del siglo XIX por Herbart que hizo de la
psicología una ciencia auxiliar básica de la pedagogía. La otra es atribuible al instrumentalismo
científico y filosófico de John Dewey para el cual la psicología es propiamente una fuente de la
ciencia de la educación.
El educador que se apega a Herbart puede tomar la investigación psicológica tal cual y
aplicarla casi forzosamente a su actividad, sin tener en cuenta su interés específico. El punto
de vista de Dewey, en cambio, nos parece más pedagógico, sin contar con que la expresión
"fuente" es menos riesgosa para la autonomía de las disciplinas pedagógicas.
“La herencia nos da al ser, pero no el modo de ser, nacemos humanos, pero no humanizados,
sociables, pero no socializados, morales, pero no moralizados. Aprendemos a ser humanos,
sociales, morales…por medio de la educación. El nacimiento nos da las capacidades, la
educación desarrolla las facultades y potencialidades que la herencia nos proporciona. Esta es
la tarea de toda educación: hacer que la persona que nace, aprenda a ser humano entre los
humanos, optando por unos u otros valores (Gervilla, cit. en Tirado, 2010).”
Como sabemos la sociedad cambia, igual que los modelos de familia, por ello se debe de
rediscutir el lugar del padre en la familia. Algunos trabajos han mostrado que cuando los padres
mantienen un contacto más cercano, más amoroso con sus hijos hombres, estos tienden a
desarrollar actitudes menos estereotipadas en relación con el género, cuando son
adolescentes o adultos. El término de nueva paternidad se utiliza para referirse a la
participación más efectiva de los hombres en el cuidado de los hijos.
Uno de los desafíos que tenemos ahora no solo es proporcionar a los jóvenes un acceso
igualitario y suficiente a computadoras y otros avances tecnológicos, sino ofrecer
oportunidades que permitan desarrollar habilidades de pensamiento crítico y la creatividad
requerida para mantener el control sobre la tecnología en lugar de dejarse avasallar por ella.
Para poder arribar a la “escuela del futuro” es necesario realizar cambios importantes, en las
infraestructuras de los centros, en los contenidos que se imparten, en los medios y
metodologías docentes, en la formación docente, en la organización del sistema educativo.
(Tirado, 2010)
La Neurociencia no sólo no debe ser considerada como una disciplina, sino que es el conjunto
de ciencias cuyo sujeto de investigación es el sistema nervioso con particular interés en cómo
la actividad del cerebro se relaciona con la conducta y el aprendizaje. El propósito general de la
Neurociencia, declaran Kandel, Schwartz y Jessell (1997), es entender cómo el encéfalo
produce la marcada individualidad de la acción humana.
El aprendizaje es el concepto principal de la educación, entonces algunos de los
descubrimientos de la Neurociencia pueden ayudarnos a entender mejor los procesos de
aprendizaje de nuestros alumnos y, en consecuencia, a enseñarles de manera más apropiada,
efectiva y agradable.
Los avances en Neurociencia han confirmado posiciones teóricas adelantadas por la psicología
del desarrollo por años, tales como la importancia de la experiencia temprana en el desarrollo.
Lo nuevo es la convergencia de evidencias de diferentes campos científicos. Detalles acerca
del aprendizaje y el desarrollo han convergido para formar un cuadro más completo de cómo
ocurre el desarrollo intelectual. La clarificación de algunos de los mecanismos del aprendizaje
por la Neurociencia ha sido mejorada por la llegada de tecnologías de imágenes no invasivas
Nassif, R (1967). Sobre la relación de la psicología con la pedagogía. Revista de psicología vol.
4. Recuperado de http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.877/pr.877.pdf
Tirado, F. (2010), Psicología educativa para afrontar los desafíos del siglo XXI, México: Mc
Graw Hill.